SL1472 2021

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LUIS BENEDICTO HERRERA DÍAZ

Magistrado ponente

SL1472-2021
Radicación n.° 74640
Acta 13

Bogotá, D. C., catorce (14) de abril de dos mil


veintiuno (2021).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


LA NACIÓN – MINISTERIO DE SALUD Y PROTECCIÓN
SOCIAL, contra la sentencia proferida por la Sala Cuarta de
Decisión Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Bogotá el 24 de febrero de 2016, en el proceso que
instauró EDWIN HUGO RUIZ DUARTE contra CAJA
NACIONAL DE PREVISIÓN – CAJANAL EICE, en
liquidación.

I. ANTECEDENTES

Edwin Hugo Ruiz Duarte llamó a juicio a Cajanal


EICE, con el fin de que se declare judicialmente la
existencia de un contrato de trabajo (realidad) a término
indefinido como trabajador oficial con la demandada en

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liquidación, en el período comprendido del 18 de noviembre


de 2004 al 19 de junio de 2009; que dicho contrato a
término indefinido fue terminado en forma unilateral y sin
justa causa por parte de la demandada; que la demandada
de manera oportuna debe cancelarle las sumas por el
tiempo laborado entre el 18 de noviembre de 2004 y el 19
de junio de 2009, prima de vacaciones, prima de navidad,
vacaciones, pago de bonificaciones por servicios prestados,
cesantías, intereses de cesantías, sanción por no cancelar
los intereses de cesantías, sanción por la no consignación a
un fondo de cesantías, indemnización por despido injusto,
indemnización moratoria por cada día de demora a partir de
la fecha de terminación de la relación laboral, el valor de los
aportes a la seguridad social (Salud y Pensión) que le
correspondían a la demandada, la retención en la fuente
que fue descontada en cada pago mensual mientras duró
la relación laboral, la indexación de las sumas reconocidas,
lo ultra y extra petita, las costas y agencias en derecho.

Fundamentó sus peticiones, básicamente, en que: i)


fue vinculado por parte de Cajanal EICE, a través de varios
contratos de prestación de servicios ininterrumpidamente;
ii) la labor para la cual fue contratado y que debía realizar
en las instalaciones de Cajanal EICE, era la de
sustanciación de expedientes de reconocimiento de
prestaciones económicas (pensión gracia, pensión de vejez,
invalidez, sustitución y auxilio funerario, entre otras); iii)
fue objeto de llamados de atención de manera verbal y por
escrito por parte de los funcionarios de planta de Cajanal
EICE; se le exigía el trámite diario de veinte o más

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expedientes, los cuales debía resolver en el transcurso del


día; y se desempeñó en el horario que Cajanal EICE exigía,
que era de: 6:00 a.m. a 02:00 p.m., de lunes a viernes y a
veces los sábados, teniendo en cuenta que debía cumplir
con el reparto diario; iv) como pago mensual a sus servicios
recibía al momento de la terminación de la relación laboral
la suma de un millón cuatrocientos diez mil Pesos
($1.410.000); v) laboraba incluso mientras se había
terminado un contrato y legalizaba el siguiente, porque
Cajanal EICE tenía como política que a los contratistas que
no trabajaran mientras se les había acabado el contrato y
legalizaban el siguiente, no se les renovaba el contrato; vi)
trabajó ininterrumpidamente por el término de 3 años, 4
meses y 29 días, hasta que el 19 de junio de 2009 Cajanal
EICE decidió terminar la relación laboral; vii) Cajanal EICE
le pagaba a los trabajadores de planta las siguientes
prestaciones: prima de navidad, prima de servicios, prima
de vacaciones, compensación de vacaciones, cesantías,
intereses a las cesantías, subsidio de alimentación y
bonificaciones; viii) nunca tuvo las prerrogativas que tienen
los trabajadores de Cajanal EICE y no se le pagaron las
prestaciones sociales que disfrutaban éstos; y ix) radicó la
reclamación administrativa ante la entidad el día 24 de
septiembre de 2009, con el formulario único de registro de
reclamaciones n.° 12757 y el anexo n.° 8 "Acreencias
Laborales".

