Macro I 11 Curva de Phillips y Mercado de Trabajo

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XI – Curva de Phillips y Mercado de Trabajo

43. Oferta agregada dinámica


Un desarrollo posterior del mercado de trabajo1 atribuye características dinámicas al mercado
de trabajo, consistentes en definir la oferta de trabajo como sensible a los excesos de demanda y
oferta de trabajo habidos en el período anterior.

43.1. La oferta de trabajo dinámica

Supongamos la existencia de una oferta laboral dinámica o móvil, sensible a la discrepancia


entre el nivel de empleo “pleno” y el actual:
h i
Nf
f
ff
f
ff
f
ff
f
f
@f
f
fN
f
f
ff
f
ff
f
ftf
f
f ` a
W t =W t @ 1j1 @ ε 0 k =W t @ 1 1 @ εu [1]
N0
donde “u”, tasa de desempleo, es igual a:

Nf N
u= ff
ff
f
0f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ftf
f
f
@
[2]
N0
De acuerdo con lo antedicho, los salarios que se ofrecerán en el período “t” serán superiores a
los ofrecidos en el período “t - 1”, si es que se ha verificado un exceso de ocupación (demanda
excedente de trabajo) en el sector industrial en tal período. De modo contrario, si durante el
período “t + 1” existió oferta excedente de trabajo y muchos trabajadores no encontraron empleo
pleno, los salarios que se ofrecerán en “t” serán inferiores.

W
Wt+1

Wt

Wt-1

Nd

N0 N
Cuadro 11.1 – Oferta de trabajo dinámica

43.2. La función de producción lineal

Sea una función de producción:


b c
Y = A f K 0 ,N [3]
Supongamos que:
a) Sólo existe un factor de producción variable: el factor trabajo (N). Esto es una
simplificación, puesto que las empresas utilizan más factores además del trabajo: capital
(máquinas y plantas de producción), materias primas, etc. Se asume que el capital (K0)
permanece fijo en el corto plazo.
b) La tecnología aplicada a la productividad del trabajo (A) es constante. Esto también es una
simplificación, dado que existe progreso tecnológico y por tanto la productividad del trabajo
varía con el paso del tiempo.

Estas dos simplificaciones pueden ser asumidas, puesto que utilizamos este modelo para
explicar el funcionamiento de una economía en el corto plazo. En el largo plazo, habrá que
considerar tanto variaciones de la productividad, como variaciones en el factor capital.

1
Dornbusch – Fischer, op. cit.
Macroeconomía I 2

Dadas estas simplificaciones podemos explicitar la función de producción a partir de la


siguiente expresión:

Y = AN [4]

Donde Y es el nivel de producción, A es la productividad del trabajo (producción por unidad de


trabajo) y N es el nivel de empleo.

Y
Y = AN

N (empleo)
Cuadro 11.2 – Función de producción lineal

43.3. La ecuación de precios

Conocida la función de producción, estamos en condiciones de conocer los costos de las


empresas, los que dependerán del salario pagado a los trabajadores, y la productividad del
trabajo.

Supongamos una empresa que fabrica sillas, y donde el salario nominal pagado a cada
trabajador es de $ 1500.- mensuales. La productividad del trabajo es de 30 sillas al mes. O sea,
cada trabajador monta 30 sillas al mes.
W = $ 1500 / mes
A = 30 sillas / mes
El costo laboral unitario será W/A = 1500/30 = $ 50.- por unidad producida.

En un entorno de competencia perfecta, el precio fijado por las empresas sería el Costo Marginal
(CMg) de producción, es decir, W/A, y los beneficios serían nulos. Sin embargo, dado que
muchos mercados de bienes no son competitivos, las empresas buscarán obtener un beneficio,
por tanto el precio deberá ser tal que permita cubrir los costos y proporcionar dicho beneficio.
Es decir:

Los precios y cantidades equivalen


` a a la nómina salarial más una tasa “z” de mark-up.:
PY = WN 1 + z
Nf ` a [5]
P=W f f
ff
f
f
1+z
Y
W ` a
P= f
ff
f
ff
f
1+z [6]
A
Donde “z” representa el margen de beneficios esperado por el empresario. Llamamos a ésta la
ecuación de precios, y expresa cuál será el precio fijado por las empresas dado el salario
nominal pagado por ellas. Reordenando la ecuación de precios, obtenemos el salario nominal
pagado por las empresas:
A
W= f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
P [7]
1+z
Esta relación implica que el salario nominal pagado por las empresas depende de la
productividad del trabajo (A), del margen de beneficio que desean obtener (z) y del nivel de
precios efectivo (P).
Macroeconomía I 3

43.4. Derivación de la oferta agregada dinámica2

Dada la relación vista en [4], podemos escribir, para un período “t” cualquiera:
Yf
f
ff
f
tf
f
ff
Y t = AN t Q A = [8]
Nt
Análogamente será, atendiendo
` a la arelación de mark-up vista en [5]:
P t Y t =W t N t 1 + z [9]
Nf
f
ff
ff
f
f`
f a
P t =W t t 1 + z
Yt
[10]
1f
f
f+f
f
ff
ff
f
fzf
f
ff
P t =W t
A
De este modo, podemos reemplazar
h en la expresión
i [1] Wt por Pt y Nt por Yt, quedando así:
Nf N
W t =W t @ 1j1 @ ε ff
ff
f
0f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ftf
f
f
@ k
N0
Yf
Y = NA Q N = ff
ff
h
A i
[11]
Yf
f
ff
0f
f
ff Yf f
ff
tf
f
ff
l f
f
fff
f
@
f
ff
ff
f
f f
f
ff
fff
fm
f
f
l A A m
W t =W t @ 1l
j1 @ ε Yf
m
k
f
ff
f
f
0ff
A
A continuación utilizamos [7] para reemplazar
h W por i
su expresión en términos de precios:
Yf
f
ff
0f
f
ff Yf f
ff
tf
f
ff
f
f
fA
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
f f
fA
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
fl
f f
f
fff
f
@
f
ff
ff
ff
ff
ff
fff
fm
f
f
l A A m
Pt = Pt @ 1 l1 @ ε
j
m [12]
1+z 1+z Yf
f
ff
0f
f
ff k
A
Simplificando la expresión
h anterior, es: i
Yf
P t = P t @ 1j1 @ ε ff
f
0f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
tf
f
f
@Y k
Y0 [13]
b c
P t = P t @ 1 1 @ εµ
Lo antedicho representa una oferta agregada móvil, que genera oferta a un precio más alto si el
desempleo del período corriente fue mayor al anterior.

P
Pt+1

Pt

Pt-1

DA

Y0 Y
Cuadro 11.3 – Funcion de OA dinámica

Idénticas consideraciones caben a las formuladas oportunamente para el mercado de trabajo.


Los precios a los cuales el sector productivo ofreció bienes y servicios a la economía en el

2
Véase al respecto Dornbusch-Fischer, “Macroeconomía”, 5ta. Edición, McGraw Hill.
Macroeconomía I 4

período “t” serán superiores a los ofrecidos en el período “t - 1”, si es que se ha verificado un
exceso de demanda agregada en ese período. De modo contrario, si durante el período “t + 1”
existió oferta agregada excedente de trabajo y muchos productos no encontraron ubicación en el
mercado, los precios que se ofrecerán en “t” serán inferiores.

44. Inflación versus desempleo: La Curva de Phillips


Partiendo de [13], tenemos:

Pf b c
f
f
ff
ff
f
tf
f
ff
f
ff
= 1 @ εµ t
Pt@ 1
f
fPf
f f
f
ff
tf
f
ff
f
ff
@ 1 = @ εµ t
Pt@ 1 [14]
Pf
fff
tf
f
ff
@f
f
ff
f
fP
f
f
ff
f
ftf
f
ff
f
ff
1f
f
ff
@
= @ εµ t
Pt@ 1
π t = @ εµ t

La expresión anterior es una versión linealizada y estilizada de la Curva de Phillips.

44.1. La curva de Phillips original

La verdadera curva de Phillips lleva el apellido de su descubridor original, A.W. Phillips, quien
investiga el mercado laboral británico desde fines del siglo XIX hasta la posguerra, y descubre la
existencia de una relación de intercambio (trade-off) entre la tasa de crecimiento anual de los
salarios nominales y la tasa de desempleo efectiva.

dW/dt
Curva original de Phillips

0 uN = 5,5% u (Desempleo)

Cuadro 11.4 – Curva de Phillips original

Phillips aprecia, entre otras cosas, el hecho de que disminuciones en la tasa de desempleo
ocasionaban tasas de crecimiento mayores en los salarios nominales al año siguiente, y a la
inversa, cuando se acentuaban las condiciones de desempleo, los salarios frenaban su
crecimiento con respecto al período anterior.

Descubre asimismo que para el mercado laboral británico, una tasa de desempleo del 5,5% era
compatible con un estancamiento completo de los salarios nominales; o sea, una tasa nula de
crecimiento de los mismos. Esta relación entre tasa de crecimiento de salarios nominales y
desempleo, sumado a desarrollos posteriores (tales como el “exceso de demanda de Lipsey” y la
“variación Samuelson-Solow”) migró hacia la relación entre inflación y desempleo tal como se la
conoce hoy.

La Curva de Phillips materializa el conflicto entre objetivos que implica la imposibilidad de poder
acceder simultáneamente a una situación de pleno empleo y estabilidad de precios. En todo
caso, podrá aceptarse estabilidad de precios coexistente con cierto desempleo, o en cambio,
reducir a mínimo el desempleo, pero aceptando la existencia de una tasa de inflación moderada.
Macroeconomía I 5

Cierto es que las condiciones de regulación laboral en los diferentes países pueden determinar
diferentes posiciones y pendientes de esta curva en diferentes países. Es posible pensar que
países con mayor poder de negociación sindical o mayores regulaciones laborales experimenten
una curva de Phillips más desplazada hacia la derecha que aquellos países con mercados más
desregulados o con menos poder sindical para establecer altos salarios nominales3.

