Libro Prácticas D Nivel Superior
Libro Prácticas D Nivel Superior
Libro Prácticas D Nivel Superior
Autores/as:
PRÓLOGO
Ana María Malet……………………………………………………………………… 6
PRESENTACIÓN
Andrea Montano……………………………………………………………………… 9
PRIMERA PARTE:
DIMENSIÓN EPISTEMOLÓGICA DE LA ENSEÑANZA EN EL NIVEL
SUPERIOR
SEGUNDA PARTE:
LA ESPECIFICIDAD DE LOS CONTENIDOS Y LOS CONTEXTOS DE
ENSEÑANZA EN EL NIVEL SUPERIOR.
TERCERA PARTE:
CONSTRUCCIONES METODOLÓGICAS EN EL NIVEL SUPERIOR.
CUARTA PARTE:
CURRICULUM, CAMPO DE TENSIONES EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR
Tengo el agrado de presentar esta obra, cuya compiladora no solo es una colega
sino también una amiga y un “después académico”. Este “después” es posible si entre
quienes comparten los equipos de las materias universitarias existen espacios en los
que las diferencias son constructivas e incentivan la creatividad, el debate facilita los
aprendizajes mutuos y las coincidencias logradas alimentan las construcciones teóricas
y prácticas en un clima de respeto mutuo y confianza.
La compilación resulta novedosa porque incorpora a los estudiantes al contexto
de la producción académica y es notable la sencillez con la que explican prácticas
complejas lo que permite a los lectores, aún sin conocimientos específicos sobre el
tema, comprender las experiencias presentadas.
Los trabajos analizados muestran posicionamientos diversos de los futuros
docentes pero predomina como común denominador el convencimiento del valor de la
reflexión sobre las prácticas y su incidencia en las experiencias transformadoras,
creativas e innovadoras. La reflexión está acompañada del análisis crítico de los
contenidos curriculares, de las diversas transformaciones que se realizan a partir de las
“formas” de su tratamiento por parte de los docentes, vinculadas con factores
ideológicos, metodológicos y, en algunos casos, hasta generados por la misma rutina
de “dar clase”.
Es así como se describen propuestas que introducen documentos históricos para
salir de las dificultades presentadas por la historiografía dominante; se plantean
particulares estrategias de enseñanza con la finalidad de generar instancias de
autorreflexión en los estudiantes, colocándolos en un lugar más activo en los procesos
de enseñanza y aprendizaje. En esta línea, plantear el Aprendizaje Basado en
Problemas (ABP) favoreció que los futuros docentes se posicionaran como tutores, más
que como expositores.
Asimismo, desde las propuestas se promueve la toma de conciencia y “la
reorganización y ampliación del recorrido y del perfil (curricular) del estudiantado, no
solo en lo que respecta a ser futuros maestros/as, profesores o investigadores, sino
como posibles docentes-artistas, productores artísticos o gestores culturales,
comprometidos socialmente, no desde un asistencialismo “evangelizador”, sino como
creadores de espacios institucionales”1. Se valoran las intervenciones docentes a partir
1
Lo expuesto entre comillas y en cursiva pertenece a las producciones del libro.
de preguntas o disparadores audiovisuales y que, junto a los estudiantes, participen en
los debates dando lugar a procesos de aprendizaje de otro tipo.
En cuanto a la enseñanza, es comprendida como construcción dialógica entre
el profesor y los alumnos; la clase se define como grupo humano y con el aula como
espacio físico y se interpretan los procesos de enseñanza y de aprendizaje desde la
complejidad.
Es relevante señalar en este prólogo algunas consideraciones que se explicitan
en las producciones presentadas. En primer lugar, se señala que las materias
disciplinares de las diferentes carreras de profesorado no contemplan el plano del
ejercicio profesional de los futuros docentes, porque los saberes se presentan aislados
de las prácticas de enseñanza dentro de las cuales funcionarán.
Tampoco en las materias que constituyen la trama curricular de las carreras
docentes, tanto en la universidad como en los institutos superiores, se explicita que en
todo diseño de un proyecto de cátedra y/o programa de materia se toman decisiones y
se asumen posiciones epistemológicas y metodológicas respecto de los contenidos que
serán objeto de enseñanza. Hay asignaturas en las que ciertos “posicionamientos
teóricos aparecen naturalizados como ‘objetivos’ y como los únicos posibles”.
En relación con lo anterior no se asume una perspectiva crítica y de
investigación al construir los programas de estudio. “Construir un proyecto de cátedra
implica necesariamente realizar un trabajo de investigación sobre los contenidos
disciplinares y asumir una posición epistemológica, metodológica y didáctica…esta
problemática repercute en la idea de estudiante y de futuro docente que se reproduce y
proyecta desde las cátedras, la cual se limita a una simple repetición de los contenidos
disciplinares al modo de la educación bancaria a la que alude Paulo Freire”.
Se reconoce en las reflexiones que se presentan las marcas teóricas de Elisa
Lucarelli, Phillipe Perrenoud y Maurice Tardiff. Ideas tales como “la explicitación de los
presupuestos a partir de los cuales define sus abordajes metodológicos” y “la
elaboración de reflexiones sistemáticas que surgen del análisis de experiencias
concretas del enseñar y el aprender”; la práctica reflexiva y la implicación crítica “como
orientaciones prioritarias de la formación del profesorado”, dan cuenta de las voces de
estos autores imbricadas con las prácticas docentes realizadas.
En este sentido, la práctica docente es entendida como situada, en los contextos
institucional y social que la enmarcan; agregando la dimensión curricular como un
aspecto de fundamental importancia para (re)pensarlas.
La trayectoria recorrida les demostró a los estudiantes “la importancia de crear
tiempos y espacios de habla y de escucha, para apuntar a la consolidación del grupo
como una comunidad de aprendizaje en donde se refuerza permanentemente la
capacidad de trabajo y evaluación colaborativa, en la que se valoran los aportes,
opiniones e ideas de los alumnos… para realizar una verdadera construcción colectiva
de conocimiento, la cual deberíamos priorizar siempre, y más aún en la educación
superior”.
Agradezco el espacio brindado para compartir con los lectores los sentimientos
que me generó esta obra y felicitar tanto a la compiladora como a los estudiantes por el
excelente y novedoso trabajo realizado y espero que los indicios de su contenido
esbozados en este prólogo sean suficientes para generar curiosidad e interés por su
lectura completa.
2
Utilizó la transcripción escrita de discursos, imágenes y gráficas propagandísticas.
Al finalizar nuestro trayecto consideramos necesario volver a reflexionar
continuamente sobre lo mencionado y reforzar la importancia del uso de fuentes en el
estudio de este tema. Es necesario ampliar las competencias de base de los docentes
-en tanto funcionen estas como una red de trabajo grupal y no como individualidades de
“grandes” profesores dedicados a su soberbia académica y al engrandecimiento de su
gabinete de cristal- y la reformulación y creación de recursos disciplinarios de
enseñanza no existentes, que faciliten el proceso de aprendizaje.
En ese sentido, nos parece importante recalcar los problemas que nos surgieron
al momento de seleccionar la bibliografía para nuestras clases, y de observar que
nuestro acervo académico no condice con nuestros fines de enseñanza. Si bien esto
puede ser sorteado mediante las prácticas de acción concreta, no deja de ser un escollo.
Al respecto, Perrenoud (2004) nos ilumina diciendo que el enseñante tiene que
convertirse en el cerebro de su propia práctica para plantar cara “eficazmente” a la
variedad y a la transformación de sus condiciones de trabajo. Deducimos que la
congruencia entre nuestros recursos, competencias, saberes y paradigmas se irá
constituyendo en el trayecto de nuestra acción en tanto docentes profesionales, para
conformarse como herramientas visibles, asibles e inacabadas.
En cuanto a la construcción del programa del espacio curricular no creemos que
sea determinante en la enseñanza de la historia pero sí es un aspecto muy influyente.
Para nosotros las prácticas concretas de enseñanza establecen un impacto pedagógico
de mayor valía y determinismo. Sin embargo, y como venimos advirtiendo con otras
palabras, la diversidad de autores es importante ya que permite mostrar el abanico de
posibilidades en el abordaje de la problemática. Lamentablemente, en ese sentido,
encontramos que existe una carencia de autores Nacionales y Populares (Galasso,
2008), lo que hubiese significado un abordaje integral de la temática. En lo concerniente
al uso de fuentes, tanto la profesora en las clases observadas como nosotros las hemos
utilizado aplicando la tónica oficialismo-oposición. Es decir, uno de los criterios que
creemos adecuado para la enseñanza del período es brindar fuentes que presenten los
dos espacios políticos redefinidos a partir del 17 de octubre de 1945, los que apoyan y
los detractores a las ideas encarnadas en Perón. Ya que nosotros, inicialmente,
habíamos identificado como déficit la mirada solamente desde la óptica antiperonista,
introducir ambas miradas nos parece un avance didáctico sustancial.
Por otro lado, vemos que el tratamiento del peronismo como sustento de si
mismo está totalmente cerrado en la enseñanza. En tanto ideología tercermundista,
periférica, y de elaboración genuina, no necesita únicamente de la tónica oficialismo-
oposición para su desarrollo. Resaltamos que aún no encontramos prácticas de
enseñanza y diseños de programas articulados con lo antedicho: ¿se puede decir que
existe un programa que contenga bibliografía contundentemente properonista en Bahía
Blanca?. Frente a esto seguimos reflexionando, creando e innovando para conformar
material didáctico que explique el periodo de manera intrínseca al peronismo, y facilite
la comprensión sustancial y holística de la Historia Argentina.
Poniendo en juego la tensión existente entre las fuentes históricas y el material
bibliográfico hemos podido identificar el conflicto epistemológico, nacido del fuerte
contraste entre lo planteado por los documentos de la época y los textos interpretativos.
Es decir, las fuentes de primera mano utilizadas por la docente a cargo de la materia y
por nosotros como practicantes-docentes privilegiaron la heterogeneidad y la
multivocidad en los enfoques ideológicos sobre la problemática; sin embargo, la
bibliografía obligatoria era tendenciosa y opositora (en algunos textos esto era más
visible que en otros)3 al peronismo. Esto conllevó a un replanteo y extrañamiento por
parte de los estudiantes en la construcción del conocimiento, ya que las fuentes
tensionaban con los contenidos desarrollados en la bibliografía de la materia.
En otro momento, nuestras intervenciones procuraron introducir documentos
históricos que permitieran salir de las dificultades presentadas por la historiografía
dominante. Las diversas aristas emanadas de los documentos generaron un interesante
diálogo entre los estudiantes y los docentes, que creemos se constituyó como un
importante avance en el conocimiento didáctico sobre el tema y en su carácter
constructivo.
Como conclusiones de nuestra investigación, queremos establecer la
importancia de la utilización de fuentes de primera mano en la enseñanza, ya que
visibiliza la agencia de los actores reales de la historia y muestra el hacer del historiador,
lo que permite desnaturalizar la enseñanza dogmática desde los libros y la historiografía
hegemónica. Así mismo, darles voz a los actores principales de la historia permite salir
de tergiversaciones teñidas de uso político predominantes en la escritura y en la
enseñanza de la Historia Argentina -las tradiciones liberales y marxistas-. Al abordar la
enseñanza como construcción dialógica entre el profesor y los alumnos, intermediados
por fuentes y opiniones de sujetos de la época, se podrían saltear las problemáticas que
caracterizan a este proceso. Creemos que nuestro trabajo está orientado a la
profesionalización del ejercicio de nuestra disciplina, conclusión a la que llegamos luego
de la incorporación de las nociones de Tardif 4. En este sentido, hay que tener en cuenta
que la comprensión histórica del Peronismo es fundamental para la del resto de la
3
Desde nuestra observación y experiencia, esto es algo recurrente y reiterando en la construcción de la
bibliografía obligatoria para abordar y profundizar el tema Peronismo.
4
Maurice Tardif (2004) define a la profesionalización en la educación como una tentativa de reformular y
renovar los fundamentos epistemológicos del oficio de maestro o profesor y educador, así como de la
formación para la docencia.
Historia Argentina, allí radica la importancia de problematizar epistemológicamente
cómo se construye el proceso de enseñanza para que, realmente, logre los fines que se
propone.
Bibliografía
El malestar en la disciplina
5
Desde nuestro punto de vista, toda práctica docente implica una práctica investigativa, sea ésta consciente
o no, y esto funciona tanto al nivel de los contenidos disciplinares como al nivel de las prácticas de
enseñanza. Jorge Steiman señala la necesaria definición del marco didáctico que “se refiere a la disciplina
como objeto de aprendizaje” (2012:32) y que implica la opción teórica de la cátedra “acerca de las
concepciones del aprendizaje, de la enseñanza y del conocimiento” (2012:33). Consideramos que esto
también implica una tarea de investigación, ya sea sobre referentes teóricos o sobre la reflexión acerca de
la propia práctica.
aspectos, “la explicitación de los presupuestos a partir de los cuales define sus
abordajes metodológicos” y “la elaboración de reflexiones sistemáticas que surgen del
análisis de experiencias concretas del enseñar y el aprender” (s/f:7). De esta manera,
procuramos promover un perfil de estudiante de nivel superior y futuro docente que
produce conocimiento y asume conscientemente posiciones críticas acerca de los
contenidos disciplinares y las prácticas de enseñanza.
6
La carrera se llama, aún, Profesorado de Tercer Ciclo de la EGB y el Polimodal en Lengua y Literatura,
dado que el diseño curricular fue elaborado en 2003, es decir, con anterioridad a la modificación de la
estructura del sistema educativo público.
vincular directamente con la problemática que fue el disparador de nuestro proyecto de
cátedra, ya que está ausente cualquier referencia a la práctica profesional y a las
distintas concepciones posibles de enseñanza, aprendizaje y a las formas de
conocimiento. Como señalan Follari y Berruezo, en este caso el currículum “[hace]
referencia al conglomerado conceptual de la disciplina y no a la práctica profesional que
ella posibilita, y que debiera ser el referente explícito de la formación que se ofrece a
quien va a ejercerla” (1981:4).
