Vida Religiosa
Vida Religiosa
Vida Religiosa
CLAR
Año XLV - Nº 4 / Octubre - diciembre 2007
Vida Religiosa
y Aparecida
Diseño y diagramación:
Martha Viviana Torres López
NOTA: Las ideas expresadas en los artículos son
responsabilidad de sus autores.
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Bogotá, D.C. - Colombia
Impresión:
Editorial Kimpres Ltda.
2 Revista CLAR No. 4 · 2007
Impreso en Colombia
Revista CLAR
CONTENIDO Pag.
EDITORIAL 4
COLABORADORES 6
REFLEXIÓN TEOLÓGICA
Aparecida desde Ypacaraí. 9
P. Ignacio Madera Vargas, SDS
Desafios pastorais de Aparecida para Vida Consagrada. 17
Ir. Vera Ivanise Bombonatto, FSP
Una reflexión a propósito de los desafíos de la cultura actual a la Vida 27
Religiosa.
Hna. Maricarmen Bracamontes, OSB
Vida Religiosa discípula–misionera. Algunas resonancias. 39
Hna. María de los Dolores Palencia Gómez, HSJL
Ser o no ser: el religioso del siglo XXI. Integración. 47
P. Carlos Palmés, SJ
PERSPECTIVAS
Intervenciones de la CLAR en la V Conferencia General del Episcopado 57
Latinoamericano y del Caribe.
Discurso inaugural de S.S. Benedicto XVI en la V Conferencia General del 63
Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
RESEÑAS
Vidas de fuego. Grandes figuras espirituales de la historia del siglo XX. 94
Corazonar. Una antropología comprometida con la vida. 94
Firmes en la esperanza. 95
Ouro testado no fogo. 96
Una Vida Religiosa discípula y misionera. 97
Consagrados hoy al Dios de la vida. 97
Amanecer en el Zócalo. 98
Oración en la vida, desafío y don. 99
¿Qué significa dejarse encantar por Jesucristo o estar apasionado por Él? ¿En qué
medida esta pasión se vive y expresa en las realidades personales y comunitarias
concretas? ¿Qué nos dice al respecto el evento-documento de Aparecida en el
actual contexto de cambio de época? ¿Será un texto inspirador para los religiosos
y las religiosas en sus experiencias profundas de vida y comprometidos/as con la
promoción de la vida? ¿En qué medida dice algo a tantos/as otros/as desencanta-
dos/as ante las realidades muchas veces frustrantes de la propia vida personal,
comunitaria e institucional? ¿Cuáles son los principales retos que se desprenden
para la Vida Religiosa en el Continente?
P. Carlos Palmés, SJ
Religioso de la Compañía de Jesús nacionalizado en Bolivia.
Doctor en teología espiritual de la Universidad Gregoriana de
Roma. Ha desempeñado diversas funciones en la CLAR: Jun-
ta Directiva, Presidencia y Equipo de Teólogos/as Asesores
de la Presidencia de la CLAR (ETAP). Dedica su tiempo a la
orientación de ejercicios ignacianos, talleres, conferencias
y cursos para formadores religiosos/as en Cochabamba.
1. EL CONTEXTO DE YPACARAÍ
historia del Continente, factor que es nes teológicas y prácticas que contra-
reconocido explícitamente por el Santo dicen la letra y el espíritu del Concilio
Padre con relación a la Vida Religiosa Vaticano II en Perfectae Caritatis y del
en particular cuando afirma: “la Iglesia magisterio en Vita Consecrata. Algunas
de América Latina os da las gracias por podrían identificarse más bien, con una
el gran trabajo que habéis realizado a búsqueda obsesiva de seguridades y re-
lo largo de los siglos por el Evangelio fugio en costumbres y vestimentas del
de Cristo a favor de vuestros hermanos, pasado, que no son precisamente nove-
sobretodo de los más pobres y margina- dad en la cultura de la imagen y el im-
dos”9. Y digo que a la Vida Religiosa en perio de la tecnociencia.
particular, porque ella es la que lleva
siglos de evangelización, desde la llega- Igualmente, es importante señalar las
da de los europeos al Continente. llamadas a la comunión con los pastores
y a una auténtica inserción en las Igle-
El reconocimiento de la llamada actual sias particulares12, una comunión que
a la Vida Consagrada, y por tanto a la se funde en la amistad, el conocimien-
Vida Religiosa a ser, como discípula, to y valoración mutuos y el compartir
apasionada por Jesucristo, señala su la misión13. Reto a crear en cada Iglesia
dinamismo místico y su llamada a ser particular los mecanismos y la disposi-
misionera, su talante profético10. Ypa- ción de espíritu para esta comunión que
caraí radicaliza esta opción de la Vida puede ser testimonio de la unidad en la
Religiosa como místico-profética al ser- diversidad, de la vivencia en la histo-
vicio de la vida, entrando así a lo que ria del cuerpo místico de Cristo, de la
podemos denominar, una anticipación, construcción de una Iglesia en la más
a las intuiciones de la V Conferencia, genuina tradición del magisterio latino-
porque el Espíritu ha ido llevando a su americano: comunión y participación.
Iglesia, y a la Vida Religiosa en ella, a
una sintonía, a pesar de las dificultades 3. YPACARAÍ: SUS GRANDES LINEA-
aún latentes. MIENTOS
igualmente lo resaltan los señores obis- alternativas. Por ello, la CLAR, fiel a su
pos en la V Conferencia, la “capacidad misión, se siente urgida a acompañar la
de resistencia y de esperanza en medio recuperación del encanto por nuestro
de los infortunios”15 que caracterizan estilo de vida. Solo una espiritualidad
a nuestros pueblos latinoamericanos y fuerte, centrada en el amor trinitario
caribeños. del Dios-comunión que nos ha sido re-
velado en Cristo, nos dará el talante
La realidad nos desafía a construir una necesario para “dejarnos guiar por el
Vida Religiosa místico-profética al ser- Espíritu hacia donde Él nos quiera con-
vicio de la vida, porque creemos que ducir”19.
la existencia de los pobres y excluidos
nos sigue llamando a ser defensores, Un tríptico del Evangelio de Juan ilu-
sin condiciones, de la vida. Y, desde la minará este caminar: “Yo he venido
experiencia religioso-eclesial, tomar para que tengan vida y vida en abun-
conciencia de nuestro aporte para la dancia” (Jn 10,10)... “Yo soy el camino
formación “más adecuada de un laicado la verdad y la vida” (Jn 14,6)… “Vayan
adulto, que a partir de una experiencia y den fruto y su fruto permanezca” (Jn
seria y comprometida de la fe, se pro- 15,16). El Evangelio de la vida nos dará
yecte en la Iglesia y la sociedad como la vida que necesitamos para continuar,
auténticos discípulos y discípulas del “desde la perspectiva de lo imprevisi-
Señor Jesucristo”16. ble que exige pensar, analizar, discer-
nir y proponer de un modo diferente
Ypacaraí señaló igualmente varios fenó- la vuelta a lo fundamental de nuestros
menos de Iglesia detectados por Apare- carismas para hacerlos significativos en
cida como “algunos movimientos y ten- el momento actual”20.
dencias que fomentan una religiosidad
intimista, centrada en el yo, apoyada Las dimensiones que han sido diseñadas
en lo emocional y poco comprometi- a partir del horizonte utópico del Plan
da con la acción social y lo político”17; Global se interrelacionan e integran en-
pero al mismo tiempo la emergencia tre sí: antropológico-relacional, mística
de fuerzas que ayudan a mantener la y profética. Hombres y mujeres situa-
esperanza en un Continente diferente, dos/as en este tiempo de gracia, somos
tanto a nivel de las sociedades como de los que hemos optado por un estilo de
una Iglesia en la cual el laicado tome vida evangélico que nos lleve a vivir en
conciencia “de su condición de bauti- Dios y desde Dios la totalidad de lo que
zados y bautizadas y asuman una nueva somos y a no contemporizar con nin-
ministerialidad en distintas canteras de gún tipo de pensamiento y práctica que
la misión”18. destruya los valores del Reino predica-
do por Jesucristo, nuestro Salvador.
