Tres Ensayos de Una Teoria Sexual
Tres Ensayos de Una Teoria Sexual
Tres Ensayos de Una Teoria Sexual
Popularmente hay una teoría que se corresponde con una fábula poética que arraiga en “el
banquete” de Platón, se le pone a Aristófanes en su boca la fábula de que el ser humano estuvo
en un momento dividió en dos mitades: fue uno, ahora, dividido en dos mitades, hombre y mujer,
es a partir de ese momento en que fueron divididos, que hombre y mujer se buscan el uno al otro
para llegar a un encuentro y reunirse en el amor y volver a constituir esa unidad perfecta
completa.
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Siguiendo con la línea de pensamiento de esta fábula, nos causaría muchísima extrañeza que
existan hombres y mujeres que buscan a personas de su mismo sexo.
Un signo innato de degeneración nerviosa. => esto porque los médicos se dieron con
ella en enfermos nerviosos o en personas que producían esa impresión
Para el tiempo en que este texto se escribió, la homosexualidad era entendida como una
patología, incluida en los manuales diagnósticos y dentro de las clasificaciones internacionales de
enfermedades mentales. Esto se fue modificando y cambiando a través del tiempo.
DEGENERACION, en tanto es considerado como tal a todo tipo de manifestación patológica.
Pero varios hechos hacen ver que los invertidos no son degenerados, no presentan ninguna
otra “desviación grave respecto de la norma” y “son personas, a veces, tan cultas,
educadas y con un desarrollo intelectual y una cultura ética elevada –a veces incluso más-
que nosotros”
Incluso, si nos remontamos a la historia no podemos considerar a la inversión como signo
degenerativo:
a. En pueblos antiguos / en el apogeo de la cultura la inversión fue un fenómeno frecuente
b. La hallamos difundida en muchos pueblos salvajes y primitivos, mientras que el concepto
de degeneración suele atribuirse a la alta civilización; y un ente los pueblos civilizados de
Europa, el clima y la raza ejercen una influencia en la difusión y el enjuiciamiento de la
inversión “Degenerados por ser propio de altas civilizaciones o de pueblos primitivos, no
va”
CARÁCTER INNATO, entendida como un carácter propio desde el nacimiento. Quienes sostienen
esta opinión, separan al grupo de los invertidos absolutos de todos los demás. Opuesta a esta
concepción esta la que afirma que la inversión es un carácter adquirido de la pulsión sexual.
Se apoya en las siguientes consideraciones:
1. En muchos invertidos (aun absolutos) puede verse una IMPRESIÓN SEXUAL QUE
AFECTÓ EN UNA ÉPOCA TEMPRANA DE SU VIDA y cuya secuela duradera fue la
inclinación homosexual.
2. En muchos otros es posible indicar las INFLUENCIAS EXTERNAS FAVORECEDORAS E
INHIBIDORAS que llevaron, en época más temprana o más tardía, a la fijación de la
inversión (trato exclusivo con el mismo sexo, vida común en la guerra o en prisiones, los
peligros del comercio heterosexual, el celibato, la insuficiencia sexual, etc.).
3. Los trabajos de investigación de la época proporcionaban que la inversión podría
eliminarse por vía de sugestión hipnótica, por lo que no podría ser algo innato.
EXPLICACION DE LA INVERSION.
Freud dirá que considerar la alternativa innato-adquirido es incompleta, y que hay otros factores a
los que debemos recurrir para explicar las circunstancias de la inversión. “La hipótesis de que la
inversión es innata y es adquirida no explica su naturaleza.”
Acerca de otra discusión que se venía haciendo en los campos científicos –INFLUENCIAS-:
¿Por qué muchas personas llegan a la adolescencia bajo las mismas influencias sexuales, pero
unos se hacen homosexuales y otros no? Intentan vincular la bisexualidad con el tema del
hermafroditismo biológico
EL RECURSO A LA BISEXUALIDAD Se ha recurrido, para explicar la posibilidad de una
inversión sexual, a una serie de ideas disertantes con la opinión popular.
Línea de razonamiento=>
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2. En un sentido psicológico
se ref a la connotación de activo y pasivo, aclara que el psicoanálisis considera "masculina" a la
libido, en tanto ésta es siempre activa aún en aquellos casos que persiga fines pasivos y se
presenta indistintamente en el hombre y en la mujer,
1. La teoría del hermafroditismo psíquico presupone que el objeto sexual de los invertidos
es el contrario al normal. El hombre invertido sucumbiría al encanto que dimana de las
propiedades del cuerpo y del alma viriles;
2. Pero si bien esto se aplica a toda una serie de invertidos, se encuentra muy lejos de
denotar un carácter universal de la inversión. Suele pasar que un hombre se ve atraído
por otro que reúne los caracteres de ambos sexos. En el caso de la mujer: las
invertidas presentan con particular frecuencia caracteres somáticos y anímicos viriles y
requieren feminidad en su objeto sexual.
No obstante, un conocimiento más circunstanciado podría revelarnos también aquí la existencia
de una mayor variedad.
El psicoanálisis ha revelado el mecanismo psíquico de la génesis de la inversión. = acerca
de la fijación libidinosa hacia personas del mismo sexo.
En todos los casos investigados de inversión masculina se ha descubierto que las personas
después invertidas atravesaron en los primeros años de su infancia una breve, pero muy intensa
fase de fijación a la mujer (casi siempre a la madre).
Después, se han identificado con la mujer y se han tomado así mismos como fin sexual. Es decir,
que van a tomar una posición narcisista y van a buscar hombres jóvenes, y parecidos a su propia
persona, que han de amarlos como la madre los había amado a ellos.
También se ha comprobado en estos casos, que estos invertidos no eran insensibles a los
encantos femeninos, sino que lo que pasaba es que directamente lo trasponían a un objeto
masculino.
Así, repiten durante toda su vida el mecanismo por el cual se había engendrado su inversión.
(Esto remitiría al complejo de Edipo en la infancia) Su aspiración compulsiva al hombre aparecía
condicionada por su incesante huida de la mujer.
