Acción de Inconstitucionalidad Abstracta
Acción de Inconstitucionalidad Abstracta
Acción de Inconstitucionalidad Abstracta
ACCIÓN DE
INCONSTITUCIONALIDAD
ABSTRACTA
CBBA - BOLIVIA
INFORME DE DETERMINACIÓN DE LA SITUACIÓN JURÍDICA
I. NATURALEZA DEL CONFLICTO - TIPO DE CONFLICTO
La naturaleza jurídica del conflicto abarca indiscutiblemente la Materia
Constitucional en su ámbito normativo, puesto que, el Decreto Supremo N.º 1875,
23 de enero de 2014, que modifica los incisos a. y b. del numeral 1 del Artículo Único
del Decreto supremo N.º 14657, de 10 de junio de 1977, modificado por el Decreto
Supremo N.º 21479 de 17 de diciembre de 1986; en su Artículo 1 menciona la
siguiente frase: “Desde los 17 hasta los 22 años de edad cumplidos (1 año)”.
Dicho artículo, se constituye en una Inconstitucionalidad de Fondo, ya que, por su
simple lectura e interpretación con la Constitución Política del Estado (CPE),
presenta incompatibilidad con los Artículos 58 y 60; Además, con los artículos 1, 3.1
de la Convención sobre los Derechos del Niño; 2, y 3.1 del Protocolo Facultativo de
la Convención sobre Derechos del Niño relativo a la participación de los niños en
conflictos armados; y, 2 y 3 inc. a) del Convenio 182 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT); normativas que serán desarrolladas a detalle
posteriormente en el informe.
“Artículo 3
1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas
o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los
órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés
superior del niño.
(...)”
Es decir, la convención nos refiere que al momento en el cual los menores de edad
interactúan con instituciones públicas o privadas de bienestar social, los servidores
públicos se encuentran en el deber de atender primordialmente el Interés Superior
del Niño. En nuestro país Las Fuerzas Armadas, son la “Institución Armada
Fundamental y Permanente del Estado Boliviano”; por lo que, sin lugar a dudas, las
Fuerzas Armadas son una institución pública destinada a preservar, proteger y
defender el bienestar social del pueblo boliviano; motivo por el cual, dentro de esta
institución se debe preservar y priorizar el interés superior del niño, cosa que al
someter obligatoriamente a los menores de 18 años se incumple en el caso.
Artículo 6 num.2
“los estados partes garantizarán en la medida posible la supervivencia y el desarrollo
del niño”.
Toda vez que el Estado mediante la norma impugnada no está garantizando un
desarrollo en vista del interés superior del niño, siendo que se menciona desde los
“17 años a los 22 (…)”. y al ya quedar claro que no se podría garantizar un desarrollo
normal o suficiente para un niño al estar inmiscuido en asuntos del ejército se
vulnera este punto.
“Artículo 3
A los efectos del presente Convenio, la expresión "las peores formas de trabajo
infantil" abarca:
(a) todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la
venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el
trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños
para utilizarlos en conflictos armados;
(...)”
EXPEDIENTE JUDICIAL
PRIMERA INSTANCIA
SEÑOR PRESIDENTE Y MAGISTRADOS DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
PLURINACIONAL
INTERPONE ACCIÓN DE
INCONSTITUCIONALIDAD ABSTRACTA.
OTROSÍES.-
BENITO ANTONIO MARTÍNEZ OCASIO, mayor de edad, hábil por derecho, con
Cédula de Identidad No. 4805582, de nacionalidad boliviana, de profesión Abogado,
DIPUTADO NACIONAL, con domicilio en la c. Lanza N. 261 esq. Ecuador, Edif. Alba
IV, piso 12, Oficinas 12 A-D, Cochabamba, Bolivia; ante las consideraciones de su
digna probidad, con todo respeto, me presento, expongo y pido:
“Artículo 60. Es deber del Estado, la sociedad y la familia garantizar la prioridad del
interés superior de la niña, niño y adolescente, que comprende la preeminencia de sus
derechos, la primacía en recibir protección y socorro en cualquier circunstancia, la
prioridad en la atención de los servicios públicos y privados, y el acceso a una
administración de justicia pronta, oportuna y con asistencia de personal
especializado.”
