Teorias Explicativas y Modelos Preventivos PDF

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CUADERNOS DE

ARTÍCULO
MEDICINA PSICOSOMÁTICA Y PSIQUIATRÍA DE ENLACE

Teorías Explicativas y Modelos Preventivos de la


Conducta Antisocial en Adolescentes

E. Navas Collado1, J.J. Muñoz García2

Resumen

Existe un amplio consenso entre los investigadores y el público en general acerca de la natu-
raleza multicausal de la conducta antisocial. Pese a esto, comprender el fenómeno de la violen-
cia que afecta a niños y adolescentes es, hasta ahora, una difícil tarea para investigadores y
profesionales. Esta revisión intenta ofrecer una visión global de las principales teorías explicati-
vas y modelos preventivos de la conducta antisocial en adolescentes.
Las teorías explicativas están representadas por los modelos psicobiológicos, las teorías del
aprendizaje, las aproximaciones del desarrollo socio-cognitivo y las teorías sociológicas.
Además, en los últimos años, aparecen modelos integradores de las diferentes aproximaciones.
Por otro lado, los modelos preventivos se basan en actuaciones antes y después de que aparezca
el comportamiento antisocial. Finalmente, se discuten las implicaciones preventivas para la
población adolescente de la revisión realizada.

Palabras clave: Conducta antisocial. Teorías explicativas. Modelos Preventivos. Adolescentes.

Summary

There is widespread agreement among researchers and the general public as to the multicau-
sal nature of antisocial behavior. In spite this, understanding the phenomenon of violence affec-
ting children and adolescents is still a difficult task for researchers and professionals. This
review tries to offer a global vision of the principal explanatory theories and preventive models
about antisocial behavior in adolescents.
The explanatory theories are represented by the psychobiological models, learning theories,
social-cognitive development approximations and the sociological theories. Also, in the last

1
Departamento de Personalidad, Evaluación y Trata-
mientos Psicológicos I. Facultad de Psicología. Universi-
dad Complutense de Madrid.
2
Servicio de Psiquiatría. Hospital Divino Vallés. Burgos.
Correspondencia: Dr. Juan Jesús Muñoz García
Servicio de Psiquiatría. Hospital Divino Vallés
Ctra. de Santander, s/n
09006 BURGOS
E-mail: [email protected]
[email protected]

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years, we can found integrative models of the different approaches. On the other hand, preven-
tive models are based on performances before and after that appear the antisocial behavior.
Finally, the preventive implications for the adolescent population of this revision are discussed.

Key words: Antisocial behavior. Explanatory theories. Preventive models. Adolescents.

INTRODUCCIÓN gran, constituyen los aspectos más relevantes a


tener en cuenta como base de cualquier investi-
Las teorías explicativas en torno a las conduc- gación psicológica, encaminada a la prevención
tas antisociales y/o delincuencia intentan buscar de las conductas antisociales. Además, se refle-
la causalidad de su aparición y posterior mante- jan distintos programas predelictivos (anterior al
nimiento. Unas teorías pueden ser más interesan- ejercicio de conductas antisociales) y una des-
tes que otras, incluso algunas pueden parecer cripción de la intervención postdelictiva, que
realmente convincentes frente a otras claramente tiene lugar cuando el joven ha tomado contacto
desechables, pero todas han de ser valoradas en con la policía o con los juzgados.
su justa medida de acuerdo a una adecuada com-
prensión de la génesis delictiva. El intentar pre-
venir las conductas antisociales no es más que TEORÍAS EXPLICATIVAS DE LA
tomar medidas o actuar de acuerdo a un intento CONDUCTA ANTISOCIAL
de reducir o evitar la aparición de dichas conduc- En este apartado, se describen de forma breve
tas, así como los problemas derivados. De forma y concisa aquellas teorías que han tenido mayor
genérica, se considera la existencia de tres for- trascendencia en la investigación existente y que,
mas distintas de prevención: a) primaria (actua- en mayor o menor medida, tienen importancia
ciones puestas en funcionamiento antes de que para la comprensión de los modelos de interven-
aparezcan las conductas problemáticas), b) ción existentes.
secundaria (se lleva a cabo después de la apari-
ción de marcadores de riesgo en población objeto Teorías clásicas de la delincuencia
de intervención), c) terciaria (sería la encaminada
a detener la expansión y consolidación de las Teorías psicobiológicas
conductas problemáticas así como sus conse- Los defensores de estas teorías tratan de ex-
cuencias). plicar la conducta antisocial en función de ano-
En concreto, para la prevención de la con- malías o disfunciones orgánicas, en la creencia
ducta antisocial y/o delincuencia, ha habido una de que son algo orgánico o factores internos del
evolución notable que ha hecho cambiar radical- individuo, los que concurren en algunas personas
mente el punto de vista predominante. Se ha y llevan a una predisposición congénita para la
pasado de la visión de los años 70 marcada por el comisión de la delincuencia (Pérez, 1984).
pesimismo y desazón (Martinson, 1974; Wright y Dentro de esta teoría se encuadraría la tesis clá-
Dixon, 1977), a una percepción en la época ac- sica de Lombroso (1911) sobre la base de sus
tual considerable en términos de un optimismo estudios biológicos y antropomórficos realizados
reservado (Lösel, 1995; Mulvey, Arthur y Reppucci, con presidiarios, en la que expone que el delin-
1993; Palmer, 1991). cuente era una especie de ser atávico, que repro-
En este artículo, se presentan, resumidamente, duce en su persona los instintos feroces de la
aquellas teorías explicativas relevantes para la humanidad primitiva y los animales inferiores,
comprensión de la génesis y/o mantenimiento de marcado por una serie de anomalías cerebrales y
las conductas antisociales, enfatizando especial- corporales (mandíbula prominente, pómulos an-
mente en las psicosociales. Los factores que inte- chos, orejas grandes, etc.); junto con una insensi-

