Vtails (Vkook) - ©
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&.oneshot
&.homosexual
&.vkook
&.mención yoonmin.
&.sexo explícito.
ÚNICO
Está harto, casi al borde de la histeria. ¿Cuántas noches han pasado? ¿Tres,
quizás cuatro? Sí, cuatro, cuatro malditas noches en donde solo se concentra
en el maldito libro de Literatura, en el examen y la tarea que tiene que
entregar en solo dos días.
¿Por qué no solo les ordenó construir un edificio de plata o de oro? Eso sería
mucho más fácil, rápido y de menos gasto mental, ¡incluso tendría tiempo de
dormir siestas y comer algo más que solo café!
— Que dejes ese maldito libro y salgamos a dar una vuelta por ahí.
— ¿Qué hay de fresco en un bar? —JiMin alzó sus cejas, ¿acaso JungKook
leía mentes y por eso sabía que lo llevaría ahí?—Vamos, no soy idiota. Sé
perfectamente que no planeabas llevarme a un puesto de helados ni al parque
si aceptaba salir.
— E-eso no es verdad. —Park era un amante de los dramas, es por eso que
llevó su diestra a su pecho fingiendo dolor. —Me dueles, Kookie.
Cada vez que su mejor amigo hacía eso, JungKook lo ignoraba, fingiendo y
rogando por su silencio.
— No.
— ¡Por favoooooor!
YoonGi, el novio de su mejor amigo y el gran hijo de puta que se hacía llamar
profesor, vestía ropa completamente normal y callejera, empezando por esa
casaca de cuero hasta sus jeans rasgados. Sí, el profesor más exigente de la
universidad estaba parado frente a él, luciendo la típica ropa normal que tanto
solía criticar.
YoonGi odiaba ese apodo, pero era capaz de soportarlo toda la vida si eso
implicaba ver a JiMin sonriendo y meneando su culo para él, y digamos que
JungKook se aprovechaba de ciertas ocasiones para reírse de él fuera de
clases.
— Eres un bastar...
— ¡Kookie no te rías de mi algodón de azúcar! —interrumpió el de cabellos
anaranjados, abrazando con más fuerza a su novio mientras daba castos besos
en su rostro.
Decían que el local tenía un segundo piso lleno de habitaciones para follar
hasta el cansancio; y claro, una zona vip donde tenías acceso a un millón de
beneficios, solo si pagas lo que podrías usar para comprar una casa o recorrer
las Vegas.
Pero nooo, él está ahí, observando como YoonGi hablaba con el guardia y al
tiempo después dejaba pasar a los tres sin siquiera hacer la fila. No le gustaba
eso del favoritismo, lo odiaba. Ellos debieron haber hecho la fila como todos
los demás y esperar el tiempo que sea necesario, sin embargo, no protestó.
Se estaba arrepintiendo, oh claro que sí. Es difícil ver a través de los colores
y las luces neon del local, pero no necesitaba de su vista para oler el sexo, el
alcohol y la pasión de aquel molesto bar. Veía una gran barra extenderse y
podría jurar que es más larga que otros bares, o al menos eso pensó; estaba
la incontable pista de baile donde la gente bailaba sin descaro y pudor;
también se encontraba la zona vip, ocupando un lugar considerable y
sobresaliente del bar. Como era de esperarse, las puertas de rojo intenso y
con guardias a los extremos, no le permitían ver nada; sin embargo, los
rumores declaraban que los asientos son carísimos y hay mesas de póker
junto con mujeres bailando para ellos en un fierro de metal, y bueno, no hacía
falta mencionar que se fijó en la flecha de color rosa neon apuntando hacia
arriba en las escaleras, suponía que ahí es donde la gente follaba y pasaba el
rato, en las habitaciones.
El azabache se sonrojó.
— Como sea, si quieren pueden ir a follar al baño o que sé yo. Yo estoy bien.
Pero nada le quitaría la duda a JiMin, ese chico era como una mamá y un
niño al mismo tiempo. A veces ni YoonGi podía quitarle una idea de su
cabeza, por más loca que fuera, y es que Park era un caso completamente
serio.
— Aishhh, estoy tan exhausto. —resopló una vez que se sentó en uno de los
asientos disponibles.