Al dar respuesta a la demanda, la parte accionada se


opuso a las pretensiones y, en cuanto a los hechos,

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manifestó que no eran ciertos, no lo eran como los


planteaba el demandante o eran hechos del actor.

En su defensa sostuvo que nunca existió una relación


laboral, pues lo que sucedió entre las partes fue la
verificación de varios e independientes vínculos de orden
estatal, derivados de la suscripción de contratos de
prestación de servicios y órdenes de prestación de servicios,
los cuales se ciñeron a su propia naturaleza jurídica y
regulación vigente en ese momento. Propuso las
excepciones de falta de jurisdicción y competencia;
prescripción y falta de legitimación por pasiva del
patrimonio autónomo para la administración y pago de
procesos y contingencias no misionales de Cajanal EICE en
liquidación, como previas y, las de inexistencia de la
obligación, carencia de derecho, inexistencia de contrato de
trabajo, cobro de lo no debido, pago, prescripción,
compensación, buena fe y la genérica, como de fondo.

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Quince Laboral del Circuito de Bogotá, al


que correspondió el trámite de la primera instancia,
mediante fallo del 23 de julio de 2015 (f.° 411 – 412 y CD),
resolvió:

PRIMERO: DECLARAR que entre el demandante EDWIN RUIZ


DUARTE y la demandada CAJANAL EICE, hoy representada por
FIDUAGRARIA S.A. -PATRIMONIO AUTONOMO DE
CONTIGENCIAS NO MISIONALES DE CAJANAL EN
LIQUIDACION, bajo la primacía de la realidad sobre las

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formalidades existió un contrato de trabajo por el término


comprendido entre el 18 de noviembre del año 2004 y el 19 de
junio de 2009.

SEGUNDO: CONDENAR a la demandada FIDUAGRARIA S.A. -


PATRIMONIO AUTONOMO DE CONTIGENCIAS NO
MISIONALES DE CAJANAL EICE EN LIQUIDACION a pagar al
demandante las siguientes sumas de dinero por los siguientes
conceptos, que deberán pagar debidamente indexadas desde el
19 de junio del año 2009 hasta el momento efectivo de su pago:

a. Por auxilio de cesantías la proporcional a 19 de junio del año


2009 $ 539.652
b. Por auxilio de cesantías pagaderas en el año 2008 $
1.319.625.
c. Por auxilio de cesantías del año 2007 $ 1.316.250.
d. Por auxilio de cesantías del año 2006 $ 1.068.748.
e. $ 2.511.665 por vacaciones.
f. $ 2.511.665 por prima de vacaciones.
g. Por la prima de navidad proporcional a 19 de junio del año
2009 $678.158
h. Por prima de navidad para el año 2008 $1.221.875
i. Por prima de navidad para el año 2007 $ 1.218.750.
j. Por prima de navidad para el año 2006 $ 989.582.
k. Por concepto de reintegro del aporte pensional la suma de $
1.722.883.
l. Por bonificación por servicios proporcional a 19 de junio del
año 2009 $402.344
m. Por bonificación por servicios para el año 2008 $461.868.
n. Por bonificación por servicios para el año 2007 $ 460.687.
o. Por bonificación por servicios para el año 2006 $ 374.061.

TERCERO: ABSOLVER a la demandada FIDUAGRARIA S.A. -


PATRIMONIO AUTONOMO DE CONTIGENCIAS NO
MISIONALES DE CAJANAL EICE EN LIQUIDACION, de las
demás pretensiones incoadas en su contra en la demanda.

CUARTO: DECLARAR probada parcialmente la excepción de


prescripción de las prestaciones o los derechos causados con
anterioridad al 24 de septiembre de 2006, a excepción de lo
relacionado con las vacaciones y la prima de vacaciones
respecto de la cual se declarará probada esta excepción con
anterioridad al 24 de junio de 2005, y no probadas las demás
excepciones propuestas.

QUINTO: CONDENAR en COSTAS a la demandada. Fíjense


como agencias en derecho la suma de $3.500.000.

SEXTO: Si la presente providencia no fuere impugnada envíese


en consulta al superior.