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bilidad moral, precocidad antisocial, vanidad, Eysenck (1977) amplía su teoría con la dimen-
imprevisión e incorregibilidad. En esta línea, sión de psicoticismo (insociabilidad, despreocu-
Ferri (1928; citado en Pérez-Llantada y Gu- pación, hostilidad, impulsividad y búsqueda de
tiérrez, 1979) estableció su Ley de saturación cri- estimulación), que sería el mecanismo causal de
minal, según la cual el nivel de criminalidad la psicopatía primaria, mientras que una alta
viene determinado cada año por las diferentes extraversión y un alto neuroticismo serían los
condiciones del medio físico y social, combinado responsables de la psicopatía secundaria (delin-
con las tendencias congénitas y con los impulsos cuencia).
ocasionales de los individuos. Dentro de la con- Como conclusión de esta teoría, resultaría por
cepción psicobiológica, destaca la teoría de la un lado la carga genética y hereditaria así como
conducta antisocial de Eysenck (1976), que se la importancia concedida al medio ambiente en
fundamentan en su propia teoría de la personali- combinación con la predisposición genética en el
dad. Eysenck (1981), en su teoría de la “condi- desencadenamiento de la delincuencia y, por
cionabilidad del delincuente”, entiende que el com- tanto, será necesario actuar sobre él para la pre-
portamiento se adquiere por aprendizaje (donde vención y el tratamiento de la delincuencia
interviene el sistema nervioso central) y por con- (Sancha, Clemente, Tobal, 1987). Estudios poste-
dicionamiento (regido por el sistema nervioso riores en España intentan confirmar la teoría de
autónomo). En este sentido, un comportamiento Eysenck, encontrando que la variable psicoti-
antisocial obedece a un aprendizaje deficiente de cismo (muy relacionada con la necesidad de esti-
las normas sociales en forma condicionada y mulación) aparece más asociada al delito que la
reconoce, por un lado, la importancia del sistema variable extraversión, y que la variable neuroti-
nervioso heredado por la persona, distinguiendo cismo no tiene relación con la delincuencia
varios tipos de personalidad, desde la introver- (Carrillo y Pinillos, 1983; Pérez, 1984; Pérez,
sión (personas reservadas, tranquilas, pacientes y Amado, Ortet, Pla y Simo, 1984; Valverde, 1988).
fiables) a la extraversión (seres sociables, excita- Además, Pérez (1984) encuentra que personas
bles, impulsivos, despreocupados, impacientes y que tuvieran una alta necesidad de estimulación,
agresivos), siendo las personas extrovertidas más junto con poca susceptibilidad al castigo (perso-
difíciles de condicionar que las introvertidas. Por nas extravertidas tal y como indican Eysenck,
otro lado, destaca la calidad del condiciona- 1976; Lym y Eysenck, 1961; Schallin, 1971; Ba-
miento recibido en su ambiente familiar. De esto rnes, 1975) serían más susceptibles de cometer
se deduce que la suma de los dos factores, forma conductas antisociales. No obstante, García-Se-
la personalidad al término de la primera infancia, villa (1985) concede mayor importancia a la baja
y según el grado de introversión-extraversión en susceptibilidad al castigo, puesto que la necesi-
la que se encuentre la persona, quedará determi- dad de estimulación sería una consecuencia de
nada la propensión de la misma al delito (Lamnek, una baja sensibilidad al castigo.
1987). Junto a esta dimensión, Eysenck (1981) Otras investigaciones biológicas están rela-
propone que el neuroticismo (preocupación, ines- cionadas con la herencia y genética. Echeburúa
tabilidad emocional y ansiedad) también jugaría (1991) recoge un intento de determinar si la
un importante papel en la conducta delictiva ya herencia es una parte importante en la inducción
que actuaría como impulso, multiplicando los há- al crimen. Buscó similitudes en los comporta-
bitos que existen antisociales o socializados de mientos de individuos que estaban genéticamente
los extravertidos o introvertidos. Así, un alto relacionados unos con otros (propósito del gene-
grado de neuroticismo en los extravertidos refor- ral pedigree or family studies), encontrándose
zaría su conducta antisocial, mientras que en los poco a favor de que existan familias con una
introvertidos contribuiría a su mejor socializa- herencia genética común y determinadas para el
ción. Finalmente, ante la evidencia de la existen- crimen. Estudios con cromosomas sexuales, par-
cia de delincuentes caracterizados por la baja tiendo de la notación cromosómica XY para el
emotividad y carentes de culpabilidad (Hare, hombre y XX para las mujeres, encuentran una
1970; Hare y Cox, 1978) (psicópatas primarios), excesiva presencia de la anomalía cromosómica

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XYY (Jacobs, Brunton, Melville, Brittain y Mc- dida, bien sea basándose en el condicionamiento
Clemont, 1965). Con estos resultados se supone clásico, el operante o el aprendizaje vicario. El
errónea la creencia popular de unos individuos condicionamiento clásico ha sido utilizado por
psicópatas supermasculinos, cuya característica Eysenck (1977, 1983) explicando cómo el niño
más destacable era su extremada violencia. En es castigado a lo largo de su infancia por padres,
cualquier caso, aunque los comportamientos vio- y maestros, lo que actuaría como estímulo incon-
lentos son más claramente numerosos en los dicionado (EI); el acto antisocial castigado como
individuos XYY en comparación con XY de la estímulo condicionado (EC) y el resultado de
misma edad, peso, inteligencia y clase social, sus miedo, ansiedad y culpa como respuestas incon-
delitos son triviales (Witkin, Mednik, Schul- dicionadas. Mediante los sucesivos apareamien-
singer, Bakkestrom, Christiansen et al., 1977). tos EI-EC, el niño va siendo condicionado a expe-
Rutter, Giller y Hagell (2000) recogen que la pre- rimentar miedo y ansiedad ante los actos antiso-
sencia de XYY no causaría directamente la delin- ciales, constituyendo estas respuestas condicionadas
cuencia, sino que junto a otros factores incrementa su conciencia, que actuará como un poderoso
la posibilidad de ejercer conductas antisociales. disuasor de la ejecución de tales actos.
Un gran eco tuvieron los estudios sobre ge- Otros autores, entre los que se situaría en gran
melos y adopción partiendo de la comparación medida Jeffery (1965, 1977), se han centrado en
entre gemelos monozigóticos (procedentes del el condicionamiento operante para explicar el
mismo óvulo y que comparten el 100% de los moldeamiento y mantenimiento de la conducta
genes) con gemelos dizigóticos o fraternos (pro- delictiva mediante refuerzo diferencial. Parten de
cedentes de dos óvulos distintos y que comparten que el comportamiento delictivo es reforzado
el 50% de sus genes). Lange (1929) encontró un tanto por reforzadores positivos como mediante
77% de concordancia en la criminalidad de reforzamiento negativo. Según Borrill (1983), los
gemelos monozigoticos y un 12% para los dizi- refuerzos positivos serían las ganancias materia-
goto. Christiansen (1968) estudió 3.568 pares de les derivadas del acto delictivo y la aceptación y
daneses nacidos entre 1881 y 1910, encontrando prestigio dentro de un grupo de referencia. Según
que el 52% de los gemelos idénticos (monozigó- García y Sancha (1985), el reforzamiento nega-
ticos) tenían el mismo grado de conducta delic- tivo explicaría muchos comportamientos delicti-
tiva registrada, mientras que sólo el 22% de los vos asociados con una reducción de estados de
gemelos dizigóticos alcanzaban similares grados ansiedad y frustración tales como, delitos sexua-
de delincuencia. Pero las limitaciones de estos les y contra las personas y los asaltos a farmacias
estudios con gemelos radican en la dificultad en busca de estupefacientes. Según Sancha y
para separar causas genéticas y ambientales. Para Miguel Tobal (1985), la actuación conjunta de
superar estas limitaciones, los estudios con hijos ambos reforzamientos (positivo y negativo) hace
adoptivos separan más adecuadamente las causas que este tipo de conductas sean sumamente resis-
genéticas y ambientales. En esta línea, Crowe tentes a la extinción, unido al hecho de que la
(1974) encuentra un incremento significativo de detención y el arresto se producen de forma in-
la criminalidad en jóvenes adoptados que tenían termitente, dando lugar a un programa de refor-
madres biológicas criminales. Estos y otros zamiento parcial.
datos, encuentran que la influencia genética apa- Por otra parte, la teoría del aprendizaje social,
rece menos en los estudios de hijos adoptivos cuyo principal exponente fue Bandura (1987),
que en los de gemelos, apoyando a la genética en explica la conducta humana como la interacción
la génesis de la conducta antisocial (Bock y recíproca y continua entre los determinantes cog-
Goode, 1996; Carey y Goldman, 1997; Miles y nitivos, comportamentales y ambientales. García
Carey, 1997). y Sancha (1985) exponen que la observación de
modelos incide sobre el joven en la adquisición
Teorías del aprendizaje de hábitos de comportamiento generales y parti-
Las teorías del aprendizaje explican el com- culares (agresión), normas y juicios morales, y en
portamiento delictivo como una conducta apren- el autocontrol (entendiendo éste como la capaci-

