Unidad Ii Andragogia

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UNIDAD II: CARACTERIZACION DE LA ADULTEZ.

GRUPOP 1. PUNTOS:

 DESARROLLO FISICO Y PSICOLOGICO


 MADUREZ Y ADULTO.

LA ETAPA DE LA
ADULTEZ
La etapa de la adultez es la sexta etapa de desarrollo
humano y viene despúes de la etapa de la juventud y
precede a la ancianidad.

Generalmente se establece en la edad comprendida


entre los 25 y los 60 años, aunque como en el caso del
resto de las etapas del desarrollo humano, no es fácil
determinar en forma precisa cuando se inicia y cuando
acaba ya que además de ser cambios graduales
dependen de las circunstancias de cada uno de los
individuos.

Su inicio y duración dependen muchos factores tales


como la salud, las costumbres o hábitos de vida, el
estado físico general, la alimentación, y un largo
etcetera.

¿QUÉ ES LA ADULTEZ Y QUÉ SIGNIFICA


ENTRAR EN LA ADULTEZ?
Si tuviesemos que responder a la pregunta de ¿Qué es
la adultez?, podríamos decir que es la etapa del
desarrollo de la vida en el que el individuo normal
alcanza la plenitud en su evolución física, biológica y
psíquica.

CARACTERÍSTICAS DE LA ADULTEZ:

En esta etapa su personalidad y su carácter se presentan


firmes y seguros y el individuo maduro se distingue por
el control que logra de sus sentimientos y su vida
emocional. Esto le permite afrontar la vida con mayor
seguridad y serenidad que en las etapas anteriores. La
adultez es la época de la vida del ser humano en el que
mayor rendimiento en la actividad se presenta.

Cabe destacar que no todos los adultos llegan a la


madurez, con lo que podráimos clasificarlos en dos
grupos: adultos maduros y adultos no-maduros o
inmaduros.

Prenatal

Infancia

Niñez
Adolescencia

Juventud

Ancianidad

2. ETAPAS DEL DESARROLLO HUMANO: INFANCIA, ADOLESCENCIA, MADUREZ Y


SENECTUD.

 El desarrollo de la persona humana: diferentes modelos y


perspectivas que lo han abordado.

El desarrollo se refiere a los cambios psicológicos y físicos, tanto cualitativos como


cuantitativos, que acontecen a lo largo de toda la vida del ser humano. Estos cambios tiene
mucho que ver con:

 La etapa de la vida en la que la persona se encuentre.


 Las circunstancias culturales, históricas, y sociales en las que
su existencia transcurre.
 Las experiencias particulares de cada uno.

En la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, la Psicología evolutiva comienza a
estudiar la evolución psicológica del ser humano. Desde entonces hasta ahora han surgido
diferentes modelos explicativos, de los cuales destacamos:

 Modelo mecanicista (conductista).

De este modelo cabe destacar las siguientes ideas:

 Se basa en el empirismo, limitándose a estudiar lo que puede


ser definido en términos operacionales y aquello que puede ser
medido y cuantificado.
 Son ambientalistas: lo importante no es el organismo sino lo
que llega de fuera de él.
 El desarrollo carece de una dinámica interna y es sólo una
historia de aprendizajes.

 Modelo Organicista (cognitivista).

 Este modelo parte de la existencia de la existencia de


determinadas características innatas del ser humano.
 Defienden que el desarrollo de todos los seres humanos pasa
por una serie de estadios o fases que constituyen universales
evolutivos para el desarrollo del ser humano.
 Modelo del Ciclo Vital.

 Critica a la psicología tradicional, sólo centrada en el estudio de


la infancia y adolescencia.
 Asume que los procesos de cambio acontecen también en la
adultez y la vejez.
 Resalta la importancia de múltiples factores en el desarrollo
(sociales, biológicos, culturales…).

 Caracterización de cada una de las etapas del desarrollo


humano.

 INFANCIA; Aspectos cognitivos, motrices, afectivos y sociales.

Comenzando por desarrollar los aspectos cognitivos, destacamos que el niño al nacer tiene
todas las características físicas que lo diferencian de otras especies animales y lo distinguen
como humano, pero desde el punto de vista psicológico, las características propias de nuestra
especie (el lenguaje, el pensamiento...) están sólo potencialmente inscritas en nuestros genes,
esperando a que, por medio de la interacción con nuestro entorno social, se manifiesten y
desarrollen. En esta etapa podemos hablar de dos periodos:

 PERIODO SENSORIOMOTOR (0-2):

En este intervalo se desarrolla la inteligencia sesoriomotora, precisamente porque el periodo


que va de los cero a los dos años la inteligencia es fundamentalmente práctica y está ligada a
la acción motora y a lo sensorial. Esta etapa finalizará cuando el niño tenga la capacidad de
representar mentalmente objetos, símbolos, es decir, cuando adquiere la función simbólica.
Otra de las características que debemos añadir en esta etapa es la repetición, donde Piaget
incluye la división de seis etapas denominadas “reacciones circulares” donde la repetición de
las acciones se lleva a cabo en situaciones ligeramente distintas, de tal modo que una vez que
se ha dominado la acción, al niño ya no le interesa hacerla de la misma forma, por lo que la
repite pero explorando nuevas posibilidades.

 PERIODO PREOPERACIONAL (2-7):

Ya en este periodo, se suceden una serie de manifestaciones diversas: la capacidad de


simbolización, la imitación diferida, el juego simbólico, las imágenes mentales etc... Para el
estudio de dicho periodo Piaget lo divide en subperiodos:

b.1.) Pensamiento simbólico y preconceptual (2 -4 años):

Se denomina así porque son las primeras nociones que el niño utiliza en la adquisición del
lenguaje. Piaget las denomina preconceptos por estar a medio camino entre la generalidad
propia del concepto y la individualidad de los elemento. El razonamiento que corresponde a
estos preconceptos es un razonamiento transductivo que va de lo particular a lo particular,
donde el niño se centra en un aspecto concreto de la situación y saca una conclusión relativa a
otra situación asimilando indebidamente ambas.

b.2.) Pensamiento intuitivo: (4 - 6 años):

A esta etapa le caracterizan los siguientes rasgos:

-Ausencia de equilibrio, entre la asimilación y la acomodación. Es un pensamiento inestable,


centrado en los intereses subjetivos del momento.
-Tendencia a la centralidad, el niño tiende a centrarse en algunos aspectos de una situación,
desechando otros y provocando la deformación del razonamiento.
-Carencia de reversibilidad: El niño no es capaz de proseguir un cierto camino y luego
repetirlo en sentido inverso.
-Estatismo: en este sentido los niños no son capaces de considerar cambios,
transformaciones ni de seguir los pasos de un estado a otro.
-Egocentrismo, debido a la tendencia excesiva por tomar el punto de vista propio como el
único, desechando el de los otros. En este sentido, al explicar los fenómenos de entorno, le
resulta difícil diferenciar con claridad el propio yo del mundo exterior. Esto se manifiesta bajo
diferentes formas como son el fenomenismo. animismo y finalismo.