Los estudios se estructuran en disciplinas (por ejemplo, lingüística, teoría
literaria, semiótica, entre otras). La organización curricular presenta una programación
concéntrica, en la cual la práctica docente funciona como eje articulador. Las
asignaturas están correlacionadas entre sí (por ejemplo, existe una serie de materias
que lleva por nombre “Historia Social y Cultural de la Literatura”, con cuatro niveles, uno
por año de la carrera). Las materias se organizan en tres áreas de concentración:
Espacio de la fundamentación pedagógica, espacio de la especialización por niveles y
espacio de la orientación. Entre ellas, la que adquiere preeminencia en términos de
cantidad de materias y cargas horarias es la correspondiente al Espacio de la
Orientación que, a su vez, va ganando mayor importancia hasta ser la única área
presente en el último año de la carrera.
El plan no presenta ningún grado de flexibilidad, al punto de que todas las
materias son obligatorias y no existen materias optativas. Se trata de un curriculum
cerrado que incluye 35 materias, 100% de cursos obligatorios, diversas correlatividades
múltiples7, aunque también existen tres espacios de definición institucional que le
otorgan cierta libertad a la propuesta curricular del Instituto.
En cuanto a la estructura pedagógica, existe un claro predominio de las materias
“teóricas”, ya que solamente dos materias tienen la modalidad de taller. Esto dificulta la
producción de conocimientos que puedan integrar las distintas áreas disciplinares y la
práctica profesional de los egresados.
7
Algunos alumnos nos comentaron que sus compañeros perdieron el año de cursada por el excesivo peso
que significa para ellos la existencia de un sistema de correlatividades fuertes. Asimismo, sostienen que las
instancias de mesa de examen no son suficientes para rendir las materias necesarias para continuar con el
cursado.
el espacio de la práctica docente y también con los niveles anteriores de la misma
asignatura.
La cátedra plantea un recorrido por textos literarios universales siguiendo el eje
de la representación de la ciudad, que se articula con el desarrollo histórico de las
grandes metrópolis. El docente de la cátedra también propone una problematización de
la práctica docente en relación con la enseñanza de prácticas de lectura de textos
literarios y propicia las reflexiones sobre las experiencias de docencia de los alumnos y
sobre el rol del docente al producir conocimiento para elaborar un programa con actitud
investigativa.
En cuanto a los aspectos éticos del rol docente, el profesor planteó la necesidad
de poner en cuestión los propios prejuicios, aspecto que está ausente en la
fundamentación curricular y que resulta destacable. En cuanto a las estrategias
didácticas, hace un uso fecundo del trabajo en grupos mediante consignas de lectura y
escritura, propone una construcción colectiva de conocimiento a partir de inferencias de
lectura acerca de los textos literarios, que según Follari y Soms (1994: 46) resulta un
“elemento fundamental para lograr aprendizajes significativos”.
Nuestra propuesta
8
-Sánchez Trolliet, Ana Belén (2007), “Roberto Arlt: ficción y política, Buenos Aires a principios del siglo
XX” (fragmentos).
-Piglia, Ricardo (1973), “Roberto Arlt: una crítica de la economía literaria” (fragmentos).
-Melo, Adrián (2011), Historia de la literatura gay en Argentina (fragmentos).
obra y sus características sociohistóricas (aprovechando el eje temático de la materia,
la ciudad). Como actividad final, propusimos a los estudiantes elaborar grupalmente
propuestas de abordaje del texto literario en el ámbito escolar.
El diseño de las actividades estuvo fundamentado en una concepción de
evaluación procesual y formativa, de tipo factual, enfocada en lo que los alumnos
puedan realizar (y no reproducir). De esta manera, evaluamos la capacidad de defender
y fundamentar puntos de vista sobre los problemas analizados y proponer aportes al
abordaje en el nivel medio de algunos de los problemas trabajados, siendo posible que
queden a disposición de otros estudiantes del instituto, logrando así una producción de
conocimiento para una audiencia real que “se comparta y discuta públicamente en la
comunidad de aprendizaje pertinente” (Díaz Barriga Arceo, 2006: 133).
Bibliografía
Díaz Barriga Arceo, F. (2006) Enseñanza situada: vínculo entre la escuela y la vida.
Méjico, Mc Graw Hill.
Follari, R.y J. Berruezo (1981) “Criterios e Instrumentos para la Revisión de Planes de
Estudio”, en: Revista Latinoamericana de Estudios Educativos. Vol XI, N°1, 1981. Pp. 1-
11.
Lucarelli, E. (s/f) La Didáctica de Nivel Superior. Ficha de cátedra. UBA.
Soms, E. y R. Follari (1994) La práctica y la formación profesional. Buenos Aires,
Humanitas.
Steiman, J. (2012) Más didáctica (en la educación superior). Buenos Aires, UNSAM
Edita - Miño y Dávila.
Documentos
Resolución CFE 30/07 Anexo I. Hacia una Institucionalidad del Sistema de Formación
Docente en Argentina.
CAPÍTULO 3
PLANIFICAR Y HACER: DESENCUENTROS EN LA ENSEÑANZA DE LA QUÍMICA.
Ana Laura Atala y Macarena Ostertag
Etapa de Intervención
Conclusiones
Como mencionamos a lo largo del trabajo, el miedo rondó durante toda nuestra
experiencia. En un primer momento sólo nos preocupaba el “cómo” dar la clase, si el
tiempo nos iba a alcanzar para realizar todo lo planificado, si los estudiantes nos iban a
escuchar, ya que estábamos preocupadas por el hecho de que nuestras edades eran
muy próximas a las de ellos.
Ahora, luego de haber concluido con las intervenciones, analizando cómo nos
sentimos, por qué hicimos las cosas que hicimos, entendimos que lo importante no era
si el tiempo alcanzaba sino el cómo nosotras nos posicionamos frente a un curso.
En un comienzo, nos propusimos enseñar la Química de una manera en que los
alumnos logren vincular los contenidos dados con hechos de la vida cotidiana, y poder
generar una íntima relación entre la teoría y la práctica mediante un trabajo de
laboratorio, donde los estudiantes puedan debatir sobre lo observado y, de esta manera,
logren apropiarse de los conceptos a través de la experiencia y del diálogo con el otro;
y, a su vez, puedan desarrollar un posicionamiento para formar un pensamiento crítico
y autónomo.
Sin embargo, no es posible implementar esta manera de enseñar, si no nos
damos cuenta de que estamos insertas en un modelo tradicionalista, dentro del cual
fuimos formadas durante la mayor parte de nuestra escolaridad.
Creemos que, indudablemente, esta ha sido una experiencia que ha marcado
nuestra forma de pensar sobre ¿qué docentes queremos ser?, ¿qué es lo que realmente
queremos enseñar y que los alumnos aprendan? y ¿cómo lo enseñamos?
En este sentido, consideramos que podríamos haber pensado la clase,
realizando en una primera instancia la experiencia de laboratorio, para que los
estudiantes generen posibles hipótesis sobre lo ocurrido, las cuales serían un primer
paso para la construcción del conocimiento.
El trabajo final se basaba en poder sistematizar el conocimiento construido
acerca de la enseñanza de la propia disciplina en el nivel superior. Para nosotras el
poder formularnos estas preguntas, ver por qué no logramos llevar a la práctica lo que
nos habíamos propuesto inicialmente, nos llevó a pensar y a planificar nuestras clases
de una manera totalmente diferente. Podemos concluir en que éste fue el principal
conocimiento que logramos construir a lo largo de este proyecto.
CAPÍTULO 4
PRODUCIR CONOCIMIENTO DESDE LO MULTIDISCIPLINAR: UNA EXPERIENCIA DE
ENSEÑANZA DE LA HISTORIA EN UN ISFD.
Franco Balestra y Juliana Fatutta
Introducción
Punto de partida
Bibliografía
Fuentes consultadas
Introducción
en las didácticas para la educación superior, como en las otras didácticas de nivel,
confluyen las Didácticas de todas las disciplinas, así como las de los otros tipos de
contenidos destinados a la formación personal y social. Comparten con las otras su
carácter extremadamente complejo, en razón de los múltiples aportes que debe integrar
para resolver apropiadamente la problemática de la docencia superior” (1995:3).
La Institución y el curriculum
El proyecto de cátedra, que conjugó investigación e intervención docente, se
situó en la materia Historia Social General, dictada en el primer año del Profesorado en
Artes Visuales en la Escuela Superior de Artes Visuales “Lino Eneo Spilimbergo”.
Esta carrera apunta a formar a los futuros profesores en dos cuestiones
fundamentales: por un lado, en los aspectos referidos al conocimiento de un lenguaje
artístico en sus estructuras, modos de operación, procedimientos productivos e
instancias de circulación e interpretación, así como a sus transformaciones a lo largo de
la historia. Por otro lado, y simultáneamente, en la enseñanza. El título de profesor de
artes visuales abre a sus estudiantes la posibilidad de trabajar como profesores en los
distintos niveles (inicial, primario y secundario), en talleres, centros culturales, museos
y también en la realización de producciones artísticas.
El plan de estudios del Profesorado de Artes Visuales prevé una duración de
cuatro años para la carrera y, previamente, como requisito de ingreso, los estudiantes
deben aprobar una formación básica de un año. Se estructura en tres campos:
formación general, formación específica y práctica profesional. En cada uno de estos
campos encontramos saberes propios de la formación docente y de la formación
artística. Asimismo, dentro del campo de la formación específica, encontramos otros
saberes, propios de la formación en el ámbito del lenguaje visual, de la producción, socio
históricos y de la didáctica específica.
En cuanto a la práctica profesional se puede observar que se relaciona
dialécticamente con los saberes generales y específicos, ya que la misma está presente
en todos los años de la carrera como eje articulador, esto permite que la teoría y la
práctica se imbriquen. Este tipo de curriculum va en consonancia con la concepción
crítica que señala Liliana Sanjurjo, que pretende “superar los modelos tecnocráticos de
formación sustentados en una concepción positivista acerca de la relación teórica y
práctica, que derivaron en propuestas formativas en las que las prácticas constituyen un
apéndice final, momento en el que, supuestamente, se aplica la teoría” (2016:195).
Cabe señalar que, previo a la elaboración de este diseño curricular, se llevaron a cabo
una serie de encuestas que arrogaron como problemática la falta de articulación y
vinculación, en el diseño anterior, entre los saberes generales y prácticos con los
específicos.
En cuanto a la estructura disciplinar del curriculum, no se aleja de la descripción
hecha por Carlos Ornelas Navarro (1982). El autor plantea la concepción tubular de la
enseñanza, que hace referencia a la educación bancaria de Freire, pero en el ámbito de
la Educación Superior donde esto se plasma en rigidez de las estructuras curriculares,
en la jerarquización y verticalización del curriculum, y en la fragmentación del saber en
disciplinas. Si analizamos el curriculum de la carrera Profesorado en Artes Visuales nos
encontramos con una jerarquización de contenidos, una fragmentación del saber en
disciplinas, una escasa o, mejor dicho, inexistencia de ejes horizontales entre las
materias, por lo que podemos caracterizar a esta estructura curricular como tubular.
Si nos centramos en las asignaturas veremos que están relacionadas de manera vertical
según un conocimiento, específico o general, y esta relación se hace presente en las
correlatividades. Las asignaturas se estructuran numeradas cada año, es decir, primer
año Dibujo I, segundo año Dibujo II, siendo una correlativa con la otra. Los contenidos
mínimos de las materias de primer año parten de conocimientos generales o
introductorios y, al avanzar en el plan se van complejizando.
Las materias históricas presentes en el plan de estudios son seis: Historia del Arte y la
Cultura, Historia de las Artes Visuales I, II y III, Historia Social General e Historia
Sociopolítica de Latinoamérica y Argentina. El diseño curricular respecto a la formación
histórica dice:
Sobre la praxis
Conclusiones y reflexiones
Bibliografía
9
¿Cuál es, según tu opinión, la importancia que tienen los contenidos de las asignaturas Historia Social General e
Historia Sociopolítica Latinoamericana y Argentina?: “No le veo importancia. No me explico como el día de mañana lo
voy a asociar con mis clases. también hay una cuestión de didáctica, la manera del docente a dar la clase, a enseñar
los contenidos, y que éstos contenidos te atrapen” (22 a 25 años).
tres planos en los que nos centraremos para elaborar las conclusiones de nuestras
actividades en el marco de la materia Historia Sociopolítica de Lationamérica y Argentina
para los Profesorados de Artes en Danza orientados en Danzas Folklóricas y Expresión
Corporal.
Las primeras dos dimensiones a analizar, esto es, la dimensión crítica y la
autocrítica, serán desarrolladas en conjunto a fin de analizar globalmente nuestra
experiencia durante la PDS, haciendo hincapié en los elementos insatisfactorios que
motivaron nuestra reflexión.
Quizá podríamos comenzar a explorar la dimensión crítica repitiendo las
preguntas de apertura ya planteadas por Paula Carlino (2005:9): “¿Por qué los estudiantes
no participan en clase? ¿Por qué leen tan poco la bibliografía? ¿Por qué al escribir
muestran haber comprendido mal las consignas?” (a las que nosotros podríamos agregar
la de por qué ni siquiera realizan las actividades planteadas)10. Sin embargo, no podemos
dejar de lado la necesidad de una dimensión autocrítica que introduce la autora, a fin de
involucrarnos como docentes, por más incómodo que pueda resultar hallarnos en el
centro esas preguntas u otras similares.
En este sentido, si los estudiantes no realizan las actividades propuestas (o ni
siquiera responden la encuesta que se les proporcionó durante el período de observación
participante), o muchos de ellos no participan activamente en clase, en definitiva, si la
Historia les es ajena, ¿qué podemos hacer nosotros para que puedan apropiársela?
Es éste el punto en que la dimensión autocrítica juega mayor peso, a fin de poder
entender el porqué de esa alienación percibida en los alumnos y el origen de nuestra
insatisfacción. Al planificar nuestra clase, nuestro propósito fue generar una actividad en
la que los estudiantes pudieran puntualizar las principales temáticas que desarrollamos
en la clase11, a partir de la lectura de distintos fragmentos. Luego, buscamos que
participaran a partir de la observación de imágenes y mapas antiguos. Finalmente, el
tercer espacio que planteamos para su participación, fue la elaboración del ensayo antes
mencionado, para el cual se les proporcionó material de apoyo sobre cómo escribir un
texto de esas características (Castro Fox y Vallejos, 2013).
Sin embargo, y tras una reflexión autocrítica, podemos pensar que incurrimos en
los problemas de la enseñanza habitual que desarrolla Carlino (2005:10-13). En este
sentido, si bien dedicamos tiempo en nuestra planificación a preparar actividades en las
10
En el marco de nuestra PDS, y con motivo de haber dado una única clase de dos horas en lugar de dos, planteamos
una actividad a desarrollar durante las vacaciones de invierno (elaboración de un ensayo breve sobre la influencia de
la música africana en la cultura brasileña), la cual fue entregada por una sola alumna.
