Control de Lectura 2 Comunicación Política

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Martínez Madrigal Edgar Yair

Comunicación política Una guía para su estudio y práctica. María José Canel

Fecha de entrega: 21 de septiembre de 2016

La comunicación política es un tema que se ha impregnado en todos los niveles de


gobierno, en los medios de comunicación y en la sociedad en general, hablar de
comunicación política es entonces un tópico de uso común en donde temas como
las elecciones, las campañas políticas y los candidatos se insertan en este ámbito,
pero para un fenómeno que tuvo su nacimiento en el campo de la investigación
académica y en la que confluyeron distintas disciplinas entre los que destacan
juristas, sociólogos, políticos, psicólogos entre otros, se vuelve necesaria la
comprensión integral del concepto.

Para María José Canel es justamente ese recorrido teórico de la construcción de la


comunicación política que interesa presentar, el vasto andamiaje del término
comunicación política, sus áreas de estudio, así como sus límites y fronteras en los
campos en los que se relaciona. En ese sentido, comienza por introducirnos en la
definición de los términos de comunicación y política, que se encuentran asociados
entre sí en una indisoluble relación que hace que la política sea comunicación y que
sin comunicación no exista política posible.

La construcción del término de comunicación política ha tenido distintas


aportaciones a lo largo de su desarrollo como disciplina, entre ellas se encuentra la
teoría política y jurídica que describe a la comunicación política como un área de
investigación propia, también está la teoría política de la comunicación que hace a
la comunicación un tema imprescindible de la política y por otra parte se encuentra
la teoría de la comunicación política, que no asumen que toda la política sea
comunicación ni viceversa pero que existe sin lugar a dudas un terreno común de
intersección entre ambas. Si bien para Canel la mayoría de las definiciones actuales
de comunicación política se adscriben a esta última teoría, su evolución ha estado
sujeta a diversos enfoques que vale la pena reconocer.
De tal forma, el intento de Canel por explicar dicha evolución se remonta a los
primeros estudios de la comunicación política en los años 50, en donde un grupo de
investigadores como Eulau, Eldersveld y Janovwit, plasmaron en su Political
Behavior que la comunicación política es uno de los tres procesos a través de los
cuales se movilizan y transmiten las influencias políticas entre instituciones
gubernamentales formales y ciudadanos. El mérito de dichos investigadores está
en identificar a la comunicación política como un proceso que forma parte de un
sistema en donde individuos y gobernantes interactúan entre sí. De tal forma, ésta
se convierte en un proceso mediador en donde la comunicación política tiene un
carácter comunicativo que implica un intercambio de mensajes símbolos.

Más tarde, Federico Rey expondría que la comunicación política abarca una gran
parte de todas las actividades persuasivas que se realizan en el espacio público,
mostrando a éste como la arena natural de la comunicación política. A partir de esto,
el estudio de la comunicación política comienza a ser más concreto porque se
identifican los elementos que la constituyen. Así, para Wolton la comunicación
política es la condición del funcionamiento de un espacio público ensanchado en el
que se intercambian discursos contradictorios de los tres actores con legitimidad
para expresarse sobre la política: políticos, periodistas y ciudadanos a través de los
sondeos de opinión. Entre ellos habría un claro enfrentamiento discursivo que
tendrían un desenlace incierto, pero que supondría la correlación de tres discursos
legítimos en democracia; la política, la información y la opinión pública.

De tal manera, esta se convertiría en una de las definiciones más aceptadas dentro
del campo de estudio, pues ya para los años 90 la comunicación política entendida
así tendría cuatro preocupaciones; la primera centrada en el presupuesto, lo que
implica tomar decisiones para la distribución de recursos, la segunda poniendo
atención en el control del poder y en quienes deben gobernar, la tercera en la
aprobación de las políticas por parte de la opinión pública y la última en el significado
que atiende a la transmisión de las cosas que se hacen para enfrentar determinados
eventos, como lo es la comunicación de las soluciones a los problemas sociales.
A partir de lo anterior, podemos hablar que la comunicación política es comunicación
estratégica porque quien comunica la política lo hace para lograr algo y siguiendo
un plan de manera que vuelve a la comunicación política persuasiva e intencionada.
La persuasión en la comunicación política tiene que ver con la capacidad discursiva
de los actores involucrados en ella para influir en las creencias, actitudes, valores o
acciones sobre los otros. En ese proceso intervienen diferentes técnicas y métodos
destinados a convencer a los diferentes públicos, sea políticos, medios de
comunicación y ciudadanos.

Para Canel cobra especial importancia el hecho de que la comunicación política


atraviesa el filtro de los medios de comunicación de masas que hacen que los
mensajes lleguen a públicos más amplios, convirtiendo a la misma en una
comunicación mediada en donde también estos intervienen en la formación o
deformación de los mensajes. Por tanto, Mc Noir manifiesta que los protagonistas
de la comunicación política no sólo son las organizaciones políticas sino también
los medios y los ciudadanos.

Así pues, en primer lugar los medios permiten que la comunicación tenga un acceso
más extenso a través del cual se produce un intercambio simbólico descrito como
un proceso de interacción de la comunicación política. Este intercambio simbólico
del cual parte y se desarrolla la escuela del interaccionismo, se puede describir
como la relación que se produce entre políticos, periodistas y ciudadanos en un nivel
más profundo que supera el modelo circular entre los actores y se extiende en las
implicaciones culturales y sociales del proceso comunicativo.

A partir de ello, Canel identifica los elementos de una definición incluyente que
demuestre la riqueza del concepto y su evolución teórica, por lo que propone que la
comunicación política sea entendida como la actividad de determinadas personas e
instituciones (políticos, comunicadores, periodistas y ciudadanos) en la que como
resultado de la interacción, se produce un intercambio de mensajes con los que se
articula la toma de decisiones políticas.

Naturalmente el campo de estudio de esta disciplina encuentra su aplicación en


áreas como el análisis del mensaje, los procesos políticos como las elecciones, las
acciones propias de la comunicación de los mensajes, la mediación del mensaje
que tiene que ver con los actores que intervienen en éste y los efectos del mensaje.
Finalmente, Gosselin propone un modelo de investigación de la comunicación
política que se orienta hacia la concepción de las acciones dramatúrgicas de los
actores de la comunicación y que despliegan las técnicas de la persuasión para
convencer con su mensaje, así como el de las acciones comunicativas que se
concentran en que el emisor y el receptor de los mensajes.

En suma, los aspectos centrales de la comunicación política que se vislumbran en


el recorrido hecho por Canel es que ésta ya no se presenta sólo como modelo
circular, sino como un sistema que se retroalimenta de todos los actores que
intervienen en ella y en donde el emisor no siempre pueden ser los políticos y los
receptores no siempre los ciudadanos, ya que como mecanismo que utilizan todos
los entes sociales se desarrolle una comunicación multidireccional que abone a la
construcción de consensos desde la comunicación. En ese sentido, la comunicación
política no debería convertirse en un fin en sí mismo, sino en un instrumento que
sirva para mejorar la política y la opinión que los ciudadanos tiene de esta y en
última instancia que proporcione los elementos para mejorar la calidad de la
democracia en una sociedad.

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