CRIMINALISTICA
CRIMINALISTICA
CRIMINALISTICA
LICENCIATURA EN DERECHO
TRABAJO RECEPCIONAL
PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO
EN DERECHO
PRESENTA
1
SISTEMA BIBLIOTECARIO DE INFORMACIÓN
Y DOCUMENTACIÓN
DERECHOS RESERVADOS©
La presente obra y cada uno de sus elementos está protegido por la Ley Federal del Derecho
de Autor; por la Ley de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, así como lo
dispuesto por el Estatuto General Orgánico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de
México; del mismo modo por lo establecido en el Acuerdo por el cual se aprueba la Norma
mediante la que se Modifican, Adicionan y Derogan Diversas Disposiciones del Estatuto
Orgánico de la Universidad de la Ciudad de México, aprobado por el Consejo de Gobierno el
29 de enero de 2002, con el objeto de definir las atribuciones de las diferentes unidades que
forman la estructura de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México como organismo
público autónomo y lo establecido en el Reglamento de Titulación de la Universidad
Autónoma de la Ciudad de México.
Por lo que el uso de su contenido, así como cada una de las partes que lo integran y que
están bajo la tutela de la Ley Federal de Derecho de Autor, obliga a quien haga uso de la
presente obra a considerar que solo lo realizará si es para fines educativos, académicos, de
investigación o informativos y se compromete a citar esta fuente, así como a su autor ó
autores. Por lo tanto, queda prohibida su reproducción total o parcial y cualquier uso
diferente a los ya mencionados, los cuales serán reclamados por el titular de los derechos y
sancionados conforme a la legislación aplicable.
UNIVERSIDAD AUTONOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO “nada humano me es ajeno”
2
UNIVERSIDAD AUTONOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO “nada humano me es ajeno”
Índice de contenido
Agradecimientos…………………………………………………………………… 02
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………… 05
CAPITULO I
1.1 El modelo de derecho garantista en materia penal propuesto por el jurista Luigi
Ferrajoli………………………………………………………………………................ 14
1.4 Dos modelos de anti garantismo opuestos a los principios de estricta legalidad
y estricta jurisdiccionalidad…………………………...………………………………. 25
3
1.7 Reseña histórica del paradigma positivista de la ciencia, fuente conceptual de
la investigación criminalística…………………………………………………….….. 33
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
Conclusiones…………………………………………………………………………. 139
Bibliografía……………………………………………………………………………. 142
Otras
fuentes…………………………………………………………………………………..145
4
Introducción
Esta reforma fue debatida en diversos foros por estudiosos del derecho,
profesionales de la seguridad y la justicia incluso ha sido tema relevante en los
medios de comunicación; el cambio obedece al gran atraso e ineficacia del
sistema penal mexicano, ligado a las crecientes muestras de inconformidad por
parte de la sociedad civil que encuentran cauce en las demandas de
organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos.
1
La globalización denotaría un conjunto de procesos de renovada internacionalización del capital a
finales del siglo XX. El globalismo, a su vez, sería una interpretación sesgada de esa globalización,
que pone de relieve únicamente sus aspectos positivos, y que la considera como inevitable e
incontrolable, y como solución a todos los problemas de la humanidad. González Hernández,
Bryan, Más allá del Libre Comercio: Seguridad Esencial, Heredia, Costa Rica, 2008, p. 94.
2
Citado de http://www.eluniversal.com.mx/notas/532069.htm, Ciudad de México, viernes 22 de
agosto de 2008
5
Evidentemente, los objetivos giran en torno a dos grandes ejes: el primero,
alusivo a adecuar el sistema de procuración de justicia a los principios de un
Estado Constitucional Democrático de Derecho 3 ; y el segundo, referente a la
pretensión de armonizar las leyes penales a compromisos internacionales4 que el
estado mexicano ha contraído, respecto a la normatividad internacional en materia
de derechos humanos.5
3
El fundamento del estado constitucional de derecho: la extensión del principio de legalidad
también al poder de la mayoría y, por consiguiente, la rígida sujeción a la ley de todos los poderes
públicos, incluido el legislativo, y su funcionalización a la tutela de los derechos fundamentales
constitucionalmente garantizados. Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón. Teoría del garantismo penal,
Madrid, editorial Trotta, 1995, p. 10
4
Sin lugar a dudas el documento jurídico más importante del sistema regional americano es la
Convención Americana sobre Derechos Humanos —conocida también como Pacto de San José—,
aprobada el 21 de noviembre de 1969. Los derechos que consagra la Convención Americana son
los civiles y políticos reconocidos por la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre. Castañeda Otsu, Susana, El principio de interpretación conforme a los tratados de
derechos humanos y su importancia en la defensa de los derechos consagrados en la constitución,
p. 224.
5
cfr. Artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, según reforma
constitucional publicada en el D. O. F. el día 10 de junio de 2011.
6
Procuraduría General de la República. Acuerdo por el que se establecen las directrices que
deberán observar los servidores públicos para la debida preservación y procesamiento del lugar
de los hechos o del hallazgo y de los indicios, huellas o vestigios del hecho delictuoso, así como de
los instrumentos, objetos o productos del delito. A/078/12.
6
En el ámbito de justicia se eleva a rango constitucional, de manera explícita, el
principio de presunción de inocencia7, ahora colocado en el centro del proceso
penal, pretendiendo con ello que la investigación sea más ágil y efectiva, a fin de
que la víctima obtenga, efectivamente, la reparación del daño.
7
”…que obliga siempre al órgano acusador a probar todos los extremos de su acusación, sin que
el acusado tenga que desvirtuar alguna imputación que no ha sido probada. Sobre la presunción
de inocencia Luigi Ferrajoli apunta en su magna obra Derecho y razón. Teoría del garantismo
penal que: —si es verdad que los derechos de los ciudadanos están amenazados no solo por los
delitos sino también por la pena arbitrarias –la presunción de inocencia no solo es una garantía de
libertad y de verdad, sino también una garantía de seguridad o si se quiere de defensa social: de
esa seguridad especifica ofrecida por el Estado de derecho y que se expresa en la confianza de los
ciudadanos en la justicia; y de esa especifica defensa que se ofrece a estos frente al arbitrio
punitivo. Islas de González Mariscal, Olga, y Carbonell, Miguel, El artículo 22 constitucional y las
penas en el Estado de derecho, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, México, 2007, p.108.
8
Con la noción de los derechos fundamentales se tiende a aludir a aquellos derechos humanos
garantizados por el ordenamiento jurídico positivo, en la mayor parte de los casos en su normativa
constitucional, y que suelen gozar de una tutela reforzada. Carbonell, Miguel, Los derechos
fundamentales en México, México, editorial Porrúa, 2005, p. 9.
9
En sentido moderno una garantía constitucional tiene por objeto reparar las violaciones que se
hayan producido a los principios, valores o disposiciones fundamentales. Luigi Ferrajoli señala que
“garantía es una expresión del léxico jurídico con la que se designa cualquier técnica normativa de
tutela de un derecho subjetivo”. ibidem, p. 6.
7
Consecuentemente, cualquier prueba obtenida con violación de derechos
fundamentales será nula, 10 lo mismo que cualquier confesión obtenida sin
presencia del abogado defensor; y por tal motivo, todo inculpado tendrá derecho a
que lo defienda un abogado titulado,11 al que podrá elegir libremente incluso al
momento de su detención.
10
cfr. Artículo 20 apartado “A”, fracción X, CPEUM (según reforma de 18 de junio de 2008).
11
cfr. Artículo 20 apartado “B”, fracción VIII, CPEUM (según reforma de 18 de junio de 2008).
12
Principio que instituye la pertinencia de concentrar el debate procesal en una o dos audiencias.
Ovalle Favela, José, Teoría general del proceso, México, editorial Oxford, 2005, pág. 200.
13
De acuerdo con este principio que se expresa en la formula audiatur et altera pars (óigase a la
otra parte), impone al juzgador el deber de resolver sobre las promociones que le formule
cualquiera de las partes. ibidem, p. 206.
8
sobre una plataforma interpretativa denominada hermenéutica, entendida como
interpretación que persigue desentrañar el significado, el sentido, la
intencionalidad de un texto14; tarea nada sencilla si advertimos que en virtud de la
naturaleza del tema propuesto como tesis, será indispensable interactuar
argumentativamente en los niveles fáctico o de los hechos, así como en el nivel
discursivo o interno del derecho.
Engarzado con lo anterior, tenemos que todo material probatorio, para ser
aceptado como legal, debe reunir una serie de requisitos mínimos indispensables
prescritos por la ley (tal es el caso de los códigos procedimentales); es en este
punto que nuestro análisis se adentra temáticamente en el mundo de las normas,
esfera que se identifica, desde una perspectiva garantista, como visión interna del
derecho16.
14
La hermenéutica es el examen de las condiciones en que tiene lugar la comprensión. Considera,
por tanto, una relación que se manifiesta en la transmisión de la tradición mediante el lenguaje;
luego entonces, este último es fundamental ya que representa un acontecimiento cuyo sentido se
trata de penetrar. Rubio Ma. J. y Varas J. El análisis de la realidad en la intervención social,
métodos y técnicas de investigación, 3ª. edición, Madrid, Editorial CCS, 2004, p. 100.
15
La verdad procesal fáctica es en realidad un tipo particular de verdad histórica, relativa a
proposiciones que hablan de hechos pasados, no directamente accesibles como tales a la
experiencia; mientras, la verdad procesal jurídica es una verdad que podemos llamar clasificatoria,
al referirse a la clasificación o calificación de los hechos históricos comprobados conforme a las
categorías suministradas por el léxico jurídico y elaboradas mediante la interpretación del lenguaje
legal. Aun cuando tanto las proposiciones judiciales de hecho como las de derecho sean tesis
empíricas de forma existencial o singular, comparten, así pues, con las tesis de las teorías
científicas el no ser susceptibles de una verificación experimental directa como la permitida por las
proposiciones empíricas de observación. Ferrajoli, Luigi, op. cit. Nota 3, p. 52.
16
Visión interna, en que se funda la teoría y la ciencia jurídica propiamente dicha, que considera y
describe el derecho como norma. Ferrajoli, Luigi, Epistemología jurídica y garantismo, México,
Distribuciones FONTAMARA, 2004, p.126
9
De tal forma, nuestro trabajo de análisis se propone dar respuesta ala siguiente
pregunta de investigación:
Es decir, existe la posibilidad de no existir una ley que determine bajo qué
condiciones debe producirse una prueba de este tipo. En dado caso, resulta
impactante realizar la crítica y propuesta de solución.
17
cfr. Artículo 20 apartado “A”, fracción II, CPEUM (según reforma de 18 de junio de 2008).
18
Una hipótesis científica es una conjetura con probabilidad de ser verídica; asimismo, es una
sugerencia de solución a una pregunta. Se expresa como proposición y requiere de comprobación
empírica. Chavarría Olarte, Marcela y Villalobos Pérez-Cortés, Marveya, TESIS Elaboración y
presentación, México, editorial Trillas, 2009, p. 37.
10
Meta aproximable, en la medida de satisfacer el siguiente objetivo general de
investigación o tesis:
«Situados desde una visión garantista de derecho (postulada por Luigi Ferrajoli),
establecer y analizar los fundamentos teórico-doctrinales, normativos y de
procedimiento que guían la producción de la prueba pericial en materia de
criminalística.»
En este sentido, el curso de nuestra tesis se lleva a cabo mediante tres capítulos
dirigidos por sus correspondientes objetivos específicos designados para cada
uno; tal es el caso de nuestro capítulo I, intitulado: Acercamiento al derecho
garantista, por medio de este apartado pretendemos cubrir el objetivo de exponer
los elementos y principios que definen una concepción garantista de derecho
según los postulados de Luigi Ferrajoli en su obra intitulada Derecho y razón.
Teoría del garantismo penal. Lo anterior con la finalidad de delimitar el marco
11
teórico que sirva de guía en nuestro pretendido contraste entre los principios
garantistas y la normatividad utilizada en la presentación de la prueba pericial en
materia de criminalística de campo.
En dicha obra se plantea que el modelo penal Garantista refiere una estructura
normativa Constitucional que sirve como parámetro de racionalidad, de justicia y
de legalidad, modelo prescriptivo orientado por dos principios fuente; tal sería el
caso del Principio de estricta legalidad y el Principio de estricta jurisdiccionalidad,
ambos colocados como núcleo del modelo penal contemporáneo.
Con relación a dichos objetivos resulta pertinente, para los fines de nuestra tesis,
investigar de las fuentes doctrinarias cómo es definido el concepto de derecho
penal, para luego exponer la definición garantista de tal concepto. Posteriormente,
habremos de explicar de qué manera una disciplina jurídico normativa, tal como lo
es el derecho encuentra, en unas ocasiones de forma horizontal, y de forma
vertical en otras, acercamientos conceptuales con disciplinas de sustento teórico
científico, al caso concreto la criminalística de campo. Incluso, exponer ¿de qué
forma y bajo qué condiciones, en el terreno de la criminalística de campo, dichos
acercamientos se transforman, de verdades de facto, en verdades jurídicas? Un
tipo de verdad, plasmada en los medios de prueba que la legislación procesal
penal reconoce.
12
metodología de investigación al derecho penal ;2) establecer, desde la teoría
general del proceso, cómo interviene una prueba pericial en el proceso penal
mexicano;3) realizar el análisis de la legislación procedimental penal mexicana
(Código Nacional de Procedimientos Penales); y 4) demostrar, mediante un
análisis comparativo, que los protocolos en materia de cadena de custodia
armonizan (o no) con las directrices del derecho penal garantista.
