Coriat - El Deseo de Los Padres y La Constitución Subjetiva

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 5

El deseo de los padres y la constitución subjetiva

Bibliografia:
Coriat, H, E.T. ¿Hacedores de bebés?. Escritos de la infancia. Fepi.
Peaguda, S. La estimulación temprana y sus paradojas. Escritos de la infancia. Fepi.

Haydee Coriat y Silvia Peaguda forman parte del FEPI Fundación para el Estudio de los
Problemas de la Infancia es un centro interdisciplinario que trabaja problemáticas del
desarrollo y constitución subjetiva en niños.

Coriat se plantea que ante la pregunta de ¿Qué es un bebé? Existen diferentes respuestas:
- Un cachorro humano
- Un conjunto de estructuras
- Un producto del amor
- Un mecanismo perfecto que se desarrolla
- Una persona chiquita
- Una tabula rasa

Ante cada imposible logrado surgen nuevos imposibles por lograr. Hay algo en relación a la
definición de que es un bebe que evoca un vacío, mágico, desafiante, se corre cuando
creemos haberlo abarcado.
Un bebé no existe sin sus padres, sin alguien que realice esas funciones moriría, de
hambre, de sed. ¿Y si alguien atendiera solo el cuerpo? También moriría de marasmo.
Con el cuerpo solo no alcanza. Es necesario otro elemento inasible que se apoya en el
cuerpo, lo toma, tiene que ver con el Otro que lo mira, lo lee, lo habla, lo piensa y lo
significa. Ser mirado, para mirar y encontrar algo. Ser hablado, para hablar y que alguien
nos escuche.
No siempre que nace un cuerpo que podría ser de bebé, nace un bebé, a veces falta algo, a
veces sobra algo, en este otro elemento que se suma al cuerpo, y el bebé pasa a ser otra
cosa que bebé es mirado, es nombrado de otra manera. Otras fantasías, otros fantasmas lo
toman corriéndolo de lugar, estacionándolo al costado de su camino de bebé, sin permitirle
recorrerlo.
Ser bebé implica un estado de transición, después será otra cosa, niño, adulto, pero nunca
más podrá volver ahí. ¿Y si no puede recorrer ese camino?
Queda varado en el lugar de la diferencia, que lo masifica, que lo priva de su posibilidad de
ser único en el mundo. Es idéntico a otros con el mismo diagnóstico (parálisis cerebral,
Síndrome de down, ceguera, etc) y esto genera en el Otro un gran cambio de mirada,
Un bebé visto como diferente, nominado como otros, imposibilitado de ser único. Sus
padres mirando ese cuerpo, viendo sus propios fantasmas, alojados en él nominando,
nominados por un diagnóstico.
Nuestro paciente es el bebé, pero éste no es sin sus padres, está repartido entre su cuerpo
y lo que sus padres ven en él, hay que dirigirse a ellos para que nos muestren al bebé.
En el tratamiento establecemos una relación particular, elementos de nuestra historia y
nuestro saber terapéutico se imbrican hasta decirnos que él es alguien único para nosotros
que nos importa que algo esperamos de él y que estamos dispuestos a reclamarlo.
Los padres nos observan, nos reclaman, porque suponen que sabemos ¿Cómo ser padre o
madre de este niño? Suponen que sabemos acerca de él, quien es, de dónde vino, cómo
será.
Vía la transferencia nos adjudican conocimientos, sentimientos, emociones que les cuesta
reconocer en ellos mismos.
En la estimulación temprana toda producción, todo logro de ese bebé está directamente y
necesariamente relacionado con el lugar significante, simbólico que ese niño tenga para sus
padres. Sostener este juego transferencial en el que la función materna irá reencontrando
su lugar, ir devolviendo a los padres en la medida en que puedan tomarlo aquello que nos
han adjudicado.
¿Y el bebé? El bebé es jugado en esta escena por los otros y este juego lo va
constituyendo, volviéndolo a su camino de bebé para que pueda recorrerlo. JUgamos el
lugar de Otro para este bebé, producimos marcas en él que serían imposibles sin la
transferencia de los padres sobre nosotros.
Sostenemos este juego fantástico, las acciones del bebé, las nuestras, las de los padres,
adquieren nuevos significados, se tornan significantes. Nos interesa que su deseo comience
a construirse, a manifestarse allí. Corrernos de lugar y permitir que sea el bebé el que haga,
el que nos llame, nos diga, nos muestre.
En esta práctica tenemos cuestionamientos: queremos que camine, nos va enseñar
ejercicios, hoy no hizo nada, en la sesión se la pasan jugando. También encontramos otras
posiciones: cuando nos dijeron que la tratáramos como a cualquier bebé nos aliviamos y
pudimos empezar a jugar… Qué hacemos acá? Nada… pero nos hace bien.
Este HACER NADA es una construcción elaborada en el intento de generar el espacio vacío
necesario para que un bebé pueda expresarse, crecer e ir apropiándose de su propio
deseo, implica que sean el bebé y sus padres los que lleven adelante la sesión, que
jueguen a lo que quieran jugar, que hablen de lo que quieran hablar. El analista acompaña,
sostiene, escucha, espera propone.... No una receta mágica, omnipotente, sino un espacio,
un tiempo, una forma de mirar, un chiche, una palabra, un nuevo juego.
Algo queda haciendo marca en ellos cuando nos ven mirar a su hijo, jugar con él, y a su
bebé respondiendo a nuestro juego.
La función del analista es sostener la escena que los padres y el bebé necesitan desplegar,
devolviéndoles a los padres una imagen libidinizada de ese bebé, imagen singular y con
nombre propio en lo que se juegan aceptación, rechazo, saber y desconocimiento,
posibilidad e imposibilidad.
Un bebé no es sin sus padres. Un especialista en E.T no es sin un equipo con el cual
pensar, discutir, descubrir, revisar, reelaborar permanentemente su lugar.
El equipo nos ayuda a corrernos de lugar a no obstruir el camino que este bebé y sus
padres deberán recorrer, deberá dejarnos… y nosotros a él.

