Este documento describe la evolución del papel del estado y la administración pública. Comienza con el estado gendarme del 1900-1930, luego el estado benefactor de 1930-1950 y el estado omnipresente de 1950 en adelante. Más recientemente surge el estado regulador desde los 1970 en adelante, que se enfoca en la articulación entre actores. El documento también discute la necesidad de una gerencia pública efectiva para mejorar la eficiencia, eficacia y legitimidad del estado, con un enfoque en el recurso humano y la transición del administ
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Este documento describe la evolución del papel del estado y la administración pública. Comienza con el estado gendarme del 1900-1930, luego el estado benefactor de 1930-1950 y el estado omnipresente de 1950 en adelante. Más recientemente surge el estado regulador desde los 1970 en adelante, que se enfoca en la articulación entre actores. El documento también discute la necesidad de una gerencia pública efectiva para mejorar la eficiencia, eficacia y legitimidad del estado, con un enfoque en el recurso humano y la transición del administ
Este documento describe la evolución del papel del estado y la administración pública. Comienza con el estado gendarme del 1900-1930, luego el estado benefactor de 1930-1950 y el estado omnipresente de 1950 en adelante. Más recientemente surge el estado regulador desde los 1970 en adelante, que se enfoca en la articulación entre actores. El documento también discute la necesidad de una gerencia pública efectiva para mejorar la eficiencia, eficacia y legitimidad del estado, con un enfoque en el recurso humano y la transición del administ
Este documento describe la evolución del papel del estado y la administración pública. Comienza con el estado gendarme del 1900-1930, luego el estado benefactor de 1930-1950 y el estado omnipresente de 1950 en adelante. Más recientemente surge el estado regulador desde los 1970 en adelante, que se enfoca en la articulación entre actores. El documento también discute la necesidad de una gerencia pública efectiva para mejorar la eficiencia, eficacia y legitimidad del estado, con un enfoque en el recurso humano y la transición del administ
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DEL ADMINISTRADOR AL GERENTE PÚBLICO
La gerencia pública es otra corriente de estudio que ayuda a entender la
complejidad de la acción gubernamental, acción que dependerá del rol del estado: Comienza por describir un Estado gendarme 1900-1930 (seguridad, soberanía, justicia); en el cual el estudio del marco legal permitía entender casi en su totalidad el conjunto de la acción gubernamental: Luego presenta el Estado benefactor en dos fases: I: (+ 1930) Estado providencia (amplia sus responsabilidades hacia la oferta de bienes públicos); el escenario de la acción gubernamental era de orden cuantitativo y de producción masificada de servicios; II ( desde 1950) Estado Omnipresente (intervención en diversos sectores de actividad); El monolito estatal se fragmenta . La lógica de la acción gubernamental se diversifica; las agencias se bifurcan, se contraponen y se disputan los espacios y los recursos; la acción gubernamental en adelante deberá ser mucho más interactiva con agentes y agencias no gubernamentales; a fines de esta década surge la escuela de políticas públicas; y finalmente el Estado Modesto o Regulador (desde fines de los 1970´s) ; que desplaza su acción a la articulación de los esfuerzos del conjunto de los actores, y las agencias son uno de los componentes y sólo eso. Esta última etapa evolutiva del papel del estado, asume que los problemas más importantes de una agencia gubernamental se refieren al cómo manejar adecuadamente los recursos para sobrevivir, cómo interrelacionarse de la forma más adecuada con el entorno de otras agencias y con el usuario (en algunos casos cliente) del servicio que se provee, cómo redefinir constantemente la misión para hacer viable en el largo plazo la acción institucional. En este sentido, el estado regulador exige eficiencia de las agencias gubernamentales, y se crea el campo adecuado para el surgimiento de la gestión y/o gerencia pública[1]. Sin embargo en América Latina, los problemas de gestión pública tienen que ver también con la gobernabilidad de los países; por lo que la gestión pública se posiciona como un sistema dual que debe generar mecanismos de mejor desempeño inter e intrainstitucionales, y construir los mecanismos que promuevan y generen una interlocución gobierno – gobernados; se trata de una gestión pública capaz de generar eficiencia, eficacia y legitimidad simultáneamente; elementos que aún siendo de una misma solución a largo plazo, son soluciones excluyentes en el corto plazo. Éste concepto de gerencia pública está más preocupado por el diagnóstico del problema que por las soluciones o las recetas técnicas; es una herramienta que sirve para recobrar la confianza y legitimidad en las agencias gubernamentales. Como resultado de la evolución social, económica y tecnológica del mundo contemporáneo; la presencia del estado, sus formas de actuación, etc. son fuertemente cuestionadas por la sociedad, que al no creer más en un estado benefactor se ha organizado (ONGs) en busca de la autogestión de los problemas colectivos tratando en la medida de lo posible, de evitar la participación estatal. Existe manifiesto interés en la participación directa, a más de la formulación desea intervenir en la gestión, implementación y evaluación de las acciones públicas. Es la búsqueda de un aparto estatal que sirva a la sociedad y no al contrario; es decir de un servidor público que efectivamente dé un servicio a la sociedad y no más a sus propios intereses. La crisis de legitimidad del estado contemporáneo (obeso, ineficaz e ineficiente) deviene de la crisis de legitimidad de la administración pública, de un aparato administrativo incapaz de responder eficazmente las demandas de la sociedad; un aparato que se auto-reproduce con lógica interna e intereses propios. Como respuesta a la crisis de legitimidad surge la modernización de la administración pública; y con ánimo de clarificar la connotación y contenido de la citada modernización, se propone diferenciar los niveles de análisis: a) Prerrequisito de la eficiencia.