El Movimiento Nadaísta en Colombia-Pablo González Rodas

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El Movimiento Naclaista en Colombia

1. BREVE BOSQUEJO DE LA POESIA COLOMBIANA DEL SIGLO XX.

A poesía colombiana ha seguido una trayectoria más o menos uni-


forme, salvo algunas excepciones; se ha señalado como una carac-
teristica de las letras colombianas una corrección y un cuidado en la
forma de raigambres humanísticas y académicas que frecuentemente han
constituido un freno para las corrientes innovadoras y para los influjos
foráne.os.
Contra estos obstáculos han de enfrentarse quienes deseen dar un
rumbo distinto y novedoso a las letras en Colombia. Esto explica que
movimientos de vanguardia como el Ultraísmo, el Creacionismo, etc.,
hayan tenido tan escaso eco en la poesía colombiana de los últimos cua-
renta años.
Hacia 19zo y una vez extinguido el Modernismo, surgió en Colom-
bia la llamada generación "del Centenario", por haber coincidido con la
celebración de los primeros cien años de vida independiente; la formaban
Porfirio Barba Jacob, Luis Carlos López, Eduardo Castillo y José Eustasio
Rivera, entre los más importantes. Respecto a su producción poco nuevo
aportaron y más bien fueron fulgores crepusculares del rubendarismo
decadente. Quizás el más apreciable del grupo sea Luis Carlos López, a
quien el crtico Ebel Botero le señala "un lugar de transición por lo
menos en lo relativo a la métrica. Es ésta poco variada, muy conserva-
dora, sin quererlo su autor, y al mismo tiempo algo revolucionaria, sin
tal vez proponérselo".1

1 Ebel, Botero, 5 poetas colombianos (Manizales: Biblioteca de Escritores


Caldenses. Tercera época. Vol. 19, 1964). p. 127. El crítico mexicano Arqueles
Vela, miembro fundador del grupo estridentista, por su parte, lo considera como un
iniciador del posmodernismo. Véase: Arqueles Vela, Luis Carlos López iniciado
del posmodernismo. (México: Colección Actuales, 1963 [folleto de 18 páginas].
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Las pocas influencias vanguardistas que en Colombia dejaron alguna


huella se encuentran parcialmente en la obra de varios poetas que inte-
graron el grupo "Los Nuevos" entre 1919 y 1925, grupo que, según
Néstor Madrid Malo "representa apenas un timido intento de ruptura
con el modernismo",2 entre los que sobresale la obra de Luis Vidales
Suenan timbres (1926), donde vemos técnicas surrealistas. Integran este
grupo poetas bien diferenciados unos de otros y entre los cuales difí-
cilmente encontraremos una constante común; son ellos: el musical y
malabarista .de palabras León de Grieff; el profundo, sereno y delicado
Rafael Maya; el poeta de lo terrestre y de lo cósmico Germán Pardo
Garca, entre los sobresalientes.
Posterior a este grupo aparecieron los "Piedracielistas", hacia 1935,
inspirados en el libro Piedray 'cielo de Juan Ramón Jiménez, de los cuales
mencionaremos a Eduardo Carranza, Jorge Rojas, Antonio Llanos, Aurelio
Arturo y Gerardo Valencia.
Constituyeron una reacción ante los vientos vanguardistas que ame-
nazaban la calma y la serenidad en la que se mecan las letras colom-
bianas; fue una actitud poética de recobración según afirma el crítico
argentino Alfredo A. Roggiano refiriéndose a la figura central de este
grupo: "Eduardo Carranza y los 'piedracielistas' se dieron como programa
esa doble recuperación: la dimensión del hombre en su tiempo y en su
mundo y la dimensión del hombre y de su mundo en su historia, en su
tradición cultural". 3
El mismo critico anota como caracteristicas de este grupo, su afirma-
ción vital y su profundo sentido nacional, americano e hispánico, mani-
festando siempre una actitud cristiana y católica.
No tardó en aparecer una serie de continuadores de la estética piedra-
cielista a quienes la crtica los ha agrupado bajo el nombre genérico de
"pospiedracielistas", entre los que mencionaremos a Fernando Charry Lara,
Daniel Arango, Oscar Echeverri Mejia, Andrés Olguin, Helcias Martán
Góngora y la poetisa Meira del Mar, en quienes hay una marcada influen-
cia de los poetas de la generación peninsular del veinte, en especial de
Vicente Aleixandre y Luis Cernuda, de quienes es un gran admirador
Charry Lara, su mejor exponente.
Ya hacia 1950 surgió un grupo de poetas jóvenes, llenos de impetu
y ambici6ón, quienes empezaron a publicar en la revista Semana cuader-
2Néstor Madrid-Malo, "Itinerario de la poesia colombiana". Inter-American
Review of Bibliography. Washington, septiembre de 1962, Núm. 19, p. 247.
3 Alfredo A. Roggiano, "Eduardo Carranza y la nueva poesía colombiana".
Humanitas. Universidad Nacional de Tucumán, Argentina. Año II, NQ 5. 1954.
p. 230.
EsTUDos 231
231

nillos de poesías, razón por la cual se les conoce como "Cuadernícolas".


