Trabajo Escrito

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

TEOLOGÍA JOANICA Y OTROS ESCRITOS – 2020 – 2

TRABAJO ESCRITO

PRESENTADO POR
María Soraida Rondón Marín

Universidad Católica de Oriente

Universidad Católica del Norte

Programa Teología virtual

* Vladimir Merchán Jaimes


TRABAJO ESCRITO:

Elementos Teológicos

El libro del apocalipsis es visto normalmente como un libro misterioso, para unos, miedoso, para
otros es un libro que incita a curiosidad por su variedad de signos, otros se acercan a él, haciendo
una interpretación equivocada en el que solo busca la manera catastrófica de interpretar los
detalles que supuestamente corresponden al fin del mundo. Las cartas Paulinas son muchas veces
miradas con gran respeto ya que Juan es considerado el escritor teológico, por lo tanto, quizá en
algunos genera cierta distancia para acercarse y también la falta de conocimiento puede llevar a
una mirada superficial del mensaje que el escritor quiere transmitir.

Me queda a mí una pregunta desde mi ser de estudiante de teología, ¿qué busco o en el


acercamiento a estos libros? ¿qué lectura hago no solo de su escritura sino también, del entorno y
realidad sociocultural de la comunidad en ellos implicado?, ¿cómo puedo yo ayudar a otros al
acercamiento en una lectura clara, objetiva y realista de estos libros que ayuden a otros a crecer
en su relación con Dios? Es un gran reto este proceso ya que lleva a ir más allá, de las líneas que
leemos, es aprender a leer no solo el texto, sino, el contexto, leer una realidad sociocultural que
enriquecen la lectura e interpretación brindando una mirada mas amplia y objetiva que no
disminuye la espiritualidad, sino que lleva a hacer el lector partícipe de una cultura que sigue
hablando hoy y ayuda a ir descubriendo las raíces de nuestra Iglesia.

Apocalipsis

Nos encontramos ante un libro Teocéntrico, que nos muestra la revelación de Dios como centro
del mundo, y la historia el Apocalipsis muestra desde el principio el ser absoluto de Dios “El que
es, el que era y que va a venir” (1, 4). Aquí Dios no hace parte del mundo ya que todo lo ha
creado, lo que explica porqué Dios es celoso y no acepta otros seres aclamados como dioses junto
a Él, condenando así la idolatría, considerada una prostitución.
E Apocalipsis va uniendo el Antiguo y el Nuevo Testamento mostrando la relación de Dios con
la humanidad especialmente con el Israel antiguo y nuevo mostrando un Dios que habla, escucha,
y actúa en la historia motivando a la conversión y afianzados en la confianza en Dios para
encaminarnos al juicio final.

El Apocalipsis nos muestra a Jesús como mediador por excelencia quien ha recibido la revelación
de su plan, para realizar su voluntad, El es el hilo conductor en toda la trama del Apocalipsis a
quién nos muestra en una estrecha relación con el Padre, con el fin de dar a conocer la divinidad
de Jesús, llevando a sus lectores a convencerse de dicha realidad cristológica ya que Jesús es el
único mediador de los bienes salvíficos y está por encima de la creación siendo superior a ella.

Este paso definitivo hacia la salvación se da a través de la exaltación de Jesús quien es


considerado el Cordero degollado por su muerte y resurrección. Desde esta realidad Jesús reina
en el mundo convirtiéndose en la clave de la historia de la salvación, pues el siendo la Palabra de
Dios, es quien orienta a su Iglesia.

El Apocalipsis da una serie de títulos a Cristo: el Cordero, Testigo fiel, Primogénito de entre los
muertos, Amén, Hijo de Dios, Rey de reyes, Señor de señores, Hijo del hombre Esposo;
mostrándolo como portador del poder de Dios y a su vez tratando de mostrar el significado de
Cristo mostrándole como verdadero Dios y verdadero hombre, por lo que Cristo no solo
corresponde a un nombre, sino también, como título mesiánico.