Sentado en ese sitio pudo observar con mayor facilidad el entorno, había
mucha gente bailando o teniendo sexo con ropa, la música era placentera y
tenían melodías que te hacían perder el control fácilmente, y la extensa barra
también estaba llena y ocupada. Suerte para el local de tener muchos
empleados trabajando en ella.
— Lo lamento mucho señor pero el Jefe es muy estricto con la venta de ese
tipo de cosas. No le gusta que las personas menosprecien de los tragos.
— Sí, señor. Traeré un Martini para usted. —le dijo, antes de desaparecer
por la cocina.
Suspiró aliviado. Pensó por un momento que tendría que tomar un trago
fuerte y llamar a SeokJin para poder irse a casa con sus sentidos al margen.
JungKook
JiMin me trajo al Vtails.
¿Qué estás haciendo?
enviado a las 10:58 pm.
SeokJin
¿Te encuentras bien? Si quieres puedo ir a recogerte.
Estoy haciéndole la cena a NamJoon. ¡Dice que te manda saludos y que
ojalá salgas sano de ese lugar!
recibido a las 11:01 m.
JungKook suspiró.
Le dio el primer sorbo. No está tan mal, y así siguió con el resto. Estaba
aburrido. Por un momento pensó que quizás le sucedería algo interesante,
quizás una linda chica coqueteándole o un trago gratis por su rostro; pero
nada, y eso lo desilusionaba un poco.
JungKook se giró algo sorprendido por la pregunta que, al parecer, iba para
él. Y joder, se odió por girarse y encontrarse con esos ojos tan profundos que
lo miraban fijamente.
Maldita sea.
La voz del sujeto era grave, y le gustaba de una forma que no podía expresar.
Traía una casaca de cuero al igual que Yoongi, junto con una camiseta blanca
que se ajustaba perfectamente a su cuerpo y hacía juego con sus pantalones
negros y rasgados. Su cabello estaba ligeramente desordenado y de él caían
gotas de sudor, pero aún así su perfume de Calvin Klein se llevaba toda la
atención.
— Dame solo un vaso de Ron puro. —le pidió, afirmando ambos brazos en
la barra, mirando a JungKook con curiosidad. —¿Tú quieres algo? —el
azabache negó. — Es una lástima.
— Y bien, bonito, ¿qué hace alguien como tú en este lugar? Tan solo y
rodeado de sujetos que te devorarían en segundos, —lo miró otra vez,
haciendo una pausa. —como yo.
— Nada en específico. Estaba aburrido y quería una noche distinta a las otras,
y... —clavó sus ojos en los suyos con más intensidad y con una sonrisa
traviesa. —algo me dice que lo será.
Para su buena suerte, apareció el Barman frente a ellos. Dejó el pequeño vaso
con Ron puro frente al desconocido y se marchó, sin embargo, no le hizo
entrega de ninguna boleta como a él. Otra vez estaba ese favoritismo que
tanto odiaba. ¿Hasta cuándo deberá soportar esos tipos de tratos especiales?
— Tengo treinta.
— Vaya, estaba asustado porque creí que tenías unos quince años o quizás
menos.
Vamos, ¿tan pequeño se veía? Si bien era cierto que el azabache tenía el
rostro de un niño y facciones tan delicadas que podrían afirmar un sexo
femenino; pero esas no eran razones para llamarlo de tal forma. Aunque no
es como si le doliera o se sintiera ofendido, es más, de alguna forma la idea
le provocaba un extrañi sentimiento.
Vtails debe estar afectándole a la cabeza ¿Podría ser que ese Martini ya
estuviera haciéndole efecto? Si la respuesta era un sí, vaya qué era eficiente.
Porque precisamente, no podía dejar de mirar al desconocido, incluso
sipensabab que era arriesgado, lo ignoraba. Estaba tan sumido en su sonrisa,
en sus cabellos desordenados y en la bella manzana de adán que olvidó por
completo el hecho de su heterosexualidad. Ese tío era caliente como el
infierno y no le interesaba su atracción por el sexo contrario, oh claro que
no, solo quería envolverse con él una noche y perder el control.
