Adr 7856 2019 201007
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7856/2019.
QUEJOSA Y RECURRENTE: **********
“(…)
27. OCTAVO. Estudio. Los agravios propuestos por la parte quejosa son
infundados. Examinado el artículo 1461, párrafo segundo, del Código
de Comercio, en la porción normativa “debidamente autenticado”, se
llega a la conclusión de que sí resulta inconstitucional.
33. Pues bien, como marco normativo para la solución de este asunto, es
preciso tener en cuenta que esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en su jurisprudencia 42/2007, señaló que el
artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos8
establece el derecho a la tutela judicial, la cual ha sido concebida como:
8
(REFORMADO, D.O.F. 18 DE JUNIO DE 2008)
Art. 17.- Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su
derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para
impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta,
completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas
judiciales.
[N. DE E. EN RELACIÓN CON LA ENTRADA EN VIGOR DEL PRESENTE PÁRRAFO, VÉASE
SEGUNDO TRANSITORIO DEL DECRETO QUE MODIFICA LA CONSTITUCIÓN.]
(ADICIONADO, D.O.F. 15 DE SEPTIEMBRE DE 2017)
Siempre que no se afecte la igualdad entre las partes, el debido proceso u otros derechos en los
juicios o procedimientos seguidos en forma de juicio, las autoridades deberán privilegiar la solución
del conflicto sobre los formalismos procedimentales.
(ADICIONADO, D.O.F. 29 DE JULIO DE 2010)
El Congreso de la Unión expedirá las leyes que regulen las acciones colectivas. Tales leyes
determinarán las materias de aplicación, los procedimientos judiciales y los mecanismos de
reparación del daño. Los jueces federales conocerán de forma exclusiva sobre estos procedimientos
y mecanismos.
Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de controversias. En la materia penal
regularán su aplicación, asegurarán la reparación del daño y establecerán los casos en los que se
requerirá supervisión judicial.
Las sentencias que pongan fin a los procedimientos orales deberán ser explicadas en audiencia
pública previa citación de las partes.
Las leyes federales y locales establecerán los medios necesarios para que se garantice la
independencia de los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones.
(REFORMADO, D.O.F. 29 DE ENERO DE 2016)
La Federación y las entidades federativas garantizarán la existencia de un servicio de defensoría
pública de calidad para la población y asegurarán las condiciones para un servicio profesional de
carrera para los defensores. Las percepciones de los defensores no podrán ser inferiores a las que
correspondan a los agentes del Ministerio Público.
Nadie puede ser aprisionado por deudas de carácter puramente civil.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 7856/2019
36. Pero de igual modo se aclaró en dicho criterio, que no todos los
requisitos para el acceso al proceso pueden considerarse
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37. También cabe precisar que, el Pleno de este Máximo Tribunal, desde
su jurisprudencia P./J. 113/2001 de rubro: “JUSTICIA, ACCESO A LA. LA
POTESTAD QUE SE OTORGA AL LEGISLADOR EN EL ARTÍCULO 17 DE
LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, PARA FIJAR LOS
PLAZOS Y TÉRMINOS CONFORME A LOS CUALES AQUÉLLA SE
ADMINISTRARÁ NO ES ILIMITADA, POR LO QUE LOS PRESUPUESTOS
O REQUISITOS LEGALES QUE SE ESTABLEZCAN PARA OBTENER
ANTE UN TRIBUNAL UNA RESOLUCIÓN SOBRE EL FONDO DE LO
PEDIDO DEBEN ENCONTRAR JUSTIFICACIÓN CONSTITUCIONAL”11,
resaltó que la facultad que otorga al legislador ordinario el artículo 17
constitucional, para establecer plazos y términos para la administración
de justicia, debe ejercerse para lograr que las instancias de justicia
constituyan un mecanismo expedito, eficaz y confiable para que los
gobernados acudan para dirimir sus conflictos, pero las condiciones o
presupuestos procesales que el legislador establezca para ello, deben
tener sustento en los principios y derechos consagrados en la propia
Constitución General, y para determinar si se apegan a ella, se ha de
11 Época: Novena Época; Registro: 188804; Instancia: Pleno; Tipo de Tesis: Jurisprudencia; Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo XIV, Septiembre de 2001; Materia(s):
Constitucional; de texto: “De la interpretación de lo dispuesto en el artículo 17, párrafo segundo, de
la Constitución General de la República se advierte que en ese numeral se garantiza a favor de los
