Documento1 1
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la detección y
notificación de casos
de maltrato infantil.
Acción, omisión o trato negligente, no accidental, que priva al niño o niña de sus derechos y
bienestar, que amenaza su desarrollo físico, psíquico o social y cuyos autores pueden ser
personas, instituciones o la propia sociedad.
TIPOS:
Maltrato físico: cualquier acto no accidental que provoque lesiones físicas al niño,
enfermedades o riesgo a padecerlas.
Negligencia: no atender las necesidades del niño, incumplir los deberes de guarda, cuidado y
protección (no atender estado de salud, higiene o alimentación).
Abuso sexual:
Fases:
Prenatal: daño al feto (hábitos tóxicos de los padres, alcohol, toxicomanías, ausencia
de seguimiento médico, agresión física al feto o a la madre).
Postnatal
Para valorar la vulnerabilidad del niño hay que evaluar los siguientes factores:
Los consecuentes de las situaciones son suficientemente significativos como para que el
primer esfuerzo que debemos hacer sea prevenir que sucedan. Esto supone varios aspectos.
En respuesta a la recomendación realizada a España por el Comité de los Derechos del Niño de
Naciones Unidas en 2002 (10), el Pleno del Observatorio de la Infancia del entonces Ministerio
de Trabajo y Asuntos Sociales aprobó en 2007 un módulo de referencia para el desarrollo de
un Protocolo de actuación ante casos de maltrato infantil. Este documento básico se publicó
en 2008 y se difundió a todas las Comunidades Autónomas como referencia a la hora de
elaborar sus propios protocolos en su ámbito territorial, ya que las competencias al respecto
están transferidas a las Autonomías.
Un protocolo de actuación en casos de maltrato infantil debe englobar medidas que garanticen
la coordinación de las actuaciones de las instituciones competentes respecto a la atención
global a las víctimas de maltrato infantil en las siguientes áreas básicas de intervención social,
indicadas por el Protocolo Básico de Intervención contra el Maltrato Infantil del Observatorio
de la Infancia:
1. Detección.
2. Notificación.
3. Evaluación.
4. Intervención y tratamiento.
5. Seguimiento.
A continuación, nos centraremos sobre las dos primeras (detección y notificación) en los
aspectos que afectan a la población en general y a los profesionales. En los anexos se
presentan, de forma resumida, los objetivos, validez y marco normativo del Protocolo Básico
de Intervención contra el Maltrato Infantil.
¿Qué es la detección?
La detección es la primera condición para poder intervenir en estos casos y dar ayuda a la
familia o niños que sufran, la notificación es una obligación del ciudadano, y de los
profesionales recogida vigentemente.
¿Cuáles son las fuentes de detección? ¿Quién puede detectar una situación de maltrato?
- Población en general
Identificar precozmente todos aquellos casos de niños, niñas y adolescentes que están
sufriendo una situación de desprotección o se encuentran en riesgo de sufrirla.
Formar, coordinar y tener una red de agentes sociales que realicen la función anteriormente
señalada, de manera coordinada y complementaria a los Servicios de Protección Infantil.
Hay algunos factores relacionados con la detección del maltrato infantil, y que dificultan su
detección como las dificultades para diferenciarlas de las lesiones producidas de manera
accidental, y hay algunos impedimentos más frecuentes como argumentos para ayudar a
personas notificantes, que pasen a la acción.
El maltrato también puede causar serios daños en su personalidad. Los efectos negativos del
maltrato pueden durar años e incluso toda la vida.
No hay una causa única del maltrato infantil. Los padres/madres que abusan de sus hijos/as
son personas que se encuentran en situaciones sobre las que no tienen control.
La detección puede ser llevada a cabo por un ciudadano y, por otra, por un profesional de los
ámbitos específicos educativo, sanitario. resulta fundamental “que los profesionales tengan
conocimientos suficientes sobre signos, síntomas, pruebas complementarias, etc., que se
requieren para sospechar y establecer este diagnóstico, así como de indicadores que se
presentan en este problema”.
Los indicadores se refieren tanto a aspectos físicos y comportamentales tanto del niño como
del agresor /acompañante que pueden estar presentes en las diferentes modalidades de
maltrato.
¿Tengo que estar seguro/a de que existe una situación de maltrato para poder notificarla?
¿Cómo se puede detectar que un niño suele ser maltratado si no hay evidencias físicas en ese
momento?
Las situaciones de Maltrato se pueden identificar a través de señales de carácter físico, pero
también emocional, pero no con ello siempre que lo haya hay maltrato, también puede ser por
otras cosas.
¿Cómo debo actuar con el niño, niña o adolescente si conozco una situación de maltrato
infantil?