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dad de tolerar la demora de la recompensa, la ducta situacional, tanto a corto como a largo
posibilidad de renunciar al refuerzo inmediato en plazo), situando la comprensión de la moralidad
vistas a lograr metas a largo plazo y el empleo de y la justicia en la adolescencia. De aquí que la
autorrefuerzos y autocastigos). Siguiendo esta detención en el desarrollo moral en la edad de los
línea, Bandura y Walters (1988) intentan explicar 13 años, debido a la existencia de un ambiente
la conducta antisocial desde los principios del social y físico inadecuado para poder ponerse en
aprendizaje social, incidiendo en que el reforza- el lugar del otro, suponga el inicio de la delin-
miento vicario depende de las consecuencias que cuencia (Finckenauer, 1984; Scharf, 1978). A
para el modelo tiene su conducta. Si el modelo es partir de estas investigaciones, Hoffman (1984),
recompensado o si el comportamiento es muy afirma que la aparición de conductas antisociales
valorado por el grupo, se generan en el observa- está relacionada con la insatisfacción de ciertas
dor unas expectativas de obtener recompensas necesidades del chico (seguridad, conocimiento
semejantes al llevar a cabo la conducta, pero de las fronteras de control, dependencia con otros
cuando es castigado, el observador tenderá a de- y desarrollo de competencias a través de expe-
valuar tanto al modelo como al comportamiento. riencias de éxito en la manipulación del am-
Por tanto, las más altas tasas de conducta agre- biente) y con la imposibilidad de llevar a cabo
siva, se han encontrado en ambientes en que ciertas tareas de desarrollo (adquirir conductas
abundan los modelos agresivos y donde la agre- socialmente responsables, preparación para un
sividad es altamente valorada. El problema surge futuro, etc.).
cuando los modelos de agresión se pueden
encontrar en la familia y la subcultura, y de Teorías sociológicas en la explicación de la
forma simbólica en cine y televisión estando, por delincuencia
tanto, al alcance de los jóvenes (Belson, 1978; Teorías de la socialización deficiente
Howe, 1977).
Este grupo de teorías intentan explicar la de-
La aparición de la delincuencia según la teoría lincuencia a través de la deficiente socialización
del desarrollo cognitivo-social o moral de los individuos, y cómo la familia, la escuela, la
Piaget (1932) mantuvo que los niños comien- comunidad y las amistades favorecen o interfieren
zan a aprender las reglas morales de los adultos, este proceso (Hassemer y Muñoz- Conde, 2001).
distinguiendo, en primer lugar, un período tem- De la escuela sociológica francesa, el primer
prano de autocentrado (período egocéntrico), que autor en hacer estudio y análisis de las estadísti-
luego era seguido de dos etapas: a) realismo cas criminales fue Quételey (citado en Garrido,
moral, donde el juicio moral del niño está domi- Stangeland y Redondo, 1999), al formular que la
nado por los adultos, y lo bueno es referido en toma de conciencia de las personas de las desi-
término de obediencia a los roles paternos, eva- gualdades sociales, da lugar a sentimientos de
luando sus actos con relación a la exacta confor- injusticia y resentimiento y esto puede contribuir
midad con las reglas establecidas (normas exter- al delito en la clase pobre urbana. Por tanto, la
nas; así como, b) relativismo moral donde existe sociedad prepara criminales y los culpables son
cooperación, reciprocidad y autonomía moral. los instrumentos que los ejecutan.
Aquí, el niño internaliza las leyes y luego emite Posteriormente, la escuela de Chicago y sus
juicios. A partir de esta idea, según Finckenauer teorías ecológicas, relacionan el fenómeno crimi-
(1984), para Piaget el desarrollo inadecuado de la nal con la estructura social en la que se desen-
etapa del relativismo moral, implica una pertur- vuelve y en función del ambiente que la rodea
bación en el proceso de socialización que con- (Moliné y Larrauri, 2001). La idea central fue “la
lleva la conducta delictiva. hipótesis zonal”, realizada por Burgess (1925),
La investigación llevada a cabo por Kohlberg que divide a la ciudad de Chicago en cinco zonas
(1958) sugiere que las ideas en torno a la socie- concéntricas: la zona 1, o distrito central de nego-
dad progresan a través de etapas morales (un cios (zona interior); la zona 2, que es la “zona de
esquema cognitivo que se relaciona a una con- transición” que está deteriorada y aparecen fábri-

