Tarea 7 de Psicologia Del Desarrollo Ana

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Universidad Abierta Para Adultos

(UAPA)

Asignatura:
Psicología del desarrollo.

Nombre:
Ana María Rosario

Matricula
15-8634

Facilitadora:

Zunilda Margarita González

Santiago De Los Caballeros, República Dominicana.


09 de 0ctubre del año 2020
Introducción

Sobrellevar con la pérdida de un amigo cercano o un familiar podría ser uno de


los mayores retos que podemos enfrentar. La muerte de la pareja, un hermano
o un padre puede causar un dolor especialmente profundo.

Podemos ver la pérdida como una parte natural de la vida, pero aun así nos
pueden embargar el golpe y la confusión, lo que puede dar lugar a largos
períodos de tristeza y depresión. Todos reaccionamos de forma diferente a la
muerte y echamos mano de nuestros propios mecanismos para sobrellevar con
el dolor que ésta conlleva. Las investigaciones indican que el paso del tiempo
les permite a la mayoría de las personas recuperarse de la pérdida si pueda
contar con apoyo de su entorno social y mantenga hábitos saludables. Aceptar
la muerte de alguien cercano puede tomar desde meses hasta un año. No hay
una duración“ normal” de duelo
Después de consultar la bibliografía señalada (Libro básico: Desarrollo
Humano de Papalia) y otras fuentes de interés científico para la temática
objeto de estudio, se recomienda que realices las siguientes actividades:
 
1. Realiza la siguiente guía de preguntas:

 ¿Qué es el duelo?

El Duelo es un proceso interno que se produce ante la pérdida de una relación


afectiva, sea del tipo que sea, pudiendo ir desde la pérdida de un trabajo, un
cambio de residencia, la ruptura de una relación de pareja hasta la muerte de
un ser querido

¿Cuáles son las características del duelo?

La principal característica del duelo es que puede conllevar consecuencias


tanto físicas como emocionales y por lo general supone un desequilibrio de
todo nuestro comportamiento manifestándose por medio de sentimientos como
la tristeza, la desilusión, el sufrimiento y en consecuencia un dolor profundo por
nuestra pérdida, lo que puede provocar  problemas para conciliar el sueño,
adelgazamiento, problemas alimenticios, enfermedades, desordenes en el
comportamiento y muchas otras afecciones físicas e incluso sensoriales.

El duelo en ocasiones también puede causar serios conflictos en las relaciones


interpersonales, ya que quien lo está sufriendo, muchas veces no acepta
ayudas, consejos o simplemente el apoyo de alguien más, prefiriendo aislarse.
Algunas veces el tiempo por el que se prologa este estado puede estar sujeto

Fases del duelo

Aunque cada quien vive el duelo a su manera y no hay una forma establecida
para hacerlo, existen ciertos patrones que tienden a cumplirse en cada una de
las personas durante este proceso. Es así que la psiquiatra Elisabeth Kübler –
Ross quien en su libro On death and dying (Sobre la muerte y el morir),
publicado en el año 1969, describe las 5 fases del duelo, las cuales te
mencionaremos a continuación.

Negación

Aunque la pérdida ya es un hecho, en esta fase, la persona se niega por


completo a aceptar la realidad a la que debe enfrentarse a partir de ese
momento. Esto es una especie de mecanismo de defensa del subconsciente y
es absolutamente común, logrando mitigar de alguna manera la primera
impresión y la ansiedad ante la pérdida. Lo realmente complicado es cuando la
persona se estanca en esta fase y costándole aun más el poder asimilarla y
superarla. Esto se realiza, en algunos casos como una evasión inconsciente
ante la pérdida.

La ira

La pérdida, sobretodo de un ser querido, representa un choque emocional y


nuestra comprensión de lo que nos rodea y es por eso que muchas veces y
ante esta incomprensión de lo que sucede, aparece la ira. En esta etapa la
persona trata de buscar algún culpable (en ocasiones se culpan a sí mismos) y
surge un proceso en que, tal vez de modo inconsciente, se empieza a tapar o a
“disfrazar” de rabia  la tristeza y hasta se buscan explicaciones que tal vez no
existan.

