Imperio Carolingio
Imperio Carolingio
Imperio Carolingio
Unos de los más importantes reinos germanos fue el reino franco, unificado por Clodoveo. Con él
se inició el reinado de la dinastía merovingia, nombre dado en honor de su abuelo Meroveo.
Al morir Clodoveo, el año 511, el reino se dividió en cuatro: Neustria al oeste de Francia; Austrasia
al este; Borgoña en el centro sur y Aquitania al sudoeste. Sin embargo, las luchas entre los
merovingios llevaron, poco a poco, a que éstos perdieran prestigio y poder, por eso se les llamo los
reyes holgazanes.
Ante la decadencia de los reyes, los nobles se convirtieron en los verdaderos detentores del poder.
Ellos recibieron el título de mayordomos de palacio. A principios del siglo VII, los mayordomos de
Austrasia, de la familia Heristal, obtuvieron supremacía.
A esta familia perteneció Carlos Martel, quien detuvo el avance de los árabes en la batalla de
Poitiers (Francia, 732), y su hijo Pipino, el Breve, que destronó al último de los reyes merovingios el
año 751, unió nuevamente el reino y se coronó rey de los francos. Entonces concluyó la dinastía de
los merovingios y se inició la dinastía carolingia. Dentro de esta familia nació Carlomagno, el
primer rey germano que intentó reconstruir el Imperio Romano de Occidente.
Imperio Carolingio: Historia
A partir de que los llamados “reyes holgazanes” -nombre con que pasaron a la historia los
mayordomos de palacio francos- fueron desalojados del poder del reino, por Pipino el Breve,
surgió una nueva dinastía, destinada a cambiar el panorama geopolítico de Europa occidental.
Se trataba de la dinastía carolingia.
Uno de los mayores logros de Pipino fue la resistencia contra los pueblos árabes que, hechos
fuertes en el califato de Al-Ándalus, que cubría gran parte de la Península Ibérica,
amenazaban con cruzar los Pirineos y avanzar sobre el resto de Europa. Al mismo tiempo,
otros pueblos, procedentes del este, también intentaban conquistar el territorio franco. Para
hacer frente a estas amenazas Pipino entendió que debía contar con la alianza de otros reinos
cristianos y que, para ello, nada mejor que establecer una alianza estratégica con el Papado
romano, cabeza de la cristiandad en Occidente.
Vitral que ilustra el momento en que Pipino el Breve es declarado "protector de los romanos" por el papa Esteban II.
A principios del siglo V, las etnias germánicas, empujadas hacia el oeste de Europa por la
presión que ejercían las tribus de los hunos, procedentes de las estepas asiáticas, penetraron
en el Imperio Romano. Las fronteras cedieron fácilmente, entre otros motivos por la falta de
soldados que las defendiesen. Las antiguas legiones romanas, ya muy reducidas, no pudieron
impedir que la ciudad de Roma fuese saqueada por visigodos y vándalos.
El Imperio de Carlomagno
La muerte de Carlomán, el 4 de diciembre de 771, permitió que Carlos emperador entre 771 y
814, reunificara nuevamente el reino que abarcaba ya a Neustria, Austrasia, Aquitania,
Borgoña y Provenza, y emprendiera prolongadas campañas de conquista. En 774 sofocó una
nueva sublevación lombarda en Italia y, se proclamó Rey de los francos y los lombardos. En
796 sometió a los ávaros y, después de tres décadas de incesante guerra, impuso el
cristianismo a los sajones y frisones. También intentó llegar hasta el Ebro, en la Península
Ibérica, pero no pudo dominar el califato de Al-Ándalus.
Mapa de Europa en el año 814
Tras extender las fronteras de su reino hasta el río Elba, por el este, y hasta la Marca
Hispánica, por el suroeste, en la Basílica de San Pedro (Roma) el 25 de diciembre del año
800 se hizo coronarEmperador de los Romanos por el Papa León III. Este paso convirtió a
la dinastía carolingia en sucesora del Imperio Romano de Occidente y defensora efectiva del
pueblo cristiano.
El Papa quedó relegado por el momento a cumplir con un papel fundamentalmente religioso.
