La comunicación política ha existido desde los inicios de la organización social humana y ha sido fundamental para el desarrollo del Estado y la sociedad. Aunque el término surgió en los años 1950, la comunicación política involucra a políticos, periodistas y opinión pública intercambiando mensajes e influyendo en la agenda pública. En las democracias modernas, la comunicación política es clave para que los políticos transmitan sus propuestas a los ciudadanos y estos expresen sus opiniones.
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La comunicación política ha existido desde los inicios de la organización social humana y ha sido fundamental para el desarrollo del Estado y la sociedad. Aunque el término surgió en los años 1950, la comunicación política involucra a políticos, periodistas y opinión pública intercambiando mensajes e influyendo en la agenda pública. En las democracias modernas, la comunicación política es clave para que los políticos transmitan sus propuestas a los ciudadanos y estos expresen sus opiniones.
La comunicación política ha existido desde los inicios de la organización social humana y ha sido fundamental para el desarrollo del Estado y la sociedad. Aunque el término surgió en los años 1950, la comunicación política involucra a políticos, periodistas y opinión pública intercambiando mensajes e influyendo en la agenda pública. En las democracias modernas, la comunicación política es clave para que los políticos transmitan sus propuestas a los ciudadanos y estos expresen sus opiniones.
La comunicación política ha existido desde los inicios de la organización social humana y ha sido fundamental para el desarrollo del Estado y la sociedad. Aunque el término surgió en los años 1950, la comunicación política involucra a políticos, periodistas y opinión pública intercambiando mensajes e influyendo en la agenda pública. En las democracias modernas, la comunicación política es clave para que los políticos transmitan sus propuestas a los ciudadanos y estos expresen sus opiniones.
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Comunicación Política en la Localidad
La comunicación política es un concepto relativamente joven; el vocablo se empezó a
utilizar en la década de los cincuenta, pero sus antecedentes se manifiestan desde que el hombre comenzó a vivir en grupo y se presentaron relaciones de poder en la convivencia, como afirma Wolton (1998) cuando dice que es tan vieja como la política, que nace con los primeros intercambios que los hombres tienen entre sí en la organización, consolidación y desarrollo de la ciudad. La comunicación y la política han sido elementos fundamentales para el desarrollo del hombre, ya que ambas han ayudado a la organización del Estado y al desarrollo de sus potencialidades políticas, económicas y sociales. Así, a través del tiempo, el hombre ha desarrollado la política valiéndose de la comunicación con la finalidad de convencer e influir en los ciudadanos para la aceptación de un modelo económico, político y social, en el cual se sigan ciertas normas, valores y principios del sistema político imperante. De esta forma, el origen de la relación entre comunicación y poder se encuentra a partir de los inicios del hombre y su proceso de organización social. De hecho, ya Herodoto narraba la organización del imperio señalando la existencia de lo que se conoce como los ojos del rey, quienes “eran informadores independientes de la autoridad. Esta experiencia recuperada por los romanos y por la cultura occidental es el primer testimonio sobre los mecanismos que, para el buen gobierno de la comunidad, se empleaba a fin de conocer la opinión y las noticias que circulaban por el territorio” Los inicios de la comunicación política pueden encontrarse prácticamente desde la ciudad-estado con las aportaciones de Platón y Aristóteles en los momentos gloriosos de la retórica en las plazas públicas, pasando por la República romana y el Estado-nación, hasta llegar a la época actual, donde aparece el término de comunicación política. Al respecto, Wolton señala que: “tiempo atrás, muchísimos vocablos habían designado a esa actividad dedicada al intercambio de discursos políticos, pero las más de las veces fue recibiendo una connotación poco laudatoria, y hasta crítica, sobre todo en el siglo xx, en que el comunismo y el nazismo identificaron comunicación política con propaganda (1998: 28). Los primeros estudios sobre comunicación política aparecieron en el momento en que se empezaba ya a reconocer el poder de los medios masivos de comunicación en la influencia y manipulación de los individuos. Lasswell impulsó la investigación sobre las posibilidades de la guerra psicológica contra Alemania en 1927; Pakard se centró en el estudio del poder de los persuasores ocultos Meyenberg (2018) considera que la comunicación política tiene tres protagonistas: políticos, periodistas y opinión pública, quienes intercambian mensajes de acuerdo con su propia visión e interpretación de la información. Por eso mismo, se manifiesta de manera razonable la postura de la autora, debido a que la cobertura de las noticias va a tender a reproducir las versiones e interpretaciones que se van a generar por los actores mencionados, incluso se caracteriza por la democracia contemporánea, que se encargará de determinar el contenido que se difunde a través de la opinión pública de los medios de comunicación, contribuyendo a definir la agenda pública. Incluso Meyenberg (2018) agrega la opinión pública como la expresión de lo que piensan los distintos grupos de la sociedad, en relación con lo que sucede en el entorno que se desenvuelven. De igual forma, la opinión pública puede ser considerada como una medida de la cual se deriven los resultados de los diversos aspectos presentes en la vida política o los distintos colectivos sociales sobre temas de interés. Aquí podemos tener presente temas del nivel de gobierno, situación económica y las evaluaciones de las instituciones, definiendo tendencias de la forma de pensar y el comportamiento de la sociedad. Incluso, los medios de información son el espacio donde se hace presente el