Prostitucion Poder y Economia

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Este injusto e insostenible sistema de cuidados se

sostiene no slo por el amor de las mujeres a su pareja,


hijas e hijos o padres y madres, amor cargado de
estereotipos falsos y frustrantes que se analizan aqu,
sino tambin por la coercin, por una violencia hacia las
mujeres de carcter psicolgico, fsico y tambin
econmico.
Situar los cuidados y la igualdad en el centro del
modelo socioeconmico, elevar la voz de las mujeres
contra salidas conservadoras e incluso regresivas a la
crisis econmica, activar el papel crtico y alternativo
del movimiento feminista, expresado en mltiples y
diversas organizaciones, como agente de avance social
real hacia la igualdad de oportunidades entre mujeres y
hombres, son los objetivos de reflexin y accin a los
que este libro pretende servir. Frente al riesgo aadido
de que la crisis democrtica derive en una
antidemocrtica dictadura de los mercados, el
movimiento feminista y otros movimientos sociales
oponemos reflexin colectiva, movilizacin y
alternativas.

Edita:
Forum de Poltica Feminista.
www.forumpoliticafeminista.org
Barquillo 44,2 izq. 28004 Madrid
Tf-fax 91 3191248
[email protected]
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Batuecas 24. 47010 Valladolid
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Apdo. Correos 475. 18080 Granada
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Casa de Encuentros Canga de Argelles
16-18. 33202 Gijn
Centro Cvico Centro Pza. de la Corredera
14002 Crdoba
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Plaza dos Castaos s/n Baixo 15008
a Galicia
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C/ Pintor Berrovianco Melndez 1,9 C
29006 Mlaga
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Asoc. Feminista Flora Tristn. Ordoo 12,
2 izq.24001 Len
[email protected]
Asoc. para el Desarrollo Integral de las
Mujeres Mercedes Machado Avda. La
Libertad. 18 viv. Edif. Araucaria Local 7-8.
Los Majuelos 38108 Taco (La Laguna)
[email protected]

Subvencionado por:
Sevilla
[email protected].

GOBIERNO
DE ESPAA

MINISTERIO
DE IGUALDAD

SECRETARA
GENERAL
DE POLTICAS
DE IGUALDAD
INSTITUTO
DE LA MUJER

Mujeres, sexo, poder, economa y ciudadana

El actual sistema socioeconmico es insostenible a


nivel social y reproductivo, no slo porque las burbujas
financiera e inmobiliaria se basan en la avaricia y no en
el bienestar social, sino porque ignora las necesidades
de cuidados, especialmente de la infancia y mayores
dependientes, que pretende resolvamos solas y gratis
las mujeres, bien en el seno de la familia, bien
formando cadenas globales de cuidados con mujeres
migrantes.

Mujeres, sexo, poder,


economa y ciudadana

XX Taller Forum de Poltica Feminista

Edita: Forum de Poltica Feminista


Barquillo 44, 2 izquierda
28004 Madrid
Telf. y Fax: 91 319 12 48
E-mail: [email protected]
Portada: Ana Ruiz Pardo
Diseo, maquetacin y fotomecnica: Estudio IDC
Impresin: Grafiprintin, S.L.
Depsito Legal: M-42642-2009

INDICE
PRESENTACIN
Nina Infante, Presidenta del Forum de Poltica Feminista

Pg 5

Insostenibilidad del sistema global de cuidados y alternativas feministas.


Amaia Prez Orozco

Pg 11

La nueva poltica sexual del patriarcado y sus alianzas con la globalizacin capitalista.
Rosa Cobo Bedia,

Pg 23

Prostitucin, poder y economa. Charo Carracedo Bullido

Pg 35

Amores, desamores, gozos y dolores. M Elena Simn Rodrguez

Pg 41

Cmo vivimos las mujeres la sexualidad. Ana Infante Garca

Pg 49

Modelos de pareja: consecuencias en la salud mental de las mujeres


Roco Carmona Horta.

Pg 57

Amores, cuidados, empleos y pensiones.


Forum de Poltica Feminista y Asociacin Feminista Leonesa Flora Tristn

Pg 67

Las mujeres tenemos razones para ir a la huelga del 29 s 2010

Pg 75

Comunicado mujeres ante el Congreso:


entrada en vigor y desarrollo de la ley 2/2010 de aborto

Pg 77

FEMINISMO, ASOCIACIONES DE MUJERES Y CAMBIO SOCIAL

Pg 83

Feminismo, asociaciones de mujeres y cambio social, hoy.


Pepi Rivilla

Pg 83

Incidencia poltica y social del feminismo: organizaciones, indicadores,


comunicacin Begoa San Jos

Pg 87

Feminismo, asociaciones de mujeres, jvenes y cambio social, Natalia Enguix,

Pg 99

Asociaciones de mujeres, instituciones y cambio social, M Jos Moruno,

Pg 105

ASOCIACIONES DE MUJERES, INTERLOCUCIN Y


CAMBIO SOCIAL EN VARIAS COMUNIDADES AUTNOMAS

Pg 109

Pas Vasco: Gladys Giraldo, Asamblea de Mujeres de lava

Pg 109

Baleares: Nina Parrn, Presidenta del Consejo de la Mujer de Baleares

Pg 114

Comunidad Valenciana: Alicia Gil, Fundacin Isonoma

Pg 118

Asturias: Carolina Garca Acebedo. Agrupacin del Forum de Poltica. Feminista

Pg 126

Andaluca: M Vicenta Prez Ferrando Vicepta. del Consejo de la Mujer de Crdoba

Pg 132

Canarias: Maru del Rio, Asociacin Mercedes Machado, Tenerife (FPF)

Pg 139

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

PRESENTACIN
ste libro recoge las ponencias del XX Taller del Forum de Poltica
Feminista, realizado en Madrid, Crdoba y Len en abril y junio de 2010,
as como las ponencias del Taller celebrado en Mlaga, cuyo contexto
sigue siendo la crisis econmica mundial.

Por este motivo, el XX Taller profundiza en las reflexiones del XIX realizado en
2009 bajo el lema Feminismo ante la crisis, sumndose a otras iniciativas como
el III Congreso de Economa Feminista (Baeza, abril 2009), el Informe Sombra de
aplicacin por Espaa de la Convencin para la Eliminacin de toda Forma de
Discriminacin de la Mujer CEDAW (Nueva York julio 2009) presentado por la
Plataforma Impacto de Gnero Ya, el Manifiesto Feminismo ante la crisis suscrito por ms de 20 organizaciones y centenares de personas y difundido en decenas de portales, blogs y actos pblicos, el proyecto de INSTRAW Cadenas globales de cuidados (Madrid sept-nov 2009) con un Pliego de Propuestas de Un
lugar justo para el empleo de hogar y sus trabajadoras, el Proyecto Cost Gnero
y Bienestar realizado de 2006 a 2009 en 29 pases europeos y las propuestas no
gubernamentales ante la evaluacin Beijing+15 de la Plataforma de Accin de la
IV Conferencia Mundial de la Mujer en marzo 2010. Todas esas acciones convergen en reivindicar:
- Visibilizar el impacto de gnero de una crisis aparentemente "benigna" para
las mujeres y de las polticas anticrisis, incluyendo la aplicacin a los
Presupuestos, el Plan E etc. de instrumentos ya establecidos como el Informe de
impacto de gnero
- Desarrollar los servicios pblicos de educacin, sanidad y atencin a la
dependencia, imprescindibles tanto para la igualdad de gnero en el reparto del
cuidado de las personas como para una economa socialmente sostenible.
- Igualdad de mujeres y hombres en el empleo, la retribucin, la carrera profesional, la proteccin social por desempleo, jubilacin o incapacidad, y el acceso a la toma de decisiones econmicas.
MUJERES, PODER, ECONOMIA Y CIUDADANIA
El objetivo que pretendemos en el XX Taller es analizar y visibilizar los efectos que ocasiona la crisis econmica, resaltar el incremento de las desigualdades
para los sectores ms vulnerables, fundamentalmente mujeres y recoger las diferentes propuestas que desde las distintas ponencias se exponen.
Para el sistema capitalista de "libre" mercado, amplificado por la globalizacin
liberal, slo vale lo que se puede vender y comprar. Para el sistema patriarcal las

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

nias -y en menor medida los nios- y las mujeres estamos destinadas al servicio de las necesidades y deseos de los hombres, empezando por los sexuales y
reproductivos, al trabajo domstico no pagado y la produccin no reconocida de
riqueza, compatibles con nuestra disponibilidad para facilitar los ajustes del sistema capitalista en los mercados de trabajo, tanto declarados como sumergidos.
Este libro contiene diecisis ponencias y dos manifiestos reflexiones y alternativas que planteamos durante el desarrollo del XX Taller.
La ponencia: "El sistema global de los cuidados y alternativas", en la que
Amaya Prez Orozco analiza los efectos de las cadenas globales de cuidado y
seala que los cuidados son, la base invisible de los sistemas y estn sistemticamente infravalorados en trminos sociales y econmicos, favoreciendo la desigualdad de gnero y de clase social y afirma que, este sistema socioeconmico
es insostenible a nivel social y reproductivo abogando por un modelo que ponga
los cuidados en el centro avanzando en la corresponsabilidad y reconocimiento
del derecho al cuidado transformando estructuras actuales.
Rosa Cobo en "Violencia econmica hacia las mujeres en un mundo global",
advierte del momento histrico-social de reaccin patriarcal que estamos viviendo
y seala que las polticas de ajuste estructural sobre las mujeres influyen asimtricamente sobre las relaciones de gnero y destaca que la globalizacin econmica est haciendo crecer el empleo remunerado y el trabajo gratuito de las mujeres, lo que supone una tendencia a la subordinacin a los varones y nuevos mbitos de explotacin econmica y domstica alcanzando incluso el femicidio.
FEMINISMO, ASOCIACIONES DE MUJERES Y CAMBIO SOCIAL
A travs del anlisis crtico y colectivo de las sinergias entre lo personal y lo
pblico, lo econmico y lo poltico, entre la omisin de los instrumentos de evaluacin de impacto de gnero y la obstruccin de los cauces de participacin de
las asociaciones de mujeres, como en Beijing+15, y la reaccin antifeminista en
parejas y poderes pblicos, mediticos y econmicos, reflexionamos y elaboramos.
Los movimientos sociales, corrientes del cambio social, estn constituidos por
las organizaciones que elaboran el ideario e impulsan la accin y por la parte de
la sociedad y de las instituciones que las asume o realiza.
La percepcin social del movimiento feminista, adems de carecer de suficiente desglose de estadsticas e indicadores para objetivarlo, suele atribuir el
avance de las mujeres en la educacin, el empleo o la autonoma personal, al
poder -legislativo o ejecutivo, rara vez al judicial- que ha ido asumiendo las reivindicaciones de igualdad, invisibilizando a las organizaciones de mujeres que
las han iniciado, impulsado y vigilando.

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Ese papel dinamizador y reivindicativo de la igualdad sigue siendo realizado


aqu y ahora por centenares de asociaciones feministas y de mujeres, incidiendo
en una sociedad civil plural pero no amorfa y en unos poderes pblicos democrticos, pero burocrticos y sexistas.
Pepi Rivilla, seala en este sentido, que para lograr una democracia real
necesitamos generar una cultura participativa en trminos de cantidad y calidad
a travs de la sociedad civil y conformar el trabajo en redes.
Begoa San Jos, recuerda los cambios que el movimiento feminista ha conseguido desde el voto, la educacin, el trabajo retribuido la toma de decisiones,
el derecho al disfrute sexual etc., y analiza los pactos y los avances de los consejos de mujeres como cauces de coordinacin de las asociaciones de mujeres
e interlocucin con los poderes pblicos, para preguntar Por qu la sociedad
simpatiza ms con las reivindicaciones que con las organizaciones? Y aboga por
repartir nuestros esfuerzos frente al ataque neoliberal al estado del bienestar y
las polticas de ajuste que estn eliminando los organismos de igualdad como
reaccin antifeminista.
El relevo generacional y la participacin de los y las jvenes es la parte que
expone Natalia Enguix, como referencia al feminismo granadino seala las conclusiones del estudio realizado donde se recoge que las mujeres jvenes, en
Granada, no son apticas simplemente est cambiando sus formas de participar.
Maria Jos Moruno aboga por el encuentro y el pacto como forma de fortalecimiento del movimiento asociativo de mujeres, la reflexin y la accin nos llevar a una sociedad ms humana e igualitaria.
SEXO, PODER, ECONOMIA Y AUTONOMIA DE LAS MUJERES
En el capitalismo+patriarcado, la mayora de las mujeres solo podemos subsistir vendiendo barata nuestra fuerza de trabajo en empleos precarios y marginales, o vendiendo el cuerpo en servicio al sexo de los hombres, mientras las
nias y mujeres ms desposedas no se venden, son vendidas por sus propietarios.
La prostitucin, libremente elegida, inducida o impuesta tiene en comn con
el inmenso negocio de trata de mujeres la demanda -de los hombres- y la oferta
-el cuerpo- de las mujeres para uso sexual por los hombres, y es pieza fundamental del patriarcado, organizado sobre la desposesin de las mujeres, y del
capitalismo organizador de la disponibilidad de las mujeres para el trabajo marginal, excluido de los pactos y contratos sociales.
Charo Carracedo, en su ponencia "Prostitucin Poder y economa" hace una
reflexin sobre la evolucin de la industria del sexo y denuncia que la existencia
del mercado prostitucional y las prcticas masculinas del consumo sexual de
mujeres, constituyen una expresin ms de un sistema de relaciones sociales
desiguales entre lo sexos. Esta industria pone a disposicin de los usuarios, cada
ao, a ms de cuatro millones de mujeres y nias.

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

A continuacin se recogen tres ponencias referidas a los condicionamientos


ms personales, pero que condicionan nuestras vidas a nivel social y profesional
que escriben, Elena Simn, Ana Infante y Carmona Horta respectivamente:
"Amores, desamores, gozos y dolores", Cmo vivimos las mujeres la sexualidad? y "modelos de pareja",
Se incluyen a continuacin, las reivindicaciones sobre la posibilidad de decidir sobre nuestros cuerpos con el Manifiesto sobre de la Plataforma de Mujeres
ante el Congreso: entrada en vigor y desarrollo de la ley 2/2010 sobre la salud
sexual y reproductiva y el Aborto, firmado por ochenta y siete asociaciones.
As mismo recogemos el Manifiesto ante la Huelga General del 29 de septiembre de 2010 que hemos firmado y que denuncia las medidas y recortes del gasto
social, cuyos cambios empeorarn la ya desigual situacin que viven las mujeres, tanto de las mujeres ocupadas, como del mayor nmero de paradas ya que
el abaratamiento del despido obrar en las capas ms vulnerables, o sea las
mujeres.
Reclamamos una vez ms la aplicacin de los artculos 19 y 20 de la Ley de
Igualdad, para visibilizar el impacto de gnero de la crisis y las medidas anticrisis, que agudiza las desigualdades y hace patente la persistencia del patriarcado
que, por ignorancia u optimismo, en pocas de bonanza se proclama vencido por
los innegables avances del movimiento feminista y los logros de la igualdad legal,
en pases privilegiados como el nuestro, que sin embargo no han sustituido el sistema de hombre-sustentador ajeno a los cuidados mujer-cuidadora no remunerada, sino que lo perpetan con empleos precarios y a tiempo y cotizacin parcial,
regmenes discriminatorios como el de Empleadas de Hogar, que el 57% de las
prestaciones de la ley de Dependencia sean paguitas a la cuidadora familiar y
que 2,2 millones de mujeres pensionistas lo sean por pensin de viudedad, un
precario derecho derivado del marido, obstculos para el modelo de hombres y
mujeres proveedores y cuidadores en igualdad.
ASOCIACIONES DE MUJERES Y CAMBIO SOCIAL
El XX taller, siguiendo los del 2005 Hacia la creacin del Consejo estatal de
las Mujeres y 2007 sobre Participacin de las asociaciones de mujeres en las
polticas de igualdad hoy, pretenda visibilizar a las organizaciones feministas
que, desde la capilaridad y la pluralidad territorial, ideolgica, social y de intereses o prioridades, convergen en la incidencia social y poltica a favor de la igualdad: sus puntos fuertes y dbiles como espacios de ciudadana activa, sus alianzas o confrontaciones internas y externas, sus objetivos, sus acciones y las reacciones que producen, como influyen y como son influidas, su capacidad de interlocucin social y poltica.