44.2. Curva de Phillips con expectativas: La hipótesis Friedman-Phelps

Un desarrollo posterior de Friedman-Phelps complejiza la curva de Phillips, haciendo depender


la discrepancia entre la inflación efectiva y la esperada con la discrepancia entre la tasa efectiva
de desempleo y la natural, talbcomo secmuestra a continuación:
π t @ π te = @ ε µ t @ µ n [15]

En el largo plazo, si la inflación real coincide con la esperada, se genera el hecho de que la tasa
de desempleo converge con la natural:
π t = π te [ µ t = µ n [16]

Se mide como discrepancia entre la inflación real y la esperada, y como diferencia entre la tasa
de desempleo real y la Tasa Natural de Desempleo (NUR)4. Friedman define la NUR (Natural
Unemployment Rate) como aquella tasa de desempleo a la que los flujos desde y hacia el fondo
de desempleados (ver gráfico anterior) se compensan exactamente. Justo la tasa que Phillips
estimó en alrededor del 5.5%, con variaciones entre países5.

De acuerdo a la hipótesis de Friedman-Phelps, los sucesivos intentos de los gobiernos por


reducir el desempleo ocasionan incrementos en la tasa de inflación. Estos son los pasajes de los
puntos a a a’, b a b’, y así sucesivamente.

Una vez que la tasa de inflación aumentó, las expectativas de los agentes económicos se
adecúan a la nueva situación y el desempleo lentamente vuelve a su tasa natural. Esto está
representado por el pasaje de los puntos a’ a b; b’ a c, y así sucesivamente.

Inflación
(π)
Curva de Phillips
de Largo Plazo
π4
d'

π3 c’ d

π2 b’ c CP4

π1 a’ b CP3

a CP2
NUR Desempleo (µ)

CP1
Cuadro 11.5 – Hipótesis NUR o Curva de Phillips de largo plazo

La insistencia de los gobiernos en reducir el desempleo sólo logra estabilizar la tasa natural a
tasas de inflación crecientes. Por ello lleva el nombre de “hipótesis aceleracionista” de la
inflación. Esto implica que existen infinitas curvas de Phillips de corto plazo, cada una de ellas

3
Véase apéndice al final de este capítulo sobre la Curva de Phillips.
4
También conocida como NAIRU (Non-Accelerating Inflation Rate of Unemployment).
5
Esta tasa “natural” de desempleo será vuelta a analizar en el capítulo 47, con un método de obtención diferente, planteado por
Blanchard.
Macroeconomía I 6

compatible con una cierta tasa de inflación esperada. Y todas ellas se mueven a lo largo de una
imaginaria línea vertical, que constituye la curva de Phillips de largo plazo.
Romper este círculo vicioso implicaría, para los autores, en lugar de desarrollar políticas activas
de reducción de desempleo, disminuir aquellas regulaciones laborales o rigideces del mercado
de trabajo que impiden reducir la NUR, con lo cual la recta de largo plazo se desplazaría hacia
la izquierda.

44.3. Ley de Okun

Podemos pensar que la población realiza una predicción de la tasa de inflación en “t”
equivalente a la tasa de inflación del período anterior, y como reacción a las variaciones del
desempleo del período respecto al vigente en el período anterior. Esto genera una expresión
diferente a la vista en [15] de la curva de Phillips:

π te = π t @ 1
b c [17]
π t @ π t @ 1 = @ ε µ t @µ t @ 1

Existe una regla empírica denominada “Ley de Okun”, que nos indica que aproximadamente por
cada 2.5% de aumento en la tasa de crecimiento del PBN por encima de la tasa natural de
crecimiento de esa economía, se generará un punto porcentual de reducción del desempleo.
Esta relación se puede expresar de la siguientebmanera: c
` a
µ t @µ t @ 1 = 0.4 g t @ g n = 0.4 g t @ 0.03 [18]

De esta forma, puede verse que los excesos de crecimiento por sobre la tasa normal de
crecimiento de la economía (en este caso estadístico y para un país determinado, un 3%)
obtienen una reducción en el desempleo equivalente a 0,4 veces ese valor. Este valor
antiguamente estaba en torno a 3.0, hoy es 2.5 y tiende a decrecer. Esto implica, invirtiendo el
argumento, que para lograr una reducción de 1% en la tasa de desocupación deberemos gestar
un aumento de un 2,5% en la tasa de crecimiento de la economía respecto de su tasa de
crecimiento normal.

La evidencia empírica indica que en Estados Unidos este coeficiente es 0.47; en Alemania 0.42,
Gran Bretaña 0.49, Japón 0.43. Todo indica que este coeficiente va aumentando, lo que implica
que el valor establecido de 2.5 continúa descendiendo en los países.

44.4. Política de metas inflacionarias

Si agregamos una expresión que defina el crecimiento económico como el crecimiento de la


oferta monetaria por encima de la tasa de inflación, definimos la hipotesis aceleracionista:

dY
f
ffff
f
ff dM
f f dP
= f
ff
ff
f
fff
f
f
@ ff
f
ff
f
ff
f
[19]
dt dt dt
g t = mt @ π t
Nos dice que la tasa de crecimiento de la economía es igual al diferencial entre la tasa de
crecimiento de la creación de dinero y la tasa de inflación. O sea, el crecimiento de la economía
es la diferencia entre la expansión de la oferta monetaria y la expansión habida en los precios.

Invirtiendo el argumento, la tasa de inflación es en el largo plazo es igual a la diferencia entre el


crecimiento de la cantidad nominal de dinero y la tasa normal de crecimiento de la producción.

π t = mt @ g t [20]

Si la tasa de inflación es nula, es de suponer que la tasa de crecimiento de la oferta monetaria


es igual a la tasa de crecimiento del producto:
@
π =0Qm
@
= @g [21]

Cualquier aumento en la tasa de crecimiento del dinero por encima de lo establecido ocasionará
una tasa de inflación
b no nula,
c obbien una
c tasa de crecimiento diferente a la normal:
π t = mt @ m
@
@ g t @ g@ [22]
Macroeconomía I 7

Esta tasa de crecimiento hará variar el desempleo respecto del natural (vía ley de Okun):
b c
µ t @µ n = @ β g t @ @g [23]

y la tasa de inflación será diferente


b a la
c esperada (vía Curva de Phillips con expectativas):
e
π t @ π t = @ ε µ t @µ n [24]

Esta mayor tasa de inflación ocasionará una disminución en la tasa de crecimiento de la


economía, por aplicación de la expresión original:

g t = mt @ π t [25]

El intento de los gobiernos de restablecer la tasa de crecimiento perdida los estimulará a volver
a incrementar la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero: esto volverá a hacer variar el
desempleo, la diferencia entre tasa de inflación real y esperada y así se pondrá en marcha el
circuito de realimentación de la hipótesis aceleracionista.

Por el contrario, si la cantidad de dinero crece a igual tasa que la tasa de inflación, el
crecimiento de la economía será sólo el correspondiente a la tasa normal de crecimiento de la
economía:

mt = π t [ g t @ @g = 0 [ g t = @g [26]

Por aplicación de la Ley de Okun, si la tasa de crecimiento de la economía es la normal, la tasa


de desempleo no será diferente a la natural:

g t = @g [ µ t = µ n [27]

Y si el desempleo es estable en el largo plazo, la inflación también lo será:


@
µt = µn [ π t = π t @ 1 = π [28]

Esto implica que hay una tasa de inflación compatible con la tasa de desempleo natural, con un
crecimiento neutral de la cantidad de dinero y con una tasa de crecimiento “normal” de la
economía.
@
π =m
@
@ @g [29]

Esto es conocido como la “política de metas de inflación”.

45. Mercado de trabajo


Con motivo del desarrollo de la Curva de Phillips ha surgido una referencia al mercado de
trabajo. El mercado de trabajo es aquel en donde la oferta y la demanda de trabajo intercambian
servicios del factor trabajo. Quienes demandan estos servicios son las empresas o empleadores
de la economía. Estos configuran la demanda de trabajo. Los que venden servicios de trabajo
son los trabajadores y ellos conforman la oferta de trabajo. La interacción de demanda y oferta
de trabajo determina, en un contexto normal, los salarios que se pagan en la economía, nombre
genérico para la retribución del factor.
El mercado de trabajo se relaciona con la libertad de los trabajadores y la necesidad de
garantizar las condiciones de contratación, habida cuenta que se supone la existencia de
asimetrías o desigualdades en el poder de negociación entre demandantes y oferentes. Por eso,
el mercado de trabajo suele estar influido y regulado por el Estado a través del Derecho Laboral
y por una modalidad especial de contratos, los convenios colectivos de trabajo, que sustituyen a
las contrataciones individuales o establecen pautas mínimas para las mismas.
45.1. Visión microeconómica del mercado de trabajo

Una visión microeconómica y clásica del mercado de trabajo lo considera sujeto a equilibrio
automático, tal como se muestra en el gráfico a continuación:
Macroeconomía I 8

wf
f
ff
f b c
s
Oferta N
p

f g
wf
f
ff
f
p
0 b c
d
Demanda N

N0 N
Cuadro 11.6 – Oferta y demanda de trabajo

En la intersección de oferta y demanda de trabajo se establece el valor de equilibrio de pleno


empleo, N0, y el valor del salario real de equilibrio, (w/p)0. Es de hacer notar que, imperando un
supuesto de plena flexibilidad de salarios y precios, este mercado se halla en equilibrio
automático y permanente.

La curvatura hacia atrás de la oferta de trabajo responde al probable efecto del ocio en los
salarios altos, consistente en que los trabajadores con mayores salarios valoran con mayor
intensidad disponer de tiempo libre, y esto ocasiona una retracción de la oferta laboral.

