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    UNIVERSIDAD COMILLLAS

    PRACTICUM (ORATORIA
    DISCURSO
    Tema: Aporofobia, el rechazo al pobre.
    Título: “La Pobreza no tiene rostro: El desafío de nuestra
    generación”

    Objetivo: Dar a conocer el término de aporofobia a estudiantes jóvenes


    resaltando su impacto social en la actualidad.

    Arranque (2min.)
    Les voy a hacer una pregunta incómoda: ¿por qué nos incomoda/asusta
    tanto la pobreza? No hablamos del miedo a perder dinero, sino del
    rechazo real que sentimos hacia quienes ya no lo tienen. Imaginen a una
    persona sin hogar en una esquina de esta misma ciudad. La mayoría
    pasa sin mirarla, como si no existiera, pero el turista rico en la siguiente
    esquina recibe sonrisas y atención. [proyectar una imagen alusiva, si se
    ve conveniente]Esto tiene un nombre: Aporofobia.

    Introducción
    Hoy vengo a hablarles sobre este término que probablemente no sea
    muy familiar para muchos de ustedes, pero que tiene un profundo
    impacto en nuestras sociedades: la aporofobia. Este término fue
    acuñado por la filósofa española Adela Cortina y se refiere al miedo,
    rechazo o desprecio hacia los pobres, hacia aquellos que no tienen
    recursos. Aunque es menos conocido que términos como xenofobia o
    racismo, es igual de dañino y está presente en nuestra vida cotidiana de
    maneras que a menudo no percibimos, se invisibiliza en nuestra
    sociedad.

    ¿Qué es la Aporofobia?
    La palabra aporofobia viene del griego áporos que significa "pobre" o
    "sin recursos", y fobos, que significa "miedo". Es un término que, hasta
    que fue introducido por Cortina en 1995, no tenía un nombre específico,
    aunque el fenómeno ha existido desde hace siglos. El concepto es
    simple: mientras que muchas veces se habla del rechazo a los
    extranjeros o personas de otras razas, lo que realmente molesta a las
    sociedades no es la procedencia de las personas, sino su pobreza.

    Un ejemplo claro lo podemos ver en cómo recibimos a turistas o


    inversores extranjeros con los brazos abiertos, pero cerramos las
    puertas —física y simbólicamente— a los inmigrantes pobres o personas
    sin hogar. La pregunta no es si vienen de otro país, sino si tienen algo
    que ofrecer económicamente. Los pobres, al parecer, no lo tienen.

    Alumno: Alfredo Velázquez Campos


    UNIVERSIDAD COMILLLAS
    PRACTICUM (ORATORIA

    Desarrollo
    Conclusión
    Cierre (1 min.)
    Ahora que ya conocen el término aporofobia, la pregunta que debemos
    hacernos es: ¿qué vamos a hacer con este conocimiento? Cada vez que
    ignoramos a alguien por su pobreza, estamos reforzando un sistema que
    discrimina y perpetúa la desigualdad. No basta con sentir lástima, ni con
    señalar el problema. La aporofobia afecta a todos: corrompe nuestros
    valores, nuestra democracia y nuestra capacidad de convivir como
    iguales. ¿Vamos a ser la generación que continúe ignorando esta
    realidad, o seremos quienes pongamos fin a este miedo y rechazo
    irracional hacia los más vulnerables? El cambio comienza con cada uno
    de nosotros, con lo que decidamos hacer después de salir de esta sala.

    Alumno: Alfredo Velázquez Campos

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