19
ibidem, p. 13.
13
Capítulo I.- Acercamiento al derecho garantista
“corresponde a las leyes bien dispuestas determinarlo por sí, en cuanto sea
posible, todo, y dejar a los que juzgan lo menos posible, [...] pero es forzoso que a
los jueces se les deje la decisión sobre si algo ocurrió o no y si es o no es, pues no
es posible que eso lo prevea el legislador.”
Aristóteles.20
Esta visión nació en el campo penal como una réplica, al creciente desarrollo de
una divergencia, entre la normatividad del modelo en nivel Constitucional y su
ausencia de efectividad en los niveles inferiores, llamado de atención para las
culturas jurídicas y políticas que la han avalado, ocultado y alimentado, casi
siempre en nombre de la defensa del estado de derecho y del ordenamiento
democrático.
20
Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 3, p. 37.
21
Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 3.
14
modelo integrador de normas en el ámbito del derecho penal, que principalmente
se sustenta sobre el principio de estricta legalidad característico del estado de
derecho, directrices normativas “…que en el plano epistemológico se caracteriza como
un sistema cognoscitivo o de poder mínimo, en el plano político como una técnica de
tutela capaz de minimizar la violencia y de maximizar la libertad y en el plano jurídico
como un sistema de vínculos impuestos a la potestad punitiva del estado en garantía de
los derechos de los ciudadanos.” Por tales motivos, correctamente se designa
garantista a todo sistema penal que se ajusta normativamente al citado modelo,
apegándose a sus lineamientos de forma puntual.
22
Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 16, p. 114.
23
ibidem, p. 113.
24
ibidem, p. 138.
15
Luego, como efecto del devenir normativo, se pone de manifiesto un sistema
prescriptivo garantista que, el autor en mención, denomina clásico, mediante el
cual cataloga una serie de principios simiente de este paradigma; tales principios
son, los de la estricta legalidad, la materialidad y efecto lesivo de los delitos, la
responsabilidad personal, el juicio oral y contradictorio entre partes y la
presunción de inocencia. Elementos presentes, como es sabido, en el modelo
legislativo, sustantivo y procesal penal contemporáneo.
En efecto, no podría ser de otro modo puesto que este modelo, en su conjunto se
cristaliza como: “un esquema epistemológico de identificación de la desviación penal
encaminado a asegurar, respecto de otros modelos de derecho penal históricamente
concebidos y realizados, el máximo grado de racionalidad y de fiabilidad del juicio y, por
tanto, de limitación de la potestad punitiva y de tutela de la persona contra la
arbitrariedad.” 25
25
Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 3, p. 34.
26
Carbonell, Miguel, op. cit., nota 8, p. 6.
27
La primera condición equivale al principio de la reserva de ley en materia penal y del
consiguiente sometimiento del juez a la ley: conforme a ella, el juez no puede calificar como delitos
todos (o sólo) los fenómenos que considera inmorales o, en todo caso, merecedores de sanción,
16
conducta lesiva de los bienes jurídicos una vez exteriorizada, se adecue
perfectamente a la definición legal28, entendida esta como tipo penal.
sino sólo (y todos) los que, con independencia de sus valoraciones, vienen formalmente
designados por la ley como presupuestos de una pena. Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 3, p.35.
28
La segunda condición comporta además el carácter absoluto de la reserva de ley penal, por
virtud del cual el sometimiento del juez lo es solamente a la ley: sólo si las definiciones legislativas
de las hipótesis de desviación vienen dotadas de referencias empíricas y fácticas precisas, estarán
en realidad en condiciones de determinar su campo de aplicación de forma tendencialmente
exclusiva y exhaustiva. idem.
29
También denominadas, Constituciones rígidas. Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 16, p. 123.
30
idem.
17
sustantivos fuente y contenido de la propia ley fundamental, relación que brinda no
sólo la eficacia de la norma sino también la legitimidad del ordenamiento.31
31
idem.
32
Sánchez Vázquez, Rafael, Metodología de la ciencia del derecho, México, editorial Porrúa, 1999,
p.209.
33
idem.
34
Específicamente nos referimos a que: La ciencia jurídica por antonomasia, el saber jurídico
tradicional, es lo que hoy se suele llamar dogmática jurídica. Atienza, Manuel, El sentido del
derecho, España, editorial Ariel, 2001, pp. 238 y 239.
18
Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no
fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá
pena más grave que la aplicable en el momento dela comisión del delito.35
En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los
que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección,
cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las
condiciones que esta Constitución establece.
35
O’ Donell, Daniel, Derecho internacional de los derechos humanos, normatividad, jurisprudencia
y doctrina de los sistemas universal e interamericano, México, Oficina del alto comisionado de las
naciones unidas para los derechos humanos, 2007, p. 341.
36
ibidem, p. 345.
19
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con
esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en
todo tiempo a las personas la protección más amplia.
37
Carbonell, Miguel, Constitución política de los estados unidos mexicanos, México, editorial
Porrúa, 2013, pp. 19 y 20.
38
ibidem, p. 34.
39
Sánchez Vázquez, Rafael, op. cit., nota 32, p. 208.
20
creado formas jurídicas para protegerlo; tal sería el caso, de lo que en derecho
penal se reconoce como garantías individuales de seguridad jurídica, concepto
jurídico que en palabras de Izquierdo Muciño, “…son aquellas que protegen al
individuo en sus derechos y que su fin es proteger al individuo contra cualquier acto de
autoridad que viole o vulnere algún derecho consagrado en la ley”.40
En suma, una vez que el principio de estricta legalidad surge a la vida jurídica,
previa concordancia con la norma fundamental que lo reconoce, se crea un
complexus normativo, -en donde los enunciados guardan relaciones de
deducibilidad, verbigracia, en el sentido de que cada enunciado se encuentra
implicado por otro, y así sucesivamente, hasta configurar una red de relaciones
lógicas-.
40
Izquierdo Muciño, Martha Elba, Garantías individuales, México, editorial Oxford, 2001, Colección
Textos Jurídicos Universitarios, p. 14.
41
Ferrajoli, Luigi. op. cit., nota 3, p. 37.
21
Merced a dicho principio, se reduce el campo de discrecionalidad del juzgador, y
en contrasentido se amplía el espacio de comprobación y/o refutación de la
hipótesis acusatorias, como exige la segunda condición, de forma que resulten
convalidadas sólo si resultan apoyadas por pruebas y contrapruebas según la
máxima nullum iudicium sine probatione; máxima, que evidencia, en palabras de
nuestro autor de referencia:
…un modelo teórico y normativo del proceso penal como proceso de cognición o
de comprobación, donde la determinación del hecho configurado por la ley como
delito tiene el carácter de un procedimiento probatorio de tipo inductivo, que excluye
las valoraciones en lo más posible y admite sólo, o predominantemente, aserciones
o negaciones -de hecho o de derecho-…42
42
idem.
22
Ante dicha transgresión, como consecuencia se sufre la condena de quien se ha
probado que es su responsable, sanción entendida no como un juicio moral ni un
diagnóstico sobre la naturaleza anormal o patológica del reo, sino mas bien
porque con su conducta ha conculcado la norma, que previamente ha sido creada
por el legislador.
Labor esta última, que jamás podrá descontar esa parte humana en la toma de
decisión objetiva de la verdad o de lo verdadero; a pesar de ello, desde el punto
de vista filosófico esta valoración puede ser resuelta desde cuatro puntos de vista,
que Ferrajoli define como espacios de poder.
43
ibidem, p. 39.
23
Consideramos relevante, destacar el texto que antecede, por la razón
fundamental de que nuestro objetivo de investigación y en buena medida, lo que
justifica nuestro tema de tesis, tiene que ver nodalmente con este poder que el
jurista italiano denomina el poder de comprobación probatoria o de verificación
fáctica, ámbito temático que sirve de plataforma, en lo sustancial, a nuestra
investigación por su obvia liga discursiva referente a la metodología de obtención y
análisis del material probatorio en materia de criminalística.
Retomando la idea de los espacio de poder, que identifica y describe la teoría del
Garantismo penal aquí esbozada, tenemos en tercer lugar, el poder de
connotación o de comprensión equitativa; una verdadera labor silogística, en la
que el juez, además de comprobar los hechos abstractamente denotados por la
ley como presupuestos de la pena, debe fundar en la ley y motivar en su dictado
las razones especificas que convierten a cada hecho en distinto de los demás.
Siendo observadores, nos percatamos que, una vez más interviene una parte
subjetiva de la labor judicial, dicha tarea se define como la equidad del juez.
Nada mas ilustrativo, para postular el principio pro homine o pro persona
emanado del derecho internacional de los derechos humanos, mediante el que
razonablemente el juzgador debe armonizar los ordenamientos ante cualquier
conflicto de aplicación de normas en la rama penal; es decir, “La defensa de la
persona humana y el respeto a su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del
Estado”; como bien lo expreso Cesar Landa, en su obra La aplicación de los
tratados internacionales en el derecho interno y la corte interamericana de
derechos humanos.
44
idem.
24
Por último, en cuarto lugar tenemos el poder de disposición o de valoración ético-
política, reflejo del adecuado o inadecuado engarzamiento de los principios de la
estricta jurisdiccionalidad con la estricta legalidad.
Por tales motivos, ante la falta de normas que describan con precisión la
desviación punible (un proceso legislativo claro y eficiente), surge en el ámbito
jurisdiccional la oportunidad para la toma de decisiones discrecionales que como
ha quedado apuntado, convierten la labor judicial en ineficaz e irracional y en la
parte legislativa se traduce en ilegitimidad-política, rasgos que caracterizan a los
modelos penales anacrónicos que la cultura jurídica y el modelo garantista han
tratado de superar.
A continuación, bien vale la pena esbozar lo que Ferrajoli expone acerca del
antigarantísmo, modelo inversamente direccional al que en supralíneas se ha
descrito, que correspondería a un paradigma penal de corte ontológico, en la
definición estrictamente normativa y decisionista en el plano procesal-
jurisdiccional, representante de modelos arcaicos como el de la inquisición45.
45
Como ningún otro organismo, la inquisición es un símbolo del carácter puramente defensivo, de
la estrechez y pobreza espiritual que caracteriza la cultura de la colonia en el siglo XVII; instalado
solemnemente el santo tribunal, en lima (1570) y en nueva España (1571), dicho tribunal actúa
como un superorganismo cuyas funciones invasoras y no siempre claramente delimitadas asustan,
a la vez, a los otros poderes, especialmente al civil. Picón-Salas, Mariano, De la Conquista a la
Independencia, México, Fondo de Cultura Económica, 1994, p. 112.
25
autor cargado de valoraciones moralistas, antropológicas, decisionistas y de
resultados eficientistas46.
46
Con respecto al expuesto modelo ontológico, que se opone absolutamente al modelo garantista,
resulta ilustrador el discurso que Michell Foucault utiliza para señalar un modelo, que denomina de
control social, mediante el cual, a partir del siglo XIX, toda la penalidad va enfocada no tanto sobre
si lo que hacen los individuos está de acuerdo o no con la ley sino más bien al nivel de lo que
pueden hacer, son capaces de hacer, están dispuestos a hacer o están a punto de hacer. De este
modelo surge el escandaloso concepto, en términos de teoría penal, de peligrosidad,
grandilocuente aportación de la criminología penal. cfr. Foucault, Michell, La verdad y las formas
jurídicas, Conferencias en la Pontificia Universidad de Rio de Janeiro, Brasil, 21 y 25 de mayo de
1973, p. 42.
26
policial en donde se persigue no tanto por lo que se ha hecho sino, sobre todo, por
lo que se es.” 47
Por otra parte, con referencia al segundo contrasentido del antigarantísmo, polo
opuesto al principio de estricta jurisdiccionalidad, tenemos lo que Ferrajoli
denomina decisionismo procesal, un modelo alejado de los límites que la propia
norma fija a las funciones jurisdiccionales, criterio discrecional que se apoya
fundamentalmente en el arbitrio, cargado de subjetividad, del juzgador.
47
Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 3, p. 42.
27
reprochada jurídicamente a su autor, ésta se entiende como el elemento subjetivo
del delito que comprende el juicio de reproche por la ejecución de un hecho
contrario a lo mandado por la ley.
Pues bien para arribar al grado de culpa, la legislación sustantiva prescribía que el
juzgador, en ejercicio de su arbitrio, debería tomar conocimiento directo del sujeto,
de la víctima y de las circunstancias del hecho y, en su caso, requeriría los
dictámenes periciales tendientes a conocer la personalidad del sujeto; factor, este
último, que veladamente consideraba la supuesta peligrosidad social del agente.
Dado que el derecho penal no es un fenómeno natural sino un producto social, cuya
naturaleza y estructura varía en función del tiempo y lugar, la epistemología de la
ciencia del derecho depende de forma estrecha de la naturaleza del derecho mismo,
48
El concepto de “temibilidad” deviene de la teoría de la criminalidad de Rafael Garófalo, quien
estableció la Teoría de la Defensa Social, y su “teoría de la temibilidad” para sancionar al autor de
un delito, definiéndola como la “perversidad constante y activa que hay que temer de parte del
delincuente” Cabrera Márquez, Felipa Leticia María, El Estudio de personalidad aplicado a mujeres
privadas de libertad, a la luz de los estándares en materia de debido proceso con perspectiva de
género. Una aproximación desde el modelo penal garantista, Instituto Veracruzano de las Mujeres,
México, 2008, p. 14.
28
es decir, del lenguaje en que este consiste, y ha variado con los cambios de
paradigma que el derecho ha sufrido en su historia milenaria.49
Es decir, de la lectura del artículo 72, párrafo último, del Código Penal para el
Distrito Federal51, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha
declarado su Inconstitucionalidad atendiendo al “principio de acto” que debe regir
para el efecto de condenar a una persona por el hecho cometido y no por lo que es.