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cas y suburbios; la zona 3. donde vive la gente ducta delictiva, al igual que cualquier otro com-
trabajadora; las zonas 4 y 5 corresponden a zonas portamiento, se aprende en un proceso de comu-
residenciales y suburbanas. Por ello, este autor nicación con otras personas y dicho proceso de
demostró que ciertas zonas de la ciudad arroja- aprendizaje se produce al margen de la influencia
ban delincuentes, sobre todo la zona de transi- de los medios de comunicación (prensa y radio)
ción donde había grandes problemas de integra- impersonales. Para que un individuo se convierta
ción. Otros autores como Shaw y McKay (1942) en delincuente, no basta con que haya estado en
al estudiar las estadísticas del Tribunal Tutelar de contacto con pautas de comportamiento delictivo,
Menores de Chicago, encuentran que la mayoría sino que es necesario un exceso de dichos contac-
de los menores delincuentes residían en un sector tos en relación con los no delictivos.
urbano particular (zona delincuencial con dete-
rioro físico, superpoblación, proximidad a zonas Teorías de la estructura social defectuosa
industriales...) que favorecía actitudes a favor del Una de las teorías más importantes recogidas
delito mantenidas por la comunidad social, el en este apartado es la de la anomia. Durkheim
vecindario y la familia. (1995) se considera pionero en el concepto de
Siguiendo esta línea argumental, surge la teo- anomia referido al delito, aunque no completó su
ría clásica de las subculturas representada por teoría. Para el autor la anomia expresa las crisis,
Cohen (1955), que muestra como la mayoría de perturbaciones de orden colectivo y desmorona-
los problemas de adaptación se solucionan de miento de las normas y valores vigentes en una
forma normal, pero en algunos casos, las perso- sociedad, como consecuencia de un cambio
nas eligen soluciones desviadas, basándose en social producido de forma súbita, llevando a los
los grupos de referencia. Por tanto, un joven en sujetos al inconformismo, al crimen, la destruc-
conflicto o inadaptado puede optar por tres alter- ción y el suicidio. Posteriormente, Merton (1980)
nativas: revisa y amplía la teoría de la anomia propo-
 Incorporarse al ámbito cultural de los jóve- niendo dos proposiciones básicas:
nes de clase media, aunque suponga competir en
 Las contradicciones de la estructura cultural
inferioridad de condiciones.
(objetivos o metas) y la estructura social (medios
 Integrarse en la cultura de otros jóvenes de institucionalizados), producen una tendencia a la
la calle renunciando a sus aspiraciones. anomia en la sociedad que afecta en particular a
 Integrarse en una subcultura delincuente la clase baja.
creada por jóvenes que se encuentran en la mis-  Existen cinco respuestas individuales típi-
ma situación social y en la que encuentran valo- cas de la adaptación que son la conformidad, la
res antisociales y normas propias, al margen de la innovación, el ritualismo, el retraimiento y la
sociedad imperante, en donde se encuentran más rebelión. Excepto la primera, las demás son tipos
cómodos para la supervivencia. de conducta desviada (no necesariamente delin-
Hasta ahora se han explicado algunas teorías cuentes).
explicativas de la delincuencia como socializa- Por tanto, se deduce que la clase baja tendría
ción deficiente, pero ¿cuáles son los mecanismos menos oportunidades de conseguir sus objetivos
de transmisión de las pautas de conducta antiso- por vía legal, desarrollando conductas desviadas.
cial? Hay dos teorías importantes: la del contagio Otra teoría destacable sería la del control o
social y la teoría de la asociación diferencial. La arraigo social propuesta por Hirschi (1960), que a
teoría del contagio social fue propuesta por Park grandes rasgos viene a decir que la sociedad se
(1925) y tiene la misma connotación negativa esfuerza en presionar a sus miembros con mode-
que “malas compañías”, refiriéndose a las conse- los de conformidad, pero las personas que care-
cuencias negativas de la concentración de indivi- cen de vínculos sociales están predispuestas a
duos con tendencias similares en una determi- delinquir, en comparación con aquéllas que tienen
nada zona. La teoría de la asociación diferencial gran arraigo social. La familia y la escuela son los
(Sutherland y Cressey, 1966) propone que la con- dos sistemas convencionales de control social.

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Por otro lado, la teoría de la tensión o frustra- teracción entre el individuo y el ambiente, que él
ción sostiene que las relaciones negativas, los divide en cuatro etapas:
estímulos nocivos y los sucesos vitales estresan-
tes pueden desencadenar furia y frustración hasta  En la primera etapa, se sugiere que la moti-
llegar al punto del crimen o la delincuencia. vación o el deseo de bienes materiales, de presti-
Distingue tres tipos de frustración: 1) como con- gio social y de búsqueda de excitación producen
secuencia de un fallo en el logro de metas se pro- actos delictivos.
duce una gran tensión, 2) como resultado del  En la segunda etapa se busca el método legal
rechazo o la eliminación de logros positivos e ilegal de satisfacer los deseos. La relativa inca-
anteriormente alcanzados, 3) producida por la pacidad de los jóvenes pobres para alcanzar metas
exposición a estímulos negativos (p.e. ser ridicu- u objetivos mediante métodos legítimos puede ser,
lizado por los compañeros). Por tanto, el com- en parte, porque tienden a faltar a la escuela y, por
portamiento desviado sería una solución a la tanto, encuentran empleos de bajo nivel.
frustración que algunas personas utilizan para  En la tercera etapa, la motivación para
conseguir sus logros o evitar estímulos nocivos. cometer actos delictivos se magnifica o dismi-
Para finalizar, destacar la teoría del autocon- nuye por las creencias y actitudes interiorizadas
trol recogida por Gottfredson y Hirschi (1990), sobre el significado de infringir la ley, desarrolla-
que expone que la mejor manera de que la gente das a partir de la historia de refuerzos y castigos.
se resista a cometer delitos y a renunciar a las
satisfacciones inmediatas es tener autocontrol,  La cuarta etapa supone que los factores si-
siendo definido como un rasgo individual que tuacionales (costes y beneficios) serán los que
explica las variaciones en la probabilidad de ser lleven a cometer los delitos.
atraídos por semejantes actos. Por tanto, cuando A modo de conclusión, el autor señala que la
el camino hacia la delincuencia se inicia a edades delincuencia alcanza su cota máxima entre los 14
tempranas, depende de cómo haya sido inculcado y los 20 años, porque los chicos (de clase baja
por los padres en los primeros años de la niñez. que abandonan la escuela) tienen fuertes deseos
de excitación, cosas materiales, status y pocas
Teorías integradoras posibilidades de satisfacerlos; por el contrario,
Como ya se ha expuesto, han sido muchas las después de los 20 años, los deseos se atenúan o
teorías que han tratado de explicar el porqué de se vuelven realistas, disminuyendo la conducta
la delincuencia. Se han argumentado teorías bio- antisocial.
lógicas, psicológicas y sociales, pero ninguna ha
explicado satisfactoriamente la conducta antiso- PREVENCIÓN Y REHABILITACIÓN DE
cial en los jóvenes. De aquí surge la necesidad de LA CONDUCTA ANTISOCIAL
teorías integradoras que según Moliné y Larrauri
(2001), requieren establecer factores asociados a En las últimas décadas ha tenido lugar un cam-
la delincuencia, pudiendo parecer que un fenó- bio hacia el optimismo, en cuanto a lo que se
meno delictivo aparezca asociado a factores de puede lograr mediante intervenciones para preve-
diversas teorías. Una de las teorías integradoras nir o reducir la delincuencia (Mulvey et al., 1993;
más relevantes en el estudio de la conducta anti- Palmer, 1991). Este cambio, parece derivarse de
social, fue la propuesta por Farrington (citado en los nuevos análisis más sistemáticos, complejos y
Farrington, Ohlin y Wilson, 1986) que integra cuantitativos de antiguos modelos de prevención,
aspectos vistos en otras teorías, como la teoría de relacionándose con los nuevos avances en la com-
las subculturas de Cohen, la teoría del control de prensión de los procesos causales que subyacen a
Hirschi, la teoría de la asociación diferencial de la conducta antisocial (Rutter et al., 2000). Las
Sutherland, la teoría de la desigualdad de oportu- antiguas ideas, de que los orígenes de la delincuen-
nidades de Cloward y Ohlin y la teoría del apren- cia se podían reducir a un mecanismo básico, se
dizaje social de Trasler. Según Farrington (1986) han desvanecido con los nuevos hallazgos empíri-
los delitos se producen mediante procesos de in- cos comentados en el apartado de factores de