La realidad es la que está pidiéndole a
la Vida Religiosa ser más firme, clara y De allí que la inspiración teológica para
contundente, en su testimonio místico- el trienio, centrada en la búsqueda
profético al servicio de la vida. Los gran- de una Vida Religiosa místico-proféti-
des desafíos se responden con grandes ca, que integra la condición de discí-
Por ello, la propuesta de una Vida Reli- Las nuevas generaciones y sus experien-
giosa místico-profética al servicio de la cias vitales de inserción en la cultura
vida, se realizará en continuidad con las mediática e informática nos orientan
cinco líneas orientadoras y el proceso hacia un replanteamiento de los pro-
de “El Camino de Emaús”. Lo que pide, cesos formativos27, que integren las
1
BENEDICTO XVI, Discurso de Apertura de la V Conferencia.
2
4
Ibid.
DA, 34-35.
Ibid.
como fez Jesus, onde quer que ela este- nômicas, políticas, antropológicas,
ja ameaçada. Neste momento de nossa culturais e religiosas, que incidem na
história, somos desafiados/as a voltar o vida do povo. Retoma o método ver,
olhar do nosso coração para as perife- julgar e agir e reafirma a importância
rias, particularmente das grandes cida- de partir da análise da realidade para
des, lá onde a vida é maltratada pela perscrutar os novos sinais dos tempos à
violência, pelas drogas e por tantos luz do Espírito (DA 19). Trata-se de um
outros males característicos da nossa método indutivo, essencialmente dinâ-
sociedade pós-moderna, para devolver- mico, enquanto sugere um movimento
lhe a dignidade roubada. Somos desa- cíclico entre ver, julgar e agir que se
fiados a identificar os novos desertos, realimenta permanentemente, e consi-
onde a vida perdeu o sentido e o iso- dera que não é possível traçar limites e
lamento rompeu o tecido das relações, fronteiras justapostas em cada uma de
para reconstruí-las. suas partes, pois, de certa maneira, o
ver está implícito no julgar e no agir e
Para que isto aconteça, é preciso rom- vice-versa. Isto imprime ao método um
per as barreiras do comodismo, do in- caráter de unidade e de integralidade.
dividualismo e recuperar nossa carac-
terística de itinerância e de fronteira, Para a Igreja, conhecer e compreender
concebidas não como um lugar geográ- este momento histórico é condição in-
fico, mas como uma atitude de vida, no dispensável para que a sua ação evange-
seguimento de Jesus, mestre itinerante lizadora seja adequada e eficaz (GS 4). O
nos caminhos da história. Espírito nos interpela também através
da realidade em que somos chamados
2. DESAFIOS PROVENIENTE DAS OP- a atuar. A realidade histórica é o lugar
ÇÕES REAFIRMADAS onde acontece a revelação e a salva-
ção. Deus se faz presente na história
O Documento de Aparecida afirma cla- do seu povo e caminha à sua frente. O
ramente que “Esta V Conferência está amor do Pai se revela na história. O Es-
em continuidade com as outras quatro: pírito da verdade, enviado aos seguido-
Rio de Janeiro, Medellín, Puebla e Santo res de Jesus pelo Pai, deve levar-nos “a
Domingo. Com o mesmo espírito que as verdade completa” (cf. Jo 14,26 e 16,
animou, os pastores querem dar agora 13). Trata-se de ver a realidade com os
um novo impulso à evangelização” (DA olhos da fé e movidos por um coração
16). Neste sentido, podemos lembrar compassivo e misericordioso. Esta visão
algumas opções que foram reafirmadas de fé e de amor deve acompanhar todo
com seus conseqüentes desafios para a o processo de evangelização, em todas
Vida Consagrada. as etapas.
turais representam novos desafios para nela os últimos, aqueles que vivem uma
a missão de evangelizar (DA 381). situação de marginalização, contrária
à vontade de Deus, devem ser os pri-
A Vida Religiosa enfrenta o desafio de meiros. A opção pelos pobres nos leva a
conhecer a realidade para fazer da pró- amar como Jesus nos amou (cf. Jo 13,
pria missão uma resposta, concreta e 34), e a pautar nossa vida e nossos com-
eficaz, aos reais problemas da atualida- promissos, em seus ensinamentos.
de. O conhecimento da realidade cons-
titui-se a base do discernimento para A comunidade eclesial tem a urgente
nossas escolhas apostólicas. A realidade tarefa de descobrir os novos rostos da
não é estática, mas dinâmica; está em pobreza do nosso Continente. Rostos
constante transformação. Por isso, exi- concretos das minorias étnicas, dos ex-
ge de nós não apenas uma atitude de cluídos, dos explorados, da massa so-
um constante repensar da mesma, mas brante. Tarefa desafiadora que precisa
é necessário desenvolver e utilizar me- ser realizada à luz da vida e da prática
diações e estratégias que nos ajudem de Jesus de Nazaré.
a conhecê-la nos seus processos e sis-
temas. Em uma sociedade em que os pobres
são a maioria, a Vida Consagrada tem
2.2 Opção preferencial pelos pobres a tarefa urgente de rever suas ativida-
des missionárias e seus projetos à luz
A V Conferência de Aparecida reafirmou da prática de Jesus e da realidade atu-
a opção preferencial pelos pobres. A al e redescobrir os rostos dos pobres a
pobreza é produzida pela riqueza. Em quem são enviados em força do próprio
nossa sociedade, a riqueza de uma mi- carisma.
noria se alimenta da escassez da maio-
ria. Mais do que nunca, o pobre é um 2.3 Comunidades eclesiais de base
empobrecido fruto do sistema injusto e
excludente. No que se refere às Comunidades Ecle-
siais de Base (CEB), infelizmente, o
Do ponto de vista teológico, a opção texto do Documento de Aparecida apro-
pelos pobres faz parte do mistério in- vado pelo papa Bento XVI sofreu mu-
sondável de Deus, Pai cheio de ternura danças significativas. A quarta redação
e misericórdia; nele encontra seu sen- aprovada pela Assembléia, não apenas
tido e seu fundamento teológico-pasto- afirma claramente a opção pelas CEB,
ral. O cuidado dos pequenos e pobres é mas reconhece que elas são, no seio da
um componente fundamental do segui- Igreja, um dom do Espírito e tem uma
mento de Jesus, um sinal que anuncia a missão especial: “queremos decidida-
presença do Reino e manifesta sua ur- mente reafirmar e dar novo impulso à
gência. É uma opção prioritária, prefe- vida e a missão profética e santifica-
rencial, mas não excludente, porque o dora das CEB, no seguimento de Jesus.
amor de Deus é universal; ninguém está Elas têm sido uma grande manifestação
excluído dele. Mas, não é uma univer- do Espírito na Igreja da América Latina
salidade abstrata, vazia de conteúdo: e do Caribe, depois do Vaticano II” (n.
tância das pastorais sociais. “Ser dis- ca esta renovada opção, no espírito de
cípulo missionário de Jesus Cristo para Aparecida. Neste aspecto, a Vida Con-
que nele nossos povos tenham vida, sagrada, que sempre olhou com espe-
nos leva a assumir evangelicamente e cial atenção para a juventude, tem uma
desde a perspectiva do Reino as tarefas grande tarefa a cumprir, em relação aos
prioritárias que promovem a dignidade jovens: colaborar na formação de uma
humana” (DA 384). nova geração de jovens discípulos-mis-
sionários.