 PENSAMIENTO DE LAS OPERACIONES CONCRETAS ( 6/7


años - adolescencia):

Se caracteriza por ser un pensamiento lógico, lo que hace que su capacidad para comprender
sea mayor. Sus principales características son:

 Gradual fluidez en el uso de códigos (numérico, lenguaje,


escritura…)
 Curiosidad en la búsqueda de nueva información.
 Capacidad de análisis.
 Construcción de abstracciones a partir de la propia experiencia.
 Superación del egocentrismo.
 El lenguaje se convierte en instrumento de ayuda al
pensamiento.

La operación se libera del impacto de la acción inmediata. Pulaski (95) lo explica con un
ejemplo muy significativo; un niño en el estadio preoperacional que pierde un juguete, lo
buscará en todas las habitaciones de la casa. Un niño en el estadio operacional, puede
sentarse y pensar en los lugares en los que ha estado y decidir dónde buscar ese juguete
lógicamente (acceso a la capacidad de pensamiento reversible).

Respecto al desarrollo motor, éste constituye un proceso explicable a través de dos grandes
leyes: La ley céfalo-caudal y la ley próximo-distal.

Para poder entender de un modo más claro el desarrollo motor vamos dividir dicho desarrollo
en tres niveles:

 (0-3 años):

Los progresos madurativos que se van dando en el cerebro proporcionan un gran avance
del control del propio cuerpo; desde el control de la cabeza, tronco, brazos avanza hacia el
control de las piernas y poco a poco hace posible el manejo más fino de los músculos que
controlan el movimiento de la muñeca y de los dedos.

En esta etapa, la preferencia lateral aparece claramente en niños menores de dos años, sin
embargo, en general la lateralización se producirá entre los 3 y 6 años.

Con respecto al esquema corporal, supone un proceso lento de mejora gradual, a partir de los
dos años, aumenta la calidad y discriminación perceptiva respecto al propio cuerpo.

 (3-6 años):

En relación al control corporal, los movimientos de piernas ganan precisión y finura,


sucediendo lo mismo con el dominio de manos y dedos.

Centrándonos en el esquema corporal, se enriquece el repertorio de elementos conocidos así


como la articulación entre ellos. En general, la coordinación mejora. Cabe señalar que será
hacia los cinco años cuando se produzca la construcción del propio yo corporal, donde los
elementos se articulan e integran conscientemente.
En la estructuración del espacio, va representando su cuerpo en el contexto cotidiano y
cuando lo hace está en condiciones de iniciar su aprendizaje en nociones espaciales, por lo
que el espacio se domina antes a nivel de acción que de representación. Con la estructuración
del tiempo se lleva a cabo un proceso similar auque son más difíciles de dominar que las
nociones espaciales.

 (6-12 años):

En esta etapa desarrolla y amplía todo lo anterior. Alrededor de los nueve años se alcanza la
maduración nerviosa y los movimientos se hacen más precisos y seguros. Además, el
desarrollo cardiovascular se encuentra en plena evolución por lo que se considera importante
los ejercicios físicos. Ya en el tercer ciclo, algunos niños muestran una consolidación del
equilibrio motor y mientras otros niños comenzarán los procesos característicos de la
adolescencia.

Para terminar con la etapa de la infancia incluimos el Desarrollo afectivo y social, el cual va a
suponer un proceso de interacción entre el propio niño y su entrono, por tanto dependerá de las
características personales del niño y de la actuación de los agentes de socialización.

 (0-3):

El conocimiento de las personas se inicia como algo global y las conductas son diferentes
según la persona que interactúen, de tal modo que ya comienzan a discriminar y a tener cierta
preferencia, mostrando miedo a los desconocidos. Es de destacar que el reconocimiento de si
mismo será posterior al de las personas de su entorno, es decir, se conocerá a sí mismo en
función de las primeras diferencias entre el yo y los otros a través de la interacción..

 (3-6):

 El conocimiento de las características de los otros, basadas en


características externas y aparentes.
 El conocimiento de las relaciones interpersonales, que le
permite conocer las relaciones que les ligan a una u otra
persona.
 El conocimiento del funcionamiento de sistemas e instituciones;
lo que influirá en a mayor o menor integración del niño en la
sociedad, aunque en un principio es un conocimiento basado
en aspectos externo. Por ejemplo asocian médico con bata
blanca.

 (6-12):

 Consolidación de su identidad.
 Aceptación de normas.
 Adopción de comportamientos cooperativos
 Su interés por los iguales, le lleva a desarrollar el verdadero
sentimiento y concepto de la amistad

 ADOLESCENCIA.

Antes de comenzar con la descripción de esta etapa hay que preguntarse por el concepto de
adolescencia, y es que no siempre ha existido ese concepto ni ha sido universal. La
adolescencia resulta un periodo muy condicionado por una situación social muy concreta; hasta
el punto que actualmente se está alargando, debido a la incorporación del mundo laboral y a la
independencia de los padres cada vez más tardía.
En general podemos definirla como un periodo de transición que abarca entre los 12 o 13 años
y los 18 o 20, de espera o moratoria social que los miembros adultos de una sociedad otorgan
a los miembros más jóvenes, hasta alcanzar el estatus de adultos y por tanto ser miembros
útiles para la sociedad. (Erickson 85).

La adolescencia supone por tanto el paso de la infancia a la edad madura y conlleva, además
de los cambios físicos de la pubertad todo lo siguiente:

- características cognitivas

Con la adolescencia se desarrolla el pensamiento de las Operaciones formales, que es un


pensamiento:

 En donde la realidad se considera como un subconjunto de lo


posible: no solo tiene en cuenta los datos reales presentes sino
también todas las situaciones y relaciones causales posibles.
 Con un carácter hipotético-deductivo, donde es capaz de
plantear hipótesis y someterlas a prueba.
 Con un carácter proposicional, ya que los adolescentes se
sirven de proposiciones verbales. Se trata de afirmaciones
sobre lo que puede ser posible.

Otro de los aspectos más cambiantes a considerar es el desarrollo social, donde acontecen
una serie de características tales como:

 La importancia de pertenencia a un grupo de iguales: la familia


deja de ser el núcleo principal de influencia, pasando a tener el
grupo de iguales tanta importancia o más, sobre todo en
decisiones referidas más a lo superficial (aficiones, vestido,
gustos...)
 Primero es la pandilla de un solo sexo, y más tarde, se en
mixta, llegándose incluso a consolidar relaciones de pareja.
 La oposición y crítica a o establecido por los adultos; el
adolescente tiene capacidad ara establecer sus propios valores
y normas, y estos en muchas ocasiones entra en conflicto con
lo de sus mayores.
 La búsqueda de la identidad personal: la identidad ya se
preparó y formó en la infancia, y ahora es cuando tiene que
cristalizar, en el sentido de que alcance ese punto que permite
vivir en sociedad y relacionarse con los demás como persona.
 Problemas referidos a la imagen corporal: este hecho tiene que
ver mucho con la aparición de la pubertad, pues a partir de los
cambios que supone, los chicos y chicas comienzan a fijarse
en su cuerpo de una manera que hasta entonces no lo habían
hecho.