11
Tales temáticas fueron: el primer contacto entre europeos e indígenas, el sistema de factorías, la ocupación efectiva
del territorio por parte de los portugueses, los conflictos entre conquistadores e indígenas, las condiciones de vida
durante la conquista, el modelo económico implantado por los europeos y la introducción de la esclavitud africana
en el Brasil.
que fueran los alumnos quienes trabajaran (fundamentalmente la apertura de la clase y
la actividad para el receso invernal), consideramos que durante la clase incurrimos en el
primer problema delineado por la autora, esto es, poner más atención en nuestras
acciones (claridad en la exposición, escritura en el pizarrón) que en las acciones
realizadas por los estudiantes (toma de apuntes, posibles dificultades en la interpretación
de fragmentos o imágenes). Por otro lado, y en lo relativo al segundo problema planteado
por Carlino, prestamos más importancia a los contenidos que a los procedimientos que
los alumnos necesitaban aprender. En efecto, situándonos en el ensayo que propusimos,
si bien les proporcionamos el material de apoyo, el mismo no se discutió en clase ni se
ahondó en las posibles dificultades que pudieran surgir en su elaboración (lo cual pudo ser
una posible causa de que la actividad no tuviera respuesta por parte de la casi totalidad
de los estudiantes).
Resta por lo tanto explorar la dimensión creativa de nuestra reflexión, esto es,
aquella en que exploremos el potencial de la frase que da título a este trabajo. En otras
palabras, debemos intentar encontrar el modo de que la Historia les deje de ser ajena. En
este sentido, creemos que hubiera sido interesante poder introducir la variable corporal
como forma de producción colectiva de conocimiento (particularmente en el caso de
Profesorados de Artes en Danza). Así, consideramos que fue un error excluir de nuestra
clase una actividad que habíamos pensado inicialmente, y que consistía en recrear en el
aula, con los medios disponibles, las condiciones de hacinamiento en un barco negrero,
debiendo los estudiantes reunirse fuera del aula para ingresar sólo cuando se hallen
presentes en su totalidad. Con los bancos disponibles armaríamos un pequeño corredor
que llevara de la puerta del aula hacia un pequeño recinto, también delineado por bancos,
en donde los 17 estudiantes serían agrupados, percibiendo corporalmente las condiciones
de hacinamiento. Completaríamos la experiencia a través de la oscuridad del aula, la
iluminación con una lámpara LED que simulara una vela, la reproducción de sonidos de
mar acompañados con música africana, y la apertura de las ventanas del aula, a fin de
generar una temperatura baja.
Durante el lapso de duración de la experiencia, expresaríamos oralmente datos
estadísticos acerca de la magnitud de la esclavitud en América, y en particular en Brasil,
para poner en perspectiva el impacto humano de este fenómeno. Una vez finalizada la
actividad, se daría pie al intercambio de opiniones, siguiendo la modalidad de seminario,
a fin de reflexionar acerca de las temáticas relacionadas con la esclavitud y el impacto
de los sistemas económicos en la vida de las personas.
En resumen, creemos que dicha actividad hubiera resultado mucho más
significativa para el curso en particular al cual nos dirigimos, de lo que extraemos las
siguientes conclusiones: (a) particularmente en Profesorados de orientación artística,
deben insertarse las dimensiones específicas del campo disciplinar de los estudiantes
(danza, expresión corporal, música, etc.) como un elemento clave para la construcción
de conocimiento colectivo, aun cuando esto implique (b) superar inhibiciones y vencer
inercias propias de nuestra formación disciplinar (en la que, por ejemplo, lo corporal no
es tenido en cuenta), ya que quizás eso representa la única oportunidad de (c) involucrar
al alumno de forma participativa y atendiendo a sus propios intereses a fin de que pueda
apropiarse de la Historia en su trayecto formativo.
Porque de eso se trata, de que los estudiantes puedan apropiarse de la Historia y
que la Historia se quede con ellos. De lo contrario, las penas y la Historia se irán por la
misma senda.
Bilbiografía
Si bien pensamos que no se puede enseñar a pensar, pues ningún grupo social
tiene el monopolio de esta práctica, sí se puede invitar a ello a través de la filosofía
y, como buenos anfitriones, hay que preparar la mesa del filosofar”
(Morales, 2014:128).
Creencias y comienzos
12
El presente trabajo surge en base a un proyecto de cátedra realizado por la comisión de alumnas del
Profesorado en Filosofía, María Paula Mujica y Gisela Gonnet, para la materia Didáctica y Práctica Docente
de Nivel Superior.
13
Institución educativa pública, de gestión estatal. Inició sus actividades el 1º de agosto del año 1950 y su
nombre corresponde al abogado, poeta y político bahiense Julio César Avanza, quien, al momento de la
creación de tal institución, se encontraba en el cargo de Ministro de Educación de la Provincia de Buenos
Aires. Actualmente, cuenta con una matrícula de 2300 alumnos aproximadamente.
de ello, buscando construir conocimientos que resulten valiosos y significativos para los
alumnos que estudian tal carrera.
Durante las primeras instancias dentro del Instituto Avanza, se realizan
entrevistas tanto al director como a la jefa de área de Educación Especial, para conocer
sus posicionamientos con respecto a la disciplina en cuestión.
En sus perspectivas, notablemente positivas, sostienen que los aportes de la
materia Filosofía son indiscutiblemente enriquecedores, puesto que permiten generar
un espacio dentro del cual se puede reflexionar y problematizar la realidad docente, a
través del encuentro y el diálogo con distintos pensamientos filosóficos. En este sentido,
ambos profesionales destacan a la materia Filosofía como potenciadora del
pensamiento crítico en los alumnos del Nivel Superior, quienes, como futuros
profesionales docentes, deben asumir un compromiso social para con la carrera que se
encuentran estudiando, como es el caso del Profesorado en Educación Especial, el que
demanda profesores que se encuentren fuertemente involucrados en su tarea docente.
Como sostiene Philippe Perrenoud (2004), se deben considerar tanto la práctica
reflexiva como la implicación crítica como orientaciones de carácter prioritario para la
formación del profesorado. Y esto se puede alcanzar, de acuerdo con los testimonios
de los entrevistados, mediante las contribuciones teóricas que brinda la materia Filosofía
que, como se mencionó en líneas anteriores, posibilitan el problematizar y repensar la
realidad social y la situación actual de la docencia en Argentina.
Posteriormente, se abren las puertas del aula donde cursa 1º “A” del Profesorado
en Educación Especial. Es allí donde se observa de manera directa cómo se produce la
construcción de conocimientos en la materia.
Desde un primer momento y contacto con el curso, resulta evidente que el
profesor y licenciado en filosofía a cargo de la asignatura, realiza un abordaje de la
filosofía de una manera totalmente novedosa, creativa y contextualizada 14. Además, el
pensamiento y posicionamiento del profesor con respecto a la filosofía es similar al
expuesto por el director y la jefa de área de Educación Especial, puesto que está de
acuerdo con que la filosofía es fundamental en las carreras de formación docente, como
14
Por ejemplo, durante la primera jornada de clase que se compartió con el curso y el profesor, se trabajaron
cuestiones filosóficas tales como la Escuela de Frankfurt y sus aportes (razón instrumental, totalitarismo,
memoria, etc.) en vinculación con la carrera de Profesorado en Educación Especial (violencia contra las
personas con discapacidad, la prohibición de la diversidad en contextos totalitarios, el contacto con la
sociedad, el deseo de trabajar con el otro, el respetar al otro desde su lugar como otro, entre otras
cuestiones).
materia que permite revisar y criticar ciertas estructuras que se encuentran naturalizadas
en la actualidad, además de que permite que los estudiantes puedan reflexionar sobre
ellos mismos y su trayectoria como estudiantes de una carrera de formación docente.
Algunas de las estrategias utilizadas por el profesor en el proceso de enseñanza
y de aprendizaje son el trabajo en grupos y la producción de trabajos prácticos. A través
de estos últimos, los estudiantes se ven enfrentados a situaciones que sobrepasan sus
conocimientos, pues no se trata de buscar una definición que se encuentra dentro de
textos de la bibliografía obligatoria de la materia, sino de construir una respuesta a través
de la lectura y reflexión sobre los mismos. Por ello, deben valerse del trabajo con otros
para poder encontrar una respuesta a los interrogantes planteados por el profesor. El
estudiante, como bien queda demostrado, no debe tomar una actitud pasiva frente a la
clase de Filosofía, sino que debe mostrarse activo y participativo (Soms y Follari, 1994).
A modo de colaborar con el docente, aquel día de la producción del trabajo
práctico (y el resto de los encuentros con el curso) se realiza un recorrido por los grupos
de estudiantes para conocerlos, ver cómo están trabajando y ayudar en lo que resulte
necesario. A raíz de esta intervención, se puede observar que dentro de un curso
numeroso (53 alumnos aproximadamente) hay distintos subgrupos, en los que los
estudiantes se expresan cómodamente con sus compañeros y comparten sus
pensamientos y puntos de vista con respecto a las temáticas presentadas en la clase.
Sin embargo, al momento de exponer oralmente lo que se había conversado, son muy
pocos los estudiantes que se animan a comentar al resto de la clase sus respuestas.
Por otro lado, y a pedido del docente, se elabora un cuadro a partir de la
selección propuesta de La condición humana, obra de la filósofa Hannah Arendt, y se lo
explica al grupo en general. Los alumnos debían releer el texto y completar el cuadro
presentado. Para esta actividad también se trabaja en los pequeños grupos ya
constituidos, en los que cada estudiante va aportando sus ideas para resolver la
consigna. De esta manera, se pueden visibilizar cuadros con varias anotaciones,
mostrando la predisposición de los estudiantes a resolver la consigna, pero vuelve a
ocurrir lo mismo al momento de la puesta en común: escasos alumnos deciden compartir
con sus compañeros los conceptos que agregaron al cuadro.
Ahora bien, en este punto ya se modifica por completo la forma con que se tenía
pensada realizar la Práctica Docente Situada (PDS) porque, a través del análisis,
observaciones y testimonios recolectados, se entiende que la filosofía dentro del
Instituto Avanza es considerada como un objeto artístico, en concordancia con nuestro
propio posicionamiento. Esto quiere decir que, en primer lugar, se produce una
enseñanza de determinados saberes filosóficos, pero los mismos son posteriormente
innovados y transformados creativamente en función de las necesidades de los
Cuadro entregado a los alumnos de 1º “A” del Profesorado en Educación Especial.
15
Se trabajó en la clase únicamente con las dos primeras meditaciones: “De las cosas que pueden ponerse
en duda” y “De la naturaleza del espíritu humano; y que es más fácil de conocer que el cuerpo”.
16
1) Reconocer las nociones más importantes del pensamiento de René Descartes.
2) Analizar el cuadro “Evolución de la Educación Especial” de Erika González García a la luz de los aportes
cartesianos.
3) Proponer una frase sobre la Educación Especial hoy en Argentina.
17
Profesora de Psicopedagogía de la Universidad de Granada. El cuadro se encuentra dentro de su texto
Evolución de la Educación Especial: del modelo del déficit al modelo de la Escuela Inclusiva.
Las seños y profes de Educación Especial son los héroes del sistema educativo.
Toda persona con discapacidad piensa, tiene sentimientos, es igual que cualquier otra
persona. No se los debe subestimar.
Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando
que es un inútil.
Si enseñas a los niños a aceptar la diversidad como algo normal, no será necesario hablar
de inclusión sino de convivencia.
Tendría que implementarse una estimulación especializada (en cuanto a las asignaturas
escolares) desde los primeros años de vida. La inclusión total: cualquier niño en cualquier
establecimiento educativo, con un grupo de profesores y especialistas para cada aula.
No se trata de tener derecho a ser iguales, sino de tener igual derecho a ser diferentes18.
Todas las personas deben ser incluidas de igual forma, sin discriminación alguna.
18
Esta frase fue propuesta por dos grupos de alumnos.
quienes piensan, reflexionan, problematizan y construyen conocimientos que son
valiosos para su carrera docente, a través de distintos aportes filosóficos que son
presentados a lo largo de las clases.
A pesar de ello, en el contexto áulico también van surgiendo una serie de
obstáculos que terminan dificultando la construcción de conocimientos dentro de la
materia. Los más destacados son los siguientes:
Excesiva cantidad de materias (14 en el primer año de la carrera del Profesorado en
Educación Especial), lo que hace que los estudiantes, de acuerdo con sus propios
testimonios, no puedan dedicarle el tiempo suficiente de estudio a todas las materias
que se encuentran cursando, entre ellas, Filosofía.
Poco compromiso detectado por el docente, puesto que ocurre con frecuencia que
los estudiantes no prestan atención en clase, llegan demasiado tarde y/o no
participan activamente en las mismas. A su vez, en la evaluación escrita de la primera
unidad didáctica, únicamente aprobaron 10 alumnos. Esta situación daría a entender
el poco tiempo de estudio dedicado a la materia.
Hay dificultades a la hora de compartir frente a los compañeros del curso las
reflexiones realizadas, dificultando así el encuentro con el otro y el diálogo entre
pares.
Abandono de la carrera por cuestiones familiares, económicas o desconocidas.
En conclusión, se le pudo dar respuesta a muchas cuestiones. La filosofía es
importante y ocupa un rol fundamental para la formación docente en el Nivel Superior,
como una herramienta que no solo aporta contenidos teóricos, sino que también genera
un espacio en el cual los estudiantes, futuros docentes, pueden pensar crítica y
reflexivamente los problemas que atraviesan su realidad y la educación. Se considera,
finalmente, que mediante los aportes que brinda la materia Filosofía, los alumnos
pueden ir asumiendo el compromiso social que supone la tarea docente, tanto en el
Profesorado en Educación Especial como en el resto de las carreras de formación
docente. Aun así, existen variables que no deben ser dejadas de lado, sino que se deben
seguir trabajando para continuar mejorando el proceso de formación docente, creando
y optimizando continuamente aquellos espacios crítico-reflexivos que resultan, al fin y al
cabo, fructíferos para los alumnos que se encuentran iniciando su trayecto por el Nivel
Superior.