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III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Cuarta de Decisión Laboral del Tribunal


Superior del Distrito Judicial de Bogotá, mediante fallo del
24 de febrero de 2016, conoció de la alzada por apelación de
ambas partes y resolvió (f.° 417 – 418 y CD):

PRIMERO: ADICIONAR la sentencia apelada en su numeral


SEGUNDO para imponer condena por indemnización moratoria
se causa a partir del 28 de octubre de 2009, a razón de un día
de salario por cada día de retardo, en la suma de $47.000
diarios, los cuales se causaran (sic) hasta la fecha en que se
realice efectivamente el pago de las prestaciones sociales
excluyendo el pago de la indexación para estos conceptos.

SEGUNDO: CONFIRMAR en lo demás con las precisiones


hechas por la Sala.

TERCERO: COSTAS en ésta (sic) instancia a cargo de la


demandada.

En lo que interesa al recurso extraordinario, el


Tribunal consideró como fundamento de su decisión que
debía resolver la apelación interpuesta por las partes
atendiendo el principio de consonancia.

En esa dirección y examinando la inconformidad


planteada por la demandada, encontró que el actor ejecutó
su actividad para ésta, entre el 18 de noviembre 2004 y el
19 de junio 2009, extremos hallados por el juzgador inicial,
los cuales coincidían con los certificados por Cajanal, folios
2 a 5.

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Procedió a revisar los contratos estatales de prestación


de servicios celebrados entre las partes (f.° 150 a 179), para
concluir que lo allí plasmado «[...] puede desvanecerse dada
la continua dependencia laboral, es decir, dejar sin efecto la
presunción del inciso tercero, artículo 32 de la Ley 80 del 93,
si el demandante acredita las características esenciales del
contrato de trabajo».

Del interrogatorio de parte del demandante y del


testimonio del señor Betancur, compañero de trabajo de
aquél, extrajo que, «[…] evidentemente el actor estaba sujeto
a ordenes, así como al cumplimiento de un horario fijado por
Cajanal EICE en liquidación, lo que constituyen “elementos
indicativos de la subordinación laboral” […]», y como apoyo
citó la sentencia de la Corte con radicado 22.357, sin más
datos de identificación.

Añadió que los dichos de la declaración, en efecto,


desvanecían la presunción de los contratos de prestación de
servicios regulados por el artículo 3° de la Ley 80 del 93,
por cuanto «[…] queda claro […] que la actividad se cumplía
en las instalaciones de la accionada y, conforme la
documental visible a folio 12, consistente en el inventario
individual de elementos en servicio, en el que se registra
como responsable el demandante queda claro, además,
ejecutaba sus funciones con los elementos que la
demandada le suministraba y tenía un lugar de trabajo
asignado, imponiéndose entonces contratar personal idóneo
para el efecto, bajo las directrices del artículo 1.° de la Ley 6 a
del 45»

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De lo anterior concluyó que la verdadera relación


jurídica entre las partes estuvo regida por un contrato de
trabajo, con lo extremos temporales ya citados, por lo cual
manifestó, debía confirmarse lo resuelto en ese aspecto por
la sentencia de primer grado, despachando
desfavorablemente los argumentos de la demandada.

En relación con las inconformidades del demandante


en lo atinente a la devolución de aportes en salud, observó
que «[…] revisado el plenario, no se encuentran acreditados
pagos por parte del actor por ese concepto […], razón por la
cual también confirmó en ese punto la sentencia apelada.

Similar suerte corrió el reproche planteado por el


demandante sobre los intereses a la cesantía y la sanción
por la omisión en su pago, por cuanto, […] La ley no las
prevé como prestaciones a favor de los trabajadores oficiales,
al paso que la Ley 52 del 75 no es aplicable a los
trabajadores de las empresas industriales y comerciales del
Estado, por cuanto se concibe para los particulares, de tal
suerte que se descarta el derecho al pago de las pretendidas
prestaciones, dado que no existe disposición legal alguna
que prohíje su reconocimiento a los trabajadores oficiales», al
paso que respecto del tema remitió a la sentencia 22.357 de
casación laboral.

Y agregó que, «[…] en lo que refiere la sanción por no


consignación del auxilio de cesantía es de precisar que el
artículo 99 de la Ley 50 del 90 no resulta aplicable a los

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trabajadores oficiales, puede consultarse fallo de Casación


Laboral radicado 44160».

