Ejecutoria 29503
Ejecutoria 29503
Ejecutoria 29503
Sentencia
CONSIDERANDO:
En efecto, el Pleno de este Alto Tribunal, al resolver la contradicción de tesis 36/2007, en sesión de
treinta de abril de dos mil nueve, estableció, por unanimidad de diez votos, que la existencia de una
contradicción de tesis debe estar condicionada a que las Salas de esta Suprema Corte o los
Tribunales Colegiados en las sentencias que pronuncien:
a) Sostengan tesis contradictorias, entendiéndose por "tesis" el criterio adoptado por el juzgador a
través de argumentaciones lógico-jurídicas para justificar su decisión en una controversia; y,
b) Adopten criterios discrepantes sobre un mismo punto de derecho, aunque las cuestiones fácticas
que lo originan no sean exactamente iguales.
Así, conforme a los criterios anteriores, la contradicción de tesis no depende de que las cuestiones
fácticas sean exactamente iguales, ya que es suficiente que los criterios jurídicos sean opuestos,
aunque debe ponderarse que esa variación o diferencia no debe incidir o ser determinante para el
problema jurídico resuelto, esto es, debe tratarse de aspectos meramente secundarios o
accidentales que, al final, en nada modifican la situación examinada por los órganos judiciales
respectivos, sino que tan sólo forman parte de la historia procesal del asunto de origen.
Asimismo, la finalidad de la determinación que esta Suprema Corte pronuncie, es que sean
definidos los puntos jurídicos que den seguridad jurídica a los gobernados, pues precisamente para
ello fue creada desde la Constitución Federal la figura de la contradicción de tesis.
En ese contexto, esta Primera Sala estima que en el caso, se actualizan todos los requisitos de
referencia, tal y como enseguida se demostrará.
En efecto, consta en autos que el Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del
Que en ese sentido, se vedó al imputado y a su defensa acusar las condiciones en que fue
ejecutada la orden de aprehensión en su contra, pues si bien, la existencia de ese mandato judicial
de entrada, bien podría razonablemente presumir la licitud de la detención, no menos cierto lo es
que, quien porta y ejecuta dicha orden no puede erigirse con potestad o permisión para actuar al
margen del marco constitucional o de manera arbitraria.
A su vez, el Tercer Tribunal Colegiado del Trigésimo Circuito, al resolver el amparo en revisión
penal 20/2019, estableció que de la interpretación teleológica, sistemática y conforme del numeral
308 del Código Nacional de Procedimientos Penales, debe precisarse que el control de la legalidad
de la detención, por parte del Juez, como obligación normativa, se actualiza en los casos de
flagrancia o caso urgente, sin que comprenda la derivada de la ejecución de órdenes de
aprehensión; y, que lo anterior es así, partiendo de la premisa de que en caso urgente la privación
de la libertad es ordenada por el Ministerio Público; mientras que en el caso de la flagrancia puede
ser ejecutada por cualquier persona, por lo que a fin de evitar arbitrariedades en su ejecución, es
que esas actuaciones deben ser motivo de escrutinio judicial, por el Juez de Control, a fin de
verificar su legalidad.
Que una razón más para entender que el numeral 308 de la codificación procesal nacional penal,
conmina al Juez de Control a efectuar ese análisis sobre el control de legalidad de detención
únicamente en los casos de flagrancia y caso urgente, deriva de que sería contra la lógica que el
propio Juez de Control que emite la orden de aprehensión, tenga que justificar ante sí mismo, que
cumplió con los requisitos constitucionales y legales para su libramiento, pues no debe pasar
inadvertido que de conformidad con el artículo 145 del Código Nacional de Procedimientos Penales,
los agentes policiales que ejecuten una orden judicial de aprehensión pondrán al detenido
inmediatamente a disposición del Juez de Control que hubiere expedido la orden.
2. Adopción de criterios jurídicos discrepantes sobre un mismo punto de derecho. Ahora bien, esta
Primera Sala considera que en los ejercicios interpretativos realizados por los tribunales
contendientes existe un punto de toque con respecto a la resolución de un mismo problema jurídico;
sin que sea óbice a lo anterior que en uno de los casos sometidos al escrutinio de los tribunales
contendientes, el imputado no haya alegado actos de violencia o tortura en la ejecución de la orden
de aprehensión, porque como se advertirá a continuación, esa razón no obstó para que el Tercer
Tribunal Colegiado del Trigésimo Circuito se pronunciara al respecto, emitiendo un criterio
discrepante al emitido por el Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Vigésimo
Segundo Circuito.
