Neuropsicologiadelasconductasagresivas Tangarife Ibanez 2020
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Joaquín Ibáñez-Alfonso
Universidad Loyola Andalucía
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Resumen
Objetivo. Este articulo tiene como objetivo presentar información actualizada de aque-
llos estudios que se centran en la alteración de los circuitos neuronales que median la
respuesta de agresión y que conllevan la aparición de conductas violentas desadaptativas.
de los lóbulos temporales mediales, está implicada median la respuesta de agresión y que conllevan
en el comportamiento emocional y motivacional, así a la aparición de conductas violentas. Para ello,
teniendo gran importante en las respuestas agre- se llevó a cabo una revisión bibliográfica de la lite-
sivas del sujeto. Así mismo, desempeña un papel ratura científica indexada en tres bases de datos:
crucial en la capacidad de los sujetos de regular PubMed, PsycInfo y Cochrane. Las palabras clave
las emociones negativas. Estudios de neuroima- de las búsquedas fueron (Aggresiviness OR “Ag-
gen afirman que la amígdala se activa como res- gressive behaviour” OR Violence OR Crime*) AND
puesta a estímulos que connotan amenaza, como (Brain* OR Neuro*) [“agresividad”, “conducta
pudieran ser las expresiones faciales de miedo4. agresiva”, “violencia”, “crimen/criminología”, “ce-
La amígdala también está involucrada en la per- rebro/daño cerebral”, “neurológico/neuropsicoló-
cepción y consolidación de vivencias con carga gico”, y derivados de las mismas]. Algunos de los
emocional, como mediadora neural entre el siste- artículos finalmente seleccionados también fue-
ma límbico y las estructuras cerebrales involucra- ron elegidos por el método “bola de nieve” tras
das en el procesamiento de la memoria4. Esto va a revisar la bibliografía de los artículos obtenidos en
tener repercusión en la respuesta agresiva instru- las bases de datos. No se fijó ninguna limitación
mental, pues la amígdala va a ser una estructura temporal como criterio de búsqueda puesto que
crítica para el aprendizaje y reforzamiento de estí- también se quisieron incluir ciertas publicaciones
mulos2. En cuanto a la respuesta agresiva reactiva, que versan sobre el desarrollo histórico de la neu-
la amígdala forma parte del sistema mediador de ropsicología de las conductas agresivas.
respuesta de agresión reactiva (RAR), Amígala-Hi-
potálamo-Sustancia Gris Periacueductal. Una acti- La hipótesis de la que partimos consistió en que
vidad incrementada de la amígdala ante estímulos los correlatos neurológicos que median la respues-
emocionales crea un riesgo mayor de respuesta ta violenta se podrían ver afectados en personas
reactiva al aumentar la capacidad básica del sis- que tienden a los comportamientos agresivos (en
tema de amenazas2.Por otra parte, la corteza or- comparación con la tendencia de la población nor-
bitofrontal, junto con la corteza prefrontal medial mal) o aquellas personas que, como consecuen-
y la corteza prefrontal dorsolateral, conforman las cia de alguna lesión o enfermedad, se muestran
tres regiones funcionales principales del córtex tendentes a estas reacciones. Contar con infor-
prefrontal, íntimamente ligado con la autorregula- mación actualizada en este ámbito ayudará al de-
ción del comportamiento y la toma de decisiones. sarrollo de modelos de prevención de conductas
Estas regiones prefrontales son receptoras de dis- violentas más completos y eficaces en el campo
tintas aferencias dopaminérgicas mesolímbicas. de la Criminología.
