Manual Hoja Simia
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SISTEMA DE
INFORMACIÓN SOBRE
MALTRATO INFANTIL DE
ANDALUCÍA
2. Información complementaria.
3. Tratamiento de la hoja.
REVISTA MALTRATO INFANTIL 2016.qxp_Maquetación 1 26/4/16 17:19 Página 2
Consta de tres ejemplares, el primero de los cuales será conservado por el centro
notificador, mientras que los otros dos se remitirán de forma conjunta a los servicios
sociales competentes de acuerdo al nivel de gravedad del maltrato. Los tres disponen de
la misma clave para la identificación inequívoca del caso.
7.1. Otros.
7.2. Varias fuentes de detección.
7.3. Teléfono maltrato infantil / Línea 116111.
• Centro o Servicio:
Deberán constar de forma precisa la denominación y la dirección del centro o ser-
vicio donde se haya detectado el caso de maltrato, de tal modo que se permita a las ins-
tancias competentes la ampliación de la información suministrada de cara a la realización
de las actuaciones oportunas para la intervención. En la versión impresa de la hoja se
estampará el sello oficial.
7.1. Otros.
- Maltrato grave (G): cuando los efectos del maltrato recibido pueden hacer peli-
grar la integridad física o emocional del menor o la menor, o provocar daños signifi-
cativos en su desarrollo. O existe un alto riesgo de que puedan volverse a producir los
episodios de maltrato. O bien el niño o niña es muy pequeño o padede algún tipo de
enfermedad o discapacidad que lo hacen especialmente vulnerable. Estas circunstan-
cias podrán implicar la adopción de una medida protectora por parte de la Delegación
Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, o en su caso, la derivación a los
Servicios Sociales de la Entidad Local para un tratamiento especializado en el medio.
3.1. Hermano/a
3.2. Abuelo/a que convive en el domicilio familiar
3.3. Tío/a que convive en el domicilio familiar
3.4. Otro miembro de la familia extensa que convive en el domicilio familiar
6.1. Persona que ejerce el acogimiento familiar del menor (y no forma parte de la
familia extensa)
6.2. Padre o madre adoptivos
6.3. Persona que ostenta la tutela del menor
9.1. Desconocido.
Con el fin de contribuir a una mejor investigación y valoración de los hechos por parte de
los servicios sociales competentes, se procurará aportar, de forma simultánea a la remisión de la
Hoja de Detección y Notificación, documentación en la que se informe sobre el menor o la menor,
su entorno sociofamiliar, circunstancias en las que se ha detectado el caso, actuaciones realizadas
respecto al mismo, o cualquier otro dato que se considere de utilidad.
ANEXO I:
TIPOLOGÍA DEL MALTRATO INFANTIL, INDICADORES
Y NIVELES DE GRAVEDAD
A. MALTRATO FÍSICO
B. MALTRATO PSICOLÓGICO/EMOCIONAL
Los adultos del grupo familiar manifiestan de forma reiterada una hostilidad verbal hacia el menor,
a través de insultos, desprecio, crítica o amenaza de abandono, y un constante bloqueo de las ini-
ciativas infantiles de interacción (desde la evitación hasta el encierro).
INDICADORES DE MALTRATO PSICOLÓGICO/EMOCIONAL
Moderado: el rechazo al menor o las amenazas son frecuentes o bien se realizan esfuerzos acti-
vos por evitar sus relaciones sociales. Evidencias de afectación emocional y dificultades para el
desempeño de los roles normales para su edad. Sin embargo, aún se mantienen aspectos posi-
tivos en las pautas de cuidado y relaciones afectivas paterno-filiales
Es grave cuando se produce al menos una de estas situaciones: hay un rechazo categórico, total
y constante hacia el menor. Las amenazas paternas son extremas. Se impiden totalmente las
interacciones del menor. Pueden provocar en el menor un daño emocional importante, haciendo
preciso un tratamiento especializado de forma inmediata.
C. NEGLIGENCIA/ABANDONO FÍSICO/COGNITIVO
Las necesidades físicas y psicológicas básicas del menor (alimentación, vestido, higiene,
protección y vigilancia en las situaciones potencialmente peligrosas, educación y cuidados médi-
cos) no son atendidas temporal o permanentemente por ningún miembro del grupo que convive
con él.
INDICADORES DE NEGLIGENCIA/ABANDONO FÍSICO/COGNITIVO
Moderado: no hay lesiones o daños físicos como consecuencia de la conducta negligente, pero ésta es
causa directa de situaciones de rechazo hacia el menor en la escuela, grupo de iguales, etc.