Por otra parte b) el Tercer Tribunal Colegiado del Trigésimo Circuito sostuvo que de la interpretación
teleológica y conforme del artículo 308 del Código Nacional de Procedimientos Penales, se concluía
que el control de la legalidad de la detención sólo debía hacerse en casos de urgencia o flagrancia,
sin que comprenda la derivada de la ejecución de órdenes de aprehensión; y, que no era obstáculo
para arribar a esa conclusión que el imputado alegara actos de violencia o tortura, en tratándose del
cumplimiento de órdenes de aprehensión, pues el eventual proceder ilegal de la autoridad captora
en ese sentido debe considerarse, en todo caso, realizado en forma posterior a la ejecución misma
del mandamiento de captura, por lo que ello no formaría parte de la calificación de la legalidad de la
detención.
Por tanto, es inconcuso que las consideraciones que tomaron en cuenta los tribunales
contendientes para arribar a sus conclusiones son opuestas, ya que mientras uno de los tribunales
consideró que las hipótesis de detención contempladas en el artículo 308 del Código Nacional de
Procedimientos Penales sólo debían considerarse como enunciativas y no restrictivas, de ahí que
comprendiera la detención derivada de la ejecución de las órdenes de aprehensión, en aras de
prevenir todo posible contexto de detención arbitraria, tortura o malos tratos hacia el imputado por
parte de las autoridades del Estado, que eventualmente podrían tener efectos procesales y
probatorios; la otra postura contendiente determinó que el control de la legalidad de la detención
sólo debía realizarse en casos de urgencia o flagrancia, ya que en los casos de aprehensión, el
estudio y la emisión de dicho acto de autoridad, ya fueron realizados previamente por el propio Juez
de Control y que el eventual proceder ilegal –ejecución de actos violentos, tortura o malos tratos–
por parte de las autoridades encargadas de ejecutar una orden de aprehensión emitida por el propio
Juez, debía considerarse, en todo caso, realizado en forma posterior a la ejecución misma del
mandamiento de captura, por lo que ello no formaría parte del control de la legalidad de la
Atendiendo a lo anterior, en términos de lo dispuesto en los numerales 225 y 226, fracción II, de la
Ley de Amparo vigente, esta Primera Sala de la Suprema Corte de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación tiene la oportunidad de pronunciarse sobre el fondo del problema advertido, para
establecer cuál es el criterio que debe prevalecer, fijando como punto de contradicción el
determinar:
Si ¿el control de legalidad de la detención previsto en el artículo 308 del Código Nacional de
Procedimientos Penales, para los casos de flagrancia o caso urgente, se debe realizar en los
supuestos de detención derivada de la ejecución de órdenes de aprehensión?
Como se anticipó, el tema de la presente contradicción de criterios consiste en determinar si: ¿el
control de legalidad de la detención previsto en el artículo 308 del Código Nacional de
Procedimientos Penales, para los supuestos de flagrancia o caso urgente, se debe realizar en los
casos de detención derivada de la ejecución de órdenes de aprehensión?
Cuando el imputado se encuentra físicamente ante el Juez de Control, deben seguirse los pasos
procesales que conforman la audiencia inicial, los cuales se encuentran previstos en el artículo 307
del Código Nacional de Procedimientos Penales,(4) y consisten en:
1. Informar al imputado de sus derechos constitucionales –en caso de que no se haya hecho–;
3. Formular imputación;
En los subsecuentes preceptos del Código Nacional de Procedimientos Penales, se detalla la forma
en que habrá de desarrollarse la audiencia inicial:
• En caso de que la puesta a disposición del inculpado ante el Juez de Control se deba a que fue
detenido en flagrancia delictiva o caso urgente, el Ministerio Público deberá justificar las razones de
la detención y el Juez de Control procederá a calificarla, examinará el cumplimiento del plazo
constitucional de retención y los requisitos de procedibilidad, ratificándola en caso de encontrarse
ajustada a derecho o decretando la libertad en los términos previstos en el propio Código Nacional
de Procedimientos Penales.(5)
• Una vez que el imputado esté presente en la audiencia inicial, por haberse ordenado su
comparecencia, podrá ejecutarse en su contra una orden de aprehensión o ratificar de legal la
detención,(6) y después de haber verificado el Juez de Control que el imputado conoce sus
derechos fundamentales dentro del procedimiento penal o, en su caso, después de habérselos dado
a conocer, se ofrecerá la palabra al agente del Ministerio Público, para que éste exponga al
imputado el hecho que se le atribuye, la calificación jurídica preliminar, la fecha, lugar y modo de su
comisión, la forma de intervención que haya tenido en el mismo, así como el nombre de su
acusador, salvo que, a consideración del Juez de Control sea necesario reservar su identidad en los
supuestos autorizados por la Constitución y por la ley.(7)
En el propio acto, se le hará saber al imputado que el pronunciamiento sobre el auto de vinculación
a proceso puede realizarse en el mismo momento, dentro del plazo de setenta y dos horas o en la
ampliación del mismo, a solicitud del propio imputado.