Bibliografía
Introducción
Contextualización y fundamentación
Decir que las prácticas artísticas, desde las décadas del ´60 y ´70 del siglo XX,
vienen operando formas relacionales que ponen en crisis las antiguas instituciones y
campos altamente especializados de la modernidad (en nuestro caso, en lo que se
refiere al campo estético y educativo); que tienen lugar prácticas artísticas comunitarias
orientadas a la restauración solidaria del lazo social -añadiendo que, en nuestro país,
desde 1983, existe un avance de dispositivos democráticos, favoreciendo en el arte las
tendencias a la resignificación y apropiación colectiva de lo social y lo político-, conlleva
a preguntarnos, en el medio de un estallido de límites y fronteras disciplinares, por tales
prácticas y dispositivos (Romero, De Sagastizábal, Del Coto, Giménez, 2008).
De más está decir que, sobre todo, si nos encontramos dentro de instituciones
de formación docente, sean o no del ámbito artístico, esto parece resultar, a primera
vista, cuanto menos, acuciante. En palabras de Boris Groys (2017), los artistas (y, por
tanto, también, los educadores) se encuentran en un momento donde flotan miles de
tradiciones poéticas y estéticas -Dubatti hablará de micropoéticas (2002)-, en donde
cada artista, investigador y educador se debe crear su propia teoría para intentar
explicar lo que está llevando a cabo.
Es claro que, a la hora de abordar un análisis sobre tales fenómenos, esto implica
una problemática compleja que excede las investigaciones o instituciones
especializadas. De hecho, nuestras instituciones académicas, como la UNS, como
señalamos anteriormente, encuentra en su interior fenómenos de prácticas artísticas,
colectivas y comunitarias, las cuales, de estudiarse seriamente, requieren de un sistema
complejo (García, 2006) que abre la posibilidad de observar qué implicancias
pedagógicas, institucionales y curriculares conllevan en otras instituciones de formación
no artística.
Por tanto, a partir de la experiencia del Teatro Estable y sus posibles corolarios
pedagógicos, institucionales y curriculares, se pensó, como proyecto de cátedra,
indagar sobre cómo operan, o podrían operar, las prácticas artísticas en la formación de
maestros/as de otras instituciones no artísticas. Para esto, se eligió explorar la
problemática en la materia Didáctica de las Prácticas del Lenguaje y la Literatura
correspondiente al tercer año del Profesorado en Educación Primaria, en el Instituto
Superior de Formación Docente N° 3, “Julio César Avanza”.
Propósitos planteados
19
Dos experiencias que plantean la interrelación entre los contenidos de una materia con trabajos prácticos
insertos en un circuito cultural:
1. La experiencia que analizan Lizarrituri, Ocampo, Buratti y Lavini en “El blog de escritura. Una propuesta
didáctica para la formación docente en Lengua y Literatura”, donde exponen las potencialidades de las
plataformas virtuales, como dispositivos que articulan la escritura académica con una práctica pedagógica-
didáctica de nivel medio. Esto posibilita la exploración de modos actuales de escritura sobre determinado
tema y su soporte público. El artículo no habla de las redes sociales, pero estas plataformas, como lo es el
blog (el cual, ahora, por sí mismo, no pareciera tener la fuerza o el alcance que podía haber tenido hace
unos años atrás), a través del hecho de compartirlo en las redes sociales, logra un alcance más directo,
abierto al diálogo y a la posibilidad de una construcción de conocimiento compartida; además de plantear
el formato multimedia para textos de orden académico (en: Insaurralde, M. (comp.) Enseñar en las
Universidades y en los institutos de formación docentes. Buenos Aires, Noveduc).
2. Omar Chauvié, docente de la cátedra de Literatura Latinoamericana 2, en las carreras de Profesorado
y Licenciatura en Letras de la UNS, solicitaba en uno de los trabajos prácticos que los y las estudiantes
entrevistaran a poetas de otros países que habían venido a participar en la ciudad de Bahía Blanca en el
“Festival de poesía latinoamericana 2016”. Además de reemplazar la asistencia a clase por la asistencia al
evento, las entrevistas se publicarían en la plataforma virtual Nexo de Luxe.
estudiantes, movimiento estudiantil y política, para explorar otros elementos” (p. 59).
Aunque es cierto que, al indagar las dimensiones del estudiante de la UBA, el recorte
histórico que propone Carli se centra más en aspectos políticos, urbanos y
socioeconómicos (al artístico no lo menciona), es interesante incurrir en esta
metodología de entrevistas, para conocer relatos de vida (p 65) de los y las estudiantes,
ya sea del Instituto Avanza como de la UNS, para centrar un diagnóstico en este aspecto
a considerar.
En tercer lugar, este espacio se proponía reflexionar sobre las posibilidades de
trabajar proyectos artísticos situados, con una proyección no propedéutica, sino
efectiva; es decir, pensar las implicancias pedagógicas e institucionales que conllevaría
una obra inmersa en el circuito y ámbito institucional y/o local. Esto es: la posibilidad de
pensar no sólo un proyecto artístico a partir de un trabajo creativo de los/as estudiantes
y su reflexión y marco teórico-conceptual en una materia curricular; sino, además, que
se trate de una práctica que se lleve a cabo para un público más amplio: en primer lugar,
dentro de la misma institución; pero también se podría pensar su inserción en otros
lugares públicos (bibliotecas populares u otras instituciones); incluso, en las mismas
escuelas en las que se realizan las residencias.
Siguiendo a Follari y a Berruezo (1981), hoy día no se puede pensar una
formación profesional sin una noción de totalidad. Estos autores, desde Lucács, llaman
totalidad a la articulación del conjunto de las prácticas sociales, cuya desatención lleva,
en la formación universitaria o de los institutos superiores, a una fragmentación o sobre-
especialización “cerrada en sí misma” (Follari, Berruezo, 1981:5).20 Por lo demás, se
hace cada vez más evidente que, en un contexto de aceleración neoliberal, en donde
se agravan los problemas económicos y sociales (educativos, laborales y de exclusión
que va produciendo una aguda conflictividad social), los artistas, de cualquier ámbito,
independiente, comercial o institucional (estatal/privado; educativo o de servicio
público), consideran su práctica como investigación social, antropológica o cultural, sin
mencionar la obras en tanto intervenciones políticas.
Además, para pensar esto, también resultan imprescindibles docentes
generadores y articuladores culturales que promuevan, pero, a su vez, reflexionen
críticamente (Giroux, 1983) sobre las producciones de consumo cultural. El arte es una
práctica pública que se sitúa en circuitos colectivos. Por lo tanto, para producir una
20
Cabe advertir con esto que ciertas prácticas sociales aparecen en planes de estudio (o curricula),
enunciándose como posibles salidas laborales, pero que, en el transcurso de la carrera de grado, no se
suelen abordar de manera pormenorizada. En el caso del Departamento de Humanidades de la UNS, por
ejemplo, en las carreras de Letras (licenciatura y profesorado), se plantea como perfil de egresado el de
“animador sociocultural” o “asesorías de edición” sin que en ningún momento de la carrera se explore, con
la suficiente atención, dichas incumbencias (Resolución DH- 530/00).
reflexión crítica sobre las dimensiones del arte, en tanto público, colectivo, político,
transformador, es necesario generar espacios curriculares efectivos en las formaciones
educativas, no solo a nivel teórico y crítico (como se especializa la UNS) o a nivel
práctico (como se trabaja en las escuelas artísticas), sino en una complementación
fluida, tanto con la cultura local como interinstitucional.
Por todo esto, el cuarto propósito (aunque de mayor plazo y alcance), junto a los
y las estudiantes del Instituto Avanza, consistía en poner en discusión el espacio y la
definición -o comprensión- de los planes de estudio (Follari, Berruezo, 1981) que
piensan distintos perfiles a los que apunta la formación docente, ya sea en la
Universidad o en los distintos institutos de nivel superior, incluyendo, en este caso, a los
de formación artística.
En este sentido, citamos un pasaje de Susana Barco (2005) que nos habilita a
pensar esta última propuesta:
Actividades
Resultados obtenidos
Corolarios finales
Bibliografía
Barco, S. (Coord) (2005) “Cap. 2. Del orden, poderes y desórdenes curriculares”, en:
Universidad, docentes y prácticas. El caso de la UNCO. Neuquén, Educo.
Camilloni, A. (1995) Reflexiones para la construcción de una Didáctica para la
Educación Superior. Primeras Jornadas Trasandinas sobre Planeamiento, Gestión y
Evaluación Universitaria. Chile, Universidad Católica de Valparaíso.
Carli, S. (2012) El estudiante universitario. Buenos Aires, Siglo XXI.
Dubatti, J. (coord.) (2002) Teatro de grupos, compañías y otras formaciones.
Micorpoéticas II. Buenos Aires, Centro Cultural de la Cooperación. Ediciones del
Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos.
Follari, R.y J. Berruezo (1981) “Criterios e Instrumentos para la Revisión de Planes de
Estudio”, en: Revista Latinoamericana de Estudios Educativos. Vol XI, N°1, 1981. Pp. 1-
11.
Giroux (1983) “Teorías de la reproducción y la resistencia en la nueva sociología de la
educación: un análisis crítico”, en: Harvard Education Review No. 3, 1983. Traducción
de Graciela Morzade. Buenos Aires.
Groys, B. (2017) “Under the Gaze of Theory”, disponible en:
http://www.eflux.com/journal/under-the-gaze-of-theory/, consultado el 12 de junio de
2017.
Lizarriturri, S. y otros (2016) “Cap. 17. El blog de escritura. Una propuesta didáctica para
la formación docente en Lengua y Literatura”, en: Insaurralde, M. (comp.) Enseñar en
las universidades y en los institutos de formación docente. Buenos Aires, Noveduc.
Lucarelli, E. (s/f) La Didáctica de Nivel Superior. UBA, Ficha de Cátedra.
Romero, A., M. De Sagastizábal, M. R. Del Coto y M. Giménez (2008) “Nuevos modos
de intercambio social: las gestiones artísticas colaborativas”. Ponencia presentada en la
mesa “Teatro y Sociedad” del XVII Congreso Internacional de Teatro Iberoamericano y
argentino.
Steiman, J. (2012) “Cap. I: Los proyectos de cátedra” en: Más didáctica (en la educación
superior). Buenos Aires, UNSAM Edita - Miño y Dávila
Documentos
Diseño Curricular del Profesorado de Teatro (2008) DGCyE, provincia de Buenos Aires.
Resolución DH-530/00 Anexo I.
CAPÍTULO 9
EL LENGUAJE Y LAS RELACIONES DE PODER: LA ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA COMO
HERRAMIENTA DE DECONSTRUCCIÓN DE LOS DISCURSOS EN EL NIVEL SUPERIOR.
Nicole Arias y Sofía Muñoz
Presentación
21
Esto en lo que respecta al intercambio de ideas, sin embargo, no se debe perder de vista que la relación
docente-alumno se caracteriza por una asimetría estructural y necesaria, donde es el docente quien tiene
autoridad y ejerce poder sobre los estudiantes.
instructivo, sus características formales, los diferentes tipos de receptores, sus usos
cotidianos, las diferencias con otros tipos de discursos antes vistos, y algunas
particularidades lingüísticas. Esta selección estuvo motivada por la importancia que este
tipo de discurso tiene a lo largo de la formación académica y profesional de los alumnos
de educación física. Dado que se trataba de un grupo de estudiantes que,
posteriormente, se va a desempeñar como docente, nos pareció pertinente, no solo dar
herramientas de abordaje de los textos académicos, sino también brindar otras que sean
funcionales a la reflexión de la lengua, ya que la consideramos como un espacio donde
se ejercen relaciones de poder.
Las intervenciones resultaron ser el momento en cual se puso en acción todo lo
que habíamos planificado para esas clases, pero también un espacio de construcción
colectiva de conocimientos disciplinares y de aquellos que hacen a nuestra formación.
En relación con esto, durante las clases retomamos algunas de las estrategias
didácticas que utilizaba la profesora a cargo del curso, dando continuidad a la dinámica
de trabajo con la cual el grupo estaba familiarizado. Estas, como el interrogatorio
didáctico, la recuperación de saberes previos y el trabajo en pequeños grupos, nos
permitieron, por un lado, acceder a los conocimientos que tenían los chicos
enriqueciendo las clases y, por otro lado, romper con la unidireccionalidad del saber:
tanto los estudiantes como nosotras aportamos a la construcción de conocimientos.
A modo de ejemplo, nos parece interesante recuperar una situación que se dio
durante la clase que se trabajó el reglamento como contenido. Uno de los estudiantes,
Álvaro, aportó su mirada particular sobre la lectura de este tipo de discursos dado que
su profesión era árbitro de fútbol lo que generó un debate en torno a lo explícito y lo
implícito en relación con las prohibiciones que impone el reglamento. Sus aportes le
dieron un rumbo diferente a la clase ya que fueron el punto de partida para profundizar
ciertos aspectos muy relacionados con la dimensión práctica de este tipo de discursos.
Como ya se dijo, uno de los objetivos en el cual hicimos foco al momento de
pensar nuestras intervenciones a nivel disciplinar fue buscar la reflexión en los alumnos
sobre las particularidades de los discursos instructivos: en un primer momento nuestra
intención era que los estudiantes se hicieran de herramientas propias de la
alfabetización académica para poder acceder a los diferentes tipos de textos propios del
nivel superior y que estas puedan ser utilizadas durante todo su trayecto formativo, sin
embargo, durante nuestras intervenciones sucedió que esta propuesta fue superada y
la atención se colocó en la reflexión lingüística y estructural en torno al discurso,
resaltando importancia de la selección y uso de las palabras, así como de lo gestual y
corporal al momento de posicionarnos como emisores de determinados discursos,
siempre focalizando en que estos alumnos se encuentran en camino a ser futuros
formadores y sin perder de vista que, tanto el reglamento como los instructivos son tipos
de discurso que buscan regular los comportamientos de las personas. Esto da cuenta
de que la toma de decisiones durante los procesos de enseñanza y de aprendizaje es
inherente a la práctica docente y que contribuye en gran parte a la formación profesional.
Creemos que durante las clases la discusión en torno a la relación entre discurso
y poder fue intensa, pero al mismo tiempo necesaria: nos encontramos frente a un grupo
de estudiantes de un profesorado que se va a relacionar discursivamente con sus
alumnos y, por ello, es de crucial importancia visibilizar las relaciones de poder que se
dan en el discurso más aún en nuestra posición como formadores de formadores.