Descartó, también, la aplicación de la Ley 244 del 95,


modificada por Ley 1071 de 2006, porque «[…] sólo sería
procedente en caso de que el actor hubiese presentado
reclamación para el reconocimiento definitivo o parcial de
cesantías, hecho que en autos no se acreditó», de donde
concluyó que «[…] la absolución respecto a esta condena se
confirmará, aunque por razones distintas a las explicadas
por el juez de primer grado».

Encontró probada parcialmente la prescripción y citó


la sentencia CSJ SL, 14 ag. 2012, rad. 42522, respecto de
cómo se contabiliza dicho fenómeno y, por ello, decidió
confirmar lo dispuesto por el a quo, en cuanto a «[…] los
derechos causados con anterioridad al 24 de septiembre de
2006, atendiendo a la reclamación elevada por el actor el 23
de septiembre del año 2009».

Respecto de la indemnización moratoria, hizo la


siguiente reflexión:

[…] es menester precisar, excepcionalmente para este


anhelo se presume la mala fe del empleador, que no satisface en
oportunidad los salarios y prestaciones sociales derivadas del
contrato de trabajo, correspondiéndole, en consecuencia, es la
carga de desvanecer esa presunción, argumentando y probando
con razones atendibles, los motivos que tuvo para no pagar o
hacerlo de manera extemporánea. No obstante, ésta no procede
de manera automática, sino que ha de analizarse el elemento de
buena o mala fe, incluso para cuando se trate de trabajadores
oficiales, conforme lo cita la Sala de Casación Laboral en la
extinguida Sección Segunda, sentencia de noviembre 20 del año
90.

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Bajo la premisa anterior, a juicio de la Sala la conducta de


Cajanal EICE en liquidación, durante la ejecución del contrato,
no puede considerarse como demostrativa de buena fe, por
cuanto no había lugar a la contratación regida por la Ley 80 del
año 93, máxime si se tiene en cuenta la existencia de
trabajadores de planta desarrollando la misma función para la
cual fue contratado el actor, evidenciándose la mala fe de la
encartada, la cual ratificó en el curso del proceso, pues nótese,
desde sus inicios se ha venido negando la existencia del
contrato de trabajo, ver contestación demanda, oposición
pretensiones folio 111 a 115, incluso manteniendo dicha
posición en la alzada, sin que se encuentre por esta Sala una
razón que justifique la omisión de pago de la encartada. Incluso
ante el estado de liquidación de Cajanal, el actor presentó la
reclamación correspondiente, siendo rechazada por el
liquidador mediante resolución 000519, del 17 de enero de
2011, folios 187 a 195, indicando como una de las causales de
rechazo, folio 199 vuelto, “una relación laboral inexistente”, folio
193, causal 16.

Por lo anterior, hizo saber que acogía la tesis de la


Corte Suprema de Justicia vertida en la sentencia «STL
17159-2014» (sic), considerando procedente modificar y
adicionar la condena, «[…] ordenando el pago de la
indemnización moratoria, la cual empezará a causarse 90
días hábiles después del retiro ocurrido el 19 de junio de
2009, es decir, a partir del 28 de octubre de 2009, a razón
de un día de salario por cada día de retardo, es decir,
$47000 pesos diarios, tomando como salario el pactado en el
último contrato suscrito por las partes folio 477, los cuales se
causarán hasta la fecha en que se realice efectivamente el
pago de las prestaciones sociales a que ha sido condenada
la encartada […]».

IV. RECURSO DE CASACIÓN

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Interpuesto en su momento por Fiduagraria SA –


Patrimonio Autónomo de Contingencias no Misionales de
Cajanal EICE en liquidación, sustentado por la Nación –
Ministerio de Salud y Protección Social, concedido por el
Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Lo formula la entidad recurrente de la siguiente


manera:

La Nación – Ministerio de Salud y Protección Social quien


asumió la defensa legal de CAJANAL EICE hoy liquidada en
cumplimiento del artículo 22 del Decreto 2196 de 2009,
modificado por el artículo 2 del Decreto 2040 de 2011, pretende
con la presente demanda que la Honorable Corte Suprema de
Justicia Sala Laboral CASE TOTALMENTE la sentencia
recurrida, atendiendo los siguientes puntos a saber:

La decisión adoptada por la Sala Laboral del Tribunal Superior


de Distrito Judicial de Bogotá el 24 de febrero de 2016
Magistrados: Diego Roberto Montoya Millán (Magistrado
Ponente), Jorge Mario Centellas Uribe y Luz Marina Andrade
Pava, adicionó el numeral segundo de la sentencia proferida
por el Juzgado Quince (15) Laboral del Circuito de Bogotá,
condenando a CAJANAL EICE E LIQUIDACIÓN por
indemnización moratoria a partir del 28 de octubre de 2009 a
razón de un día de salario por cada día de retardo en la suma
de cuarenta y siete mil pesos ($47.000) diarios hasta la fecha en
que se realice efectivamente el pago de las prestaciones sociales,
aplicando indebidamente el artículo 65 del Código Sustantivo
del Trabajo -en concordancia con el desarrollo jurisprudencial
que frente a la materia ha tenido la Sala Laboral de la Corte
Suprema de Justicia-, desconociendo el mandato de los
artículos 1, 2, 5, 6, y 7 así como el Titulo IV del Decreto Ley 254
de 2000 y el artículo 1616 del Código Civil con el fin de
condenar al pago de indemnización moratoria al demandado
CAJANAL EICE EN LIQUIDACIÓN.

Con tal propósito enuncia un cargo, por la causal


primera de casación, el cual mereció replica.

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VI. CARGO ÚNICO

Acusa la sentencia por la vía directa en la modalidad


de aplicación indebida del «Artículo 65 del Código Sustantivo
del Trabajo; artículos 1, 2, 5, 6, y 7 así como el Titulo IV del
Decreto Ley 254 de 2000; artículo 1616 del Código Civil».

En la demostración del cargo dice que el ad quem


modificó la decisión del juez de primera instancia «[…] en el
sentido de condenar al demandado al pago de la
indemnización moratoria de que trata el artículo 65 del
Código Sustantivo del Trabajo […]», el cual copia, situación
ésta de la cual se duele por cuanto considera que la
indexación ordenada por el a quo sí se aviene con las
disposiciones aplicables a las entidades en liquidación, cuyo
trámite tiene un trato especial determinado por el
legislador.

Reproduce los artículos 1.° y 2.° del Decreto Ley 254


de 2000 y menciona los artículos 5.°, 6.° y 7.° para, a
renglón seguido, transcribir los preceptos que componen el
título IV (arts. 23 al 34) de dicha norma, así como el
artículo 1616 del Código Civil, de donde concluye que «[…]
la mora no es predicable de obligaciones que deban ser
reconocidas en el marco de procesos liquidatorios, por
cuando se trata no de una situación “de mala fe” como
dispuso el ad quem si no de fuerza mayor, en tanto la
voluntad del Agente Liquidador no puede sobreponerse al
marco legal propio del proceso a su cargo».

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En su sentir, la aplicación indebida del artículo 65 del


CST por parte del Tribunal aparejó la inaplicación de las
normas que eran las apropiadas al caso, esto es, las
contenidas en el decreto que regula la liquidación de
entidades públicas, las que imposibilitan la causación de la
mora, entendida como una sanción por el no pago de una
obligación y, por ello, recuerda que el Gobierno Nacional, a
través del Decreto 2196 del 12 de junio de 2009, ordenó la
liquidación definitiva de Cajanal EICE. En apoyo de su tesis
cita sentencias del Consejo de Estado y de la Corte
Constitucional, de las cuales extracta unos fragmentos.

Finalmente, solicita que se case la sentencia de


segundo grado y que «[…] por esta vía se analice la
aplicación de las normas aquí expuestas, en las cuales debió
fundar su decisión el ad quem».

VII. RÉPLICA

El demandante en instancias y opositor en casación


sostiene que la suscripción sucesiva y prolongada de
contratos de prestación de servicios demuestra la mala fe de
la entidad hoy recurrente, «[…] porque la conducta estaba
dirigida a ocultar una verdadera relación laboral y burlar el
pago de los derechos laborales de los trabajadores a su
servicio».