A fidelidade ao Evangelho exige que os
discípulos proclamem em todos os are- Inclui-se aqui também o desafio que as
ópagos públicos e privados do mundo de Congregações religiosas enfrentam em
hoje, e desde as instâncias de vida e relação a pastoral vocacional e à neces-
missão da Igreja, a verdade sobre o ser sidade de buscar caminhos para dialogar
humano e a dignidade de toda pessoa com as forças jovens e captar, à luz do
humana (DA 390). próprio carisma, seus anseios e sonhos,
somando forças na busca do novo.
Para concretizar esta tarefa, as Con-
ferências Episcopais e as Igrejas locais 3. DESAFIOS DECORRENTES DAS
têm a missão de promover renovados OPÇÕES PARA AVANÇAR
esforços para fortalecer uma pastoral
social estruturada, orgânica e integral O Documento de Aparecida refere-se
(DA 401). a uma série de ações, que embora não
tenham sido muito desenvolvidas, cons-
Neste campo, a Vida Consagrada tem tituem verdadeiras pérolas preciosas,
um amplo leque de atuação. O impor- espalhadas ao longo do texto. São op-
tante, neste momento, é identificar os ções a partir das quais é preciso avan-
novos sujeitos sociais emergentes, a çar. Relacionamos aqui apenas algumas
fim de dar continuidade a esse trabalho que nos parecem significativas.
cada vez mais urgente e necessário.
3.1 A formação dos discípulos-missio-
2.6 Pastoral da juventude nários
alguns desafios que a Vida Consagrada BRIGHENTI, A. A missão evangelizadora no contexto atual.
deverá enfrentar à luz das opções de Realidade e desafios a partir da América Latina. São Paulo:
Paulinas, 20-06.
Aparecida. O estudo mais aprofundado
do Documento poderá evidenciar outros FRANÇA MIRANDA, M. Aparecida: a hora da América Latina. São
Paulo: Paulinas, 2006.
que necessitam da nossa atenção.
Estamos no início de um caminho novo Revista de Teologia e Cultura <www.ciberteologia.com.br>
1. CONTEXTO
Así mismo, se ubicó desde su identidad cristiana llamada a entretejer las dimensio-
amor, arranca con la tarea del auto- toria, tiene por meta... que to-
conocimiento y culmina en el don del dos/as nos convirtamos en seres
reconocimiento de la igual dignidad humanos, hijas e hijos de Dios y
humana, en el amplio horizonte de la hermanas y hermanos... nuestro
diversidad. La revelación bíblica mues- testimonio permite dar a conocer
tra esto. La gloria de Dios se expresa en que Dios no es un Dios de muertos
que la humanidad viva. Eso lo anunció sino de vivos y que se vuelca en
la profecía y lo retomaron los evange- amor misericordioso ahí en donde
lios (Is 40,3-5; Lc 3,4-6; 4, 18-19). En la encuentra cualquier tipo de mi-
narración de la Visitación, el Magníficat seria, miserias opresoras y mise-
ubica, indudablemente, en esa misma rias oprimidas”2.
tonalidad, al ratificar el sueño de Dios.
Para que toda la humanidad viva, es ne-
“El sentido general del texto cesario que se acaben los tronos, que no
puede ser presentado con estas se perpetúen privilegios injustos, que
pocas palabras: alegría en la re- no haya más distancias excluyentes.
volución de Dios y testimonio de Para que toda la humanidad viva hay
su preferencia por los pobres y que emprender la tarea de construir la
sencillos. O con estas otras: ac- igualdad. Esto implica nuevas formas de
ción de gracias o himno de ala- relacionalidad.
banza a Dios salvador que, con
las grandes cosas realizadas en Los senderos que entretejen las dimen-
María, trastoca definitivamente siones del discipulado-misión pasan por
las relaciones de grandeza y de el cultivo del silencio y la soledad fe-
fuerza que imperan en el mundo. cundas, lugar de encuentro con Dios y
En definitiva se trata del canto consigo mismo. Este encuentro en el
más tierno (el misericordioso que amor que recrea, impulsa a trascender,
mira la pequeñez...) y más fuer- para ir al encuentro del otro/a; para
te (el poderoso que revoluciona hacerse uno, viendo y escuchando con
las relaciones) del Nuevo Testa- ojos y oídos nuevos, capaces de perci-
mento... Notemos que en esta bir su presencia en todo lo que existe.
revolución de Dios, cantada por No es un accidente que el inicio de la
María, no hay revanchismo po- vida ministerial de Jesús, sea presen-
sible: ¡los pobres y humildes no tada por los evangelios desde la reve-
ocupan los tronos de los podero- lación de una experiencia mística, que
sos y potentados! ¡Ni siquiera Ma- es siempre una experiencia en el amor:
ría, a cuyo hijo se le promete el “Tú eres mi Hijo, a quien quiero mu-
trono de David (Lc 1,32), aspira cho, en quien me complazco” (Cfr. Mc
a ocupar un trono! Ni el mismo 1,11; Lc 3,22). Esta es la experiencia
Jesús que, antes bien, se revela fundante del discipulado que dinamiza
desde la kénosis (Fil 2,6-11)... la misión.
En definitiva, la inversión de si-
tuaciones, tan propia del actuar El poder de Dios es el amor que iguala a
revolucionario de Dios en la his- la humanidad. Y la igualdad se constru-
ye. Es un don y una tarea. Deconstruir ser la imagen y semejanza divina. (Véa-
la dominación internalizada, a la que se el índice analítico del DA)
hemos hecho mención previamente, es
una condición sine qua non para que Hasta ahora, se han señalado algunos
emerja una subjetividad nueva, crea- aspectos del contexto de Aparecida; se
dora de relaciones alternativas capaces han descrito ciertos rasgos de cómo el
de reflejar la identidad cristiana, el dis- DA considera a la cultura actual; y se
cipulado-misión. ha propuesto lo relacional como clave
hermenéutica. Es necesario dar un paso
Esta tarea la podemos ver señalada en más, que nos lleve a dar cuenta de la
el DA cuando dice: visión de la persona humana, mujer y
varón, que el DA supone, para avanzar
“Ser discípulos y misioneros de en la búsqueda de caminos que den res-
Jesucristo para que nuestros puestas a los retos, con los que la cul-
pueblos, en ÉL, tengan vida, nos tura actual nos desafía.
lleva a asumir evangélicamente
y desde la perspectiva del Reino 4. HACIA UNA ANTROPOLOGÍA TEOLÓ-
las tareas prioritarias que contri- GICA DESDE LA CLAVE RELACIONAL
buyen a la dignificación de todo
ser humano, y a trabajar junto El DA cita en dos ocasiones (12 y 243) la
con los demás ciudadanos e insti- encíclica Dios es Amor, subrayando la
tuciones en bien del ser humano. dimensión relacional del discipulado,
El amor de misericordia para con
todos los que ven vulnerada su “No se comienza a ser cristiano
vida en cualquiera de sus dimen- por una decisión ética o una gran
siones, (…) urge crear estructuras idea, sino por el encuentro con
que consoliden un orden social, un acontecimiento, con una Per-
económico y político en donde sona, que da un nuevo horizonte
no haya inequidad y donde haya a la vida y, con ello, una orienta-
posibilidades para todas y todos. ción decisiva”3.
Igualmente, se requieren nuevas
estructuras que promuevan una La espiritualidad cristiana se configura
auténtica convivencia huma- desde el encuentro, desde la relación,
na, que impidan la prepotencia desde el amor. Esto, como vimos, lo in-
de algunos y faciliten el diálogo tuyó el Pueblo de Dios, desde el princi-
constructivo para los necesarios pio, porque en su origen está la expe-
consensos sociales” (384). riencia de un amor que convoca, que
libera y que otorga identidad. Jesús, en
Las relaciones requieren reinventarse, la plenitud de los tiempos, lo ratificó
rediseñarse, desde una mutua compren- asegurando que, del amor a Dios, con
sión en la igual dignidad. El documento todo el ser de la persona, integrado; y
hace múltiples referencias a esta igual del amor al prójimo como a sí mismo,
dignidad en que es creada la humani- penden toda la ley y los profetas (Mt
dad, varón y mujer, y que imprime en el 22, 37-40).
