Informe Aporofobia

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INFORME:

LA APOROFOBIA, UN TEMA PENDIENTE


EN COLOMBIA

PROFESOR:
JOSE MARIA RINCON RAMON.

INTEGRANTES:
ANGIE TARAZONA
JUAN CARLOS ???

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR


FACULTAD DE DERECHO
SEGUNDO SEMESTRE
2019
INTRODUCCION
El objetivo de este informe está basado en el ámbito social, concretamente en las
respuestas socio emocionales de los Colombianos que, con un nivel económico
medio, rechazan a la sociedad migratoria más desfavorecida.
Para que algo exista en la conciencia colectiva hay que poder nombrarlo. Poner
nombre a lo que ocurre y no se ve o no se quiere ver, eso es lo que ha hecho la
filósofa Adela Cortina con una realidad que está ahí, pero preferimos ignorar: el
miedo, la aversión y el rechazo a los pobres. Lo ha denominado aporofobia, un
fenómeno que está en el origen de las corrientes de xenofobia y racismo que se
extienden por el acomodado mundo occidental. Adela Cortina acuñó este
concepto a partir de los términos grietos griego áporos (sin recursos)
y fobos (temor, pánico) y lo ha utilizado en trabajos académicos y artículos, hasta
imponerlo, pese a las reticencias de los editores a las palabras extrañas, como
título de su último libro: Aporofobia, el rechazo al pobre (Paidós, 2017).
TEMA: LA APOROFOBIA
PREGUNTA: LA APOROFOBIA UNA REALIDAD SOCIAL QUE ES IGNORADA
¿DE DONDE SE GENERA EL RECHAZO Y EL ODIO A LOS EXTRANJEROS
POBRES EN COLOMBIA?
ANTECEDENTES:
Lo que no tiene nombre no existe. Por eso es necesario buscar palabras que nos
ayuden a definir realidades sociales innegables y cotidianas como el miedo, el
rechazo o la aversión a los pobres. Solo así, dando nombre a esa realidad,
podremos hacerla presente en el debate social, conocer sus causas, enfrentarnos
a ella, buscar soluciones.
Eso es lo que pensó la filósofa española Adela Cortina cuando en 1995 preparaba
una columna para ABC Cultural en la que denunciaba que, bajo muchas de las
actitudes racistas y xenófobas que vemos cada día a nuestro alrededor, late una
fobia distinta: la que nos producen los pobres, aquellos que, en esta sociedad del
intercambio, del dar y recibir, no parecen tener nada que ofrecernos.
Como ella misma explica en su libro Aporofobia, el rechazo al pobre (Paidós,
2017), «no repugnan los orientales capaces de comprar equipos de fútbol o de
traer lo que en algún tiempo se llamaban “petrodólares”, ni los futbolistas de
cualquier etnia o raza, que cobran cantidades millonarias, pero son decisivos a la
hora de ganar competiciones».
«Por el contrario —explica Cortina—, lo cierto es que las puertas se cierran ante
los refugiados políticos, ante los inmigrantes pobres, que no tienen que perder
más que sus cadenas. […] Las puertas de la conciencia se cierran ante los
mendigos sin hogar, condenados mundialmente a la invisibilidad».
«El problema no es entonces de raza, de etnia ni tampoco de extranjería. El
problema es de pobreza», concluye.
La existencia de esa «lacra sin nombre» llevó a la catedrática de Ética y Filosofía
Política de la Universidad de Valencia a rebuscar en sus diccionarios escolares de
griego hasta encontrar el término áporos (‘pobre’, ‘sin recursos’) y construir, a
partir de él, el neologismo aporofobia.
Volvió a emplearlo en otros artículos y conferencias, en libros de texto… y pronto
la palabra fue ganando terreno entre las organizaciones sociales y los defensores
de las personas sin recursos. Por fin había un término capaz de señalar una
realidad lacerante, de hacerla visible.
CONCEPTO:
La aporofobia se refiere al miedo y rechazo hacia la pobreza y hacia las personas
pobres. Es la animosidad, hostilidad y aversión, respecto de las zonas o barrios
carenciados y respecto de las personas pobres, o sea, frente a aquellas personas
que se encuentran desamparadas y con muy pocos recursos.
El concepto de aporofobia fue acuñado en los años 1990 por la filósofa Adela
Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia,
para diferenciar esta actitud de la xenofobia, que solo se refiere al rechazo al
extranjero y del racismo, que es la discriminación por grupos étnicos. La diferencia
entre aporofobia y xenofobia o racismo es que socialmente no se discrimina ni
margina a personas inmigrantes o a miembros de otras etnias cuando estas
personas tienen patrimonio, recursos económicos y/o relevancia social y
mediática.
La aporofobia es el odio, miedo y rechazo a las personas pobres. La pobreza es
una característica circunstancial en la vida de los seres humanos y en ningún caso
forma parte de la identidad. La pobreza no es una condición permanente de las
personas, sino una situación indeseable e injusta, pero superable. La posibilidad
de que las personas puedan salir de la situación de pobreza y abandonar la
exclusión social tiene un efecto de culpabilización individual de las personas de su
situación de pobreza, ya que no se tienen en cuenta las circunstancias sociales,
políticas y/o económicas que influyen en los procesos de exclusión. Las creencias
y mitos generados en este proceso de culpabilización son las ideas que subyacen
a la aporofobia («están en la calle porque quieren», «tendrían que ponerse a
trabajar», «son unos vagos», etc.).

