Relaciones Personales y Sociales (Traducción)
Relaciones Personales y Sociales (Traducción)
Relaciones Personales y Sociales (Traducción)
Por un lado, la amistad es una relación entre personas que no son familiares,
parientes o compañeros sexuales; otros estudios sugieren que cónyuges y
familia son amigos (Fehr, 1996). Para Bell (1981), en la amistad es
fundamental una ausencia de lazos familiares, justificada por las
comparaciones y competencias entre familia y amigos y por la imposibilidad
de escoger los propios familiares y parientes. En consecuencia, la amistad es
una relación personal y privada, sin imposición de valores o normas
culturales. Este punto difiere del cultural en que la participación personal está
sujeta a demandas institucionales de la sociedad (Bell, 1981; Bell & Coleman,
1999). De esta forma, si la amistad fuera una relación inmune a la cultura, no
habría ninguna investigación apuntando a su influencia en la formación,
desarrollo y mantenimiento de amistades (Blieszner y Adams, 1992).
A primera vista, Bell (1981) se opone Blieszner & Adams (1992), en cuanto
al papel de factores sociales y culturales en la definición de amistad; sin
embargo, Bell considera que la igualdad social - que entiende como
equivalencia socioeconómica - es fundamental. Al mismo tiempo, también
establece que la dedicación mutua entre dos amigos debe ser igual, ampliando
el significado de igualdad como componente esencial de la amistad.
Para Fehr (1996), aunque sería preferible una definición de amistad que se
aplicara a todo amigo, de cualquier cultura o época, las concepciones varían
conforme a edad, sexo, estado civil, religión, profesión, escolaridad, etnia y
raza. De esta forma, la literatura presenta datos sobre amistad del mismo sexo,
del sexo opuesto, femeninas, masculinas, infantiles, de ancianos, sacerdotes,
soldados, amistades mantenidas a distancia, etc. Otros estudios comparan
amigos ocasionales, cercanos, buenos amigos, mejores amigos y los amigos
ideales.
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Bell (1981) pone de relieve la similitud de edad como uno de los aspectos
más importantes en la elección de amistad, más allá del estado civil, la
religión o el sexo. Las personas del mismo grupo de edad tienen
características sociales y personales similares, lo que impide la operación de
uno sobre otro. Los divorciados tienden a sentirse más cómodos con amigos
divorciados. Amigos del mismo sexo se previenen contra la posibilidad de
romance, que, según Bell, altera profundamente la amistad. Por otra parte, así
como hay cualidades comunes entre mujeres, hay aspectos compartidos sólo
por hombres. En la amistad entre casados, se nota un vínculo mayor entre – un
efecto conjunto de sexo con estado civil.
El uso de la palabra amigo comienza a los cuatro años edad; mejor amigo, a
partir de la infancia media y la adolescencia. La amistad de la infancia se
caracteriza por afecto, diversión y reciprocidad: mutua consideración,
cooperación, buen manejo de los conflictos, beneficios equivalentes en los
intercambios sociales; gustar el uno del otro, es decir, desear pasar más tiempo
en compañía placentera el uno del otro. Las amistades de los niños de mayor
edad y adolescentes incluyen lealtad, confianza e intimidad, requieren
intereses comunes y compromiso, tanto para mantener los amigos como para
formar nuevas amistades (Bukowski et al., 1996; Hartup, 1989).
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CONSIDERACIONES FINALES
consensuados en el área. Por otro lado, existe el argumento de que los intentos
de formular una teoría de las relaciones son prematuros, y que, aunque
contribuyan para avanzar en el área, no deben ser prioridad. Por ser
demasiado reciente (con poco más de 30 años), la “nueva ciencia de las
relaciones” (Duck y Perlman, 1985, p. 1) puede beneficiarse más, por ahora,
del trabajo empírico. Si bien el desarrollo teórico es deseable, hay factores
externos que interfieren significativamente, como los progresos en genética y
sociobiología, los cambios en el papel de las mujeres y el aumentar del ciclo
de vida (Sarason et al. 1995). A medida que la investigación empírica
evoluciones y posibilite nuevos resultados y problemas de investigación, los
modelos sobre relaciones dispondrán de más recursos para teorizar.
Vale la pena destacar el atractivo de Duck & Perlman (1985) hacia más
investigaciones sobre lo que las personas piensan de sus relaciones. Así, no se
debe pasar por alto la inestabilidad de pensamiento acerca de las interacciones
significativas, ya que las personas piensan antes, durante y después de la
interacción, y en otras situaciones durante los intercambios posteriores. Para
Duck y Perlman (1985), esta inconsistencia impide resultados claros y buenas
replicaciones.