[En la edición de 1910, la nota proseguía así: «Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que hasta
el momento un solo tipo de invertidos se sometieron al psicoanálisis: individuos cuya actividad
sexual se hallaba en general menoscabada, y su residuo se manifestaba como inversión.
El problema de la inversión es sumamente complejo y abarca tipos muy diversos de
actividad y desarrollo sexuales
La investigación psicoanalítica rechaza terminantemente a la tentativa de separar a
los homosexuales como una especie particular de seres humanos. Es decir, “ha
habido un posicionamiento diferente pero frente a algo por lo que pasamos todos.”
El psicoanálisis considera que lo originario a partir de lo cual se desarrollan luego, por restricción
hacia uno u otro lado, tanto el tipo normal como el invertido es la independencia de la elección de
objeto respecto del sexo de este último, la posibilidad abierta de disponer de objetos tanto
masculinos cuanto femeninos, tal como se la puede observar en la infancia, en estados primitivos
y en épocas prehistóricas.
Todo individuo es capaz de una elección homosexual de objeto
En realidad, todo individuo ha realizado una elección homosexual de objeto en su
inconsciente. Se hace mucho más evidente en personas en las que se produce la génesis
de un estado patológico. Es justamente la fijación en solamente un solo tipo de elección de
objeto la que la lleva a enfermar.
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No hay relación de dependencia entre el sexo del individuo y la elección de objeto. Y sobre
esta posibilidad del aparato psíquico se desarrolla un tipo sexual normal o invertido:
En el sentido del psicoanálisis, entonces, ni siquiera el interés sexual exclusivo del hombre por la
mujer es algo obvio, sino un problema que requiere esclarecimiento respecto del cual cabe
suponer una atracción en el fondo de carácter químico.
La decisión de la conducta sexual definitiva se va a producir sólo tras la pubertad como
consecuencia de todos esos factores constitucionales y accidentales.
META SEXUAL DE LOS INVERTIDOS
De ningún modo puede hablarse de meta sexual única en el caso de la inversión.
CONCLUSIONES
“La experiencia recogida con los casos considerados anormales nos enseña que entre pulsión
sexual y objeto sexual no hay sino una soldadura, que corríamos el riesgo de no ver a causa
de la regular correspondencia del cuadro normal, donde la pulsión parece traer consigo al objeto.
Ello nos prescribe que debemos aflojar, en nuestra concepción, los lazos entre pulsión y objeto.
Probablemente, la pulsión sexual es al comienzo independiente de su objeto, y tampoco debe su
génesis a los encantos de este.”
Freud ubicara la relación de la pulsión con el objeto como una soldadura, ósea que
no es algo dado. El objeto de la pulsión nunca es adecuado, permanece en estado de
inadecuación. Es de lo más variable -y así, tiene carácter sustituible. – la pulsión es
independiente del objeto de carácter invariable, tienen un principio de constancia.
B. Las personas genésicamente inmaduras y animales como objetos sexuales
Tomados los niños como objeto sexual, considerada una aberración. En casos excepcionales, el
niño es el objeto sexual exclusivo, así, es tomado porque la persona es impotente para un objeto
sexual normal o porque no puede apropiarse en el momento de uno más apto.
Desempeñan el papel de objeto por cobardía e impotencia, o como único recurso ante una
pulsión que no admite dilación. ¿Se trata de insania? No: personas sanas, en razas y en
estamentos enteros, muestran iguales perturbaciones: el abuso sexual contra niños se presenta
con frecuencia en maestros y cuidadores, pues se les ofrece la oportunidad. Los insanos acaso lo
elevan a condición exclusividad.
Tomados los animales como objeto sexual, donde la atracción sexual parece traspasar la barrera
de la especie. Hablamos del “comercio sexual con animales” no raro entre campesinos, por
mencionar un caso.
Freud dice que se suele atribuir a insania estos y otros extravíos o desviaciones de la
pulsión sexual. Pero que la experiencia enseña que entre los insanos no se observan
perturbaciones de la pulsión sexual diferentes de las halladas en personas sanas.
“Los insanos presentan el desvío correspondiente sólo aumentado, o tal vez, como práctica
exclusiva y en remplazo de la satisfacción sexual normal”
Los estudios de Freud nos enseñan que esto no es solo para los casos considerados normales,
sino que los casos considerados anormales nos enseñan sobre un universal, sobre un “para
todos”.
El beso, el contacto de las dos mucosas labiales, pese a su transgresión anatómica (darle
un uso sexual genital a una parte del cuerpo que no lo tiene) se le ha otorgado en muchos
pueblos un elevado valor sexual.
El beso tiene valor sexual, sin que las partes pertenezcan al aparato sexual.
Aquí se pueden ver ASPECTOS QUE ENLAZAN LAS PERVERSIONES A LA VIDA SEXUAL
NORMAL, aplicables aun a la clasificación de aquellas.
Freud dice que “ya en el acto sexual más normal se pueden ver los esbozos de aquello
que, si se desarrolla plenamente, llevará a las aberraciones que han sido caracterizadas
como perversiones.”
Los neuróticos, para construir sus fantasías, toman elementos de las escenas perversas,
porque las fantasías están tomadas, están hechas como escenas del campo de la perversión. Por
eso se dice que una es el negativo de la otra, pero hay sin embargo una gran distancia entre una
y otra.
- Ciertas maneras intermedias de relacionarse con el objeto sexual (jalones en la vía hacia el
coito), como el palparlo y mirarlo, se reconocen como
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a) Trasgresiones anatómicas => sobre “el desborde sexual” hacia otros lugares del
cuerpo. Ciertos dominios corporales, en principio destinados a la unión sexual, se
transgreden.
Ejes de este ensayo:
- La energía pulsional no se queda en los genitales, sino que va a todo el cuerpo / Existe un “desborde sexual”
hacia otros lugares del cuerpo. Esto lo podemos ver en el uso sexual de la mucosa de los labios y de la boca y en
el uso sexual del orificio anal.
