Procesal Penal
Procesal Penal
Procesal Penal
CHICLAYO
FACULTAD DE DERECHO
INTEGRANTES:
CABRERA RUBIO MELVA.
CHAFLOQUE ZAPATA KAROLL.
DELGADO GUEVARA ELVIS.
FLORES VENTURA ROSITA.
2019-I
ÍNDICE
1
2.5.3.5. EMPLEO ANTOJADIZO DEL DERECHO PENAL Y LA SOBRECRIMINALIZACIÓN....12
2.5.3.6. INEFICACIA DE LAS PENAS DE CORTA DURACIÓN...................................................12
2.5.3.7. EFECTOS CRIMINÓGENOS DE LA PENA.....................................................................13
2.5.3.8. FALTA DE UNA REPARACIÓN INTEGRAL A LA VÍCTIMA DEL DELITO.....................13
2.6. MODELOS O SISTEMAS DE REGULACIÓN DE LA OPORTUNIDAD...................................13
2.6.1. SISTEMAS DE OPORTUNIDAD LIBRE O ABIERTO......................................................13
2.6.2. SISTEMA DE OPORTUNIDAD REGLADO O RESTRINGIDO........................................14
2.7. CONCEPTO DEL INSTITUTO DE LA OPORTUNIDAD..........................................................14
2.7.1. EXCEPCIONALIDAD........................................................................................................14
2.7.2. FACULTATIVO..................................................................................................................14
2.7.3. NO ACUSAR O SOLICITAR EL SOBRESEIMIENTO......................................................15
2.7.4. SUPUESTOS DE PROCEDENCIA...................................................................................15
2.8. REQUISITOS PARA LA APLICACIÓN DE LOS CRITERIOS DE OPORTUNIDAD................15
2.8.1. PRESUPUESTOS PRIMARIOS.......................................................................................15
2.8.1.1. SUFICIENTES INDICIOS QUE ACREDITEN LA EXISTENCIA DEL DELITO................15
2.8.1.2. RELACIÓN DE IMPUTABILIDAD ENTRE EL HECHO PUNIBLE Y LA CONDUCTA DEL
INVESTIGADO..................................................................................................................................15
2.8.1.3. NO PRESCIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL....................................................................15
2.8.2. PRESUPUESTOS SECUNDARIOS.................................................................................16
2.8.2.1. CONSENTIMIENTO DEL IMPUTADO.............................................................................16
2.8.2.2. FALTA DE NECESIDAD DE PENA..................................................................................16
2.8.2.4. MÍNIMA CULPABILIDAD..................................................................................................17
2.8.2.5. SUPUESTOS OBLIGATORIOS........................................................................................17
2.8.2.6. EXCLUSIÓN DE FUNCIONARIOS PÚBLICOS...............................................................18
2.8.2.7. CUMPLIMIENTO DEL ACUERDO....................................................................................18
2.9. TRÁMITE DE LA OPORTUNIDAD SEGÚN EL CPP DE 2004................................................19
2.9.1. LA DILIGENCIA DE ACUERDO.......................................................................................19
2.9.1.1. INCONCURRENCIA DE LOS CITADOS..........................................................................19
2.9.1.2. CONCURRENCIA DE LOS CITADOS.............................................................................19
2.9.2. DILIGENCIA DE ACUERDO INNECESARIA...................................................................19
2.9.3. TRÁMITE ANTE EL JUEZ DE LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA..........................19
3. CAPÍTULO III: LOS MEDIOS TÉCNICOS DEFENSA DEL IMPUTADO.........................................20
3.1. EL DERECHO DE DEFENSA, PILAR DEL PROCESO PENAL ACUSATORIO.....................20
3.2. LOS MEDIOS TÉCNICOS DE DEFENSA................................................................................21
3.2.1. CUESTIONES PREVIAS. FALTA DE REQUISITOS DE PROCEDIBILIDAD..................22
2
3.2.1.1. CONCEPTO......................................................................................................................22
3.2.1.2. OPORTUNIDAD................................................................................................................23
3.2.1.3. TRÁMITE...........................................................................................................................23
3.2.1.3.1. CUANDO LA CUESTIÓN PREVIA SE DEDUCE DURANTE LA INVESTIGACIÓN
PREPARATORIA...............................................................................................................................23
3.2.1.3.2. CUANDO LA CUESTIÓN PREVIA SE DEDUCE DURANTE LA ETAPA INTERMEDIA
24
3.2.2. CUESTIONES PREJUDICIALES. NECESIDAD DE PRONUNCIAMIENTO
EXTRAPENAL...................................................................................................................................25
3.2.2.1. CONCEPTO......................................................................................................................25
3.2.2.2. OPORTUNIDAD................................................................................................................26
3.2.2.3. TRÁMITE...........................................................................................................................26
3.2.3. LAS EXCEPCIONES. FIN O REGULARIZACIÓN DEL TRÁMITE PROCESAL.............27
3.2.3.1. CONCEPTO......................................................................................................................27
3.2.3.2. CLASIFICACIÓN Y EXCEPCIONES EN EL CPP DE 2004.............................................29
3.2.3.2.1. LA EXCEPCIÓN DE NATURALEZA DE JUICIO..........................................................29
3.2.3.2.2. LA EXCEPCIÓN DE IMPROCEDENCIA DE ACCIÓN.................................................30
3.2.3.2.3. LA EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA........................................................................31
3.2.3.2.4. LA EXCEPCIÓN DE AMNISTÍA...................................................................................32
3.2.3.2.5. LA EXCEPCIÓN DE PRESCRIPCIÓN.........................................................................34
3.2.3.3. OPORTUNIDAD................................................................................................................35
3.2.3.4. TRÁMITE...........................................................................................................................35
3.2.3.4.1. CUANDO LA EXCEPCIÓN SE DEDUCE DURANTE LA INVESTIGACIÓN
PREPARATORIA...............................................................................................................................35
3.2.3.4.2. CUANDO LA EXCEPCIÓN SE DEDUCE DURANTE LA ETAPA INTERMEDIA........36
3
1) CAPÍTULO I: EL PROCESO COMÚN
1.1. EL NUEVO PROCEDIMIENTO PENAL: EL DENOMINADO “PROCESO COMÚN”
El CPP de 2004 establece un trámite común para todos los delitos contenidos en el Código
Penal, dejando atrás el procedimiento ordinario (mixto) y el inconstitucional procedimiento
sumario (inquisitivo), caracterizado por ser eminentemente escrito, reservado y sin juicio oral.