A continuación, se presentan algunas pautas sobre cómo debe actuarse ante tales casos:
2. Sentarse cerca del niño o niña, no tras una mesa, y a poder ser adaptándose a su mundo
según la edad que tenga (por ejemplo, sentándose en una silla pequeña).
5. Destacar al niño o niña que no es culpable del abuso, utilizando frases como “tú no tienes la
culpa de lo ocurrido”.
8. Ser honesto y sincero. Decir la verdad, no hacer promesas que luego no se puedan cumplir.
9. Hablar con el niño o niña sobre posibles acciones futuras que puedan ser adoptadas por los
Servicios de Protección Infantil.
10. Ser positivo con el niño o niña, manifestando confianza en que todo irá bien, que saldrá
adelante...
11. Comunicar y notificar la situación a la familia, Servicios Sociales, Protección del Menor...
LA NOTIFICACIÓN
1.Atender a toda persona, profesional o institución que desee informar sobre la posible
situación de riesgo o desprotección de una persona menor de 18 años.
-Identificar a las personas relacionadas con el caso (niño, niña o adolescente, familia, persona
agresora, informante, etc.).
-Determinar si es un caso que debe ser atendido por la red de Servicios Sociales y derivar el
caso.
Sí. La responsabilidad de garantizar el bienestar de los niños es de todos los ciudadanos y del
conjunto de la sociedad. Los profesionales de los Servicios de Protección necesitan la
colaboración de toda la sociedad para identificar a los niños que pueden estar sufriendo malos
tratos. Las obligaciones de los ciudadanos son:
autoridad o sus agentes más próximos, sin perjuicio de prestarle el auxilio inmediato que
precise.
3. Las autoridades y las personas que por su profesión o función conozcan el caso actuarán
“Los que por razón de sus cargos, profesiones u oficios tuvieren noticia de algún delito público,
estarán obligados a denunciarlo inmediatamente al Ministerio Fiscal, al Tribunal Competente,
al Juez de instrucción y, en su defecto, al municipal o al funcionario de policía más próximo al
sitio, si se tratare de un delito flagrante”.
1. Hay padres y madres maltratantes que no son conscientes de estar haciendo algo
2. Otros en cambio sí son conscientes de que su comportamiento es dañino para sus hijos/as,
por lo que tienen grandes sentimientos de culpa por temor a ser considerados “malos padres”,
3. Los niños, niñas y adolescentes objeto de malos tratos, tampoco suelen pedir ayuda. Tienen
vergüenza, sentimientos de culpa..
4. Es difícil que los miembros de la familia soliciten ayuda porque por un lado, no creen que lo
necesitan y por otro, los sentimientos implicados son muy intensos, el nivel de sufrimiento es
elevado
5. Sin embargo, los Servicios Sociales no van a poder poner en marcha ningún programa,
servicio o ayuda a estas familias a menos que un ciudadano les informe de sus sospechas.
En la mayor parte de las ocasiones se solicitará al informante que aporte sus datos, pero los
datos de la persona que informa serán sólo registrados y conocidos por los dispositivos que
necesiten conocerlos, pero no por el posible maltratador.
Hay que tener en cuenta que con el proceso de notificación pretende recabar la mayor
información posible sobre el caso para actuar en consecuencia. En relación a la necesidad de
colaboración por parte del ciudadano o profesional y con la intención de que pueda preparar
la entrevista, consideramos que es fundamental que conozca las más que probables preguntas
respecto a las que tendrá que aportar información.
c) Estado actual (p.ej., si se encuentra solo en la casa o en la calle, si ha sufrido algún daño o
existe riesgo de que lo sufra, si necesita atención médica).
a) Relación con el niño (p.ej., padre, madre, otro pariente, conocido de la familia,
vecino, profesional).
c) Acceso del presunto abusador al niño (p.ej., ¿está el niño con el presunto abusador?, ¿tiene
este último acceso libre al niño?, ¿hay algún otro adulto presente que pueda proteger al
niño?).
Información relativa a la familia:
b) Composición familiar
c) Hermanos del niño u otras personas menores de edad que viven en el hogar y que pueden
ser víctimas de maltrato/abandono.
b) Relación con el niño y/o su familia, y ámbito profesional al que pertenece (en su caso).
d) Fuente de información que tiene el informante (si conoce personalmente la situación que
notifica o a través de otras personas).
a) Relación con el niño (p.ej., padre, madre, otro pariente, conocido de la familia,
vecino, profesional).
abusador?, ¿tiene este último acceso libre al niño?, ¿hay algún otro adulto presente
caso).