gobernados el acceso efectivo a la justicia, derecho fundamental que consiste en la posibilidad de
ser parte dentro de un proceso y a promover la actividad jurisdiccional que, una vez cumplidos los
respectivos requisitos procesales, permita obtener una decisión en la que se resuelva sobre las
pretensiones deducidas, y si bien en ese precepto se deja a la voluntad del legislador establecer los
plazos y términos conforme a los cuales se administrará la justicia, debe estimarse que en la
regulación respectiva puede limitarse esa prerrogativa fundamental, con el fin de lograr que las
instancias de justicia constituyan el mecanismo expedito, eficaz y confiable al que los gobernados
acudan para dirimir cualquiera de los conflictos que deriven de las relaciones jurídicas que entablan,
siempre y cuando las condiciones o presupuestos procesales que se establezcan encuentren
sustento en los diversos principios o derechos consagrados en la propia Constitución General de la
República; por ende, para determinar si en un caso concreto la condición o presupuesto procesal
establecidos por el legislador ordinario se apegan a lo dispuesto en la Norma Fundamental deberá
tomarse en cuenta, entre otras circunstancias, la naturaleza de la relación jurídica de la que derivan
las prerrogativas cuya tutela se solicita y el contexto constitucional en el que ésta se da”.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 7856/2019
38. Por otra parte, esta Sala también ha sostenido que la tutela judicial
efectiva implica que los órganos jurisdiccionales, como encargados de
la administración de justicia, deben resolver los conflictos que se les
plantean sin obstáculos o dilaciones innecesarias y evitando
formalismos o interpretaciones no razonables que impidan o dificulten
el enjuiciamiento de fondo y la auténtica tutela judicial, lo cual implica
que al interpretar los requisitos y las formalidades procesales
legalmente previstos, deben tener presente la ratio de la norma para
evitar que los meros formalismos impidan un enjuiciamiento de fondo
del asunto. Por tanto, los requisitos para admitir los juicios, incidentes
en ellos permitidos, o recursos intentados, establecidos por el
legislador, son de interpretación estricta para no limitar el derecho
fundamental a la tutela judicial efectiva, haciendo posible, en lo
esencial, el ejercicio de dicho derecho, debiendo buscarse, con apoyo
en los principios pro homine e in dubio pro actione, la interpretación más
favorable al ejercicio de ese derecho humano, sin soslayarse los
presupuestos esenciales de admisibilidad y procedencia de los juicios,
incidentes en éstos permitidos o recursos intentados12.
12
Época: Décima Época; Registro: 2007064; Instancia: Primera Sala; Tipo de Tesis: Aislada; Fuente:
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación; Libro 9, Agosto de 2014, Tomo I; Materia(s):
Constitucional, Común; Tesis: 1a. CCXCI/2014 (10a.); página: 536, de rubro: “TUTELA JUDICIAL
EFECTIVA. EL LEGISLADOR NO DEBE ESTABLECER NORMAS QUE, POR SU RIGORISMO O
FORMALISMO EXCESIVO, REVELEN UNA DESPROPORCIÓN ENTRE LOS FINES DE LAS
FORMALIDADES Y LOS REQUISITOS PREVISTOS EN LA LEY PARA PRESERVAR LA
CORRECTA Y FUNCIONAL ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA”.
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41. Con base en las premisas anteriores, esta Primera Sala arriba al
convencimiento de que el requisito previsto en el artículo 1461, párrafo
segundo, del Código de Comercio, sí es inconstitucional, por devenir
contrario al artículo 17 de la Ley Fundamental. Lo anterior, conforme a
las consideraciones que se precisan enseguida.
ARTICULO IV
1. Para obtener el reconocimiento y la ejecución previstos en el artículo
anterior, la parte que pida el reconocimiento y la ejecución deberá
presentar, junto con la demanda:
a) El original debidamente autenticado de la sentencia o una copia
de ese original que reúna las condiciones requeridas para su
autenticidad;
b) El original del acuerdo a que se refiere el artículo II, o una copia que
reúna las condiciones requeridas para su autenticidad.
2. Si esa sentencia o ese acuerdo no estuvieran en un idioma oficial del
país en que se invoca la sentencia, la parte que pida el reconocimiento y
la ejecución de esta última deberá presentar una traducción a ese idioma
de dichos documentos. La traducción deberá ser certificada por un
traductor oficial o un traductor jurado, o por un agente diplomático o
consular.