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Se analizaron la incidencia de sus acciones de coordinacin, de interlocucin


y de movilizacin en "la calle" en el reparto del empleo y del cuidado de la infancia y las personas dependientes, el derecho al aborto, la erradicacin de la violencia de gnero y la feminizacin de la pobreza, la evaluacin eficaz del impacto de gnero de presupuestos, planes y polticas pblicas, ante la anunciada creacin de Consejos de Participacin de las Mujeres a nivel estatal, de Andaluca y
el Pas Vasco, y los ya creados en Catalua, Madrid y otras instituciones autonmicas y locales.
Las situaciones y los trabajos que se realizan en seis comunidades Andaluca,
Pas Vasco, Comunidad Valenciana, Asturias e Illes Balears completan el elenco
de ponentes del XX taller, desde el trabajo en los consejos como expusieron M
Vicenta Prez Ferrando, vicepresidenta del consejo de la Mujer del Ayuntamiento
de Crdoba y Nina Parrn presidenta del Consejo de la Mujer de Baleares, o los
avances en la participacin que mostr Gladis Giraldo, miembro del equipo de
AZ, Procesos Participativos en el Pas vasco, el movimiento asociativo y sus
especiales dificultades en Tenerife lo analiz Maru del Ro, de la Asociacin
Mercedes Machado de Tenerife, Alicia Gil, gerenta y coordinadora de la
Fundacin Isonoma de la Universidad Jaume I de Castelln, nos ilustr sobre el
trabajo que desarrolla y las dificultades econmicas, Carolina Garca Acebal,
miembro del Forum de Poltica de Asturias expuso la situacin del movimiento
feminista y de mujeres en Asturias, sus avances y dificultades.

Nina Infante Castrillo


Presidenta del Forum de Poltica Feminista

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

1.- INSOSTENIBILIDAD DEL SISTEMA GLOBAL DE


CUIDADOS Y ALTERNATIVAS FEMINISTAS1
Amaia Orozco, Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitacin de las Naciones
Unidas para la Promocin de la Mujer (UN-INSTRAW) parte de UN Women

i prestamos atencin a las denominadas cadenas globales de cuidados


podemos percibir con claridad que el actual sistema socioeconmico es
insostenible a nivel social y reproductivo. Desde esta constatacin, hacemos
una contrapropuesta: debemos avanzar hacia la constitucin de un nuevo modelo
econmico que sea sostenible a nivel reproductivo que ponga los cuidados en el
centro. Dos deberan ser los ejes fundamentales para hacerlo: avanzar hacia una
corresponsabilidad integral estado/empresas/hogares (mujeres/hombres) y hacia el
reconocimiento y ejercicio de un derecho multidimensional al cuidado. En este
camino, son necesarias respuestas inmediatas, pero que no se queden en el inmediatismo sino que permitan avanzar hacia transformaciones estructurales.

1-Cadenas globales de cuidados?


El concepto de cadenas globales de cuidado es relativamente nuevo. Hace referencia a eslabonamientos de hogares, protagonizados por mujeres, que atraviesan
fronteras (hogares situados en distintos pases) mediante los cuales los hogares se
transfieren cuidados incluso de unos a otros, de unas mujeres a otras en base a
ejes de poder2 . En otras palabras, que hemos utilizado con anterioridad, se trata
de "cadenas de dimensiones transnacionales que se conforman con el objetivo de
sostener cotidianamente la vida, y en las que los hogares se transfieren trabajos de
cuidados de unos a otros en base a ejes de poder, entre los que cabe destacar el
gnero, la etnia, la clase social, y el lugar de procedencia" (UN-INSTRAW, 2008:
90).
Estas cadenas globales de cuidados surgen de la confluencia de dos procesos fuertes de crisis: una crisis de los cuidados en los pases de destino, entre ellos, Espaa.
Esta crisis implica la ruptura de la forma previa de cubrir los cuidados, que se basaba en la divisin sexual del trabajo clsica y en el modelo de familia del proveedor
nico comentado con mayor detalle en la ponencia de Rosa Cobo (incluida en este
volumen). Este modelo ha estallado, pero no se ha producido una respuesta institucional, ni una respuesta de las empresas, ni una respuesta de los hombres. Todo lo
1
Esta ponencia surge del trabajo de UN-INSTRAW parte de UN Women en al rea de cadenas globales de
cuidados y, ms concretamente, de los resultados del proyecto "Construyendo redes: mujeres latinoamericanas
en las cadenas globales de cuidados", financiado por AECID, que ha abarcado migracin desde Bolivia,
Ecuador y Per a Espaa, y de Per a Chile. Los informes de investigacin as como otra documentacin producida a lo largo del proceso puede consultarse en www.un-instraw.org
La idea de cadenas globales de cuidados est desarrollada, por ejemplo, en Russell Hochschild (200) o
Yeates (2005). Tambin Precarias a la deriva (2004) o Prez Orozco (2009). Para Europa, por ejemplo, Lutsz
(ed.) (2008)

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

cual genera un nicho enorme de oportunidades laborales para numerosas mujeres,


cada vez ms inmigrantes. En los pases de origen a su vez, lo que se produce es
una crisis que podemos llamar de reproduccin social; es decir, los hogares deben
desarrollar nuevas estrategias de supervivencia, entre las cuales cobra fuerza la
migracin internacional. Y estas estrategias estn protagonizadas por mujeres; de
ah lo que Sassen (2003) denomina la "feminizacin de los circuitos globales de
supervivencia". En ambos extremos de las cadenas se encuentran las "proveedoras
frustradas", a las que se refiere Rosa Cobo (ponencia incluida en este volumen).
Estos dos grandes procesos de crisis confluyen a nivel global y van conformando las
cadenas globales de cuidados, que son una de las claves del proceso de globalizacin econmica, a pesar de que esto no suele tenerse en cuenta en la medida en que
los cuidados no se entienden como economa. Una de las responsabilidades para las
feministas es visibilizar estas cadenas y la reproduccin global de la desigualdad de
gnero que implican. Es necesario visibilizarlas y ponerlas en primera lnea de frente del anlisis y de la comprensin de la globalizacin.
Partir de ejemplos puede ser til, as que pensemos en uno: Se trata de Margot,
quien viva en Santa Cruz, en Bolivia, con su esposo y con sus hijos. Margot no
tena posibilidades de alcanzar un cierto estndar de vida all por lo que puede
decirse que migr por razones econmicas. Sin embargo, a stas se une un deseo
de libertad. En la mayora de las migraciones de las mujeres, no hay solamente
motivaciones econmicas, sino otro tipo de razones relacionadas con la bsqueda
del mayor desarrollo de sus capacidades. Margot viene a Madrid y entra a trabajar
como empleada de hogar cuidando a una anciana. Esto significa que se empieza a
conformar una "familia transnacional", es decir una familia que sigue funcionando
como tal, pero ya por encima de las fronteras y se empiezan a producir fenmenos
de cuidado en la distancia. Se quedan los hijos con el esposo, pero a los tres meses
l decide reagruparse con Margot en Madrid. Ella deja de trabajar como interna y
pasa a trabajar de externa para poder vivir con su esposo. Los hijos pasan a vivir
con los abuelos, aunque posteriormente ven que los hijos no estn bien con los
abuelos, por lo que pasan a vivir con una ta. Esto implica un proceso de seguimiento y cuidado en la distancia y un proceso de reorganizacin familiar. Margot y su
esposo intentan reagrupar a los hijos; ambos vienen con la ta hasta el aeropuerto
de Barajas y ambos son devueltos a Santa Cruz. Es importante ser conscientes
del nivel de ahorro que tuvo que hacer Margot para traer a sus dos hijos y a la ta
y la frustracin y el problema de que los mandaran de vuelta Lo volvieron a intentar una segunda vez y consiguieron que uno de los hijos entrara; el otro con la ta
otra vez se tiene que regresar. Se trata por lo tanto una familia que cada vez est
ms dividida: los abuelos que apoyan, el hijo pequeo que se ha quedado en origen
con la ta y con la familia de la ta, que adems tiene principios de autismo, y el otro
hijo mayor que consigue llegar a Madrid y vivir con sus padres, quienes siguen "sin
papeles". Buscando regularizar su situacin Margot decide marcharse a Soria,
donde le aseguran que le van a hacer un contrato. La estrategia, entonces, es sepa-

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

rarse de nuevo: el esposo se queda en Madrid, y al hijo se lo lleva ella. En Soria se


dedica a cuidar una anciana por las noches, quien a su vez tiene otra empleada
durante el da. Margot deja a su hijo de once aos todas las noches solo. Y durante el da, despus de cuidar a la anciana toda la noche, Margot cuida de otra serie
de casas
Es un ejemplo para una realidad muy compleja y cambiante, que desborda la simple imagen de una madre que trabaja como empleada de hogar cuidado a los hijos
de otra familia, mientras deja a sus nios en origen. Un ejemplo que nos abre
muchas preguntas: qu pasara con esa anciana si Margot y todas las que son
como Margot no estuvieran?, quin le cuidara, las hijas? Hay aqu una ruptura del
mandato de gnero, una transferencia del mandato de gnero. Podramos preguntarnos qu est pasando con ese nio de once aos que se queda todas las noches
solo, cmo es admisible que ocurra algo as porque no existen otras posibilidades
laborales. Podemos visualizar la complejidad de los arreglos del cuidado que en
absoluto son fciles. Arreglos complejsimos y muy dinmicos que se estructuran en
torno a redes, las cuales a su vez van mucho ms all de las familias nucleares. Las
polticas pblicas que dan por hechos arreglos constantes y familias nucleares no
responden a la realidad de los cuidados. Podemos ver claramente la ausencia de
los hombres en encargarse de los cuidados, as como la ausencia de servicios pblicos, tanto en origen como en destino. Podemos comprender el impacto de las polticas migratorias. Y la interconexin global de todos estos arreglos cambiantes de
cuidado
Al fijarnos en estas cadenas sacamos a la luz una realidad muy compleja que tiende a permanecer oculta. Una realidad que est sosteniendo el conjunto de la estructura socioeconmica, porque sostiene lo ms cotidiano, los cuidados y la regeneracin cotidiana de la vida; una realidad que est en pleno proceso de cambio. En
conjunto, tenemos una realidad invisible que hay que visibilizar, que es muy compleja y que est transformndose de manera vertiginosa. En este momento de cambio la responsabilidad es pensar cmo lograr que ese cambio nos lleve hacia regmenes de cuidado ms justos, evitando que se reestructure o profundice la desigualdad de partida.
Las cadenas globales de cuidado son un fenmeno global; no tenemos que pensar
slo en la migracin hacia Europa o hacia Estados Unidos. Mujeres a lo largo de
todo el mundo estn constantemente movindose de un sitio a otro, dentro de los
pases y fuera de los pases. Los cuidados son, de manera global, la base invisible
de los sistemas, y estn sistemticamente infravalorados en trminos sociales y
econmicos, por lo que se distribuyen en torno a supuestos de desigualdad de
gnero, pero tambin de clase social. Por eso los cuidados han estado siempre vinculados a la migracin, rural-urbana, primeramente, e internacional cada vez ms.
Hay muchos flujos en zonas de Asia, en pases como Indonesia, Filipinas, Sri Lanka,

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

hacia pases con ingresos mayores como Honk Kong, Singapur, los pases del
Golfo. En Amrica Latina tenemos el mismo fenmeno. Por ejemplo el 42% de las
nicaragenses en Casta Rica estn en el empleo de hogar, el 72% de las peruanas
que estn en Chile, el 28% de las guatemaltecas en Mxico (datos de CEPAL,
tomados de Ksters, 2008). En Italia se calcula que hay alrededor de un milln de
hogares que estn contratando empleo de hogar, y ms de la mitad de las mujeres
contratadas son extranjeras extracomunitarias. En Francia ms del 50% de las
migrantes, trabajan en empleo de hogar. Y en Espaa segn la EPA, ms de
750.000 hogares estn contratando personas como empleadas de hogar, es decir
el 8% de todas las mujeres ocupadas en el Estado Espaol trabaja como empleada de hogar. De ellas al menos 330.000 en 2007 eran migrantes, esto significa que
ms de una de cada 4 mujeres migrantes que estn en Espaa, estn trabajando
como empleada de hogar3.
En el estado espaol lo que hemos visto es que el empleo de hogar, que histricamente haba estado muy vinculado a la migracin interna rural y urbana, tenda a
disminuir por cambios en las expectativas de vida de las mujeres. Desde mediados
de los 90 ha habido un repunte muy fuerte, fundamentalmente debido a la llegada
de mujeres migrantes, que estn sustituyendo el rol anteriormente jugado por las
mujeres pobres de entornos rurales espaolas.
2- Impacto y significado de las cadenas para el desarrollo
Qu es lo que todo esto nos est diciendo en trminos de desarrollo? Cuando nos
hacemos esta pregunta lo primero a lo que solemos atender es al impacto que
estn teniendo en las propias familias que protagonizan esas cadenas, pero, ms
all, hay que mirar a nivel del propio sistema socioeconmico4 .
2.1- Hogares empleadores y hogares migrantes
Al mirar a los hogares, debemos mirar tanto al hogar que est recibiendo el trabajo de las empleadas de hogar, como al propio hogar de la empleada de hogar
migrante y al hogar que se queda de origen. ste es un primer nivel de hogar que
tenemos que mirar, pero al que no voy a prestar una atencin detallada (y, por limitaciones de tiempo y enfoque de la ponencia no voy a mencionar el impacto en los
hogares en origen).
Pensando en el estado espaol en tanto que pas de destino, debemos considerar
qu ocurre con los hogares empleadores. Algunos de ellos estn consiguiendo con
el empleo de hogar hacer frente a necesidades de urgencia, necesidades perentorias. Para ellos, se trata de una solucin inmediata a problemas urgentes. Pero no
siempre se contrata por necesidades perentorias; no siempre se contrata, por ejemplo, porque hay que cuidar a una anciana con Alzheimer y no existe otra alternati3

Datos de Encuesta de Poblacin Activa (INE) y Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007.


Puede leerse ms en UN-INSTRAW (2009a y b) y en los informes de investigacin del proyecto
"Construyendo redes" mencionado al comienzo.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

va. A veces se contrata por una cuestin de status o de compra de tiempo libre,
sobre todo entre las clases medias-altas. Una primera cuestin que tener en cuenta es que las situaciones a las que responde el empleo de hogar son diversas. Por
otro lado incluso en las situaciones de necesidades perentorias el empleo de hogar
tampoco es la solucin milagrosa, que resuelve todo y por completo a las mujeres
que se encargaban antes de ese cuidado. El empleo de hogar no hace desaparecer el trabajo no remunerado de las mujeres autctonas, ni siquiera de las que contratan, ni mucho menos y en ningn caso exime a las mujeres autctonas de la responsabilidad de garantizar los cuidados. Por tanto hablar del papel que est jugando el empleo de hogar no exime de seguir hablando de cuidados no pagados y de
responsabilidad de las mujeres espaolas por esos trabajos de cuidado no pagados.
El otro mbito al que tenemos que mirar son los propios hogares migrantes. A menudo su situacin no es considerada como un problema de desarrollo de los propios
pases de destino y, sin embargo, podemos afirmar rotundamente que lo es. Es decir
lo que ocurra a la poblacin migrante no es problema de los pases de origen, sino
es un problema de destino, porque son parte de la sociedad de destino. Dicho esto,
qu ocurre con los hogares migrantes? Son, sin lugar a dudas, los que estn
pasando por situaciones ms difciles. Encontramos los mismos problemas de cuidado y las mismas estrategias para resolverlos y conciliar que en los hogares autctonos; pero siempre en peores condiciones y agravados (ver por ejemplo Daz
Gorfinkiel, 2008). Pensemos en el ejemplo anterior: ese nio que se queda todas las
noches solo en casa. El problema de conciliacin (o ests en el empleo o ests cuidando) es el mismo que el que tienen la media de las mujeres espaolas, pero se
agrava. Y las estrategias desplegadas en respuesta son ms extremas; por ejemplo
una "solucin" es dejar a los hijos en origen, o tener incluso hijos aqu y enviarlos al
pas de origen porque aqu no se pueden cuidar. Mismos problemas y mismas estrategias, pero agudizados y extremados.
2.2- Regmenes de cuidados injustos
Sin embargo ya no sera acertado quedarse en este nivel de hogar, porque la pregunta va mucho ms all: qu impacto tienen las cadenas a nivel macro, en el conjunto del sistema. Y en este sentido lo que se perfila es que lo que est habiendo es
un proceso de poner soluciones individuales a problemas colectivos. Las cadenas
sacan a la luz la existencia de un rgimen de cuidados injusto, que es el que est
en crisis. La crisis de cuidados est poniendo sobre el tapete la injusticia de la forma
de cubrir los cuidados previa. Sin embargo, a pesar de que esta injusticia se nos
muestra ms claramente que nunca, en vez de articular respuestas y demandas
colectivas, lo que hacemos a travs de las cadenas es poner parches parciales e
individualizados. En trminos coloquiales: que cada quien se las compongan como
pueda.