Esta entrada desempeña una función modulado-
ra de la manera en que las neuronas prefrontales RESULTADOS
responden a los estímulos que contribuyen a los
estados emocionales3. La corteza prefrontal está Los mecanismos que hemos visto anteriormente,
directamente relacionada con la modulación de encargados de producir y regular las conductas
los comportamientos agresivos, así como la auto- violentas, pueden verse alterados de forma natu-
percepción de la agresividad. Particularmente, la ral, por el temperamento violento de la persona,
actividad reducida de la corteza prefrontal se rela- o verse alterados por algún tipo de enfermedad
ciona con el comportamiento violento, la agresión mental o lesión cerebral. A continuación, se es-
y el crimen 5. tudiarán las características neurológicas de per-
sonas con tendencias agresivas, y aquellos cuya
Objetivo patología o lesión cerebral les impulsa a cometer
acciones violentas. El motivo de centrarnos en es-
La finalidad de este trabajo es realizar una revisión tos casos particulares se debe a que, a pesar de
actualizada de la literatura de los estudios acer- los numerosos estudios centrados en este tema,
ca de la alteración de los circuitos neuronales que consideramos que en el ámbito de la Criminología
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no se le da la importancia práctica que, en cuanto agresor, frente a cuando intentaban inhibir la imagen
a prevención, pudiera tener. Igualmente, es impor- de agresión imaginaria sin ninguna instrucción10. Por
tante recalcar que el hecho de padecer alguna de último, estudios de imagen por resonancia magnéti-
las enfermedades que se describirán a continua- ca funcional han mostrado evidencia de que la cor-
ción, o de haber sufrido una lesión cerebral, no se teza orbitofrontal forma parte de un circuito neural
relaciona directamente con la posibilidad de ac- que influye en la capacidad de los individuos para re-
tuar de manera agresiva en todas las situaciones. gular las emociones negativas11. De este modo, aque-
llos participantes que tenían mayor activación en la
Disfunciones neuropsicológicas en personas corteza prefrontal izquierda parecían tener mayor
violentas capacidad para suprimir las emociones negativas
que aquellos que presentaban niveles más bajos de
Se estudian casos de personas cuya tendencia com- activación en esta área6.
portamental es la respuesta violenta, la cual no se
corresponde con ningún trastorno o lesión cerebral. En base a estas averiguaciones, una conclusión
lógica a la que llegaron Davidson, Putnam, y Lar-
Existe la posibilidad de que el sistema media- son12, fue que la actividad de la corteza orbitofron-
dor de RAR deje de ser un sistema adaptativo de la tal y el córtex cingulado anterior, en respuesta a
persona al medio que le rodea y que sus respues- una provocación, puede disminuir en ciertos indivi-
tas comiencen a ser desadaptativas, por lo que la duos, predisponiéndolos a la agresión y la violencia.
persona mostrará reacciones violentas impropias Lo que estos autores explicaron es que la agresión
de la situación en la que se encuentre. Esto se pro- impulsiva podría ser producto de un fallo en la re-
duce por una priorización del sistema mediador gulación de la emoción. De manera que los indivi-
de RAR, que podría deberse a una exposición pre- duos normales pueden regular voluntariamente el
via a la amenaza de una condición endógena, o a efecto negativo que traen consigo ciertas señales
una alterada regulación prefrontal 2. amenazantes del entorno, como pueden ser gestos
o palabras de ira o miedo por parte de otra per-
Estas personas parecen mostrar una defectuo- sona, e incluso beneficiarse de ellas pues también
sa interpretación y manejo de los sentimientos, en cumplen una función reguladora. Mientras, los in-
particular los negativos. Esto se acompaña con res- dividuos predominantemente violentos presenta-
puestas intensificadas de la amígdala, principal com- rían una anomalía en el circuito responsable de este
ponente del sistema mediador de RAR. La persona comportamiento adaptativo. Las anomalías en una
tiende a malinterpretar los acontecimientos que pu- o varias de estas estructuras, o las interconexio-
dieran ser amenazantes, como las expresiones facia- nes entre ellas, podrían aumentar la propensión a la
les de otras personas, y reaccionará violentamente agresión en los sujetos que lo padezcan.
como acto de prevención2, 6. Es importante destacar
que esto no puede considerarse como un defecto Trastorno antisocial de la personalidad
neuronal o trastorno, ya que la evidencia demuestra
que la capacidad de manejar las emociones negati- El trastorno de personalidad antisocial se define
vas varía en todos los individuos. Por ejemplo, uti- en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Di-
lizando técnicas de neuroimagen para estudiar la sorders (DSM-5) como aquel que se manifiesta en
neurobiología de los estados de enfado inducido, se la violación crónica de los derechos de otras per-
ha encontrado que el enfado inducido estaría aso- sonas por parte del individuo que lo padece; es
ciado con la activación aumentada de la corteza or- incapaz de adaptarse a las normas de la sociedad
bitofrontal, prefrontal medial y cingulada anterior, así o deciden no hacerlo13.
como del córtex prefrontal dorsolateral, y la ínsula7–9.
