Viviendo Sobrio - Scribd
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Aquí tratamos solamente algunos de los métodos que hemos utilizado para vivir sin beber.
Cordialmente le invitamos a ensayarlos, bien sea que usted esta interesado o no en Alcohólicos
Anónimos.
Nuestra bebida estaba conectada con muchos hábitos, grandes y pequeños. Algunos de ellos
eran hábitos mentales, o sea las cosas que sentíamos en nuestro interior. Otros eran hábitos
de actitud, o sea las cosas que hacíamos y acciones que ejecutábamos.
Para poder acostumbrarnos a no beber, hemos visto la necesidad de reemplazar los viejos
hábitos por unos totalmente nuevos.
(Por ejemplo, en lugar de beber esa próxima copa, la que tiene en su mano o la que esta
programando, ?Podría usted posponerla hasta cuando lea el final de la pagina 19? Di unos
sorbos de gaseosa o jugo de frutas, en lugar de la bebida alcohólica, mientras lee este libro. Un
poco después le explicaremos con mayor detalle lo que se encuentra detrás de este cambio de
hábitos).
Después de que invertimos algunos meses practicando estos nuevos hábitos sobrios, o formas
de actuar o pensar, se convirtieron casi en una segunda naturaleza para la mayoría de
nosotros, en forma similar a como era la bebida. El no beber se ha vuelto fácil y natural, y no
una lucha sorda y pavorosa.
Estos métodos prácticos, e utilidad inmediata, pueden utilizarse fácilmente en la casa, el trabajo
o las reuniones sociales. También incluimos aquí algunas cosas que hemos aprendido a no
hacer o evitar. Estas eran cosas que, como ahora las vemos, nos tentaban en su oportunidad
hacia la bebida o de alguna manera ponían en peligro nuestra recuperación.
Creemos que usted hallara muchas o casi todas las sugerencias que presentamos aquí muy
valiosas para vivir sobrio, cómoda y fácilmente. No existe significado especial en el orden en
que las presentamos. Usted las puede reagrupar en la forma que mejor le parezca. Tampoco es
un listado completo de nuestros métodos. Prácticamente cada uno de los miembros de A.A.
que usted encuentre puede suministrarle, por lo menos, una buena idea adicional que tal vez
no hemos mencionado. Y usted mismo probablemente encontrara nuevas ideas que a usted le
funcionen. Esperamos que las transmita a otras personas para que ellas a su vez puedan
aprovecharlas.
A.A. como agrupación no apoya formalmente, ni recomienda para todos los alcohólicos todas
las líneas de acción que se incluyen aquí. Pero todas y cada una de las practicas incluidas han
mostrado su utilidad a algunos de los miembros, y pueden también ser útiles para usted.
Este libro se ha planeado como un manual sencillo que pueda consultarse en distintas
ocasiones, y como algo que deba ser leído de una vez, para luego olvidarse.
Previamente, queremos mencionar dos precauciones que han demostrado sí de mucha ayuda:
Mantenga una mente abierta. Tal vez algunas de las sugerencias que ofrecemos no sean de su
agrado. Si tal es el caso, hemos visto que, en lugar de rechazarlas para siempre, es una idea
mejor hacerlas a un lado por algún tiempo. Si no cerramos totalmente nuestras mentes a ellas,
siempre podremos volver posteriormente a ensayar ideas que antes no nos gustaban, en caso
de considerarlo conveniente.
Por ejemplo, muchas de nosotros vimos que, en nuestros días iniciales de abstención, las
sugerencias y camaraderías ofrecidas por un padrino A.A. nos ayudaron enormemente a
permanecer sobrios. Otros de nosotros esperamos hasta a haber visitado muchos grupos y
conocido muchos miembros de A.A. antes de decidirnos finalmente a pedir ayuda a un padrino.
Algunos de nosotros vimos en la oración una ayuda poderosa para no beber, al tiempo que
otros evitaron totalmente las cosas que tenían algo que ver con la religión. Pero todos nosotros
tenemos la libertad de cambiar nuestra actitud acerca de estas ideas posteriormente, si así lo
preferimos.
Muchos de nosotros encontramos que mientras más pronto empezáramos a trabajar en los
Doce Pasos ofrecidos como programa de recuperación en el libro "Alcohólicos Anónimos", era
mucho mejor. Otros en cambio sintieron la necesidad de posponer este trabajo hasta lograr
adquirir alguna sobriedad.
El punto importante es que no existe ninguna forma "correcta" o "equivocada" de hacer las
cosas en A.A. Cada uno de nosotros utiliza lo que es mas adecuado para su caso, sin cerrar la
puerta a las otras formas de ayuda que podamos encontrar valiosas en una oportunidad
diferente, y cada uno de nosotros trata de respetar los demás para hacer las cosas en forma
diferente.
En ocasiones, un miembro de A.A. hablara en forma de tomar las diversas partes del programa
en un estilo selectivo, es decir, recibiendo aquello que nos gusta y dejando a un lado lo que no
nos satisface. Es probable que otros encuentren mas útiles aquellas partes que hemos
considerado indeseables, o puede suceder que el mismo miembro vuelva posteriormente a
trabajar en alguna de las ideas que antes había rechazado.
Sin embargo, es prudente recordar la tentación de escoger únicamente los postres o las
ensaladas o los platos que nos son apetitosos. Por ello es conveniente recordar también la
necesidad de mantener bien equilibrada nuestra dieta nutricional.
En nuestro proceso de recuperación del alcoholismo, vimos que necesitábamos una dieta
equilibrada de ideas, aun en el caso de que algunas de ellas no nos gustaran o, en principio, no
nos parecieran tan agradables como otras. Al igual que la buena comida, las buenas ideas no
nos hicieron un uso inteligente de ellas. Esto nos conduce a nuestra segunda precaución.
Use su sentido común. Tenemos que hacer uso de una inteligencia normal y corriente para
aplicar las sugerencias.
Asm como cualquier otra clase de ideas, las sugerencias de este libro pueden ser mal
utilizadas. Por ejemplo, veamos la noción de comer dulces. Obviamente, los alcohólicos que
sufren de diabetes, obesidad o problemas de azúcar en la sangre deberán encontrar sustitutos
que no pongan en peligro su salud, pero sin embargo podrán beneficiarse de la idea de comer
dulces al recuperarse del alcoholismo. (Muchos expertos en nutrición aconsejan como practica
general el comer pasabocas ricos en proteínas en lugar de dulces). Asm mismo, no es buena
idea el exagerar este remedio. Debemos comer alimentos equilibrados adicionalmente a los
dulces.
Otro ejemplo es el uso del refrán: "Tómelo con calma". Algunos de nosotros hemos visto que
podíamos abusar de esta magnifica noción, convirtiéndola en una excusa para la pereza, el
incumplimiento y la desidia. Esa no es, por supuesto, la intención del refrán. Si se aplica
adecuadamente puede aliviar muchísimo, pero mal aplicado puede perjudicar nuestra
recuperación. Algunos de nosotros lo complementamos asm: "!Témelo con calma, pero actúe!".
Es muy claro que tenemos que utilizar nuestra propia inteligencia al seguir cualquier consejo.
Todos los métodos descritos aquí necesitan ser usados con un buen criterio.
Y una cosa mas: A.A. no pretende ofrecer consejos expertos o científicos acerca del problema
de la abstención. Lo único que podemos hacer es compartir con usted nuestra experiencia, sin
adentrarnos en teoremas y explicaciones.
Por consiguiente, en estas paginas no se ofrecen técnicas medicas acerca de como dejar de
beber si usted todavía no lo ha logrado, ni damos secretos milagrosos para acortar o evitar las
resacas o malestares subsiguientes.
Muchos de nosotros que no estábamos tan enfermos, hemos logrado, sin embargo,
recuperarnos en compañía de otros miembros de A.A. Y puesto que hemos pasado por esas
mismas etapas, podemos ofrecer una ayuda (practica y sencilla, no técnica) para ayudar a
algunos aliviarse de la miseria y el sufrimiento. Por lo menos comprenderlos, puesto que hemos
sufrido el mismo proceso.
Por ello, el tema de este libro es el no beber, en vez de dejar de beber. Tratamos acerca de la
vida en sobriedad.
Hemos hallado que, para nosotros, la recuperación empezó por no beber, por adquirir la
abstención y permanecer completamente libres del alcohol en cualquier cantidad y en cualquier
forma. Hemos encontrado también que debemos permanecer alejados de las demás drogas
que afectan la mentalidad. Solo podemos encaminarnos hacia una vida plena y satisfactoria
cuando estamos abstemios. La abstención es la plataforma de lanzamiento para nuestra
recuperación.
En cierto sentido, este libro trata acercar de la forma de manejar la abstención. (Anteriormente
no podíamos manejarla, y por ello bebíamos).
Una persona que tenga una alergia a las comidas puede vivir sintiéndose permanentemente en
estado de autocompasión, quejándose de que le ha sido injustamente negado un placer, y
reprochándose constantemente por no serle permitido comer alguna sustancia deliciosa.
Uno de los nuevos hábitos mentales que un alcohólico en recuperación puede desarrollar, es la
observación calmada de sm mismo como alguien que necesita evitar las substancias químicas
(el alcohol y otras drogas sustitutivas) si realmente desea mantener una buena salud.
Tenemos la prueba de nuestros propios días de bebedores, que suman centenares de millares
de años-hombre, para totalizar una gran cantidad de bebida. Sabemos que, a medida que los
años de bebedores iban pasando, nuestros problemas relacionados con la bebida empeoraban
continuamente. El alcoholismo es progresivo.
Claro esta que muchos de nosotros tuvo periodos en los cuales, durante varios meses o aun
años, llegamos a pensar que hablamos logrado encauzar en alguna forma nuestra manera de
beber. Nos parecía que éramos capaces de mantener un fuerte consumo de alcohol en forma
razonablemente segura. O aún podíamos permanecer abstemios durante largo tiempo, con
borracheras muy ocasionales, y la bebida aparentemente no se iba empeorando, hasta donde
podíamos ver. No sucedía nada horrible o dramático.
Sin embargo, ahora podemos ver que, a corto o a largo plazo, nuestro problema alcohólico se
va volviendo cada vez peor a medida que la persona va envejeciendo (? Conoce usted a
alguien que no este envejeciendo?).
También estamos convencidos, después de los innumerables intentos que hicimos de probar lo
contrario, que el alcoholismo es incurable, asm como alguna otras enfermedades. No puede
"curarse" en el sentido en que no podemos cambiar nuestra química corporal para regresar al
estado de bebedores normales y moderados, bebedores sociales que tantos de nosotros
fuimos durante nuestra juventud.
Algunos de nosotros explican esta situación gráficamente diciendo que no es tan imposible
volver a nuestro estado inicial como lo es para una uva pasa volver a ser uva. Ninguna clase de
tratamiento medico o psiquiátrico ha "curado" a nadie del alcoholismo.
Mas aún, habiendo observado a miles de alcohólicos que no dejaron de beber, estamos
firmemente convencidos de que el alcoholismo es una enfermedad fatal. No solo hemos visto a
muchos alcohólicos bebiendo hasta su muerte, muriendo durante los síntomas de abstención,
del delirium tremens, las convulsiones, la cirrosis de hígado y enfermedades directamente
relacionadas con el alcohol, sino que también sabemos que muchas muertes, que no son
atribuidas al alcoholismo, son causadas por esta enfermedad. Frecuentemente, cuando se da
como causa inmediata de la muerte un accidente automovilístico o ahogamiento, o suicidio, o
un homicidio, o un ataque, al corazón o un incendio, o neumonía o infarto, fue un consumo
alcohólico exagerado la causa que condujo a la condición o evento fatal.