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Las cadenas globales de cuidados nos evidencian que el conjunto de las sociedades capitalistas patriarcales estn atravesadas por regmenes de cuidados que, a
pesar de sus diferencias, comparten su carcter injusto. Son regmenes de cuidados injustos en un doble sentido: Son injustos en primer lugar porque ni el estado,
ni el mercado, ni los hombres asumen la responsabilidad de cuidar, sino que esta
responsabilidad se delega a las mujeres en los hogares. En segundo lugar y asociado a lo anterior, porque existe un nexo sistmico entre cuidado, desigualdad, y
exclusin/vulnerabilidad/precariedad.
La primera cualidad ha sido ms elaborada, por lo que no me detengo en ella. A
qu nos referimos al hablar de un nexo sistmico cuidados-desigualdad-exclusin?
Con esto queremos decir que, tal como lo expresa M Jess Izquierdo (2008) "cuidar es un marrn". Cuidar no est ni social ni econmicamente valorado, por lo tanto
todo aquel que pueda y toda aquella que pueda, va a huir del cuidado. Cuidan ms
quienes menos posibilidades de escape tienen. Viceversa, dedicarse a cuidar no
genera ni derechos sociales, ni un ingreso, ni una posicin social reconocida (ni en
el cuidado no remunerado ni en el cuidado remunerado). Por lo que dedicarse a cuidar perpeta la situacin de vulnerabilidad de partida. Y, en una especie de crculo
vicioso, quienes peor situacin econmica tienen, mayores necesidades de cuidados presentan (la salud es un condensador de desigualdades sociales) y a la par
menores posibilidades de cubrirlos. En definitiva, existe un crculo vicioso entre los
cuidados y las situaciones de desigualdad social. Lo cual implica que los cuidados
deberan considerarse en el marco de las polticas de redistribucin; no slo hay que
redistribuir ingresos, no solo hay que redistribuir posibilidades educativas o de acceso al sistema sanitario, sino que los cuidados tienen que redistribuirse en la doble
faceta de los que se reciben y los que se pueden dar y en qu condiciones se dan.
Todo este rgimen injusto que est saliendo a la luz se est cerrando de manera
individualizada. Estamos viviendo un proceso de reprivatizacin de la reproduccin
social. Es decir, la responsabilidad de cuidar sigue recayendo en los hogares, donde
las mujeres echan mano de los recursos que privadamente tienen disponibles: trabajo gratuito (y ah se da transferencia a otras mujeres sobre todo a las abuelas), o
dinero (compra de cuidados mal pagados en el mercado). Los cuidados siguen siendo una responsabilidad del hogar y, en l, de las mujeres: se remiten al mbito de
lo privado-domstico. Pero cada vez se compran ms cuidados precarizados en el
mercado: cuidados privados en el sentido de sometidos a la lgica del capital privado. En vez de avanzar hacia una responsabilidad social lo que aparece es un doble
proceso de privatizacin de los cuidados y una rearticulacin a nivel global de la divisin sexual del trabajo. Aparecen nuevos procesos de exclusin y aqu es especialmente sealar que el empleo de hogar se constituye en un autntico nodo de vulneracin de derechos.

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2.3- El empleo de hogar como un nodo de vulneracin de derechos


En el empleo de hogar aparece un proceso muy fuerte de vulneracin de derechos
laborales tal como se regula este trabajo en el Rgimen Especial de Empleo de
Hogar (REEH), en el que no me voy a detener5. Pero adems esta vulneracin sistemtica de derechos laborales, tiene un impacto en otra serie de derechos. Por
ejemplo en el derecho a la maternidad6: en el empleo de hogar no existe, o no exista hasta hace muy poco la figura de la nulidad del despido en caso de embarazo
(nulidad que existe en cualquier otro sector). La maternidad tambin se penaliza de
manera indirecta; por ejemplo, los criterios que se exigen para reagrupar a los hijos
son virtualmente imposibles de cumplir por parte de las empleadas de hogar, sobre
todo de la internas (criterios en trminos de salarios, de disponibilidad de una
vivienda propia, etc.) por lo que de manera indirecta se obliga a tener a los hijos en
el pas de origen. Se vulnera tambin el derecho a la no discriminacin por razn
de sexo. El REEH constituye sin lugar a dudas un caso de discriminacin indirecta
por razn de sexo. Se vulnera el derecho a la salud de las empleadas de hogar, a
la par que no aplica la normativa de prevencin de riesgos laborales, y que el REEH
no reconoce los accidentes laborales ni las enfermedades profesionales. En general, el trabajo en el sector tiene un impacto muy fuerte en el conjunto de las condiciones de vida de las empleadas.
Si miramos a las empleadas de hogar no slo como quienes dan cuidados sino
tambin como sujetos que necesitan cuidados, vemos no slo la vulneracin de
derechos laborales, gravsima, sino que se est vulnerando su propio derecho a un
cuidado digno y de calidad, y su capacidad como sujetos que tienen su propia familia para establecer un vida digna y libre. La condicin migratoria funciona como un
eje adicional de desigualdad.
2.4- Insuficiente respuesta pblica en un sistema insostenible
Que ms nos dicen las cadenas globales de cuidados sobre el sistema? Nos
hablan claramente de la insuficiencia de la respuesta estatal a la crisis de los cuidados. Es cierto que hay cierta respuesta estatal: la Ley de Dependencia, un
aumento de las escuelas infantiles, cierto reconocimiento de algunas prestaciones
de servicios por conciliacin Pero toda esta respuesta estatal presenta varios
problemas: (1) Es un mero parcheo, que no est yendo a la proporcin de soluciones sistemticas y de respuestas estructurales. (2) Se da en un contexto muy fuerte de privatizacin de lo pblico, y los cuidados son un sitio especfico especialmente fuerte como multiplicador de la desigualdad (los cuidados sometidos a la lgica
de mercado multiplican las desigualdades existentes). (3) Se da mediante el uso y
el abuso del trabajo no pagado o mal pagado de las mujeres. Es clarsimo el caso
de la Ley de Dependencia y su aplicacin actual, donde ms de la mitad de las
6

Sobre la situacin del empleo de hogar ver Pl Julin (ed.) (2003-2004), Aganzo y Galletero (coords.) (2007) y
Otxoa (2009). A nivel internacional OIT (2009).
Sobre el cruce entre el REEH y la normativa de extranjera ver Zaguirre (en prensa).

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prestaciones que otorga son las llamadas de cuidados no profesionales en el entorno familiar. (4) Y con fuertes desigualdades en el acceso y el ejercicio de derechos.
Pensemos por ejemplo en prestar servicios en situaciones de conciliacin en un
contexto de precarizacin absoluta del mercado laboral.
La respuesta estatal es sin lugar a dudas insuficiente. Y, en general, lo que esto nos
viene a decir es que el sistema es insostenible a nivel global; podemos decir que el
modelo de desarrollo no es slo en trminos medioambientales, sino que es insostenible en trminos sociales y reproductivos, en la medida en que es un sistema
socioeconmico capitalista y patriarcal que pone la reproduccin y el cuidado de la
vida al servicio de la produccin y de las finanzas. Un modelo de desarrollo que en
lugar de considerar la reproduccin como un objetivo econmico prioritario, la pone
al servicio de valorizacin del capital. Lo que se necesita es dar un vuelco al sistema y poner la reproduccin en el centro de las prioridades como sociedad, y a su
servicio la produccin y las finanzas.
3- Un nuevo modelo reproductivo: corresponsabilidad y derecho al cuidado
Lo que necesitamos es avanzar hacia un nuevo modelo reproductivo sostenible.
Esto tenemos que posicionarlo de forma clarsima en estos momentos en que est
en debate la ley de economa sostenible, en la que se entiende la sostenibilidad nicamente en trminos medioambientales. Es imprescindible apostar por un nuevo
modelo reproductivo sostenible que site a los cuidados como su eje trasversal.
Esto se concretara en dos pilares fundamentales: en primer lugar empezar a pensar en cmo articular un derecho multidimensional al cuidado, y en segundo lugar
la corresponsabilidad en trminos de cuidado. Un derecho al cuidado permitira erosionar ese nexo sistmico entre cuidados y desigualdad y la corresponsabilidad ira
en la lnea de evitar que sean las mujeres en los hogares las responsables de los
cuidados. Es decir, ambos pilares minaran las dos cualidades que definen la injusticia del rgimen de cuidados actual, esa que se nos hace ms evidente a travs de
las cadenas.
Hablamos de un derecho al cuidado como el derecho a: (1) recibir cuidados adecuados en distintas fases del ciclo vital, y no slo en situacin de dependencia; (2) el
derecho a decidir si desea o no cuidar gratuitamente en los hogares y, en su caso,
poder hacerlo en condiciones dignas; (3) y por ltimo derechos laborales en el sector de cuidados, en el empleo de hogar para empezar, en el conjunto de cuidados
que se hacen en el mercado (porque todos los sectores laborales de cuidado tienen
una fuerte penalizacin salarial en trminos de condiciones, no slo en el empleo de
hogar). Estas seran las tres dimensiones de ese derecho multidimensional al cuidado y que funcionaran como principio inspirador que, posteriormente, habra que
concretar en medidas.

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Cuando se habla de corresponsabilidad, se habla a veces en trminos de mujeres


y hombres y en todo caso mujeres, hombres y estado. Pero la corresponsabilidad
ha de ser cuatripartita: entre la esfera pblica y la esfera privada; en la esfera privada, corresponsabilidad entre mujeres y hombres, y, en la esfera pblica, corresponsabilidad entre el estado y las empresas. A menudo dejamos de lado a las
empresas y, sin embargo, es urgente que comiencen a hacerse responsables del
proceso de reproduccin social. Cmo podramos lograr esto? Podramos pensar
en limitar la capacidad de actuar bajo la lgica del lucro privado en el mbito de los
cuidados; es decir, pensar en poner lmites a la capacidad de las empresas para
intervenir en estos mbitos. Por ejemplo a lo mejor las residencias de ancianos
deberan ser un monopolio pblico. O quiz otra alternativa sera poner en marcha
controles muy fuertes de la calidad de los servicios de cuidado que dan las empresas y poner en marcha controles exhaustivos de las condiciones laborales. Esto
significa en todo caso poner topes a la capacidad de las empresas de hacer negocio con los cuidados, y afecta al mbito de las residencias y de otra multitud de servicios que se estn desarrollando al calor de la ley de dependencia. Otra forma de
hacer responsables a las empresas es a travs de las cotizaciones a la Seguridad
Social. Las empresas tienen que pagar por todos los trabajos de cuidado gratuitos
que reproduce de forma cotidiana la mano de obra que ahora mismo estn recibiendo gratis. Las empresas tambin podran pagar en trminos de reorganizar el proceso productivo no en funcin de sus propias necesidades sino en funcin de las
necesidades de sus trabajadores y trabajadoras; se tratara de flexibilizar tiempos
y espacios, plegndose verdaderamente a los intereses de los trabajadores.
4- Respuestas inmediatas hacia el cambio estructural
Derecho al cuidado y corresponsabilidad seran los dos nuevos ejes de este modelo reproductivo sostenible. Por ltimo, quera recoger algunas medidas que podran ser respuestas inmediatas, pero que permitiran tambin trasformaciones estructurales. Muchas de estas medidas estn recogidas en el documento Un lugar justo
para el empleo de hogar y sus trabajadoras. Pliego de Propuestas7, resultado del
proceso de debate entre organizaciones de empleadas de hogar, asociaciones de
migrantes, movimiento feminista, y personas con diversidad funcional, que tuvo
lugar en otoo de 2009, coordinado por UN-INSTRAW, y en el que particip activamente el Frum de Poltica Feminista8.
1) Uno de los mbitos en los que incidir es el de la conciliacin: este momento en que escasea el trabajo remunerado sera el adecuado para apostar por
la redistribucin del trabajo remunerado con una disminucin de la jornada
generalizada sin prdida de salario. Y sin embargo observamos lo contrario:
hay un intento de aumentar la jornada laboral, quin accede a un empleo a
tiempo completo y quin se queda con el tiempo parcial se convierte en una
7

Este pliego, coeditado con ACSUR-Las Segovias, puede verse en http://www.acsur.org/Un-lugar-justo-para-elempleo-de y www.un-instraw.org.
Puede consultarse en www.un-instraw.org.

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competencia entre trabajadores y trabajadoras. Sera tambin el momento


de replantearnos los derechos de conciliacin a la luz de las familias trasnacionales. Por ejemplo, no debera ser posible para una trabajadora peruana acumular sus vacaciones de dos aos para que le salga ms rentable volver a su pas?, por qu no pensar en tiempos de visitas al pas de origen
con cargo a cotizaciones a la Seguridad Social?, o en alargar los permisos
por enfermedad de un familiar y si vive en otro pas? Las familias cambian,
e igualmente deben cambiar los derechos que reconocen la realidad familiar.
2) Una apuesta decidida por mejorar las condiciones del empleo de hogar
nos permitira discutir muchas cosas en lo concreto. Ahora mismo est en
discusin el rgimen especial del empleo de hogar. EN Junio de 2010 se
acord en la Conferencia Internacional del Trabajo aprobar un convenio y
una recomendacin sobre trabajo decente en el empleo de hogar en 20119.
Tenemos tambin un posible convenio de la OIT que se va a discutir en Junio
bajo presidencia espaola de la UE. Es el momento de presionar por ambos
cambios: por la inclusin del empleo de hogar en el Rgimen General y la
equiparacin con el Estatuto de Trabajadores, y por la aprobacin de un convenio que garantice de condiciones justas para el empleo de hogar a nivel
mundial.
3) Son imprescindibles medidas para redistribuir los cuidados, sacarlos del
hogar, de las manos de las mujeres, y pasarlos a responsabilidad pblica.
Esto ha de hacerse por dos vas: la del gasto pblico y tambin la del ingreso. Es el momento para el feminismo de apostar por una reforma fiscal progresiva sobre la base de dejar asentada la idea de que necesitamos recursos para financiar el proceso de reproduccin social.
4) Coordinacin de las polticas: cmo se puede hablar de Ley de dependencia sin tener en cuenta el empleo de hogar?, cmo se puede debatir al
ley de extranjera por un lado sin tener en cuenta a las mujeres migrantes
empleadas de hogar? Otro de los debates que est yendo por separado es
el debate sobre conciliacin y extranjera: se acaba de aprobar una reforma
de la ley de extranjera que endurece muchsimo la forma de reagrupacin
de ascendientes, a la par que reagrupar a las abuelas es una de las estrategias de conciliacin de las mujeres migrantes
5) Por ltimo, necesitamos ms datos. El Frum de Poltica Feminista trabaja por lograr que se realicen los preceptivos informes de impacto de gnero
y que sean de calidad. Necesitamos tambin datos de trabajos no pagados.
No puede ser que la encuestas de los usos del tiempo se hagan una vez
cada 7 u 8 aos; son precisos datos peridicos porque, si no, no podremos
9

El seguimiento puede hacerse en la propia pgina de la Organizacin Internacional del Trabajo www.ilo.org o
en http://es.domesticworkerrights.org/

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

conocer entre otras cosas el impacto de la crisis en los trabajos no remunerados. Necesitamos una encuesta de poblacin activa que incluya mdulos
de uso del tiempo, para tener datos frescos.
Las cadenas globales de cuidados nos obligan a pensar en la injusticia de la
organizacin social de los cuidados que est en la base de un modelo socioeconmico insostenible. La respuesta a esta realidad pasa por la constitucin
de un derecho al cuidado y la corresponsabilidad cuatripartita. Y este cambio
no puede posponerse, porque la organizacin social de los cuidados ya est
cambiando. La pregunta es hacia dnde conducimos la transformacin, y a
travs de qu medidas concretas podemos lograr el avance hacia un rgimen
global de cuidados justo.
Bibliografa
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Economics, 14(3), pp. 1-21
- Daz Gorfinkiel, Magdalena (2008), "El Mercado de trabajo de los cuidados y la creacin de las
cadenas globales de cuidado: cmo concilian las cuidadoras", Cuaderno de Relaciones Laborales,
26(2), pgs. 71-89
- IOM (2008), World Migration 2008. Managing Labour Mobility in the Evolving Global Economy, IOM
- Izquierdo, Maria Jess (2008), "Los cuidados y las cadenas vistas desde los pases de destino",
Mujeres que migran, mujeres que cuidan: la nueva divisin sexual del trabajo, 1-3 diciembre 2008
- Kofman, Eleonore y Raghuram, Parvati (2007), "The Implications of Migration for Gender and Care
Regimes in the South", Social Policy and Migration in Developing Countries, UNRISD-IOM-IFS
workshop, www.unrisd.org
- Ksters, Johanna (2008), "Migracin y servicio domstico en Amrica Latina: Comparacin de normativas migratorias y laborales en algunos pases de la regin", CEPAL,
http://www.risalc.org:9090/recursos/ficha.php?id=476&es_documento=1
- OIT (Organizacin Internacional del Trabajo) (2009), Trabajo decente para los trabajadores domsticos, OIT, disponible en http://www.ilo.org/public/english/protection/condtrav/pdf/dw_sp.pdf
- Otxoa Crespo, Isabel (2009), "La Reforma del Rgimen de Empleadas de Hogar", en Frum de
Poltica Feminista (ed.), Feminismo ante la crisis, Madrid: FPF, disponible en http://www.forumpoliticafeminista.org/fotos/Mg3f39wfP2UeQgIgjESXVzTrXQJg5QPvxpdN2Ph.pdf
- Lutz, Helma (ed.) (2008) Migration and Domestic Work. A European perspective on a global theme,
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http://www.acsur.org/IMG/pdf/Dialogos_Nro_1.pdf
- Pla Julin, Isabel (ed.) (2003-2004) Informalidad del empleo y precariedad laboral de las empleadas de hogar, Ministerio e Igualdad, http://www.migualdad.es/mujer/mujeres/estud_inves/658.pdf
- Precarias a la deriva (2004), "Cuidados globalizados", A la deriva por los circuitos de la precariedad femenina, Madrid: Traficantes de Sueos, http://traficantes.net/index.php/trafis/content/download/18059/184955/file/precarias%20a%20la%20deriva.pdf
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emocional", en Anthony Giddens y Will Hutton (eds.), En el lmite: la vida en el capitalismo global,
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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

