Gestión Ambiental en Las Empresas.
Gestión Ambiental en Las Empresas.
Gestión Ambiental en Las Empresas.
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Introducción.
Históricamente parece que el cuidado del medio ambiente y la actividad empresarial han ido
en dirección contraria. Esto se debe a que se tenía la idea que la actividad empresarial era
dañina para el lugar en el que vivimos y, por otro lado, el cuidado del medio ambiente era
un freno al desarrollo económico y empresarial. Sin embargo, debemos saber que cada una
de las partes precisa de la otra para que podamos avanzar en la sociedad. Por ello, queremos
mostrarte en qué consiste y cómo podemos realizar una buena gestión ambiental en la
empresa. La implantación de un Sistema de Gestión Ambiental puede ser realizado por
cualquier empresa, ya sea industria o de prestación de servicios. La incorporación del medio
ambiente a la gestión de la empresa es una necesidad de la que derivan los sistemas de
gestión ambiental. Cuando hablamos de los sistemas de gestión ambiental lo hacemos
de unos sistemas estructurados de gestión que incluyen una serie de pautas relacionadas
con el medio ambiente que responden, precisamente, a esa necesidad de incorporar la
protección del medio ambiente al día a día de nuestra actividad económica. Y aunque sea
voluntario, cada vez son más las empresas que los adoptan.
Definición.
En la Gestión Ambiental se hace referencia al conjunto de decisiones y actividades
orientadas a alcanzar el desarrollo sostenible congruente con la dimensión ambiental, social
y económica; es decir, asegurar la política ambiental que permitirá satisfacer las necesidades
del presente y futuro. La implementación de un SGA constituye la estrategia para que el
empresario, en un proceso continuo, identifique oportunidades de mejoras que reduzcan
los impactos de las actividades de la empresa sobre el medio ambiente, mejorando al mismo
tiempo su situación en el mercado y sus posibilidades de éxito. De esta forma, el objetivo de
las empresas consiste en reducir al máximo el impacto ambiental que posee nuestra
actividad, para que pueda seguir desarrollándose sin problemas ni consecuencias negativas
para el entorno. Entre algunos de los puntos clave de la gestión ambiental podemos
encontrar la gestión de residuos, la contaminación, el reciclaje, ruidos y muchos otros
aspectos que nos den la posibilidad de mejorar el lugar en el que vivimos.
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podrían ser una serie de acciones aisladas o independientes se incorporan a una hoja de ruta
preestablecida con la que nos aseguramos que estas medidas son efectivas y pueden
supervisarse. En este sentido, la norma ISO 14001 nos ofrece las herramientas necesarias
para asegurarnos del funcionamiento de las políticas ambientales de la empresa.
Primer principio: Es bastante simple. Se centra en saber lo que hay que hacer,
comprobar que existe un compromiso de toda la empresa con el SGA y también
definir un Política Ambiental.
Segundo principio: Consiste en diseñar un plan de Acción para que se puedan cumplir
con los requisitos establecidos en la política ambiental y exigidos por la norma.
Tercer principio: Revisar qué es lo que se requiere para cumplir con los objetivos y
metas ambientales para así buscar las herramientas que se necesitan para seguir con
la política ambiental.
Cuarto principio: este principio es de control, consiste en realizar evaluaciones
cualitativas y cuantitativas periódicamente para comprobar si todo lo que se está
haciendo es conforme o no a la política ambiental de la empresa.
Quinto principio: comprobar e intentar mejorar la política ambiental, las metas,
objetivos y las medidas que se han tomado. Es decir, buscar la mejora continua del
desempeño ambiental de la empresa.
Otra forma en la que podemos señalar los cuatro pilares básicos que debería perseguir
cualquier empresa que, apuesta por la introducción de un sistema de gestión ambiental, un
objetivo común del que tu empresa no puede escapar:
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Mejorar las relaciones entre las partes interesadas, es decir, entre los trabajadores.
El objetivo ambiental es cosa de todos los empleados de la empresa, y es
imprescindible que cada uno de los empleados asuma ese sistema de gestión
ambiental y ese objetivo como propio para lograr el éxito.
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las regulaciones ambientales a las que no informan sobre sus emisiones o se niegan a
reducirlas.
Seguidora: Adaptarse a la normativa.
A caballo entre las empresas que se toman en serio las políticas de protección ambiental y
las que intentan torpedear la normativa de protección ambientales nos encontramos con
esas empresas cuya estrategia de gestión ambiental se limita a adaptarse a lo que diga la ley.
Si se incluyen cambios en la normativa, se adaptan a ellos para evitar multas, asegurar
mercados o mantener su reputación y competitividad empresarial, pero no introducirán una
política ambiental mucho más activa.
¿Cuál es la mejor estrategia de gestión ambiental?