Desde un punto de vista afectivo, cabe destacar que e adolescente también sufre un cambio
importante como es el de enamoramiento, que va a ser tan importante como antes fue el
apego. También es una etapa de particular actividad sexual que le llevará a tener sus primeras
relaciones sexuales.

Siguiendo el esquema planteado al inicio del tema, lo siguiente a desarrollar es: LA EDAD
ADULTA O MADUREZ.

 ADULTEZ. (20/25 – 65 años)


Es la etapa cronológicamente más larga y a medida que avanza, las diferencias
interindividuales se hacen más evidentes, debido a la importancia que cobran los factores
sociales y culturales como condicionantes del desarrollo.

DESARROLLO COGNITIVO.

De esta etapa podemos decir que no se han hecho tantos estudios como en las anteriores,
para su desarrollo, nos centraremos en la teoría de Rieguel “Más alla de las operaciones
formales” uno de los autores que siguiendo la teoría del Ciclo vital, expuesta a comienzos de
este apartado, se han centrado en el desarrollo del adulto y en el estadio de las” Operaciones
Dialécticas”

Para Rieguel, el desarrollo cognitivo del adulto, está caracterizado por la ausencia de
contradicciones y la capacidad de flexibilidad en la aplicación de esquemas.
Una de las características del estadio de las operaciones dialécticas, es el de los “sistemas de
autoregulación” o reconexión entre cognición y afecto, lo que explica que en el adulto, a medida
que se desarrolla su dimensión cognitiva, también lo hace su repertorio emocional.

DESARROLLO PSICOSOCIAL:

Según Erickson en la edad adulta, se pasa por las siguientes etapas o momentos:

 La adquisición de la intimidad frente a la soledad, que supone,


o no, la superación del “yo soy” de las etapas anteriores de la
niñez y adolescencia, en un “nosotros somos”, que tiene que
ver con el establecimiento de relaciones amorosas estables,
con el compromiso, etc.

 Las relaciones de pareja, estarán condicionadas tanto por el


atractivo físico, como por el principio de semejanza o afinidad.
La felicidad con dicha pareja, dependerá tanto de factores
intrapersonales, como interpersonales (madurez emocional,
nivel de autoestima, respeto al otro, capacidad de adaptación,
capacidad para expresar y recibir afecto, nivel de
comunicación, satisfacción en las relaciones sexuales…).

 En el ámbito laboral, distinguimos las siguientes etapas:


 Exploración. Del mundo del trabajo.
 Elección. De una profesión.
 Acceso. A su desempeño.
 Estabilización. Consolidación del desempeño profesional.

Además de estos dos aspectos, diversos autores añaden que en algún momento entre los 40 y
los 45 existe una crisis que se ha denominado: la crisis de la mitad de la vida. Además, en el
caso de que tengan niños, se puede dar otro fenómeno como es el del nido vacío, producido
por la dependencia de los hijos.

Por último, para terminar de completar el apartado referido a las características de las etapas
del desarrollo humano, señalamos a continuación la etapa de la SENECTUD.

 SENECTUD. (65-…)

Sobre los 65 años, se inicia el camino hacia la vejez que, en las personas que trabajan,
coincide con la jubilación. El efecto que esta produzca en el sujeto, dependerá de de la
percepción que se tenga de la misma; bien como situación de descanso, bien como situación
de inutilidad, pérdida de prestigio social…
Las diferencias entre personas son todavía mayores en esta etapa que en las anteriores.
Podemos diferenciar dos tipos de envejecimiento:

 Envejecimiento primario. Determinado genéticamente y fruto


del paso del tiempo.
 Envejecimiento secundario. Ligado a estilos de vida
(alimentación, ejercicio, hábitos saludables, edad
psicológica…).

Se puede afirmar que, salvo la presencia de enfermedades como el Alzheimer, si la persona


mantiene unos hábitos saludables, puede mantener una buena competencia cognitiva por
encima de los 75 años, sufriendo algunos cambios propios de la edad como capacidad
atencional, tiempo de reacción, contenidos que se memorizan…

Con los rasgos de personalidad ocurre lo mismo que con lo anterior, ya que si ha habido cierta
estabilidad, se suelen mantener; sólo si se dan cambios muy drásticos es cuando puede haber
una ruptura en su desarrollo personal.

Solo al final, en la etapa que precede a la muerte, podría aparecer lo que se denomina “bajón
terminal”, es cuando la disminución en la capacidad intelectual y las alteraciones en la
personalidad suelen suceder de forma muy evidente. Además conforme se acerca el momento
de la muerte, según algunos autores las personas mayores van atravesando una serie de
etapas (negación a la proximidad, ira ante la constatación de la proximidad, esperanza de que
se produzca una vez superado objetivos, depresión y aceptación.

 IMPLICACIONES DESDE LA PERSPECTIVA SOCIAL:


PROYECTOS, INSTITUCIONES Y ASOCIACIONES.

 Consideraciones generales.

Cualquier planificación (plan, programa o proyecto) de intervención social o educativa debe


partir de un análisis de la realidad, que nos indique, cuáles son las necesidades y carencias de
las personas a las que va dirigido, precisamente para que a partir de ahí, buscar cómo ayudar
a la persona a mejorar y desarrollarse.

Así pues, resulta necesario en un primer momento conocer cada una de los aspectos más
importantes de cada una de las etapas del desarrollo humano, para que las Instituciones y
Asociaciones responsables de planificar proyectos y/o llevar a cabo las intervenciones, realicen
de un modo más eficaz su labor profesional.

 Respetando el nivel de madurez que perita avanzar.


 Partiendo de donde la persona se encuentre.

Para ello el interventor debe:

 Conocer el momento madurativo en que se encuentran las


personas objeto de intervención.
 Conocer que nuevos aprendizajes son susceptibles de
promover desarrollo madurativo y personal.

 Proyectos e instituciones socioeducatias para cada etapa


del desarrollo humano.