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riesgo de la conducta antisocial. Pero es necesaria con el objetivo de mejorar el desarrollo cognitivo
cierta combinación de factores de riesgo (ambien- de los niños y su rendimiento escolar. Además, el
tales e individuales) como esquema causal de los centro de atención suele consistir en un aprendizaje
procesos que conducen a la delincuencia. activo, junto con el fomento de la independencia
Según Rutter et al. (2000), esta cadena causal de los niños, el desarrollo de la autoestima, la ense-
requiere empezar por una propensión del indivi- ñanza de resolución de problemas, la persistencia
duo de cometer delitos, propensión que queda en tareas, la buena integración hogar-escuela con
relegada a los factores de riesgo individuales, clases pequeñas, así como con profesores forma-
tanto de corte psicológico (impulsividad, agresivi- dos y supervisados (modelo de Proyecto Perry
dad, trastornos psicológicos, procesamiento de la High/Scope comentado posteriormente).
información, solución de problemas, actitudes y
creencias) como de socialización (familia, escuela La mejora de la crianza en familias de alto
y grupo de iguales). Más allá de las diferencias riesgo
individuales, existen situaciones que desencade- Tremblay y Craig (1995) muestran que la pre-
nan ciertas emociones negativas, tales como la ira vención en la primera infancia para mejorar la
y la frustración, ya que el contexto no proporciona crianza en grupos de alto riesgo (p.e.: niños con
los medios necesarios para la consecución de las bajo peso al nacer) es fundamental. Típicamente,
metas o necesidades de la persona (ver teorías las niñeras que visitan las casas proporcionan
explicativas sociológicas). Además, el que tengan una guía sobre el desarrollo del niño, los cuida-
lugar o no actividades antisociales, se verá dos en el hogar y las pautas de crianza en parti-
influido en la medida que la situación social pro- cular. Los hallazgos muestran beneficios sustan-
porcione presión para llevarla a cabo (consumo de ciales en la prevención del maltrato infantil, la
drogas, testimonios de actos antisociales anterio- negligencia en los niños, la mejora del desarrollo
res, modelos de conducta antisocial de su grupo de cognitivo y la reducción de las dificultades de
amigos) o, por el contrario, para inhibir su apari- conducta. Las repercusiones son evidentes con
ción (apego familiar y escolar entre otros). respecto a la prevención de la delincuencia pos-
También, las oportunidades para delinquir son terior del niño. Un ejemplo de esto sería el Pro-
decisivas (objetivos accesibles, una falta de vigi- grama de la Universidad de Syracuse.
lancia, un tiempo sin supervisión y medios dispo-
nibles para la conducta antisocial) (Cohen, 1955). El tratamiento temprano de la conducta
A partir de los procesos causales que llevan a perturbadora
la comisión de actos antisociales surgen estrate-
Este tipo de intervención es diferente de los
gias preventivas y de intervención de la delincuen-
anteriores, debido a que se centra en la mejora de
cia. Se comentan, por un lado, las estrategias pre-
la conducta perturbadora en niños concretos
ventivas en la fase predelictiva y, por el otro, la
(Patterson, 1982; Kazdin, 1997; Webster-Stratton,
prevención e intervención en la fase postdelictiva.
1991), en vez de en el desarrollo psicosocial tem-
Estrategias preventivas en la fase predelictiva prano o en las pautas de crianza. Estos programas
enfatizan el uso del elogio para el comportamiento
La prevención predelictiva es aquélla que tiene adecuado, sanciones para la conducta inadecuada,
lugar antes de que intervengan la policía y los tri- negociación familiar y resolución de problemas.
bunales. Se trataría de un tipo de prevención pri- Los modelos más destacados son comentados a
maria cuyas estrategias van encaminadas a la continuación, tales como el Programa Webster-
educación preescolar, a la mejora de las capaci- Stratton (1984) o el del Centro de Aprendizaje
dades de crianza y al tratamiento temprano de la Social de Oregón (Patterson, Dishion y Bank,
conducta perturbadora. 1984; Patterson, Reid y Dishion, 1992).

La educación preescolar Las intervenciones en la escuela


La mayoría de estos programas se establecieron Los niños pasan gran parte de su vida de vigi-

