2 Padres Jesús Comparte Nuestras Alegrías y Tristezas
2 Padres Jesús Comparte Nuestras Alegrías y Tristezas
2 Padres Jesús Comparte Nuestras Alegrías y Tristezas
«“
La paz esté con ustedes. ¿De qué se asustan?,
¿Por qué surgen dudas en su interior?” Entonces les abrió la inteligencia para que
comprendieran las Escrituras.»
(Lc 24,36.38 y 45)
Experiencia de vida
Realizaremos la siguiente actividad
Cada uno dibuja en una hoja de papel el camino de su vida. En este camino iremos señalando
experiencias que han sido significativas, ya sea porque fueron de mucho sufrimiento o de mucha alegría,
anotando, además, los años en que ocurrieron.
Lo importante es destacar que, en distintos momentos de nuestras vidas, vivimos experiencias
significativas que se nos han quedado grabadas.
Cada uno decide libremente cómo lo expresa y resalta en el papel, con un color, un dibujo, un recorte, etc.
Tenemos sólo unos minutos para realizar esta actividad.
A partir de la actividad, respondamos ahora las siguientes preguntas para compartir luego entre todos:
¿Fue fácil o difícil recordar experiencias significativas de tu vida?
¿Descubriste más experiencias dolorosas o alegres?
2. En la actividad anterior cada uno identificó experiencias dolorosas o alegres de su vida: ¿Las compartí, las
comparto, las compartiría con Jesús? ¿Por qué? Jesús regala la paz a sus discípulos. ¿Tenemos paz en
nuestra vida personal y familiar? ¿Qué te quita la paz? ¿Qué te entrega paz?
Para profundizar:
En este texto de San Lucas, Jesús aparece de improviso saludándolos y anunciando la paz. Un saludo
que será siempre el que distinga su llegada y el encuentro con sus seguidores después de su
resurrección. Ellos sienten temor. Aún no conciben que la vida pueda vencer a la muerte.
Jesús se hace, una vez más, cercano a su realidad. Ahora se pone en medio de ellos para que lo toquen,
para que reconozcan sus manos y sus pies, los mismos que fueron traspasados en la cruz. En esto los
discípulos verán que es el mismo, el crucificado y el resucitado. Reconocerlo llena a los discípulos de
alegría y les regala la Paz.
Y una vez más Jesús les muestra su cercanía con uno de los gestos de amistad más propios: come con
ellos, comparte el alimento, comparte la vida misma y lo que en ella hay de tristezas y desilusiones, pero
también de esperanzas y alegrías. Les regala una nueva esperanza, una nueva manera de mirar y
comprender la vida y el deseo de anunciar esta realidad a quienes no la conocen.
Este mismo regalo nos lo ofrece cada semana en la celebración dominical de la Eucaristía. Como amigo,
nos regala su amistad, acoge nuestra vida, se nos ofrece como alimento y nos renueva la esperanza.
Como haremos en cada encuentro, ahora queremos mirar a la Virgen María y aprender de ella a ser
verdaderos discípulos. Descubrimos una frase, una idea que exprese aquello que consideramos más
importante del tema que hemos tratado hoy. Lo anotamos en el recuadro y pedimos a la Virgen que nos ayude
a guardar esta Buena Noticia en el corazón.