Produjeron una obra poética de indiscutible mérito y constituyeron un
coro de voces fuertes y delicadas que cantaban las profundas conmociones
espirituales de esos años. Fueron ellos, entre otros: Fernando Arbeláez,
poeta que expresó en su canto el caos circundante; Jorge Gaitán Durán,
vate del asombro, de la tristeza y de la muerte; Eduardo Cote Lamus, quien
recoge en su obra desde los motivos más simples e intimistas hasta los más
intrincados e indescifrables; Carlos Castro Saavedra, de voz profética y
clamorosa ante la injusticia social y el desasosiego. Lástima que sus
mejores voces: Gaitán Durán y Cote Lemus, hayan desaparecido temprana
y trágicamente.
Hasta el grupo de los "Cuadernícolas" la poesía colombiana presen-
ta, aunque en actitudes variadas y diversas, una evolución constante que
nunca se ha desviado del cauce común, cuyo lecho, 'como expresé antes,
han sido la moderación, la pureza idiomática y la emoción lírica.
Posterior al Nadaismo, tema de este estudio, ha aparecido el "Testi-
monialismo", movimiento poético que tiende a exponer la injusticia social,
de inspiración democrática y cristiana, que se formó alrededor de la
revista Testmonio, fundada en Bogotá por los dominicos y cuyo mejor
representante es Ramiro Lagos con su libro Testimonio de las horas grises,
publicado en 1964.

Pero el movimiento verdaderamente revolucionario de los últimos


años ha sido el
Nadaismo del cual pasamos a ocuparnos.

2. ORÍGENES.

El Nadaísmo como movimiento literario aparece en los años 1958 y


1959 en las ciudades de Medellín, Cali y Manizales; en los años poste-
riores se esparce por otras ciudades colombianas e invade a la ciudad
capital con el traslado de su iniciador y máximo representante, Gonzalo
Arango.
Es el Nadaismo un movimiento estrictamente literario y aún no se ha
manifestado su influencia en las artes plásticas o en la música. En el
campo de la literatura se ha expresado primordialmente en la poesía,
aunque tanto en la novela como en el teatro hay obras de tipo nadaista.
Los primeros brotes nadaistas tuvieron lugar en Medellín, ciudad
tradicionalista en todo sentido, y cuna del costumbrismo literario en Colom-
bia. Integran la plana mayor del Nadaismo, además de su jefe Gonzalo
Arango, los siguientes: J. Mario, Amilkar U., Alberto y Eduardo Escobar,
E1mo Valencia, Mario Rivero, Darío Lemos, Guillermo Trujillo, Diego
REVISTA IBEROAMERICANÁ

León Giraldo, y X- 5o 4 . Todos eran jóvenes entre z9 y 24 años, por lo


general bachilleres que iniciaron estudios universitarios para interrumpir-
los luego no por falta de capacidades sino por desilusión ante la vaciedad
y la inoperancia de sistemas educativos y profesores anquilosados.