• El Juez de Control, antes de finalizar la audiencia inicial determinará, previa propuesta de las
partes, el plazo para el cierre de la investigación complementaria.(10)
II. Naturaleza jurídica de las figuras de orden de aprehensión, flagrancia y caso urgente (causas
legales de restricción de la libertad)
Para iniciar el desarrollo del presente apartado, es necesario tomar en cuenta lo que dispone el
primer párrafo del artículo 16 constitucional, que establece la garantía de los derechos de libertad y
seguridad personales:
"Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud
de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del
Dicha prerrogativa, guarda relación con el contenido del artículo 7.2 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, que prohíbe afectar el derecho a la libertad personal, salvo por las
condiciones y causas fijadas de antemano por la Constitución:
"2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas
de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas
conforme a ellas.
Así, la libertad personal constituye un derecho humano que no puede ser restringido, salvo en las
condiciones que la propia Constitución establece, como acontece con las detenciones en flagrancia
o caso urgente, derivadas de elementos que permitan atribuir a una persona su probable
responsabilidad en la comisión de un hecho calificado como delito por las leyes penales, por lo que
se puede entender que la regla general es que toda persona goza de libertad personal y de tránsito,
mientras que su restricción o suspensión debe estar delimitada por casos específicos; dentro de los
cuales, el mandamiento escrito, firmado por la autoridad competente que funde y motive la causa
legal del procedimiento, constituye la regla general: orden de aprehensión, mientras que los casos
de urgencia y flagrancia, representan los casos excepcionales.
Orden de aprehensión
"No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que preceda denuncia o
querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado con pena privativa de libertad y
obren datos que establezcan que se ha cometido ese hecho y que exista la probabilidad de que el
indiciado lo cometió o participó en su comisión.
"La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión, deberá poner al inculpado a
disposición del Juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta responsabilidad. La contravención a
lo anterior, será sancionada por la ley penal."
Conforme a lo señalado por esta Primera Sala, al resolver el amparo en revisión 1090/2017,(11) la
orden de aprehensión es conocida como una de las formas de conducción del imputado al proceso
penal, cuando el Ministerio Público advierta necesidad de cautela; en el caso de que la persona se
resista o evada la orden de comparecencia judicial y el delito que se le impute merezca pena
privativa de libertad; y, cuando se incumpla con una medida cautelar.
En ese tenor, se consideró que la orden de aprehensión deriva de una investigación previa por parte
del Ministerio Público y para que pueda librarse debe cumplirse con los siguientes requisitos:
• Debe existir denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito;
• Obren datos que establezcan que se ha cometido ese hecho y que exista la posibilidad de que el
indiciado lo cometió o participó en su comisión; y
También se explicó que conforme al sistema de justicia penal acusatorio, para el dictado de una
orden de aprehensión, al igual que el auto de vinculación a proceso, sólo se requieren datos que
establezcan que se cometió un hecho señalado por la ley como delito y, que exista la probabilidad
de que el indiciado (imputado), lo haya cometido o haya participado en su comisión y que lo anterior
es, porque el objetivo de la solicitud del dictado de una orden de aprehensión, es poner al detenido
a disposición del Juez de Control, para que el Ministerio Público formule imputación y exprese los
datos de prueba, a fin de que se dicte el auto de vinculación a proceso y se formalice la
investigación.
Que en ese tenor, el Ministerio Público al solicitar el libramiento de una orden de aprehensión,
expondrá ante la autoridad judicial las razones que justifiquen su pretensión, en tanto que el Juez
deberá resolver en audiencia lo conducente, debiendo pronunciarse sobre cada uno de los
elementos planteados en la solicitud; y, que al ser un acto de autoridad que restringe la libertad
personal, es un acto de molestia, por lo que debe estar fundado y motivado; sin que sea necesario
que la resolución que al respecto se emita, deba constar por escrito, ya que será precisamente en la
audiencia, en la que el Juez de manera oral pronuncie la decisión de aprehender a una persona,
para que sea llevada ante él.
Que por lo anterior, no es necesario que se pronuncie una diversa resolución por escrito, porque la
constancia que dota de seguridad jurídica al imputado es la videograbación en la que consta de
manera fidedigna el desarrollo de la audiencia en la que se dictó la orden; sobre todo atendiendo a
la reforma al primer párrafo del artículo 16 constitucional, transcrito con anterioridad en donde se
estableció dicha circunstancia, para los juicios en que prevalezca la oralidad.
