Enciclopedia - Uruguaya - 49 La Universidad

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La Universidad

Blanca Paris de Oddone

La Universidad latinoamericana tiende, en las últi-


mas décadas, a una revisión de sus supuestos tradicio-
nales, a un replanteo de sus relaciones con la comuni-
dad que la circunda, al reajuste de sus ciclos profesio-
nales ante los avances de la revolución tecnológica de
nuestro tiempo.
Consecuente con ese programa, nuestra Universi-
d:¡d a partir de las posibilidades que le deparó la ley
orgánica de 1958, viene tentando un reordenamiento de
su estructura y de los propósitos que definen a nuestra
enseñanza superior. No deja de ser significativo que la
Universidad se vuelva sobre sí misma en momentos en
que el Uruguay se estanca en una crisis que acentúa
las contradicciones de su economía dependiente y a la
vez amenaza marginar al país de un proceso tecnológico
decisivamente ligado al desarrollo.
La crisis actual, y el hecho es reconfortante, vuelve
a mostrar a la Universidad ligada al destino de su comu-
nidad. Si la penuria de recursos retacea las posibilidades
de cambio, la situación nac:onal plantea reclamos impe-
rativos. Vivimos en un país que revela un alarmante
estancamiento demográfico; que no logra quebrar la
sujeción al comercio exterior sobre la precaria base de
sus productos tradicionales; y que desde hace más de
una década padece una de las más graves coyunturas
de su historia. En tales circunstancias, la Universidad
no podía autorrelegarse al sereno ejercicio de sus fun-
ciones académicas tradicionales.
Por eso, en esta apretada síntesis hemos preferido
enfocar la evolución histórica de la Universidad desde
el ángulo de sus relaciones con la soc:edad que la rodea
y en función de los fines determinados que se ha venido
planteando a lo largo de su ya casi siglo y cuarto de
vida institucional.
LOÚJI de la UlIit'erúdad de la República bacia 1849.
Hicto que en el campo educacional alcanzaba entonces
contornos significativos dividiendos al jesuitismo y al libe-
ralismo masón.
Intérpretes de aquel espíritu que asignaba a la edu-
cación un potencial decisivo de cambio, Manuel Herrera
y Obes, canciller de la Defensa, y el sacerdote exilado ar-
gentino Luis José de la Peña, fueron los personajes señeros
que dieron forma concreta a la Universidad y determinaron.
su instalación en 1849.
Siguiendo el ya clásico modelo francés de la Univer-
La Universidad Mayor de la República -como dio sidad napoleónica, el reglamenta inicial de ese año, confió
en llamarse en su primera ley orgánica-, reclamada desde a la Universidad Mayor de la República, la totalidad de
tiempo atrás por algunas figuras eminentes de la política las ramas de la enseñanza, erigiendo así el monopolio esta-
oriental, vino a plasmar jurídicamente en una ley que, tal de la educación. Hasta 1877 -al sancionarse la Ley
aprobada en 1833, vio postergar su cumplimiento hasta de Educación Común- la enseñanza primaria continuará
1838, cuando el Presidente Oribe decretó su acto funda- dentro de la Universidad; recién en 1934 se le segregará
cional, complementado con la definitiva instalación en 1849. la enseñanza media.
De tal modo, con veinte años de vida independiente, Ordenamiento y planes resultaron demasiado ambicio-
el país erigía su primer centro educacional superior. Ya sos para los recursos de que disponía el país a mediados
lejano antecedente, las cátedras del San Bernardino, que del siglo pasado, en momentos en que tambalea hasta la
funcionaron en las postrimerías del siglo XVIII, recorda- propia nacionalidad por obra de las implicaciones de la
ban inquietudes intelectuales de los años crepusculares de guerra civil.
la ciudad colonial que pugnaba por abrir su puerro al co- Las aulas comenzaron a funcionar previa conquista,
mercio con el mundo. poco menos que a mano armada, de un viejo local de la
Si hacia mediados del XIX Montevideo había modi- calle Sarandí y Maciel, que ocupaban los Jesuitas en la
ficado su propia imagen, las turbulencias políticas que afec- antigua Casa de los Ejercicios. Los años iniciales fueron
taban por entonces al Río de la Plata, aporraron su inevi- difíciles y opacos, de mera sobrevivencia. El complejo hori-
table incidencia en el proceso cultural uruguayo. Corrían zonte político que presidió el ensayo de organización na-
los tiempos de la Guerra, cuando los vaivenes de la lucha cional luego de la Paz de Octubre de 1851 derivó los
antirrosista empujaron una emigración política destinada a esfuerzos de las autoridades del cuerpo universitario hacia
proyectar su brillo intelectual sobre la ciudad sitiada. La otras tareas públicas. Privada de cuadros dirigentes, de im-
presencia de Mármol y los Varela, Echeverría y' Alberdi, pulsos y de recursos, sin alumnado casi, la vida universitaria
entre ocros, conmocionó a poco, nuestro ambiente urbano, aquejada asimismo por crisis internas intermitentes, lan-
tan receptivo a las corrientes europeizantes. Junto a Juan guideció en una anodina actividad académica, apenas sin-
Carlos Gómez, Alejandro 1fagariños Cervantes y Manuel gularizada por colaciones de grado o algunos exámenes.
Herrera y Obes, aquellos proscriptos vocearon en Monte- generales, en su única Facultad superior, la de Derecho.
video las consignas del liberalismo y del romanticismo. Habría de trasponerse la década del 60 para que la
En ese clima llegaron también entonces los ecos del con- institución comenzara a andar.

163 I
j
Dos hechos significativos le darán con todo, fisonomía Con Francisco Lavandeira, cuya actividad se proyecta
en estos años primiciales. Por un lado, la implantación del e~ el aula, la prensa y la militancia política, se emprende
espirimalismo ecléctico a través del magisterio de Plácido desde la cátedra universitaria a partir de 1873, una severa
Ellauri que, desde la cátedra de filosofía, como sostiene diagnosis de la situación económico - social del país. Su
con acierto Ardao, define la organización mental de toda análisis de los factores estructurales de la vida rioplatense,
una época proyectando su influencia, más allá del aula, a insólito para un liberal de su tiempo, aporta un impaCto
diversos planos de la vida nacional. Por el otro, la insta- esclarecedor en el proceso de .nuestro autoconocimiento. La
lación de la cátedra de Economía Política, conquista me- indiscutible vigencia del testimonio de Lavandeira, -a casi
diante la cual la Universidad Vieja define el derrotero un siglo de distancia- nos identifica históricamente con
liberal que encuadra su fisonomía histórica del siglo XIX. la realidad de nuestro subdesarrollo.
Con las lecciones de Carlos de CastrO, que traducían Su trágica muerte, el 10 de enero de 1875 en el atrio
el economismo ultraliberal italiano de las aulas de Génova de la Catedral, augura una honda crisis: la caída institu-
y Turín, penetran principios de marcada orientación libe- cional del Principismo, el destierro de sus más calificadas
ral: rechazo de la dictadura en materia de gobierno; de figuras, la inseguridad de la campaña conmovida por una
todo monopolio en economía; exaltación de la teoría polí- nueva insurrección armada, la retracción del comercio, los
tica que reduce al 1,Iobierno a simple guardián de los dere- amagos del curso forzoso y el empapelamiento, recortan
chos del individuo, negando los fines secundarios del Es- la fisonomía del Año Terrible. Para la élite formada en
tado; la sublimación de la persona humana, del derecho la Universidad, educada en las aulas de Plácido Ellauri y
individual -esencia misma de la libertad-; conceptos estos Pedro Bustamante profesando la intransigencia absoluta de
últimos que con renovado lenguaje venían a reiterar los los principios, la situación que siguió al pronunciamiento
esbozados en las cátedras de filosofía y de Derecho Namral. militar del 15 de enero de 1875 significó un rudo con-
Carlos María Ramírez y Daniel Muñoz mediante la traste. Para los más alertados, implicó la reconsideración
viveza de sus respectivos testimonios consignan la verda- de toda una filosofía política. Si algunos siguieron todavía
dera revolución mental que operan aquellas ideas en el pensando que la situación de hecho sólo se explicaba por
pacato ambiente de la antigua Casa de los Ejercicios, "dila- la violación de rígidos principios de orden político, para
tando y transformando su pobrísimo recinto, cubierto toda- Otros superando el esquema simplista, la reflexión sobre el
vía por las telarañas de la superstición". presente remontó la historia de la República más allá de
Economía Política seguirá siendo por largo tiempo la sus recientes desventuras, otorgando entonces una desusada
cátedra medular, difundiendo su profesión de fe liberal al perspectiva a la apreciación de la realidad. Ante el análisis
tiempo que arraigan las ideas del chileno Francisco Bilbao de los universitarios más jóvenes -los que por su edad
y la juventud racionalista -un puñado de estudiantes uni- habían orillado los últimos conflictos de partido- la visión
versitarios- abjura de la religión revelada. del país y sus problemas comenzó a cobrar profundidad
retrospectiva en la medida en que la crisis imponía una
serie de interrogantes.
Precisamente entonces las lecciones de Carlos M~ de
Pena, que sucede a Lavandeira en la cátedra de Economía,
significaron toda una respuesta de la Universidad ante la
realidad inmediata del país. Para de Pena, el estado de la
sociedad oriental constituía el problema clave, de cuya solu-
ción hacía responsables a todos los jóvenes que pasaran
por las aulas universitarias. Inmigración y población, inci-
dencia del latifundio, fomento de la riqueza agraria, desa-
rrollo industrial, son sus tópicos centrales de clase. También
propone un programa de acción: ni una legislación adecua-
da, ni la influencia de los partidos políticos ofrecen salidas
viables para el país, sostenía de Pena, mientras la juventud
no tome conciencia y se prepare para llevar a cabo lo que
él llama "El programa de redención social". Desde la cáte-
dra trata de demostrar que la raíz de nuestra cuestión social
se encuentra en la tenencia de la tierra, en la inadecuada
política original de concesión y en su defectuosa distribu-
El t'ieio edificio IJlIit 1erJJtariu. después de JtI ampliación, tra1/J- ción que en 1876 subraya como "opresiva" para el progreso
formado en sede de la Facultad de Afedicina. económico y el desarrollo social del Uruguay.