Pero nos dimos cuenta que podríamos llegar si continuábamos bebiendo. Si usted se sube a un
autobús cuyo itinerario alcanza a una ciudad que esta a miles de kilómetros, llegara a esa
ciudad, a menos que se apee durante el camino y se mueva en otra dirección.
Muy bien, pero ?qué puede hacer usted si sabe que tiene una enfermedad incurable,
progresiva y fatal, ya sea que se trate del alcoholismo o de alguna otra, como un cáncer o una
afección cardíaca?
Luego, hacemos lo posible confortablemente (no en forma amarga) con ese conocimiento,
mientras empezamos por evitar simplemente esa primera copa solo por hoy.
Un miembro de A.A. que es ciego, dijo que su alcoholismo es muy similar a su ceguera. "En el
momento en que yo acepté la perdida de mi vista, y tomé el entrenamiento de rehabilitación
que me fue ofrecido, descubrí que yo puedo ir a todas partes en forma segura, con la ayuda de
mi bastón o de mi perro, siempre y cuando no se me olvide o trate de ignorar el hecho de que
soy ciego. Pero cuando no actúo con el conocimiento de que me es imposible ver, se me
presentan las dificultades y en ocasiones llego a sufrir heridas".
"Si usted desea recuperarse", dijo una mujer miembro de A.A., "lo unico que debe hacer es
tomar su tratamiento, seguir las direcciones y continuar viviendo. Es muy fácil siempre y
cuando recuerde los nuevos hechos que sabe acerca de su salud. ?Quién tiene tiempo para
sentirse "deprimido" o autocompadecerse cuando encuentra que hay tantos placeres
conectados con una vida feliz y sin el temor de la propia enfermedad?".
En resumen: Recordamos que tenemos una enfermedad incurable, potencialmente fatal, que
se llama alcoholismo. Y en lugar de continuar bebiendo, preferimos buscar y utilizar las formas
mas agradables de vida sin alcohol.
No tenemos por qué avergonzarnos de padecer esa enfermedad. No es una desgracia. Nadie
sabe exactamente por qué algunas personas se convierten en alcohólicas mientras otras no
alcanzan ese estado. No es culpa nuestra. Nosotros no queríamos convertirnos en alcohólicos,
ni tratamos de adquirir esta enfermedad.
Ensaye esta idea. ?No seria preferible para usted el reconocer que tiene una condición de
salud que puede tratarse exitosamente, que gastar una cantidad de tiempo preocupándose
miserablemente acerca de lo que esta mal en usted? Hemos visto que ista es una pintura de
nosotros mismos, de mejor apariencia y de mayor sensación, que la antigua representación
triste que acostumbrábamos ver. Y es mucha mas real, además. Esto lo sabemos. La prueba
de ello esta en la forma en que ahora nos sentimos, actuamos y pensamos. Quienquiera que lo
desee puede tomar "un período de ensayo" de este nuevo concepto de sí mismo.
Posteriormente, quienquiera que desee regresar a sus viejos días tiene la completa libertad
para empezarlos de nuevo. Usted tiene el pleno derecho de volver a tomar sus miseria si
realmente la desea.
Por otra parte, usted puede mantener esta nueva imagen de sí mismo, si la prefiere. Esto
también le corresponde por derecho.
Usted también puede hacer lo mismo, gratis, sin tener que "unirse" a nada.
Lo que nosotros hicimos fue simplemente asistir a las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Hay
más de dos millón de reuniones por año, en más de 150 países en todo el mundo. Y recuerde
que no tiene que convertirse en miembro de A.A. para poder visitar algunas de sus reuniones.
Si lo que usted desea es simplemente ensayar a A.A., siéntase totalmente bienvenido a estas
reuniones como observador y puede entrar a escuchar, sin necesidad de decir una palabra. No
necesita dar su nombre, o puede dar un nombre ficticio si lo prefiere. A.A. comprende ésto.
Nosotros no llevamos registros de los miembros o de los visitantes asistentes a las reuniones.
Usted no tendrá que firmar, ni contestar ninguna pregunta.
Siéntase en libertad para preguntar, silo desea. Pero muchas personas prefieren simplemente
escuchar en las primeras reuniones.
Como casi todos los que han ido a una reunión de A.A., usted probablemente se sentirá
sorprendido la primera vez. La gente que usted ve a su alrededor tiene una apariencia normal,
saludable, razonablemente feliz y exitosa. No tiene la apariencia estereotipada de las
caricaturas pasadas de moda acerca de los borrachos, los fanáticos o los abstencionistas
antialcohólicos.
Es más, generalmente usted podrá ver que nosotros somos un grupo amistoso, que nos reímos
frecuentemente, en especial de nosotros mismos. Esta es la razón por la cual. si usted se
encuentra todavía bajo los efectos de su última racha, la reunión de A.A. le proporciona un
ambiente agradable en el cual usted puede dejar pasar los efectos y empezar a sentirse mucho
mejor.
Puede estar seguro que cada uno de los miembros de A.A. que encuentre en ese salón
entiende profundamente la forma en que usted se siente, porque recordamos vívidamente
nuestras propias miserias de resaca, y la sensación que se tiene la primera vez que se ingresa
a una reunión de A.A.
Si usted es tímido, o tendente a ser solitario, como muchos de nosotros, observará que los
miembros de A.A. no tienen inconveniente en dejarlo solo si eso es lo que usted realmente
desea para poder sentirse más cómodo.
Sin embargo, la mayoría de nosotros hemos visto la conveniencia de quedamos un rato más
para conversar después de la reunión. Siéntase en libertad de participar en esta charla
postreunión durante todo el tiempo que lo desee.
Para la elaboración de este folleto e pidieron ideas a muchos miembros de los Estados Unidos
y el Canadá. Encabezando la lista se encuentra la sugerencia de que una de las formas más
seguras para evitar la bebida consiste en asistir a
diferentes tipos de reunión. "Es la forma en que aprendemos todas las ideas tomándolas de
otra persona", según el concepto de uno de los miembros entrevistados.
Si usted desea permanecer sobrio, la asistencia a cualquier reunión de A.A. es, por supuesto,
mucho más segura que ir a un bar o una fiesta, o ¡permanecer en su casa en compañía de una
botella!
Hay muchas más oportunidades de evitar el paludismo cuando usted se aleja de tos pantanos
infectados de mosquitos. Asimismo, las oportunidades para no beber se incrementan mucho
más en una reunión de A.A. que en cualquier reunión social donde pueda conseguirse licor.
A continuación describimos las formas más populares de reuniones de grupo en A.A., y algunos
de los beneficios que se derivan asistiendo a ellas.
REUNIONES DE PRINCIPIANTES
(O DE RECIEN LLEGADOS)
Estas son generalmente más pequeñas en número que las otras clases de reuniones, y
generalmente preceden a la reunión usual del grupo. A ellas pueden asistir todas las personas
que crean tener un problema de bebida. En algunos lugares, estas reuniones se conforman por
una serie de discusiones o charlas acerca del alcoholismo, la recuperación y A.A. En otros
sitios, las reuniones de
Los miembros de A.A. que han utilizado estas reuniones enfatizan que son lugares excelentes
para hacer preguntas, para adquirir nuevos amigos, y para empezar a sentirse cómodos en
compañía de otros alcohólicos que no están bebiendo.
REUNIONES ABIERTAS
(Estas son reuniones a las que puede asistir cualquier persona, alcohólica o no).
Estas tienden a ser un poco más organizadas, un poco más formales. Generalmente, dos o tres
miembros (que anticipadamente se han ofrecido como voluntarios) van diciendo por turnos su
experiencia con el alcoholismo, que les sucedió, y cómo han logrado su recuperación.
La charla de este tipo no tiene que seguir una orientación definida. Naturalmente, sólo un
puñado de miembros de A.A. son oradores entrenados. En la práctica, aun aquellos miembros
cuya profesión incluye la oratoria profesional, evitan cuidadosamente hacer discursos en las
reuniones de A.A. Por el contrario, tratan de contar sus propias historias en la forma más simple
y sencilla.
Uno de los mayores beneficios en atender las reuniones abiertas consiste en la oportunidad de
escuchar una gran variedad de historias personales sobre la trayectoria alcohólica. Oye
describir los síntomas de la enfermedad en muchas formas diferentes, y en esa forma se ayuda
a la decisión acerca de si usted padece esa enfermedad o no.
Naturalmente, todas las experiencias de los miembros de A.A. son diferentes unas de otras. Es
posible que en alguna oportunidad usted escuche a alguien recordar sus bebidas favoritas,
formas de beber, o problemas derivados de la bebida que se parecen mucho a los de usted.
Por otra parte, los incidentes dentro de esas historias pueden ser muy diferentes a los suyos.
Escuchará también personas de diferentes trayectorias, ocupaciones, y creencias. Cada
miembro habla únicamente por sí mismo y sólo expresa su propia opinión. Nadie puede hablar
en nombre de todos los a.as., y nadie tiene que estar de acuerdo con cualquier sentimiento o
idea expresados por otro miembro de A.A. En nuestra comunidad se acoge favorablemente y
se aprecia en alto grado la diversidad de opiniones.
En A.A., este reconocimiento se llama "identificación con el orador". Esto no significa que la
edad, sexo, estilo de vida, conducta, placeres, o problemas del orador sean idénticos a los
suyos. Pero sí quiere decir que usted oye hablar de temores, excitaciones, preocupaciones, y
alegrías con la cuales usted puede
La identificación con el pasado del orador no es tan importante como obtener una impresión de
su vida actual. Generalmente, el orador a.a. ha encontrado, o está logrando, algún nivel de
tranquilidad, paz mental, soluciones a los problemas, deseo de vivir, y una especie de salud
espiritual que a usted le agradada tener. Si es así, continúe asistiendo. Estas cualidades son
muy contagiosas en A.A.
Por otra parte, los recuerdos que ocasionan esas narraciones de las miserias del alcoholismo
activo pueden ayudarle a extinguir cualquier deseo impulsivo de ¡tomar la bebida!
En reuniones como ésta, muchos miembros de A.A. han escuchado las sugerencias precisas
sobre la recuperación que estaban buscando. Y casi todos los miembros salen de esas
reuniones renovados y animados en su recuperación a tal punto de que, al menos por esa
noche, no desean probar una bebida.
(Son solamente para alcohólicos, o para personas que están tratando de definir si son
alcohólicos o no).
Algunos grupos tienen reuniones de discusión "abiertas", y por lo tanto cualquier persona
puede asistir a ellas. Pero, frecuentemente, tales reuniones se describen como "cerradas", es
decir, para miembros actuales o potenciales, y por lo tanto aquellos que asisten pueden
sentírse en libertad para discutir cualquier tópico que pueda causar problema, o interés, al
bebedor alcohólico. Esas discusiones son enteramente confidenciales.
Uno de los miembros que previamente se ha ofrecido voluntario conduce la reunión narrando
brevemente su propia historia de alcoholismo y recuperación. Se abre así la reunión para la
discusión general.
Cualquiera de los presentes que tenga algún problema particular, sin que impone cuán penoso
o embarazoso sea, puede ventilarlo en una reunión de discusión y escuchar las experiencias
de los asistentes en el manejo de un problema igual o similar.