Todo esto se da producto de la frustración y la impotencia, al ver  como no


pudimos hacer nada ante la pérdida que estamos sufriendo y por su gran carga
emocional es muy común que el desenlace sea una explosión de rabia o de ira
al darnos cuenta de que ya no podemos hacer nada para revertir la situación.

Negociación

En esta fase, la persona intenta llegar a una conciliación ficticia ante la pérdida


que se está sufriendo. Es decir, se trata de buscar una solución a algo que ya
es irremediable  y que no podrá cambiar bajo ningún concepto. Durante esta
etapa, suelen hacerse promesas e incluso llega a ser una motivación dada por
la persona objeto de la pérdida. Es curioso señalar, que este proceso puede
generarse incluso antes de muerte de la pérdida, como una especie de
preparación para lo que sabemos que está por venir.

La depresión

Después de haber empezado a asimilar la pérdida,  es en donde, según los


expertos, se comienza a experimentar el verdadero dolor. Ya somos
conscientes de nuestra pérdida y debemos abandonar nuestras fantasías e
intentar desprendernos volviendo a la realidad y es el momento en el que
aparece una profunda tristeza y una sensación de vacío indescriptible que
muchas veces nos quita los motivos para seguir adelante. Es para muchos, la
etapa mas difícil, dentro de lo ya complicado que resulta una perdida para un
ser humano, y es que es el momento en que debemos emprender el camino en
una nueva realidad marcada por la ausencia.

Aceptación

Es la última de las etapas del duelo y ocurre cuando tras superar el impacto


inicial, al fin aceptamos con resignación que nuestra pérdida es
irreparable. Esto no quiere decir que sea una fase de alegría sino más bien de
desapego y comprensión sobre lo sucedido.
Es importante acotar que, como explica la psicóloga Liliana M. Lund “estas
fases del duelo no tienen que presentarse de la misma forma ni en el mismo
orden aunque sí suelen ser las más habituales”. Dependerá de cada persona y
sus formas de afrontar las situaciones, su historia personal, pérdidas anteriores
e incluso de su entorno social”. Si pasas por un duelo y te cuesta superar
alguna de estas etapas, lo más recomendable es que te pongas en manos de
un profesional

¿Cuáles son las etapas de este? Describe brevemente cada una.

Etapa Cognitiva del Duelo

Es una etapa que contiene 2 fases:

Fase de Negación: habitualmente es una de las primeras reacciones ante la


pérdida. Nos permite amortiguar el dolor temporalmente. Permite a la psique
separarse de la realidad traumática para poder asimilarla poco a poco.

Puede vivirse como una sensación de calma aparente, como si no hubiese


ocurrido. Si ponemos un ejemplo, como puede ser la muerte de un familiar, es
posible que inicialmente nos cueste hacernos a la idea de la pérdida y que en
nuestros pensamientos siga apareciendo como disponible.

Otros ejemplos de negación podrían ser pensamientos “pero si ayer mismo


estaba bien” “no me lo puedo creer” “no consigo hacerme a la idea de no volver
a verle” o tener la sensación de verle por la calle, actuar como si no hubiera
fallecido, hablar en presente como si siguiera vivo

Fase de Racionalización: es lo que usamos para entender lo que ocurre y al


hacerlo nos aporta seguridad. Se trata de una necesidad como seres
racionales que somos para poder interpretar la realidad externa. Por ello
resultan tan necesarias las explicaciones del médico ante un fallecimiento o,
para personas creyentes, las explicaciones dadas por un sacerdote.