Se atribuye, asimismo, a la demanda de trabajo la característica de constituir el tramo


descendente de la función de productividad marginal (PMgN) del factor, que hace que los
empresarios contraten trabajadores hasta su concurrencia con el salario real efectivamente
abonado. Esta condición de equilibrio hace, en un contexto clásico de flexibilidad plena, que
todos los trabajadores encuentren empleo al salario de subsistencia.

45.2. Visión macroeconómica del mercado de trabajo

Una visión macroeconómica del mercado de trabajo permite una mirada más abarcativa a los
fenómenos de entrada y salida de oferentes al mercado laboral. Para comprender mejor estos
hechos corresponde definir los siguientes términos:

• Población civil. Número de personas potencialmente disponibles para ocupar un empleo


privado (en edad laboral de trabajar).
• Población activa. Número de personas dentro de la población civil que están trabajando o
buscando trabajo.
• Población inactiva. Número de personas de la población civil que no trabajan y tampoco
buscan un trabajo (trabajo doméstico). Incluye a los trabajadores desanimados o cansados de
buscar trabajo activamente y que han desistido temporalmente de esa búsqueda.
• Población empleada. Número de personas dentro de la población activa que están
trabajando.
• Población desempleada. Número de personas dentro de la población activa que no están
trabajando.
• Población subempleada. Número de personas dentro de la población activa que están
trabajando una cantidad menor de horas a las que desearían en condiciones normales.

Civiles = Activos + Inactivos


Activos = Empleados + Desempleados
• Tasa de actividad. Cociente entre la población activa y la población civil.

Activos Inactivos
Tasa de actividad = f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
Tasa de inactividad = ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
Civiles Civiles
• Tasa de empleo. Cociente entre la población empleada y la población activa.
Macroeconomía I 9

Empleados Desempleados
Tasa de empleo = f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
Tasa de desempleo = f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
Activos Activos
Subempleados
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f
Tasa de subempleo =
Activos
• Tasa de desocupación. Cociente entre la diferencia entre población civil y población
empleada y la población civil. Equivalentemente, cociente entre desempleados más inactivos
sobre población civil Obviamente, esta tasa es mayor a la tasa de desempleo, dado que incluye
personas que no están buscando trabajo pero podrían hacerlo.

Empleados Civiles Empleados


Tasa de Ocupación = f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
Tasa de desocupación = fff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
@
Civiles Civiles
Desempleados
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
f+f
f
ff
ff
f
fInactivos
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
Tasa de desocupación =
Civiles

Inactivos
(fuera del
mercado
laboral)
Subempleados Empleados

Población Activa Desempleados

Población civil total

Cuadro 11.7 – Mercado laboral

A la inversa, se aprecia que cuando ingresan personas al mercado laboral, por búsqueda de
trabajo, si ésta es infructuosa durante un período relativamente prolongado, se verifica un
incremento en la tasa de actividad, pero una baja en la tasa de empleo. Esta aparente
contradicción se explica por el hecho de que los ingresantes al mercado laboral ensanchan la
base de población activa, pero no consiguen trabajo.

A la inversa, el abandono del mercado laboral por parte de personas que, desanimadas luego de
buscar, se retiran del mismo, genera una baja de la tasa de actividad, y paradójicamente, podría
generar un aumento en la tasa de empleo, dado que se reduce la población activa.

45.3. Movimientos de entrada y salida de la fuerza laboral

Mercado de Jubilaciones, retiros


trabajo Empleados Inactivos
Primer empleo

Empleo
Activos Abandono de
búsqueda
Despidos y
Renuncias Búsqueda
Desempleados

Cuadro 11.8 – Entradas y salidas del mercado laboral


Macroeconomía I 10

El sencillo cuadro precedente muestra en forma clara los movimientos de ingreso y egreso del
mercado laboral, simbolizado por el recuadro rectangular. La búsqueda de primer empleo y el
abandono del mercado laboral o jubilación suelen ser las principales causales de ingresos y
egresos al mercado laboral.

45.4. Demanda y oferta de trabajo

La demanda de trabajo está representada por las empresas, y nos permite explicar cómo se
determinan el nivel de producción y los precios de los bienes y servicios de toda la economía. El
nivel de precios se determina a partir de la interacción entre Oferta y Demanda Agregadas, pero
el mismo depende, a su vez, de:
• Costos salariales de las empresas;
• Costos de materias primas y otros gastos de producción;
• Nivel de beneficios esperados por el sector empresarial.

A su vez los costos de las empresas dependen de las características que tenga la función de
producción; es decir, de la relación entre los factores utilizados y la cantidad de producción.

46. La ecuación de precios y salarios


46.1. La ecuación de precios

Volvamos a la expresión [4] vista en el capítulo 43:

Y = AN [30]

Donde Y es el nivel de producción, A es la productividad del trabajo (producción por unidad de


trabajo) y N es el nivel de empleo.

Los precios y cantidades equivalen a la nómina salarial más el mark-up, tal como viéramos en el
capítulo mencionado:
` a
PY = WN 1 + z
Nf ` a [31]
P =W f f
ff
f
f
1+z
Y
W ` a
P= f
ff
f
ff
f
1+z [32]
A
A
W= f
ff
ff
f
ff
fff
f
ff
f
P [33]
1+z
Esta relación implica que el salario nominal pagado por las empresas depende de la
productividad del trabajo (A), del margen de beneficio que desean obtener (z) y del nivel de
precios efectivo (P).

El salario real resulta ser una constante que depende del margen empresarial y el estado de la
tecnología y la productividad, los que se suponen constantes en el corto plazo:

W
f
ff
f
ff
f fA
= f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
[34]
P 1+z
Aumentos en la productividad o en el nivel de precios, o disminuciones del margen de beneficio
darán lugar a un incremento en el salario nominal pagado por las empresas. Del mismo modo,
disminuciones de A, de P o aumentos en z disminuirán el salario nominal pagado por las
empresas.
Macroeconomía I 11

∆A, ∆P ó ∇z

W0 W= P · A/(1+z)

∇A, ∇P ó ∆z

u0 u1 u2 u (desempleo)
Cuadro 11.9 – Ecuación de precios

El gráfico que se presenta en esta página muestra el salario nominal pagado por las empresas.
Como puede apreciarse, el mismo es independiente de la tasa de desempleo, ya que depende
más bien de la productividad del trabajo y la tasa de beneficios esperados por las empresas.

Aumento en el margen empresarial (z). Siguiendo el ejemplo planteado en 43.3., si el empresario


productor de sillas desea obtener un margen del 20% (z = 0.2), el precio de cada silla deberá ser:
P = $ 50 · (1.2) = $ 60.- De esta ecuación de precios se deduce que un incremento en el salario
nominal (W) o en el margen (z) que aplica el empresario produce un incremento en el precio.

Incremento en la productividad del trabajo (A). Del mismo modo, un incremento en la


productividad del trabajo (dados el salario nominal y el margen), disminuye el precio. Por
ejemplo, una innovación técnica que permita una duplicación en la producción de sillas por
empleado, hasta 60 sillas al mes, permitiría, ceteris paribus, reducir el costo de las sillas a $
30.- por unidad producida. Este hecho (el abaratamiento sistemático de los bienes producidos)
muy frecuente en la economía mundial.

Por el momento sólo sabemos cómo fijan los precios las empresas y de qué factores depende la
fijación de dichos precios (W, A, z). Sin embargo, todavía no sabemos nada sobre cómo se
determinan los salarios.

46.2. La ecuación de salarios

Los salarios nominales pueden determinarse:


• En negociación colectiva, entre cámaras o agrupaciones de empresarios y sindicatos.
• En negociación bilateral o individual, entre empresario y trabajador. La negociación será
mayor y más individualizada, cuanto mayor sea el nivel de calificación e instrucción del
trabajador; en puestos de baja calificación, el empresario propone y el trabajador acepta o no
el salario ofrecido, con escasa capacidad para “negociar” el mismo.

La primera característica a conocer en relación con los salarios nominales es que éstos son
mayores que el salario de reserva (Wr), que puede ser definido como el salario por el cual a los
trabajadores les resulta indiferente trabajar o no trabajar. Por lo general, se cumple que W > Wr,
debido a que, en primer lugar, los trabajadores tienen cierto poder de negociación para
conseguir que W sea mayor que Wr. Este poder de negociación de los trabajadores está
relacionado con dos aspectos:
• La capacidad de la empresa para contratar a otro trabajador similar (relacionado con el
nivel de calificación). Cuanto más calificado sea el trabajador, más difícil le resultará a la
empresa reemplazarlo y por tanto aumenta la capacidad de negociación del trabajador para
imponer un salario más alto.
• La capacidad del trabajador para encontrar otro empleo (relacionado con la situación del
mercado de trabajo). Si la economía se encuentra en una fase recesiva con una elevada
tasa de desempleo, con independencia del nivel de calificación, será más difícil encontrar
otro puesto de trabajo de similares o mejores características.

Otra razón por la cual el salario W será mayor al salario de reserva Wr, es que a las empresas les
interesa retener a sus trabajadores; si sus trabajadores se encuentran a gusto en la empresa, no
Macroeconomía I 12

tendrán incentivos para abandonarla, y su productividad y eficiencia crecerán, como


consecuencia de la menor rotación.

Cuando la situación económica es favorable y la tasa de desempleo es baja, la probabilidad de


que un trabajador pueda encontrar otro trabajo rápido y mejor aumenta. Si una empresa quiere
evitar que sus trabajadores se vayan, intentará motivarlos mediante salarios más elevados, para
impedir una rotación excesiva que disminuya su productividad y eficiencia.