Grave: hay lesiones o daños físicos causados directamente por la conducta negligente, o retrasos impor-
tantes en el desarrollo intelectual, físico o social, que requieren atención o tratamiento especializado.
D. ABANDONO PSICOLÓGICO/EMOCIONAL
Falta persistente de respuesta a las señales, expresiones emocionales y conductas procura-
doras de proximidad e interacción iniciadas por el menor, y una falta de contacto o de expresividad
emocional en las interacciones mutuas, por parte de una figura adulta estable.
D.01. Comportamiento apático, inhibición en el D.05. Expresiones de cariño muy limitadas, actitud
juego. fría ante el menor.
D.06. Falta de respuesta a las reacciones sociales
D.02. Desconfianza hacia los adultos, hacia sus pro-
espontáneas del menor.
mesas y actitudes positivas.
D.07. Se muestran poco accesibles a sus demandas.
D.03. Muestras de tristeza y aflicción sin motivo apa-
D.08. No se interesan ni participan en las actividades
rente. diarias del menor.
D.04. Conductas extremas: puede mostrarse excesi- D.09. Falta de interés por su evolución.
vamente complaciente, pasivo o no exigente, o D.10. Despreocupación por sus problemas.
extremadamente agresivo. D.11. Bajo nivel intelectual o enfermedad mental.
D.12. Abuso de drogas o de alcohol.
D.13. No asumen su rol parental.
D.14. Padres muy jóvenes.
• NIVELES DE GRAVEDAD:
Leve: las conductas típicas no son frecuentes o su intensidad es mínima. No se aprecia ninguna
afectación en el menor como consecuencia de las mismas.
Moderado: Su intensidad y frecuencia son mayores que en los casos leves. Se evidencia una falta
importante de atención, con periodos prolongados de inaccesibilidad por parte de los progenito-
res o principales cuidadores, que pueden erigir una barrera de silencio. Hay afectación emocional
del menor y problemas para un funcionamiento adaptativo en sus roles habituales. Sin embargo,
todavía se conservan aspectos positivos en la relación paterno-filial.
Grave: El niño no tiene acceso emocional o de interacción con los padres, ya que las conductas
son constantes y de una gran intensidad. Esto produce un daño severo en el menor que compro-
mete seriamente su desarrollo y que requiere tratamiento especializado.
E. ABUSO SEXUAL
Cualquier clase de contacto o interacción sexual de un adulto con un menor, en la que el
adulto, que por definición goza de una posición de poder o autoridad sobre aquél, lo utiliza para
la realización de actos sexuales o como objeto de estimulación sexual. También se contempla su
comisión por menores de 18 años, cuándo sean significativamente mayores que el menor-víctima
o cuando estén en una posición de poder o control sobre éste.
Se incluye en esta categoría la explotación sexual, el tráfico y turismo sexuales, y la por-
nografía y prostitución infantiles.
INDICADORES DE ABUSO SEXUAL
• NIVELES DE GRAVEDAD:
Leve: No hay contacto físico, está producido por una persona ajena a la familia del menor, ha tenido
lugar en una sola ocasión y el niño dispone del apoyo de sus padres, tutores o guardadores.
Moderado: Sin contacto físico, por una persona ajena a la familia del menor, ha tenido lugar en varias
ocasiones, y hay apoyo de los padres, tutores o guardadores.
Grave: Incesto con o sin contacto físico. Abuso extrafamiliar con contacto físico.
F. CORRUPCIÓN
El adulto incita al menor a la realización o implicación en conductas antisociales, autodes-
tructivas o desviadas, particularmente en las áreas de agresión, sexualidad (contempladas ya en el
abuso sexual) o uso de sustancias adictivas. Ello dificulta la normal integración social infantil y
puede producir una incapacidad para las experiencias sociales normales.
INDICADORES DE CORRUPCIÓN
• NIVELES DE GRAVEDAD:
Se considera leve cuando la presencia en el hogar de un modelo asocial para el niño es contrarrestada
por la presencia de otro modelo adulto adecuado.
Es moderado cuando el modelo asocial es el cuidador principal, sin que existan en el hogar otros mode-
los adultos adecuados. Sin embargo el niño no parece verse influido por la imitación de las pautas aso-
ciales o autodestructivas.
Es grave cuando el modelo asocial es el cuidador principal y además no existen en el hogar otros mode-
los de referencia adecuados. Esta situación dificulta claramente al menor su capacidad de imitación y/o
aprendizaje del razonamiento moral.