“Artículo 58. Se considera niña, niño o adolescente a toda persona menor de edad. Las
niñas, niños y adolescentes son titulares de los derechos reconocidos en la
Constitución, con los límites establecidos en esta, y de los derechos específicos
inherentes a su proceso de desarrollo; a su identidad étnica, sociocultural, de género
y generacional; y a la satisfacción de sus necesidades, intereses y aspiraciones.”
Ahora, para entender la incompatibilidad con el interés superior del niño, resulta
imperante establecer la naturaleza de las Fuerzas Armadas, y en ella la del Servicio
Militar Obligatorio.
En apoyo literal de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas; El Ejército o las Fuerzas
Armadas, “tienen por misión fundamental defender y conservar la independencia
nacional, la seguridad y estabilidad de la República, el honor y soberanía; nacional,
asegurar el imperio de la Constitución Política del Estado, garantizar la estabilidad
del gobierno legalmente constituido y cooperar en el desarrollo integral del país”, por
lo que, para cumplir con ese objetivo, tienen la atribución y responsabilidad de
“Preparar y organizar al pueblo para la defensa de la República”; motivo por el cual
se estableció, conforme a la Ley del Servicio Nacional de Defensa, que en Bolivia
todo varón nacionalizado está obligado a cumplir con el Servicio Militar, para que,
en caso de guerra este preste Servicios de necesidad civil - Militar (Servicios
administrativos, económicos).
En aplicación del Principio del Interés Superior del Niño, con miras al mayor
aprovechamiento de sus derechos, el correcto desarrollo de la personalidad, y el
normal desempeño de una vida social adecuada, el servicio militar obligatorio para
los adolescentes de 17 años quebranta el esquema del correcto desenvolvimiento del
mismo respecto de su personalidad. No es lógico ni coherente esperar que los
menores en el servicio militar obligatorio salgan ilesos o empapados de valores
altamente positivos, principalmente por los peligros ante los cuales estos se
encuentran vulnerables; en tal contexto, a pesar de ser numerosos y de diferentes
naturalezas, por mencionar algunos, podemos considerar las condiciones físicas a
las cuales son sometidos, que tienden a ser extremas y desproporcionadas con la
razón, que lógicamente tienen consecuencias físicas negativas; también, y
posiblemente un factor importante en favor del correcto desarrollo del
adolescente, el factor psicológico dentro del ejército es básicamente nulo, pues, la
humillación, el castigo y los insultos (que muchos tienen origen de características
físicas) son pan del cada día, de los cuales el daño psicológico llega a ser indudable e
inmensurable.
B. BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD
En el tenor del Artículo 13.II y 13.IV de la Constitución Política del Estado, la
proclamación de derechos no es entendida como negación a otros no enunciados,
puesto a que, los derechos son interpretados en conformidad a los Tratados
Internacionales en materia de Derechos Humanos que hayan sido ratificados por la
Asamblea Legislativa Plurinacional; y que en concordancia con el Artículo 410 del
mismo cuerpo, los mismos son parte del Bloque de Constitucionalidad; motivo por
el cual, ante la naturaleza del caso, se realizará la exposición de los derechos
consagrados en Tratados Internacionales que se consideran vulnerados.
Por todo lo antecedente, se hace necesaria la cita de las disposiciones
mencionadas:
“Artículo 13.
I. (...)
II. Los derechos que proclama esta Constitución no serán entendidos como negación
de otros derechos no enunciados.
III. (...)
IV. Los tratados y convenios internacionales ratificados por la Asamblea Legislativa
Plurinacional, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en
los Estados de Excepción prevalecen en el orden interno. Los derechos y deberes
consagrados en esta Constitución se interpretarán de conformidad con los Tratados
internacionales de derechos humanos ratificados por Bolivia.”
“Artículo 410.
I. Todas las personas, naturales y jurídicas, así como los órganos públicos, funciones
públicas e instituciones, se encuentran sometidos a la presente Constitución.
II. La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y goza
de primacía frente a cualquier otra disposición normativa. El bloque de
constitucionalidad está integrado por los Tratados y Convenios internacionales en
materia de Derechos Humanos y las normas de Derecho Comunitario, ratificados por
el país. La aplicación de las normas jurídicas se regirá por la siguiente jerarquía, de
acuerdo a las competencias de las entidades territoriales:
1. Constitución Política del Estado.
2. Los tratados internacionales
3. Las leyes nacionales, los estatutos autonómicos, las cartas orgánicas y el resto
de legislación departamental, municipal e indígena
4. Los decretos, reglamentos y demás resoluciones emanadas de los órganos
ejecutivos correspondientes.”