46.3. Determinantes de la función de salarios

Tasa de desempleo (u). Como puede observarse, el denominador común de los dos factores
considerados (poder de negociación y salarios de eficiencia) es la tasa de desempleo. Cuando la
tasa de desempleo es reducida, los salarios nominales serán elevados (porque se incrementa el
poder de negociación de los trabajadores y también porque las empresas estarán dispuestas a
pagar salarios mayores para impedir que disminuya su eficiencia como consecuencia de la
mayor rotación); del mismo modo, cuando la tasa de desempleo es elevada, los salarios
nominales serán bajos.

Poder de negociación de los trabajadores (n). Además de la situación del mercado de trabajo
(medida por la tasa de desempleo), existen otros factores que influyen en la determinación de los
salarios por su incidencia sobre el poder de negociación de los trabajadores. A mayor poder
de negociación, mayor salario nominal. Entre estos factores incluimos por ejemplo:
• La duración y monto del seguro de desempleo. La existencia de un seguro de desempleo
aumenta el poder de negociación de los trabajadores, que no estarán dispuestos a
trabajar por un salario inferior al seguro.
• La existencia de sindicatos fuertes también aumenta el poder de negociación de los
trabajadores.
• Flexibilidad o rigideces estructurales que incidan sobre el mercado de trabajo. A mayor
flexibilidad laboral, se crearán y destruirán más empleos. Esto disminuye el poder de
negociación de los trabajadores, y por tanto disminuye el salario monetario.
• Establecimiento de salarios mínimos. Cuanto mayor sea éste, mayor es el poder de
negociación de los trabajadores, puesto que dado un nivel de desempleo, un incremento
del salario mínimo supondrá que los trabajadores exijan un mayor salario monetario.
• Cualquier otra variable diferente a la tasa de desempleo que modifique el poder de
negociación de los trabajadores.

Por definición, “n” recogerá el efecto de cualquier variable que modifique el poder de negociación
de los trabajadores. El signo de dicha variable será positivo indicando que un aumento en “n”
(por cualquiera de los motivos señalados anteriormente) incrementa el poder de negociación de
los trabajadores y por tanto el salario monetario que exigirán los trabajadores para cada nivel de
desempleo. Gráficamente, un incremento del poder de negociación de los trabajadores (∆n)
podrá representarse por un desplazamiento de la función de salarios hacia arriba.

Nivel de precios esperado (Pe). Los trabajadores negocian el salario nominal en función de los
bienes y servicios que van a poder comprar con dicho salario. Cuanto mayor sea el nivel de
precios esperado, mayor será el salario nominal necesario para poder comprar la misma canasta
de bienes y servicios.

Decimos precios esperados y no efectivos, porque los salarios se negocian generalmente en los
primeros meses del año6, y en esos momentos se desconoce cuál será el nivel de precios efectivo.
Por lo tanto, la negociación de salarios se realizará en función de las expectativas de precios de
los trabajadores.

Uniendo los tres factores antedichos, podemos explicitar la función de salarios como sigue:

e ` a
W = P F u,n [35]

Donde:
• Pe = Nivel de precios esperado. Su incidencia es positiva y actúa como factor de
escala.
• u = tasa de desempleo. Se supone que su incidencia será negativa.
• n = Poder de negociación de los trabajadores.

6
En Argentina, entre marzo y abril de cada año.
Macroeconomía I 13

W0

W1

W = Pe F(u,n)

0 u0 u1 u (Desempleo)
Cuadro 11.10 – Función de salarios

47. La tasa natural de desempleo


Presentamos a continuación el modelo completo:
Y = AN
W ` a
P= f ff
f
ff
f
1+z [36]
A
e` a
W = P u,n
El mercado de trabajo se encuentra en equilibrio cuando el salario real (W/P) por el que están
dispuestos a ofrecer su fuerza laboral los trabajadores coincide con el salario real que están
dispuestos a pagar los empresarios.

Dadas las ecuaciones de precios y salarios anteriores, podemos deducir el salario real que
desean obtener los trabajadores (W/Pe) y el salario real pagado por las empresas (W/P):
W
ff
f
fff `
f
f a
e = F u,n
P [37]
W
ff
f
fff
f ffA
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
=
P 1+z
Ambos salarios reales sólo pueden coincidir cuando el nivel de precios efectivo y el nivel de
precios esperado sean iguales ( P = Pe ). En esta situación, el mercado de trabajo estará en
equilibrio y dicho equilibrio sólo puede estar asociado a una tasa de desempleo determinada.
Dicha tasa se denomina Tasa natural de desempleo (uN)7.

Representando gráficamente la ecuación de precios y la ecuación de salarios en función del


salario real, puede observarse que W/Pe y W/P sólo coinciden para un valor de la tasa de
desempleo: la tasa natural. Por tanto, la tasa natural es aquella tasa de desempleo para la que
coinciden el salario real pagado por las empresas con el salario real que desean obtener los
trabajadores.

Gráficamente, se muestra que cuando los trabajadores perciben un salario real mayor del que
realmente están pagando los empresarios (W/Pe > W/P), habrá más trabajadores dispuestos a
trabajar al salario real de mercado (que está dado por las empresas) y por tanto la tasa de
desempleo se situará por debajo de la tasa natural (u1 < uN). Esto sólo puede ocurrir si las
expectativas de precios son incorrectas, y en concreto, si Pe < P.

Del mismo modo, cuando el salario real percibido por los trabajadores es menor que el salario
real que están dispuestos a pagar las empresas (W/Pe < W/P), habrá menos trabajadores
dispuestos a trabajar a ese salario, y por tanto la tasa de desempleo se situará por encima de la
tasa natural de desempleo (u2 > uN). Esto sólo ocurre cuando Pe > P.

7
Esta tasa natural es equivalente a la obtenida en el capítulo 44 por aplicación de la hipótesis Friedman-Phelps
Macroeconomía I 14

W/P
Salario real Tasa “natural” de desempleo

W/P1

W/P0 W/P = A/(1+z)

W/P2 W/Pe = F(u,n)

0 u1 uN u2 u (Desempleo)
Cuadro 11.11 – Tasa Natural de Desempleo

Resumiendo, si los precios esperados están por debajo de los efectivos, la tasa de desempleo
estará por debajo de la natural. Por el contrario, si los precios esperados están por encima de
los efectivos la tasa de desempleo estará por encima de la natural.

El término “natural” hace referencia a que se trata de la tasa de desempleo en torno a la cual se
sitúa la tasa de desempleo efectiva. Es decir, dadas las características estructurales (legislación,
capacitación de la población, etc.) del mercado de trabajo de un país concreto, la tasa de
desempleo natural sería la tasa de desempleo en torno a la cual se mueve a corto plazo la tasa
de desempleo efectiva. De hecho, una sencilla forma de aproximar el valor de la tasa natural de
desempleo es calcular la media de las tasas de desempleo registradas durante un periodo de
tiempo lo suficientemente amplio, por ejemplo entre 5 y 10 años, según el caso.

Por lo tanto, la economía tenderá hacia una tasa de desempleo mayor o menor en función de las
características estructurales del mercado de trabajo. Por eso, aunque la terminología habitual
para definir la tasa de desempleo de equilibrio es “tasa natural de desempleo” algunos
economistas consideran más apropiado el término “tasa estructural de desempleo”.

No es posible que la tasa natural de desempleo de una economía sea cero, aún en una economía
con un mercado de trabajo muy dinámico y en el que resulte fácil encontrar un empleo, ya que
siempre existirá un cierto volumen de desempleo. Este volumen de desempleo se denomina
desempleo friccional, y está relacionado con los flujos del mercado de trabajo. Es decir,
cuando un estudiante termina sus estudios y comienza a buscar un empleo deja de ser
población inactiva para convertirse en población activa. Mientras busca su primer empleo dicha
persona es un desempleado. Del mismo modo, cuando una persona deja su trabajo para
trabajar en otra empresa necesariamente debe pasar por la situación de desempleado (tardará
un tiempo en encontrar el empleo que mejor se ajusta a su calificación y gustos).

Por tanto, el desempleo friccional es el desempleo transitorio o coyuntural que se deriva de los
flujos del mercado de trabajo. Por ello, siempre existirá una tasa de desempleo mínima, pero
mayor que cero, derivada de los cambios transitorios del mercado de trabajo (inactivo → activo y
ocupado en empresa A → desempleado → ocupado en empresa B). Con todo, la tasa natural de
desempleo no será constante, y variará en función de los cambios estructurales que se
produzcan en el mercado de de trabajo.

La tasa natural de desempleo aumentará:


• si se produce un incremento del poder de negociación de los trabajadores (↑n) motivado
por un aumento de las prestaciones por desempleo, un incremento del salario mínimo,
una legislación que incremente el poder sindical, etcétera. Cualquiera de estas
situaciones daría lugar a que los trabajadores exigieran un salario real por encima del
salario que están dispuestas a pagar las empresas y consecuentemente dicha situación
se traduciría en una mayor tasa natural de desempleo. En este caso, aumentaría la tasa
natural de desempleo y el salario real de equilibrio seguiría siendo el mismo.
• si disminuye el grado de competencia empresarial, lo que daría lugar a un incremento
del margen (↑z).
• si disminuye la productividad del trabajo (↓A). Esto, bajo el supuesto de que los
trabajadores no incorporen en sus negociaciones la productividad, y sólo negocien sus
Macroeconomía I 15

salarios en función de los precios. En estos casos, no sólo aumentaría la tasa natural de
desempleo sino que además disminuirá el salario real de equilibrio.

La tasa natural de desempleo disminuirá si:


• Disminuye el poder de negociación de los trabajadores (↓n), debido a una disminución
de las prestaciones por desempleo, disminución del salario mínimo, legislación que
limite el poder sindical, incremento de la flexibilidad del mercado de trabajo, etcétera.
• Disminuye el margen empresarial z por cualquier factor que sea posible: aumento del
grado de competencia.
• Disminuyen los costos no salariales.
• Aumenta la productividad del trabajo (↑A) (siempre y cuando los trabajadores no
negocien sus salarios basados en productividad).