PROYECTOS E CARACTERÍSTICAS GENERERALES


INSTITUCIONES
INFANCIA - centros infantiles de ocio y - tiene gran importancia lo lúdico,
tiempo libre: talleres de juegos, reconociendo la importancia del juego
manualidades en los niños.
- ASC infantil en barrios - son preferentemente educativos,
(celebración del día del niño). enfatizando en el desarrollo de
- Ludotecas. aprendizajes y hábitos.
Campamentos y colonias, - Trabajan con en el ámbito de la
granjas escuela, aulas de educación formal “temas
naturaleza transversales”.
Parten de los principios de integración
y normalización, donde todos los niños
pueden participar en las actividades,
planteando “adaptaciones” cuando sea
necesario.
ADOLESCENCIA - todas la anteriores y además: - se refieren a temas que preocupan a
- campos de trabajo. adolescentes: relaciones sexuales,
- Escuelas taller de formación transición a la vida activa, orientación
profesional. profesional.
- clubes juveniles. - Otros plantean como alternativa
- centros deportivos actividades de tipo cultural y deportivo
para el ocio y tiempo libre.
- se abordan cuestiones desde una
vertiente preventiva.
MADUREZ - centros sociales y cívicos (casa - Son de especial importancia los que
de cultura). están dirigidos a la educación
- Universidades populares, permanente y los de planificación
Educación para adultos. familiar.
Escuelas de padres y - Así como los programas que atienden
planificación familiar. las necesidades particulares de
- Centros deportivos colectivos especiales: mujeres amas de
casa, parados de larga duración,
alfabetización, alcohólicos.
SENECTUD -Algunos de los descritos en los - en esta etapa cobra más importancia
adultos: universidad popular, los programas de tipo asistencial, de
casa de la cultura y además. ayuda a domicilio, servicio telefónico.
- centros o talleres para el - también se consideran importantes
mantenimiento de capacidades. los orientados al disfrute de la calidad
-Talleres de ocio y tiempo libre. de vida (viajes, termalismo).
- Casa del jubilado, centros de - son programas muy específicos para
día colectivos especiales como los
prejubilados o enfermos de Alzheimer.

 Asociaciones.

En la actualidad existe un gran número de asociaciones, siendo tan diversas como diferentes
pueden ser las características y necesidades de los miembros que integran la sociedad
española. Ello es debido a que las administraciones han reconocido la importancia de la
participación social en el mandato constitucional que dice: “corresponde a los poderes públicos
facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social
(Art. 9.1).

La LO1/2002 de 22 de marzo, define como asociación de utilidad pública a “aquellas que son
instrumento dinamizador de la realización de interés general, lo que redundara en beneficio de
la colectividad”. Por esto, las asociaciones desempeñan un papel fundamental en los diversos
ámbitos de la actividad social, contribuyendo a un ejercicio activo de la ciudadanía y a la
consolidación de un una democracia avanzada., representando los intereses de los
ciudadanos.

Asimismo, otro aspecto que tiene que tenerse en cuenta en las asociaciones es el importante
papel de los voluntarios, por lo que la administración tiene en cuenta su actividad y existencia
en la ley 6/1996, de 15 de enero, del voluntariado.
Las asociaciones se constituyen mediante acuerdo de tres o más personas físicas o jurídicas
legalmente constituidas, que se comprometen a poner en común conocimientos, medios y
actividades, para conseguir unas finalidades comunes y de interés general o particular.

Podrán ser declaradas de utilidad pública aquellas en las que concurran los siguientes
requisitos:

 Que sus fines estatuarios tiendan a promover el interés general


y sean de carácter cívico, educativo, científico, cultural,
deportivo, sanitario y cualesquiera otros de similar naturaleza.
 Que su actividad no esté restringida exclusivamente a
beneficiar a sus asociados sino abierta a cualquiera otro
posible beneficiario.

Como ejemplos de lo anteriormente expuesto podemos citar:

 Asociaciones infantiles. Con perspectiva lúdico-educativa y


motivadas generalmente por los padres.
 Asociaciones de jóvenes. Normalmente formadas por
estudiantes con interés educativo, deportivo, lúdico...
 Asociaciones de adultos. Se generan normalmente en torno a
un conflicto común como asociaciones de divorciados de
padres con hijos con espina bífida…
 Asociaciones de la tercera edad. Con el objetivo de realizar
conjuntamente actividades lúdicas o recreativas, o de defender
los derechos de este grupo de edad en escenarios políticos y
sociales.

 CONCLUSION.

Para finalizar terminamos con las siguientes reflexiones:

 El desarrollo humano está influenciado tanto por factores


genéticos como ambientales.
 A medida que crecemos cobra mayor importancia el entorno
 El desarrollo, aunque se estudie por etapas, es un proceso
continuo.
 Aunque existen limitaciones del concepto de estadio, resulta un
recurso muy útil para referirnos a grandes saltos cualitativos
que acontecen en el desarrollo. De este modo, los límites de
cada estadio hay que asumirlos como orientativos.
 La infancia si bien es muy importante, no condiciona
completamente lo que viene después.
 La adolescencia es un periodo de grandes cambios no
necesariamente de ruptura y discontinuidad con lo anterior.
 La adultez es un periodo en el que ocurren muchos e
importantes cambios, frente a la imagen de la persona madura
y siempre estable.
 La vejez no es sólo sinónimo de involución y deterioro. Aunque
algunas destrezas se enlentecen o empeoran, otras se
mantienen e incluso pueden mejorar

BIBLIOGRAFÍA.

- Carretero, M. Palacios,J. y Marchesi, A. “Psicología evolutiva,adolescencia, madurez y


senectud. Alianza editorial. 1985
- Papalia, D.E. y Wendkosold, S. “psicología del desarrollo”. Ed Mc Graw Hill. 1975
- Pérez Serrano, G “Elaboración de proyectos sociales” Ed Narcea. 1999
- Riegel K. “Más allá de las operaciones formales”. Ed. 4 Vientos. 1995.
-Erickson E. “Sociedad y adolescencia” Ed. Buenos aires. 1983.
- LO1/2002 de 22 de marzo.
-Constitución Española. (art .9.1.)
- Ley 6/1996, de 15 de enero, del voluntariado.

Definición del adulto


Para Freud, la madurez psicológica simplemente era la capacidad de”trabajar
y amar”.

Según Erickson, la etapa del adulto joven se caracteriza por una gran actividad
“física e intelectual”, producto de la iniciación en el terreno laboral y por la
formación y consolidación de la pareja inicialmente y luego la familia. La
tarea fundamental de esta etapa es el logro de intimidad. Y la etapa de la
adultez media o de edad madura por la capacidad de generatividad, de poderse
hacer cargo del desarrollo de los demás. Los adultos maduros desarrollan esta
capacidad como padres, profesores o guías de los jóvenes en cualquier aspecto
de sus vidas. Según la psicóloga María Cecilia Betancur en su libro: “Mañana
será otro día”, es la etapa en que la persona se consolida en sus distintos roles.
Una vez superado el temor al estancamiento, se reafirma como padre y
profesional. Se ve así mismo como un ser más sereno y comprometido con las
nuevas generaciones.

En esta etapa la preocupación por el trabajo o las preocupaciones económicas


llevan a desviar el interés sobre la actividad entre los 40 y 60 años. En el
mundo moderno esta es un etapa de productividad laboral e intelectual. y tanto
la mujer o el hombre tiende a relegar a un segundo plano cualquier otra
actividad.

Las fronteras de la edad madura

¿Cuándo termina la adolescencia y comienza la edad adulta? Esa es la


pregunta clave y su respuesta es relativa y depende de muchos factores. Para
Grace J. Craig autor del libro:

“Desarrollo psicológico”, si decimos que la madurez es el factor decisivo,


todavía quedará por resolverse con precisión lo que entendemos por madurez
desde los puntos de vista legal, social y psicológico. En nuestro país la
mayoría de edad es a los 18 años. Socialmente se considera adulto a una
persona que tiene empleo, que es económicamente independiente o que tiene
hijos o familia propia.