Hacer un recorrido a través de nuestro paso por el nivel superior, que como
quedó demostrado, comenzó mucho antes de las intervenciones propiamente dichas,
nos permitió vislumbrar el proceso de construcción de los conocimientos por el que
transitamos con una mirada reflexiva, que no se limita sólo a analizar sus aspectos
positivos y negativos sino a pensar concretamente qué aprendimos. Es importante
señalar que la toma de decisiones, tanto buenas como malas, propias de la praxis
docente resultaron ser un espacio de construcción de saberes demostrándonos que en
la acción misma está la reflexión.
Durante la primera etapa del proyecto los conocimientos de los cuales nos
apropiamos tuvieron que ver con las particularidades del nivel superior como: su
funcionamiento, el marco legal, los lineamientos curriculares, las diferentes
problemáticas didácticas y epistemológicas que presenta el nivel. En la segunda etapa,
la de inserción institucional, tomamos conocimiento de las características propias del
contexto en el cual íbamos a desarrollar nuestras prácticas, su estructura jerárquica y
funcionamiento interno, así como las particularidades del grupo. Luego, durante la etapa
de planificación, los conocimientos giraron en torno a lo disciplinar y su adaptación al
contexto áulico.
Las intervenciones nos brindaron diversos saberes más bien relacionados con
lo práctico, como las estrategias didácticas, el proceso de corrección de actividades, el
manejo de los tiempos y el espacio en el aula, y la importancia del diálogo y la escucha.
Finalmente, durante esta etapa de reflexión nos resultó de suma importancia
detenernos en el análisis de nuestras elecciones lingüísticas y paralingüísticas como
condicionantes de nuestra posición en aula, es decir, pensar críticamente nuestras
acciones y cómo estas, implícita y explícitamente, establecieron entre los actuantes
diferentes relaciones de poder. En este sentido, podemos dar cuenta de una lectura
metadiscursiva, es decir, analizamos nuestras elecciones lingüísticas y paralingüísticas
desde una perspectiva crítica del lenguaje como herramienta de poder, al tiempo que
problematizamos la enseñanza de los discursos, instructivos y reglamentos.
La reflexión posterior nos permitió vislumbrar el tipo de relaciones que fuimos
estableciendo con los alumnos y con el conocimiento, sin perder de vista la importancia
de estas en lo relacionado con nuestra función como formadores de formadores.
El proceso de análisis y reflexión de nuestro recorrido por el nivel superior nos
permitió tomar conciencia de la construcción y apropiación de conocimientos que
hicimos. Si bien durante nuestro trayecto formativo como profesores de letras la reflexión
discursiva siempre estuvo presente, poder tomar conciencia de la trascendencia de la
misma a partir de la experiencia propia y, al mismo tiempo, poder transmitir su
importancia a futuros docentes, que tal vez en su recorrido no vuelvan a encontrarse
con este tipo de reflexiones, para nosotras fue inmensamente satisfactorio.
Bibliografía
Introducción
El presente trabajo tiene como objetivo reflexionar acerca del desarrollo y de los
resultados alcanzados durante nuestra práctica docente situada (PDS), llevada a cabo
en el Conservatorio de Música de Bahía Blanca, en el marco de la materia Didáctica y
práctica docente del nivel Superior de la Universidad Nacional del Sur.
La Didáctica como ciencia social implica la construcción de teorías que permita
analizar y mejorar el acto de la enseñanza como proceso dialéctico entre el estudiante,
el docente y los contenidos, enmarcado por una institución particular y aquello que
prescribe el currículum. A lo largo del escrito, nos proponemos concebir a la didáctica
como un sistema integrado, haciendo foco en la construcción de saberes dentro del
campo de la Didáctica especial para el nivel superior.
Entendemos que es un riesgo caer en lo que Camilloni (1995) denomina “a-
didactismo”, en lo que se refiere a cuatro lugares comunes desde donde se observa la
enseñanza en el nivel superior: 1) el hecho de que la misma no constituiría “una acción
problemática”, ni presentaría “obstáculos internos para el docente […] las decisiones
que hay que adoptar cuando se enseña no son, por lo tanto, materia de dificultad”; 2) el
estudiante se define como sujeto joven, maduro y responsable, “con capacidad ilimitada
de aprendizaje”; 3) la educación superior constituye para la sociedad un filtro en el cual
los estudiantes, por decisión y cuenta propia, asumen “los riesgos del posible fracaso”,
en este sentido “el docente opera como un agente social que colabora en la selección
de los mejores”; y 4) el profesor actúa como modelo a seguir para los estudiantes,
convirtiéndose en un “paradigma profesional y científico”.
En contraposición con estas concepciones, que también podríamos llamar
didáctica del sentido común, como practicantes de la carrera de Profesorado en Historia,
a la hora de fundamentar y organizar nuestra inserción profesional desde la materia
Historia social y política latinoamericana y argentina, del segundo año de la carrera
Profesorado de música con orientación en educación musical, adoptamos el enfoque de
la didáctica como ciencia social.
Partiendo del compromiso metodológico (Camillioni, 1995) que nos permite
articular docencia e investigación, tomamos la propuesta de la materia Didáctica y
Práctica Docente de Nivel Superior de formular un proyecto de cátedra relacionando los
aportes de la didáctica crítica y la didáctica instrumental (Lucarelli, 1998). Desde la
primera, creemos necesario contextualizar nuestras prácticas docentes sirviéndonos de
su carácter multidimensional y de las múltiples teorías existentes acerca de lo
institucional, lo pedagógico, lo didáctico y lo curricular, sin perder de vista nuestro
protagonismo como futuras docentes. Desde la segunda, diseñamos un plan de acción
que requirió de la formulación de una problemática específica correspondiente a nuestro
interés: ¿Para qué y cómo enseñar un tipo de historia que resulte significativa para los
estudiantes del profesorado de Música?
El alto grado de especialización de los contenidos –disciplinares, tecnológicos,
pedagógicos y examinadores (Martínez Rodríguez, 2016)- nos impulsó a sistematizar
una serie de propósitos a los que pretendimos arribar, a saber:
Propiciar la generación de pensamiento crítico y la motivación por comprender y
problematizar desde el presente el pasado, teniendo en cuenta el imaginario de la
época estudiada.
Considerar los esquemas de pensamiento de los estudiantes, así como sus
necesidades.
Diseñar estrategias de enseñanza que permitan el acercamiento efectivo al
conocimiento.
Construir, junto a los estudiantes, un lenguaje acorde a estos objetivos, de manera
que resulten contenidos con sentido y atractivos.
Además, nos interrogamos acerca de cuáles son los aportes que realiza la
historia a la práctica docente. Estas inquietudes demandaron un esfuerzo por adquirir
una mirada y un lenguaje interdisciplinario, capaz de articular nuestra práctica con la
finalidad de la carrera de profesorado en educación musical y la unidad didáctica
correspondiente a la materia Historia social y política latinoamericana y argentina.
Al momento de iniciar nuestra PDS y de entablar una relación con los estudiantes
de música, nos posicionamos desde la perspectiva de Freire (1968,1985) quien, en
contra de la educación bancaria, proponía que el saber no se encuentra en el docente,
sino en el devenir del diálogo con los otros. En este sentido, creímos necesario que la
pregunta indicada en el subtítulo: ¿La Historia es un saber significativo para la didáctica
del nivel superior?, no debería responderse simplemente desde el marco teórico, sino
que se trataba, además y fundamentalmente, de una construcción en conjunto con los
estudiantes. Por lo tanto, nuestro primer paso consistió en transmitir esta inquietud en
el aula a partir de la entrega de una pequeña encuesta con las siguientes preguntas:
1) ¿Qué crees que le aporta la materia Historia social y política latinoamericana y
argentina a tu formación como docente?
2) ¿Se pueden establecer relaciones entre la música y la historia? ¿Cuáles podrían ser?
3) ¿Cómo se relaciona para vos esta materia con el resto del plan de estudios?
4) ¿Qué aporte puede hacer tu campo de conocimiento específico -la música- a la
comprensión de la historia social y política?
En esta actividad inicial, llevada a cabo durante las observaciones de las clases
desarrolladas por el profesor de la materia, obtuvimos sobre un total de 14 estudiantes
apenas 4 respuestas. Quizás esto tenga que ver con lo que señala Freire (1985), “los
estudiantes están acostumbrados a que el profesor, jerárquicamente, tenga la verdad,
sea el sabio”, que más que preguntas, genere respuestas. También puede deberse a
cierto desinterés o desgano. Más allá de las causas y de la primera impresión que nos
llevamos, continuo nuestro impulso por seguir trabajando sobre el tema. Para ello,
partimos de las pocas, pero significativas respuestas obtenidas:
La historia es una herramienta para el trabajo dentro de una escuela, ya sea para la
promoción de festividades y fechas patrias como para explicarle a los niños acerca de los
significados de las mismas.
La historia actúa de mediadora entre la cultura y la música, permitiendo un mayor
acercamiento a los contextos de producción artística y una reproducción de la identidad
folclórica o nacional.
La historia permite vertebrar entre sí materias como Psicología, Didáctica o Fundamentos
de la Educación.
Acerca de los aportes de la música a la historia, las opiniones son encontradas. Por un
lado, hay quienes no creen que la música pueda a aportar significado a la historia. Por otro
lado, otros consideran que los conocimientos construidos desde la teoría musical sobre
las expresiones culturales de los pueblos originarios y africanos, por ejemplo, brinda
herramientas a la historia para su abordaje.
De la teoría y la praxis
A modo de conclusión
Bibliografía
Introducción
Reflexiones finales
Bibliografía
Introducción
Fundamentación
Reflexionando acerca de la enseñanza de la química en el nivel superior,
escogimos como punto de partida una problemática que consideramos común a todos
los niveles educativos. En ciencias, en general, y en química, en particular, se tiende a
una enseñanza descontextualizada, abordada mayormente desde lo expositivo. Este
tipo de enseñanza, no favorecería aprendizajes significativos, sino que, por el contrario,
promovería un mayor desinterés en los alumnos al no lograr encontrar en las clases de
ciencia contenidos significativos para la vida, lo que generaría, a su vez, una imagen
distorsionada de esta disciplina.
Partiendo de la idea de que el aprendizaje constituye una actividad compleja, si
hablamos de ciencias, esa complejidad se manifiesta en diversas cuestiones. Por un
lado, el alto nivel de especificidad del lenguaje científico que se aleja del lenguaje
cotidiano que emplea escasa terminología científica (Galagovsky, Bonán y Adúriz Bravo,
1998); por otro lado, el alumno posee ciertas suposiciones o interpretaciones acerca del
mundo que muchas veces se contradicen con el conocimiento científico que se pretende
enseñar (Gómez Crespo, Pozo y Gutiérrez Julián, 2004). Por último, la falta de sentido
que el alumno encuentra en los contenidos académicos hace que los mismos no
resulten significativos (Aragón Méndez, 2004; Guitart, Caamaño y Corominas, 2012;
Izquierdo, Caamaño y Quintanilla, 2007; Pozo y Gómez Crespo, 1998). En este último
aspecto, pondremos mayor énfasis a lo largo de la propuesta.
En su texto ¿Al final, ¿qué es aprendizaje significativo?, Moreira (2012) enfatiza
que:
Se debe partir de que la educación sucede no solo en las instituciones clásicas de familia
y escuela sino que los contenidos se alojan y experimentan en distintos dispositivos y
experiencias de manera que en los contextos informales y no formales el conocimiento
se produce y circula de forma invisible, aparece ubicuo, de manera que hoy se aconseja
una apertura del curriculum “sin paredes” y es que el curriculum también está en los
contextos de actividad de los sujetos: ciudad, trabajo, vida cotidiana, entornos virtuales
(2016:29).
Algunos profesores hablan del conocimiento como si fuera algo que ellos “reparten” o
“transfieren” a los estudiantes, casi como si abrieran sus cabezas y lo vertieran en su
interior. Naturalmente, no sorprende que estos profesores se centren en la construcción
de la explicación que a su parecer es más razonable, en lugar de en una que ayude y
estimule a los estudiantes a construir sus propias explicaciones, a razonar, a extraer
conclusiones, a actuar (2007:65).
Recuerdo que calqué y pinté muchos dibujos del cuerpo humano, escribí muchas
cartulinas, y también hacíamos maquetas, la que aún no olvido es la que representaba
las moléculas con bolitas de telgopor que “eran” los átomos, pintadas con los colores
primarios (Geraldina).
Recuerdo que en mis años transcurridos por la escuela primaria llegué a la idea (errónea)
de que cada ciencia es un todo aislado y, a su vez, muy alejado de la vida cotidiana. Es
por esta razón que me resultaba una asignatura tediosa (Milagros).
Recuerdo más las clases prácticas de ciencias naturales, donde hacíamos afiches
maquetas y experimentos en la secundaria (Noemí).
[…] En la secundaria fue muy parecido, la diferencia era que dentro de la escuela
teníamos laboratorio así que cuando teníamos, biología, física o química utilizábamos
este espacio. Esto hacía que la materia sea muy interesante ya que podíamos
experimentar, analizar, observar, hacernos preguntas y valorar/cuidar el espacio (María
José).
En la escuela siempre las clases fueron dadas por la maestra; teóricas, de lectura y
preguntas dictadas por ella y respondidas por nosotros copiadas de un manual de lectura
a la hoja de carpeta (Violeta).
La clase era dada por la maestra parada al frente del aula y los alumnos estábamos
sentados en bancos escuchando la clase. No me acuerdo de haber hecho experimentos
ni ninguna otra actividad que no fuera sólo teórica (Ana Sol).
La docente insistía con las guías de preguntas que eran muy fáciles de responder, ya
que estaban marcadas en el manual que usábamos, y sólo había que copiarlas […]
Tengo el presentimiento de que es muy poco lo que aprendí si tengo en cuenta
que fueron 12 años de convivir con las Ciencias Naturales (María Victoria).
Las propuestas
Tuvimos dos clases a nuestro cargo en las que utilizamos como estrategias
didácticas actividades experimentales, investigación guiada e interrogatorio didáctico.
Las primeras, consistieron en la realización de experiencias prácticas grupales,
planteamiento de objetivos y contenidos, reconocimiento de ideas alternativas22, entre
otros. Se utilizaron como recursos, materiales cotidianos y de laboratorio, cuento en
formato de papel, pizarrón y tizas.
Los propósitos para estas clases fueron:
Promover el “hacer ciencia” mediante la contextualización de actividades
experimentales.
Fomentar el uso de materiales cotidianos a la hora de trabajar en ciencias.
Propiciar el trabajo colaborativo como estrategia de construcción de conocimientos.