164
filiación de sus cuadros dirigentes, resultan inseparables de
una mentalidad universitaria que se proyectó, a través de
ellos, al plano de la vida cívica como respuesta al dilema
de las divisas tradicionales. Por lo demás, Lavandeira y Vás-
quez Acevedo en el nacionalismo, Carlos María y Gonzalo
Ramírez, Eduardo Brito del Pino y José M~ Castellanos en
el Club Radical; José Pedro Ramírez, Julio Herrera y Obes
y Pablo De María en el principismo colorado, entre tantas
Esa Universidad, que difunde los postulados de .una figuras reconocibles por una común formación universitaria,
concepción espiritualista y liberal y promueve nuevos pro- ejemplifican, aun con desigual consecuencia, el acuerdo po-
gramas reformadores, por lo menos desde el ángulo de sible entre la rigidez inmutable de ciertos dogmas éticos y
algunas de sus cátedras, asiste hacia 1884 a la clausura de filosóficos y las exigencias de la acción política inmediata.
su primera etapa institucional. La que ha dado en llamarse Desde otro punto de vista, no podría omitirse la sig-
la época de la Universidad Vieja se cierra así con la desti- nificación de la campaña racionalista en la segunda mitad
tución del RectOr, José Pedro Ramírez, celoso defensor de del siglo, campaña en la que correspondiÓ una decisiva
la autOnomía universitaria al cabo de una verdadera crisis participación militante a la Universidad. El aula de filo-
de relaciones con el gobierno del General Santos. No era sofía promovió la definición de la conciencia liberal en
la primera vez que se producía un enfrentamiento seme- materia religiosa. La concurrente influencia de Bilbao, Re-
jante (la Universidad había sido intervenida en 1864 por nan y Quinet hizo temprana eclosión en el Club Racio-
el gobierno de Aguirre), pero en tiempos de Santos el nalista de 1872 para difundirse luego desde la tribuna del
episodio tuvO una honda repercusión y por una serie de Club Universitario o del Ateneo, en abierto enfrentamiento
circunstancias señala un cambio en la vida institucional de con la religión oficial. La conquista de las leyes civiles de
nuestra casa de estudios. 1884 sella una etapa decisiva de este proceso de liberali-
La destitución de Ramírez marca, convencionalmente, zación. Postura de vanguardia de los universitarios y de los
el ocaso de aquella temprana etapa histórica de la Uni- activos centros liberales, el racionalismo religIOSO no logró,
versidad. La definición política de la institución, ya en el sin embargo, conmover a fondo la fe católica que, aunque
terreno ideológico, o en la militancia práctica, es pues una atenuada, siguió predominando en la masa de la población
de las características más singulares de su proyección social durante el siglo XIX. En cambio, la derivación del libre-
durante este período. La dependencia doctrinaria y los múl- pensamiento en materia educacional tuvo una incidencia
tiples vínculos que relacionan a los partidos de principios social más directa. Los supuestos del racionalismo animaron
con la Universidad, parecen hechos indiscutibles. Por lo decisivamente las reivindIcaciones del laicismo, consagradas
prontO, el Partido Radical de 1872, y el Constitucional de en la ley de Educación Común inspirada por José Pedro
1880, tantO por su origen y sus programas como por la Varela en 1877.

166
c,ZlriCtlttu,'a del Dr, Alfredo VtÍsquez Acevedo (Rojo y Blanco, 1902),

A comienzos de 1885 -el hecho parece augural- la


Universidad abandona su vetusto recinto de Sarandí y Ma-
ciel para buscar en la ciudad nueva (calle Uruguay y Con-
vención) un local más adecuado a sus ambiciosas reformas.
Reglamentos, programas, textos, laboratorios" régimen disci-
plinario acusan el impacto de una nueva concepción edu-
cacional. Es la Universidad de Alfredo Vásquez Acevedo.
La imposIcIon positIvIsta en el gobierno de la Uni- Con sólo dos breves intervalos, Vásquez Acevedo dirigió
veJrsiciad escinde en doble perspectiva, su vida hist.órica del los destinos de esta casa de estudios durante tres lustros.
La nueva pedagogía buscó para la enseñanza fines más rea-
nueva Universidad insurge en la década del 80 listas, no siendo por otra parte ajena a este movimiento
sentido predominantemente utilitario y profesiona- de incentivación científica la insinuante influencia que iban
en momentos en que el país reajusta su fisonomía alcanzando las Universidades anglo-sajonas en el mundo
sus estructuras materiales alteradas por una latino. La idea clave de la reforma en cuanto a enseñanza
prc)lolagalda crisis. La coyuntura de 1885, fecha en que se secundaria apuntaba a cambiar la condición pasiva del estu-
ap:rue,ba una nueva ley orgánica de la Universidad, marca diante en el proceso de su educación.
el comienzo de la hegemonía del positivismo La Facultad de Medicina, además, dará una nueva
fisonomía a la institución: fundada en 1876 con el con-
En su estudio sobre Espiritualismo y Positivismo, Ardao curso de algunos médicos extranjeros, languidecía sin mate-
una sugestiva reconstrucción del clima mental en riales de trabajo, con un precario cuerpo docente, en pugna
se gestó la reforma. Las páginas de Ardao reviven la constante con la Comisión que administraba su modesta clí-
pOJlérr.lica que llegó hasta el parlamento nacional, las répli- nica de trabajo en el Hospital de Caridad.
contrarréplicas ~e la prensa donde los dos bandos El espíritu ciencista de la época y los recursos obte-
ufiive,rsitarios ventilan su contienda; las marchas y COntra- nidos por Vásquez Acevedo se conjugan con el nuevo im-
II1a..rchllS del Consejo que logra reformas de planes y cam- pulso que aportan a las aulas los primeros médicos uru-
estructura. "Fenómeno único y emocionante en la guayos formados en la Salpetriere o en el Hotel Dieu de
de nuestra cultura --c()ncluye Ardao-, insospe- París, y que regresan al país animados por el propósito
por las generaciones actuales y en cualquier caso firme de organizar su propia Facultad de Medicina. Se pro-
de comprender. Surgen allí con el alma de una época, duce lo que alguien llamó la "nacionalización" de la Facul-
el sentido revolucionario que tuvieron ciertos aspec- tad, accediendo a sus cuadros docentes y a las clínicas suce-
la filosofía científica y relativista del siglo XIX, al sivas y brillantes promociones médicas, integradas, entre
COllm.OVler más que las concepciones intelectuales, el antiguo tantos otros, por Visca, Carafí, Regules, Soca, Navarro, Sco-
absolutismo moral de la conciencia humana". seria, Ricaldoni y los Quintela más tarde. La investigación
se pone en marcha en algunas ramas de las ciencias médi·
caso Se funda por entonces en la Universidad el primer
Laboratorio dedicado a la bacteriología; dirigido por José
Arech~valeta, sería la base del futuro Instituto de Higiene
Expenmental, el primero en su género en América Latina,
con el que la Universidád abría el camino para hacer de
ella un centro de investigación científica, además de un
instituto de enseñanza.
, El Rector consigue ampliar, en fuertes sumas para la
epoca, el presupuesto universitario, promoviendo nuevas Al filo del 900 empiezan a debatirse en el ambiente
vías al desarrollo profesional mediante la fundación de universitario ciertos problemas que implican nllevamente
la Facultad de Matemáticas (1887), que abarcaría las ca- replanteos de sistemas de valores, concepciones pedagógi-
rreras de ingeniero, arquitecto y agrimensor. cas, cuestiones de organización. Las ideas y los criterios
La enseñanza experimental cargó su acento en las Fa· prácticos del positivismo afrontan entonces una crisis defi-
cultades de Medicina y de Matemáticas, pero dejó sentir nitiva. El spencerianismo pontifica todavía en las aulas de
también sus efectos en la Enseñanza Secundaria donde se Derecho, pero sin embargo ya un joven estudiante llamado
ramificaron las materias científicas. Por entonces, Spencer Emilio Frugoni "osaba introducir a Marx en ese como
y Darwin consolidaban su predominio en el aula de Filo- templo de la doctrina económica conservadora del indivi-
sofía, en la de Derecho Natural y en la de Economía Polí- dualismo liberal".
tica de la Facultad de Derecho. La Universidad, además, A esta altura el país acusa cambios singulares. El in-
se define en los años posteriores al 80 como una univer- versionismo europeo imprime la huella de sus intereses a
sidad profesionalista. Busca como tal, apartarse en lo posi- importantes transformaciones que vienen operándose en los
ble de toda militancia política, pese a lo cuaL los matices países del Plata; la inmigración modifica cuantitativa y
partidarios se reflejan más de una vez en nombramientos y cualitativamente una sociedad que ha recibido su impacto,
renuncias de sus consejeros o Rectores; en tanto que la po- asimilando importantes contingentes humanos que desde
lítica interna de la Universidad llegará alguna vez -como Francia, España e Italia sobre todo, se han volcado en el
en tiempos de Cuestas- a precipitar crisis de gabinete. Continente Americano. El Uruguay comienza además a
organizar sus finanzas y su crédito, en tanto que la nueva
clase media urbana de raíz inmigratoria promueve un inci-
piente proceso de industrialización. La fisonomía material
de la capital, se modifica aceleradamente desde comienzos
de siglo. Cuando concluyen nuestras guerras civiles, en
1904, .accede al sillón rectoral Eduardo Acevedo quien ha
conqulStado ya, dentro y fuera de la Universidad, como
profesor, como periodista, como político, un sólido e indis-
cutido prestigio.
. As~, mientras el Uruguay batllista comienza a ensayar
lOnovaClOnes en materia de política económica y avanza
normas de previsión social hacia la meta ¡de "primer estado
de bienestar" del Continente, la Universidad intenta ade-
cuarse a los cambios que el país venía acusando. La
"modernización" se acentúa: la Universidad construye sus
"palacios" (Medicina, Derecho, Enseñanza Secundaria) con-
templando también las exigencias de una ciudad que se
expande; cOntrata profesores alemanes, franceses, norteame-
ricanos, así como aumenta el número de las bolsas de estu-
dio para 'los países europeos procurando incrementar de
tal modo el desarrollo de sus ramas técnicas. Entretanto,
el decano de la Sección Enseñanza Secundaria, Carlos Vaz
Ferreira, planifica- acompañado por importantes secrores
del gobierno universitario, agriamente combatido por
orros- la reestructuración de la docencia media, apun-
tando a una función formativa, ajena a toda preparación
profesionalista.
Por Otro lado se intentó modificar la orientación mis-
ma de la Universidad. Con el amplio respaldo económico
del Presidente Batlle y Ordóñez -que no retaceó su apoyo
al Rector Acevedo- se planeó y puso en marcha un pro-
gram~ que creaba tres nuevas Facultades -Agronomía,
VeterlOaria y Escuela de Comercio- y reestructuraba la
Facultad de Veterinaria. Pabellón del Hospital. de Matemáticas. Indice de una nueva concepción de la