2
OLIVERA, Bernardo, “Testigos de Dios desde lo Hondo de Nuestra der, Baker Books, Grand Rapids, Michigan, 2001, Second Printing,
Noche”, Conferencia a los Capítulos Generales, Octubre, 2005. p. 254.
3
Benedicto XVI, DCE 1. 6
VÉLEZ Caro, Olga Consuelo, “Mujer, Discipulado y Misión. Una
4
Cfr. ROLHEISER, Ronald, “En Busca de Espiritualidad: Lineamien- reflexión a propósito de la V Conferencia de Aparecida”, agosto
tos para una Espiritualidad Cristiana del Siglo XXI”, Grupo Editorial 20 de 2007.
Lumen, Buenos Aires, 2003, pp 243-268. 7
PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. La Interpretación de la Biblia en
5
Sandra Schneiders, Spirituality in the Academy, en Kenneth J. la Iglesia, Librería Parroquial de clavería, México, 1993, p. 62.
Collins, Ed., Exploring Christian Spirituality: An Ecumenical Rea-
A medida que pasan los meses y los días, al compartir con grupos muy diversos la
experiencia vivida en Aparecida y lo que para mí fue ese acontecimiento eclesial,
me siento invitada internamente a insistir en el título que había propuesto el Santo
Padre para la V Conferencia como mensaje central:
¿Cómo es posible que un Continente casi 90% cristiano y católico, viva en des-
igualdades tan terribles y en situaciones de injusticia flagrante? La globalización
y el neo-liberalismo hacen crecer cada vez más la distancia entre los ricos mi-
llonarios y los pobres excluidos y sobrantes.
Los/as cristianos/as de América Latina y el Caribe no viven coherentemente la
fe que dicen profesar, una es la teoría y otra es la praxis.
no vivo yo, es Cristo quien vive en mí” res, la creación y el mundo entero son
(Gal 2, 20). patrimonio de toda la humanidad y para
el bienestar de todos y todas1.
Conocer internamente a Jesús, seguir-
lo, vivir a su “modo”, a su manera, es el Jesús anuncia la Buena Noticia2: Jesús
camino de la persona mística. A partir es Buena Noticia. El documento de Apa-
del misterio de una experiencia perso- recida dice en el numeral 30: “La his-
nal que transforma, que toca las fibras toria de la humanidad, a la que Dios
más íntimas del ser y que se vuelve nunca abandona, transcurre bajo su
referente de la existencia, dinamismo mirada compasiva. Dios ha amado tan-
vital, la persona mística vive esa pre- to a nuestro mundo que nos ha dado
sencia del misterio en ella que la im- a su Hijo. Él anuncia la buena noticia
pulsa y marca su actuar. Necesitamos del Reino a los pobres y a los pecado-
contemplar a Jesús e interiorizar su pa- res. Por esto, nosotros, como discípu-
labra, su actuar, sus sentimientos, sus los de Jesús y misioneros, queremos y
relaciones, su compromiso, su muerte, debemos proclamar el Evangelio, que
su resurrección, su herencia… Bien nos es Cristo mismo”. Y más adelante, al
dice Pablo en la carta a los Filipenses final del mismo número dice: “Los cris-
2, 2: “Tengan los mismos sentimientos tianos somos portadores de buenas no-
que Cristo Jesús, el cual, siendo de con- ticias para la humanidad y no profetas
dición divina…” O en Colosenses 2, 6-7: de desventuras”3.
“Así pues, ya que han aceptado a Cristo
Jesús, el Señor, vivan como cristianos, Por eso, ser discípula/o implica dedicar
enraizados y edificados sobre él, firmes tiempo a encontrarnos con Jesucristo,
en la fe, como se les ha enseñado y per- tiempo real, minutos, horas, pero so-
manentemente den gracias”. bre todo tiempo interior, espacio en
la vida (¿qué tiempo tiene la contem-
Jesús vivió en una realidad y en un con- plación de Jesús en nuestras agendas y
texto determinado, parte de un pueblo reuniones?). Necesitamos interiorizar
y de su historia, desde esa realidad y su Palabra que escuchamos o leemos
ese pueblo, en ese contexto, Jesús diariamente y necesitamos rumiarla,
anuncia el Reino de Dios y muestra un digerirla para hacerla savia, sangre que
rostro del Padre que ya no era visible recorra toda nuestra vida, como María
para las gentes de su tiempo. La ley, de Betania que se echa a los pies de Je-
los fariseos, el imperio, desdibujaban sús a escucharle; como la mujer que le
el rostro de Dios, la ternura, la compa- unge los pies y durante largo rato llora
sión, la misericordia se habían perdido. y le besa; como Pedro, Juan y los demás
Jesús llega a anunciar la buena noticia que caminan con Él, comen con Él, pes-
del Reino, presenta el rostro de Dios Pa- can con Él y también le preguntan, le
dre-Madre Amor, para todos y todas: no piden explicaciones extras, cuestionan
hay nadie excluido ni por sexo, ni por su mensaje o su actuar; o como el cie-
raza, ni por condición social o econó- go de nacimiento que al ser curado se
mica, somos hijos e hijas, hermanos y pone de pie y lo sigue; como los niños
hermanas; no hay superiores, ni inferio- que se acercaron a él, a sentir su ternu-
cación, vivienda y trabajo para todos cualquier tipo de poder que oprima,
(…). En coherencia con el proyecto del que explote, que deshumanice, sea ci-
Padre Creador, convocamos a todas las vil, eclesial, político, o económico.
fuerzas vivas de la sociedad para cuidar
nuestra casa común, la tierra, amena- “Yo he venido para que tengan
zada de destrucción. Queremos favore- vida y la tengan en abundancia”
cer un desarrollo humano y sostenible (Jn 10,10).
basado en la justa distribución de las
riquezas y la comunión de los bienes “Con el fuego del Espíritu, va-
entre los pueblos”10. mos a inflamar de amor nuestro
Continente”… Ser misionero es
La CLAR nos invita continuamente para ser anunciador de Jesucristo con
que nuestra Vida Consagrada sea místi- creatividad y audacia en todos
ca y profética al servicio de la vida, en los lugares donde el Evangelio no
especial de la vida amenazada; nuestra ha sido suficientemente anuncia-
vocación vivida como parte del pueblo do o acogido, en especial en los
de Dios, queremos vivirla de manera cer- ambientes difíciles y olvidados y
cana, como vecina, compañera de vida y más allá de nuestras fronteras…
de camino con todos los seres humanos Seamos misioneros del Evangelio
que forman nuestros pueblos, desde y no sólo con la palabra sino sobre
junto con las personas, las víctimas del todo con nuestra propia vida, en-
sistema global neo-liberal que se impone tregándola en el servicio, inclu-
en América Latina y el Caribe. sive hasta el martirio”12.
2
Lc 4,16-19.
periencia vivida en Aparecida y el docu- 3
El lenguaje del Documento Conclusivo de Aparecida no es siem-
mento que emana de ella, son una invi- pre inclusivo, en algunos numerales se percibe el esfuerzo de in-
clusión, pero no en todos.
tación urgente, un llamado para la Vida 4
Jer 20, 9.
Consagrada a ser nuevamente y con Mensaje de la V Conferencia General a los Pueblos de América
5
8
DCE 16.
