300 - Anos - Masonerias - y - Masones - 1717 - 2017 V
300 - Anos - Masonerias - y - Masones - 1717 - 2017 V
300 - Anos - Masonerias - y - Masones - 1717 - 2017 V
(1717-2017)
TOMO V. Cosmopolitismo
Ricardo Martínez Esquivel
Yván Pozuelo Andrés
Rogelio Aragón
EDITORES
Colección:
300 AÑOS: MASONERÍAS Y MASONES (1717-2017)
Diseño portada:
Leticia Veneranda GC
Dirección:
Insurgentes Sur #1814-101
Colonia Florida
C.P. 01030 Ciudad de México
Tomo I. Migraciones
Tomo II. Silencios
Tomo III. Artes
Estos volúmenes recorren las historias en las que se han visto envueltos
las masonerías, los masones y las masonas en la época contemporánea.
En cinco volúmenes, nos acercamos a las últimas investigaciones
académicas sobre la historia de la masonería. Entiéndase, en este campo
historiográico, se abren ventanas entre lo global y lo micro, entre lo general
y lo local. Independientemente del acercamiento de investigación del estudio
vienen todos ellos a esclarecer y, por qué no decirlo, a poner los puntos sobre
las íes a la historia.
La historia de la masonería ha sido manipulada durante 250 años de
forma permanente. Lo sigue siendo hoy. La mayoría de la producción sobre
el fenómeno masónico continúa bajo una autoría amateur. Parece que la
inexperiencia no es un peligro en este campo, parece que no estamos en
un quirófano donde solo actúan los que están diplomados para estar en
ese lugar. Una pluma, saber leer y escribir, tener dos nociones de historia y
dos de masonería y el derecho a escribir la “Historia” de la masonería está
ampliamente ganado.
El que lea esta colección, consagrada a los 300 años de la masonería,
vivirá la experiencia de entrar en un quirófano para observar a sus profesionales.
La inmensa mayoría de lo que leyó en Internet o que de oídas le contaron
gente bien o mala avenida, queda relegado a la especulación y a los chismes.
Esa situación es incluso comprensible pues se trata de la organización más
numerosa y longeva que, sin pertenecer a la categoría de religiosa, ha estado
de una forma u otra, en hechos e imaginarios, entrometida entre todas nuestras
historias.
Los editores.
Guillermo de Orange.
La lógica emocional de estos eventos, combinada con una libertad recién
encontrada, favorecieron una experiencia inherentemente radical. Esta podía
tomar la forma de la ortodoxia extrema y el milenarismo de viejos exiliados
como Pierre Jurieu, o el escepticismo radical de su enemigo Pierre Bayle. O
bien, entre la generación más joven, algunos buscadores sumamente letrados
le dieron otro vistazo a la religión y concluyeron que había algo esencialmente
incorrecto en los ejemplares existentes. E incluso otros miraron hacia la política
y abrazaron la República que les dio refugio, pero no lo hicieron de forma
acrítica, como puede verse en el rol reformista desempeñado por el masón de
Ámsterdam Jean Rousset de Missy en la revolución holandesa de 1747-1748.
En la imaginaria república de las letras, si las condiciones eran adecuadas,
una postura intelectual radical respecto a la religión y la política era del todo
posible. Con la combinación de la persecución francesa, el exilio en la capital
urbana del libro de Europa: la República Holandesa, y una alianza armada
entre la República e Inglaterra contra Francia, era lógico que los refugiados y
los simpatizantes anglo-holandeses tuvieran fuertes opiniones. Lo que es quizá
un poco menos obvio es que unos de ellos tendieran hacia el librepensamiento
y otros hacia la fraternidad.
Cuando estaba investigando, en la década de 1970, el material que
daría forma a The Radical Enlightenment creía, y lo sigo creyendo, que el giro
hacia el absolutismo de la década de 1680, tanto en Inglaterra como en Francia,
dio lugar a circunstancias sin precedentes que solo serían reproducidas, en
menor medida, en la década de 1740 y después de forma más dramática en la
de 17803. En otras palabras, la inestabilidad política de la temprana Europa
moderna, causada por acciones que venían del centro, es decir de los gobiernos
y las élites, creó condiciones en las que la autoridad podía ser debatida, aunque
solo fuera desde la seguridad proporcionada por el anonimato. Persecución,
guerra, rumores de invasión, crisis financiera en el Estado exacerbaron la
inestabilidad que llevó al cuestionamiento público o a la teorización radical.
La reaparición de la persecución religiosa en la década de 1680 creó
una inestabilidad que en el contexto de la historia inglesa se remontaba hasta
las guerras civiles de las décadas de 1640 y 1650. La noción de que en ello
había una dialéctica entre lo magisterial y lo radical vino de mi lectura de
George H. Williams4, en donde el conflicto entre Lutero, Calvino y la Iglesia
católica desató a la gente común que llevó a la reforma por caminos sin
precedentes. La idea de aplicar esta perspectiva dialéctica a la ilustración
cristalizó en conversaciones con J. G. A. Pocock. Mi lectura de Christopher
Hill me hizo notar que las guerras civiles causaron una revolución dentro
de la revolución, un radicalismo que era tanto religioso como político. Sus
3
Tabetha Ewing, “Invasion of Lorient: Rumor, Public Opinion, and Foreign Politics in 1740s Paris”, en Into
Print. Limits and Legacies of the Enlightenment. Essays in Honor of Robert Darnton, ed. Charles Walton (Pensilvania:
Pennsylvania State University Press, 2011), 101-112.
4
George H. Williams, The Radical Reformation (Filadelia: Westminster Press, 1962).
10
11
En ese mismo estado se encuentran los registros de las logias antes de 1717.
Sin embargo, nadie ha ofrecido una explicación alternativa convincente para
el lenguaje del documento. La controversia aún rodea el elemento masónico
de la ilustración radical, y más recientemente Jonathan Israel ha descartado
por completo el rol de la masonería en la ilustración. La cuestión se reduce al
valor de las redes sociales, en oposición simplemente a ideas en libros, para el
fomento de creencias y actitudes ilustradas.
Exportada de Gran Bretaña, la masonería también podría adquirir
sentidos diferentes de su originaria identidad británica. En el continente
europeo una logia podría atraer a los desarraigados, los comerciantes y los
cosmopolitas: supuestamente era de origen muy antiguo, democrática en su
ethos, asociada con la forma de gobierno europea más avanzada y ubicada al
otro lado del canal. La membresía masónica era susceptible de ser adaptada
a los gustos de cada quien mientras ofrecía caridad y asistencia a todos los
hermanos. En una de las primeras logias parisinas encontramos a un miembro
que era un “trompetero negro” en la guardia del rey. También podrían existir
logias que incluyeran tanto católicos como protestantes, e incluso los clérigos
franceses encontraban en ellas un hogar. En Francia, aunque controvertidas,
aparecieron logias de mujeres en los últimos años de la década de 1740. En
la República Holandesa las mujeres estaban ya presentes en 1751. Puesto de
forma simple, “la masonería fue la primera asociación voluntaria, secular, que
existió a una escala pan-europea”6. En oposición a las profundas divisiones
religiosas que había tanto en Gran Bretaña como en el resto de Europa, la
masonería adoptaba un credo minimalista que podía ser cualquier cosa, desde
teísmo a panteísmo y ateísmo. No es sorprendente que las logias en Inglaterra
tuvieran una alta representación de Whigs partidarios del movimiento de
1688-1689 y filósofos naturales, mientras que en París en la década de 1740
el filósofo y masón Claude Helvétius era materialista. El líder de la masonería
de Ámsterdam, Rousset de Missy, era panteísta. Montesquieu, también
masón, era probablemente algún tipo de deísta. Tanto en Londres como
en Ámsterdam se pueden encontrar nombres judíos en los registros de las
logias. En Francia había logias para maestros y doctores, y de hecho incluso
actores fueron aceptados en ciertas logias. Las ceremonias de las logias rara vez
contienen lenguaje abiertamente cristiano, aun en los países católicos. Muchas
de las posturas religiosas que asociamos con la ilustración radical aparecían
conspicuamente en algunas logias cuyas ceremonias invocaban imaginería
secular de trabajo, deber y fraternidad.
Como ha hecho notar recientemente Jonathan Israel, había mucho de
que culpar a las logias del siglo XVIII. De hecho, más tarde en el siglo Lessing,
en su Ernst y Falk (1778), delineó muchas de las quejas. En las logias, Falk
encontraba condenables las supersticiones acerca de los caballeros templarios,
6
James Van Horn Melton, The Rise of the Public in Enlightenment Europe (Cambridge: Cambridge University Press,
2001), 252.
12
13
14
11
Lynn Hunt, Margaret Jacob y Wijnand Mijnhardt, The Book that Changed Europe. Bernard and Picart’s Religious
Customs and Ceremonies of all the Peoples of the World (Cambridge, MA: Harvard University Press, 2010).
15
16
16
Jacob, The Radical Enlightenment. Aunque citada brevemente y con desdén (p. 696n) en Radical Enlightenment, y
sin discusión, Israel obtuvo su tesis, aunque reigurada, y su título de The Radical Enlightenment; la reseña de Dorinda
Outram sobre el libro de Israel en The British Journal for the History of Science 34, no. 4 (2001): 464-466.
17
décadas de 1770 y 1780 que las obras de teoría social y política de Rousseau, o
en realidad que cualquier otra ideología política y social” (RM, 225). Uno solo
puede maravillarse ante la ignorancia de las autoridades holandesas que en la
década de 1780 proscribieron no los escritos de Diderot o de D’Holbach, sino
el Contrato Social de Rousseau.
Sin embargo, las preferencias y rechazos de Israel no son inmutables.
En su primera versión de Radical Enlightenment señala que el hombre de la
Commonwealth John Toland (y los librepensadores ingleses en general)
hicieron una contribución “más bien sustancial” al movimiento (RM, 613),
y trata a Rousseau como un igual intelectual de Spinoza y Diderot (epílogo).
Para 2010 hasta la inmensa deuda del barón D’Holbach con Toland ha sido
degradada y, aunque se le menciona brevemente (RM, 56), el pobre Toland ha
sido incluso dejado fuera del índice.
Algunas obsesiones nunca mueren. Ahora en 2010 D’Holbach aparece
más que en la versión anterior de Radical Enlightenment, y se le atribuye
erróneamente el haber informado el “materialismo virtual” de Joseph Priestley
(RM, 155 y 162). Aquí hay una contradicción, ya que Priestley es incluido
ahora aunque era religioso. Él es salvado por D’Holbach, cuyo pensamiento
proviene principalmente de Spinoza, como el de cualquier verdadero radical.
Por desgracia, el materialismo espiritual de Priestley era como el día y la noche
respecto al pensamiento de D’Holbach, pero ni una sola vez Israel se atreve a
reconocer que el unitarismo de Priestley expresaba su profunda devoción a un
cristianismo milenario y su aborrecimiento al ateísmo17. Dentro de esta galaxia
de materialistas, unos cuantos cristianos unitarios como Priestley o deístas
unitarios como Jefferson han sido al fin ascendidos. Ignorados en 2001, ahora
merecen mención. Debe decirse, sin embargo, que Israel está en lo correcto al
señalar la largamente olvidada importancia de D’Holbach18.
Dos hábitos intelectuales reaparecen a lo largo de los trabajos de
Israel. Primero, Spinoza ha influenciado a cualquiera que sea radical. Para
tener acceso al panteón de los santos espinosistas, mientras se descarta a los
reprobados, Israel se aproxima de manera selectiva a los textos y la evidencia
histórica. Por ejemplo, el recién aceptado D’Holbach no solo se vuelve de golpe
un seguidor de Spinoza, sino también “abiertamente igualitario, democrático y
anti-colonial” (RM, 56).
Sin embargo, los registros históricos dicen lo contrario. Mediante los
buenos servicios de John Wilkes, a quien él adoraba ardientemente cuando eran
estudiantes en Leiden, D’Holbach aprendió mucho acerca del pensamiento
inglés; de hecho, pasajes completos de Letters to Serena (1704), de Toland,
aparecen transcritos en el Système de la Nature (1770) de D’Holbach. Incluso
comienza con un anacrónico ataque a las conferencias dadas por Boyle en
17
Para la corrección ver el magistral trabajo de Robert E. Schoield, The Enlightened Joseph Priestley (Pensilvania: The
Pennsylvania State University Press, 1997-2004), 2 vols, ver vol. 2, cap. 4: “Matter and Spirit”.
18
Sobre D’Holbach ver Mark Curran, Atheism, Religion and Enlightenment in Pre-Revolutionary Europe (Woodbridge,
UK: The Boydell Press, 2012).
18
Londres décadas antes, durante la vida de Toland (m. 1722). De acuerdo con
Israel, la impronta de D’Holbach como materialista, republicano demócrata
y determinista proviene de su deuda con Spinoza. El único problema con
esta interpretación es que el barón era en realidad un liberal, casi utópico
monárquico.
Al pasado se le puede permitir descansar confortablemente en el lecho
de Procusto si sus textos se citan de forma selectiva, si es que se les cita, o
si se descartan libros completos que no son de nuestro gusto o se leen de
manera equivocada. Israel no reconoce que D’Holbach, en su Éthocratie ou
le gouvernement fondé sur la morale (Amsterdam: Marc-Michel Rey, 1776),
expresó un cri de coeur para el virtuoso soberano, “la guía, el pastor y el
padre de sus súbditos… él mismo justo y bueno, mandaría hombres que se le
asemejaran, ciudadanos razonables, súbditos dóciles que estén verdaderamente
unidos [a él].” D’Holbach pensaba que Luis XVI podría ser este hombre. Con
la ayuda de “el legislador, adaptándose él mismo a la debilidad de las mentes
[de los hombres]” un pueblo recibirá del rey francés “ilustración, educación
y la dulzura de la razón”. Este difícilmente era el pensamiento de alguien a
quien Israel señala como un “deliberado, consciente revolucionario” (RM, 53).
Aunque profundamente crítico de los abusos perpetrados por los monarcas
y los nobles, D’Holbach permanece firme del lado de la ley y el orden: “cada
ciudadano está hecho para servir al país; él debe darle sus talentos, sus
reflexiones, sus consejos… Impedir al ciudadano servir a su país es declararse
uno mismo enemigo de la Patrie”. No menos importante, en una involuntaria
desviación de la ortodoxia israeliana, D’Holbach elogia a los ingleses, quienes
ofrecen un ejemplo de cómo el gobierno puede ser rescatado de la superstición
y la tiranía; en “menos de dos siglos [ellos exitosamente] se deshicieron del
yugo de Roma y del yugo de la tiranía”19. Por último, en la narración de Israel
sobre el igualitarismo de D’Holbach nunca nos enteramos de que él excluyó
en forma sistemática a las mujeres de su salón en París.
Según Israel, la ilustración radical, a diferencia de la moderada,
dependía de la metafísica materialista-determinista. En la más reciente
iteración de su tesis, la dicotomía entre las dos ilustraciones se ha ampliado.
La “belicosa y totalmente incompatible” ilustración moderada ahora se vuelve
anti-igualitaria (RM, 111-112 y 177). Esos astutos moderados, buscando
reforzar y dar fundamento científico a su desprecio por la pobreza y la
desigualdad, inventaron la funesta ciencia de la economía liderados por Adam
Smith y Turgot. Israel contrasta el fracaso de los moderados en proporcionar
tolerancia religiosa, disminuir los privilegios de la aristocracia o mejorar la
pobreza, con la vehemente, liberadora retórica de Thomas Paine, D’Holbach,
Diderot y Helvétius, los verdaderos herederos de Spinoza.
Spinoza no solo sentó las bases del ateísmo y la democracia moderna,
19
[Par l ‘auteur du Système de la Nature] Système social. Ou principes naturels de la morale et de la politique (Londres [en
realidad Amsterdam], 1774), 155 y 162.
19
20
Cegado de amor por Spinoza, es posible pasar por alto los matices y
transformaciones que tuvieron lugar dentro de las lecturas materialistas de la naturaleza.
En su Encyclopédie (1751+) Diderot distinguió el viejo del nuevo espinosismo22 y
notó que la característica principal del nuevo espinosismo radicaba en la capacidad
moderna de infundir a la materia con sensibilidad o vida. Cuando podemos encontrar
autores del siglo XVIII que de hecho se describieran a sí mismos como panteístas,
como lo hizo John Toland y el periodista y masón de Ámsterdam, Jean Rousset de
Missy, nos beneficiamos de poner mucha atención a sus intenciones y lo que querían
decir. Toland nos habla de su deuda con una calculada lectura de Newton23; la deuda
de Rousset con las ideas y nociones de gobierno inglesas –y no menos importante con
la masonería– no ha sido debatida desde que fue señalada en 1981. Lo que le pasó al
materialismo cuando gradualmente se fue volviendo panteísmo, o un materialismo
vitalista, transformó el curso de la metafísica occidental. Se volvió posible postular
una fuerza tipo ley dentro de la historia y la naturaleza, un movimiento inherente
a la materia, y todo materialista, desde Toland hasta Diderot, D’Holbach y Marx,
vio las notables posibilidades que permitía ese movimiento intelectual. La ciencia
newtoniana hizo posible ese movimiento, como ellos sabían y reconocían.
Spinoza no pudo hacer el movimiento hacia el materialismo vitalista porque,
para ponerlo de forma simple, él había muerto hacía diez años cuando los Principia
de Newton aparecieron en 1687. Newton proporcionó una ley de la naturaleza
matemáticamente fundada, basada en una fuerza inmaterial que operaba desde el
centro de los cuerpos, y por lo tanto sin saberlo ofreció a los librepensadores como
Toland y Diderot la posibilidad de hacer una modificación esencial a la tradición
materialista. Si la gravitación universal trabaja en todos los cuerpos desde sus centros,
era trivialmente fácil afirmar que el movimiento es inherente a la materia y que la
ciencia newtoniana así lo ha demostrado. La fuerza del materialismo vitalista del
siglo XVIII reside precisamente en la habilidad de aquellos que la promovieron
para defender la ciencia newtoniana mientras se alejaban de la propia metafísica de
Newton que siempre había ubicado la fuente del movimiento en fuerzas inmateriales
de origen divino.
El efecto de la reciente reescritura sobre el significado de la ilustración radical
ha sido oscurecer la unidad dentro de la complejidad de la ilustración y sus raíces.
Con cada año que pasa, Israel ha ofrecido dicotomías, distinciones y diferencias que
dirigen la visión de los lectores a atisbos cada vez más estrechos y fugaces de un
pasado del siglo XVIII que se vuelve, al menos para esta historiadora, cada vez más
irreconocible.
22
Debo la mención de este texto a John Zammito, quien me lo hizo notar: Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des
sciences, des arts et des métiers, par une Société de Gens de lettres (París, 1751-1772), vol. 15, 474:
“SPINOSISTE, s. m. (Gram.) sectateur de la philosophie de Spinosa. Il ne faut pas confondre les Spinosistes anciens
avec les Spinosistes modernes. Le principe général de ceux - ci, c’est que la matière est sensible, ce qu’ils démontrent
par le développement de l’œuf, corps inerte, qui par le seul instrument de la chaleur graduée passe à l’état d’être sentant
& vivant, & par l›accroissement de tout animal qui dans son principe n’est qu’un point, & qui par l’assimilation
nutritive des plantes, en un mot, de toutes les substances qui servent à la nutrition, devient un grand corps sentant
& vivant dans un grand espace. De - là ils concluent qu’il n’y a que de la matière, & qu’elle suffit pour tout expliquer;
du reste ils suivent l’ancien spinosisme dans toutes ses conséquences”.
23
John Toland, Letters to Serena (Londres, 1704), quinta carta.
21
1
Traducción realizada por Felipe Santiago del Solar del trabajo: Pierre-Yves Beaurepaire, « Sociabilité et franc-
maçonnerie. Propositions pour une histoire des pratiques sociales et culturelles des Lumières », en La Grande
Chevauchée. Faire de l’histoire avec Daniel Roche, eds. Vincent Milliot, Philippe Minard y Michel Porret (Génova: Droz,
2011), p. 133-143.
2
NT: La “Ferme Générale” era una institución privada del antiguo régimen encargada de la recaudación de ciertos
impuestos. Constituía una asociación privilegiada cuyos representantes se convirtieron en personajes ricos y
poderosos.
3
A propósito del “Hotel de la Ferme générale”, Gauthier de Brécy escribe: “dicho comisario del rey (el ‘fermier
général’ de Laborde) tenía durante la feria (de Beaucaire) una gran casa donde siempre había una comida de treinta a
cuarenta cubiertos, y en la noche una recepción y una cena, a las cuales asistían alrededor de doscientas personas de
ambos sexos, tanto de Montpellier y de Nimes así como de Marsella, Aix y Avignon, quienes llegaban a Beaucaire (…)
había antes de la cena danza y música (…) la sala de baile y del “hôtel des fermes” era inmensa, y podían bailar veinte
personas de frente a cada lado”. Vicomte Gauthier de Brécy, Mémoires véridiques et ingénues de la vie privée, morale et
politique d’un homme de bien (París: Imprimerie de Giraudet, 1834), 114-115.
22
4
De Brécy, Mémoires véridiques et ingénues, 116-118.
5
Paul Leuilliot, “La Franc-maçonnerie, fait social”, Annales E.S.C. 8, no. 2 (abril-junio 1953): 240-244.
23
6
Maurice Agulhon, Pénitents et Francs-Maçons de l’ancienne Provence. Essai sur la sociabilité méridionale (París: Fayard,
1966). Agulhon, Le cercle dans la France bourgeoise 1810-1848, étude d’une mutation de sociabilité (París: Armand Colin,
1977). Daniel Roche, Le siècle des Lumières en province. Académies et académiciens provinciaux, 1680-1789 (París:
Editions de l’EHESS, 1984). Gérard Gayot, “Les problèmes de la double appartenance: protestants et francs-maçons
à Sedan au XVIIIe siècle”, Revue d’histoire moderne & contemporaine XVIII, no. 3 (julio-septiembre 1971): 415-429.
Gayot, La Franc-maçonnerie française, textes et pratiques (XVIIIe-XIXe siècles) (París: Gallimard-Julliard, 1980). Ran
Halevi, Les loges maçonniques dans la France d’Ancien Régime. Aux origines de la sociabilité démocratique (París: Armand
Colin, 1984). Jürgen Habermas, L’espace public. Archéologie de la publicité comme dimension constitutive de la société
bourgeoise (París: Payot, 1993). Etienne François, Sociabilité et société bourgeoise en France, en Allemagne et en Suisse,
1750-1850, Travaux et mémoires de la Mission historique française en Allemagne (Gotinga-París: Editions recherche sur
les civilisations, 1986). Margaret Jacob, Living the Enlightenment. Freemasonry and Politics in Eighteenth-Century Europe
(Nueva York: Oxford University Press, 1991).
7
Peter Clark, British Clubs and Societies 1580-1800. The Origins of an Associational World (Oxford: Oxford University
Press, 2000), 309-349. Dominique Poulot, Les Lumières (París: PUF, 2000), 195-207.
8
Pierre-Yves Beaurepaire, La Europa de Las Luces, trad. Glòria Farrés i Famadas (Barcelona: Davinci Continental,
2009).
9
Georg Simmel, Sociologie et épistémologie (París: PUF, 1991). Simmel, Sociologie. Etudes sur les formes de la socialisation
(París: PUF, 1999).
24
10
Roche, “Le monde maçonnique des Lumières”, en Histoire des francs-maçons en France, dir. Daniel Ligou (Toulouse:
Privat, 1987), 101.
25
ITINERARIOS HISTORIOGRÁFICOS
11
Lyliane Deroche-Gurcel, « La sociabilité: variations sur un thème de Simmel », L’Année sociologique 43 (1993): 159-
188. Deroche-Gurcel y Patrick Watier dirs., La sociologie de Georg Simmel (París: PUF, 2002).
12
Roche, Les Républicains des Lettres. Gens de culture et Lumières au XVIIIe siècle (París: Fayard, 1988).
13
Roche, Les Républicains des Lettres, 289.
14
Roche, “Mobility in French History”, French Historical Studies 29, no. 3 (2006): 513-515.
26
NUEVAS PROPUESTAS
15
Beaurepaire, L’Europe des francs-maçons (XVIIIe-XXIe siècle) (París: Belin, 2002).
16
Hemos reproducido parte de esta documentación en Beaurepaire, L’espace des francs- maçons. Une sociabilité
européenne au XVIIIe siècle (Rennes: Presses universitaires de Rennes, 2003), 207-211.
27
28
documentos18.