Dicho “proceso común” cuenta con tres etapas: 1) la investigación preparatoria; 2) la etapa
intermedia; y, 3) la etapa de juzgamiento o juicio oral.
1.2. ROLES DE LOS SUJETOS PROCESALES
a. PODER JUDICIAL
Con la separación de funciones de investigación y de juzgamiento, el juez asume el rol
de juzgador imparcial, dejando la investigación en manos del Ministerio Público y la
Policía Nacional. Siendo su principal función, bajo este nuevo sistema, la de emitir
resoluciones; es decir, dictar decisiones a partir de la información proporcionada por
las partes en las audiencias orales, proceso que rescata a la audiencia como el nuevo
centro de trabajo y decisión de carácter jurisdiccional.
b. MINISTERIO PÚBLICO
El fiscal es el titular del ejercicio de la acción penal pública y a quien se encomienda
también la carga de la prueba; quién mejor que él como el indicado para plantear la
estrategia de investigación y desarrollarla conjuntamente con la policía, formulando sus
hipótesis y conclusiones al conocimiento de una noticia criminal. El rol fundamental del
Ministerio Público es la dirección de la investigación del delito, liderará en tal sentido el
trabajo en equipo con sus fiscales adjuntos y la policía, diseñando las estrategias a ser
aplicadas para la formación del caso y, cuando así corresponda, someterlo a la
autoridad jurisdiccional. Esta nueva actitud evita la repetición de las diligencias ya
instauradas en el proceso.
c. LA DEFENSA
El NCPP establece dentro del título preliminar de este, el derecho irrestricto a la
defensa desde los primeros recaudos, esto es, desde que es citado o detenido por
autoridad competente. En tal sentido, se bifurcan dos niveles de él: el primero hace
referencia al derecho de defensa personal, por el cual se le concede a todo investigado
la posibilidad de declarar en cualquier estadio del proceso, incluso a guardar silencio;
el segundo hace mención a la exigencia constitucional de contar con un abogado
defensor, ya sea uno de su elección o asignado por el Estado cuando no pudiere
costear uno particular. Por otro lado, se establece una igualdad de armas formales, en
el sentido que toda persona que ingresa a un proceso penal le asiste la presunción de
inocencia, no teniendo que probar nada, siendo el ente persecutor quien tiene la carga
de su responsabilidad.
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d. LA POLICÍA NACIONAL
El nuevo rol de la Policía Nacional, conforme a la normativa del NCPP, es la de
coadyuvar a la investigación del delito, de la cual el Ministerio Público es el
responsable. En tal sentido, su función de investigación, conforme lo señala el artículo
67, determina que el mismo puede realizar las diligencias que tengan el carácter de
urgente y, sobre todo, imprescindibles e irreproducibles en el tiempo. Siendo así,
individualiza a los autores, toma conocimiento de las denuncias, reúne y asegura los
elementos de prueba en dicha urgencia; en todos los otros casos, cuando no se
requiera de una investigación que revista el carácter de urgencia o irreproducibilidad,
actuará bajo la dirección del fiscal, quien elaborando su teoría del caso con miras a un
posible proceso penal”.
Además de lo expuesto, debemos de considerar que los roles dependen de la fase o
etapa procesal en la que los sujetos procesales se encuentran. Con base en ello, a
continuación, presentamos un cuadro para apreciar didácticamente no solo las
funciones del fiscal, sino también los roles del defensor y del juez, en las etapas del
proceso común.