Efectos de un incremento en el poder de negociación sindical (n)

En el gráfico siguiente se muestra cómo un incremento en el poder de negociación sindical


(n) ocasiona un desplazamiento hacia la derecha de la función de salarios:

Inversamente, una disminución en el poder negociador de los trabajadores, o una revisión a la


baja en las expectativas de precios implicará un desplazamiento hacia debajo de la función de
salarios.

Este movimiento ascendente determinará que para estas tasas de desempleo los salarios
nominales resulten más altos. O a la inversa, para los mismos salarios nominales, la tasa
de desempleo resultará superior.

W/P
Efectos de un aumento en el
poder sindical

W/P0 W/P0 = A/(1+z)

W/Pe = F(u,n1)

W/Pe = F(u,n0)

0 uN u’N u (Desempleo)
Cuadro 11.12 – Efectos de un aumento en el poder sindical

Efectos de un incremento en el margen empresarial (z)

Un incremento en el margen empresarial (z) muestra que se produce el mismo efecto; esto es,
incrementar la tasa natural de desempleo. Este efecto se produce porque disminuye el valor del
salario real que los empresarios están dispuestos a abonar, a menos que sea contrarrestado por
un incremento de productividad laboral.

En el gráfico a continuación se aprecia que un incremento del margen empresarial de z a z’


implica un descenso de la función y un consecuente incremento en la tasa de desempleo, de uN a
uN’.

En los dos gráficos, el anterior y el que sigue, puede observarse cómo cambios en z, n ó A
modifican la tasa natural de desempleo. Sin embargo, existe una diferencia importante entre
ambos. Mientras que los cambios institucionales que afectan al poder de negociación de los
trabajadores sólo modifican la tasa natural de desempleo, los cambios relativos a la oferta (n, A),
en el gráfico de la página siguiente, afectan tanto a la tasa natural como al salario real de
equilibrio que, en este caso concreto, se ve afectado.

Esta diferencia se debe a que la tasa natural de desempleo depende tanto del salario real que
desean los trabajadores, como del salario real que pagan las empresas. El salario real pagado
Macroeconomía I 16

por las empresas depende únicamente de factores de oferta, es decir, de todas aquellas variables
que afecten a los precios fijados por las empresas.

W/P
Efectos de un aumento en el
margen empresarial

W0/P W/P = A/(1+z0)

W1/P W/P = A/(1+z1)

W/Pe = F(u,n0)

0 uN u’N u (Desempleo)
Cuadro 11.13 – Efectos de un aumento en el margen empresarial

Efectos de un aumento en la productividad laboral (A)

El salario real aumentará si:


a) Disminuye el margen empresarial (z)
b) Aumenta la productividad del trabajo (A).

En el siguiente gráfico se muestra el resultado de un aumento en la productividad laboral,


medida a través de la relación producto/empleo (A). El resultado, como se anticipó, es una
disminución de la tasa natural de desempleo.

W/P
Efectos de un aumento en la
relación producto/empleo (A=Y/N)

W1/P W/ P = A1/(1+z)

W0/P W/ P = A0/(1+z)

W/Pe = F(u,n0)

0 u’N uN u (Desempleo)
Cuadro 11.14 – Efectos de un aumento en la productividad laboral

48. Empleo en Argentina

48.1 Período 1870-1960. Inmigración y pleno empleo

El análisis histórico de la evolución del empleo en Argentina está indisolublemente ligado al


análisis de la inmigración. Fue muy importante en Argentina, aunque varió a lo largo del
tiempo. Se deben distinguir tres períodos inmigratorios:
• Desde 1870 hasta 1914;
• Desde 1914 hasta 1935;
• Desde 1935 hasta 19708.
Según Elizaga (1973), los efectos de la inmigración fueron muy importantes en décadas
alternas: 1881-1990, 1901-1910, 1921-1930 y 1951-1960.

8
De acuerdo a la clasificación de Di Tella y Zymelman,1967.
Macroeconomía I 17

Cualquiera sea la clasificación que se haga del fenómeno migratorio, resulta indudable que:
• entre 1870 y 1913 ésta explicó por sí sola el 53% del crecimiento de la población total;
• entre 1919 y 1938 explicó solamente un 23% del crecimiento de la población total.
Cabe destacar también que, debido a crisis de coyuntura, 1891-1892 y 1915-1916 fueron años
de emigración neta, lo que prueba también la volatilidad del fenómeno migratorio.

Los inmigrantes en Argentina representaban un 13% de la población total en 1819; un 12% en


1869, y pasan a representar un 25% en 1895, con un asombroso 30% en 1914.9 La inmigración
se concentró en casi un 70% en la ciudad de Buenos Aires y la provincia homónima, y buena
parte del resto en Santa Fe y Entre Ríos.

La inmigración fue “cosa de hombres”. Al inicio ingresaban más hombres que mujeres: había
2,5 extranjeros varones por cada extranjera mujer; esta proporción fue descendiendo a 1,7 en
1895 y a 1,4 en 1947. Además, en un inicio, era “cosa de adultos”, y transformó notablemente
la composición de la fuerza laboral argentina. Hacia 1895 los inmigrantes eran 25% de la
población, pero un 44% de la fuerza laboral; estas proporciones ascendieron en 1914 a 30% y
51% respectivamente. O sea que más de la mitad de los trabajadores argentinos eran
extranjeros.

Si bien no hay grandes estadísticas fiables, salvo durante las etapas recesivas de los ciclos
económicos, ha de suponerse que durante los períodos de fuerte inmigración hubo
prácticamente pleno empleo de mano de obra. Esto tiene una implicancia importante; si para los
inmigrantes el empleo estaba asegurado, la defensa de los intereses de los trabajadores debía
concentrarse en el poder adquisitivo del salario.

Esa puede ser la razón por la cual los socialistas y otros partidos pro-trabajadores estaban en
contra de las devaluaciones de la moneda y a favor del libre comercio, dado que se importaban
bienes que primordialmente compraban los asalariados (Díaz Alejandro, 1967). Una política
proteccionista difícilmente habría sido popular en esos días. Sólo se interesaban por ella
algunos productores, unos pocos escritores y los funcionarios interesados en el aumento de los
ingresos fiscales. Entre 1905 y 1909 los ingresos públicos eran, en un 53%, debidos a los
derechos de importación.

48.2 La aparición de la desocupación en los ‘90

Argentina cuenta con estimaciones sistemáticas de la tasa de desocupación desde 1963, en


particular a partir de la crisis de marzo de 1962, que termina con el gobierno de Arturo
Frondizi.

24% 48%

22% Tasa de actividad

20% 40%

18%

16% 32%

14% Tasa de desocupación

12%

10%

8%

6%

4%

2%

0%
1964 1970 1976 1982 1988 1994 2000 2006
Cuadro 11.15 – Desocupación y actividad

9
Hacia esa época en Buenos Aires se editaban diarios en 14 idiomas, prueba de su cosmopolitismo.
Macroeconomía I 18

En el gráfico que antecede se pueden apreciar tres etapas:


• Desde 1964 hasta 1992, durante la cual la tasa osciló entre el 4% y el 6%, con un
mínimo histórico en 1979-1980 de 2,5% en la época de José Alfredo Martínez de Hoz.
• Desde 1993 hasta 2002, donde la tasa de desempleo se dispara y triplica respecto de los
promedios anteriores, con tasas superiores al 20%.
• Desde 2003, en que la tasa vuelve a disminuir fuertemente a promedios del 8%, pero
sin recuperar los promedios anteriores.

En cuanto a la tasa de actividad (proporción de la población total que desea trabajar, esté
ocupada o no), que se mide en el mismo gráfico a diferente escala en el eje de la derecha, la
misma arranca sus mediciones en 1975, con valores del 40%, desciende al 36% hacia 1984, y
luego una recuperación gradual hasta valores del 46% en el momento actual.

48.3 La Hiperdesocupación de los ‘90

Analizar simultáneamente las tasas de actividad y desocupación permite clarificar en qué


medida un aumento de la última se debió a un aumento en la oferta de trabajo, y en qué medida
se debió a la destrucción de puestos de trabajo. Si bien los efectos para el trabajador son
igualmente problemáticos, ambos reconocen diferentes orígenes.

Mientras la tasa de desocupación se mide como un porcentaje respecto de la población


económicamente activa (PEA), la tasa de actividad o empleo se mide en términos de la población
total. Por ese motivo, mientras la tasa de actividad fluctúa poco (entre 36% y 46% como
máximo), la tasa de desocupación fluctúa mucho (entre 2,5% y 23%).

Y en concreto, un aumento de sólo 3% en la tasa de actividad (esto es, que un 3% adicional de


personas salen a buscar trabajo), genera una elevación de 6,3% en la tasa de desocupación. Por
ejemplo, si de 100 personas 40 buscan empleo y 30 lo obtienen, la tasa de actividad es del 40%,
y la tasa de desocupación es del 10%. Si sólo 3 personas adicionales buscan empleo y no lo
consiguen (de 40 a 43), la tasa de actividad aumentó al 43%, pero la tasa de desocupación
aumentó al 16,3% (13 sobre 43).

Esto, analizando el crecimiento sistemático nos induce a pensar que algo diferente sucedió en la
polémica época de los ’90. Entre 1983 y 1995, la tasa de desocupación aumentó 12,7% (de 4,7%
a 17,4% de la PEA), y la tasa de actividad aumentó 4,6%, al pasar de 37,4% al 42% de la
población total. Cualquier similitud con el ejemplo anterior es pura coincidencia.