Promover la curiosidad, el espíritu de investigación y el respeto a la opinión del otro.
Abordamos, entre otros, los siguientes contenidos:
Valorización de las ciencias naturales desde el marco de la alfabetización científica.
Formulación de objetivos en función de la construcción de competencias.
Definición de contenidos en la enseñanza de las ciencias naturales.
Reconocimiento de las ideas alternativas en ciencias naturales.
22
Se refieren a las concepciones que poseen los estudiantes sobre fenómenos científicos específicos que
les permiten comprenderlos y darles sentido. Se caracterizan por ser construcciones personales en
interacción cotidiana con el mundo, bastante estables y resistentes al cambio y de carácter implícito.
Durante la primera clase, las actividades a desarrollar por las alumnas
consistieron en la lectura de un cuento y posterior diálogo acerca del mismo para guiar
a las estudiantes hacia el trabajo experimental. Se utilizó como disparador el cuento La
batalla del agua y el aceite (Hernández y Borel, 2012) el cual narra la aventura
imaginaria de Julio, un chico curioso al que le gusta leer historias de magia, hadas y
dragones y que se siente fascinado por el mundo de la gastronomía que también le
parece un tanto mágico. El cuento describe lo que percibe Julio al ver a su mamá hacer
fideos en una olla, que sólo a sus ojos, es transparente.
Se formaron pequeños grupos para llevar a cabo las experiencias. A partir de las
mismas, se recuperaron conceptos referidos a la temática del cuento (sistemas
materiales, mezclas, solubilidad, separación de fases, densidad, viscosidad, etcétera).
En todo momento, se orientó el trabajo en equipo con vistas al logro de producciones
individuales y colectivas.
A continuación, detallamos las experiencias extraídas del Proyecto
“Quimicuentos” en las cuales se utilizaron como recursos materiales cotidianos y de
laboratorio, cuento en formato papel, pizarrón y tizas.
Resultados y conclusiones
Al finalizar los encuentros, compartimos con las alumnas que participaron, el link
de una encuesta realizada en un formulario de Google Drive en la que se les
consultamos acerca de la experiencia de vivenciar “Quimicuentos” como metodología
de trabajo.
Las estudiantes coincidieron en que la propuesta interdisciplinaria de usar un
cuento como recurso disparador y el desarrollo de experiencias bajo la indagación
guiada, es una forma de trabajo útil para abordar diferentes contenidos escolares.
Exponiendo razones tales como: “era sencillo de entender y bajar a la realidad”; “fue útil
porque cada grupo llegó a resultados parecidos de diferentes maneras”; “…promueve
la participación activa de los alumnos”.
Los resultados de la intervención fueron altamente positivos. La participación
durante el transcurso de las clases y la respuesta a las actividades propuestas, tanto
orales como escritas fue muy enriquecedora. El grupo clase se mostró predispuesto a
trabajar de manera grupal, manteniendo una actitud abierta al diálogo y demostrando
respeto y escucha hacia el otro.
Como futuras docentes, se sintieron alentadas a utilizar esta forma de trabajo y
consideraron que nuestra intervención contribuyó significativamente a una imagen de la
ciencia contextualizada y entendible.
Bibliografía
Aragón Méndez, M. (2004) “La ciencia de lo cotidiano”, en: Revista Eureka sobre
Enseñanza y Divulgación de las Ciencias, 1(2), 109-121.
Ausubel, D., J. Novak y H. Hanesian (1983) Psicología Educativa: Un punto de vista
cognoscitivo. México, Trillas.
Bain, K. (2007) “Cap. 3 ¿Cómo preparan las clases?”, en: Lo que hacen los mejores
profesores universitarios. Valencia, PUV.
Galagovsky, L., L. Bonán y A. Adúriz Bravo (1998) “Problemas con el lenguaje científico
en la escuela. Un análisis desde la observación de clases en ciencias naturales”, en:
Enseñanza de las ciencias: revista de investigación y experiencias didácticas, 16(2),
315-322.
Gómez Crespo, M. A.; J. I. PozoI y M. S. Gutiérrez Julián (2004) “Enseñando a
comprender la naturaleza de la materia: el diálogo entre la química y nuestros sentidos”,
en: Educación química, 15(3), 198-209.
Guitart, F., A. Caamaño y J. Corominas (2012) “‘Química’ en contexto: una propuesta
curricular para la química del bachillerato en Cataluña”, en: VII Seminario Ibérico/III
Seminario Iberoamericano CTS en la enseñanza de las Ciencias “Ciencia, Tecnología y
Sociedad en el futuro de la enseñanza de las ciencias”. Disponible en:
http://www.oei.es/historico/ seminarioctsm/PDF_automatico/F64textocompleto.pdf.
Harlen, W. (2013) “Educación en ciencias basada en la indagación: fundamentos y
objetivos”, en: Harlen, W. Evaluación y Educación en Ciencias Basada en la Indagación
Aspectos de la Política y la Práctica, Global Network of Science Academies (IAP)
Science Education Programme (SEP) Trieste, Italia. 12-17.
Hernández, S. A. y M. C. Borel (comp) (2012) Quimicuentos. Narración de la Química
Cotidiana para Escuelas Primarias. Bahía Blanca, EdiUNS.
Izquierdo, M.; A. Caamaño y M. Quintanilla (2007) Investigar en la enseñanza de la
química. Nuevos horizontes: contextualizar y modelizar. Barcelona, Universitat
Autónoma de Barcelona.
Martínez Rodríguez, J. B. (2016) “Cap. 1. Prácticas, políticas y retóricas en la enseñanza
universitaria”, en: Insaurralde, M. (comp.) La enseñanza en la educación superior.
Investigaciones, experiencias y desafíos. Buenos Aires, Noveduc.
Moreira, M. (2012) “Al final, ¿qué es aprendizaje significativo?”, en: Qurriculum: Revista
de teoría, investigación y práctica educativa, ISSN 1130-5371, Nº 25, 29-56.
Pozo, J. I. y M. A. Gómez Crespo (1998) Aprender y enseñar Ciencia. Del conocimiento
cotidiano al conocimiento científico. Madrid, Ediciones Morata.
Reyes-Cárdenas, F. y K. Padilla (2012) “La indagación y la enseñanza de las ciencias”,
en: Educ. quím. 23(4), 415-421.
Sirvent, M. T. y Monteverde, A. C. (2016) “Cap. 10. Enseñar a investigar en la
universidad. Propósitos, desafíos y tensiones en la formación metodológica”, en:
Insaurralde, M. (comp.) Enseñar en las universidades y en los institutos de formación
docente. Buenos Aires, Noveduc.
CAPÍTULO 13
LA PARTICIPACIÓN ACTIVA DE LOS ESTUDIANTES EN LA CONSTRUCCIÓN DE
CONOCIMIENTOS: ESTRATEGIAS ALTERNATIVAS DE ENSEÑANZA DE LA HISTORIA.
Martín Dietz y Marisol Gonzalez
Actividades previas
Nuestro proyecto de cátedra estuvo pensado para implementarse en el ISFD
N°3; institución que tiene a su cargo carreras de formación docente en el nivel
secundario. Realizamos nuestra inserción en la materia Historia Mundial siglo XX, del
cuarto año del Profesorado de Historia, primero, desde la observación participante y,
luego, teniendo a cargo dos clases.
“Los enseñantes, si no son intelectuales de pleno derecho, sí son por lo menos
mediadores e intérpretes activos de culturas, de valores y del saber en proceso de
transformación” (Perrenoud, 2004:183). En este sentido, comenzamos realizando un
recorrido por el establecimiento, para conocer sus particularidades y la dinámica de la
institución educativa. Atendiendo a la necesidad de poder situar nuestro trabajo, nos
pareció pertinente conocer el espacio físico donde se desarrollan las clases, el diseño
curricular vigente, el plan de estudio, el programa de la materia y cuestiones que tienen
que ver con el funcionamiento de la institución.
La investigación nos permitió problematizar la realidad en la cual nos insertamos,
es decir, posibilitó indagar sobre aquello desconocido que debimos develar para poder
tener un punto de partida concreto; porque la docencia es una actividad profesional que
implica una interacción social y que incluye una articulación de tipo disciplinar y
pedagógico en un contexto real. Es por ello que, el conocimiento del lugar de
intervención, nos permite situarnos de manera adecuada en dicho espacio y planificar
las clases de acuerdo con las particularidades y necesidades del grupo.
Este tipo de trabajo colaborativo y en equipo es altamente productivo, en el
sentido de que nos permitió la visualización de la problemática en cuestión desde
diferentes perspectivas y esto implicó la posibilidad de reajustar o redireccionar la
propuesta en función de algún emergente. La experiencia vivida fue formativa porque
posibilitó una reflexión “en” y “sobre” las prácticas.
El asesoramiento de la tutora nos permitió resolver de manera progresivamente
autónoma las necesidades de índole práctica que pudieron surgir y, de esta manera, se
hizo un ejercicio que articuló diferentes saberes. Este trabajo de campo, sumado al
proyecto de intervención y su posterior puesta en práctica, posibilitó el desarrollo de
saberes profesionales para el ejercicio de la docencia. Sin desconocer que incluye
espacios de indeterminación, emergentes e incertidumbres por lo que, como futuros
profesionales de la educación, nos planteamos estar preparados para adecuar nuestras
propuestas a las necesidades del ámbito de acción. Según, Tardif “la epistemología de
la práctica profesional” es el conjunto de saberes que el docente utiliza cotidianamente
en el aula, este “saber engloba los conocimientos, las competencias, las habilidades (o
aptitudes) y las actitudes, es decir, lo que muchas veces se ha llamado saber, saber-
hacer y saber-ser” (2004:189).
En esta línea de pensamiento también es necesario aclarar que, como docentes
de Nivel Superior, se espera que estemos en condiciones de incorporar, producir y
utilizar teorías, así como que seamos capaces de detectar y resolver problemas de
manera autónoma, de utilizar tecnologías con propósitos específicos y de actuar, ética
y socialmente, en el ámbito de nuestras competencias como graduados universitarios.
Luego del análisis de lo institucional, comenzamos las observaciones de clase.
A partir de las mismas, pudimos reconocer que la modalidad de las clases era expositiva
y, de acuerdo con nuestra concepción epistemológica de los procesos de enseñanza y
de aprendizaje, consideramos necesario instrumentar otra modalidad de trabajo
diferente de la habitual (y como estrategia didáctica alternativa), en esta ocasión, un
estudio de caso. Esta propuesta, tuvo el objetivo de generar un espacio de trabajo áulico
que involucrase la participación activa de los estudiantes en la construcción conjunta de
un nuevo conocimiento. Nosotros apelamos a esta modalidad de trabajo como una
manera de promover el aprendizaje desde otro lugar.
Nuestra propuesta pretendió construir un conocimiento a largo plazo, aquí, la
participación activa de los estudiantes en la construcción de un nuevo conocimiento es
requisito sine qua non. Por lo tanto, la utilización de TIC, como herramientas
audiovisuales, el desarrollo de una exposición dialogada y la utilización de una
diversidad de recursos (artículos periodísticos, fotografías, testimonios reales),
contribuyó a crear un clima de trabajo con una dinámica diferente a la habitual. En este
marco, es importante destacar el nivel de participación e involucramiento de los
estudiantes en la propuesta. El trabajo áulico colaborativo y en equipo a través de la
interdependencia de recursos fue altamente enriquecedor.
Creemos, que pusimos en práctica algunos de los saberes profesionales que
Perrenoud (2004) reconoce en las enseñantes: organizamos y animamos situaciones
de aprendizaje, implicamos a los alumnos en tales aprendizajes, trabajamos en equipo,
y utilizamos tecnologías de manera pertinente. Este tipo de abordaje de las clases nos
permitió mediar entre los saberes y los estudiantes desde otro lugar, aquel que implica
una retroalimentación recíproca en función de un objetivo común: la construcción de un
nuevo conocimiento. Intentamos trabajar en las dos clases que tuvimos a cargo, a partir,
de una investigación conjunta sobre los recursos, las estrategias y las dinámicas a
implementar, porque consideramos, que enseñar es atraer a los estudiantes (Bain,
2007), es decir, nuestra prioridad fue crear las condiciones áulicas que propicien un
trabajo colectivo.
Llevamos la propuesta al aula
Reflexiones provisorias
23
Textos, información de internet, recuperados a partir de teléfonos celulares y netbooks.
en sus propios términos, denomina conocimiento didáctico del contenido a esta
amalgama de conocimientos puestos de manifiesto en la acción.
De manera que, nuestro trabajo colaborativo, a partir de la interdependencia de
recursos, logró promover una instancia de diálogo democrático, reflexivo y fecundo. Se
trabajó a partir de diferentes constructos empíricos que debieron analizarse con una
rigurosidad académica que permita adoptar una perspectiva al respecto, pero siempre
sabiendo que no existe una postura unívoca y estática al hablar en términos históricos.
Y todo esto en el marco de un contexto institucional que condicionó la manera de trabajo
en el aula.
“Los conocimientos profesionales exigen siempre una parcela de improvisación
y de adaptación a situaciones nuevas y únicas que exigen del profesional reflexión y
discernimiento no solo para que pueda comprender el problema, sino organizar y aclarar
también los objetivos deseados y los medios que utilizar para alcanzarlos” (Tardif,
2000:183). Creemos que, en nuestro caso, este objetivo pudo lograrse.
A modo de síntesis
Bibliografía
Bain, K. (2007) Lo que hacen los mejores profesores universitarios. Valencia, PUV.
Camilloni, A. (1995) Reflexiones para la construcción de una Didáctica para la
Educación Superior. Primeras Jornadas Trasandinas sobre Planeamiento, Gestión y
Evaluación Universitaria. Chile, Universidad Católica de Valparaíso.
Malet, A. y E. Monetti, (comp.) (2012) Debates universitarios acerca de la didáctica y la
formación docente. Buenos Aires, Noveduc- Ediuns.
Perrenoud, P. (2004) Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Barcelona,
Grao.
Tardif, M. (2004) Los saberes del docente y su desarrollo profesional. Madrid, Narcea.
CAPÍTULO 14
PROPUESTAS ALTERNATIVAS EN LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS NATURALES.
