Articulo 4
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Malena A
FERMENTUM, Mérida-Venezuela - ISSN 0798-3069, Nº 71 - Volúmen 24- Septiembre-Diciembre, 2014.
“A todos los objetos la forma les ha sido impuesta desde afuera y al quitarles el molde se derrumban.
Únicamente la obra de arte se mantienen por si sola”
E.M. Forster.
1 Licenciada en Letras ULA, Licenciada en Educación ULA, Magister en Literatura Iberoamericana ULA, estudiante del Doctorado en Ciencias Humanas ULA. Profesora de la UPEL.
Profesora de la Maestría en Educación Mención Informática y Diseño Instruccional ULA
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“Re-escrituras, palimpsestos e intertextualidad”... Malena A
FERMENTUM, Mérida-Venezuela - ISSN 0798-3069, Nº 71 - Volúmen 24- Septiembre-Diciembre, 2014.
Resumen:
El presente artículo postula las interrelaciones artísticas como posibilidad de análisis que contribuye al estudio de la literatura comparada. De
esta manera se inicia con una breve explicación sobre cómo las expresiones artísticas se aproximan y se conectan en un punto, pero finalmente
mantienen sus especificidades. Luego, se expone el término palimpsesto y el concepto de transtextualidad explicados por Gerard Genette, los
cuales validan la trascendencia del texto como fuente de inspiración para la creación de nuevas obras de arte; se continúa con un breve análisis
del libro Mnemosyne del italiano Mario Praz. Estos autores legitiman las conexiones de las artes y sus fundamentos se erigen como paradigmas
que viabilizan el diálogo intertextual, permitiendo vincular el pensamiento y ampliar el horizonte epistemológico de los estudios comparativos.
Abstract:
This article argues artistic interrelationships as possible contributing analysis to the study of comparative literature. This will start with a brief
explanation of the re-writings and images that are close and connected in a point to finally keep their specificities, then exposed the term palimpsest,
Genette explained by which the significance of the text valid as inspiration for the creation of others, it continues with a brief review of the book
by Italian Mario Praz Mnemosyne. These authors connections legitimize the arts and their foundations stand as paradigms that enable real way
intertextual dialogue, as seen in some examples cited throughout the article, as a way to link the thoughts and expand the horizon epistemological
study and analysis of the arts.
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“Re-escrituras, palimpsestos e intertextualidad”... Malena A
FERMENTUM, Mérida-Venezuela - ISSN 0798-3069, Nº 71 - Volúmen 24- Septiembre-Diciembre, 2014.
Introducción:
Articular las prolíferas formas de hibridación artística supone un esfuerzo, y sobre todo, un convencimiento por parte de quien investiga,
pues acercar textos o discursos que pertenecen a ámbitos diferentes se conforma como una simbiosis que dentro de los estudios de la literatura
comparada se erigen como forma de ver en manifestaciones estéticas diferentes piezas que se pertenecen a un todo, entendiendo que son
discursos desiguales en su forma. Entonces, vale señalar que, pintores y narradores han mantenido por mucho tiempo un diálogo particular,
donde se dan las confluencias y las divergencias que forman parte de la misma dinámica del desarrollo de las artes, se puede aducir que éstas se
parecen por cuanto emanan del espíritu, son creaciones imaginarias, y siempre mantienen fuerza atractiva, bien sea para leerlas u observarlas, o
como simple posibilidad de generar nuevos discursos, que a fuerza de coexistir son vistos en campos antagónicos que dialogan, se comunican y
se bifurcan por senderos diferentes.
Las correlaciones y paralelismos entre diversos modos de expresiones artística se integran y se asimilan, contribuyendo con significados
que favorecen la homogeneidad del hecho literario entre dos códigos expresivos distintos, supone no sólo coincidencias que definen un tópico
específico, sino que también atiende a las diferencias, pues las obras no sólo pertenecen a una estructura individual sino a una gran familia
histórica, de cuyos rasgos estilísticos se desprenden los estudios comparativos y las aplicaciones de comunicación inherentes a la estética.
Los estudios comparativos le dan una resignificación más valiosa, sugerente y abundante al análisis crítico literario, a través de una red de
relaciones filiales, las cuales a su vez, descubren un nexo intrínseco que concibe el ámbito artístico a la medida de una expresión de reciprocidad.
Uno de los aspectos a resaltar es el hecho que algunas teorías valen para la literatura y para la plástica, como por ejemplo, la semiología o la
hermenéutica de corte fenomenológico.