Las investigaciones recientes sobre la sociabilidad han permitido
reevaluar la pregnancia del modelo aristocrático y mundano19. Más aún, el
campo masónico debe tomar el lugar que le corresponde en el estudio de
las prácticas de sociabilidad. En efecto, las logias están preocupadas por
responder a las expectativas de las élites francesas y europeas; estas aseguran
un auténtico renacer social y no les falta la ocasión de brillar en la escena
mundana al organizar tenidas de adopción con reclutamiento mixto, teatros
de sociedad, conciertos amateurs, gabinetes de lectura, bailes, partidas de
caza, fuegos artificiales y acciones de beneficencia. Se dotaban de jardines de
recreo, lo cuales no han retenido hasta hoy la atención de los historiadores de
la orden masónica. Los escritos personales dan testimonio de la riqueza de dicha
“masonería de sociedad”20, y de sus relaciones precoces con las sociedades mixtas
de juego y caballerescas –como la orden de los mopses– que se crean a través
del reino europeo de las costumbres y del buen gusto. Estas muestran también
a los viajeros de calidad que encuentran fácilmente su sitio en dichas logias
aristocráticas y mundanas que fraternizan desde París hasta San Petersburgo,
y en las cuales los masones se reencuentran fuera de lo templos en las “villes
d’eaux” o durante el verano en las casas aristocráticas periurbanas en tenidas
improvisadas.
La logia que siente encarnar la sociabilidad democrática florece en
realidad en la cultura íntima de las élites, a escala continental de la “sociedad
de príncipes”, como también, a escala provincial: en Perpiñán, por ejemplo,
la logia Sociabilité se muestra como “la logia de toda la nobleza” y domina el
arte real en Roussillon21; esta reúne a las figuras de las luces técnicas, a lo más
destacado del consejo soberano de la universidad, y se beneficia del aura del
mariscal conde de Mailly, oficial general del rey en Roussillon, lugar donde
se realiza un laboratorio de las luces provinciales, sin cesar jamás de hacer
referencia a la igualdad –a pesar de que se puede comprender que trata de una
igualdad harmoniosa, por lo tanto, proporcional y no aritmética.
La explotación de los archivos “rusos” del Gran Oriente de Francia
robados por los nazis en 194022, incautado por el ejército rojo en Prusia
Oriental en 1945, y repatriado en Francia a partir del año 2000, tan solo acaba
de empezar. Dicho material permitirá estudiar desde nuevas perspectivas las
principales metrópolis masónicas francesas. Esta oportunidad debe permitir
18
Beaurepaire y Dominique Taurisson eds., Les ego-documents à l’heure de l’électronique. Nouvelles approches des espaces
et des réseaux relationnels (Montpellier: Presses universitaires de Montpellier, 2003).
19
Antoine Lilti, Le monde des Salons, sociabilité et mondanité à Paris au XVIIIe siècle (París: Fayard, 2005), 568.
20
Beaurepaire, L’espace des francs-maçons, 109-150.
21
Céline Sala, “La sociabilidad masónica francesa en la encrucijada de las fronteras fraternales y profanas: el ejemplo
de la ciudad de Perpiñán en el siglo XVIII”, REHMLAC 1, no. 2 (diciembre 2009-abril 2010): 2-16.
22
Acerca de ellos, puede consultarse el trabajo de Sala, “Los archivos del desengaño: El mundo de las fuentes
ultramarinas”, REHMLAC 2, no. 2 (diciembre 2010-abril 2011): 111-122.
29
30
1
Esta investigación ha sido realizada con el apoyo de la CAPES (Coordinación de Perfeccionamiento de Personal de
Nivel Superior), Ministerio de la Educación, Brasil. Además, agradezco a Sylvia Hottinger por la corrección de los
originales, por su apoyo y sugerencias; al equipo de la Biblioteca y Museo de la Masonería en Londres, siempre solí-
citos; a Luis Ricardo González Suárez, encargado del Museo Masónico de la Gran Logia de Chile; y a Andrew Prescott
y Susan Sommers por permitirme el acceso a dos de sus artículos aún inéditos.
2
Reconozco como distintos de la masonería a los fenómenos de las logias de adopción, de las ordenes salidas del seno
de la masonería como la orden martinista o la Golden Dawn, por ejemplo. Pero, en la actualidad, la denominación ha
sido utilizada para referirse tan solamente a las potencias masónicas no-regulares.
3
Felipe Côrte Real de Camargo. “‘Protect the integrity’: regularidade no discurso das relações maçônicas internacionais
entre Brasil e Inglaterra (1880-2000)”, REHMLAC+ 8, no. 1 (mayo-noviembre 2016): 130-150.
31
32
4
Para un análisis de este punto y de la producción historiográica, profesional y amateur en los últimos años en
Latinoamérica: José Antonio Ferrer Benimeli, “Aproximación a la historiografía latinoamericana”, REHMLAC 4, no. 1
(mayo-noviembre 2012), 1-121.
5
Ferrer Benimeli, “Métodos y experiencias en el estudio de la historia de la masonería española”, REHMLAC 1, no.
2 (diciembre 2010-abril 2011), 45-62.
6
El incremento en los estudios académicos relacionados con la temática masónica sigue su marcha, pero aún hay un
reducido grado académico del estudio de la masonería en sí misma, o sea, no vinculada a un tema entendido como
propiamente “histórico”.
7
En este contexto se reiere a la llamada historia anticuaria en la cual, según Nietzsche, hay una postura hacia el
pasado esencialmente conservadora en la que se superpone una búsqueda desde las raíces. El historiador preserva así
el pasado sin hacerle crítica que no sea su no-preservación.
8
Sobre la idea de masonería como sociedad secreta, pueden consultarse los trabajos de Yván Pozuelo Andrés, “La
masonería: ¿una organización discreta? Cuestión de deinición”, REHMLAC 1, no. 2 (diciembre 2009-abril 2010):
62-87; y Henrik Bogdan, “Freemasonry and Western Esotericism”, en Handbook of Freemasonry. Brill Handbooks on
Contemporary Religion (Book 8), eds. Henrik Bogdan y Jan A. M. Snoek (Leiden | Boston: Brill, 2014), 277-305.
33
9
Jacques Le Goff y Pierre Nora, Faire de l’histoire (París: NRF, Gallimard, 1974), 3 vols.
10
Peter Burke, Eyewitnessing: The Uses of Images as Historical Evidence (Londres: Reaktion Books, 2001).
11
Burke, New Perspectives on Historical Writing (Cambridge: Polity Press, 2001).
12
Tratase del primer nombre que recibió la obediencia masónica hoy conocida como Gran Logia Unida de Inglaterra.
13
Andrew Prescott y Susan Mitchell Sommers, “Searching for the Apple Tree: Revisiting the Earliest Years of
Organized English Freemasonry”, en Relections on Three Hundred Years of Freemasonry, ed. John S. Wade (Surrey, UK:
Lewis Masonic, 2017).
34
San Pablo.
2.- En la cervecería de la Corona, situada en el callejón de Parker, cerca del callejón
de Drury.
3.- En la taberna del Manzano, situada en la calle de Charles, en Convent-Garden.
4.- En la taberna del Ron y de las Uvas, situada en Channel-Row, Wetsminster.
Estos y algunos otros antiguos hermanos se reunieron un día en la taberna
del Manzano, y poniendo de presidente al Maestro Masón más antiguo (llamado
ahora Maestro de la Logia), se constituyeron en Gran Logia pro Tempore, en Debida
Forma, reanudando en el acto las relaciones trimestrales entre los Oiciales de las
Logias, y resolviendo celebrar una Asamblea anual y un banquete y nombrar de
entre ellos un Gran Maestre, hasta que tuvieran el Honor de tener por Jefe a algún
Hermano Noble.
14
Como David Stevenson, John Hamill, Roger Dachez y Richard Berman.
15
Prescott y Sommers, “Searching for The Apple Tree”, 8-9.
16
Raquel Rolnik, O que é a cidade (São Paulo: Brasiliense, 1995), 16.
35
36
22
Jules David Prown, “Mind in Matter: An Introduction to Material Culture Theory and Method”, Winterthur Portfolio
17, no. 1 (1982): 1-19.
23
[“broad, but not unrestricted, range of objects”]. Prown, “Mind in Matter”, 2.
24
[“only a small percentage of the world’s population is and has been literate, and that the people who write literature
or keep diaries are atypical.”]. Prown, “Mind in Matter”, 3.
25
Richard Grassby, “Material Culture and Cultural History”, The Journal of Interdisciplinary History 35, no. 4 (2005):
591-603.
26
Grassby, “Material Culture and Cultural History”, 594.
27
Grassby, “Material Culture and Cultural History”, 596.
28
Ann Browe Stahl, “Material Histories”, en The Oxford Handbook of Material Culture Studies, ed. Dan Hicks y Mary C.
Beaudry (Oxford: Oxford University Press, 2010): 150-172.
37
38
36
Voley Loustau ed., Franc-maçonnerie, objets de collection: trois siècles d’histoire (París: Éditions du Chêne, 2012).
37
W. Kirk MacNulty, Freemasonry: Symbols, Secrets and Signiicance (Londres: Thames and Hudson, 2006).
38
Sobre su diversidad en Inglaterra, véase el trabajo de Keith B. Jackson, Beyond the Craft (Londres: Lewis Masonic,
1982).
39
con la unión de las dos logias rivales: los llamados modernos y los antiguos39.
En los otros cuerpos masónicos por el mundo podemos percibir las alteraciones
generadas intencionalmente o el fruto de las evoluciones históricas, ilosóicas
e simbólicas. Así, el mandil es también una declaración de los valores, de la
mentalidad masónica de tal y cual obediencia.
La importancia de la cultura material para la historia de la masonería
es todavía más fundamental cuando observamos el contexto del siglo XVIII.
Hay pocos testigos de la masonería del siglo XVII en comparación con la
abundancia encontrada en los periodos subsecuentes.
La relación entre la cultura material y la masonería es única, pues no
hay masonería sin las herramientas del grado40, sin panel del grado41, sin las
franjas, los sombreros, los candelabros, las espadas, los mandiles, la lista es
extensa. Así, dicha relación es de las más ejemplares para el estudio de los
vínculos entre la materialidad y la historia. Frecuentemente la importancia de
lo material es señalada por “materializar, niveles de afección e intención”42.
En el caso masónico, el mandil materializa la pertenencia, el grado y cuando
el cuerpo del masón se ausenta, su mandil señala su presencia. Su mandil se
“consubstancia” en el masón mismo.
Los casos son muchos, pero, para ilustrarlo, hago mención de tres
mandiles, masones, países y obediencias especíicos. El primero es el delantal
de Winston Churchill que está en la exhibición por los trecientos años de
la masonería, en la Gran Logia Unida de Inglaterra. El exprimer ministro
británico fue elegido por votación popular, promovida por la BBC en 2002, el
más importante británico de la historia. No es raro que los medios publicasen
para la exhibición en la UGLE43, el mandil de Churchill en su portada. Más
que incrementar la importancia de la ya aclamada fraternidad, el delantal
de Churchill hace tangible su pertenencia a la orden, refuerza los lazos de
hermandad entre los masones de hoy con su hermano ilustre y la apariencia
gastada de la pieza hace evidente la huella dejada por su cuerpo en su labor
masónico.
El segundo es el mandil de Voltaire, el cual ha sido expuesto
permanentemente en el museo de la masonería del Gran Oriente de Francia:
39
En 1813, las dos grandes logias más importantes de Inglaterra se unieron después de sesenta y dos años de
existencia por separado. La Grand Lodge of the Most Ancient and Honourable Fraternity of Free and Accepted
Masons, establecida en 1751; y la Grand Lodge of England, supuestamente establecida en 1717. A pesar de la
nomenclatura, los “antiguos” era la gran logia más nueva que la de los “modernos”, todavía, la designación engendrada
por la “gran logia de los antiguos” fue la que se perpetuó.
40
Los tres primeros grados de las masonerías poseen un conjunto de herramientas que será utilizada, simbólicamente,
por el masón.
41
En los tres primeros grados de las masonerías hay un panel del grado donde constan los símbolos o las alegorías
correspondientes a aquella etapa.
42
Catherine Richardson, “‘A very it hat’: Personal Objects and Early Modern Affection”, en Everyday Objects: medieval
and early modern material culture and its meanings, eds. Tara Hamling y Catherine Richardson (Farnham: Ashgate,
2010), 289-298.
43
Siglas en inglés de la Gran Logia Unida de Inglaterra (United Grand Lodge of England).
40
44
Athanase Germain, Initiation de Voltaire dans la Loge des Neuf-Soeurs : précédée d’une notice sur Voltaire, les Neuf-
Soeurs, les Trinosophes, accompagnée de notes explicatives sur les faits et les personnages (París: Bureau de la « Chaîne
d’union », 1874).
45
Juan Gonzalo Rocha, Allende, Masón: visión de un profano (Santiago de Chile: Editorial Sudamericana Chilena,
2000).
46
Acerca del trato de la muerte en la masonería, puede consultarse el trabajo de Jeffrey Tyssens, “¿Una farsa sacrílega?
La francmasonería belga y la disputada conmemoración del rey Leopoldo de Sajonia-Coburgo-Gotha”, REHMLAC 5,
no. 1 (mayo-noviembre 2013): 41-59.
41
47
Christopher Tilley, “Ethnography and Material Culture”, en Handbook of Ethnography, eds. John Loland, Lyn H.
Loland, Sara Delamont, Amanda Coffey y Paul Atkinson (Londres: Sage Pub, 2001), 258-272.
48
Richardson, “‘A very it hat’”, 297.
49
Designación general para el método organizacional de la masonería moderna, es decir, logias agrupadas por una
logia central responsable para regular la dinámica de sociabilidad masónica en aquel país o región.
42
y cruzarlos con otras fuentes para descubrir cuáles son los indicios que nos
pueden ofrecer sobre el pasado.
Rastrear vestigios a partir de la cultura material, en especial de los
mandiles, enriquece nuestro entendimiento de los imaginarios masónicos al
garantizar el acceso a otros testimonios distintos a los escritos, sobre todo
cuando la alfabetización, especialmente en el siglo XVIII, fuera raro. Realizar el
escrutinio de una mentalidad especíica dentro del marco de la historia de las
ideas, es promover una arqueología del saber, sobrepasando el entendimiento
tradicional de las fuentes y lo que ellas pueden nos ofrecer.
En el caso inglés, estas piezas de la cultura material con sus símbolos
demuestran otros aspectos de la vida masónica y su relación con la iconografía:
sus aspectos prosopográicos50. Múltiples camadas de símbolos y el testimonio
de que algunas cintas, bordados y pinturas han sido suprimidas, sugieren que
algunos de estos mandiles cuentan la historia masónica de sus dueños. La
coexistencia de la imaginería51 de los grados simbólicos con la de los altos
grados en un solo delantal, demuestran no solamente una masonería más luida
y libre en sus prácticas, sino también son testigos de una era pre-efímera52 en
la cual las vestimentas podrían ser un rastreador de la trayectoria de vida de
una persona, bien como un testimonio, un recuerdo de su presencia, muchas
veces con poderes mágicos53.
Los mandiles llamaran la atención de algunos investigadores, pero
incluso hasta hoy entre los masones se les ha prestado una atención limitada.
En las publicaciones masónicas especializadas – me reiero a las no académicas–
se encuentran algunos artículos sobre los mandiles, especialmente en el Ars
50
Acerca del uso de la prosopografía en los estudios históricos sobre la masonería, puede revisarse el artículo de
Ricardo Martínez Esquivel, “Prosopografía y redes sociales: notas metodológicas sobre el estudio de la masonería
en Costa Rica”, REHMLAC+ 7, n. 2 (diciembre 2015-abril 2016): 1-25, doi: http://dx.doi.org/10.15517/rehmlac.
v7i2.22689
51
Me reiero a la idea de imaginería pensando en el término imagery en inglés y imagerie en francés, cuyo
correspondiente es extraño en español (o portugués), pero cuya signiicación nos puede auxiliar a privilegiar las
imágenes en su contexto. Como apunta Francielly Rocha Dossin, la imaginería puede ser deinida como un conjunto
de imágenes agrupadas por una determinada relación de origen, de temática, de hechura, de consumación o de
utilización. Francielly Rocha Dossin,“Sobre o regime de visualidade racializado e a violência da imageria racista: notas
para os estudos da imagem”, en prensa.
52
El término efímero es utilizado por el sociólogo francés Gilles Lipovetsky para describir la moda del periodo de
tiempo comprendido entre el comienzo del prêt-à-porter a la década de 1980, cuando publicó su libro L’Empire de
l’éphémère: la mode et son destin dans les sociétés modernes.
53
Giorgio Riello en el caso especíico de las vestimentas ocultadas de las casas británicas del siglo XVIII, comenta
como “los historiadores, los antropólogos y los expertos están de acuerdo que tales objetos fueran ocultados con
el intento de proteger la casa y sus habitantes de fuerzas malignas y [por ello,] se colocaron en los puntos más
vulnerables de conexión con el mundo exterior. También parece que estos objetos invocan la presencia física de sus
usuarios y dueños” (“Historians, anthropologists and experts agree that such objects were hidden with the intent
of protecting the house and its inhabitants from malilgn forces and were placed in the most vulnerable points of
connection with the outside world. It also appears that these objects invoke the physical presence of their wearers and
owsers”). Traducción propia. Giogio Riello, “Things that shape history: Material culture and historical narratives”, en
History and Material Culture, ed. Karen Harvey (Londres: Routledge, 2009), 28.
43
54
Tradicionalmente, la revista contiene artículos de los miembros de la logia homónima de Pesquisas. Dada su
calidad y antigüedad, Ars Quatuor Coronatorum es largamente utilizada por académicos como fuente coniable para
los estudios masónicos.
55
Como determina el artículo 239 de las Constituciones de la Gran Logia Unida de Inglaterra.
56
Respectivamente los años y volúmenes: 1891 (4); 1923 (36); 1948 (61); 1961 (74).
57
Una del año 1940, volumen 53 y la otra de 1971, volumen 84.
58
William Harry Rylands (1847-1922) era un anticuario y masón.
59
W. Harry Rylands, “The masonic Apron”, Ars Quatuor Coronatorum 5 (1892): 142-185.
60
[“the eldest son of the Nabob of the Carnatic [sic] had been initiated into masonry there [Trichinopoly] and
professed a great veneration for the society”] –La iniciación se reiere a Ghulam Husain Ali Khan, hijo mayor y
heredero del nawab del Carnático Muhammad Ali Khan Wallajah (1749-1795). Constitutions of the Fraternity of Free
and Accepted Masons (Londres: Printed by J. Rozea, 1784), 322.
44
61
[“That a complimentary letter be sent to him on the occasion, accompanied with the present of a blue apron
elegantly decorated; and a book of Constitutions, bound in the most superb manner”]. Constitutions, 322.
62
Un ejemplo es el grado de maestro masón que a pesar de ser conferido en algunas logias desde 1725 solamente
fue establecido cerca del 1730. Según Douglas Knoop y J. P. Jones, The Early Masonic Catechisms (Manchester:
Manchester University Press, 1963); Peter Kebbel, “The changing face of English Freemasonry: 1640-1740” (Tesis de
Doctorado en Historia, Universidad de Bristol, 2009); y Jan A. M. Snoek, “Masonic Rituals of Initiation”, en Handbook
of Freemasonry, 319-327.
63
[“The Union of the two Grand Lodges brought about the standardization of Craft regalia and jewels. A Board
of Works had been set up to manage the property and furnishings of Grand Lodge but the irst task was to design
patterns for standardized regalia to be adopted by all members. They worked quickly and presented their designs in
March 1814 meeting of Grand Lodge”]. Traducción propia. John Hamill, The Craft: A History of English Freemasonry
(Bedfordshire UK: Crucuble, 1986), 74.
45
se difundió64.
64
[“Before 1760, elaborately-painted or embroidered aprons came into fashion and continued to be favoured until
the Union (1813). Many of these aprons were home-made, often artistically inished and adorned with symbolic
designs […] The tendency to decorate Masonic aprons with symbolic designs began in the 1730’s, and between 1740
and 1790 this practice became widespread”]. Traducción propia. F. R. Worts, “The Apron and its Symbolism”, Ars
Quatuor Coronatorum 74 (1961): 134.
65
[“were mostly crude, but many surviving examples reveal skill and taste”], Worts, “The Apron and its Symbolism”,
134.
66
La mención a la cetina azul ornamentando los mandiles de cuero blanco utilizados por el gran maestro, su
representante y los vigilantes, aparece en la resolución de la gran logia del 17 de marzo de 1721. Worts, “The Apron
and its Symbolism”, 132-141.
67
The Most Noble Order of the Garter fundada en 1348 por Eduardo III de Inglaterra.
68
[“That the Bearers or Collars for the Jewels be wove Gold on Garter Blue. The whole to be of the breadth of the
Garter ribbon”]. Gran Logia Unida de Inglaterra, “Board of Works-Regalia &c. 1814”, MS. Librería y Museo de
Masonería, Londres. GBR 1991, FMH MINS 1/3.
69
Michel Pastoureau, Bleu: Histoire d’une couleur (París: Seuil, 2000).
46
70
[Proceeded to the Consideration of the Aprons. For the Entered Apprentice, a plain white Lambskin Apron, with
white strings, & without ornaments from 16 to 18 inches wide – 13 to 15 deep. Square at the bottom.
-The F.C. the same with sky blue lining & bound with the same an inch & a half wide. and 2 rosettes at the bottom.
-The M.M. the same with an additional rosette on the bib or lap. -
That no other Colour or ornament shall be allowed accept to oficers or Lodges, who may have the Emblem of their
ofice in the centre of the apron. -That Past Masters may have the Emblem of the (Past) Master in the Centre. For
Grand Oficers to be white Lambskin of the same size edged with Garter blue 3 & ½ inches deep and ornamented
with gold as shall be determined hereafter]. Traducción propia.
Gran Logia Unida de Inglaterra, “Board of Works-Regalia &c. 1814”.
71
Box LC 8.62 - Oversise and Garly Aprons – Linen, items number: 2009.3298 and 2010.358.
72
El periódico utiliza los términos “hecho y creado” para hablar de la iniciación.
73
[“all which Gentlemen went Home in their white Aprons very well satisied, and according to the ancient
Institution of that noble and advantageous Brotherhood”]. Traducción propia. Applebee’s Original Weeklys Journal, 9
de septiembre de 1721, 4.
74
[“lately been admitted into the Society of Freemasons, and … accordingly been invested with the Leather Apron,
one of the Ensigns of the Society”]. Traducción propia. Applebee’s Original Weeklys Journal, 9 de septiembre de 1721, 3.
47
75
El autor hace referencia al exposé llamado “A Dialogue Between Simon, a Town Mason and Philip a Traveling
Mason” del año 1732.
76
[“A number of other minor changes seem to have occurred in the use of space in freemasonic ritual during the
late 1720s. As highlighted in the drawings from A Dialogue and implied by 1729 advertisement, a number of new
props begin to appear in freemasonic ritual including a number of items used in the building trade, such as Squares,
Compasses, Ashlers, and Tunnels: although, as will be discussed later, there is no reason to question whether these
were actually new innovations of the 1720s”]. Kebbel, “The changing face of English Freemasonry”, 151-53.
77
John T. Thorp, Memorials of the Masonic Union (Leicester: Johnson, Wykes & Paine, 1913).
78
Jessica Harland-Jacobs, Builders of Empire: Freemasons and British Imperialism, 1717-1927 (Nueva York: Oxford
University Press, 1991).
79
Para una breve visión crítica de las relaciones entre la masonería y la revolución francesa, consúltese el trabajo de
Daniel Ligou, “La révolution, ille de la maçonnerie?”, en Notre Histoire : La Franc-Maçonnerie, ed. Yves-Noël Lelouvier
(París: Desclée de Brouwer, 1996).
48
80
La frase original es “pas de documents, pas d’histoire”. Charles-Victor Langlois y Charles Seignobos, Introduction
aux études historiques (París: Éditions Kimé, 1992 [1898]), 29.
81
Neil McKendrick, John Brewer y J. H. Plumb, The Birth of a Consumer Society: the commercialization of eighteen
century England (Londres: Europa, 1982).
82
Jacques Le Goff, História e Memória (Campinas: Editora da Unicamp, 1990), 548.
83
Locución latina que signiica “así pasa la gloria del mundo” o en interpretación más libre, “las cosas mundanas son
pasajeras”, utilizada para señalar el carácter efímero de los honores, éxitos, triunfos, etcétera.
49
1
Traducción del francés al español de María José Hornero.
2
Sammlung der Reden nebst einem Gedicht zum Gedächtnis Friedrichs des Großen in der feierlichen Trauerloge zu den drei
Weltkugeln in Berlin, gehalten 13. September 1786 (Berlín: Decker, 1786), 55.
3
Trauerloge zum Gedächtniß des Allerdurchlauchtigsten Protektors Sr. Majestät des Kaisers u. Königs Br. Wilhelm I.
gemeinsam gefeiert von den sechs Frankfurter Freimaurerlogen im Tempel der Loge Carl zum aufgehenden Licht am 5. April
1888 (Fráncfort: Werner & Winter, 1888); Allgemeine Trauerloge sämmtlicher 14 Hamburger Logen am 30. März u. 12.
Juli 1888 zum Gedächtnis Kaiser Wilhelm I. und Friedrich III. (Hamburgo, 1888).