Melina Fernández y Carla Pérez
Punto de partida
Actividades desarrolladas
Nuestros propósitos
Nuestras experiencias
Conclusiones
Bibliografía
Páginas web
http://studylib.es/doc/5170419/las-ciencias-naturales-como-producto-y-como-proceso
http://modelospedagogicos.webnode.com.co/modelo-constructivista/
CAPÍTULO 15
POTENCIALIDADES Y DIFICULTADES DE UNA PROPUESTA DE ENSEÑANZA DE HISTORIA
EN EL NIVEL SUPERIOR, MEDIADA POR TICS.
Nahuel Ianniello y Martín Monaldi
Iniciando el camino
24
Las negritas y la cursiva son propias.
Consulta bibliográfica de los temas que nos llevó a releer materias y fuentes
específicas de nuestro profesorado, la visita a diferentes bibliotecas y la indagación
en la web.
Elaboración de distintos materiales audiovisuales y recursos web: aquí podemos
destacar que fue muy importante el ensayo de prueba y error a la hora de realizar
edición de materiales audiovisuales, así como el testeo de diferentes videos y su
recorte para la clase. En esta instancia, nos entrenamos en la utilización de videos y
cómo detenerlos para realizar intervenciones. En cuanto a la accesibilidad a internet,
debido a la falta de red Wifi en la institución decidimos resolver esta dificultad
utilizando un celular como antena, exportando del mismo la red de datos móviles a
la notebook. Con esta acción sobrellevamos la falta de conexión y pudimos acceder
a internet para completar una sección del Paddlet en la clase, resolviendo de manera
práctica el imprevisto y haciéndonos de una herramienta para futuras experiencias.
Nos propusimos que nuestras clases estuvieran atravesadas por la especificidad
del alumno a quien destinamos la clase. Se trata de un estudiante que, a su vez, trabaja
y que está próximo a sus prácticas docentes en secundaria. y, por tanto, pretendimos
aportar contenidos con sentido, que despierten inquietudes, intereses y puedan llevarlo
a sus propias clases. Entendimos también que las planificaciones debían realizarse
acorde a las necesidades y la disposición del grupo con el que se trabaja: el horario
nocturno de la clase en época invernal, sumado a la propia carga horaria, las horas
laborales y el estudio los condicionaba a estar cansados y poco activos. Esto lo notamos
durante nuestras observaciones y, por ello, supimos hasta dónde podíamos exigirles y
que la mejor manera de construir el conocimiento en conjunto era generar su interés y
curiosidad en los temas que proponíamos. Para ello buscamos no sólo acompañar las
clases con las TICs sino abandonar el escenario y darles el espacio para protagonizar
la clase en los momentos en que debían construir conceptos, dar su opinión o proponer
respuestas a nuestras interpelaciones.
En charlas previas, los alumnos nos habían hecho saber que contaban con poco
tiempo disponible por sus ocupaciones, de manera que nos propusimos que la clase
tuviese mayor carga de actividades y no pedirles que las resuelvan fuera del cursado,
ya que sería tan injusto como poco realista.
La empatía, y ponernos en el lugar del otro fue fundamental en esta etapa de
planificación. Conocer la situación en que estudiaban y entenderla, nos motivó a
acercarnos más al grupo y llevar una propuesta de clase que los ubicara como
protagonistas en la construcción de conocimientos con sentido para sus propias
prácticas
En cuanto a los contenidos y su significatividad, éstos estuvieron atravesados
totalmente por el eje didáctico y el modo en que los temas se podrían trabajar en las
escuelas secundarias. Esto nos llevó a replantear la forma en que presentamos los
contenidos y las fuentes históricas a utilizar, de manera que hicieran mella en el futuro
trabajo áulico que los alumnos realizarían.
Al final de nuestra segunda clase trabajamos fuertemente el eje didáctico
mediante las TICs y cómo abordar los contenidos del Virreinato del Río de la Plata en el
aula, sin caer en el academicismo o en una historia de efemérides, sino poder construir
un conocimiento significativo para sus futuros alumnos, desnaturalizar ciertas nociones
y generar una base contextual disponible para la comprensión de otras temáticas como
el proceso revolucionario en el actual territorio argentino.
Por ello, decidimos dividir la propuesta en dos ejes temáticos: por un lado,
abordar la situación política y económica, y, por el otro, la situación social y formas de
trabajar esos contenidos en el aula mediante recursos didácticos. Durante nuestro
cursado adquirimos una insipiente habilidad para adaptarnos a nuevas prácticas y
adquirir habilidades; entre ellas el uso de aplicaciones y programas virtuales para llevar
a nuestras clases. De esta manera ambas clases contaron con su respaldo visual y
conceptual a través del uso de PowerPoint y, a su vez, en la segunda clase, los alumnos
mismos utilizaron en tiempo real un programa para crear murales interactivos llamado
Padlet que, junto al uso de videos e imágenes editadas por nuestra cuenta, no solo
dieron una dinámica entretenida a la clase, sino que logramos que los propios
estudiantes tomen la iniciativa y escriban en “vivo y en directo”25 en la aplicación y
compartirlo en el grupo de Facebook del curso.
El recorte realizado, las fuentes utilizadas26 y los materiales didácticos
empleados (plataforma interactiva, videos, mapas, etc.) tuvieron como objetivo romper
con la lógica de enseñanza tradicional de tipo bancario, ya que uno de nuestros
propósitos era dotar de protagonismo a los alumnos y problematizar en conjunto la
significatividad de los contenidos y el para qué abordarlos en la escuela secundaria.
A modo de balance
25
El alumno/compañero Jeremías aceptó “pasar al frente”, tomar la misma notebook con la que preparamos
las clases y elaborar el muro interactivo con las frases y conceptos que los compañeros le sugerían.
26
Utilizamos como fuente para el trabajo del eje social un conjunto de relatos realizados por personajes
contemporáneos sobre los procesos de fines de siglo XVIII del Virreinato del Río de la Plata. En ellos se
podía examinar cómo los diferentes grupos sociales interactuaban entre sí y qué rol cumplían en esta
sociedad tardo colonial. Las mismas se encuentran disponibles en John Lynch, “Administración colonial
española 1782-1810” y “La rebelión de Túpac Amaru y los orígenes de la emancipación americana”, en:
Luna, Félix (2009) Historia Integral de la Argentina: 3, la Argentina temprana, Buenos Aires, Booket, Págs.
212-213 y 220-221, respectivamente.
Dentro de las cuestiones positivas que pudimos vivenciar, atestiguamos que
plantear un formato de clase y de enseñanza diferente al tradicional es posible, lo
comprobamos a través del “ejemplo de Jeremías usando el Paddlet”.
En relación con esto logramos generar confianza en el grupo y obtener una
buena participación y un diálogo constantes. Esto dotó de dinamicidad a la propuesta y
la enriqueció. Si en las primeras clases, los alumnos nos miraban con extrañeza, ahora,
se comunicaban con confianza en el marco de un trato agradable y respetuoso.
Conseguimos “entremezclarnos” en el grupo, de manera que el espacio
simbólico de poder deje de estar situado en el frente, para trasladarse constantemente
al banco de quien tomaba la palabra a cada momento.
Logramos problematizar continuamente los contenidos que queríamos trabajar
y pudimos dejar de lado ciertos aspectos, para no caer en una práctica expositiva de
acumulación cuantitativa de información. En contraposición trabajamos contenidos
específicos que respondan a las demandas de nuestra propuesta y a las características
del grupo donde se pondría en práctica.
La experiencia misma de nuestra práctica docente situada reafirmó el potencial
del proyecto de cátedra que propusimos, debido a que en dos meses de clase (ocho
clases) solo cinco de estas se realizaron efectivamente, debido a paros y mesas de
examen. A lo anterior se suman las características del grupo de estudiantes ya referidas,
desde donde insistimos en que la discontinuidad entre una clase y otra podría
remediarse mediante el uso de las TICs para continuar la formación de manera virtual e
interactiva.
Debido al tiempo acotado de inserción encontramos ciertas dificultades, entre
ellas, no logramos realizar una experiencia continuada que dé cuenta de la posibilidad
de trabajar en las clases de historia de manera virtual o fuera del aula (más allá de la
publicación del paddlet en internet). Se pudo dar continuidad a cuestiones dadas en el
aula, pero no de experiencias cuyo centro y punto de partida no fuese el aula como
espacio de aprendizaje.
Asimismo, hubo alumnos que no realizaron aportes a las consignas ni
consultaban dudas. Nos dimos cuenta de que no siempre se puede lograr que todos le
pongan el mismo empeño al trabajo áulico ni todos están en las mismas condiciones de
hacerlo. Quizás con la disponibilidad de más clases para trabajar en el curso, se podrían
haber propuesto actividades y temáticas que atrajeran a aquellos que no participaron
activamente.
Durante el espacio de tiempo propuesto para la lectura y el trabajo de fuentes o
tablas económicas, motivamos a los estudiantes a que mejoraran el ritmo de trabajo, ya
que acostumbran a tomarse tiempo para dispersarse y salir del aula. Sabemos que esto
es producto del horario nocturno de cursado, la carga horaria y las horas de trabajo que
les generan cansancio, no obstante, lograr que los alumnos trabajen en grupos por
voluntad y no por obligación, es algo que nos queda pendiente. Consideramos que el
trabajo con fuentes es una parte importante de la labor del historiador y que los alumnos,
en tanto futuros docentes, deben familiarizarse con el análisis de estos materiales, para
poder respaldar sus propias concepciones y futuras propuestas.
A modo de cierre, podemos retomar el planteo de Perrenoud quien sostiene que
“si queremos que todos consigan los objetivos, no basta con enseñar; hay que hacer
aprender a cada uno, encontrando la propuesta apropiada. Esta enseñanza ‘a medida’
está más allá de toda prescripción” (2004:192).
Bibliografía
Introducción
Metodología
El marco institucional
Docencia e Investigación
Martínez Rodríguez (2016) plantea que “...el docente debe formarse, tanto en
sus momentos iniciales como de desarrollo profesional, mediante la realización de
procesos de indagación y de reflexión sobre la práctica”. Creemos que indagar sobre
qué estrategias se utilizan en la enseñanza de nuestra disciplina en particular y si se
produce investigación por parte de los docentes, es una manera de reflexionar sobre la
práctica.
En el Instituto María Auxiliadora, no parece ser una práctica habitual ya que
cuando entrevistamos al director y ante nuestra pregunta acerca de si se realizaban
trabajos de investigación, respondió que “no y que no era ni es una demanda”. También
sostuvo que, en los últimos años, fue surgiendo por parte de los profesores el interés
por investigar, aunque se publican en Revistas Salesianas sin abrirse a la comunidad
científica.
Por otra parte, quisimos saber qué opinaban los alumnos/as de tercer año con
respecto a la figura del docente-investigador. Para ello utilizamos una encuesta de la
que surgió que, sobre un total de quince alumnos/as encuestados, doce respondieron
no conocer la figura docente-investigador. En tanto que ante la pregunta sobre la
importancia que le asignan a la investigación en su práctica profesional, diez
respondieron que le asignan mucha importancia.
Nos resultó llamativo el desconocimiento de la figura del docente-investigador
por parte de los estudiantes, sin embargo, si esto es analizado en el contexto de una
Institución que no fomenta en los docentes la práctica de investigación, cobra cierto
sentido.
Reflexiones finales
Bibliografía
Bain, K. (2007) Lo que hacen los mejores profesores universitarios. Valencia, PUV.
Martínez Rodríguez, J. B. (2016) “Cap. 1. Prácticas, políticas y retóricas en la enseñanza
universitaria”, en: Insaurralde, M. (comp.) La enseñanza en la educación superior.
Investigaciones, experiencias y desafíos. Buenos Aires, Noveduc.
CUARTA PARTE.
El presente escrito tiene como propósito dar a conocer algunas reflexiones sobre
la enseñanza de las Ciencias de la Administración, a las que he arribado luego de llevar
adelante la materia Didáctica y Práctica Docente del Nivel Superior, en el marco de mis
estudios en el Profesorado en Ciencias de la Administración (UNS). No es objetivo de
este trabajo brindar recomendaciones o “recetas” a los docentes sino simplemente
aportar nuevas miradas desde las cuales plantear la enseñanza de las Ciencias de la
Administración, sin desconocer que existen ciertas herramientas de la didáctica
específica de nivel que les servirán de sustento.
Para ordenar el desarrollo de la temática, intentaré, en primer lugar,
contextualizar dónde y cómo surgen estas reflexiones y conocimientos. En segundo
término, y en parte, como consecuencia de lo anterior, abordaré algunas formas viables
de manifestar la práctica profesional en el currículum. Por último, presentaré propuestas
de enseñanza y de evaluación para la enseñanza y el aprendizaje de las Ciencias de la
Administración en el nivel superior.
Contextualización
Punto de partida
Para la realización del proyecto de cátedra, en mi carácter de alumna-practicante
y futura docente, elegí tomar como punto de partida aquella porción de la realidad que
se me presentaba como insatisfactoria en la enseñanza de la disciplina de las Ciencias
de la Administración en el nivel superior. Elegí como motor de esta propuesta aquéllos
contenidos que son enseñados de forma tal que sugestionan a los alumnos, es decir,
que suscitan cierto miedo a la hora de su transferencia a la práctica real. Estos miedos,
trasmitidos por los docentes en la enseñanza, no interfieren solamente en la
construcción de aprendizajes durante la etapa educativa, sino que incluso en etapas
posteriores como lo es la práctica laboral. Una de las preguntas que se hace Ken Bain
fue la motivadora de la elección realizada: “¿Cómo animar a los estudiantes a pensar
en voz alta y cómo crear una atmósfera no amenazadora en la cual puedan hacerlo?”
(2007:70).
El eje estructurante del currículum del Profesorado en Ciencias de la
Administración es principalmente la formación académica, dejando relegada la
formación práctica profesional. Esto genera que ciertos contenidos se enseñen
solamente desde la óptica teórica sin una consecuente vinculación con la experiencia
práctica o bien con una propuesta formativa donde la práctica es un “apéndice final” que
sólo se reduce a conocimientos técnicos. Y tal como señala Schön (1992), citado por
Sanjurjo (2016), los conocimientos técnicos no alcanzan para poder explicar cómo se
toman decisiones en situaciones prácticas que se caracterizan por la incertidumbre, la
singularidad y los conflictos de valores.
De esta forma, la práctica de enseñanza queda acotada a contenidos formales y
se ve limitada la construcción de aprendizajes en relación con el campo profesional. En
consecuencia, las estrategias de enseñanza y evaluación no se piensan desde una
óptica de relación entre la teoría y la práctica. En palabras de Sanjurjo (2016), es
necesario generar un conocimiento profesional que permita tomar decisiones
contextuadas y fundamentadas ante los problemas singulares de cada práctica.