- Así, como ciertos lugares del cuerpo, como las mucosas bucal y anal, que aparecen una y otra vez en estas
prácticas, elevan el reclamo, por así decir, de ser considerados y tratados ellos mismos como genitales, también
suele pasar que se da lugar a un sustituto inapropiado del objeto sexual (ej. fetichismo)
En lo que respecta al empleo del ano, se reconoce con mayor claridad todavía que en el caso
anterior que es el asco lo que pone a esta meta sexual el sello de la perversión.
SIGNIFICATIVIDAD DE OTROS LUGARES DEL CUERPO
Se refiere al desborde sexual hacia otros lugares del cuerpo, con todas sus variaciones. Así,
ciertos lugares del cuerpo, como las mucosas bucal y anal, que aparecen una y otra vez en
estas prácticas, elevan el reclamo, por así decir, de ser considerados y tratados ellos
mismos como genitales.
SUSTITUTO INAPROPIADO DEL OBJETO SEXUAL FETICHISMO.
Se sustituye el objeto sexual normal por otro que guarda relación con él, inapropiado para
servir a la meta sexual normal. Esta ha de ser,
- una parte del cuerpo muy poco apropiada a un fin sexual (el pie, los cabellos) o
- un objeto inanimado que mantiene una relación demostrable con la persona sexual,
preferiblemente con la sexualidad de esta (prenda de vestir, ropa interior).
Los casos en que se exige al objeto sexual una condición fetichista para que pueda
alcanzarse la meta sexual (determinado color de cabellos, ciertas ropas, aun defectos
físicos) constituyen la transición hacia los casos de fetichismo como perversión.
Cierto grado de este tipo de fetichismo pertenece regularmente al amor normal.
El caso patológico sobreviene sólo cuando:
1. la aspiración al fetiche se fija, excediéndose de la condición mencionada, y
remplaza a la meta sexual normal; y, además,
2. cuando el fetiche se desprende de esa persona determinada y pasa a ser un
objeto sexual por sí mismo.
Es la exclusividad y la fijación = zapatos de tacón blanco.
TOCAR Y MIRAR
Los humanos necesitan el tacto para lograr la meta sexual: da placer y renueva la
excitación. El tocar el mirar es algo previo. Tocar, siempre que el acto sexual siga
adelante, no es perversión. Mirar, derivado del tocar, es el camino más frecuente para
excitar la libido.
El mirar puede ser sublimado en el ámbito del arte, si uno puede apartar su interés de los
genitales para dirigirlo a la forma del cuerpo como un todo
La mayoría de las personas normales se demoran en cierto grado en esa meta
intermediaria que es el mirar teñido sexualmente. Por el contrario, el placer de ver se
convierte en perversión cuando:
a) se circunscribe con exclusividad a los genitales;
b) se une a la superación del asco (voyeur: el que mira a otro en sus funciones
excretorias), o
c) suplanta a la meta sexual normal, en lugar de servirle de preliminar. Este último
caso es, marcadamente, el de los exhibicionistas, quienes enseñan sus genitales
para que la otra parte les muestre los suyos como contraprestación. “suplanta la
meta normal; como los exhibicionistas: enseñan sus genitales para que el otro les
muestre los suyos.”
En la perversión (mirar y ser mirado), la meta sexual se presenta en doble configuración,
en forma activa y pasiva. (Esto después lo descartaría, más adelante)
El poder que se contrapone al placer de ver y que llegado el caso es suprimido por este
(como ocurría en el caso anterior con el asco) es la vergüenza.
SADISMO Y MASOQUISMO
Inclinación a infligir dolor al objeto sexual y su contraparte (algolagnia: placer por el dolor, la
crueldad). En las personas normales está la raíz del sadismo.
El sadismo fluctúa entre una actitud meramente activa, o aun violenta, hacia el objeto sexual,
hasta el sometimiento y el maltrato como condición exclusiva de la satisfacción. Sólo este
segundo caso merece el nombre de perversión. Por su parte, “masoquismo” abarca todas las
actitudes pasivas, la más extrema de las cuales es el condicionamiento de la satisfacción al
hecho de padecer un dolor físico o anímico; como perversión, parece alejarse más de la meta
sexual normal; puede dudarse de que alguna vez aparezca primariamente; quizá nace por
trasformación a partir del sadismo. A menudo se reconoce que es una prosecución del sadismo
vuelto hacia la persona propia, la cual en un principio hace las veces del objeto sexual. Cooperan
muchos factores que exageran y fijan la originaria actitud sexual pasiva (complejo de castración,
conciencia de culpa).
- El dolor superado se alinea junto con el asco y la vergüenza, que se oponían a la libido en
calidad de resistencias.
- La oposición actividad/pasividad es uno de los caracteres universales de la vida sexual.
Crueldad y pulsión sexual se copertenecen estrechamente. La libido tiene un componente
agresivo.
¿Resto de apetitos canibálicos? Sería una coparticipación del aparato de apoderamiento, que
sirve a la satisfacción de la otra gran necesidad, ontogenéticamente más antigua. También se ha
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sostenido que todo dolor contiene, en sí y por sí, la posibilidad de una sensación placentera.
Varias aspiraciones anímicas se reúnen en un efecto único.
Actividad y pasividad habitualmente se encuentran en una misma persona. Un sádico es también
un masoquista, aunque uno de los dos aspectos, el pasivo o el activo, puede haberse
desarrollado con más fuerza y constituir su práctica sexual prevaleciente.
Algunas de las inclinaciones perversas se presentan como pares de opuestos. Sadismo-
masoquismo no puede derivarse de la injerencia de un componente agresivo. Por el
contrario, estaríamos tentados de poner en relación la presencia simultánea de esos
opuestos con la oposición de lo masculino y lo femenino, conjugada en la bisexualidad (el
psicoanálisis a menudo remplaza esa oposición por activo/pasivo).
“Quizás en las más horrorosas perversiones es preciso admitir la más vasta contribución
psíquica a la trasmudación de la pulsión sexual.” Ahí donde uno se sorprende por lo
horroroso, ahí podemos encontrar un espacio para profundizar en el estudio el psiquismo de
todos los sujetos.
Nos interesa el perverso en la medida en que nos permite estudiar la sexualidad normal, al de
todos seres humanos. ¿Cómo es la sexualidad humana? Nadie antes de Freud se atrevió a
plantear esto.