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- UN-INSTRAW (Prez Orozco, Amaia, Paiewonsky, Denise y Garca Domnguez, Mar) (2008),
Cruzando fronteras II: migracin y desarrollo desde una perspectiva de gnero, Madrid: Instituto de
la Mujer y UN-INSTRAW, http://www.un-instraw.org/es/publications/gender-remittances-and-development/3.html
- ---- (Prez Orozco, Amaia) (2009a), "Miradas globales sobre la organizacin social de los cuidados en tiempos de crisis I: qu est pasando", Documento de trabajo Serie Migracin, gnero y desarrollo, nm. 5, UN-INSTRAW, http://www.un-instraw.org/es/publicaciones/working-papers/3.html
- ---- (Prez Orozco, Amaia) (2009b), "Miradas globales sobre la organizacin social de los cuidados en tiempos de crisis II: qu retos polticos debemos afrontar", Documento de trabajo Serie
Migracin, gnero y desarrollo, nm. 6, UN-INSTRAW, http://www.un-instraw.org/es/publicaciones/working-papers/3.html
- Yeates, Nicola (2005): "Global Care Chains: a Critical Introduction", Global Migration Perspectives,
No. 44, http://www.iom.int/jahia/Jahia/policy-research/migration-policy/pid/1606
- Vega Sols, Cristina (2009), Culturas del cuidado en transicin Espacios, sujetos e imaginarios en
una sociedad de migracin, Editorial UOC
- Zaguirre Arantxa (en prensa): "La precariedad institucionalizada de las empleadas de hogar",
Mugak, Centro de Estudios y Documentacin sobre Racismo y Xenofobia.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

2.- LA NUEVA POLTICA SEXUAL DEL PATRIARCADO


Y SUS ALIANZAS CON LA GLOBALIZACIN CAPITALISTA
Rosa Cobo
Universidad de A Corua. Forum de Poltica Feminista

a idea que quisiera desarrollar en este texto es que estamos viviendo una poca
histrica excepcional, pues los cambios en las estructurales materiales y en las
estructuras simblicas estn produciendo una revolucin en nuestra manera de
vivir, de conceptualizar la realidad social y de producir el conocimiento cientfico. Sin
embargo, es necesario preguntarse por la naturaleza de esos cambios y por sus efectos sobre las mujeres. El hilo conductor de esta reflexin es que estamos viviendo un
momento histrico-social de reaccin patriarcal. Las nuevas estructuras econmicas
capitalistas, la reactivacin de las identidades culturales y la ya clsica violencia de
gnero junto al surgimiento de nuevas formas de violencia patriarcal estn colocando a las mujeres en casi todo el mundo en una posicin defensiva: defendiendo los
derechos que han conseguido en el pasado y luchando para no perderlos. La lucha
de las mujeres hoy apenas puede conseguir nuevos derechos en casi ninguna parte
del mundo. Todos estos elementos juntos indican que las mujeres estamos ante una
poca de reaccin patriarcal. Dicho de otra forma: estamos en un momento de retroceso: mujeres que trabajan en las maquilas hasta la extenuacin, sin horarios, sin
derechos y por una salario que apenas llega a la subsistencia; mujeres que cargan
con las tradiciones ms onerosas de su comunidad cultural, veladas, mutiladas genitalmente, sin derechos civiles ni polticos; mujeres que son objeto de la violencia masculina ms brutal en forma de feminicidio, trata, seleccin prenatal en una gran parte
de Asia con el objetivo de no tener nias; mujeres que estn sometidas a mandatos
religiosos de subordinacin a los varones En una gran parte del mundo las mujeres no son dueas de sus cuerpos porque estos pertenecen a los varones.

Ahora bien, esta visin sobre la realidad social de las mujeres no agota el panorama global de las mujeres en el mundo. Es slo una de sus caras. En el tercio rico
del mundo, siguiendo la terminologa de Mohanty10, y en otras partes del planeta,
colectivos de mujeres han conseguido derechos y, adems, los ejercen. Y en otras
regiones del mundo las mujeres estn luchando denodadamente por conseguir libertades y derechos de los que an carecen. Esta parte de la realidad que relatamos es
la de la lucha de miles de mujeres en todo el mundo que consideran que otro mundo
es posible. En otros trminos: hay dos historias que contar. La de millones de mujeres que son objeto de mltiples violencias, pero tambin la de otras miles que luchan
en muchos rincones del mundo para abandonar la subordinacin, la explotacin y la
opresin. En este texto, nos centraremos en relatar las violencias y tambin algunas
respuestas del feminismo para romper esa lgica de subordinacin. En este contex10

MOHANTY, CHANDRA TALPADE, "De vuelta a 'Bajo los ojos de Occidente': la solidaridad feminista a travs
de las luchas anticapitalistas", en Liliana Surez Navaz y Rosalva Ada Hernndez (Eds.): Descolonizando el
feminismo. Teoras y prcticas desde los mrgenes, Ed. Ctedra, col. Feminismos, Madrid, 2008; p. 417.

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to es en el que el feminismo se ha convertido con sus tres siglos de historia y con sus
vindicaciones polticas en la voz autorizada que mejor representa las luchas de las
mujeres.
VIOLENCIA ECONMICA
La globalizacin es el hecho social ms significativo de las tres ltimas dcadas
del siglo XX y desde luego, del siglo XXI. Y est dando nombre al ms amplio y profundo proceso de transformacin social despus de la revolucin industrial. En estas
nuevas sociedades que se estn gestando desde hace ya dcadas, se pueden identificar nuevas formas de estratificacin social y nuevas relaciones sociales, con los
consiguientes cambios en las viejas instituciones de la modernidad.
El nuevo capitalismo neoliberal, que es una de las formas centrales en que se
manifiesta la globalizacin, ha causado una crisis profunda en el modelo de sociedad
y de estado del bienestar que se haba edificado en Europa tras la segunda guerra
mundial. Y en efecto, se ha podido observar la quiebra del pacto social firmado entre
la derecha econmica y la izquierda sindical y poltica que garantizaba el papel del
estado en la redistribucin econmica, el derrumbe del pacto patriarcal por el que se
consagraba al varn como proveedor nico del salario familiar y se asignaba a las
mujeres el papel de amas de casa sin salario, el fin de un proyecto nico de emancipacin dirigido por un sujeto poltico nico, -el proletariado-, como agente de transformacin social y la guerra declarada a la igualdad como ncleo central de ese proyecto poltico.
Ahora bien, el anlisis de los programas de ajuste estructural -uno de los instrumentos esenciales del capitalismo-- y en general las investigaciones sobre globalizacin estn marcadas por lo que Isabella Baker denomina un 'silencio conceptual'.
Dicho de otra forma: muchos de los anlisis crticos sobre neoliberalismo "se niegan
a reconocer explcita o implcitamente que la reestructuracin global se produce en
un terreno marcado por el gnero11. Y, sin embargo, los efectos de la globalizacin
neoliberal sobre la vida de las mujeres son muy significativos. No se puede entender
la feminizacin de la pobreza, la segregacin genrica del mercado laboral o el trabajo de las maquilas sin entender que la reestructuracin del capitalismo ha hecho de
las mujeres el modelo de trabajador idneo. Aquel que produce ms beneficios y que
ofrece ms flexibilidad y versatilidad en el trabajo.
Uno de los efectos ms rotundos de los programas de ajuste estructural es el crecimiento del trabajo gratuito de las mujeres en el hogar. Este hecho es el resultado
directo de los recortes de las ayudas sociales por parte del estado, pues aquellas funciones a las que renuncia el estado (salud o nutricin, entre otras) vuelven a recaer
invariablemente en la familia y nuevamente son asumidos por las mujeres, del mismo
modo que antes de que se aplicasen polticas sociales. Sin embargo, hay que subra11

BAKKER, ISABELLA, "Dotar de gnero a la reforma de la poltica macroeconmica en la era de la reestructuracin y el ajuste global", en CRISTINA CARRASCO: Mujeres y economa, Barcelona, Icaria, 1999; p. 245.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

yar que no slo el recorte de las polticas sociales tiene efectos negativos para las
mujeres. Tambin las polticas macroeconmicas ejercen una influencia significativa
sobre el trabajo no remunerado y sobre las condiciones de vida de las mujeres. El sistema impositivo, las polticas monetarias y el tipo de cambio influyen sobre las condiciones materiales de las mujeres. Si a todo esto se le aade la sobreexplotacin en
los sectores econmicos asociados a las maquilas o a la informalizacin, tenemos
como resultado que las mujeres trabajan ms y en peores condiciones. Las mujeres,
al ser uno de los sectores de poblacin ms pobres, son quienes ms se han beneficiado con los programas sociales y por ello mismo son quienes ms acusan las
medidas de ajuste estructural, puesto que son estos servicios a los que se aplican los
recortes en los presupuestos nacionales.
Cul es el resultado de la aplicacin de estas polticas de ajuste estructural sobre
las mujeres? Lo primero que hay que subrayar es que influyen asimtricamente sobre
las relaciones de gnero. Y es que el estado redefine y expande lo 'privado' para as
invisibilizar los costes de desplazamiento de la economa remunerada a la no remunerada. La necesidad de alargar el salario para poder hacer frente a las necesidades
bsicas implica casi siempre un incremento del trabajo domstico: ms necesidad de
cocinar o cambios en los hbitos de la compra, entre otros12.
Si el primer efecto negativo para las mujeres es el aumento del trabajo en el hogar
a causa de los recortes sociales, el segundo es la ambigua insercin de las mujeres
en el mercado laboral mundial. Diversas investigaciones estn poniendo de manifiesto los cambios que se estn produciendo en la estructura del mercado laboral global,
pues los procesos de produccin de corte taylorista se estn desplazando hacia las
periferias de la economa mundial, generando all nuevas estructurales laborales. De
todas formas, hay que sealar que la globalizacin econmica est haciendo crecer
el empleo remunerado y el trabajo gratuito de las mujeres. En los pases ricos, las
mujeres se trasladan de la industria a los servicios y en los pases pobres, se trasladan del trabajo gratuito del hogar y de la agricultura de subsistencia a la economa
monetaria13.
Lo cierto es que los nuevos sistemas de produccin flexible, consistentes en un
cambio rpido de una lnea de produccin, que producen para el momento y apenas
mantienen existencias mnimas de productos, requieren un nuevo perfil de trabajador/a. Deben ser personas flexibles, capaces de adaptarse a cambios rpidos, a los
que se puede despedir fcilmente, que estn dispuestos a trabajar en horas irregulares, etc. Este segmento del mercado laboral se est convirtiendo en mano de obra
heterognea, flexible y temporal, trabajadores sin puestos fijos, mal pagados, con
empleo a tiempo parcial, trabajadores a domicilio, trabajadores subcontratados por
pequeas empresas semi-informales que se encargarn de partes descentralizadas
de los sectores dominantes, etc14. En todos los pases se tiende a la desregulacin
12

BAKKER, ISABELLA, op. cit.; pp. 267-268.


CASTAO, CECILIA, "Trabajo para las mujeres en un mundo globalizado", en Dolors Renal y Micaela
Navarro, Ed. Fundacin Pablo Iglesias, Madrid, 2002; p. 37.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

del mercado de trabajo, eliminando regulaciones protectoras e instituciones con la


excusa de que constituyen barreras para la flexibilidad y la competitividad15.
El mercado mundial de trabajo muestra una creciente diferenciacin entre una
capa de trabajadores mayoritariamente varones altamente cualificados con ingresos
altos y una 'periferia' creciente excesivamente representada por mujeres e inmigrantes con empleos no permanentes, subcontratados, bajo condiciones laborales precarias y con ingresos bajos e inestables. Los datos estadsticos reflejan un cambio en
la composicin de gnero en el mercado mundial de trabajo. En definitiva, en casi
todas las regiones del mundo la participacin de las mujeres en el mercado aument, pero las condiciones bajo las cuales se insertan las mujeres en ese mercado son
desfavorables16.
Para concluir, quisiera sealar que el papel de las mujeres en la globalizacin econmica es crucial por muchos motivos. Voy a subrayar los dos ms explcitos: el primero de ellos hace referencia al aumento del trabajo invisible de las mujeres. En efecto, y tal como sealbamos anteriorimente, cada vez que el estado deja de asumir
funciones relacionadas con las ayudas sociales. las mujeres sustituyen al estado y
asumen esas tareas, casi siempre relacionadas con salud, nutricin y cuidados. En
un momento histrico como el que estamos viviendo en el que se recortan las ayudas sociales en casi todos los pases, ricos y pobres, o simplemente no se incrementan, como sucede en una parte de los pases del tercio rico del mundo, es obvio que
las mujeres trabajan ms pero en las mismas condiciones de invisibilidad de siempre.
A todo esto hay que aadir que las aportaciones sociales del empresariado se estn
recortando directa o indirectamente en casi todo el mundo. Lo cierto es que el
impuesto reproductivo que pagan las mujeres a los varones se est incrementando
en la misma proporcin en que se recortan las polticas sociales. Y estas polticas son
esenciales para la supervivencia de grandes segmentos de poblacin, sobre todo de
aquellos que son ms pobres.
El segundo aspecto hace referencia al trabajo visible de las mujeres. La entrada
de considerables contingentes de mujeres al mercado global de trabajo en unas condiciones de sobreexplotacin difciles de imaginar en el mundo desarrollado es una
de las condiciones de posibilidad de aplicacin de las polticas neoliberales. La importancia numrica de mujeres en las maquilas o zonas francas vinculadas al vestido y
al montaje electrnico significa que hay sectores econmicos ocupados mayoritariamente por mujeres.
Como muestra la bibliografa sobre desarrollo, hasta bien entrados los ochenta,
las mujeres subsidiaron el trabajo asalariado de los hombres a travs de la produccin domstica y la agricultura de subsistencia, adems de contribuir decisivamente
a financiar el sector modernizado de la economa a travs de la produccin de subsistencia no pagada; pero con la internacionalizacin de la produccin manufacture15
16

Op. cit.; p. 38
Op. cit.; p. 28.