Iglesia para recordarle su misión en el 9
DI 4.
servicio del Reino y don para el mundo Mensaje de la V Conferencia General a los Pueblos de América
10
También en el orden PROVINCIAL o de Son los que resaltan los últimos documen-
INSTITUTO se da a veces la desintegración tos y reflexiones sobre la VC. Se repiten
cuando los/as religiosos/as aparecen en con tanta frecuencia y decisión que se
un país o en un Continente como el grupo parece a un “vendaval del Espíritu”.
más poderoso de la Iglesia, cuando el úni-
co interés es rellenar las grandes obras El mensaje fundamental del Congreso
heredadas de sus antecesores y pierde su Mundial de VC de Roma (noviembre de
dimensión profética y simbólica. Cuando 2004) es que hemos de ir a lo esencial.
apenas un grupo insignificante se dedica Hemos de ser “memoria de algo que va
a los/as pobres, etc. más allá de los servicios. La tarea de
ser memoria y presencia del misterio
En el campo de la ACCION APOSTÓLICA de Dios y reforzar la dimensión especí-
parte expresaba lo mismo diciendo que tros de espacio y tiempo”. “En la Vida
se trataba de “hallar a Dios en todas las Religiosa apostólica nuestro reloj se su-
cosas” (Autobiografía, 99). pone que tiene que estar en función de
la gente y del trabajo”15.
La Vida Religiosa que durante 15 siglos
fue exclusivamente contemplativa, dio Aquí hay que enfrentar el tema del rezo
un giro copernicano cuando se colocó de las horas canónicas en la Vida Reli-
en el centro de ella la misión evange- giosa Apostólica. Al ponerlo casi como
lizadora14. “lo único necesario” en muchos casos
ha desplazado a la oración personal que
Esto no solamente cambió el enfoque es la más importante y la que toca fon-
de la Vida Religiosa, sino que desesta- do y transforma a la persona por den-
bilizó la misma estructura monacal. Por tro. En la mayoría de las Congregacio-
esto, la Iglesia se resistió durante siglos nes se ha conseguido introducir en sus
a este cambio y sólo el año 1900 León Constituciones el rezo de Laudes y Vís-
XIII aceptó oficialmente los Institutos de peras como la oración de la Iglesia. Me
vida activa con el nombre de Congrega- parece necesario distinguir dos cosas:
ciones religiosas. Y desde ese momento la necesidad de la oración y el que esta
hubo en toda la Iglesia una floración ex- oración tenga que ser la liturgia de las
traordinaria de vocaciones. horas rezada en común. La oración per-
sonal es indispensable a todo cristiano y
Ahora bien, la Vida Religiosa activa te- a toda persona que cree en Dios. Es de
nía que encajar en unos moldes y una “derecho divino”. Mientras que las ho-
concepción que había estado en vigen- ras canónicas son una tradición venera-
cia 19 siglos y que respondía a un ritmo ble en la Iglesia, pero son de “derecho
solar y agrario. La oración –que en to- eclesiástico” (Julián Riquelme, OP).
dos los tiempos se ha considerado como La oración personal es “un diálogo de
fundamental- se adaptó al ritmo solar: amor con Quien sabemos nos ama”. Es
maitines, laudes, prima, tercia, sexta, una relación Yo-Tú con el Señor que me
nona, vísperas y completas. Todas las confronta con el Evangelio y transforma
horas del día quedaban santificadas por mi vida. Es aún más tradicional que las
la oración litúrgica. Y el monje tenía Horas en la Iglesia bajo diversas formas
todo el tiempo disponible para rezar, y como la “Lectio Divina” o la de los Ejer-
los tiempos intermedios los llenaba con cicios Espirituales. Ella es el alma de los
el trabajo manual: “ora et labora”. rezos vocales o litúrgicos.
Toni Catalá, SJ. afirma con toda razón En la renovación postconciliar de las
que “hay muchos agobios y malestares, Constituciones de los diversos Institutos
sobre todo entre gente joven, por los se ha puesto mucho empeño en conser-
estilos de vida. Si la espacio-tempora- var la tradición monástica de las horas
lidad que rige es monacal y antigua, canónicas, tal vez con la intención de
no es posible vivir con fluidez la Vida asegurar de un modo concreto el tiempo
Religiosa y la misión apostólica en una de oración. Después de más de un siglo
cultura configurada por otros paráme- de experiencia, ¿no es la hora de pre-
ficar nada esencial. Es cuestión de pla- la debida importancia y lugar. Está muy
nificar con realismo. Hay que llegar a bien acentuar que cada uno de ellos es
la síntesis final del Congreso de Roma: muy importante, pero no de tal mane-
La samaritana y el samaritano son los ra que al enfatizar uno se excluyan o
“mistagogos” de una contemplación disminuyan los otros. Los tres son in-
comprometida y de una misericordia sustituibles, y no como independientes,
contemplativa ( Arnáiz, p.208). sino integrado cada uno con los otros
dos, ensamblados, compenetrados, for-
Decía San Juan de la Cruz: “religioso mando una sola cosa. Sólo así podemos
y estudiante, religioso por delante”. Y hablar de una VC completa y madura
podemos parafrasear: “religiosa y en- que responda al ideal de un cercano y
fermera, religiosa la primera”, “religio- gozoso seguimiento de Cristo.
so y profesional, religioso lo principal”.
La falta de integración es en muchos Notas
casos la causa principal de las defec- *
Nota del editor: La séptima entrega de la serie Ser o no ser del
ciones vocacionales. Y en algunos casos religioso del Siglo XXI, corresponde al tema de la “Integración”.
Anteriormente la Revista CLAR ha publicado seis artículos vincula-
son las mismas/os Hermanas/os las/os dos con este tema: “la experiencia fundante” (Revista CLAR No. 1
que agudizan el problema. Es frecuen- de 2006, págs. 21-33); “vivencia de la fe y seguimiento de Cristo”
(Revista CLAR No. 3 de 2006, págs. 41-55); “vida comunitaria” (Re-
te –especialmente en el juniorado– que vista CLAR No. 4 de 2006, págs. 45-58); “la misión evangelizadora”
las/los jóvenes estén sobrecargados/as (Revista CLAR No. 1 de 2007, págs. 63-71); “sencillez y pobreza”
(Revista CLAR No. 2 de 2007, págs. 50-59); y “la formación del
y agobiados/as con tantas obligaciones. religioso” (Revista CLAR No. 3 de 2007, págs. 52-60).
Y todavía algunas personas mayores les 1
CONGRESO INTERNACIONAL DE LA VIDA CONSAGRADA. Publica-
ciones Claretianas, Madrid,2005, p. 222-223.
dicen: “En nuestro tiempo trabajába- 2
Ibid. 223.
mos más y nos quejábamos menos”. 3
Congreso de Roma, Grupos, Publ. Claretianas, Madrid, 2005,
pp.327-330.
Claro que hay casos en que se pierde 4
Ed. Paulinas, 2005.
mucho tiempo en la TV o en el Internet 5
AUTORES VARIOS, Horizontes de la VC en América Latina y el Ca-
ribe. Ed. Paulinas - CLAR, 2006.
o los teléfonos celulares. En el Congre- 6
La misión, la clave para entender la VC hoy. José Cristo Rey Gar-
so de Roma hubo una lamentación uni- cía Paredes, CFM. Boletín UISG, n.131. 2006. Rev. Enfoque, n.134,
Jul.-Sept.2006, p.5 y p.12.
versal del uso exagerado de los medios 7
PÉREZ, Cotapos, Eduardo, “Ser discípulo hoy”, Rev. TESTIMONIO,
de comunicación. n.216, julio-agosto 2006, p 73 y 72.
8
Rev. TESTIMONIO, n. 216, julio-agosto 2006, p.64.
9
SCHILLEBEECKX. El celibato y la comunidad pp.95-96; Matura.
Pero es más frecuente –con una men- Celibato y comunidad. Ed. Paulinas, pp.55-56.