C. Med. Psicosom, Nº 75 - 2005 29


lia en el colegio. Por ello, la escuela constituye Los niños asistían a clases especiales de dos
una organización social que ejerce un considera- horas y media al día durante 30 semanas y un
ble efecto sobre la conducta y los logros de los profesor visitaba sus casas un día a la semana. El
niños, para controlar los cambios que se produ- centro de atención se dedicaba al aprendizaje
cen en los chicos de una etapa escolar a la activo, el desarrollo de la autoestima, el fomento
siguiente (Maughan, 1994). Se trata, por tanto, de la independencia, la enseñanza de la resolu-
de mejorar la capacidad social del niño en el ción de problemas y la continuidad en las tareas.
medio escolar y reducir la conducta agresiva. En También se fomentaban las relaciones positivas
este sentido, la escolarización eficaz se caracte- con la familia, que los profesores estuvieran bien
riza por una dirección fuerte y positiva, expecta- formados y las clases fuesen poco numerosas.
tivas por parte de los alumnos, un seguimiento Los resultados del programa muestran que el
sistemático del progreso de los alumnos, uso grupo High/Scope, en comparación con uno con-
apropiado de recompensas y castigos, una ade- trol, tuvo menos arrestos (hasta los 27 años) que
cuada implicación de los padres en las activida- el grupo en el que no se realizó intervención;
des escolares de sus hijos y una atención en el siendo la diferencia más evidente en cuanto a
aprendizaje y enseñanza de alta calidad (Morti- delitos menores, arrestos relacionados con las
more, 1995). drogas e índices de embarazos adolescentes.
 Programas de mejora de la crianza en fami-
Las intervenciones multimodales lias de alto riesgo: una iniciativa de prevención
Muchas intervenciones han pasado de funda- con un seguimiento adecuado fue el programa de
mentarse en un solo elemento a tener un carácter la Universidad de Syracuse, que se centró en chi-
multifacético. Tratan de fortalecer los vínculos cas pobres embarazadas carentes de educación en
de los niños a su familia y a la escuela, vínculos el ámbito de escuela secundaria (Lally, Mangione
que comprenden afecto positivo hacia los demás, y Honig, 1988). El programa se basaba en hogares
compromiso y creencia en los valores sociales. y centros de día encaminados a fomentar la ini-
La intervención incluye enseñar a los chicos ciativa personal, el sentimiento de autoeficacia y
resolución de problemas sociales y cognitivos, la participación. Se utilizaron juegos sensoriales-
mejorar la comunicación, educar a los padres motores y de lenguaje para promover el desarro-
para que sepan comportarse con sus hijos, y ayu- llo cognitivo. Los resultados muestran que los
dar a los profesores a llevar la clase adecuada- primeros aumentos en CI no se mantenían, pero
mente. Sería una intervención en el ámbito fami- el índice de delincuencia disminuyó considera-
blemente.
liar, escolar y psicológico.
 Programas de tratamiento temprano de la
Algunos modelos teóricos preventivos y sus conducta perturbadora: los programas se han
ámbitos de aplicación basado en un período de edad entre los 3 y los 8
años aproximadamente. El trabajo pionero de
Se revisan los principales programas de pre-
Patterson y sus colegas en el Centro de Apren-
vención en función de los diferentes ámbitos en
dizaje Social de Oregón (Patterson et al., 1992).
donde se pretenda trabajar, ya sea en la escuela,
Estos autores insistieron en el valor del segui-
en la familia o en la comunidad. Los programas
miento de la conducta de los niños en casa, el
serían:
amplio uso del elogio para la conducta adecuada,
 Programas de educación preescolar: la in- sanciones sistemáticas por la conducta errónea y
tervención más citada en relación con la preven- la importancia de la negociación familiar cons-
ción de la delincuencia es el High/Scope Perry tructiva y de la resolución de problemas. Otro
Preschool Study, que destaca por centrar su aten- programa es el desarrollado por Webster-Stratton
ción en un grupo de familias de muy alto riesgo, (1991), que hace hincapié en los conflictos matri-
por la calidad de su programa, por su escaso moniales en las familias de los niños con proble-
índice de bajas y por la duración del seguimiento mas de comportamiento. Esta autora parte del
(hasta los 27 años) (Weikart y Schweinhart, 1992). modelo BASIC (una formación en capacidades

30 C. Med. Psicosom, Nº 75 - 2005


interpersonales para los progenitores que es crementar la conciencia del problema, mejorar el
básica), que se centraba en la manera de jugar del medio social de la escuela, establecer límites fir-
niño, el uso de la alabanza y las recompensas, el mes de la conducta adecuada, un grado aceptable
dominio del enfado, la comunicación, el control de seguimiento-vigilancia y una aplicación de
de la depresión y el dar y recibir apoyo. Además, sanciones no hostiles ni físicas por el incumpli-
para poder generalizar y aumentar la duración miento de normas.
del programa, se ayuda a los padres a contribuir a  Programas multimodales: como ha quedado
las capacidades escolares de sus hijos mediante patente, el modelo de Webster-Stratton es un pro-
apoyo con los deberes, se enseña a los niños grama multimodal, porque no se centra única-
capacidades sociales, resolución de problemas y mente en un ámbito de aplicación, sino que tiene
control del comportamiento en el aula. Final- en cuenta varios. El Programa Fast Track (Con-
mente, se ayuda a los profesores en el control del duct Problems Prevention Research Group, 2000),
aula y en el fomento de la participación de los constituye una intervención a largo plazo y en
padres. Los resultados fueron muy positivos con múltiples emplazamientos, desarrollada en escue-
la combinación de la formación de los padres, los las y sirviendo para zonas de alta criminalidad.
hijos y los profesores. El programa se centra en seis ámbitos: los logros
 Programas en la escuela: se puede hablar de escolares, la capacidad social, las relaciones con
varios tipos de programas. Uno, encaminado a los coetáneos, los vínculos hogar-escuela, la con-
mejorar la capacidad social y la resolución de ducta en clase y la crianza. Los métodos emplea-
problemas sociales. Un ejemplo sería el Entre- dos son las visitas a casa, la capacitación en habi-
namiento en Habilidades de Vida de Botvin lidades y tutoría académica de los niños, padres y
(Botvin, citado en Botvin, Baker, Filazzola y parejas de coetáneos. Los hallazgos parecen alen-
Botvin, 1984), programa de competencias psico- tadores, pero con efectos modestos en relación
sociales, que fomenta las capacidades de resis- con el grado y la intensidad de la intervención.
tencia social, la toma independiente de decisio- Hasta aquí, se han revisado programas de pre-
nes, la capacidad de hacer frente a la ansiedad y vención de la conducta delictiva en fases prede-
el cambio autodirigido de comportamiento para lictivas, es decir, cuando todavía son niños y no
prevenir el abuso de sustancias. Otro programa han cometido ningún delito, aunque su conducta
es el Yale-New Haven, que iría encaminado a ya sea perturbadora. A continuación, se verán
cómo hacer frente a los acontecimientos estre- algunas de las estrategias de intervención lleva-
santes con éxito (Weissberg, Jackson y Shriver, das a cabo cuando el joven ya ha delinquido.
1993). Por otro lado, el programa de Kellam,
Rebock, Ialongo y Mayer (1994) está encami- Estrategias de intervención y prevención en
nado a reducir la conducta agresiva en niños de la fase postdelictiva
escuela elemental, utilizando el Juego de Buena
En este apartado, se revisarán las intervencio-
Conducta, una estrategia de dirección del com-
nes clínicas realizadas con jóvenes que ya han
portamiento basada en equipos que se desarro-
recibido algún tipo de medida judicial por su
llaba en el aula. Los beneficios fueron positivos.
conducta antisocial. Las diferencias con los pro-
Otros programas fueron el Positive Action throgh
Holistic Education (acción positiva mediante gramas preventivos, radican en el hecho de inci-
educación Holística) (PATHE), encaminado a dir en adolescentes en vez de en niños más peque-
vincular a las escuelas a los alumnos de secunda- ños (Rutter et al., 2000).
ria, utilizando la tutoría y actividades extraesco- Por tanto, la atención se centra en los efectos
lares; y el programa Student Training through que, sobre sus carreras delictivas posteriores, tiene
Urban Strategies (STATUS), implicando a los el que los individuos experimenten la intervención;
adolescentes en la escuela y en organizaciones sea esta punitiva, terapéutica o rehabilitadora.
comunitarias (Gottfredson y Gottfredson, 1992).
Por último, el programa de Olweus (1993) para Reducción de oportunidades para delinquir
reducir la intimidación, tenía como objetivos in- La reducción de las oportunidades de delin-