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En apoyo de su argumento cita la sentencia CSJ


SL32416-2010, de la cual copia algunos pasajes, y afirma
que es un ejemplo del tratamiento jurisprudencial que se ha
dado a la sanción moratoria en los contratos realidad
celebrados por entidades del Estado.

En últimas, solicita «NO CASAR el fallo materia del


recurso extraordinario».

VIII. CONSIDERACIONES

La Corte ha señalado en forma reiterada y de tiempo


atrás, que la demanda de casación debe ajustarse a los
requisitos de técnica establecidos en las normas procesales
que la regulan a efectos de que la Sala pueda abordar su
estudio de fondo.

Lo anteriormente expresado, se torna vital en el caso


de marras, pues, al examinar el escrito que sustenta el
recurso extraordinario interpuesto, encuentra la Sala que el
mismo carece de las exigencias previstas en el artículo 90
del CPTSS, en concordancia con el Decreto 528 de 1964,
art. 63, lo que comporta la imposibilidad de ser subsanado
de oficio, como se explica a continuación:

Para que la demanda de casación tenga vocación de


prosperidad, debe cumplir, entre otros, con los siguientes
requerimientos (num. 4 y 5, art. 90):

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i) señalar qué es lo que se espera que la Corte haga


como tribunal de casación, esto es, si se pretende el quiebre
parcial o total del fallo proferido por el Tribunal y, en
tratándose de este último aspecto, en relación con cuáles
puntos específicos del mismo;

ii) lo que se pretende que haga la Corte en sede de


instancia, ya sea confirmar, modificar o revocar la sentencia
de primer grado y, en este último evento, si se debe proferir
condena total o parcial, por ejemplo, actuación que no
puede presumir la Corte, en tanto ello pertenece al fuero
exclusivo de quien acude a la jurisdicción en procura de los
derechos que cree le asisten.

Los anteriores mandatos, correspondientes a lo


señalado en el num. 4 del art. 90 del CPTSS, se
encontrarían formalmente satisfechos, no obstante lo cual,
se estudiará su materialidad más adelante.

También debe darse cumplimiento a lo dispuesto en


los lit. a) y b) del num. 5, que a continuación se señalan y
explican:

iii) indicar cuál es «el precepto legal sustantivo, de


orden nacional, que se estime violado, y el concepto de la
infracción, si directamente, por aplicación indebida o por
interpretación errónea». (Subrayas de la Sala);

iv) y, «en caso de que se estime que la infracción legal


ocurrió como consecuencia de errores de hecho o de derecho

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en la apreciación de pruebas, citará éstas singularizándolas


y expresará qué clase de error se cometió».

En descenso al caso sub examine, en relación con los


dos primeros requisitos señalados en precedencia, en
cuanto al del numeral 4 del artículo 90 del CPTSS, observa
la Sala que si bien la forma en que está planteado el
alcance de la impugnación genera cierta confusión, en
cuanto no se propuso siguiendo el patrón que enseña la
jurisprudencia, es comprensible y de su contexto fácil es
colegir que lo que se pretende por la entidad recurrente es
que se case el fallo del juzgador de la alzada, en tanto
modificó adicionando una condena por indemnización
moratoria, sin que persiga controvertir en sí misma la
sentencia de primer grado que, en todo caso, le fue adversa.

No obstante darse por superado el escollo inicialmente


planteado, no debe perderse de vista que el literal a) del
num. 5 del art. 90 del CPTSS exige que la demanda de
casación contenga «[…] el precepto legal sustantivo, de orden
nacional, que se estime violado […]», lo cual en términos
jurisprudenciales ha llevado a la Sala a manifestar que es
necesario señalar por lo menos una disposición sustantiva
de orden nacional que constituya la base esencial de la
sentencia o que haya debido serlo, sin que se requiera
integrar la proposición jurídica completa como antaño se
exigía, por así deducirse del citado precepto, lo cual, sin
embargo, en el presente caso no ocurre.