“Artículo 1
Para los efectos de la presente Convención, se entiende por niño todo ser humano
menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable,
haya alcanzado antes la mayoría de edad.”
“Artículo 3
1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas
o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los
órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés
superior del niño.
(...)”
Una vez determinada la aplicación del principio, empero, sin caer en redundancia
excesiva, en apoyo a lo mencionado en el subtítulo referente al Interés Superior del
Niño con referencia a los Artículos 58 y 60 de la Constitución Política del Estado; la
Convención complementa el deber de las instituciones a aplicar el infringido
Principio del Interés Superior del Niño, afectando de manera idéntica en este caso,
pues, si bien se trata del mismo principio, en la Convención sobre los Derechos del
Niño, en los artículos citados previamente, se enmarcan diferentes parámetros del
mismo, pero igualmente aplicables al caso en cuestión.
“Artículo 2
Los Estados Partes velarán por que no se reclute obligatoriamente en sus fuerzas
armadas a ningún menor de 18 años.”
“Artículo 3
1. Los Estados Partes elevarán la edad mínima, contada en años, para el
reclutamiento voluntario de personas en sus fuerzas armadas nacionales por encima
de la fijada en el párrafo 3 del artículo 38 de la Convención sobre los Derechos del
Niño, teniendo en cuenta los principios formulados en dicho artículo, y reconociendo
que en virtud de esa Convención los menores de 18 años tienen derecho a una
protección especial.
(...)”
“Artículo 3
A los efectos del presente Convenio, la expresión "las peores formas de trabajo
infantil" abarca:
(a) todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la
venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el
trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños
para utilizarlos en conflictos armados;
(...)”
Ahora bien, la vulneración puede ser cuestionada por lo contenido en las últimas
palabras de la cita anterior, puesto a que, de manera directa, el Servicio Militar
Obligatorio no busca utilizar a niños en conflictos armados de manera textual; pero
es una aseveración errónea, puesto a que, en orden con la atribución de las Fuerzas
Armadas de “Preparar y organizar al pueblo para la defensa de la República” se hace
obligatorio el Servicio Militar, para que los jóvenes preparados, en tiempos de
guerra o durante un conflicto armado, presten servicio a la defensa del país.
Entonces, mediante el Servicio Militar Obligatorio, las Fuerzas Armadas pretenden
la participación de los jóvenes en la hipótesis de un conflicto armado, empero, el
panorama no cambia lo necesario para desvirtuar la aplicación de la norma
presente, porque ante un infortunio de dicha magnitud, igualmente su
participación sería obligatoria.
Conforme estipula el art. 410.II de la Constitución Política del Estado (CPE): “La
Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y goza de
primacía frente a cualquier otra disposición normativa. El bloque de constitucionalidad
está integrado por los Tratados y Convenios internacionales en materia de Derechos
Humanos y las normas de Derecho Comunitario, ratificados por el país. La aplicación
de las normas jurídicas se regirá por la siguiente jerarquía, de acuerdo a las
competencias de las entidades territoriales:
3. Las leyes nacionales, los estatutos autonómicos, las cartas orgánicas y el resto de
legislación departamental, municipal e indígena
Es menester destacar el art. 77 del Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del
12 de agosto de 1949, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados
internacionales (PROTOCOLO I), al cual Bolivia se adhirió a través del Decreto
Supremo 18549 de 4 de agosto de 1981, siendo ratificado mediante Ley 1151 de 14 de
mayo de 1990, que expresa lo siguiente:
"1. Los niños serán objeto de un respeto especial y se les protegerá contra cualquier
forma de atentado al pudor. Las Partes en conflicto les proporcionarán los cuidados y
la ayuda que necesiten por su edad o por cualquier otra razón.
2. Las Partes en conflicto tomarán todas las medidas posibles para que los niños
menores de 15 años no participen directamente en las hostilidades, especialmente
absteniéndose de reclutarlos para sus fuerzas armadas. Al reclutar personas de más
de 15 años pero menores de 18 años, las Partes en conflicto procurarán alistar en
primer lugar a los de más edad.