Así mismo, la desactivación de las áreas orbitofron- Este trastorno surge entre la infancia y la ado-
tales aumenta cuando se pedía a los participantes lescencia (normalmente en forma de trastorno de
que expresaran agresión sin restricciones hacia un la conducta), presentándose como requisitos para
Neuropsicología de las conductas agresivas: aportaciones a la criminología 175
su diagnóstico que el paciente tenga un mínimo lo que podría explicar, por ejemplo, su escasa res-
de dieciocho años y que hayan existido evidencias puesta ante el castigo, de la misma forma que
del trastorno antes de los quince. Se pueden mos- podría explicar las deficiencias en el aprendizaje
trar diferentes patrones de manifestación: algunos de la evitación pasiva de un estímulo aversivo14 .
sujetos son emprendedores y controlan a la per- Sorprendentemente, se descubrió una mayor ac-
fección distintas técnicas de estafa mientras que tividad cerebral en regiones subcorticales y corti-
otros individuos pueden caer en el consumo (y, cales (amígdala y corteza prefrontal dorsolateral,
con frecuencia, distribución) de drogas ilícitas. El respectivamente) durante el proceso de adquisi-
diagnóstico de este trastorno no se da si el com- ción de conducta. Los investigadores explicarían
portamiento antisocial se presenta únicamente este fenómeno como resultado de un esfuerzo
tras el consumo de sustancias estupefacientes y adicional realizado por los pacientes para realizar
no se produce únicamente en el curso de la es- la tarea, debido a que el proceso podría involucrar
quizofrenia o trastorno bipolar. Suelen ser perso- más recursos en individuos que son emocional-
nas agresivas tendentes a la irritabilidad, pudiendo mente deficientes 14.
incurrir en riñas y conductas criminales. Aunque
pueden referir sentimientos de culpa, no parecen Por otra parte, Jiang et al.15 se centraron en la
ostentar sentimiento de remordimiento por sus posible alteración de las redes interregionales del
actuaciones. Aunque es un trastorno difícil de tra- cerebro de las personas con trastorno de perso-
tar, la evidencia apunta a que este va disminuyen- nalidad antisocial. En su estudio se emplearon
do su manifestación conforme avanza la edad del imágenes de resonancia magnética funcional en
individuo (conservándose conductas como el con- estado de reposo para examinar el conectoma de
sumo de drogas). 32 pacientes con trastorno de personalidad anti-
social y de 35 controles sanos, tanto a nivel global
Para poder reconocer los sustratos neurológi- de conexión, como modular. Por un lado, se pudo
cos que están detrás del tipo de comportamien- comprobar que los pacientes con este trastorno
tos que se presentan en este trastorno, Schneider tenían conexiones de recorrido más largo y de me-
et al.14 estudiaron mediante pruebas de PET el fun- nor eficiencia de la red, por lo que mostraban una
cionamiento de las estructuras cerebrales en el capacidad reducida de integración a nivel global
aprendizaje emocional a través de una tarea de de las funciones del cerebro. En cuanto a la modu-
condicionamiento clásico. Los resultados mostra- laridad, encontraron reducida la conectividad intra
ron un efecto de condicionamiento diferencial en e intermodal relacionadas con las regiones fronta-
la amígdala y la corteza prefrontal dorsolateral en les, lo que se relacionó con un peor rendimiento
pacientes con trastorno de personalidad antisocial en esta estructura. Estos hallazgos se resumen en
en comparación con el grupo control, concluyen- una integración y segregación reducidas en la or-
do que estas estructuras parecen especialmente ganización de las redes cerebrales funcionales de
relevantes en los procesos de emoción y condicio- los pacientes con trastorno de personalidad anti-
namiento. En concreto, registraron una aparente social (en particular en la red de control fronto-
insensibilidad de la amígdala, una especie de des- parietal), pudiendo contribuir a disfunciones en el
activación, ante la presencia de estímulos olfativos comportamiento y en la cognición15.