Silvia Peaguda en el texto ¨La estimulación temprana y sus paradojas sostiene que:

Una paradoja implica dos polos contradictorios frente a los cuales podemos tomar dos
caminos:
1. Eliminar uno de los polos de la paradoja.
2. Dialectizar, no eliminar ninguno de los términos, tomar ambos, ponerlos en relación.
Constituir desde ahí un nuevo enunciado que diga cómo y de qué maneras ambos
términos se relacionan.
La primera paradoja que plantea la autora es:
¨No existe un bebé sin cuerpo, pero… ¿Puede existir un cuerpo sin bebe?¨
Estamos acostumbrados a que lo que llamamos bebé remite a un cuerpo que lo aloja, una
presencia corpórea que lo sustenta. Pero… ¿es solamente ese cuerpo el bebé?.
Cuando pensamos en un bebé pensamos en los padres. Un bebé no se puede constituir sin
la presencia de sus padres. Pero no solo la presencia física de ellos sino la presencia de los
padres en ese cuerpo de bebé,
Un bebé no está sólo formado con aquello que nació sino lo que hay de ¨bebé¨ en el deseo
de los padres. Podría existir un cuerpo pero sin un bebé con la sola presencia de ese
cuerpo no basta.
Concepto de prematuración: Todo cachorro humano nace, sin un Otro que ya desde antes
del nacimiento no le haya armado un lugar que al nacer irá ocupando, este cachorro
humano moriría.
Se produce entonces una báscula entre la prematuración (insuficiencia) y la anticipación.
Anticipación en el Otro de este sujeto a advenir. El estadio del espejo es un drama cuyo
empuje interno se precipita de la insuficiencia a la anticipación. Aquello que más nos aliena
al otro es lo que nos constituye psíquicamente y nos permitirá emerger como sujetos.
Báscula entre la insuficiencia del cuerpo y la anticipación del Otro que desde su deseo le
inventará una morada propia.
El cuerpo y el Otro no pueden excluirse, con el cuerpo solo no basta, con el deseo de los
padres solo tampoco basta.
En la anticipación de los padres del bebé esperado y el bebé con cuerpo que nace hay
siempre una diferencia.
Diferencia jugada desde el nacimiento, algunas son más explícitas que otras, algunas más
conscientes o menos conscientes. Es universal que existe una distancia, una hiancia entre
aquello esperado y lo encontrado.
Que exista esta hiancia es lo que da lugar al deseo, que nunca se cierre el circuito, que
nunca se complete y ya no haya que esperar más.
Freud en ¨Más allá del principio del placer¨ sostiene que: ¨De la diferencia entre el placer de
satisfacción hallado y el exigido surge el factor impulsor que no permite la detención en
ninguna de las situaciones presentes¨. En el Cap VII de la Interpretación de los sueños
trabaja con la vivencia de satisfacción como impulsora para volver a recuperar esa
experiencia de satisfacción mítica que pone a trabajar al aparato psíquico.
La diferencia entre lo esperado y lo obtenido no está dada solamente desde el deseo de los
padres en el armado del bebe sino en el bebé mismo como la condición de la estructuración
del aparato psíquico.
La construcción del cuerpo del bebé no es desde un solo lado, no sólo las expectativas de
los padres, desde su deseo, sus anhelos, el bebé también pone lo suyo. No es un mero
receptor pero los padres en su deseo le van permitiendo que vaya abriendo su camino.
Este interjuego no es simétrico, el bebé está en un estado de prematuración, se ve ubicado
en una dependencia absoluta al otro. Al existir esta diferencia entre lo esperado y lo
encontrado del lado de los padres le ira permitiendo al niño muy de a poco apropiarse de
este lugar que le fue otorgado.
Esta diferencia no es a veces sin dolor para los padres, siempre implica una herida al
narcisismo, el bebé no está constituido de entrada trae como consecuencia un recorrido en
su armado de alegrías pero también de tristezas, aciertos y desaciertos, encuentros y
desencuentros.
Otra paradoja plantea Peaguda:
El lugar de la diferencia posibilita que un sujeto advenga que siempre se siga esperando de
él, que nunca lo podamos capturar del todo, que no se transforme en propiedad del Otro.
Por otro lado, cuando esta brecha entre lo esperado y lo hallado se convierte en algo
inconmensurable desmedido, se torna avasallante, es una diferencia qie hace resistencia,
que obstaculiza y cristaliza el deseo.
Los efectos de esta diferencia en un sujeto se abren hacia dos posibilidades:
- Vía de la recuperación del deseo. En esta vía la diferencia es con medida, acotada,
implica la recuperación de aquello perdido por estructura, no es pura diferencia
(vivencia de satisfacción/objeto perdido).
- Vía de lo irruptivo. Lo que en Freud llamamos lo traumático, lo no tramitable. Las
representaciones no ligadas en el aparato psíquico(es aquí donde el trabajo de la
estimulación temprana toma mayor relevancia).