Se ha dicho que estas reuniones son los talleres donde el alcohólico aprende a permanecer
sobrio. Ciertamente, se puede escoger en ellas una gran cantidad de sugerencias para el
mantenimiento de una abstención feliz.
REUNIONES DE PASOS
Muchos grupos de A.A. sostienen reuniones semanales en las cuales se toma uno de los
Pasos del programa de recuperación de A.A. como tema básico para la discusión. Las Doce
Tradiciones, Los Tres Legados de A.A., los refranes de A.A., y los tópicos sugeridos en la
revista "ARKON-1935x., también se utilizan para este propósito en algunos grupos. Pero
cuando se presenta una persona, con una urgente necesidad de ayuda para un problema
personal inmediato e importante, puede discutirse como tema de la reunión el problema
presentado.
Conjuntamente con los libros "Alcohólicos Anónimos" y "Doce Pasos y Doce Tradiciones", las
reuniones acerca de los Pasos proporcionan más fácilmente la mejor comprensión y
entendimiento de los principios fundamentales de la recuperación en A.A. Estas reuniones
suministran también una amplia variedad de interpretaciones y aplicaciones generales del
programa básico de A.A., demostrando cómo lo podemos utilizar, no solo para estar abstemios,
sino para enriquecer nuestras vidas.
Con asistencia variable desde centenares hasta más de 10.000 personas, acompañadas
generalmente por sus familias, estas reuniones voluminosas de A.A. consisten generalmente
en programas de fin de semana y con diferentes tipos de sesión.
El programa incluye usualmente reuniones de discusión sobre diversos tópicos, así como
charlas por invitados expertos en alcoholismo, y también generalmente un banquete, o
recreación especial, y se provee tiempo para otras actividades sociales, mucho más fáciles de
gozar puesto que son exentas de alcohol. Ellas nos enseñan hasta qué punto podemos
divertimos estando abstemios.
Millares de nosotros gozamos de esas reuniones mucho más a medida que los años de
sobriedad se van incrementando. Para nosotros se convierten en un placer, y no en dna
obligación.
Todos nosotros tenemos que mantenernos comiendo, hallándonos, respirando, lavándonos los
dientes, y haciendo miles de cosas similares. Millones de personas continúan año tras año
trabajando, leyendo, asistiendo a espectáculos deportivos, frecuentando clubes sociales, y
llevando a cabo trabajos religiosos. Por eso tampoco nos parece raro asistir continuamente a
las reuniones de A.A., puesto que gozamos con ellas, nos beneficiamos de ellas, y
mantenemos con ellas bien equilibrada nuestra vida.
Pero la mayoría de nosotros asiste a esas reuniones con mayor frecuencia durante los
primeros años de recuperación. En esa forma se establece un cimiento sólido para la
recuperación a largo término.
En la mayoría de los grupos tienen reuniones una o dos veces por semana (cuya duración es
de una hora u hora y media). Se cree ampliamente en A.A. que el miembro nuevo puede
aprovechar mejor nuestro programa si adquiere el hábito de asistir regularmente a las
reuniones de un grupo por lo menos, y visitar también otros grupos de vez en cuando. Así no
solo se obtiene una visión general de las diferentes ideas, sino que se ayuda a encuadrar el
problema del bebedor dentro de un marco de organización, que le ayuda a combatir el
alcoholismo.
Hemos visto que es muy importante, especialmente al principio, asistir puntualmente a las
reuniones, sin prestar atención a las excusas que podamos tener para faltar a ellas.
Necesitamos ser tan diligentes en la asistencia a las reuniones como lo fuimos con el alcohol
cuando bebíamos. ¿Cuál de los bebedores problema permitió que la distancia, el clima, la
enfermedad, el negocio, lo invitados, o la bancarrota, o la hora del día o de la noche, o
cualquier otra cosa lo alejara de la bebida que deseaba realmente? Así mismo no podemos
permitir que haya algo que nos impida ir a la reuniones, especialmente, si deseamos una real
recuperación.
También hemos visto que la asistencia a las reuniones no es algo que haya que hacer
especialmente cuando sentimos la tentación de beber. Generalmente sacamos más provecho
de las reuniones cuando asistimos a ellas sintiéndonos bien y sin haber tenido la tentación del
alcohol. Y aun una reunión que sea total e instantáneamente satisfactoria es mejor que ninguna
reunión.
A causa de la importancia de las reuniones, muchos de nosotros mantenemos una lista de los
grupos y hora de reuniones de nuestra localidad, y nunca viajamos fuera de nuestro lugar de
residencia sin habemos provisto de los directorios de A.A., que nos permiten encontrar las
reuniones o los compañeros en cualquier parte del mundo.
Cuando por causa de una enfermedad o catástrofe natural se nos hace imposible asistir a la
reunión, hemos encontrado sustitutos para ellas. (Es muy sorprendente saber que ni siquiera
los huracanes, los terremotos, o las tormentas de las regiones subárticas han impedido a los
miembros de A.A. de esas regiones viajar cientos de kilómetros o más para asistir a reunión.
Existiendo una reunión a su alcance, es muy natural para muchos A.A. utilizar el trineo, el
camello, el helicóptero, el camión o la bicicleta, así como para nosotros es natural utilizar
coches o metros).
Como sustituto de la reunión, cuando es imposible la asistencia, podemos llamar por teléfono, o
por radio-teléfono a nuestros amigos o valiéndonos de algún material de lectura de A.A.,
utilizarlo como material mental.
La Oficina del Servicio General de A.A. ha organizado servicios especiales para vanos
centenares de miembros solitarios de A.A., tales como miembros de las fuerzas armadas en
misión por diversas partes del mundo, así como para los "Intemacionales" que son miembros
marineros de buques mercantes, para ayudarles
a mantener estrecho contacto con A.A. Estas personas reciben boletines y listas que les
permiten comunicarse con otros miembros (por carta o por cinta magnetofónica) durante las
épocas en que les es imposible asistir a reuniones regulares de grupos.
Pero muchos de aquellos miembros solitarios hacen algo mucho mejor cuando no encuentran
un grupo en las cercanías de su lugar de trabajo o residencia: empiezan un nuevo grupo.
Tan pronto como empezamos a permanecer sobrios, muchos de nuestros problemas parecen
desvanecerse. Pero quedan o afloran ciertos asuntos que requieren atencisn experta y
profesional, como la que puede ofrecer un ortopedista, el abogado, el ginecslogo, el dentista, el
dermatslogo, o el consejero psicolsgico.
Puesto que A.A. no suministra estos servicios, confiamos en la comunidad profesional para
orientacisn laboral o asistencia vocacional, consejos en las relaciones domisticas, en los
problemas psiquiatricos, y en muchas otras necesidades. A.A. no presta ayuda financiera, ni da
comida, vestido, o vivienda a los bebedores problema. Pero existen muchas instituciones
profesionales dedicadas a ayudarle al alcohslico que esta sinceramente tratando de
permanecer abstemio.
La necesidad de una mano que nos ayude no es un signo de debilidad ni causa de vergmlenza.
Es ridmculo el +orgullo; que hace que uno se abstenga de recibir un empuje proveniente de un
consejero profesional. No es mas que vanidad, y un obstaculo para la recuperacisn. Mientras
mas maduro se va uno volviendo, mas propicio se muestra para utilizar el mejor consejo y
ayuda de que pueda disponer.
Al examinar +casos reales; de alcohslicos recuperados, podemos ver claramente que todos
nosotros hemos aprovechado, en una u otra ocasisn, los servicios especializados de
psiquiatras,midicos, enfermeras, consejeros, trabajadores sociales, abogados, clirigos y otros
profesionales. El texto basico de A.A., +Alcohslicos Ansnimos;, recomienda especmficamente
buscar ese tipo de ayuda. Afortunadamente, no hemos encontrado conflicto entre las ideas de
A.A. y el consejo bien orientado de un profesional que tenga conocimientos claros acerca del
alcoholismo.
No podemos negar que hay muchos alcohslicos que han tenido experiencias infortunadas con
algunos hombres y mujeres profesionales. Pero los no alcohslicos tambiin han tenido tales
experiencias. No existe el midico, pastor, o abogado absolutamente perfecto, que nunca haya
cometido un error. Y mientras haya gente enferma en el mundo es muy probable que nunca
llegue la ipoca en que al tratar con la enfermedad no se cometan errores.
Para ser justos, tenemos que confesar que los bebedores problema no somos exactamente la
gente mas facil de ayudar.
Algunos de nosotros nos damos cuenta ahora de que nuestra conducta hacma mas difmcil
obtener el buen consejo o cuidado que realmente necesitabamos. Una forma de explicar esa
conducta contradictoria es afirmar que era dictada por nuestra enfermedad.
El alcohol es engaqoso e insidioso. A quien se encuentra bajo el domio de sus cadenas puede
obligarlo a portarse en una forma autodestructiva, contra su mejor juicio y contra sus
verdaderos deseos. Nosotros no tratamos voluntariamente de hacemos daqo en nuestra salud:
nuestra adiccisn al alcohol lograba protegerse a sm misma contra los efectos bienhechores de
los agentes de la salud.
Si ahora nos vemos a nosotros mismos abstemios pero todavma tratando de desorientar a los
profesionales realmente expertos, puede ser una seqal de alarma. Porque puede significar que
el alcoholismo activo esta nuevamente tratando de deslizarse dentro de nosotros.
Asm como cada persona tiene un remedio favorito para la gripe, casi todos nosotros tenemos
nuestros midicos favoritos, como tambiin profesionales que nos caen particularmente mal.
Despuis de que usted haya considerado las diversas posibilidades, consultado con amigos, y
examinado las ventajas y desventajas, la decisisn de obtener y utilizar la ayuda profesional es
enteramente suya. El tomar o no tomar Antabuse, el someterse a la psicoterapia, el volver al
colegio o cambiar su trabajo, hacerse una operacisn, someterse a dieta, dejar de fumar, aceptar
o rechazar el consejo de su abogado acerca de los impuestos, todas estas son decisiones que
usted mismo tiene que tomar. Le respetamos el derecho de tomarlas y de cambiar su mente
cuando las circunstancias lo hagan necesario.
Por otro lado, nosotros no tenemos la educacisn profesional ni la disciplina con que ellos se
prepararon para el cumplimiento de su actividad.
Esto no quiere decir que nosotros estemos equivocados y ellos en lo cierto, o viceversa.
Nosotros y ellos tenemos papeles enteramente distintos y responsabilidades diferentes al tratar
de ayudar a los bebedores problema.
Puede ser que usted tenga la misma fortuna en estos aspectos que hemos tenido muchos de
nosotros. Millares de nuestros miembros se encuentran profundamente agradecidos del
incontable esmero de hombres y mujeres profesionales que han tratado de ayudarles.
Así como la fatiga, el hambre, la soledad, la ira y el exceso de relación, esas antiguas rutinas
demuestran ser trampas muy peligrosas para la sobriedad.
Cuando suspendimos pro primera vez la bebida, muchos de nosotros creímos útil revisar los
hábitos que rodeaban a nuestra forma de beber, y dondequiera que fuese posible, cambiar
muchos de los pequeños eventos conectados con la bebida.
Por ejemplo: muchos que solían empezar el día con un trago en el cuarto de baño, ahora se
dirigen a la cocina a tomar un café. Algunos de nosotros cambiamos el orden de las cosas que
hacíamos par preparar el día, como desayunar antes del baño y de vestirnos, o viceversa. Un
cambio en la marca de dentífrico y enjuague bucal (y con éste hay que tener cuidado respecto
al contenido alcohólico) nos dio un sabor fresco y diferente para empezar el día.