aversivos que se presenta durante la etapa de ha-
bituación. Lo que estaría en sintonía con la aparen- Trastorno explosivo intermitente
te sensibilidad electrodérmica reducida también
observada en estos pacientes durante la estimula- Tal como se describe en el DSM-5 13, las personas
ción aversiva intensa14. Estos hallazgos nos llevan a con este trastorno cursan periodos de agresividad
pensar que los pacientes con trastorno de perso- que tienen un inicio súbito ante cualquier tipo de
nalidad antisocial muestran reacciones cerebrales provocación de carácter leve o incluso sin provo-
reducidas de las estructuras que, en condiciones cación alguna; podríamos estar hablando de una
normales, se ven activas ante estímulos aversivos, mala cara, un comentario jocoso por parte de un
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amigo o un golpe casual con un transeúnte en la ha observado que los individuos que padecen tras-
calle, ante lo que reaccionarán de manera despro- torno explosivo intermitente tienen un deficiente
porcionada. Aunque cabe la posibilidad de que la desempeño de este control de reconocimiento,
respuesta del individuo sea simplemente de tipo percibiendo gestos neutrales en los rostros como
verbal, existe la posibilidad de que tome una ma- amenazantes. Estas deficiencias se explicarían por
nifestación en forma de violencia física. Estas si- una disfunción en el circuito entre la amígdala y
tuaciones son tan graves que el individuo puede el área prefrontal que media la interpretación de
llegar a perder el control sobre sí mismo. Por tan- las señales emocionales en este tipo de tareas2.
to, diríamos que estas explosiones violentas no En este sentido, un estudio realizado por Coccaro,
son planeadas, carecen de un objetivo concreto y McCloskey, Fitzgerald y Phan16 concluyó que existe
su carácter es excesivo en relación con el estímu- un vínculo entre la disfunción del sistema integra-
lo que las desencadenó. A diferencia de las per- do por la amígdala y la corteza orbitofrontal, y la
sonas que padecen trastorno de la personalidad agresión impulsiva de las personas con trastorno
antisocial, los pacientes con trastorno explosivo explosivo intermitente, que se muestra en tres ni-
intermitente suelen mostrar arrepentimiento tras veles de evidencia:
la realización de las acciones violentas durante los • La actividad de la amígdala se ve enorme-
episodios de crisis. Este trastorno puede diagnos- mente incrementada y se da una dismi-
ticarse desde los seis años (o grado de desarrollo nución de la reactividad de la corteza
equivalente), siempre que no presenten compor- orbitofrontal ante rostros que transmiten
tamientos agresivos propios de un trastorno de una amenaza directa.
adaptación. A partir de los 18 años se debe descar- • Existe una falta de conectividad funcional
tar que la sintomatología puede ser explicada por entre la amígdala y la corteza orbitofrontal
otros trastornos mentales (como el de persona- durante la tarea de procesamiento facial en
lidad antisocial), por alteraciones neurológicas, o estos sujetos.
por consumo de sustancias 13. • Presentan una correlación directa y positiva
entre la reactividad de la amígdala a las ca-
Atendiendo a la descripción de los síntomas ras que representan ira y el grado de com-
de este trastorno, podríamos deducir que las per- portamiento agresivo como antecedente
sonas que lo padecen presentan una afección del sujeto.
en los sistemas que controlan las respuestas de
agresión reactiva, pues como hemos menciona- Los resultados del estudio mostraron que, aun
do, este tipo de comportamientos violentos no teniendo en cuenta las diferencias grupales en la
son deliberados. En este sentido, Blair2 revisó di- percepción de las emociones, como puede ser la
versas investigaciones sobre individuos con una precisión en el reconocimiento de una expresión,
tendencia a la agresión reactiva (no instrumental), fue claramente reconocible la diferencia en áreas
entre los que se encontraban grupos conforma- del cerebro concretas en respuesta a ciertas emo-
dos por personas con trastorno explosivo inter- ciones entre los pacientes con trastorno explosivo
mitente, planteando en estos casos una posible intermitente y el grupo control. La hiperactividad
respuesta incrementada del sistema mediador de encontrada en la amígdala ante expresiones faciales
RAR por un incremento de la actividad de la amíg- que representaban ira es un síntoma que diferencia
dala, y, o reducción de la actividad reguladora pre- el trastorno explosivo intermitente del trastorno de
frontal ante situaciones de carácter emocional2. personalidad antisocial e incluso de la psicopatía,
Una prueba realizada como comprobación a esta que tendrían un componente más instrumental en
hipótesis es la tarea de discriminación emocional la utilización de la respuesta agresiva16.
