Economía Feminista
Economía Feminista
Economía Feminista
Seminario Internacional “Luchas y alternativas para una economía feminista emancipatoria” organizado por
CLACSO.
A continuación, reproducimos las ideas centrales de la autora, en base a la exposición que se puede ver en el
video AQUÍ. https://www.youtube.com/watch?time_continue=2&v=YwPPySs5KAs
SILVIA FEDERICI
“La cuestión de la reproducción es esencial no solo para la organización capitalista del trabajo, sino para
cualquier proceso genuino de transformación social».
Silvia Federici (1942, Parma, Italia), escritora, profesora y activista feminista estadounidense, se sitúa en el
movimiento autónomo dentro de la tradición marxista. Es autora de Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y
acumulación originaria y de Revolución en punto cero. Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas,
ambas publicadas por la editorial Traficantes de Sueños.
La EF es crítica del concepto mismo de economía que nos han enseñado, de esa idea de economía como la
ciencia que analiza cómo se distribuye la riqueza en contexto de escasez. Es importante para la EF mostrar que
no hay escasez, sino que la escasez es producida por las desigualdades sociales, es producida por un sistema
que se está comiendo el mundo, que se apropia de la riqueza natural, que destruye tanta riqueza natural y no
se preocupa por reproducirla para las nuevas generaciones. Es muy importante mostrar que la condición de
existencia de este sistema ha sido la creación de esta escasez y la creación de un empobrecimiento general. Esa
idea de que este sistema social es la única posibilidad de vida, y que sin eso no hay prosperidad o posibilidad de
vida digna, esa idea es muy paralizante. Es un asunto que nos paraliza, que nos congela el cerebro para buscar
otra alternativa.
Otra tarea importante de la EF es armar críticas de lo que son los proyectos de desarrollo hoy. Sobre todo los
proyectos de desarrollo de la política neoliberal que también están produciendo un empobrecimiento
devastador. El proceso de globalización ha creado una situación económica en el mundo en la cual ningún país
puede ser autosuficiente, en donde es muy fácil para los empleadores mover su oficina, su industria de un lugar
a otro, y vivimos en un estado de precarización total del trabajo. Precarización de la vida no solamente del
trabajo. Debemos depender del mercado para nuestra reproducción, en un contexto en el cual el Estado nos
cobra cada vez más por la provisión de los servicios públicos. Esto también provoca empobrecimiento. Y esto se
sabe pero hay que decirlo, porque es cuestión de vida o muerte para muchas personas.
Yo creo que las economistas feministas tienen un papel muy importante para hacernos comprender y darnos
las pruebas y la evidencia de la conexión de este empobrecimiento de masas con esta hegemonía del mercado,
con políticas de desarrollo que se fundan sobre el extractivismo y en donde el territorio, las tierras, son más
utilizadas por mineras y petroleras. Entonces ¿cómo se muestra hoy el mundo? Se muestra devastado por un
proceso de acumulación permanente, guerras que también son permanentes, una inseguridad creciente, un
mundo en el cual millones de personas se convierten en refugiados, que son obligados a dejar sus tierras, sus
raíces y a vivir sin una perspectiva de futuro. Yo creo que es importante mostrar las raíces económicas, las raíces
en las condiciones materiales y las raíces de las políticas internacionales, y aquí también las economistas
feministas tienen un papel muy importante. Y, sobre todo, para explicar y mostrar los efectos de esta política y
esta situación en la vida de las mujeres.”
“Se debe desplegar un trabajo muy importante sobre dos temáticas que están destruyendo la vida de tantas
mujeres. Una es la cuestión de los microcréditos, que es una política que se introdujo para poner fin a la pobreza.