3. MEDIOS DE EXPRESIÓN.

Como carecían de fondos económicos para la necesaria divulgación


del movimiento y por no tener el apoyo de casas comerciales o institu-
ciones culturales para fundar su propio órgano de difusión, los nadaistas
optaron por atraer la atención mediante el escándalo público o el dis-
parate.
Empezaron por reunirse en un establecimiento público, "La heladería
Versalles", situada en la parte céntrica de la ciudad; allí tomaban café,
fumaban, discutían y luego daban alaridos hasta atraer la atención de los
transeúntes; luego empezaron a usar cabellos largos, trajes juveniles vis-
tosos, en especial camisa roja, y en ningún momento vestimentas serias
tales como corbatas, chalecos, o traje completo.
Durante la noche embadurnaban las paredes de los edificios públicos
con letreros y consignas nadaistas; hacían sus orgías, improvisaban sus
discursos en las vías públicas, los que eran diatribas contra lo tradicional,
lo hermético y burgués de la sociedad imperante; viajaban de ciudad en
ciudad para dialogar y atraer a los jóvenes, y en fechas y lugares deter-
minados, previamente difundidos, incineraban públicamente docenas de
libros, en especial de tendencia romántica o costumbrista.
En esta forma atrajeron la atención de la gran prensa en cuyas pági-
nas, a manera de noticia burlona, aparecieron sus desmandes, sus mani-
fiestos y sus poemas.
Poco a poco se han hecho conocer luchando contra la incomprensión,
el academicismo y los valores preconcebidos de la élite intelectual colom-
biana. No podríamos decir que han triunfado totalmente ni que se les
han abierto las puertas de los conciliábulos literarios; hubo triunfos espo-
rádicos como la concesión del primer premio de teatro a Gonzalo Arango
en el Festival Nacional del Arte por su obra Sexo y saxofón, lo cual
causó gran polémica. Otros nadaistas apenas ahora empiezan a publicar
sus libros mientras que la gran mayoría no ha pasado de figurar en pobres
antologías.
Han surgido divergencias dentro del movimiento y algunos de sus
miembros han solicitado en telegrama público a su iniciador y jefe, su
ESTUDIOS 233

inmediato suicidio para mayor gloria del movimiento. En lugar de suici-


darse, Gonzalo Arango ha optado por dedicarse más al estudio de las
letras; es un incansable lector y es asiduo colaborador y crtico de varios
periódicos y revistas, y actualmente se desempeña como libretista de la
televisora nacional.

4. SIGNIFICADO Y ALCANCES DEL NOMBRE.

Desde un comienzo se denominaron a si mismos nadaistas, puesto


que buscaban expresar la Nada y en la nada se inspiraban. Asi, dice
Gonzalo Arango:

Nada termina nunca, nada empieza. Todo es presencia. Todo existe


en trance de revelación. También lo que no existe, existe en las
posibilidades infinitas de la nada. La nada es el porvenir del Ser,
como la tierra es el porvenir del hombre.4

Son pues, los poetas del momento, del paso del no ser al ser, de esa
Gran Nada que deja de serlo en el poema. Parten de la convicción de que
siempre hay un misterio en las cosas, el cual no ha sido revelado y al
que los poetas buscan expresar. Nadaismo es un sacerdocio poético: es
vivificar con la palabra lo muerto por el desgaste cotidiano; es un canto
al caos y a la destrucción que fructifican en vida. Su lema parece ser el
destruirlo todo, el volver a la Nada y alli plantar los nuevos cimientos
de un universo resucitado.
Son los nadaistas los poetas de la confusión, de la morbosidad, de la
locura, del dolor y del sufrimiento; de la guerra, del absurdo y de
la creación.
Su programa es ambicioso y complejo; su desarrollo lento y confuso;
su producción poca y de escaso valor artístico. De ese griterío inicial sólo
perduran algunas voces que insisten en la nadería de la poesia.

5. DOCTRINA POÉTICA DE ESTE MOVIMIENTO.

Al leer los distintos conceptos expresados por Gonzalo Arango en


varios de sus escritos podemos reducir en un esquema básico las ideas
poéticas y artísticas propias del Nadaismo.
4 Gonzalo Arango, "La poesa nadaista", en 13 poetas nadaistas (Medelliín,
1963), p. 1. (A esta edición pertenecen las citas posteriores).
234 REVISTA IBEROAMERICANA
a) El principio de la creación gratuita de la obra poética, la cual
aparece sin mayor esfuerzo, sin lógica, sin plan alguno y simplemente como
producto del azar:

Esta belleza no tiene la culpa de ser así J. . .} No es para almas


platónicas, equilibradas o razonables. No tiene nada que ver con
la nostalgia de un mundo mejor, ni con el sueño de otro mundo.
Se instaI en su tiempo, porque era allí donde tenía que instalarse,
bajo un cielo de dolor, brutalidad y agonía. (G. A., op. ct'., p. i).

Es esta poesía uti producto gratuito del caos; para ser poeta nadaista
sólo se necesita papel, lápiz y deseos de reflejar ese caos en lo que se
escribe. Expresar el fracaso, el hastío sensual, la desilusión, la crisis de
valores y afrontar lo que salga sea bello o grotesco, sublime o vulgar,
artístico o ramplón, y todo esto como un esfuerzo por recuperar el
mundo de la nada; ese mundo inocente, primigenio, inmaculado y siempre
nuevo.
Entiéndase el término creación gratuita con todas sus reservas, pues
hay que ser víctimas de ese caos y sentirse afligido para expresarlo.