Qué ocurre cuando esta diferencia es irruptiva, no tramitable? Esa diferencia se vuelve
inconmensurable, desmedida, sin medida.
- En la vía de la recuperación toma peso algún aspecto de este bebé que hace
soportable la diferencia, la hace tramitable. Es así que el bebé no está tomado por
esta diferencia en su totalidad, dando lugar a la elaboración. Resignando lo
esperado y aceptando lo encontrado.
- La diferencia irruptiva toma a este ser que nació CASI en su totalidad. Se dice CASI
porque si fuese en su totalidad absoluta el efecto podría ser la muerte o alguna
expresión cercana.
IRRUPCIÓN: entrada repentina y violenta. Algo no esperado y lo encontrado es ajeno a lo
esperado.
Un bebé que viene fallado por alguna alteración en el desarrollo, que viene con algo de más
o de menos no entra dentro de los carriles de aquello “calculablemente” esperado. Ese
cuerpo de bebé se ve tomado por la diferencia, por la falta.
Ese cuerpo de bebé muchas veces encarna este sentido de “lo siniestro”: aquella suerte de
espanto que afecta las cosas conocidas y familiares. Lo siniestro es la intersección entre lo
ajeno, extraño y lo próximo, conocido y familiar.
Cuerpo en menos que deja a la diferencia en un lugar cristalizado, sin desplazamiento, sin
ligadura posible, no tramitado, no ligado. Esta diferencia debe tener carácter de ESPECIAL.
Esta nominación es tomada por los padres para que en el mejor de los casos les haga
pregunta, los interroguen algo y los lleve a consultar. Se produce una ruptura en la función
materna, pero no sólo pensada como la relación madre - bebé. Función materna pensada
como la que abarca la posición inconsciente de la madre respecto de su deseo por ese hijo.
Función materna que da lugar a la entrada de la función paterna como terceridad y como
ley.
Es el trabajo de la E.T poner a trabajar el lugar singular que ocupa la diferencia para esos
padres, qué particularidades específicas, qué peculiaridad tiene. Algo les pasa con esa
diferencia; diferencia desmedida que produce una fractura en el narcisismo de los padres. Y
dicha fractura tiene efectos directos en el niño; lanzar al bebé al lugar de la diferencia
cristalizada. Es así que el niño es tomado por lo ajeno, por la no pertenencia , la ajenidad, la
no inclusión del bebé en el campo de la filiación y por tanto no reconocido como propio.
Corriendo el riesgo de no ser incluido en un proyecto futuro posible, en una red, en un linaje;
como si la red se hubiera cortado, interrumpido.
El DIAGNÓSTICO nomina la parte ajena de este bebé y aún conductas típicas de los bebés
aparecen irruptivamente como parte del síndrome.
Retomando el CASI se puede pensar que si bien la aparición de esta diferencia es irruptiva
no arrasadora, sino ningúnbebé se constituiría en ese cuerpo.
Esta fractura se ancla en determinados lugares en el deseo parental. Ideales, emblemas
marcan su deseo inconsciente respecto de ese hijo que nació. Entonces esos ideales se
ven quebrados, trastocados. Por ejemplo: si lo intelectual es un emblema para la historia
particular de sus padres, el ideal se verá mayormente quebrado.
Allí donde los ideales caigan, irrumpirá la presencia de lo ajeno que suspenderá esa porción
de la crianza.
La E.T. es un espacio posible de elaboración de lo traumático por parte de los padres.
Elaboración de lo irruptivo, lo que quedó cristalizado, lo no tramitado aún, para que pueda
resignificarse, ser introducido en un nuevo circuito de significación hacia nuevos lugares.
Que algo de la presencia de lo ajeno pueda correrse, desplazarse algo de los ideales.

EFECTOS DE ELABORACIÓN DE LO TRAUMÁTICO: correr la presencia de lo ajeno en


ese bebé y en su lugar advendrá la presencia del hijo, los distintos nombres que lo
encarnan. Olvidarse UN POCO del diagnóstico pero no del TODO, lo cual implicará otra
paradoja.

También podría gustarte