Luego, tenemos el sistema auto compositivo, por el cual ante el conflicto derivado del delito, las
personas directamente involucradas (agresor y agraviado) llegan a un acuerdo, a través del
diálogo.
Actualmente, los ordenamientos legales han proscrito la autotutela como forma de solución de
conflictos penales, no obstante, el Código Penal mantiene la figura de la defensa legítima como
causa de extinción o atenuación de la responsabilidad penal. Como mecanismos
autocompositivos tenemos a la negociación, la mediación y la conciliación, pero en materia
penal, existen delitos que por su trascendente afectación al interés social no pueden ser
materia de negociación y tienen que ser obligatoriamente conocidos y resueltos por el órgano
jurisdiccional El proceso judicial y el arbitraje son dos formas de resolución de conflictos en los
que un tercero (juez o árbitro) decide el caso y dicha decisión –agotada la instancia– debe ser
cumplida por imperio de la ley.
Para decidir sobre la existencia del delito y la responsabilidad penal o inocencia de una
persona tenemos que recurrir al proceso penal, al arbitraje solo podremos recurrir en caso se
pretenda negociar el monto de la reparación civil que no haya sido fijada por el juzgador de
forma definitiva.
Hoy, tenemos pues, que el Estado ejerce el monopolio de la jurisdicción en materia penal, a
través de su órgano especializado, Poder Judicial. Es el Estado, representado en los jueces
5
penales –en sus diversas instancias– quien resuelve los conflictos derivados del delito,
valiéndose de un mecanismo denominado proceso penal.
La ley ha previsto la forma en que se insta la actividad del órgano jurisdiccional para resolver
conflictos penales, pero para comprender ello, debemos de señalar –conforme lo establece la
Constitución– que la potestad de derecho de acción. Es decir que, no existía acción si
previamente no existía un derecho que reclamar. Pero en materia penal, dada la gravedad de
los bienes jurídicos afectados o puestos en peligro y su implicancia para la sociedad, así como
la afectación de derechos que implican las medidas coercitivas y la sanción penal, resulta
indispensable que la acción penal sea ejercida por un órgano autónomo, que se encargue de la
investigación y cumpla el rol de parte acusadora durante el proceso.
La acción penal es pública, por cuanto es el Estado quien administra justicia mediante el
proceso penal. Dicha labor abarca desde la persecución del delito hasta la ejecución de la
sanción penal y la ejerce a través de dos órganos independientes y autónomos: Ministerio
Público (investigación y acusación) y Poder Judicial (juzgamiento). Por eso es que Maier
señala que la acción penal es una obra enteramente estatal. La acción penal es de carácter
público porque está dirigida al Estado, en vista que es atribución de este restablecer la paz
social perturbada por la comisión de un delito. El Ministerio Público dirige la acción penal
(acusación) al juez para que dé lugar al juicio oral. Consecuentemente, la acción penal provoca
el ejercicio de la jurisdicción.
En suma, siguiendo al profesor Oré Guardia, la acción penal es, al mismo tiempo, un derecho
subjetivo y un derecho potestativo ejercido por su titular. Como derecho subjetivo, la acción
estaría encaminada a hacer funcionar la maquinaria del Estado en búsqueda de tutela
jurisdiccional efectiva y como derecho potestativo, la acción estaría dirigida a someter al
imputado a los fines del proceso, esto es, a que el juzgador determine su responsabilidad o
inocencia.
En el nuevo proceso penal la acción penal pública es ejercitada por el fiscal penal al momento
de formular su acusación ante el juez de la investigación preparatoria, ya que en ella identifica
al acusado, precisa los hechos imputados, la tipología penal, el monto de la pena y de la
reparación civil, con lo que se evidencia su específica voluntad persecutoria.
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2.3. CARACTERÍSTICAS DE LA ACCIÓN PENAL
2.3.1. OFICIALIDAD
La acción penal pública tiene carácter oficial porque la ley autoriza su ejercicio al
Ministerio Público, órgano constitucionalmente autónomo encargado de la dirección de
la investigación y de actuar en juicio como parte acusadora.
2.3.2. PÚBLICA
La acción penal es ejercida por un ente público autónomo, cuyos representantes la
dirigen al órgano jurisdiccional (Poder Judicial). Dicho ejercicio tiene importancia social,
puesto que, al incentivar la jurisdicción, la acción penal está orientada a restablecer el
orden social perturbado por la comisión de un delito.
2.3.3. INDIVISIBLE
La acción penal es única y tiene una sola pretensión: conseguir una sanción penal
para el autor o partícipes del delito. No existen distintas acciones que correspondan a
cada agente, sino una acción indivisible.
2.3.4. OBLIGATORIA
El Ministerio Público está obligado a ejercitar la acción penal pública cuando tome
conocimiento de un hecho con características de delito e identifique a su autor. Está
facultado para abstenerse de ejercitar la acción penal pública en los casos
establecidos por la ley, a fin de lograr una pronta solución al conflicto penal, para lo
cual se establecen mecanismos alternativos.