b) El antihistoricismo. Los nadaistas no quieren ningún nexo con


el pasado o con el futuro; no proyectan su obra ni se sienten obligados
a ello. Su poesía muere con el momento que se vive y renace con el
instante que empieza. Es la poesía de la fugacidad, del hoy, del ahora.
Ignoran por completo las escuelas o movimientos anteriores; temen al
efecto congelador de la historia, símbolo éste de lo estático frente a lo
dinámico:

La Historia está en liquidación. Se traslada con sus cacharros axio-


lógicos y sus utensilios inútiles, y pone en manos del impostor
más fuerte las mejores tradiciones del espíritu, los bellos dones del
alma, sus éxtasis, su soledad, sus libertades adorables y sus glo-
rias. (Ibid., p. i) .

c) La concepción no utilitaria del arte. No buscan estos poetas un


fin.determinado en la obra artística; no conciben utilitariamente el arte
ni conciben la doctrina de un arte puro. A la pregunta ¿Para qué sirve
el arte?, Arango contesta:".

No tengo idea para qué sirve el arte. A mí me sirve para encamar


ES°T:U DI o S 235

mujeres. ¿Quiere una justificación ? Ahí va:


que no gana para ir a los burdeles. 5
-Soy un poeta subversivo

d) El antidogmatismo. El Nadaismo va contra todo dogmatismo; el


dogma supone la aceptación de un estado preestablecido en el que escasos
horizontes se le brindan al poeta. Para el nadaista lo esencial es su libertad
en la cual su obra se realiza y sin la cual cualquier creación resultaria hueca
y limitada:

Nada de someternos a la autonomía creadora. ¡...) Al diablo con


Aristóteles y sus opuestos. Para los Nadaistas es más simple: su
libertad es tirarse de un décimo piso en protesta al Dogma de la
Gravitación de la tierra. Si le da la gana". (Arte y rebelión, s. p.)

e) La no sujeción del arte a una moral o a una ética. Esto sería


comprometerse y para los nadaistas la obra poética no ha de obedecer a
consignas o a ideologas; esto iría contra la libertad necesaria para
la creación artística. A este respecto Gonzalo Arango dice: "El arte y la
etica cuando se juntan hacen el eclipse de la belleza. [...]
El arte bajo
cualquier servidumbre se vuelve mecánica". (Arte y rebljlión, s. p.).
Los anteriores son, a grandes rasgos, los principios básicos del
Nadaismo, cuyos ejecutores rechazan la destrucción masiva, la guerra; se
sienten victimas de un proceso ilógico y abrupto en el que se pasa del
caballo al avión supersónico; de la vida provincial al cosmopolitismo.
El nadaista ve el caos del mundo y exclama: "En este manicomio
residen muchedumbres de locos, lujuriosos y alienados. La civilización es
la tumba en que vivimos". (G. A., op. cit., p. 2).

6. POETA Y POESIA.

Ante esa oscura y caótica realidad, el poeta no toma una actitud ni


romántica ni escapista; su misión es la de reflejar en su obra el mare-
mágnum que le circunda y darnos "esa imagen de belleza airada, rota,
dudosa", fiel símbolo de la Nada. Arango agrega: "Un mundo en
crisis y desintegración produce una belleza de tránsito, provisional en lo
absoluto y correspondiente a la turbación que le inspira". (Ibid., p. 2).
De ahí que la poesia nadaista no sea un ejemplo de perfección artís-
>5 Arle y rebeliói [RLeprtjtak a Gonzaló Arrngol :(Buenos Aires, 69q5),s. p.
236 REVISTA IBEROAMERICANA

tica y que su anhelo no sea el alcanzar la armonía del clásico porque


ésta no existe en el mundo actual.
He aqui su definición de poesía: "La poesia no es distinta de la
vida, pues es creación, testimonio del mundo y al mismo tiempo tras-
cendencia". (p. 2).
Subrayamos tre: palabras: creación, testimonio y t-ascendencia.
Creación porque en ese caos de la realidad el poeta es "un buscador
de imágenes para crear un mundo unificado". (p. 3). Su misión es la de
reclasificar el mundo y las cosas; la de retornar a éstas su inocencia y
valor iniciales; la de infundirles la vida que han perdido en envenenada
atmósfera. Testimonio porque la obra del poeta ha de ser una especie
de cardiograma de la época en que vive y a este respecto leemos:

No se le reprocha a Cristo, a Esquilo, a Dante, a Goethe, la fastuosa


inspiración de sus respectivos universos poéticos. Ellos reseñaron
con fidelidad irrecusable una rebelión metafísica, el tránsito del
hombre por esta tierra hacia su propio cielo de salvación. (p. 3).