La problemática del cruce de fronteras entre las manifestaciones artísticas es de vieja data, en estos momentos resulta plenamente válido
darle un giro a los objetos de estudios ligados a la literatura comparada, ya que la caracterización del uso literario, el estudio de la lengua, el sesgo
de los géneros literarios y movimientos artísticos crean un inconveniente donde las evidencias conectivas de las artes no existen, (además que las
alejan de un contexto histórico que es quien le da cabida) negando la constante afluencia que le asigna a las artes esa universalidad, que nace
de los influjos y de interrelaciones dispares.
Se observa así, como surge la posibilidad de estudiar los fenómenos sociales referidos a la integración de las artes mediante una metodología
que permita acercarse los hechos literarios y artísticos, por medio de estrategias que admitan plantear conexiones con clara conciencia de
dialogicidad e interdependencia artística. Monegal (2000) en su artículo llamado “Sobre el análisis de poemas y cuadros”, publicado en el libro
Literatura y pintura, plantea que la poesía y la pintura son absolutamente diferentes en concepción, método de producción y funcionamiento; no
obstante pueden estar ligadas por lazos históricos que implican una hermandad entre las mismas. Este teórico establece un análisis comparativo
partiendo de la diferencia cuando postula que:
Si la comparación no intenta definir las divergencias sino que aspira a descubrir aquello que, en una serie similar, se refiere a una
secuencia idéntica de la zona cultural, la comparación no debe, bajo ninguna circunstancia, ocuparse de objetos situados en el mismo
nivel cronológico.(Monegal, 2000: 107)
En la historia del arte abundan las referencias que hacen alusión a la continua reciprocidad de todos los fenómenos que circundan el espacio,
estos supone relaciones ligadas estrictamente con lo epistemológico y antológico como forma de reconocerse con el mundo, fantasear con el
mismo o moldearlo y generar nuevos mundos que pueden ser muy cercanos a la sociedad en el cual se originaron o muy distantes, logrando ser
estudiados por diversas disciplinas en comunión con la biografía del autor y la producción de su obra. Las interrelaciones humanas como aspectos
naturales y sociales, presumen coaliciones y empalmes con diversas áreas del saber humano que pueden servir de objeto de estudio para otras
investigación, donde la correlación puede ser tan válida como cualquier teoría demostrable expuesta por científicos o estudiosos naturales que han
generado contribuciones con el desarrollo tecnológico de la humanidad.
Las expresiones estéticas conservan sus características y función en la sociedad, delimitándose y distanciándose entre sí, tal como lo explica
Ferreira (2010:20), “escritura y dibujo, más allá del hecho de ser construidos sobre líneas, son dos lenguajes cuya comprensión, a pesar de sus
modos comparables de absorción común, fueron erigidos bajo episteme distintos”. Lo cual indica que hay un punto de encuentro, pero también
hay una separación que conlleva a pensar en un tiempo y un espacio para la elaboración y desarrollo de cada uno de estos sistemas artísticos.
Un ejemplo que se puede traer a colación para avalar el planteamiento de las interrelaciones artísticas es el poema llamado “Aunque tú no
lo sepas”, escrito por el poeta Luis García Montero, que luego se trasformó en canción, inspirando a la escritora Almudena Grandes en su cuento
“El vocabulario de los balcones”, para finalmente hacer una adaptación cinematográfica que lleva el mismo nombre del poema, se puede aseverar
entonces que, esta senda de la imitación contribuye a reelaborar un discurso primario para producir otro original y novedoso, contentivo de una
herencia y de unos elementos que ya han sido expuestos en otros textos, que se dejan ver claramente la idea de palimpsesto y transtextualidad
El término palimpsesto en el ámbito literario, estrictamente hablando, conlleva a definirlo como la posibilidad que existe de escribir un texto
a partir de uno ya elaborado, entra en juego la intertextualidad (término acuñado por Julia Kristeva) y cómo esta noción sirvió de base para
generar toda una teoría. No obstante, es preciso señalar que, fue Gerard Genette quien utilizó el concepto que sirvió de transtextualidad para
aclarar la forma trascendental de un texto.
Así, la transtextualidad se orienta hacia todo aquello que relaciona de manera explícita o secretamente un texto primario con otro secundario.
Al respecto Genette (1989), realiza la siguiente aclaratoria, y menciona las cinco categorías que se derivan de la transtextualidad, a saber:
1) Paratextualidad:“uno de los lugares privilegiados de la dimensión pragmática de la obra”, en el que consta “el contrato genérico con el lector”,
y se concreta en títulos, subtítulos, prefacios, etc.
