Ensayo Core 1
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Sección 50
Sobre la libertad
La libertad es un concepto que puede tomar distintos significados, para unos es hacer lo
que cada uno quiere hacer, el libre albedrío, para otros es actuar de acuerdo con sus valores,
no ser esclavo, etc. Existe un sin fin de interpretaciones y significados que se le puede dar a
esta palabra. En el presente ensayo analizaremos los distintos significados que le dan
Hume, Rousseau y Kant al concepto de libertad y cómo este se relaciona con la concepción
de la sociedad y el estado. Teniendo en cuenta esto, a lo largo del presente plantearé y
defenderé la siguiente tesis: La libertad planteada por los autores no sirven para la
fundamentación del estado moderno.
David Hume es un filósofo empirista, afirma que todo conocimiento proviene de las
experiencias y no de la razón. Hume se refiere al concepto de libertad como el poder de
actuar o no actuar en base a la voluntad de cada persona, Esto vendría siendo muy
importante en su filosofía, ya que son nuestras pasiones y deseos que nos impulsan a actuar
y lograr lo que queremos con una plena libertad. De esta manera las personas son libres si
no se encuentran con dificultades a la hora de querer cumplir sus deseos. Esto llevado a la
concepción de una sociedad es un problema, porque existen muchas pasiones distintas que
apuntan a moralidades distintas. Para unos es bueno algunas cosas y para otros no. Hume
aborda esto de dos maneras: Dice que, al haber tantas pasiones distintas, se debe llegar a un
acuerdo en conjunto con los miembros que componen la sociedad sobre qué pasiones son
moralmente buenas y malas. Lo segundo que plantea es que el ser humano tiene una noción
natural sobre la moralidad de las cosas, a esto Hume lo llama “Pasiones comunes”. De esta
forma el hombre puede ser libre cumpliendo sus pasiones y deseos siempre y cuando sean
moralmente buenas de acuerdo con el pacto que hay con la sociedad y las pasiones innatas
del ser humano. En cuanto a lo anterior, Hume dice lo siguiente respecto a la sociedad
política: “Si cada hombre tuviese la sagacidad suficiente para percibir en todas las
ocasiones el enorme interés que le liga a la observancia de la justicia y la equidad, y si
tuviese la fuerza mental suficiente para perseverar en una adherencia constante a un
interés general y lejano, en oposición al atractivo del placer y de la ganancia del
momento, no habría habido, en ese caso, nada parecido al gobierno o a la sociedad
política, sino que cada individuo, siguiendo su libertad natural, habría vivido en completa
paz y armonía con los demás. Pues ¿qué necesidad hay de que exista ley positiva allí
donde la justicia natural es de suyo un freno suficiente? ¿Para qué crear magistrados
donde jamás hay ningún desorden ni iniquidad? ¿Por qué restringir nuestra libertad
nativa cuando, en toda circunstancia, el máximo uso que hacemos de ella resulta ser
inocente y beneficioso?” (Hume, p.117).
En cuanto a los distintos significados de la libertad de los autores anteriores, creo que para
que sea factible llevar a cabo la concepción de un Estado moderno se debe tener ciertas
consideraciones. Partiendo por Hume, no me parece bien que toda la moralidad esté basada
sólo en nuestros deseos y sentimientos, nuestros sentidos a veces nos pueden engañar ante
ciertas situaciones, por lo tanto, no tendremos la verdad de las cosas. Como dice Platón en
La República en el mito de la caverna, que vivimos en el mundo de las sombras, en donde
nos dejamos llevar por las apariencias que captan nuestros sentidos. “En los últimos límites
del mundo inteligible esta la idea del bien, que se percibe con dificultad, pero que no
podemos percibir sin llegar a la conclusión de que es la causa universal de cuanto existe
de recto y de bueno: que en el mundo visible crea la luz y el astro que la dispensa”
(Platón, p. 364). También, todos tenemos deseos distintos, por lo que llegar a un acuerdo en
base a nuestros deseos morales, sobre qué cosas son moralmente buenas, en un estado
moderno sería demasiado difícil lograr tal cosa, por la infinidad de deseos distintos que
tienen los miembros de la sociedad. En cuanto a Kant basar absolutamente en la razón no
me parece bien, la gran debilidad del racionalismo es la tendencia de la razón a generar
conceptos humanos erróneos, tomando como verdad cosas que no lo son. En cuanto a
Rousseau, creo que es imposible que sea el pueblo el que gobierne y que el Estado se
encargue de ver si se cumplen con las reglas del contrato. En un Estado actual el pueblo no
se gobierna ni crea las leyes que cree buenas para este, son los dirigentes los que crean y
aplican la ley. “Rousseau parte del error antropomórfico cuando habla de la voluntad
general, porque solo actúan las personas físicas. Por tanto, las personas jurídicas nunca
actúan: sólo actúan las personas físicas con poder en nombre de aquéllas. Si por voluntad
general se entiende la acción conjunta de todos los miembros de un cuerpo político,
estamos hablando de un hecho que no se produce en la realidad. Finalmente, la voluntad
general termina siendo siempre la voluntad de los dirigentes que participan en la
elaboración de la Ley y demás fases del procedimiento hasta su aprobación y sanción.”
(Aviñó, 2022). Según lo planteado por los autores, me parece que lo correcto es
complementar sus distintas teorías de tal forma que cada una disminuya las fallas de otras.
Bibliografía