Aplicando el análisis anterior, numéricamente, un 4,6% de aumento en la tasa de actividad


explicaría por sí solo un 11,5% de aumento en la tasa de desocupación. Y resulta que la tasa de
desocupación total aumentó un 12,7%. O sea, que en términos sencillos, el 90% del aumento en
la tasa de desocupación (11,5% sobre 12,7%) se explica por el aumento de la oferta laboral (tasa
de actividad), y sólo el 10% por destrucción de puestos de trabajo durante ese período.

¿Qué sucedió en el período? Una explicación posible para el fuerte aumento en la tasa de
actividad es la irrupción de la mujer en el mercado laboral argentino. Un fenómeno que se dio en
todos los países, pero en Argentina se produjo en forma explosiva o de burbuja.

Más curioso aún. Entre 1980 y 2000, la población creció a un 2% anual acumulativo, pero la
PEA creció al 2,1% entre 1980 y 1990, y al 2,8% entre 1990 y 2000. Por lo que si bien es cierto
que la desocupación aumentó en los ’90, el empleo creció a mayor ritmo que durante los ’80.

Estas conclusiones corrigen la generalizada impresión de que la desocupación en la década de


los ’90 se debió a una caída en la demanda de trabajo, fruto de un proceso de privatización,
desindustrialización, desregulación y apertura de la economía. Si bien es cierto que hubo (como
en todas las épocas) creación y destrucción de empleo, estos sólo explican un 10% del aumento
de la desocupación. El grueso del problema se debe al aumento en la tasa de actividad que no
pudo ser absorbido por la economía. Un cambio en la estructura sectorial del empleo, lo que es
muy diferente. Y nunca fue correctamente diagnosticado10.

48.4 Actualidad. Precariedad e informalidad laborales

Hace ya cierto tiempo que el mercado laboral ha cambiado, empezando a caracterizarse por la
precariedad en los empleos, y la informalidad laboral.

10
Véase al respecto un análisis detallado en De Pablo, “200 Años de Economía Argentina”.
Macroeconomía I 19

Precariedad. Por precariedad entendemos que el empleo, si bien puede ser formal, está sujeto
a vicisitudes propias de las variaciones y oscilaciones en el mercado en que se desenvuelve, con
lo que puede aparecer y desaparecer súbitamente. Si la demanda de trabajo depende de la
demanda de bienes, y ésta es precaria, el empleo estable es una ficción inalcanzable, al menos
en el sector privado, no en el público, que en general tiene estabilidad laboral garantizada por
las normas.

Informalidad. Los asalariados informales (aquellos que no se hallan contratados en términos


legales sujetos al pago de aportes y contribuciones), pasaron del 20% del total en 1980 al 30%
en 1990, y al 40% en 1999. Hacia 2013 se reconoce una disminución en esta tasa, para
situarse alrededor del 34%.

Esta situación no reconoce otra causa que la magnitud de los impuestos al trabajo (llamados
eufemísticamente “contribuciones”) y la rigidez de la contratación laboral y lo poco amigable de
la jurisprudencia para con los empresarios. Este conjunto de factores no permiten trasladar al
mercado laboral la precariedad que existe en el mercado de bienes, y los empleadores
reaccionan con trabajo informal. Nótese que los porcentajes de informalidad guardan una
correlación casi exacta con la tasa de impuestos al trabajo vigentes en cada década.

Todo indica que, en las condiciones actuales y de no mediar una desregulación normativa, la
precariedad y la informalidad laborales han llegado para quedarse.

El empleo asalariado registrado creció a tasas elevadas desde 2003 hasta 2011, pero
insuficientes frente a los severos problemas laborales que sufre la Argentina. Esto demuestra
que no se ha aprovechado la bonanza económica para avanzar hacia una sociedad más
equilibrada. El próximo gobierno no sólo deberá corregir las distorsiones macroeconómicas, sino
también impulsar una modernización institucional de las regulaciones laborales.

El nivel de actividad económica ha crecido en los primeros 3 meses de 2011 un 9,9%. Desde el
primer trimestre del 2004 -cuando el PBI aumentó un 11,4%- que no se observaba en un primer
trimestre una tasa de crecimiento de la actividad económica tan alta. Entre los años 2005 y
2008 las tasas de crecimiento en los primeros trimestres de cada año rondaron el 8,3%, y en los
años 2009 y 2010 se observaron crecimientos relativamente bajos, fruto de la crisis de 2008.

Más allá de las incertidumbres del sistema estadístico oficial, la producción mostró en el período
un alto crecimiento. En materia laboral, según los registros del sistema de jubilaciones (SIPA), el
1° trimestre del 2011 arrojó un crecimiento del 4,4% anual en el empleo asalariado registrado.
Es una variación no tan alta como la observada entre los años 2004 y 2008 -cuando crecía al
9,3%- pero bastante más elevada que la registrada en los primeros trimestres de los años 2009
y 2010 cuando aumentaba al 1,8% anual.

¿Se puede considerar que éste es el inicio de un proceso de reversión de los agudos problemas
laborales que sufre gran parte de la población? Para echar luz sobre este interrogante, es
pertinente complementar la información con la provista por la Encuesta Permanente de Hogares
(EPH) del INDEC, que si bien cubre sólo a los 31 grandes aglomerados urbanos, mide a todos
los trabajadores (formales e informales).

En esta línea, según la EPH para el 1° trimestre del 2011, se observa que:
• El empleo total creció un 1,3%.
• El empleo asalariado registrado, que abarca al 50% del empleo total, creció al 3,2% (este es el
dato asimilable al 4,4% que el SIPA informa para todo el país).
• El empleo informal, que representa al otro 50% del empleo total, se mantuvo prácticamente
estable con una pequeña variación del -0,5%.

Los datos muestran que la Argentina tiene un mercado laboral fuertemente segmentado.
Cuando hay bonanza económica, ésta tiene impactos positivos sobre el empleo registrado, pero
no alcanza para revertir la masiva presencia del empleo informal. Esta segmentación del
mercado laboral tiene profundas implicancias sociales.

Las diferentes oportunidades laborales de la población activa están fuertemente correlacionadas


con la persistencia de la inequidad social. Las personas que acceden a empleos registrados no
tienen las mismas características de los relegados al empleo informal, el desempleo o la
inactivad laboral. Los puestos de trabajo formales son creados mayoritariamente por empresas
medianas y grandes, y son ocupados generalmente por personas con niveles medios y altos de
educación y vasta experiencia laboral.
Macroeconomía I 20

El 74% de los asalariados registrados tiene secundaria completa o más y el 76% trabaja en
empresas con más de 10 trabajadores. En cambio, el empleo informal, representado
mayormente por el empleo no asalariado y el empleo asalariado no registrado (“en negro”), es
generado por microemprendimientos y son empleos para personas con bajos niveles de
educación y poca experiencia laboral. El 53% tiene educación inferior a secundaria completa y
el 74% trabaja en empresas con menos de 10 trabajadores.

Por el contrario, las etapas de estancamiento económico evidencian un proceso inverso: la


reducción de la tasa de empleo registrado, y la estabilidad del empleo informal. Esta reversión
trae como consecuencia lógica un incremento en la tasa de empleo informal sobre el total. A
esto reacciona el Gobierno con planes de reducción de contribuciones patronales (impuestos al
trabajo) para sostener el empleo formal y evitar su caída. Este proceso se viene verificando
desde 2013.

48.5 A modo de conclusión

No resulta fácil hacer comparaciones entre niveles de empleo y desempleo antes y después de
2003, dado que se cambió la metodología de cálculo. Se pasó de una estimación puntual, que
era una suerte de “fotografía” tomada dos veces por año (abril y octubre) a una estimación
continua, que se parece más a una “película” que se promedia trimestralmente. Por ese motivo,
los datos no son estrictamente comparables.

Pero la información complementaria, los trabajos de investigación y la evidencia empírica


indican que, congruentemente con el proceso de reactivación experimentado en 2003-200811, la
tasa de desocupación disminuyó, pero sin reducción de la tasa de actividad. O sea, que fue fruto
de un aumento en la demanda de trabajo.

Desde 2002 existen los denominados “planes sociales”, que a lo sumo explican entre un 1% y
un 2% de la tasa de desocupación, de modo tal que no puede explicar el grueso de la caída de
esa tasa. La disminución de la tasa de desocupación (desocupados más inactivos) sin reducción
de los impuestos al trabajo no invalida el hecho de que hay una relación claramente inversa
entre costo laboral y nivel de empleo.

El aumento de la actividad económica aumenta la demanda de trabajo. La cuestión se plantea


cuando la recuperación económica se agota, como ocurre desde 2012, y consecuentemente se
pretende continuar aumentando la cantidad demandada de trabajo, sin que se reduzca su
precio (sea éste el salario propiamente dicho, o los impuestos y contribuciones al trabajo).

Apéndice 1 – Derivación de una función de oferta agregada

Supondremos una función de oferta agregada de pendiente positiva, dependiendo de la función


de producción y el nivel de empleo:

Sea una función de producción:


2
Y = aN @ bN
Su productividad marginal PMgN será, por definición y en equilibrio, igual al salario real:
∂Y
f
ff
f
ff
f
ff
f
f W
= a @ bN = f
ff
f
ff
f
∂N P
Invirtiendo la función anterior, obtenemos la función de demanda de trabajo a partir del salario
real:
af
f W
N = ff
@ f
f
ff
f
ff
f
f
d

b bP
Sea una oferta de trabajo con reacción positiva al salario real:
cW
N = ff
f
ff
f
ff
f
ff
s

P
La igualación de ambas nos proporcionará el salario real de equilibrio y el empleo de equilibrio:

11
Véase la definición al respecto en el Apunte 14, “Crecimiento”.
Macroeconomía I 21

af
ff W
f f
f
ff
f
ff
ff cWf
f
ff
f
ff
f
ff
f
@ =
b bP P
W
f
ff
f
ff
f
ff af
ff cW
f f
f
ff
f
ff
f
ff
f
= @
bP b P
Wf
ff
f
ff
f W
f
ff
f
ff
f
= a @ cb
P P
Wf
ff
f
ff
f f f
ff
f
faf
ff
ff
f
ff
f
ff
f
f
=
P 1 + cb
Puede apreciarse que “cb” equivale al término “z” establecido en la teoría de mark-up. Y
demostrarse de esta forma que no es necesario el supuesto restrictivo de la linealidad de la
función de producción en un entorno local (lo que equivale a la constancia del coeficiente “a”, de
producto/empleo).