Finalmente se añadió que para que se pueda llevar a cabo la ejecución de la orden de detención, es
necesario que el Juez de Control proporcione a los elementos aprehensores, una constancia que
contenga los puntos resolutivos de la determinación que emitió de manera oral, así como copia del
audio y video de la audiencia relativa, que les permitan identificar plenamente al gobernado y que
éste pueda imponerse adecuadamente de la decisión que afecta su derecho a la libertad personal.
Se explicó que los requisitos mínimos que debe contener la aludida constancia, son: el nombre y
apellidos de la persona que se pretende detener, la que deberá ser plenamente identificada por los
aprehensores; que exista una causa penal instruida por su probable participación en la comisión de
un hecho que la ley señala como delito, previsto y sancionado en el ordenamiento sustantivo
aplicable; así como el Juez de Control que pronunció la orden y la fecha en la que la expidió; y, que
con tales elementos se otorgará certeza y seguridad jurídica al particular y se asegurará la
prerrogativa de defensa en contra una detención que no cumpla con los requisitos constitucionales
necesarios.
Como se advierte de lo señalado en los párrafos anteriores, las órdenes de aprehensión tienen las
siguientes características:
1. Son emitidas por el Juez de Control a solicitud del Ministerio Público en una audiencia específica.
2. Deben preceder de una denuncia o querella de un hecho que la ley sancione como delito, y con
pena privativa de libertad y obren datos que establezcan que se ha cometido ese delito y que exista
la posibilidad de que el indiciado lo cometió o participó en su comisión.
3. No es necesario que se pronuncie una diversa resolución por escrito, porque la constancia que
dota de seguridad jurídica al imputado es la videograbación en la que consta de manera fidedigna el
desarrollo de la audiencia en la que se dictó la orden.
5. Los requisitos mínimos de legalidad que deben contener las órdenes de aprehensión son: el
nombre y apellidos de la persona que se pretende detener, la que deberá ser plenamente
identificada por los aprehensores; que existe una causa penal instruida por su probable
participación en la comisión de un hecho que la ley señala como delito, previsto y sancionado en el
ordenamiento sustantivo aplicable; así como el Juez de Control que pronunció la orden y la fecha en
la que la expidió.
Flagrancia
Dicho supuesto excepcional a la orden de aprehensión, se especifica en el párrafo quinto del mismo
artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en cuanto señala:
"Cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo un delito o
inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad
civil más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del Ministerio Público. Existirá un registro
inmediato de la detención."
Esta Primera Sala se ha pronunciado en varias ocasiones sobre el alcance del derecho a la libertad
personal, así como sobre diversos aspectos de la detención en flagrancia, señalando que puede
actualizarse en cualquiera de los siguientes escenarios:(12) (1) cuando el probable responsable es
sorprendido en el momento de estar cometiendo el delito y es perseguido material e
ininterrumpidamente por la persona que percibió directamente el hecho y (ii) cuando la detención es
realizada por una persona que –aunque no presenció directamente el hecho– tiene conocimiento
del delito inmediatamente después de su comisión y cuenta además con datos objetivos que le
permiten identificar y detener al probable responsable en ese momento. (inmediatez)
Al resolver el amparo directo en revisión 5577/2015,(13) esta Primera Sala determinó que para que
la detención de una persona sea constitucionalmente válida (en caso de que se realice en el
momento o inmediatamente después de haberse cometido el delito), es necesario que quien lleve a
cabo esa detención, ya sea por un particular o la autoridad, parta de datos objetivos que permitan
colegir la actualización de esas circunstancias, siendo que en ciertos casos "es factible que la
indicada captura se logre transcurrido cierto tiempo", en el entendido de que "la validez de la
detención estará supeditada a que la persecución del sujeto activo se hubiera iniciado enseguida y
no se interrumpa". De esta forma se explicó que la persecución del sujeto activo puede apoyarse en
el resultado de nuevas tecnologías, "siempre que éstas permitan un seguimiento confiable de los
sujetos activos en tiempo real, como podrían ser cámaras de vigilancia o incluso el rastreo satelital a
través de dispositivos de posicionamiento global." (rastreo digital y satelital).
De lo anterior podemos advertir que la detención en flagrancia, es aquella que puede realizar la
autoridad o cualquier persona, quien deberá acreditar ante el Ministerio Público y éste ante la
autoridad judicial, si es que esta autoridad ministerial decide ratificarla, que la comisión del delito en
el momento de la detención es ostensible y no meramente sospechado, que existe un vínculo
causal de carácter inmediato, así como la necesidad de practicar la detención y que ésta misma sea
en los siguientes supuestos:
3. Cuando la persecución del sujeto activo pueda apoyarse en el resultado de nuevas tecnologías,
siempre que éstas permitan un seguimiento confiable de los sujetos activos en tiempo real, como
podrían ser cámaras de vigilancia o incluso el rastreo satelital a través de dispositivos de
posicionamiento global. (rastreo digital y satelital).