Más que evasión o evocación nostálgica encontramos una intensidad


vital en esta poesia; ha una aceptación o un rechazo -la actitud no
importa- siempre sincero de la realidad; el poeta es un testigo ocular y
un sujeto paciente de la vida civilizada y su poesía es la respuesta a
esa vida.
Trascendencia porque si la re-puesta del poeta es fiel, sincera, humana,
entonces sus palabras no caerán en el vacío y reflejarán luz al alma de los
lectores, sin necesidad de retóricas gastadas, ni de aspavientos melodramá-
ticos sino en un diálogo directo que comunique ese halo de vitalidad que
emerge del poeta.
Dentro de esta poética no vemos un rechazo a los avances científicos,
por el contrario, el poeta nadaista trata de mantenerse a la altura de dichos
avances:

La fantasía y el mito no son ya fantasmas de la imaginación, sino


certidumbres maravillosas de los sentidos (...] Gagarín, el Prome-
teo moderno, ha robado de nuevo el secreto a los dioses insumisos,
y la luz a los 'cielos arcanos ... Y el poeta, fundiría en su canto
la sombra y la luz de estas bodas entre la ciencia del cosmos y la
poesia cósmica. (p. 4).

Son, pues, poetas del momento presente; su poesía sedrá entonces una
palpitación intensa y vital que busca experimentarlo todo, anegarlo todo,
ESTUDIOS 237

absorberlo todo sin caer en la ebriedad eufórica del modernista, ni en la


desesperación nostálgica del romántico. Su concepto de la belleza reside
en lo dinámico de ésta; en su capacidad de renovarse y de manifestarse, en
la que reside su energía creadora:

La belleza no es eterna sino en la medida en que muere para vivir-


se eclipsa en la palabra y resucita del silencio, del que retoma su
energía creadora. (p. 5).

El poeta pasa a ser otro Cristo, sobre cuyos hombros lleva el destino
de todos los hombres y cuya misión es "lograr la alianza entre el Ser y la
Nada, y triunfar en la Unidad. Y la función de la auténtica poesía no es
otra que convocar los seres a la existencia". (p. 6).
Finalmente, observemos la posición del poeta nadaista ante el lengua-
je; aquél cree en la palabra desnuda, directa, sin oropeles literarios; nada
de juegos hiperbólicos o de metáforas estrambóticas. No; para el nadaista,

El prestigio de la palabra nunca está cancelado. Resucita de las


tumbas y de sus viajes por las tinieblas, y regresa a la luz del sol,
fiel a su misión de comunicar lo incomunicable y dar sentido a lo
inexplicable. Ella da testimonio de lo que hay bajo el cielo y detrás
de la muerte. Vive con los hombres y después de ellos. (p. 6).

Lo anterior es a grandes rasgos la doctrina nadaista merced a la cual


se ha dado una poesía que nos deja perplejos por su procacidad, su
desdén por lo convencional, su frescura y su entereza. Los nadaístas escri-
ben sobre lo que se les venga en gana sin preocuparse por ética, estética
o moral alguna. Bástenos mencionar algunos de los títulos de sus poemas:
"Tu ombligo, capital del mundo", "Carretera Panamericana", "La policía
de Manizales", "J. Mario despide energía radiante a su amada", "Canción
de un insecto", "Flor de idiotismo", "Poema 60-42", "El telegrama Ae
cuero", "Jairo contra mi ingle", "Visita de la ballena a X- 5o4 ", "Vamos
a comer libélulas amargas", "Los dioses podridos", etcétera.

7. CONCLUSIONES.

Después de un análisis espectral del Nadaismo poco, muy poco, que-


lo
daría en su favor, en que se refiere a su aportación artistica. La misma
crítica de los jóvenes intelectuales colombianos los rechazan. Leamos una
de las más recientes:
2.3Q REVISTA IBEROAMERICANA

El Nadaismo es la otra cara del tradicionalismo burgués, una farsa


alimentada por las clases dominantes, por sus periódicos y sus salo-
nes; es una actitud de falsa rebeldía, que por desgracia ha confun-
dido a mucha juventud con inclinaciones avanzadas. 6