2.3.5. IRREVOCABLE
Interpuesta la acusación, el fiscal no puede archivar directamente el caso. En caso que
la retire, será el juez de la investigación preparatoria quien decidirá si da lugar o no al
sobreseimiento.
2.3.6. INDISPONIBLE
La acción penal debe ser ejercida por quien la ley determina expresamente. En los
delitos perseguibles mediante acción penal pública es el Ministerio Público quien la
ejerce, en tanto que, en los delitos de acción penal privada es el agraviado o su
representante legal. El derecho de acción es indelegable e intransferible. El fiscal está
obligado a ejercitar la acción penal pública, a diferencia de acción penal privada, cuyo
ejercicio queda sometido a la voluntad del agraviado por el delito.
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dicho nos permite abordar con fundamento lo expuesto en el artículo 1 del CPP de
2004 en cuanto señala que:
Lo que comentaremos en las líneas siguientes serán dos aspectos necesarios para
entender los criterios de oportunidad en su total dimensión. En primer lugar, los
alcances del principio de legalidad procesal y el carácter excepcional de los principios
de disponibilidad y discrecionalidad de la acción penal y, en segundo lugar, los
fundamentos político criminales para la adopción de los criterios de oportunidad en
nuestro país.
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Hemos señalado que la acción penal es pública porque su titular (Ministerio Público) la
dirige hacia el órgano jurisdiccional (Poder Judicial), a fin de que este aplique la ley
penal. El principio de legalidad procesal importa la obligación legal que tiene el
mencionado órgano constitucional para intervenir ante todo hecho con características
delictivas y en el que se haya individualizado al autor, ejercitando la acción penal ante
el juez.
Al respecto, coincidimos con Del Río cuando afirma que “[e]l fiscal no se encuentra
obligado, por la naturaleza del principio de legalidad procesal, a ejercitar la acción
penal en todas las denuncias presentadas por la víctimas o terceros, sino solo en
aquellas donde se presenten indicios fácticos de su comisión.
Lo que los criterios de oportunidad permiten es que, incluso, si el fiscal cuenta con los
elementos de convicción respecto a la existencia del delito y de la responsabilidad del
investigado, puede abstenerse de ejercitar la acción penal, bajo determinados
supuestos y requisitos de procedencia. Esta facultad no atenta o vulnera el principio de
legalidad procesal y, en específico, el principio de obligatoriedad estricto, sino que
apenas mitiga sus efectos en el ejercicio de la acción penal. Por ello, consideramos
que los criterios de oportunidad resultan ser la excepción al principio de legalidad
procesal.
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oportunidad importan lo contrario, es decir, facultan al fiscal a elegir entre los casos
que lleva a juicio y los que no, atendiendo a un acuerdo entre las partes.
Todo estudio serio acerca de los criterios de oportunidad debe de exponer los
fundamentos y factores que propician su inclusión en determinado ordenamiento
jurídico. Por esa razón, tenemos que diseñar un esquema que nos permita apreciar de
forma coherente las premisas que permiten llegar a la necesidad de su incorporación.
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El sistema penal en nuestro país ha venido –desde hace mucho tiempo atrás–
atravesando por una serie de seudoreformas que apenas han alcanzado a
modificar nombres de autoridades y denominación de oficinas, los códigos
sustantivos y adjetivos han sufrido modificaciones ineficaces, se han dictado leyes
y políticas incoherentes y contradictorias que finalmente fueron descartadas, la
lucha contra la corrupción se dirigió hacia algunas personas y en un periodo, no se
ha asignado un presupuesto razonable para alcanzar los fines del sistema penal,
la situación en los establecimientos penitenciaros es caótica, etc.
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2.5.3.4. COSTOS PARA LOS LITIGANTES Y PARA EL ESTADO.
La lentitud y la dilación indebida ocasiona un gasto para el Estado, ya que ante un
proceso extenso, se pagan más horas hombre, se desembolsa gastos por
recursos logísticos, servicios, etc. Desde el punto de vista del servicio público, la
lentitud de la tramitación del proceso y la retardada emisión de la sentencia
(condenatoria o absolutoria) perjudica tanto al Estado (como ente administrador)
como a la sociedad (administrados).
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2.5.3.7. EFECTOS CRIMINÓGENOS DE LA PENA.
Como lo hemos manifestado, la permanencia en un establecimiento penitenciario
no garantiza la resocialización del condenado, por el contrario, en la mayoría de
los casos, reinciden en actos criminales. Esta realidad, afecta a aquellos que no
vuelven a cometerlos y buscan un real cambio de vida, y que son la minoría. Ante
ello, la pena tiene un efecto estigmatizador en la persona, ya que al conocerse su
pasado será aislado por la misma sociedad, generando nuevamente el círculo
vicioso.
El CPP de 2004 busca lograr una reparación integral a la víctima, procurando que
no solo se sancione al agente del delito, sino que este pueda resarcir debidamente
el daño causado al agraviado, brindándole una reparación civil justa y oportuna.
Los criterios de oportunidad garantizan dicha reparación sin la necesidad de que
sea impuesta mediante una sentencia. Bastará el acuerdo de los involucrados y su
cumplimiento para el archivo del caso.