4. Flagrancia por señalamiento, que constituye una hipótesis en la cual es posible detener a una
persona inmediatamente después de que cometió un delito, siempre y cuando no se haya
interrumpido su búsqueda o localización.
Caso urgente
"Sólo en casos urgentes, cuando se trate de delito grave así calificado por la ley y ante el riesgo
fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siempre y cuando no se
pueda ocurrir ante la autoridad judicial por razón de la hora, lugar o circunstancia, el Ministerio
Público podrá, bajo su responsabilidad ordenar su detención, fundando y expresando los indicios
que motiven su proceder."
Sobre este punto, conviene tomar en cuenta la doctrina constitucional que ha emitido esta Primera
Sala, al respecto:
En el amparo directo en revisión 3506/2014,(15) determinó que el "caso urgente" es una forma de
detención extraordinaria, que se aparta de la regla general sobre el control judicial previo dentro del
régimen de detenciones, precisamente porque excepcionalmente se justifica ante la presencia de
condiciones atípicas (riesgo fundado de la sustracción de la justicia, imposibilidad de acudir ante la
autoridad judicial en el momento preciso), todas las cuales han de acreditarse, justificarse y
controlarse rigurosamente. Este criterio es uno de los precedentes que dieron lugar a la tesis de
jurisprudencia, por reiteración de criterios, de rubro siguiente: "DETENCIÓN POR CASO
URGENTE. REQUISITOS PARA SU VALIDEZ."(16)
Por otro lado, en el amparo directo en revisión 3623/2014,(17) se abundó sobre los requisitos de
esta clase de detención y se concluyó que los Jueces no deben limitarse a comprobar que en el
De lo anterior podemos concluir que la detención por caso urgente, es aquélla realizada por orden
del Ministerio Público –bajo su responsabilidad y bajo la obligación de justificar objetiva y
razonablemente ante el Juez que controle a posteriori la legalidad de la detención– siempre que se
cumplan las siguientes condiciones: a) que se trate de delito grave, así calificado por la ley, b) que
se realice ante el riesgo fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, c)
siempre y cuando no se pueda acudir ante la autoridad judicial por razón de la hora, lugar o
circunstancia, d) que se corrobore la existencia previa de la orden de detención y, en su caso, e)
que también se analice si al momento de ordenar la detención el Ministerio Público, efectivamente
tenía evidencia que justificara la creencia de que se había actualizado un supuesto de caso urgente.
"... iii) sean necesarias, en el sentido de que sean absolutamente indispensables para conseguir el
fin deseado y que no exista una medida menos gravosa respecto al derecho intervenido, entre todas
aquellas que cuentan con la misma idoneidad para alcanzar el objetivo propuesto; por esta razón el
tribunal ha señalado que el derecho a la libertad personal supone que toda limitación a éste deba
ser excepcional; y, iv) que sean medidas que resulten estrictamente proporcionales, de tal forma
que el sacrificio inherente a la restricción del derecho a la libertad no resulte exagerado o
desmedido frente a las ventajas que se obtienen mediante tal restricción y el cumplimiento de la
finalidad perseguida. Cualquier restricción a la libertad que no contenga una motivación suficiente
que permita evaluar si se ajusta a las condiciones señaladas será arbitraria y, por tanto, violará el
artículo 7.3 de la convención."(18)
• No se está frente a los supuestos de flagrancia o aquellos determinados por la legislación nacional
como sería el caso de México que además establece dentro de su régimen de detenciones la figura
de caso urgente.
Por arbitrariedad el tribunal interamericano ha considerado aquellas causas o métodos que puedan
reputarse como incompatibles con el respeto a los derechos fundamentales del individuo por ser,
entre otras cosas, irrazonables, imprevisibles, o faltos de proporcionalidad.(20)
IV. Control de legalidad de la detención (Artículo 308 del Código Nacional de Procedimientos
Penales)
"En casos de urgencia o flagrancia, el Juez que reciba la consignación del detenido deberá
inmediatamente ratificar la detención o decretar la libertad con las reservas de ley."
Para mejor comprensión del asunto es necesario citar el contenido del artículo 308 del Código
Nacional de Procedimientos Penales;
"Inmediatamente después de que el imputado detenido en flagrancia o caso urgente sea puesto a
disposición del Juez de Control, se citará a la audiencia inicial en la que se realizará el control de la
detención antes de que se proceda a la formulación de la imputación. El Juez le preguntará al
detenido si cuenta con defensor y en caso negativo, ordenará que se le nombre un defensor público
y le hará saber que tiene derecho a ofrecer datos de prueba, así como acceso a los registros.