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Auscultado el cargo y la demanda en su totalidad, se


evidencia que la censura construye la proposición jurídica,
indicando como normas sustanciales violadas el «Artículo 65
del Código Sustantivo del Trabajo; artículos 1, 2, 5, 6, y 7 así
como el Titulo IV del Decreto Ley 254 de 2000; artículo 1616
del Código Civil».

Sobre este particular elemento, vale la reflexión de la


Sala en el sentido que no resultan atinadas las normas
invocadas como violadas, pues, recuérdese, emerge
insoslayable mencionar por lo menos una de ellas,
sustantiva de carácter nacional, siempre y cuando, tenga la
virtualidad de contener la disposición consagratoria del o los
derechos alegados.

Téngase presente que el objeto del debate ha sido la


declaratoria de la existencia de un contrato realidad, en
relación con una persona que celebró sucesivos contratos
con Cajanal EICE, entidad posteriormente liquidada, que
tenía la naturaleza jurídica de empresa industrial y
comercial del Estado, lo que de suyo supone que la regla
general de vinculación de personal a esa empresa pública,
era a través de contrato de trabajo, en calidad de trabajador
oficial.

Tal calidad le fue expresamente reconocida al actor por


el juez colectivo en su sentencia, al punto que confirmó
varias de las absoluciones impartidas por el de primer
grado, con base, precisamente, en que dichas prestaciones
no son predicables de los trabajadores oficiales (v. gr.

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intereses a la cesantía y sanción por no consignación del


auxilio).

De esta suerte, es pertinente traer a colación lo


dispuesto por los artículos 3.° y 4.° del Código Sustantivo
del Trabajo:

ARTICULO 3o. RELACIONES QUE REGULA. El presente Código


regula las relaciones de derecho individual del Trabajo de
carácter particular, y las de derecho colectivo del Trabajo,
oficiales y particulares (Cursiva y subrayas de la Sala). 

ARTICULO 4o. SERVIDORES PUBLICOS. Las relaciones de


derecho individual del Trabajo entre la Administración Pública y
los trabajadores de ferrocarriles, empresas, obras públicas y
demás servidores del Estado, no se rigen por este Código, sino
por los estatutos especiales que posteriormente se
dicten. (Subrayas de la Sala)

Significa lo anterior que por expresa disposición del


Código Sustantivo del Trabajo, éste no resulta en su parte
individual aplicable a los trabajadores oficiales, que
encuentran abrigo en una normatividad diferente, según el
tipo de prestación de que se trate.

Así, el artículo 65 del CST invocado a lo largo de la


demanda, no resulta ser la norma idónea con la cual se
pueda dar cumplimiento en este caso específico, a lo
dispuesto por el lit. a) del num. 5.° del art. 90 del CPTSS,
porque, se itera, no regula el tema objeto de la controversia,
dado que su contenido únicamente es predicable para los
trabajadores particulares.

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Las otras normas cuya acusación se pretende, esto es,


los artículos 1.°, 2.°, 5.°, 6.° y 7.°, así como aquellas que
hacen parte del Título IV del Decreto Ley 254 de 2000, cuyo
campo de aplicación es la liquidación de entidades públicas,
tampoco tienen la calidad que se echa de menos, para servir
de sucedáneo en punto a darle cumplimiento al requisito
faltante. Otro tanto se puede afirmar del artículo 1616 del
Código Civil.

Recuérdese, la impugnación recae sobre la condena


adicionada por el Tribunal, respecto de la indemnización
moratoria por el no pago de las prestaciones debidas, dado
que el Colegiado encontró probada la mala fe de la
empleadora en este caso. Dicha figura, para trabajadores
oficiales, encuentra regulación en el inciso 3° del parágrafo
2.° del artículo 1.° del Decreto 797 de 1949, que modificó el
art. 52 del Decreto 2127 de 1945 y que fue compilado por el
Decreto Único Reglamentario 1083 de 2015 en su artículo
2.2.30.6.16:

ART. 2.2.30.6.16.—Condición de pago para terminación del


contrato y término de suspensión para el efecto. Salvo
estipulación expresa en contrario, no se considerará terminado
el contrato de trabajo antes de que el empleador ponga a
disposición del trabajador el valor de todos los salarios,
prestaciones e indemnizaciones que le adeude, salvo las
retenciones autorizadas por la ley o la convención; si no hubiere
acuerdo respecto del monto de tal deuda, bastará que el
empleador consigne ante un juez o ante la primera autoridad
política del lugar la cuantía que confiese deber, mientras la
justicia del trabajo decide la controversia.