G. EXPLOTACIÓN LABORAL
Los padres o cuidadores asignan al menor con carácter obligatorio, y para la obtención de
beneficios económicos o similares, la realización continuada de trabajos (domésticos o no) que
exceden los límites de lo habitual, deberían ser realizados por adultos e interfieren de manera clara
en sus actividades y necesidades sociales y/o escolares.
G.01. Absentismo escolar reiterado y no justificado. G.08. Sistema de vida basado en la marginalidad.
G.02. Abandono del sistema educativo. G.09. Cambios constantes de domicilio.
G.03. Fracaso escolar. G.10. Despreocupación o falta de conocimiento de
G.04. Participación en actividades de mendicidad. las necesidades cognitivas y sociales del menor.
G.05. Dificultad para realizar actividades lúdicas ade- G.11. Falta de respuesta a los requerimientos del
cuadas a su edad.
centro educativo.
G.06. Dificultad para mantener relaciones sociales
G.12. Justificación inadecuada de las ausencias esco-
habituales para su edad.
lares de sus hijos.
G.07. Cansancio y fatiga continua.
• NIVELES DE GRAVEDAD:
Es leve cuando la edad del menor es muy cercana a la edad mínima para trabajar y la
situación se produce únicamente durante algunos periodos de tiempo en los cuales se
impide totalmente la participación en actividades sociales y académicas necesarias según
su periodo evolutivo. No obstante, las consecuencias negativas de esta situación no son
significativas o pueden ser fácilmente recuperables.
Nivel moderado: la edad del menor es bastante inferior a la edad mínima establecida
para trabajar (3 o más años). La situación se circunscribe únicamente a algunos periodos
de tiempo, durante los cuales se impide totalmente su participación en las actividades
sociales y académicas propias de su edad.
Nivel grave: cuando se trata de niños muy pequeños o bien la explotación es constante
, de modo que se impide totalmente al menor participar en las actividades sociales y aca-
démicas propias de su edad.
H. MALTRATO PRENATAL
Abuso de drogas o alcohol durante el embarazo, o cualquier circunstancia vital de la
madre que se haga incidir voluntariamente en el feto, y que provoca que el bebé nazca con un
crecimiento anormal, patrones neurológicos anómalos, con síntomas de dependencia física de
dichas sustancias, u otras alteraciones imputables a su consumo por parte de la madre.
• NIVELES DE GRAVEDAD:
Aparece por lo general en niños menores de dos años y se caracteriza por la desaceleración
o retraso del desarrollo físico, sin que exista un cuadro clínico que lo justifique. También puede
producirse un funcionamiento emocional y del desarrollo deficientes.
Este trastorno suele asociarse con una privación emocional de la figura cuidadora hacia el
menor.
I.01. Ausencia de enfermedad que justifique los sín- I.09. Falta de afecto o cariño hacia el bebé.
tomas. I.10. Rechazo del embarazo.
I.02. Falta de aumento de peso adecuado. I.11. El bebé no cumple con sus expectativas.
I.03. Disminución o ausencia de crecimiento lineal. I.12. Ignoran o no atienden adecuadamente las
I.04. Retraso en el desarrollo motor. demandas del bebé (llantos, alimentación, etc.).
I.05. Microcefalia. I.13. Inexperiencia o desconocimiento de las necesi-
I.06. Apatía, fatiga sin motivo aparente. dades del menor.
I.07. Irritabilidad. I.14. Abuso de drogas y/o alcohol.
I.08. Retraso en el lenguaje. I.15. Enfermedad mental.
I.16. Tensión psicosocial.
I.17. Carencia de red de apoyo sociofamiliar.
I.18. Marginalidad.
• NIVELES DE GRAVEDAD:
La gravedad se relaciona con la edad del niño, ya que a menor edad pueden ser mayo-
res las secuelas físicas y psicológicas, y con la duración de la situación de carencia afec-
tiva y de cuidados. Si ésta ha sido muy continuada y persistente, habrá mayores dificul-
tades para que el desarrollo alcance los límites normales.
• NIVELES DE GRAVEDAD:
K. MALTRATO INSTITUCIONAL
Las manifestaciones pueden ser muy diversas y afectar a un amplio conjunto de necesida-
des infantiles. Por ello los indicadores que se detecten pueden coincidir con los expuestos ante-
riormente para los distintos tipos de maltrato.
Los criterios que deberán analizarse para valorar su gravedad se relacionan con la conti-
nuidad y persistencia de los hechos y las consecuencias que han ocasionado o pueden provocar
en los menores afectados.