49
Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 16, pp. 112 y 113.
50
Tesis 1ª. /J. 20/ 2014, Semanario judicial de la federación y su gaceta, décima época, t. I, marzo
de 2014, p. 376.
51
Agenda Penal del D. F., Ediciones Fiscales ISEF, México, 2013, p. 21.
29
1.6 La verdad científica y su relación con el principio de estricta jurisdiccionalidad.
30
inútil ni vacuo, la libertad de los ciudadanos precisamente contra la introducción de
verdades sustanciales tan arbitrarias como incontrolables.” 52
Luego entonces, vuelve a demostrarse la idea sistémica del derecho ya que del
entrelazamiento entre garantismo, convencionalismo legal y cognoscitivismo
jurisdiccional surge un modelo ideal en el ámbito penal propuesto como meta
aproximable, nunca del todo, a plenitud alcanzable.
52
Ferrajoli, Luigi, op cit., nota 3, p. 45.
53
ibidem, p. 46.
31
En donde “…las garantías legales y procesales, además de garantías de libertad, son
también garantías de verdad; y que «saber» y «poder» concurren en medida distinta en el
juicio según aquéllas sean más o menos realizables y satisfechas.” 54
Ahora bien, desde el punto de vista semántico se observa que las resoluciones
judiciales llevan implícito enunciados que relacionan los hechos con las normas
jurídicas que hablan de ellos, es decir, son aserciones, empíricas (de hecho) o
cognoscitivas (de derecho), ambas continentes de verdad, en la medida en que
son verificables (o refutables) por medio de la investigación empírica.
A todo lo anterior baste agregar que, para comprobar las cuestiones de facto –
hecho-, vale recurrir a un método inductivo en relación a los medios de prueba de
que se dispone; por su cuenta, las cuestiones de derecho son resultado del
empleo de un método deductivo en relación al significado de las palabras que
entraña la ley, ambos métodos, inductivo-deductivo, confluyen para construir la
verdad fáctica y verdad jurídica, que en nuestra postura garantista integran la
verdad procesal.
54
idem.
55
ibidem, p. 49.
32
1.7 Reseña histórica del paradigma positivista, fuente conceptual de la
investigación criminalística.
56
Kuhn, Thomas, La estructura de las revoluciones científicas, México, Fondo de Cultura
Económica, 1985, p. 81.
33
Concluye sosteniendo que ésos son los paradigmas de la comunidad revelados
en sus libros de texto, sus conferencias y sus ejercicios de laboratorio.57Para no
distraer nuestra primer intención, damos paso al propuesto recuento histórico.
57
cfr. Villa, Vittorio, Constructivismo y teorías del derecho, México, UNAM, 2011, p. 115. Para
este autor existe una correspondencia teórica entre paradigma y esquemas conceptuales,
“…el conocimiento, cuando asume una forma acabada, termina por articularse siempre en
conjuntos complejos de elementos diversos, jerárquicamente estructurados, que evolucionan
históricamente y que están facultados para ofrecer, una y otra vez, un orden y una
organización al campo de la experiencia objeto de investigación.”
58
Lindbergh, David C., Los inicios de la ciencia occidental, Barcelona, Paidós, 2002, p. 50.
59
idem.
34
Si bien es cierto, de esta forma se cimentó un modelo de obtención de
conocimiento, también resulta evidente que el devenir de la investigación ha
trascendido por varias etapas, en paralelo a la madurez, por decirlo de algún
modo, del pensamiento occidental creador del concepto de ciencia.
60
ibidem, p. 62.
35
Instrumento, mental, que permite identificar la realidad con las propiedades que
las clases de cosas tienen en común en la forma idealizada, es decir, para
alcanzar el verdadero conocimiento, debemos dejar de lado todas las
características peculiares de las cosas individuales y buscar las características
compartidas que los definen en clases. Este punto de vista, tiene un tinte
moderno, ya que la idealización61 es una característica prominente de gran parte
de la ciencia moderna.
61
En términos de la idealización, el objetivo de la ciencia será interpretar la realidad
matemáticamente; es decir, expresar enunciados generales a partir de hechos particulares, el
mundo inteligible, modélico e inmutable que encuentra su formulación mas certera en la
matemática. Rubio, María José y Varas, Jesús, op. cit., nota 14, p. 29.
36
modo, el proceso de la adquisición del conocimiento inicia con la experiencia
sensible, experiencia que en repetidas ocasiones deja una memoria.
62
ibidem, p. 23.
63
ibidem, p. 79.
64
Russell, Bertrand, El panorama de la ciencia, Chile, editorial ERCILLA, 1988, p. 2.
37
Aristóteles, unos 300 años antes de Cristo (a. C.), no obstante, durante los últimos
150 ciento cincuenta años la ciencia se ha convertido en un factor de cambio
global, tanto natural como culturalmente hablando y dicho factor sigue un avance
en constante desarrollo.
En palabras de este científico, “…para que una civilización científica sea una buena
civilización, es necesario que el aumento de conocimiento vaya acompañado de un
aumento de sabiduría. Entiendo por sabiduría una concepción justa de los fines de la
vida.” 65
Cita seguida, nos sitúa en los albores del renacimiento, cuando la escolástica 66
comienza a ceder a la fuerza de la libre especulación, destaca con mucho el genio
de Leonardo Da Vinci, con cuyos trabajos se adelanta a su época, contrario a lo
que pudiera suponerse, este inquieto inventor no parece haber influenciado en los
trabajos de sus sucesores científicos.
Mas bien, comenta Rusell, el método científico, tal como lo conocemos, aparece
en escena con Galileo (1564-1642) y Kepler (1571-1630), contemporáneo, éste de
65
ibidem, p. 6.
66
Picón-Salas, refiere a un tipo de pensamiento que subordina el contenido científico, al ideal
teológico. Como lo que importa es la adecuación de las cosas a esa norma suprema, de esta
concepción filosófico-intelectualista se desprenden otras características del pensamiento colonial:
negación del progreso en cuanto el orden divino es inmutable. Se quiere vivir en un mundo no
alterado por lo temporal y contingente, y por ello falta el espíritu histórico, o sea la conciencia de lo
cambiante. Lo particular se subordina a un principio ideal, a una norma de autoridad o tradición, no
verificada por la experiencia. Picón-Salas, Mariano, op. cit., nota 45, p. 148.
38
aquél, que alcanzaría la fama por sus leyes, la primera de ellas descubrir que los
planetas se mueven en torno al sol según elipses y no circunferencias perfectas.
En efecto, fueron Kepler y Galileo los que en ejercicio del método científico
lograron madurar una hipótesis, compartida, por cierto, en las ideas de Copérnico
y algunos griegos de la antigüedad, para cristalizarla en una ley; en suma, Rusell
concluye”…pasaron de la observación de hechos particulares al establecimiento de leyes
cuantitativas rigurosas, por medio de las cuales los hechos particulares futuros podían ser
predichos.”
…que él era más sabio que sus contemporáneos, porque él sólo sabía que no
sabía nada. Esto era un artificio retórico. Galileo pudo haber dicho con verdad que
39
no sabía gran cosa, pero sabía que sabía algo, mientras los contemporáneos de
Aristóteles no sabían nada y pensaban que sabían mucho.67
Sin embargo, por más contundente que parecieran los resultados obtenidos por
este científico inglés, pasaron cerca de doscientos años para que otro gran
hombre de ciencia, nos referimos a Einstein, replanteara la ley de gravitación y
67
Rusell, Bertrand, op. cit., nota 64, p. 14.
68
ibidem, p. 17.
40
descubriera la teoría de la relatividad69misma que permite conceptualizar el tiempo
y el espacio desde la teoría general de la física.
En este sentido Rusell expresa, a manera de ejemplo que: “La obra de Einstein ha
acentuado la dificultad de soluciones acabadas en la ciencia. La ley de gravitación de
Newton ha reinado durante tanto tiempo y ha explicado tantas cosas, que parecía apenas
creíble que tuviera necesidad de corrección. Sin embargo, tal corrección ha resultado
necesaria al final, y nadie duda de que la corrección tendrá que ser, a su vez, corregida.”71
Valgan los ejemplos ilustrados, para señalar que los descubrimientos científicos
basados en la física, matemáticas y algunas otras materias de razonamiento puro
constituyen un paradigma denominado positivista que incluso ha alcanzado el
69
En lo que Einstein difiere de Newton, en lo hasta ahora observado, resulta aquél tener razón. La
ley de gravitación de Einstein es más general que la de Newton, toda vez que no sólo se aplica a la
materia, sino también a la luz y a toda forma de energía. ibidem, p. 25.
70
Termino acuñado en la contextualización histórica del objeto de estudio; es decir, los fenómenos
son procesos cambiantes, dentro de una realidad dinámica, en continuo movimiento, oposición y
conflicto. Por tanto es recomendable aproximarse de manera temporal al devenir del objeto. Rubio,
María José y Varas, Jesús, op. cit., nota 14, p. 236.
71
Rusell, Bertrand, op. cit., nota 64, p. 17.
41
ámbito de las ciencias sociales72; en donde es posible, ubicar este modelo en la
tradición científico-filosófica denominada Galileana73cuya metodología mecanicista
se propone explicar y predecir fenómenos.
Para resumir este paradigma positivista vale brevemente apuntar sus rasgos
característicos; a saber: “1) El monismo metodológico. 2) La matematización de la
72
Plataforma científica que en sociología ha sido postulada en los trabajos de Dukheim como
sociología cuantitativa basada en la estadística; para justificar su postura, afirma: Nuestro principal
objetivo es extender a la conducta humana el racionalismo científico, destacando que, considerada
en el pasado, puede reducírsela a relaciones de causa y efecto, y que mediante una regla no
menos racional, es posible luego transformar estas ultimas en reglas de actuación para el futuro.
Rubio, María José y Varas, Jesús, op. cit., nota 14, p. 68.
73
Postura que se entiende como explicación causal (a todo efecto le precede una causa) y
mecanicista por cuanto considera la naturaleza un sistema de movimiento en equilibrio estático
sometido a leyes permanentes y universales; un mecanicismo cuyos movimientos se pueden
predecir y calcular matemáticamente. ibidem, p. 67.
74
idem.
75
ibidem, p. 68.
76
ibidem, p. 22
42
realidad. 3) La explicación causal, funcional y mecanicista. 4) Interés tecnológico o
instrumental.” 77
77
ibidem, p. 68.
43
Punto de vista que aborda a la naturaleza como un conjunto de fenómenos en
constante transformación, en la que los procesos de creación y cambio son
fundamentales y dan origen a una complejidad y multiplicidad de acontecimientos
en constante renovación y diversificación.
Baste referir como ejemplo, los efectos producidos por el estudio de la física
cuántica en el terreno del conocimiento contemporáneo, ya que este objeto de
conocimiento permitió un nuevo encuentro y dialogo entre la ciencia y la filosofía,
se abonó el terreno para una nueva alianza al mostrar que:
78
Rubio, María José y Varas, Jesús, op. cit., nota 14, p. 24.
79
ibidem, p. 69.
44
Luego entonces, para la hermenéutica resulta necesario atender las condiciones
que intervienen en el proceso de comprensión de un determinado objeto de
estudio, para el caso la relación que produce la transmisión del lenguaje cuyo
sentido se trata de penetrar; en este sentido, la hermenéutica tiene como finalidad
la búsqueda del sentido que orienta al lenguaje.
45
argumentaciones, dos razones, que se oponen, en dialéctica hay dos lógicas, dos
razones que se confrontan; forma de pensamiento vinculado inicialmente a Hegel
(Georg Wilhelm Friedrich Hegel 1770-1831), filósofo alemán que expresaba que la
realidad no está acabada, sino en continuo movimiento, en busca de su
perfección.
Para este último enfoque, existe una lógica del desenvolvimiento de la realidad; a
saber, la realidad se realiza en la confrontación de la lógica del ser y la lógica del
pensar, entre lo real y lo abstracto. Postura filosófica que ahonda en el concepto
de lo abstracto, donde la idea es el momento negativo, la negación de lo real.
De tal forma, lo real (tesis) es lo que puede llegar a ser (síntesis), pero sólo, sólo
y sí, a partir de su negación en la abstracción (antítesis), en esta lógica, la
dinámica social, el cambio, la evolución de la humanidad se condiciona al
desarrollo del pensamiento.
83
ibidem, p. 72.
46
Finalmente, para esta postura, existe una relación entre lo concreto y lo
abstracto, de tal modo que, la abstracción, la teorización solamente vale en la
medida que nos permite conocer lo concreto, los hechos en su contexto histórico y
espacial específico.
Rubio y Varas presentan dos citas que dan claro ejemplo de la postura dialéctica;
en primer lugar exponen el pensar de Martín Serrano, quien expresa“…los
dialécticos no interpretan el término “totalidad” como una contingencia general abstracta.
En el plano del conocimiento, la totalidad es un conocimiento concreto orientado a la
praxis; y en el plano de la sociedad, la totalidad se refiere a una sociedad concreta, es
decir, una formación social determinada.” 84
84
ibidem, p. 73.
85
idem.
47
autocorrección, al estar destinadas a sucumbir las hipótesis falsas o inadecuadas frente a
las refutaciones y críticas de la comunidad de los historiadores y los científicos…” 86
Cabe considerar que la observación implica dos supuestos en los que, en primer
lugar, un observador humano tiene acceso más o menos directo a algunas
propiedades del mundo exterior, en la medida en que el cerebro registra esas
propiedades en el acto de ver (percibir por cualquiera de los sentidos). La segunda
consideración, que precisamente pretenden los falsacionistas poner en duda,
consistiría en que dos observadores que vean el mismo objeto o escena desde el
mismo lugar, necesariamente verán lo mismo.
