Jose Maria Souto Ugidos
Jose Maria Souto Ugidos
Jose Maria Souto Ugidos
DE LA IGLESIA
(Dimensiones eclesiológicas de la vocación cristiana)
JOSÉ-MARÍA SOUTO-UGIDOS
2. Vocación y «communio»
raíz misma: la comunión del cristiano con Dios, con cada una de las
Tres Personas divinas; y enriquece especialmente la perspectiva de
la comunión entendida como communio fidelium.
11. CL JUAN PABLO I1, Exhort. Apost. Familiaris consortio, 22·IX·1981, nn. 38; 56; etc.
Explica la sacramentalidad de la vocación matrimonial y considera e! deber educativo de los
padres como un verdadero y propio ministerio: «El deber educativo recibe de! sacramento
de! matrimonio la dignidad y la llamada a ser un verdadero y propio "ministerio" de la
Iglesia al servir a la edificación de sus miembros. Tal es la grandeza y e! esplendor de!
ministerio educativo de los padres cristianos, que Santo Tomás no duda en compararlo con
el ministerio de los sacerdotes: "Algunos propagan y conservan la vida espiritual como un
ministerio únicamente espiritual: es la tarea del sacramento de! orden; otros hacen esto
respecto de la vida a la vez corporal y espiritual, y esto se realiza con e! sacramento de!
matrimonio, en el que e! hombre y la mujer se unen para engendrar la prole y educarla en
e! culto a Dios"» (n. 38).
12 .. Véase la descripción que de! sacramento del matrimonio hace la Familiaris consortló,
n. 13: «Los esposos son, por tanto, e! recuerdo permanente para la Iglesia, de lo que
acaeció en la cruz; son e! uno para e! otro y para los hijos, testigos de la salvación, de la
que e! sacramento les hace partícipes. De este acontecimiento de salvación, e! matrimonio,
como todo sacramento, es memorial, actualización y profecía; en cuanto memorial, "el
sacramento les confiere la gracia y e! deber de recordar las grandes obras de Dios y de ser
testimonio de ellas ante sus hijos; como actualización, les confiere la gracia y e! deber de
poner en práctica, en e! momento actual, las exigencias de un amor que perdona y rescata
al uno respecto del otro y con sus hijos; siendo profecía, les confiere la gracia y el deber de
vivir y testimoniar la esperanza de! encuentro futuro con Cristo"».
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16. Cf. JUAN PABLO n, Exhort. Apost. Christzfideles laici, 30-X1I-1988. Vid también
ILLANES, J. L., La secularidad como elemento especificador de la condición laical, en «Teolo-
gía del Sacerdocio», vol. 20, pp. 277-300, Burgos 1987.
17. Este planteamiento se encuentra, por ejemplo, en Catecismo de la Iglesia Católica,
Madrid 1992, nn. 871ss.
18. Que a su vez se determinan como regulares -regulados por la regla- o como
seculares.
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19. Cf. ILLANES, J. L., La vocación al Opus Dei como vocación en la Iglesia, en o. c. en
nota 15, pp. 199-300, Madrid 1993.
20. Cf. RODRÍGUEZ, P., La zdentzdad teológica del laico, en Actas del VIII Simposio
Internacional de Teología, Pamplona 1987, p. 104. Vid. también Catecismo de la Iglesia
Católica, n. 1175.
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21. Cf. RODRÍGUEZ, P., La identidad teológica del laico, en Actas del VIII Simposio
Internacional de Teología, Pamplona 1987,p. 89.
22. Cf. CONGAR, Y, A mis hennanos, Salamanca 1969, pp. 60·61: Los apóstoles fueron
a la vez -como dice el decreto Ad gentes n. 4- e! germen de! nuevo pueblo de Dios y e!
comienzo de la jerarquía (cf. J. RATZINGER, Implicaciones pastorales de la doctn'na de la
colegialidad de los obispos, en «Concilium» 1 [1965) 34-38).
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