El Comercio Triangular y Su Impacto
El Comercio Triangular y Su Impacto
El Comercio Triangular y Su Impacto
Fueron Colón, Vasco da Gama y Magallanes, sin embargo, quienes sentaron las bases de la
pauta actual, precursores de un modelo económico verdaderamente global. El sistema de
comercio a través del Atlántico prevaleció desde poco después de la época de los
descubrimientos hasta coincidir en el tiempo con el estallido de la guerra civil americana.
Se conocía como “comercio triangular” porque se ocupaba de la exportación de esclavos
de África al Nuevo Mundo, donde se les retenía en plantaciones de azúcar, algodón y otras
materias primas que después se exportaban a Europa Occidental, bien para ser consumidas,
bien para integrarse en los procesos productivos cuyos bienes resultantes eran, a su vez,
exportados a África como medio de pago por los esclavos.
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2. África: el verdadero origen del comercio triangular se halla aquí, donde se perpetraba el
secuestro de personas de diferentes aldeas alejadas de la costa. Desde sus pueblos de origen
eran obligados a marchar hacia la costa donde, aún en cautividad, serían objeto de
intercambios comerciales. Una vez completada la deleznable transacción, los esclavos eran
alojados en barcos europeos o africanos. Allí la espera se prolongaba hasta que el Capitán
consideraba que la nave estaba completa, operación que solía requerir de varias escalas en
diferentes localidades de la costa africana prolongándose, en ocasiones, hasta tres o cuatro
meses.
Quienes pagaban su precio por la compra de un ser humano buscaban la mejor oferta y, al
mismo tiempo, priorizaban la aptitud para el trabajo de cada esclavo, que evaluaban en
función de su condición física aparente y estado de salud. Una vez que el barco había
completado su capacidad con todas las personas secuestradas, hacinadas en las bodegas,
partía hacia el Nuevo Mundo.
3. América: la llegada a las Indias Occidentales tenía una primera escala obligatoria en las
Antillas. Allí, los esclavos africanos se vendería al mejor postor en las subastas. Una vez
que eran comprados por algún terrateniente, su destino no era otro que pasar el resto de su
vida esclavizados, trabajando en las plantaciones. Desde el momento de su llegada a la
propiedad, pasaban a pertenecer al dueño de la plantación. Eran considerados como
cualquier otra posesión y no tenían derechos en absoluto.
Este impacto fue mucho mayor en África Occidental, desde donde se suministraba
el mayor número de esclavos; y, en especial, en la población masculina (la
proporción era de 2 hombres por cada mujer esclavizada).
En el siglo XVIII, los esclavos se habían convertido en la principal exportación de
África, algo que, para muchos analistas fue la causa del retraso en el desarrollo
económico del continente. A la vez, sus repercusiones políticas eran evidentes, ya
que eran los mismos gobernantes, los más poderosos, quienes organizaban la trata
de esclavos (que tenía su precedente en el uso de esclavos para su propio uso y para
la venta a compradores de Oriente Medio).
Pese a que para muchos historiadores no existe un nexo de unión evidente entre
ambos sucesos, lo cierto es que la transformación económica de Gran Bretaña
durante el siglo XVIII, coincidió con su participación en el comercio de esclavos. El
cambio económico sin precedentes hacia las manufacturas, el comercio y el
progreso de la tecnología hacen pensar en la existencia de una relación entre el
comercio triangular y el progreso de la industrialización.
Los beneficios obtenidos de la trata de esclavos dieron la economía británica una
fuente extra de capitales aunque, lo cierto es que, incluso si el comercio de esclavos
fue importante para su desarrollo económico y el de Europa en un momento
determinado, esta dependencia no lo era tanto ya que, cuando a mediados del siglo
XIX llegó la abolición de la trata de esclavos, su impacto negativo en el progreso
económico del continente no fue para nada relevante. De hecho, en las décadas que
siguieron, la industrialización continuó su avance, extendiéndose a nuevas zonas de
Europa.