86
Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 3, p. 57
48
nuestra mente o cerebro, que dependerá de nuestra educación, cultura,
conocimiento y no estará determinado únicamente por las propiedades físicas de
nuestros órganos sensoriales.
No desaprovechamos la ocasión para señalar que el discurrir por los cauces del
tema científico, nos conduce a diversos enfoques teórico-conceptuales,
amenazando, entre otras cosas como la premura de tiempo, con desviar nuestro
estudio del objetivo primordial de tesis, hecho que nos obliga de momento a dar
cierre al presente subtema, no sin antes concluir que: “Nunca se puede decir que una
teoría es verdadera, por muy bien que haya superado pruebas rigurosas, pero
afortunadamente se puede decir que una teoría actual es superior a sus predecesoras en
el sentido de que es capaz de superar pruebas que falsaron a sus predecesoras.” 87
87
cfr., Chalmers Alain F., ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Una valoración de la naturaleza y el
estatuto de la ciencia y sus métodos, Siglo XXI Editores, pp. 60-80.
49
Capítulo II. El derecho penal y su relación con otras ciencias
interdisciplinares
“El Derecho Penal es una rama del derecho que se involucra con el ser humano
en todas sus dimensiones, materiales y espirituales. Siendo así, tiene un atractivo
fascinante, como lo es el hombre mismo, con sus debilidades y fortalezas…”
88
Díaz Uribe, Hugo Antonio, Apuntes de derecho penal, Universidad de las Américas, sede
Concepción, 2006, p.1.
50
Para ejemplo nos permitimos mencionar las siguientes denominaciones,
obtenidas del texto de Hugo Antonio Díaz Uribe, “Apuntes de derecho penal”.89
Según RAIMUNDO DEL RÍO el Derecho Penal es “la ciencia que trata del delito, el
delincuente y las medidas que le son aplicables en defensa social”.
Por extraño que parezca el autor aludido pasa por alto que la ciencia utiliza un
discurso descriptivo, mientras que el derecho substancialmente utiliza un discurso
prescriptivo que apunta al deber ser en el comportamiento humano.
ETCHEBERRY señala que “el Derecho Penal, en sentido amplio, es la parte del
derecho que se ocupa del delito, el delincuente y la pena”.
En esta guisa cabe destacar tres de los elementos que articulan toda
normatividad en materia de derecho penal, en donde el primero refiere al acto
denotado por el legislador como contrario a derecho; el segundo, como el sujeto
activo del mismo dotado de atributos como la imputabilidad y culpabilidad de
relevancia penal; por último la pena, como medio del fin de reinserción social.
89
ibidem, p. 2.
90
idem.
51
a) Consta de una función pública.
No siempre fue así pues hubo tiempos en que se ejercía de manera privada.
Significa esto que hoy en día corresponde exclusivamente al Estado.
Nadie puede ser castigado por sus pensamientos, como es reconocido de tiempo
de los romanos, Ulpiano propiamente. Las normas jurídicas están únicamente
destinadas a reglar las actividades de los hombres en cuanto trascienden al
exterior de ellos. Lo que se mantiene en el plano puramente psíquico (ideas,
deseos, propósitos), sin exteriorizarse en forma alguna, queda sustraído a la
esfera de acción del Derecho;
52
ya en esa isla un delito, que puede tener mayor o menor altura, y así hay también delitos
91
de mayor o menor gravedad;”
e) De hecho es sancionatorio.
91
ibidem, p 3.
53
Por lo tanto, esa intencionalidad u objetivo particular determina la delimitación de
un objeto de estudio como bien lo expresa Zaffaroni: “El objetivo o intencionalidad del
saber (el para qué concreto de cada saber) es lo que le permite acceder al conocimiento
de ciertos entes, pero siempre desde la perspectiva de esa intencionalidad, es decir,
ensayar su horizonte de comprensión (o de explicación) de esos entes con ese particular
interés.” 92
92
Zaffaroni, Eugenio Raúl, Derecho penal, parte general, 2ª edición, Argentina, Ediar, 2002, p. 3.
93
ibidem, p. 4.
54
presupuestos puede requerirse la habilitación de la pena? (teoría del delito); y (c) ¿Cómo
debe responder a este requerimiento la agencia judicial competente? (teoría de la
responsabilidad punitiva).” 94
Propiamente podemos resumir que lo que nos interesa para esta parte de
nuestro trabajo sería, en efecto, congeniar una definición al horizonte del derecho
penal que haga manifiesta nuestra intencionalidad, es decir, qué parte en
específico despierta nuestro interés de investigación.
a) estamos en presencia de una rama del saber jurídico o de los juristas (un
segmento del Derecho), cuyo estudio apunta a un objeto práctico consistente en
obtener conocimiento (criterios de verdad) que sirva de guía de las decisiones
judiciales;
94
cfr. Zaffaroni, Eugenio Raúl, op. cit., nota 92, pp. 4 y sigs.
55
derecho penal demanda en su estructuración un concepto de pena que abone en
la delimitación de su universo (los fines de la pena);
En este contexto, Zaffaroni concluye: “La función más obvia de los jueces penales y
del derecho penal (como planeamiento de las decisiones de éstos), es la contención del
poder punitivo. Sin la contención jurídica (judicial), el poder punitivo quedaría librado al
puro impulso de las agencias ejecutivas y políticas y, por ende, desaparecería el estado
de derecho y la República misma.” 95
95
ibidem, p. 5.
56
pero en forma diferente a como lo haría un estado caracterizado por funciones de
policía en cuyo ejercicio somete a la población al poder del que manda, en dichas
condiciones el estado de derecho se ve reducido en uno de sus extremos a ras de
ideología que oculta la realidad de un aparato de poder al servicio de una clase
hegemónica, y del otro extremo como una realidad idealizada en que los defectos
coyunturales son minimizados.
96
Carbonell, Miguel, op. cit., nota 37, p. 9.
97
Zaffaroni, Eugenio Raúl, op. cit., nota 92, p. 6.
57
formar las bases de otro, por decirlo de algún modo, un horizonte de conocimiento
nuevo, actual.
Todo lo previamente expresado permite concluir que en todos los saberes resulta
pertinente concebir nítidamente entre su definición actual y su conceptualización
histórica, particularmente en el derecho penal cabe diferenciar dos vías de acceso
al objeto de estudio, de donde: 1) el derecho penal histórico, como proceso de
conocimiento del saber referido al poder punitivo, con sus diferentes y sucesivos
horizontes y objetivos políticos; y 2) la definición del derecho penal actual, como
su momento contemporáneo y su propuesta de futuro inmediato.
98
idem.
58
Evidentemente la intencionalidad manifiesta de este autor argentino, no apunta a
definir el derecho como ciencia, por el contrario nos expresa específicamente que
se trata de normas jurídicas cuya naturaleza prescriptiva utiliza un tipo de discurso
orientador del comportamiento humano99, apunte complementario que nos evitaría
caer en una confusión conceptual.
A pesar de las opiniones que hemos planteado, subsiste la inquietud que plantea
Jiménez de Asúa, en cuanto a que “necesitamos abocarnos al tema filosófico de por
qué se pena”, en seguida afirma: “el jurista precisa ser filósofo, si quiere que sean
perdurables las soluciones dadas a los problemas que le preocupan”. “Incluso –continúa-
la investigación histórica cobra nuevo sentido si la interpretamos con aliento filosófico. Los
suplicios de las épocas pretéritas eran reflejo de la norma de la cultura que el mundo
101
vivía”. Por ende, cabe agregar que es la cultura propia del lugar en que se vive
la que regula la pena, el castigo, y la forma de aplicarlo.
99
Esta es en general la función pragmática propia de todas las normas: orientar los
comportamientos estableciendo efectos jurídicos agradables o desagradables para su omisión.
Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 3, p 277.
100
Zaffaroni, Eugenio Raúl, op. cit., nota 92, p. 7.
101
Díaz Uribe, Hugo Antonio, op. cit., nota 88, p. 4.
59
referido preguntándose ¿por qué castigar?, seguidamente aborda los argumentos
de dos corrientes de opinión; la primera que sostienen los abolicionistas y la
segunda defendida por los justificacionistas.
Respecto del inciso b), se observa que implica una problemática de tipo
filosófica, tolerante de respuestas de rasgos ético-políticas, construcciones de
proposiciones normativas, por lo mismo no verdaderas ni falsas, sino sólo
aceptables o deleznables por su contenido valorativo de justo o injusto.
102
Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 3, p. 322.
60
caracteriza a esta expresión; precisa que, son doctrinas normativas -o más
sencillamente normas, o modelos normativos de valoración o justificación-
formuladas o rechazadas por referencia a valores.
Por cuanto respecta a las teorías descriptivas, entendidas como aquellas que
consisten en aserciones empíricas verificables y falsables, tal es el caso de las
explicaciones de las funciones de la pena ofrecidas por la historiografía y la
sociología de las instituciones penales, así como las de sus motivaciones jurídicas
formuladas por la ciencia del derecho positivo.
Luego entonces, las “doctrinas normativas del fin y teorías explicativas de la función o
de la motivación son por consiguiente asimétricas entre sí, ya sea en el plano semántico,
por el distinto significado de fin, función y motivación; en el plano pragmático, por las
finalidades puramente directivas de las primeras y descriptivas (de hechos) de las
segundas y (de normas) de las terceras; o en el plano sintáctico, porque las unas no son
derivables de las otras.” 103
103
idem.
61
Ubicados en este análisis de fines y medios justificadores, se demanda la
presencia de un requisito primordial necesario para evitar las falacias naturalistas-
normativistas, antedichas, cuando Ferrajoli expresa “…es necesario en primer lugar
que el fin sea reconocido y compartido como un bien extra-jurídico, externo al derecho, y
en segundo lugar que el medio jurídico sea reconocido como un mal, es decir, como un
coste humano y social que precisamente por ello ha de ser justificado.” 104
104
ibidem, p. 326.
105
ibidem, p. 328.
62
normativo, de manera que su valorización axiológica resulta el fruto de una falacia
naturalista.
Concepciones, todas ellas, en donde “…el medio punitivo se identifica con el fin, es
decir, se concibe como un bien que es fin en sí mismo; y la justificación de la pena, al
resolverse en una justificación apriorística e incondicionada, se reduce a una petición de
principio.” 107 De donde se desprende que, las doctrinas retribucionistas y las
integracionistas se identifican como ideologías naturalistas, en virtud de valorar
como fin el carácter retributivo o funcional de la pena, que bien visto resulta un
hecho, luego considerar como justificación la motivación jurídica o incluso la
explicación de la función.
106
ibidem, p. 329.
107
ibidem, p. 330.
63
Por el contrario, las doctrinas correccionales de la prevención especial
representan ideologías normativistas, por el hecho de acreditar como función el fin
correccional de la pena, previendo la satisfacción del fin de un modo apriorístico, a
pesar de que no esté realizado o bien no sea irrealizable; deduciendo así el ser del
deber ser.
Mérito disociador, cuya utilidad sirve: a) para valorar los costes que representan
las penas frente a los daños que éstas tienen como fin prevenir, b) para impedir la
autojustificación de los primeros en virtud de la confusión entre derecho y moral, c)
para hacer posible la justificación, antes que de las penas, de las prohibiciones
penales, sobre la base de finalidades externas a las penas y al derecho penal.
108
idem.
64
Carrara, pretender que la pena impida el delito en todos los facinerosos es imposible, y el
intentar lograrlo, en todo caso, fue causa fatal para el progresivo encarnizamiento de los
suplicios.” 109
Queda claro que una vez acaecido el delito, la supuesta intención preventiva
depositada en la pena no ha logrado disuadir en si mismo el acontecimiento, ni
aun previendo una sanción de mayor rigor; por lo tanto:
Está claro que éste es un «necio argumento» para exacerbar las penas. Pero sirve
para demostrar que el fin de la prevención o incluso sólo de la reducción de los
delitos no sirve para fijar algún límite máximo a las penas, sino sólo el límite mínimo
por debajo del cual no es realizable y la sanción, como dijo Hobbes, no es ya una
pena sino una tasa totalmente carente de capacidad disuasoria.110
En este contexto, se hace evidente otro punto sustancial, a saber, existe otro fin
al que habría que integrar el fin justificador de la pena mínima, aquel que tiene que
ver con prevenir un mal originado por la reacción de repulsa ante el delito,
entendida como oposición salvaje, informal, espontánea, arbitraria y como bien
subraya Ferrajoli, punitiva pero no penal, que ante la ausencia del ius puniendi
estatal, se correría el riesgo de provenir de la parte ofendida, ya sea de fuerzas
sociales o institucionales afines a dicha reacción.
Para redondear la idea, nuestro jurisconsulto en cita refiere, “En esta perspectiva la
pena mínima necesaria de la que hablaban los ilustrados -entendida la «pena» en el
sentido genérico de reacción aflictiva a la ofensa- no sólo es un medio, sino que es ella
misma un fin: el fin de la minimización de la reacción violenta al delito.” 111
A mayor ilustración, este fin marcaría el límite máximo en que una pena no
reflejaría el tinte desproporcionado de la reacción colectiva reconocida como pena
informal, luego entonces, pena mínima necesaria y límite máximo confluyen para
justificar una sanción penal garantista.
109
ibidem, p. 332.
110
idem.
111
idem.