Hans Urs von Balthasar. Une vie livrée a Dieu, 43, 1971, pp.14-15.
talidad empresarial- recargar a los/as
10
11
TILLARD, J.M., O.P. Vocación religiosa, vocación de Iglesia, Des-
jóvenes de responsabilidades y trabajo. clée, pp.73-74.
ARNÁIZ, o.c. p.128.
Aguantan, aguantan y al fin estalla todo.
12
13
ARNÁIZ, pp.130, 131,135.
14
Este tema puede verse explanado en el libro del mismo autor,
7. CONCLUSIÓN La Vida Religiosa en América Latina. Carlos Palmés, S.I. Ed. Verbo
Divino, 7ª ed. Cochabamba 2005, pp.27-32 y 112-123).
15
Vida Religiosa “ a la apostólica”. Sal Terrae, 2004, p.37 y 38).
Esta Vida Religiosa de hoy, es la que continúa la tradición profética que ayer, en
Anton de Montesinos, Bartolomé de las Casas y San Pedro Claver, alzó su voz pro-
fética y unió su rostro al rostro de los/as que fueron considerados/as sin rostro.
El testimonio de santidad por la contemplación de Mariana de Jesús Paredes, de
Rosa de Lima y tantas otras mujeres de grandeza, se une al martirio en nuestros
días de la Hna. Dorothy Stang, asesinada resientemente en este país, por su soli-
daridad con los/as sin tierra y a la heroica generosidad de San Alberto Hurtado y
San Galvão.
tos religiosos de Hermanos según la de- nuestra época. Muchas veces nuestros
nominación de Vita Consecrata y como pastores nos animan a seguir en este
integrantes de la CLAR. Agradecemos el esfuerzo y en esta misión.
haber sido invitados a participar y dar
nuestro aporte en esta V Conferencia. Sin embargo, a veces no se han descu-
bierto aún todas las consecuencias de la
La Vida Religiosa en su diversidad de precisa declaración del Vaticano II:
carismas es un don del Espíritu al mun-
do a través de los fundadores, en el se- “Un estado, así, en la divina y je-
guimiento de Cristo como discípulos y rárquica constitución de la Igle-
misioneros siendo testigos del Reino de sia, no es un estado intermedio
Cristo en una Iglesia en comunión. entre la condición del clero y la
condición seglar, sino que de ésta
La identidad de los Hermanos es laical, y de aquella se sienten llamados
consagrada, fraterna y solidaria. Pero por Dios algunos fieles al goce de
esta identidad es poco gratificante y un don particular en la vida de la
a menudo poco reconocida. Esta iden- Iglesia para contribuir, cada uno
tidad a veces se encuentra en tensión a su modo, en la misión salvífica
entre el espiritualismo y la clericaliza- de ésta”.
ción, el profesionalismo y la sobrecarga
de trabajo en detrimento de una vida Los ministerios de Hermanos, ya sea
vivida en comunidad. hacia dentro de sus comunidades, ya
en vistas de la misión, constituyen una
En este momento estamos llamados a forma de participación en el ministerio
preguntarnos ¿Quién es un Hermano? de la Iglesia de anuncio y testimonio del
¿Cuál es su misión? La claridad y la fuer- Evangelio. Que los miembros de estos
za de la respuesta estarán en nuestra Institutos sean conscientes de que los
capacidad de redescubrir continuamen- ministerios que realizan son eclesiales
te las razones de nuestra vocación de por su naturaleza y deben pues ejercer-
Hermano y de vivir coherentemente se después de una formación teológica
con ellas. cuidada y con un sentido profundo de
Iglesia.
Queremos recordar y destacar el apre-
cio y el reconocimiento por los grandes Es bueno destacar el esfuerzo constante
servicios que prestan los religiosos es- que hacen los religiosos, tanto clérigos
pecialmente en el ámbito de la educa- como Hermanos, por resignificar y vol-
ción formal y no formal, en el cuidado ver al carisma original de los fundado-
de los enfermos, en la pastoral social res, para vivirlo hoy en fidelidad creati-
y en otros ámbitos de servicio como va al Evangelio y a la Iglesia, buscando
“justicia y paz”, “salvaguarda de la otras formas de presencia en el pueblo
creación”, estando presentes en las ne- de Dios en colaboración con los laicos
cesidades de los hombres y mujeres de e invitándolos a vivir el carisma del
nuestro Continente que están viviendo Instituto en su vida cotidiana. Aunque
los procesos de cambio sociocultural de a veces notamos una mayor considera-
Es motivo de gran alegría estar hoy aquí con vosotros para inaugurar la V Conferen-
cia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, que se celebra junto al
Santuario de Nuestra Señora Aparecida, Patrona del Brasil. Quiero que mis primeras
palabras sean de acción de gracias y de alabanza a Dios por el gran don de la fe
cristiana a las gentes de este Continente.
cia y del amor en nuestras sociedades. persiste aún por desgracia una mentali-
dad machista, ignorando la novedad del
Por tratarse de un Continente de bau- cristianismo que reconoce y proclama
tizados, conviene colmar la notable la igual dignidad y responsabilidad de la
ausencia, en el ámbito político, comu- mujer respecto al hombre.
nicativo y universitario, de voces e ini-
ciativas de líderes católicos de fuerte La familia es insustituible para la sere-
personalidad y de vocación abnegada, nidad personal y para la educación de
que sean coherentes con sus conviccio- los hijos. Las madres que quieren de-
nes éticas y religiosas. Los movimientos dicarse plenamente a la educación de
eclesiales tienen aquí un amplio campo sus hijos y al servicio de la familia han
para recordar a los laicos su responsa- de gozar de las condiciones necesarias
bilidad y su misión de llevar la luz del para poderlo hacer, y para ello tienen
Evangelio a la vida pública, cultural, derecho a contar con el apoyo del Es-
económica y política. tado. En efecto, el papel de la madre
es fundamental para el futuro de la so-
5. OTROS CAMPOS PRIORITARIOS ciedad.
obispos, pues son los primeros agen- ca ante todo el bienestar, la riqueza
tes de una auténtica renovación de la y el placer como objetivo de la vida,
vida cristiana en el pueblo de Dios. A y que exalta la libertad prescindiendo
ellos les quiero dirigir una palabra de de la verdad sobre el hombre creado
afecto paterno, deseando que el Señor por Dios, vosotros sois testigos de que
sea el lote de su heredad y su copa (cf. hay una manera diferente de vivir con
Sal 16, 5). Si el sacerdote tiene a Dios sentido; recordad a vuestros hermanos
como fundamento y centro de su vida, y hermanas que el reino de Dios ya ha
experimentará la alegría y la fecundi- llegado; que la justicia y la verdad son
dad de su vocación. El sacerdote debe posibles si nos abrimos a la presencia
ser ante todo un “hombre de Dios” (1 amorosa de Dios nuestro Padre, de Cris-
Tm 6, 11) que conoce a Dios directa- to nuestro hermano y Señor, y del Espí-
mente, que tiene una profunda amistad ritu Santo nuestro Consolador.
personal con Jesús, que comparte con
los demás los mismos sentimientos de Con generosidad, e incluso con heroís-
Cristo (cf. Flp 2, 5). Sólo así el sacerdo- mo, seguid trabajando para que en la
te será capaz de llevar a los hombres a sociedad reine el amor, la justicia, la
Dios, encarnado en Jesucristo, y de ser bondad, el servicio y la solidaridad, se-
representante de su amor. gún el carisma de vuestros fundadores.
Abrazad con profunda alegría vuestra
Para cumplir su elevada tarea, el sacer- consagración, que es medio de santi-
dote debe tener una sólida estructura ficación para vosotros y de redención
espiritual y vivir toda su vida animado para vuestros hermanos.
por la fe, la esperanza y la caridad.