Obteniendo N por su reemplazo en la oferta de trabajo, es:


f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
N=
1 + cb
Reemplazando en la función de producción original, es:
d e2 2
` a 2 2
f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff ca 1f + cb + bc af 1f+f 2cb
Y=a +b = ff
f
ff
ff
fff
f
f f
ff
f
`
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
f
a2
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
ff
ff
= ca 2 `ff
ff
f
ff
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
f
a2
f
ff
1 + cb 1 + cb 1 + cb 1 + cb
Esta es la expresión de oferta agregada en función de los precios, dada una expresión
cuadrática de la función de producción.

Sea un ejemplo numérico:


2
Y = 10 N @ 0,5 N
Así, dados ciertos valores de empleo (N), Y asumirá los siguientes valores:

N 1 2 3 4 5 6
Y 9,5 18 25,5 32 37,5 42

La productividad marginal, en equilibrio, deberá igualarse al salario real:


W
10 @ 0,5 N = f
ff
f
ff
f
P
Invirtiendo, obtenemos la función de demanda de trabajo de los empresarios como función del
salario real:
W
N = 10 @ 2 f
ff
f
ff
f
d

P
W/P 1,5 2 2,5 3 3,5
Nd 7 6 5 4 3

Sea una oferta de trabajo:


W
N =2 f
ff
f
ff
f
s

P
La igualación de ambas nos proporcionará el salario real de equilibrio y el empleo de equilibrio:
W f W
10 @ 2 f ff
f
ff
=2 f ff
f
ff
f
P P
W
4 fff
f
ff
f
= 10
P
Wf
ff
f
ff
f
= 2,5
P
5f
2,5 = fff
f
ff
ff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
1 + 2 A 0,5
Obteniendo el nivel de empleo N, reemplazando en la oferta de trabajo, es:
Macroeconomía I 22

ca 10 0,5 f 10
N= f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff f
= f
ff
f
ff
f
ff
f
fAf
f
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
= f
f
ff
f
ff
=5
1 + cb 1 + 2 A 0,5 2
Por lo que en el punto de equilibrio, será:

N Y W/P
5 37,5 2,5

Reemplazando en la función de producción original, es:


d e2
f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff f
f
fca
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
Y=a +b =
1 + cb 1 + cb
f g2
10
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
fAf
f
f0,5
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f 10
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
fAf
f
f0,5
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
= 10 +2 =
1 + 0,5 A 2 1 + 2 A 0,5
= 10 A 2,5 + 2 A 6,25 =
= 25 + 12,5 = 37,5
Que era el valor obtenido previamente por aplicación de la tabla.

Apéndice 2 – Relaciones derivadas de la tasa natural de desempleo

Sea una función de producción:

Y = AN [1]

Y una población activa, dividida entre empleados y desempleados:

L=U +N [2]

Sean la tasa de desempleo y la tasa de empleo:


Uf Nf
u= ff
ff
f
; n= ff
ff
f
f
[3]
L L
En situación de tasa natural de desempleo, será:
Uf Nf
un = f
ff
f
nf
f
ff
; nn = ff
ff
f
nf
f
ff
[4]
L L
La que puede reexpresarse como:
Nf
un = 1 @ f
ff
f
fnf
f
ff
[5]
L
El empleo natural generará el volumen de producción natural:
Yf
Y n = AN n Q N n = f
ff
nf
f
ff
[6]
A
Reemplazando en la tasa natural de desempleo, tenemos:
Yf
un = 1 @ ff
ff
nf
f
ff
f
[7]
AL
Si los precios efectivos son iguales a los esperados, tendremos que, para los trabajadores:
f g
W
f
ff
f
ff
f Yf
=F 1@ ff
ff
nf
f
ff
f
,n [8]
P AL

Y para los empresarios:


W
f
ff
f
ff
f fA
= f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
[9]
P 1+z
Igualando, tenemos, que en el largo plazo, donde los precios efectivos y los esperados son
iguales, es:
Macroeconomía I 23

f g
Yf A
F 1@ ff
ff
nf
f
ff
f
,n = f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
[10]
AL 1+z

Apéndice 3 – Derivación de la oferta agregada a partir de las ecuaciones de salarios y


precios

Dadas una función de salarios:

e ` a
W = P F u,n [11]
Y una función de precios:

` aW
P= 1+z f
ff
f
ff
f
[12]
A
Reemplazando el salario nominal por su igual, obtenemos una expresión alternativa de oferta
agregada:

1f+f zffe ` a
P= ff
fff
ff
f
f f
f
P F u,n [13]
A
Esta relación12 nos dice que:
• los precios aumentan si aumenta el margen empresarial, z.
• los precios disminuyen si aumenta la productividad, A.
• los precios aumentan si aumenta la expectativa de precios de los trabajadores, Pe.
• los precios aumentan si disminuye el desempleo, u.
• los precios aumentan si aumenta el poder de negociación sindical, n.
• los precios aumentan si aumenta la producción, dado que a productividad constante,
más producto se obtiene con más trabajadores, y esto se obtiene disminuyendo u.

Puede cotejarse esta expresión con la obtenida en el apéndice 1.

Apéndice 4 – Interacción entre mercados en términos de oferta y demanda agregadas

Sean las siguientes funciones para el mercado de bienes (función IS):


` a ` a
C = C 0 + cY d = C 0 + c Y @ T = C 0 + c 1 @ t Y
`a
I = I0 @ b i [1]
G = G0
El mercado de dinero (función LM) se comporta de la siguiente forma:
M
f
f
ff
ff
f
f
= kY @ hi [2]
P
La función de producción se caracteriza por tener un solo insumo variable, el empleo de fuerza
de trabajo, y el capitalb fijo en cel corto plazo:
Y = F K 0 ,N [3]
La oferta y demanda de trabajo iguala, dados los precios, la oferta de trabajo que depende de los
precios y el empleo, con la demanda de trabajo, que es igual al ingreso de la productividad
marginal del empleo:
b c ` a
L P,N = P·f N [4]
En principio procedemos a diferenciar la función IS, teniendo en cuenta en este caso que dG=0:
` a
dY = c 1 @ t dY @ bdi [5]
A continuación diferenciamos la función de producción, dado el stock de capital constante K0:
∂Y
dY = f
ff
f
ff
f
ff
f
f
dN [6]
∂N
En tercer término diferenciamos la función LM:

12
Blanchard – Pérez Enrri, “Macroeconomía”, Prentice Hall
Macroeconomía I 24

1f
f
ff
f M
dM @ f
f
ff
f
2
f
ff
dP = kdY @ hdi [7]
P P
Por último, diferenciamos las funciones del mercado de
` trabajo:
a
∂L
ff
f
ff
f
ff
f ∂L
f
ff
f
ff
f
ff
f
f ` a ∂f
ff
f
fff
f
fN
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
f
dP + dN = f N dP + P dN [8]
∂P ∂N ∂N
De esta última expresion despejamos
` a dN:
∂L
f
ff
f
ff
f
ff
f
f ∂f
f
f
ff
ff
f
fN
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
f ` a ∂L
ff
f
ff
f
ff
f
dN @ P dN = f N dP @ dP [9]
∂N ∂N ∂P
Obteniendo factor común dN y dP, es:
` a
F ∂L
f
ff
f
ff
f
ff
f
f ∂ff N G F ` a ∂L G
@P ff
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
dN = f N @ f
f
ff
f
ff
f
f
dP [10]
∂N ∂N ∂P
A continuación se obtiene la siguiente expresión:
` a ∂L ff
f fffffff
f
f
ff
ff
ff
f
N
f
ff
ff
f
ff
f
f
@
f
f
ff
f
ff
ff
ff fff fff fff ffff
∂P
dN = ` a dP = ψdP [11]
∂L
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f ∂f N
@ P fffffffffffffffffffff
∂N ∂N
De ella puede extraerse la conclusión de que la relación entre los precios y el empleo dependerá
básicamente de la tensión comparativa entre demanda y oferta de trabajo. Reemplazando esta
expresión simplificada [11] en la función de producción obtenemos:
∂Y
dY = f
ff
f
ff
f
ff
f
f
ψdP [12]
∂N
Invirtiendo la expresión [12] hallamos la pendiente de la oferta agregada. De ahí puede extraerse
el dato de que esta será inversa a la pendiente de la función de la productividad marginal del
empleo:
dP
ff
f
ff
f
ff 1
f f
f
ff∂N
f
f f
f
ff
f
ff
f
ff
f ff
f
ff
f
ff
f
f1f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
= = [13]
dY ψ ∂Y ψPMg N
De la expresión [13] puede derivarse la dinámica de los precios, la que estableceremos en forma
simplificada como:
F 1ff∂N G
dP = f f
ffff
f
ff
f
ff
f
ff
dY = δdY [14]
ψ ∂Y
Introduciendo esta expresión en el mercado de dinero (función LM), es:
1f
f
ff
f M
dM @ f
f
ff
f
2
f
ff
δdY = kdY @ hdi [15]
P P
Despejando di en esta expresión:
1f M
hdi = kdY @ f f
ff
dM + ff
f
ff
2
f
ff
δdY [16]
P P
1f F M G
di = fff
ff
f
ff
kPdY @ dM + f f
ff
ff
f
f
δdY [17]
hP P
Insertamos la expresión obtenida en [17] en el modelo IS:
` a bf F M G
dY = c 1 @ t dY @ fff
ff
f
ff
kPdY @ dM + f
f
ff
ff
f
f
δdY [18]
hP P
De la expresión anterior, despejamos dY y tenemos:
` a bf F M fG f bf
dY @ c 1 @ t dY + fff
ff
f
ff
kPdY + f
f
ff
ff
f
δ = ff
ff
f
ff
dM [19]
hP P hP
Por último, agrupamos los términos en dY y dM:
F ` a bk f bffM fG F f
bf G
dY 1 @ c 1 @ t + f
f
ff
f
ff
+ f
f f
f
ff
f
2
f
f
δ = f f
ff
f
ff
dM [20]
h hP hP
Y ahora obtenemos la expresión que muestra la relación entre una expansión monetaria y el
aumento del producto:
f
f
bf
f
ff
f
ff
f
f f
fbf
f
ff
f
ff
f
f
dY
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
hPf
f
ff
ff
ff
ff
f
ff
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
f
ff f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f
hPf
ff
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ffff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
= = d e [21]
dM 1 @ c `1 @ t a + bkff
f
ff
f
ff
f bf
+ f
f
ffM
f
f
ff
f
ff
f
f ` a bf
δ 1 @ c 1 @ t + ffff k + M ff
f
ff
fff
f
h h P2 2
δ
h P
Macroeconomía I 25