65
Luego de destacar, la proporción entre fin y límite de la pena, Ferrajoli identifica
un enfoque de origen histórico en que pena, venganza individual, derecho de
defensa individual y defensa social confluyen en lo que denomina paralogismo
conceptual de la tradición ilustrada del derecho penal. Al tiempo, se vuelve más
específico señalando que efectivamente el derecho penal surge no para
desarrollar sino como forma de oposición al deseo de venganza, en este sentido
como antítesis de la misma. Justificándose, pues, no en la medida de garantizarla
sino en la forma de impedirla.
112
ibidem, p. 334.
66
Queda claro que en efecto, debe existir una prevención tendiente a evitar la
comisión de los delitos como fin justificador del derecho penal; en la que fines del
derecho y de las prohibiciones penales estén encaminados a tutelar los derechos
fundamentales de los integrantes del grupo social contra las afectaciones
producidas por otros miembros de la colectividad. Asimismo, se hace evidente que
el derecho penal adquiere una doble finalidad preventiva como sería la de
prevenir genéricamente la comisión del injusto y por otro cauce, evitar penalidades
carentes de proporción.113
113
Ello quiere decir que para que un sistema penal pueda considerarse justificado hay que valorar
su funcionalidad, comparando entre sí entidades homogéneas y escapando por consiguiente a la
objeción kantiana también respecto a otro tipo de fin no menos importante que el de la prevención
de los delitos: la prevención de los castigos excesivos e incontrolados, dotados también de una
cierta capacidad preventiva frente a los delitos, que se reiterarían en su ausencia. ibidem, p. 280.
114
ibidem, p. 334.
67
Luego en tercer y último, porque el fin limitador de las penas arbitrarias
efectivamente sustentaría un derecho penal mínimo y garantista, ya que como
sostiene Ferrajoli:
Como quedó esbozado en los párrafos precedentes las etapas del derecho penal
vienen representadas por una confusión de tipo histórico en que pena y venganza
han animado los ánimos del legislador para justificar el incremento
desproporcionado de la pena como medio de defensa social; sin embargo,
contrario a lo anterior nuestro analista propone una doctrina de derecho penal
mínimo como técnica de tutela de derechos fundamentales, merced a la cual,
quede disminuida la violencia en la sociedad.
Análisis sustentado por el hecho de que delito y venganza tienen como razón de
ser la fuerza, del transgresor en el primer caso, de la parte ofendida en el
segundo; medio coactivo, que en ambos casos suele ser arbitrario,
desproporcionado e incontrolado.
Por lo mismo, el derecho penal “…se dirige a minimizar esta doble violencia,
previniendo mediante su parte prohibitiva la razón de la fuerza manifestada en los delitos
y mediante su parte punitiva la razón de la fuerza manifestada en las venganzas u otras
posibles reacciones informales.” 116
68
amenazado por el delito como el ofensor o amenazado por la venganza, contra la
reacción del mas fuerte representado en el delito por el delincuente y en la
venganza por la parte ofendida o los afines públicos o privados solidarios con él.
De suyo, el derecho penal encuentra una justificación como ley del más débil
encaminada a la defensa de los derechos contra la violencia del más fuerte; dando
por satisfechos los fines preventivos, delitos-penas desproporcionadas, allende de
legitimar en conjunto “…la «necesidad política» del derecho penal como instrumento de
tutela de los derechos fundamentales, definiendo éstos normativamente los ámbitos y
límites de aquél en cuanto bienes que no está justificado lesionar ni con los delitos ni con
los castigos.” 117
117
idem.
118
ibidem, p. 336.
69
Aunado a lo anterior, otra cuestión de interés radica en precisar a cargo de quién
está la valoración de la prueba. En el derecho mexicano, en términos generales la
valoración incumbe al Juez o al Magistrado, en primera y segunda instancia, y la
realizan en diversos momentos del proceso: al resolver la solicitud de la orden de
aprehensión, la situación jurídica del procesado al fenecer el término de setenta y
dos horas, en algún incidente, al dictar un auto de formal prisión y, básicamente,
de manera integral al dictar sentencia.
Ahora bien, con el objeto de plantear una visión teórica firme, bien vale
vislumbrar el concepto de prueba desde una postura doctrinaria, para lo cual
habremos de dar paso a algunos conceptos respecto del ámbito probatorio que
algunos autores han expuesto en la tradición jurídico académica, tal es el caso de
70
los trabajos del jurista José Ovalle Favela quien postula en su Teoría General del
Proceso que la prueba como objeto de estudio puede ser definida en primer
término como un acto procesal de las partes, entendido éste como "el acto jurídico
emanado de las partes, de los agentes de la jurisdicción o aun de los terceros ligados al
proceso, susceptible de crear, modificar o extinguir efectos procesales" 119
119
Ovalle Favela, José, Teoría General del Proceso, México, editorial Oxford, 2005, p. 284.
71
terminación de dichos actos; en tal virtud, a los actos procesales complejos se les
suele ubicar como actos del órgano jurisdiccional.
De tal forma, es válido distinguir los actos procesales; es decir, los de las partes,
los actos procesales del órgano jurisdiccional y los actos procesales de los
terceros. Que a su vez bien pueden ser subdivididos por su contenido u objeto.
En esta tesitura, es posible ubicar los actos procesales del órgano jurisdiccional,
como la audiencia (del latín audientia-el acto de escuchar-; acto reminiscente del
derecho romano, en que audiencia designaba al acto durante el cual el juez
escuchaba los alegatos de las partes), por el hecho que durante el proceso penal
existe una audiencia específica para el desahogo de pruebas, acto procesal
“…considerado complejo y público, que se desarrolla en la sede y bajo la dirección del
órgano jurisdiccional, y en el que intervienen las partes, sus abogados y los terceros cuya
presencia sea necesaria para la celebración del acto.”121
A manera de síntesis vale agregar que todo acto procesal debe ser realizado por
sujetos facultados de la competencia y capacidad requerida para tal efecto, en
apego a condiciones de forma tiempo y lugar previsto en las leyes; en este
sentido, dichos actos procesales acreditarán su validez y en consecuencia
cumplirán con un fin de eficacia, entendida como producir el efecto previsto en la
ley. Caso contrario, cuando un acto es practicado por un sujeto sin jurisdicción,
120
ibidem, p. 293.
121
ibidem, p. 297.
72
competencia o capacidad, o bien sin respetar las condiciones de forma, tiempo y
lugar, resulta ineficaz.
Una vez incluida la prueba como uno más de los actos procesales, bien resulta
oportuno decantar nuestro análisis hacia lo que la doctrina refiere respecto de la
prueba en particular; para tal propósito seguiremos el trabajo doctrinario de Ovalle
Favela, quien de inicio advierte que el vocablo “prueba” es de los que más
significados integra, desde el punto de vista de la ciencia del derecho; en estricto
sensu, define: “…la prueba es la obtención del cercioramiento del juzgador sobre los
hechos cuyo esclarecimiento es necesario para la resolución del conflicto sometido a
proceso. En este sentido, la prueba es la verificación o confirmación de las afirmaciones
de hecho expresadas por las partes.” 123
122
ibidem, p. 305.
123
ibidem, p. 314.
73
Nuestro tratadista, recurre a Wroblewski para reiterar que “…la prueba -en este
sentido- es un razonamiento (del juzgador) dentro del cual el demostrandum (la
demostración o el juicio sobre los hechos) es justificado por el conjunto de expresiones
lingüísticas de las que se deduce por una serie acabada de operaciones.” 124
Las líneas precedentes nos han permitido abordar el estudio de la prueba desde
una perspectiva genérica, no por ello podríamos ignorar la parte específica de
dicho concepto; es por tal motivo, que consideramos oportuno dar un seguimiento
doctrinario que permita puntualizar las particularidades de la prueba procesal.
En efecto, una de las principales diferencias entre una y otra, sería el hecho de
que la prueba procesal recae en hechos pasados y concretos y se dirige a lograr
que el juzgador cuente con los elementos suficientes para formarse un juicio sobre
tales hechos, como previamente ha sido señalado (supra).
124
idem.
74
juicio del juzgador sobre los hechos discutidos u objeto del proceso, para que el
órgano jurisdiccional esté en condiciones de resolver el litigio o la controversia.
125
ibidem, p. 315.
126
ibidem, p. 316.
75
I) De inicio, el juez no elige los hechos que quedan bajo su análisis; por ejemplo,
en el proceso penal, los hechos objeto de prueba son los que el acusador imputa
al inculpado en su consignación, y que el juzgador califica jurídicamente en el auto
de formal prisión o de sujeción a proceso. Luego, el juez debe desconocer los
hechos sujetos a prueba, esto significa un principio general de derecho probatorio
la prohibición que aquél tiene de aplicar su conocimiento privado sobre los hechos,
porque implicaría sustraer ese conocimiento al principio de contradicción y porque
no se puede ser testigo y juez en el mismo proceso.
II) A fin de allegarse de los datos preexistentes a la investigación que proveen los
elementos necesarios para la reconstrucción o, más exactamente, la
representación de los hechos, el juzgador, lato sensu, dispone de los medios de
prueba, éstos normalmente son los siguientes:
76
contradicción, tiene señalados en la ley los plazos dentro de los cuales debe
formarse el juicio sobre los hechos y emitir la sentencia.
III) En lo que atañe a que la investigación deba ser conducida de tal manera que
garantice, en lo posible, la imparcialidad y la objetividad del juicio, ambas
directrices que para el juzgador, es una exigencia no sólo para la formulación del
juicio sobre los hechos, sino para la dirección de todo el proceso jurisdiccional; y
es también un límite en el ejercicio de sus facultades de prueba o de instrucción,
que le impide infringir tanto el derecho que las partes tienen para ofrecer y
practicar las pruebas que confirmen los fundamentos de hecho de sus
pretensiones y excepciones o defensas (derecho a la prueba), como las reglas
que atribuyen a las partes el deber de probar tales fundamentos de hecho (carga
de la prueba).
IV) Llegada la etapa del juicio sobre los hechos, ésta no es un fin en sí misma,
sino un medio para poder resolver el litigio. El juicio sobre los hechos no pretende
establecer una "verdad histórica", "material" u "objetiva" -como durante algún
tiempo sostuvieron los procesalistas penales italianos y alemanes de la escuela
positivista y los juristas soviéticos y como lo repite todavía nuestra doctrina- el
juicio sobre los hechos se limita a expresar la certeza obtenida por el juzgador de
los medios de prueba practicados durante el proceso.
Certidumbre, en el ánimo del juzgador que puede ser caracterizada por lo que
Giuliani denomina el conocimiento probable -basado en la argumentación-, por
oposición al conocimiento necesario -derivado de la demostración-:
127
ibidem, p. 319.
77
Ergo, el juicio propiamente es la oportunidad para el juzgador de expresar los
argumentos y las razones por las que estima que el conocimiento en que se basa
es el más probable; a semejanza de lo que afirma Perelman, esto es que "el
mecanismo de la prueba..., en tanto fundamento de una aserción, consiste en una
demostración en un sistema matemático y en una argumentación en un sistema
jurídico"128
V.- Una última etapa sería considerar el tipo de valoración respecto de los
hechos de que se valen el historiador y el juzgador; el primero efectuará una
crítica de las fuentes basado en el carácter fidedigno o no fidedigno de estas, en la
autenticidad o no de los documentos, en la congruencia o incongruencia
relacionada con los demás hechos históricos demostrados. Mientras que el
juzgador valorará las pruebas utilizando básicamente uno de los tres sistemas
siguientes: 1) valoración de la prueba legal, en el que el legislador establece el
valor que se debe dar a cada uno de los medios de prueba practicados; 2) el de
libre apreciación razonada o sana crítica, que faculta al juzgador para determinar
en forma concreta la fuerza probatoria de cada uno de los medios practicados; y 3)
un sistema mixto que combina los dos anteriores.
128
idem.
129
ibidem, p. 320.
78
Indistintamente como bien apunta Ovalle, el juzgador en cualquier caso está
obligado a observar el principio de legalidad, ya que incluso en el sistema de libre
apreciación razonada, el órgano jurisdiccional está imposibilitado para conceder
fuerza probatoria a aquellos medios obtenidos conculcando prescripciones legales
o constitucionales (hoy día, derechos fundamentales), es decir no podrá convalidar
las pruebas ilícitas o ilegitimas. Además se hace hincapié en la observancia de las
reglas sobre la carga de la prueba ya que en algunos casos específicos esta
obligación recae sobre alguna de las partes del litigio.
En seguida, resulta pertinente abordar el fenómeno del derecho penal desde una
perspectiva interdisciplinaria; es decir desde un enfoque que nos permita
observarlo en función de su relación con otras disciplinas de investigación. Bajo
esta perspectiva podemos referir que en este rubro suelen incluirse la psicología
judicial, la criminalística, la medicina legal, la psiquiatría forense y, por supuesto, la
criminología, la historia penal, la filosofía penal, la política criminal, etcétera.
79
horizonte de proyección estructurado por una determinada funcionalidad, horizonte
que facilita la fijación de un fragmento de la realidad que el investigador trata de
interpretar.
130
Zaffaroni, Eugenio Raúl, op. cit., nota 92, p. 153
131
ibidem, p. 154.
80
Labor interdisciplinaria que sirve accesoriamente al derecho penal, ya que en
ejercicio de su método, de su objeto de estudio y análisis, arrojan datos
resultantes que permiten aproximarse a la verdad perseguible, en tiempo y
espacio, de hechos probablemente constitutivos de un delito.
81
E) La penología o ciencia de las penas, que atiende tanto a la faz teórica cuanto
a la práctica, resulta de sumo interés en la actualidad, en que se está acordando la
importancia que merecen los establecimientos carcelarios y que, en muchos
países, se ha establecido el juez de ejecución penal como encargado del
cumplimiento de la pena judicialmente establecida.