4
Anton van de Sande, Vrijmetselarij in de lage landen. Een mysterieuze broederschap zonder geheimen (Zutphen: Walburg
Pers, 2001), 110, 113. B. Croiset van Uchelen, “De rouwloge”, Thoth I (1961): 14-15.
50
Eduardo VII en 1910 con logias de la tristeza a lo largo del mundo entero5.
Incluso se llevó a cabo esta práctica en casos en los que el monarca no era
masón, como atestigua al menos una logia sudafricana celebrada en honor a la
reina Victoria en 19016.
Sin embargo, la logia de la tristeza del “hermano” Leopoldo de
Sajonia-Coburgo fue especial, pues el rey se había vuelto muy crítico hacia la
francmasonería belga y contaba con credenciales masónicas bastante ambiguas.
Entonces, ¿por qué tenían tanto interés los francmasones belgas en conmemorar
a su fallecido rey y en hacer cierta publicidad del evento, contraviniendo la
discreción usual de la orden?, ¿por qué los periódicos católicos se mostraron tan
irritados hacia la celebración? Es conocida la tensión entre el gobierno liberal
y la Iglesia católica a causa de la muerte y el entierro del rey Leopoldo7. En ese
contexto, la conmemoración masónica del rey francmasón ponía ciertamente
el dedo en la llaga sobre ciertos asuntos delicados. Ello se tradujo en una fuerte
polémica en la esfera pública en general y en el origen de un revelador debate
en el seno del mundo masónico, como veremos a continuación.
A través de la interpretación especíica del ritual de duelo
(independientemente de lo dudoso de sus cualidades retóricas), la
francmasonería belga, conocida como la columna vertebral del partido liberal
de irme anticlericalismo del país (organización, por tanto, muy distinta de
su homóloga británica, por poner un ejemplo), explicitaba quién podía optar
a ser garante legítimo de la verdadera naturaleza de la nación. Del mismo
modo, la evocación de la muerte de Leopoldo como rey luterano de un país
predominantemente católico conirmaba sus posturas en cuanto al lugar que
la religión organizada ocupaba en la sociedad, y la relación de ello con “la
bonne mort”, es decir, con las formas de morir aceptables desde el punto de
vista social y político.
5
Ver The Advertiser (Adelaide, Australia del sur, 21 de mayo de 1910): 15; Victoria Daily Colonist (Canada, 19 de
mayo de 1910): 6; The Mercury (Tasmania, 30 de mayo de 1910): 5.
6
Ars Quatuor Coronatorum XIV (1901): 94; Jessica Harland-Jacobs, Builders of Empire: Freemasons and British
Imperialism 1717-1927 (Chapel Hill, NC: University of North Carolina Press, 2007), 336.
7
Gita Deneckere, Leopold I. De eerste koning van Europa (Amberes: De Bezige Bij, 2012), 664.
51
8
Deneckere, biógrafo del rey Leopoldo, presupone que esta aceptación se puede asimilar a una iniciación de pleno
derecho en una logia militar ambulante activa en esa región. Además de la carencia absoluta de cualquier tipo de
prueba documental a este respecto, esta presunción parece altamente improbable, ya que la iniciación y la aceptación
por comunicación eran de naturaleza muy diversa. Si Leopoldo se hubiera convertido en francmasón siguiendo
una iniciación normal, Schilferi no habría necesitado registrar la aceptación como realizada por comunicación. Este
procedimiento se llevaba a cabo precisamente cuando no había ninguna logia disponible. Si hubo más presentes en
esta aceptación es otra cuestión. Deneckere, Leopold I, 72.
Las aceptaciones por comunicación consistían en conceder un grado a través de la simple narración de sus contenidos
y sin seguir ningún tipo de ceremonia. No eran inusuales en esos días, principalmente cuando la atribución de
un mayor grado preveía mayores ingresos para la logia, o cuando se trataba de reclutar a miembros de prestigio
evitándoles procedimientos regulares que podrían ser impropios para su posición social. Un comentario sobre esta
práctica: Revue Maçonnique. Journal consacré aux améliorations de la franc-maçonnerie VII (1844): 169. Eugen Lennhoff
y Oskar Posner, Internationales Freimaurerlexikon (Zürich, Leipzig y Wien: Amalthea-Verlag, 1932), 294 y 702. Daniel
Ligou, Dictionnaire de la franc-maçonnerie. Edition revue, corrigée et augmentée par Charles Porset et Dominique Morillon
(París: PUF, 1987), 272.
9
El complejo conjunto de hechos acerca de la pertenencia masónica de Leopoldo se analiza en Jean van Win, Un roi
franc-macon: Léopold Ier de Belgique (Marcinelle: Cortext Edtions, 2007), 16-34 y 42-74.
10
Marie-Rose Thielemans, Goswin, baron de Stassart 1780-1854. Politique et franc-maçonnerie (Bruselas: Académie
royale de Belgique, 2008), 374-382.
11
Alois Simon, La politique religieuse de Léopold Ier (Bruselas: Goemaere, 1953), 41-42.
52
mucho tiempo los masones belgas apenas tuvieron conocimiento del momento
y el lugar de introducción de Leopoldo en la francmasonería12 pues los detalles
de su aceptación, indirecta, en una logia suiza solo llegaron a oídos del gran
oriente después de su muerte y por mera coincidencia13. Por otra parte,
resulta innegable que el creciente anticlericalismo de la masonería belga y
su evidente papel en la creación del partido liberal solo podían provocar la
hostilidad de Leopoldo. Ya en la década de 1840 su correspondencia revelaba
varios comentarios negativos a este respecto14. Aun siendo luterano, Leopoldo
apoyaba claramente el catolicismo político y su postura más conservadora
en la sociedad. Todo ello no condujo a la desaparición de la protección real
del gran oriente, pero esta quedó reducida a una mera formalidad que no se
renovó tras su muerte.
El hecho de que Leopoldo muriera en 1865 sin renunciar a su
confesión luterana (lo que provocó cierta polémica a la hora de enterrarlo en
la cripta real15) debió de ser muy signiicativo para los francmasones belgas.
Había mucho más en juego que la desaparición del primer rey de Bélgica.
La no conversión al catolicismo, contraviniendo los deseos de sus familiares
y de la más alta jerarquía católica belga16 y su reairmación “in articulo mortis”,
despertó una gran ainidad en la sensibilidad masónica del momento. En efecto,
la muerte y entierro de quienes habían roto con la Iglesia católica era un tema
candente en las décadas de l850 y 1860. Cuando Pierre-Théodore Verhaegen
(1796-1862), el líder masónico más prestigioso de Bélgica en aquel entonces,
falleció sin apoyo sacerdotal en 1862 y, consecuentemente, fue enterrado de
forma civil y no religiosa, se formó un gran revuelo que convirtió el hecho en
un nuevo incentivo para que los masones se unieran al movimiento juvenil
asociacionista de librepensadores. El primer objetivo de dicha asociación era
precisamente el de organizar entierros civiles, en ocasiones ante la resistencia
violenta de los católicos locales17.
El valor simbólico de un monarca que nadaba contra corriente en ese
aspecto, es decir, que no sucumbía a la presión católica, era inmenso. Por lo
12
No en vano, algunos masones de relevancia como Verhaegen ya airmaban hacia mediados de la década de 1850
que la iniciación del rey se había producido en un lugar no especiicado de Alemania, idea que, inalmente, no resultó
ser muy descabellada. van Win, Un roi franc-maçon, 56.
13
Van Win relata en su libro cómo fue en realidad el corresponsal en Berna del periódico liberal L’Indépendance Belge
quien reveló esta parte de la historia el 21 diciembre de 1865. Tras esta “primicia”, el gran oriente escribió a la logia
suiza para obtener una conirmación. Zur Hoffnung correspondió con un extracto traducido de sus actas en las que se
relataba la historia de Schiferli. Véase: van Win, Un roi franc-maçon, 145-150.
14
Como se menciona explícitamente en una conocida carta a su primo Mensdorff-Pouilly en 1847. Véase: Jean
Puraye y Hans Otto Lang eds., Lettres de Léopold Ier à sa soeur la princesse Sophie; à son beau-frère Emmanuel, comte
de Mensdorff-Pouilly; à son neveu Alphonse, comte de Mensdorff-Pouilly. 1804-1864. Traduction et édition critique (Lieja:
Vaillant-Carmanne, 1973), 357.
15
El comentario de la reina Victoria sobre la actitud de la jerarquía católica hacia el funeral fue devastador: “¡El atroz
clero católico! Mendigos indecentes”. Véase: Deneckere, Leopold I, 664-665 y 668.
16
Deneckere, Leopold I, 663-664.
17
Jeffrey Tyssens y Marie-Pierre Verhaegen, Pierre-Théodore Verhaegen (1796-1862) (Bruselas: VUB Press, 1996),
151-169.
53
Lo que el gran oriente pretendía con esto era airmar con claridad que
el aceptar bajo juramento los principios masónicos era equivalente a cumplir
con los deberes patrióticos y que el rey era el ejemplo más destacado de tal
correspondencia. ¿Por qué se afirmaba explícitamente la postura patriótica
o incluso nacionalista de la orden? Difícilmente podía tratarse de una mera
formalidad, ya que solo un mes antes el propio gran oriente había publicado
otra circular en el mismo periódico liberal L’Indépendance Belge, considerado
por la opinión católica como uno de los órganos de la orden22. En dicho
escrito, el gran oriente reaccionaba contra el discurso papal “Multiplices inter”
pronunciado por el papa Pío IX el 25 de septiembre de 1865, en el que se
acusaba a la masonería de ser “impía y criminal”, un instrumento de “pérdida”
o de “hombres depravados” cuyo único objetivo era “conspirar contra la
18
Nuestra traducción de “avec le calme et la sérénité du juste et le stoicisme du vrai maçon”. L’Indépendance Belge,
12 de diciembre de 1865.
19
Nuestra traducción de “une de ces farces sacrilèges dont elle a si bien le secret”. Le Bien Public, 13 de diciembre
de 1865.
20
Le Bien Public, 15 de diciembre de 1865.
21
Nuestra traducción de “a, pendant un règne de près de 35 années, pratiqué avec sincérité et amour les grands
principes humanitaires qui constituent la base de notre ordre, et qui s’est acquis ainsi l’estime et l’amitié de ses frères,
l’amour et la vénération du peuple belge, le respect et l’admiration de ses contemporains” y “Il est un sentiment
qui, au-dessus de tout autre, vibre dans le coeur du maçon, c’est l’amour de la patrie”. L’Indépendance Belge, 12 de
diciembre de 1865.
22
Le Bien Public, 20 de febrero de 1866.
54
23
Nuestra traducción de “empia e nefanda”, “uomini perduti” y “le quali cospirano contro la Chiesa ed il potere
civile”. Vease la publicación oicial en Ugo Bellocchi ed., Tutte le encicliche e i principali documenti pontiici emananti dal
1740, vol. IV, Pio IX (1846-1878) (Città del Vaticano: Libreria Editrice Vaticana, 1995), 284-286. La traducción francesa
del momento recoge “uomini perduti” como “hommes dépravés”, lo que resulta mucho más agresivo en cuanto al
tono. Véase la versión del discurso editado el mismo año: Allocution prononcée en consistoire secret, le 25 septembre 1865,
par N.T.S.P. le pape Pie IX (Avignon: Seguin, 1865), 11.
24
L’Indépendance Belge, 10 de noviembre de 1865.
25
Lennhoff y Posner, Internationales Freimaurerlexikon, 1591.
26
Friedrich Voigt, Geschichte der g.u.v. Freimaurerloge Friedrich zum weisen Pferde im Orient van Hanover (Hannover:
Kius, 1846), 30-31.
27
Georg Kloss, Bibliographie der Freimaurerei und der mit ihr in Verbindung gesetzten geheimen Gesellschaften (Fráncfort
y París: Sauerländer/Klinksieck, 1844), 94-404, en especial 396-397.
28
Analizamos extensivamente las logias de la tristeza belgas en Tyssens, “Sur les rites funéraires de la franc-maçonnerie
belge du XIXe siècle”, REHMLAC 3, no. 1 (mayo-noviembre 2011): 157-182.
55
29
Grand-Orient de Belgique. Cérémonie funèbre en mémoire du Frère Léopold de Saxe-Cobourg, 1er Roi des Belges,
Protecteur de la Franc-Maçonnerie nationale (Bruselas: Lacroix, Verboeckhoven y Cía., 1866), 45. Es muy probable
que esta edición se debiera distribuir públicamente en realidad ya que bastantes detalles habituales en los rituales
masónicos no se mencionan como, por ejemplo, las partes de apertura y cierre. Esto podría indicar que su objetivo
era el de dar a conocer públicamente las oraciones. La misma idea parece subyacer a la defensa que la logia de Lovaina
La Constance presentó ante la acusación del gran oriente de indiscreción al criticar la misma logia de la tristeza. Ver:
Notas de defensa de La Constance s.d. CEDOM, Fondo de Moscú, 114-1-733.
30
La impresión de 1867 se ha publicado en Tyssens, De Schatten van de Tempel. Het Belgisch Museum van de Vrijmetselarij
(Bruselas: Fondo Mercator, 2006), 18.
31
Victor Turner, The Ritual Process. Structure and Anti-structure (Nueva York: Aldine De Gruyter, 1969).
32
Cérémonie funèbre en mémoire du Frère Léopold de Saxe-Cobourg, 9-21.
56
57
otros cifraron el número en 800 asistentes (si bien la sala del templo era sin
duda demasiado pequeña para acoger a todos los participantes)36. Es obvio que
los organizadores no escatimaron esfuerzos para alcanzar la mayor repercusión
posible. De hecho, incluso contrataron para interpretar la música a algunos
cantantes, el coro y la orquesta de la ópera La Monnaie de Bruselas, quienes
tradicionalmente tenían estrechos contactos con la comunidad masónica de
la capital belga. ¿Pero consiguieron el efecto de grandiosidad deseado? Hay
buenas razones para dudar de ello.
36
Amand Neut, La franc-maçonnerie soumise au grand jour, Vol. II, 383.
37
Journal de Bruxelles, 19 de febrero de 1866.
38
Le Bien Public, 20 de enero de 1866; Journal de Bruxelles, 18 de febrero de 1866.
58
y el odio es la siguiente: Hay un rey cuya sagacidad solo se puede alabar, un rey
cuyas grandes virtudes cívicas no se pueden negar. Ese rey tan sabio e iluminado
protegía de forma especial la francmasonería de su país; ese rey, iniciado en nuestros
misterios, ha vivido y muerto como masón convencido39.
Al igual que el gran orador, Louis Defré fue más allá y presentó una
imagen totalmente manipulada del rey Leopoldo. Así, sentenció que Leopoldo
tenía “fe en las aspiraciones liberales de los belgas” (lo que es, en el mejor de
los casos, una exageración40). Airmó que la propuesta de Leopoldo de abdicar
en 1848 se había inspirado en su voluntad de servir al pueblo (mientras que el
motivo real era el miedo a ello; un error de cálculo, por cierto, ya que casi no
hubo incidentes de relevancia en Bélgica durante ese agitado año)41. Defré lo
describió como “aristócrata en los modales y liberal en el corazón”, airmación
totalmente errónea42. También proclamó que el rey había luchado en contra
de los principios de la revolución francesa en las ilas de la santa alianza, pero
que posteriormente había aprehendido la tolerancia religiosa y política en las
logias masónicas (donde, por cierto, nunca puso un pie43...).
En la tercera parte del ritual el discurso de Defré se convirtió en un
despropósito. Esceniicó la entrada de Leopoldo en el templo de la inmortalidad,
el asilo de los benefactores de la humanidad, poniendo al rey casi al mismo nivel
que quienes habían luchado por la libertad belga. Aquellos “primeros apóstoles
y mártires de la independencia” eran: Ambiorix el galo que luchó contra Roma
en el siglo I antes de Cristo, Artevelde, quien hizo lo propio contra Francia en
el siglo XIV, Marnix van Sint-Aldegonde, quien se enfrentó a España en el XVI y
Anneessens, opositor a los austriacos en el XVIII44. La dramatización de Defré
rápidamente tornó en un teatro de pésimo gusto, si bien era una trasposición
clara, por un lado, de la interpretación de entonces que resumía la historia
belga a una sucesión de largas ocupaciones extranjeras (lo que no fue cierto
hasta la anexión francesa de 1795) y, por el otro, de la representación típica de
la resistencia frente a la España católica del XVI como precedente de la lucha
liberal del siglo XIX.
39
Nuestra traducción de “une réponse décisive à faire à ceux qui rêvant le retour d’un triste et sombre passé, et
s’efforçant de combattre la maçonnerie, sauvegarde des conquêtes modernes, sentinelle avancée du progrès, le
représentant comme un foyer d’hommes impies et criminels (enfatizado en el texto), qui conspirent contre l’Eglise
et le Pouvoir civil. Ils ont compris que la réponse à faire à ces dominateurs d’un autre âge, qu’égarent le fanatisme et
la haine, est de leur dire: Il est un Roi à la sagesse duquel vous êtes réduits à rendre hommage, un Roi dont vous ne
pouvez méconnaître les hautes vertus civiques; eh bien, ce Roi si sage et si éclairé avait pris sous sa protection spéciale
la Franc-Maçonnerie de son pays, ce Roi initié à nos mystères, a vécu et est mort en maçon idèle et convaincu”.
Cérémonie funèbre en mémoire du Frère Léopold de Saxe-Cobourg, 15-16.
40
Cérémonie funèbre en mémoire du Frère Léopold de Saxe-Cobourg, 25.
41
Cérémonie funèbre en mémoire du Frère Léopold de Saxe-Cobourg, 26-27.
42
Nuestra traducción de “aristocrate par les manières et liberal par le coeur”. Cérémonie funèbre en mémoire du Frère
Léopold de Saxe-Cobourg, 27.
43
Cérémonie funèbre en mémoire du Frère Léopold de Saxe-Cobourg, 27.
44
Nuestra traducción de “les premiers apôtres et les grands martyrs de son indépendance”. Cérémonie funèbre en
mémoire du Frère Léopold de Saxe-Cobourg, 41-42.
59
60
51
Journal de Bruxelles, 18 de febrero de 1866; Le Bien Public, 19 de febrero de 1866.
52
Informe no datado y movimiento de protesta La Constance, 17 de marzo de 1866, Centre de Documentation
Maçonnique - Bruselas (CEDOM), Fondo de Moscú, 114-1-733.
53
Carta de Defré a La Constance, 13 de abril de 1866; carta de Defré a La Constance, 20 de abril de 1866; carta de
Defré a La Constance, 21 de abril de 1866, CEDOM, Fondo de Moscú, 114-1-733.
54
Carta del Grand Comité a La Constance, 1 de mayo y 9 de agosto de 1866, CEDOM, Fondo de Moscú, 114-1-733.
61
55
Es sabido que Achille Van Arenbergh, un farmacéutico local y garante de amistad de los Philadelphes dentro de La
Constance, que mantenía una extensa correspondencia con Pierre Simard, venerable maestro de la Logia de Londres,
fue quien organizó la iltración a La Chaîne d’Union. Véanse las cartas de Van Arenbergh a Simard, 21 de abril de 1866
y 10 de agosto de 1866, CEDOM, Fondo de Moscú, 114-3-113.
56
Y más tarde en Amand Neut, La franc-maçonnerie soumise au grand jour, vol. I, 204-205 y vol. II, 196-199 y 407-
416.
57
Cartas de La Constance al gran comité, mes de mayo y 3 de noviembre de 1866, CEDOM, Fondo de Moscú, 114-
1-733.
58
Gr(and) Or(ient) de Belgique. Livre d’arch(itecture) des Ten(ues) du Gr(and) Comité (1866-1876), sesión del 5 de agosto
de 1866, CEDOM, Fondo de Moscú, 114-2-128.
59
Cartas del gran comité a La Constance, 10 de noviembre de 1866, CEDOM, Fondo de Moscú, 114-1-733.
60
Cartas de La Constance al gran comité, 17 de noviembre y 15 de diciembre de 1866, CEDOM, Fondo de Moscú,
114-1-733.
61
Cartas de La Constance al gran comité, 16 de enero de 1867, CEDOM, Fondo de Moscú, 114-1-733.
62
Journal de Bruxelles, 18 de febrero de 1866.
63
Notas de defensa de La Constance s.d., CEDOM, Fondo de Moscú, 114-1-733.
64
Gr(and) Or(ient) de Belgique. Livre d’arch(itecture) des Ten(ues) du Gr(and) Orient (1866-1871), sesión del 20 de enero
de 1867, CEDOM, Fondo de Moscú, 114-2-128.
65
Una de las logias de Amberes propuso con insistencia este debate con ocasión del mencionado incidente. Carta y
movimiento de Les Amis du Commerce et la Persévérance Réunis (Amberes) a La Constance, 25 de febrero de 1867,
CEDOM, Fondo de Moscú, 114-1-733.
62
por la logia La Constance y que era bien cierto, pero que se había mantenido
en cubierto en el gran oriente. Asimismo, el Journal de Bruxelles concluía que
lo único que quedaba de fe masónica era un ateísmo velado66. Esto resultaba
idóneo después de la polémica creada acerca de la logia de la tristeza de
Leopoldo. En la primavera de 1866, los periódicos católicos ya habían airmado
el ateísmo masónico, lo que impedía a la orden reivindicar la memoria de
Leopoldo. Asimismo, se decía que las logias habían apoyado a los militantes
librepensadores bruselenses de Les Solidaires67, explícitamente vilipendiados
por el mismo Leopoldo algunos años antes. En 1864, con ocasión de una
donación real a una organización caritativa católica en Gante, su representante
Edward Conway (1804-1871) había leído una carta en la que el propio
monarca había tratado a los miembros de Les Solidaires como descerebrados
que conducirían a la sociedad hacia la barbarie al alejarla del cristianismo68.
Así lo recordaron explícitamente los periódicos católicos al hacer referencia a
la ceremonia de luto del gran oriente69.
Es evidente que para los órganos masónicos belgas la manifestación de duelo
por Leopoldo I escondía una intención más allá de la mera expresión de duelo por
el fallecido primer monarca del relativamente joven país. Aunque las actividades
masónicas fueron normalmente veladas con la más absoluta discreción, la logia de
la tristeza por Leopoldo se convirtió en un debate público, muy probablemente
generado por la publicidad que los propios masones dieron al acontecimiento.
Ello debe entenderse en un contexto en el que la más alta jerarquía católica
había propugnado duros ataques a la masonería y en el que el aspecto social de
la muerte se había convertido en un tema central en la lucha por la hegemonía
católica en momentos clave de la vida cotidiana. La muerte del rey, aunque
tuviera poco que ver con la masonería belga, suponía la excusa ideal para
una operación de lavado de imagen: la negativa a la conversión, su irme
luteranismo y un entierro ajeno al contexto católico habitual eran algunas
de las muchas pruebas que demostraban que la masonería estaba compuesta
por patrióticos decentes, lejos del conglomerado de impíos y rebeldes que
la Iglesia católica había querido relejar. Uno de los actores principales de
esta confrontación, Louis Defré, gran orador del principal cuerpo masónico
nacional, estaba absolutamente convencido de que la manifestación explícita
del espiritualismo masónico durante la logia de la tristeza de Leopoldo había
dotado a la orden de “estima y consideración”70.
No obstante, hay buenas razones para dudar de que esta fuera
66
Journal de Bruxelles, 22 de octubre de 1866.
67
Journal de Bruxelles, 19 de febrero de 1866.
68
Jean Stengers, L’action du Roi en Belgique. Pouvoir et Inluence (Bruselas: Racine, 1996), 237.
69
Le Bien Public, 20 de febrero de 1866, 1. El mismo aspecto, basado en informaciones posteriores sobre los miembros
de Les Philadelphes de Londres, se relata extensivamente en Neut, La franc-maçonnerie soumise au grand jour, vol. I,
199-203.
70
Carta de Defré a La Constance, 13 de abril de 1866, CEDOM, Fondo de Moscú, 114-1-733.
63
64
GLOBALIZACIÓN
1
Quisiera agradecer a Ricardo Martínez Esquivel y María Eugenia Vázquez Semadeni por la traducción de este
trabajo.
2
Grand Lodge of England (Moderns), Proceedings, 23 November 1786.
65
66
MASONERÍA
9
Manfred B. Steger, Globalization: A Very Short Introduction (Oxford: Oxford University Press, 2009), 9.
10
Brendan M. Goff, “The heartland abroad: The Rotary Club’s mission of civic internationalism” (Tesis de Doctorado
en Historia, Universidad de Michigan, 2008).
11
Nayan Chanda, Bound Together: How Traders, Preachers, Adventurers, and Warriors Shaped Globalization (New Haven:
Yale University Press, 2007).
67
CREACIÓN DE REDES
68
formar grandes logias17. Estas rápidamente emergieron como los ejes centrales
de la red. Eventualmente se agregaron a este desarrollo las grandes logias
provinciales, que se volvieron los nodos regionales coordinados de la red.