Atributos de la persona madura

Sin embargo, hoy desde el punto de vista psicológico y teniendo el punto de


vista de diversos autores como Allport y Maslow, citados por María Cecilia
Betancur, en su libro “Mañana será otro día”, se considera que una persona es
madura cuando logra alcanzar los siguientes atributos:

Características del adulto maduro

1. Percepción adecuada de la realidad y comportamiento coherente con ella: capacidad para evaluar el mundo con objetividad y eficacia para darse cuenta
rápidamente de lo que es falso y deshonesto en las personas.
2. Seguridad emocional, conocimiento y aceptación de si mismo y sentido de la vida: aceptación plena de la propia naturaleza, conciencia de las características
particulares sin avergonzarse de ellas, sin quejarse, sin preocuparse, sin compadecerse.
3. Espontaneidad frente a los convencionalismos sociales: abarca el terreno de las acciones y el del mundo interior; pensamientos, deseos, impulsos,
emociones. Se responde a las exigencias sociales, pero no se permite que los convencionalismos y los patrones culturales impongan un sistema de vida.
4. Centrado en la acción y solución de problemas: significa estar presto a trabajar en la búsqueda de soluciones a las necesidades del entorno en lugar de estar
centrado en sus propios conflictos.
5. Disfruta tanto del aislamiento o soledad, como de la compañía de otros: con la facilidad con que se puede relacionar con otras personas y disfrutar de su
compañía, se goza del aislamiento y se aprovecha al máximo.
6. Autonomía: es de libre determinación e independencia, con respecto al medio, a los individuos y a los grupos.
7. Apreciación sana y positiva de la vida: poder para experimentar asombro, placer y admiración hacia las cosas y los fenómenos que hacen parte de la vida, y
para descubrir en ellos nuevos valores y dejarse maravillar cada vez, por más que se repitan.
8. Filosofía unificadora o integradora de la vida., afinidad con la naturaleza y el ser humano: la persona autorrealizada se siente parte de la gran familia
universal. Ama al ser humano y se pone de su parte porque se siente identificada con el.
9. Humildad y respeto: fácilmente se relaciona con la gente sin discriminación por razones étnicas, políticas, económicas o sociales.
10. Capacidad para establecer relaciones interpersonales profundas: posee gran capacidad de amor, generosidad y fidelidad hacia los amigos.
11. Etica sólida: se tiene clara diferencia entre lo que es adecuado e inadecuado en términos de comportamiento real.
12. Clara diferenciación entre los medios y los fines: sabe hacia donde quiere llegar y no se queda en la mitad del camino.
13. Sentido del humor: posee un sentido del humor fino, amable, espontáneo y profundamente cuestionador acerca del carácter serio y trágico que a veces se le
imprime a la vida.
14. Creatividad: se es poco inhibido, creativo y poco dependiente de la opinión ajena, poco atado a los patrones que fijan la cultura y el medio, se da un sello
personal y original para ver la realidad.
15. Independencia y resistencia a la enculturación: resistencia a ser atrapados por la cultura y el medio, no se es esclavo de las costumbres y las modas.
16. Aceptación de los errores e imperfecciones humanas: las personas equilibradas y maduras tienen “fallas humanas menores” que son parte de la esencia del
ser humano.
17. Valores: ha construido su propia escala y jerarquía de valores y principios.
18. Flexibilidad en los conceptos antagónicos y opuestos y solución de dicotomías: posee cualidades no opuestas sino más biensinérgicas y hacen parte de su
personalidad sin llegar a conflictos. La persona al mismo tiempo puede ser introvertida y extrovertida, egoísta y generosa.

Según la misma autora, es común en la literatura referirse al “Síndrome de


Peter Pan” o al comportamiento del adulto que se niega a crecer, y que
probablemente nunca madure.

Todo ser humano debe superar el proceso natural de maduración, por eso se
ha simbolizado el infantilismo del adulto con este personaje de la ficción de
los niños.
La madurez una meta esperada
Tal como lo habíamos anotado en el anterior fascículo, la madurez es un
proceso que se desarrolla desde la infancia hasta la muerte, como lo afirma la
misma autora. ” Es común la frase: “No sea infantil, ¿cuándo va a madurar?”,
es normal que se presente una rabieta cuando se niega la satisfacción
inmediata de los deseos de un niño, pero si se presenta en un adulto es signo
indiscutible de inmadurez psicológica.

Luego del la infancia y adolescencia la madurez tiene unas dos etapas


fundamentales según la misma autora, en las que se espera o deben darse los
siguientes comportamientos:

Etapas de la edad adulta

Adulto Joven Adultez media o edad madura

“Sentido de la intimidad y la “Aparición de la integridad, la serenidad y la sabiduría


solidaridad” de la edad madura”

LA ETAPA DE LA
ADULTEZ
La etapa de la adultez es la sexta etapa de
desarrollo humano y viene despúes de la etapa
de la juventud y precede a la ancianidad.
Generalmente se establece en la edad
comprendida entre los 25 y los 60 años, aunque
como en el caso del resto de las etapas del
desarrollo humano, no es fácil determinar en
forma precisa cuando se inicia y cuando acaba ya
que además de ser cambios graduales dependen
de las circunstancias de cada uno de los
individuos.
Su inicio y duración dependen muchos factores
tales como la salud, las costumbres o hábitos de
vida, el estado físico general, la alimentación, y un
largo etcetera.

¿QUÉ ES LA ADULTEZ Y QUÉ SIGNIFICA


ENTRAR EN LA ADULTEZ?

Si tuviesemos que responder a la pregunta de


¿Qué es la adultez?, podríamos decir que es la
etapa del desarrollo de la vida en el que el
individuo normal alcanza la plenitud en su
evolución física, biológica y psíquica.

CARACTERÍSTICAS DE LA ADULTEZ:

En esta etapa su personalidad y su carácter se


presentan firmes y seguros y el individuo maduro
se distingue por el control que logra de sus
sentimientos y su vida emocional. Esto le permite
afrontar la vida con mayor seguridad y serenidad
que en las etapas anteriores. La adultez es la
época de la vida del ser humano en el que mayor
rendimiento en la actividad se presenta.
Cabe destacar que no todos los adultos llegan a
la madurez, con lo que podráimos clasificarlos en
dos grupos: adultos maduros y adultos no-
maduros o inmaduros.
Las 10
características de
la madurez
Por Rafael San Román Rodríguez
Publicado 07 de agosto de 2018

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La madurez es una de las virtudes más ansiadas por


muchas personas. Más allá de la mera adquisición de
experiencia que es inevitable según avanzamos en
edad, la madurez consistiría en el resultado de un
proceso: el de integrar aprendizajes y responder
adecuadamente a ellos, un proceso que tiene lugar
desde nuestra infancia.
En realidad, el concepto de madurez es bastante
ambiguo, relativo o vago. Por eso no queda del todo
claro si lo que predomina en ella es el componente
emocional -es decir, si la madurez es una manera
especial de experimentar las cosas que suc eden- o si,
por el contrario, tiene características más
cognitivas: más mentales o propias del pensamiento.