TaeHyung lo miraba con deseo, no era novedad su gusto por los chicos, pero
digamos que no había tenido un buen sexo en semanas debido a su
aburrimiento por ellos. Eran chillones y a veces irritables, sin embargo, al
verlo entrar, algo se encendió en su interior. Su lechosa piel, sus labios tan
rosados como las rosas y su mirada tan inocente, lo hacían perderse poco a
poco, tan perdido que no dudó en bajar por el ascensor y acercarse a él,
dispuesto a devorarlo.
— ¿Bailas?
¿Y ahora qué debía hacer? Joder, nunca en su vida había bailado con alguien,
ni siquiera había tenido un encuentro tan íntimo, de seguro TaeHyung ha
tenido demasiados y al ver que no sabía nada, se iba a espantar y se iría.
JungKook no quería imaginarse esa situación por nada del mundo.
Pero TaeHyung comprendió la situación al cien por ciento y eso hacía desear
al menor aún más. Tratando de ayudar al azabache, tomó de su cintura con
firmeza y la apegó a la suya en un rápido movimiento. La movió a un ritmo
lento, casi doloroso. El cuerpo de JungKook comenzó a soltarse poco a poco,
siguiendo el suave timbre de TaeHyung, moviendo de sus caderas tan
jodidamente cerca de la entrepierna del rubio que solo lograba hacerlo
suspirar con demanda.
Sus brazos se aferraron al cuello del mayor, hundiendo sus dedos en los
alborotados cabellos rubios mientras no dejaba de acercar su cuerpo al
contrario. Las manos grandes y delgadas de TaeHyung se deslizaron por su
cintura hasta llegar a su trasero y apretarlo como si fuera de goma, haciendo
gemir al azabache en su oído.
JungKook cerró sus párpados, dejándose llevar por la grata e increíble
sensación. Lamió la oreja del rubio, deslizando su gloriosa y hábil lengua
por el cartílago hasta llegar al lóbulo para chuparlo sin decencia alguna. Ante
eso, TaeHyung enterró ambas manos en sus nalgas, apretándolas y dándoles
suaves caricias mientras buscaba su boca entremedio de los exquisitos jadeos
de JungKook.
JungKook nunca se había sentido tan vivo al besar a alguien. Con las chicas
era algo sumamente diferente, no había pasión ni lujuria, solo había cariño.
Pero ahora, con TaeHyung sosteniendo su cuerpo, podía sentir la diferencia.
Incluso al soltar sus labios y sentirlos en su cuello se sentía mejor de lo que
pensó. Estaba seguro que si caeía, el mayor lo tomaría y lo penetraría con
ese deseo que tanto quería sentir.
— Es una sorpresa.
Le restó importancia porque los dos grandes guardias lo dejaron pasar como
si nada, y finalmente en el ascensor volvió a comer de su boca.
TaeHyung atacó el cuello del menor con demanda, sus manos despojaron su
casaca de cuero tan ardiente y la tiró en algún lugar de la habitación. El
menor lo ayudó a desnudarlo, alejándose de él para quitarse esa molesta
polera blanca.
El mayor fue el primero en separarse y exparsir sus besos sobre el cuello del
menor hasta llegar a su tetilla y delinearla con su lengua.
Y joder, la voz de JungKook era melodía para sus oídos. Tan jodidamente
excitante que no pensaba parar. Chupó su pezón hasta endurecerlo, sintiendo
los jadeos del azabache contra su oído. Su lengua delineó el rosado contarno,
humedeciéndolo y dejándolo rojizo, y así continuó con la otra.
— T-taeHyung...
— N-no...
TaeHyung cerró sus ojos y mordió de su labio con fuerza, apretó más el
movimiento sobre los glúteos del menor, moviéndolos con brusquedad.
JungKook se meció sobre el ya erecto miembro de TaeHyung, su entrada
comenzó a dolerle y se sintió más húmedo al hacer fricción.
— ¡A-ah, TaeHyung!
— Sí, justo... —el rubio lo soltó y se recostó sobre la cama hasta tumbarse.
—aquí. —señaló su boca.
— E-está bien...
JungKook no era de hacer cosas morbosas o de ser atrevido, pero por alguna
razón con TaeHyung es diferente en todo ámbito. Y quizás es por eso que se
levantó de la cama y desabrochó su pantalón lo más rápido que podía para
después deshacerse de su ropa interior y dejarla en algún lugar de la
habitación. Gateó sobre el colchón hasta acercarse a TaeHyung, o más bien
a su boca, y posicionarse sobre ella.