- Necesidad de recomposición en las relaciones insumo/producto (+ producto con –insumo); se contempla la tecnología administrativa en búsqueda de racionalizar recursos, cambiar procedimientos y técnicas administrativas. La solución y cambio se sitúa en el nivel operativo. b) Prerrequisito de la eficacia.- Necesidad de lograr los objetivos estatales; el diagnóstico tiene dos vertientes: 1) orgánico: dinámica decisoria que incluye estructuras de poder y juego de intereses, la vía de solución está en el involucramiento afectivo de los individuos a la imagen organizacional y sus fines. 2) mecánica o normativo –jurídica, el mal organizacional está en lagunas en la reglamentación, definición de áreas de competencia manuales, organigramas, decretos, etc. Considera que para enfrentar esta laxitud en los espacios decisorios, se necesita de disposiciones más claras y detalladas. c) Prerrequisito de la legitimidad.- para restablecer el dialogo estado – sociedad aniquilado por una administración que se reproduce a sí misma; las soluciones que se proponen residen en mayor democratización[2] El método pasa a ser un criterio básico de legitimación del aparato estatal; se requiere por tanto de transformarlo hacia un aparato con niveles más adecuados de eficiencia en su funcionamiento, con mayor precisión y eficacia en su acción, y más legítimo en su quehacer. El recurso humano es clave para la modernización de la administración pública, y el énfasis en cómo debe cambiar este recurso (estructuras, responsabilidades, actitudes y procesos), exige de una estrategia de “arriba hacia abajo”. a) Ante la crisis de legitimidad del aparato, Los altos cuadros se convierten en la vía de inducción de una actitud favorable de cambio en el resto del aparato, b) Diseño de nuevos sistemas administrativos. c) Los incrementos de eficiencia y eficacia se traducirán en el mediano plazo, en una recuperación paulatina de legitimidad en la acción político – administrativa del estado. En Latinoamérica (México), se justifica esta estrategia porque la rigidez de los medios operativos, la inercia de tradiciones y vicios de comportamiento, son obstáculos que no permitirían un cambio de “abajo hacia arriba”. Dada las características del aparato, los altos mandos se constituyen en la estrategia viable para la inducción del cambio; por ello la necesidad de focalizar el perfil de los nuevos cuadros que requiere la administración pública; en particular el del administrador o gerente público como el eje articulador de la modernización y por lo tanto el punto central de la reflexión. Los procesos de cambio en la administración pública si bien son similares, adoptan énfasis, orientaciones, modalidades y ritmos diferentes en su ejecución. Las situaciones de cambio que parten de objetivos divergentes, derivan en estrategias diferentes e imponen diversas modalidades de cambio en las organizaciones públicas. Una situación de cambio puede ser visto como un marco de premisas que pretenden inducir el cambio, en dos características: Orientación: ámbitos de acción y límites planeados que a lo interno deriva en ajustes en la estructura, en las funciones, y en la normatividad; en caso de ser externos (relación con el contexto) conduce a acciones de información al usuario, simplificación del servicio, rapidez, etc. Profundidad: si el cambio es a nivel estructural y/o comportamental; en el primer caso se ocupa de las relaciones entre unidades, ajustes de autoridad, competencias, etc; en el segundo se concentra en modificar patrones de conducta, valores, identidad institucional, entre otros. Para llegar a un aparato más ágil y legítimo, un aparato permeable a la sociedad y sintonizado con sus expectativas e ideales, implica separar las racionalidades por niveles jerárquicos como históricamente se ha hecho. De ahí la importancia de considerar al recurso humano como el motor del proceso de cambio. Los esfuerzos que en ese sentido se hagan, atraviesan por procesos de cambio de identidad y cultura del aparato; otros por cambios en la lógica y técnica administrativa. En este sentido a continuación se enlistan las características de dichos procesos. De una visión parcial jurídica o técnica a una visión integral. Del estado omnipresente al estado modesto. De la legalidad a la legitimidad como fundamento de la acción. De un sistema semi – abierto a uno totalmente abierto. De la rigidez a la flexibilización organizacional. De un plan como requisito burocrático a un plan como instrumento de acción. Del centralismo como método a la descentralización como dinámica para la toma de decisiones. Del control punitivo y parcial a la auto-evaluación. De un sistema administrativo a un sistema de cogestión. De un contexto dinámico a uno de tipo turbulento. De la estrategia para el mantenimiento a una estrategia para el cambio. Del compromiso a la negociación y acuerdo como tácticas para la acción. Del administrador al gerente público. El administrador público, tienen una vocación burocrática o tecnocrática, por ello se apega a la norma, centraliza su espacio de decisión y busca pertenencia para lograr apoyo interno. El gerente público, abre los espacios de decisión a otros miembros, las decisiones son inclusivas, tiene orientación al dialogo, es un interlocutor con los grupos sociales; su acción se orienta hacia fuera de la organización, al entorno. Se trata de una nueva cultura organizacional que premia y dá espacios a quien tiene una mayor capacidad de iniciativa y de interlocución con el entorno; tendrá más oportunidades quien tenga más logros en su trayectoria como gerente público y un mayor impacto real en el entorno.
Las transformaciones de la administración pública y del derecho administrativo. Tomo III: Las dimensiones del control sobre la actividad administrativa