Se prueba que el producto tiene relación positiva con los cambios en el dinero, aunque estos
efectos se diluyen a medida que aumentan los precios.

Si deseamos verificar el efecto de la política fiscal, debemos adaptar el modelo para lograr que
dM=0 y dG sea no nulo. Siguiendo lo antedicho, aquí mostramos la modificación de la función
IS: ` a
dY = c 1 @ t dY @ bdi + dG [22]
Y en consecuencia, LM será:
M
@ f
f
ff
f
2
f
ff
dP = kdY @ hdi [23]
P
Con esta modificación, la expresión [7] se reexpresa:
M
ff
f
fff
ff
@ 2
δdY = kdY @ hdi [24]
P
Despejamos en [24] el valor de di:
1f F M G
di = f f
ff
f
ff
f
kPdY + f
f
ff
ff
f
f
δdY [25]
hP P
A continuación procedemos a su reemplazo en la función IS modificada obtenida de [22]:
` a bf F M G
dY = c 1 @ t dY + dG @ f f
ff
f
ff
f
kPdY + f
f
ff
ff
f
f
δdY [26]
hP P
Despejamos dY:
` a bf F M G
dY @ c 1 @ t dY + fff
ff
f
ff
kPdY + f
f
ff
ff
f
f
δdY = dG [27]
hP P
Agrupamos términos:
F ` a bk f bffM fG
dY 1 @ c 1 @ t + f
f
ff
f
ff
+ f
f f
f
ff
f
2
f
f
δ = dG [28]
h hP
Por último, establecemos el multiplicador de la política fiscal:
dY
ff
f
ff
f
ff
f
f ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f1f
f
ff
f
ff
f
ff
fff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
f
ff f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f1f
f
f
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ffff
ff
f
ff
ff
f
ff
f
= = d e [29]
dG 1 @ c `1 @ t a + bk
ff
ff
f
ff
f
f bf
+ f
f
ffM
f
f
ff
f
ff
f
f ` a bf
δ 1 @ c 1 @ t + ffff k + fffff
M fff
f
h h 2 δ
P h P
2

Del análisis de los multiplicadores expuestos puede apreciarse que el efecto de la política fiscal
sobre la renta es inmediato, dado que el numerador de la expresión [29] es unitario. En cambio
la política monetaria, de acuerdo con lo expuesto en la expresión [21] debe atravesar tres filtros,
dado que el numerador de la expresión es igual a b/hP:
• La elasticidad de la inversión, b. Si la inversión fuera perfectamente inelástica, entonces
b sería igual a cero y el efecto sería nulo. Es el caso de una IS vertical.
• La elasticidad de la demanda especulativa de dinero, h. Si esta elasticidad fuera infinita,
en ese caso el efecto también sería nulo. Sería el caso de una LM horizontal.
• Los precios disminuyen la efectividad de la política monetaria. Cuanto más alto sea el
valor de P, más ineficaz será la política monetaria.

De todos modos, la política fiscal requiere igualmente, para ser más efectiva, de bajos valores de
b y/o altos valores de h, los que disminuirán el valor del denominador del multiplicador
expresado en [29].

Nótese asimismo que


ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f1f
f
f
f f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f1f
f
f
ff
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ffffff
ff
f
ff
ff
f
ff
f
` a> d e [30]
1@c 1@t ` a bf
1 @ c 1 @ t + ffff k + fffff
fff
f
M
2
δ
h P
Donde la expresión de la izquierda responde al multiplicador keynesiano simple, y la expresión
de la derecha se debe a la interacción entre oferta y demanda agregadas, apreciándose en la
misma la influencia de:
• b, la elasticidad de la inversión respecto de la tasa de interés;
• h, la elasticidad de la demanda especulativa de dinero respecto de la tasa de interés;
• k, la elasticidad-renta de la demanda de dinero;
• M y P, como aproximación a la oferta real de dinero;
• δ, expresión que recoge la interacción entre demanda y oferta de empleo, y el inverso de
la productividad marginal del empleo (PMgN).
Macroeconomía I 26

Apéndice 5 – Origen y ocaso de la Curva de Phillips

La curva de Phillips se introdujo a partir de los datos de la economía norteamericana de


principios de la década de 1960. Al colocar en un eje de coordenadas en abscisas la tasa de
desempleo y en el de las ordenadas la tasa de inflación, Phillips obtuvo una curva con pendiente
negativa, similar a la de la demanda. La curva de Phillips relaciona la inflación con el desempleo
y sugiere que una política dirigida a la estabilidad de precios promueve el desempleo, y una
política destinada a crear empleos provoca inflación. Por tanto, cierto nivel de inflación sería
necesario a fin de minimizar el desempleo.

Esta teoría fue utilizada en muchos países para mantener el desempleo en cifras bajas mientras
se toleraba una inflación alta; pero condujo con posterioridad a experiencias de inflación y
desempleo elevados y simultáneos, fenómeno conocido como estanflación13. Esto llevó a que la
mayoría de los economistas gradualmente abandonaran esta idea.

La curva de Phillips describió acertadamente la experiencia de los EE.UU. de los años 1960,
donde la política de control de la inflación originó una contracción en la economía,
incrementando el desempleo. Sin embargo, esta curva dejó de resultar aplicable al fenómeno
que experimentó dicho país en los años 1970, de estanflación, donde surgió una alta inflación
junto con un estancamiento económico.

Nuevas teorías, como la de expectativas racionales (Robert Lucas, Thomas Sargent y Robert
Barro) y el NAIRU (non-accelerating inflation rate of unemployment o tasa de desempleo no
aceleradora de la inflación) surgieron para explicar situaciones como la de la estanflación.

La última teoría, también conocida como la de tasa natural de desempleo distinguía entre una
Curva de Phillips (CP) a corto plazo y otra a largo plazo. La CP a corto plazo sería como una CP
normal pero desplazada según las expectativas cambian.

A largo plazo, sólo una tasa de desempleo (la NAIRU o tasa natural) es coherente con una tasa
de inflación estable. La CP a largo plazo, por lo tanto, sería vertical, así que no habría relación
entre la inflación y el desempleo.

En el ámbito de esta relación expresada por


la curva de Phillips cabe mencionar el
término "tasa de sacrificio" que pone de
manifiesto la cantidad de puntos
porcentuales de producción anual perdida
en el proceso de reducir la inflación en un
punto porcentual.

Su aplicación en el mundo real se llevó a


cabo por los Estados Unidos en 1979 tras
las perturbaciones negativas en la oferta
debidas a la política seguida por la OPEP.
Paul Volcker, presidente de la Reserva
Federal en la época citada, decidió
aminorar la tasa de inflación sufrida (10%)
en detrimento del crecimiento de la
economía del país, lo cual resultó en la
mayor crisis económica sufrida por EE.UU.
desde la Gran Depresión, si bien, la
inflación se redujo como fue previsto.

Cuadro 11.16 – NAIRU

Cabe mencionar que la disyuntiva o “trade-off” entre inflación y desempleo explicada por la
curva de Phillips sucede de forma natural en la economía. En el caso de que los gobiernos
intenten explotarla mediante su política económica tal relación desaparece. Dicha evidencia fue
contrastada involuntariamente por la economía estadounidense, al incrementarse su gasto

13
Véase Argandoña, Mochon y Gámez, “Macroeconomía Avanzada”, Tomo I, Modelos Dinámicos; o en Apuntes de
Macroeconomía II, “Modelo Dinámico de Economía Cerrada”.
Macroeconomía I 27

público con motivo de la guerra de Vietnam. La hasta entonces "curva" de Phillips pasó a ser un
conglomerado de datos aleatorios (periodo de 1969-1973) donde no se aprecia ninguna
tendencia o relación entre las variables de inflación y desempleo.

Bibliografía básica
Blanchard, Olivier y Perez Enrri, “Macroeconomía” – Prentice Hall
Dornbusch, R y Fischer, S. “Macroeconomía” – McGraw Hill (varias ediciones)

Bibliografía adicional
Friedman, Milton, “A Theoretical Framework for Monetary Analysis” – Journal of Political
Economics
Frisch, Helmut, “Theories of Inflation – A Second Generation Survey” – Longmans
De Pablo, Juan Carlos, “200 Años de Economía Argentina” – Ediciones B
Braun y Llach, “Macroeconomía Argentina” – Alfaomega

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