Muchos de nosotros también aprendimos a buscar una nueva ruta al abandonar nuestra casa
por la mañana, evitando pasar por algún sitio que tuviera algún significado alcohólico especial.
Algunos han cambiado el auto para viajar en tren, o el ferrocarril por la bicicleta, o el autobús
por la caminata. Otros viajan en una línea de autobuses diferente de la que acostumbraban.
Bien fuese que nuestra bebida se iniciaba en el vagón-restaurante del tren, en la tienda de la
esquina, en la cocina, el club campestre o el garaje, todos nosotros podemos localizar muy
exactamente cuál es nuestro local favorito. Ya sea que se trate de un bebedor periódico o de un
bebedor consuetudinario, cada uno de nosotros sabe por sí mismo cuáles son los días, las
horas y las ocasiones que han estado más frecuentemente asociadas con nuestras
borracheras.
Cuando usted desea no beber, puede ayudarle el cambiar todas esas rutinas y establecer un
nuevo esquema realmente distinto. Hay amas de casas, por ejemplo, que dicen que les ha
convenido cambiar las horas y lugares para hacer sus compras y modificar el programa de sus
tareas cotidianas. Los oficinistas que acostumbraban escaparse de la oficina a tomar
rápidamente algunos tragos durante el descanso para tomar café, ahora se quedan en la
oficina y piden realmente la taza de té o café. (Y esta es una magnífica ocasión para llamar a
alguien que usted conozca y que también esté dejando de beber. Durante las ocasiones que
acostumbrábamos beber, es muy confortante hablar con una persona que ha pasado por las
mismas experiencias).
Para muchos de nosotros, esto también nos ha significado el evitar, por lo menos durante algún
tiempo, la compañía de nuestros compañeros de trago. Si ellos son amigos verdaderos,
naturalmente se sentirán muy contentos de vernos cuidar nuestra salud, y respetarán nuestro
derecho de pedir cualquier cosa que deseemos, así como nosotros respetamos el derecho que
ellos tienen de beber si así lo desean. Pero hemos aprendido a cuidarnos de todas aquellas
personas que insisten en hacernos beber nuevamente. Aquellos que realmente nos estiman
nos dan ánimo en nuestros esfuerzos por recuperarnos.
A las cinco de la tarde, o a la hora en que termine el trabajo del día, algunos de nosotros
aprendimos a detenernos a comer algún emparedado. Luego buscamos una ruta diferente para
ir hacia nuestra casa, ruta que en lo posible no nos conduzca por sitios demasiado familiares
para nuestra condición de bebedores. En caso de necesitar el tren, evitamos el vagón del bar, y
siempre nos apeamos en el lugar de nuestro destino, y no en la estación correspondiente a la
taberna de nuestra preferencia.
Cuando llegamos a casa, en lugar de dirigirnos a buscar el hielo y los vasos, nos cambiamos
de traje, calentamos un poco de té o preparamos algún jugo de frutas, tomamos una siesta o
vamos a descansar en la ducha, o con un libro, o leyendo la prensa. Aprendimos a variar
nuestra dieta para incluir alimentos no asociados estrechamente con el alcohol. Si nuestra
costumbre después de la comida era sentarnos a beber mientras veíamos televisión, vimos la
necesidad de cambiarnos a otro cuarto para dedicarnos a otras actividades. Si
acostumbrábamos esperar que la familia se fuera a la cama para empezar nosotros a buscar la
botella, tratamos de acostarnos más temprano, por variar, dar una caminata, leer, escribir o
jugar al ajedrez.
Los viajes de negocios, los fines de semana o las vacaciones, la cancha de golf, los estudios
de fútbol, los juegos de cartas, la piscina o el refugio deportivo, frecuentemente significaban
mucho alcohol para nosotros. Los navegantes y pescadores gastaban todo su tiempo bebiendo
en la bahía o el lago. Cuando dejamos por primera vez de beber, vimos lo valioso que era
programar una clase diferente de viaje o, vacaciones durante algún tiempo. El tratar de evitar
tomarse un trago en un buque cargado de bebedores de cerveza, gentes que cargan su propia
botella, amantes de la sangría o de los cócteles, es mucho más difícil que dirigirse a otros
lugares y, por gracia de la novedad, hacer cosas diferentes que no nos recuerden
particularmente la bebida.
Supongamos que fuimos invitados a la clase de reunión donde el principal entretenimiento era
beber. ¿Qué pasaba entonces? Mientras bebíamos éramos muy ingeniosos para inventar
excusas, de manera que aplicamos ese mismo ingenio para inventarnos una manera graciosa
de decir, "No, gracias". (Para reuniones a las cuales nos sentimos realmente obligados a asistir,
hemos elaborado unas nuevas tácticas de seguridad, que explicaremos en la página 110).
Ahora bien, ¿qué sucedió en nuestros primeros días de abstención respecto a mantener el licor
que teníamos en casa? A este respecto hay varias contestaciones.
Algunos de los A.A. insisten en el hecho de que nunca la disponibilidad de bebida nos condujo
a beber, así como tampoco la falta de ella evitó emborracharnos cuando lo deseábamos
realmente. Por eso preguntan: "¿Para qué derramar un buen whisky por el sumidero o
regalárselo a otra persona? Vivimos en una sociedad de bebedores y no podemos evitar la
presencia de las bebidas alcohólicas. Mantengamos nuestro abastecimiento a mano para
atender a los huéspedes que lleguen a nuestra casa, y aprendamos a ignorar el licor el resto
del tiempo". Para esas personas, este sistema funcionó.
Otra multitud de entre los nuestros puntualiza que en ocasiones fue increíblemente fácil para
nosotros apurar un trago debido a un impulso casi inconsciente, antes de que nos diéramos
cuenta. Si no existe alcohol a mano, si tuviéramos que salir a comprarlo, por lo menos nos
queda la oportunidad de reconocer lo que nos disponemos a hacer y tenemos algún tiempo
para reflexionar. ¡Los no bebedores que tienen esta convicción dicen que es mucho mejor
prevenir que curar!. Estas personas regalaron o vendieron toda su provisión y no dejaron nada
en su hogar hasta cuando su sobriedad les pareció lo suficientemente normal y estabilizada.
Aun ahora, compran solamente lo necesario para atender a sus invitados durante una sola
fiesta.
Usted hará la elección que más le convenga. Nadie más que usted conoce cuál ha sido su
forma de beber y hasta dónde aprecia la abstención que ha ganado hoy en día.
Ahora bien, la mayoría de los pequeños cambios de rutina que hemos mencionado en esta
sección pueden parecer, por sí mismos, ridículos y triviales. Sin embargo, podemos asegurarle
que la suma total de todos ellos nos ha proporcionado un impulso sorprendentemente poderoso
hacia una salud nueva y vigorosa. Usted también puede tener ese empuje, si lo desea.
Si esas preguntas no lo han mareado y puede continuar leyendo, estara de acuerdo en que
esas cosas no compaginan, no parecen hechas la una para la otra.
En cierto sentido, esto es lo que queremos expresarle con esta porcisn de nuestra experiencia.
Muchos de nosotros hemos aprendido que algo de sabor dulce, o casi cualquier alimento o
pasaboca nutritivo, parece menguar un poco el deseo del trago. Asm, de vez en cuando, nos
recordamos que no debemos permitir que el hambre nos alcance demasiado.
Puede ser sslo nuestra imaginacisn, pero el ansia de una copa parece agudizarse cuando el
estsmago esta vacmo. Por lo menos es mucho mas notoria esa compulsisn.
Este libro esta basado en nuestra propia experiencia personal, antes que en informes
cientmficos. Por ello no podemos explicar precisamente, en tirminos ticnicos, por qui sucede
esto. Solamente podemos informar que millares de nosotros, aun muchos que afirman que
nunca han sido aficionados a los dulces, hemos notado que el comer algo dulce disminuye la
urgencia de beber.
Puesto que no somos midicos ni expertos en nutricisn, no podemos recomendar que todos
nosotros mantengamos una barra de chocolate para masticarla cuando quiera que se nos
presente el pensamiento de una bebida. Muchos de nosotros lo hacemos, pero otros tienen
razones poderosas de salud para evitar los dulces. Sin embargo, en todas partes podremos
encontrar frutas o substitutos dietiticos de las comidas o bebidas dulces, y por eso la idea de
utilizar un sabor dulce es muy facil par todos.
Algunos de nosotros creemos que es algo mas que el mero sabor lo que ayuda a controlar el
impulso hacia el alcohol. Puede tambiin deberse en parte, a que estamos sustituyendo toda
una serie de acciones fmsicas: conseguir la bebida dulce, o un vaso de leche o de jugo, y
algunas galletas o helados, y luego beber o masticar, y tragar.
Con toda seguridad, cuando muchos alcohslicos suspenden su racha de bebida, se encuentran
en peores condiciones de nutricisn que las que habman imaginado. Esto sucede en todos los
niveles econsmicos. Por esta razsn, muchos de nosotros fuimos aconsejados por nuestros
midicos para que tomaramos vitaminas suplementarias. Por ello, tal vez muchos de nosotros
necesitamos una mayor nutricisn de la que nos percatamos y, por consiguiente, el sentir que
nuestro estsmago tiene adecuada provisisn de comida nos hace sentir mejor fisiolsgicamente.
Una hamburguesa, miel. Manm, vegetal, queso, nueces, gelatina de frutas; una menta, o
cualquier cosa que usted prefiera, que sea buena o conveniente para usted, le puede servir.
De todas maneras, algunos "adictos" a los helados o los confites observan que en sus primeros
meses de abstención, engordan un poco en los lugares que menos los favorecen. Pero esto
parece ser un precio muy pequeño para pagar por la liberación del alcoholismo activo. Es mejor
ser algo gordito que borracho, ?no es verdad? Además, nunca se oye que a nadie lo arrestaran
por conducir en estado de obesidad.
De todas maneras, con un poco de paciencia y buen criterio, los problemas de peso
generalmente se normalizan, como lo comprueba nuestra experiencia. En caso contrario, o si
usted padece de un problema crónico y serio de obesidad o falta de peso, debería consultar un
médico que no solo conozca los problemas del peso, sino también que sepa algo de nuestra
enfermedad. Nunca encontramos ningún conflicto entre la experiencia de A.A. y el consejo
fundamentado que suministra un médico que conozca el tema del alcoholismo.
Por consiguiente, la próxima ocasión en que se presente la tentación de beber, llevemos algo a
nuestra boca, bien sea de comer o de beber par que nos quite el apetito. Por lo menos, en esa
forma demoramos el consumo de la bebida alcohólica durante una o dos horas, tiempo
suficiente par que demos un paso adelante hacia nuestra recuperación, como por ejemplo el
que sugerimos en la próxima sección.
CONSEGUIR UN PADRINO
No todos los miembros de A.A. han tenido un padrino. Pero miles de nosotros decimos que no
estaríamos vivos de no haber sido por la amistad especial de un alcohólico recuperado durante
los primeros meses y años de nuestra sobriedad.
En los primeros días de nuestra comunidad, la palabra "padrino" no estaba incluida en el léxico
de A.A. Luego unos pocos hospitales en Akron, Ohio y Nueva York empezaron a aceptar
alcohólicos (bajo ese diagnostico) como pacientes, siempre y cuando un miembro abstemio de
A.A. se ofrecieran para patrocinar al hombre o mujer enfermos. Este padrino llevaba el paciente
al hospital, lo visitaba regularmente, se encontraba presente cuando el paciente era dado de
alta, se encargaba de llevarlo a casa y orientarlo hacia una reunión de A.A. En esa reunión, el
padrino lo presentaba a los demás miembros del grupo, alcohólicos que felizmente ya no
estaban bebiendo. Durante los primeros meses de recuperación, este padrino permanecía
disponible, listo para contestar las preguntas y escuchar cuando quiera que el paciente
necesitara.