Desde que comenzamos el desarrollo del acápite concerniente a los criterios de oportunidad,
señalamos que estos implicaban una facultad propia del titular de la acción penal, para
abstenerse de ejercitarla, bajo determinados supuestos.
Para fines didácticos, tales supuestos pueden ser primarios y secundarios. Los primarios están
referidos a los elementos del delito y la responsabilidad del investigado en su comisión. En
tanto que, los segundos, tienen que ver con la falta de necesidad o de merecimiento de pena.
Los supuestos primarios para la procedencia del trámite de la oportunidad implican que el
fiscal debe de contar con los elementos de convicción suficientes que acrediten la existencia
del hecho punible (cuándo, dónde y cómo se realizó) y vinculen la conducta del imputado con
su comisión, así como verificar que la acción penal respecto al delito no haya prescrito.
Los supuestos secundarios tienen que ver con la adecuación del hecho investigado a los
supuestos de falta de necesidad de pena y falta de merecimiento de pena, mínima culpabilidad,
calidad del agente y, por supuesto, contar con el consentimiento del imputado.
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países anglosajones como por ejemplo Estados Unidos. La característica fundamental
de este sistema es que el Fiscal ejerce la acusación luego de negociar con el acusado
o su representante legal sin sujetarse a ninguna regla preexistente. Mediante este
sistema, el juez penal se sustrae al conocimiento de los hechos y su papel se limita a
decidir sobre los términos de una negociación libre q no ha controlado.
Roxin la define como “la contraposición teórica del principio de legalidad, mediante la que se
autoriza al fiscal a optar entre elevar la acción o abstenerse de hacerlo –archivando el
proceso– cuando las investigaciones llevadas a cabo conduzcan a la conclusión de que el
acusado, con gran probabilidad, ha cometido un delito”.
En suma, los criterios de oportunidad constituyen –de modo excepcional– una facultad del
Ministerio Público, quien –como titular de la acción penal pública– podrá abstenerse de acusar,
o en su caso, podrá solicitar el sobreseimiento de la causa ante el órgano jurisdiccional,
atendiendo a la aceptación del imputado y a otros supuestos de procedencia.
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2.7.3. NO ACUSAR O SOLICITAR EL SOBRESEIMIENTO
En primer término, la abstención del ejercicio de la acción penal implica que, a pesar
de contar con los elementos de convicción suficientes para llevar el caso a juicio oral,
el fiscal opta por dar inicio a la negociación y concluir el caso con el cumplimiento del
acuerdo. En segundo término, la solicitud de sobreseimiento la dirige al juez de la
investigación preparatoria cuando ya ejerció la acción penal.
2.7.4. SUPUESTOS DE PROCEDENCIA
El sistema de oportunidad determina la existencia de presupuestos de procedencia. En
un sistema libre, la ley no regula tales supuestos, pero en un sistema reglado, como el
peruano, la ley determina las condiciones que se necesitan para aplicar los criterios de
oportunidad. De tal modo que, en primer lugar, el fiscal necesita tomar certeza de la
existencia del delito, la responsabilidad del imputado y la no prescripción de la acción;
luego, deberá de contar con el consentimiento del imputado para la aplicación de la
oportunidad y verificar que el hecho encaje en alguno de los supuestos legales (pena
natural, delito no grave, mínima culpabilidad, atenuantes de responsabilidad, calidad
del agente, delitos culposos, gravedad de la pena, reparación del daño, etc.)
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2.8.2. PRESUPUESTOS SECUNDARIOS
2.8.2.1. CONSENTIMIENTO DEL IMPUTADO
El numeral 1 del artículo 2 del CPP 2004 señala que “[e]l Ministerio Público, de
oficio o a pedido del imputado y con su consentimiento, podrá abstenerse de
ejercitar la acción penal en cualquiera de los siguientes casos (…)”.
Una vez que el fiscal cuenta con los dos presupuestos primarios (suficientes
elementos de convicción respecto a la existencia del delito y de la responsabilidad
penal del imputado en su comisión) deberá de consultarle al investigado si desea
ser sometido al trámite de la oportunidad, informándole sobre sus alcances,
beneficios y consecuencias. Dicha consulta al imputado implica también la
consulta respecto a su responsabilidad en los hechos investigados, a fin de que
este pueda ejercer plenamente su derecho de defensa.
De este modo, el imputado tendrá que expresar si reconoce o no su
responsabilidad penal y, de ser así, mostrar su predisposición para tratar de llegar
a un acuerdo con la víctima del delito, a fin de repararlo por el daño causado.
Este requisito es fundamental, pues sin él no pueden continuarse con los demás
actos del trámite de los criterios de oportunidad y se afectaría el debido proceso.
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La condición en este supuesto es que el extremo mínimo de la pena no sea
superior a dos años de pena privativa de libertad y que no hubiera sido cometido
por un funcionario público en ejercicio de su cargo.
Conforme al numeral 2 del artículo tratado, en este supuesto será necesario que el
agente hubiere reparado los daños y perjuicios ocasionados o exista acuerdo con
el agraviado en ese sentido.