Nuestro punto de vista no es tan negativo; creemos que el Nadaismo


ha permitido y ha sido el promotor de un resurgimiento en las letras
colombianas. Dejemos a un lado sus escándalos y su actitud irreverente
ante lo tradicional, ya que ésta ha sido el arma obligatoria de los movi-
mientos revolucionarios; es cierto que del grupo nadaista es poca la
producción literaria que tenga un valor artistico, pero a todos ellos les
corresponde el valor de haber desenfrenado la tormenta cuyos rayos
despertaron a los jóvenes intelectuales del adormecimiento cotidiano. Ellos
han promovido encuestas, han organizado discusiones y han luchado
hombro a hombro con la crtica comprometida que ha impedido la
divulgación y el triunfo de nuevas figuras literarias. Ellos han sido los
más valientes y heroicos defensores de la literatura de vanguardia. Por
última vez escuchamos al jefe de este grupo, refiriéndose a los valores
consagrados e inamovibles de las letras colombianas actuales:

Porque mientras ustedes duermen sobre los laureles nosotros vela-


mos; porque mientras ustedes se anquilosan y vuelven sus miradas
a la colonia con un romanticismo nostálgico y cobarde, nosotros
sabemos que todas las desgracias de la patria, de la política, de la
cultura, radican en el escandaloso divorcio de vuestro pensamiento
caduco, conformista y contemplativo, de un lado, y esta arrolladora
rcalidad nueva que desborda los estrechos y antiguos moldes en que
se tiene confinada la historia colombiana. 7

Es esta actitud combativa la que en nuestro concepto constituye el


valor intrínseco del Nadaismo. Ellos participan en cuanto concurso lite-
rario se presenta; leen cuanto libro cae en sus manos, y en especial, man-
tienen vivo ese anhelo de superación y de perfeccionamiento, que son
siímbdlos seguros de una obra en realización, de la que ya se han dado
variados frutos de óptima calidad que han sido galardonados con pri-
meros premios.

: Francisco Posada, "Ideas sobre el arte nacional y el arte realista", Letras


nacionales (B3ogotá, 1965), N° O, p. 25.
7 Gonzalo Arango, "Cómo ser jurado en tres lecciones", "Lecturas domini-
cales", El Tiempo, Bogotá (junio 6 de 1965), p. 3.
EsTrUDIOs 239

APENDICE

TEXTOS COMPLEMENTARIOS PARA LA ESTÉTICA DEL NADAISMO.

Carta a J. Mario. (.... Un vacío terrible, no tengo deseos siquiera de


morir. Imposible ir a Cali por ahora. Además, las ciudades son iguales,
apestan. Yo sugiero para mi gravedad el mar. Sí, es lo último (...)
Mirar alejarse las gaviotas y un poco de ron en la ventana recibiendo el
sonido de barcos pesqueros que regresan? Sí, quiero mar para nosotros,
dioses podridos de ciudad. Estoy reventando esta tarde.

DARIO LEMOS

El Crisol, 28 de octubre
de 1962, p. zo

El nadaysmo es, y basta.


Dije al empezar que el Nadaismo no propone soluciones, sino dudas,
pues la Duda es un principio creador. Dar soluciones abstractas que no
resuelvan problemas concretos, es puro idealismo, utopías platónicas en las
que no estamos dispuestos a invertir un minuto de nuestra vida física, ni
de nuestra santa y perecedora energía espiritual.
Pues bien: no se hagan ilusiones, pierdan la fe en el Nadaismo. No
tenemos soluciones adecuadas para nada (. . .) Nadie sabe qué es el
Nadaísmo, ni yo tampoco. Si alguien sospechara lo que es, ya nos habrían
metido a la cárcel, o al manicomio. Nos conviene entonces que sea algo
misterioso y que se sepa poco de él.
Sospecho en todo caso, que el Nadaismo es lo Desconocido. Además,
el Nadaismo no se explica por una lógica deductiva, sino que se vive, es
una vivencia de la razón contra la Razón Pura.
Si trato de esbozar un esquema que defina nuestra conspiración, no
será a nombre de un método, sino de un desorden, porque el Nadaismo
no es una filosofía sistemática, sino una pasión existencial, un furor, una
rebelión .. .. .
En esencia reclamamos una lealtad a nuestro tiempo, y para nosotros
mismos. En esta exigencia radica nuestra rebelión y nuestra locura (...)
La literatura por el hecho de ser trascendencia es compromiso con
el hombre, con la vida y con el mundo. Nosotros nos oponemos a com-
prometerla can una fracción del mundo, con una orilla del ser, con ut
240 R EVISTA IBEROAMERICANA

sector de la condición humana y social. No queremos hipotecarla a un


compromiso parcial, servicial, mezquino, ni embanderarla, porque no
queremos que la literatura sirva intereses inferiores a sus grandes posi-
bilidades de comprometerse con todo, y antes que nada, con ella misma.
Porque el primer compromiso de la literatura es con la literatura. El arte
que sirve a la vida y a la belleza es el arte auténtico. El arte que sirve a
intereses particulares es un arte enajenado.