Jesús ha liberado a su Iglesia con su muerte y ahora habla a través del Espíritu, quien lleva al
escritor a realizar la labor de profeta, mostrando así a su pueblo que es este Espíritu manifestado
en las siete antorchas, los siete ojos, quien capacita a su iglesia para vivir su misión profética.
El Apocalipsis nos muestra una unidad entre Cristo su Iglesia ya que desde la cruz adquirió para
sí este pueblo haciéndolo un Reino para Dios y le ha alimentado en la esperanza del triunfo
definitivo formando así una Iglesia signo de ese pueblo triunfante que será la meta del creyente.

Queda para mi el cuestionamiento de esta relación actual con Cristo si el constituyó a la Iglesia,
un pueblo para Dios, ¿porque hoy nos olvidamos de vivir en esa unidad que Cristo quiere? Hoy
se vive en gran medida el individualismo, dejando a un lado esas verdades del Reino que deben
caracterizar a la iglesia militante, es un gran reto una urgencia el volver a evangelizar para
construir nuevamente comunidad para que la Iglesia siendo una como la esposa del cordero
pueda realmente decir “Ven Señor”

El autor del Apocalipsis nos lleva a una mirada escatológica del ya pero todavía no del “cielo
nuevo y la tierra nueva” es una motivación a la espera del regreso de Cristo la Iglesia espera
pronto este momento, de hacer parte de este Reino de Dios convirtiéndose así en aliento en medio
de las dificultades vividas por la comunidad dando así sentido a sus sufrimientos en una continua
lucha de permanecer en fidelidad.

Con este panorama aun la persecución tiene un sentido, el martirio es acogido con amor, ya que
por ese medio se está uniendo a Cristo quién recibió primero el martirio lavando nuestros pecados
en su sangre y haciendo así un Reino de sacerdotes para Dios, de esta forma el martirio se
convierte en una participación del triunfo del Cordero sobre sus enemigos.

El Apocalipsis está acompañado de una serie de signos que deben ser interpretados desde la
realidad que el pueblo vive ya que encierra en sí una gran simbología que hace alusión a
realidades concretas del pueblo y que pueden desorientar a quien se acerca al libro sin una debida
preparación para su lectura.
Cartas Joánicas

A diferencia de Apocalipsis, las cartas están íntimamente relacionadas con el Evangelio de


manera muy especial la primera; de hecho, las cartas ayudan a la profundización y claridad de
algunos aspectos del evangelio comparte con el evangelio muchos de los términos cristológicos
(logos, aletheia, monogenes…. Y otros términos y expresiones específicos de Juan como
ginoskein, martyria, menein entre otros.

Las cartas denotan una total ausencia del mundo judío y sus realidades y entornos, en cambio,
hace alusión a tonos que llevan a polemizar y que puede mostrar duras realidades de las
dificultades surgidas y presentes en la comunidad. Juan invita a la relación entre el amor a Dios y
al Hermano como respuesta a quienes inculcaban un gran amor a Dios, pero dejaban de lado el
amor al prójimo.

La tradición cristológica del autor de la 1 Jn. Se nos ha transmitido en el evangelio. Y apunta a la


confesión de que Jesús es Dios y ésta es tan elevada que tiende a desaparecer la misma
humanidad de Cristo, en lo que interpretan los cesionistas como un ver a Jesús como el enviado
de parte de Dios que trae la salvación peor éste no tenía que entrar plenamente en la esfera de lo
humano, ya que su acción salvífica se da a través del anuncio salvífico. Ante esta realidad 1 Jn se
esfuerza en marcar la realidad terrena de Jesús, su condición humana y apariencia palpable.

Cabe aquí entrar en un cuestionamiento personal que me lleve a pensar en la imagen de Jesús que
tengo y por lo tanto la que proyecto en mi labor pastoral, cuantas veces me puedo quedar y
muchas personas lo hacen, con un Jesús fraccionado quitándole su verdadera identidad faltando
de esta manera al amor que el proyecta y pide.