168
Universidad en cuanto a sus vinculaciones con el medio,
se buscaba asociar la enseñanza superior a las dos grandes
fuentes de la riqueza nacional que el país poseía en el
sector agropecuario; formar e:¡¡:perros en el análisis y la
práctica de las condiciones de intercambio más convenien-
tes al país; capacitar técnicos y, mediante la coordinación
con la enseñanza industrial, también alcanzar los sectores
q~e impulsarían el desarrollo industrial que parecía enton-
ces insinuarse. Se abrían así nuevas posibilidades ocupa-
cionales para la juventud uruguaya, al par que se buscaba
elevar el nivel técnico del país, sustituyendo con egresados
universitarios a los "hombres prácticos". La Universidad,
como se advierre, sin abandonar sus fines profesionalisras,
los diversificaba. Tradicionalmente forjadora de la clast
dirigente -característica primordial, por orra pane de
toda Universidad latinoamericana del siglo XIX- pro-
pende ahora, por primera vez, a la extensión del concepto
de dirigente político, hasta entonces predominante emre
el núcleo de sus egresados. Se pretende ahora no sólo for-
mar ciudadanos encargados de "dirigir" al país, sino que
se intenta acceder a otros sectores sociales, con una nueva
concepción de los fines de la enseñanza secundaria y un
enfoque progresista de la enseñanza industrial y técnica.
El plan Acevedo, fue, con todo, excesivamente opti-
mista al asignar a la Universidad un poder efectivo -más
o menos inmediato- para incidir sobre el desarrollo eco-
nómico y social de la República. El intemo quedó así como
un esbozo de lo que -con orros alcances y orros progra-
mas- pretenderá alcanzar la Universidad que planteará la
futura Reforma Universitaria en América Latina.

1908 será un año decisivo, marcado por una recon-


sideración sustantiva de la vida institucional de la Uni-
versidad. A este respecto, dos corrientes definidas venían
dibujándose desde el 900: la que postulaba una política
centralizadora de la enseñanza, siguiendo -con modifica-
ciones y ajustes- la línea tradicional de la Universidad
de la República; y Otra opinión que, dominada por la idea
de la "descentralización", era auspiciada desde la Presiden-
cia de la República por el ex Decano de la Sección Ense-
ñanza Secundaria y futuro Rector Claudia Williman. La
discusión, áspera, se dirimió en círculos universitarios, en
la prensa y en el parlamento. La ley orgánica que se aprobó
finalmente en 1908, consagraba en sus líneas generales el
espíritu descentralizador, pero en forma algo atemperada;
dejaba subsistir al Rector y al Consejo Universitario, pero
despojados de las funciones orientadoras tradicionales, cons-
tituyéndose así una verdadera federación de Facultade~. El
hecho incidiría en la vida interna de la institución, apare-
jando en cierro sentido, y a breve plazo, la disgregación
que vaticinaba Pablo De María al entender que se dejaba
"casi suprimida la Universidad de Montevideo", cercenán-
dose parcialmente también su autonomía.
Por otra parre, ese Estatuto de 1908 consagró, por
primera vez en una ley orgánica universitaria de América,
el principio de la representación estudiantil que reconocía
como lejano antecedente el proyecto primicial de Alejan.
dro Magariños Cervantes de 1877. Aunque indirecta, esta
representación en los Consejos de Facultad significa una
innovación sin precedentes, anticipándose en una década a
Esttldiantes universitarios uruguayos en la "Ciudad Luz", los postulados reformistas de Córdoba.

169
La partlClpaClOn del estudiantado como fuerza activa
de la vida universitaria, manifestada durante el siglo pasa-
do, cobra nuevo vigor y acento combativo en los albores
del novecientos. El estudiantado reclama ahora que se oiga
su opinión y atiendan sus intereses. Problemas de orde-
nanzas, períodos y reglamentación de exámenes dinamizan
ante todo a los estudiantes argentinos y uruguayos formali-
zando a poco un movimiento que comenzará a propagarse
por los centros universitarios latinoamericanos. Las asocia-
ciones de estudiantes cobran un carácter diferente al de
los antiguos "clubs" o cenáculos (como el Uruguay Uni-
versitario, o la Sociedad Universitaria de los años setenta)
que perseguían fines casi exclusivamente culturales; traspo-
niendo aquellos objetivos, las agrupaciones del siglo XX
adquieren rápidamente un sentido gremialista bien concretO.
1908 es también un año clave en la histOria de este
nuevo movimiento estudiantil. La Asociación de Estudian-
tes del Uruguay, procura contactOs con otras similares del
Continente v también con la Association Génér~le des Etu-
diants, de París, en momentos en que el ambiente inte-
lectual se impregnaba de consignas e ideales americanistas.
La Revista Nacional contribuyó decisivamente a difundir
esas inquietudes en nuestro medio, invocando principios
tales como "la unidad intelectual y moral de Hispanoamé.
rica", que reiteran sus artículos y había anticipado ya el
programa inicial de la publicación. En febrero de 1908,
por invitación de la Comisión Directiva que presidía Héc-
tOr Miranda, se reunió en nuestro Teatro Salís la casi tota·
lidad de las asociaciones estudiantiles de América.
El temario del Congreso fue denso, encarándose pro-
blemas que las Universidades de América Latina habían
comenzado a plantearse separadamente: orientaciones pe-
dagógicas en tOrno a sistemas de exámenes o régimen de
exoneraciones, estudios libres o de reglamentación obliga-
tOria. Se discutió además tOdo un programa que proponía
estabilizar vínculos comunes, mediante la unificación de
programas universitarios continentales, la equivalencia de
títulos académicos, el otorgamiento de becas y bolsas de
viaje, la celebración de tOrneos interamericanos destinados
a fomentar un intenso contactO cultural. Una vasta acción
gremialista, que anticipaba los principios del Reformismo
de Córdob3., quedó también definida en el Congreso de
Montevideo, abriendo así una etapa de la Universidad Lati-
noamericana, propiciando un clima de interrelación entre
los universitarios de América y estimulando una perspectiva
continental para el análisis de problemas comunes. El actual edificio central de la Unit/ersidad, en comtrtt

