Ministeio de Oracion
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Ministeio de Oracion
MINISTERIO DE ORACION
“En una noche oscura, con ansia, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser
notada, estando ya mi casa sosegada. A oscuras y segura por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!, a escuras y en celada, estando ya mi casa sosegada”.
San Juan de la Cruz
Etimológicamente, la palabra ministerio proviene del latín «ministerium» que significa "servicio", y
«minister» que significa “servidor”.
Podemos decir, que, ministerio en la Iglesia significa servicio, y es un ministro quien sirve en la
misión y carisma que el Señor a través de la Iglesia le ha confiado. En la Iglesia "somos reyes
sirviendo" y por eso ante los ojos del mundo los hombres de Iglesia somos un poco especiales (cf. 1
Pe 2,9; Jn 13,14-15; Flp, 2,5-7). Y es así que debemos "servir de verdad" en do, desde lo más
insignificante ante lo más magnificente.
Servir no es tan malo ni rebaja; depende. Si se hace como esclavo, sí; tanto el que sirve como el que
impone el servicio. Si se sirve por amor, con libertad y dignidad, no rebaja, mas bien dignifica: esto
hace crecer al que sirve con solidaridad y por caridad como el que es servido por necesidad
(reciprocidad y fraternidad que hacen madurar). Recordemos: el que por antonomasia aparece como
«ministro» es Cristo Jesús, que “no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida por todos” (Mt
20,28)
REZAR: La acción de rezar consiste en la repetición de ciertos tipos de oraciones que ya han sido
previamente establecidas por otras personas y que no se dicen con las propias palabras, sino con las
de alguien más. Del mismo modo, rezar conlleva que se repitan una y otra vez las mismas líneas de
las oraciones bajo la creencia de que con cuanta mayor intensidad y frecuencia se repitan; más
probable es que Dios escuche o se sienta halagado.
Existen muchos tipos de rezos, algunos reservados sólo para determinados contextos; como por
ejemplo, los que se realizan en funerales. Y algunos como El Padre Nuestro y El Ave María que son
tan populares y reconocidos que en sentido general se realizan en cualquier momento y ocasión.
Finalmente, orar es algo que tanto religiosos como creyentes suelen hacer; sin embargo, rezar está
más limitado al plano puramente religioso.
¿QUÉ ES LA ORACIÓN?
«Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de
reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como en la alegría (Santa Teresa del Niño
Jesús, Manuscrit C, 25r: Manuscrists autohiographiques [Paris 1992] p. 389-390).
2559 “La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes”(San
Juan Damasceno, Expositio fidei, 68 [De fide orthodoxa 3, 24]). ¿Desde dónde hablamos cuando
oramos? ¿Desde la altura de nuestro orgullo y de nuestra propia voluntad, o desde “lo más profundo”
(Sal 130, 1) de un corazón humilde y contrito? El que se humilla es ensalzado (cf Lc 18, 9-14).
La humildad es la base de la oración. “Nosotros no sabemos pedir como conviene” (Rm 8, 26). La
humildad es una disposición necesaria para recibir gratuitamente el don de la oración: el hombre es
un mendigo de Dios (San Agustín, Sermo 56, 6, 9).
2561 “Tú le habrías rogado a él, y él te habría dado agua viva” (Jn 4, 10).
Nuestra oración de petición es paradójicamente una respuesta.
Respuesta a la queja del Dios vivo: “A mí me dejaron, manantial de
aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas” (Jr 2, 13),
respuesta de fe a la promesa gratuita de salvación (cf Jn 7, 37-39; Is 12,
3; 51, 1), respuesta de amor a la sed del Hijo único (cf Jn 19, 28; Za 12,
10; 13, 1).
FICHA 1
2562 ¿De dónde viene la oración del hombre? Cualquiera que sea el lenguaje de la oración (gestos y
palabras), el que ora es todo el hombre. Sin embargo, para designar el lugar de donde brota la oración,
las sagradas Escrituras hablan a veces del alma o del espíritu, y con más frecuencia del corazón (más
de mil veces). Es el corazón el que ora. Si este está alejado de Dios, la expresión de la oración es
vana.
