Historia Vino
Historia Vino
Historia Vino
Siglo XIX
Este siglo se caracteriza por tener un impulso extraordinario de la vid. Este avance
dejó huellas en el paisaje agrario de Villena. A partir del año 1868, la filoxera
empezó a atacar intensamente las plantaciones francesas. El tratado comercial
con Francia abrió las puertas a una exportación enorme y produjo grandes
beneficios económicos, con los que se iniciaron industrias como la del calzado.
Villena durante el crecimiento de cultivos vitivinícolas, se vio beneficiada por su
situación en cuanto al ferrocarril y a ello también contribuyó la construcción del
popular tren ‘’Chicharra’’. Así la ciudad se convirtió en el centro expedicionario de
vinos más importante de las comarcas interiores de la provincia de Alicante.
Siglo XX
A principios del siglo XX los productores y bodegueros vitivinícolas se redujeron a
la mitad. Algunos de estos bodegueros formaron parte de la clase dominante de
Villena, ocupando puestos en la política local y provincial. Entre ellos destacó el
industrial y propietario Luis García Catalán que exportaba los denominados
claretes, tintos y blancos
A diferentes regiones españolas. También hay que mencionar a Cristóbal Amorós,
que se convirtió en uno de los principales exportadores de vino tanto de la ciudad
como de la provincia. La superficie de vid descendió y la producción vinícola
española atravesó una de las crisis más duras. Se cree que las principales causas
fueron la competencia de alcoholes en diferentes industrias, la adulteración y
falsificación de vinos, la subida de impuestos y las dificultades que encontraba el
agricultor y el comerciante para obtener créditos a largo plazo. En Villena el sector
no se vio tan afectado, pero poco a poco, a mitad de la década de los años veinte,
la situación aumenta hasta entrar en una profunda crisis y se plantea la formación
de la Cooperativa Vínico-Alcoholera Villenense. La producción descendió desde
los 626.747 litros hasta los 154.747 en un periodo de siete años.
Siglo XXI
En la actualidad, Villena posee un grupo de modernas bodegas que producen
unos exquisitos caldos basados en la experimentación de variedades autóctonas
de uva como la Monastrell, Cabernet Sauvignón o la Merlot, estas dos últimas
francesas, que han conseguido adaptarse perfectamente a extraordinaria situación
de Villena, una zona climatológicamente influenciada por la meseta y el
mediterráneo, lo que contiene unas condiciones inmejorables para el cultivo de la
vid y la elaboración de vinos. Hoy en día también se produce el famoso Fondillón,
quizás el vino alicantino más famoso de la historia.
El origen del vino rosado es algo dudoso, pues existen muchos mitos y leyendas
sobre su nacimiento.
Se cree que precisamente fue el vino rosado el primer tipo de vino de la historia.
Esto es así porque antiguamente se elaboraba vino presionando las uvas
inmediatamente después de la cosecha. Esto hacía que el vino adquiriese el
peculiar color rosa o rosé.
Bob Trinchero lo nombró White Zinfandel, uno de los vinos más vendidos en
América.
El vino rosado tiene su origen en la región francesa más conocida de vinos
rosados, Provénce. Ésta se encuentra en el sur de Francia, y está muy ligada al
Mar Mediterráneo.
Su consumo en el mundo
La moda de los vinos rosados se extendió en la década de 1960 y 1970, cuando
se hicieron muy populares a nivel mundial dos importaciones portuguesas:
Lanceros y Mateus; que fueron considerados vinos románticos por sus sabores
suaves y dulces, además, ambos tenían botellas únicas que los hicieron
rápidamente reconocibles.
El vino puede ser una bebida muy versátil, puede adaptarse a distintas ocasiónes,
ya sea con comida o sin ella (bares, fiestas, salidas, etc.) puede beberse durante
el día o la noche y encontrarse en distintos tipos de envases, sólo que el
consumidor no ha sido educado para que aprecie todas sus versiones, pero eso
está cambiando.
El consumo total de botellas de vino en México está cerca de los 130 millones de
botellas de 750 ml. El consumidor mexicano prefiere los “vinos tranquilos” (vino
tinto, blanco y rosado) y en un segundo lugar los vinos espumosos. El vino tinto es
definitivamente el preferido de los mexicanos ya que 64% del consumo total del
“vino tranquilo” es vino tinto.
Dentro del consumo del vino en México, los vinos importados tienen una mayor
penetración dentro del mercado, ya que aproximadamente el 69% del consumo
del vino es importado. Sin embargo, para sorpresa de muchos, el vino mexicano
está creciendo a doble digito de forma anual, por arriba del vino importado.
Debemos tener presente igualmente la historia del vino en México, porque,
aunque México solamente tiene cerca de 4,000 hectáreas cultivables de Vitis
Vinífera (Existen bodegas en otros países que tienen las mismas 4,000
hectáreas), nosotros tenemos la bodega más antigua