Conforme al numeral 2 del artículo tratado, en este supuesto será necesario que el
agente hubiere reparado los daños y perjuicios ocasionados o exista acuerdo con
el agraviado en ese sentido.
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de aplicar el principio de oportunidad, dejando de ser facultativo. Pero, de otro
lado, razones de política criminal explican la existencia de este inciso, ya que ante
la renuencia de algunos despachos fiscales para aplicar el trámite de la
oportunidad a tales casos, el legislador ha tenido por conveniente imponer un
supuesto obligatorio.
Los artículos del Código Penal señalados prescriben tipos penales como lesiones
leves, hurto simple, hurto de uso, hurto de ganado, apropiación ilícita común,
sustracción de bien propio, apropiación irregular, apropiación de prenda, estafa,
casos de defraudación, administración fraudulenta, daño simple, modalidades de
libramientos indebidos y delitos culposos. De modo tal, que los imputados
sometidos a las investigaciones sobre tales delitos deberán de ser consultados
respecto a si desean la aplicación de los criterios de oportunidad, requisito
fundamental.
Dicho pago dependerá del acuerdo al cual hayan arribado los involucrados, sea la
restitución del bien o el pago de su valor, además de la indemnización por los
daños y perjuicios. Cabe recalcar que en los casos de falta de necesidad de pena
no es necesaria la exigencia del pago de una reparación civil.
18
2.9. TRÁMITE DE LA OPORTUNIDAD SEGÚN EL CPP DE 2004
A continuación expondremos los alcances puntuales referidos al trámite de aplicación del
principio de oportunidad vigente.
Una vez que el fiscal cuenta con el consentimiento del imputado para la aplicación de la
oportunidad, seguirá los siguientes pasos:
2.9.1. LA DILIGENCIA DE ACUERDO
El fiscal citará al imputado y al agraviado con el fin de realizar una diligencia de
acuerdo, dejándose constancia en acta. A este nivel caben las siguientes
posibilidades:
2.9.1.1. INCONCURRENCIA DE LOS CITADOS
Si el agraviado no concurre, el fiscal puede determinar el monto de la reparación
civil que corresponda. Si el imputado no concurre injustificadamente, el fiscal podrá
citarlo por segunda vez. Si el imputado no concurre a la segunda citación, el fiscal
promoverá la acción penal.
2.9.1.2. CONCURRENCIA DE LOS CITADOS
Si no se llega a un acuerdo sobre el monto de la reparación civil, el fiscal
promoverá la acción penal.
Si no se llega a un acuerdo sobre el plazo para el pago de la reparación civil, el
fiscal lo fijará sin que este exceda de nueve meses.
Si se llega a un acuerdo y no se cumple con el pago total de la reparación civil en
el plazo acordado, se dictará disposición para la promoción de la acción penal, la
cual no será impugnable.
Si se llega a un acuerdo y se cumple con el pago total de la reparación civil, el
fiscal expedirá una disposición de abstención. Esta disposición impide, bajo
sanción de nulidad, que otro fiscal pueda promover u ordenar que se promueva
acción penal por una denuncia que contenga los mismos hechos. De existir un
plazo para el pago de la reparación civil, se suspenderán los efectos de dicha
decisión hasta su efectivo cumplimiento.
Si el fiscal considera imprescindible, para suprimir el interés público en la
persecución, sin oponerse a la gravedad de la responsabilidad, imponer
adicionalmente el pago de un importe a favor de una institución de interés social o
del Estado y la aplicación de las reglas de conducta previstas en el artículo 64 del
Código Penal, solicitará la aprobación de la abstención al juez de la investigación
preparatoria, el que la resolverá previa audiencia de los interesados. Son
aplicables las disposiciones del numeral 4) del presente artículo.
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será impugnable, salvo en cuanto al monto de la reparación civil si esta es fijada por el
juez ante la inexistencia de acuerdo entre el imputado y la víctima, o respecto a las
reglas impuestas si estas son desproporcionadas y afectan irrazonablemente la
situación jurídica del imputado.
Tratándose de los criterios obligatorios (numeral 6), basta la presentación del acuerdo
reparatorio en un instrumento público o documento privado legalizado notarialmente,
para que el juez dicte auto de sobreseimiento.
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En tanto la finalidad del derecho de defensa del imputado es hacer valer con eficacia el
derecho a la libertad, la necesidad de contradicción efectiva exige reconocer un cuadro de
garantías procesales que limiten la actividad de la acusación y del órgano jurisdiccional.
En consecuencia, tenemos que la persona afectada por un delito, sea de acción pública o
privada, no puede administrar justicia por su propia cuenta ni contratar a otros particulares para
ello, sino que debe de solicitárselo al Estado, ente que ostenta el monopolio de la justicia penal
y que la ejerce a través de sus órganos competentes.