¿Qué hacen las redes? Ponen a la gente en contacto y asociación: hermanos
conociendo otros hermanos, logias interactuando con otras logias, grandes
logias comunicándose entre sí y con las logias. Proporcionan una estructura
para la interacción social y la asistencia mutua. Tales redes pueden ser un
medio de asociación efectivo y poderoso, como todos nosotros podemos
observar, ya sea que pertenezcamos a redes académicas o masónicas (a quizás
a ambas).
Durante las décadas intermedias del siglo XVIII, el crecimiento de esta
incipiente red masónica y las actividades de estas grandes logias convirtieron
a la masonería en una institución fácilmente identificable, con políticas y
procedimientos estandarizados, tal como se describieron por primera vez en las
Constituciones de Anderson de 1723. Cuando surgía una nueva logia, se volvía
parte de una red siempre creciente, que los contemporáneos rápidamente
reconocían como masónica. Básicamente, la masonería británica experimentó
la institucionalización, surgió como una institución pública, discreta, con una
administración centralizada.
17
La Gran Logia de Inglaterra fue fundada en 1717, la Gran Logia de Irlanda en 1725 y la Gran Logia de Escocia
en 1736.
18
Steger, Globalization, 17; Held, Global Transformations, 15-19.
69
19
Aunque las tres grandes logias adoptaron estos mecanismos, la Gran Logia de Irlanda fue la que más reaccionó y
la más innovadora. Fue la primera gran logia en expedir cartas patente en 1731.
20
Certiicado de William Forman, Lodge No. 195 (Irish Registry), Royal Highlanders Regiment, 1761, Archivo de la
Gran Logia de Irlanda; certiicado de Charles Wallington, Lodge of True Friendship no. 315, Calcutta, Bengal, 1813,
Archivos de la Gran Logia Unida.
21
Los antiguos surgieron en la década de 1750 como rivales de la original Gran Logia de Inglaterra, más tarde
conocida como de los modernos. Ver Harland-Jacobs, Builders of Empire, 26-31.
22
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 37.
70
York, durante la década de 1750. La logia inició a varios hombres del pueblo
en la masonería. Cuando el regimiento fue transferido en 1759 (en medio de
la guerra franco-india), la logia informó a las autoridades irlandesas que había
decidido copiar su patente a fin de establecer una nueva logia: “Nuestro cuerpo
es muy numeroso por la adición de varios nuevos miembros, comerciantes y
habitantes de la ciudad de Albany, quienes nos han rogado y solicitado con
seriedad que se les permita mantener una logia durante nuestra ausencia”.
Desde luego, copiar una patente era muy irregular; no obstante, la Gran Logia
de Irlanda autorizó al gran maestro provincial de Nueva York a otorgar su
propia patente a la logia. La logia irlandesa no. 227, del 46avo regimiento de
infantería, es otro bien conocido ejemplo de una logia militar que ayudó a
difundir la masonería a lo largo del imperio. Desde que obtuvo su patente en
1752, la no. 227 cruzó el globo con su regimiento, pasando por Norteamérica,
el Caribe, Irlanda, Gibraltar, Nueva Gales del Sur y la India. Con seguridad
algunas veces floreció y otras languideció, pero por casi un siglo proporcionó
servicios masónicos a cientos de miembros en todo el mundo23.
El siguiente mecanismo administrativo que contribuyó a que la
masonería se volviera una hermandad global fue la gran logia provincial. Las
grandes logias establecieron grandes logias provinciales donde quiera que
hubiera surgido una fuerte presencia masónica o anticiparan que la masonería
iba a florecer. El gran maestro provincial servía como el representante del
gran maestro en una localidad y tenía la potestad para autorizar nuevas logias.
El cargo a menudo estaba en manos del ciudadano más prominente de la
colonia, como los gobernadores Edward Cornwallis, Charles Lawrence y John
Wentworth en Nueva Escocia. El gran maestro provincial era responsable
de colectar las cuotas, llevar los registros, coordinar la correspondencia con
la gran logia en Londres y mantener en línea a las logias y los hermanos;
básicamente asegurarse de que la red estaba funcionando sin problemas. Lo
más importante para que la masonería alcanzara la meta de tener una extensión
global era que el gran maestro provincial podía autorizar nuevas logias. Antes
de la guerra de independencia estadounidense, la Gran Logia Provincial de
Massachusetts había establecido 50 logias, incluyendo seis en territorios que
a la larga se volverían parte de Canadá. Del otro lado del imperio, el gran
maestro provincial de Bengal, Samuel Middleton, supervisó las actividades de
doce logias durante los primeros años de la década de 177024.
La fundación de nuevas logias a lo largo del imperio no solo se debió a la
actividad de las logias militares. Los pobladores que emigraron a las colonias también
desempeñaron un papel decisivo en este proceso, y las grandes logias metropolitanas
por lo general respondían afirmativamente a sus peticiones. Si un colono llegaba a
cierto destino y no encontraba una logia masónica o consideraba que las que
23
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 34-36. Fue el cofre de la logia 227 el que George Washington regresó al
regimiento, con una guardia de honor, durante la guerra de independencia estadounidense.
24
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 38-44 y 167-168.
71
había estaban demasiado llenas, podía enviar la petición a una gran logia en
las islas británicas para que enviaran la patente para una nueva logia. En 1787
la Gran Logia de Irlanda recibió una petición de este tipo de parte de tres
hermanos “rogando por [una patente] para establecer una logia en el pueblo
de Kingston en Jamaica”. La gran logia irlandesa rápidamente accedió a esta y
otras solicitudes de patentes para colonos no solo en el Caribe y Norteamérica,
sino también, en algún momento, en las nuevas colonias de Australia, Nueva
Zelanda y Sudáfrica. Las logias inglesas y escocesas siguieron el ejemplo25.
Por lo tanto, mediante el sistema de los certificados, las logias militares y
las grandes logias provinciales, así como el proceso de migración y asentamiento, la
masonería británica comenzó a alcanzar la meta de extensión global. Fue una de las
primeras instituciones socioculturales en operar a escala global. Pero ¿por qué se
estaba expandiendo la masonería, y exactamente qué tan lejos se extendió la red
masónica? Esto nos lleva a la tercera característica de Steger de la globalización,
la “intensificación y aceleración de las actividades e intercambios sociales”26.
72
allá del mar, donde Gran Bretaña emergió como el poder colonial y naval
dominante. Cuando firmaron el Tratado de París al final del conflicto en 1763,
los británicos se apoderaron de Menorca en el Mediterráneo, cuatro colonias
francesas en el Caribe (Granada, Dominica, San Vicente y Tobago), casi toda
Norteamérica, incluyendo la Nueva Francia, Florida y los territorios al este del
Misisipi, y Senegal en África. En los siguientes dos años Gran Bretaña también
tuvo éxito en expulsar a los franceses de Bengala y establecer las bases del
imperio territorial en la India.
El imperio británico en expansión proporcionó un terreno
notablemente fértil para la masonería. Para la mitad del siglo, como hemos
visto, la fraternidad había ya echado raíces en el imperio. Las primeras logias
ultramarinas surgieron en Gibraltar y Calcuta en el periodo 1728-1729. Para
1752 las grandes logias de Inglaterra, Irlanda y Escocia habían autorizado
logias en el Caribe y en diez colonias en Norteamérica. En estas regiones
también habían sido nombrados grandes maestros provinciales. Pero la década
de 1760, descrita por el historiador Tony Ballantyne como la “década de la
globalización”, marcó el comienzo de un extraordinario crecimiento y una
consecuente intensificación y aceleración de todos los intercambios sociales
que la masonería favorecía. Docenas de regimientos británicos estaban activos
alrededor del mundo en este periodo, y muchos de ellos tenían al menos una
logia masónica. Más que nunca antes, los británicos estaban en movimiento:
los funcionarios de la Compañía comercial de las Indias orientales viajaron a
Bengala, pobladores escoceses e irlandeses cruzaron el Atlántico, gobernadores
coloniales pasaban de una colonia a otra (especialmente escoceses como el
primer gobernador de Florida del Este, James Grant, a quien la Gran Logia
de Escocia nombró “gran maestro provincial sobre las logias en el distrito sur
de Norteamérica”). Miles de ellos eran masones e implantaron la masonería
a donde quiera que iban. Ballantyne observa que “mientras muchas tierras
permanecían bajo la influencia comercial o el poder militar británico, para la
década de 1780 las factorías comerciales británicas, bases navales y misiones
cercaron el mundo”28. A esa lista se deben agregar las logias masónicas.
De hecho, entre la década de 1750 y el final del siglo los británicos habían
establecido logias en Madras y Bombay, en muchas otras colonias británicas
en Norteamérica (incluyendo Nueva Francia), el Caribe y Nueva Gales del
Sur. Cabe mencionar que este periodo también atestiguó la exportación de
la masonería británica a áreas fuera del imperio formal, tales como China,
Sudáfrica y Argentina29.
Los británicos no estaban solos en la globalización de la red masónica.
Los otros poderes imperiales de la época –los españoles y portugueses, los
franceses y los holandeses– también estaban contribuyendo a la intensificación
28
Tony Ballantyne, “Empire, Knowledge, and Culture: From Proto-Globalization to Modern Globalization”, en
Globalization in World History, 119.
29
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 21-63. Martínez Esquivel, “Global History and Freemasonry: 300 years of
Modernity, Sociability and Imperialism”, REHMLAC+ 9, no. 2 (diciembre 2017-abril 2018): 1-18.
73
30
Gould reporta que La Parfaite Union fue la primera logia francesa en el Caribe; fue fundada en Martinica en 1738.
Antes de 1794 otras siete logias fueron establecidas. El Gran Oriente de Francia otorgó patentes para otras logias
francesas en Martinica a principios del siglo XIX. Robert F. Gould, The History of Freemasonry: Its Antiquities, Symbols,
Constitutions, etc. (Londres: Caxton Publishing Company, 1886), V, 365-67.
31
James E. McClellan, Colonialism and Science: Saint Domingue and the Old Regime (Baltimore: Johns Hopkins
University Press, 1992), 187. David Nicholls, From Dessalines to Duvalier: Race, Colour, and National Independence in
Haiti (Brunswick, NJ: Rutgers University Press, 1996), 23.
32
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 85-86. Gould, The History of Freemasonry, 343, 341-342. Claude Wauthier, “A
Strange Inheritance: Africa’s Freemasons”, Le Monde Diplomatique (septiembre 1997).
33
Paul Van der Veur, Freemasonry in Indonesia from Radermacher to Soekanto, 1762-1961 (Athens, OH: Ohio University
Center for International Studies, 1976), 5. Radermacher era jefe mercantil en la Compañía comercial holandesa de
las Indias orientales y un naturalista.
74
CONSCIENCIA GLOBAL
34
A. A. Cooper, The Freemasons of South Africa (Cape Town: Human & Rousseau 1986), 16-17.
35
Freemasons’ Quarterly Review (septiembre 1841), 360.
36
Steger, Globalization, 15.
37
Margaret Jacob ha escrito numerosos trabajos pioneros acerca de la ilustración vivida. Ver Living the Enlightenment:
Freemasonry and Politics in Eighteenth-century Europe (Nueva York: Oxford University Press, 1991).
75
38
Ballantyne, “Empire, Knowledge, and Culture”, 119.
39
Gran Logia de Inglaterra (Antiguos), Address to the King, The Times, 7 de marzo de 1793.
40
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 73-83.
76
41
Ver Harland-Jacobs, Builders of Empire, Chapter 3.
42
J. Browne, The Master Key through all the Degress of a Freemason’s Lodge (Londres, 1798), 28.
43
William Preston, Illustrations of Masonry (Londres, 1772), 14-15.
44
Steven C. Bullock, Revolutionary Brotherhood. Freemasonry and the Transformation of the American Social Order, 1730-
1840 (Chapel Hill, NC: University of North Carolina Press, 1996), 56-57.
45
A Free and Accepted Mason, “A Dissertation on Free-Masonry, addressed to HRE George Pow, Grand Master of
England”, Attic Miscellany 2 (1790): 78.
77
46
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 59.
47
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 17. Para el fraternalismo, ver también Nicholas Terpstra, “De-institutionalizing
Confraternity Studies: Fraternalism and Social Capital in Cross-Cultural Contexts”, en Early Modern Confraternities
in Europe and the Americas: International and Interdisciplinary Perspectives, eds. Christopher Black y Pamela
Gravestock(Burlington, VT: Ashgate, 2006), 15. Bullock, Revolutionary Brotherhood, 39, identiica a los masones
formando una “familia icticia.”
78
del mundo, que cruzaba las fronteras tradicionales y que impulsaba a sus
miembros a adoptar un marco de referencia global, al que he caracterizado
como una fraternidad cosmopolita. ¿Por qué fue tan extensa y tan popular?
Porque al hacer todo esto, la hermandad ayudó a sus miembros a negociar el
mundo.
En 1785 (el mismo año que la Gran Logia de Inglaterra envió la
circular advirtiendo sobre los impostores que se vestían como turcos y moros),
el reverendo Joshua Weeks explicaba a los masones reunidos en Halifax,
Nueva Escocia, que ellos poseían una “llave” que les daría “admisión en la
fraternidad” en cualquier lugar del mundo. “Si la providencia de Dios te lanza
a una costa desconocida; si viajas a cualquier país lejano, aunque ignorante
de su lenguaje, ignorante de sus habitantes, ignorante de sus costumbres”,
aseguraba a sus escuchas, esta llave “abriría los tesoros de su caridad”48.
De hecho, cuando los masones cruzaban los océanos y arribaban “a costas
desconocidas”, cuando “viajaban a cualquier país lejano” y encontraban e
interactuaban con varios “otros” (ya fueran europeos o nativos), ellos podían
apelar a la fraternidad para cubrir variadas necesidades sociales, emocionales,
espirituales y materiales. Estas necesidades eran particularmente agudas para
hombres involucrados en la colonización –comerciantes, soldados, marineros,
oficiales, exploradores, administradores coloniales y pobladores de todo tipo–
y la masonería era particularmente adecuada para asistirlos. Proporcionaba
oportunidades para el crecimiento espiritual e intelectual, así como para la
amistad. Ayudaba a oficiales y soldados a liberarse del tedio y la monotonía
de la vida en las guarniciones. Sus bailes ofrecían escapes recreativos para
los hermanos y para las mujeres de las colonias. Desempeñó un rol crucial, y
durante largo tiempo poco apreciado, en la vida ceremonial del imperio. En
cada colonia los masones pusieron la primera piedra en edificios masónicos y
públicos. Marcharon en procesiones el Día de San Juan, por lo general rumbo
al templo anglicano local para asistir a un servicio.
La red ayudó a los hombres a negociar sus vidas, tanto profesionales
como privadas, como lo evidencia la circulación de cartas de recomendación
a través del mundo masónico. En 1793 Charles Stuart regresó a Inglaterra
desde la India; los oficiales de la Gran Logia Provincial de Bengal enviaron una
carta al gran maestro inglés, recomendándolo como “un hombre muy valioso
y benevolente, y como un fiel y celoso masón”49. Y, como hemos visto, los
masones eran conocidos por su caridad. Ayudaban a miembros que habían
caído en tiempos difíciles, patrocinaban los pasajes de una parte del imperio
a otra para hermanos en necesidad y sus familias, proveían a las viudas y
huérfanos de hermanos fallecidos y apoyaban a víctimas de desastres naturales
o de la guerra. Al satisfacer una variedad de necesidades –que iban desde la
48
Jonathan Wingate Weeks, Sermon presented at St. Paul’s Church in Halifax being the Festival of St. John (Halifax: John
Howe, 1785), 23.
49
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 50-60.
79
50
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 85-86. Los comerciantes daneses eran miembros activos de la logia Industria
y Perseverancia de Calcuta.
51
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 193-201.
52
Oficers of Provincial Grand Lodge of Madras to Earl of Antrim, 7 July 1785, UGL Historic Correspondence
19/A/23, UGL Archives.
53
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 87.
54
Ver el certiicado de Wallington arriba citado.
80
81
82
83
84
85
Miembros de la logia Nilad no. 144 de Manila, Filipinas, con dos miembros
femeninos de su logia de adopción posando en el jardín del venerable maestro,
Gregorio Villa, el 11 de diciembre de 1910. En la documentación se indica
que se tomó la instantánea "después del lunch" y que acaban de salir de una
tenida de elecciones, es decir, donde se eligen a los encargados de los diferentes
puestos que hacen funcionar las ceremonias de la logia. No obstante, los
crespones negros y otras fotografías de la misma logia dan a pensar que se
celebró una tenida fúnebre.
86
87
88
89
90
Fuente: Mandil de satén grabado y colorido por William Newman, con alegorías y símbolos
del real arco de 48,3 cm de alto por 30,5 de ancho. Library and Museum of Freemasonry,
Londres, ref. 2010.369.
91
Fuente: Biblioteca Nacional de Australia, Fotografía "Frisko Mygale [i.e. Frisco McGale],
Harry Thomas and Sonny (sic) Jim Williams, African American boxers and Freemasons,
Sydney]", número de registro PIC/8395/910 LOC Drawer PIC/8395, [1926 o 1927], extensión
de 19.7 x 15.2 cm., cubierta doblada de 25.2 x 22.8 cm.
92
300 años debieron pasar para ver a un papa en el umbral de un ediicio que
alberga una logia masónica. Fue en 2017, en la visita del papa Francisco a
Cartagena de Indias, Colombia. Cualquier recorrido incluido en una visita
papal es estudiado al milímetro, nada está al azar y menos tratando de pasar por
delante, aunque sea de espaldas, de una de las asociaciones más perseguidas
y ultrajadas por la Iglesia católica. Tanto en las masonerías como en esta
institución eclesiástica se opusieron a tolerarse sus sectores más retrógrados y
trasnochados. Aún queda bastante recorrido para la tolerancia mutua. Ambas
organizaciones tienen en común el contar con ramiicaciones en todos los
continentes y con textos fundacionales basados en simbolismos y parábolas
alejados de la historia.
Fuente: Boletín El Oriente de la Gran Logia de España, Segunda época - nº182, 18-09-2017,
http://us7.campaign-archive2.com/?u=4406fe7d64e95e62cb07ce8d9&id=2113dd1908
93
I.
1
A las masonerías, en el idioma chino: hanyu 漢語, se les conoce como sociedades gongjihui 共濟會.
94
II.
2
Esto matizando un poco la hipótesis de Robert Cox, para quien un “orden mundial”, como categoría de análisis,
alude a una estructura con cierta duración en el tiempo, resultante de las actividades humanas colectivas y con la
posibilidad de ser transformada por ellas y distinguida por una totalidad limitada geográicamente por la gama de
probables interacciones. Robert Cox, Production, Power, and World Order: Social Forces in the Making of History (Nueva
York: Columbia University Press, 1987).
3
Por ejemplo, la llegada de los europeos a la hoy América, África y Asia, el inicio del mercantilismo mundial, las
reformas protestantes y la contrarreforma, el renacimiento italiano, el dominio del Atlántico y la reconstrucción del
mundo Pacíico.
95
96
7
Margaret Jacob, Living the Enlightenment: Freemasonry and Politics in Eighteenth-Century Europe (Nueva York: Oxford
University Press, 1991).
8
De hecho, nos encontramos en una coyuntura donde los ilustrados se contagiaron de la sinoilia, incluyendo a
miembros de la masonería. René Désagulier y Roger Dachez, “La pensée chinoise et la franc-maçonnerie au XVIIIème
: maître Irlandais, Prévot & Juge”, Renaissance Traditionnelle 96 (1993), 238-Tome XXIV. David Mungello, The Great
Encouter of China and the West, 1500-1800 (Plymouth, MA: Rowman & Littleield Publishers, Inc., 2009), 113-146.
9
Archivo de la UGLE, “U. G. L. of Ancient Free and Accepted Masons od England”, miércoles 14 de abril de 1869;
By Laws of the Foochow Lodge of Foochow (Foochow: Kee Shing, 1881); By Laws of the Lodge Star of Southern China No.
2013 EC. Canton. With marginal references and quotations from the book of constitutions (Hong Kong: Kelly & Walch,
1890), 4, 13 y 26-31.
97
10
Samir Amin, “Geopolítica del imperialismo contemporáneo”, en Nueva Hegemonía Mundial. Alternativas de cambio
y movimientos sociales, comp. Atilio A. Boron (Buenos Aires: CLACSO, 2004), 37-58.
11
Paul John Rich, Elixir of Empire: The English Public Schools, Ritualism, Freemasonry, and Imperialism (Londres:
Regency Press Ltd., 1989). Jessica Harland-Jacobs, Builders of Empire. Freemasonry and British Imperialism, 1717-1927
(Chapel Hill, NC: The University of North Carolina Press, 2007).
12
Por algo, el príncipe de Gales sostuvo sobre la masonería británica: “… this great and ancient order [will] lourish,
and will maintain the integrity of the Throne and our great Empire”. Discurso del príncipe de Gales en Londres, el 8
de diciembre de 1883, en Archivo de la UGLE, Masonic Record of Western India 20, no. 11 (1884): 437.
13
Acerca de la asociación de Kipling a la masonería, puede revisarse Yván Pozuelo Andrés, “Kipling y su sorprendente
primera novela”, REHMLAC 5, no. 2 (diciembre 2013-abril 2014): 142-160.
14
Harland-Jacobs, “Hands across the Sea: The Masonic Network, Bristish Imperialism, and the North Atlantic
World”, Geographical Review 89, no. 2 (1999): 243-244.
15
David Held, Global Transformations: Politics, Economics, and Culture (Stanford, CA: Stanford University Press, 1999),
16-38.
98
16
Harland-Jacobs, “Global Brotherhood: Freemasonry, Empires, and Globalization”, REHMLAC. Hors série nº1.
Special Issue UCLA-Grand Lodge of California (octubre 2013): 70-88.
17
Harland-Jacobs, “Global Brotherhood”, 70-88. Harland-Jacobs, “Freemasonry and Colonialism”, en Handbook
of Freemasonry. Brill Handbooks on Contemporary Religion (Book 8), eds. Henrik Bogdan y Jan A. M. Snoek (Leiden |
Boston: Brill, 2014), 439-460.
18
Dévrig Mollès, “L’histoire globale et la question maçonnique: éléments pour une analyse”, REHMLAC 6, no. 1
(mayo-noviembre 2014): 1-32.
19
Y quienes lo han hecho, no han tratado el tema de la masonería, por ejemplo, véanse las investigaciones de Brendan
M. Goff, “The heartland abroad: The Rotary Club’s mission of civic internationalism” (Tesis de Doctorado en Historia,
University of Michigan, 2008); y de Nayan Chanda, Bound Together: How Traders, Preachers, Adventurers, and Warriors
Shaped Globalization (New Haven: Yale University Oress, 2007).
99
III.
20
Solamente no se han identiicado la organización de logias de tradición rusa y japonesa en territorio chino.
21
Las grandes logias de Inglaterra, Irlanda y Escocia se organizaron en 1717, 1725 y 1736, respectivamente.
100
101
26
A. A. Cooper, The Freemasons of South Africa (Johannesburgo: Human & Rousseau 1986), 16-17. Harland-Jacobs,
Builders of Empire, 21-63. Steven C. Bullock, Revolutionary Brotherhood. Freemasonry and the Transformation of the
American Social Order, 1730-1840 (Virginia: University of North Carolina Press Chapel Hill & London, 1996), 50-
84. Mollès, “Triangle atlantique et triangle latin : l’Amérique latine et le système-monde maçonnique (1717-1921),
Éléments pour une histoire des opinions publiques internationales” (Tesis de Doctorado en Historia, Universidad de
Strasbourg, Francia 2012). Felipe Santiago del Solar, Las Logias de Ultramar. En torno a los orígenes de la Francmasonería
en Chile 1850-1862 (Santiago de Chile: Editorial Occidente Historia, 2012). Claude Wauthier, “A Strange Inheritance:
Africa’s Freemasons”, Le Monde Diplomatique (1997).
27
Iniciado masón a los 84 años, siete semanas antes de su muerte. Ferrer Benimeli, “Voltaire y la Masonería”,
Cuadernos de investigación: Geografía e historia 1, no. 1 (1975): 65-90.
28
Lourdes Rensoli, “G. W. Leibniz: Europa, China y la idea de Civilización”, A Parte Rei 17 (2012): 1-32.
29
Christian Gerlach, “Wu-Wei in Europe. A study of Eurasian economic thought”, Working Papers of the Global
Economic History Network 12 (2005): 1-46.
30
De quien se dice se inició masón en 1730. Ric Berman, The Foundations of Modern Freemasonry: The Grand Architects-
Political Change and the Scientiic Enlightenment, 1714-1740 (Sussex: Sussex Academic Press, 2012), 150.
31
David Mungello, “Malebranche and Chinese Philosophy”, Journal of the History of Ideas 41, no. 4 (1980): 551-578.
César Guarde Paz, “La lectura ilustrada europea del confucianismo: entre Malebranche y Voltaire”, Estudios de Asia y
África 151, no. 2 (mayo-agosto 2013): 327-356.