82
Capítulo III.- Aportes de la criminalística de campo en la obtención de medios
de prueba para el derecho penal
“…se puede realmente afirmar que la verdad procesal fáctica, al igual que la verdad
histórica, en vez de ser predicable en referencia directa al hecho juzgado, es el
resultado de una ilación de los hechos «probados» del pasado con los hechos
«probatorios» del presente.”
Luigi Ferrajoli.132
Resulta oportuno reseñar, que algunos estudiosos del tema le atribuyen al suizo
Reiss, el haber utilizado por vez primera este vocablo, sin embargo, en términos
de obra publicada, este vocablo fue usado por primera vez por Hanns Gross, joven
juez de instrucción, quien al darse cuenta de la falta de conocimientos de orden
técnico que privaba en la mayoría de los jueces, también comprendió que este tipo
132
Ferrajoli, Luigi, op. cit. nota 3, p. 53.
83
de saberes interdisciplinarios constituían un requisito indispensable para
desempeñar con eficacia el cargo de instructores.
Motivo por el cual Gross, “…decidió escribir un libro que contuviera sistematizados
todos los conocimientos científicos y técnicos que en su época se aplicaban en la
investigación criminal. Esta obra salió a la luz por primera vez en 1894, y en 1900 Lázaro
Pavía la editó en México traducida al español por Máximo Arredondo, bajo el título de
Manual del juez.” 133
133
Instituto de Investigaciones Jurídicas, Diccionario Jurídico Mexicano, tomo II, Universidad
Nacional Autónoma de México, México, 1984, p. 360.
134
Moreno González, Rafael, Los indicios del delito, México, Instituto Nacional de Ciencias Penales
(INACIPE), 2000, p. 17
84
5) la fotografía legal, que facilita el análisis pormenorizado del lugar de los
hechos, de los indicios, de las personas y particularmente de las víctimas; entre
algunas otras ciencias de colaboración.
Su método de trabajo, así como las técnicas que aplica, permiten al investigador,
mediante el primero, no perderse en el curso de la indagación; mediante las
segundas, identificar y conocer la naturaleza de los indicios, que son, en última
instancia, su objeto formal de estudio, a los cuales Edmond Locard, el gran
policiólogo francés del siglo pasado, calificó de “testigos mudos que no mienten” y
que, por lo tanto, permiten, mediante su acertada interpretación, reconstruir los
hechos delictuosos e identificar a su o sus autores.
135
García Ramírez, Sergio, et al., Temas de derecho penal, seguridad pública y criminalística,
México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2005, p. 175.
85
sus laboratorios, así como elevarla excelencia profesional de sus cultivadores. En otras
palabras, debe modernizarse.” 136
136
ibidem, p. 176.
137
idem.
138
ibidem, p. 177.
86
llamado a la hipótesis (método hipotético-deductivo) según el esquema utilizado
en matemáticas.
139
ibidem, p. 178.
87
los enormes beneficios de “la prueba del ADN” en materia de identificación
individual 140; todo ello, incidiría mas tarde en los medios de prueba, cuando la
intervención pericial en materia de criminalística se lleve a cabo por solicitud, ya
sea del representante social, o bien, del órgano jurisdiccional.
Por otro lado, tenemos los avances que otra ciencia aplicada ha logrado aportar,
como auxilio, a la criminalística, esto es la informática, que mediante nuevos
métodos derivados de la cibernética, consistentes en un conjunto de técnicas que
permiten recoger, almacenar, organizar y transmitir datos mediante sistemas
computarizados. Nuestro autor guía, expresa que “…según el FBI, la informática
aplicada a las disciplinas forenses es la ciencia capaz de adquirir, preservar, obtener y
presentar datos que han sido procesados electrónicamente y guardados en un medio
computacional.” 141
140
El resultado de estos análisis resulta incuestionable, por tal motivo en 1992 el entonces director
del FBI (Por sus siglas en ingles, Federal Buro of Investigation), William Sessions, expresó lo
siguiente: “La aplicación del ADN a la criminalística ha sido el avance más importante desde el
establecimiento de las huellas dactilares como medio de identificación”. idem.
141
ibidem, p. 179.
88
…en las últimas décadas muchos de estos archivos se han computarizado,
proporcionando información rápida, veraz y confiable. El uso de Internet ha
avanzado últimamente con rapidez y las bases de datos forenses están enlazadas
para la resolución de delitos —incluso delitos internacionales—, así como para la
investigación científica.142
Ahora bien, del trabajo de Moreno González, nos encontramos con otra
aplicación relacionada a nuestros objetivos de tesis, para el caso resultan ser las
bases de datos de huellas digitales que son una aplicación de lo más conocida y
utilizada consuetudinariamente.
142
idem.
143
ibidem, 180.
144
idem.
89
3.2. Intervención de la prueba pericial según el análisis del Código Nacional de
Procedimientos Penales.
“Artículo 20. El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de
publicidad, contradicción, concentración, continuidad e inmediación.
A. De los principios generales:
I. El proceso penal tendrá por objeto el esclarecimiento de los hechos, proteger
al inocente, procurar que el culpable no quede impune y que los daños
causados por el delito se reparen;
145
cfr. Carbonell, Miguel, op. cit., nota 37, pp. 45-50.
90
II. Toda audiencia se desarrollará en presencia del juez, sin que pueda delegar
en ninguna persona el desahogo y la valoración de las pruebas, la cual
deberá realizarse de manera libre y lógica;
III. Para los efectos de la sentencia sólo se considerarán como prueba
aquellas que hayan sido desahogadas en la audiencia de juicio. La ley
establecerá las excepciones y los requisitos para admitir en juicio la prueba
anticipada, que por su naturaleza requiera desahogo previo;
IV. El juicio se celebrará ante un juez que no haya conocido del caso
previamente. La presentación de los argumentos y los elementos probatorios
se desarrollará de manera pública, contradictoria y oral;
V. La carga de la prueba para demostrar la culpabilidad corresponde a la
parte acusadora, conforme lo establezca el tipo penal. Las partes tendrán
igualdad procesal para sostener la acusación o la defensa, respectivamente;
VI. (…);
VII. (…);
VIII. (…);
IX. Cualquier prueba obtenida con violación de derechos fundamentales será
nula, y
X. (…).
B. De los derechos de toda persona imputada:
[…];
IV. Se le recibirán los testigos y demás pruebas pertinentes que ofrezca,
concediéndosele el tiempo que la ley estime necesario al efecto y
auxiliándosele para obtener la comparecencia de las personas cuyo testimonio
solicite, en los términos que señale la ley;
V. (…).
En delincuencia organizada, las actuaciones realizadas en la fase de
investigación podrán tener valor probatorio, cuando no puedan ser
reproducidas en juicio o exista riesgo para testigos o víctimas. Lo anterior sin
perjuicio del derecho del inculpado de objetarlas o impugnarlas y aportar
pruebas en contra;
[…].
C. De los derechos de la víctima o del ofendido:
[…];
91
II. Coadyuvar con el Ministerio Público; a que se le reciban todos los datos o
elementos de prueba con los que cuente, tanto en la investigación como en
el proceso, a que se desahoguen las diligencias correspondientes, y a
intervenir en el juicio e interponer los recursos en los términos que prevea la
ley.
Cuando el Ministerio Público considere que no es necesario el desahogo de la
diligencia, deberá fundar y motivar su negativa;
[…].”
(Lo destacado es nuestro).
92
Artículo 2o. Objeto del Código
Este Código tiene por objeto establecer las normas que han de observarse en la
investigación, el procesamiento y la sanción de los delitos, para esclarecer los
hechos, proteger al inocente, procurar que el culpable no quede impune y que se
repare el daño, y así contribuir a asegurar el acceso a la justicia en la aplicación del
derecho y resolver el conflicto que surja con motivo de la comisión del delito, en un
marco de respeto a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los
Tratados Internacionales de los que el Estado mexicano sea parte.”
Las partes podrán conocer, controvertir o confrontar los medios de prueba, así
como oponerse a las peticiones y alegatos de la otra parte, salvo lo previsto en este
Código.”
93
excepciones previstas en este Código. En ningún caso, el Órgano jurisdiccional
podrá delegar en persona alguna la admisión, el desahogo o la valoración de las
pruebas, ni la emisión y explicación de la sentencia respectiva.”
Del numeral 109 fracción XIV, de este cuerpo normativo se observa el derecho
de la víctima u ofendido “A que se le reciban todos los datos o elementos de prueba
pertinentes con los que cuente, tanto en la investigación como en el proceso, a que se
desahoguen las diligencias correspondientes, y a intervenir en el juicio e interponer los
recursos en los términos que establece este Código;” inclusive la fracción décimo
séptima de este mismo ordinal, reconoce el derecho “A solicitar la realización de
actos de investigación que en su caso correspondan, salvo que el Ministerio Público
considere que no es necesario, debiendo fundar y motivar su negativa;”.
Los derechos del imputado no podrían ser soslayados, por tal motivo se han
catalogado en la ley adjetiva, propiamente en lo referente a la prueba el artículo
113 fracción IX reconoce su derecho “A que se le reciban los medios pertinentes de
prueba que ofrezca, concediéndosele el tiempo necesario para tal efecto y auxiliándosele
para obtener la comparecencia de las personas cuyo testimonio solicite y que no pueda
presentar directamente, en términos de lo establecido por este Código;”.
94
Compete al Ministerio Público conducir la investigación, coordinar a las Policías y a
los servicios periciales durante la investigación, (…).”
Optamos por ampliar la visión definitoria de algunos vocablos que son utilizados
por el legislador para referir acciones desplegadas durante un trabajo de
investigación por la necesaria razón delimitativa que en un discurso jurídico deben
guardar dichos términos, como bien lo expresa Manuel Atienza, al postular que:
“Definir en principio, es una operación mediante la cual se describe, se especifica, se
aclara o se establece el significado de una expresión lingüística.” 147
95
(lo que ocurre con frecuencia en el lenguaje científico y mas raramente en el
jurídico), para el que se propone un determinado significado.
Y en tercer y ultimo lugar, existen las definiciones que consisten en partir del
significado usual de una expresión y, a partir de ahí, precisar dicho significado:
redefinición; esta ultima es una operación que, en cierto modo, esta a mitad de
camino entre las definiciones lexicográficas y las definiciones estipulativas.
96
VIII. Instruir a las Policías sobre la legalidad, pertinencia, suficiencia y contundencia
de los indicios recolectados o por recolectar, así como las demás actividades y
diligencias que deben ser llevadas a cabo dentro de la investigación;
XX. Comunicar al Órgano jurisdiccional y al imputado los hechos, así como los
datos de prueba que los sustentan y la fundamentación jurídica, atendiendo al
objetivo o finalidad de cada etapa del procedimiento;”
Nos referimos al término indicio (s); a fin de obtener una definición aplicable al
ámbito jurídico consultamos lo que sobre el particular postula el reconocido
diccionario jurídico mexicano 148 , a saber: Indicios. Del latín indicare, conocer o
manifestar. Hechos, elementos o circunstancias que sirven de apoyo al
razonamiento lógico del juez para lograr su convicción sobre la existencia de otros
hechos o datos desconocidos en el proceso.
148
Instituto de Investigaciones Jurídicas, Diccionario Jurídico Mexicano, tomo V, Universidad
Nacional Autónoma de México, México, 1984, pp. 78 y 79.
97
presunción149, y, en un tercer término, se emplea el concepto de indicios para
indicar los efectos restringidos de algunos medios de convicción frente a aquellos
que producen la plena convicción del juzgador.
Ahora bien, como se hace patente, los indicios están relacionados con los
medios de prueba y con la apreciación de los mismos en todas las ramas del
proceso, existe la tendencia tanto doctrinal como legislativa y jurisprudencial de
utilizarlos de manera predominante en el proceso penal en tanto que en las
restantes ramas de enjuiciamiento, es decir, civil y mercantil, laboral y
administrativa se emplea con mayor frecuencia el concepto de presunciones.
149
Sentido jurídico interpretativo que el Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal
define en su artículo 245, como “Las presunciones o indicios son las circunstancias y antecedentes
que, teniendo relación con el delito, pueden razonablemente fundar una opinión sobre la existencia
de los hechos determinados.”
98
valor incriminatorio de los indicios y tiene como punto de partida hechos y
circunstancias que están probados y de los cuales se trata de desprender su
relación con el hecho inquirido, ilación cuyo objetivo es develar un dato por
complementario o una hipótesis por verificar, en ambos casos, ya sea, sobre la
materialidad del delito que sobre la identificación del culpable e incluso acerca de
las circunstancias del acto incriminado150.
99
Incluso para reforzar lo supra indicado, recordamos el trabajo de un empirista
consumado, como lo fue David Hume quien demostró que “…los acontecimientos,
no se siguen necesariamente uno a otro y, por tanto, no es posible «demostrar» su
conexión causal, sino todo lo más sostenerla como plausible gracias a generalizaciones
idóneas basadas en la experiencia pasada.” 151
151
Ferrajoli Luigi, op. cit., nota 3, p. 130.
152
idem.
100
a) Prueba: Medios de prueba.- al hecho probatorio experimentado en el presente
(directamente) del que se infiere153 el delito u otro hecho del pasado –inducción
directa del hecho-delito-.
153
inferir. (Del lat. inferre, llevar a). tr. Sacar una consecuencia o deducir algo de otra cosa. (…). ¶
MORF. conjug. c. sentir. Microsoft® Encarta® 2009, Diccionario de la real academia española, ©
1993-2008.