2) Metatextualidad: definida por Genette como la relación implícita que se establece entre un texto y otro que habita en él y se deja ver con
claridad.
3) Architextualidad: denominación más abstracta y genérica “que no articula, a lo sumo, más que una mención paratextual (titular, como poesías,
ensayos, etc) o más frecuentemente, infratitular: indicaciones como novela, relato, poemas, que acompañan al título sobre la cubierta”.
4) Intertextualidad: designación de la presencia de uno o más textos en otros (articulación de discursos), que asume variadas formas como
cita, plagio, alusión, etc. Genette (1989) define la intertextualidad de la siguiente forma: “como una relación de copresencias, como la presencia
efectiva de un texto en otro”. (p.10)
5) Hipertextualidad: de la que se ocupa en particular Genette y designa la relación existente entre texto B (hipertexto) y otro precedente, A
(hipotexto).
Esta propuesta conduce a reflexionar sobre cómo por medio de la transtextualidad culturalmente aceptada por la crítica literaria, se puede
hablar de trascendencia del texto como uno de los paradigmas que legitiman las comparaciones entre las obras literarias y las pinturas, y cómo éstas
traen a la memoria el recuerdo de otras, esto es un fenómeno casi natural cuando se estudia cualquier hecho de interrelaciones artísticas, siempre se
encontrará vestigios de otras producciones que le darán sustento a la producción que se compara, es por ello que el término “palimpsesto” ayuda a
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explicar, de manera general, como un texto se superpone a otro, al que no oculta del todo, sino que lo deja de ver con transparencia.
Así, para el lingüista y sociólogo Roland Barthes (1994:78), el concepto de transtextualidad corresponde a que todo texto conlleva
implícitamente otro texto, y contiene citas que no van entre comillas, los textos que se dejan ver al estilo de los palimpsesto que ya fueron
leído. De esta manera, todo el andamiaje teórico expuesto por Gerard Genette se erige como paradigma de los estudios comparativos, y las
interrelaciones artísticas tienen cabida como objetos de estudios. Siguiendo los planteamientos de este teórico se puede determinar que todas
las producciones tienen como fuente de inspiración un hipertexto, independientemente del grado de presencia como de las transformaciones,
imitaciones y emulaciones a que dé lugar la nueva obra.
Lo expuesto anteriormente supone que toda relación hipertextual es descubierta según la competencia del lector o espectador, que será
finalmente quien podrá percibir por medio de sus sentidos y capacidad conectiva las mayores o menores relaciones entre los textos, pues detrás
de toda obra siempre habrá una crítica que mostrará elementos axiológicos fundados de una visión particular del mundo, esta crítica puede servir
para el elogio, pero contrariamente está la crítica en algunas ocasiones que sirve para el aniquilamiento de la obra, su empobrecimiento y la
deconstrucción de un pensamiento, bien sea filosófico, científico, literario o artístico.
Según Bourdieu (2002:18) corresponde a lo siguiente: “el artista debe enfrentar la definición social de su obra, es decir, concretamente,
los éxitos o fracasos que ésta tiene, las interpretaciones que de ella se dan, la representación social, a menudo estereotipada y reductora, que de
ella hace el público”.
A partir de concepciones como la transtextualidad y la reciprocidad de las artes se puede generar una matriz disciplinaria, tal como lo
plantea Contreras (2004:44): “la misma se compone de generalizaciones simbólicas o expresiones de las teorías o leyes y se caracteriza por la
exigencia de modelos particulares o modelos heurísticos”. Esto desde la óptica de Bunge (1975) significaría que toda época ha intentado integrar
los conocimientos: nuestra época, la era de la ciencia, intenta integrar conocimientos más o menos verificados, pero no pretende elaborar síntesis
cristalizadas.
Se puede decir entonces que, a partir de estas concepciones de unificación y presencia heurística se gesta un continuo y recíproco
hilvanamiento de comparación y contraste de obras literarias entre sí o con otras manifestaciones artísticas, por medio del cual se pretende explicar
la naturaleza indiscutible transdisciplinaria del objeto de estudio, y su relación con el mundo, con los sentidos y con la subjetividad con que pueda
ser percibida por los interesados.