32
Josce lyn Godwin, The Theosophical Enlightenment (Albany, NY: State University of New York Press, 1994), 216-217.
33
Pere Sánchez Ferré, “La iconografía masónica y sus fuentes”, REHMLAC 6, no.1 (mayo-noviembre 2014): 74-75.
102
IV.
34
René Deságuliers y Roger Dachez, “Chinese Thought and Freemasonry in the Eighteen Century: The Degree of
Irish Master, Provost, and Judge”, en Freemasonry in Context: History, Ritual, Controversy, eds. Arturo de Hoyos y S.
Brent Morris (Maryland: Lexington Books, 2004), 145-162.
35
Fozdar, “Imperial Brothers, Imperial Partners: Indian Freemasons, Race, Kinship and Networking in the British
Empire”, en Decentring Empire: Britain, India and the Trans colonial World, eds. Durba Ghosh y Dane Kennedy (Nueva
Delhi: Orient Longman, 2006), 104-129.
36
El término para referirse a China en el idioma chino es Zhongguo中國, que literalmente se puede traducir como
el “Reino del Centro”.
103
CUADRO 1
PERIODOS DE ORGANIZACIÓN DE
LOGIAS MASÓNICAS EN CHINA (1844-1905)
PERIODOS
Ciudad TOTAL
1844-1849 1864-1874 1877-1883 1897-1805
Macao 1 1
Cantón, Guangdong 2 2
Shantou, Guangdong 1 1
Hong Kong 36 6 3 18
Xiamen, Fujian 5 5
Nanchang, Jiangxi 1 1
Ningbo, Zhejiang 2 2
Shanghái 17 4 4 16
Hankou, Hubei 1 1
Tongshan, Jiangsu 1 1
Qingdao, Shangdong 1 1
Yantai, Shangdong 2 2
Weihaiwei, Shangdong 1 1
Tianjin 3 3
Total 41 6 28 7 55
Elaboración propia.
Fuentes: Robert Freke Gould, The History of Freemasonry: its Antiquities, Symbols, Constitutions, Customs,
Etc., Derived from Oficial Sources throughout the World (Nueva York: J. C. Yorston, 1884), Vol. 4, 143-144. Chaloner
Alabaster, “Freemasonry in China”, Ars Quatuor Coronatorum II, no. 6846 (1889): 119-122. John MacNaught
Campbell, “Chinese Secret Societies”, Ars Quatuor Coronatorum V, no. 5726 (1893): 193-194. J. C. Moyle, “Chinese
Secret Societies”, Ars Quatuor Coronatorum VII, no. 6844 (1894): 131-333. John Lane, Masonic Records, 1717-1894
(Londres: Bros. M. C. Peck and Son, 1895), 158, 282, 286, 338, 350, 355, 366, 373, 403, 405 y 414. W. Y. Lee,
“Chinese Freemasonry (So Called), Its Connection with British Freemasonry”, The Keystone (Gran Logia Unida de
Nueva Gales del Sur, Australia, 31 de octubre de 1919). Gould, Gould’s History of Freemasonry throughout the World
(Nueva York: Charles Scribner’s Sons, 1936), Vol. 2, 222 y Vol. 4, 192-193. Christopher Haffner, “Amoy-The Port and
the Lodge”, Ars Quatuor Coronatorum 107, no. 7893 (1979): 95-96. Daniel Ligou, Dictionnaire de la Franc-maçonnerie
(París: PUF, 2006), 247-248.
104
inglesa Royal Sussex no.73537. Esta se organizó en Hong Kong en 1844, pero
debido a las ocupaciones de sus miembros, una gran mayoría se dedicaba al
comercio, se trasladó a Cantón. No obstante, con el estallido de la rebelión
de los Taiping 太平 (1851-1864), en 1856 volvió a Hong Kong y en 1863 se
trasladó a Shanghái. Regresó a Hong Kong hasta 1867. El caso de la logia Royal
Sussex no. 735, muestra como sus actividades las determinaron la dinámica
ocupacional de sus miembros inmersos en redes mercantiles o sino, en el
contexto sociopolítico de la región. Esto es importante de resaltar porque deja
en claro que las funciones de sociabilidad masónica tan solo complementaron
y secundaron al proyecto imperialista. Por lo que no está de más indicar,
ante los repetidos discursos del complot u orden mundial masónicos, que los
imperialismos no versaron sobre las “malignas” maquinaciones conspirativas
de una supuesta sociedad secreta como la masonería38.
También, el cuadro 1 muestra que 53 de las 55 logias se organizaron
en ciudades portuarias, esto se explica que en China luego de la firma del
Tratado de Nanjing, inició un intenso proceso de modernización en estas
regiones39, constituyéndose un espacio portuario, completamente distinto al
resto del país y al servicio del orden global británico. Las únicas excepciones
fueron las ciudades de Hankou en Hubei y Nanchang en Jianxi, pero la
primera, se localizaba al norte de la confluencia de los ríos Yangtsé y Han,
abiertos al comercio internacional luego de la firma del Tratado de Tianjin 天
津條約 en 1858, mientras que la segunda, colindando con el río Gan y cerca
del lago Poyang. Ambas ciudades funcionaron como puertos principales en
sus provincias, gracias a que se conectaron con las vías comerciales hasta el
espacio portuario chino y por ende, el resto del mundo.
Por otra parte, en las únicas ciudades donde durante los cuatro periodos
se organizaron logias masónicas fueron Hong Kong y Shanghái, lo cual tuvo
sentido, ya que ellas, se consolidaron entre los puertos chinos más importantes
y las ventanas principales a un comercio internacional estructurado en función
de los imperialismos europeos. Con el Tratado de Nanjing, además del pago
de una indemnización a los británicos debido a la destrucción del opio, el
gobierno Qing se vio obligado a la cesión de la isla de Hong Kong, así como
a la apertura comercial y diplomática de varios puertos (Treaty Ports), entre
los cuales se encontró Shanghái, ciudad que el 29 de noviembre de 1845, por
37
Sobre el nombre de esta logia, se tienen dos hipótesis. Primero, porque la mayoría de sus miembros eran irlandeses, por
lo que el nombre viene en honor al regimiento irlandés Royal Sussex, establecido en China durante estos años, sin embargo,
ninguno de sus miembros participó de la fundación de la logia. Y segundo, en honor al duque de Sussex, August Frederick
(1773-1843), gran maestro de la UGLE (1813-1843) y fallecido un año antes de la organización de esta logia.
38
Se señala esto porque durante la campaña de “anti sociedades secretas” del Partido Comunista Chino, donde
por supuesto, se incluyó a la masonería, a esta se le representó como la organización detrás de la expansión de
los imperialismos en China. Para ampliar al respecto, puede consultarse el artículo de Ricardo Martínez Esquivel,
“La campaña de erradicación de las huidaomen 會道門 por parte del Partido Comunista Chino (1949-1953)”, La
Albolaia: Revista de Humanidades y cultura 7 (2016): 79-94.
39
Rhoads Murphy, “The Treaty Ports and China modernization”, en The Chinese city between two worlds, eds. Mark
Elvin y G. William Skinner (Stanford, CA: Stanford University Press, 1974), 17-72.
105
V.
40
Frederick Wakeman, “The Canton trade and the Opium War”, en The Cambridge History of China (TCHC). Volume
10: Late Ch’ing 1800-1911, Part 1, ed. John K. Fairbank (Cambridge: Cambridge University Press, 1978), 163-212.
41
Fairbank, “The creation of the Treaty System”, en TCHC. Volume 10, 213-263.
42
El sistema tributario estableció una dinámica relacional sistema-mundo entre el Imperio chino erigido como
centro y receptor de honores, y los pueblos circundantes como su periferia y encargados de rendir tributo. Si bien,
esta dinámica no fue la norma de las relaciones inter regionales, reinales o imperiales, claramente el nuevo orden
global que se pretendió establecer alrededor de la Corona británica no tuvo el mínimo interés de participar en esta
dinámica imperial china. Para ampliar acerca del sistema tributario chino puede consultarse el trabajo de Eduardo
Tzili Opango, Itzel Martínez Ruíz y Tonatiuh Fierro de Jesús, “El estudio de las relaciones internacionales en China
antigua: el Sistema tributario en la dinastía Ming”, Revista de Lenguas Modernas 23 (2015): 455-470.
43
Osterhammel, La transformación del mundo, 398-409.
106
107
49
Dorothe Sommer, Freemasonry in the Ottoman Empire: A History of the Fraternity and its Inluence in Syria and the
Levant (Londres: Tauris, 2013).
50
Karim Wissa Source, “Freemasonry in Egypt 1798-1921: A Study in Cultural and Political Encounters”, Bulletin
British Society for Middle Eastern Studies 16, no. 2 (1989): 143-161.
51
No se logró identiicar los caracteres de su nombre en chino.
52
Paul W. van der Veur, Freemasonry in Indonesia from Radermacher to Soekanto 1762-1961 (Athens, OH: Ohio
University Center for International Studies, 1976), 14-15.
53
Osterhammel, La transformación del mundo, 771-792. Eduardo Madrigal Muñoz, “Globalidad, modernidad
y movimientos sociales: China y Asia Oriental frente al colonialismo europeo (1850-1900)”, Revista de Lenguas
Modernas 23 (2015): 471-494.
108
VI.
54
Philip A. Kuhn, Rebellion and Its Enemies in Late Imperial China: Militarization and Social Structure, 1796-1864
(Cambridge, MA: Harvard University Press, 1970), 64-225.
55
[“There was a time when Masonry in Hong Kong was like the dying lame of a candle lickering in the socket, and
there was no one to work the solitary Lodge which existed in the place”]. Traducción propia. AUGLE, “By laws books
of Northern Lodge of China, No. 570, Shanghai”, 1864 y 1878, Ref. code: GBR 1991 ELM/1366.
56
António Henrique Rodrigo de Oliveira Marques, A Maçonaria Portuguesa e o Estado Novo (Lisboa: D. Quixote,
1983), 109.
57
Harland-Jacobs, “Global Brotherhood”, 70-88.
109
58
António Ventura, A marinha de guerra portuguesa e a maçonaria (Lisboa: Lisboa Vega, 2013).
59
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 34-36.
60
En 1858, el Tratado sino-americano de Tianjin 中美天津條約, el Tratado sino-británico de Tianjin中英天津條約,
el Tratado sino-francés de Tianjin 中法天津條約, el Acuerdo sobre las regulaciones comerciales y tarifarias 通商章程善
後條約 y el Acuerdo sino-francés sobre las regulaciones comerciales y tarifarias 中法通商章程善後條約; en 1860, las
Convenciones sino-británicas de Pekín 中英北京條約 y las Convenciones sino-francesas de Pekín 中法北京條約; y en
1861, el Acuerdo de la concesión inglesa de Jiujiang (Jiangxi) 九江租地租約.
61
En esta época, se publicaron los primeros textos en francés y castellano sobre la masonería en China: Léon de
Rosny, “La franc-maçonnerie chez les Chinois”, Extrait du Bulletin du Grand Orient de France (1864): 8 págs, 21 cm; y
Séria Cruz, “La Franc-Masonería en China”, Boletín Oicial del Gran Oriente Español III, no. 31 (20 de abril de 1891): 5.
110
111
periféricos.
El segundo factor, el religioso, para Harland-Jacobs y Jan A. M.
Snoek66, explica más las restricciones de asiáticos y africanos en la masonería,
que cuestiones de clase o raza. El hecho de que las religiones orientales tengan
cosmovisiones politeístas y animistas ante los ojos cristianos del siglo XIX,
se consideró un atentado contra los principios monoteístas de la masonería.
No se deben olvidar los orígenes cristianos de la masonería y las funciones
complementarias a la religiosidad cristiana anglicana-protestante (Harland-
Jacobs)67 o como religiosidad alternativa, civil y universal (Fozdar)68 en la
identidad imperialista británica de ultramar, tales fueron los casos en Asia y
África.
¿Pero cuándo comenzó la asociación de no cristianos a la masonería?
Los primeros fueron los judíos, prácticamente desde la génesis de la masonería
especulativa69. A inicios del siglo XIX, los musulmanes70. Hasta aquí solamente
monoteístas o fieles de las religiones de Abraham. Native American también
a inicios del siglo XIX, desde mediados parsis y finalmente hindúes a partir
de la década de 187071. La llegada a esta frontera podría explicarse si se
retoma la propuesta de Josce lyn Godwin de una ilustración teosófica72, ya
que para esta autora, una de sus consecuencias más importantes consistió
en la degradación del cristianismo vis-à-vis con otras religiones. Es decir,
a las otras se les atribuyeron doctrinas centrales del cristianismo como
el monoteísmo y la inmortalidad del alma, en una estrategia ilustrada por
despojar al cristianismo de sus pretensiones exclusivistas, que pudo suavizar
los debates masónicos sobre la iniciación de adeptos a religiones orientales en
un momento de expansión máxima del Imperio británico. En los casos de los
chinos identificados como masones, durante el periodo en análisis ninguno se
declaró adepto al confucianismo, el daoísmo o el budismo. La mayoría de ellos
presentaron patrones de europeización cultural, incluyendo la conversión al
cristianismo.
El tercer factor se refiere a lo racial, de resaltar, debido a que la
construcción ideológica de las masonerías, y los imperialismos, contemporizaron
con la teorización de las razas. Acerca de esto, el sinofóbico teórico de la “raza
66
Harland-Jacobs y Snoek, “Freemasonry and Eastern Religions”, en Handbook of Freemasonry, 258-276. Harland-
Jacobs, “Freemasonry and Colonialism”, 453-457.
67
Harland-Jacobs, Builders of Empire, 204-240.
68
Vahid Fozdar, “That Grand Primeval and Fundamental Religion: The Transformation of Freemasonry into a British
Imperial Cult”, Journal of World History 22, no. 3 (2011): 493-525.
69
Robert Jan van Pelt, “Freemasonry and Judaism”, en Handbook of Freemasonry, 188-232.
70
Thierry Zarcone, “Freemasonry and Islam”, en Handbook of Freemasonry, 233-243.
71
Harland-Jacobs y Snoek, “Freemasonry and Eastern Religions”, 258-276.
72
Godwin, The Theosophical Enlightenment, 4.
112
amarilla” 73, Kant74, planteó la historia del mundo como un intento racional
por comprender la evolución de las diferentes culturas y civilizaciones hacia el
desarrollo pleno de sus potencialidades. En esta propuesta, Europa figuró a la
vanguardia del proceso75. La razón de Kant, Hegel la sustituyó con Weltgeist
[el Espíritu], argumentando que se ha llegado a la última temporalidad de la
historia de la humanidad, su fin, donde cuya conflictividad ya no puede ir
más allá de la lucha por ser reconocido como superior o igual a los demás76.
En esta visión, la civilización europea ha llegado a su cenit y las “otras” van
tras de ella77. Para Hegel78, por ejemplo, China e India, se encontraban en una
etapa inferior, de no-libertad, estáticas79 y despóticas80, en la niñez [Kindheit]
de la humanidad. Ideas claramente reproducidas en quienes integraron la
composición social de las redes imperialistas europeas en Asia, entre ellos, los
masones.
Cuando comenzaron las iniciaciones de los asiáticos, el paradigma
racista eurocéntrico continuó, pero con matices redentores y civilizatorios.
Por ejemplo, un masón británico llegó a comparar la logia masónica como
un tipo de asociación misionera con el propósito de ser un antídoto contra el
sistema de las castas en la India81. ¿Pero cómo una organización censitaria y
elitista por definición podría funcionar de cura a la marginalidad y el control
social? Finalmente, las masonerías imperialistas terminaron cooptando a las
élites locales indias y construyendo otro tipo de jerarquías82.
¿Qué sucedió en China? Durante la dinastía Qing, el gobierno imperial
prohibió a los chinos el ingreso a la masonería, aunque al parecer, en 1873, el
líder de la Misión educativa china en Massachusetts, Rong Hong 容閎 (1828-
73
Julia Ching, “Chinese Ethics and Kant”, Philosophy East and West 28, no. 2 (1978): 161-172.
74
Si bien Kant no se inició masón, al parecer tuvo una amistad cercana con masones que compartieron sus ideas.
Manfred Kuehn, Kant: A Biography (Cambridge: Cambridge University Press, 2002), 226.
75
Jörn Rüsen, “Following Kant: European idea for a universal history with an intercultural intent,” Groniek. Historisch
Tijdschrift 160 (2003): 359-368.
76
Francis Fukuyama, El in de la historia y el último hombre (Barcelona: Planeta-Agostini, 1994), 254.
77
Sobre el caso de China, puede consultarse el trabajo de Andrew Nathan, “Imperialism effects on China: the
apologetics of imperialism”, Bulletin of Concerned Asian Scholars IV, no. 4 (1972): 3-15.
78
Acerca de la inluencia de la masonería o masones en el pensamiento de Hegel, puede consultarse Glenn Alexander
Magee, Hegel and the Hermetic Tradition (Nueva York: Cornell University Press, 2008), 51-57.
79
La idea del “estatismo” cultural en la historia de China continúa reproduciendo hasta el día de hoy, a pesar que
desde la década de 1970 inició la crítica hacia la falsedad de esta visión con el sinólogo Theodore de Bary en su trabajo
The Unfolding of Neo-Confucianism (Nueva York: Columbia University Press, 1975).
80
Young Kun Kim, “Hegel’s Criticism of Chinese Philosophy”, Philosophy East and West 28, no. 2 (1978): 173-
180. Yunyi Zhang y Wu Bo, “Philosophy’s predicament and Hegel’s ghost: Relections on the view that there is
‘nophilosophy in China’”, Frontiers of Philosophy in China 2, no. 2 (2007): 230-246.
81
Gould, The History of Freemasonry, 218, 265-287 y 447-449.
82
Hugh B. Urban, “Elitism and Esotericism: Strategies of Secrecy and Power in South Indian Tantra and French
Freemasonry”, Numen 44, no. 1 (1997): 1-38.
113
1912)83, se inició masón. Pero claro, no solamente se trata del primer chino
graduado en una universidad estadounidense (Yale College, 1854), Rong
también se nacionalizó (1870), se convirtió al cristianismo hasta el punto
de servir de intérprete para misioneros en China, y se asoció a importantes
hermandades de carácter secreto. Por ejemplo, The Society of Brothers o
la fraternidad universitaria estadounidense más antigua de todas, la Delta
Kappa Epsilon (ΔΚΕ), ambas históricamente vinculadas a la masonería84.
Esta historia de vida en Rong, hace pensar que su posible iniciación masónica
formó parte de su occidentalización y no de la construcción de la masonería
como una sociabilidad culturalmente atractiva para los chinos.
VII.
83
David Ibarra Arana, “Un precursor de la educación de chinos en Estados Unidos de América: Yung Wing (容闳
Rong Hong, 1828-1912) y la Misión Educativa China (1872-1881)”, RESAP 2, no. 3 (2016): 127-150.
84
Ebenezer Baldwin, History of Yale College, from its foundation, A.D. 1700, to the year 1838 (New Haven: B. and
W. Noyes, 1841), 235. O. O. Partridge, “The Legal Status of College Fraternity Chapter”, American Law Review 42
(1908): 168.
85
En 1876, la Convención de Zhifu 煙台條約 con Inglaterra; en 1877, el Reglamento sobre la contratación de trabajadores
chinos en Cuba 會訂古巴華工條款 con la Corona española; en 1879, el Tratado de Livalia o del Mar Negro 交還伊犁條
約 (o 里瓦幾亞條約) con el Imperio ruso; en 1880, la Convención suplementaria sino-alemana 續修條約 y 續修條約
善後章程 y el Tratado suplementario sino-americano 中美續修條約 y 續修附款; en 1881, el Tratado de San Petersburgo
y el Tratado de amistad, comercio y navegación 和好通商章程 con el Imperio del Brasil; y en 1882, el Reglamento de
comercio sino-coreano 中國朝鮮商民水陸貿易章程 y el Tratado sino-ruso de la frontera del Yili 中俄伊犁界約.
86
Archivo de la UGLE, By Laws of the Lodge Star of Southern, 26-31.
114
87
Frederick M. Gratton, Freemasonry in Shanghai and northern China (Shanghái, 1900), 15-21, 32-39, 43-65 y 152-
161. Acerca del caso de la masonería británica en la India, puede consultarse el artículo de Harland-Jacobs, “All in
the Family: Freemasonry and the British Empire in the Mid-Nineteen Century”, Journal of British Studies 42, no. 4
(2003): 448-482.
88
Gratton, Freemasonry in Shanghai, 37-39.
89
Gerald Hugh Choa, The Life and Times of Sir Kai Ho Kai (Hong Kong: Chinese University Press, 1981), 27.
90
Osterhammel, La transformación del mundo, 1083.
91
“Chinese Freemasons”, The Sydney Morning Herald (30 de agosto de 1921): 8. John M. Schumacher, “Philippine
Masonry to 1890”, Asian Studies IV, no. 2 (1966): 328-341. Van der Veur, Freemasonry in Indonesia, 15-16. Cai
Shaoqing, “On the Overseas Chinese Secret Societies of Australia”, trad. Duncan Campbell, New Zealand Journal of
Asian Studies 4, 1 (2002): 30-45. Floyd Cheun, “Performing Exclusion and Resistance: Anti-Chinese League and Chee
Kung Tong Parades in Territorial Arizona”, TDR 46, no. 1 (2002): 39-59. María Teresa Montes de Oca Choy y Yasmín
Ydoy Ortiz, “Chee Kung Tong ¿Vínculos masónicos?”, REHMLAC 1, no. 1 (2009): 238-241. Martínez Esquivel,
Masones y masonería en la Costa Rica de los albores de la Modernidad (1865-1899) (San José: Editorial de la Universidad
de Costa Rica, 2017), 114-116. José Luis Chong, ““Chinos masones”. La logia Chee Kung Tong 致公堂 en México”,
REHMLAC+ 7, no. 1 (mayo-noviembre 2015): 141-157.
92
Ting-yee Kuo, “Self-strengthening: the pursuit of Western technology”, en TCHC. Volumen 10, 491-542.
115
VIII.
116
99
[“considered inadvisable to provide facilities to the natives of the [Chinese] Empire to enter the Order and thus
gain an opportunity to use its privileges for the spreading of revolutionary principles, such uses being distinctly
forbidden in Masonry”]. Traducción propia. Graham Stead, “The Hung Society and Freemasonry. The Chinese Way”,
Pietre-Stones. Review of Freemasonry (2002).
100
Una discusión sobre los tipos y cómo deinir las sociedades huidaomen, se puede consultar en David A. Palmer,
“Chinese Redemptive Societies and Salvationist Religion: Historical Phenomenon or Sociological Category?”, Journal
of Chinese Theatre, Ritual and Folklore/ Minsu Quyi 172 (2011): 21-72.
101
En la campaña de anti sociedades huidaomen del periodo 1949-1953, el Partido Comunista Chino incluyó a las
masonerías o las gongjihui 共濟會 entre ellas. Martínez Esquivel, “La campaña de erradicación”, 79-94.
102
Robert Bickers, The Scramble for China. Foreign Devils in The Qing Empire, 1832-1914 (Londres: Penguin Books,
2011).
117
118
identidad ciudadana en los chinos de ultramar por medio del trabajo conjunto del
GMD y estas famosas sociedades huidaomen.
¿Cuáles fueron los roles de las masonerías en estos procesos? ¿Se limitó
a la participación de las logias Chee Kung Tong? ¿Hubo la elaboración de una
masonería según las características de la modernidad china en pleno proceso de
construcción durante estos años? Serían estas, algunas de las problemáticas que
surgen luego de este primer acercamiento a las relaciones de las huidaomen con el
proyecto republicano del Dr. Sun.
IX.
119
1
Quisiera agradecer a Angel Alegre Marco por la traducción de este trabajo del italiano al español.
120
121
122
MASONERÍA E ILUSTRACIÓN
123
124
125
adoptivo, como virrey, “Joseina Real” de Milán contó con personalidades muy
diversas, como Gian Domenico Romagnosi, Pietro Calepio, Francesco Saverio
Sali…, todo el estado mayor del régimen napoleónico, sin más márgenes para
la doble lealtad.
En los años siguientes la península italiana contó con tres grupos de
logias: las que dependían directamente del Gran Oriente de Francia, instaladas
en los territorios anexionados al imperio (entre el occidente ligur-piamontés y
el antiguo Estado pontiicio, donde el papa Pío VII fue destronado y deportado
de Roma), las que obedecían al Gran Oriente de Italia y las logias que seguían
la obediencia del Gran Oriente de Nápoles, que tuvo como grandes maestros
primero a José Bonaparte y luego al cuñado de Napoleón, Joaquín Murat, rey
de Nápoles entre 1808 y 1815.
El régimen franco-napoleónico no solo permitió, sino que promovió
la multiplicación de logias como eslabones en la cadena de transmisión entre
la Francia imperial y los dirigentes de los territorios directa o indirectamente
dependientes de París. Nunca quedó claro si el emperador fue o no un iniciado.