C. Med. Psicosom, Nº 75 - 2005 31


quir consiste en que, para cualquier nivel dado de Utting, 1996). Un ejemplo serían los grupos de
propensión individual a desarrollar una conducta Scouts (Quinn, 1995) en Estados Unidos. No obs-
antisocial, habrá unos factores de situación que tante, los resultados hasta la fecha sugieren no
influirán en si esa predisposición se traduce o no mucha influencia en los índices de delincuencia,
en comisión de actos delictivos (Rutter, Maugham, por deseables que sean todos estos proyectos.
Meyer, Pickles, Silberg et al., 1997). Según Clar-
ke y Cornish (1985), la delincuencia es una con- Los efectos disuasorios en la población
ducta intencional que sirve para satisfacer necesi- Hay gran multitud de estudios que demues-
dades corrientes de dinero, status o sexo, que tran que la conducta de los jóvenes se ve influida
implican tomar decisiones. Pero dichas decisio- por recompensas y castigos (Blackburn, 1993;
nes dependerán de parcialidades en el procesa- Patterson, 1982). Por tanto, parece lógico que un
miento de la información, por diferencias indivi- medio eficaz de prevenir la delincuencia, fuese el
duales en cuanto a la medida en que las personas incrementar la probabilidad de aprehender a los
piensan en las consecuencias, o sopesan líneas de delincuentes y que se elevase el nivel de castigo
actuación alternativas. de los condenados. No obstante, muy pocos de
En concreto, las estrategias serían las siguientes: los actos delictivos tienen como consecuencia
 La prevención de situaciones de delincuen-
una condena y, por tanto, los delincuentes tienen
cia: la lista de éxitos en la utilización de estas la expectativa de que es probable que se libren
medidas ha sido larga (Clarke, 1995; Pease, del castigo (Rutter et al., 2000). Por tanto, si el
1997). Las técnicas utilizadas hacen hincapié en castigo no es inmediato y es poco probable, pierde
tres aspectos: incrementar el esfuerzo que requiere todo su poder disuasorio (McGuire y Priestley,
cometer un delito, aumentar el riesgo que acom- 1995). En definitiva, los hallazgos relativos a la
paña al acto delictivo y reducir la recompensa disuasión general y de la severidad del castigo
que sigue al delito. son muy poco concluyentes hasta el momento
(Rutter y Giller, 1983), a pesar de las considera-
 El incremento en la vigilancia comunitaria
bles reducciones en el recurso de la custodia y un
y otras medidas en la comunidad: es poco proba- aumento en el uso de sentencias comunitarias por
ble que la policía pueda aportar más vigilancia de parte de los tribunales de menores en el Reino
la que ofrece a nivel de comunidad, por razones Unido (Allen, 1991; Morris y Giller, 1987).
evidentes. Tanto en el Reino Unido como en
Estados Unidos se han introducido plantes de Otras respuestas a la delincuencia
vigilancia por los residentes de barrios, pero los
testimonios indican pocos éxitos (Bennett, 1990). En este apartado se van a tener en cuenta algu-
La dificultad estriba en llevar a cabo estas medi- nas de las diferentes respuestas a la delincuencia.
das y que se mantengan después por los integran- Éstas aparecen recogidas a continuación:
tes de cada barrio. Además, la desorganización  Políticas de desviación: parten de la preocu-
social de ciertos barrios (con alta criminalidad) pación de que los jóvenes que delinquen por pri-
se caracteriza por baja estabilidad del vecindario, mera vez y son llevados a los tribunales, pudie-
pobreza, elevado desempleo, etc., resultando di- ran acelerar el inicio de sus carreras delictivas
fícil la vigilancia y control de la delincuencia. (Farrington, Osborn y West, 1978). Por ello, se
Esta opinión subyace a distintos proyectos, como utilizó el sistema de amonestaciones para los pri-
el Chicago Area Project iniciado por Shaw en meros delitos. Otra forma de desviación es la que
1932 (Schlossman, Zellman y Shavelson, 1984), ofrece la discreccionalidad del denunciante
o al mucho más reciente British Priority Estates acerca de si continuar o no con el procedimiento
Project (Foster y Hope, 1993). No obstante, otros (Gelsthorpe y Giller, 1990). Finalmente, los pro-
proyectos tendrían como objetivo el desarrollo de gramas más activos fueron los llamados Pro-
planes para fomentar el uso positivo del tiempo gramas de Tratamiento Inmediato (TI) (en el
libre, animando a los jóvenes a participar en acti- Reino Unido), cuya meta era proporcionar una
vidades constructivas (Graham y Bennett, 1995; alternativa a la custodia que combinase la super-