13 Dicha ley modelo es un documento cuya creación tuvo como propósito servir para la unificación
de las reglas del arbitraje comercial internacional, dada su importancia y cada vez más creciente
utilización para la solución de controversias en el tráfico comercial; ello, en íntima relación con las
disposiciones de la Convención de Nueva York, en un esfuerzo por propiciar que el entendimiento y
aplicación de esta última se realizara en una forma más uniformada u homogénea, en la medida en
que las legislaciones internas de los países parte acogieran las normas modelo en su sistema de
derecho interno. Si bien esta ley modelo, claro está, no tiene un carácter vinculante pues no es una
ley formal de legislación estatal, sí es un documento importante en el ámbito del comercio
internacional para todos los países que se han obligado a la observancia de la aludida convención.
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46. Sin embargo, también debe decirse que la CNUDMI hizo una revisión a
la ley modelo en el año de 2006 y realizó enmiendas a diversos
artículos; entre ellos, modificó el numeral 35 referido, y actualmente
dispone: “(…) 2) La parte que invoque un laudo o pida su ejecución deberá
presentar el laudo original o copia del mismo (…)”.
ARTICULO VII
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 7856/2019
50. Por tanto, a juicio de esta Sala, no puede ser por razón de su supresión
en dicha ley modelo, que se puedan hacer derivar argumentos para
sostener válidamente la inconstitucionalidad de la porción normativa,
pues al margen de que esa ley modelo no es vinculante, esa parte del
precepto 1461, se corresponde con el artículo IV de la propia
Convención que prevé ese requisito.
51. Pero por otra parte, tampoco dicha correspondencia con la Convención
es argumento suficiente para sostener la constitucionalidad del
requisito, pues lo cierto es que se trata de una regla de carácter
procesal que podría ser dispensada en la legislación interna conforme
al propio instrumento internacional, incluso, la ley modelo reconoce la
posibilidad de que la legislación interna de cada Estado prevea
requisitos de procedimiento menos onerosos tratándose del
reconocimiento y ejecución de un laudo arbitral. Por tanto, no existe al
10
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 7856/2019
55. Así se advierte de la Ley del Notariado para el Distrito Federal (ya que
la función notarial se regula en leyes locales) y la Ley Federal de
14 https://www.rae.es/obras-academicas/diccionarios/diccionario-de-la-lengua-espanola.
15 Diccionario de Derecho Procesal Civil. Ed. Porrúa. Vigésima Quinta Edición, México 1999, página
109.
16 Dirigido por Santiago Miguel Machado. Real Academia Española y Consejo General del Poder
por haberse firmado ante él, o porque aquél aceptó ante su fe pública
haber plasmado su firma en el documento y la ratificó.
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tribunal arbitral no se opone, hará constar la transacción en forma de laudo arbitral en los términos
convenidos por las partes.
Dicho laudo se dictará con arreglo a lo dispuesto en el artículo 1448.
Este laudo tendrá la misma naturaleza y efectos que cualquier otro dictado sobre el fondo del litigio.
64. De igual modo, no está en duda que el laudo arbitral, por sí mismo, en
su condición de documento privado, sin importar el país en que se
emita, tiene el carácter de vinculante para las partes en el arbitraje, y
con esa calidad debe ser visto por los órganos de justicia ante quien se
pide su reconocimiento y ejecución, porque en ello consiste el
compromiso adquirido por México al suscribir sin reservas la
Convención sobre el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias
Arbitrales Extranjeras; carácter vinculante que se establece en el primer
párrafo del artículo 1461 del Código de Comercio, y que, se insiste,
debe ser entendido en el sentido de que todo laudo arbitral que se
presente ante un juez nacional para su reconocimiento y ejecución, por
el solo hecho de serlo, tiene impresa tanto una presunción de
validez como de vinculatoriedad, de manera que la negativa del juez
a reconocerlo y, en su caso, ejecutarlo, ha de provenir de la acreditación
plena de alguna de las causas expresa y taxativamente señaladas en
el artículo 1462, por parte de quien se opone a la pretensión, causas
que como se ha dicho, son de aplicación e interpretación estricta.
19 Por ejemplo, así se ha sostenido en el amparo directo en revisión 527/2011, resuelto en sesión de
treinta de noviembre de dos mil once, bajo la ponencia del Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo; en
el amparo directo en revisión 755/2011, resuelto en sesión de trece de junio de dos mil doce, bajo la
ponencia del Ministro José Ramón Cossío Díaz; y en el amparo directo en revisión 7790/2019,
resuelto en sesión de cinco de agosto de dos mil veinte, bajo la ponencia de la Ministra Norma Lucía
Piña Hernández.