La Real Academia parece decantarse más bien por


esta segunda posibilidad en su definición de la
madurez, indicando que se trata de “buen juicio o
prudencia, sensatez”. Siguiendo esta definición, las
personas maduras razonan con habilidad, no se meten
en líos innecesarios y son capaces, por tanto, de
tomar buenas decisiones.
No obstante, una definición más profunda del
concepto de madurez requeriría hacer una serie de
intersecciones entre diferentes características, por
ejemplo la sabiduría, el conocimiento, la templanza y
la inteligencia. Lo que queda claro es que la madurez
es una mezcla borrosa de aspectos mentales y
emocionales.

Está claro que todas las personas tenemos más o


menos madurez en función de muchos factores: la
educación que hemos recibido, las cosas que nos
han ido pasando a lo largo de la vida y cómo hemos
procesado toda esa amalgama: a qué conclusiones
hemos ido llegando y qué impacto han tenido en
nosotros esos acontecimientos.

Sea como sea, calma: la madurez total no existe. No


hay nadie que sea cien por cien “maduro”, igual que
no hay nadie cien por cien valiente, inteligente o
simpático. De hecho, todas las personas tenemos una
parte de nosotros más inmadura, es decir, que está
“más verde”.

Esta cara, que a mucha gente le hace sentir culpable o


que se trata de contrarrestar por todos los
medios, tiene que ver con nuestra vulnerabilidad ,
con nuestra parte más infantil y, po r tanto, más
dependiente e irresponsable. Nuestra parte inmadura
se alimenta, también, de aquellas cosas que no hemos
podido superar o que todavía no hemos aprendido a
tolerar y hace que, en ocasiones, no nos comportemos
de la forma más brillante posible o bien nos desgastan
excesivamente.
A continuación, para que profundicemos un poco más
en el concepto de madurez y puedas reconocerte en
alguna de sus facetas, te indicamos 10 característica
propias de la persona madura:

Se responsabiliza de las consecuencias de sus actos.


La persona con un buen nivel de madurez admite sus
errores, no intenta maquillarlos.

Reacciona de manera ecuánime . Es equilibrada y


justa. Aunque lo experimenta y conoce de manera
consciente, no se deja dominar por su miedo ni entra
en pánico fácilmente. Tiene una capacidad adecuada
para dominar sus emociones sin estrangularlas.

Pone en práctica lo que ha aprendido. La madurez


tiene que ver con la inteligencia y la inteligencia es,
entre otras cosas, la capacidad para aprender de la
experiencia. Por eso, la persona madura tiene
perspectiva consciente de su propia vida y la utiliza
para tomar decisiones. No se limita a quejarse. Tiende
al optimismo.
Conoce sus límites y calcula adecuadamente los
riesgos razonables de una acción. Innova sin forzar.
No asume más de lo que puede abarcar. Es atrevida
pero prudente, no es temeraria.

Tiene en cuenta su influencia sobre l os otros y no


intenta aprovecharse ni de su posición ni de sus
conocimientos. No hace trampas. Además, la persona
madura sabe escuchar. No se centra solo en sí misma
sino que tiene en cuenta a los demás. Es consciente
de que puede aprender de otras persona s y busca una
visión global de los acontecimientos.

Es resistente, lo que le permite amortiguar el impacto


de muchas cosas negativas que le suceden en su vida.
De hecho, ha sabido aprovechar el potencial de sus
experiencias negativas para fortalecerse, e n lugar de
para debilitarse o endurecerse. La persona madura es
resiliente.

Sabe manejarse en la vida de manera autónoma de


acuerdo a sus capacidades. Es hábil. Sabe pedir
ayuda pero no lo hace de manera lastimera. No se
posiciona como una víctima, sino que es capaz de
establecer puentes sanos de colaboración mutua con
otras personas.
No hace chantaje emocional . Su estilo comunicativo
a la hora de expresar sus necesidades y pedir
responsabilidades a otros está marcado por la
asertividad. Es capaz de hacerse respetar sin “perder
los papeles” y sin agredir a otros, ni siquiera
sutilmente.

Sabe disfrutar y se esfuerza por hacerlo . Reserva


tiempo para sus propios placeres y encuentra espacio
suficiente en su vida para la diversión.

Cumple adecuadamente con sus


responsabilidades y obligaciones. No pone en serio
riesgo las cosas importantes de su vida a no ser que
sea por poderosas razones. Es formal, dign a de
confianza, sabe cuidar de sí misma.

Conocer en qué consiste eso de la madurez puede


ayudarte a ser consciente de tus virtudes y tus
carencias. También a ser benevolente con la manera
que tienen los demás de funcionar en la vida. Piensa
que tanto tú como ellos sois personas que intentan
crecer y comportarse de una manera más madura, en
la medida de vuestras capacidades. Paso a paso.
Madurez humana

Autor: Thomas Wilians, es.catholic.net

La formación de una personalidad madura,


verdaderamente integrada, es un ideal por el que vale la
pena luchar. La sociedad actual, que con frecuencia
valora más el “tener” que el “ser”, necesita con urgencia
nuevos testimonios de madurez. Sólo viviendo de
acuerdo con la verdad de nuestro ser, podremos
descubrir el camino que conduce a la felicidad auténtica
y duradera.

Por lo general, la gente asocia la madurez con la edad


(a mayor edad, mayor madurez). La edad, es cierto,
tiene algo que ver con la madurez (nuestro desarrollo
psicológico, intelectual, físico y espiritual se va
verificando con el pasar del tiempo). Sin embargo, la
edad no es el factor determinante. Hay octogenarios
irresponsables, como hay muchachos maduros de
catorce años. Basta un simple vistazo a los problemas
que afligen a la sociedad en nuestros días para
percatarnos de que no todos los mayores de 25 años
son verdaderamente maduros.

Capítulo 1: Mitos de la madurez

La cultura popular suele atribuir a la madurez elementos


que no corresponden a su verdadera naturaleza. Hay
tres mitos, en especial, entrelazados con las nociones
modernas de madurez:

1) invulnerabilidad,

2) infalibilidad,

3) inflexibilidad.
En primer lugar, la madurez no es invulnerabilidad.
Nuestra sociedad presenta a veces la madurez como si
fuese una cierta inmunidad de toda tentación o maldad,
como si lo bueno y lo malo fuesen cosas de niños. Los
adultos suelen creer que ya están “más allá del bien y
del mal” (para usar una expresión de Nietzsche). Basta
pensar en los carteles colocados en las salas de cine o
en los periódicos que anuncian películas pornográficas:
“Sólo para personas maduras” (como si la preocupación
por la moral fuese sólo un asunto de niños). La verdad,
por supuesto, es todo lo contrario. Un adulto es maduro
precisamente porque no necesita que nadie le diga que
debe obrar el bien y evitar el mal.