Sí que lo eran el príncipe Jean-Jacques-Régis Cambacérès, archicanciller
imperial y todos los poderosos de un sistema fundado en la autocefalia del
poder político, emancipado de la consagración eclesiástica desde la coronación
en Notre Dame el 2 de diciembre de 1804 y en la catedral de Milán, donde
el emperador se ciñó la Corona de Hierro, símbolo de la realeza italiana. Para
conservar la libertad interna, las logias tuvieron que aceptar las directrices del
gobierno y celebrarlo en todos sus ritos oiciales y en las publicaciones. Esta
dependencia política se hizo aún más evidente cuando Napoleón concedió
al hijo que tuvo con María Luisa de Habsburgo el título de rey de Roma, una
decisión de gran valor simbólico, ya que relegó a la Ciudad Eterna de capital
de la Iglesia católica a segunda ciudad del Imperio. Primero la Pirámide, luego
San Pedro. Napoleón fue el punto de llegada tanto del mito egipcio que surgió
en el siglo XVIII y presente en la obra de Mozart, como del neotemplarismo,
sustraído a la Estricta Observancia y elevado a sacerdocio de la modernidad.
En aquel contexto histórico las logias italianas no tenían en absoluto
el objetivo de la independencia y la uniicación de Italia, sino que servían
al poder franco-napoleónico. En las logias se hablaba de política (elogios al
emperador y a las autoridades civiles) y se practicaban ritos pararreligiosos,
de un cariz naturalista, neopagano, solar. Las iestas masónicas coincidían
con las del calendario imperial y cada vez iban asumiendo un carácter más
oicial, como si las logias fueran un Estado dentro del Estado o su núcleo de
pensamiento y de proyectos políticos.
Esto hace todavía más particular el hecho de que Napoleón nunca
mencionara a la masonería en su correspondencia, ni siquiera en sus
pensamientos dictados en Santa Elena.
La condición de la masonería en el espacio geográico italiano
durante los primeros quince años del siglo XIX resulta interesante por otro
motivo: las logias y los masones estaban presentes, incluso públicamente, en
126
toda la península, Roma incluida, sin que ni el papa Pío VII ni los demás
eclesiásticos católicos se acordasen de la excomunión. Es más, en los Estados
franco-napoleónicos de Italia no tuvieron ninguna circulación las obras que
denunciaban la revolución francesa, el Terror y el imperio napoleónico como
fruto de un complot masónico. Las más famosas de esas obras, las Mémoires
pour servir à l’histoire du jacobinisme de Augustin Barruel o Il velo alzato per’
curiosi del abad François Lefranc jamás se editaron. La masonería quedaba
por encima de las críticas y las polémicas. Nadie la cuestionaba como un pilar
que sustentaba el orden político, conciliado con la Iglesia católica desde el
concordato de 1801.
En el lado opuesto, la masonería fue rigurosamente prohibida en
Cerdeña, último dominio de Carlos Manuel IV de Saboya –que abdicó e ingresó
como novicio en la Compañía de Jesús– y luego de Víctor Manuel I de Saboya,
para los que seguía vigente la prohibición de la masonería decretada por Víctor
Amadeo III, como medida política contra el avance de los revolucionarios
franceses y de sus aliados internos ilo jacobinos.
Asimismo, la masonería fue prohibida en la Sicilia de Fernando IV
de Borbón, que contaba con el apoyo del inglés lord William Bentinck. La
constitución siciliana de 1812 era distinta de la constitución del Reino de
España aprobada en las Cortes de Cádiz de 1812, ya que la siciliana preveía un
parlamento bicameral y reconocía por lo tanto el poder de los barones o pares,
mientras que la española era monocameral. Sin embargo, ambas reconocían y
admitían una sola confesión religiosa del Estado: la Iglesia católica, apostólica
y romana, prohibiendo las demás confesiones cristianas y las religiones no
cristianas. El deísmo y el libre pensamiento, el agnosticismo y el ateísmo
ni siquiera merecían mencionarse. En otras palabras, Gran Bretaña ejerció
una importante inluencia política antinapoleónica, pero no en apoyo de las
libertades de los ciudadanos, que siguieron siendo súbditos de la monarquía
católica en Cerdeña y Sicilia.
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129
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131
132
133
dirección del rito simbólico italiano, muy simpliicado con respecto al rito
francés y al escocés. En las primeras décadas posteriores a la creación del
Reino de Italia, la masonería dedicó grandes esfuerzos para dotarse de unidad
y regularidad. Se dedicó a tareas ajenas a la tradición. Así lo conirma el hecho
de que no se publicara ninguna traducción de las Constituciones de Anderson,
ni de los Antiguos Deberes, ni siquiera en una forma simpliicada. En más de
sesenta años de existencia (1864-1926) las revistas oiciales del gran oriente
solo dedicaron un artículo de tres páginas a las Constituciones de Anderson
(Rivista della massoneria Italiana XXX (1900): 20-22).
En 1864 y nuevamente en 1872, Garibaldi redactó su programa
masónico: para él la masonería era la “madre de la democracia”, una asociación
ilantrópica, comprometida en llevar a cabo reformas sociales y abierta a las
mujeres. Para conirmarlo inició a su hija, Teresita, y a muchas otras masonas.
También celebró bautismos y bodas masónicas, según un ceremonial que
se difundió y que en cierto modo imitaba al católico. En los últimos años
dispuso que su cadáver fuera incinerado al aire libre, pero su voluntad no
pudo cumplirse debido a que en su funeral estaba presente un representante
de la casa real que era contraria a entrar en conlicto con la Iglesia católica,
que condenaba la incineración no por sí misma sino por considerarla una
airmación del naturalismo positivo, contrario al catolicismo. En cualquier
caso, la “pira homérica” reivindicada por Garibaldi no fue propiamente
masónica, ya fuera porque la masonería nunca consideró la incineración como
una regla vinculante o primordial, o porque por motivos higiénico-sanitarios,
resultaba absolutamente impracticable en las ciudades del siglo XIX, carentes
de alcantarillado. Algunos masones propugnaron la construcción de hornos
crematorios en forma de “aras”. En los siguientes treinta años (1865-1895)
la masonería ascendió a la categoría de partido del Estado, con una profunda
diferencia respecto de la época franco napoleónica. Para el estatuto del Reino
de Italia la religión del Estado era y seguiría siendo la católica. La masonería
era conocida pero no reconocida. El Estado nunca aprobó ninguna ley sobre las
asociaciones, por lo que la masonería siempre vivió en una condición difícil, ya
que en cualquier momento podía ser declarada secreta. El verdadero obstáculo
no fue la Iglesia católica, sino el ordenamiento jurídico y en cierto modo ella
misma porque a los masones italianos no les gustaba el reconocimiento “oicial”
para evitar así tener que someterse a controles por parte del gobierno. Para
conocer la masonería italiana entre la uniicación y la primera guerra mundial
y la llegada al gobierno de Mussolini (31 de octubre de 1922) disponemos de
muchas fuentes y documentos, hasta ahora utilizados solo parcialmente: en
primer lugar el Bollettino del Grande Oriente d’Italia (1864-1869) y la Rivista
della Massoneria italiana (1870-1904), más adelante la Rivista massonica (1905-
1926), las actas manuscritas del consejo del orden de la junta ejecutiva del
Gran Oriente de Italia, la matrícula general de los ailiados del gran oriente
entre 1875 y la disolución de las logias en 1925: más de 60 000 nombres.
Asimismo existe una enorme cantidad de documentos en los archivos
134
135
136
electivos los cargos de las administraciones locales), y con Adriano Lemmi. Sin
embargo, contrariamente a lo que se imagina, la Propaganda nunca contó con
hombres de poder efectivo y no dominó en absoluto la vida pública.
En los años como gran maestro (1885-1896) Lemmi organizó las
inanzas del Gran Oriente de Italia y codiicó las grandes ideas del pensamiento
masónico italiano: hacer del Estado el garante de las libertades y del progreso
civil de todos los ciudadanos y combatir con todos los medios posibles al
papado, “cuchillo clavado en el corazón de Italia”. Al igual que Carducci y
Crispi, Lemmi buscó la consolidación de la monarquía, que a su vez honró
la memoria de Garibaldi y de Giuseppe Mazzini con monumentos erigidos
en Roma y en muchas otras ciudades, a menudo con símbolos masónicos
evidentes (escuadra y compás). Italia empezó a ser un país unido, con muchos
y graves problemas, pero con una perspectiva de progreso. El masón Luigi
Pagliani fue el artíice de la primera ley sanitaria, que impuso la renovación de
los planes urbanísticos de las ciudades. La Iglesia católica siguió reiterando
sus condenas de siempre, y en los años 1885-1896 le siguieron en este sentido
Léo Taxil, Domenico Margiotta y otros que desacreditaban el Gran Oriente
de Italia para derrocar al jefe del gobierno, Crispi, artíice de la expansión
colonial, al cual Francia se oponía con crudeza.
Se volvió a publicar la condena de un año de cárcel a Adriano Lemmi
por un hurto en Marsella en 1844: una acusación infamante. En lugar de
defenderse en sede judicial ordinaria, Lemmi consiguió la absolución de un
jurado del rito escocés. Consternado por las polémicas y las disidencias internas,
dimitió en 1896, siendo sustituido por Ernesto Nathan, judío londinense
italianizado: una elección que alimentó las polémicas de los clericales contra
el complot judeomasónico y socialista, análogo al desencadenado en Francia
con el “affaire Dreyfus”. La dimisión de Lemmi no fue suiciente para calmar la
tempestad. En 1896 muchas logias rechazaron la obediencia al gran maestro
y dos años después vio la luz el Gran Oriente Italiano, de orientación radical
y republicano, inmediatamente reconocido por el Gran Oriente de Francia,
artíice de la secesión.
Así pues, para castigar a la masonería, la Iglesia católica recurrió a los
argumentos deplorables de Taxil y de la Liga antimasónica, que celebró en
Trento su primer y único congreso (1896), tras el cual Taxil declaró ser un
comodín: había jugado con la masonería y con los clericales al mismo tiempo.
Sin embargo no fueron los masones quienes lo desenmascararon, sino algunos
eclesiásticos. Así la Iglesia católica demostró que sabía liberarse de la mentira;
en el imaginario popular (pero no solo) la masonería seguía apareciendo como
se describía en las Confessioni di un 33 de Taxil y en las polémicas antimasónicas
de demócratas y radicales como Felice Cavallotti, según el cual “si no todos
los masones son malhechores, todos los malhechores sin duda alguna son
masones”: una lápida funeraria lanzada sobre el orden que se si proponía como
artíice de la unidad nacional y del desarrollo de Italia. Dicha unidad estaba
dirigida no por un sacerdote sino por el líder del “partido de los honestos”, a
137
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140
esencial para la estabilidad del gobierno, tenía que “dar ejemplo”, prohibiendo
la masonería, pero asumiendo el papel de defensor del laicismo del Estado en
el ámbito estratégico de la educación de los jóvenes. A pesar de la disolución de
las logias, a partir de 1925 muchos masones siguieron estando operativos en el
silencio y en el exilio, donde recibieron la ayuda de hermanos de Estados Unidos,
como Arturo Di Pietro, Charles Fama y Frank Gigliotti, todos ellos protestantes.
Gigliotti desempeñó un papel importante en el renacer de la masonería entre
1943 y 1960, facilitando las relaciones entre los hermanos de Italia y los
italo-estadounidenses, con tres condiciones: el rechazo radical del social-
comunismo, del anticlericalismo y de la visión nacionalista de la historia.
Italia debía volver a formar parte de Occidente. Pero los obstáculos por
superar eran numerosos y difíciles, empezando por la antigua excomunión
de la Iglesia católica, ante cuyos ojos incluso los rotarios (combatidos por el
régimen fascista y disueltos tras la alianza entre fascistas y nazis) y los leones
seguían siendo “sospechosos”. Además continuaba vigente la prohibición de
ailiación masónica para casi todos los partidos políticos, que se declaraban
antifascistas pero seguían siendo totalitarios (partido comunista, partido
socialista, democracia cristiana, a los cuales luego se unió el movimiento social
italiano, reencarnación del PNF).
141
142
143
144
1
Luz de Marruecos no. 154 se constituyó el 9 de diciembre de 1881 bajo los auspicios del Gran Oriente de España.
Africana no. 112 surgió en Ceuta, auspiciada por esa misma entidad, el 28 de octubre de 1888. Centro Documental
de la Memoria Histórica (CDMH), Sección Especial (SE) Masonería A, Legajo (L). 605 Expediente (E). 2.
2
Expediente de la logia. CDMH, SE Masonería A, L. 771 E. 8.
3
Libro de actas de la logia Oriente no. 451, 8 de septiembre de 1931. CDMH, SE. Masonería A, L. 401.
145
4
Vicente Moga Romero, Al oriente de África: masonería, guerra civil y represión en Melilla (Melilla: UNED, 2005), Tomo
I, 74-75.
5
La unión Masónica en el Imperio de Marruecos no. extraordinario (junio 1890): 3-4.
6
Moga Romero, Al oriente de África, Tomo I, 74-75.
7
La unión Masónica en el Imperio de Marruecos no. extraordinario (junio 1890): 3-4.
8
Anuario del Gran Oriente Español (1895): 97. En el periodo 1890-1899 esta obediencia incluiría, en su beneicio,
seis logias del territorio marroquí: cuatro logias en Tánger y una logia respectivamente en Alcazarquivir, Fez, Rabat
y Tetuán.
9
Moga Romero, Al oriente de África masonería, Tomo I, 74-75.
10
En 1890, Celestino García Fernández fue el fundador, en Ceuta, de la logia África, al igual que participa en la
constitución del taller Luz de Marruecos de Tetuán el 29 de marzo de 1891. Moga Romero, Al oriente de África, Tomo
I, 73.
146
11
Carta dirigida a Alfredo Vega, vizconde de Ros, el 2 de agosto de 1891. Expediente de la logia. CDMH, SE
Masonería A, L. 602 E. 2.
12
África no. 202 de Melilla, y las logias Cruzada y Abd-El-Aziz no. 446 de Tánger. Expedientes de las logias
respectivamente. CDMH, SE Masonería A, L. 605 E. 1., L. 771 E. 4., L. 770 E. 8.
13
En diferentes expedientes personales masónicos de estos talleres aparece que este taller fue la logia madre de
muchos de sus componentes. CDMH, SE Masonería A, L. 420, 421, 406, 407 y 408.
14
Abd-El-Aziz no. 446, La Unión Masónica en el Imperio de Marruecos no. 3 (1 de marzo de 1890): 1-2.
15
Josep Lluís Mateo Dieste, “Una hermandad en tensión. Ideología colonial, barreras e intersecciones hispano-
marroquíes en el Protectorado”, AWRAQ 5-6 (2012): 79-96.
147
16
Los intereses ingleses versaban en que este territorio no fuese para Francia, sino para España, salvaguardando así
de cualquier potencia no inglesa la ciudad geoestratégica de Tánger.
17
En Casablanca se constituyeron entre 1913 y 1918 los talleres Casablanca no. 346, Samuel Güitta no. 380 y Veritas
no. 398. En Mogador, Woodrow Wilson no. 405 cerró en 1919; en Rabat, Mouley Hassan no. 395 un año antes y,
en Tánger, se constituyeron más logias españolas, Clemenceau no. 404 y Minerva no. 416 entre los años 1919-1920.
Todas y cada una de ellas pertenecían al Gran Oriente Español.
18
Fiat Lux no. 283, Morayta no. 284, Ciencia y Libertad no. 286. CDMH, SE Masonería A, L. 307.
La visita de Martínez Barrios a los talleres de Marruecos”, Boletín del Gran Oriente Español II, no. 15 (10 de
19 “
148
21
Mimoum Aziza, “La sociedad marroquí bajo el Protectorado español (1912-1956)”, en El Protectorado español
en Marruecos: la historia trascendida, Vertiente jurídica, socioeconómico-demográica y cientíico-educativa, dir. Manuel
Aragón Reyes (Bilbao: Iberdrola, 2013), 140-141.
22
La zona española presentaba las condiciones menos favorables de todo el país, en contraposición a la zona francesa
que concentraba la mayor parte de las riquezas económicas. Mohammed Dahiri, “La migración española a Marruecos:
1836-1956”, en El Protectorado español en Marruecos, 175-193.
23
Datos obtenidos de Mimoun Aziza, “La sociedad marroquí”, 138.
24
También auspiciaría un nuevo triángulo en Tetuán en 1913 denominado Felicidad, con el número 69. Expediente
de la logia. CDMH, SE Masonería A, L. 605 E. 12.
25
La carta patente solicitada a la obediencia nacional por excelencia en estos momentos, El Grande Oriente Es-
pañol, sería concedida unos meses más tarde, hacia enero de 1923. Sin embargo, las razones de esta tardanza, que
respondían a momentos de cambio en el seno de la masonería peninsular dado el proceso de reforma autonomista de
la obediencia, supondrá el desmoronamiento del taller a favor de la Gran Logia Española con sede en Barcelona en
enero de 1924, que le otorgará la carta patente el 7 de febrero del indicado año. CDMH, SE Masonería A, L. 605 E. 12.
26
Fiat Lux no. 283 de Casablanca en 1923. CDMH, S.E. Masonería A, L. 771. E. 6.
27
Abd-el-Aziz no. 246, Minerva no. 416 y Morayta no. 284 de Tánger, Casablanca no. 346 y Samuel Güitta no. 380
de Casablanca e Hijos de la Africana no. 438 de Melilla. CDMH, S.E. Masonería A, L. 770, 771 y 501.
149
150
costes en los que podrán participar “todos los hombres de buena voluntad
y amantes de la cultura patria”, según se establece en el artículo segundo del
reglamento. La indicación que menciona al respecto de presentar buenas
referencias sociales para poder entrar en sus filas, además de haber sido
recomendado por dos miembros, son otro ejemplo significativo. También, la
posibilidad de emitir voto libremente, la presentación de trabajos literarios,
científicos y de cultura general, así como ensayos por el bien de la sociedad y los
fines que esta propone, son otras analogías existentes con los procedimientos
masónicos reglamentarios y habituales. Tenían opción, además, de publicar
tales trabajos en la prensa local y peninsular con diplomas añadidos para
sus autores. Pero las semejanzas no terminan aquí, junto a las mencionadas,
destacan las reuniones semanales con su correspondiente multa por la ausencia
injustificada, la elección anual de cargos y la prohibición de hablar de política
y religión, “para estar siempre al amparo de las leyes regimentales del país”.
En lo referente a su política externa, destaca, como diferencia esencial
dado su carácter legal, la realización de actos públicos “previa organización
gubernativa, en el local social para dar a conocer los fines y progresos de la
sociedad”, así como con el objeto de aumentar el número de socios pero,
eso sí, con la condición sine qua non de que sea “siempre invitando a las
Autoridades de la plaza”.
Por último y más representativo, los reglamentos de la Asociación
Cultural Lixus, permitían socios de Alcázar y Arcila, dos regiones cercanas
a la plaza de Larache “aun cuando pueda haber delegaciones en aquellas”.
Este último aspecto, al igual que sucederá con las logias masónicas de este
territorio, encierra la misma finalidad de expandir sus acciones y trabajos para
influenciar, cada vez más, el resto de la geografía marroquí. Pero, en el fondo,
este precepto respondió a una necesidad más profunda de inserción social
de los miembros de la logia Lixus no. 23, precisamente por las condiciones
políticas y multiculturales a las que se enfrentó durante todo su recorrido vital.
Jugaba entonces este doble sentido: por un lado, externalizar sus acciones
humanitarias, fraternales y paternalistas, propias de su proyecto masónico en
la ciudad colonial y, por otro y más importante, pretendieron mostrar, tal vez
oficializar o legalizar, a nivel civil, todo el contenido discursivo trabajado en las
logias, disfrazándolo de una sociedad no masónica. El objeto radicaba no solo
en calmar las persecuciones y restricciones sufridas por el aparato gubernativo
y por las opiniones negativas que en la sociedad del Lucus existían contra la
orden, sino de avanzar en su proyecto moderno, cosmopolita y colonizador,
como veremos más adelante. Se trataba, en definitiva, de la imagen pública
de esta logia que, aunque prácticamente similar en sus bases y disposiciones,
incluidos sus propios componentes, ofrecía una imagen más civil y cultural y,
con ello, menos cerrada e incógnita.
El hecho de que remarquen la presencia y autoridad de la administración
de la zona es, en este sentido, muy revelador, sobre todo a raíz de 1926, año
correspondiente a la última acta de esta logia con fecha del 8 de mayo de ese
151
32
Su carta constitutiva de 26 de julio de 1924, otorgada por la Gran Logia Española, CDMH, SE Masonería A, L.
605 E. 11.
152
33
Estatutos y Reglamento interior de la Asociación Hispano-Hebrea de Larache de 1928, Biblioteca Nacional de España,
Sede de Alcalá, AFRGFC/122/15.
34
Un decreto de 1924, bajo Primo de Rivera, había concedido un plazo para solicitar la nacionalidad española
a varios miles de sefardíes protegidos por España en el antiguo Imperio otomano; posteriormente se diicultó la
implementación de la medida, con lo que muchos no llegaron a completar los trámites de nacionalización, aunque
siguieron recibiendo pasaportes españoles en sus consulados. Gonzalo Álvarez Chillida, “Presencia e imagen judía en
la España contemporánea. Herencia castiza y modernidad”, en El otro en la España contemporánea: Prácticas, discursos
y representaciones, dir. Silvina Schammah y Raanan Rein (Sevilla: Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, 2011),
123-160.
35
Miguel Matamala, miembro de Lixus no. 23, después de Lixus no. 446 B y gran maestro de la Gran Logia de
Marruecos en momentos diferentes, fue profesor de la Escuela Hispano Hebrea de Larache, cuyo director fue otro
masón, Antonio Pedrosa Sánchez. También, el director del Casino de Clases, Vicente Chaveli Lloret, miembro de
Lixus no. 446B.
153
154
39
Perseverancia no. 70, CDMH SE Masonería A, L. 406.
40
Perseverancia no. 70, CDMH SE Masonería A, L. 406.
41
Con ello pretendemos seguir la interpretación propuesta por Ferrer Benimeli acerca de la existencia, no de una
masonería, sino de masonerías, haciendo referencia a su amplia lexibilidad histórica, es decir, a su variabilidad espacio-
temporal y sociopolítica. Ferrer Benimeli, “Métodos y experiencias en el estudio de la masonería”, REHMLAC 1, no. 2
(diciembre 2009-abril 2010): 44-62.
42
La Gran Logia Regional de Marruecos fue legalmente constituida el 27 de octubre de 1932. Decreto no. 4 del GCFS
del GOE, Madrid, 17 de diciembre de 1932. CDMH, SE Masonería A, L. 499.
43
Este aspecto quedó señalizado en el libro de actas de primer grado de Lixus no. 446B y en el de la Gran Logia de
Marruecos. Su constitución, no obstante, presentó diicultades por parte de este taller porque su venerable maestro,
José Navarro Díez, tachó de ilegales las gestiones realizadas hasta que se obtiene su legalidad a principios de 1932.
CDMH, SE Masonería A, L. 421 y 499.
155
44
Cabo Espartel no. 447. CDMH SE, Masonería A, L. 605 E. 4.
45
Triángulo Cabo Quilates no. 11. CDMH, SE Masonería A, L. 421 y 499.
46
Triángulo Lombroso. CDMH, SE, Masonería A, L. 427.
47
Oriente no. 451, Atlántida no. 448 y Luz no. 449. CDMH, SE Masonería A, L. 401-411.
48
Casablanca no. 346, Fiat Luz no. 7 y Samuel Güitta no. 380. CDMH, SE Masonería A, L. 376 y 380.
49
Fez Lumière no. 447. A partir de 1933 también cobijará a la logia África no. 12 y Tánger no. 45 y, en 1934 al
Triángulo Guelaia no. 2 de Villa Nador. El primero, se adscribiría en 1934 a la Gran Logia del Mediodía de España y
segundo, con una vida más corta, desaparecería ese mismo año. CDMH, SE Masonería A, L. 605 y 771.
50
Véase Paz Sánchez, “Masonería y militarismo en el Norte de África”, en La masonería y la pérdida de las colonias, ed.
Paz Sánchez (Santa Cruz de Tenerife: Idea, 2006), 273-349.
51
Testimonio literal de quien sería gran secretario y gran maestro de la GLM, Cristóbal de Lora en el acta de esta
regional del día 30 de julio de 1931. Cristóbal de Lora, como comisario de policía de Larache trabajaba bajo las
órdenes de Luciano López Ferrer. CDMH SE Masonería A L. 499. El suceso ha sido recogido por Paz Sánchez,
“Masonería y militarismo”, 273-349.
52
Se conservan muchos documentos en los que se hace referencia a que la República española nunca llegó al
protectorado. Por ejemplo, en la carta de Cristóbal de Lora al GCFS del GOE de 3 de febrero de 1933. CDMH, SE
Masonería A L. 168.