DOS RESULTADOS
El estudio de las perversiones nos permitió llegar a un entendimiento:
la pulsión sexual tiene que luchar contra resistencias, de los cuales se destacan de
manera más nítida, la vergüenza y el asco. Estos PODERES ANÍMICOS en calidad de
resistencias son los responsables de circunscribir la pulsión dentro de las fronteras
consideradas normales, las que marcaron la dirección de su desarrollo.
Estos diques mantienen la pulsión dentro de lo límite de lo que se considera normal
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Estos poderes que ponen un dique al desarrollo sexual —asco, vergüenza y moral— son
SEDIMENTOS HISTÓRICOS de las inhibiciones externas que la pulsión sexual
experimentó en la psicogénesis de la humanidad.
2- Un nuevo estatuto para los síntomas: no sólo son el sustituto de lo reprimido, sino que son un sustituto de
aspiraciones que toman su fuerza de la fuente de la pulsión.
3- Se resitúa el conflicto: entre el esforzar de la pulsión y la desautorización sexual. Así las aspiraciones
libidinosas se mudan en síntomas.
EL PSICOANALISIS
1. Las psiconeurosis descansan en fuerzas pulsionales de carácter sexual esto es que la
energía de la pulsión sexual es la única fuente energética constante de las neurosis al
punto de que se exterioriza de manera exclusiva (total o parcial) en los síntomas, al punto
de que los síntomas son la práctica sexual de los enfermos ,
El psicoanálisis elimina los síntomas de los histéricos, considera a los mismos como
SUSTITUTOS de una serie de procesos anímicos investidos de afectos, deseos y aspiraciones, a
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Entonces, los síntomas son satisfacciones sustitutivas (sexuales), por ello, el síntoma es la
práctica sexual del enfermo1; el mismo da cuenta de la represión de las pulsiones sexuales.
1 El infantilismo de la sexualidad, las teorías sexuales infantiles, y las etapas sexuales dejan
huellas en el aparato anímico. Los síntomas son regresiones a esas etapas de la sexualidad
infantil que han quedado fijadas. Pero no se presentan de manera directa, sino que se hacen
efectivos mediante rodeos en donde las leyes del inconsciente actúan (desplazamiento,
condensación, etc.). Por ejemplo, en el caso Dora, su tos nerviosa simboliza su deseo sexual
inconsciente e incestuoso para con el padre, el cual luego de ser reprimido, no le quedó otra
manera de salir a la luz que, mediante la tos, la cual estimulaba la boca (zona erógena) que había
sido su zona predilecta en la infancia.
RESULTADOS LOGRADOS POR EL PSICOANALISIS Por este camino, se averiguó que los
síntomas son un sustituto de aspiraciones que toman su fuerza de la fuente de la pulsión sexual.
* Freud, agregara años más tarde, que los síntomas neuróticos se basan por una parte en la
exigencia de las pulsiones libidinales y por otra en el veto del yo, en la reacción contra aquellas.
queda como fantasía mientras que en el neurótico queda como fantasía, se lo reprime, dando
lugar a la formación de síntomas”
La pulsión sexual de los psiconeuroticos permite discernir todas las aberraciones sexuales
como VARIACIONES respecto de la vida sexual normal y como MANIFESTACIONES de la
patológica.
El interés por estos resultados aumenta más todavía si se tienen en cuenta las particularidades que presenta
el material factico: Material fáctico / “síntesis de lo recolectado hasta ahora”:
a) toda perversión activa es acompañada por su contraparte pasiva (quien es exhibicionista tbm
es Voyeur, el sádico tbm es masoquista. Pero, en los cuadros patológicos una u otra de las
inclinaciones opuestas desempeña el papel prevaleciente. (tómalo con pinzas, Freud después
modifica en parte esto)
b) Raramente se encuentra una sola de estas pulsiones perversas, la más de las veces se halla
un gran número de ellas, y “por regla general, huellas de todas”
Por pulsión se entiende => al representante psíquico de una fuente de estímulos intrasomática
en continuo fluir (a diferencia del estímulo que es producido por excitaciones singulares
provenientes del afuera) Pulsión es un concepto de deslinde de lo anímico respecto de lo
corporal y se debe considerar como una medida de exigencia de trabajo para la vida anímica.
Los órganos del cuerpo brindan excitaciones de dos clases basadas en diferencias de naturaleza
química, a una de estas excitaciones la designamos como específicamente sexual y al órgano
afectado como la zona erógena de la pulsión parcial sexual que arranca de él. Aun así, las zonas
erógenas no son solamente las zonas genitales, sino que pueden ser cualquier parte del cuerpo.
Fundamentalmente, cualquier parte de la superficie del cuerpo puede venir al lugar de zona
erógena. Toda pulsión parte de un órgano de un cuerpo que brinda excitaciones, específicamente
sexuales, este órgano se llama zona erógena, y cumplen un rol similar a la zona genital. Por
ejemplo: en el placer de ver y exhibirse, el ojo corresponde a la zona erógena; en elcaso del dolor
y la crueldad, es la piel la que adopta este papel.
Freud plantea que la pulsión no tiene nada que ver con el instinto, la pulsión tiene que ver con las
zonas erógenas, con los bordes pulsionales. Por eso aparece en principio ligada en lo oral y en lo
anal.
Pero incluso se puede alcanzar satisfacción sexual escuchando una voz o con una mirada,
incluso sin un contacto físico directo.
En el caso de la histeria estos lugares del cuerpo y los tractos de mucosa asociados se
convierten en la sede de nuevas sensaciones y alteraciones de inervación (Dora y la tos
nerviosa, la picazón de garganta) subrogados de los genitales
La pulsión sexual infantil está compuesta de pulsiones parciales que adhieren a las
excitaciones de regiones del cuerpo, estas pulsiones parciales deben atravesar un proceso
de desarrollo para subordinarse a las metas de la reproducción (3 ensayos de teoría
sexual) a fines de producir las construcciones anímicas culturales.