TaeHyung pensó que el chico que vio allá abajo ya no estaba o quizás
siempre fue así, solo que estaba tan correcto que le hacía falta alguien que lo
destruyera, y ese era él.
— ¡Ah, Tae! —el azabache arqueó su espalda y tiró de su cabeza hacia atrás,
tratando de soportar el dolor.
— Mierda, sí.
— Estás tan apretado, conejito. —susurró sobre su oído mientras movía sus
dedos con más velocidad.
— No pares...
TaeHyung sacó los tres dedos de su interior y dejó ambas piernas del menor
sobre sus hombros, sosteniendo con firmeza por detrás de los muslos y así
introducir su longitud lentamente.
— S-sí...
Los labios de JungKook son suaves y tentadores, y quizás es por eso que no
podía alejarse de su boca a pesar de necesitar aire y cesar su brusco
movimiento de pelvis. Pero el azabache tampoco se oponía, más bien
oprimía al rubio con sus piernas y lo empujó hacia él, logrando cortar el beso
para hacerlo gemir.
— ¿Es ahí?
El rubio sonrió y siguió dándole en ese ángulo un par de veces hasta que el
menor terminó por correrse. TaeHyung sonrió, besó su frente para después
voltearlo y penetrarlo por detrás, tomando su pene entre sus manos y
masturbándolo al mismo ritmo de sus embestidas.
— ¡T-TaeHyung!
JungKook siguió duro hasta que TaeHyung volvió a tocar su punto y
finalmente se corrieron al mismo tiempo. Una vez que el azabache se volteó
sobre la cama, envolvió el cuello de TaeHyung y besó sus labios por última
vez para luego caer profundamente dormido y quizás, solo quizás, no
arrepentirse de esto mañana.
Una mujer bastante joven que vestía un traje de empleada, muy provocativo
para su gusto, estaba observándolo desde el otro extremo de la cama.
— Creo que no lo recuerda... Bueno, lo haré por usted. Está en Vtails, creo
que ya sabe a qué me refiero, —JungKook asintió, algo confundido. —pero
no está en las habitaciones que suelen usarse, usted se encuentra en el edificio
del señor Kim, el dueño del lugar.
— ¿¡El dueño!?
Una vez que asumió que su vida estaba acabada por no estudiar y perder su
virginidad anal y quién sabe qué más, JungKook llegó a la conclusión de que
la vida sin duda lo odiaba. Suficiente es descuidarse de sus principios ¿Pero
ver a YoonGi y JiMin desayunando en la misma mesa que TaeHyung? ¿Esto
es real?
— ¿Yo? Estoy desayunando con Tae y mi novio, pero... ¿Qué haces tú aquí?
—sonó confundido.
— Ya, JiMin, creo que tenemos que irnos... —soltó Yoongi al no obtener
una respuesta del azabache.
— ¿¡Es por eso que estás aquí!? ¿Ya no eres virgen por detrás? ¿Qué tal fue?
¿Te dolió? ¿Te duele?
JungKook salió del shock una vez que su mejor amigo desapareció por los
ascensores al igual que su novio y profesor, pero no todo seguía estando bien,
y eso es por TaeHyung. Joder, su brazo recorría su cintura perfectamente y
lo acercaba a su cuerpo. Se veía tan jodidamente caliente con ese cabello
alborotado, su camisa sin abotonar y esos pantalones de buzo gris lo
suficientemente apretados para saber que su entrepierna no era algo que
llamaban pequeño.
— ¿Dormiste bien?
— ¿Es tan obvio? —se sonrojó. TaeHyung sonrió y alzó el semblante del
menor lentamente, mirándolo fijamente. —¿Q-qué pasa?
— Quédate conmigo.
Y lo besó.
¿Pero qué era ese beso? ¿Una despedida? ¿Un comienzo? ¿O un simple
momento?
Sea lo que sea, JungKook también respondió ese beso con la misma
intensidad, diciéndole que no se irá a través de sus labios y sentía lo mismo
por él a través de su lengua. ¿Qué sentía? No está muy seguro, pero quiere
preguntárselo después de rodear el cuello de TaeHyung y terminar ese
encuentro no muy sano que empezó con ellos besándose y ahora sigue con
ambos cuerpos sobre la mesa.
— No pensaba en irme.