32 C. Med. Psicosom, Nº 75 - 2005


visión del delincuente (a través de la participa- celes, afirman encontrarse más sanos y fuertes
ción en programas recreativos) y apoyo en las (físicamente) y libres de drogas.
tensiones del hogar (Bottoms, Brown, McWilliams,  La custodia: como se ha comentado ante-
McWilliams y Nellis, 1990). Los resultados fue- riormente, se ha producido una disminución del
ron buenos, aunque aumentaba su eficacia si se recurso a sentencias de custodia, en los EE.UU y
aplicaban conjuntamente con los padres. en el Reino Unido, de manera paralela con una
 Justicia restauradora: consiste en que el reducción en el número de niños en estableci-
delincuente se enfrente con la víctima y se haga mientos de acogida. Sin embargo, las cuestiones
cargo de las pérdidas (materiales, mentales o relativas a la tutela institucional no se han desva-
sociales) causadas (Bazemore y Umbreit, 1995). necido con la reducción en la proporción de jóve-
Las víctimas pueden ser individuos, grupos o nes en estos establecimientos, trasladando la
incluso una comunidad entera. Según Rutter et atención hacia un enfoque más específico en las
al. (2000), las técnicas utilizadas serían las si- personas que parecen necesitar un alojamiento
guientes: a) la mediación: comunicación estruc- seguro (Rutter et al., 2000). Las conclusiones
turada entre el delincuente, la víctima y un inter- más relevantes sobre la custodia, parten de la difi-
mediario para ver cómo se puede remediar el cultad existente a la hora de observar la amplia
delito; b) la reparación: que consiste en hacerse variedad de instituciones tales como hogares de
cargo del daño o el agravio emprendiendo un acogida, instituciones terapéuticas, hogares
acto de reparación por la víctima; c) la compen- comunitarios y custodia de seguridad. Los prime-
sación: resarcir las pérdidas mediante pago a la ros estudios realizados por Rutter y Giller (1983)
víctima; d) servicios a la comunidad; e) enfren- supusieron que la principal influencia de la cus-
tamiento con las consecuencias del delito en la todia de seguridad en las instituciones, se daría
víctima (dolor y sufrimiento por la pérdida) y; por un cambio personal y, por tanto, los enfoques
f) vergüenza y reinserción: la víctima aver- terapéuticos tendrían más éxito. Pero los resulta-
güenza al delincuente y negociando actos de dos mostraron que no era así y que los jóvenes
compensación. volvían a las mismas conductas una vez regresa-
ban a los mismos entornos adversos. No obs-
 El castigo: las investigaciones hacia los efec- tante, parece que las instituciones tienen más
tos disuasorios del castigo no son concluyentes. probabilidades de producir efectos benéficos si la
Según Rutter et al. (2000), alguna forma de san- ética es general, así como si las actividades edu-
ción es deseable para indicar la desaprobación de cativas son buenas y facilitan el desarrollo de un
la sociedad, pero parece improbable que aumen- grupo social positivo, capaz de desempeñar tra-
tar la severidad del castigo, establezca una gran bajos responsables y de tomar decisiones perso-
diferencia en cuanto a su efecto disuasorio sobre nales (Rutter et al., 2000). Por el contrario, en las
el delincuente concreto. cárceles el consumo de droga es muy alto, los
 Los enfoques de “choque corto y agudo”: lazos familiares son frágiles, predomina la cultura
fueron llevados a cabo a mediados de la década carcelaria que es contraria a la institución, así
de 1980 en Estados Unidos, y eran programas de como las repercusiones negativas que la cárcel
encarcelamiento de choque o campamento de provoca en el empleo tras salir de ella , originando
reclutas, donde los delincuentes tenían que llevar una conducta antisocial crónica (Morgan, 1994).
a cabo actividades a modo militar (gimnasia y  Los tratamientos psicológicos: un informe
trabajos forzados). Los resultados muestran que de un estudio de investigación del Ministerio del
estos programas no producen ni efectos positivos Interior de Londres (Venard, Sugg y Hedderman,
ni negativos sobre los jóvenes delincuentes, ni en 1997), concluyó que los programas que utilizaban
los índices de nuevas condenas, ni en la posterior métodos cognitivos-conductuales producían ma-
adaptación comunitaria tras la puesta en libertad yores efectos en la reducción de la conducta anti-
(Mackenzie y Souryal, 1994, citados en Rutter et social. Los autores afirmaron que los resultados
al., 2000). Sin embargo, los reclutas del campa- eran óptimos cuando el objetivo era trabajar fac-
mento en comparación con los prisiones de cár- tores de riesgo de la génesis de la conducta delic-

C. Med. Psicosom, Nº 75 - 2005 33


tiva, así como métodos de resolución de proble- CONCLUSIONES
mas. Algunos programas son el de la Capa-
 Muchas han sido las teorías realizadas a lo
citación en Dirección Paterna/Materna (CDPM)
basado en el modelo de coerción de Patterson largo de la historia que han intentado averiguar el
(1982), y el de Capacitación en Habilidades de origen y las causas de la delincuencia juvenil.
Solución de Problemas (CHRP) menos utilizado. Los estudios muestran que no nos podemos que-
dar con una sola teoría explicativa sino más bien
Elementos de los programas eficaces de con un compendio de ellas; lo que llevaría a con-
intervención a través de estudios de meta- feccionar un modelo explicativo biopsicosocial
análisis de la conducta antisocial, primando la interac-
ción individuo-ambiente.
A través de los hallazgos encontrados a partir
de meta-análisis, McGuire y Priestley (1995) han  La evidencia ofrecida sobre la etiología de
identificado seis principios, que sustentan el las conductas antisociales adolescentes sugiere
diseño de los programas de intervención de la que un modelo de prevención viable, debe incluir
conducta delictiva. Son los siguientes: una atención simultánea a un número de factores
de riesgo presentes en diferentes dominios psico-
 Clasificación del riesgo: ajustar los niveles sociales, y ajustarse a las distintas etapas del
de riesgo del delincuente y el grado de interven- desarrollo de los jóvenes. Se han realizado dife-
ción. rentes esfuerzos para llevar a cabo programas
 Receptividad: un ajuste adecuado entre los centrados en el manejo de determinadas variables
estilos de los trabajadores y los estilos de los de riesgo, obteniendo resultados muy positivos al
clientes; aunque los estilos de aprendizaje de la lograr efectos protectores durante varios años de
mayoría de los delincuentes requieren métodos seguimiento.
activos y participativos de trabajo, en vez de mé-  Los programas preventivos deben aplicarse
todos imprecisos y carentes de estructura. tanto en la fase predelictiva como postdelictiva.
 Base en la comunidad: los programas que
La prevención primaria o predelictiva se remonta
establecen estrechos lazos con la comunidad del a etapas precoces, trabajando sobre la educación
adolescente son más eficaces. preescolar, mejora de la crianza en las familias,
etc. La prevención terciaria o postdelictiva
 Modalidad de tratamiento: los programas
reduce las oportunidades de delinquir, resultando
multimodales (influyen en múltiples problemas) útil. No obstante, las iniciativas comunitarias
y están orientados a destrezas sociales, siendo para incrementar la vigilancia pública o la cohe-
más eficaces y basándose en principios conduc- sión, tienen menos éxito. También los hallazgos
tistas. relativos a los efectos disuasorios de los castigos
 Integridad del programa: los objetivos guar- severos son poco concluyentes, debido a que la
dan relación con los métodos que se han de utili- mayoría de los delitos no tienen como conse-
zar; los recursos son adecuados, hay capacitación cuencia una condena y la demora es muy grande.
del personal y un buen seguimiento.  Los mejores resultados se obtienen con
 Necesidades criminogénicas: consiste en políticas de amonestación por el primer delito en
fijar la atención en rasgos y actitudes que condu- jóvenes delincuentes. En este sentido, la justicia
cen a la delincuencia. Andrews y Bonton (1994) restaurativa, centrada en que los delincuentes
han identificado algunas de estas necesidades: sean conscientes de sus responsabilidades y obli-
cambios en actitudes antisociales, cambios en gaciones, es un enfoque relativamente nuevo
sentimientos antisociales, reducción de asocia- pero prometedor. Por otro lado, las medidas de
ciones de coetáneos antisociales, fomento del custodia no son buenas ni malas, sino que depen-
afecto y la comunicación familiar, identificación den de los centros tutelares; aumentando los
con modelos antidelictivos, fomento de habilida- beneficios en las instituciones que fomentan un
des de solución de problemas, reducción de la entorno sin drogas, una ética prosocial, relacio-
dependencia a drogas, etc. nes con unas familias que mantienen los víncu-

34 C. Med. Psicosom, Nº 75 - 2005


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