"El Ministerio Público deberá justificar las razones de la detención y el Juez de Control procederá a
calificarla, examinará el cumplimiento del plazo constitucional de retención y los requisitos de
procedibilidad, ratificándola en caso de encontrarse ajustada a derecho o decretando la libertad en
los términos previstos en este código.
"Ratificada la detención en flagrancia, caso urgente, y cuando se hubiere ejecutado una orden de
aprehensión, el imputado permanecerá detenido durante el desarrollo de la audiencia inicial, hasta
en tanto no se resuelva si será o no sometido a una medida cautelar.
"En caso de que al inicio de la audiencia el agente del Ministerio Público no esté presente, el Juez
de Control declarará en receso la audiencia hasta por una hora y ordenará a la administración del
Poder Judicial para que se comunique con el superior jerárquico de aquél, con el propósito de que
lo haga comparecer o lo sustituya. Concluido el receso sin obtener respuesta, se procederá a la
inmediata liberación del detenido.
"La omisión del Ministerio Público o de su superior jerárquico, al párrafo precedente los hará incurrir
en las responsabilidades de conformidad con las disposiciones aplicables."
En observancia al contenido del artículo recién transcrito, se obtiene que en la audiencia inicial tiene
lugar el control judicial de la legalidad de la detención, y en caso de que ésta se ratifique, la
audiencia habrá de incluir también la formulación de la imputación, la declaración inicial de la
persona imputada, la solicitud de medidas cautelares –incluyendo la prisión preventiva–, así como el
auto de vinculación a proceso.
El Juez de Control deberá sustanciar la audiencia inicial tan pronto como la persona detenida sea
Luego, conforme lo señalado en los artículos 307 y 308 del Código Nacional de Procedimientos
Penales, en la audiencia inicial se informarán al imputado sus derechos constitucionales y legales,
sino se le hubieren informado de los mismos con anterioridad; el Ministerio Público deberá justificar
las razones de la detención y el Juez de Control procederá a calificarla, examinará el cumplimiento
del plazo constitucional de retención y los requisitos de procedibilidad, ratificándola en caso de
encontrarse ajustada a derecho o decretando la libertad en los términos previstos en el propio
código.
En la resolución del amparo directo en revisión 669/2015,(21) esta Primera Sala explicó que en la
etapa preliminar de investigación mediante la intervención judicial, el Juez de Control adquiere
primordialmente atribuciones de garantía y resguardo de los derechos fundamentales del imputado,
particularmente aquellos ligados con el debido proceso y la libertad personal.
Se señaló que, al conocer de la investigación, el Juez de Control deberá verificar que el indiciado
haya sido detenido conforme a las exigencias constitucionales; que no hubiera existido una dilación
justificada entre su detención y su puesta a disposición ante la autoridad correspondiente; que no
hubiere sido objeto de actos de incomunicación, tortura u otros tratos crueles, inhumanos o
degradantes; que hubiere sido informado de los derechos con los que cuenta como detenido; entre
otras cuestiones.
En esencia, se indicó que una de las principales responsabilidades del Juez de Control es
asegurarse de que durante la investigación no se hubieran cometido transgresiones a los derechos
fundamentales del imputado o que, en su caso, las consecuencias de éstas no se trasladen a la
etapa del juicio oral, donde puedan generar mayores perjuicios o invalidar la totalidad del propio
juicio.
Se advirtió que el procedimiento penal acusatorio y oral se encuentra dividido en una serie de
momentos o etapas, cada una de las cuales tiene una función específica y se van sucediendo
irreversiblemente, lo que significa que sólo superándose una etapa es que se puede comenzar con
la siguiente, sin que exista posibilidad de renovarlas o reabrirlas, conforme al principio de
continuidad previsto en el primer párrafo del artículo 20 constitucional.
Los asertos anteriores fueron plasmados en la tesis de jurisprudencia, cuyos rubro y texto, son del
tenor literal siguiente:
Hasta aquí el desarrollo del marco legal y conceptual, para proceder a responder nuestra
interrogante, consistente en determinar: si ¿el control de legalidad de la detención previsto en el
artículo 308 del Código Nacional de Procedimientos Penales, para los casos de flagrancia o caso
urgente, se debe realizar en los casos de detención derivada de la ejecución de órdenes de
aprehensión?
Tal y como se previno al inicio del presente estudio; y, conforme a lo narrado en los párrafos
precedentes, la respuesta debe ser contestada en sentido negativo.