Eso era el objetivo pero en realidad se ha convertido en una política que ha transformado a muchas mujeres en
deudoras. Se convirtió en un endeudamiento de masas. No solo son muchas endeudadas sino que viven en
condiciones de grandes dificultades económicas y una situación imposible porque no pueden pagar los
préstamos. Son sujetas a violencia psicológica y física, pierden el apoyo de mujeres en su comunidad, y de los
grupos con los que buscan préstamos. Hay que hacer un análisis contundente de los microcréditos para mostrar
que son programas que están construidos de forma que empobrecen. Son construidos de una manera que sirve
para separar a las mujeres del campo porque tienen que pagar inmediatamente, todas las semanas y no tienen
tiempo, no pueden aplicar los préstamos a sus cultivos. Extiende relaciones monetarias sobre mujeres que antes
podían tener cierta autonomía cultivando su tierra.”
“Otro tema importante es mostrar la importancia de los cultivo de subsistencia. Hay una guerra que muchas
organizaciones financieras como el Banco Mundial le están haciendo a la agricultura de subsistencia diciendo
que esto es una causa de la pobreza de las mujeres, porque ellas tienen formas de producción atrasadas y son
culpables del empobrecimiento de sus comunidades. “
“Me interesa hablar de la política de construcción de los comunes. Nosotras hemos sufrido un despojo múltiple,
no solo de los recursos sino también de nuestra conciencia y de nuestra posibilidad de decidir. Cómo
organizamos nuestras comunidades y reproducción. Hablo de un proceso de reapropiación de la riqueza y
deconstrucción de la reproducción. La tarea más importante es recuperar formas más cooperativas y
comunitarias de la reproducción social. La reproducción del común empieza con la centralización de la
reproducción en nuestra lucha y creación de formas de actividades reproductivas compartidas, que dejen de
aislarnos. La reproducción en esta sociedad se ha desplegado en formas que nos aíslan de otras mujeres.
Estamos solas en nuestras casas, con nuestras penas, nuestros trabajos. Muchas feministas dicen que hay que
hacer que los hombres compartan el trabajo, yo estoy totalmente de acuerdo, los hombres tienen que tomar
responsabilidades pero no es suficiente. Es necesario reconstruir formas comunitarias, así no nos aislamos como
pareja tampoco.”
“Hemos interiorizado mucho el individualismo que nos enseña esta sociedad. Tenemos una historia tan grande
de opresión que sospechamos del otro. La lucha para crear formas más cooperativas y comunitarias es
necesaria. Una de las consecuencias de esta lucha es cambiar nuestra subjetividad. Una tarea es
transformarnos a nosotros mismos. “
“La EF debe salir de la especialización, estamos acostumbradas desde la academia a trabajar en formas
particionadas: la economía, la historia, etc. Pero no son cosas separadas, en la vida real todo es un continuo.
Cada uno de estos niveles tiene una importancia para fortalecer el proceso de cambio social para ayudarnos a
transformar nuestra vida y abrir el horizonte de posibilidades. Necesitamos salir de nuestra individualidad y
entender que estamos en una larga lucha por la liberación de la humanidad. Necesitamos recuperar la memoria
colectiva. Es parte de la transformación social y del proceso de lucha al que las economías feministas deben
contribuir.”
“Muchas veces hemos internalizado la desvalorización que la sociedad capitalista ha promovido sobre los
trabajos de reproducción. Para el capitalista es mejor desvalorizar porque permite reproducir trabajadores a un
precio muy barato. El trabajo de las mujeres ha sido invisibilizado. Todavía creo que esta desvalorización ha sido
internalizada por las mujeres también. Se piensa que los otros trabajos son superiores o más importantes, que
nos dan más posibilidades. Creo que es importante cambiar, porque no creo que haya trabajo más importante
que criar, educar o crear la vida de las próximas generaciones. Nos da la posibilidad de establecer también cómo
será el mundo. Entonces no es una llamada a estar en la casa sino una llamada a repensar colectivamente qué
significa reproducción. Hablo de la reproducción en sentido amplio ¿qué mundo vamos a construir? El trabajo
de reproducción, si lo hacemos colectivamente, nos permite también fortalecer el tejido social en el que
vivimos.”