Las neurosis son el fracaso de esos procesos emprendidos por las pulsiones sexuales parciales y
los órganos y sistemas de órganos están al servicio tanto de las pulsiones sexuales como de las
yoicas. El placer sexual no se anuda a la función de los genitales y la boca sirve tanto para comer
como para besar: mientras más íntimo sea el vínculo entre un órgano de doble función y una de
las grandes pulsiones, tanto más difícil le resultará alcanzar la meta de la otra pulsión. En el caso
de que la pulsión sexual que se sirve del VER se llega a desarrollar una ceguera histérica donde
el yo pierde su imperio sobre el órgano, que se pone por entero a disposición de la pulsión sexual
reprimida. Solicitación somática de los órganos, caso Dora.
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1- A partir del “chupeteo” como modelo de las exteriorizaciones sexuales infantiles, se extraen tres caracteres
esenciales de la pulsión:
a) Autoerotismo
b) Apuntalamiento
c) Zona erógena
3- Objeto de la pulsión: entre pulsión sexual y objeto no hay sino una “soldadura” donde la pulsión parece traer
consigo al objeto. La falta de un objeto predeterminado, innato, como condición de la pulsión (articular con
“Pulsiones y destinos de pulsión” objeto en su valor instrumental).
6- Relación entre represión y sexualidad. La amnesia infantil oculta los comienzos de la propia práctica sexual.
Freud comienza hablando de “el descuido de lo infantil”, aquella opinión popular que desestima la
sexualidad infantil, alegando su inexistencia en la infancia, y su surgimiento en la pubertad.1 Va a decir
que, en parte, este descuido se debe a la “amnesia infantil”, una amnesia que cubre los primeros años de
la infancia2. ¿Por qué ocurre esto? Freud va a decir que no es una amnesia como tal, sino que tiene que
ver más con lo que les pasa a los neuróticos, la cual es producto de la represión. El fin de esta amnesia
infantil es ocultar los comienzos de la propia vida sexual. Cabe aclarar, también, que, sin amnesia infantil,
no habría amnesia histérica en la adultez.
AMNESIA INFANTIL. cubre los primeros años de vida hasta los 6 u 8 años. 2Convierte la infancia
de cada individuo en un tiempo anterior (prehistórico) y le oculta los comienzos de su propia vida
sexual, esto propicia que no se le de valor a la infancia en el desarrollo de la vida sexual. Freud la
compara con la amnesia histérica, dado que las impresiones olvidadas dejaron las huelas más
profundas en la vida anímica, las que son determinantes para todo desarrollo posterior
El neonato trae consigo mociones sexuales que se desarrollan por un tiempo, pero luego se
sofocan. Durante este periodo de latencia se van formando ciertos diques psíquicos que más tarde
se exteriorizaran como inhibiciones de la pulsión (asco, vergüenza, moral, etc.)1
¿Con que medios se ejecutan estas construcciones tan importantes? A expensas de las mociones
sexuales infantiles se desviarán del uso sexual y empiezan a ser aplicadas a otros fines. A esto
Freud llama “sublimación”. Las mociones sexuales de estos años serían inaplicables, debido a que
las funciones sexuales están distinguidas, lo cual constituye el carácter principal del período de
latencia. Por otra parte, son en sí perversas, parten de zonas erógenas y se sustentan en pulsiones
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que provocan displacer, por lo tanto suscita fuerzas contrarias que construyen los diques psíquicos
para sofocarlo (sublimación por formación reactiva).
antes (y la naturaleza se encarga de ello). Entonces, la necesidad de repetir la satisfacción se da por dos
cosas: en primer lugar, porque se produce una tensión que se percibe como displacentera y una sensación
de estímulo sobre la zona erógena. Entonces, la meta sexual puede entenderse de esta forma: procuraría
sustituir la sensación de estímulo sobre la zona erógena por aquel otro estímulo externo que la cancela al
provocar la sensación de satisfacción. Por lo que se observa que para cancelar un estímulo se requiere de
un segundo estimulo aplicado al mismo lugar.
Segunda fase de la masturbación infantil: el onanismo del lactante parece desaparecer tras un
breve lapso. La segunda fase de la masturbación infantil se da aproximadamente al cuarto año de
vida, la pulsión sexual suele despertar nuevamente en la zona genital y durar un lapso.
mediante el onanismo del lactante (todos los quehaceres auto eróticos al servicio de la satisfacción
1Es
sexual) que se establece el primado de esta zona erógena para la actividad sexual.
Se dice que el niño es un “perverso polimorfo” porque practica todas las transgresiones posibles, usa todo
para ganar placeres y es llevado a practicar todas las “desobediencias posibles” –para los padres- ya que
en él no se han formado los diques psíquicos.2 de vergüenza, asco y moral.
Con el reconocimiento de la disposición perversa polimorfa en la infancia podemos ver como 2 “es
imposible no reconocer algo común a todos los seres humanos, algo que tiene sus orígenes en la
uniforme disposición a todas las perversiones .”
La vida sexual infantil muestra componentes que desde el comienzo envuelven a otras personas en
calidad de objetos sexuales. De esta índole son las pulsiones de ver, de exhibir y la crueldad, que en el
niño aparecen independizadas de las zonas erógenas y más tarde entran en estrecha relación con lo
genital.
Al carecer de vergüenza el niño muestra su cuerpo desnudo (en especial los genitales) y tiene curiosidad
por ver los genitales de otras personas, siendo además mirones de la micción y defecación de otros.
Sobrevenida la represión de estas inclinaciones perversas, la curiosidad de ver genitales de otras
personas (de su propio sexo o del otro) permanece como una presión martirizante inconsciente, en
muchos casos de neurosis, prestando así la más potente fuerza impulsora a la formación de síntoma.
Entre los 3 y 5 años se inicia la pulsión de saber o de investigar. Está ligada a la pulsión sexual infantil.
Recae sobre los problemas sexuales, y tal vez es despertada por éstos. Hay un punto de anudamiento
entre la sexualidad y el saber y esto se plasma en las teorías sexuales infantiles.
El enigma de la esfinge Freud dice que la primera pregunta que se hacen los niños es: ¿de dónde
vienen los niños? El varón supone que todas las personas poseen un genital como el suyo,
desconoce la existencia de dos sexos diferentes.