En medios de la fuerte Cristología que trae el texto se nota poca mención al Espíritu Santo,
aunque la primera carta de Juan nos muestra la fuerza del Espíritu de manera especial como una
experiencia vital que lleva al conocimiento y une la mención del Espíritu y la Cristología al
hablar de las características de quien nace de la carne y del Espíritu. El autor del texto sagrado
acude a algunas tácticas para mostrar la humanidad de Jesús, entre ellas podemos mencionar
algunas:

Hablar con relativa frecuencia de Jesús a quien menciona como objeto de fe que lleva al perdón,
mostrándole como hombre y a quien se da el título de Mesías, pero teniendo el nombre como
superior, estos denotan gran importancia y se pueden calificar como originales en el escritor. A su
vez también le aplica títulos, siendo esta una carta Cristológica.

Otra táctica está en el sentido de las afirmaciones sobre Jesús, por un lado, encontramos a Jesús
como sujeto de las confesiones de fe dando así claridad en el sentido cristológico, otra afirmación
que se hace a manera de tesis, está en el carácter salvífico de la muerte de Jesús en la que nos
muestra el misterio redentor mostrando la verdadera humanidad de Cristo, en tercer lugar
podemos encontrar el sentido de la expresión “ap’arkhes” mostrando la actuación de Cristo
haciendo referencia al comienzo de su manifestación, Jesús que manifiesta el amor de Dios y su
anuncio que se hace visible y palpable entre la comunidad.

Pero no solamente se quiere resaltar la parte cristológica, también pretende mostrar la


importancia de la vida cristiana manifestada en el amor a los hermanos como consecuencia de
vivir en la luz, demostrando la ausencia del amor como presencia del pecado, poniendo así, como
sello del amor de Dios el amor al hermano “si alguien dice que ama a Dios y odia a su hermano,
es un mentiroso: porque el que no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien
no ve” (1 Jn 4,20)

El amor que a su vez define a Dios, “Dios es amor” 1 Jn. 4,7 es por tanto elemento esencial para
Juan término que es ampliamente utilizado en sus escritos convirtiéndose este En el hilo
conductor de su obra. Este es objeto de anuncio el amarse unos a otros uniendo el creer en Cristo
con el amor al hermano; Juan no alude esta realidad como algo nuevo, hace referencia a ello
como un mandato recibido desde el principio, aunque a su vez es un nuevo precepto puesto que
trae la novedad en Cristo, comprometiendo a vivirlo a la manera de Cristo en una entrega
incondicional. Esta realidad de creer en Jesucristo y amar al prójimo implica un compromiso,
seguir las huellas en el camino de Cristo, incluso en el dar la vida por los demás como Él lo hizo.
Para comprometernos con mayor ahínco, nos muestra esa vivencia de Cristo como mandato del
Padre, de esa misma manera, el creyente se compromete con el mandato de Cristo.

Encuentro aquí la interpelación que confronta la vida y las palabras ya que Juan invita a una
transparencia y coherencia en la que se muestra con hechos el amor a los hermanos, las palabras
que manifiestan la fe, el amor a Dios. Juan recuerda que es imprescindible mostrar en actos de
amor al prójimo aquello que decimos de Dios para no incurrir en pecado ya que lo contrario solo
sería falsedad y engaño, pues se caminaría por una senda contraria a la que se proclama ya que, si
en Cristo se encuentra el amor en plenitud, su seguimiento y el creer en él, solo tiene sentido en la
medida en que el creyente se deja impregnar de ese amor.

Nos hemos adentrado a unas pinceladas que nos ayudan a vislumbrar una nueva lectura de los
textos sagrados, en entrar a las raíces en una mirada a través de los ojos del escritor para así
conocer un poco el entorno que vio nacer estos escritos y por medio de todo esto poder llegar a
Dios, un Dios cercano, humano, amoroso que se deja encontrar, descubrir y amar.

También podría gustarte