La aporofobia se transmite a partir de una construcción social que relaciona a las


personas pobres con delincuencia, situándolas en el imaginario social como
posibles delincuentes antes que como potenciales víctimas de la discriminación y
la violencia. Existen políticas públicas orientadas a la seguridad y a la convivencia
así como prácticas periodísticas en torno a la pobreza y la exclusión social que
favorecen la transmisión de una imagen de criminalización de la pobreza.
Estas prácticas políticas, sociales y mediáticas generan representaciones
deshumanizadoras de las personas en situación de extrema pobreza y crean una
distancia simbólica entre «nosotros» y «ellos». De este modo, a través de
procesos de deslegitimización y exclusión moral la ciudadanía no se sienten
obligada a aplicar las normas morales, reglas sociales y consideraciones de
justicia que aplicarían con la población que no está excluida socialmente.
DATOS E INDICADORES:
El odio al pobre se expresa también con los excluidos del propio país. Según el
Observatorio Hatento, una iniciativa de las entidades sociales para denunciar
agresiones a las personas sin techo, el 47% de quienes viven en la calle han sido
víctimas de delitos de odio. Por su situación de exclusión, son también los más
indefensos. La recesión económica ha exacerbado el miedo a la pobreza porque
nos ha hecho ver que todos somos vulnerables. Que el mejor empleado de la
empresa más segura puede quedarse de repente en la calle sin medios de
subsistencia.
Pero para que el miedo se convierta en rechazo es preciso un proceso mental que
anule la compasión y la empatía. Ese proceso lo proporciona la ideología y se
activa cuando señala a los pobres como culpables de su pobreza. Cuando afirma
que la pobreza no es fruto de unas condiciones estructurales que dejan a muchos
en la cuneta, sino el resultado de una indolencia, un error individual o una culpa
personal. En esa ideología, los pobres son percibidos como una amenaza.
Culpabilizarlos anula la empatía y permite que se le ignore y hasta se les persiga.
Y todo eso ocurre en un momento de fuerte aumento de las desigualdades.
NARRAR LOS HECHO:
Los colombianos siempre hemos sido extranjeros, nuestra vocación de
inmigrantes tiene una larga tradición, no somos una raza de aventureros o
exploradores, sencillamente millones de compatriotas a lo largo de nuestra historia
han abandonado las fronteras para buscar un nuevo futuro en otras latitudes
porque infelizmente siempre hemos sido un país pobre que no a todos ofrece las
mismas oportunidades.
Así como Colombia miro a un lado y encontró a Venezuela, la historia se repitió,
pero al contrario y los venezolanos ingresaron y siguen ingresando a territorio
Colombiano por millares, muchos con sus familias y a pie, enfrentando duros
climas y todo tipo de adversidades.
Por estos días los colombianos nos quejamos de la cantidad de venezolanos que
vienen a este país por considerarlos una amenaza para la seguridad y también
para nuestros propios trabajos, si vemos un hombre o mujer, especialmente
acompañado de niños y de una bolsa de dulces es casi seguro que provienen de
Venezuela y también es bien sabido que algunos empleadores prefieren contratar
trabajadores venezolanos que a colombianos por la mitad del salario.
La delincuencia no se ha hecho esperar y en las grandes ciudades se ve a diario
que muchos de los delitos que se cometen son obra de ciudadanos del país
hermano. El ambiente se torna hostil para colombianos y venezolanos, para los
primeros porque ven un mayor y preocupante deterioro en la seguridad y en los
segundos, porque aparte de las difíciles condiciones en las que sobreviven deben
ahora sortear y resistir actos de marcada xenofobia y aporofobia.
Quizás tantos años soportando la estigmatización universal por la guerra y el
narcotráfico, nos llevó a descargar nuestra prolongada presión interna y la
migración venezolana nos hizo explotar, creyéndonos superiores y denigrándolos
por ser extranjeros y de muy bajos recursos.
CONCLUSION
El termino “Aporofobia” no es muy común, ni muy ultilizado en latinoamerica y
mucho menos en Colombia, ya que es un termino muy nuevo, acuñado por su
autora Adela Cortina. Pero no hay que poner en duda que el significado de esta
palabra, que se esta resaltando cada vez más en nuestra población nacional
debido al gran flujo migratorio por parte de los venezolanos.
Al reflexionar sobre la aporofobia desde la perspectiva de un rechazo a las personas
pobres o desamparadas, nos obliga a pasar de mirar este fenómeno en los migrantes
hacia mirarlo al interior de nuestras sociedades. La conclusión es categórica: el
rechazo que mostramos hacia las migraciones pobres es el mismo rechazo que reciben
las familias desamparadas en nuestros países, el mismo que reciben los sin techo,
incluso los discapacitados. Es la cara opuesta al recibimiento que damos a futbolistas,
empresarios, inversionistas y gente de dinero.

En términos sociológicos, la aporofobia se inscribe en el marco de los discursos de


odio. En este sentido, comparte con otros discursos de odio -como la homofobia o
el racismo- el conducir a acciones de rechazo o violencia contra una persona sin
importar quiénes son o cómo ha sido su vida, exclusivamente por su pertenencia a
un grupo social del cual se han levantado leyendas negras que presuntamente
justifican la creencia en quien discrimina de ser superior a la víctima de la
discriminación.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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BUSCA MAS REFERENCIAS
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