resultado o movimiento de la interacción de la comunicación política y estos mismos cuentan con la capacidad de decidir qué información de la realidad va a convertirse en noticia, con el fin de tener un lugar en el espacio público La política y la comunicación son dos realidades muy vinculadas, sobre todo en las sociedades democráticas, donde los políticos necesitan transmitir sus mensajes sobre propuestas o sobre actuaciones a la sociedad o donde los ciudadanos plantean a través de diferentes mecanismos sus iniciativas para la construcción de las polis. Tanto el mensaje político como el mensaje ciudadano constituyen un tipo de mensaje persuasivo, ya que busca la realización de una acción por parte del destinatario. Además, los políticos necesitan de mecanismos que les permitan analizar el estado de la opinión pública en determinados momentos, como en las campañas electorales. Conocer el marco conceptual de las diversas teorías sobre comunicación política, las herramientas personales y digitales para comunicar mejor el mensaje político, el marco legislativo que afecta al ámbito de actuación y los modos que se han utilizado para una manipulación del mensaje político son claves para poder analizar los mensajes políticos o asesorar a un candidato en campaña electoral. Desde hace mucho tiempo la comunicación política constituye una importante herramienta de relacionamiento entre los gobernantes y los gobernados. Primero fue el contacto directo entre electores y elegidos, cuando los candidatos requerían de un balcón y una plaza llena para comunicar sus ideas, convencer al electorado y obtener su apoyo. Por supuesto que ese mecanismo iba acompañado de medios de comunicación masivos como la prensa escrita y la radio. Posteriormente fue la televisión la que cumplía esa función y los ciudadanos/as tenían la opción de escuchar los debates políticos para en función de ello optar por una postura política. Si bien todos esos recursos y medios cumplen aún una función trascendente en la comunicación política, hay otra herramienta de reciente factura que influye de manera significativa sobre la opinión de electores y ciudadanos/as. Nos referimos a las denominadas redes sociales en las que supuestamente todos los actores tienen la oportunidad de comunicar sus mensajes o ideas a los demás. Las redes sociales se han convertido en el inicio de la tercera década del siglo XXI en uno de los medios más eficaces de comunicación política, puesto que su influencia moviliza masas, provoca caídas de gobiernos, determina resultados electorales y consultas plebiscitarias, determina comportamientos patrióticos y nacionalistas, comportamientos xenofóbicos, homofóbicos y de muchas otras fobias, lo que da cuenta de su enorme relevancia. Muchos de los que utilizan las redes sociales para hacer comunicación política e incidir en determinados comportamientos, recurren a bases de información (Big Data) que dan cuenta de las preferencias de la población en cuanto al mercado de consumo, ideas políticas, necesidades y aspiraciones. Información que se obtiene de bases de datos que guarda el sistema. Se debe dejar claro que el contenido de la comunicación política es rico en enseñanzas para precisar el funcionamiento de las instituciones, ya que permite que los ciudadanos se forman una idea de éstas, las cuales nacen de una presentación del sistema político a través de los discursos de los hombres políticos. Si los políticos no manifestaran sus acciones a través de mensajes dirigidos hacia la población, ésta no tendría conocimiento sobre lo que hacen. En una democracia, se lucha por derechos, libertades y cumplimiento de las reglas establecidas para el buen funcionamiento del sistema político. En una monarquía o regímenes totalitarios, las decisiones del gobernante se toman arbitrariamente, sin consultar a la población. Por el contrario, en la democracia se da espacio a la participación de los ciudadanos para la toma de decisiones; se confrontan las opiniones y la población toma parte de ese debate de posturas sobre las ideas expuestas, para que juntos, población y gobierno, generen un consenso sobre lo que mejor convenga a ambas partes. No hay democracia sin considerar a la opinión pública, pues es inseparable de un proceso comunicacional, tanto en su constitución como en su expresión. Lo quere flejen por medio de los sondeos será considerado por los gobernantes para la toma de las decisiones y el actuar político. La importancia de la comunicación política en las democracias radica en el derecho de réplica de la opinión pública respecto a las acciones que políticos y candidatos realizan, al tiempo que permite la realimentación, la respuesta de los mensajes que emiten los gobernantes a los gobernados. Por ello, cuando hablamos de comunicación política lo hacemos dentro del campo de la democracia. En la elección de nuestros gobernantes, dentro del sistema democrático, la comunicación política juega un rol importante, desde el momento en el que los partidos políticos presentan a sus candidatos, el desarrollo de la campaña electoral, la difusión de la información por parte de los medios de comunicación, los debates entre los políticos, las propuestas de campaña, la imagen del candidato, la crítica de los periodistas, hasta llegar a la formación de la opinión pública respecto a estos acontecimientos. En este sentido, Habermas (1986) define a los espacios públicos de comunicación como categorías para comprender las contradicciones de las democracias formales y los mecanismos de control que las limitan. Un espacio público será el escenario en el que se presenten los diferentes actores de la comunicación política para exponer sus puntos de vista; en él se observan las confrontaciones de las opiniones, la forma de llegar a acuerdos y las decisiones que se toman por la mayoría, al mismo tiempo que refleja los avances y problemas que una democracia tiene. https://www.scielo.org.mx/pdf/interdi/v9n24/2448-5705-interdi-9-24-232.pdf https://biblio.flacsoandes.edu.ec/libros/digital/58449.pdf https://www.udima.es/es/comunicacion-politica-122.html https://www.redalyc.org/pdf/676/67618934007.pdf