“Este es el camino que yo propongo, la política de los comunes. Cuando nos aíslan somos derrotadas. Hoy nos
enfrentamos a un período de desarrollo capitalismo en el cual la privatización de la tierra, la expulsión de la
gente de áreas rurales, la comercialización de la agricultura y el espacio urbano, la obligación de recurrir al
mercado que nos empobrece enormemente… hoy las mujeres, que dicen que nos hemos emancipado en el
trabajo fuera del hogar, son las sujetos más endeudados del mundo, el 60% de los endeudados. No las más
pobres, sino las que trabajan fuera del hogar. Ellas son las más endeudadas. El trabajo fuera de la casa no nos
ha emancipado, las mujeres están empobrecidas. Venden todo, el mercado es nuestro cuerpo. Se vende el útero
(la maternidad subrogada), venden sus hijos, bueno, eso nos da una imagen muy clara de cuál es la situación de
las mujeres. “
“Con respecto al trabajo sexual me da mucha, mucha pena que el movimiento feminista se divida sobre esta
cuestión. Porque en realidad el movimiento feminista ha sido el primero que ha denunciado que las mujeres en
la historia del capitalismo han tenido una relación muy precaria y distante con el salario, con la relación
monetaria. Siempre se han vendido y en muchas situaciones hemos sido obligadas a vender nuestro cuerpo. No
son solo las mujeres que venden su cuerpo en la calle o se llaman prostitutas las que se venden, las mujeres se
han vendido en el matrimonio porque es una posibilidad de supervivencia, se han vendido en el trabajo, para
mantenerlo, etc. Entonces no es coincidencia que el movimiento de trabajadoras sexuales haya salido del
movimiento feminista. Las trabajadoras del sexo han salido de las sombras. Pero muchas feministas dicen que
el trabajo de la prostitución es degradante, o que es más degradante. Si, es una forma de explotación, debemos
ser muy claras con eso. El trabajo sexual es una forma de explotación. Pero ¿por qué se dice que es el más
degradante? ¿qué es acaso el trabajo de las maquilas? Un trabajo en donde te cierran la puerta del baño, de 15
horas por día, que se sale en medio de la noche, te cierran las puertas, chicas de 10 años pierden ojos, riñones,
expuestas a químicos, etc. Entonces, hablar de qué es más degradante es moralismo, o de qué trabajo las
mujeres pueden o no hacer, o cuál es más o menos peligroso. Un principio que hemos adoptado en el lugar
donde yo vengo es no decir a las mujeres cuál es el tipo de explotación que deben aceptar, sino luchar para
ampliar las posibilidades. Luchamos para no ser obligadas a matarnos para poder sobrevivir.”
Feminismo y maternidad
“El movimiento feminista no ha puesto todavía la maternidad como un problema central. Es que la imposición
de la maternidad y todo lo que se asocia a ello ha hecho que muchas no quieran ser madres. En la primera fase
del movimiento feminista se decía que la liberación de las mujeres empieza con liberarnos de la maternidad.
Pero es un tema importante para la mayoría. Yo creo que debemos reapropiarnos de la lucha sobre la
maternidad. Por ejemplo, hoy en los Estados Unidos, sobre todo mujeres de color, migrantes, o quienes han
tenido relación problemática con los médicos, que han tenido miedo cuando van a parir, han creado esta nueva
forma en que se va a parir con una duola, que es una especie de abogada que negocia con los médicos para
evitar la violencia en ese momento. Hoy el acto de parir está industrializado. Muchas mujeres van a parir con
terror, porque te crucifican en la cama, te llenan de tubos. No sos partícipe de este acto para dar la vida.
Controlar la maternidad no es solamente pedir por el aborto legal, sino también luchar por tener los hijos que
querramos y no pagar la procreación con nuestra vida. Hay que luchar también por los recursos para ello y para
poder decidir sobre la maternidad. Hay que cambiar la forma en que la maternidad se vive hoy”.