26

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

ra se feminiza el proletariado y comienza a configurarse una mano de obra femenina


desproporcionada respecto al pasado. Mujeres e inmigrantes emergen como el equivalente sistemtico del proletariado, que, en este caso, se desarrolla fuera de los pases de origen. La sociloga norteamericana Saskia Sassen explica, a causa de la globalizacin econmica neoliberal, el retorno de las llamadas 'clases de servidumbre'
compuestas en su mayora por inmigrantes y mujeres migrantes17.
El hecho innegable es que est creciendo el segmento de mujeres que se insertan en el mercado de trabajo global. Para Sassen, "la globalizacin ha producido otro
conjunto de dinmicas en las cules las mujeres estn desempeando un rol crtico"18. La tesis de esta autora es que se est feminizando la supervivencia. En efecto,
la produccin alimenticia de subsistencia, el trabajo informal, la emigracin o la prostitucin son actividades econmicas que han adquirido una importancia mucho mayor
como opciones de supervivencia para las mujeres19. La participacin de las mujeres
est creciendo, tanto en los sectores econmicos legales como en los ilegales. El trfico ilegal de mujeres para la industria del sexo est aumentando como fuente de
ingresos y las mujeres son el grupo de mayor importancia en los sectores de la prostitucin y la industria del sexo. Sin embargo, no slo los sectores ilegales y criminales ocupan a las mujeres, tambin los legales usan a mujeres en ocupaciones altamente reguladas, como el de la enfermer20. Lo cierto es que las mujeres entran en el
macronivel de las estrategias de desarrollo bsicamente a travs de la industria del
sexo y del espectculo y a travs de las remesas de dinero que envian a sus pases
de origen. Ambas estrategias tienen cierto grado de institucionalizacin de las que
dependen cada vez ms los gobiernos21. La exportacin de trabajadores y trabajadoras y las remesas de dinero son herramientas de los gobiernos para amortiguar el
desempleo y la deuda externa22.
La tesis de Sassen es que las actuales condiciones sistmicas con altos niveles
de desempleo y pobreza, el estrechamiento de los recursos del estado en lo relativo
a las necesidades sociales y la quiebra de un gran nmero de empresas hacen posible la existencia de una serie de circuitos con un relativo grado de institucionalizacin
por los que transitan sobre todo mujeres: "Estos circuitos pueden ser pensados como
indicadores, siempre parciales, de la feminizacin de la supervivencia, dado que
estas formas de sustento, de obtencin de beneficios y de garantizar los ingresos
gubernamentales se realizan, cada vez ms, a costa de las mujeres"23.
La globalizacin, en su versin econmica y neoliberal, es un proceso que est
ahondando cada vez ms la brecha que separa a los ricos de los pobres y est llevando al lmite la lgica del beneficio por encima de cualquier proyecto tico y poltico de desarrollo humano. En este contexto de ganadores y perdedores, las mujeres
no se encuentran entre los ganadores porque su insercin en la nueva economa se
est realizando en un terreno marcado por la desigualdad de gnero. El capitalismo
17

SASSEN, SASKIA, Contrageografas de la globalizacin. Gnero y ciudadana en las ciudades transfronterizas, Barcelona, 2003; p. 80.
Op. cit.; p. 46.
19
Op. cit.; p. 51.
20
Op. cit.; p. 44.
21
Op. cit.; p. 45.
22
Op. cit.; p. 61.
23
27
Op. cit.; p. 44.
18

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

neoliberal est renovando el pacto histrico e interclasista con el patriarcado a partir


de unos nuevos trminos. Est eliminando una buena parte de las clusulas, pero
est dejando intacta la mdula de ese pacto que se traduce en subordinacin a los
varones y explotacin capitalista y patriarcal. Desaparece paulatinamente la figura del
varn como proveedor econmico de la familia y aparece una nueva figura, la 'proveedora frustrada', tal y como argumentan Heidi Hartman y Celia Amors. Esta mujer
que se inserta en el mercado de trabajo global se ve atrapada en una jornada interminable -tomo la expresin de ngeles Durn- a causa del aumento del trabajo gratuito e invisible del hogar y ahora, adems, accede al mercado de trabajo como trabajadora 'genrica'. Manuel Castells subraya que "el predecible ascenso del hombre
del organigrama ha sido sustituido actualmente por el de la mujer flexible"24. Las trabajadoras 'genricas' son el modelo ideal para la nueva economa neoliberal: son flexibles e intercambiables. Si utilizsemos el concepto de Celia Amors, diramos que
el modelo de trabajadoras 'genricas' (flexible, con capacidad de adaptacin a horarios y a distintas tareas, sustituible por otra que no acepte las condiciones de sobreexplotacin...) es la nueva definicin de las 'idnticas', aquellas que no gozan del
derecho a la individuacin y que aparecen como indescernibles en la maquila o en
otros procesos tayloristas. Dos sistemas hegemnicos -patriarcado y capitalismo neoliberal- han pactado nuevos y ms amplios espacios de trabajo para las mujeres, que
se concretan en la renovacin de la subordinacin a los varones y en nuevos mbitos de explotacin econmica y domstica.
VIOLENCIA CULTURAL
En las ltimas dcadas se han intensificado los debates y las discusiones sobre
las relaciones entre distintas culturas. El multiculturalismo, el choque de civilizaciones, el dilogo transcultural o la interculturalidad, se han convertido en objeto de
investigacin y de discusin poltica. Las migraciones, la globalizacin informacional,
la pobreza o los crecientes procesos de uniformizacin cultural son fenmenos sociales que estn alimentando este debate.
Los conceptos de identidad, minora, grupo social o comunidad cultural forman
parte sustancial del lenguaje poltico de esta poca. Frente a una globalizacin que
estandariza costumbres, uniformiza formas de vestir, arrasa tradiciones y relativiza
modos de vida, se ha producido un reforzamiento de las identidades culturales y de
otras minoras sociales como una respuesta resistencial a una mundializacin que
parece querer borrar del mundo cualquier singularidad cultural y cualquier sujeto
colectivo crtico. El multiculturalismo es una lgica terica, poltica y normativa cuyo
objetivo es reforzar las identidades y las diferencias culturales y, adems, gestionarlas polticamente. La diferencia es uno de los ncleos fundamentales del multiculturalismo. Ahora bien: qu papel juegan las mujeres en el interior de las culturas?
Qu piden las culturas a las mujeres?
24

CASTELLS, MANUEL, "Eplogo", en PEKKA HIMANEN: La tica del hacker y el espritu de la era de la informacin, Destino, Barcelona, 2001.; p. 185.

28

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Desde posiciones multiculturalistas fuertes la mujer aparece como la metfora de


la cultura, como la representacin de la supervivencia de la comunidad cultural. En
aquellos pases que tienen comunidades indgenas, se puede observar cmo los varones indgenas suelen vestir ropas homologables a las occidentales y ellas, sin embargo, visten las ropas tradicionales de sus tnias. Es decir, para ellos la modernidad y
para ellas la tradicin, que es otra forma de decir que para ellos la libertad y para ellas
la sujecin. Y esa misma operacin reaparece en los pases de destino del mundo desarrollado en los que desembocan segmentos de poblacin inmigrante. Las mujeres
son la representacin metafrica de la cultura y sobre ellas recae el peso de defender
la supervivencia de esa comunidad cultural. Ellas son, en expresin de Celia Amors,
las depositarias de la tradicin y las guardianas de las esencias culturales25. Y esa idea
tan recurrente de los comunitarismos es asumida por muchas mujeres como una eleccin libre. Sin embargo, tal y como subraya Durkheim cuando seala el carcter coactivo de cualquier hecho social26, la coaccin de las tradiciones culturales slo podrn
sentirla aquellas mujeres que quieran abandonar la prctica cultural que las oprime.
La dominacin masculina suele ser convertida por los varones en uno de los
ncleos constituyentes de su cultura, por lo que suelen identificar la esencia de su cultura con sus propios privilegios. De modo que el control y propiedad de las mujeres
por parte de los varones se convierte en uno de los elementos centrales a proteger
en las comunidades culturales que se sienten inferiorizadas y sometidas a procesos
de cambio social. Lo que en el fondo no es otra cosa que defender el contrato sexual27
por el que los varones originalmente pactaron a las mujeres en propiedad masculina
y en subordinadas sexuales. Parecera que los varones estn resignados a admitir
ciertos cambios culturales en su comunidad, pero se aferran como a un clavo ardiendo al contrato sexual, pues este pacto les convierte en colectivo dominante sobre 'sus'
mujeres. As, aunque pierdan 'poder' como cultura siguen conservndolo como genrico masculino28. El multiculturalismo ms indiscriminadamente patriarcal aspira a que
una de las esencias culturales a proteger sea precisamente la subordinacin de las
mujeres. Dicho en otros trminos, se tratara de reactualizar y legitimar el contrato
sexual, esta vez en clave cultural. La hiptesis que est detrs de esta argumentacin es que se est reactualizando la frrea alianza entre patriarcado y capitalismo
tras la ola emancipadora que dej el feminismo de los aos setenta.
Frente al miedo a la desaparicin de una cultura que se considera acosada y
expuesta a la asimilacin por parte de la cultura hegemnica, los varones cierran filas
en defensa de su propia dominacin sobre las mujeres, y esto se ve a menudo en las
ciudades en las que vivimos. Y es que es ah, en la dominacin masculina, donde se
encuentra el ncleo intocable y no negociable de la permanencia de esa comunidad
cultural. Cuando los varones se sienten completamente acosados, cuando sienten el
peso de la xenofobia social sobre ellos, inmediatamente una de sus reacciones pri25

AMORS, CELIA, Vetas de Ilustracin. Reflexin sobre feminismo e Islam, Ed. Ctedra, col. Feminismos,
Madrid, 2009. Vase especialmente el primer captulo.
26
DURKHEIM, MILE, Las reglas del mtodo sociolgico, Biblioteca Nueva, Madrid, 2006.
27
PATEMAN, CAROLE, El contrato sexual, Anthropos, Madrid, 1988.
28
COBO, ROSA, "Ellas y nosotras en el dilogo intercultural", en Rosa COBO (Ed.): Interculturalidad, feminismo
y educacin, Libros de la Catarata, Madrid, 2007; p. 14.

29

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

meras y fundamentales, es reforzar el poder que tienen sobre las mujeres de su comunidad. Y as, es perfectamente posible ir a una ciudad como Madrid y a un barrio como
Lavapis y comprobar cmo el espacio pblico est tomado por esos varones mientras las mujeres estn en casa. Y en Barcelona se puede observar el mismo proceso.
El barrio del Raval, por ejemplo, es explcito en esa direccin. La apropiacin del espacio pblico por parte de los varones es una constante en aquellas comunidades
musulmanas que se implantan en nuestras ciudades. El frreo control patriarcal sobre
esas mujeres les lleva directamente a la privacidad oculta de esas casas inhabitables
con las que Occidente paga a sus nuevos, extraos y baratos trabajadores.
Lo cierto es que en torno a la dominacin masculina y a la red de privilegios sobre
la que se asienta esa dominacin, se elabora una ideologa de defensa de la supervivencia cultural, para la cual se apela a la tradicin como fuente principal de legitimacin para la subordinacin de las mujeres. Y es que la tradicin siempre ayuda en este
sentido. No es de extraar que la Ilustracin se haya constituido como una fuente radicalmente crtica con la tradicin y con la religin, porque, tal y cmo dice Amelia
Valcrcel, la religin es una de las fuentes fundamentales que vehicula la sexuacin29.
Lo mismo puede decirse de la tradicin, pues la tradicin es otra fuente extraordinaria
de sexuacin.
Las culturas, cuanto ms hermticas, homogneas y acosadas se autoperciben,
en la medida en que tienen concepciones indiscriminadamente comunitaristas, suelen
ser ms coactivas con las mujeres porque suelen apelar a la tradicin como fuente de
legitimacin. Y la tradicin inevitablemente es sinnimo de subordinacin para las
mujeres. Pero cuando la tradicin no justifica lo suficiente la sumisin y la desigualdad, aparece el fantasma de la 'mujer imaginaria' como fuente de legitimacin. Si el
modelo de la tradicin no existe, se inventa.
La cultura se est convirtiendo, pues, en una coartada patriarcal para que las mujeres acepten su posicin de subordinadas sexuales. En otras palabras, la cultura es la
excusa perfecta en la produccin de una nueva forma de violencia patriarcal. Este
hecho es que esto siempre ha sido recurrente a lo largo de la historia, pues la tradicin siempre ha sido una fuente de opresin, pero lo indito ahora es que la alianza
entre los multiculturalismos mas indiscriminados y el patriarcado est cegando a una
buena parte de la cultura poltica ms progresista e incluso a sectores feministas que
encuentran que los multiculturalismos por el hecho de ser crticos con el etnocentrismo occidental, ya son progresistas en s mismos. Por eso, resulta tan fundamental distinguir entre prcticas culturales que deben ser respetadas y protegidas de aquellas
otras que deben ser demolidas. Y aqu el feminismo es una voz autorizada a la hora
de sealar los lmites legtimos de la tradicin.
VIOLENCIA SEXUAL
Las sociedades patriarcales reaccionan descontroladamente, pues se tambalea el
contrato sexual: ciertos colectivos masculinos no aceptan el debilitamiento de algunos
29

VALCRCEL, AMELIA, Sexo y filosofa. Sobre 'mujer' y 'poder', Anthropos, Barcelona, 1991.

30

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

aspectos del contrato sexual de la modernidad que permita a cada varn acceder
sexualmente a una mujer, la suya, con la licencia complementaria de acceder a un
pequeo grupo de mujeres, las prostitutas, que eran propiedad de todos. Las reglas
que marcaban los lmites del contrato sexual se estn debilitando en este mundo de
desorden y los varones, como genrico dominante, aprovechan la crisis de esas
reglas para volver a la ley del ms fuerte. Pues bien, en este momento, muchos datos
apuntan a que ciertos colectivos de varones se sienten autorizados a ejercer el control y violencia sobre todas aquellas mujeres, que estando a su alcance, fortalecen su
poder como genrico masculino.
Vamos a decirlo de otro modo: la situacin de las mujeres es de una gran ambivalencia, pues en partes amplias del mundo las mujeres han conquistado derechos individuales formalmente y adems han hecho uso de ellos. Muchas mujeres, cuando han
podido, han acudido al divorcio o han ejercido la maternidad en solitario, es decir, individualmente han prescindido de los varones a partir de determinados momentos de su
biografa porque las expectativas sobre la familia o la pareja que deseaban no eran
satisfechas por sus compaeros o maridos. El acceso a formas de independencia econmica y de autonoma personal les ha permitido negar algunos privilegios masculinos en el seno de sus propias relaciones familiares y de pareja. Las relaciones entre
hombres y mujeres desde una perspectiva microsocial han variado significativamente
en muchas partes del mundo. La crisis de la familia patriarcal que se configur en la
modernidad se observa a travs de muchos datos empricos: aumento de la tasa de
divorcios, crecimiento de familias monomarentales, aparicin de otros modelos de
familia, bajsimas tasas de natalidad en Occidente y en otras partes del mundo
La respuesta reactiva del patriarcado se percibe viendo ahora con formas inditas
de violencia, pues si bien determinados varones en algunos casos no pueden seguir
desarrollando sus privilegios patriarcales, los sectores ms intolerantes y fanticos de
las sociedades patriarcales estn respondiendo con inusitada virulencia. Slo de esta
manera puede entenderse el feminicidio o la extensin de la prostitucin hasta el
extremo de convertirse en la segunda o tercera fuente de beneficios tras el negocio
de las armas y las drogas en el mundo. El mensaje del patriarcado parece ser el
siguiente: se podrn negar algunos privilegios masculinos a varones individuales, pero
las mujeres no podrn sustraerse a los pactos constituyentes del contrato sexual. Por
eso, quiz la prostitucin es una de las grandes metforas del patriarcado del siglo
XXI: a medida que disminuye el nmero de mujeres que pertenecen individualmente
a cada varn, aumenta el volumen de las que pertenecen a todos.
Esta parece ser la propuesta patriarcal de reconstitucin del contrato sexual en
esta poca marcada por la globalizacin: si la ideologa de la igualdad entre hombres
y mujeres, a la que sin duda no ha sido histricamente ajeno el feminismo, y la legitimidad cada vez ms global de la perspectiva de los derechos humanos, han politizado las relaciones entre varones y mujeres y han permitido a stas ltimas emanciparse de algunas marcas de subordinacin, la propuesta del patriarcado es funcional a

31

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

su propia reproduccin social: aumento del control colectivo sobre las mujeres utilizando un ms que metafrico 'estado de excepcin' para compensar las grietas que
se han abierto microsocialmente en la dominacin masculina. Y no slo microsocialmente, pues las vindicaciones feministas de hacer real el cumplimiento de los derechos formales ha llevado en distintas partes del mundo a aplicar polticas de igualdad
en variados mbitos sociales y polticos. As, no puede negarse que las mujeres, en
zonas diversas del planeta, han conquistado nuevos espacios de libertad e igualdad.
En esta direccin, se puede decir que todos estos procesos estn vinculados a
nuevas formas de violencia: el feminicidio en Mxico o Guatemala, las maras y las
muertes y violencias rituales de mujeres en muchos pases de Centroamrica, las violaciones colectivas en guerras, las violaciones colectivas de algunas mujeres que han
decidido sustraerse al control de su comunidad -y estoy citando el libro de Fadela
Amara, Ni putas ni sumisas30, cuando identifica las prcticas sociales masculinas que
no permiten que las mujeres puedan sustraerse a las estrictsimas y patriarcales normas que les han impuesto los varones de su comunidad-. Todo esto sugiere que se
estn constituyendo en muchas partes del mundo nuevos rituales patriarcales, violencias completamente nuevas e inditas para las mujeres, pues estos asesinatos no
ocurren solamente en Kabul o en Marrakech, sino tambin suceden en ciudades
como Pars o Londres, en definitiva, en ciudades del tercio rico del mundo. Y todas
estas violencias han de sumarse a la estructural y cotidiana violencia de gnero con
la que diariamente convivimos en los pases del Norte 31.
Ahora bien, no podemos sustraernos a la siguiente pregunta: cmo es posible
que estn ocurriendo estas nuevas formas de violencia en el momento en el que
gozan de ms legitimidad que nunca los derechos humanos y en el momento en el
que la ideologa de la igualdad entre hombres y mujeres est adquiriendo la suficiente plausibilidad como para que se estn produciendo prcticas polticas de institucionalizacin de la igualdad de gnero?
LA NATURALIZACIN DE LA DESIGUALDAD
Quiz todo esto es posible, porque en este proceso de rearme ideolgico del capitalismo y de rearme ideolgico del patriarcado, se est produciendo un proceso de renaturalizacin de la desigualdad. Quiz estamos asistiendo a la crisis ms profunda
del principio de igualdad desde el siglo XVIII y la prueba de ello es que se est volviendo a transmitir a travs de todas las instancias socializadoras y mediticas la idea
de que la desigualdad forma parte de la condicin humana. Est cobrando nuevas
fuerzas la idea de que la desigualdad no tiene que ver con procesos sociales y polticos, ni con estructuras de dominacin, ni con sistemas hegemnicos, sino que la
30

AMARA, Fadela y ZAPPY, Silvia, Ni putas ni sumisas, Ed. Ctedra, Madrid, 2005.
POSADA KUBISSA, LUISA, "`Las hijas deben siempre sumisas. Discurso patriarcal y violencia contra las
mujeres: reflexiones desde la teora feminista, en: Asuncin Bernardez (ED.): Violencia de gnero y sociedad:
una cuestin de poder, Madrid, Instituto de Investigaciones Feministas de la UCM/ Ayuntamiento de Madrid,
rea de Promocin de la Igualdad y Empleo, 2001.