GONZALO ARANGO

Suplemento literario de El Crisol,


Noviembre 11, 1962, pp. 9 y 16

El artista violento.
(Palabras inaugurales en la exposición de pintura de Yesid Mon-
taña). Soy un nadaista, soy un mago, soy un profeta de la nueva oscuridad.
Seamos sinceros. ¿Cuál es la función primordial del artista? Es ésta:
violar la figura, violar el lenguaje, violar la materia, violar lo que no
veamos ni oímos, violarlo todo para gestar un mundo diferente, donde
haya claridad, donde é1 amor sea mejor repartido, donde no falte nada
ni en la mesa ni en la cama (...) El artista tiene que ser violento, de
otra manera pasará a la historia como un mequetrefe.

EL MONJE LOCO

El Expreso, Cali, junio 27, 1964, p. 9

Descomposición de la poesia.
En el principio la poesia nadaista era informe y vacía. A pesar de
esto, sobre ella gravitaba el espíiritu de una legitima rebelión [... Lo
primero que hicimos fue lanzar a la basura el mechón de cabellos de la
mujer amada, borrar de nosotros la exaltación heroica, las tentaciones
anecdóticas o polémicas, el ritmo, rima, tema, forma y objetivo. Enla-
zábamos y cruzábamos palabras con sentido de crucigrama. Para nosotros
escribir poesia era sentarnos a urdir botones sin objetivo definido, como
maniáticos en una guerra nuclear. No nos comprometimos con nada; por
el contrario, nos divorciamos de todo (...) Eramos unos temibles bichos
ambulantes que ibamos de azotea en azotea vomitando todo el cansancio
EsTUDIOS 241

de nuestra espasmódica maravillosa (...) Le temíamos a la palabra


lucha como a una ducha de agua bendita helada (...) Pero algunos de
nosotros, de pronto, resolvieron que en nuestra poesía el sentido de la
lucha podia asumir la forma de la protesta. Pero no protesta contra
un sistema determinado, sino contra todo aquello que coartara, que
calumniara nuestra pasión humana por la vida. Hasta los más radicales
decidimos, entonces, escribir una literatura beligerante en nuestros ratos
de ocio, en aquellos que nos dejaba nuestra diaria consagración a los bajos
instintos y el arte irrazonable.

J. MARIO

El Expreso, Cali, abril 4, 1964, P. 9

Yo' soy X- 5 04 .
La X es también para preguntar quién soy. Es una interrogación (...)
Soy el nombre falso de la verdad.
X-504, número de presidiario (...) No me parece malo llamarme X,
pues Cristo se llamaba Cruz, y una Cruz es una X andando en una sola
pata (...)
X-504 es neutro. Por su solo enunciado no se sabe su género, si es
un borracho o un bombardero y recuerda "la dicha de no tener un
nombre" que deca Virginia Woolf. Pero X- 5 04 es un poeta. Lo que es
un hombre lo han dicho muchos. Lo que es un poeta nadie lo sabe. ¿Y
para qué sirve un poeta? Sirve para hacer el amor. (...)
X-504 existe para que Jaime Jaramillo Escobar pueda vivir libremen-
te, sin el peso de la literatura y de la admiración.

x-504

El Expreso, Cali, ibid, p. 9.


242 REVISTA IBEROAMERICANA

ANTOLOGIA

Los NADAÍSTAS.

Los nadaistas invadieron la ciudad como una peste:


de los bares saxofónicos al silencio de los libros
de los estadios olímpicos a los profilácticos
de las soledades al ruido dorado de las muchedumbres
de sur a norte
al encenderse de rosa el día
hasta el advenimiento de los neones
y más tarde la consumación de los carbones nocturnos
hasta la bilis del alba.

Va solo hacia ninguna parte


porque no hay sitio para él en el mundo
no está triste por eso
le gusta vivir porque es tonto estar muerto
o no haber nacido.

Es un nadaista porque no puede ser otra cosa


está marcado por el dolor de esta pregunta
que sale de su boca como un vómito tibio
de color malva y emocionante pureza:
"¿Por qué hay cosas y no más bien Nada ?"
Este signo de interrogación lo distingue
de otras verdades y de otros seres.

El es él como una ola es una ola


11eva encima su color que 1 define como revolucionario
como es propia la liquidez del agua
del hombre ser mortal
del viento ser errante
del gusano arrastrarse a su agujero
de la noche ser oscura como un pensamiento
sin porvenir.