Complejo de castración y envidia del pene: la primera teoría del niño es que todos los seres
humanos poseen un genital idéntico masculino –premisa universal del pene-.
Así, la madre tiene pene, ella provee todo lo que el niño necesita. Al mismo tiempo que se quiere
saber también está el deseo de no saber que esta premisa no es universal (apego a la idea de
castración) Entonces, aparece otro modo de inscribir la idea del sexo entre los que tienen y los
que no tienen: fálico (masculino) es opuesto a castrado (femenino). Esta diferencia de los sexos
no es una cuestión biológica, sino que es un proceso psíquico.
El niño cree firmemente en la universalidad del pene pero debido al complejo de castración
abandona esta creencia. El efecto de esta «amenaza de castración» es, como corresponde a la
alta valoración del órgano amenazado, extraordinariamente profundo y duradera. En la niña esto
es distinto, ella muestra un vivo interés por los genitales masculinos y es presa de la envidia del
pene al punto de desear ser un varón.
Teorías del nacimiento: El niño recuerda que aún no ha contestado su pregunta ¿de dónde
vienen los niños? Anuda algo del orden de la satisfacción pulsional del comer con la satisfacción
pulsional de la zona erógena anal e idea la teoría de que los niños se conciben por haber comido
algo determinado y se los da a luz por el intestino (igual que a la materia fecal)
Concepción sádica del comercio sexual: Si a esa edad los niños son espectadores del comercio
sexual entre adultos (ya que el pequeño no comprende nada de lo sexual), concibe al acto sexual
como una especie de maltrato en el sentido sádico; debido a que se ignora el papel del semen
fecundante y de la abertura sexual femenina. Además, ante la pregunta de ¿qué es estar
casado?, buscan la respuesta en alguna relación de comunidad en las funciones de micción y
defecación (ir juntos al baño, verse la cola).
EL TIPICO FRACASO DE LA INVESTIGACION SEXUAL INFANTIL Las teorías sexuales infantiles son
producto de la constitución sexual del niño y dan prueba de la gran comprensión sobre los procesos
sexuales; implica así un primer paso hacia la orientación autónoma en el mundo, y en él se presenta un
fuerte extrañamiento del niño respecto de las personas de su entorno que antes habían gozado de su
plena confianza.
Esta investigación sexual infantil fracasa porque ignora dos elementos: el papel del semen fecundante y la
existencia de la abertura sexual femenina.
¿Cuáles son las fases del desarrollo libidinal? => son esbozos y etapas previas a una
organización de las pulsiones parciales.
En cuanto al primer tiempo de la sexualidad, existe una fase en el desarrollo libidinal cuya zona
erógena principal es la boca. Esta es la fase oral, en donde el primer objeto es el pecho materno
cual satisface la nutrición del lactante pero más tarde se pone en práctica el chupeteo en donde
se separa de la nutrición y solo se mantiene la satisfacción sexual oral.
En segunda fase del desarrollo libidinal se sitúan las pulsiones sádicas y anales. Es conocida
como la fase anal, en donde se juega el apoderamiento como retención de las heces, y la
destrucción, como transformación del alimento en heces y la ingesta de objetos a través de
masticar. También el sujeto comienza a formularse una distinción de los sexos en términos de
pasivo y activo, que más tarde se transmudara en masculino y femenino. También las pulsiones
de ver y saber se despiertan y los genitales que participan en la vida sexual propiamente dicha
sólo en sus papeles de órgano para la excreción de orina.
En este momento podemos marcar la salida de las fases de la organización pre-genital las cuales
tiene dos metas: en primer lugar implica la subordinación de todas las pulsiones parciales bajo el
primado de los genitales y con ello el sometimiento de la sexualidad a la función reproductiva. La
segunda meta abarca el abandono del autoerotismo y la permutación del objeto situado en el
cuerpo propio por un objeto ajeno. Esto sólo puede alcanzarse cuando dicho objeto único es a su
vez un cuerpo total parecido al propio y las mociones pulsionales autoeróticas quedan
necesariamente relegadas por inutilizables.
En cuanto al segundo tiempo de la sexualidad identificamos la tercera fase del desarrollo libidinal.
Es la fase fálica, se caracteriza por el primado del falo (tener o no pene). En esta etapa el mundo
exterior se divide en dos grupos, aquellos que tienen pene y aquellos que no lo tienen, esta visión
del mundo genera más tarde en un símbolo de poder, situación que se relaciona con en el
Complejo de Castración y por ende en el Complejo de Edipo. Esto se articula de la siguiente
forma: al ver los genitales femeninos el niño comienza a considerar como una posibilidad real la
amenaza de castración, y por ende prescinde de sus deseos sexuales hacia la madre para
mantener intacto su narcisismo y simbolizado en su miembro sexual, saliendo así del Edipo. En la
niña, el Complejo de Castración hace que reniegue de la madre por no haberla provisto con un
pene, y la acerca a su padre como medio para obtener el mismo en la forma de un objeto de
amor, entrando así en el Edipo. Las salidas de la niña para este último complejo son tres:
- Feminidad normal.
- Inhibición sexual o neurosis.
- Complejo de masculinidad.
Una vez superado el complejo de Edipo, sobreviene un período de latencia, se observa la
detención y el retroceso del desarrollo sexual, luego sobreviene la amnesia infantil. En dicho
lapso se edifican las inhibiciones en el camino de la pulsión sexual a modo de diques psíquicos –
de la libido-: el asco, la vergüenza, los reclamos ideales en lo estético y en lo moral. Una vez
superado este tramo del desarrollo surge finalmente como segundo brote de la sexualidad, la fase
genital, que coincide con la pubertad.
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Freud agrega en 1924 una tercera fase genital donde muestra un objeto sexual y las
aspiraciones que se tienen sobre ese objeto y se diferencia en un punto esencial de la
organización definitiva de la madurez genésica: el niño/niña no conoce más que un solo
genital, el órgano sexual masculino. La oposición de los sexos equivale a la oposición
genital masculino castrado. Esta es la fase fálica.
