DUELO Modelos de Itervención

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DUELO: ¿Cómo vive el duelo los adultos mayores?

Jessica Carolina Rubio Pérez

Andrea Carolina García Sanabria

NRC: 202180

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Psicología

Modelos de Intervención I

2022

Bucaramanga
DUELO: ¿Cómo vive el duelo los adultos mayores?

Jessica Carolina Rubio Pérez ID: 473697

Andrea Carolina García Sanabria ID: 666876

Presentado a: Andrea Paola Olmos Steinhof

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Psicología

Modelos de Intervención I

2022

Bucaramanga
Introducción

El adaptarse a una nueva situación como una pérdida afectiva de carácter funcional,
social u otra medida es un proceso lento que requiere de un debido proceso en el cual la
elaboración del duelo permita concreta la nueva adaptación a una condición de vida de una
forma diferente a la que venía llevando y de algún modo una nueva experiencia a la que ya
estaba acostumbrada la persona, el concepto de duelo por lo general es difícil de incorporar
en adaptar a la nueva vida de las personas, y también se asocia a la presencia de un tipo de
situación de crisis como algo fuera de lo normal lo cual es doloroso, dañino o malo para
cada persona que pasa por esto. Es de carácter importante que se esclarezca que cada
pérdida es inherente para cada ser humano, existiendo de este modo un tipo de riesgo
potencial del como cada persona afronta una etapa determinada de la vida, constituyéndose
así una crisis que debe ser resuelta.

Para todo esto es necesario tener en cuenta y reflexionar que el tiempo que se tome
en este proceso de duelo es muy valioso, partiendo de que este se divide en varias etapas,
debido a que la recuperación de ésta pérdida le permita estar acorde con esta nueva
situación de su vida por ello debe encontrarse consigo misma, partiendo de esto el
desarrollo de experiencias grupales y el acompañamiento hospitalario logrando la
participación de otras personas, partiendo de lo anterior con otros usuarios que puedan
compartir su experiencia ya que están pasando por esta misma situación, ofreciendo así la
interacción entre los participantes, se debe tener también muy en cuenta que los ambientes
para el intercambio de participación deben ser agradables y acordes a lo que se está
trabajando. De esta forma recuperar el sentido a la vida y la aceptación de lo sucedido, es
importante tener presente que la vejez es una etapa de la vida que se caracteriza por la
multiplicidad de sentimientos.
Objetivos

Objetivo general

Identificar factores que afectan la vivencia del duelo de los adultos mayores.

Objetivos específicos

 Analizar como los factores alteran la vivencia del duelo de los adultos mayores.
 Establecer métodos de intervención para la superación del duelo de los adultos
mayores.
 Facilitar cada uno de los procesos de forma socio terapéutica que nos ayuden a
promover redes de intercambio que nos ayude a la reflexión y a la aceptación.
 Identificar y dar resolución a las etapas del duelo.
 Modificar cogniciones desadaptativas que producen emociones y conductas
contraproducentes.
Fundamentación Teórica

El duelo es un proceso donde una persona reacciona a la pérdida de un ser querido.


En este proceso se viven muchos cambios donde las emociones juegan un papel importante
ya que el dolo o la tristeza permanecen durante un tiempo y es indispensable completar este
ciclo de superación.

Según J. Ferrater Mora (1962) en "El ser y la muerte", la cesación es coexistente a


lo real, la muerte no es interior ni exterior a la vida, aunque ajena, colorea todos los
contenidos de ésta. Según Laplanche (1987), la muerte sería siempre la muerte del otro,
únicamente alcanzamos a tener el sentimiento de nuestra propia mortalidad a través de la
identificación ambivalente con la persona amada, en el duelo. Freud (1973) señala que es
ante el cadáver de la persona amada donde nacen las ideas del alma, las ideas de
inmortalidad, los sentimientos de culpabilidad de los hombres, los primeros sentimientos
éticos, las ideas religiosas (Gamo Medina & Pazos Pezzi, 2009).

Según describe L.Grinberg (21) vivir implica pasar por una sucesión de duelos; la
evolución da tiempo al yo a la elaboración de las pérdidas y al restablecimiento de los
momentos transitorios de trastorno de la identidad. En los casos patológicos, si fracasa la
elaboración del duelo, se producen graves perturbaciones de esta o formaciones patológicas
(Gamo Medina & Pazos Pezzi, 2009).

A partir de la Universidad Nacional de la Plata (2009) El duelo es un proceso


psicológico saludable y necesario, que se pone en marcha por la pérdida de un objeto
amado, y que comúnmente lleva al abandono de dicho objeto. Se acompaña de pena y
puede ser seguido o no por el establecimiento de una nueva relación con otra persona
(Ledesma & Terdoslavich, 2009).
Yolanda Brenes (2005) dice El concepto de duelo generalmente no es sencillo de
incorporar en la dinámica de vida de las personas, ya que la sola idea de pensar en el
concepto de duelo es asociada con la presencia de una situación de crisis, de algo anormal
que se está enfrentado y que es malo, dañino y doloroso (Brenes, 2005).
En relación con lo anterior, es importante clarificar que las pérdidas son inherentes a
los seres humanos, al respecto existe riesgo potencial de afrontarlas en cualquier etapa de la
vida y efectivamente se constituye en una situación de crisis que requiere ser resuelta por la
persona.