Actúa según sus convicciones personales y su recta


conciencia. Una persona madura reconoce sus
debilidades. Evita las ocasiones que pueden conducirlo
al mal y busca las oportunidades para hacer el bien.
Como diría Alexander Pope: “Los necios corren allí
donde los ángeles no se atreven ni a pisar”. Pensar que
la madurez es invulnerabilidad equivale a decir que una
persona no puede hacerse daño con una sierra eléctrica
simplemente porque es madura. El adulto es capaz de
usar herramientas peligrosas de alto poder
precisamente porque está alerta ante el peligro y toma
las precauciones necesarias para evitar cualquier
accidente. El segundo error es el de concebir la
madurez como infalibilidad. Madurez no significa
posesión de todas las respuestas. Nada más lejos de la
realidad. Sócrates afirmó que el hombre sabio es aquél
que reconoce su propia ignorancia. Mientras más
madura es una persona, reconoce con mayor humildad
sus límites. “La humildad, como decía santa Teresa de
Ávila, es la verdad”. Ni más ni menos. Y la verdad es
que todos podemos equivocarnos. La persona madura
reconoce sus debilidades y no se precipita en sus
juicios. Pondera, estudia, consulta y decide con
prudencia. El tercer error consiste en asociar la madurez
con la inflexibilidad. Algunos, equivocadamente, creen
que la madurez consiste en una seriedad impasible y en
una perpetua rigidez, como si el reír, el gozar de las
cosas sencillas y el saber relativizar los problemas
fuesen signos de inmadurez. Lo hermoso de la madurez
es su armonía. Reír, conversar, apreciar a los demás,
admirar las maravillas de la naturaleza..., son
cualidades humanas bellísimas y forman parte de la
madurez.

La persona verdaderamente madura sabe cuándo es


tiempo de ponerse serio y cuándo de tomar las cosas
con tranquilidad; no lleva su vida con superficialidad
sino guiada por principios claros. El capítulo tercero del
Eclesiastés nos ofrece una excelente sinopsis del
equilibrio que es fruto de la madurez: Todo tiene su
momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: Su
tiempo el nacer, y su tiempo el morir... su tiempo el
destruir, y su tiempo el edificar... su tiempo el llorar, y su
tiempo el reír... su tiempo el lamentarse, y su tiempo el
danzar... su tiempo el callar, y su tiempo el hablar...
Madurez significa tener la capacidad para discernir entre
un tiempo y otro, y para saber lo que conviene en cada
ocasión.

Capítulo 2: En busca de una definición

Tras examinar lo que no es la madurez, volvamos ahora


a lo que sí es. La palabra tiene distintas acepciones,
según el contexto. Un programa de televisión sobre la
vida en el reino animal puede informarnos que un oso
pardo macho “maduro” puede pesar más de 700 kilos.
En otro momento, tal vez una amiga nos dirá que ha
conocido a un hombre extraordinario y “muy maduro”. El
concepto “maduro” tiene, pues, diversos matices de
significado. Por este motivo, es mejor ofrecer tres
definiciones, en lugar de una.

Perfección de nuestra naturaleza

En el sentido más amplio, “madurez” significa


cumplimiento o perfección de nuestra naturaleza, el
punto más alto de un proceso de crecimiento y
desarrollo. Se trata de un proceso unidireccional,
progresivo, no de un simple “cambio”. El proceso de
maduración es un recorrido que culmina en la
adquisición de todo aquello que una planta, un animal o
un hombre debería ser. Un perro es “más perro” cuando
llega a la cumbre de su desarrollo, a su “madurez”.
Hasta entonces había sido un “cachorro”, más tarde
será un “perro viejo”, de esos que ya no aprenden
nuevos trucos. Una manzana es “más manzana” cuando
está madura. En algunos idiomas se usa la misma
palabra para designar la madurez de una planta que la
madurez de un ser humano. Así, por ejemplo, en
alemán una manzana madura es ein reifer Apfel y un
hombre maduro es ein reifer Mensch. También en
francés una granada madura es une grenade mûre y
una mujer madura es une femme mûre. En este sentido
la madurez se puede aplicar a las plantas, a los
animales, a las personas, incluso a los vinos, a todo lo
que se somete a un desarrollo orgánico. Esta definición
vale también para la naturaleza física del hombre. Un
niño crece hasta que alcanza la madurez; después el
cuerpo empieza a deteriorarse. De aquí la expresión “en
la plenitud de la vida”; la plenitud es el punto culmen del
desarrollo físico de una persona. Pero a diferencia de
las manzanas y de los osos pardos, el hombre tiene
también una naturaleza espiritual, y aquí adquiere la
madurez su dimensión propiamente humana, del todo
única. En las cosas meramente materiales, la madurez
es un fenómeno estrictamente físico; la madurez
humana, en cambio, es física, emocional, psicológica y
espiritual.

Interiorización de los principios

Según una definición más restringida, se entiende por


madurez la transformación de las normas y reglas
externas en convicciones y principios internos. Este
proceso de asimilación se irá dando de forma
consciente y libre en la medida en que la persona
aprenda gradualmente a reconocer y apreciar ciertos
valores. Los niños necesitan que se les vigile, incluso a
veces que se les obligue de alguna manera, para que
hagan la tarea o vayan a misa los domingos. Los papás
tienen que poner un límite al tiempo que dedican los
niños a ver televisión, ya que ellos no tienen la madurez
suficiente para exigirse a sí mismos lo que conviene. Si
un niño pudiera planear su propia dieta, seguramente
pondría como plato fuerte de la cena una buena tajada
de pastel de chocolate en lugar de una porción de
guisantes. Al niño hay que imponerle las normas desde
fuera, porque de otro modo se dejaría llevar por
inclinaciones espontáneas e impresiones del momento.
Aún no es capaz de comprender el porqué de muchas
cosas ni ve la necesidad de sacrificar un placer
inmediato en vistas de un mejor futuro. Éstas son
cualidades propias de un adulto. De modo semejante,
un adolescente que se fuga del colegio y desperdicia su
tiempo, que no sigue un programa de estudios, olvida la
moral y se deja llevar por sus pasiones y tendencias
“naturales”, no puede considerarse maduro. Para el que
es maduro no importa quién le esté mirando, ni qué
están haciendo o dejando de hacer sus amigos, ni qué
dirán los demás. Él lleva las riendas de su vida,
siguiendo los principios y las convicciones que él
mismo, libremente, ha hecho suyos.

Armonía de la persona humana

La madurez humana, en su sentido pleno, consiste en la


armonía de la persona. Más que una cualidad aislada,
es un estado que consiste en la integración de muchas
y muy diversas cualidades; es un compendio de valores
más que un solo valor. Podemos comparar la madurez
con una obra de arte, con un cuadro de Rembrandt o de
Velázquez. Los colores se combinan perfectamente.