170
-
e

Esta toma de conciencia y de posición del estudiantado


uruguayo junto al de América 'tiende a conectar a la nueva
generación universitaria con el proceso cultural que venía
desarrollándose al margen de la Universidad de la Repú-
blica. Corren los años de los Centenarios americanos, para
Real de Azúa "subjetivamente marcados por una mentali-
dad de balance y de prospecto". La revisión anunciada por
El que vel1drá, maduraba en nuestro modesto mundo inte-
lectual de comienzos de siglo.
El resurgimiento de las letras y la plástica hispanoame·
ricanas se reflejará en el medio a través de la actividad
creadora de la generación del 900, cuyo movimiento reno-
vador de la cultura nacional se opera en un medio ajeno
al de la Universidad. En cierto sentido, toda la Universi-
dad latinoamericana resulta por estos años parcialmente
marginal con respecto al proceso creador d~ cultura. El Polo
Bamba, el Consistorio del Gay Saber o la Torre de los
Panoramas eran los centros montevideanos donde se ela-
boraban, se discutían, se adoptaban los nuevos cánones
de la creación literaria o artística uruguaya. La tertulia de
Barreiro y Ramos, de la que ha quedado más de un testi-
monio, era el cenáculo universitario en el que se dirimían
los problemas que manejaba la opinión pública uruguaya.
Rodó, Herrera y Reissig, Viana, Reyles, Sánchez o Quiroga,
después María Eugenia Vaz Ferreira o Delmira Agustini,
los nombres sobresalientes de las letras del nuevo siglo
-dejamos expresamente al margen a Carlos Vaz Ferreira-
no aparecen vinculados ni por su formación, ni por su
producción -aunque por las cátedras hayan pasado Rodó
o Reyles- a la Universidad de la República. Los nombres
que en 1902 incluía Montevideo Bustamante en El Pamaso
Orie11tal, le eran también ajenos. La Universidad del 900
integraba Otro mundo, un mundo divulgador de cultura
europea, fundamentalmente francesa, todavía un centro for-
mador de ciertas élites intelectuales y políticas a las que
imprimió su sello indeleble. Vaz Ferreira fue la excepción,
Pero si las artes y las letras produjeron sus mejores
frutos fuera del ámbito universitario, en cambio la filo-
sofía, las ciencias y el pensamiento jurídico, se dieron al
amparo de la Universidad y dentro de ella alcanzaron su
más elevado nivel especulativo. Vaz Ferreira fue un uni-
versitario que precisamente, en el seno de la Universidad
divulgó su nueva ideología, procurando una alternativa a
las doctrinas europeas que se habían enraizado en las aulas.
Sin duda influido como toda su generación por Stuart Mill,
,:ciÓtz" Bourroux, James y Bergson, llegó sin embargo a formular

171
una línea original de pensamiento al demostrar que los
problemas del espíritu y los de la finalidad de la vida
estaban abiertos a soluciones extraexperimentales, postu-
lando así una rehabilitación racional de la metafísica. Se
empezaba a quebrar tenuemente nuestra condición de "re-
ceptivos" a pesar de las dificultades y aún de la indife-
rencia del medio que tan agudamente denunciaba el propio
Vaz Ferreira en 1908 cuando publicó su Moral para in-
telectuales.
Frente al profesionalismo ambiente que parece domi-
nar irremisiblemente la actividad universitaria, insurgen
opiniones relevantes, un Vaz Ferreira, un de Pena, o un
Ricaldoni que reclaman otro destino para la Universidad.

Los festejos del Centenario de Mayo trajeron al Plata


la representación de la nueva Universidad española, que ya
había hecho llegar su mensaje de avanzada con el progra-
ma esbozado en 1898 por la Escuela de Oviedo, y acen-
tuado luego en las declaraciones del Rector de Salamanca,
reivindicando para las universidades el papel de centros de
"elevada cultura y de formación". La demanda por la "ex-
tensión universitaria" fue inscripta desde los albores del
siglo en los planes renovadores del Decano de nuestra Fa-
cultad de Derecho, Carlos M· de Pena, al sostener que la
Universidad debía poner al alcance del "pueblo y especial-
mente de las clases medias y laborantes" la propia cultura
universitaria.
Los liceos de enseñanza secundaria que comenzaron a
funcionar en el interior durante la segunda Presidencia de
BatHe fueron concebidos como "factor de mejoramientO mo-
ral, intelectual y social en los núcleos de población" donde
se fundaran, tratando por ese medio de zanjar el desnivel
cultural entre la capital y el resto del país. La Universidad
femenina, a su vez, avanzó un punto de apoyo para la
apertura de nuevos caminos para la mujer, en momentos
en que las lejanas ciudades norteamericanas o europeas eran
testigos del avance del feminismo que se debatía contra
arraigados hábitos de la burguesía tradicionalista. Con la
ley de gratuidad de la enseñanza -resistida por algunos
sectores- el batllismo inscribía en su política de previsión
y en sus planes de desarrollo educacional un jalón decisivo
de la concepción social paternalista, que la caracterizó. De
ese modo la Universidad ve elevarse el ya relativamente
alto índice de población estudiantil. Al cabo de un medio
siglo de existencia, accederán a sus aulas un número mayor
de estudiantes procedentes de una clase media que costeaba
-aun dificultosamente- sus estudios.
Beyhaut ha señalado como un fenómeno general de
América Latina, correlativo al crecimiento urbano y su im-
plícita "ráfaga de europeismo", la importancia que van
cobrando las Universidades a los ojos de la élite. Dentro
de ese cuadro -dice- el "tan codiciado título de doecor
displltará en la jerarquía social con los galones militares".
Dada la característica fluidez de una estructura social como
la nuestra, definida por la integración de la élite intelectual
y los grupos patricios con el aluvión cosmopolita, la Uni-
versidad representa una de las vías de ascenso más transi-
Reunión de camaradería de los estudiantes de notariado, a comienzos tadas; Vaz Ferreira destacada lúcidamente el fenómeno y
de! siglo. subraya sus amplios alcances.