de rostros humanos. Debido a que las expresiones
faciales actúan como señales no verbales entre En conclusión, podríamos decir que los hallaz-
seres humanos, ostentan un carácter emocional gos en cuanto al atípico incremento de la actividad
entre las interacciones humanas más simples. Se de la amígdala ante estímulos emocionales, tiene
Neuropsicología de las conductas agresivas: aportaciones a la criminología 177
el estudio para la comprensión del funcionamien- demostrado que los pacientes con lesiones pre-
to cerebral. Esto se debe a que, dependiendo de frontales ventromediales experimentan una in-
la zona dañada por el accidente, la persona pue- sensibilidad a las consecuencias futuras que les
de presentar cambios a nivel cognitivo, emocio- provoca una incapacidad para modificar los com-
nal o motor relacionados con diferentes rasgos portamientos de riesgo4, 6.
de la personalidad que, a su vez, puedan llevarle
a aumentar sus conductas violentas18. Es lo que En el estudio realizado por Darby18, solo el 9%
habitualmente se ha denominado “psicopatía ad- de las personas estudiadas con traumatismo no
quirida” o “pseudopsicopatía”. El estudio de estos penetrante estuvieron relacionadas tras el ac-
cambios comportamentales ha permitido probar cidente con conductas violentas o la realización
las relaciones existentes entre regiones especí- de actos criminales. Por otro lado, según este es-
ficas del cerebro y su correlato en el comporta- tudio, las personas con traumatismo penetrante
miento del individuo18. presentan una clara relación entre el daño en re-
giones específicas y el comportamiento violen-
Para poder establecer una clara diferencia en- to. Para ser exactos, el 14% de los pacientes con
tre el comportamiento psicopático primario y el traumatismo craneal penetrante con afección en
comportamiento psicopático por daño sobreve- los lóbulos frontales presentan comportamientos
nido, Pujol, Harrison y Contreras-Rodríguez23 revi- violentos, mientras que las personas con afección
saron la evidencia disponible a partir de técnicas en otras regiones corticales no presentaron una
de neuroimagen. Encontraron que, a diferencia del correlación entre el daño y el comportamiento
comportamiento psicopático de personas con le- violento incrementado18.
siones cerebrales, las personas que sufren psico-
patía o rasgos psicopáticos no muestran ninguna En la línea de lo comentado en relación con las
anomalía anatómica tras la inspección visual del tasas de criminalidad en enfermedades neurode-
cerebro. Así mismo, encontraron que el volumen generativas, cabe destacar que el vínculo causal
cerebral total era similar al de la población general. entre el traumatismo y el comportamiento crimi-
Sin embargo, a nivel más específico, se ha detecta- nal sigue estando en duda18. No obstante, las le-
do una reducción en el volumen del lóbulo tempo- siones en dos regiones cerebrales suelen estar
ral y una afección mínima en el lóbulo prefrontal23. asociadas a la aparición de conductas agresivas
subsecuentes:
Uno de los casos más conocidos históricamen- • Lesiones en el córtex prefrontal: la corteza or-
te fue el descrito hace más de un siglo por Har- bitofrontal y la corteza cingulada anterior tie-
low24, en el que explicaba cómo un trabajador de nen un papel importante en la supresión de
la construcción de ferrocarriles, Phineas Gage su- emociones negativas y en el surgir de la vio-
frió daños focales en la corteza frontal después lencia como respuesta. De acuerdo con esto,
de que, en un accidente laboral, un trozo de hie- los pacientes que presentan una lesión en la
rro le atravesara el cráneo. A pesar de este suce- corteza orbitofrontal presentan, como nor-
so, los médicos quedaron sorprendidos al ver que mal general, un control de impulsos deficien-
este paciente había sobrevivido y que muchas de te, arrebatos agresivos, insensatez y falta de
sus facultades se encontraban intactas, aparente- sensibilidad interpersonal. Esto puede llevar
mente, por lo que quisieron estudiar su caso para a un aumento de la probabilidad de comisión
cerciorarse de si surgían complicaciones poste- de un delito esporádico. En cambio, la eviden-
riores a la recuperación. Así, pudieron comprobar cia científica sugiere que el córtex cingulado
que Gage se había convertido en un hombre con anterior, que presenta un papel relevante en
una personalidad completamente opuesta a como el procesamiento de los estímulos afectivos
era antes, tornándose irrespetuoso, irresponsable, dolorosos (como la sensación de desagrado
carente de respeto por las normas sociales, im- que acompaña a un daño tisular), no varía del
paciente y caprichoso24. Estudios posteriores han todo su función en pacientes con una lesión
Neuropsicología de las conductas agresivas: aportaciones a la criminología 179
en esta zona del cerebro en comparación con evaluación del valor emocional de una situa-
pacientes sanos. Según sus respuestas, sien- ción a la que se enfrenta el sujeto, que ser-
ten aun malestar y sufren las consecuencias virá de guía en la toma de decisiones a nivel
de los estímulos afectivos, aunque los repor- comportamental4.
tan como menos angustiosos o molestos6.