Debe ser, como Jesús, un hombre que La Iglesia de América Latina os da las
busque, a través de la oración, el ros- gracias por el gran trabajo que habéis
tro y la voluntad de Dios, y que cuide realizado a lo largo de los siglos por el
también su preparación cultural e inte- Evangelio de Cristo en favor de vues-
lectual. tros hermanos, sobre todo de los más
pobres y marginados. Os invito a todos
Queridos sacerdotes de este continente a colaborar siempre con los obispos,
y todos los que habéis venido aquí como trabajando unidos a ellos, que son los
misioneros a trabajar, el Papa os acom- responsables de la pastoral. Os exhorto
paña en vuestra actividad pastoral y de- también a la obediencia sincera a la au-
sea que estéis llenos de alegría y espe- toridad de la Iglesia. Tened como único
ranza, y sobre todo reza por vosotros. objetivo la santidad, de acuerdo con las
enseñanzas de vuestros fundadores.
Religiosos, religiosas y consagrados
Los laicos
Quiero dirigirme también a los religio-
sos, a las religiosas y a los laicos con- En estos momentos en que la Iglesia de
sagrados. La sociedad latinoamericana este continente se entrega plenamen-
y caribeña necesita vuestro testimonio: te a su vocación misionera, recuerdo a
en un mundo que muchas veces bus- los laicos que también ellos son Iglesia,
las en sus dudas, sostenlas en sus difi- tra sus legítimas esperanzas. ¡Oh buen
cultades, consuélalas en sus sufrimien- Pastor, quédate con nuestros ancianos
tos y en la fatiga de cada día, cuando en y con nuestros enfermos! ¡Fortalece a
torno a ellas se acumulan sombras que todos en su fe para que sean tus discí-
amenazan su unidad y su naturaleza. Tú pulos y misioneros!
que eres la Vida, quédate en nuestros
hogares, para que sigan siendo nidos Conclusión
donde nazca la vida humana abundan-
te y generosamente, donde se acoja, se Al concluir mi permanencia entre vo-
ame, se respete la vida desde su con- sotros, deseo invocar la protección de
cepción hasta su término natural. la Madre de Dios y Madre de la Iglesia
sobre vuestras personas y sobre toda
Quédate, Señor, con aquéllos que en América Latina y el Caribe. Imploro de
nuestras sociedades son más vulnera- modo especial a Nuestra Señora – bajo
bles; quédate con los pobres y humil- la advocación de Guadalupe, Patrona
des, con los indígenas y afroamerica- de América, y de Aparecida, Patrona
nos, que no siempre han encontrado de Brasil - que os acompañe en vues-
espacios y apoyo para expresar la ri- tra hermosa y exigente labor pastoral.
queza de su cultura y la sabiduría de A ella confío el Pueblo de Dios en esta
su identidad. etapa del tercer Milenio cristiano. A
ella le pido también que guíe los tra-
Quédate, Señor, con nuestros niños y bajos y reflexiones de esta Conferencia
con nuestros jóvenes, que son la es- General, y que bendiga con abundantes
peranza y la riqueza de nuestro Con- dones a los queridos pueblos de este
tinente, protégelos de tantas insidias Continente.
que atentan contra su inocencia y con-
Ustedes han oído decir que Dios siempre castiga los pecados de los hombres,
pero yo les digo que Dios nunca castiga, ni en este, ni en el otro mundo.
Ustedes han oído decir que al cielo sólo van las personas buenas,
pero yo les digo que Dios nos acoge a todos desde nuestra propia miseria.
Ustedes han oído decir que Dios es un juez justo, severo e implacable,
pero yo les digo que Dios es un Padre lleno de ternura y misericordia.
Ustedes han oído decir que la salvación la gana cada uno con sus propios méritos,
pero yo les digo que todos nos salvamos por la total gratuidad de Dios.
Ustedes han oído decir que la justicia de Dios es la que condena a los pecadores,
pero yo les digo que el castigo eterno es siempre una opción personal libre.
Ustedes han oído decir que Dios rechaza y se aparta del pecador,
pero yo les digo que somos nosotros quienes nos apartamos de Dios.
Ustedes han oído decir que quien cumple con todos los mandamientos se salva,
pero yo les digo que Dios mira el corazón, no las leyes.
Nota
*
Leyendo detenidamente el “Documento de Aparecida”, podemos constatar la insistencia de nuestros Obispos en que la evangelización
y, en concreto, la predicación, sean, en un primer momento, “kerigmáticas”, es decir, una proclama, un anuncio sintético de la “Buena
Noticia” de salvación que Jesús nos garantiza con su muerte y su resurrección. Un mensaje lleno de esperanza y confianza en ese Dios de
Jesús que nos perdona, nos acoge y nos salva. Lamentablemente, muchas veces, se ha pretendido evangelizar con mensajes abiertamente
“anti-kerigmáticos”. En la reflexión que presentamos podemos apreciar el “anti-kerigma” en la primera parte de la frase y el “kerigma”
en la segunda parte.
Una de las cosas que más se destaca- La presencia de los peregrinos que,
ron y que pude vivenciar en Aparecida, atraídos por María, nos acompañaron en
más allá del documento elaborado, fue todo momento mostrándonos el rostro
la comunión en un mismo Espíritu y el de los pobres de América Latina y el Cari-
clima fraterno entre los participantes be fue especialmente significativa:“Ella
venidos de todos los lugares y reali- atrae multitudes a la comunión con Je-
dades diversas de América Latina y el sús y su Iglesia, como experimentamos
Caribe. Así lo reflejó el mensaje final: a menudo en los santuarios marianos.
“en nuestros trabajos, realizados en Por eso la Iglesia, como la Virgen Ma-
ambiente de ferviente oración, fra- ría, es madre” (DA 268). “El caminar es
ternidad y comunión afectiva, hemos un verdadero canto de esperanza, y la
buscado dar continuidad al camino de llegada al santuario es un encuentro de
renovación…”. Nos sentimos en profun- amor” (DA 259).
da sintonía –porque ante todo somos
Iglesia– compartiendo la escucha de También lo fue el encuentro con muchos
Dios en su Palabra y el paso del Espíri- grupos eclesiales que se acercaron, entre
tu por la historia, buscando descifrar lo otros, la “tienda de los mártires”, los jó-
que Dios quiere frente a la realidad de venes que peregrinaron desde muy lejos
un mundo de comunicación y globaliza- para llegar en la vigilia de Pentecostés a
ción, de secularismo y materialismo, de Aparecida, los jóvenes de la “hacienda
hedonismo y relativismo, en que vivi- de la esperanza” y otros grupos; los ase-
mos y donde somos testigos de nuestra sores teológicos que trabajaron y aporta-
fe y realizamos nuestra misión. ron, muy compenetrados de la realidad
latinoamericana y caribeña, como es el
La comunión entre los/as religiosos/as caso de Amerindia, que en todo momen-
que estábamos presentes en Aparecida to ayudó a la reflexión y a la búsqueda de
(más de 20), expresada en la cantidad nuevos caminos y proyectos.
de encuentros e intercambios que rea-
lizamos entre nosotros/as en la noche 2. LO QUE LLEVÓ LA VIDA RELIGIOSA A
o antes de comenzar las sesiones de la APARECIDA1
tarde, fue favorecida por nuestros en-
cuentros anteriores donde buscamos En estos últimos tiempos, hemos im-
5. A MANERA DE CONCLUSIÓN Para este apartado me basé en la XIV, XV y XVI Asamblea General
1
4
Citado por Lola Arrieta en el cuaderno de Frontera Hegian Nº 6:
propuesta de Aparecida se sitúa en un Convivir con la afectividad.