156
53
Miembro de la logia Delfos no. 12 de Barcelona de la Gran Logia Española, periodista español en El Cairo y
posteriormente en España, simpatizante del nacionalismo marroquí y del panislamismo. Véase, Valeria Aguiar Bobet,
“Revistas, folletos y publicaciones masónicas del Norte de África: otra cara del legado cultural de las relaciones
hispano-marroquíes”, en La historia, Lost in traslation?, eds. Damián González, Manuel Ortiz y Juan S. Pérez (Albacete:
Universidad de Castilla la Mancha, 2017), 2563-2575.
54
Esto se puede observar en diferentes cartas entre abril y septiembre de 1932 a Jaime de Argila. CDMH, SE
Masonería A, L. 16 E. 8.
55
Carta de 20 de mayo de 1932. CDMH, SE Masonería A, L. 16 E. 8.
56
Las disertaciones proceden de la carta mencionada en la nota anterior. Carta de 20 de mayo de 1932. CDMH, SE
Masonería A L. 16 E. 8.
57
Carta de A. Bennuna a Jaime de Argila del 20 de agosto de 1932. CDMH, SE Masonería A, L.95 E. 15.
157
58
Propuesta irmada por los diputados de la GLM en la asamblea regional del 17 de febrero de 1934. CDMH, SE
Masonería A, L. 499.
59
Redactado a inales de diciembre de 1932. CDMH, SE Masonería A, L. 406. Véase Paz Sánchez, “Masones y
militares españoles”, en La masonería y la pérdida de las colonias, 349-373.
60
CDMH. SE Masonería A, L. 406.
61
Acta de la asamblea regional de 17 de febrero de 1934. CDMH, SE Masonería A, L. 499.
158
62
Comunicación del secretario general de la alta comisaría de España, Marcelino de Ulibarri, Tetuán, 23 de marzo
de 1938. CDMH SE Masonería A, L. 769.
63
CDMH SE Masonería A, L. 35 E. 11.
64
Informe de la comisión de asuntos generales de la logia Perseverancia no. 70 del 4 de octubre de 1934 al respecto
de la plancha de la GLE de 28 de agosto de 1934. CDMH SE Masonería A L. 406.
65
CDMH SE Masonería A L. 406.
159
66
Aguiar Bobet, “Soldados orientalistas: teosofía y masonería en el Magreb durante la II República Española”,
REHMLAC+ 8, no. 2 (diciembre 2016-abril 2017): 95-117, citado el 15 de agosto de 2017, doi: https://doi.
org/10.15517/rehmlac.v8i2.26648. Aguiar Bobet, “La cultura de la tolerancia masónica en el Marruecos de la II
República: el VIII Centenario de Maimónides”, en La masonería hispano-lusa y americana. De los absolutismos a las
democracias (1815-2015), coords. José Miguel Delgado e Yván Pozuelo Andrés (Zaragoza: CEHME, 2017), Tomo I,
493-506.
67
Uno de los centros inluyentes fue el Ateneo donde se comenzó a gestar entre la burguesía tetuaní un movimiento
protonacionalista. Véase Irene González González, “Escuela e ideología en el Protectorado español en el norte de
Marruecos (1921-1956)” (Tesis de Doctorado en Historia, Universidad de Castilla la Mancha, 2010), 257-258.
68
“El nacionalismo, en la Zona de Protectorado, es, en realidad, el deseo de muchos musulmanes de instruirnos en
lo moderno, sin abandonar lo que es peculiar nuestro. Comprendemos que, con relación a Europa, estamos atrasados
de un siglo, y es nuestro más ferviente deseo el de ver si esta laguna podemos salvarla en el menor plazo de tiempo
posible. Como la misión que aquí se ha impuesto España, no es otra, venimos a sacar en consecuencia que el primer
nacionalista de la Zona es el propio país protector”. A. Bennuna, Panislamismo (Tetuán, 16 de abril de 1932). CDMH,
Sección Especial Masonería A, L. 351 E. 21.
69
A la reunión asistieron como visitadores hermanos de diferentes logias marroquíes y peninsulares, incluido el gran
maestro de la Gran Logia Regional del Mediodía de España, Fermín de Lajas. Libro de actas de la logia Atlántida no.
448 (Tetuán, 10 de abril de 1933). CDMH, SE Masonería A, L. 404 E. 2.
70
Decreto de la Gran Logia de Marruecos (Tetuán, 4 de julio de 1933). CDMH, SE Masonería A, L. 95 E. 7.
160
161
desde 1934 por múltiples razones como las persecuciones de los masones,
la división en la dinámica interna de la logia o el descontento con la política
republicana en el protectorado, entre otras. En julio del año citado pondría
fin a las actuaciones de los talleres como es de sobra conocido: la guerra civil
española destruyó, persiguió y procesó a la masonería y a todos sus miembros,
además de requisar e incautar toda su documentación.
162
76
Diccionario de la Real Academia Española, “Colonialista” (Madrid: RAE, 2014 [citado el 25 de agosto de 2017]):
disponible en http://dle.rae.es/?id=9qF906U
77
Jorge Enrique Linares Salgado, “Del colonialismo al cosmopolitismo”, Utopía y praxis latinoamericana 54 (julio-
septiembre 2011): 128.
78
Sultana Wahnon Bensusan, “Lenguas, culturas e imperios: relexiones sobre el cosmopolitismo”, La Torre del Virrey:
revista de estudios culturales 4 (enero, 2007): 29-37. En su artículo plantea que el cosmopolitismo tiene su origen en el
judaísmo a través del Génesis del Antiguo Testamento y de ahí pasaría al cristianismo ambas religiones universalistas.
79
Antonio Campillo, El concepto de lo político en la sociedad global (Barcelona: Herder, 2008).
163
80
Linares Salgado, “Del colonialismo al cosmopolitismo”, 128.
81
Linares Salgado, “Del colonialismo al cosmopolitismo”, 128.
82
Véase Jefferson Jaramillo Marín, “Cosmopolitismo(s) y modernidade(s)”, Diálogo de saberes 29 (julio-diciembre
2008): 176-177.
83
Jaramillo Marín, “Cosmopolitismo(s) y modernidade(s)”, 176-177.
164
84
Jaramillo Marín, “Cosmopolitismo(s) y modernidade(s)”, 191.
85
Jaramillo Marín, “Cosmopolitismo(s) y modernidade(s)”, 180.
165
166
88
La excepción a la regla fue que no existía una separación estructural de comunidades o guetos. Es decir, los tres
grupos compartían los mismos espacios. Aguiar Bobet, “Revistas, folletos y publicaciones masónicas”, 2563-2575.
También, Aguiar Bobet, “La cultura de la tolerancia masónica”, 493-506.
167
1
Este trabajo es una traducción del inglés al español, hecha por Rogelio Aragón, del artículo: Andrew Prescott y Susan
Mitchell Sommers, “Searching for the Apple Tree: Revisiting the Earliest Years of Organized English Freemasonry”, en
Relections on Three Hundred Years of Freemasonry, ed. John S. Wade (Surrey, UK: Lewis Masonic, 2017).
2
Alfred Robbins, “The Earliest Years of English Organized Freemasonry”, Ars Quatuor Cororonati –a partir de ahora
AQC– 22 (1909): 67-89.
3
Albert F. Calvert, The Grand Lodge of England 1717-1917 (Londres: Herbert Jenkins, 1917), 1.
168
después de que sucedieron los hechos que pretende registrar. Anderson relata
la ascensión de Jorge I al tronó inglés en 1714, así como la rebelión encabezada
por Jacobo Estuardo, el célebre Old Pretender. El autor de las Constituciones
nos dice que, en 1716, una vez sofocada la rebelión, las pocas logias que
existían en Londres se sintieron abandonadas por el gran maestro Christopher
Wren y decidieron “reunirse y cimentarse bajo un gran maestro, que fuera
el centro de unión y armonía”4. A continuación, Anderson enlista las cuatro
logias que se reunieron5. En primer lugar, la logia de la cervecería Goose and
Gridiron6, del área conocida como St. Paul’s Churchyard. La sucesora de esta
logia es la Antiquity no. 2. En segundo lugar, la logia de la cervecería Crown,
ubicada en Parker’s Lane, cerca de Drury Lane. Esta logia se extinguió por falta
de miembros poco después de 1736. En tercer lugar, la logia de la taberna
Apple Tree, situada en Charles Street, en el área de Covent Garden. La historia
de esta logia es complicada, pero puede decirse que es la antecesora de la logia
Fortitude and Old Cumberland no. 12. Y, por último, la logia de la taberna
Rummer and Grapes de la calle Channel Row, en la zona de Westminster. La
descendiente de esta logia es la Royal Somerset House and Inverness no. 4.
Anderson relata que estas cuatro logias se reunieron en la taberna
Apple Tree de Charles Street. En dicha reunión también se dieron cita “algunos
viejos hermanos” que, aparentemente, no eran miembros de ninguna de las
cuatro logias. La reunión fue presidida por el más viejo de los maestros masones.
Anderson airma que la asamblea “se constituyó como una gran logia provisional
en debida forma”. Como bien lo explicó Begemann hace ya algún tiempo7, esta
airmación es pura jerigonza legal utilizada por Anderson para demostrar la
continuidad con los grandes maestros anteriores. Sin embargo, el resultado
de dicha reunión descrita por Anderson fue muy claro. Las logias revivieron
las comunicaciones trimestrales de la Gran Logia, accedieron a realizar una
reunión y banquete anuales y decidieron elegir a un gran maestro. Según
Anderson, el 24 de junio de 1717 se llevó a cabo un banquete de libres y
aceptados masones en la cervecería Goose and Gridiron y que, antes de la cena,
el maestro que había presidido la reunión en la taberna Apple Tree propuso
4
James Anderson, The New Book of Constitutions of the Antient and Honourable Fraternity of Free and Accepted Masons
(Londres: Caesar Ward and Richard Chandler, 1738), 109-110. A pesar de que existen ediciones en español de esta
obra, se ha optado por hacer traducciones propias de los fragmentos citados por los autores del presente trabajo, con
el in de respetar la fuente original consultada por ellos (N. del T.).
5
Robert Freke Gould, The Four Old Lodges, Founders of Modern Freemasonry, and their Descendants (Londres: Spencer’s
Masonic Depot, 1879). Un resumen conciso de lo descubierto por Gould se encuentra en “Fortitude and Old
Cumberland Lodge No. 12”, Collected Essays and Papers relating to Freemasonry (Belfast y Londres: William Tait,
Spencer & Co., 1913), 183-187.
6
Se respetarán los nombres en inglés de las logias, tabernas, cervecerías, calles y lugares de referencia para facilitar
su ubicación en otras fuentes y medios (N. del T.).
7
Wilhelm Begemann, Early History and Beginnings of Freemasonry in England, trad. Lionel Vibert, manuscrito
resguardado en la Library and Museum of Freemasonry de Londres, 575. Este manuscrito es una traducción de los
dos volúmenes de Begemann, Vorgeschichte und Anfänge der Freimaurerei in England (Berlín: E. S. Mittler, 1909) que
estaba siendo preparada para su publicación por la logia Quatuor Coronati, pero que nunca vio la luz debido a la
negativa de publicar el trabajo de un investigador alemán durante la primera guerra mundial.
169
8
Vic Gatrell, The First Bohemians: Life and Art in London’s Golden Age (Londres: Allen Lane, 2013), 4.
9
John Stow y John Strype, A Survey of the Cities of London and Westminster (Londres: A. Churchill, J. Knapton, 1720),
vol. II, 76.
10
Gatrell, First Bohemians, 29-44.
11
Old Bailey Proceedings Online, 7 de septiembre de 1722 versión 7.2, ref. f17220907-1.
12
Sobre Charles Street, véase “‘Bow Street and Russell Street Area: The former Charles Street”, en Survey of London:
Volume 36, Covent Garden, ed. F. H. W. Sheppard (Londres: London County Council, 1970), 195-196.
13
Daily Journal, 19 de enero de 1727.
170
14
Timothy Clayton, “Du Bosc, Claude (b. 1682, d. in or after 1746)”, en Oxford Dictionary of National Biography (Oxford:
Oxford University Press, 2004), no. índ. 101008118; Lynn Hunt, Margaret Jacob y Winjand Mijnhardt, The Book that
Changed Europe: Picart and Bernard’s Religious Ceremonies of the World (Cambridge, MA: Harvard University Press,
2010).
15
Fergus Linnane, Madams: Bawds and Brothel Keepers of London (Stroud: Sutton Publishing, 2005), 37, 95.
16
London Journal, 7 de octubre de 1721.
17
Gould, Four Old Lodges, 45.
18
The Constitutions of Free Masons (Londres: William Hunter for John Senex and John Hooke, 1723), 44-48.
19
The Constitutions of Free Masons, 58.
20
The Constitutions of Free Masons, 74.
171
21
Robbins, “Earliest Years”, 68. El reporte publicado en el Post Boy se reimprimió en el Weekly Journal or British
Gazetteer, el 1 de julio de 1721, en el Weekly Journal or Saturday’s Post, también del 1 de julio de 1721, y en el Ipswich
Journal, del 24 de junio de 1721.
22
Oxford, Bodleian Library, MS. Rawlinson C. 136, f. 5. Dado que este grabado ha sobrevivido hasta nuestros días,
parece extraño que Anderson mencione, en la edición de 1738, que se comisionó un nuevo grabado para los boletos
del banquete anual de 1723. Book of Constitutions, 115.
23
John Hamill, “When History is Written”, Freemasonry Today, 7 de junio de 2016.
24
Quatuor Coronatorum Antigrapha –a partir de ahora QCA– 10 (1913): 244-245.
25
Si la logia o Anderson hubieran sido los titulares de los derechos de autor de las Constituciones de 1723, entonces
la página de título habría dicho algo como “Impreso para el autor (o la Gran Logia) y vendido por John Senex y
John Hooke”, como se ve, por ejemplo, en la obra de 1725 de William Garbott New-River, la cual dice “impreso
para el autor y vendido por J. Hooke en The Flower-de-Luce de St Dunstan”. Véase M. A. Shaaber, “The Meaning
of the Imprint in Early Printed Books”, The Library 25 (1944): 120-141. James Raven indica que, a principios del
siglo XVIII, “los derechos de reproducción de una obra generalmente eran comprados por el librero-editor o por un
consorcio de libreros. La mayoría de los autores renunciaba a cualquier reclamo sobre la titularidad; los derechos se
dividían en participaciones entre distintos grupos de libreros”. Véase James Raven, “The Book Trades”’, en Books and
their Readers in Eighteenth Century England: New Essays, ed. Isabel Rivers (Leicester: Leicester University Press, 2011),
15. Acerca de los “pagos por página”, véase Richard Sher, The Enlightenment and the Book: Scottish Authors and their
Publishers in Eighteenth-Century Britain, Ireland and America (Chicago y Londres: University of Chicago Press, 2006),
215-216. Tobias Smollett recibió tres guineas por cada página de Complete History of England.
172
por el volumen completo de las Constituciones26. Así, por mucho que Anderson
hubiera reclamado a la Gran Logia, la edición de 1723 no era de su propiedad.
Dos iguras clave en la edición de 1738 de las Constituciones fueron los
editores Richard Chandler y Caesar Ward. Chandler había sido aprendiz de
Hooke, y tras la muerte de este, en 1730, adquirió su empresa y muchos de los
derechos de autor que detentaba27. En 1734, Chandler se asoció con su cuñado,
Caesar Ward, y buscaron expandir su negocio a York28. Las negociaciones de
ambos editores para comprar el York Courant, en enero de 1739, probablemente
fueron el motivo por el cual se retrasó la publicación de la nueva edición de
las Constituciones, ya que Anderson reportó la obra como lista para imprimirse
en enero de 1738, pero se anunció para su venta apenas en enero de 1739.
Debido a su amistad con Francis Drake, Ward esperaba que las Constituciones
se vendieran bien entre los masones de Yorkshire. La importancia de Chandler
y Ward en la producción de las Constituciones de 1738 se hace patente en la
suerte que corrió la obra posteriormente. Tras el suicidio de Chandler en 1744
y la bancarrota de Ward en 1746, los ejemplares restantes de las Constituciones
de 1738 fueron vendidos a un editor de apellido Robinson, quien al parecer
no era masón. Robinson reeditó el libro con su propia página de título y sin
hacer referencia a la Gran Logia29.
Al igual que en 1723, fue muy probable que Chandler y Ward le hayan
pagado a Anderson por página por su trabajo en las Constituciones de 1738. Los
problemas inancieros de Anderson, y el hecho de que era un deudor sujeto a
las “reglas de The Fleet”30, eran un fuerte incentivo para su producción literaria.
Tanto él como sus editores, esperaban maximizar las ventas produciendo un
volumen más completo y más idedigno que sus competidores. Los anuncios
26
La traducción de la obra de Fassmann tiene una referencia a la elección de un gran maestro por parte de los
masones. Véase Prescott, “The Publishers of the 1723 Book of Constitutions”, AQC 121 (2008): 160, donde se indica
que dicha traducción se publicó en 1719. La fecha correcta de la publicación es 1723, lo cual se deriva de los
anuncios aparecidos en la prensa (en algunos casos, el libro de Fassmann se publicitaba junto con las Constituciones).
Véase British Journal, 16 de febrero de 1723; London Journal, 9 de marzo de 1723. El crédito de Anderson como
traductor y autor de la referencia a la masonería se hizo público en la reimpresión de 1739 del libro de Fassmann,
posterior a la muerte de Anderson, en la página de título. News from Elysium or Dialogues of the Dead (Londres: J. Cecil
and F. Noble, 1739). Sobre Fassmann, véase C. Sammons, “David Fassmann’s Gespräche in dem Reiche der Toten”,
Yale University Library Gazette 46 (1972): 176-178; y J. Rutledge, The Dialogue of the Dead in Eighteenth-Century
Germany (Fráncfort y Berna: Herbert Lang, 1974).
27
Prescott, “Publishers of 1723 Book of Constitutions”, 161-162.
28
Sobre Ward, véase further C. Y. Ferdinand, “Ward, Caesar (bap. 1710, d. 1759)”, en Oxford Dictionary, no. índ.
101064292; y W. G. Day, “Caesar Ward’s Business Correspondence”, Proceedings of the Leeds Philosophical and Literary
Society, Literary and Historical Section 19 (1982): 1-8. El catálogo A catalogue of books printed for Caesar Ward and
Richard Chandler, at the Ship between the Temple-Gates in Fleet-Street, and sold at their Shop at Scarborough, 1734, se
encuentra en la British Library: RB 23.a.5967.
29
QCA 12 (1960), 80-81. John Entick, en su prefacio a The Pocket Companion and History of Free-Masons (Londres:
J. Scott, 1754), nos dice que la supervisión de Anderson de la producción de las Constituciones de 1738, fue muy
descuidada: “por el motivo que haya sido, ya sea por fuerza de su salud o por coniar en el manejo de extraños, esta
obra se publicó en muy malas condiciones. Las regulaciones, que habían sido revisadas y corregidas por el gran
maestro Payne, estaban interpoladas en ocasiones y, en otras, el sentido quedó totalmente obscuro y vago”.
30
The Fleet era una prisión londinense que albergaba, mayormente, a deudores. Muchos de los prisioneros en
realidad no residían dentro de los muros del ediicio, sino que vivían en los alrededores, pero tenían que sujetarse a
las “reglas de The Fleet” (N. del T.).
173
publicitarios de la obra destacaban que “este nuevo libro es casi del doble de
páginas que el anterior, con muchas nuevas informaciones, en especial sobre
las transacciones de la Gran Logia desde entonces”31.
El trabajo de Anderson estuvo bajo el escrutinio y la corrección de un
grupo de grandes oiciales de la logia, pero no sabemos ni quiénes eran ni
si habían tenido algo que ver en los eventos de 1716-1717. George Payne y
Jean-Théophile Desaguliers, dos iguras de capital importancia en los primeros
años de la logia, seguían en activo como grandes oiciales hacia 1738-1739.
Pero muchos de los otros grandes oiciales se habían iniciado en la masonería
tiempo después de la época de la fundación. El hecho de que la Gran Logia
estaba algo confusa respecto a lo publicado en la edición de 1723 de las
Constituciones, nos habla de que la memoria colectiva de sus primeros años no
era muy buena.
Anderson comenzó a involucrarse con la Gran Logia en 1721 y, por
ende, no tenía conocimiento directo de los eventos anteriores. Pero, como buen
historiador, se dio a la tarea de recolectar testimonios tanto orales como escritos,
los cuales intentó empatar. Al inal de la edición de 1738 de su libro, Anderson
da una lista de sus hermanos que lo habían apoyado durante la preparación de
este32. En su otra gran obra, Royal Genealogies, aporta una lista similar. La de
1738 no era una lista de miembros, sino más bien una forma de hacer públicas
sus conexiones sociales y demostrar su autoridad en la materia. Así, en dicha
lista encontramos los nombres del duque de Richmond, el conde de Inchiquin
y el conde de Loudon. Otros enlistados, como los grabadores John Pine y
Louis-Phillippe Boitard o el impresor Thomas Aris, se mencionan debido a su
intervención en la producción del volumen. Algunos otros se añadieron a la
lista dado que aportaron información sobre eventos especíicos, como William
Goston y el cientíico Erasmus King, amigo de Desaguliers, quienes actuaron
como vigilantes durante la iniciación del príncipe de Gales, en 173733.
Muchos de los hombres que menciona Anderson, tales como Martin
Clare, William Graeme y Edward Hody, se iniciaron en la masonería hacia
inales de la década de 1720 y principios de la de 173034. Es muy poco probable
que Thomas Desaguliers, hijo de Jean-Théophile, que apenas contaba con 17
años de edad y que comenzó a frecuentar las logias en 1738, haya sido de
31
Por ejemplo, véase London Daily Post and General Advertiser, 22 de enero de 1739; Country Journal and the Craftsman,
25 de enero de 1739; London Evening Post, 27-30 de enero de 1739.
32
Book of Constitutions (1738), 229.
33
Sobre Erasmus King, véase J. H. Appleby, “Erasmus King: Eighteenth-Century Experimental Philosopher”, Annals
of Science 47 (1990): 375-392. No queda claro si se trata del mismo William Goston que tuvo problemas legales con
John Ward respecto a un proyecto de minería en sus tierras. Ric Berman, The Foundations of Modern Freemasonry:
The Grand Architects Political Change and the Scientiic Enlightenment (Brighton: Sussex Academic Press, 2012), 167.
34
A Graeme se le menciona por primera vez en las minutas de la Gran Logia cuando fue nombrado oicial en 1734:
QCA 10, 241; Lo mismo sucede en el caso de Hody: QCA 10, 254; sobre Martin Clare, véase Prescott, “Clare, Martin”,
en Charles Porset y Cécile Revauger, Le monde maçonnique des Lumières: Europe-Amériques & Colonies, Dictionnaire
prosopographique (París: Editions Champions, 2013), vol. 1, 808-818.
174
mucha ayuda para las pesquisas de Anderson35. De los masones que menciona
Anderson, y que se habían iniciado en la masonería a principios de la década
de 1720, solamente uno airmó haber estado presente en los eventos de 1716-
1717. Se trata de Jacob Lamball, un carpintero que fue nombrado primer
vigilante en la taberna Goose and Gridiron en 1717. Al parecer, Lamball fue la
principal fuente de información que tuvo Anderson para los eventos de aquel
año. Resulta sorprendente que Anderson no mencionara a Anthony Sayer en su
lista de agradecimientos, a pesar de que aún estaba vivo en 1738. Lo anterior
se explica por el descrédito en el que cayó Sayer debido a las quejas que se
interpusieron en su contra, en 1730, por iniciar masones irregularmente a pesar
de haber recibido ayudas de caridad de parte de la Gran Logia. Si Anderson
consultó a Sayer, no estaba dispuesto a hacerlo público.
Hay muchos elementos que desacreditan a Lamball como testigo de los
eventos de 1716-1717. A pesar de haber sido nombrado vigilante en 1717, no
existe evidencia de su actividad masónica sino hasta marzo de 1735, cuando
fungió como primer vigilante en reemplazo de sir Edward Mansell36. Esto
sucedió en la primera comunicación trimestral inmediatamente después de
aquella en la que Anderson propuso una nueva redacción de las Constituciones.
Sospechosamente, parecería que el mismo Anderson fue responsable de la
reaparición de Lamball en la Gran Logia. No se sabe cómo es que Lamball fue
nombrado vigilante en 1735, ya que hay algunos problemas con su historia.