Actividades Desarrolladas
Conclusiones finales
Bibliografía
Bain, K. (2007) “Cap. 3 ¿Cómo preparan las clases?”, en: Lo que hacen los mejores
profesores universitarios. Valencia, PUV.
Barco, S. (Coord) (2005) “Cap. 2. Del orden, poderes y desórdenes curriculares”, en:
Universidad, docentes y prácticas. El caso de la UNCO. Neuquén, Educo
Celman, S. (2004) Evaluación de aprendizajes Universitarios. Más allá se la
acreditación. Conferencia en las 3ras. Jornadas de Innovación Pedagógica en el Aula
Universitaria. UNS. En CD. ISBN 987-98069-5-6.
Sanjurjo, L. (2016) “Cap. 14. La práctica como eje articulador de las propuestas
curriculares y didácticas en la formación profesional, en: Insaurralde, M. (comp.) La
enseñanza en la educación superior. Investigaciones, experiencias y desafíos. Buenos
Aires, Noveduc.
Steiman, J. (2012) “Cap. I: Los proyectos de cátedra” en: Más didáctica (en la educación
superior). Buenos Aires, UNSAM Edita - Miño y Dávila.
Documentos
una secuencia organizada de asignaturas (…) se trata de un objeto más complejo, que es
algo que llevado a la práctica genera diversas experiencias en los estudiantes y que estas
experiencias, que son decisivas en el tipo de aprendizaje para los alumnos realizan (…)
dependen de manera significativa de las formas en que se enseñan (…) y de los ambientes
institucionales donde se llevan a cabo (Camilloni, 2001: 23 y 24).
Conclusiones
En cuanto al proyecto, creemos que los contenidos con los que decidimos
trabajar fueron más que significativos porque a través de la PDS pudimos acercarnos a
un tema de sumo interés para nosotras. Fue muy enriquecedor poder incorporar la
temática, su análisis crítico y haber formado parte de ese “currículum en acción”
(Camillioni, 2001) con el que trabajamos tanto en las clases de Didáctica y Práctica
Docente de nivel Superior.
Entendemos que la problemática que identificamos desde nuestra experiencia
como alumnas del nivel, también se traslada a otras realidades, en este caso específico,
a la ESAV. De este modo, observamos que, en el diseño curricular del Profesorado de
Artes Visuales, los contenidos vinculados con el tema “Pueblos originarios” son escasos
y se mantiene una perspectiva eurocéntrica. Esto se percibe claramente en la lectura y
análisis de los contenidos y su fundamentación definidos desde la Provincia de Buenos
Aires, donde notamos que la problemática se hace presente solo desde lo discursivo.
La materia donde se supone que deberían ser abordados, Historia Sociopolítica de
Latinoamérica y Argentina, comienza cronológicamente en el siglo XV. Es decir, se
estudia al continente americano desde la llegada de los españoles. De este modo, se
elimina cualquier posibilidad de estudiar a los pueblos originarios como pueblos
independientes y libres, se los observa ya vencidos y se los entiende como grupos no
sujetos a derecho.
Esta realidad, nos lleva a plantearnos la importancia de la dimensión curricular
en los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Durante la puesta en práctica de
nuestro proyecto, observamos cómo las decisiones que se toman en torno al diseño,
inciden fuertemente dentro del aula. Y cómo, a su vez, este micro espacio puede
transformarse en un lugar de resistencia a los lineamientos que desde allí se imparten.
Pero tal vez, más importante aún, es no perder de vista que ninguna de las decisiones
que se toman desde uno u otro lugar son inocentes. Es decir, todas contienen
posicionamientos ideológicos que no debemos dejar de notar.
Con respecto a nuestra hipótesis, en la que planteábamos que la forma en que
se enseña “Pueblos originarios” en las instituciones de nivel superior en nuestra
localidad estaba influenciada por el origen histórico de Bahía Blanca, fue también
corroborado. Durante las visitas guiadas que realizamos con los alumnos y en la
planificación y desarrollo de las clases, se hizo evidente para nosotras y para los
estudiantes que esta hipótesis es una realidad.
Afirmamos que al haber nacido nuestra ciudad como Fuerte y, por lo tanto, como
frontera entre el mundo “civilizado” y el “bárbaro”, dejó una impronta muy fuerte en la
Historia Local. Esto mismo, se observa en su himno, en las placas que aun hoy se
exhiben en el hall central de la Municipalidad, en el discurso de la persona que nos guio
por el casco urbano y, lamentablemente, también en el Museo Histórico local. Todo esto
confirma nuestras sospechas, la ideología de las instituciones bahienses aún está teñida
por su historia en la lucha contra el “indio”. Aunque hay que remarcar que no por eso,
se encuentran determinadas.
En cuanto a la decisión que tomamos con respecto a utilizar una escala menor
de análisis para dar visibilidad a los pueblos originarios, entendemos que fue positiva.
Desde la perspectiva de la Historia Local no solo logramos nuestro objetivo, sino que
los alumnos respondieron favorablemente, interesándose por el tema y haciéndolo
propio. Lo que queda por preguntarse es si esta mirada es la única solución a la
problemática planteada; probablemente no lo sea. Consideramos que es muy posible
que cada docente pueda dar distintas respuestas acertadas y que, a su vez, cada
realidad necesite de distintos instrumentos y decisiones.
En términos institucionales, encontramos una realidad muy distinta a la que
estamos acostumbradas en la Universidad. La impronta de la ESAV, su organización y
dinámica son muy diferentes a las que nosotras conocemos. Entendemos que esto tiene
mucho que ver con su modalidad artística, que le otorga un fuerte carácter original, tanto
en las personas que la componen, como al edificio en sí mismo.
Al ser una escuela de artes plásticas, los espacios tanto áulicos como comunes
se encuentran intervenidos artísticamente por las producciones de los alumnos. A su
vez, existen espacios y momentos de encuentro donde los estudiantes interactúan
constantemente, favoreciendo que las relaciones interpersonales sean fluidas y
desestructuradas. Por todo esto, fue más que interesante conocer la realidad de otra
institución educativa, porque ver la diversidad permite pensar lo propio desde otro lugar.
Respecto al curso donde realizamos la PDS, los alumnos demostraron tener un
fuerte compromiso social y estar abiertos a propuestas innovadoras. A partir de nuestra
experiencia en esta institución confirmamos lo planteado por Zabalza cuando afirma
que: “los alumnos (universitarios) poseen unas características especiales y su itinerario
formativo se ve sujeto a un conjunto de condiciones particulares…” (2007:181). En este
sentido, sostenemos que el contexto y la modalidad les confiere a los estudiantes de la
ESAV características que les son exclusivas.
Se trata de un grupo reducido en el que los estudiantes demostraron estar muy
motivados en sus estudios y en el desarrollo de todas las actividades planteadas, con
una fuerte tendencia a la innovación en las clases, relaciones cercanas entre docentes
y alumnos, con un seguimiento personalizado de cada uno de ellos.
La profesora a cargo, demostró ser una profesional flexible a nuestras opiniones
y decisiones. Esta libertad con la que contamos nos permitió trabajar con tranquilidad,
lo cual fue esencial para llevarnos con nosotras una experiencia muy positiva en nuestra
formación. El fuerte pensamiento crítico demostrado por todos ellos ante la problemática
que presentamos, contrasta claramente con el discurso histórico emanado por las
instituciones bahienses.
Ahora bien, como cierre quisiéramos hacer una reflexión personal respecto a
nuestro rol como futuras docentes. A través de esta experiencia podemos decir que es
nuestra necesidad colaborar con la visibilidad, el análisis y el debate de ciertas temáticas
relegadas por el Estado.
En este sentido, nos habíamos propuesto con nuestro proyecto como punto de
llegada, aportar desde nuestro lugar a la conformación de una sociedad plural, más
abierta y democrática, donde la diversidad sea vista como una fuente de riqueza. Ya
que es nuestro deseo que las aulas por las cuales pasemos, estén sumergidas en una
convivencia donde la interculturalidad sea una de sus formas. Anhelamos que la
sociedad, a través de nuestros alumnos, pueda reconocer que nuestra cultura originaria,
de donde surgimos, no tiene a Europa como centro, que América no fue un continente
donde había riquezas pretendidas por el resto, que nuestro continente aún está de pie
y en lucha por su reconocimiento.
Por último, nos gustaría retomar la siguiente cita: “tal vez lo importante sea
favorecer una relación menos temerosa y menos individual con la sociedad. Los
enseñantes, si no son intelectuales de pleno derecho, sí son por lo menos mediadores
e intérpretes activos de las culturas, de valores y del saber en proceso de
transformación” (Perrenoud. 2004:183).
Consideramos que nuestra profesión nos brinda posibilidades invaluables para
lograr la sociedad que deseamos. Pero somos los docentes los que tenemos que
entendernos como mediadores e intérpretes y, por qué no, como agentes activos de
nuestra sociedad, aceptando el reto de transformarla desde nuestras posibilidades. En
nuestro caso, trabajamos para ello y esperamos haberlo logrado.
Bibliografía
Introducción
El camino recorrido
¿Adónde llegamos?
Bibliografía
CAMILLONI, A. (1995) Reflexiones para la construcción de una Didáctica para la
Educación Superior. Primeras Jornadas Trasandinas sobre Planeamiento, Gestión y
Evaluación Universitaria. Chile, Universidad Católica de Valparaíso.
CAMILLONI, A. (2001) Modalidades y proyectos de cambio curricular. Aportes para un
cambio curricular en Argentina. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Medicina.
OPS/OMS, Buenos Aires.
LUCARELLI, E. (s/f) La Didáctica de Nivel Superior. Ficha de cátedra. UBA.
PERRENOUD, P. (2004) “Práctica reflexiva e implicación crítica”, en: Desarrollar la
práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Barcelona, Grao.
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TARDIF, M. (2004) “Cap. 7. Los saberes profesionales de los docentes y los
conocimientos universitarios”, en: Los saberes del docente y su desarrollo profesional.
Madrid, Narcea.
CAPÍTULO 20
ESTUDIAR EN EL NIVEL SUPERIOR: PRINCIPIO Y ¿FIN?
Santiago Aracena y Hernán Retamar Martín
Introducción
27
Debemos señalar que, a lo largo de este trabajo, cuestionaremos la utilización del término “abandono”
para referirnos a los casos de deserción. Más adelante señalaremos que muchos de éstos podrían
interpretarse más bien como expulsión desde la institución, en el marco del sistema estatal capitalista.
estudiantes de 2do, 3er y 4to año de la carrera del Profesorado en Historia de Educación
Secundaria para conocer sus respectivas trayectorias académicas, la manera en que se
ven afectados por los costos de estudiar y la forma en que los afrontan. Todo esto con
el objetivo de determinar la posibilidad que existe, o no, de finalizar los estudios en la
extensión temporal estipulada.
Comprobamos, a partir del análisis de datos estadísticos disponibles
correspondientes a los años 2012 – 2013, que el promedio de duración de la carrera es
de más de 7 años. El Jefe del Área de Historia del Instituto, afirmó que anualmente se
inscriben entre 75 y 80 estudiantes, mientras que el número de egresos es cercano a
10. Por otro lado, las encuestas realizadas a estudiantes de la carrera del Profesorado
en Historia con motivo de este proyecto (2017) dieron como resultado que, de un total
de 38 encuestados, 23 se encuentran atrasados con respecto al Plan de Estudio
(60,5%). Estos primeros datos confirmaron que es común que gran número de
estudiantes no logren finalizar la carrera o tengan un retraso en el egreso.
Para conocer los factores que pueden incidir en este problema, analizamos el
diseño curricular de la carrera. Se trata de un currículum cerrado, debido a la
programación lineal en la secuencia de contenidos. Camilloni describe esta forma de
organizar los contenidos de la siguiente manera: “en el 1er año se enseñan un conjunto
de contenidos. En el 2do año se enseñan otros contenidos nuevos. El primer paquete
se vio en el primer período; el segundo paquete se ve en el segundo y se da por sabido.
En el tercero se ve otro paquete (…) Lo que el alumno no aprendió en el 1er año no se
vuelve a ver en el 2do. Se dio por cerrado” (2006:37). Además, complementando ésta
organización lineal de los contenidos, en el plan de estudios se establecen requisitos
para el cursado de las prácticas mediante un régimen de correlatividad.
Consideramos el sistema de correlatividades como uno de los factores que
influye en el retraso de los egresos. El Jefe de Área mencionó que “el plan de estudios
del profesorado de historia establece un régimen de correlatividades que fue alterado
por dos normas”, una es la disposición del Consejo Académico Institucional (CAI) del
año 2013 y la otra es la comunicación de la Dirección de Educación Superior de la
Provincia de Buenos Aires del año 2010. A entender del entrevistado, ambas
disposiciones, que alteran el régimen de correlatividades establecido originalmente, en
lugar de presentar una solución, pueden dificultar aún más la trayectoria académica de
los estudiantes.
Otro factor analizado es la posibilidad de pedir excepciones ante el CAI para
avanzar en el cursado sin cumplir con los requisitos. Sin embargo, el Jefe de Área señala
que “la cultura institucional del Avanza es poco permeable a un régimen de
excepcionalidad (…) Se dan excepciones, pero son muy puntuales. En general, suele
no accederse a las excepciones”.
El último factor académico analizado, y el que más influye en que se dilate el
egreso, es la demora en rendir los exámenes finales. Sabemos, a partir de la entrevista,
que hay turnos fijos por año: “son cinco llamados en tres turnos” (Febrero - Marzo;
Agosto; Noviembre - Diciembre). Al consultar a los estudiantes si resulta limitante que
exista un número reducido de fechas para rendir finales, 36 de 38 (94,75%)
respondieron afirmativamente.
Además, el Jefe de Área de Historia menciona que son muy pocas las materias
con sistema de promoción sin examen final a lo largo de la carrera, ya que es una
decisión que toma cada docente y eso pasa por una instancia de aprobación por parte
del CAI. Sumado a esto, según el entrevistado, son excepcionales los casos en que un
alumno rinde el examen final de todas las materias que cursó en el año. A esto agrega
que las materias que más tardan en rendir son las de 4° año, “porque implican mucha
carga de lectura”. Por ejemplo, Historia Mundial e Historia Argentina del siglo XX, y
también Investigación Histórica que implica la entrega de un proyecto de investigación.
Bibliografía