172
Estamos en una era convulsionada en que el espíritu de
la juventud/debe ouu,irse, de, ideol0;Sías renovadoras y buscar
en el espeeraculo de las lucnas sOClalesel tema de sus más
persistentes meditaciones... En nuestro país, donde va nadie
se atreve a negar la exisrencia del problema social .. '. Ía juven-
tud debe esforzarse en dar un sentido moderno a la vida de
la nación. Hay entre nosotros miserias e ignorancias; hav una
campaña inculta y despoblada donde un proletariado n6made
arrastra una lamentable vida de paria explotado y sumiso; hay
una desigualdad económica irritante; hay quienes monopoliza~
el rerrirorio nacional. quienes monopolizan la fortuna; y hav
quienes no pueden soportar la carestía de la vida o vive~
como bestias... Hay alcoholismo, hay tuberculosis, engen-
drada por la miseria; hay sífilis. engendrada por los hijos de
la miseria; la ignorancia. la. prostitución, la faIra de higiene. , .
Luchar por suprimir todo eso, atacando los males en ;u fuente
originaria y en su causa prinlera, que mejor destino para una
juventud estudiosa y valiente? Preparar a los jóvenes para esa
obra debería ser el fin de las universidades, Erigirse en cen-
Al estallar la Gran Guerra, el país VlVla un momento rros de elaboración espiritual donde surjan homb'res animados
de intensa agitación social, señalado por despidos en masa, de la aspiración de ser útiles a la colectiviJad sobreponiéndose
a la mezquina preocupación del provecho propio". He ahí
huelgas reivindicatorias y un alza vertiginosa del costo de una función moral y social que puede aliarse perfectanlente
la vida. En ese clima el parlamento discute el proyecto de con la de dorar a los jóvenes de buenas herramientas y apri-
salario mínimo, la reglamentación de los despidos, sanciona tudes para la graduación intelectual y profesora!". la cultura
la ley de 8 horas y legisla sobre accidentes de trabajo, sobre- debe ser un bien, una riqueza de la sociedad para las socie-
dades de donde en definiti~'a enlana, y no un p;ivilegio de los
poniéndose a las enconadas resistencias patronales. Prome- individuos para uso exclusivo de quienes la atesc,Han.
diando aquella primera contienda mundial, el viaje de Or-
(Reportaje a Emilio en la revisra
tega y Gasset al Plata vino a provocar una estimulante .~nel. lvlontevideo, 19
conmoción intelectual. Entre los múltiples temas encarados
en sus conferencias de la Facultad de Filosofía y Letras de Lo que consrituye la Universidad es la labor de aIra cul-
tura, de lovestlgación y de orientación social se realiza en
Buenos Aires, Ortega se pronunció sobre la misión de la
rodos sus centros de trabajo con el fin de la
Universidad, aludiendo a la revolución filosófica que había cultura y actuar sobre lo social por el análisis cientÍúco de
desencadenado. sus problemas,
Como lo ha señalado José Luis Romero, a partir de Fuera de la tarea del cotidiano profesionalismo, la Uni-
versidad debe pensar en el alma de la juventud que llega a
entonces la juventud argentina -ya agitada por las ense- sus claustros para realizar n1ar1ana su destino cienuo de un
ñanzas de Korn -comenzó a asumir una creciente actitud país dado y -trente a una inquietud espiritual determinada.
crítica ante las ideas tradicionales sobre la sociedad y las y debe pensar además más allá de esa juventud que llena sus
instituciones educacionales, actitud que anticipando una re- aulas, en toda la sociedad que necesita una dirección y
volución profunda" en la vida cultural, desembocó final- probiemas e ideales tienen que encontrar en la
la repercusión, el examen ClentÍfic..); y cuando se puede la
mente en lo que luego dio en llamarse la "Reforma Uni- solución razonable y posible" ,
versitaria". . La Universidad debe dirit:irse a estudiar el Dais. a discu-
Los Congresos estudiantiles, por encima de su aparien- tir y analizar sus problemas~ ; marcar el rumbo "'social por el
cia académica, habían definido audaces programas basados balance exaCto de sus facrores la deiineacic:Yfl de la tr8.\'eetoria
científica de su pro,creso. Y donde o ~o deba
en consignas precisas: la paz y la confraternidad interna- resolver los probleIT':as debe planearlos. preparar ma·
cional; la solidificación·del "espíritu étnico nacional"; la reriales para que se haga el libre y
intervención de los estudiantes en la vida política de la todo problema exige perentorian1ente,
Universidad; la necesidad de formar asociaciones univer- se vincula a intereses vivos v
llena sus fines sociales .
sitarias de principios que dieran fuerza a una orientación
( Dardo libreJ,en
científica de la política nacional, a cuyos diferentes grupos ~A.rieL 1\\ 2 1921),
de poder se consideraba conveniente se incorporaran los
egresados universitarios. No se olvidaban por cierto, los
problemas sociales de América Latina y a menudo se sub- hecho otra cosa que profesionales:
es han pasado dirección de
rayaba el papel que correspondía al universitario en la vida nUestf¡l han b,lstanrt y
del proletariado; en la reforma de las industrias extractivas, cun1plía honrosarn.ento:: su
manufactureras y agrícolas; en el mejoramiento de la higiene
y salud de las poblaciones. Pt~~.;.)oln';C~)I,esl';')
. ~ L .'. _
poscer:nos .•'\si llegó
,,ce que f1U~5tr05 ab,og;'G()S

Precedida por tales antecedentes, la Reforma de 1918 ~;:ac~ 1:~(i~;11parat)lenlt flt}e n~~~ores
habría de tener sin embargo, un carácter bien diferenciado. Vive a dei pueblo siendo Se dice
Se autoproclama, ante todo, portadora de una "nueva men- que nuestra dernocracia hizo que nuestra U dI, ..:':-~i ... _J ~'- ,;:-u~~eL!
talidad", conducida por una "nueva generación", que decla- en contaCto con el pueblo por la enseñanza ¿':faruita: im~
pon:antc) p(~ro no ~ - no baSti:l GEl quitar traDa.5 al
raba enfáticamente: "Estamos pisando una revolución, esta- alumno, hay que darleS
mos viviendo una hora americana".
(Julio Lorenzo y Dea!. Lu de 7WCS-
El proceso de la Reforma fuy muy complejo, desde que Ira El EsIudúllitC Libre,
confluyeron en él difusas aspiraciones y tendencias aún en· 1922),

173
contradas. Partiendo de un disconformismo básico frente a
profesores y autoridades, muy prontO evoluciona hacia un
desacuerdo de fondo frente a estructuras, métodos y orien-
taciones, definiendo una insurrección generacional, que im-
plicaba ante todo, en la Córdoba dominada por la oligar-
quía provincial y las fuerzas clericales, un brote de libe-
ralismo frente a formas -católicas de vida y de dominio.
Como sostiene Gabriel del Mazo, la idea de Universidad
también está en crisis entonces. La educación no guarda
relación con la real constitución social del país, sino que
responde a normas ficticias "resueltas con abstracción del
país, y peor aún, con una menos valía por el pueblo". Se
insistirá entonces en proclamar la Universidad latinoameri-
cana para el hombre de América Latina y no para un hom-
bre sentimental y mentalmente importado.
La Universidad de Montevideo presentaba peculiares
características históricas que incidieron necesariamente sobre
la modalidad que asumió la penetración de la corriente
reformista. Muchos de los puntos del programa de Córdoba
o de las declaraciones posteriores de Buenos Aires y La
Plata, no venían sino a encuadrar en la tradición liberal
que había caracterizado a la Universidad de la República
en su medio siglo de vida surgida a gran distancia crono-
lógica del mundo colonial, fundada bajo el patrocinio ideo-
lógico de la masonería y no de la Iglesia, definida, por
ende, en un pensamiento filosófico independiente de todo
dogma religioso; insertada en un país que terminaba de Hospital de Clínicas "Dr. Manuel Quintela".
sancionar la separación de la Iglesia y el Estado, sonaban
por ende a destiempo en nuestro medio las denuncias contra Asamblea del Claustro como organismo universitario, me-
la "opresión clerical" o la "tiranía de una secta religiosa", diante la Ley Orgánica de 1958.
que aparecían en el Manifiesto cordobés. La Universidad Las páginas de la revista Ariel aportan luego de 1919,
de Montevideo había avanzado hasta la enseñanza gratuita, uno de los contenidos fundamentales de la renovación uni-
impuesta por el poder político, pero implantada; la Ley versitaria. Allí se recogen polémicas, encuestas, análisis de
Orgánica de 1908 había concedido a los estudiantes -aun- nuestra realidad cultural, política, social y especialmente
que en forma indirecta hasta la "representación" en los universitaria trasuntando a menudo la iinagen -quizá de-
·Consejos de Facultad; circulaban proyectos de "cátedra libte" masiado idealizada- de una Universidad necesaria: centro
y la propia Constitución de la República, en 1917, había de labor científica y espiritual, "verdadero acumulador de
consagrado en su artículo 100, el principio de la "autono- energía para la sociedad entera". Universidad formadora de
mía universitaria". lbs profesionales que necesita el país, pero no Universidad
De todos modos, también la juventud uruguaya inició unilateralizada, sino difusora de una enseñanza "fermen-
su cruzada reformista, en procura de nuevas conquistas, mu- tal, excitante, estimulante, sugestiva", como quería Vaz Fe-
chas veces enfrentando autoridades totalmente anquilosadas. rreira. Una Universidad autónoma en la forma más amplia,
La Asociación de Estudiantes de Medicina y el Centro -económica, didáctica, administrativamente- una Univer-
de Estudios Ar'iel -agremiación estudiantil la primera, ce- sidad 'popular' para la ensenanza integral del proletariado
náculo de alcance ateneísta el segundo- promueven en a través de la "extensión universitaria" que el propio Cen-
los años de la primera postguerra la gestación de una con- trO Ariel dinamizó recurriendo sus dirigentes a las confe-
ciencia universitaria diferente, que se quiere traduzca el rencias de divulgación en los centros obreros o políticos.
concepto de una Universidad renovada. El Estttdi~nte Libre, Expresión inconformista de núcleos juveniles minori-
órgano de la Asociación de Estudiantes de Medicina, con- tarios, esta actitud no es, por lo demás, ajena a la insatis-
formará en sucesivas entregas el programa que a lo largo facción de postguerra y a la fascinante experiencia de la
de más de tres décadas irán madurando y aplicando distin- revolución bolchevique que vienen a confluir como estimu-
tas generaciones universitarias. lantes imperativos de cambio. Orientado además por el
En 1919, Américo Ricaldoni, Decano de la Facultad ideal rodoniano, el grupo Ariel proclama una nueva actitud
de Medicina, ensaya las primeras asambleas de profesores frente a la sociedad y a la cultura, buscando hacer pensar
y estudiantes, para estudiar conjuntamente la reorgani- a una juventud por lo general indiferente ante los grandes
zación de los estudios médicos. La experiencia primicial problemas sociales y filosóficos de la hora; su prédica, en
-fuertemente resistida por la gran mayoría del profe<;o- fin, tiende a quebrar la imagen de un Uruguay sin pro-
rado universitario-- no dejó un inmediato saldo favorable, blemas sociales, acuñada por el consenso burgués de los
pero tuvo en cambio la virtud de señalar el rumbo que años 20 luego de superar la etapa más conflictiv.a en la
transitarían años después las Facultades hasta consagrar la lucha por una legislación social de avanzada.