Todo está en su punto, las líneas, las figuras y las


formas, la proporción y la perspectiva. Cada pincelada
tiene su valor y cada color resulta indispensable para
completar y perfeccionar la obra. Lo mismo sucede con
la madurez. Es armonía y proporción, es combinación e
integración de cualidades humanas muy diversas en un
conjunto orgánico: voluntad, intelecto, emociones,
memoria e imaginación; todas las facultades de una
persona humana. Pero no basta que estén presentes
todos estos elementos; tiene que haber un orden y una
armonía entre ellos. Sobre la paleta del artista
descansan todos los colores, pero no por eso forman
una obra de arte. Esta armonía se traduce en la
correspondencia perfecta entre lo que uno es y lo que
uno profesa ser, y su expresión más convincente es la
fidelidad a los propios compromisos. En una persona
madura no hay lugar ni para la hipocresía ni para la
insinceridad. Así como una manzana madura es “más
manzana”, así una persona es más humana cuando
alcanza la madurez. Pero a diferencia de lo que ocurre
con las manzanas y las demás creaturas, el hombre es
capaz de reflexionar sobre su naturaleza y de escoger
libremente entre vivir o no de acuerdo con lo que
debería ser como persona humana. De este modo, la
madurez consiste en la conformidad entre el modo
como vivimos y nuestra verdadera naturaleza.

Entre otras cosas, esto implica aceptar el propio estado


de vida y actuar con coherencia. Una persona casada
madura vive de acuerdo con la naturaleza del estado
matrimonial; no se comporta como si fuera soltera -
llevando una vida social más activa, quedándose en el
trabajo hasta altas horas de la noche, viajando cuando
se le ocurre...-. A partir de la boda, sus costumbres y
pasatiempos, sus relaciones con los demás y el uso de
su tiempo libre tendrán que regirse por el compromiso
que libremente ha asumido ante Dios, ante los demás y
ante sí mismo. Lo contrario sería vivir en la mentira:
decir que se es casado pero comportarse como un
soltero.

Madurez significa aceptar las alegrías y las dificultades


que conllevan las propias decisiones, como hacen los
esposos el día de su boda: “En la prosperidad y en la
adversidad, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y
en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe”. Las
personas maduras son capaces de comprometerse sin
temor, porque son dueñas de sí mismas y no esclavas
de las mudables circunstancias.

Desarrollo físico y
psicológico del
adolescente. Breve
análisis

Autor: Felix Larocca


Curso:
|14 alumnos|Fecha publicación: 20/01/2012

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La adolescencia es una transición de cuerpo y


mente, es un fenómeno biológico, cultural y social el
cual proviene de sí mismo y se conjuga con su entorno.

La adolescencia comienza con los cambios


hormonales que culminan en la etapa del desarrollo
conocida como la pubertad, la cual constituye la suma
total de todas las adaptaciones psicológicas a los
efectos en el cuerpo de dichos cambios. Basados en
esta definición, puede decirse que la pubertad (los
cambios físicos) es obra de Dios, y que la adolescencia
(los cambios psicológicos) es obra del hombre.

Apoyados en nuestra experiencia profesional,


entendemos que la adolescencia se extiende
cronológicamente, desde el inicio del desarrollo de los
rasgos sexuales secundarios, los cuales transforman al
niño en una persona madura (capaz de reproducirse
sexualmente) hasta que ocurren los cambios
psicosociales finales que culminan en la selección de
una carrera, de consorte y en la independencia social y
económica de parte de sus padres. Desdichadamente,
de acuerdo con esta definición, la adolescencia puede
extenderse muy lejos dentro de los años de la vida de
cualquier individuo.

Por razón de que la sociedad en que vivimos


impone, hoy día, mayores demandas en los seres
jóvenes, la adolescencia y sus fenómenos asociados,
son asuntos de la mayor importancia, recibiendo el
escrutinio y las atenciones más minuciosas de
investigadores dedicados al entendimiento del
desarrollo emocional del ser humano.

Uno de ellos, el psicoanalista Erik H. Erikson, ha


sugerido, que cuando el ser humano termina el
bachillerato y se lanza en búsqueda de carrera o
vocación, que he ahí cuando, por primer vez, se
establece el principio de lo que él ha llamado una
“Moratoria Psicosocial” en su desarrollo individual. Esta
moratoria es única al ser humano; siendo,
especialmente única al ser humano residente del
llamado “Mundo Civilizado”.

Los cambios psicológicos que se presentan


durante el transcurso de la moratoria, siempre han
estado influidos por las adaptaciones que fueran
hechas por cada individuo durante el transcurso de su
previo desarrollo. Debido asimismo, a que muchas de
estas adaptaciones envuelven experiencias dentro del
ámbito familiar, se postula, que la transición desde la
niñez a la vida adulta (a través de la adolescencia), a
veces no puede proceder de modo armonioso.

En el proceso de establecer una identidad


(madura) de adulto, algunos individuos padecen de
ansiedades características, debido a su falta de
preparación psicológica para efectuar esta transición.
Este fenómeno ha recibido el nombre de una “Crisis de
Identidad” (Identity Crisis.)
Estas crisis de identidad, si son prolongadas, o
si permanecen irresueltas, pueden manifestarse en la
expresión psicológica de síntomas característicos,
conocidos como una “Difusión de la Identidad” (Identity
Difussion.) Las manifestaciones psíquicas diagnósticas
de este estado se traducen en los síntomas siguientes:

· Una inhabilidad de hacer decisiones

· Un sentimiento sostenido de aislamiento

· Una percepción de vacío interno

· Una incapacidad de formar relaciones


interpersonales satisfactorias

· Un concepto distorsionado de la
dimensión del tiempo

· Un sentimiento de urgencia y de inquietud


y

· Una dificultad pronunciada en la


capacidad para llevar a cabo trabajo alguno y para
concentrarse.

Este cuadro clínico necesita ser entendido y


resuelto para rehabilitar las capacidades adaptivas del
individuo tan pronto como sea posible.

Debido a la creencia falsa, popularmente


aceptada, de que los años durante los cuales se hace la
transición de la niñez a la vida madura son años de
mucho goce y de regocijo infinitos, muchos
adolescentes (y sus familiares) fallan a entrar en el
proceso de duelo que caracteriza, en un número grande
de los casos las pérdidas percibidas de las
dependencias de otrora, y de la niñez añorada. Esto
puede resultar en cuadros clínicos de ansiedad y de
melancolía.

Para complicar esta situación, a menudo, el


adolescente, percibe lo que le está aconteciendo como
una crisis personal, única para sí, e íntima sin otros
paralelos, ya que generalmente las cosas tristes que les
suceden no la comparten con nadie. Esta actitud puede
traer consecuencias desastrosas.
En resumen:

La adolescencia es un período psicosocial y


psicosexual, que se extiende desde el principio de los
cambios de la pubertad, y que concluye cuando la
persona establece una identidad personal y cohesiva,
cuando se logra la independencia total de la familia y
cuando se puede iniciar el establecimiento de
relaciones maduras e íntimas.

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