RELIGIÓN

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Confesi

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Cristo instituyó el sacramento de la Penitencia ofreciéndonos una nueva posibilidad de convertirnos y de
recuperar, después del Bautismo, la gracia de la justificación.

¿Qué es?
Como todos los a sacramentos, es un encuentro personal con Jesús. En Confesión, estamos contando
nuestros pecados al sacerdote que actúa en la persona de Cristo y con la autoridad de Jesús para escuchar,
ofrecer orientación, proporcionar una penitencia adecuada y pronunciar las palabras de absolución.

Efectos
Los principales efectos espirituales del sacramento de la Penitencia son: la reconciliación con Dios por la que
el penitente recupera la gracia, la reconciliación con la Iglesia, la remisión de la pena eterna contraída por los
pecados mortales, la remisión, al menos en parte, de las penas temporales, consecuencia del pecado, la paz
y la serenidad de la conciencia y el consuelo espiritual, y finalmente, el acrecentamiento de las fuerzas
espirituales para el combate cristiano.

Preparación
 Examen de conciencia: Que consiste en recordar todos los pecados que hemos cometido desde la
última confesión.
 Arrepentimiento: Que consiste en sentir sincero dolor de haber ofendido a Dios; y detestar el
pecado. (Para alcanzar el arrepentimiento hay que pedírselo a Dios)
 Propósito de la enmienda: Que consiste en decidirse firmemente a no volver a pecar; en estar
dispuestos a evitar el pecado, cueste lo que cueste.
 Confesión: Que consiste en decirle al Sacerdote todos los pecados que hemos descubierto en el
examen de conciencia.

Elemento del sacramento


I. Materia
Un confesonario o confesionario es un pequeño habitáculo aislado usado para el sacramento de la
reconciliación en la Iglesia católica. En él, el sacerdote escucha las confesiones de las personas que
se acercan a la iglesia.
II. FORMA
Los gestos a los cuales oficialmente la Liturgia reconoce un carácter de arrepentimiento y de
penitencia son principalmente tres:
- La genuflexión, es la actitud natural de aquel que se sintiente culpable, demanda perdón y gracia,
el arrodillarse es señal de penitencia y signo de duelo. Cristo ha trazado el retrato en el publicano
del Evangelio, que, de rodillas, con la cabeza inclinada y golpeándose el pecho, implora piedad
del Señor.
- Los golpes de pecho.
- La inclinación profunda del cuerpo.
III. MINISTRO
Cristo confió el ministerio de la reconciliación a sus Apóstoles, a los obispos, sucesores de los
Apóstoles, y a los presbíteros, colaboradores de los obispos, los cuales se convierten, por tanto, en
instrumentos de la misericordia y de la justicia de Dios. Ellos ejercen el poder de perdonar los
pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
IV. SUJETO
- Cada uno de nosotros puede y debe pedir perdón a Dios en todo momento, particularmente después
de haber cometido un pecado mortal, antes de irse a dormir por la noche, o al inicio de la celebración
de la Santa Misa.

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