El apadrinamiento resultó una forma tan maravillosa de ayudar a las personas a incorporarse a
A.A. que se ha convertido en una costumbre seguida en todo el universo de A.A..., aun cuando
la hospitalización no sea necesaria.
Una de las razones por las cuales es una buena idea tener padrino, es que se consigue así una
orientación amistosa durante aquellos primeros días o semanas en los cuales A. A. parece
distinto y nuevo, antes de sentir que ya se conocen los caminos que se están transitando.
Además, el padrino puede dedicar mucho mas tiempo a tenderlo, y darle mucha mayor
atención individual que un terapeuta profesional que posiblemente se encuentra muy ocupado.
Si usted tiene un padrino pueden ayudarle algunas de las siguiente sugerencias. Recuerde que
están basadas en millares de experiencias de los miembros de A. A. a través de muchos años.
A. Generalmente es mejor que los hombres apadrinen a los hombres y las mujeres a las
mujeres. Esto ayuda a evitar la posibilidad de romance, que puede convertirse en un desarrollo
sumamente complicado, cuando no destructivo para la relación de padrino a recién llegado.
Gracias a miles de errores y ensayos hemos descubierto que el sexo y el apadrinamiento no
forman una buena mezcla.
B. Ya sea que nos guste o no lo que el padrino nos sugiere, el hecho real es que el padrino ha
estado abstemio durante mucho mas tiempo, sabe cuales son las trampas que hay que evitar, y
es probable que tenga razón. (Los padrinos sólo pueden hacer sugerencias; no pueden obligar
a nadie a hacer algo, ni tampoco prevenir ninguna acción).
El padrino es simplemente un alcohólico sobrio que puede ayudar al recién llegado a resolver
solamente un problema: cómo seguir abstemio. El padrino sólo tiene una herramienta que es
su experiencia personal, y no la sabiduría científica.
Los padrinos han pasado por las mismas situaciones , y frecuentemente tienen mayor
preocupación, esperanza y confianza en nosotros que la que nosotros mismos hemos tenido. Y
con toda seguridad han tenido una mayor experiencia. Al recordar su propia condición, alargan
su mano para ayudar al mismo nivel, y no de arriba hacia abajo.
Alguien ha dicho que los alcohólicos pueden ser de aquellas personas que nunca debieran
tener secretos acerca de si mismos, especialmente los que pertenecen a la clase que sufre
sentimientos de culpa. El abrirnos a otras personas nos evita guardar nuestros secretos, lo cual
puede ser un buen antídoto para cualquier tendencia hacia la excesiva auto preocupación y
auto conmiseración. El buen padrino es alguien en quien podemos confiar, para desahogarnos
completamente.
D. Es muy agradable tener un padrino que congenie con nosotros, que comparta nuestra
experiencia e intereses en aspectos distintos a la mera sobriedad. Pero eso no es necesario.
En muchos casos el mejor padrino es alguien totalmente distinto a nosotros. En muchas
ocasiones han tenido gran éxito parejas de padrinos y recién llegados que son totalmente
diferentes entre sm.
E. Los padrinos, al igual que todas las personas, pueden tener obligaciones familiares y
laborales. Si bien es cierto que el padrino ocasionalmente abandonara su trabajo o su hogar
para ayudar a un recién llegado que se encuentra realmente en dificultades, hay naturalmente
ocasiones en que el padrino no puede estar disponible.
Podemos tratar de buscar una reunión de A. A. en nuestra cercanía. O leer alguna literatura, ya
sea de A. A. o de otra fuente que creamos que nos ha de servir. Podemos también llamar
telefónicamente a alcohólicos recuperados que hemos conocido, aunque no tengamos una
mayor familiaridad con ellos. O sencillamente llamar por teléfono o visitar la oficina de A. A. mas
cercana, buscando compañía de otros miembros de A. A.
Aunque la única persona A. A. que encontremos para hablar sea alguien a quien no
conocíamos previamente, tenemos la seguridad de encontrar en ella un sincero interés y deseo
de ayudarnos. Cuando referimos sinceramente nuestras preocupaciones o nuestro problema,
se presenta inmediatamente una sincera compresión. En ocasiones, hemos obtenido el animo
que necesitábamos de alcohólicos recuperados por los cuales nunca nos habíamos interesado.
Y aún en el caso de que ese sentimiento sea mutuo, cuando alguien que trata de permanecer
sobrio pide la ayuda de otro alcohólico recuperado para no beber, desaparecen todas las
diferencias superficiales.
F. Algunas personas creen que es una buena idea tener mas de un padrino, para que siempre
haya por lo menos uno disponible. Este plan tiene una ventaja adicional, pero también lleva
consigo un leve riesgo.
La ventaja es que teniendo tres o cuatro padrinos se consigue un mayor campo de experiencia
y conocimiento del que puede suministrar una sola persona.
Por ello, algunos de quienes hemos visto tratando de sacar provecho teniendo varios padrinos
simultáneamente, nos hemos visto tratando de sacar provecho de un padrino respecto a otro,
diciéndole una cosa al primero y algo totalmente distinto al segundo. Esto no siempre funciona,
puesto que los padrinos son muy difíciles de engañar. Se dan cuenta muy rápidamente de los
trucos de quien desea beber, puesto que ellos mismos los utilizaron en su época. Pero en
ocasiones podemos mantener el juego cuando conseguimos un padrino que nos diga algo
directamente opuesto a aquello que nos ha dicho otro padrino. Tal vez nos las arreglamos para
extraer lo que realmente deseamos escuchar, y no lo que necesitamos. O, por lo menos,
interpretamos las palabras de este padrino para que se acomoden a nuestros deseos.
Esta conducta parece mas un reflejo de nuestra enfermedad que una búsqueda sincera de
ayuda para nuestra recuperación. Nosotros, los recién llegados, somos los mas perjudicados
cuando esto sucede. Por consiguiente, si tenemos un equipo de padrinos, sería una magnífica
idea mantenernos vigilantes para que no nos suceda la tentación de envolvernos en este tipo
de juego que hemos descrito, en vez de luchar por el progreso hacia nuestra propia meta de
recuperación.
G. Es cierto que los padrinos, alcohólicos recuperados, también tienen sus fortalezas y
debilidades especiales. El padrino, o cualquier ser humano sin falla o debilidad no ha nacido
todavía, hasta donde nosotros sepamos.
Es una rara ocurrencia, pero puede suceder, que seamos mal aconsejados o desorientados por
un error del padrino. Nosotros mismos lo hemos padecido y por ello podemos afirmar que, aun
con las mejores intenciones, los padrinos pueden equivocarse.
Usted probablemente ya había adivinado que vamos a decir en seguida... Que la conducta
desafortunada del padrino no es una excusa valida para tomar un trago. Todavía sigue siendo
cierto que la mano que lleva la copa a nuestra boca es la nuestra.
En lugar de echarle la culpa al padrino, hay por lo menos 30 distintas maneras de permanecer
alejados de esa primera copa. Esas 30 están descritas en otras tantas secciones de este
folleto, por supuesto.
H. Usted no tiene obligación de pagar el favor que le ha hecho su padrino al ayudarle. El o ella
lo hacen porque al ayudar a otros se ayudan ellos mismo a mantener su propia sobriedad.
Usted tiene la libertad de aceptar o rechazar la ayuda. Pero en caso de que la acepte, no esta
obligado a devolver el favor.
Los padrinos son amables o severos, no para conseguir crédito, ni tampoco porque les gusta
"hacer buenas obras". Un buen padrino recibe tanta ayuda como la persona que esta
patrocinando. Usted mismo encontrara la verdad de esta afirmación la primera vez que sirva de
padrino a alguien.
Algún día, usted sentirá el deseo de proporcionarle ayuda a otra persona, y isa es la única
recompensa que usted puede recibir.
Al igual que un buen padre, un padrino prudente puede dejar solo a su ahijado cuando sea
necesario; puede dejarlo cometer sus propios errores, puede ver al recién llegado rechazar su
consejo y no sentir por ello ira o decepción. Un padrino avezado se mantiene alerta para alejar
de su tarea de patrocinio cualquier sentimiento de vanidad o de menosprecio.
Y los mejores padrinos se siente realmente agradados cuando el recién llegado se manifiesta
capaz de seguir su propio camino sin necesidad de que lo conduzcan de la mano. No quiere
decir esto que tengamos que continuar solitarios. Pero siempre llega la ocasión en que el
polluelo debe utilizar sus propias alas y establecer su propia familia. !Y sólo nos queda desearle
entonces un feliz vuelo!
DESCANSAR SUFICIENTE
Las personas que beben frecuentemente, generalmente no pueden darse cuenta de lo
cansadas que se encuentran, y para ello hay por lo menos tres razones que son
caractermsticas del alcohol: (1) El alcohol contiene muchas calormas, que dan energma
instantanea; (2) Altera el sistema nervioso central, y por lo tanto no se puede sentir plenamente
el cansancio corporal; (3) Despuis de que se desvanecen sus efectos anestisicos, produce una
agitacisn que se asemeja a una energma nerviosa.
Despuis de que dejamos de beber, el efecto de agitacisn puede persistir durante algzn tiempo,
ocasionandonos nerviosismos e insomnio generales. O por el contrario abrumarnos
repentinamente con una sensacisn de fatiga que nos deja exhaustos y letargicos. O pueden
presentarse estas dos condiciones alternativamente.
Ambas son reacciones normales que millares de nosotros hemos tenido en los comienzos de
nuestra sobriedad, en grados variables dependientes de nuestra ingestisn previa de licor y
nuestro estado general de salud. Ambos, tarde o temprano, desaparecen y no tienen por qui
causarnos alarma.
Muchos de nosotros hemos preguntado por qui sentimos repentinamente el deseo de beber, sin
ninguna razsn aparente. Cuando examinamos esta situacisn, volvemos a encontrar que nos
estamos sintiendo fatigados y no nos habmamos dado cuenta. Lo mas probable es que hemos
utilizado una gran energma, y no hemos descansado suficientemente. Generalmente, il
comernos algzn pasabocas o tomar una corta siesta pueden cambiar nuestras sensaciones
completamente, y la idea de beber desaparece. Aunque no podamos llegar a dormirnos, con
sslo unos minutos de reposo, bien sea acostados o sentados en una silla, logramos que
nuestra fatiga desminuya.
Es mucho mejor, por supuesto, lograr organizar en nuestras vidas un horario saludable que nos
permitma un permodo de descanso regular y suficiente cada 24 horas.
No todos, pero si muchos de nosotros, podemos narrar historias de insomnio despuis de haber
dejado de beber. Evidentemente, se necesita algzn tiempo para que el sistema nervioso
aprenda, o vuelva a aprender, el habito del sueqo regular y tranquilo sin que haya alcohol en el
cuerpo. Lo peor de todo es nuestra propia preocupacisn acerca de ello, porque la misma
preocupacisn nos hace azn mas difmcil conciliar el sueqo.
El primer consejo que recibimos acerca de este punto es: "No se preocupe. Nadie se ha muerto
por falta de sueqo. Cuando su cuerpo esti lo suficientemente cansado, podra dormir". Y asm
sucede por lo general.
