El Espíritu Emprendedor
El Espíritu Emprendedor
El Espíritu Emprendedor
El espíritu emprendedor
El espíritu emprendedor forma parte del talante de las personas. Los empresarios forman un
grupo heterogéneo y proceden de todas las profesiones y condiciones sociales. No obstante, existen
ciertas características que definen el comportamiento empresarial, entre las que se incluyen una
predisposición a asumir riesgos y una atracción por la independencia y la realización personal. Este
espíritu puede localizarse en cualquier sector y tipo de negocio. Lo poseen los trabajadores por
cuenta propia y las empresas de cualquier tamaño en las diferentes fases de su ciclo de vida, desde
su creación a la fase de crecimiento, traspaso o cierre y nueva puesta en marcha. Está presente en
los negocios de todos los sectores, tecnológicos o tradicionales, en las empresas grandes y
pequeñas, tanto en las de una sencilla estructura familiar como en las que llegan a cotizar en La
Bolsa.
Los esfuerzos de los gobiernos por fomentar el espíritu emprendedor entres sus ciudadanos
son lógicos y justificables:
Los emprendedores son benefactores sociales para sus regiones, ya que además de crear
puestos de trabajo y riqueza contribuyen a la dinamización social.
Reid Hoffman, cofundador de Linkedin, explica en “El mejor negocio eres tú” (2012), qué es y cómo
se define la ventaja competitiva de una persona.
Tu ventaja competitiva está constituida por el juego entre tres fuerzas diferentes y siempre
cambiantes: tus activos, tus aspiraciones/valores y las realidades del mercado (por ejemplo, la oferta
y al demanda de lo que ofreces al mercado en relación a la competencia). La mejor dirección posible
la encontrarás persiguiendo aspiraciones que valgan la pena y utilizando tus activos, mientras
navegas por las realidades del mercado.
Tus activos
Los activos son lo que posees en este momento. Antes de soñar con el futuro o hacer
planes, necesitas articular lo que ya funciona en tu vida, igual que hacen los empresarios. La idea de
negocio más brillante es por lo general la que se construye de la forma más deslumbrante posible
sobre los activos que posee su creador. Los objetivos comerciales surgen de tus puntos fuertes, de
tus intereses y de tu red de contactos. Existen dos tipos de activos profesionales que perseguir:
intangibles y tangibles. Los intangibles son los que no pueden cambiarse directamente por dinero.
Son los contribuyentes intangibles al éxito de una carrera: el conocimiento y la información que
posees; tus contactos profesionales y la confianza que has construido con ellos; tus aptitudes; tu
reputación y tu estilo personal; y tus puntos fuertes (las cosas que te resultan fáciles). Los activos
tangibles son los que se presentan en un balance general: el dinero con el que cuentas y tus
posesiones.
Las aspiraciones se refieren a tus deseos más profundos, tus ideas, tus objetivos y tu visión
del futuro, más allá del mundo real y de tu lista de activos. Esta pieza del rompecabezas incluye tus
valores clave, lo que es importante en tu vida, ya sea el conocimiento, la independencia, el dinero, la
integridad, el poder u otra cosa. Quizá nunca consigas colmar todas tus aspiraciones ni construir una
vida acorde con todos tus valores, y seguramente estos cambiarán con el tiempo, pero al menos
deberías orientarte en una dirección hacia una meta, aunque esta cambie. Si trabajas en algo que te
importa, trabajarás más y mejor. Sin importar cuáles son tus valores y aspiraciones, sé consciente de
que evolucionarán con el tiempo.
Al igual que un emprendedor gasta mucha energía en intentar descubrir aquello por lo que
los clientes pagarían, tu éxito personal depende de que tus posibles clientes elijan comprar tu tiempo.
Aunque la perspectiva general sea negativa, no olvides que siempre hay un sector, lugar, persona o
compañía pujante.
Es frecuente oír las siguientes falsas características del perfil del emprendedor:
-. Los empresarios no planifican, se mueven por instinto. A pesar de que la intuición juega un papel
importante en la toma de decisiones, los empresarios de éxito además de trabajadores infatigables,
son personas con una gran capacidad de análisis y planificación.
- Los empresarios nacen, no se hacen. Aunque las personas nacen con una dotación natural de
cualidades y habilidades emprendedoras, se puede aprender a ser empresario, es decir desarrollar
las capacidades necesarias para tener éxito emprendiendo.
- Todos cumplen el mismo prototipo. Existen ciertas características que definen el comportamiento
empresarial como la capacidad de asumir riesgos y una atracción por la independencia y la
realización personal. Sin embargo, los perfiles de empresarios son ilimitados, dependiendo de sus
características personales.
- Para ser empresario sólo hace falta tener dinero. Las personas con capacidad de trabajo y buenas
ideas, encuentran financiación para su proyectos, mientras que existen muchas personas que han
perdido todo su capital por su falta de capacidad de trabajo o su nula visión empresarial.
- Para tener éxito empresarial hay que tener mucha suerte. Aunque es cierto que en determinados
momentos las circunstancias pueden ser decisivas, por lo general, a probabilidad de éxito depende
más de una buena planificación y de un trabajo duro.
El espíritu emprendedor es, sobre todo, una actitud que refleja la motivación y la capacidad
a la hora de identificar una oportunidad y luchar por ella.
Emprendedores: benefactores sociales para su región que ayudan a crear empleo y riqueza
y contribuye a la dinamización social.
1. Iniciativa.
2. Perseverancia.
3. Confianza en si mismo.
4. Autodisciplina.
5. Capacidad decisiva.
6. Asunción de riesgos.
7. Visión emprendedora.
8. Motivación de logros.
9. Responsabilidad.
10. Autocontrol
11. Empatía.
12. Adaptabilidad.
13. Autonomía.
14. Autocontrol.
15. E SPIRITU POSITIVO.