• Lesiones en la amígdala: involucrada en una No obstante, aunque la investigación sobre in-
variedad de comportamientos emocionales dividuos que han sufrido lesiones traumáticas es
entre los que encontramos la agresión, pue- de vital importancia para nuestra comprensión
de influir en la probabilidad de que ciertos de los sustratos neuronales del comportamiento
eventos de importancia a nivel afectivo se agresivo y, o violento, existen diversas limitaciones
activen a atencionalmente y alcancen el nivel en los estudios de lesiones cerebrales tales como
de consciencia. Un mal funcionamiento de la el que no se haya podido controlar por variables
amígdala puede provocar un aumento de los como la historia previa de comportamiento agre-
sentimientos de miedo o agresión en el su- sivo o violento, el estado socioeconómico, la esta-
jeto, incluso sin explicación alguna4. Un caso bilidad del empleo o el abuso de sustancias6.
histórico sobre este tipo de lesiones fue el
de Charles Whitman, estudiante ejemplar de DISCUSIÓN
25 años, Eagle Scout y miembro de la Mari-
na, que comenzó a sufrir fuertes dolores de En esta revisión hemos podido constatar cómo di-
cabeza, pensamientos perturbadores y com- versos estudios afirman la importancia de factores
pulsión por la escritura4. Su cambio de com- neuropsicológicos subyacentes en el comporta-
portamiento drástico llegó hasta el punto en miento agresivo. Los individuos con alteraciones
que perdió su beca de estudios, comenzó estructurales o funcionales en el sistema regulador
a golpear a su pareja y confesó al psicólo- emocional podrían manifestar comportamientos
go de su universidad que estaba preocupado descontrolados y dominados por la ira, debiéndose
porque cada vez tenía mayores deseos de, esto a un estilo de respuesta controlado por la es-
según refería, “coger un rifle y comenzar a timulación externa y una interpretación incorrecta
disparar a gente”. Dos semanas después de de la información recibida como amenazante1. A pe-
esta confesión, Whitman asesinó a su mujer sar de esto, sus capacidades de inteligencia general,
y a su madre (dejando notas que expresa- razonamiento lógico y comportamiento declarativo
ban su desconocimiento del motivo por el de normas morales y sociales suelen encontrarse
que hacía esto) y disparó desde una azotea intactas1. Personas característicamente impulsivas,
del campus de su universidad acabando con han mostrado respuestas elevadas del sistema me-
la vida de 14 personas. En su autopsia se re- diador de RAR y, o reducida actividad reguladora de
veló algo sorprendente: un glioblastoma en la corteza prefrontal. El aumento de la capacidad
la región hipotalámica de su cerebro esta- de respuesta del sistema genera un riesgo mayor de
ba comprimiendo la amígdala, lo cual causa- agresión reactiva en el sujeto2.
ba una sobreestimulación de la misma4. Por
casos como este, sabemos que, así como la En cuanto a las lesiones cerebrales, podemos
sobreestimulación de la amígdala puede dar decir que existen numerosos casos en los que una
lugar a conductas violentas e incontrolables, lesión cerebral ha cambiado la forma de actuar de
las lesiones en esta misma región afectan, las personas, en algunas ocasiones, incrementan-
además, en el significado que se le aportan do su agresividad. Aunque también hay que tener
a los recuerdos y a las acciones, es decir, la en cuenta que las lesiones cerebrales no implican
reacción ante eventos emocionales conoci- siempre esta consecuencia y que, en todo caso,
dos. Esto se debe a que la amígdala trabaja ésta se va a relacionar con la zona afectada del ce-
en la percepción y consolidación de memo- rebro. En este sentido, córtex prefrontal y amíg-
rias con carga emocional y, por tanto, en la dala son las dos estructuras más habitualmente
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relacionadas con la aparición de conductas agre- Igualmente, es necesario tener en cuenta que la
sivas tras su lesión4. Sin embargo, se debe se- neuropsicología de la violencia aporta únicamente
guir profundizando en su implicación concreta, un ángulo complementario desde el que poder es-
pues no todas las regiones prefrontales se aso- tudiar la criminalidad. Este debe integrarse dentro
cian por igual al comportamiento agresivo y, por de una red lógica cuya complejidad brindará la in-
ejemplo, la amígdala se divide en diferentes sec- formación completa de los fenómenos a estudiar.