En ese sentido es que dicha autoridad analiza las razones que motivaron la restricción de la libertad
del indiciado, con el objeto de determinar si la detención (flagrancia y caso urgente) fue dictada en
términos de ley. Esta fase de la audiencia inicial se contempla en el artículo 308 del Código
Nacional de Procedimientos Penales, y se denomina control de legalidad de la detención. Aquí el
Ministerio Público deberá acreditar ante la autoridad judicial, que se surten los siguientes aspectos
de legalidad:
Además, conforme al segundo párrafo del artículo 308 de la normatividad en cita, el representante
social deberá justificar las razones de la detención, examinará el cumplimiento del plazo
constitucional de retención (en acatamiento a lo dispuesto en el décimo párrafo del artículo 16
constitucional)(23) y los requisitos de procedibilidad (si existe querella, declaración de quebranto,
etcétera), ratificándola en caso de encontrarse ajustada a derecho o decretando la libertad en los
términos previstos en dicho código.
Como se aprecia, el control de legalidad a que se refiere el precepto normativo en estudio, no aplica
para las órdenes de aprehensión, porque se parte de la idea de que cumplen con los requisitos
correspondientes, al haber sido emitidas por la autoridad judicial.
En cambio, las detenciones sin orden judicial deben sujetarse al mencionado control, a fin de
verificar que se satisfagan los supuestos de flagrancia o caso urgente, ya que de otro modo la
privación de libertad debe ser considerada como ilegal.
Ahora bien, no escapa a la consideración de esta Primera Sala que en la ejecución de una orden de
aprehensión puedan surgir situaciones que la autoridad judicial deba analizar, como pudiera ser su
materialización contra una persona homónima; o bien, que con posterioridad a la captura se
susciten arbitrariedades que impliquen tortura, vejación, malos tratos o puesta a disposición con
demora de la autoridad judicial, entre otros, independientes del motivo que originó la restricción de
la libertad.
Con relación al caso específico de la ejecución de las órdenes de aprehensión, se debe advertir lo
dispuesto en el cuarto párrafo del artículo 16 constitucional, en cuanto señala:
"La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión, deberá poner al inculpado a
Por tanto, esta Primera Sala determina que en cualquier denuncia de comisión de arbitrariedades
en la detención, el Juez de Control debe actuar atendiendo a las características de cada caso, en
términos de la normatividad aplicable. Sin que el análisis de tales actos forme parte del control de la
detención a que se refiere el artículo 308 del Código Nacional de Procedimientos Penales, que
como se dijo, es exclusivo de los supuestos de flagrancia o caso urgente.
Lo que se ha considerado no excluye la posibilidad de que sea el propio Juez de Control, quien, de
advertir elementos o circunstancias que impliquen violaciones a los derechos humanos, resuelva lo
conducente. Por ejemplo, indicios de que pudo haber sido sometido a algún tipo de violencia –como
sucedió en uno de los casos de análisis–pueda tomar las medidas necesarias para esclarecer tales
circunstancias.
Finalmente, con relación al caso específico de tortura, respecto del cual ambos tribunales hicieron
señalamientos al respecto, se debe advertir que la obligación del Juez de Control, consistirá en dar
parte a la autoridad ministerial, con el objeto de que se realicen los procedimientos que
correspondan y, en su caso, se sancione en términos de la ley penal; o bien, determine si tales
actos tienen trascendencia dentro del proceso; sin que este supuesto corresponda en modo alguno
al control de legalidad de la detención.
En este caso, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de Justicia de la Nación, ha
establecido la obligación de todas las autoridades del Estado para actuar en términos de su
competencia legal, incluidas las de naturaleza jurisdiccional del orden penal, en cuanto tengan
conocimiento de una denuncia de ese tipo; también ha indicado los lineamientos a seguir de
acuerdo con la vertiente en que se suceda, así como el estándar probatorio para tenerla por
acreditada.
Por lo que el tema de tortura traído a instancia de cualquier autoridad jurisdiccional del orden penal,
debe ser tratado bajo el entendimiento de las obligaciones contraídas por el Estado Mexicano.
En esos términos es que debe prevalecer con el carácter de jurisprudencia el siguiente criterio:
Hechos: Los Tribunales Colegiados contendientes que conocieron de los amparos en revisión
respectivos, sostuvieron criterios distintos consistentes en determinar si el control de legalidad de la
detención previsto en el artículo 308 del Código Nacional de Procedimientos Penales, para los
casos de flagrancia o urgencia, se debe realizar tratándose de órdenes de aprehensión.
Criterio jurídico: Sobre tal cuestión, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
considera que el criterio que debe prevalecer, es que este control únicamente procede cuando la
privación de la libertad personal del imputado tiene como antecedentes casos de flagrancia o
urgencia, sin que pueda hacerse extensivo a las órdenes de aprehensión. Esto no significa que sea
inviable alegar vicios cometidos en la ejecución de una orden de aprehensión, o bien, que el Juez
de Control esté impedido para analizar oficiosamente violaciones a los derechos humanos ocurridas
en el cumplimiento de dichas órdenes.