Puesto que el insomnio fue tan frecuentemente la excusa que muchos de nosotros nos dimos
para "necesitar uno o dos tragos", estamos totalmente de acuerdo en que una actitud
totalmente nueva hacia el insomnio nos ayuda cuando tratamos de no beber. En lugar de
voltearnos incesantemente en la cama, preocupandonos y maldiciendo, algunos de aceptamos
la situacisn, nos levantamos y nos dedicamos a leer o a escribir durante esas largas horas de
vigilia.
Entre tanto, es una magnmfica idea revisar todos nuestros habitos de salud para verificar si en
alguna forma estan afectando nuestra facultad de conciliar el sueqo. Tal vez estemos tomando
demasiado cafi por las tardes, o no estemos comiendo adecuadamente, o no estemos
haciendo suficiente ejercicio, o el sistema digestivo no esti funcionando normalmente.
Encontrar este tipo de problemas puede tomarnos tambiin algzn tiempo.
Ha muchas fsrmulas, simples y antiguas, para combatir el insomnio que realmente pueden
ayudar, tales como tomar un vaso de leche caliente, respirar profundamente, darnos un baqo,
leer un libre pesado o escuchar mzsica suave. Algunos prefieren trucos mas exsticos. !Un
alcohslico recuperado recomienda tomar gingerale con pimienta! En fin, cada cual con lo suyo.
Otros confman en masajes particulares, yoga, o remedios diferentes sugeridos en libros que
tratan de esta materia.
Si la condicisn persiste, puede ser aconsejable consultar un buen midico que esti enterado
sobre el alcoholismo.
De todas maneras, las pmldoras para dormir, cuales quiera que sean, no constituyen la
respuesta para los alcohslicos. Casi invariablemente conducen a la bebida, segzn lo demuestra
nuestra experiencia repetida.
Porque sabemos muy bien qui tan peligrosas pueden ser esas pmldoras, algunos de nosotros
hemos tenido que soportar esta situacisn anormal durante algzn tiempo, hasta cuando nuestros
cuerpos lograron establecer una rutina saludable para el sueqo. Una vez que hemos logrado
superar esa dificultad temporal, cuando el ritmo natural del sueqo se restablece, podemos
verificar que el precio que pagamos bien valma la pena.
Puede ser ztil mencionar tambiin otra curiosidad acerca del sueqo cuando dejamos de beber.
Mucho tiempo despuis de habernos separado de la botella, entre muchos de nosotros se ha
presentado el caso de despertarnos alguna maqana o noche dandonos cuenta que acabamos
de tener un sueqo sumamente vmvido en que nos vemamos bebiendo.
No todos nosotros tenemos esos sueqos. Pero la experiencia de muchos de nosotros nos lleva
a considerarlos como situaciones comunes o inocuas.
La maravilla de un sueqo sobrio, cuando se logra alcanzar, es uno de los grandes placeres al
despertarnos porque no tenemos resacas, ni preocupaciones acerca de lo que nos haya podido
suceder en la laguna de la noche anterior. Por el contrario, significa que podemos encarar el
nuevo dma descansados, esperanzados y agradecidos.
EL PLAN DE LAS 24 HORAS
En nuestros días de bebedores se nos presentaban frecuentemente épocas tan malas que
jurábamos, "nunca más". Hacíamos promesas por términos tan largos como un año, o le
prometíamos a alguien que no volveríamos a tocar el licor durante tres semanas, o tres meses.
Y por supuesto, ensayamos la abstención y contención completas durante diversos periodos de
tiempo.
Con todo, a pesar de nuestras buenas intenciones, el resultado era casi inevitablemente el
mismo. Eventualmente se desvanecía el recuerdo de los votos y los juramentos y todo el
sufrimiento que los había ocasionado. Volvíamos a beber y nos encontrábamos de repente
envueltos en situaciones muy dificultosas. Nuestra época de abstención, ese "nunca jamás",
había sido un tiempo demasiado corto.
Algunos de quienes hicimos ese tipo de promesas, manteníamos una reserva privada: Nos
decmamos a nosotros mismos que la promesa de no beber e aplicaba znicamente al "trago
fuerte", y no a la cerveza o el vino. En esa forma llegamos a aprender, si es que no lo sabíamos
ya, que la cerveza y el vino también podían emborracharnos, y lo único que teníamos que
hacer era beber en mayor cantidad para obtener los mismos efectos que nos producían los
licores destilados. Tanto daño nos hacían la cerveza o el vino como el que nos causaba el trago
fuerte.
Es verdad que otros de nosotros lograron abandonar completamente el alcohol y mantener sus
promesas exactamente hasta la fecha que habían fijado como limite. Luego, la sequía cedía el
paso a una gran inundación de bebida y se encontraban nuevamente en dificultades, pero, en
esta ocasión, con la carga adicional de una nueva sensación de culpa y remordimiento.
Con tales batallas en nuestro pasado, nosotros los A.A. tratamos de evitar las expresiones
"completamente abstemios" y "hacer juramentos". Nos recuerdan todos nuestros fracasos.
Aun si bebimos ayer, podemos decidir no beber el día de hoy. Puede ser que mañana volvamos
a beber. ?¿Quién sabe si estaremos vivos? Pero durante estas 24 horas, decidimos no beber.
No importa cual sea la tentación o provocación, tenemos la determinación de llegar a cualquier
extremo que sea necesario para evitar el beber hoy.
Nuestros amigos y familiares se sienten muy recelosos al escucharnos las promesas de que,
"En esta ocasión realmente voy a cumplir", porque saben que tarde o temprano vamos a llegar
nuevamente borrachos a casa. Por esa razón no les prometemos dejar la bebida. Cada uno de
nosotros se hace la promesa a sm mismo. Son nuestra salud y nuestra vida las que se
encuentran en peligro. Somos nosotros, no nuestros familiares o amigos, quienes tienen la
obligación de dar los pasos necesarios para recuperarnos.
Si el deseo de beber es realmente fuerte, muchos de nosotros dividimos las 24 horas en partes
más pequeñas. Podemos soportar la tensión temporal de no beber durante solo una hora;
entonces, cuando esa hora pasa nos prometemos resistir otra hora mas, y asm sucesivamente.
Muchos de nosotros empezamos nuestra recuperación en esta forma. De hecho, cada
recuperación del alcoholismo ha comenzado con una hora de abstención.
Una versión de este sistema es posponer simplemente la (próxima) bebida.
(!¿Cómo vamos? ?Todavía esta tomándose su jugo de frutas? ?Realmente ha pospuesto esa
bebida que mencionamos en la pagina trece? Si asm es, este puede ser el comienzo de su
recuperación).
La próxima copa podría obtenerse posteriormente, pero en este instante, la posponemos por lo
menos durante el presente día o momento, digamos por el resto de este capitulo.
Si se renueva constantemente, este plan evita la debilidad intrínseca en métodos tales como
hacer promesas o juramentos de abstención. Un periodo de continencia y una promesa pueden
eventualmente tener algún éxito, tal como sé planes, y por consiguiente nos sentiremos libres
para beber de nuevo. Pero el día de hoy siempre esta a nuestro alcance. La vida es cotidiana;
el día de hoy es todo lo que tenemos; y cualquier persona puede permanecer un dma sin
beber.
Primero que todo, tratemos de vivir en el presente para permanecer sobrios. Esto funciona
maravillosamente. Una vez que la idea se ha convertido en parte vital de nuestra manera de
pensar, vemos que la vida en segmentos de 24 horas es también una forma efectiva y
satisfactoria de manejar muchos otros asuntos.
Cuanto primero podamos mantenemos a nosotros mismos será mucho mejor, según lo ha
demostrado nuestra experiencia. Los acreedores casi siempre se sienten contentos al ver que
nosotros estamos haciendo un esfuerzo sincero y honrado para sanear nuestra situación
financiera, aunque sea en médicas cuotas de pago.
Sin embargo, adicionalmente a la comida, el vestido y el alojamiento, hemos visto que existe
una clase particular de gasto, que es de mucho valor para nuestros primeros días de
recuperación. Uno de nosotros nos ha dado permiso para imprimir aquí sus días.
ELIMINAR LA AUTOCOMPASION
Esta emocisn es tan desagradable que nadie que esti en sus cabales quiere admitir padecerla.
Aun cuando estamos sobrios, muchos de nosotros hacemos cuanto esta a nuestro alcance
para ocultamos a nosotros mismos el hecho de que estamos atrapados en una telaraqa de
autocompasisn. No nos gusta que se nos diga que sale a flote esta emocisn, y rapidamente
tratamos de argumentar que estamos experimentando una emocisn distinta a esa tremenda
sensacisn de +pobre de mm;. O podemos tambiin, en un segundo, encontrar una docena de
razones perfectamente legmtimas para sentimos algo tristes por nosotros mismos.
Mucho tiempo despuis de habemos desintoxicado pende sobre nosotros el sentimiento tan
conocido del sufrimiento. La autocompasisn es una arena movediza. El hundimos en ella
requiere mucho menos esfuerzo que la esperanza, la fe, o el simple movimiento.
Los alcohslicos no tenemos este monopolio. Cualquier persona que pueda recordar un dolor o
enfermedad durante la niqez puede probablemente recordar tambiin el alivio de lamentamos
por lo mal que nos sentmamos, y la casi perversa satisfaccisn de rechazar toda clase de
consuelo. Casi todos los seres humanos
Una de las formas que toma la autocompasisn en nosotros cuando dejamos de beber es: +!
Pobre de mm!> ?Por qui no puedo yo beber como todos los demas? ?Por qui me tuvo que
haber sucedido isto a mm? ?Por qui tengo yo que ser un alcohslico? ?Por qui yo?
Ese pensamiento es el gran tiquer de entrada a un bar, pero no es mas. El llorar sobre una
pregunta sin respuesta es como lamentamos por haber nacido en esta era y no en otra, o en
este planeta en vez de haber nacido en una remota galaxia.
Por supuesto, descubrimos que no se trata znicamente del +mm; cuando empezamos a
encontrar alcohslicos recuperados en todo el mundo.
Posteriormente, nos damos cuenta que hemos empezado a vivir en paz con esa pregunta
cuando llegamos realmente a acertar en una recuperacisn agradable, o bien encontramos la
respuesta o simplemente perdemos interis en la investigacisn. Usted reconocera este evento
cuando le suceda.
Muchos de nosotros creemos haber encontrado las razones poderosas que nos llevaron al
alcoholismo. Pero azn en el caso contrario, continza la necesidad mucho mas importante de
aceptar el hecho de que no podemos beber, y actuar en consecuencia. No es realmente una
accisn muy efectiva la de sentamos en nuestra
Algunas personas muestran un celo especial para rociar sal sobre sus propias heridas. A
menudo sobrevive en nosotros una feroz eficiencia en ese juego inztil que proviene de nuestros
dmas de bebedores.
Tambiin podemos desplegar una extraqa capacidad para convertir una pequeqa molestia en
todo un universo de lamentos. Cuando el correo nos trae la cuenta del telifono nos sentimos
abrumados por nuestras deudas, y declaramos formalmente que nunca podremos terminar de
pagar Cuando se nos quema un asado
lo consideramos como una prueba de que nunca podremos hacer algo a derechas. Cuando
llega el auto nuevo decimos confidencialmente: +Con la suerte que yo tengo, algo me va a
suceder;.