31

32

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

desigualdad forma parte y es inherente a la propia existencia humana. Esta vieja ideologa est extendindose como la plvora, y parafraseando a Marx, podra decirse
que este fantasma recorre el mundo. Esta reactiva forma de pensar se est instalando entre nosotros y nosotras de una forma completamente silenciosa y subterrnea
hasta hacer posible la prdida o recorte de derechos laborales duramente conquistados o encarar la inmigracin como una ciudadana de segunda o de tercera. Y es en
este contexto en el que se est extendiendo la perversa idea de que la prostitucin es
una prctica social neutra y un trabajo como otro cualquiera que no est relacionado
con el patriarcado.
QU HACER ANTE LA REACCIN PATRIARCAL?
Si bien anteriormente reflexion sobre distintas violencias contra las mujeres en el
marco de la globalizacin y bajo una agresiva reaccin patriarcal, en este epgrafe
intentar mostrar, parafraseando a Gloria Anzalda, los nuevos rostros que estamos
creando las feministas a partir de las luchas, ofensivas unas veces, defensivas otras,
que estamos protagonizando las mujeres en casi todo el mundo.
Siguiendo este anlisis, es plausible sostener que la conquista de derechos de
muchas mujeres en distintas partes del mundo, la ampliacin de sus esferas de libertad y el aumento de su conciencia de subordinacin han alertado las antenas patriarcales. El miedo a la prdida de privilegios y el temor a compartir espacios de recursos
y de poder ha inquietado al mundo masculino y ha favorecido el rearme ideolgico del
patriarcado. Los sectores ms intolerantes y fanticos de ese mundo se han aliado a
su vez con los clanes masculinos ms duros de otras dominaciones (racial, cultural y
capitalista) y la suma de esas fuerzas ha desencadenado un verdadero proceso de
reaccin patriarcal. Las visiones ms conservadoras y rgidas del patriarcado viven
con la mentalidad de la Guerra Fra. No pueden pensar en las mujeres en trminos de
igualdad sino de dominio. Y en la vida cotidiana trasladan esa mentalidad produciendo microconflictos en la vida de pareja y familiar cuando las mujeres quieren hacer uso
de su autonoma. De qu manera podemos las mujeres feministas responder a este
silencioso pero efectivo rearme ideolgico y material del dominio patriarcal?
Nuestro pasado nos muestra que las luchas colectivas suelen dar resultados si nos
juntamos, si decidimos que cuntas ms seamos y ms articuladamente actuemos
mejores resultados obtenemos. Con nuestras diferencias, con nuestras agendas
especficas, con nuestra adscripcin ideolgica: el pacto es la base de la poltica. Y el
feminismo es un proyecto poltico. La lucha feminista es una lucha poltica que tiene
como objetivo desactivar la poltica sexual del patriarcado. Lucha, poltica, pactos, son
las palabras fundamentales del diccionario feminista. Pero las preguntas clave son
con quin pactamos y qu pactamos. Y para eso es fundamental salir de esta situacin de discusiones intrafeministas endogmicas y luchas por el relevo generacional
que est teniendo lugar en el feminismo. Un paradigma intelectual tan poderoso tericamente y un movimiento social tan transformador como es el feminista es lgico que

33

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

est atravesado de discusiones polticas y estratgicas, como tambin lo es que los


espacios que construyamos sean flexibles, incluyentes y plurales. Las diferencias
polticas, estratgicas, generacionales o culturales no pueden ser excusa para la
inaccin. El campo de lucha no pueden ser los espacios feministas y las contendientes no pueden ser unas feministas contra otras. Las feministas no podemos eludir la
responsabilidad histrica del momento que nos ha tocado vivir y el objetivo de nuestra lucha no est en otras feministas y otros feminismos sino en los sistemas patriarcales que nos privan de recursos y de derechos.
Desterrar de nuestra poltica actitudes autistas y sectarias es el punto primero del
declogo estratgico y tico feminista. Por eso mismo tenemos que mirar fuera:
Occidente no puede ser el principio ni el final de nuestra poltica. Ni la situacin de las
mujeres occidentales puede ser la medida de nuestro proyecto poltico ni sobre nuestras necesidades e intereses, el de las occidentales, podemos disear la agenda
feminista. La elaboracin de esta agenda, sin duda, ser compleja, pero no puede
prescindir de la existencia de nuevos fenmenos sociales que tienen un carcter marcadamente patriarcal. El feminicidio, la industria de la prostitucin, la seleccin prenatal con el objetivo de impedir que nazcan nias y que tiene lugar en una buena parte
de Asia, la feminizacin de la pobreza, la industria de las maquilas, la conquista de
derechos civiles y polticos, como, por ejemplo, el derecho a la titularidad de la propiedad, distintas tradiciones 'culturales' y diversas prcticas religiosas, entre otros, tienen que estar presentes en esa agenda. Y, desde luego, las feministas del tercio rico
del mundo no podemos pensar en una agenda al margen del 70% de las mujeres de
los dos tercios pobres del mundo.
El objetivo de los pactos entre mujeres debe ser la construccin de un espacio
poltico feminista. Como seala Celia Amors, no se trata slo de tomar la palabra en
el espacio pblico, lo que es fundamental. Se trata tambin de lo que se dice en l32.
Este espacio poltico feminista slo puede crearse mediante pactos entre mujeres. A
las redes masculinas de poder _las formales y las informales- se les deben oponer
los pactos entre mujeres: "O aprendemos a hacer pactos y a soldar ladrillos en los
espacios fuertemente estructurados de la vida poltica y social o nuestra historia
seguir siendo la del muro de arena. Salimos de forma intempestiva por donde oscuramente entramos sin dejar rastro... sin registro de entrada o de salida"33. A pesar de
la complejidad de los intereses ideolgicos que separan a las mujeres hay que construir una identidad colectiva feminista fuerte, y a la vez integradora de las diferencias
entre las mujeres, que persuada al estado y a la sociedad de que hay que realizar
repartos de poder paritarios.

32

AMORS, CELIA, Tiempo de feminismo. Sobre proyecto ilustrado, feminismo y postmodernidad, Ed. Ctedra,
col. Feminismos, Madrid, 1987; p. 70.

33

AMORS, CELIA, "Igualdad e identidad", en Amelia Valcrcel (Comp.): El concepto de igualdad, Madrid,
Pablo Iglesias, 1995; p. 47. Vase tambin LUISA POSADA KUBISSA, "Pactos entre mujeres", en Celia
Amors (Dir.): 10 palabras clave sobre mujer, Navarra, Verbo Di vino, 1995.

34

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

3. PROSTITUCIN, PODER Y ECONOMA


Rosario Carracedo Bullido
Plataforma Estatal de Organizaciones de Mujeres por la Abolicin de la Prostitucin.

l fenmeno de la prostitucin es hoy una cuestin de actualidad poltica, pero


fue a mediados de los aos 90 del siglo pasado cuando el debate sobre la
prostitucin comenz a ser reactualizado, tanto por parte de los organismos
internacionales como por parte de algunos estados, aunque la perspectiva y tratamiento que van a adoptarse sobre la cuestin, de forma ms o menos generalizada, estar limitada al examen de la trata con fines de explotacin sexual lo que
determinar que las iniciativas pblicas ya sean legislativas, sociales, educacionales o presupuestarias transiten y se refieran a ese limitado aspecto.

Desde mediados de los aos 90 vamos a observar, en nuestro pas, por igual
en otros estados de la UE, un crecimiento progresivo y sostenido de mujeres en
situacin de prostitucin fenmeno que va a ir en aumento en la dcada siguiente.
Un conjunto de factores comunes facilitaron tanto el crecimiento del nmero de
mujeres en prostitucin como la globalizacin del mercado de la carne: el neoliberalismo, la destructuracin social y econmica de numerosos estados europeos,
cuyas mujeres van a ser las que abastezcan los prostbulos de los territorios de la
Unin34, el debilitamiento de las barreras penales y la persistente desigualdad entre
hombres y mujeres, son algunos de los factores que contribuirn a favorecer el
reclutamiento de mujeres con destino a la prostitucin y el crecimiento exponencial
del consumo sexual de mujeres, tanto en Europa como en nuestro pas.
Tambin en esta poca, mediados de los aos 90, el fenmeno de la prostitucin comenzar a ser objeto de preocupacin y debate para las organizaciones de
mujeres de nuestro pas, aunque se tratar de una cuestin que, inicialmente, slo
alcanzar prioridad y relevancia poltica para un grupo reducido y minoritario del
movimiento asociativo de mujeres, por igual comprobaremos que las aportaciones
acadmicas nacionales sobre la materia son nulas. A lo sumo muy limitadas, lo que
evidenciar la escasa atencin que despierta el fenmeno tanto en la teora como
en la prctica feminista de la dcada.
LA DISTINCIN FICTICIA ENTRE TRATA Y PROSTITUCIN.
La distincin entre trata y prostitucin constituye una cuestin esencial y nuclear del debate actual y tal diferenciacin como se ver no es slo conceptual sino
que tambin comporta consecuencias perjudiciales para las mujeres prostituidas.
34

Las natachas, trmino empleado para referirse a las mujeres de los pases de la antigua Unin Sovitica,
abastecern, en otros, los prostbulos de Israel; las albanesas los prostbulos italianos; a principios de los aos
2000 los informes sobre explotacin sexual en nuestro pas reflejaran la relevancia numrica de las mujeres
procedentes de los pases del este.

35

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Los partidarios y partidarias de tal distincin diferencian entre prostitucin libre


y prostitucin forzada como dos cuestiones esencialmente distintas y diferentes,
como dos asuntos que pueden ser abordados conceptual y polticamente de forma
autnoma e independiente.
Por el contrario, quienes negamos tal distincin entendemos que la trata constituye una modalidad agravada de la explotacin sexual de las mujeres y la forma
habitual de la que se sirve el proxenetismo para abastecer la industria del sexo,
pero que ambas manifestaciones (trata y prostitucin) son indisociables de las relaciones de gnero y que ambas han de ser analizadas desde la perspectiva de las
relaciones entre hombres y mujeres. O dicho de otra manera, la prostitucin precede a la trata y por tanto combatir sta requiere simultneamente enjuiciar y desactivar el consumo masivo de prostitucin que en todas las sociedades se da por
parte de los hombres y actuar sobre las excusas y consentimientos que lo autorizan y facilitan.
Estos diferentes puntos de vista conceptuales se traducen al mismo tiempo, en
dos posiciones radicalmente diferentes de la accin poltica, as mientras la primera postura, que es conocida como posicin reglamentarista, tambin ahora como
legalicionista, demanda la reglamentacin del ejercicio de la prostitucin, ya sea en
espacios abiertos, calles o barrios rojos, o cerrados, prostbulos, macroburdeles,
pisos, etctera, la segunda postura, conocida como posicin abolicionista, entiende que la reglamentacin de la prostitucin equivale a normalizar, legalizar y normativizar las practicas masculinas de consumo sexual por precio de las mujeres y
que ello significa ratificar normativamente un modelo de relaciones de violencia y
desigualdad entre sexos, por lo que reivindican de los poderes pblicos normas
encaminadas a desarticular la industria del sexo ( penalizacin del proxenetismo
coercitivo y no coercitivo; recuperacin de la figura de la tercera locativa ) y el proxenetismo, a la deslegitimacin de las prcticas masculinas de consumo sexual de
mujeres y a la proteccin e integracin social de las mujeres prostituidas, con independencia de que hayan sido o no objeto de trata.
La posicin reglamentarista, sostenida por la industria del sexo y el proxenetismo organizado- lase por ejemplo, ANELA35- y por algunas organizaciones minoritarias de mujeres, arguyen habitualmente, que existen mujeres que ejercen la prostitucin libre y voluntariamente. Este punto de vista rezuma neoliberalismo.
Concebir la libertad como una posesin individual es muy liberal, pero desde una
perspectiva feminista y social no es posible imaginar la libertad (de igual manera
que no concebimos como libres las relaciones trabajo/capital; intercambios
norte/sur y el largo etctera) al margen de las condiciones materiales y sociales de
vida y, especialmente de las relaciones de gnero.
35

Asociacin Nacional de Empresarios de Alterne, o lo que es lo mismo la asociacin de distintos propietarios o


titulares de negocios dedicados a la explotacin sexual de mujeres.

36

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

De ah que los reglamentaristas neoliberales, prescindan y hagan abstraccin


del hecho, nada balad, de que lo que caracteriza, ahora y en todos los tiempos,
mayoritariamente a las mujeres prostituidas es que estn ubicadas en la periferia de
las sociedades y que sus condiciones materiales de vida las sitan en los estratos
ms bajos de la supervivencia. As tambin las reglamentaristas, que se dicen feministas, sortean, en su discurso y argumentacin, toda alusin a los usuarios de la
prostitucin, omitiendo cualquier referencia a los mismos o a las razones que autoriza a los hombres a hacer uso sexual de las mujeres mediante precio, ni tampoco
mencionan la significacin y el poder que para estos tiene el uso sexual de las
mujeres.
El feminismo abolicionista contemporneo, por su parte ha desplazado el centro
tradicional de este debate (la supuesta eleccin de las mujeres a ser prostituidas) y
ha colocado en primera lnea de la indagacin y denuncia el significado que tiene
para las mujeres la existencia del mercado prostitucional y las practicas masculinas
de consumo sexual de mujeres, sealando que la cosificacin y mercantilizacin
que representa el uso de las mujeres es un grave atentado contra nuestro inalienable derecho a la igualad y que tales prcticas y la legitimacin social de la que gozan
constituyen una expresin ms de un sistema de relaciones sociales desiguales
entre hombres y mujeres y que sin este no existira ni la prerrogativa, ni el privilegio,
ni la posibilidad masculina de reducir nuestra humanidad al mero uso, a la cosificacin, a la condicin de meras mercancas, o corporalidades al servicio sexual de los
hombres.

LA DISTINCIN ENTRE TRATA Y PROSTITUCIN Y SU TRANSPOSICIN AL


DERECHO SOBRE EXPLOTACIN SEXUAL DE LAS MUJERES.
Pero la distincin entre trata y prostitucin, como deca no es meramente conceptual tiene una importancia capital, para el conjunto de las mujeres y en particular, para las mujeres en situacin de prostitucin.
El abolicionismo que surgi a finales del siglo XIX, y cuyo objetivo inicial no iba
ms all de derogar los reglamentos estatales de regulacin de la prostitucin, evolucion y represent el primer movimiento social que repar en las mujeres prostituidas, a las que ni juzg, ni conden moral ni legalmente, poniendo en marcha iniciativas sociales, legales y polticas encaminadas a su proteccin. Este movimiento
que impuls numerosas leyes internacionales y cuya norma ms importante, refundidora de las anteriores, es el Convenio Internacional para la Represin de las Trata
de Personas y la Explotacin de la Prostitucin Ajena de 2 de diciembre de 1949
centr su intervencin punitiva en la sancin y reprobacin de todas las modalidades de proxenetismo, al entender que el derecho penal constitua una barrera que
impeda la expansin de la explotacin sexual de las mujeres y nias.

