Cerrar Ciclos4.
Cerrar Ciclos4.
Cerrar Ciclos4.
Naytiry/9627
Un ciclo es una secuencia: inicio, desarrollo y final. La vida está llena de ciclos, especialmente en las
relaciones, bien sean amorosas, de amistad o laborales. Cerrarlos es reconocer que una etapa llegó
a su fin, que un proceso se agotó, que una situación no avanza, o la infidelidad, la monotonía y la
rutina la dañaron. Significa también aceptar que la infelicidad ahoga al ser: cuerpo, mente y espíritu
se sienten atrapados. Entonces, concluir asuntos pendientes es volver en sí mismos, para recuperar
centro y dominio de la vida propia.
¿Para qué retrasar, postergar, resistir, alargar o dificultar el final? Lo que mantiene a las personas
pegadas a lo que ya se sabe terminado es la fuerza de la costumbre; se quedan atadas a lo
conocido, aunque sea displacentero y neurótico. Sienten que es más fácil soportar una mala
situación conocida que arriesgarse a algo distinto y gozoso. Finiquitar exige aceptar que se acabó
aquello a lo que se le dio energía, peso, tiempo, ilusión, corazón y esfuerzo. Reconocer el miedo al
cambio, a lo desconocido o a lo que está por venir, y salir de la zona de confort, implica aprender a
separarse de personas, situaciones y espacios sin resentimientos, con perdón, agradecimiento y
templanza. No se trata de olvidar, sino recordar sin odiar; manejar límites saludables y distancias
respetuosas. Cuando se coloca punto final con acción determinante no sólo se maneja la Voluntad
sino que se asume el poder sobre la propia vida, haciéndose responsable por ella sin culparse ni
culpar a otros.
No podemos ir por la vida abriendo nuevos capítulos y, al mismo tiempo, seguir en historias
inconclusas, regodeándose en lo que no pudo ser; es como comerse una bronco-aspiración: se
termina ahogado en un vomito emocional. Quien juega con fuego corre el riesgo de
quemarse/incinerarse. Superar etapas vencidas es atreverse a cambiar un sufrimiento inútil por un
dolor útil que hace crecer; esto abre espacios para crear otros, despliega talentos y creatividad;
además, evita estancamientos, atrayendo nuevos aprendizajes-experiencias y energías renovadoras.
¿Cómo cerrar? Suelta: Reconoce apegos y déjalos ir. Cuando dejas de aferrarte a personas, ideas,
cosas y situaciones, aprendes a vivir en libertad. Abre espacios en tu vida para lo nuevo. Asume tu
responsabilidad: Hazte cargo de lo que ocurre en tu vida, de las acciones que te llevaron al lugar en
el que te encuentras hoy; hablamos de responsabilidad, no de culpa. Cuando te culpas a ti mismo, te
agredes. Cuando culpas a otros, te victimizas. No eres ni víctima ni verdugo. Eres protagonista de tu
vida. Acepta: Todo lo que ocurre es producto de la causalidad, no de la casualidad. Acepta, con
humildad, lo que no puedas cambiar y actúa, con coraje, sobre lo que sí puedes. Aprende: Cada
situación y circunstancia, sean estas sanas o tóxicas, brindan grandes oportunidades de aprendizaje.
Emprende: Ahora es el momento de iniciar nuevos caminos y proyectos.
Se acabó la obra. Baja el telón, por favor salte de la sala; una nueva función está por comenzar.
El ritual
El ritual del cierre de ciclos, tiene que ver con llevar adelante una
acción que simbolice ese cierre. Una actividad que lo haga palpable o
físico.
Realizar los cambios necesarios en nuestra vida, nos permite poner fin
a los círculos viciosos y crear círculos virtuosos. Cada día es la
oportunidad para un comienzo, con nuevos sueños y metas por
cumplir, pero antes debemos cerrar los ciclos emocionales.
MANUAL
Aprendiendo a reconocer un fin de ciclo
Puede que la etapa más difícil del proceso sea la aceptación, el
doblegar las esperanzas (que siempre desean permanecer) y
colocar en primer orden nuestro equilibrio emocional y paz
mental.