2563 El corazón es la morada donde yo estoy, o donde yo habito (según la expresión semítica o bíblica:
donde yo “me adentro”). Es nuestro centro escondido, inaprensible, ni por nuestra razón ni por la de
nadie; sólo el Espíritu de Dios puede sondearlo y conocerlo. Es el lugar de la decisión, en lo más
profundo de nuestras tendencias psíquicas. Es el lugar de la verdad, allí donde elegimos entre la vida
y la muerte. Es el lugar del encuentro, ya que a imagen de Dios, vivimos en relación: es el lugar de la
Alianza.
2564 La oración cristiana es una relación de Alianza entre Dios y el hombre en Cristo. Es acción de
Dios y del hombre; brota del Espíritu Santo y de nosotros, dirigida por completo al Padre, en unión con
la voluntad humana del Hijo de Dios hecho hombre.
2565 En la nueva Alianza, la oración es la relación viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente
bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo. La gracia del Reino es “la unión de la Santísima
Trinidad toda entera con el espíritu todo entero” (San Gregorio Nacianceno, Oratio 16, 9). Así, la vida
de oración es estar habitualmente en presencia de Dios, tres veces Santo, y en comunión con Él. Esta
comunión de vida es posible siempre porque, mediante el Bautismo, nos hemos convertido en un
mismo ser con Cristo (cf Rm 6, 5). La oración es cristiana en tanto en cuanto es comunión con Cristo
y se extiende por la Iglesia que es su Cuerpo. Sus dimensiones son las del Amor de Cristo (cf Ef 3,
18-21).
San Juan Bautista de la Salle : “ La oración ha de ser tu principal apoyo, no la dejes nunca “.
San Claudio de la Colombiere : “ Cuenta tus penas a Jesucristo , que está siempre cerca de ti . “
San Vicente de Paul : “ En la oración mental es donde encuentro el aliento de mi caridad. Lo más
importante es la oración ; suprimirla no es ganar tiempo sino perderlo. Dadme un hombre de oración
y será capaz de todo “.
San José de Calasanz : “ Sin la oración no se puede estar bien con Dios ; porque es tan necesaria a
la persona interior como el alimento corporal a la persona exterior “.
San Simón de Rojas : “ Dios nos obliga a orar con particular mandato. De Así como estamos
obligados a amar a Dios y al prójimo , de igual modo se nos obliga a orar “ .
San Francisco de Sales : “ Un solo padrenuestro rezado con atención , vale más que muchos rezados
veloz y apresuradamente “.
San Roberto Belarmino : “ No hay santo alguno que no haya sobresalido en la oración.”
San Juan Berchmans : “En el descuido de la oración está el origen de toda apostasía de la religión
católica “.
San Alonso Rodríguez : “En la oración es donde nuestro corazón más se ejercita en el amor actual
a Dios “.
San Luis Gonzaga : “ La oración es el medio más corto y eficaz para alcanzar las virtudes “.
Santa Teresa de Jesús : “ En la oración es donde Jesucristo dá luz para conocer las verdades “.
San Juan de Avila : “ Las armas ofensivas y defensivas contra los demonios están en la oración , la
cual ellos querrían quitar , porque con la oración tenemos desarmados a
los demonios. “
MINISTERIO DE ORACION
¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! y tú estabas dentro de mí y
yo afuera, y así por de fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas
que tú creaste. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti
aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebraste
mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré,
y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseo con
ansia la paz que procede de ti. San Agustín de Hipona
Para santa Teresa de Jesús la oración es el camino más seguro para llegar a Dios. Ella distingue
varios grados de esta oración que nos acerca a Dios:
1. Oración vocal: Es el primer grado. No le gustaba las oraciones vocales largas o complicadas. Su
oración predilecta era el Padrenuestro, el avemaría, el credo —sobre todo la frase “su reino no tendrá
fin”—. En la misa, las palabras “Tú sólo eres Santo”. Rezaba todos los días el rosario.
2. Meditación: Es el segundo grado de oración en Santa Teresa de Jesús. No debe confundirse con
la oración mental.
4. Recogimiento adquirido: Consiste en encerrarse dentro de sí mismo para encontrar allí a Dios y
conversar amorosamente con Él en forma cada vez más simplificada.