Un intercambio muy común entre la pintura y la literatura es lo conocido como ekphrasis o la representación literaria de una obra artística,
sobre todo de la pintura, cuya definición más cercana es contar o describir la obra plástica a través de la palabra. En cuanto a la definición y origen
de la ekphrasis Sobejano y Bianco (2008), dedican un capitulo completo, en su libro Prisma: Análisis críticos de textos en español, para explicar
este término, según estos autores el mismo etimológicamente provienen de dos palabras griegas “ek” que significa fuera y “phrazein” que significa
declarar o decir.
Muchos escritores recurren al uso de esta figura literaria, un ejemplo está en las novelas de Mario Vargas Llosa: Elogio de la madrastra
(1988) donde los personajes principales recrean sus fantasías a través de las pinturas que se describen en la obra, como si lo contado retomara
una mayor fuerza a través de la imagen, esta novela fusiona de manera magistral el arte y la literatura, figurando en todo momento modelos
desnudas ante el espejo, como las pinturas de Schiele quien caracteriza toda su obra por representar en su temática una inquietante preocupación
por mostrar mujeres desnudas, revestidas por la tristeza y la soledad en un hálito indiscutible de sensualidad, que se vuelve alucinación en el
artista, los cuerpos sin ropa dejan ver junto el tema de la soledad y la angustia, la desnudez de almas atormentadas de personajes imbuidos en
una vida dramática y confusa.
De la misma manera, Carlos Fuentes ha recurrido a la pintura y la música en la mayoría de sus obras. Aparece una preocupación constante
por encontrar la identidad de la cultura latinoamericana, como en Los años con Laura Díaz (1999) donde el muralismo (legado por el mexicano
Diego Rivera) afirma los laberintos de la memoria histórica. Sin embargo, es en la novela Diana o la cazadora solitaria, donde Carlos Fuentes
desborda la posibilidad de borrar las fronteras con otras disciplinas humanas, a fin de hacer realidad la posibilidad de que varias disciplinas del
saber dialoguen en fronteras borrosas, que amplían la intertextualidad y la interdisciplinaridad.
Otro autor que interesa para explicar la posibilidad de corresponder manifestaciones estéticas diferentes es Mario Praz, quien publica un
libro trascendental en los estudios comparados, titulado Mnemosyne. El paralelismos entre la literatura y las artes visuales, Praz desde el mismo
inicio del libro utiliza el precepto de Horacio up pictura poesis proponiendo que durante siglos, los pintores se han inspirado en temas literarios
para realizar sus composiciones, y los poetas han intentado conjugar ante los ojos de sus lectores imágenes que sólo las artes figurativas podían
transmitir de forma adecuada. Basta una ojeada a la vieja tradición que se inicia en Homero para estar convencidos que la poesía y la pintura han
marchado siempre codo a codo, “en fraternal emulación de metas y medios de expresión” (Praz, 2007:10), dicho en palabras del mismo autor,
“tanto ha arraigado desde la remota antigüedad la idea de la hermandad de las artes en la mente de los hombres, que en ella debe de haber algo
más profundo que una especulación ociosa.(p.9)
Según Mario Praz la literatura, la pintura y las distintas expresiones estéticas presentan una historia común y, al indagar en esas misteriosas
relaciones, este teórico trata de acercar al lector a la raíz común de la inspiración artística. Asegura Praz (2007:64) “que lo que el pintor ha
transmitido con una imagen visual, el poeta lo expresa con un lenguaje que alude vagamente a las sugerencias de la escena natural” y hace un
repaso a la primitiva costumbre de interrelacionar las artes, iniciándose en Homero, cuando éste de forma magistral describe en La Ilíada el escudo
de Aquiles, ésta sola idea podría sustentar el camino donde la poesía y la pintura han marchado siempre como auxiliares una de otra, pues ya
desde la antigüedad clásica, Plutarco le atribuyó a Simónedes de Ceos la famosa sentencia que afirma : “La pintura es poesía muda, mientras que
la poesía es una pintura que habla”, tal afirmación conlleva a García (2007:26) a decir que Simónedes de Ceos es considerado asimismo como
fundador del arte de la memoria, precisamente porque la famosa frase habría sido formulada para demostrar la superioridad del sentido visual, la
literatura en tanto que utiliza imágenes visuales, es una “pintura hablante”.
Para Mario Praz las interrelaciones que tienen las artes entre siempre han ido peregrinando y evolucionando de manera paralela. Junto a
ello las referencias de tipo mitológico, en cuanto a fuentes comunes de la cultura clásica occidental han permitido la aparición e identificación de
diversos mitos trasformados en otro, gracias a posibles códigos transmutados y a los permisibles cambios de código semántico.