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66. Por lo mismo, la falta de autenticación del laudo, tampoco puede ser
entendida necesariamente como falta de autenticidad del documento
presentado; el hecho de que se presente un laudo original o una copia
certificada de éste, sin haberse autenticado a través de un acta notarial
que recoja el reconocimiento y ratificación de firma del árbitro o árbitros,
no significa que el laudo no sea auténtico (que sea falso) o que se deba
presumir su falsedad, o bien, que carezca por sí mismo de todo valor
probatorio por la calidad privada de su continente; pues evidentemente
que una conclusión en ese sentido no podría derivar de la sola falta de
autenticación, ya que ello implicaría desconocer todo valor y eficacia
demostrativa a un documento privado que, para su configuración, la ley
no exige esa formalidad.
67. Es por ello que a juicio de esta Sala, el requisito de debida autenticación
que prevé la norma examinada, tiene como fin último, sí la seguridad
jurídica del proceso judicial, pero sobre todo, evitar en lo posible que
el procedimiento de reconocimiento y ejecución pueda verse
entorpecido, dilatado y complicado con disputas sobre la
autenticidad del laudo, que legítima o ilegítimamente pudiere
introducir el demandado, y que necesariamente dieren pauta al
17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 7856/2019
68. Esta finalidad del requisito de autenticación del laudo arbitral, lleva a
considerar entonces que, sólo se trata de una previsión normativa
encaminada a excluir o reducir la posibilidad de que se obstaculice o se
prolongue el juicio con la introducción de una litis sobre la autenticidad
del laudo, y a conferir un mayor grado de seguridad jurídica al
procedimiento en ese sentido; pero su insatisfacción por parte del
accionante, es decir, la presentación del laudo original o de copia
certificada de éste, sin que el laudo se haya autenticado ante fedatario
público, no puede llevar a suponer su falsedad, ni a desconocerle todo
valor probatorio para efectos del juicio de reconocimiento y ejecución,
sino que para ello es ineludible que se acredite su falta de autenticidad.
69. Cabe hacer notar que, el requisito de autenticación del laudo original,
sólo se exige para el juicio especial de reconocimiento y ejecución, no
así para el juicio especial de nulidad, y ello evidentemente obedece a
que en éste último, quien pide la nulidad manifiesta necesariamente un
reconocimiento tácito sobre la autenticidad del laudo que controvierte,
que excluye cualquier necesidad de autenticación; lo cual refuerza que,
para efectos del reconocimiento y ejecución, el propósito de la
autenticación está vinculado sólo a favorecer la calidad del documento
base para la eficacia del procedimiento en orden a la sumariedad del
mismo, reduciendo la probabilidad de que se impugne la autenticidad
del laudo; pero no autoriza a negar valor probatorio al laudo per se, por
su condición de documento privado; por lo mismo, es factible que la
autenticidad del laudo ni siquiera sea discutida sino reconocida por el
demandado, o en su caso, que sobre ella se genere la correspondiente
litis y su acreditación en el juicio.
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70. Lo anterior descarta que la falta de autenticación per se, pueda dar
lugar a aplicar la norma con el carácter de un mero formalismo,
desligado de la existencia de una controversia sobre la autenticidad del
laudo.
71. Incluso, es dable advertir que la autenticación del laudo original, si bien
pudiere estimarse útil y aconsejable para los fines del accionante, a
efecto de que imprima mayor fuerza convictiva al laudo como
documento y con ello procure reducir la probabilidad de que el
demandado, contrariando la buena fe del procedimiento arbitral y con
el ánimo de retardarlo o entorpecerlo, ilegítimamente introduzca a la litis
la impugnación del documento cuestionando su autenticidad; lo cierto
es que, por una parte, ello de cualquier modo no garantiza que el
demandado aun así no impugne el documento como falso o por vicios
de la autenticación; y por otra parte, si el laudo no es autenticado,
también el demandado puede optar legítima o ilegítimamente por
controvertir de falso el documento, y en cualquier caso el proceso se
vería prolongado.
72. Por ello, esta Sala advierte que el requisito de autenticación, finalmente
deviene innecesario, porque si no hay litis sobre la autenticidad del
laudo no tiene mayor sentido; y si se plantea controversia al respecto,
tanto el actor está en aptitud de aportar otras pruebas sobre la
autenticidad según las circunstancias del caso, como el demandado
para ofrecer prueba encaminada a demostrar la falta de autenticidad;
en el entendido que, si bien conforme a las reglas generales que se
desprenden del Código de Comercio, la carga de la prueba sobre la
falta de autenticidad de un documento recae en quién pretende
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 7856/2019
Las objeciones a que se refiere el párrafo anterior se podrán realizar desde el escrito donde se
desahogue la vista de excepciones y defensas y hasta diez días antes de la celebración de la
audiencia, tratándose de los presentados hasta entonces, y respecto de los que se exhiban con
posterioridad, dentro de los tres días siguientes a aquel en que en su caso, sean admitidos por el
tribunal.