Ha teñido su camisa de revolución


en los resplandores de los incendios
ESTUDIOS 243

en el asesinato de la belleza
en el suicidio eléctrico del pensamiento
en las violaciones de las virgenes.
o simplemente en el barrio pobre de los tintoreros.

Lleva su Camisa Roja como un honor


como un cielo 1leva su estrella
como un semáforo produce su luz intermitente
de catástrofe
como una envoltura de "pall-mall"
perfumando su pecho de adolescente.

El Nadaista es joven y resplandece de soledad


es un eclipse bajo los neones pálidos
y los alambres del telégrafo
es, en el estruendo de la ciudad
y entre sus rascacielos
el asombro de una flor teñida de púrpura
en los desechos de la locura.

Tiene el peligro de los labios rojos y los polvorines


mira los objetos con ojos tristes de aniversario
es él terror de los retóricos
y los fabricantes de moral
es sensitivo como un gonococo esquizofrénico
inteligente como un tratado de magia negra
ruidoso como una carambola a las dos de la mañana
amotinado como un olor de alcantarilla
frívolo como un cumpleaños
es un monje sibarita que camina sin temblor
a su condenación eterna
sobre zapatos de gamuza.

Sufre el vértigo de los sacudimientos


electrónicos del jazz
y las velocidades contra-reloj
corazon de rayo de voltio que estalla
en el parabrisas de un Wolkswagen
deseando la mujer de tu prójimo.
244 REVISTA IBEROAMERICANA

Se aburre mortalmente pero existe.

No se suicida porque ama furiosamente fornicar


jugar billar-pool en las noches interminables
brindar ron en honor a su existencia
estirarse en los prados bajo las lunas metálicas

no pensar
no cansarse
no morirse ide
felicidad
ni de aburrimiento.

Es espléndido como una estrella muerta


que gira con radar en los vagos cielos vacíos
No es nada pero es un Nadaista
Y está salvado!

GONZALO ARANGO.

EL ARCO DE LA OREJA

lo que pasa es que llueve


no hay razón de estar triste ni de nada
tiene usted la palabra
está usted vivo

lo que pasa es que llueve


y que no llueve

-hay fragancia de trueno en su palabra


-hay ritmo de tragedia en su mirada
-hay amaneramiento
-hay armonía
-pide usted más?

(1o que pasa es que llueve


todavía)

-pero viéndolo bien está usted joven


-tiene anhelos-dinero
ýsT U DxOs 24S

-tiene novia
-usted piensa que todo está salvado

... y;está salvado

(lo que pasa es que llueve


y muere
y hiede)

J. MARIO.

DINAMIA DE LA COMUNIÓN

Todo el mes llovido, precipitaciones


celestes, frágil;es arcángeles de agua
durante toda la noche cayendo como heridos
de una batalla astral. El temb'lor
entre las sábanas, nuestro pasado bajo
la calidad de conversaciones. Saliste
durante la mañana y, al regreso
con la cara toda como si te mirase
tras un vidrio, trizas de luz en la mejilla,
cabello al viento sudoroso.

AMILKAR U.

LA ROSA NEGRA

Al fin,
me hastié de sueños azules y desperté.
Desperté y salí.
Salí.

Los carpinteros me vieron


y golpearon el lomo de una mesa.
Un hombrecillo jorobado
de barba
246 REVISTA IBEROAMERICANA

y de mirada de gato o de mecánico


murió.

Un tango se cuela trabajosamente


por las rejas de las ventanas de las casas.
Los yanquis dijeron que eran superiores.
La rosa negra
que se aferró a mi ropa
tiene mil recuerdos como Salomé.
EDUARDO ESCOBAR.

Los GALLOS DEL GENERAL

Durante la guerra murieron


los gallos de coloresi de los generales
(y también 5.000 hombres).

Los gallos eran la alegria/de los ejércitos

Cuando la cresta les sangraba


y las pechugas desnudas,
no había quien dejara de sufrir.

Los gallos dormían


sobre los fusiles almacenados
y cantaban cuando empezaban los días
y de noche, engañados,
cuando se filtraba por las carpas

La luz del fuego de la guerra.

Cantaban también
en la pequeña pelea de ellos.8
GUILLERMO TRUJILLO.

PABL GONZALEZ RODAS


We.st Virginia University
8 13 poetas nadaístas. (Medellín, 1963. Editor: Gonzalo Salazar). Al corregir
las pruebas de este trabajo, mi maestro Alfredo Roggiano me da a conocer el
número 18 de El corno emplumado (México, abril de 1966), en donde se publica
una selección de la poesía nadaista en Colombia (pp. 167-187).

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