Pero el imputado también cuenta con ciertas facultades para enfrentar la acción ejercida en su
contra. “Ante el derecho de acción aparece el Derecho Procesal de contradicción que, para
muchos es de idéntica naturaleza que la acción o si se prefiere un desdoblamiento de la
misma”. En ese sentido, Devis Echandía señala que “el derecho de contradicción, lo mismo
que de la acción, pertenece a toda persona por el solo hecho de ser demandada, o de resultar
imputada o sindicada en un proceso penal, y se identifica con el derecho de defensa frente a
las pretensiones del demandante o de la imputación que se le hace en el proceso penal”.
Entonces, a diferencia del acusador, que afirma un hecho y pide una sanción, el imputado tiene
el derecho de negar la responsabilidad penal que se le atribuye, aportar sus medios
probatorios para demostrar su inocencia (a pesar que esta se presume), pero además, puede
deducir una serie de obstáculos para el ejercicio de la acción penal, orientando su defensa a la
interposición de cuestiones previas, cuestiones prejudiciales y excepciones, buscando
suspender o anular el proceso. Lo dicho dependerá de la estrategia de defensa que convenga
al imputado.
Tenemos que la facultad de contradicción del imputado puede orientarse al fondo o a la forma
del contenido de la acusación. Y como manifestación de dicho derecho, el imputado puede
interponer medios técnicos de defensa, a fin de suspender o anular el proceso penal
instaurado en su contra.
21
tiene por objeto impedir el nacimiento de una relación jurídico-procesal inválida. Son per se
obstáculos procesales que se dirigen a declarar la inobservancia de requisitos formales y de
fondo, en determinados casos dilatando la sustanciación del proceso penal y en otros casos
evitando su pronunciamiento sobre el fondo”.
Benavente Chorres precisa que “los medios técnicos de defensa son cuestiones jurídicas cuya
resolución constituye un presupuesto para la decisión de la controversia sometida a juicio”.
Añade el citado autor que la finalidad de los medios de defensa técnica es anular el proceso,
suspenderlo o archivarlo.
El CPP de 2004 regula los siguientes medios técnicos de defensa: las cuestiones previas, las
cuestiones prejudiciales y las excepciones de improcedencia de acción, naturaleza de juicio,
cosa juzgada, amnistía y prescripción.
En algunos delitos, la ley penal establece que para que el hecho sea castigado, es
necesario que cumpla con determinada exigencia, como por ejemplo, el
requerimiento de pago en los delitos de libramiento indebido. Precisa San Martín
Castro que “no se debe confundir con una condición objetiva de punibilidad, puesto
que estas afectan lo material del delito y no solo la persecusión penal. Al respecto,
la Corte Suprema de la República ha establecido que el requisito de procedibilidad
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para que opere como cuestión previa debe encontrarse previsto en la ley de
manera expresa”.
3.2.1.2. OPORTUNIDAD
El artículo 3 del CPP de 2004 señala que el Ministerio Público comunicará al juez
de la investigación preparatoria su decisión formal de continuar con las
investigaciones preparatorias. Este punto es importante pues, el artículo 7 de dicha
norma procesal establece que la cuestión previa se plantee una vez que el fiscal
haya decidido continuar con las investigaciones preparatorias o al contestar la
querella ante el juez y se resolverá necesariamente antes de culminar la etapa
intermedia. Asimismo, la cuestión previa también se puede deducir durante la
etapa intermedia. Incluso, este medio técnico de defensa puede ser declarado de
oficio.
3.2.1.3. TRÁMITE
El artículo 8 del CPP de 2004 establece la tramitación de la cuestión previa bajo
dos circunstancias:
3.2.1.3.1. CUANDO LA CUESTIÓN PREVIA SE DEDUCE DURANTE LA
INVESTIGACIÓN PREPARATORIA
La cuestión previa deberá ser planteada mediante solicitud
debidamente fundamentada ante el juez de la investigación
preparatoria que recibió la comunicación de la formalización de la
investigación, adjuntando, de ser el caso, los elementos de
convicción que correspondan.
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medio de defensa deducido, dentro del tercer día, señalará fecha
para la realización de la audiencia, la que se realizará con quienes
concurran a esta.
24
La cuestión previa deducida a favor de uno de los imputados
beneficia a los demás, siempre que se encuentren en igual
situación jurídica.
25
carácter delictuoso. A fin de proseguir con el proceso penal, la decisión del juez
extrapenal debe tener la calidad de cosa juzgada”.
3.2.2.2. OPORTUNIDAD
Conforme lo indica el artículo 7 del CPP de 2004, la cuestión prejudicial se plantea
una vez que el fiscal haya decidido continuar con las investigaciones preparatorias
o al contestar la querella ante el juez y se resolverá necesariamente antes de
culminar la etapa intermedia. Dicho medio de defensa puede ser declarado de
oficio.
3.2.2.3. TRÁMITE
Según el artículo 8 del CPP de 2004, las cuestiones prejudiciales pueden
deducirse durante la investigación preparatoria, en cuyo caso el imputado o su
abogado deberán plantearla mediante solicitud debidamente fundamentada,
adjuntando los elementos de convicción correspondientes ante el juez de la
investigación preparatoria ante quien se formalizó la investigación preparatoria.