Con un recuerdo emocional total, volvemos a vivir cada dma una de esas frustaciones
vmvidamente, ruborizandonos de vergmlenza por las timideces de nuestra niqez, mordiindonos
la lengua por las ideas antiguas, repasando las antiguas disputas, tamblando con temores casi
olvidados, y tal vez llorando de nuevo por un fracaso amoroso de nuestra juventud.
Esos son casos extremos de autocompasisn genuina, pero no son difmciles de reconocer para
aquellas personas que alguna vez han tenido, visto o deseado esa sensacisn lacrimosa. Su
esencia es la autoabsorcisn total. Podemos llegar a sentirnos tan estridentemente preocupados
por nosotros mismos que perdemos el
contacto con todos los demas. No es muy facil congeniar con alguien que actze en esa forma,
excepto un niqo enfermo. Por eso cuando nos sentimos en esa situacisn de +pobrecito yo;,
tratamos de esconderla, particularmente de nosotros mismos, pero no existe forma de libramos
de ella.
Por el contrario, necesitamos arrojar de nosotros esa absorcisn, ponemos de pie y dar una
mirada sincera a nuestro proceder. Tan pronto como conocemos la autocompasisn, podemos
empezar a hacer algo acerca de ella, algo diferente de beber.
Los amigos pueden sernos de mucha ayuda si son lo suficientemente mntimos como para
poder hablarles francamente. Ellos pueden escuchar las notas falsas de nuestro canto de
lamentos y decmrnoslo asm. O probablemente nosotros mismos podemos escucharlas; y
empezamos a poner en orden nuestros sentimientos
Otra arma excelente es el humor. Algunas de las mas resonantes carcajadas en las reuniones
de A.A. se escuchan cuando un miembro describe su zltima orgma de autocompasisn, y los
asistentes nos vemos a nosotro mismos en ese espejo de diversisn. Allm nos vemos hombres y
mujeres adultos envueltos en el paqal emocional de un bebi. Puede ser un choque, pero la
carcajada compartida ahuyenta muchos de los dolores y el efecto final es muy saludable.
Tambiin podemos usar el mismo mitodo para combatir las depresiones de los dmas festivos,
que no suceden znicamente a los alcohslicos. Navidad, aqo nuevo, cumpleaqos y aniversarios
arrojan a muchas personas dentro de las maraqas de la autocompasisn. En A.A. podemos
aprender a reconocer esa antigua inclinacisn para
No hemos hablado hasta ahora acerca de los Doce Pasos ofrecidos por A.A.. como programa
de recuperación del alcoholismo, y tampoco los vamos a enumerar o explicar aquí porque
cualquier persona que tenga curiosidad acerca de esto puede encontrarlos fácilmente en la
literatura de A.A.. Sin embargo, vamos a hablar cerca de su origen, que es sorprendente.
En 1935, dos hombres se reunieron en Akron, Ohio. Ambos eran considerados como borrachos
sin esperanza, lo cual parecía muy vergonzoso a aquellas personas que los conocían. Uno
había sido corredor de bolsa en Wall Street; el otro, un famoso cirujano.
Pero ambos habían bebido casi hasta llegar a extremos mortales. Ambos habían ensayado
"curaciones" diferentes y habían sido hospitalizados una y otra vez. Parecía cierto, aun para
ellos mismos, que se encontraban más allá de toda ayuda disponible.
Persistiendo en esta tarea con el propósito de obtener el beneficio, este grupo desconocido de
ex-borrachos se dio cuenta repentinamente en 1937 ¡que ya había 20 personas totalmente
abstemias! No podemos culparlos por haber creído que se había operado un milagro.
Escribieron que la senda hacia la recuperación que ellos habían seguido constaba de doce
pasos, y manifestaron que cualquier persona que pudiera seguir esa senda podía alcanzar la
misma meta.
Este número se ha incrementado ahora hasta casi un millón de personas. Y todas son
prácticamente unánimes en su convicción: "La experiencia práctica demuestra que nada puede
asegurar tanto la inmunidad hacia el alcohol como el trabajo intensivo con otros alcohólicos.
Esta es una actividad que funciona cuando todas las demás fallan".
Muchos de nosotros habíamos sido luchadores durante mucho tiempo. Una y otra vez,
habíamos tratado de dejar de beber, solo para volver a la bebida tarde o temprano y
encontramos en problemas siempre crecientes. Pero los Doce Pasos de A.A.. marcaron
nuestra senda hacia la recuperación. Ahora, ya no tenemos que seguir luchando. Nuestra
senda está abierta para todos los que deseen seguirla.
La mayoría de nosotros teníamos una vaga idea de lo que era realmente A.A.. antes de que
ingresáramos a esta Comunidad.
Ahora nos damos cuenta que continúa flotando en el ambiente una mayor cantidad de mala
información que de verdad acerca de A.A..
Por eso, si usted no ha tenido una impresión de primera mano de nuestra Comunidad,
podemos imaginamos algunas de las impresiones distorsionadas y falsas que le pueden haber
llegado, ya que a nosotros mismos nos llegaron en su oportunidad.
Para obtener realmente una representación adecuada y justa de A.A.. puede utilizarse la fuerza
de voluntad en una magnífica forma. Sabemos con toda seguridad que los alcohólicos tienen
un fuerza de voluntad tremenda. No es más que considerar las múltiples formas en que nos las
arreglábamos para obtener un trago desafiando abiertamente todas las circunstancias visibles.
El solo hecho de tener que levantamos aquellas mañanas, en que sentimos un riel de acero
dentro de nuestro estómago, con los dientes apretados, y sintiendo cada uno de nuestros pelos
electrizados, requiere una fuerza de voluntad que muchos no bebedores ambicionarían.
Cuando hemos logrado por fin levantamos en esas terribles mañanas, la capacidad para
soportar nuestra cabeza durante todo el día es una prueba adicional de esa fuerza de voluntad
fabulosa. Realmente, los bebedores tienen fuerza de voluntad.
El truco que aprendimos fue poner a funcionar esa fuerza en beneficio de nuestra salud y hacer
que pudiéramos explorar las ideas de recuperación a una gran profundidad, aun cuando en
ocasiones pudiera habemos parecido tarea muy laboriosa.
Tal vez pueda ayudarle recordar que los miembros de A.A.. no estamos ansiosos por hacerle
muchas preguntas. Puede parecer inclusive que tal vez no le prestemos demasiada atención,
sino que gastamos demasiado tiempo tratando de explicarle usted los hechos de nuestra propia
enfermedad. Como usted ya sabe, estamos en búsqueda de nuestra recuperación y por lo
tanto hablamos mucho para nuestro propio beneficio. Deseamos ayudarle, pero sólo si usted
nos permite ayudarle.
No importa cuál sea la definición que mejor se ajuste a nuestro caso. nos damos cuenta de que
éramos excesivamente egocéntricos, preocupados exclusivamente por nuestras sensaciones,
nuestros problemas, y la reacción que la otra gente tuviera respecto a nosotros y nuestro
pasado y futuro. Por eso, el tratar de ponemos en comunicación con otras personas y tratar de
ayudarles es una medida de la recuperación, porque nos ayuda también a salir de nuestro
círculo interior. Nos produce un gran beneficio el tratar de aliviamos por medio de la ayuda a
otras personas, aun cuando parezca un gesto egoísta. Ensáyelo usted mismo.
Si usted escucha con atención lo que se dice, podrá apreciar que la persona que habla se ha
deslizado dentro de su propia mentalidad y parece estríe describiendo el paisaje que existe allí,
las formas cambiantes de temores incógnitos, el calor y el frío de la muerte inminente, cuando
no los eventos y palabras realmente almacenados en su cerebro.
Ya sea que esto suceda o no, casi seguramente podrá lograr una buena carcajada en
compañía de los a.as., y tal vez podrá escoger un par de ideas que le permitirán lograr la
abstención.
Pero cualquiera que sea su decisión, recuerde que el poner a disposición de otros esas ideas
es uno de los pasos hacia nuestra recuperación.
SE AJUSTE A SU PERSONALIDAD
Esperamos que este folleto le haya aclarado suficientemen te que nosotros no consideramos la
bebida como un tema frívolo o de menor cuantía. El alcoholismo merece y obtiene gran
atención por nuestra parte. No nos parecen muy graciosos los chistes que se dicen acerca de
los alcohólicos que sufren, y sólo nos reimos de aquello que nosotros mismos contamos desde
nuestra posición de abstemios. No nos parece divertido ver a alguien que se va destruyendo
por la bebida. Eso seda lo mismo que hacer chistes sobre la ruleta rusa.
A pesar de nuestra seria actitud hacia el alcoholismo, usted verá que generalmente hablamos
con gracia y humor de nuestro pasado y de nuestra recuperación. Este es un enfoque
saludable, y creemos que no debilita nuestra resolución para adquirir la abstención y
mantenerla.
Muchos de nosotros hemos visto la muerte muy cercana. Conocemos la clase de sufrimiento
que estremece los huesos. Pero también hemos conocido la clase de esperanza que hace
cantar al corazón. Y esperamos que este folleto haya waldo para usted más motivo de estímulo
que de dolor Si usted es un bebedor problema, ya sabe suficientemente lo que son el dolor y la
soledad. Nos gustada que usted encontrase algo de la paz y del bienestar que nosotros hemos
encontrado al afrontar la realidad de los altibajos de la vida con una mente clara y un corazón
seguro.
Sin duda, hemos hecho sólo un tímido comienzo en el negocio de la sobriedad. Una y otra vez
hemos aprendido ideas adicionales que pueden ayudamos.
Cuando usted empiece su recuperación, podrá pensar nuevas ideas que no hemos incluido
aquí. Así lo esperamos. Y esperamos también que cuando usted adquiera ideas novedosas
sobre este tema, las transmita a los demás. Por favor, compártalas. (Hay que recordar que el
acto de compartir es por si mismo muy provechoso para usted). Mientras más experiencias
podamos acumular, será mayor el número de bebedores problema que podremos ayudar.
Algunos de nosotros hemos vuelto a la bebida por algún tiempo antes de obtener un anclaje
real en la sobriedad. Si esto le sucede, no se desespere. Muchos de nosotros hemos pasado
por esta situación y llegado finalmente a encontrar éxito en nuestra sobriedad. Trate de
recordar que el alcoholismo es una condición humana sumamente seria, y que las recaídas son
tan posibles en ésta como en cualquier otra enfermedad. Pero a pesar de ellas siempre podrá
lograrse una recuperación.
Aún después de las recaídas, si usted continúa deseando recuperarse, y trata con buena
voluntad de ensayar nuevos enfoques, nuestra experiencia nos ha convencido de que usted se
ha embarcado con millares de compañeros en una senda hacia el destino feliz y saludable.
Esperamos verlo entre nosotros personalmente.
Pero sea cual fuere la senda que usted escoja, por sí mismo o en nuestra compañía, siempre
tendrá nuestros más fervientes deseos por su bienestar.
Algunas de esas drogas, según entendemos, tienen un valor legítimo y son muy benéficas
cuando son recetadas por los médicos, se usan únicamente según las instrucciones, y se dejan
cuando ya no constituyen una necesidad terapéutica.
En nuestra calidad de simples miembros de A.A... no estamos calificados para recomendar
medicinas. Ni nos sentimos con autoridad para aconsejarle a alguien que no tome una dosis
que le ha sido prescrita con recetas adecuadas.
a las nuestras, no las conocemos, y, en todo caso, no tenemos la autoridad ni el deseo para
oponemos o apoyar tales puntos de vista. Nos regimos únicamente por nuestras propias
observaciones y nuestros propios descubrimientos subjetivos.