Por otro lado, la Convención sobre los Derechos del Niño de 20 de noviembre de
1989, ratificada por Bolivia el 26 de junio de 1990, en su art. 3, dispone que: “En
todas las medidas concernientes a los niños, que tomen las instituciones públicas o
privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los
órganos legislativos, una consideración principal a que se atenderá será el interés
superior del niño...", estando en estrecha conexión con el art. 6 num. 2, que
determina: "Los Estados Partes garantizarán en la máxima medida posible la
supervivencia y el desarrollo de niño".
Es así que, Bolivia mediante Ley 2827 de 3 de septiembre de 2004, ratifica el Protocolo
Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño, relativo a la participación de
niños en conflictos armados. Dicho Protocolo, específicamente, en su art. 2, elevó la
edad mínima para el reclutamiento obligatorio, expresando que: “Los Estados Partes
velarán por que no se reclute obligatoriamente en sus fuerzas armadas a ningún menor
de 18 años”, disposición que va acorde al siguiente artículo 3, que prevé: “1. Los
estados Partes elevarán la edad mínima, contada en años, para el reclutamiento
voluntario de personas en sus fuerzas armadas nacionales por encima de la fijada en
el párrafo 3 del art. 38 de la convención americana sobre los Derechos del niño,
teniendo en cuenta los principios formulados en dicho artículo y reconociendo que en
virtud de esa convención, los menores de 18 años tienen derecho a una protección
especial; 2. Cada Estado Parte depositará al ratificar el presente Protocolo o adherirse
a el una declaración vinculante en la que se establezca la edad mínima en que
permitirá el reclutamiento voluntario en sus fuerzas armadas nacionales y se ofrezca
una descripción de las salvaguardas que haya adoptado para asegurarse de que no se
realiza ese reclutamiento por la fuerza o por coacción”.
“Artículo 1°.- Se modifica los incisos a y b del numeral 1 del Artículo Único del Decreto
Supremo 14657 de 10 de junio de 1977, modificado por el Decreto Supremo 21479 de
17 de diciembre de 1986, con el siguiente texto:
Manifestando expresamente que la edad para prestar el servicio militar para varones es
a partir de los 17 años.
V. PETITORIO
Por todo lo expuesto, solicito se sirvan admitir a trámite la presente Acción,
disponiendo que la misma se ponga en conocimiento del personero legal del
Órgano emisor de la norma impugnada, a los fines de que puedan apersonarse y
presentar el informe que sea conveniente; posteriormente, realizados los
respectivos trámites procesales, examinen el caso y resuelvan la problemática
planteada sometiendo a juicio de constitucionalidad la disposición reglamentaria
impugnada. En ese sentido, se dicte sentencia declarando la inconstitucionalidad
del art. 1 inc. a) en la frase: “Desde los 17 hasta los 22 años de edad cumplidos (1
año)” del Decreto Supremo (DS) 1875 de 23 de enero de 2014; y sea con los efectos
previstos por el artículo 78.I1 incs. 2 y 4 del Código Procesal Constitucional.
OTROSÍ 1. El personero legal del órgano que emitió el Decreto en este caso resulta
ser el Lic. Luis Arce Catacora, Presidente del Estado; quien tiene domicilio legal en
el Edificio del Palacio de Gobierno ubicado en la Plaza Murillo de la Ciudad de La
Paz, por lo que solicito se ponga en su conocimiento esta Acción y el Auto
Constitucional de Admisión.
OTROSÍ 2. Para acreditar mi legitimación activa, acompaño: 1) Credencial extendido
por el Tribunal Supremo Electoral, que me acredita mi condición de diputado
nacional ante el Pleno de la Cámara de Diputados; y 2) Fotocopia simple del acta de
designación y elección emitida por el Tribunal Supremo Electoral.
Así mismo acompaño el Decreto Supremo N.º 1875, 23 de enero de 2014.
OTROSÍ 3. Señalo domicilio en la secretaría de su digno despacho.
OTROSÍ 4. Honorarios profesionales conforme al Arancel del Colegio de Abogados
de Sucre.
OTROSÍ 5. Notificaciones se comisione a funcionario público.
CREDENCIAL DE:
DIPUTADO
DEPARTAMENTO DE COCHABAMBA
CONSIDERANDO:
EN CONSEJO DE MINISTROS,
DECRETA:
Artículo 1°.- Se modifica los incisos a. y b. del numeral 1 del Artículo Único del
Decreto Supremo Nº 14657, de 10 de junio de 1977, modificado por el Decreto
Supremo Nº 21479, de 17 de diciembre de 1986, con el siguiente texto:
Disposiciones finales