ciones funcionales, por lo que diferentes lesiones Con esto queremos remarcar que no se debe redu-
en la amígdala pueden relacionarse con diferentes cir el comportamiento agresivo al funcionamiento
consecuencias4. del cerebro, como ya hemos mencionado a lo lar-
go del trabajo, pero que este puede aportar infor-
La criminología como ciencia busca la compren- mación muy relevante acerca de la regulación de
sión del delito, el delincuente y las motivaciones los actos en determinadas condiciones. Pretender
que llevan a este a cometer los hechos delictivos comprender el comportamiento humano única-
en concreto, la víctima y los controles sociales, de mente a través de la actividad del sistema nervioso
manera que, comprendiendo el porqué del delito se puede ser tan limitado como hacerlo únicamente a
pueda mediar en su comisión y en sus repercusio- través de las influencias ambientales. En la integra-
nes25. Los hallazgos reportados en esta revisión son ción de ambos modelos creemos que está la clave.
de gran importancia para la criminología tanto a ni-
vel teórico como práctico pues, históricamente, los Las condiciones individuales de tipo social
paradigmas que han guiado la práctica de la crimi- como son el haber sufrido abuso durante la infan-
nología han girado en torno a los modelos socioló- cia, violencia, inestabilidad familiar, pobreza, ca-
gicos y jurídicos particularmente. De esta manera rencia afectiva, abuso de sustancias paternal, etc.
se han podido pasar por alto esta serie de interco- son predictores de la violencia en los sujetos pues
nexiones que producen y reproducen la criminali- influyen en del desarrollo del sistema nervioso, au-
dad, cerrando la puerta al conocimiento del delito mentando la probabilidad de presentar respuestas
en su totalidad dentro de su naturaleza multidimen- de este tipo25. Según Bufkin y Luttrell6, la evidencia
sional. Dentro de los intentos de expansión de la que aporta la neuropsicología sobre las conductas
imagen del crimen mediante la integración teórica violentas legitima aún más el tipo de prevención
se hace un énfasis general centrado en los paradig- que promueven los defensores del paradigma so-
mas dominantes antes mencionados, en lugar de ciológico6. Gracias a los avances de la neurocien-
una estrategia más amplia en la que se incluya, por cia actual, hoy día tenemos suficiente evidencia de
ejemplo, la neuropsicología de la violencia6. que todas las experiencias a las que se expone una
persona a lo largo de su vida, especialmente du-
Como se recoge en la obra de Redondo-Illescas rante la infancia y la adolescencia, tienen una re-
y Garrido-Genovés25, las investigaciones de las úl- percusión en su comportamiento, no solo a través
timas décadas en criminología, principalmente es- del aprendizaje de determinadas maneras de ac-
tudios longitudinales que observaban la infancia tuar, sino también en su biología y en la configura-
y la adolescencia de jóvenes que acabarían mos- ción de su sistema nervioso.
trando comportamientos inadecuados, han de-
terminado que existen ciertos factores que, sin Además de ayudar en la creación de modelos de
predecir la comisión de hechos delictivos, mues- prevención por parte de la criminología, el estudio
tran una probabilidad mayor en el sujeto para co- de las estructuras neurológicas que median la vio-
meterlos. A estos se los conoce como factores de lencia contribuirá a la mejora de políticas criminales
riesgo. En general, se ha podido comprobar la in- y al sistema de justicia centrado en la reeducación y
fluencia de ciertas características familiares e in- la resocialización de los individuos. La información
dividuales. Sin embargo, los estudios dedicados teórica aportada será de ayuda en la estructuración
al influjo criminológico de los factores biológicos de programas adaptados a cada individuo, de pre-
son aún escasos25. vención de reincidencia y reinserción social.
Neuropsicología de las conductas agresivas: aportaciones a la criminología 181
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