Esta es una de las preguntas más difíciles de contestar, ya que depende del objetivo
ambiental que tengas. Si una de tus preocupaciones es el medio ambiente y pretendes crecer
de la mano del entorno, y no a costa suya, parece claro que las estrategias hiperactivas y
proactivas son las ideales, e incluso te permiten presionar en busca de una normativa
ambiental que te beneficie. En cambio, una estrategia reactiva o de seguimiento primará el
beneficio económico al ambiental. Al final, la decisión está en manos de los gestores de la
empresa, que decidirán qué tipo de estrategia de gestión ambiental seguir.
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Funciones del profesional en Gestión Ambiental:
Minimizar el impacto de las empresas sobre el medioambiente, realizar auditorías y
conocer la legislación de cada país sobre el medioambiente para aplicarlas
correctamente.
Análisis de los datos ambientales.
Identificar y analizar los impactos que las empresas pueden generar sobre el
medioambiente. Incluyendo vertidos de aguas contaminadas, emisiones de gases
contaminantes a la atmósfera, contaminación del suelo, etc.
Establecer estrategias para prevenir los riesgos e impactos y proponer soluciones a
estos problemas ambientales.
Ayudar a definir las políticas ambientales de la empresa acordes a los requisitos de
la norma, la legislación propia del país y la Ética Ambiental.
Conocer los principios legales y el marco normativo relacionado con el reglamento
sobre el medioambiente.
Incentivar la práctica de buenos comportamientos ambientales en la empresa.
Conocer y evaluar los sistemas de auditoría y de impactos ambientales de la
empresa, así como los requisitos técnicos y legales que implica.
Dominar tanto las certificaciones nacionales como internacionales en cuanto a las
normativas medioambientales para poder implementar correctamente los Sistemas
de Gestión Ambiental y evaluar las estrategias ambientales.
Hoy en día cada vez más empresas se preocupan por la sostenibilidad y el medioambiente.
Es por eso, que la demanda de profesionales cualificados en la protección del
medioambiente está creciendo cada vez más. Este aumento es normal, pues no solo mejora
la eficiencia de la empresa, sino que se consigue mejorar la imagen empresarial entre
clientes y proveedores. Cosa que podría repercutir de forma positiva en los beneficios que
obtenga su empresa. En resumen, la figura del profesional de Gestión ambiental
le ayudará tanto a implementar un Sistema de Gestión Ambiental dentro de su empresa
como a seguir el principio de sostenibilidad de los recursos utilizados.
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Tras su última actualización en 2015, la norma ISO 14001 estableció el objetivo de
convertirse en un marco de protección medioambiental sin perjudicar las necesidades
socioeconómicas. Este es un objetivo que puedes aplicar perfectamente a tu empresa, ya
que a pesar de tomar una serie de medidas de protección medioambiental el objetivo final
de la empresa no deja de ser el de hacer dinero.
Conclusiones.
La gestión ambiental se percibe como una parte indispensable de la gestión general en la
empresa que puede producir grandes beneficios desde el punto de vista de la eficiencia y
eficacia productiva, de la imagen que proyecta y de su promoción comercial. Los sistemas
normalizados de gestión ambiental y el etiquetado ecológico son, probablemente los
mejores instrumentos para hacer operativo el viejo principio «lo verde, vende» que
relaciona el comportamiento ambiental de la empresa con las preferencias comerciales de
los consumidores. Además, las denominadas bolsas de residuos constituyen un magnífico
instrumento para avanzar hacia uno de los más interesantes objetivos de la gestión
ambiental: convertir efluentes en residuos. Aunque los SGA introducen un elemento de
complejidad en la gestión, incluso, en la burocracia empresarial, los beneficios que producen
para la producción y el consumo sostenibles los justifican plenamente en un mundo
dominado por un consumo innecesario, incluso insensato, basado en la idea «más es mejor»,
en lugar de la más sensata: «menos es más» que preconiza la idea de calidad de vida. A pesar
de su carácter voluntario, las empresas del mundo occidental en general y las españolas en
particular, con el precedente de la implantación de sistemas de gestión de la calidad, han
aceptado muy bien este tipo de instrumentos de gestión ambiental y así, solo con la
certificación de AENOR, más de 4.000 empresas tienen implantada la ISO 14000 y más de
400 el EMAS: Sistema Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoria. Muchas empresas han
puesto en marcha y probado diferentes medidas para reducir el impacto de su actividad en
el medio ambiente, tanto a partir de la ISO 14001 como partiendo de otros estándares, lo
que nos permite contar con esos criterios aceptados en todo el mundo que utilizaremos para
medir la eficiencia de las medidas que tomamos. Muchos de los problemas del medio
ambiente están relacionados con la actividad económica del ser humano, y los SGA son una
forma de reducir ese daño.
Bibliografía.
Estudios de impacto ambiental. José Enrique de Tomás Sánchez. Universidad de Alicante.
https://www.emprendepyme.net/gestion-ambiental
La Gestión Ambiental en las Empresas. Domingo Gómez Orea. U Politécnica de Madrid.