desafiante, es una invitación a dar nue- XVI ASAMBLEA GENERAL DE LA CLAR (Asunción, Paraguay del 22 al
vas respuestas a nuevas preguntas que 29 de junio de 2006)
emergen de la sociedad que estamos Celibato por el Reino. Carisma y Profecía. (32 Semana para los
viviendo y donde el Espíritu nos sigue IVC. Madrid)
invitando e impulsando a “recomenzar Reflexiones de Bárbara Bucker sobre Aparecida (Ponencia reali-
desde Cristo” porque “se trata de con- zada en Uruguay)
firmar, renovar y revitalizar la novedad DOMÍNGUEZ MORANO, Carlos. La aventura del celibato evangélico.
del Evangelio arraigada en nuestra his-
1. HACIENDO MEMORIA
Pero, a mi criterio, aquello que hoy puede darnos un rostro más unificado como
Vida Religiosa, son los desafíos a los que nos enfrenta la realidad de nuestro país
y del Continente, algunos de ellos recogidos con más o menos fuerza en el Docu-
mento de Aparecida.
laicas/os, en tejer redes con otras insti- y circulares, donde vayamos recuperan-
tuciones y por la apuesta en la intercon- do el gusto por el discernimiento, por el
gregacionalidad, un aspecto ausente en compartir comunitario y por el sentido
el Documento y que, sin embargo, se ha de lo festivo. Esencialmente la comuni-
venido trabajando desde hace tiempo dad debería ser el lugar donde se com-
en la Vida Religiosa de América Latina parte la Palabra y nos acompañemos
y el Caribe. mutuamente en la fe.
La vida comunitaria aún siendo un eje Hay un tema pendiente al que la Iglesia
importante de la Vida Religiosa, no no puede seguir escapando. Me refiero
existe para sí misma sino en función de al tema de género, igualmente ausente
la misión. ¿Podemos crear en nuestras en el Documento de Aparecida o tratado
comunidades un ambiente donde las en términos de “ideología de género”
personas puedan crecer, vivir e incluso (DA 40), genio femenino (DA 458 a), o
atraer a otras? ¿Qué estructuras mante- como la necesidad de “favorecer el de-
ner y cuáles reinventar? sarrollo de su identidad femenina” (DA
457), pero en ningún momento aborda
Nuestras comunidades no son siempre las búsquedas de la Vida Religiosa des-
la expresión de lo que deseamos y deci- de la perspectiva de género, ni los con-
mos vivir, y en ellas encontramos serias flictos derivados por estas búsquedas al
contradicciones. interior de la Iglesia.
do las tensiones, divisiones y confronta- na, aquella que nos capacita para ges-
ciones que nos fragilizan. En medio de tar una respuesta nueva al llamado que
las pruebas y dificultades, la oración Dios y la historia nos hacen hoy.
aparece como un diálogo con el Dios
gratuito que impulsa a la generosidad y Que este mismo Dios solidario, nos haga
sostiene la esperanza, algo inseparable entrar en la dinámica de lo gratuito,
del seguimiento de Jesús. de la presencia, la confianza y la sen-
cillez... y en ese proceso de aprendiza-
Percibo el desafío de ponernos a los je haga de cada una/o de nosotras/os,
pies de Jesús, como la mujer del Evan- mujeres y hombres con raíces, como
gelio, conscientes de que, solamente aquellos árboles plantados junto a co-
podemos enfrentar los conflictos, sos- rrientes de agua, para dar a tiempo
tenidas/os por una mirada interior que nuestro fruto.
se va modelando en la oración y nos
hace tomar decisiones maduras, como Notas
hombres y mujeres testigos de la resu-
rrección. Participación en el IX Simposio Internacional de Teología de la
1
Vidas de fuego.
Grandes figuras espirituales de la historia del siglo XX
AUTORES VARIOS. Vidas de Fuego. Grandes figuras espirituales de la histo-
ria del siglo XX, Ed. Lumen, Buenos Aires, 2006. 299 págs.
Este libro es también una epifanía, una revelación de la verdad acerca de la con-
tradicción humana que se expresa en nuestros grandes anhelos entretejidos con
nuestras profundas fragilidades. Cada biografía es una historia de amor en la que la
búsqueda incomprensible pero, a la vez, incontenible de Dios, lleva a la verdad más
profunda de sí misma/o, que impulsa a trascenderse en el milagro del encuentro
con el otro, con la otra, en la riqueza de su diversidad, contemplada como un don.
Un excelente apoyo en nuestro anhelo de tocar el corazón del mundo con la ter-
nura Divina.
Corazonar.
Una antropología comprometida con la vida
GUERRERO ARIAS, Patricio. Corazonar. Una antropología comprometida con
la vida. Fondec, Asunción, 2007, 488 págs.
El autor parte de algunas palabras sabias del chamán guaraní Karaí miri poty,
que le han encendido el “fuego en el corazón”. Ha sido la gran sabiduría de este
hombre, desconocido para la humanidad, sabiduría escondida desde siempre en
el corazón de esta tierra que habitamos, la que ha re-movido el corazón del autor
para rescatar y recuperar el “corazonar”, el auténtico modo de ser y de pensar
de los habitantes de estas tierras latinoamericanas, silenciado y encubierto desde
hace cinco siglos por otro pensamiento, el pensamiento occidental colonizador.
Firmes en la esperanza
MADERA VARGAS, Ignacio. Firmes en la esperanza. Hacia una Vida Religiosa
mística-profética. Paulinas, Bogotá, 2007, 141 págs.
Ante los temores, los miedos y las nefastas proyecciones de quienes ponen en
tela de juicio la vitalidad de la Vida Religiosa, es necesario inyectar una renovada
esperanza en la profunda espiritualidad que inspira el caminar de los religiosos y
las religiosas de nuestro tiempo. Por eso, para el autor, “asumir una perspectiva
crítica, no significa que perdamos la fe en la acción del Espíritu en la historia y
en la capacidad de quienes hemos sido agraciados/as con el don divino, propio de
cada comunidad, para seguir en la vida, de pie”.
La Vida Religiosa latinoamericana y caribeña busca encarnar los valores del evangelio
en las realidades concretas de creencia y empobrecimiento del continente. Los
hombres y mujeres que hoy como ayer responden al llamado del Maestro para ser
sus discípulos, son del pueblo. Su respuesta en el deseo de ser místicos y profetas
les hace trabajar para hacer realidad el Reino.
Son apreciaciones y propuestas que Pedro Trigo vislumbra para toda la Vida
Consagrada desde la profundización en nuestra situación particular. Entre ellas
hay una que nos concierne muy particularmente: la vida consagrada popular como
novedad histórica en América Latina. Hace veinte años que estamos metidos en
este intento, y ya vamos viendo frutos, que son caminos concretos, aunque es
mucho más lo que falta. El libro suele explicar el horizonte fundamental en que nos
situamos. Unos cuantos ejes temáticos afloran reiteradamente en cada uno de los
capítulos. Ellos marcan las insistencias de nuestros deseos, de nuestras carencias,
de nuestras resoluciones y de nuestra práctica, es decir, tratan de dar cuenta de
nuestra esperanza. Aun en medio de tantas infidelidades que constatamos cada
día, los Consagrados quieren dar razón de la alegría que llena sus vidas.
Amanecer en el Zócalo
PONIATOWSKA, Elena. Amanecer en el Zócalo. Los 50 días que confrontaron
a México. Editorial Planeta, México, 2007, 395 págs.
En este libro, la autora nos narra con una crónica viva, el nacimiento de uno de
los movimientos de resistencia pacífica ciudadana más importante en la historia
de México. Con una sensibilidad entrañable nos comunica la riqueza de todas las
dimensiones humanas que se entretejen en el deseo ardiente de la búsqueda de la
justicia por las vías del ejercicio de la democracia. “La pasión política es tan fuerte
como la pasión amorosa”, afirma (p.23). Su narrativa sabe transmitir esa pasión.
Indignación y esperanza; análisis académico y sabiduría popular; arte profesional
y creatividad espontánea, se encuentran y se abrazan, haciéndose uno en la