174
Facultati de Ingeniería y Agrimemura.
los problemas de la autonomía universitaria se diri- InstitutOs de investigaciones económico-sociales para que,
mieron también entonces en distintas esferas, procurando por esta vía, la Universidad americana intervenga con su
reglamentar el principio consagrado por el textO Constitu- autoridad técnica en la vida económica de cada uno de los
cional, pero sin llegar a trascender la discusión en tOrno a países del Continente; promoción de la ex,tensión univer-
diferentes y sucesivos proyectOs. las discrepancias van pola- sitaria, como organismo permanente de "docencia popular y
rizando al estudiantado en tOrno al reglamento universi- de acción social"; cumplimiento de un programa de divul-
tario. En pocos años los estudiantes habían constituido un gación popular mediante publicaciones, conferencias, cur-
importante grupo de opinión que planteaba sus reivindica- sillos y bibliotecas destinados a ese fin. Con adecuado én-
ciones. ya no sólo en defensa de sus exclusivos intereses, fasis, se reafirmó asimismo la necesidad de una autonomía
sino en función de una conceptuación propia de la Uni- técnica y pedagógica que permitiera encarar la transfor-
versidad y de los problemas pedagógicos específicos de mación de la "Universidad burocrática y profesionalista",
cada Facultad. en una Universidad que fuera a la vez centro de prepara-
A fines de 1927, después de un prolongado paréntesis, ción de técnicos, laboratorio de ciencia para la investiga-
las reuniones de profesores con participación estudiantil ción, "foco de cultura extensiva y democrárica". El Con-
volvieron a funcionar en Medicina e Ingeniería. De ellas greso sancionó igualmente una declaración política contra
precisamente -más que de los reglamentos y programas-, las dictaduras y gobiernos de facto, ante "los atropellos
esperaban los estudiantes "la reforma del espíritu universi- cometidos contra la Universidad americana".
tario". las huelgas de la Facultad de Derecho en los años
1928 y 29 allanaron el camino hacia la formación de la Desde hacía más de una década la Universidad de la
Federación de Estudiantes Universitarios, preámbulo del República, aunque' engolfada como institución en sus fun-
primer Congreso Nacional de Estudiantes que se realizó en ciones administrativas y docentes, no dejaba de acusar el
Montevideo en 1930. El Congreso del 30, movimiento aglu- impacto -sustanciado en manifiestos y proclamas, huelgas
tinante y representativo del estudiantado de todo el país, se y asambleas- de un movimiento juvenil, "constructivo y
fijó como tema capital el análisis de la Reforma Universi- revolucionario a un tiempo", como lo calificó Dardo Re-
'taria a través de sus aspectOs pedagógicos, jurídicos y socia- gules años después. Todo se movía "por la revolución uni-
les. Desde este actO primicial se reafirman los ideales paci- versitaria, bandera de elementos difusos, a veces, pero que
fistas de la juventud de América y se define una clara posi- expresaba el ansia de superar la limitación profesional y
ción antimperialista. el dogmatismo experimental". Pero aquel impulso juvenil,
Pocos meses después, a comienzos de 1931, Montevi- que h bía vencido oposiciones enconadas y también apatías
deo vuelve a ser' sede, esta vez del Congreso Universitario e indiferencias, parecía ahora declinar, precisamente cuando
Americano, que llegó a aunar opiniones sobre postulados comenzaban a ponerse en marcha los primeros cambios que
básicos: creación de cursos y seminarios de economía e la Reforma había logrado imponer.

175
El lenguaje estudiantil se ha radicalizado, adoptando la
terminología y las consignas que por esos días difundían
en el Plata los partidos de izquierda, conjugadas además
con cierto contenido emocional· que aparejó el surgimiento
de la 2~ República Española.
La promulgación de la ley orgánica de 1934 abriría,
a colll:ienzos de ese año, la segunda etapa de la lucha de
la Universidad contra la dictadura; al rechazo de índole
No era sin duda ajena a esta situaClOn la incidencia política venía ahora a agregarse la "resistencia" a la ley
de problemas internacionales y la difusión de ciertas ideo- 9.292 (Ley Abadie), pocos días antes de sancionarse la
logías extremistas que la onda de la crisis económica del nueva Constitución que modificó el ordenamiento del país.
29 ayudó a expandir por América Latina. A comienzos de Si hasta este momento los estudiantes habían sido los
1933 el fascismo lograba rápido ascenso en el mundo euro- abanderados del "espíritu universitario" enfrentando la dic-
peo. En el sur del continente americano, los recientes gol- tadura de marzo, ahora es la Universidad toda, aún por
pes militares en Perú y Argentina o los movimientos "in- intermedio de su órgano máximo, el Consejo Central, la
tegralistas" en Brasil, señalaban el ascenso de los grupos que elevará su protesta. "Abajo la intervención" fue el grito
políticos más conservadores, a menudo dinamizados por con que los estudiantes iniciaron el 8 de marzo la huelga
una abierta ideología fascista. Un inqui€tante clima de inse- contra la ley Orgánica, y la gran manifestación realizada
guridad institucional recorre América Latina proyectando poi la Federación en defensa de los postulados de la auto-
su amenaza sobre el confiado Uruguay de los treinta. nomía. La Asamblea del Chusrro a la, que se reconoció
La crisis política que se insinuaba desde 1929, estalla la "auténtica expresión de la voluntad universitaria" se reu-
finalmente con la disolución del gobierno legal y el adve- nió en junio de 1934. El Estatuto de 1935, que emanó de
nimiento de la dictadura de Terca. "Indiferencia o asom- esa Asamblea, es uno de los documentos más significativos
bro", fueron las respuestas inmediatas al cambio de régimen. y completos de la Reforma Universitaria de América. Du-
La resistencia a la dictadura tampoco logró canalizar en rante dos décadas seguirá estimulando los movimientos de
un frente único, aunque lo tentaran algunos grupos del reforma incubados en la Universidad de Montevideo, para
batllismo, del nacionalismo y los minoritarios partidos de servir de base, finalmente, a la ley orgánica de 1958, que
izquierda. se inspira en muchos de sus postulados.
En tal situación la Universidad vino a convertirse Dicho estatutO, elaborado con prescindencia de sus
-como en los tiempos de Latorre y de Santos- en el posibilidades inmediatas de aplicación, encara la reestruc-
principal baluarte de oposición ideológica, juntO con el turación total de la Universidad procurando adecuarla a las
Ateneo de Montevideo. reales necesidades y aspiraciones del medio. En lo interno
Dos momentos miden la lucha universitaria frente a: propone una mejor coordinación entre las distintas Facul-
la dictadura: el primero, expresando la resistencia y reac- tades pretendiendo devolver a la Universidad su perdida
ción inmediatas frente al golpe de Estado; el segundo, me- unidad. Incorpora a su seno el variado conjunto de institu-
'diante el repudio de la ley orgánica intervencionista que toS de cultura dependientes del Estado, apelando además
se dictó en 1934, y que tuvO por escenario principal la a la coordinación de la enseñanza entre distintas secciones
célebre Asamblea del Claustro Universitario de los años autónomas. La extensión se enunciaba como un fin esencial
1934 y 1935. A la mañana siguiente del golpe de Estado para comunicar al universitario con su concomo social. En
el Decano de Derecho, Frugoni, era detenido y deportado; cuanto al gobierno universitario en fin, hacía del Claustro
en reacción, el Consejo y una solidaria mayoría del profe- el organismo más representativo de la Universidad, a quien
sorado cerró las puertas de la Facultad declarando que el quedaba encomendada la elección del Rector y el Consejo
único centro de enseñanza jurídica del país no podía ni Central reconquistaba su función reguladora de la vida
debía funcionar bajo una dictadura que desconocía la ley universitaria, función que la ley de 1908 le había sustraido.
de la Constitución. Pero transcurridos algunos meses, aque- Tal, en descarnada síntesis, los principales aspectos del Es-
lla ferviente militancia tendió a aquietarse. La Universidad tatuto de 1935.
retornó si no a la normalidad, a su trabajo diario, pesando La tendencia que se había opuesto a la desarticulación
sobre ella una atmósfera de desganada rutina: Sólo las activas de la Universidad en 1908, resistiendo inclinaciones profe-
publicaciones estudiantiles reavivaban entusiasmos y busca- sionalistas, y reclamando una Universidad orientadora a la
ban conmover el ambiente. A ese fin, la Federación de vez que creadora de cultura superior; aquella misma línea
Estudiantes preparó un esquema básico de "cuestiones vita- de principios que pasaba por Vaz Ferreira, Acevedo, de
les y futuras", buscando crear conciencia sobre los proble- Pena, Ricaldoni, aflorando intermitentemente en una Uni-
mas nacionales. Por primera vez el estudiantado se aven- versidad profesionalizada; aquellas reivindicaciones estimu-
turaba a formular un programa de reorganización social ladas por los postulados de la Reforma de Córdoba, los
del país: nacionalización de la tierra, respetando la pequeña programas de las universidades argentinas, las definiciones
propiedad; democratización del ejército; salario mínimo; de los Congresos Americanos de Estudiantes, y del propio
jubilaciones generales; seguros sociales y otras conquistas Congreso Universitario de Montevideo, desemboca ahora
que acelerasen la emancipación de la clase trabajadora; en un maduro proyecto de Estatuto Universitario que la
nacionalización de los servicios públicos y de los monopo- Asamblea del Claustro consagraría en 1935 como la aspi-
lios; definición antiimperialista. ración -ideal pero posible- de la Universidad de la Re-

