Y Luego El Espíritu Le Impulsó Al Desierto
Y Luego El Espíritu Le Impulsó Al Desierto
Y Luego El Espíritu Le Impulsó Al Desierto
Tener sentido común, es algo que se nos antoja deseable, por lo menos es lo que a menudo sugieren los
mayores a los más jóvenes, ¡a ver cuando te viene el sentido...! , tener sentido común es un signo de
madurez, y la sociedad misma, desde la escuela pretende irnos guiando hasta alcanzarla, de modo que
las decisiones, y todo en nuestra vida podamos considerarlo con una racionalidad inteligente, todo bien
sopesado, bien medido, siendo concisos en todo, tener de algún modo cada circunstancia bien controlada,
esto es lo que nos hará progresar...
Y por supuesto que todo esto es deseable: Dios es el autor, el dador de nuestra inteligencia, y es por
supuesto su deseo también de que crezcamos física y mentalmente...
Pero en todo este crecimiento, a los cristianos se nos pasa por alto otro tipo de crecimiento que es
igualmente necesario, pero que como se sujeta a otras leyes, a otras normas, pareciera que no lo tenemos
en mucha consideración u estima.
Y es que el sentido común es un don que Dios dio a la naturaleza humana, pero el sentido común no es el
don de su Hijo Jesucristo para nosotros. El sentido sobrenatural es el don de Jesucristo, porque el sentido
común jamás ha percibido al Padre, ni lo hará "Nadie puede llamara a Jesús Señor sino es por el Espíritu
Santo; de hecho nuestra inteligencia ordinaria nunca puede adorar a Dios a menos que sea transfigurada
por la acción del Espíritu Santo; los verdaderos adoradores adorarán al padre en Espíritu y en verdad...
En el pasaje leído vemos a Jesús que acaba de ser bautizado por Juan en el Jordán, dice la Palabra de
Dios que el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma de paloma, y entonces comenzaría en Jesús una
experiencia sin precedentes; El Espíritu le impulsó al desierto.
Le impulsó
¿Cuándo fue la última vez que experimentaste que el Espíritu Santo te impulsaba a algún sitio, te dirigía,
eras realmente consciente de que estabas en la voluntad del Señor...?
A Jesús el Espíritu Santo le impulsó al desierto, leemos en el evangelio de Mateo que fue llevado por el
Espíritu al desierto para ser tentado..., humanamente, intelectualmente, cabalmente a nadie se le ocurriría
tal idea, (ir al desierto sin provisiones de ningún tipo; para pasar necesidades, hambre, peligros de todo
tipo..., dice la palabra de Dios que estaba con la fieras, y fue allí donde ayunó durante 40 días...; además
Jesús es Dios, Él sabía que aquel lugar era el lugar de la tentación, de la prueba tremenda, ..., pero fue el
Espíritu el que le impulsó...., porque había un propósito de Dios...
También el Espíritu Santo quiere impulsarnos a nosotros, porque tiene igualmente un propósito específico
para cada uno; pero...
¿Qué pasa cuando el Espíritu Santo nos impulsa? ¿A dónde nos dirige? ¿Qué consecuencias tiene?
Vamos a considerar primeramente 2 pasajes:
En el evangelio de Lucas 18:31-34 "Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y
se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a
los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. Y después que le hayan azotado, le matarán;
más al tercer día resucitará. Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era
encubierta y no entendían lo que se les decía"
De nuevo, desde un punto de vista puramente racional; considerando por ejemplo el punto de vista de
aquellos doctores de la Ley judía que le acusaron, la vida de Jesús sería un absoluto fracaso, había
iniciado su ministerio; pues para un sector de aquellos "doctos judíos" era el ministerio de su destrucción.
Pero lo que parecía un fracaso desde el punto de vista humano, (entregado a los gentiles, escarnecido,
escupido, azotado y martirizado), fue un tremendo triunfo desde el punto de vista de Dios; y es que los
propósitos de Dios son mucho más elevados y sublimes que los del hombre...
Hay un reto en el cristianismo; es el de confiar ante todo en la inteligencia de Dios y no en la nuestra
propia; y dirás, bien, es mucho más grande la inteligencia de Dios que la mía, pero cómo puedo confiar,
cómo puedo descubrir su dirección en mí...
Y esta es la realidad de aquella canción que cantamos "Déjate llevar por su Espíritu" ¿cómo nos podemos
dejar llevar...?