AMBIVALENCIA
Esta forma de organización sexual puede conservarse a lo largo de toda la vida y atraer
hacia si buena parte de la práctica sexual. Así, los pares de opuestos pulsionales están
plasmados en un grado aprox. igual.
El concepto ambivalencia* connota la coexistencia, en un mismo plano, de amor y odio.
La ambivalencia caracteriza algunas fases de la evolución de la libido, en las que coexisten
amor y destrucción del objeto (fases sádico-oral y sádicoanal).
El conflicto edípico, en sus raíces pulsionales, se concibe como un conflicto de
ambivalencia siendo una de sus principales dimensiones la oposición entre «[...] un amor
bien fundado y un odio no menos justificado, dirigidos ambos hacia la misma persona»
Freud agrega que en la niñez ya se elige el objeto como en la pubertad 4 , siendo este el máximo
acercamiento durante la infancia a la conformación definitiva de la vida sexual luego de la
pubertad. (La unificación de las pulsiones parciales y su subordinación a los genitales al servicio
de la reproducción sucede en el desarrollo del infante)
Los resultados de la elección infantil del objeto son inaplicables para la pubertad debido del
desarrollo de a la represión, que se sitúa entre ambas fases. Las metas sexuales se han
atemperado y solo pueden figurar en lo que se llama la corriente tierna de la vida sexual.
La elección del objeto de la pubertad tiene que renunciar a los objetos infantiles y empezar de
nuevo como corriente sensual.
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La no confluencia de las dos corrientes hace que no se puedan unificar todos los anhelos en un
objeto (siendo esta uno de los ideales de la vida sexual).
ACTIVIDAD MUSCULAR. Una intensa actividad muscular constituye para el niño una
fuente de excitación. Muchas personas informan haber tenido los primeros signos de
exitacion en sus genitales en el curso de juegos violentos, riñas, peleas.
PROCESOS AFECTIVOS. Los procesos afectivos más intensos, aun las excitaciones
terroríficas, desbordan sobre la sexualidad. Muchos afectos displacenteros (el miedo, la
angustia y el espanto) se vinculan a la sexualidad, así como las sensaciones de dolor
provocan un efecto erógeno constituyendo las raíces de la pulsión sadomasoquista.
Rasgos generales:
1. Varios son los reaseguros que ponen en marcha los procesos excitatorios sexuales, sobre
todo las excitaciones de las superficies sensibles (piel y órganos de los sentidos) y las
estimulaciones de las zonas erógenas.
Las pulsiones parciales de la sexualidad derivan de las fuentes internas de excitación sexual o se
compone de aportes a esas fuentes y de las zonas erógenas.
Cabe destacar que hay diversas constituciones sexuales; si bien estas fuentes brindan su aporte en todos
los individuos, lo hacen con distinta intensidad. Así, cada una de las fuentes de excitación sexual
contribuye también a diferenciar las diversas constituciones sexuales.
Al hablar de las vías de la influencia recíproca, Freud hace referencia a que todas las vías de conexión que
llegan hasta la sexualidad, lo hacen desde otras funciones que tienen que poderse transitar también en la
dirección inversa (los labios cumplen dos funciones: satisfacción sexual y nutrición. Se ve perturbada la
nutrición cuando son perturbadas las funciones erógenas de la misma).
Con el advenimiento de la pubertad se introducen los cambios que llevan la vida sexual infantil a
su conformación normal definitiva:
- La pulsión sexual era hasta entonces predominantemente auto erótica; ahora halla
al objeto sexual.
- Hasta ese momento la sexualidad actuaba partiendo de pulsiones y zonas erógenas
singulares independientes que buscaban como único fin sexual un determinado
placer. Ahora aparece una nueva meta sexual, de modo que todas las pulsiones
cooperan para alcanzarla, a la vez que las zonas erógenas se subordinan a la
primacía de la zona genital. Puesto que la nueva meta sexual asigna a los dos
sexos funciones muy diferentes, su desarrollo sexual se separa mucho en lo
sucesivo.
“La pulsión sexual se pone al servicio de la función de reproducción” y para que esta
trasmudación se logre con éxito, es preciso contar con las disposiciones originarias y todas las
peculiaridades de las pulsiones.
Las perturbaciones patológicas de la vida sexual han de considerar con buen derecho como
IBHIBICIONES DEL DEASAROLLO
La subordinación de las excitaciones sexuales se lleva a cabo de un modo tal que lo que antes eran
placeres parciales e independientes unos de otros, ahora se convierten en actos preparativos del nuevo fin
sexual. Este nuevo fin sexual, consistente en el ser humano en la descarga de los productos sexuales, lo
que se acompaña del máximo placer; se pone ahora al servicio de la función reproductiva. Esto es, para
Freud la sexualidad adulta sería una sexualidad reproductiva, el deseo y el placer surgen de las pulsiones
parciales infantiles.
- Este aparato debe ser puesto en marcha mediante estímulos; y los estímulos pueden
alcanzarlo por tres caminos: desde el mundo exterior, por excitación de las zonas erógenas
que ya sabemos; desde el interior del organismo, siguiendo vías que aún hay que
investigar, y desde la vida anímica, que a su vez constituye un repositorio de impresiones
externas y un receptor de excitaciones internas.
Por los tres caminos se provoca lo mismo: un estado que se define como de «excitación
sexual» y se da a conocer por signos, anímicos y somáticos.
“No me parece injustificado fijar mediante un nombre esta diferencia de naturaleza entre el placer
provocado por la excitación de zonas erógenas y el producido por el vaciamiento de las
sustancias sexuales. El primero puede designarse convenientemente como placer previo, por
oposición al placer final o placer de satisfacción de la actividad sexual. El placer previo es,
entonces, lo mismo que ya podía ofrecer, aunque en escala reducida, la pulsión sexual infantil; el
placer final es nuevo, y por tanto probablemente depende de condiciones que sólo se instalan con
la pubertad. La fórmula para la nueva función de las zonas erógenas sería: Son empleadas para
posibilitar, por medio del placer previo que ellas ganan como en la vida infantil, la producción del
placer de satisfacción mayor”
3. La teoría de la libido
5. El hallazgo del objeto => durante la pubertad se afirma el primado de las zonas genitales
(el miembro erecto remite a la nueva meta sexual: la penetración). Desde lo psíquico se
consuma el hallazgo del objeto.}
El hallazgo de objeto es preparado desde la más temprana infancia. Cuando la primera satisfacción
sexual todavía está conectada / dada con la nutrición, la pulsión sexual tenía un objeto fuera del cuerpo
propio: el pecho materno. Después, la pulsión sexual pasa a ser autoerótica y sólo luego de superado
el periodo de latencia se restablece la relación originaria.
