Evolución de La Calidad
Evolución de La Calidad
Evolución de La Calidad
La Calidad, antes que una disciplina, es una cultura que debe impregnar toda la
empresa (alta dirección, ejecutivos, mandos intermedios, personal especialista y
restantes RR. HH.), y requiere conocer cómo nació, cómo evolucionó, cómo está
actualmente, y cómo estará previsiblemente en las empresas del futuro.
Los conceptos asociados con la Calidad, no son dogma de fe, por lo que algunos de
ellos pueden ser objeto de interpretaciones ligeramente diferentes; en tales casos,
hemos optado por la interpretación más extendida. En lo tocante a la terminología,
queremos matizar el sentido que debe darse a los términos “producto”, “organización”,
“empresa”, y “satisfacción del cliente”. Actualmente, y tal como indica la normativa de
calidad ISO 9000, la palabra “producto” designa tanto a lo que tradicionalmente era un
producto como a lo que tradicionalmente se consideraba como un “servicio”; y esa es
la interpretación correcta, aunque a lo largo de los textos nosotros mismos hablemos a
veces de productos y de servicios, es una redundancia.
EVOLUCIÓN DE LA CALIDAD
El concepto de Calidad surge hacia la mitad del siglo XX, aunque se observa desde
las primeras civilizaciones la preocupación de los hombres por el trabajo bien hecho,
por acabar bien las tareas y por la necesidad de atender algunas normas y de asumir
responsabilidades respecto a las actividades necesarias para producir dichas tareas.
Algunos de los hechos que nos demuestran esa antigua preocupación por la Calidad
son los siguientes:
- Cuando el hombre comenzó a cazar inventó y desarrolló la honda, que fue una
de sus primeras armas ofensivas. Para no errar la puntería fue necesario elegir
piedras del mismo tamaño, lo que introdujo la función de selección, mediante la
comparación, en la base de las actividades humanas
- Cuando el hombre se hizo nómada sintió la necesidad de contar y medir el
tiempo para fijar la rotación de sus cultivos y la celebración de sus ceremonias
religiosas, estableciendo normas, en función de la rotación de los astros, para
poder realizar los cálculos del tiempo. Se crearon calendarios tales como el
egipcio en el que se basó posteriormente el Gregoriano, el Maya y el Azteca,
en otra parte geográfica muy distante y distinta, ambos con una asombrosa
precisión.
- Unos 5.000 años antes de la Era Cristiana los mercaderes del vasto Imperio
Chino, para poder efectuar sus transacciones con arreglo a unas medidas
comunes, solicitaron de los sabios de entonces la resolución del problema y
convinieron como lo más adecuado para medir, un cilindro de bambú cortado
entre dos secciones naturales y contiguas, con lo que se estableció la unidad
de longitud. Después llenaron la sección hueca con arena de la que obtuvieron
las unidades de peso y volumen.
- Las civilizaciones caldeas y egipcias habían normalizado los tamaños y formas
de los ladrillos y tejas empleados en la construcción, con objeto de obtener
unidades de construcción iguales. Se había comenzado a normalizar los
productos manufacturados.
- En los bajorrelieves de los monumentos del Egipto faraónico relativos a
determinados trabajos de construcción que se realizaban con cierta frecuencia,
aparece una clara diferenciación de los trabajadores en dos tipos, uno de ellos
representa a los que realizaban las diferentes labores de construcción y el otro
indica los que se dedicaban a medir y comprobar lo que habían hecho los
anteriores. Estos segundos pueden ser considerados como los primeros
inspectores de la Calidad conocidos en la historia.
- El Código de Hammurabi (rey babilonio entre los años 1700-1800 antes de
Jesucristo) incluye la Ley del Derecho del Talión. En ella se recogen partidas
referidas a las características que se requerían para los trabajos
(especificaciones) y, a los castigos que recibían los ejecutantes si no cumplían
lo dispuesto.
ETAPA ARTESANAL
En este proceso evolutivo llegamos a la Edad Media, donde surgen mercados con
base en el prestigio de la calidad de los productos, se generaliza la costumbre de
agregarles marca y, con esta práctica, se desarrolla el interés de mantener una buena
reputación (las sedas de damasco, la porcelana china, etc.). Según De Fuentes
(1998), en el siglo XIII empezaron a existir los aprendices y los gremios, fenómeno que
convirtió a los artesanos en instructores del oficio y en inspectores de éste, ya que
conocían a fondo su trabajo, su producto y sus clientes. Este conocimiento tan amplio
del artesano determinó que sus productos fueran de la mejor calidad, ya que
realizaban el control de calidad de sus productos y de antemano conocían las
necesidades y expectativas de sus clientes.
En el siglo XVII se produjo una separación entre la ciudad y el mundo rural, debido a
que se presenta en la escena productiva el desarrollo del comercio internacional. Este
proceso obliga a que paulatinamente los artesanos migren a las ciudades y se
concentren allí. En este momento aparece la figura del mercader, que compra la
producción de los artesanos para comercializarla posteriormente. Esta operación
permite a estos la dedicación exclusiva a sus actividades productivas. Durante esta
etapa, que es el antecedente a la Revolución Industrial y su producción en masa, la
calidad se fundamentaba en las destrezas y la reputación del artesano (Penacho,
2000).
REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. FINALES DEL SIGLO XIX
Con la llegada de la era industrial, esta situación cambió. El taller cedió su lugar a la
fábrica de producción masiva, bien fuera de artículos terminados o bien de piezas que
iban a ser ensambladas en una etapa posterior de producción. Los artesanos, al igual
que los talleres también cambiaron. Los de mayor capacidad económica se
transformaron en empresarios, mientras que el resto se convirtió en los operarios de
las nuevas fábricas.
A finales del siglo XIX, en los Estados Unidos desaparece totalmente la comunicación
estrecha que existía entre los fabricantes y sus clientes, debido a la imposibilidad de
los productores de comunicarse y satisfacer individualmente las necesidades de cada
uno de sus clientes, como consecuencia de la aparición del sistema de producción en
serie, el cual se caracteriza por la poca flexibilidad del producto. En pocas palabras, se
inició formalmente el proceso de estandarización de las condiciones y métodos de
trabajo.
Para los militares era fundamental el evitar que tantos jóvenes norteamericanos
perecieran simple y sencillamente porque sus paracaídas no se abrían. En octubre de
1942, de cada mil paracaídas fabricados, por lo menos 3,45% no se abrió, lo que
significó una gran cantidad de jóvenes soldados norteamericanos caídos como
consecuencia de los defectos de fábrica de los paracaídas. A partir de 1943 se
intensificó la búsqueda para establecer los estándares de calidad a través de la visión
aportada por aseguramiento de la calidad para evitar aquella tragedia. Para lograr
elevar la calidad en las industrias militares, se crearon las primeras normas de calidad
en el mundo, fundamentadas en el concepto de aseguramiento de la calidad. Para
lograr un verdadero control de calidad, se creó un sistema de certificación de calidad
que el ejército de Estados Unidos implantó en la Segunda Guerra Mundial. Las
primeras normas de calidad norteamericanas funcionaron precisamente en la industria
militar y fueron llamadas las normas Z1, las cuales tuvieron un gran éxito para la
industria norteamericana y permitieron elevar los estándares de calidad drásticamente,
disminuyendo en un gran número el derroche de vidas humanas.
Según Evans y Lindsay (2008), una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, la
calidad
siguió dos caminos diferentes. Por un lado, Occidente continuaba con el enfoque
basado en la inspección. Por otro lado, se debe destacar el proceso desarrollado en
Japón, que comenzó una batalla particular por la calidad con un enfoque totalmente
distinto al occidental. Japón, durante la década de los cincuenta, comprendió que para
no fabricar y, por tanto, vender productos defectuosos, era necesario producir artículos
correctos desde el principio.
Deming llegó a Tokio y en 1947 inició sus primeros contactos con ingenieros
japoneses. En 1950 fue invitado por el presidente de la Unión de Científicos e
Ingenieros Japoneses (JUSE). Deming, el padre de la calidad japonesa, se dio a
conocer por impartir una serie de conferencias a estos ingenieros sobre control
estadístico de calidad y sobre el modelo administrativo para el manejo de la calidad,
en las que explicó la responsabilidad del personal directivo para lograrla. Deming llevó
a Japón el ciclo PHVA. Por consiguiente, pese a que el control de calidad se inició con
la idea de hacer hincapié en la inspección, pronto se pasó a la prevención como forma
de controlar los factores del proceso que ocasionaban productos defectuosos. Las
empresas niponas entendieron que se necesitaba un programa de control de calidad
cuya aplicación fuera más amplia que la considerada hasta el momento. Por mucho
que se esforzase el departamento de producción, sería imposible resolver los
problemas de confiabilidad, seguridad y economía del producto si el diseño era
defectuoso o los materiales eran mediocres (Gorgemans, 1999).
Otro personaje muy importante fue Armand V. Feigenbaum quien creó el concepto de
gestión de la calidad o de gestionar la calidad, e introdujo el programa de calidad de la
General Electric, que aplicó por primera vez el Total Quality Control en Estados
Unidos, que apareció en 1951 en su libro Total Quality Control.
Esta nueva etapa se distingue por un esfuerzo para alcanzar la calidad en todos los
aspectos dentro de las organizaciones sin importar su actividad económica, incluidas
las áreas de finanzas, ventas, personal, mantenimiento, administración, manufactura y
servicios. Esto significaba que quienes intervenían en la planificación, diseño e
investigación de nuevos productos, así como quienes estaban en la división de
fabricación, en la contabilidad y en el personal, entre otras áreas, tenían que participar
sin excepción. A su vez, los encargados de la investigación de mercados tenían un
papel importantísimo, pues debían escuchar las opiniones de los consumidores para
incorporarlas en la planificación del producto con el fin de satisfacer las necesidades
de los consumidores, a quienes iba dirigido. La calidad se enfoca ya al sistema como
un todo y no exclusivamente en la línea de manufactura.
Desde el punto de vista conceptual, se pueden identificar claramente cuatro etapas del
desarrollo de la calidad: control de calidad, aseguramiento de la calidad, proceso de
calidad total y mejora continua de la calidad total.
Referencias
Penacho, J. L. (2000). Evolución histórica de la calidad en el contexto del mundo de la
empresa y del trabajo. Fórum calidad