37

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

El Convenio parte del presupuesto ideolgico de que la prostitucin representa


una vulneracin de los derechos humanos y que para evitarla es necesario dificultar e impedir cualquier actividad que tenga por objeto explotar la prostitucin de terceros. De ah que para dicha norma el consentimiento36 de la persona prostituida
resulta irrelevante, indiferente. En efecto, la ley penal actuar de forma inequvoca
contra cualquier proxeneta, esto es, contra aquel que realice actividades (transporte, induccin, captacin, receptacin de mujeres para prostitucin) con el fin de
obtener beneficios econmicos de mujeres en situacin de prostitucin y con independencia de la opinin de la victima. Este sistema que estuvo vigente en numerosos pases occidentales, incluido el nuestro, representaba un eficaz freno al desarrollo de la industria del sexo. Bajo esa legalidad instalar prostbulos, como los
que pueblan nuestras ciudades bajo denominaciones de clubes, saunas etctera,
constitua sin ms un hecho delictivo.
Al mismo tiempo la estimacin de que la prostitucin representaba una vulneracin de los derechos humanos comportaba que no era relevante distinguir entre
vctimas coaccionadas o no, por cuanto ambas se hallaban en situacin de explotacin sexual y vean vulnerados sus derechos y requeran un estatuto de proteccin jurdica. De ah que los instrumentos internacionales de represin de la trata y
explotacin sexual contuvieran un marco estatutario uniforme para todas ellas, ciertamente parco, limitado pero cabal con la poca en que se adopta el Convenio, ya
que estamos en los inicios de la doctrina jurdica internacional sobre los derechos
humanos y el desarrollo y proteccin de los mismos.
Conforme al Convenio de 1949, y segn la transposicin que se hizo en el
Cdigo Penal derogado, la industria del sexo tena enormes dificultades de expandirse y desarrollarse al constituir delito tal actividad.
No obstante, el hecho cierto es que actualmente es una actividad que goza de
un excelente estado de salud, as lo acreditan las cifras millonarias de esta industria encarnizada que pone a disposicin de los usuarios de la prostitucin cada ao
a 4 millones de mujeres y nias. Una industria que cuenta con la complicidad de los
propios estados que reciben importantes y sustanciosos rendimientos econmicos37, que dispone de la implicacin y colaboracin de los operadores tursticos38 y
de otros sectores empresariales, tal es el caso de nuestros medios de comunicacin nacional que impulsan un estado de opinin favorable al consumo sexual de
mujeres39.

36

Me refiero al consentimiento desde el punto de vista del derecho penal. En este mbito el consentimiento
requiere ausencia de fuerza fsica o psicolgica.
37
Segn la OIT en Tailandia, Indonesia, Malasia o Filipinas la prostitucin representa entre el 2 y el 14% del
conjunto de las actividades econmicas, en los Pases Bajos la industria de la prostitucin alcanza un 5% del
PIB del pas.
38
Segn la Directiva Presidencial Estadounidense de Seguridad Nacional frente al Trfico de Personas del
2003, " el turismo sexual mueve alrededor de 1.000 millones de dlares cada ao en todo el mundo".
39
El diario el Pas obtiene unos 5 millones de euros anuales por sus anuncios de contactos y cifras similares
mueve el Mundo o el ABC.

38

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Qu ha propiciado que esta actividad constituya un negocio mundial que prospera y crece de forma vertiginosa. O que los organizadores de este negocio sean
modelos de referencia y de cita pblica. O que el consumo sexual de mujeres en
prostitucin sea tratado como una forma ms de ocio y un mero entretenimiento
masculino.
Pues bien, una de las razones que ha propiciado la mundializacin de la industria del sexo es la expansin primero conceptual de la distincin entre prostitucin
forzada y prostitucin libre y la transposicin despus al derecho internacional e
interno de dicha distincin.
De la banalizacin de la explotacin sexual de las mujeres se hace eco el diccionario de la Real Academia, as en su actual edicin el trmino trata lo recoge bajo
en concepto de vender seres humanos como esclavos y el trmino trfico de mujeres: como atraerlas a los centros de prostitucin para especular con ellas. En el
avance de la vigsima tercera edicin revisa el trmino trfico de mujeres como
atraerlas con coaccin o mediante engao a centros de prostitucin para su explotacin sexual
Sin engao o sin coaccin la prostitucin queda registrada en el imaginario
colectivo y en los textos legales como una actividad que eligen las ms mujeres y
como una actividad sin reproche penal para quienes se benefician de ella organizndola, es decir, para los proxenetas, quedando estos y sus actividades integrados
en la sociedad y en la medida en que esa actividad econmica, que consisten precisamente en ofertar mujeres en prostbulos y macroburdeles, deja de ser ilegal
puede expandirse sin riesgos ni trabas, y al mismo tiempo se estimula por diversos
medios (publicidad) el consumo sexual de mujeres por parte de los hombres y
mientras crece la demanda de mujeres se hace necesario renovar y captar nueva
mercanca y el ciclo se repite y expande.
Y si se admite una prostitucin sin coercin, ni intimidacin slo cabe la proteccin a las mujeres prostituidas que sufran coercin o intimidacin y por tanto slo
las vctimas de tales modalidades podrn gozar del amparo punitivo y del estatuto
de victimas.
Son las mujeres en situacin de prostitucin las que tendrn que acreditar, por
exigencias del derecho penal, que ellas han sufrido amenaza, fuerza, coaccin,
rapto, fraude, engao, abuso de poder o de una situacin de vulnerabilidad40 para
gozar del estatuto de vctimas de la trata, no bastar la mera acreditacin de que
son objeto de explotacin sexual como aconteca en el derecho internacional y
nacional del siglo pasado.

40

Hemos tomado la definicin de Trata del Protocolo de Palermo en trminos similares define la trata el
Convenio de Varsovia de de 16 de mayo de 2005.

39

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

El feminismo abolicionista del siglo XXI, que respald la ley sueca de enero de
1999 que penaliza la compra de servicios sexuales, entiende que el camino hacia la
igualdad entre hombres y mujeres requiere inexcusablemente erosionar y destruir
todos los privilegios y prerrogativas masculinas impidiendo, entre otras, esas prcticas de poder y abuso que representa el consumo sexual de mujeres en prostitucin. El recurso a la ley penal es un instrumento disuasorio cuya eficacia est sobradamente probada y aunque no deba ser el nico mecanismo contribuir con toda
seguridad a revocar esa autorizacin social que han tenido los hombres, hasta
ahora, para hacer uso sexual de las mujeres.

40

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

4 "AMORES, DESAMORES, GOZOS Y DOLORES"


M Elena Simn Rodrguez
Enlazamos el taller de 2010 con el realizado, tambin en Mlaga, en 2009, recordando que:
- De dnde venimos? Un repaso a los ltimos tiempos de desigualdad y desencuentro.
- Adscripciones de gnero y proyectos biogrficos. La Ley del Agrado
- Empoderadas o desposedas? Sexo, maternidad, belleza y otras elecciones
"libres"
- Solas o acompaadas? Modelos clsicos (femeninos) y modelos alternativos
(feministas) de felicidad y xito.
Sentimiento: estado afectivo del nimo producido por causas que lo impresionan
vivamente. Estado del nimo afligido por un suceso triste o doloroso.
Se dice que las mujeres somos.
Maestras de sentimientos "estado afectivo que causa en el nimo cosas espirituales"
Sensibles: que se dejan llevar por el sentimiento.
Actuamos de forma emocional: agitacin del nimo violenta o apacible que nace de
alguna causa pasajera.
Hablamos de nuestras intimidades: "Amistad ntima, confianza grande en el trato.
Parte reservada o ms particular de los pensamientos, afectos o asuntos interiores".
Somos tan romnticas! Sentimentales, generosas y soadoras!
Y qu tiene que ver todo esto con los servicios personales?
Los roles de cuidado son pesados, porque nos quitan energa, tiempo y creatividad,
porque nos producen molestia e incluso dolor, porque nos ponen al borde de nuestras posibilidades, porque exigen ms de lo que dan.
Los roles de cuidado son gozosos, porque nos acercan al mundo afectivo de nuestras personas prximas y de las otras concretas, con quienes hay una relacin
estrecha. Nos facilitan la sociabilidad y el aprecio, que nos necesiten, sentirnos
alguien importante.
Cuidamos por gusto?
Cuidamos por necesidad?
Cuidamos por deber ser?
Cuidamos por empata, por solidaridad, por amor?
Cuidamos porque se nos da bien?
La tica del cuidado es compatible con la autonoma personal?

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Relacionemos cuidado con afecto, afecto con amor.


Afecto: Cada una de las pasiones del nimo, como la ira, el amor, el odio, etc y,
especialmente el amor y el cario.
Los conceptos convencionales asociados al amor (de pareja) son Entusiasmo,
Pasin, Magia, Ceguera, Sufrimiento, Dependencia, Disponibilidad, Cuidado,
Renuncia, Placer, Fusin, Exclusividad, Seduccin, Atraccin...
Y sin embargo, "otro amor (de pareja) es posibledesde el feminismo": con
Empoderamiento, Lucidez, Autonoma, Reconocimiento, Apoyo, Proyectos compatibles
Algn otro amor de la vida: la maternidad
Tenemos que analizar individualmente, y debatir colectivamente, conceptos como:
- Instinto maternal
- Maternidad intensiva
- Madresposa
- Madre simblica-adoptante-espiritual-intelectual
- No madre
- Mala madre
- Buena madre
Tenemos que trabajar conceptos posibles de autodesignacin feminista, como
- Solidaridad
- Empata
- Respeto
- Objetivo entre objetivos del proyecto vital
- Maternidad acompaada de paternidad
- Maternidad como empoderamiento
- Maternidad social
- Matria o pas donde se invierta en crianza
Debatimos "dudas de nueva planta" como:
- Ser madres es "algo de ms o algo de menos"?
- Ser madre es incompatible con "ser para s misma"?
- Ser madre es incompatible con algo?
- Quin ha definido y reglamentado la maternidad y cmo?
- La maternidad es un instinto?
- Qu nos pasa si no somos madres? Qu les pasa a las y los dems?
- Qu significa para las hembras humanas ser madres?
- Cules son las supuestas obligaciones actuales de ser madre?
- Qu beneficios nos reporta la maternidad a las mujeres actuales de los pa
ses democrticos?

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

- Qu beneficios ha reportado y reporta la maternidad a mujeres de otros tiempos o de otros lugares, donde no pueden elegirla?
Para ganar terreno al patriarcado: la autodesignacin
Es positivo o negativo poder elegir la maternidad?
Podemos definir el deseo de ser madres? "matrideseo"-"matriquerencia"-"matrimocin""matriatraccin"-"matrigusto"
- de gestar, parir y amamantar
- de vivir para y por otros
- de solidarizarse con otra generacin
- de trascender y dejar huella
- de cumplir el ciclo biolgico femenino
- de empoderarse con esta funcin exclusiva
- de .
Podemos definir el instinto maternal, si existe?
Podemos explicar qu supondra para nosotras ser madres? (Al menos tres consecuencias positivas y tres negativas)
Por qu no decidimos pronto, en nuestra vida, si queremos o no ser madres?
Es vindicable la singularidad y la diferencia sexual para sacar ventaja de ello?
ESCRITOS SOBRE MALOS Y BUENOS AMORES
EL AMOR TE CONVIERTE
El amor te convierte en rosal
y en el pecho te nace
esa espina robusta como un clavo
donde el demonio cuelga su uniforme
Al tocar lo que amas te quemas en los dedos,
y sigues sigues hasta abrasarte toda;
despus,
ya en pie de nuevo,
tu cuerpo es otra cosa
...es la estatua de un hroe muerto en algo
al que no se le ven las cicatrices.
FRAGMENTO
....porque has deshilachado mi ternura,
porque yo era un puercoespn sin pas aparentes
y una tarde me crispaste los pinchos
y en las sienes
-ya blancas por el uso de los besos-,

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

y en las sienes, como digo, descargaste,


como balazos tu frustracin de siglos,
me rebel, por suerte, y sal suelta
corriendo, lentamente, pero corriendo,
a donde nadie fusile mi ternura.
Gloria Fuertes. "Pecbamos como ngeles. Gloripoemas de amor".
SOY EL REVS DE MI YO
Soy el revs de mi YO,
de todo lo que digo y lo que quiero.
Me he desnudado de mi ser cansado
Como el que cumple un ritual que a nadie importa.
Desde dentro de m me estoy huyendo.
Tengo sed de otra agua, de otro espacio
que d el tamao exacto de mi imagen.
Dnde ocultar mis ojos de esta escena?
Nadie habla, ni re ni suspira.
He empezado a abstraerme al borde de m misma.
El camino se acorta, me atropella
y mis pasos empiezan a ser otros.
M Teresa Cervantes. "Sin testigos".
...Qu importa que tenga tal o cual aspecto?
Por qu se tortura mirndose al espejo?
Es que realmente no es ms que un objeto
a disposicin de los ojos de los hombres?
Es que no sabe ser independiente de su aspecto, al menos tan independiente
como cualquier hombre?
Milan Kundera "La Despedida"

..."La necesidad de calor y humedad se haba independizado, desvinculndose en


la prctica de la persona con quien deban satisfacerse, la bsqueda de calor y
humedad (no de calor y ternura) era equivalente a la persecucin de un "objeto
apropiable y utilizable, independiente de las personas"; se buscaban como se busca
un libro o un bao caliente despus de un paseo, acompaada de impacientes instrucciones ("levanta las piernas, abre la boca") y un embotamiento de la propia sensibilidad, su adulteracin era todava ms brutal.
"Un hombre siempre puede descargar su atrofia emocional en la vagina de
una mujer sin percibirla como persona", sin que ella pueda eludir en el fondo su subordinacin a l. En efecto, el coito es slo el tributo que ella paga a cambio de la
seguridad, la proteccin y el reconocimiento social..."

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

..."Cundo empezarn los hombres a hablar con otros hombres de su vida personal, a tocar a otros hombres cuando deseen sentir el calor de una persona humana? Para eso estn las mujeres, actan como amortiguador entre los hombres que,
solos, se despedazaran. Las mujeres hablan con mujeres y con hombres. Si slo
se relacionan con mujeres enseguida se las considera enemigas de los hombres,
pero son los hombres quienes se niegan a relacionarse con otros hombres, quienes
actan como enemigos de los hombres..."
Verena Stefan. "Mudas de piel"
CUANDO LLEGA EL AMOR
Hablando de las mujeres actuales, no podemos dejar de tratar el tema del amor,
pues todava se constituye en el pilar bsico de la biografa femenina. Los hombres
no son ajenos ni mucho menos al amor: lo disfrutan y lo sufren igualmente, pero no
les invade la existencia. En sus juegos y juguetes no estn presentes los afectos, la
intimidad ni los amores. Slo saben que alguien aparecer en sus vidas, como partenaire, sobre todo sexual y que ser el producto de una buena conquista.
La educacin sentimental femenina, que hace referencia a los amores, est anclada en la idea romntica y complementaria, de aparicin del "prncipe azul", hombre
casi sin defectos visibles, que dar sentido a la vida, siendo capaz de tapar todos
los agujeros y carencias, que proteger, acompaar, saciar y hasta cuidar detalles, cubrir necesidades y adivinar gustos. La educacin del sentimiento amoroso sigue siendo nula, tal como deberamos entenderlo hoy da. La nica que conocemos es la que est anclada en viejas formas y valores, de poder desigual, (dominio-sumisin) y de complementariedad de los sexos y avalada por la literatura, el
cine, la TV, las msicas.
El amor no es un concepto compartido socialmente. Se entiende por amor cosas
diversas. Yo puedo estar pensando en la pasin, t en el cuidado, la otra en los afectos o la compaa, y el otro en el apoyo incondicional a su persona o en todo a la
vez.
Eso es a lo que llamamos amor?
Qu es el amor?
Compaa sexual, cuidado, atencin, magia y adivinacin, trabajo, pasin, emocin, sentimiento afectivo, compaa solcita, proyecto de convivencia, familia,
amistad?
Para los muy jvenes (ellos) el amor se confunde con la compaa sexual, para ellas
con la compaa social. Mostrarse en pblico con pareja da estatus, pero no el mismo
para las chicas que para los chicos. Para ellos no se acaba la libertad de movimientos ni el deseo de que exista, para ellas, se acaba por imposicin o interiorizndola
como deseable. El amor as entendido es una situacin casi de "estado civil":

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Habla Ud. en plural o en singular?