A lo largo de todo el periodo de latencia, el niño aprende a amar a otras personas. El trato del niño con
la persona que lo cuida es para él una fuente continua de excitación y de satisfacción sexual a partir de
las zonas erógenas. Esa persona (por lo general, la madre) dirige sobre el niño sentimientos que
brotan de su vida sexual, lo acaricia, lo besa y lo mece, y claramente lo toma como sustituto de un
objeto sexual de pleno derecho. El mamar del pecho materno se constituye en el paradigma de amor y,
de esta manera, el hallazgo del objeto de la pubertad es un reencuentro.
Objeto sexual del periodo de lactancia: el niño aprende a amar a los que satisfacen sus
necesidades y le prodigan cuidados. Estos primeros cuidados maternales son para el niño una
continua fuente de excitación y de satisfacción sexual a partir de las zonas erógenas (lo acaricia,
lo besa, lo mece y lo toma como un objeto sexual de pleno derecho)
Angustia infantil: la angustia en los niños es la expresión de su añoranza por la persona amada; el
niño responde a todo extraño con angustia –por ejemplo, cuando tiene miedo a la oscuridad
porque en esta no se ve a la persona amada, se deja calmar si solo pueden tomarle la mano.
Los niños con pulsión sexual hipertrofiada por mimos excesivos padecen angustia, es decir, tan
pronto como no pueden satisfacer su libido la mudan en angustia.
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La barrera del incesto: cuando la ternura de los padres sobre el niño evita la anticipación del
despertar de la pulsión sexual y lo hace en la pubertad cuando ya están dadas las condiciones
físicas, la pulsión logra el cometido de conducir a ese niño hacia la madurez y hasta la elección
del objeto sexual. Lo más inmediato seria que el niño eligiese a aquellas personas a las que ama,
pero se ha erigido ante el la barrera del incesto. (Tótem y Tabú) Así, la barrera del incesto
implanta en él los preceptos morales que excluyen expresamente de la elección de objeto, por su
calidad de parientes consanguíneos, a las personas amadas de los niños.
Luego de haber superado la etapa de la barrera incestuosa, nadie se sustrae por completo de su
influencia; hay efectos posteriores de la elección infantil de objeto. El varón persigue, ante todo, la
imagen mnémica de la madre y armoniza plenamente con ello. Dada la importancia de los
vínculos infantiles con los padres para la posterior elección del objeto sexual, es fácil comprender
que cualquier perturbación de ellos haga madurar las más serias consecuencias para la vida
sexual adulta. En resumen, la elección del objeto tiene apuntalamiento en el modelo de los
progenitores y todo lo que hace serie con ellos.
Prevención de la inversión: lo que “previene” una inversión permanente del objeto sexual es sin
duda la atracción reciproca de los caracteres sexuales opuestos.
- en el caso del varón, cabe suponer que su recuerdo infantil de la ternura de la madre y de
otras personas del sexo femenino de quienes dependía cuando niño, contribuye a dirigir su
elección hacia la mujer; también lo hará el temprano amedrentamiento y la actitud de
competencia con el padre. El resultado, es un vínculo hostil con su mismo sexo, que influye
decisivamente para que la elección de objeto se haga en el sentido considerado “normal”
- Freud después tomara el hecho de que en la educación de los varones por personas del
sexo masculino (esclavos, en el mundo antiguo) parece favorecer la homosexualidad; así
como que la frecuencia de la inversión en la nobleza de la época se vuelve más
comprensible al reconocer el empleo de servidumbre masculina. Dirá que la inversión se
vislumbraría luego del trato continuo con el propio sexo y apasionadas amistades con
niños del mismo sexo
Resumen
1. El síntoma es la práctica sexual de los enfermos
2. La neurosis es un negativo de la perversión
3. Reconocimos la disposición perversa polimorfa en la infancia, como un rasgo común a
todos los hombres. El niño es un perverso polimorfo.
4. En determinado momento de la vida sexual infantil se produce la creación de diques
psíquicos, el asco, la vergüenza y la moral misma
5. La pulsión sexual es algo compuesto por muchos factores, y que en las perversiones
estos se disgregaban por así decirlo en sus componentes. Las perversiones se
evidenciaron como inhibiciones y/o disociaciones del desarrollo normal.
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13. La sexualidad infantil esta acometida en dos tiempos del desarrollo sexual en el ser
humano: una fase pre-genital y una fase genital
14. No pudimos precisar la mediada a partir de la cual las prácticas sexuales de la infancia
dejan de ser normales y se vuelven perjudiciales para el desarrollo ulterior
15. Freud llama a la sexualidad infantil como perversa polimorfa. Luego la amnesia
psíquica (el periodo de latencia), y luego en la pubertad, un resurgimiento de los
intereses sexuales.
16. En la pubertad se produce la subordinación de todas las otras fuentes originarias de la
excitación sexual bajo el primado de las zonas genitales, así como el proceso del hallazgo
del objeto.
17. Hallamos que la elección de objeto es guiada por los indicios infantiles, renovados en
la pubertad, de inclinación sexual del niño hacia sus padres y los encargados de cuidarlo, y,
desviada de estas personas por la barrera del incesto erigida entretanto, se orienta hacia
otras semejantes a ellas
Conceptos: Pulsión - Función reproductora - Placer sexual - Zonas erógenas. - Autoerotismo - Apetito de saber -
Pulsión de auto conservación - La elección de objeto: persona amada. - Los diques de la represión: vergüenza, asco,
moral - Fijación a las personas y la elección primitiva de objeto. Perversiones, infantilismo – Neurosis - Sexualidad
Infantil – Disposición perversa polimorfa