176
pública. Fue solo una definición, pero dejó elaborada orgá. La. rea.l utilidad de --~~1 c;,r.~-- '0 1 e 1 " e r 1 ' .
nicamente una doctrina. el c~~~~fi;~~;,:l;. ;ue ue~~~lrae~v .~~ lc~;ad~l(~i~~
Cuando en 1939 estalla la Segunda Guerra Mundial de que !1í'.)y orienta Gl::ce
el país apenas había superado su crisis política. La Uni· esta casa \' que a.caso con exag.cración de alcances.
la hora d~ l a ' N L T E \ ' A .
de acción la nación misrna. a 11a' : ¡ ~ ~ d~~t:n~~u~~;~ro ~~IT~~~
1 -
versidad se mostraba algo desgastada por una obstinada
resistencia al gobierno en defensa de su autonomía. El pro· Hlás í;ltirnos lac~dos. a la ,que servir en la solución de
pio movimiento estudiantil ya no poseía el vigor renovador su I11aS traSCendente probicrl1a. Ese
de los años precedentes, cuando voceaba la causa de una las universidades latincarnericanas. sufrió aesrinos (01110
para den10strar de una rnaocra indiscutible -afirnlandü su doc-
Universidad cercada por el poder político. La Guerra parece trina- ei aislan11enro que sus opositores pretendían: triunfó
tonificar consignas y suministra a la juventud universitaria donde y mientras las normas de democracia imperan lo sufi·
una bandera de afirmación democrática y antifascista. El ciente que el juego de las libertades permitiese el ejer·
golpe de Estado de Baldomir, en febrero de 1942, apare· OCIO una an1plia autonomía y fue imposible su imperio
cuantas veces avasalló nuesuo puebio... una tiranía... Dos
jaría también la necesidad de definiciones. Como observa afirmaciones de ese espíritu están aquí hoy presentes: una
Germán Rama, se revela entonces una línea de separación traduciendo la necesidad de que los universitarios, cualquiera
-ya total --entre el desarrollo de la política nacional y sea su especialización, acrecienten su cultura. La otra es c( vivo
el movimiento estudiantil universitario, por la posición deseo de eXtender hacia las C;lDas populares las verdades sur-
gidas en el tesonero de· un· ce-nuo universitario con el
político· social doctrinaria que adopta el estudiantado ante afán de elevar, servir y sobre todo de recornpensar en la
una democracia que juzga viciada en su representatividad postura de un deber, el sacrificio Que sostener u~edificio de
por los factores económicos, por la desigualdad de oportu· esta índole significa, especialmente ~ aquellos que por razones
nidades en la difusión de las ideas y también por la propia obvias, a pesar de! libre acceso, no pueden beneficiarse con
evolución de los partidos hacia "sociedades de socorros las ventajas indudables que la posesión cie una profesión uni-
ver51t,u1a entraña.
mutuos". No afirmo sino conceptos si digo que la
Dos acontecimientos importantes registra la vida uni· crisis ht Universidad de nuestro vive, es la caren-
versitaria al promediar la década del 40, cuando tocaba a
su fin la Segunda Guerra Mundial. Por lo pronto, la crea·
~1~ciD1ient~~ad~a~~)(~e:;u~e~~~:lm~~es~ef~:~:~~~(~~e~~~~u~:~ ~)¡:ra~~~
lamente y en forn1a proporcio"naI) el de c;:'<.pdciració.f1
ción de la Facultad de Humanidades y Ciencias como ór· en lo en la misma que caGa uno de
gano destinado al desarrollo de la cultura superior; luego, sus Son1QS más capaces. auncue lO;lzren sin exagera·
el establecimiento de la Sección Bienestar Estudiantil en Clones el don de sabiduría: vanl0S al' tierno;:) aleiándono'; de
las de COlno en otras ~ época;, las nocio·
la Facultad de Medicina, puntO de partida de un nuevo
Des fU!1CLlfnenwles momento del mundo) el conoci¡niento
enfoque social de la misión de la Universidad. Entre tanto, de las civilización acepta como las
mientras la Asociación de Estudiantes de Medicina inicia de b
las misiones sociopedagógicas, la integración del Hospital -'{ esto sucede. mientras "'la sociedad reserva al universi-
de Clínicas en la Universidad abre posibilidades renovadas tario de tedas las especiaiizaciooes el lugar de otrora, mientras
le ofrece puestos de dirección. el lugar- de los c0I11andos que
a la ciencia y a la extensión universitaria. orientan y regulan los más trascendentes actos colectivos. en
tal fOrn1:l que ha podido afirmarse traduciendo un hecho
-Sin que esto importe la exigencia de un
nuestra arraigada convicción
QPa Universidad en estas latitudes. sigue siendo el vnrero
de los hombres dirigentes ...
(Discurso del Dr. Mario C~ssinoni, Mon-
tevideo, 10 de mayo de 1948).

el~ten~derse ~~ U ~iversida? com~~ ~l organis:


1!l0 del para la rornlaClon ele las Clases Glngentes nI l

solamente para la cristalización de las verdades normales de


la ética, sino (amo un organisn1o de los estudiosos , para trans-
mitir nuestro conocimiento a todo el puebio, y el laboratorio
donde se analicen todas las ideas cientificas y filosóficas y
sociológicas, con el propósito de dar una cultura en función
social, para una actuación consciente de las diversas manifesta-
ciones del vivir individual y colectivo. Nuestra Universidad
se encuentra claramente retrasada en cuanto al ritmo de la
evolución contemporánea. La enseñanza tecnicista desarraüzada
de la realidad más viva del país, propende a la form;~ión
de cuadros universitarios, con una cultura fieticia~ superficial,
cualquiera sea su manifestación concreta. Este organismo así
estructurado, vinculado al pueblo por la sola vía del estu-
diantado, tiene para mostrarse ante los ojos de las masas tra-
bajadoras como un gran parásito del enclaustramiento de élites
privilegiadas ... y estas fallas y vicios de la actual Universidad
se refleja directamente en el campo del ejercicio profesio-
nal ... : no 'cumple nuestra Universidad su misión es;ncial'de
poner la ciencia, la técnica y la teoría y la investigaclOn con-
formada en directa relación con la época al servicio de la
sociedad. . . -
(CEDA, Montevideo, diciembre de 1952).

177
Apenas accedido Cassinoni al rectOrado se consigulO
que la ley presupuestal de 1957 asignara a la Universidad
partidas globales, consagrando así lo que dio en llamarse la
"autonomía presupuestal", lejana aspiración que se postu-
laba desde la década del 30. A Cassinoni correspondió ade-
cuar la administración al crecimiento de la Universidad.
La ley presupuestal abrió además la posibilidad de crear
nuevos servicios, y la Universidad trazó entonces un plan
El principio de la autonomía, con todo, seguía siendo de acción social que traducía los reclamos estudiantiles o
el primordial objetivo reformista. Y en este sentido, se las recomendaciones de los Claustros. Así comenzó a fun-
iniciaba entonces una etapa decisiva de las reivindicaciones cionar la Comisión de Bienestar Estudiantil, inspirada en
anté el poder político, sustanciada en proyectos y estudios la experiencia de la Facultad de Medicina; Extensión Uni-
largamente discutidos por sucesivos Claustros y comisiones versitaria y Acción Social emprendieron tareas, hasta en-
parlamentarias. La Constitución de 1951 consagró final- tOnces incumplidas, encaminadas a indagar los problemas
mente las aspiraciones universitarias. del medio y planificar soluciones; se acentúa así la difusión
Asegurada la autonomía, la Universidad comenzó a de conocimientos de la enseñanza superior y de la técnica
elaborar su nuevo Estatuto, su actual Ley Orgánica. Orillado moderna hacia sectOres que, por razones principalmente
el medio· siglo, había logrado asimilar y ajustar todos los económicas, no tenían acceso a las aulas.
principios reformadores que transitaron durante cinco dé- Crece la estructura universitaria con la incorporación
cadas por los claustros. y creación .de nuevos servicios destinados a fomentar cam-
A .esa altura, le era imprescindible, en consecuencia, pos de especialización y a la vez contemplar desde las lla-
cumplir con los imperativos de su tiempo, colocando la madas carreras auxiliares, renovadas posibilidades vocacio-
ciencia, la técnica, la teoría y la investigación al servicio nales y ocupacionales.
de la sociedad. La nueva estructura jurídica, producto de Casi simultáneamente se pone en marcha un vastO pIar.
ese espíritu, sería un instrumento adecuado a la formación para fomentar la investigación científica, atendiéndose ao: í
de cuadros dirigentes capaces de servir tales fines. no sólo los reclamos de la "Universidad Nueva", que haCia
La elección rectoral de Mario Cassinoni -figura des- de este aspectO uno de sus principios capitales, sino tam-
collante del reformismo uruguayo de la segunda época- bién respondiendo a un programa que tenía lejana tradi-
significó en 1956, el compromiso de un programa: defensa ción en nuestra Universidad.
de la autonomía, unidad y coordinación de los servicios La Universidad crece y procura modernizarse. En el
universitarios; desarrollo de los organismos centrales de la Estatuto orgánico que se elabora quedan reunidos y armo-
Universidad a través de Extensión Universitaria, Acción nizados postulados y reivindicaciones que la Universidad
Social y Bienestar Estudiantil; preocupación por el incre- venía planteándose durante casi tOdo el último medio siglo,
mento de la investigación científica; estímulo sistemático y cuya simbólica consagración fuera alcanzada mediante el
del análisis de los problemas nacionales en todos los ám- EstatutO de 1935. Las etapas para la aprobación del Regla-
bitos de la Universidad. La generación de Cassinoni enten- mento fueron laboriosas y a veces ásperas. La lucha por
día que la Universidad debía cumplir una relevante misión la Ley Orgánica, que movilizó a todos los sectores de la
social y para ello el rector se proponía incrementar las vida universitaria, se volvió por esos años una verdadera
Facultades más vinculadas a la economía del país. En el "profesión de fe". Como diría luego Petit Muñoz, la Uni-
orden de la estructura docente, adaptar la Universidad a versidad defendía "el derecho a darse su propio estatuto".
las nuevas orientaciones pedagógicas y llegar a la coordina- El 15 de octubre de 1958 se cerraba finalmente el proceso
ción de toda la enseñanza bajo un Consejo Superior de con la aprobación de la nueva ley universitaria, con muy
Educación. escasas modificaciones.