De este modo, la Iglesia romana, cercada por el Imperio Bizantino, hegemónico en la cuenca
oriental del Mediterráneo, y el avance del Islam, fuerte en la cuenca mediterránea occidental y
en la Península Ibérica, confió su supervivencia al flamante Imperio Carolingio, que se
convirtió en el contrapeso de los otros dos poderes imperiales. Acorde con la nueva realidad
geopolítica, Carlomagno impulsó la recuperación del espíritu romano perdido. Como fruto de
este esfuerzo se desarrolló el llamado "Renacimiento carolingio".
Sucesión y fragmentación
Luis el Piadoso ya había repartido el Imperio entre ellos, pero, al poco tiempo, propuso un
nuevo reparto que incluía a Carlos, el menor, hijo de otra madre. Los enfrentamientos
sucesorios entre los nietos de Carlomagno, por el reparto del poder, amenazaron la integridad
del imperio. Tras la muerte de Pipino, por el Tratado de Verdún (843), el Imperio Carolingio
quedó dividido entre los tres pretendientes restantes: Lotario I recibió las tierras centrales
(Lotaringia), Luis el Germánico hizo suya la parte oriental y Carlos el Calvo se quedó con la
parte occidental.
El Sacro Imperio
Los nietos de Carlomagno fueron los últimos en mantener la unidad imperial. Sus sucesores
ya no demostraron ser capaces de conservar la estabilidad política y militar y, poco a poco, se
fue perdiendo la unidad lograda a través de la figura del emperador, las nuevas presiones
externas obligaron a Carlos el Calvo a reconocer, mediante la capitular de Quierzy (877), la
posibilidad de que los grandes funcionarios carolingios pudieran transmitir sus derechos
territoriales a sus hijos.
Pueblos germánicos
Lombardos: Era un pueblo belicoso que ocupaba la región de Pannonia. Justiniano los había
autorizado a que se establecieran allí para que sirviesen de barrera contra las invasiones de
otros pueblos bárbaros. En agradecimiento lucharon contra los ostrogodos, pero la presión de
los pueblos ávaros los obligó a abandonar Pannonia y desplazarse hacia Italia.
Francos: Los francos constituyeron una etnia procedente de Baja Renania y de los territorios
situados en las proximidades de Westfalia. Al igual que muchas otras tribus germánicas que
se desplazaron desde el este hacia Europa occidental, los francos pasaron a formar parte del
Imperio Romano en su última etapa. Lo hicieron en calidad de entidad autónoma confederada,
encargada básicamente de defender las fronteras del ya decadente imperio. Los francos
establecieron un reino que se consolidó en un territorio que abarca la mayor parte de la Galia,
así como la región de Franconia, en Germania. Sin imaginarlo, fueron la simiente de lo que
más tarde serían dos modernos Estados actuales: Francia y Alemania.
La base del Imperio Carolingio fue el reino Franco, el cual fue fundado por Meroveo, con quien
se inicio la dinastia Meronvingia que luego degenero en "los reyes holgazanes" quienes
dejaron el gobierno a los mayordomos de palacio (nobles) destacandose Carlos Martel quien
derroto a los arabes en la Batalla de Poitiers. su hijo Pipino el Breve destrono al ultimo rey
holgazan, Childerico III e instauro la dinastia Carolingia.
CLODOVEO I: Fue rey de los francos desde el año 481 al 511. A lo largo de su
reinado Clodoveo se empeñó en conservar y agrandar su reino para que lo heredaran sus
hijos, según lo establecido por la tradición germánica. Para lograrlo, no dudo en eliminar todos
los obstáculos que se Ie presentaron. Asesino a todos los jefes salios y renanos vecinos,
algunos de los cuales eran sus antiguos compañeros, así como también a miembros de su
familia. De esta manera, Clodoveo conquistó la mitad norte de la Francia actual. Para ello, se
alió con los francos renanos y luego llevó a cabo ofensivas hacia el sur.
Aliado firme de la Iglesia Católica, Pipino el Breve sojuzgó veintidós ciudades de la Italia
central, Ravena, Perusa y las provincias de Emilia-Romagna y de la Pentacole, que regaló a
Roma y que después se convertirían en el Estado Pontificio. Carlomagno, sucesor de Pipino
el Breve y artífice delImperio Carolingio, continuó con la labor de su padre, su política
consistió en sojuzgar, anexar y cristianizar, como lo hizo con las tribus anglosajonas. Se
dedicó también a mantener a raya a las otras dos grandes potencias de la época: el Imperio
Bizantino y el Islam, ello lo obligó a estar en estado de guerra casi permanente.