En 1717, Lamball era apenas un aprendiz de carpintero, ya que empezó su
contrato con John Manwell en marzo de 171437. Lamball no se convirtió en
independiente registrado en la Carpenters’ Company hasta el 6 de junio de
172138. Como aprendiz, los tiempos de ocio y descanso de Lamball estaban
controlados estrictamente por su maestro39, por lo que se antoja difícil que haya
podido dedicarse a la organización de la Gran Logia. Pero hay otras anomalías
con Lamball. Cuando contrajo matrimonio en 172540, declaró ser mayor de 30
años, lo cual signiica que tendría unos 19 años cuando se inició como aprendiz,
lo cual es mayor que la edad habitual de 14 años. Para 1731, sin embargo,
Lamball ya era más próspero y había establecido su propia carpintería en la
calle Hyde, de Bloomsbury, y rentaba una casa nueva en Camberwell41. Siguió
35
Audrey T. Carpenter, John Theophilus Desaguliers: A Natural Philosopher, Engineer and Freemason in Newtonian
England (Londres y Nueva York: Continuum, 2011), 241.
36
QCA 10, 247.
37
“Jacob Lamball Son of Nicholas Lamball late of Sellborne in ye.Co [..] of Hants Yeom bound to John Manuel Citizen &
Carpenter”, Carpenters’ Company, Minute Book of Courts and Committees, marzo 1713/1714, ref. GLCCMC251120116.
38
Archivo de la Carpenters’ Company, ref. GLCCMC251040025.
39
Joan Lane, Apprenticeship in England 1600-1914 (Londres: UCL Press, 1996), 95-116.
40
Lamball, declarado como miembro de la parroquia de St. Giles in the Fields, mayor de 30 años y soltero, se casó
con Sarah Brown, mayor de 21 años, de la parroquia de St. Paul, Covent Garden, con licencia, el 23 de junio de 1725
en la iglesia de St. Benet’s, Paul’s Wharf, en Londres. Genealogical Society of Utah, Salt Lake City, FHL microilms
547508, 574439, 845242.
41
Daily Advertiser, 5 de marzo de 1731.
175
42
QCA 12, 96-97.
43
London Metropolitan Archives, P82/GEO1/056: St George, Bloomsbury, registro de entierros, febrero de 1731 a
marzo de 1761.
44
Agradecemos a Diane Clements y a Susan Snell por permitirnos consultar el libro original en la Library and
Museum of Freemasonry.
45
QCA 10, xxiii-xxiv, 196. Songhurst sugiere que Anderson también borró la frase “quien substituyó a Mr. Hawkins”
en la minuta en la que aparece como primer vigilante, del 24 de junio de 1723. Esto supone que Anderson nunca fue
electo vigilante, pero que actuó como tal a partir del 28 de agosto de 1730.
46
QCA 10, XXV.
47
“City Carpenter” se reiere a aquellos miembros del gremio de carpinteros que obtenían puestos públicos en “the
City”, el centro administrativo y inanciero que, incluso en la actualidad, es independiente de Londres (N. del T.).
176
el contrato para la nueva Mansion House48, pero obtuvo este puesto en 1722
y no antes49. De igual forma, en la lista de oiciales se menciona a Richard
Ware como vigilante de la logia en 1720, y Anderson nos informa que era
matemático. No hay registros de las aportaciones de Ware a las matemáticas,
pero se sabe que era un exitoso librero y que muchas de las obras que publicó
versaban sobre perspectiva y arquitectura50.
Existen muchas contradicciones en el recuento de los primeros años
de la Gran Logia hecho por Anderson. Por ejemplo, airma que el primer
acto de Sayer como gran maestro fue revivir las comunicaciones trimestrales,
pero solamente reporta los banquetes anuales que se realizaban en Goose and
Gridiron. La primera comunicación trimestral a la que se reiere Anderson
fue la realizada el 25 de marzo de 172151. Como bien apuntó Begemann, era
muy difícil que una reunión trimestral se llevara a cabo el 25 de marzo, día
de la anunciación en el calendario cristiano, cuando la gente estaba ocupada
en el pago de rentas y renovación de contratos52, ya que, según los libros de
minutas, es evidente que la Gran Logia evitaba reunirse ese día53. Al parecer,
Anderson inventó esta comunicación trimestral para dar certeza de que el
duque de Montagu había sido nombrado gran maestro en toda forma. Hay
un problema similar con la comunicación trimestral de marzo de 1722,
durante la cual, supuestamente, un comité de la Gran Logia aprobó el texto
de las Constituciones que se publicaría en 1723. Hay otros puntos en los que
es evidente que Anderson inventó detalles para complementar su narrativa.
Su reporte del incremento del número de logias entre 1721 y 1722 (doce
logias en junio de 1721, 16 en septiembre del mismo año, veinte en diciembre
igualmente de 1721 y 24 en marzo de 1722) es sospechosamente regular en
su progresión aritmética, y no corresponde con los que sabemos a partir de
otras fuentes54.
El epítome de las diicultades narrativas de Anderson es la taberna Apple
Tree, que es el ejemplo más notorio de su problema con las fechas. Apple Tree existía
en 1738, y los archivos de las licencias nos muestran que quien detentaba la de esta
48
Gentleman’s Magazine 9 (1739): 214, 361-362; S. Perks, The History of the Mansion House (Cambridge: University
Press, 1922), 178-87; Sally Jeffery, The Mansion House (Chichester: Phillimore, 1993), 78.
49
Evening Post, 16 de diciembre de 1721; Post Boy, 2 de enero de 1722. Un tal “señor Cordwell” aparece como
miembro de la logia que se reunía en la taberna Queen’s Arms en 1725: QCA 10, 32. No queda claro si esta referencia
es acerca del Cordwell de esta historia o de su padre, que también fue carpintero pero que murió en 1728.
50
Richard Ware padre, fallecido en 1756, de acuerdo con The London Book Trades of the Later 18th Century (Exeter:
Exeter Working Papers in Book History), 10; A catalogue of books, printed for, and sold by Richard Ware, at the Bible and
Sun on Ludgate-Hill, removed from Amen-Corner (Londres: 1755?).
51
Book of Constitutions, 1738, 111. Anderson describe confusamente la reunión del 24 de junio de 1721 como
banquete y como comunicación trimestral.
52
El día de la anunciación, “Lady Day” en inglés, fue hasta 1752 (cuando el gobierno británico adoptó el calendario
gregoriano) el primer día del año. Los contratos de arrendamiento de la época tenían vigencia de un año, e iban del
“Lady Day” de un año al del siguiente (N. del T.)
53
Begemann, Early History, 609.
54
Begemann, Early History, 610.
177
taberna era James Douglas, que la había comprado en 172955. Sin embargo, a
pesar de que se conocen cientos de nombres de tabernas en el Londres de 1716
(muchas de ellas con variantes del nombre “Apple Tree”), no hay referencia alguna
a la Apple Tree de Charles Street; al parecer, este nombre se lo puso Douglas
cuando tomó posesión de la propiedad en 1729. Como apunta W. J. Williams,
los libros de registros muestran que Apple Tree estaba en el lado este de Charles
Street, en la esquina con York Street56. Este sitio corresponde en la actualidad
con el número 28 de Wellington Street, esquina con Tavistock Street, y el local
lo ocupa un restaurante de la cadena “Bella Italia”. Los dueños anteriores de este
establecimiento fueron Robert McClure –de 1713 a 1719– y Thomas Taylor –
entre 1719 y 172957–. Las licencias, tanto de McClure como de Taylor, eran
para operar como posaderos, pero no hay evidencia de que hayan usado el
nombre “Apple Tree”. Nuestro argumento durante la pasada cátedra Edward
A. Sankey, en la Brock University, fue que en 1716 dicho local no era una
taberna sino una mercería llamada The Golden Anchor, propiedad de Simon
Mayow58. Pero una revisión subsecuente de los archivos demostró que The
Golden Anchor no estaba en el lugar que después ocupó la Apple Tree, sino en
el lado sur de York Street. Sin embargo, la búsqueda de la Apple Tree ilustra la
forma en que la narrativa de Anderson es confusa debido a sus invenciones y sus
actualizaciones de nombres de personas y lugares, en las que verdades a medias
se entremezclan con hechos inventados a propósito. A pesar de que algunos
nombres de tabernas han pasado de una generación de licenciatarios a otra –
aún hoy se puede beber algo en The Coach and Horses, cuyo nombre data de
1736–, el nombre Apple Tree parece haber sido exclusivo de James Douglas,
ya que desapareció después de su muerte en 175359.
Anderson distorsionó e inventó su narración porque la Gran Logia se lo
pidió. En la edición de 1723 de las Constituciones, Anderson intenta demostrar
que el origen la masonería se puede rastrear hasta el inicio de los tiempos, pero
55
La primera referencia de la Apple Tree en los registros de licencias de Westminster data de 1729, cuando le fue
otorgada a James Douglas: London Metropolitan Archives, WR/LV/1/19. En otra publicación se hace la primera
mención de Douglas como licenciatario de la taberna Apple Tree en 1736, véase Westminster City Archives Research
Group, One on Every Corner: the History of Some Westminster Pubs (Londres: Westminster City Archives, 2002), 64.
Este fue el año en que Douglas tomó posesión de su propiedad según consta en los Westminster City Archives, St.
Paul Covent Garden Rate Books.
56
W. J. Williams, “A Masonic Pilgrimage through London”, AQC 42 (1930): 105-106.
57
Al parecer, James Douglas era yerno de Taylor. Thomas Taylor bautizó a su hija Mary en St. Paul Covent Garden
en 1708. James Douglas se casó con Mary Taylor (aunque no sabemos si en realidad era la hija de Thomas) en 1728,
justo cuando Thomas Taylor cedió la propiedad del local en Charles Street. Douglas bautizó cuatro hijos en St. Paul
Covent Garden entre 1729 y 1733. Thomas Taylor reaparece en los registros como licenciatario de una propiedad en
la cercana Brydges Street, también en Covent Garden, en 1729: London Metropolitan Archives, WR/LV/1/19.
58
The Golden Anchor se menciona en espacios publicitarios en el Daily Courant, del 16 de enero de 1718, en
el Original Weekly Journal, del 1 de marzo de 1718, y nuevamente en el Daily Courant, del 22 de noviembre de
1722.
59
La última referencia de la Apple Tree que quedó registrada fue en 1751: London Metropolitan Archives, WR/
LV/1/24. A partir de este punto, el nombre de Douglas se reemplazó por el de John Lemman. Un James Douglas fue
enterrado en St. James Piccadilly en 1753: “England, Middlesex, Westminster, Parish Registers, 1538-1912”. City of
Westminster Archives Centre, Londres, FHL microilm 1042313.
178
60
QCA 10, 251.
61
St. Clement Danes, Pauper Settlements, Vagrancy and Bastardy Examinations, 13 de noviembre de 1742, ref.
WCCDEP358180037-38; QCA 10, 123, 130, 134.
62
Berman, Foundations, 174-175.
63
Carpenter, Desaguliers, 45-46.
64
La presentación del libro ante el príncipe se consignó en los anuncios publicitarios de la obra, por ejemplo, en el
London Daily Post and General Advertiser del 3 de noviembre de 1739 y en el Country Journal or The Craftsman del 24
de noviembre de 1739.
65
Andrew Pink, “Robin Hood and her Merry Women: Modern Masons in an Early Eighteenth-century London
Pleasure Garden”, Journal of Research into Freemasonry and Fraternalism 4 (2013): 203-206; Christine Garrard, The
Patriot Opposition to Walpole: Politics, Poetry, and National Myth (Oxford: Clarendon Press, 1994).
179
66
Dada la falta de evidencia sobre la existencia de la Gran Logia en 1721, es importante ser cuidadosos en la datación
de los documentos. Por ejemplo, el reporte de una reunión masónica en Pontefract, publicado en el Leeds Mercury
y citado por Berman en su obra Foundations, está basada en la calendarización “Old Style” (véase la nota 59), por lo
tanto, la fecha correcta debería ser el 16 de enero de 1722. G. D. Lumb, “Extracts from the Leeds Mercury 1721-1729”,
Thoresby Society 22 (1915): 187-188. De igual forma, el English Short Title Catalogue data la obra teatral satírica Love’s
Last Shift or Mason Disappointed como de 1720, pero en realidad fue anunciada en el Stamford Mercury del 6 de junio
de 1723 como una obra nueva.
67
Bodleian Library, MS Eng. misc. c.533: f. 34v; W. C. Lukis ed., The Family Memoirs of the Rev. William Stukeley,
M. D. (Surtees Society, 1880), vol. I, 62; David Boyd Haycock, William Stukeley: Science, Religion and Archaeology in
Eighteenth-Century England (Woodbridge: Boydell Press, 2002), 175. Una inspección del manuscrito revela que fue
redactado por Stukeley en la fecha de los eventos.
68
“Southampton Street and Tavistock Street Area: Tavistock Street”, en Survey of London: Volume 36, Covent Garden,
218-222. La taberna Salutation se convirtió en uno de los refugios favoritos del príncipe regente. W. Earle, Sheridan
and his Times (Londres: J. F. Hope, 1859), vol. 1, 299-311. Esta taberna no tenía relación alguna con la masonería,
a excepción de lo que relata Stukeley sobre su iniciación, y no debe confundirse con la cafetería que estaba sobre la
misma calle y que era propiedad del masón Richard Leveridge, error cometido por J. Timbs en su libro Clubs and Club
Life in London (Londres: John Graham Hotten, 1872), 434-435, y repetido por E. Beresford Chancellor en The Annals
of Covent Garden and its Neighbourhood (Londres: Hutchinson, 1930): 154.
69
Peter Earle, Treasure Hunt: Shipwreck, Diving and the Quest for Treasure in an Age of Heroes (Londres: Methuen, 2007).
180
181
75
Véase T. P. Connor, “Herbert, Henry, ninth earl of Pembroke and sixth earl of Montgomery (c.1689–1750)” y
Andrew W. Moore, “Fountaine, Sir Andrew (1676–1753)”, en Oxford Dictionary, nos. índ. 101013033 y 101009994
Berman, Foundations, 105,125,135,179.
76
Manuscrito fechado hacia el 1450 que mezcla un elogio de la geometría con fragmentos del antiguo testamento
para hacer un relato de los orígenes de la masonería operativa. Una transcripción en inglés moderno se puede
consultar en http://freemasonry.bcy.ca/texts/cooke.html (N. del T.).
77
Knoop, Jones y Hamer, Masonic Manuscripts, 55-57; G. P. Speth, “The Stukeley-Payne-Cooke MS”, AQC 4 (1891),
69-70; Family Memoirs, vol. I, no. 18, 64. El dibujo de Stukeley se supone que está junto con sus demás papeles en
la Bodleian Library, pero hasta ahora no ha sido localizado.
78
Book of Constitutions, 1723, 73.
79
Bodleian Library, MS Eng. misc. c.533, f. 36; Family Memoirs, I, 66.
80
Bodleian Library, MS Eng. misc. c.533, f. 36v.
182
183
ceremonia trimestral en abril de 1756. En la foja 124v hay una lista inconclusa
de grandes oficiales que es muy interesante, ya que omite incluir a Anderson
como primer vigilante en 1723. Sin embargo, esta lista es muy tardía ya que
está escrita por la misma persona que apuntó las minutas entre el 11 de junio
y el 26 de agosto de 1766. El volumen no escapó ileso de la “noche de la
indignación”, ya que de las fojas 125 a la 133 hay algunos extractos, escritos
en caligrafía de finales del siglo XVIII, que se supone son del libro de minutas
de 1721 a 1733 que se encuentra perdido. Como lo señala Wonnacott85, están
escritos por una mano que no puede ser anterior a 1765 y muchos trazos
tienen una marcada semejanza con las notas a pie de página de los trabajos
de William Preston, lo que sugiere que son registros que fueron redactados y
corregidos bajo su dirección.
Pero, al principio del libro “E”, hay dos documentos que pueden ser
fechados sin lugar a dudas como de principios de la década de 1720. Después
de la reproducción de un retrato del duque de Montagu hecho por John
Faber, hay una minuta en la foja 2 que describe el nombramiento del duque
en junio de 1721; luego, a partir de las fojas 4-5, hay una lista de miembros
de la logia, fechada el 18 de septiembre de 1721. El principio de esta lista
está escrito por la misma persona que escribió la minuta del nombramiento
de Montagu. Las adiciones posteriores a la lista, que dejan registro de algunos
personajes ilustres de la logia, como el primer conde de Waldegrave y sir
Charles Hotham, parlamentario de Beverly86, son primero de la mano original
y después de una variedad de manos que parecen ser, como en el caso del
grabador Benjamin Cole, las firmas de los propios miembros. Las últimas
entradas en la lista hacen referencia a las iniciaciones del 15 de marzo de 1725,
lo que significa que la lista no puede ser posterior a 1726. La mayoría de los
miembros nombrados en la primera sección aparece en la lista de miembros
de la logia de la taberna Goose and Gridiron. Otros nombres en la lista de
1725 aparecen como miembros de la logia en la taberna Queen’s Arms, que
es a donde se mudó la logia de la Goose and Gridiron87. Lo anterior nos lleva
a pensar que la relación entre ambas logias es más compleja de lo que se creía
anteriormente, probablemente dado el papel del duque de Wharton como
gran maestro de la logia en Queen’s Arms. Sin embargo, la lista de la logia
refleja a los miembros a principios de la década de 1720, y fue copiada en
el libro “E” en esa época. El nombre del maestro William Esquire parece, a
primera vista, un error de redacción, pero posiblemente se trate de un William
85
W. Wonnacott, ‘The Lodge at the Goose and Gridiron’, AQC 25 (1912), 168.
86
Sobre Waldegrave, véase Berman, Foundations, 148-150; sobre Hotham, véase E. Cruickshanks e I. McGrath,
“Hotham, Sir Charles, 4th Bt”, en The History of Parliament: the House of Commons 1690-1715, eds. Eveline Cruick-
shanks, Stuart Handley y D. W. Hayton (Londres: History of Parliament Trust, 2002 [citado el 2 de agosto de 2016]):
disponible en http://www.historyofparliamentonline.org/volume/1690-1715/member/hotham-sir-charles-1663-1723
87
La logia en Queen’s Arms fue famosa posteriormente por el patronazgo del Dr. Johnson, de Boswell y de Garrick.
En la década de 1720 también se le conocía como King’s Arms, pero por cuestiones de consistencia aquí usaremos el
nombre más usual y conocido de Queen’s Arms.
184
Esquire que bautizó a su hija Ann en St. Botolph Aldgate en 171088. De ser así,
se trata del primer maestro de la logia Antiquity.
Ya que la lista de miembros de la logia Antiquity contenida en el libro
“E” data de principios de la década de 1720, se puede presumir que el relato
del nombramiento del duque de Montagu, escrito por la misma persona, fue
redactado no mucho después de 1721 y cabe, por lo tanto, considerarla como
una fuente contemporánea. Esta minuta extiende considerablemente el listado
de nobles y caballeros distinguidos que asistieron al evento. Concuerda con la
mención de Stukeley sobre la presencia de lord Herbert y sir Andrew Fountaine,
así como la de lord Hinchingbrooke89, quien después visitaría a Stukeley en la
logia Fountain. También nos dice que lord Hillsborough, un amigo cercano
del duque de Wharton90, estuvo presente. La minuta no dice explícitamente
que lord Stanhope haya estado presente, pero la entrada “P. Stanhope” tal vez
se refiera a él. El William Stanhope que aparece posiblemente sea el hermano
menor de lord Stanhope. En el texto también se mencionan un buen número
de baronets y caballeros, como sir William Leman, tercer baronet, sir George
Oxenden, quinto baronet, parlamentario del partido whig por Sandwich91; sir
Robert Rich, cuarto baronet, quien en la época era parlamentario por Dunwich
y partidario de Walpole92, Sackville Tufton, posteriormente séptimo conde de
Thanet, y el coronel John Cope, parlamentario por Queenborough y también
partidario de Walpole93. La minuta también menciona a Christopher Wren
hijo, quien después sería maestro de la logia Antiquity, así como a miembros
de las logias Goose and Gridiron y Queen’s Arms, entre ellos a Richard Boult,
Charles Hedges y William Western, un miembro de la Royal Society.
El documento de la logia Antiquity nos muestra que la concurrencia
a la iniciación de Montagu fue de lo más granado de la sociedad. Lo más
sorprendente es la noticia de que el duque de Wharton asistió también. Esto
no era inherentemente improbable, pero un reporte en la prensa, aparecido
el 5 de agosto de 1721, afirmaba que Wharton se inició en la masonería en
la logia de la taberna Queen’s Arms apenas a finales de julio de ese mismo
88
“England Births and Christenings, 1538-1975”. Genealogical Society of Utah, Salt Lake City, FHL microilm
370933.
89
Sobre Hinchingbroke, véase E. Cruickshanks y S. Handley, “Montagu, Edward Richard, Visct. Hinchingbrooke”,
en The History of Parliament [citado el 5 de mayo de 2017]: disponible en http://www.historyofparliamentonline.org/
volume/1690-1715/member/montagu-edward-richard-1692-1722; Berman, Foundations, 135.
90
Berman, Foundations, 143.
91
R. Sedgwick, “Oxenden, Sir George, 5th Bt”, en The History of Parliament [citado el 5 de mayo de 2017]: disponible
en http://www.historyofparliamentonline.org/volume/1715-1754/member/oxenden-sir-george-1694-1775
92
S. Matthews, “Rich, Sir Robert, 4th Bt”, en The History of Parliament [citado el 5 de mayo de 2017]: disponible en
http://www.historyofparliamentonline.org/volume/1715-1754/member/rich-sir-robert-1685-1768; Sommers, “Dun-
wich: the Acquisition and Maintenance of a Borough”, en Proceedings of the Suffolk Institute of Archaeology and History
38 (1995): 317-318; Berman, Foundations, 127-128.
93
A. Newman, “Cope, John”, en The History of Parliament [citado el 5 de mayo de 2017]: disponible en http://www.
historyofparliamentonline.org/volume/1715-1754/member/cope-john-1690-1760
185
94
Robbins, “Earliest Years”, 68.
95
Wonnacott, “Goose and Gridiron”, 171. Es probable que no haya habido rituales durante la cena del 24 de junio
de 1721, por lo que tal vez ni Wharton ni nadie más haya sido iniciado en esa fecha.
186
96
Stow y Strype, Survey, vol. II, 84.
97
London Evening Post, 20-22 de julio de 1732.
98
Weekly Journal or British Gazeteer, 22 de febrero de 1729.
99
“Brewer Street and Great Pulteney Street Area”, en Survey of London: Volumes 31 and 32, St James Westminster, Part
2, ed. (Londres: London County Council, 1963), 116-137; una mujer anciana fue encontrada muerta en el ático de
una casa nueva, construida en Knave’s Acre, en 1722: Daily Journal, 10 de enero de 1722.
100
Book of Constitutions, 1738, 185.
187
101
Old Bailey Proceedings: Accounts of Criminal Trials, 10 de octubre de 1733, Harvard University Library, ref:
t17331010-4.
102
Según su testameto, fechado el 15 de abril de 1735.
103
Old Bailey Proceedings Online, 7 de septiembre de 1722, ref. f17331010-1.
104
A. Calvert, “Antony Sayer”, AQC 14 (1901): 183.
105
Sesiones de la corte de justicia, 17 de enero de 1736; Registro de entierros, St. Margaret, Westminster, 12 de
agosto de 1737.
106
King’s Arms Register. Fleet Market, 10 de junio de 1739, Londres, Inglaterra, Registro de matrimonios y bautismos
clandestinos, 1667-1754. Estos matrimonios, considerados irregulares bajo la ley de matrimonios de 1753, se realizaban
dentro o en las inmediaciones de la prisión The Fleet, de la que nos hemos ocupado anteriormente. (N. Del T.)
107
London Evening Post, 16-19 de enero de 1742.
108
QCA 10, 105.
109
QCA 10, 251.
188
110
Daily Post, 18 de mayo de 1723.
111
QCA 10, 54-55.
112
QCA 10, 115.
113
QCA 10, 134.
114
QCA 10, 208-209.
115
QCA 10, 59.
189
116
QCA 10, 131, 137-138.
117
QCA 10, 106.
190
118
Un breve, pero interesante relato que intenta hermanar los orígenes del Druid Circle con los de la Gran Logia,
se encuentra en Society X, “1717: Druidry and the founding of modern Freemasonry” (12 de febrero de 2013 [25
de septiembre de 2017]): disponible en https://5ocietyx.wordpress.com/tag/druid-circle-of-the-universal-bond/ (N.
del T.).
119
Ronald Hutton, Blood and Mistletoe: The History of the Druids in Britain (New Haven y Londres: Yale University
Press, 2009), 125-129.
191
TOMO I
TOMO II
192
TOMO III
“Cuando cantan”: la interpretación de canciones en las logias inglesas del siglo XVIII
Andrew Pink (Universidad Colegio de Londres).............................................................. 9
Y la lira volvió a sonar: breve estudio sobre las relaciones semánticas entre música y
masonería
Fernando Anaya Gámez (Universidad de Málaga)............................................................ 19
193
TOMO V
194
En busca del Apple Tree: una revisión de los primeros años de la masonería
inglesa
Andrew Prescott (Universidad de Glasgow) y Susan Mitchell Sommers (St. Vincent
College).................................................................................................................... 168
195