Etapa Emocional del Duelo

Esta etapa está compuesta de 4 fases diferentes:

Fase de Protesta: todas las relaciones tienen momentos buenos y malos. De


éstos últimos, tendremos rabia acumulada a nivel inconsciente que en el
momento de la pérdida de la relación puede hacerse más fácil su acceso.

Si nos fuésemos al ejemplo del fallecimiento de una persona cercana, la rabia


surge por el mismo hecho del fallecimiento y ésta se añadirá a la ya
acumulada. Es muy importante saber que, aunque evidentemente la persona
más perjudicada es la fallecida, es normal y tenemos todo el derecho a
sentirnos enfadados por su pérdida sin a la vez sentir culpa.
Fase de Tristeza: La tristeza es la emoción asociada a la pérdida, por lo que
en todo duelo habrá un espacio para ella. Hay que tener en cuenta que cuando
hablamos de pérdida, no lo hacemos exclusivamente de la relación que se ha
terminado, sino que también perdemos muchos elementos asociados.

Cambiando ésta vez de ejemplo, yendo a un caso de divorcio, además de la


ruptura de pareja, sentiremos la pérdida de tener que repartir el tiempo a
disfrutar de los hijos, si es que los hay, o los lugares a los que fuimos juntos, o
a la casa común si es que tenemos que irnos.

Fase de Miedo: ante la pérdida de una relación se abre una nueva etapa en la


que nos preguntaremos ¿Qué será de mí sin la relación que se acabó? Esto,
por el mero hecho de conectarnos con lo desconocido nos hará sentir miedo.
Su intensidad puede ser muy variable según lo que suponga para nosotros la
pérdida.

Suele ser una emoción muy intensa ante la pérdida de familiares de primer
grado pudiendo llegar a sentir cierta carencia de sentido de nuestra vida. Es
muy importante acoger el miedo apoyándonos en el cariño de otros seres
queridos.

Fase de Aceptación emocional: además de aceptar la pérdida a nivel


racional, si hemos expresado las emociones que nos ha producido, estaremos
disponibles para aceptar en el plano emocional. Cuando acompañamos a
nuestros pacientes en un duelo, y nos encontramos en ésta fase, el paso será
el de decir adiós.

El hecho de decir adiós lleva a la persona que está realizando su proceso de


duelo a chequear cuanto ha limpiado a nivel emocional. Si siente que todavía
hay emociones por salir le acompañaremos nuevamente a expresar tantas
veces como necesite. Esto será clave para evitar hacer un falso duelo.

Etapa de cierre

En la última etapa del Duelo tendremos en cuenta 3 fases:

Fase de Perdón: Como ya hemos comentado, en todas las relaciones hay


momentos buenos y malos, y la tendencia suele ser que tengamos esos
conflictos guardados en la recamara incluso durante años. En esta fase, será el
momento de perdonar aquello que creamos haber padecido por estar en la
relación que termina. Al llegar a éste punto, si sientes que hay cosas que no
puedes perdonar, como en la fase anterior, es mejor volver a fases previas y
seguir limpiando emociones “almacenadas”.

Fase de Gratitud: Si cognitivamente hemos aceptado la pérdida, hemos


expresado emociones y al estar emocionalmente en paz, hemos perdonado
aquello que nos hizo daño, podremos ver y agradecer aquello que la relación
que termina no aportó. Este proceso permite cerrar el duelo con una capa
positiva, constructiva y agradable, para que el recuerdo de la relación quede en
positivo en la memoria.

Fase de Nuevos Apegos: es la fase en la que el proceso de despedida del


duelo ya ha terminado y la persona se encuentra libre de la relación, lo que le
va a permitir internamente, estar abierta a nuevas relaciones.

A través del proceso de Duelo podremos actualizar nuestro sistema emocional


interno al ir despidiéndonos de relaciones que se hayan terminado e incluso,
podremos resolver heridas pasadas que nos siguen afectando en el presente.