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado: Servicio de Atención a las Familias (SAF) de la
Policía Nacional. Equipo de Atención a la Mujer y el Menor (EMUME) de la Guardia Civil.
www.fundacionanar.org
En caso de no saber cómo actuar, se puede contactar con las entidades federadas en cada
CCAA, que podrán notificar a los interesados de dónde procede la notificación. Salvo la
Asociación Murciana de Apoyo para la Infancia Maltratada (AMAIM), no gestionan el aviso, ya
que cada ciudadano tiene la obligación de avisar.
No. El aviso es el primer paso para que se pongan en marcha los recursos de protección
necesarios. Dejamos actuar a los servicios especializados. La separación de algún familiar es
una decisión que se toma dependiendo de la evaluación del caso y si resulta necesario para
salvar la integridad física y/o psicológica del niño y del resto de la familia.
¿Sirve para algo?
Sí. Estos niños y adolescentes no pueden recibir ayuda a no ser que sean identificados y
conocidos por los Servicios de Protección Infantil anteriormente. Y para eso es importante
avisar. Si el caso no se notifica, el niño seguirá estando en una situación de riesgo.
La mayoría de los casos de maltrato infantil no son detectados directamente por los propios
Servicios Sociales, sino que normalmente las notificaciones proceden de particulares y
profesionales que mantienen contacto habitual o frecuente con la familia y conocen su
situación.
Los casos detectados y notificados suelen ser generalmente los más graves y evidentes (por
ejemplo, casos de maltrato o abandono físico severo). Sin embargo, se mantienen en
anonimato otras situaciones que requieren igualmente la intervención de los Servicios Sociales
y que pueden considerarse tan severas y dañinas para la salud del niño, niña y adolescente
como las anteriores.
Esta situación requiere ser corregida en un esfuerzo común, dado que a medida que el
maltrato se cronifica y el niño, niña o adolescente pasa más tiempo sufriendo el problema, las
posibilidades de recuperación del daño sufrido disminuyen, aumentando la probabilidad de
que las secuelas negativas de haber vivido con una problemática de estas características se
conviertan en permanentes. De esta forma su futuro se vería gravemente comprometido.
Debemos diferenciar dos tipos de procesos según qué tipo de caso tenemos al frente y a quién
sería necesario notificarlo. Por ello, encontramos:
Los profesionales, valorarán el grado de gravedad para saber si puede solucionarse desde una
atención primaria o se deberá derivar al Servicio especializado de menores.
- Cuando se sospecha o se sabe que está ocurriendo un caso donde el menor está en
peligro tanto por salud como en peligro y no hay ningún familiar o figura de apego que
pueda hacerse cargo, es cuando se considera una situación urgente. Es cuando, hay
que avisar al Servicio especializado de menores, llamando o de manera presencial a las
fuerzas de seguridad del estado o el juzgado de guardia de la población asignado.
Por desgracia, no todos los casos de sospecha o evidencia son notificados, por lo que ponernos
en ese contexto ayudará y fomentará a tomar acción sobre ello. No debemos dejar de actuar
por:
- El miedo a equivocarse ante posibles lesiones por no saber cómo se han producido,
pero es obligatorio notificarlo para que los servicios se encarguen.
- Confundir un Parte de lesiones con denunciar, hasta que no se verifique que existe
maltrato; el proceso de denuncia no da pie al comienzo de una siguiente fase.
- No creer en que realmente se puede ayudar a esa situación. Es incierto saber cómo
acabaría la situación, pero no notificar es seguro que nada ayuda ni adelanta.
- Temor a que haya una respuesta agresiva hacia el niño, pero hay un procedimiento
destinado a su protección.
- Creencia a no meterse en la vida de los demás, pero si hay sospecha hay que tomar
acción para que sean los servicios de atención quienes valoren la situación.
- Dejar pasar por creencias culturales y de igual manera son los servicios quienes
deciden los límites que marcan realmente una desprotección infantil.
- Dejarse llevar por los estatus sociales o económicos pensando así que una persona con
un buen puesto de trabajo no llegaría a maltratar o abusar de un niño ya que esa no es
la diferencia entre un maltratador y alguien que no.
Hablemos de la cifra de notificaciones en España, aunque no haya una cifra exacta estimada,
hay un registro que ayuda a saber con algo más de precisión de los datos existentes; se llama
RUMI (Registro Unificado de casos de Maltrato Infantil) y cuentan aquellos casos confirmados
y modalidades de maltrato.
Por lo que esto nos lleva a considerar el largo camino que aún queda por recorrer para
informar al conjunto de ciudadanos y especialmente a los profesionales que trabajan directa e
Consideraciones previas:
• Los indicadores son pistas que te pueden ayudar a descubrir lo que le pasa al niño o niña.