Si con la impugnación a que se refieren los dos párrafos anteriores no se ofreciere la prueba pericial
correspondiente o no se cumpliere con cualquiera de los requisitos necesarios para su admisión a
trámite, se desechará de plano por el juzgador.
V. Lo dispuesto en este artículo sólo da competencia al juez para conocer y decidir en lo principal la
fuerza probatoria del documento impugnado, sin que pueda hacerse declaración alguna general que
afecte al instrumento y sin perjuicio del procedimiento penal a que hubiera lugar, y
VI. Si durante la secuela del procedimiento se tramitare diverso proceso penal sobre la falsedad del
documento en cuestión, el tribunal, sin suspender el juicio y según las circunstancias, podrá
determinar al dictar la sentencia si se reservan los derechos del impugnador para el caso en que
penalmente se demuestre la falsedad o bien puede subordinar la eficacia ejecutiva de la sentencia
a la prestación de una caución.
V. Las firmas puestas en actuaciones judiciales en presencia del secretario del tribunal por la parte
cuya firma o letra se trata de comprobar.
Art. 1,251. En el caso de que alguna de las partes sostenga la falsedad de un documento que pueda
ser de influencia notoria en el pleito, se observarán las prescripciones relativas del Código de
Procedimientos Penales respectivo.
21 En la doctrina se observan distintas concepciones sobre la forma en que se puede acreditar la
autenticidad del laudo.
Por ejemplo:
El Instituto Mexicano de Arbitraje, refiere: “2. Laudo debidamente autenticado. Los anexos de la
demanda deben incluir el documento que se pretende reconocer y, en su caso, ejecutar; es decir, el
laudo. Como lo señalaba antes la Ley Modelo, y como todavía lo indica la Convención de Nueva
York, el laudo debe estar debidamente autenticado. A esta expresión se han dado diversos
significados, pero actualmente hay consenso en que debe, generalmente, entenderse como una
versión original (firmas autógrafas de los miembros del Tribunal Arbitral) o copia certificada del laudo
por el organismo administrador del arbitraje. La práctica de ciertas instituciones también incluye
plasmar un sello o membrete del centro administrador para demostrar su autenticidad (…)”.Instituto
Mexicano de Arbitraje, Asociación Civil. Legislación Mexicana de Arbitraje Comentada. 1ª Ed, Porrúa,
México, 2015, Página 265.
Francisco González de Cossío: “(…) El laudo que se presente para ejecución debe ser “debidamente
autenticado” o ser una copia certificada del mismo. Por “debidamente autenticado” se debe entender
que las firmas plasmadas en el mismo son genuinas. Si bien una versión original del laudo es
suficiente, con frecuencia las instituciones arbitrales emiten versiones con los sellos de la misma
haciendo constar que el laudo es una versión original y auténtica”. “Arbitraje. Ed. Porrúa, Segunda
Edición, México 2008. Páginas 408-409.
Vicente Bañuelos Rizo: “(…) En consecuencia, para evitar que el oponente se haga valer de una
falta de autenticación del laudo, conviene que los árbitros ratifiquen sus firmas ante corredor o notario
público. Si la ratificación o protocolización se hace en el extranjero ante fedatario público conviene
apostillar el documento (Convención por la que se suprime el requisito de legalización de los
documentos públicos extranjeros) o legalizarlo (si la ratificación se realiza en un país que no es parte
de la Convención). El requisito de la autenticación prácticamente agrega un requisito formal adicional
al laudo (…).“Arbitraje Comercial Internacional”. Limusa, México 2010, página 357.
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75. Sobre esa base, esta Primera Sala considera que el requisito de que el
laudo original sea autenticado y así se exhiba para su reconocimiento
y ejecución, deviene inconstitucional, conforme al siguiente test de
proporcionalidad.
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80. Así pues, los agravios del recurrente quedan desestimados con el
estudio previo, pues no le asiste razón en su pretensión toral, relativa a
que la autenticación del laudo original es necesaria para garantizar la
seguridad jurídica en relación con la autenticidad del laudo; y que la
sola falta de autenticación, debe dar lugar a que el juez oficiosamente
desestime la pretensión de reconocimiento y ejecución. Como se
explicó, ello no es así, y al efecto se hace remisión a las
consideraciones precedentes.
(…)”
23