Para que pueda realizarse un proceso de Duelo terapéutico, en el que como


decía, poder ir despidiéndote de elementos que te generan sufrimiento, es
necesario el acompañamiento profesional, ya que es lo que permite que la
persona vaya dando los pasos con la protección que dan los conocimientos del
profesional y la relación terapéutica que creamos en la consulta.

 Propón sugerencias de cómo se debe manejar la misma en la


familia.

El duelo es una reacción normal y necesaria ante la pérdida de una persona


querida y cumple una función adaptativa que es la de ayudar al doliente a
aceptar y adaptarse a la pérdida, y reconstruir la vida cotidiana y los valores sin
el ser querido.

En definitiva, se trata de continuar viviendo sin esa persona significativa. El


valor, la relevancia y el significado del proceso de duelo es tal que hay
personas que tras una vivencia de duelo experimentan un crecimiento personal
importante

Asegurar un buen cuidado médico y emocional del paciente y proporcionar un


adecuado control de los síntomas, para que el sufrimiento que conlleva la
enfermedad sea lo más tolerable posible para el deudo y no se convierta tras el
fallecimiento del enfermo en un motivo de rabia o ira que perturbe el proceso
de duelo.

2. Diseña un plan que pueda ser utilizado en tu comunidad enfocado en


“Cómo enfrentar la muerte de nuestros familiares cercanos”, siguiendo lo
estudiado en la unidad. Toma en cuenta los siguientes elementos:

 Nombre del programa.


 Objetivos.
 Recursos (humanos y materiales).
 Descripción del programa (¿en qué consiste?).

Nombre del programa: “todos Unidosʺ

Objetivos: lograr que las personas que hayan tenido pérdidas de algún
pariente cercano puedan aceptar su pérdida y poder superarla saludablemente.
Evitando que caigan en depresión

Recursos (humanos y materiales): para poder desarrollar nuestro programa


debemos tener profesionales capacitados para tratar este tipo de situaciones,
se necesita un especialista, un psicólogo la cual no sugiere algunos paso para
poder llevar a cabo la pérdida de un ser querido

Consiste en que la mejor ayuda es el apoyo de un psicólogo le podría ayudar


a desarrollar resistencia y a buscar estrategias para superar la tristeza

Los psicólogos reciben una formación que les permite ayudar a las personas a
manejar de forma más productiva el temor, el sentimiento de culpa o la
ansiedad que puede venir como resultado de la muerte de algún ser querido .

Hable sobre la muerte de su ser querido con amigos y colegas para poder


comprender qué ha sucedido y recordar a su amigo o familiar. Negarse que
ocurriera la muerte lleva al aislamiento fácilmente y puede a la vez frustrar a las
personas que forman su red de apoyo.

Acepte sus sentimientos. Después de la muerte de alguien cercano, se


puede experimentar todo tipo de emociones. Es normal sentir tristeza, rabia,
frustración y hasta agotamiento.

Cuídese a usted y a su familia. Comer bien, hacer ejercicio y descansarse le


ayudará a superar cada día y a seguir adelante.

Ayude a otras personas que también lidian con la pérdida. Al ayudar a los
demás, se sentirá mejor usted también. Compartir anécdotas sobre los difuntos
puede ayudar a todos a lidiar con la pérdida.

Rememore y celebre la vida de su ser querido. Usted puede hacer un


donativo a la entidad benéfica predilecta del difunto, enmarcar fotos de
momentos felices que vivieron juntos, ponerle su nombre a un nuevo bebé o
plantar un jardín en su memoria. La elección es suya — sólo usted sabe cuál
es la forma más significativa a su mismo de honrar esa relación única.
Conclusión

Todos reaccionamos de forma diferente a la muerte y echamos mano de


nuestros propios mecanismos para sobrellevar con el dolor que ésta conlleva.
Las investigaciones indican que el paso del tiempo les permite a la mayoría de
las personas recuperarse de la pérdida si pueda contar con apoyo de su
entorno social y mantenga hábitos saludables.

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