[…]

PAR. 2º—Los contratos de trabajo entre el Estado y sus


servidores, en los casos en que existan tales relaciones jurídicas
conforme al presente decreto, solo se considerarán suspendidos

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hasta por el término de noventa (90) días, a partir de la fecha en


que se haga efectivo el despido o el retiro del trabajador. Dentro
de este término los funcionarios o entidades respectivas
deberán efectuar la liquidación y pago de los correspondientes
salarios, prestaciones e indemnizaciones que se adeuden a
dicho trabajador.

Durante la suspensión de los contratos de trabajo a que se


refiere este artículo, serán de aplicación las normas contenidas
en el artículo 2.2.30.6.10 del presente decreto

Si transcurrido el término de noventa (90) días señalado en el


inciso primero de este parágrafo no se hubieren puesto a
órdenes del trabajador oficial los salarios, prestaciones e
indemnizaciones que se le adeuden, o no se hubiere efectuado
el depósito ante autoridad competente, los contratos de trabajo
recobrarán toda su vigencia en los términos de la ley (D.
2127/45, art. 52, subrogado por el D. 797/49, art. 1º).

Por ello, el Tribunal en la sentencia aludió de manera


explícita al término de los noventa (90) días en la condena
por indemnización moratoria así: «[…] la cual empezará a
causarse 90 días hábiles después del retiro […]», cuya
impugnación hoy se pretende, término éste que no existe en
el artículo 65 del CST, situación que impide hacer el
mínimo esfuerzo de insinuar una posible analogía
normativa, o un mero lapsus del lenguaje o de la escritura
del precepto antedicho por parte del juzgador, por manera
que, se insiste, no es la norma adecuada para invocar el
citado plazo sobre la indemnización moratoria de los
trabajadores oficiales (CSJ SL, 17 may. 2011, rad. 42037).

Así las cosas, se impone la conclusión de que la


demanda no enuncia cuáles fueron las normas sustantivas
laborales de alcance nacional que constituyendo base
esencial del fallo impugnado o habiendo debido serlo tenían
que ser invocadas como infringidas. Así lo ha sostenido la

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Corte en diversas providencias, entre ellas las CSJ AL408-


2021; CSJ SL AL407-2021 y CSJ AL264-2021.

Del primer yerro en materia técnica se desprende o


deriva una segunda equivocación, consistente en que como
la denuncia se construyó sobre la base de la aplicación
indebida del art. 65 del CST, lo cierto es que el Tribunal ni
lo aplicó, ni debía aplicarlo, lo cual hace inviable el ataque,
porque el supuesto para que opere esa modalidad de
quebrantamiento de la ley consiste, precisamente, en que el
fallador hubiere seleccionado el precepto y lo haya hecho
actuar para tomar la decisión, lo cual es evidente, en el
presente caso no ocurrió.

De lo discurrido, resulta que el cargo es desestimable.

Las costas en el recurso extraordinario estarán a


cargo de la entidad recurrente Nación – Ministerio de
Salud y Protección Social, por cuanto hubo réplica. En
su liquidación inclúyanse como agencias en derecho la
suma de ocho millones ochocientos mil pesos
($8.800.000).

IX. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República de Colombia y por autoridad de
la ley, NO CASA la sentencia dictada el veinticuatro (24) de

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febrero de dos mil dieciséis (2016) por la Sala Cuarta de


Decisión Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Bogotá, en el proceso que instauró EDWIN HUGO RUIZ
DUARTE contra la CAJA NACIONAL DE PREVISIÓN –
CAJANAL EICE en liquidación.

Costas, como se dijo en la parte motiva.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

OMAR ANGEL MEJÍA AMADOR


Presidente de la Sala

GERARDO BOTERO ZULUAGA

FERNANDO CASTILLO CADENA

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

LUIS BENEDICTO HERRERA DÍAZ

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IVÁN MAURICIO LENIS GÓMEZ

JORGE LUIS QUIROZ ÁLEMAN

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