101
desmienta alguna de las inferencias de la serie acusatoria para desmembrar la
cadena y desmontar todo el razonamiento.
154
Ferrajoli Luigi, op. cit., nota 3, p. 131.
155
ibidem, p. 132.
102
reconstituciones judiciales de hechos; la autenticidad y no falsificación de las
huellas y piezas de convicción.
Por tales motivos, un dato probatorio, puede ser refutado bien impugnando la
relevancia de los indicios inducidos de él, bien desacreditando la fiabilidad de las
pruebas de las que ha sido inducido. En consecuencia, resulta más fiable
subjetivamente cuanto más cercano es a la experiencia probatoria inicial (aunque
lejano de la conclusión explicativa final) y tanto más relevante objetivamente
cuanto más cercano está de la conclusión final (aunque lejano de la experiencia
inicial).156
Nada mas ilustrador que recurrir al trabajo garantista de Ferrajoli para definir el
concepto de indicio (s), que cobra relevancia en la legislación positiva en México;
a pesar de lo anterior, debemos continuar con nuestro análisis propuesto, respecto
de la nueva normatividad en materia procedimental penal que ahora nos ocupa.
156
cfr., Ferrajoli Luigi, op. cit., nota 3, pp. 132 y 133.
103
hallazgo y en general, realizar todos los actos necesarios para garantizar la integridad de
los indicios. En su caso deberá dar aviso a la Policía con capacidades para procesar la
escena del hecho y al Ministerio Público conforme a las disposiciones previstas en este
Código y en la legislación aplicable;”.
Pues bien, a continuación el arábigo 212 marca la pauta para delimitar el deber
de investigación penal que por mandato de ley corresponde en su orquestación al
ministerio público, por ello se observa que: “Cuando el Ministerio Público tenga
conocimiento de la existencia de un hecho que la ley señale como delito, dirigirá la
investigación penal, sin que pueda suspender, interrumpir o hacer cesar su curso, salvo
en los casos autorizados en la misma. La investigación deberá realizarse de manera
inmediata, eficiente, exhaustiva, profesional e imparcial, libre de estereotipos y
discriminación, orientada a explorar todas las líneas de investigación posibles que
permitan allegarse de datos para el esclarecimiento del hecho que la ley señala como
delito, así como la identificación de quien lo cometió o participó en su comisión.”
Otra puntual aportación del legislador mexicano cuando retoma los postulados
garantistas de Luigi Ferrajoli, en el sentido de evitar criterios ontológicos durante
las labores de investigación, ya que ésta deberá realizarse libre de estereotipos y
discriminación.
104
No basta, claro está, delimitar el deber de investigación, por el contrario como
acertadamente lo plantea el legislador, también es pertinente definir el objeto de
ésta; por tal razón el numeral 213, postula: “Objeto de la investigación. La
investigación tiene por objeto que el Ministerio Público reúna indicios para el
esclarecimiento de los hechos y, en su caso, los datos de prueba para sustentar el
ejercicio de la acción penal, la acusación contra el imputado y la reparación del daño.”
105
No por ello desistimos en nuestra intención hermenéutica de develar un sentido
que justifique su utilización por parte del legislador, por tal motivo consultamos la
obra de otro reconocido tratadista como lo es José Vizcarra Dávalos que en su
obra intitulada Teoría general del proceso, elabora una disertación doctrinaria en
torno a la evidencia y su relación con la prueba, discurso mediante el que refiere
que el conocimiento del juez no se forma, por lo regular a través de un solo medio
de prueba, sino que es consecuencia de una elaboración mental de reconstrucción
mediante la confrontación de los distintos elementos de juicio que las partes le
suministran.
106
de la ciencia, asesorándose por técnicos que ilustran su criterio, lo que constituye la
prueba por peritos.” 157
157
Vizcarra Dávalos, José, Teoría general del proceso, decimoprimera edición, editorial Porrúa,
México 2010, pp. 205 y 206.
158
idem.
159
cfr. Zaffaroni, Eugenio Raúl, op. cit., nota 92, p.4.
107
el sentido estricto que algunos términos tienen en su interacción, tanto con los
medios de prueba como con la metodología de investigación.
Nuestro intento por definir el sentido estricto que guardan determinados términos
utilizados por el legislador, tiene el objetivo de corroborar la observancia, o no, del
principio garantista de estricta legalidad que ha guiado nuestro trabajo de tesis,
luego entonces hemos utilizado como obra de consulta el Diccionario Jurídico
Mexicano del Instituto de Investigaciones Jurídicas perteneciente a la UNAM; para
extrañeza de este trabajo de investigación, en dicho compendio terminológico no
se hace alusión a este vocablo.
“objeto. (Del lat. obiectus). m. Todo lo que puede ser materia de conocimiento
o sensibilidad de parte del sujeto, incluso este mismo.(…). ||6.cosa. (…) V.
hombre ~, mujer ~.” 160
(Lo destacado es nuestro).
Del conjunto de acepciones presentes en la cita, optamos por considerar las que
mayor relación guardan con el horizonte jurídico motivo de nuestro análisis, de
hecho la significación marcada con el numero 6 que refiere a cosa (s) nos parece
ser la que mayor concordancia guarda con los “bienes” que en terreno jurídico es
dable delimitarlos específicamente en la labor investigativa; es así que del
Diccionario Jurídico Mexicano161obtuvimos la cita siguiente:
“Bienes. (Del latín bene, entre sus acepciones están: utilidad, beneficio, hacienda,
caudal).
160
Microsoft® Encarta® 2009, op. cit., nota 137.
161
Instituto de Investigaciones Jurídicas, Diccionario Jurídico Mexicano, tomo I, Universidad
Nacional Autónoma de México, México, 1984, pp. 287 y 288.
108
1. Jurídicamente se entiende por bien todo aquello que puede ser objeto de
apropiación, entendiendo como tales, las cosas que no se encuentran fuera del
comercio por su naturaleza o por disposición de la ley (aa. 747 a749 CC).162”
En primer lugar se logra una definición acorde al Código Civil Federal, acto
seguido, se refiere la clasificación que la legislación mexicana comprende: a) los
bienes muebles e inmuebles; b) los bienes considerados según las personas a
quienes pertenecen y c) los bienes mostrencos y vacantes. Además,
doctrinalmente, se habla de: a) bienes fungibles y no fungibles: b) bienes
consumibles y no consumibles y c) bienes corpóreos e incorpóreos.
Además la legislación civil en cita considera los bienes según a las personas a
quienes pertenecen pudiendo ser del dominio del poder público o de propiedad de
los particulares (a. 764 CC). Dentro de la segunda categoría todas las cosas cuyo
dominio pertenece legalmente a los particulares, no pudiendo aprovecharse
ninguno sin consentimiento del dueño o autorización de la ley (a. 772 CC).
Para mayor comprensión la ley en cita establece que son bienes mostrencos los
muebles abandonados y los perdidos cuyo dueño se ignore (a. 774 CC). También
se define los bienes fungibles, siendo éstos aquellos que tienen un mismo poder
liberatorio (a. 763 CC), es decir que teniendo el mismo valor pueden reemplazar a
otro en el pago, se determinan por su género, cantidad calidad, son genéricos.
109
ilustrativa tenemos la categoría de bienes corpóreos se refiere a las cosas y los
incorpóreos a los derechos.
Nos permitimos guiar el antedicho análisis, sin perder de vista nuestro objetivo
específico de construir una definición ad hoc para el termino “objeto” utilizado por
el legislador, que como hemos indicado guarde estrecha relación con el concepto
“bien” que a nuestro entender resulta de mayor correspondencia jurídica en el
terreno del código procedimental a estudio.
A manera de corolario de lo anterior, para poder dar fin al análisis del artículo en
cita observemos lo que sobre el vocablo “instrumento del delito” expone nuestro
diccionario fuente; de esta obra de consulta obtuvimos que puede ser considerado
como tal, el medio de que debe servirse el agente, según la respectiva figura legal
de delito, para efectuar el hecho. Por obvios motivos, para la perpetración de casi
todos los hechos delictuosos el actor ha de valerse de un determinado medio.
…el instrumento es siempre una cosa. Cuando el agente utiliza en tal carácter a
una persona, no se trata ya de un elemento de la figura legal, sino de una situación
regulada por las normas relativas al concurso de sujetos a un hecho punible. Entre
los instrumentos previstos por diversas figuras legales cuéntanse, entre otros, las
armas, los explosivos, las sustancias tóxicas y la imprenta.” 163
163
Instituto de Investigaciones Jurídicas, Diccionario Jurídico Mexicano, tomo V, Universidad
Nacional Autónoma de México, México, 1984, p. 152.
110
Detalle a destacar consistente en que, aun cuando las instituciones encargadas
de procurar justicia, esto es las procuradurías locales y la general de la república,
han tenido a bien emitir acuerdos y elaborar protocolos específicos 164 para el
desarrollo de sus labores en la investigación, procesamiento y cadena de custodia,
extrañamente el prescriptivo a estudio no hace referencia expresa de los mismos.
Para continuar nuestro análisis, citamos lo que el artículo 228 del ordenamiento
adjetivo preceptúa:
164
cfr. Código Nacional de Procedimientos Penales, artículo 131, fracción “IV.- Ordenar o
supervisar, según sea el caso, la aplicación y ejecución de las medidas necesarias para impedir
que se pierdan, destruyan o alteren los indicios, una vez que tenga noticia del mismo, así como
cerciorarse de que se han seguido las reglas y protocolos para su preservación y procesamiento”
111
La aplicación de la cadena de custodia es responsabilidad de quienes en
cumplimiento de las funciones propias de su encargo o actividad, en los términos de
ley, tengan contacto con los indicios, vestigios, evidencias, objetos, instrumentos o
productos del hecho delictivo.
“huella. (De hollar). f. Señal que deja el pie del hombre o del animal en la tierra por
donde pasa. || 2. Acción de hollar.(…). 5. Rastro, seña, vestigio que deja alguien
o algo.(…). 8. Am. Mer. y Nic. Camino hecho por el paso, más o menos frecuente,
de personas, animales o vehículos.(…).|| ~ dactilar. f. impresión dactilar. (…).”
(Lo destacado es nuestro)
112
como una técnica especifica en las acciones de investigación que como bien
destacan Rubio y Varas “Investigar, por tanto, sería un modo de conocer algo siguiendo
las huellas o vestigios que esta cosa deja.” 165
Para dar cierre al análisis del artículo 228 del código en cita, observamos lo que
en su párrafo segundo preceptúa utilizando la alocución “vestigio”, si bien,
previamente hemos intentado definir las acepciones especificas de indicio (s) y
huella (s), ahora toca el turno a vestigio (s), término que en las definiciones del
Diccionario Jurídico Mexicano, obra que en repetidas ocasiones hemos utilizado
como de consulta, no es considerada hasta el tiempo de nuestro trabajo de
investigación; hecho que nos da pie a consultar la versión electrónica del
Diccionario de la real academia española de la lengua, del cual se desprende:
“vestigio. (Del lat. vestigĭum). m. huella (ǁ del pie del hombre o de los animales en
la tierra). || 2. Memoria o noticia de las acciones de los antiguos que se observa
para la imitación y el ejemplo. ||3. Ruina, señal o resto que queda de algo
material o inmaterial. || 4. Indicio por donde se infiere la verdad de algo o se sigue
la averiguación de ello.”
(Lo destacado es nuestro).
Nos parece oportuno destacar que el legislador quizá sin proponérselo emplea
diferentes alocuciones que en su definición gramatical se relacionan según el
contexto en que son empleadas, como en nuestro caso en especifico, hasta
165
cfr. Rubio, María José y Varas, Jesús, op. cit., nota 14, p. 24.
113
resultar un fenómeno de sinonimia que para Zaffaroni constituyen equívocos del
discurso jurídico y que en capítulos anteriores hemos definido (supra).
Cualquier hecho puede ser probado por cualquier medio, siempre y cuando sea
lícito.
Las pruebas serán valoradas por el Órgano jurisdiccional de manera libre y lógica.
114
Para efectos del dictado de la sentencia definitiva, sólo serán valoradas aquellas
pruebas que hayan sido desahogadas en la audiencia de juicio, salvo las
excepciones previstas en este Código.”
Los medios o elementos de prueba son toda fuente de información que permite
reconstruir los hechos, respetando las formalidades procedimentales previstas para
cada uno de ellos.
115
términos previstos en este Código.” Lo anterior en el entendido de no contravenir las
disposiciones legales de la materia, tal como lo establece el artículo: “263. Licitud
probatoria. Los datos y las pruebas deberán ser obtenidos, producidos y reproducidos
lícitamente y deberán ser admitidos y desahogados en el proceso en los términos que
establece este Código.”
La parte final del titulo IV, capítulo único del código a estudio define claramente
en su ordinal 264 la “Nulidad de la prueba. Se considera prueba ilícita cualquier dato o
prueba obtenidos con violación de los derechos fundamentales, lo que será motivo de
exclusión o nulidad. Las partes harán valer la nulidad del medio de prueba en cualquier
etapa del proceso y el juez o Tribunal deberá pronunciarse al respecto.”
116
especialista en la dictaminación para la emisión de estos importantes medios de
prueba en el procedimiento penal; motivo por el cual citamos:
Los peritos que elaboren los dictámenes tendrán en todo momento acceso a los
indicios sobre los que versarán los mismos, o a los que se hará referencia en el
interrogatorio.
La pericial deberá ser admitida como medio de prueba, no obstante que el perito
designado por el Defensor del imputado no compareciere a la realización del
peritaje, o éste omita designar uno para tal efecto.”