Se observa entonces, que este libro es paradigmático y fundamental para establecer fundamentos teórico que consoliden las interrelaciones
como formas de avecinar las artes, diálogo que es de muy vieja data, pero que aún siguen construyéndose como novedoso, interesante, amplio y
cuya discusión no concluye ni se aferra a un paradigma en particular, por los momentos la mayoría de los críticos están de acuerdo con relacionar
las obras bien sea por similitud, semejanza o contraste, pues tanto en “el pintor como en el escritor encontramos aquella contracción general del
sentido histórico y la contemporaneidad de todos los estilos históricos”. (Praz, 2007:190)
Las interrelación artísticas pueden ser explicadas a través de mitos, muchos son los teóricos que avalan este planteamiento, Praz es uno de
ellos, para sustentar cómo la mitología es fuente de inspiración constante y metamorfosis en las artes se podría citar cuatro mitos que a grandes
rasgos dan respuesta de lo que se viene diciendo, estos son: el primero, “Apolo y Dafne” representado en la pintura desde el renacimiento hasta
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los actuales momentos, y en la literatura el mismo mito es retomado por Ovidio en su famosa obra literaria La Metamorfosis; el segundo mito que
es “Leda y el cisne” pintada desde Da Vinci, pasando por Tintoretto, Matisse, Paúl Cezane y Salvador Dalí y descrita en un poema de Rubén Darío
llamado “Blasón”, también Juan Carlos Onetti utiliza este mito en su cuento “Otro obsceno pájaro nocturno”, y “Leda et le cygne” interpretaciones en
imágenes escrita por Pascal Tessier. El tercer mito es “Afrodita o Venus”, el cual es representado magistralmente por Botticelli en el “Nacimiento
de la Venus” (1485), y por el español Velásquez en su famosa pintura “La Venus en el espejo” (1656), y en lo que compete al ámbito literario
la novela de Isabel Allende Afrodita (1997) y El Asno de oro de Lucio Apuleyo; el cuarto mito es el de “Proserpina” representado en diversos
estilos por los pinceles de Joseph Heintz, Rembrant, Rubens, Rosseti Parrish y por la pluma del poeta Algernon Swinburne, con el famoso poema
“El jardín de Proserpina”, de esta forma, cuatro mitos que muestran la forma cultural de representar reinventar una misma idea, que permiten la
correspondencia sin llegar a extremos de la homonimia, pues como asegura Lévi-Strauss, (1977:85) que comparar por similitud o contigüidad
es un “problema extremadamente espinoso porque, en cierta medida, se trata de materiales muy parecidos y, simultáneamente, tremendamente
diferentes”. Las palabras citadas Lévi-Strauss las dice en su libro Mito y significado (1977), en el cual trata de ver cómo la música tiene su origen
en el mito, pero también acerca la historia al mito como posible forma de continuación, mas no de verdad precisa. A este antropólogo le interesa
comprender las confluencias y similitudes entre el mito y la música, observa en la mitología el hontanar de la historia, la música y la literatura.
• Palabras finales:
Se puede alegar que interrelacionar las artes permite encontrar empalmes de formas de signos, los cuales se encadenan y asimilan en una
simbiosis que traspasa las fronteras, las épocas y los temas. Así, el diálogo de las expresiones artísticas tendrá un continuo que sólo el tiempo podrá
decidir cuándo terminará, siempre habrá nuevas formas de correlacionar, alejar, avecinar y acercar para mirar las obras como representaciones
del fluir de la imitación, de la re-escritura o tal vez de los palimpsestos que pueden ser analizadas bajo la óptica de la ekphrasis, como manera de
legitimar que la literatura pinta con palabras, lo que la pintura narra con imágenes.
Así, vale señalar que la interpretación de la literatura y las artes, pueden ser analizadas desde una convergencia interdisciplinaria y, por
consiguiente, se hace necesario consultar fuentes bibliográficas referidas a la historia del arte, crítica literaria, estética y sociología y en general
disciplinas que aborden las llamadas ciencias humanas. La necesidad de acudir a disciplinas tan diversas parte de la concepción de que las
interrelaciones artísticas como fenómenos culturales tienen asidero en otras disciplinas que las concretas, las hacen reales y les permiten erigirse
como modelos u objeto de estudio que pueden dar respuestas a múltiples planteamientos sociales, de acuerdo con la inquietud del investigador y
la necesidad de integrar propuestas literarias bajo los enfoques comparatistas, con fin de poder dar explicaciones a diversos problemas sociales,
estéticos y multiculturales que la vida misma se encarga de mostrar.
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