Consideremos antes otra situación; nuevamente aquella elección de Jesús; los doce "sino que lo necio del
mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo
fuerte; y lo vil y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es para deshacer lo que es, a fin de que nadie
se jacte en su presencia" 1ª Cor 1:26-30, y así fue la realidad de los que escogió que habrían de
transformar el mundo con el mensaje, siendo representantes de Cristo en la tierra; (pero no nos
sorprendamos, porque esta habrá de ser nuestra identificación); la historia continúa aquellos doce no
tenían talentos, ni carácter ..., no tenían nada y en una ocasión hasta los sabios se habrían de sorprender
"y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban y les reconocían que habían estado
con Jesús" Hech 4:13; y verás como cambias..., y entonces resulta que no es cuestión de nuestros
talentos, de lo que tenemos, sino de nuestra pobreza, en la medida que siendo nada, nos dejemos llenar
por el poder del Espíritu Santo, nos dejemos transformar por Él; nuestro carácter, nuestra sabiduría,
nuestra inteligencia racional en , además una inteligencia espiritual, que discierne las cosas de Dios, su
voluntad, que sabe escuchar la voz del Espíritu; mis ovejas conocen mi voz y me siguen... habrá de ser la
realidad de conocer a Jesús, más allá de un conocimiento intelectual, sino descubrir su vida en mí; no
decimos que hemos nacido de nuevo ¿Quién lo entiende, quién lo disfruta, sino es por el Esopíritu que nos
da ese discernimiento?...
Pero cuando los hijos de Dios se dejan llevar por el Espíritu tiene además otros efectos que en ocasiones
atentan contra la razón;
.- Están borrachos decían, y habían recibido la plenitud del Espíritu Santo; se hacían milagros y le
injuriaban diciendo por el príncipe de los demonios; trastornaban al mundo entero; pagando con amor el
desprecio, sufriendo el martirio con gozo,..., "El poder de Dios que se perfecciona en la debilidad" " Estas
loco Pablo,; las muchas letras te vuelven loco. Mas él dijo: No estoy loco excelentísismo Festo, sino que
hablo palabras de verdad y de cordura. Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con
toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto, pues no se ha hecho esto en algún rincón"
Hechos 26:24-26 No eran las letras sino su vida en el Espíritu que le llevaba a vivir y a defender la realidad
de Cristo de una manera que impresionaba a todos, con poder en palabras y autoridad del cielo,
respaldada por el poder del Espíritu Santo...
De algún modo debemos escoger entre la cordura del mundo o la locura de Dios; nuestro Señor nos
ofrece todo; Él nos ha dado el Espíritu Santo para que sea Él quien nos guíe a toda la verdad, por encima
de nuestra racionalidad; delante de Dios; el Señor nos dice hoy déjate impulsar por el Espíritu.
Dios tiene un propósito en ello
Si hemos de ser utilizados por Dios, lo seremos siendo enteramente suyos, la victoria es de Jesús, no
nuestra; porque lo importante no es lo que hacemos para Él, sino que su vida esté formada en nosotros...
El Espíritu le impulsó al desierto , para ser tentado por el diablo.
Es significativo observar que cuando Jesús fue investido por el Espíritu Santo inmediatamente fue llevado
al desierto, donde tenía una lucha que vencer; de igual modo Dios nos prepara para las batallas de la fe;
pero una vez capacitados no debemos escapar; debemos dejarnos dirigir por el Espíritu para hacer su
obra, la obra para la que nuestro Dios nos ha llamado, cada uno en su lugar , como miembros efectivos del
Cuerpo de Cristo con una función particular..., y sabremos de nuestro puesto, de nuestra eficacia en el
Cuerpo, no por los talentos naturales que para el Señor es basura, sino por la actividad del espíritu en
cada uno de nosotros para edificar al Cuerpo, a la iglesia de una manera sobrenatural, haciendo realidad
de un modo impresionante el fruto del Espíritu contra toda regla natural, ...
Hay además una doble lectura aquí; si nuestro Dios nos bendice, y lo hace, pero no usamos su
capacitación estaremos siendo negligentes (enterrando nuestros talentos, nuestros dones); pero el uso de
la capacitación de Dios sólo puede hacerse conducido por el Espíritu Santo; No podemos escapar al
propósito de Dios...
A dónde nos habrá de impulsar el Espíritu; a qué capacidad nuestra habrá de perfeccionar, que carácter,
que palabra de sabiduría, que dones...
Conclusión.
No se trata que nosotros mismos busquemos ir al desierto, busquemos las pruebas, las dificultades, se
trata de que seamos instrumentos en las manos de Dios que podamos experimentar de forma personal e
intransferible la dirección del Espíritu Santo, porque ese es nuestro testimonio, nuestra realidad...
Desde que Jesús fue ungido por el Espíritu Santo comenzó todo un ministerio de servicio, que fue en todo
momento guiado por la dirección del Espíritu Santo; y ¿nosotros?.