Debemos hacer notar, sin embargo, que un gran grupo de médicos que a la vez son alcohólicos
recuperados han preparado un folleto A.A... EL miembro de A.A... y el abuso de los
medicamentos y otras drogas; en el cual apoyan fuertemente
nuestras conclusiones.
Evidentemente, el fuerte deseo, o casi la necesidad de tales substancias psicoactivas (esto es,
que afectan la mentalidad) puede convertirse en una profunda motivación para cualquiera que
sea un bebedor fuerte.
Por ese motivo hacemos todo cuanto esta a nuestro alcance para evitar la marihuana, la
cocaína, el hachís, los alucinógenos, los calmantes, los barbitúricos, y aún las píldoras de
receta que pueden alterar nuestro sistema nervioso central.
Aun para aquellos de nosotros que nunca se vieron esclavizados por este tipo de sustancias,
es muy claro que representan un peligro potencial y real, puesto que lo hemos visto
demostrado una y otra vez. Parecen despertar nuestra antigua necesidad de una magia oral;. o
alguna clase de excitación o paz. Y si logramos contenerlas al punto de usarlas solamente una
o dos veces, frecuentemente parece que es mucho mas fácil tomamos un trago.
A.A... no es una logia anti-droga o antimarihuana. Como Comunidad no tenemos una posición
moral o legal ya sea a favor o en contra de la hierba o de cualquier sustancia similar. (Cada
miembro tiene el derecho, como cualquier otra persona adulta, para tener su propia opinión
acerca de estos temas, y tornar la acción que le parezca conveniente).
En cierto sentido, esto es similar a la posición de los miembros de A.A... (o probablemente sea
mas adecuado la no posición) acerca del trago y de la bebida en general. Como Comunidad no
somos antialcohólicos, ni estamos en contra de la bebida para los millones de personas que la
pueden utilizar como un adorno social en sus vidas, sin causar perjuicio a sm mismos y a los
demás. La mayoría, aunque no todos, de los que hemos estado sobrios durante algún tiempo,
sentimos agrado en servir bebidas en nuestros hogares a los invitados no alcohólicos. Para
ellos, beber o no beber es un derecho. El no beber, o beber si asm lo preferimos, es un derecho
nuestro, y no nos preocupamos por lo que hagan los demás. Hemos llegado a la conclusión,
para nosotros solamente, que la bebida no es buena para nosotros, y hemos encontrado
formas de vivir sin ella que preferimos en todo instante a nuestros días de bebedores.
No todos, pero si muchos alcohólicos recuperados creen que el metabolismo de sus cuernos
ha llegado a ser resistente permanentemente a las drogas que calman el dolor, y por
consiguiente necesitan dosis adicionales cuando requieren un analgésico o un anestésico para
propósitos médicos.
Algunos de nosotros tienen reacciones adversas a las anestesias locales administradas por el
dentista. Por lo menos, la silla del dentista nos pone muy nerviosos. Y esa condición puede
duramos algún tiempo, a menos que dispongamos de algún método para desvanecer ese
nerviosismo. (En tales ocasiones es muy sedante la compañía de otro alcohólico en
recuperación).
Otros miembros de A.A... no padecemos este tipo de reacciones, y no tenemos idea acerca de
cómo prevenirlas cuando se presentan. De todas maneras, es aconsejable informar al dentista
o al anestesista sobre la verdad acerca de nuestra condición alcohólica (y consumidora de
drogas, si es el caso), asm como nos aseguramos de que ellos conozcan toda nuestra historia
clínica previa.
Los dos ejemplos siguientes parecen ser muy típicos entre las experiencias de A.A... con las
drogas psicotrópicas (o sea que afectan la mentalidad) diferentes al alcohol.
Uno de nosotros, abstemio durante treinta años, decidió ensayar la marihuana, que nunca
había fumado previamente. Durante muchos meses gozó los efectos y le fue posible utilizarla
en ocasiones sociales sin ningún problema aparente. Luego alguien le sugirió que una copa de
vino podría hacerlo sentir aún mejor, y il siguió el consejo sin pensar en los efectos que podría
tener según su larga historia de alcoholismo. Después de todo, únicamente se trataba de dar
un sorbo de un vino suave con su dosis de marihuana.
La otra historia trata acerca de una mujer joven, abstemia durante diez años, quien tuvo que
ser hospitalizada para una cirugía delicada. Su médico, que era un experto en alcoholismo, le
dijo que después de la operación seria necesario suministrarle una pequeña dosis de morfina
para aliviarle el dolor, pero le aseguró que después de una o dos dosis no la necesitaría mas.
Ella nunca había usado en su vida nada mas fuerte que la aspirina, cuando se le presentaba
ocasionalmente un dolor de cabeza.
La noche siguiente a la operación, ella le pidió al doctor una dosis mas de morfina. Ya le había
suministrado dos, y por eso el médico le preguntó, ¿Siente dolor?; No, replicó ella. Luego
añadió inocentemente, Pero podrma presentarseme mas tarde;.
Cuando el médico sonrió, ella se dio cuenta de lo que había dicho, y lo que significaba eso. Su
mente y su cuerpo estaban ya en alguna forma pidiendo la droga.
Ella se rió y no insistió mas, y desde entonces no ha tenido ese deseo. Cinco años después
continúa sobria y saludable. Ella narra este incidente para ilustrar su propia creencia en la
propensión hacia la adicción; que puede presentársele a cualquier persona que haya tenido
problemas con la bebida.
Vemos que es para nosotros virtualmente imposible utilizar substancias que alteren el animo,
totalmente de acuerdo con las instrucciones del médico. Tenemos la tendencia a desear y
tomar demasiado, y mas frecuentemente, y con ello se nos acerca peligrosamente el peligro
potencial de volver a beber.
Por todo esto, la mayoría de nosotros tratamos de asegurarnos de que el médico que nos trate
comprenda totalmente nuestra historia personal, y comprenda nuestras convicciones acerca de
la medicación. A menos que estemos en un hospital, donde la administración de la droga
necesaria puede ser controlada estrechamente por personas expertas, y no por nosotros
mismos, hemos encontrado
que es muy aconsejable no arriesgamos en tornar ninguna droga que pueda alterar nuestras
sensaciones. Tratamos de evitar los jarabes para la tos que contienen alcohol, codeína o
bromuros, y todas las cápsulas, píldoras, agujas, vapores, polvos, anestésicos sintéticos,
líquidos y demás sustancias que son tan libremente vendidas por farmacéuticos no autorizados
o anestesiólogos aficionados.
No es muy difícil, según hemos visto, evitar esos peligrosos contactos con el desastre
basándonos únicamente en razones de salud, y no de moralidad. Hemos encontrado una clase
de vida libre de las drogas que, para nosotros, es mucho mas satisfactoria que cualquiera de
las clases de vida que puedan experimentarse
La magia; química que derivamos del alcohol (o de sus sustitutos) esta encerrada dentro de
nuestras mentes. Nadie podía compartir las sensaciones placenteras que ocurrían en nuestro
interior Ahora gozamos compartiendo con los demás nuestra felicidad natural, y sin necesidad
de substancias extrañas.
Los sustitutos para la bebida simplemente no nos interesan, ahora que conocemos en qué
consiste realmente la vida genuina.
EVITAR EL PRIMER TRAGO
Unas expresiones que se oyen constantemente en A.A. son: "Si usted no ingiere el primer
trago, nunca se emborrachara", y "Un trago es excesivo, pero veinte pueden no ser
suficientes".
Muchos de nosotros, cuando comenzábamos a beber, nunca deseábamos tomar mas de una o
dos copas. Pero, a medida que el tiempo fue pasando, incrementábamos el número. Luego, en
años posteriores, nos encontramos bebiendo cada vez mas, y algunos de nosotros llegamos a
emborracharnos y a permanecer en ese esta durante lapsos considerables. Tal vez nuestra
condición no siempre se mostraba en nuestra forma de hablar o nuestra apariencia personal,
pero por aquella época nunca estábamos realmente sobrios.
Si ese estaba llegaba a molestarnos, podíamos disminuir o cortar del todo, o tratar de limitarnos
a una o dos copas, o cambiar del licor fuerte a un licor más suave como cerveza o vino. Por
último, tratábamos de limitar la cantidad, buscando en ese forma evitar las borracheras fuertes
y desastrosas. O tratábamos de esconder a los demás nuestra situación.
Pero todas esas artimañas se nos fueron haciendo mas y más difíciles. Ocasionalmente,
llegábamos a interrumpir totalmente el consumo alcohólico y durábamos algunos días sin beber
en absoluto.
Eventualmente retornábamos a la bebida, siempre pensado en tomar una sola copa. Y puesto
que esa copa aparentemente no nos causaba graves perjuicios, nos centramos tranquilos y
seguros al tomar otro trago. Es probable que con eso nos contentáramos en esa determinada
ocasión, y era muy confortante saber que podíamos limitarnos a una o dos copas y luego parar.
Algunos de nosotros lo hicimos muchas veces.
Pero la experiencia probo ser engañosa. Nos persuadía de que podíamos beber sin que nos
pasara nada malo, y luego se presentaba la ocasión (alguna celebración especial, una perdida
personal o un evento sin significación particular) cuando dos o tres tragos nos hacían sentir
bien y, por consiguiente, pensábamos que uno o dos mas no nos harían daño. Y sin ninguna
intención, en absoluto, nos vimos nuevamente bebiendo en forma exagerada. Volvíamos a
estar en la misma situación de antes: bebiendo en abundancia sin desearlo realmente.
Tantas y tan repetidas experiencias nos han forzado a llegar a esta conclusión de lógica
indisputable: Si no ingerimos el primer trago, nunca podremos emborracharnos. Por
consiguiente, en lugar de planear no volver a beber nunca, o tratar de limitar el número de
tragos o la cantidad de alcohol, hemos aprendido a concentrarnos en evitar únicamente una
copa: la primera.
Suena como algo demasiado simplista y trivial, ?verdad? Es ahora muy difícil, para muchos de
nosotros, entender que nunca nos dimos cuenta de esta verdad tan simple antes de ingresar en
A.A. (Por supuesto, sm hemos de ser francos, nosotros nunca quisimos dejar el alcohol por
completo, y solo vinimos a hacerlo cuando aprendimos acerca del alcoholismo). Pero el punto
principal es este: Ahora sabemos muy bien que es lo que realmente funciona.
En lugar de tratar de imaginarnos cuantos tragos podemos manejar a salvo (?cuatro? ?Seis? ?
Una docena?) Recordamos "No tomar esa primera copa". Asm de simple. Él habito de pensar
en esta forma ha ayudado a centenares de miles de nosotros a permanecer sobrios y
abstemios durante muchos años.
Los médicos expertos en alcoholismo nos informan que hay un fundamento medico par evitar la
primera copa. Con ese primer trago se aprieta el gatillo para disparar, inmediatamente o algún
tiempo después, la compulsión de beber mas y más hasta encontrarnos en problemas
causados por la bebida. Muchos de nosotros hemos llegado a creer que nuestro alcoholismo es
una adicción a la droga alcohol. Al igual que los adictos a cualquier clase de droga que deseen
mantener la recuperación, tenemos que alejarnos de la primera dosis de la droga que nos ha
esclavizado. Nuestra experiencia parece confirmar esto, como puede usted leer en el libro
"Alcohólicos Anónimos" y en nuestra Publicación "Akron 1935", y puede escucharlo
dondequiera que se reúnan miembros de A.A. a compartir sus experiencias.