• Los indicadores no sólo son señales físicas, pueden ser también conductas y sentimientos.
• Un solo indicador no constituye sospecha de maltrato, pero debe hacernos estar alerta.
Maltrato físico hacia el menor:
Quemaduras: Quemaduras que cubren toda la superficie de las manos (como un guante) o de
los pies (como un calcetín) o en formas de buñuelo en nalgas o genitales, indicativos de
inmersión en líquido caliente; en brazos, piernas, cuello o torso provocadas por haber estado
atado fuertemente con cuerdas; quemaduras que dejan una señal claramente definida
(plancha, parrilla etc.).
Fracturas: En el cráneo, nariz o mandíbula; fracturas en espiral de los huesos largos (brazos,
piernas); en diversas fases de cicatrización; fracturas múltiples; cualquier fractura en un niño
menor de dos años.
Lesiones internas.
Heridas o raspaduras en la boca, labios, encías u ojos; en los genitales externos; en la parte
posterior de los brazos, piernas o torso.
Cortes o pinchazos.
• Parece tener miedo a sus padres, de ir a casa, o llora cuando terminan las clases y
• Utiliza una disciplina severa, impropia para la edad del niño o niña.
• No da ninguna explicación con respecto a la lesión del niño/a o éstas son ilógicas, no
convincentes o contradictorias.
• Intenta ocultar la lesión del niño o proteger la identidad de la persona responsable de ésta.
Ha sido abandonado.
Retraso de crecimiento y desarrollo. Malnutrición, raquitismo.
Falta de higiene, uñas sucias y largas, cabello largo, sucio, mal cortado, vestido
inadecuado para la época del año, sucio, roto.
Caries, flemones, pérdida de algún diente.
Intoxicaciones o traumatismos accidentales por escasa supervisión de sus
progenitores, visitas repetidas a urgencias del hospital, historia de ingresos.
Retraso la adquisición de logros madurativos y problemas de aprendizaje.
Infecciones recurrentes.
Cansancio inapropiado para su edad y apatía.
Permanencia prolongada fuera del hogar cuando es preescolar, escolar o adolescente.
Inhibición en el juego.
Parece excesivamente complaciente, pasivo, nada exigente.
Es extremadamente agresivo, exigente o rabioso.
Muestra conductas extremadamente adaptativas que son o bien demasiado de
“adultos” (ej.; hacer el papel de padre o madre de otros niños) o demasiado infantiles
(ej.; mecerse constantemente, chuparse el pulgar, eneuresis...).
Intentos de suicidio.
Retrasos en desarrollo emocional e intelectual.
Apatía en las relaciones con sus padres.
Carácter asustadizo, tímido, pasivo, o por el contrario agresivo o negativista.
Lo primero es que alguien se percate sobre la situación que ese niño está viviendo, y ha de ser
una persona externa o la familia, quien haga evidente la situación y solicite ayuda o
protección. La mayoría de los casos no son vistos por los Servicios Sociales, sino por externos y
profesionales, los cuales mantienen una relación un contacto con la familia y conocen la
situación.
Los casos detectados suelen ser los más graves, sin embargo, se mantienen en anonimato
algunas que también requieren la intervención de servicios sociales y son igual de dañinas para
la salud del niño o adolescente.
Este maltrato hay que observarlo en cuánto antes, ya que, si no lo hacemos el niño las
posibilidades de recuperar el daño sufrido disminuyen, y aumenta la probabilidad de secuelas
negativas.
¿Cuáles son los objetivos de la notificación?
1. Atender a toda persona, profesional o institución que desee informar sobre la posible
situación de riesgo o desprotección de una persona menor de 18 años.
2. Recoger información relevante para:
- Identificar a las personas relacionadas con el caso (niño, niña o adolescente, familia,
persona agresora, informante, etc.).
- Conocer cuál es la situación notificada y las particularidades esenciales ligada a la
misma.
- Realizar una evaluación inicial de la severidad y determinar el proceso a seguir.
- Determinar si el caso es una situación de riesgo o desprotección infantil.
- Determinar si es un caso que debe ser atendido por la red de Servicios Sociales y
derivar el caso.
Determinar si la problemática es de otra índole y corresponde ser abordada por otros
Sí. La responsabilidad de garantizar el bienestar de los niños es de todos los ciudadanos y del
conjunto de la sociedad. Los profesionales de los Servicios de Protección necesitan la
colaboración de toda la sociedad para identificar a los niños que pueden estar sufriendo malos
tratos. Las obligaciones de los ciudadanos son:
autoridad o sus agentes más próximos, sin perjuicio de prestarle el auxilio inmediato que
precise.
3. Las autoridades y las personas que por su profesión o función conozcan el caso actuarán