5. Recogimiento infuso: Dan ganas de cerrar los ojos y no oir, ni ver ni entender sino aquello en que
el alma entonces se ocupa, que es poder tratar con Dios a solas.
Santa Teresa deja bien claro que sin esfuerzo personal no hay encuentro
con Dios.
FICHA 2
Santa Teresa cuenta lo que experimenta, describe lo que pasa en su alma. No intenta explicar por la
filosofía en qué consiste la unión con Dios. Tampoco recurre nunca a la metafísica ni a nada parecido.
Siempre recurre a la experiencia de sí misma, a su psicología y desde ahí trata de comunicar a los
demás esa experiencia gozosa del encuentro con Dios.
Se refiere a un “pueblo santo”. Notar: La oración no es más poderosa que la condición de la persona
que ora. Definiciones de “la vida santa”:
4. Limpios.
6. Lealtad al Rey.
7. Odiar el pecado.
2566 El hombre busca a Dios. Por la creación Dios llama a todo ser
desde la nada a la existencia. Coronado de gloria y esplendor (Sal 8,
6), el hombre es, después de los ángeles, capaz de reconocer ¡qué
glorioso es el Nombre del Señor por toda la tierra! (Sal 8, 2). Incluso
después de haber perdido, por su pecado, su semejanza con Dios, el
hombre sigue siendo imagen de su Creador. Conserva el deseo de
Aquel que le llama a la existencia. Todas las religiones dan testimonio
de esta búsqueda esencial de los hombres (cf Hch 17, 27).
la oración, la actitud del hombre es siempre una respuesta. A medida que Dios se revela, y revela al
hombre a sí mismo, la
EL combate de la oración
2752 La oración supone un esfuerzo y una lucha contra nosotros mismos y contra las astucias del
Tentador. El combate de la oración es inseparable del “combate espiritual” necesario para actuar
habitualmente según el Espíritu de Cristo: Se ora como se vive porque se vive como se ora.
2755 Dos tentaciones frecuentes amenazan la oración: la falta de fe y la acedía que es una forma de
depresión o de pereza debida al relajamiento de la ascesis y que lleva al desaliento.
2756 La confianza filial se pone a prueba cuando tenemos el sentimiento de no ser siempre
escuchados. El Evangelio nos invita a conformar nuestra oración al deseo del Espíritu.
2757 “Orad continuamente” (1 Ts 5, 17). Orar es siempre posible . Es incluso una necesidad vital.
Oración y vida cristiana son inseparables.
una oración justa y pura. La humildad confiada nos devuelve a la luz de la comunión con el
Padre y su Hijo Jesucristo, y de los unos con los otros (cf 1 Jn 1, 7-2, 2): entonces “cuanto
pidamos lo recibimos de Él” (1 Jn 3, 22). Tanto la celebración de la Eucaristía como la oración
personal comienzan con la petición de perdón.
3. La oración de intercession 2635: Interceder, pedir en favor de otro, es, desde Abraham, lo
propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios. En el tiempo de la Iglesia, la
intercesión cristiana participa de la de Cristo: es la expresión de la comunión de los santos. En
la intercesión, el que ora busca “no su propio interés sino [...] el de los demás” (Flp 2, 4), hasta
rogar por los que le hacen mal (cf. San Esteban rogando por sus verdugos, como Jesús:
cf Hch 7, 60; Lc23, 28. 34).Las primeras comunidades cristianas vivieron intensamente esta
forma de participación (cf Hch 12, 5; 20, 36; 21, 5; 2 Co 9, 14). El apóstol Pablo les hace
participar así en su ministerio del Evangelio (cf Ef 6, 18-20; Col 4, 3-4; 1 Ts 5, 25); él
intercede también por las comunidades (cf 2 Ts 1, 11; Col 1, 3; Flp 1, 3-4). La intercesión de
los cristianos no conoce fronteras: “por todos los hombres, por [...] todos los constituidos en
autoridad” (1 Tm 2, 1), por los perseguidores (cf Rm 12, 14), por la salvación de los que
rechazan el Evangelio (cf Rm 10, 1).