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El juez de la investigación preparatoria, una vez que ha recabado información del
fiscal acerca de los sujetos procesales apersonados en la causa y luego de
notificarles la admisión del medio de defensa deducido, dentro del tercer día,
señalará fecha para la realización de la audiencia, la que se realizará con quienes
concurran a esta. El fiscal asistirá obligatoriamente y exhibirá el expediente fiscal
para su examen inmediato por el juez en ese acto.
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2. En caso que se declare fundada la excepción de naturaleza de juicio, el
proceso se adecuará al trámite reconocido en el auto que la resuelva. Si se
declara fundada cualquiera de las excepciones previstas en los cuatro últimos
literales, el proceso será sobreseído definitivamente”.
Bajo este argumento, las excepciones son medios técnicos de defensa del
imputado que se contraponen a la acción penal incoada en su contra y que
persiguen impedir provisoria o definitivamente su subsistencia, en mérito a
determinadas circunstancias que extinguen la acción penal o a una indebida
tramitación.
28
formulación de acusación escrita, la emisión del auto de enjuiciamiento y la
autorización para proceder en delitos semipúblicos.
29
El fundamento de esta excepción radica en la existencia de procesos
especiales, cuya tramitación difiere en relación con el proceso común, por
lo que, mal se haría en someter a una persona a un trámite con diferentes
exigencias y requisitos del que realmente le corresponde.
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La conducta reúna los presupuestos de legítima defensa, del
estado de necesidad justificante o del consentimiento válido
sobre el bien jurídico de libre disposición.
La cosa juzgada deriva del ne bis in idem y es la calidad que adquiere una
resolución firme al haber sido ejecutoriada o consentida. Una resolución
es ejecutoriada cuando contra ella se han interpuesto, en el tiempo y
forma preestablecidos, los medios impugnatorios señalados por la ley. En
tanto que es consentida cuando no se ha interpuesto impugnación alguna
31
contra la resolución, entendiéndose por admitido el fallo del juzgador. Por
lo que, la resolución firme se torna inimpugnable, inmutable y coercible, es
decir, adquiere la calidad de cosa juzgada.
32
La amnistía es una atribución del Congreso de la República (artículo 102,
inciso 6) de la Constitución) y produce los efectos de cosa juzgada
(artículo 139, inciso 13) de la Constitución). La amnistía importa la
eliminación de la punibilidad de un determinado tipo de delito (artículo 89
del Código Penal), extingue la acción penal (artículo 78 del Código Penal)
y la ejecución de la pena (artículo 85 del Código Penal).
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Sin embargo, la amnistía no extingue los efectos civiles, disciplinarios ni
las sanciones administrativas que eventualmente deriven del hecho.
Además, no es renunciable. Tampoco afecta o extingue los efectos
extrapenales de los hechos que lo originaron, en ese sentido, deja
subsistentes las acciones en reparación de daños y perjuicios y la
responsabilidad que haya sido declarada, en el caso de que haya recaído
sentencia en el tiempo de concederse la amnistía. Del mismo modo, quien
interponga una excepción de amnistía debe puntualizar los argumentos y
presentar e indicar los medios cognitivos que serán incorporados al
incidente y permitirán adquirir la convicción de que el recurrente es
realmente uno de los titulares del derecho de amnistía que confiere la ley
que invoca.
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de prescripción de la acción penal corresponde al procesado por sí o por
intermedio de su abogado.
3.2.3.3. OPORTUNIDAD
El artículo 7 del CPP de 2004 establece que las excepciones se plantean una vez
que el fiscal haya decidido continuar con las investigaciones preparatorias o al
contestar la querella ante el juez y se resolverán necesariamente antes de
culminar la etapa intermedia. Asimismo, también se pueden deducir durante la
etapa intermedia, en la oportunidad fijada por la ley y pueden ser declaradas de
oficio.
3.2.3.4. TRÁMITE
Según el artículo 8 del CPP de 2004:
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3.2.3.4.2. CUANDO LA EXCEPCIÓN SE DEDUCE DURANTE LA ETAPA
INTERMEDIA
Una vez que el imputado ha sido notificado con la acusación fiscal
cuenta con 10 días para deducir la excepción correspondiente.
Recibida por el juez de la investigación preparatoria, este citará a
una audiencia preliminar, dentro de un plazo no menor de cinco ni
mayor de veinte días, en la que la resolverá, salvo que por lo
avanzado de la hora o lo complejo de los asuntos por resolver,
difiera la solución hasta por cuarenta y ocho horas improrrogables.
Si se declara fundada la excepción de naturaleza de juicio, el
proceso se adecuará al trámite reconocido en el auto que la
resuelva. Si se declara fundada cualquiera de las excepciones de
improcedencia de acción, de cosa juzgada, de amnistía y de
prescripción, el proceso será sobreseído definitivamente.
La excepción fundada beneficia a todos los imputados que se
encuentren en igual situación jurídica, aun cuando no la hubieren
deducido.
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