Así lo resolvió, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad de
cinco votos de los Ministros: Norma Lucía Piña Hernández, Ana Margarita Ríos Farjat, Jorge Mario
Pardo Rebolledo (ponente), Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y presidente Juan Luis González Alcántara
Carrancá quien se reserva su derecho a formular voto concurrente.
En términos de lo previsto en los artículos 113 y 116 de la Ley General de Transparencia y Acceso
a la Información Pública; 110 y 113 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública; y el Acuerdo General 11/2017, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicado el dieciocho de septiembre de dos mil diecisiete en el Diario Oficial de la Federación, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o
confidencial que se encuentra en esos supuestos normativos.
____________________________
1. Tesis aislada 2a. VIII/93, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo XII, diciembre de
2. Tesis de jurisprudencia P./J. 72/2010, emitida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, visible en la Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo
XXXII, agosto de 2010, página 7, registro digital: 164120.
3. Tesis aislada P. XLVII/2009, emitida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible en Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXX, julio de
2009, página 67, registro digital: 166996.
11. Resuelto por unanimidad de votos en sesión de seis de junio de dos mil dieciocho
12. Amparo directo en revisión 1074/2014, fallado por unanimidad de cinco votos en sesión de tres
de junio de dos mil quince.
13. Resuelto por unanimidad de votos, en sesión de veintinueve de junio de dos mil dieciséis.
14. Sesión de veintidós de agosto de dos mil dieciocho, por mayoría de cuatro votos.
15. Resuelto por unanimidad de cinco votos en sesión de tres de junio de dos mil quince.
16. Jurisprudencia 1a./J. 51/2016 (10a.), Décima Época. Registro digital: 2012714. Primera Sala.
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 35, Tomo I, octubre de 2016, materias
constitucional y penal, página 320 «y Semanario Judicial de la Federación del viernes 7 de octubre
de 2016 a las 10:17 horas».
17. Resuelto por mayoría de tres votos, el veintiséis de agosto de dos mil quince.
19. Corte IDH. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C. No. 170, Párrafo 96. "La
Corte advierte, en primer lugar, que la comisión no demostró que la disposición legal que menciona
haya sido aplicada al caso concreto y, en segundo lugar, que la detención del señor Lapo ya fue
calificada como ilegal desde su inicio, justamente porque no estuvo precedida de orden escrita de
Juez ni de flagrancia. Toda detención ilegal comporta un grado de arbitrariedad, pero esa
arbitrariedad está subsumida en el análisis de la ilegalidad que la Corte hace conforme al artículo
7.2 de la Convención. La arbitrariedad de la que habla el artículo 7.3 convencional tiene un
contenido jurídico propio, tal y como se indicó en los párrafos anteriores (supra párrafos. 93)."
20. Corte IDH. Caso Fleury y otros Vs. Haití. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 23 de noviembre
de 2011. Serie C. No. 236, Párrafo 57. "En cuanto a la arbitrariedad de la detención, el artículo 7.3
de la Convención establece que ‘nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento
arbitrarios’. Sobre esta disposición, en otras oportunidades la Corte ha considerado que nadie
puede ser sometido a detención o encarcelamiento por causas y métodos que –aun calificados de
legales– puedan reputarse como incompatibles con el respeto a los derechos fundamentales del
individuo por ser, entre otras cosas, irrazonables, imprevisibles, o faltos de proporcionalidad.".
Disponible en: http://corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_236_esp.pdf
21. Resuelto por unanimidad de cinco votos en sesión de veintitrés de agosto de dos mil diecisiete.
22. Décima Época. Registro digital: 2018868. Primera Sala, jurisprudencia, Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Libro 61, Tomo I, diciembre de 2018, materias común y penal,
jurisprudencia 1a./J. 74/2018 (10a.), página 175 «y Semanario Judicial de la Federación del viernes
7 de diciembre de 2018 a las 10:19 horas».
23. "Ningún indiciado podrá ser detenido por el Ministerio Público por más de cuarenta y ocho
horas, plazo en el que deberá ordenarse su libertad o ponérsele a disposición de la autoridad
judicial; este plazo podrá duplicarse en aquellos casos que la ley prevea como delincuencia
organizada. Todo abuso a lo anteriormente dispuesto será sancionado por la ley penal."
24. "En casos de urgencia o flagrancia, el Juez que reciba la consignación del detenido deberá
inmediatamente ratificar la legalidad de la detención o decretar la libertad con las reservas de ley."
Esta ejecutoria se publicó el viernes 02 de octubre de 2020 a las 10:12 horas en el Semanario
Judicial de la Federación.