En el DSM-IV (1995) se reconoce el duelo como problema que puede ser objeto de
atención clínica; indica que durante los dos primeros meses pueden presentarse síntomas
depresivos característicos de un episodio depresivo mayor que pueden considerarse
normales si no se prolongan más de este tiempo ni presentan peculiaridades que pueden
hacer sospechar la presencia de un duelo patológico. Por otra parte, la pérdida de seres
queridos está entre los principales problemas psicosociales relativos al grupo primario de
apoyo y al ambiente social, clasificables en el eje IV de la clasificación multiaxial (Gamo
Medina & Pazos Pezzi, 2009).

Esta es una etapa caracterizada por la acumulación de pérdidas tanto internas como
externas.

El duelo por viudedad añade ahora características especiales, puede aumentar la


soledad, al mismo tiempo que la necesidad de figuras de apoyo o la dependencia de éstas, la
sensación de desamparo. Es posible reiniciar una nueva etapa, aunque ello está muy
condicionado por las circunstancias externas y el estado de salud. Lo, habitualmente
prolongado de la relación perdida configura la posibilidad de resituación y como en todas
las edades, el tipo de vínculo tiene una repercusión, aquí matizada por la larga trayectoria
de éste (Gamo Medina & Pazos Pezzi, 2009).

Simone de Beauvoir ha descrito la fenomenología de estos sentimientos de duelo en


"La vejez". Afirma que un anciano es alguien que tiene muchos muertos ante sí; más que
nunca, en esta etapa, se evidencia la idea sartriana manifestada en "El ser y la nada" de que
"el futuro no se deja alcanzar, se desliza al pasado como antiguo futuro". En la ancianidad,
los duelos por los parientes o amigos de la misma generación hacen perder una parte del
pasado compartido. La muerte de los más jóvenes, lógicamente, se viven más en estas
edades, como la de los hijos, e incluso los nietos... a los que se había criado o cuidado,
actúa cerrando las esperanzas de futuro depositadas en ellos (Gamo Medina & Pazos Pezzi,
2009).
El horizonte de la muerte se presentifica más cercano en las pérdidas de esta etapa,
aunque se adivine en todas. Clínicamente puede observarse que, a pesar de todo la mayoría
de las veces, el duelo no se convierte en patológico. Los mecanismos adaptativos ante la
multiplicidad de las pérdidas favorecen, con alguna frecuencia, cierta insensibilización o
acomodación natural, tras un período de impacto inicial. Una conciencia madura o
resignada de la inevitable condición de la vida es un factor positivo para la estabilidad
psíquica en esta etapa (Gamo Medina & Pazos Pezzi, 2009).

Es necesario considerar que el espacio de elaboración del duelo es un tiempo


valioso, "en el cual la persona deberá atravesar un proceso (conformado por varias etapas),
para poder recuperarse de la pérdida y en el sentido más amplio: volverse a encontrar y a
redefinir a sí misma, estableciendo un sentido de identidad acorde a la nueva situación de
vida, en la que es necesario reajustarse" (Sánchez, 2004: 23) (Brenes, 2005).

Existen dos tipos de duelo el normal y el patológico. Hablamos de duelo cuando la


evolución del proceso de reacción frente a una pérdida es normal. Por el contrario, cuando
se entorpece la aceptación de la pérdida sufrida, nos encontramos ante la presencia de un
duelo patológico. Si se prolonga demasiado, se asemeja a un estado depresivo, que impide
afrontar adecuadamente los diversos sucesos de la vida (Ledesma & Terdoslavich, 2009).

Para tener un duelo normal se deben pasar por unas etapas; 1 negación, la persona
busca encontrar culpables en el objeto mismo, en el médico y finalmente suele
responsabilizarse a sí mismo; 2 identificación, la persona está sumida en interminables
recuerdos asociados a lo perdido y su monotemática conversación gira en torno a sí misma.
Siente que el mundo no tiene sentido sin el objeto amado; 3 reconexión, con el paso del
tiempo y la elaboración correspondiente, la persona doliente siente que los recuerdos
asociados a la pérdida son cada vez más lejanos. Empieza a estar en condiciones de
conectarse con otras personas y con nuevos intereses (Ledesma & Terdoslavich, 2009).

Es muy importante vivir este proceso de forma adecuada ya que si no se


complementa esta el duelo pasa a ser duelo patológico donde la sintomatología de este
puede predecir descompensaciones orgánicas en las mujeres (cáncer, ataque cardíaco), o
ideación suicida en los hombres. Si una mujer mayor pierde a su marido, ella se quedará sin
su marido y también sin lo que de ella despertaba el amor de su marido. Después de largas
décadas de vida de pareja eso no suele ser tan sencillo de sustituir (Ledesma &
Terdoslavich, 2009).

En nuestro proyecto del duelo lo haremos en la población del adulto mayor en


Bucaramanga y el modelo de intervención que manejaremos es el de cognitivo conductual
porque une conocimientos de la teoría del aprendizaje con el procesamiento de la
información y trata de explicar cómo se aprenden determinadas conductas.

La técnica en la que nos vamos a manejar es la técnica de reestructuración cognitiva


ya que esta se centra en modificar los esquemas de pensamiento de la persona. Se ayudará
al paciente a conocer sus patrones de conducta y a ver la influencia que tienen en su vida y
así mismo cambiar esos pensamientos negativos.
Bibliografía
Brenes, Y. (2005). Adultos (as) mayores: Construyendo procesos de duelo adecuados.
Revista de Trabajo Social, 7, 17-22.
Gamo Medina, E., & Pazos Pezzi, P. (2009). El duelo y las etapas de la vida. Revista de la
Asociación Española de Neuropsiquiatría, 29(2), 455-469.
Ledesma, C., & Terdoslavich, J. (2009). Los trabajos del duelo en el envejecimiento. In II
Congreso Internacional de Investigación de la Facultad de Psicología de la
Universidad Nacional de La Plata .

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