Todos los hechos y circunstancias aportados para la adecuada solución del caso
sometido a juicio, podrán ser probados por cualquier medio pertinente producido e
incorporado de conformidad con este Código.
118
La prueba que hubiere de servir de base a la sentencia deberá desahogarse
durante la audiencia de debate de juicio, salvo las excepciones expresamente
previstas en este Código.
Para concluir con este análisis en particular observamos lo que sobre la prueba
pericial preceptúa el código adjetivo en sus ordinales:
119
Los peritos deberán poseer título oficial en la materia relativa al punto sobre el
cual dictaminarán y no tener impedimentos para el ejercicio profesional, siempre
que la ciencia, el arte, la técnica o el oficio sobre la que verse la pericia en cuestión
esté reglamentada; en caso contrario, deberá designarse a una persona de
idoneidad manifiesta y que preferentemente pertenezca a un gremio o agrupación
relativa a la actividad sobre la que verse la pericia.
No se exigirán estos requisitos para quien declare como testigo sobre hechos o
circunstancias que conoció espontáneamente, aunque para informar sobre ellos
utilice las aptitudes especiales que posee en una ciencia, arte, técnica u oficio.”
120
a) un planteamiento del problema;
d) conclusiones, en su caso;
121
(…).”
Para los efectos del presente Código, el Ministerio Público tendrá las siguientes
obligaciones:
I. Vigilar que en toda investigación de los delitos se cumpla estrictamente con los
derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los Tratados;
[…];
122
elementos necesarios que determinen el daño causado por el delito y la
cuantificación del mismo para los efectos de su reparación;
[…];
[…];
De la cita a estudio destacamos los incisos que guardan relación con nuestra
idea de análisis en el sentido de referir aquellas disposiciones que sustentan
jurídicamente la intervención de los órganos auxiliares de la representación social
y particularmente la tarea investigativa de análisis (preservación y procesamiento)
en el lugar de los hechos y laboratorio de los peritos.
Ahora bien, la legislación en cita debería definir, sin embargo no resulta así, lo
que debe entenderse por “protocolo (s)”; a este objetivo efectuamos una consulta
al diccionario de la real academia española de la lengua en versión electrónica,
que define:
123
a un acuerdo, conferencia o congreso diplomático. || 3. Regla ceremonial
diplomática o palatina establecida por decreto o por costumbre. ||4. Plan escrito y
detallado de un experimento científico, un ensayo clínico o una actuación
médica.” (Lo destacado es nuestro).
I.[…];
[…], y
124
“Artículo 9.- El Procurador General de la República ejercerá autoridad jerárquica
sobre todo el personal de la Procuraduría General de la República.
125
a un “protocolo”, en esta tesitura el término se convierte en un vocablo equivoco
que refleja una vez mas el fenómeno discursivo de la sinonimia.
En nada demerita lo anterior citar lo que bien apunta Miguel Oscar Aguilar Ruiz
en su obra PROTOCOLOS DE CADENA DE CUSTODIA Dos grandes etapas:
preservación y procesamiento, en el sentido de que“…es imprescindible y de vital
importancia preservar el lugar de los hechos, lo cual consiste en no alterarlo, con dos
objetivos esenciales: uno, inmediato, que busca conservar en su sitio original cada uno de
los indicios o evidencias, (…); y otro, mediato, que establece las condiciones para
reconstruir lo sucedido y determinar la verdad histórica con tanto apego a la realidad
como sea posible, identificando al o a los posibles autores del mismo.”166
Primero.- El presente Acuerdo tiene por objeto establecer las directrices que
deberán observar los servidores públicos para la debida preservación y
procesamiento del lugar de los hechos o del hallazgo y de los indicios, huellas o
vestigios del hecho delictuoso, así como de los instrumentos, objetos o productos
del delito.
166
Aguilar Ruiz, Miguel Oscar, PROTOCOLOSDE CADENA DE CUSTODIA Dos grandes etapas:
preservación y procesamiento, 2ª. Edición, INACIPE-PGR, México, 2012, p. 19.
126
Segundo.- Todas las autoridades que intervengan en la Cadena de Custodia
tendrán que dejar constancia por escrito de su participación, a efecto de garantizar
que los indicios o muestras de objeto de análisis, inicialmente recolectados serán
los mismos que se someterán a los análisis requeridos y posteriormente se
presentará ante las autoridades un informe confiable.
c) Etiquetas que van adheridas o impresas a los embalajes de los indicios, por
ejemplo a las bolsas plásticas, bolsas de papel, sobres de papel, sobres de manila,
frascos, cajas de cartón, etc.;
127
normatividad a estudio no enuncia expresamente el término “protocolo”. Llegado el
punto de análisis advertimos que si la ley orgánica omite definir el término
protocolo, por un lado, y la ley adjetiva penal hace lo propio respecto de los
acuerdos emitidos por el C. procurador encargado de la persecución e
investigación del delito, por tanto, el empleo de los términos “acuerdos” y
“protocolos” por parte del legislador en la creación de la normatividad penal no
resulta congruente con el principio de estricta legalidad en su vertiente legislativa.
128
lugar de los hechos o del hallazgos, disposiciones que de acuerdo con nuestros
objetivos de investigación habremos de destacar las que guarden relación con la
intervención de peritos; en este orden de ideas el capitulo II establece:
Así como, que todo indicio conserve su situación, posición, estado original tal y
como lo dejó el infractor al abandonar el lugar, permitiendo al especialista
reconstruir los hechos e identificar al sujeto activo.
[…];
[…], y
129
Como resulta evidente, la ley orgánica destaca la importancia en la observancia
de un procedimiento perfectamente delineado durante la intervención de los
peritos oficiales denominado este procesamiento del lugar de hechos y/o del
hallazgo, ya que de esta labor surge la legitimidad de los trabajos de investigación,
tal como se observa en los apartados XII, XIII y XIV que rezan:
a) Una vez que se ingresa al lugar, se ubicará en un punto focal realizando una
vista preliminar con el fin de establecer vías de ingreso y salida del lugar. Los
Peritos determinarán una ruta acceso que se sugerirá al agente Ministerio Público,
a fin de que el personal autorizado pueda ingresar sin alterar el estado original del
indicio o evidencia. En su caso la Policía facultada para el manejo de evidencias
realizará lo propio;
130
d) El Perito designado, determinará el método de búsqueda a aplicar de acuerdo a
las características del lugar y del hecho. (Punto a punto, por sector o cuadrantes,
espiral, franjas o líneas, cuadrícula o rejilla, entre otros);
g) Una vez finalizado este procedimiento, se inicia el de fijación del lugar de los
hechos.”
En efecto una vez cumplidas las tareas de fijación del lugar de los hechos,
mediante el cual se ilustra en forma precisa la ubicación, dirección, trayectoria,
forma, color, apariencia, etc., de un indicio o evidencia material localizado en el
lugar de los hechos y/o del hallazgo; de recolección, embalaje y rotulado, en forma
adecuada de los indicios o evidencias para ser enviados a los correspondientes
laboratorios o bodegas, en condiciones de preservación y seguridad, detallando en
el inventario o Registro de la Cadena de Custodia la forma en que se realizó la
recolección, embalaje y rotulado de las evidencias y las personas que intervinieron
en dichas acciones, recabando la firma de cada una de ellas; y de transporte de
indicios, corresponde a las actividades que se desarrollan para facilitar el envío de
los indicios o evidencia material al Laboratorio Forense correspondiente o al
Depósito de Evidencias.
131
Concluida la etapa de procesamiento en el lugar de los hechos y/o hallazgo con
el transporte de material a manos del Ministerio Público, autoridad quien decreta la
próxima etapa de destino, ya sea al laboratorio o bien a la bodega de evidencia
para su almacenamiento; de la primer etapa, debe observarse lo dispuesto en el
Título IV, Capítulo único, Manejo de los indicios en servicios periciales y sus
laboratorios, que textualmente se observa:
[…].
[…];
[…];
m) Una vez concluidos todos los estudios periciales requeridos por el Ministerio
Público, el encargado de la Bodega General Temporal de Servicios Periciales,
remitirá los dictámenes, junto con los indicios o evidencias (o sus remanentes) y el
132
Registro de Cadena de Custodia al Ministerio Público, haciendo las anotaciones
correspondientes al Registro de Recepción y Salida de indicios o evidencias de
Servicios Periciales, y
Basta con efectuar una consulta al diccionario para ser testigos de que en
específico cada uno de esos términos apuntan hacia un significado particular y por
ende diferenciado, verbigracia:
133
“metodología. (Del gr. μέθοδος, método, y -logía). f. Ciencia del método. ||
2.Conjunto de métodos que se siguen en una investigación científica o en una
exposición doctrinal.” (Lo destacado es nuestro-LDEN-).
“método. (Del lat. methŏdus, y este del gr. μέθοδος). m. Modo de decir o hacer con
orden. || 2. Modo de obrar o proceder, hábito o costumbre que cada uno tiene y
observa. || 3. Obra que enseña los elementos de una ciencia o arte. || 4. Fil.
Procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla.||
~ real. m. Vía administrativa del Estado para la tramitación de las preces de los
fieles a la Santa Sede.” (LDEN).
167
Rubio, María José y Varas, Jesús, op. cit., nota 14, p. 25.
134
forman parte del proceso investigador y son útiles para la recogida de datos y su
168
posterior análisis.”
“técnico, ca. (Del lat. technĭcus, y este del gr. τεχνικός, de τέχνη, arte). adj. (…).
||3. m. y f. Persona que posee los conocimientos especiales de una ciencia o
arte. || 4. m. Méx. Miembro del cuerpo de Policía. || 5. f. Conjunto de
procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un arte. || 6. Pericia o
habilidad para usar de esos procedimientos y recursos. || 7. Habilidad para
ejecutar cualquier cosa, o para conseguir algo. □ V. arquitecto ~, auxiliar ~ sanitario,
escala ~, ficha ~, ingeniero ~.” (LDEN).
168
ibidem, p. 26.
169
Bunge, Mario, La ciencia su método y su filosofía, http://www.philosophia.cl/ Escuela de
Filosofía Universidad ARCIS, pp. 7-9.
135
En síntesis y a favor de nuestra intención expositiva precisa que el conocimiento
científico es comunicable: no es inefable sino expresable, no es privado sino
público. A mayor ilustración, concluye que:
136
Afín de constatar que la aplicación de los lineamientos que prescribe la norma
adjetiva guía la práctica de las labores del personal sustantivo auxiliar de la
representación social, desde una postura interna del derecho analizamos los
ordenamientos jurídicos que engarzados posibilitan la función de campo de dicho
personal en su trabajo de preservación y procesamiento del lugar de los hechos
y/o el hallazgo.
d) conclusiones, en su caso;
137
Todo lo anterior, coadyuvaría a que la función pericial en efecto, guiada por
directrices metodológicas precisas arrojara resultados contingentes de verdad de
facto y por ende verdad jurídica susceptibles de comprobación y/o refutación, en la
idea garantista del modelo de verdad formal o procesal propuesto por Ferrajoli que
durante el desarrollo de la presente tesis nos ha servido de guía teórica.
138
Conclusiones
Ambas corrientes de derecho que han sido adoptadas por la legislación suprema
de nuestro país, esto es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
3.- Luego de nuestra labor indagatoria, se pudo colocar bajo foco de atención la
trascendental función del órgano jurisdiccional, ya que se convierte en orquestador
de los espacios de poder durante todo proceso sometido a su jurisdicción.
139
referente a la metodología criminalística de obtención y análisis del material
probatorio en materia de criminalística de campo.
5.- Resultó por demás ilustrador el esbozo histórico del devenir paradigmático del
positivismo, corriente en la ciencia moderna que sirvió de base a los orígenes de
la metodología de investigación criminalística. Incluso quedó abierto el debate
respecto de la validez de diversas tradiciones de acercamiento al conocimiento
(paradigmas científicos).
140
8.- Finalmente el presente trabajo de tesis, en la medida de su contenido
discursivo, logró establecer en lo general que la intervención pericial se encuentra
reconocida por la ley secundaria; en este sentido cumple con el principio de
estricta legalidad.
141
Bibliografía
142
GARCÍA, Ramírez, Sergio, ISLAS de González Mariscal, Olga, VARGAS, Casillas,
Leticia A., Temas de Derecho Penal, seguridad pública y criminalística, cuartas
jornadas sobre justicia penal, Universidad Nacional Autónoma de México, México
2005.
GONZÁLEZ, Hernández, Bryan, Más allá del Libre Comercio: Seguridad Esencial,
Heredia, Costa Rica, 2008.
MORENO, González, Rafael. Los indicios biológicos del delito, Instituto Nacional
de Ciencias Penales, México 2000.
OVALLE, Favela, José. Teoría General del Proceso, editorial Oxford, México 2005.
143
PICÓN-SALAS, Mariano, De la Conquista a la Independencia, Fondo de Cultura
Económica, México 1994.
QUISBERT, Ermo. Historia del derecho penal a través de las escuelas y sus
representantes, La paz, Bolivia, Centro de estudios de derecho, 2008.
ZAFFARONI, Eugenio Raúl, Derecho Penal, Parte General, 2.a edición, Ediar
sociedad anónima editora, Argentina, 2002
Fuentes Legislativas:
Acuerdo A/078/12 por el que se establecen las directrices que deberán observar
los servidores públicos para la debida preservación y procesamiento del lugar de
los hechos o del hallazgo y de los indicios, huellas o vestigios del hecho
delictuoso, así como de los instrumentos, objetos o productos del delito.
144
Código Nacional de Procedimientos Penales (Publicado en el Diario Oficial el 5 de
marzo de 2014)
Otras fuentes
145