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Los frenos al cambio LA UNIVERSIDAD

El día qu~ ,las autOridades, elegidas según la nueva ley,


tOmaron posesIOn de sus cargos, el RectOr Cassinoni, al
esbozar las tareas más apremiantes del organismo "en per-
manente crecimiento", señaló claramente que aquello no
era el fin, sino simplemente el inicio de una etapa dife- ~~pública, ~ncorporaba avanzados conceptos de planifica-
rente para la nueva Universidad. Clan educaCIOnal y una renovada concepción de la misión
La institución se enfrentaba a la resolución de impor- ~niver~itaria. El mundo contemporáneo, se dijo allí, exige
tantes problemas: marcadamente, el aumento masivo de la ImperIOSamente un planteamiento integral de la misión edu-
población estudiantil (4.800 estudiantes en 1939, 17.108 cacional, desde que la enseñanza superior no puede eludir
en 1957); y la creciente falta de recursos para atender las la responsabilidad de la educación de las masas. Asimismo,
necesidades del mayor número y las cada vez más eleva- al tiempo que postulaba el esclarecimiento de los objetivos
das e~igen.cias de l~ enseñanz~ técnica. Las soluciones que de una política económica independiente, se encarece la
la UlllversIdad comIen a a arbItrar reflejan esta situación y necesidad de hacer de la Universidad un centro rectOr de
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se enmarcan en un clIma de crecientes dificultades exter- la emancipación económica de América Latina, planificando
nas. A los efectOs de la crisis económica, se agrega la crí- y estimulando a ese fin investigaciones sobre los reales pro-
tica sistemática de los sectOres conservadores obstinados en blemas económicos, sociales, científicos y tecnológicos de
contener el avance de una Universidad que, planifica ahora un vasto Continente relegado tOdavía al nivel del sub·
cambiar su propia estruCtura, pero que postula la transfor- desarrollo.
mación de un país que empieza a rezagarse. La Universidad no perdió de vista este programa de
1959. A partir de estudios y enfoques planteados en el Se-
Vásquez Acevedo lubía abierto en 1885 el camino de
minario sobre estructura universitaria (1967), se ha venido
una Un.i~ersi~ad diferente a la que maduró bajo el signo
subrayando la urgencia de imprescindibles reajustes institu-
del espmtualIsmo. En su tiempo, encarrilar la institución
cionales destinados a encauzar y consolidar la misión crea-
hacia el campo de las ciencias, darle una organización admi-
dora y orientadora que cuadra a la Universidad latinoame-
nistrativa y un nuevo impulso educador inspirados en los
ricana, en un continente que pugna por resolver sus con-
postulados del positivismo, no fue tarea sencilla ni exenta
tradicciones, urgido por imperiosas necesidades de cambio.
de sinsabores. Pero en 1885 tOdavía el esfuerzo' individual
La crisis aCtual, que perfila los trazos más regresivos
d.e un ~o~?re resueltO, con el apoyo de amigos y partida-
de un Uruguay estancado y dependiente, también amenaza
rIOS e Ill1CIalmente del poder público, podían llevar ade-
paralizar el impulso constructivo de la Universidad de la
lante l?s cambios. La reforma que estatuyó la ley orgánica
República. A la incidencia de la crisis se suma en nuestros
de 19)8 y que contÓ en Cassinoni con uno de los más
d~as el creciente enfrentamiento de Universidades y go-
d~cididos y decisivos propulsores, traduce, en cambio, una
bIerno que compromete fines y libertades esenciales de su
dI,latada empresa que remonta, como vimos, a las primeras
vida académica. Retaceados sus rubros presupuestales se
decadas del siglo, cuando recibe su impulso inicial con la
cercenan sus posibilidades de avance tecnológico así como
generación que el 18 reclamó una Universidad Nueva, y
una adecuada absorción de sus cuadros estudiantiles.
con los universitarios que luego, en el 20 Y en el 30 crea-
No obstante, y quizás importe destacarlo hoy, si en
ron conciencia de la necesidad de una conceptuación dife-
el pasado presiones autOritarias o resabios conservadores
rent~. Espíri:u refor~ista, influido unas veces por el pen-
intentaron anular su impulso creador, O su influencia escla-
samH:nto latIllo-amerIcano o español, otras por el impulso
re~edora, podemos afirmar que la Universidad de la Repú-
propIO, tuvO su lúcida generación vanguardista en los hom-
bltca no se ha desviado en su siglo y cuartO de vida, de
bres del 35 y su dinamismo combativo en la etapa final
una trayectOria esencial, caracterizada desde los comienzos
de la década del 50. El estudiantado desempeñó en todo
por cumplir con los postulados que vino precisamente a
este decurso un decisivo papel como fuerza renovadora y
consagrar su última ley orgánica: expandir la cultura, defen-
motriz que no dejó detener el proceso de cambio. Y fue
der las libertades, procurar la justicia y el bienestar social.
precisamente cuando los estudiantes formados en aquel im-
pulso reformista inicial de los años 20 y 30 llegaron a im-
BIBLIOGRAFIA BASICA
poner sus puntOs de vista, que la Universidad Nueva ela-
ARDAO, Arturo. - LI. Unú-ersidd de. Montel"ideo. MOntevideo, 1950.
boró un Estatuto que le permitiría ponerse en marcha. ARDAO, :\rtu:-o..- Esp1f¡t¡¡alulllo y POSlt:riJmo en el UTugllay. Filosofías
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blIca ha SIdo siempre institución de vanguardia en América deo, 1962. .
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lIberal. Reclamó luego, ya en las postrimerías del 800, un VIdeo, 19+'- -
PETIT MUÑOZ, Eugenio. - _ Ef derecho de fa Unúersidad a darse Sil
mayor ensamble con la realidad y se entregó a un programa propIO Estaltlto. MonteVIdeo, 1961.
de cambio acorde con el camino de modernización que asu- ODDONE, !vI:. Blanca París de. :- La Unú'ersidad de MOIlle!'ideo en fa
jormaoon de nllestra conCIenCIa ltberaJ. 1{oncevideo 1958
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o la dictadura, durante las últimas décadas supo definit de fa f.!n1l'erstdad de AIome''Ideo. La UlIil'ersidad Vieia 1849.1885
Moocevldeo, 1958. .,. .
u~a actitud alertada y comprometida ante los problemas SANCHl;~' 19~~~ Alberto. - L.~ Uniz'ersidad L.~tillo,mlericalla. Guacema·
VItales de nuestro Continente. Un repertorio más compleco de fuences y bibliografía puede consulcarse en
El programa esbozado por Cassinoni en el III Con- CENTRO DE ESTUDIANTES DE DERECHO. Qué es y cómo nació la
R.e~orma UmverslCana, en Cuadernos Unive:sicarios. N9 1 l\fontevideo
greso de Universidades de América Latina celebrado en dl~lembre de 1966 y ~n J. A. ODDONE y M. B. PARIS DE ODDONE'
HIstOria de la UOlvetsldad de MOntevideo, cie. '
Buenos Aires en 1959, en nombre de la Universidad de la

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