Est Ud. sola/o o con alguien?
Tiene Ud con quien compartir vida y hacienda?
Tiene Ud. persona con la que pelear por alguna noble causa, como son el destino
en vacaciones, la frecuencia semanal del lavado de ropa o el grosor de la capa de
polvo en el saln?
El amor tambin nos es vendido como un indescriptible sentimiento que nos eleva
a categora casi divina, ya que tambin hemos odo de labios de predicadores catlicos que Dios es amor. El ensalzado sentimiento del que hablamos destruye
muchas vidas cuando se escurre silenciosamente por una ventana un buen da y no
lo podemos hacer regresar. Todava comenzamos las relaciones de este tipo con
expectativas de complementariedad, de media naranja, de deseo de que el otro o la
otra se acople como plastilina a nuestras carencias, demandas y necesidades. Y a
esto le llamamos amor verdadero. Este tipo de relacin es incompleta al menos, y
casi siempre injusta.
Anna G. Jonasdtir41, en su tesis doctoral denominada "El poder del amor, le importa el sexo a la democracia?", nos habla de una especializacin amorosa de gnero:
los varones seran los encargados de buscar y producir activamente placer o "xtasis" -como ella dice- para mantener el fuego de la pasin insustituible, la maestra
y las riendas del erotismo y las mujeres seran las maestras del cuidado, responsables de que la relacin crezca, prospere, se inserte en la vida de las dos partes y
tenga confort, para mantener la seguridad y continuidad necesarias. Ambas asignaciones de gnero siguen siendo complementarias, pues cualquier relacin amorosa
que se pretenda satisfactoria debe contener elementos de placer y de cuidado. Lo
injusto es que se adjudique partido por la mitad a cada una de las mitades de la
pareja, as es que cuando de relaciones homosexuales se trata, sean stas masculinas o femeninas, siempre tendemos a averiguar quin hace de hombre y quin de
mujer. Tradicionalmente ha sido as y no acabamos de quitarnos este estilo de encima. Recordemos cmo ha sido mal tolerada en las mujeres la bsqueda de placer
y la maestra ertica. Y de cmo ha sido incluso ridiculizado que los varones estuvieran pendientes de su novia o mujer: para alguna celebracin o aniversario, para
traerles o conseguirles algn capricho, hacerles algn servicio o cumplirles sus
deseos.
Estas actitudes no esperadas y casi prohibidas han recibido insultos, bastante distintos por cierto, para las mujeres y para los varones, pero siempre paralizadores de
estas conductas, que hoy podramos llamar innovadoras y que s que son posibles
y se van extendiendo poco a poco y resultando ms habituales. A ellas se las llam
"frescas", "calentorras" "guarras", "ligeras de cascos" o "livianas" y a ellos "calzonazos", "cocinillas", "dominados", "flojos" o "mariquitas", cuando ellas se mostraban
del lado del placer y ellos del lado del cuidado.El supuesto de la complementarie41

JONASDTIR, Anna G. (1993). "El poder del amor. Le importa el sexo a la democracia?". Madrid. Edit.
Ctedra Feminismos.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

dad de los sexos, en las relaciones amorosas reales, extrapola la complementariedad ertico-sexual y reproductiva que los varones y las mujeres tenemos inscrita en
nuestros cuerpos sexuados. Qu tendr que ver tener ovarios o testculos, vulva o
pene, para comportarnos de una cierta manera estereotipada y por tanto prescrita
de antemano? Podramos decir que no hay derecho a que alguien (mi pareja o
potencial pareja mujer) suponga que yo, por ser hombre, voy a ejercer la fuerza,
estar dispuesto a toda hora para el sexo, saber arreglar cualquier desperfecto, proteger a mi familia, ganar ms que nadie? Hay derecho a que alguien (mi pareja o
potencial pareja) d por supuesto que a m me gusta guisar, ocuparme de las personas dbiles o enfermas de la familia, cuidar de la casa y de la ropa, estar siempre bellsima, organizar las relaciones con el entorno familiar o amistoso, estar esperando decisiones para acatarlas con gusto?
Es muy probable que a l se le den algo mejor estos supuestos que a m y a m se
me den mejor estos otros que a l, porque tanto l como yo somos producto de una
socializacin en azul o en rosa que nos ha hecho aprender ciertas habilidades y
desarrollar ciertas cualidades, mostrando slo una cara de lo que somos como
seres individuales y singulares, como seres completos, primitivos "andrginos"? Es
tambin muy posible que estas expectativas de la otra parte me hagan incluso
aprender o esmerarme en lo que se espera de m, aun a costa de silenciar mis
voces interiores, de hacerme violencia, de arremeter contra mi autoestima.
Seguramente pienso y siento que as me querrn ms y que asegurar la fidelidad
hacia mi persona, porque llegar a ser imprescindible. Incluso soar en or algn
da de labios de la persona amada, como colmo del amor que por m profesa, frases de este tipo: No puedo vivir sin ti, te necesito, te adoro, sin ti no soy nada, lo que
siento por ti es inexplicable, eres lo ms maravilloso que me ha ocurrido Estas frases, consideradas amorosas, nos las solemos imaginar en un contexto de intimidad,
atraccin y deseo insustituibles, anhelamos orlas e imaginamos que detrs de ellas
hay nicos y elevados sentimientos. Pero, en realidad, nuestra falta de educacin
del sentimiento amoroso, contaminado por todas las historias novelescas, las expresiones poticas, las canciones, pelculas e imgenes de todo tipo que se enseorean de nuestras vidas, nos est taponando el verdadero significado de "la media
naranja": un ser incompleto, perdiendo su jugo, ansioso de que le tapen con la otra
media, que tiene que coincidir con todos sus gajos.
Todos estos modelos repetitivos y obsoletos hacen estragos e incluso muestran a
algunas chicas que el papel amoroso masculino es ms rentable: al poner menos
pierden menos, as es que va siendo ya corriente encontrar chicas que tambin
quieren ser reinas y no princesas dormidas, guerreras y no rendidas incondicionales, amantes sexuales y no amadas complacientes y magas sabias y no slo discpulas embobadas. Qu pasa entonces? Ni roles complementarios ni roles igualitarios, as es que aparece la guerra ertica, la guerra de sexos, para intentar ganar la

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

partida sin discusin. Muchos chicos estn paralizados ante estas novedades en los
comportamientos femeninos y no acaban de atreverse a establecer vnculos. Las
chicas dicen que les tienen miedo y simplemente es una cuestin de inseguridad
ante el cambio y la falta de modelos. Si a ellos les han dicho que tenan el papel
dominante y de control en el amor, Cmo no van a temer el no tenerlo? Cmo
van a disfrutar de las nuevas posibilidades?. Muchos chicos actuales se resisten a
los cambios, creyendo que ya pasar la tormenta o que las chicas que conocen se
pasan un montn.
Tanta modernidad, para tener an como quimera amorosa el mito del andrgino cortado por la mitad de "El Banquete" de Platn o como gua y faro las palabras aplastantes del matrimonio eclesistico "dos en una sola carne", incluso a ello aplicamos
la ideologa china del ying y el yang, inexcusablemente unida al sexo de nacimiento. Es tan intenso el deseo de fusin que pensamos que sta slo puede darse
entre pares de opuestos complementarios., donde lo convexo y lo cncavo, lo dbil
y lo fuerte, lo activo y lo inactivo, etc hallen su frmula exacta de acoplamiento.
Esto es tan improbable que se d que casi resulta imposible. Por eso tantas bsquedas sucesivas, tantas decepciones, tantas separaciones esperadas e inesperadas, tantas comparaciones intiles y tantas vueltas a empezar. Todo esto nos hace
infelices y es injusto, no? No sera mejor aprender de lo que vemos y vivimos,
hacernos otros propsitos y experimentar con nuevos resultados e ir perfeccionando? Qu tal si probamos con dos naranjas enteras?
En la actualidad la idea generalizada de persona, como sujeto de derechos, espacios y bienes, tanto sociales como individuales, debera dar como resultado la construccin de un nuevo sujeto amoroso y ertico, que desea compartir su vida con otro
u otros sujetos amorosos y erticos. Y olvidarnos de la idea de objeto amoroso,
pues nos acerca a los seres inanimados, a las mquinas, instrumentos, herramientas, tiles o cosas y tambin nos acerca al abismo y la desgracia de la complementariedad, de la carencia, y nos sita no como pares sino como dispares. As es que
tendramos que llamarle disparejas a las formadas por un sujeto y un objeto complementarios e incompletos y parejas a las formadas por dos seres completos que
se reconocen como iguales y legtimos en su plenitud. Esta sera una nueva frmula que podra ir acabando con el mito de la media naranja y con la injusticia de la
complementariedad. Somos personas sexuadas y diferentes, no partidas por la
mitad.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

CMO VIVIMOS LAS MUJERES LA SEXUALIDAD


Ana Infante Garca.
Psicloga -Sexloga. Instituto de Sexologa. Mlaga

ntes de nada quiero agradecer al comit organizador de estas jornadas el


haber considerado que mi experiencia pueda aportar algo en este foro.
Quisiera aclarar que no soy una terica del feminismo, pero me siento aqu
como una profesional de la psicologa y la sexologa que desde hace muchos aos,
influenciada por las reivindicaciones feministas creo haber podido ir implementado
una prctica cotidiana de afirmacin de la propia autonoma y fomento de espacios
de igualdad y libertad en la casa, en las relaciones de amistad, en las de pareja y
por supuesto en el trabajo. No sin esfuerzo, tesn y astucia. El feminismo me lleg
como esa lluvia tenue que parece que no te moja y al final acabas calada hasta los
huesos. As tambin espero haber contribuido a su expansin, haber calado, entre
los grupos de mujeres con los que hemos trabajado, aspectos tan nuestros como la
autoestima, el desarrollo personal, la sexualidad y los vnculos amorosos, siempre
desde la perspectiva de igualdad de gnero.

Todas las mujeres que han participado con nosotras a lo largo de casi veinte
aos, todas, nos han ido nutriendo, regalndonos viejos y modernos relatos sobre
sexualidad y las distintas formas de vivenciarla, as como de las variables personales y circunstanciales que la enriquecen o la limitan. Ello ha permitido al equipo que
conformamos el Instituto de Sexologa, reflexionar y re-pensar continuamente sobre
cuestiones relacionadas con la misma. Aqu queremos compartir algunas de esas
reflexiones.
En grupos de ayuda, teraputicos o de investigacin partimos siempre del concepto de sexualidad de las participantes. Si os parece, pensemos y respondamos
interiormente a cada uno de estos interrogantes:
- Qu determin que fueras la clase de nia que fuiste?
- Qu ha permitido que en este momento, piensas, sientas, actes y tengas una
percepcin del mundo tan singular?
- Qu ha favorecido que tengas una determinada visin de la sexualidad en
general y una vivencia tan particular de la misma?
Detrs de cada una de estas preguntas hay tantas respuestas como mujeres
habitamos el planeta. Y en esas respuestas se encuentran un cmulo de experiencias, creencias, exigencias y expectativas que afectan directa, aunque no siempre
de forma consciente, a la vivencia sexual de cada una de nosotras, todas determinadas por la variable gnero, todas sesgadas por esa mirada androcntrica que histricamente ha impactado en nuestra realidad sexual y que tan graves consecuen-

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cias ha tenido en la expresin de nuestros registros emocionales y erticos y en


nuestra vida cotidiana. Pero de eso no quiero hablar, ni de acoso sexual, ni de violaciones, ni de la prctica forzada de la prostitucin, ni de la mutilacin genital, ni de
nada que apeste a violencia y abuso de poder contra nosotras, asuntos que desafortunadamente han tenido que estar y seguirn estando en la agenda de temas
feministas, y dnde el dolor eclipsa continuamente al placer. Estaremos de acuerdo
en que es necesario paralelamente favorecer una actitud pro-recuperacin de la
libertad sexual, el divertimento y el placer femeninos para esas agendas.
Os deca que el anlisis del contenido de esas probables respuestas nos lleva
por derroteros cargados de subjetividades, nos lleva a la diversidad. Por lo tanto,
cuando hablamos de sexualidad, hablamos de diversidad, hablamos de sexualidades. Pluralizando el concepto entenderemos que es muy difcil dar sentido al ttulo
que encabeza esta ponencia, "Cmo vivimos las mujeres la sexualidad" puesto que
cada mujer la vive desde su propia singularidad, cada una re-escribiendo su biografa sexual segn vaya viviendo, de acuerdo con las posibilidades que nos ofrezca la
cultura, su orientacin, identidad, ligazones afectivas, y la adherencia a las ideologas que queramos en cada momento.
Pese a esa dificultad, quisiera resear "Tres Impactos" que se abordan en los
grupos de trabajo. No estn todos los que son, pero s son todos los que estn recogidos. La utilizacin de la palabra impacto no es ms que un juego en relacin al
nombre de las jornadas.

Primer Impacto-Relacin autoestima-sexualidad


Quienes nos movemos en el mbito de la salud detectamos con frecuencia que
la vergenza de mostrar el cuerpo, el miedo a la intimidad y al compromiso, la ansiedad ante el encuentro ertico, los celos, los dficit en la comunicacin para compartir conductas sexuales placenteras, por citar algunos problemas de conducta y emocionales ligados a la sexualidad, son manifestaciones consecuentes de una autoestima poco saludable.
De todos los juicios a los que somos sometidas a lo largo de la vida, ninguno es
tan importante ni determinante como el que se hace una persona a s misma. La
sexualidad es una vivencia particular de nuestras vidas que, adems compartimos,
una parcela ms de nuestra personalidad, una forma de expresin de cada cual,
una buena oportunidad de mostrarnos tal cual somos. Por tanto, la sexualidad en
todas sus dimensiones va a pasar tambin por la criba particular de la autoestima.
Y eso las mujeres lo intuyen: si se aceptan, se valoran, si se respetan, si son capaces de expresar lo que desean y lo que quieren, si han dejado de preocuparse en
exceso de la aprobacin o desaprobacin de los dems, si se sienten bien consigo
mismas, van a tener, sin duda, ms probabilidades de cultivar saludablemente su

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sexualidad, darle una mayor calidad y se dispondrn ms fcilmente a compartirla


con quien quieran. Si nos disfrazamos para agradar "al otro" y nuestra atencin se
centra en "lo que debemos hacer" casi siempre por imperativo de gnero, la vivencia del placer se convierte en algo ajeno.
En terapia constatamos como la imagen negativa que una mujer pueda tener de
s misma y en concreto de su cuerpo, puede producir una insatisfaccin crnica que
le impide el abandonarse a las relaciones sexuales, tratando por todos los medios
de disimular y/o ocultar aquellas partes de su fsico con las que no se siente en
armona. Los mass media no nos ayudan a integrar de forma saludable nuestro fsico, y si nuestros grupos de trabajo tienen duda sobre esto, echamos un vistazo a la
televisin y a sus anuncios y vemos cmo somos a travs de ellos. Aparentemente,
estupendas, grandiosas, bellsimasPero por qu? Porque estamos utilizando
todos los productos que la sociedad de consumo pone en nuestras manos para
alcanzar la perfeccin, sin ellos somos autnticos adefesios.
La preocupacin por la belleza y el mantenimiento de la eterna juventud resulta
excesiva y cansina: cosmtica para el rostro, para el cuerpo, para seducir, para dormir, para antes y despus de una fiesta, productos y artilugios variados para combatir la celulitis si es que ests entre ese 93% de mujeres que la padecen, y si resulta que formas parte de ese afortunado 7% que disfruta de una piel lisa, tersa y sin
celulitis entonces es mejor que te pongas las pilas para prevenirla. No nos olvidemos tampoco de reforzar el escudo antibacteriano de la piel, de realizarnos liposucciones con la ayuda impoluta y protectora que nos ofrece la corporacin dermoesttica; una crema anti-edad, otra que resulta el complemento ideal para tu crema
anti-edad, una crema hidratante, otra nutritiva, otra antiarrugas, o mejor una que
contenga las tres a la vezQu agotamiento! Si estamos atrapadas en mandatos
inalcanzables de belleza, y no establecemos una buena relacin con nuestro cuerpo cmo vamos a disfrutar en las relaciones sexuales de l y con l? Cmo
vamos a dejar que otras personas los reconozcan, lo exploren, lo disfruten?
Las mujeres se reconocen casi esclavas de esos cnones de belleza que se
centran ms en las formas que en los contenidos, quiero decir ms en como la
mujer se presenta fsicamente ante los dems y ante s misma que en todo lo que
su cuerpo puede hacerle sentir. De esta forma la vergenza que siente ante lo que
es suyo por naturaleza le impide recrearse en todo el placer que es capaz de otorgar y de recibir y le imposibilita dejar aflorar todos los recursos creativos, sexuales
o no, que tiene dentro de s y que podra implementar para lograr valorarse ms.
Es fundamental entender que la relacin con nuestros cuerpos es significativa en
el entendimiento de nuestros placeres y displaceres. Habr que optar por la revisin
permanente de la relacin que establecemos con nuestros cuerpos, esencial para
el proceso de empoderamiento femenino en la cama y fuera de ella.

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Segundo Impacto-La masturbacin


Y para estrechar la relacin con los cuerpos nada ms idneo que la masturbacin. A las mujeres sigue costndonos hablar de este tema y mostrarnos interesadas en el mismo. Nuestros sentimientos negativos y nuestras miras estrechas con
respecto a la masturbacin son muy profundos, proceden de un amplio legado
patriarcal de secretos y vergenza que ha funcionado a la perfeccin como censores de los pensamientos y las sensaciones sexuales y que han generado sentimientos de culpabilidad por "aduearnos" de un placer que ni siquiera reivindicamos
abiertamente. Y es que nada hay que rompa ms con la idea del amor romntico
que la imagen de una mujer masturbndose, porque enlaza con la autonoma, la
libertad y la no dependencia. La masturbacin permite a las mujeres descubrir su
cuerpo, saber disfrutarlo y entender que el encuentro sexual no encaja en la ecuacin sexualidad igual a relaciones heterosexuales e igual a procreacin.
Son muchos los aprendizajes derivados del comportamiento sexual que entroncan con nuestra "mismidad", cada una con la suya. De hecho, puede ensearnos
mucho sobre valores como la seguridad, el afecto, la eleccin y la intimidad:
Seguridad por la capacidad de conocer nuestros cuerpos y confiar en ellos, de
familiarizarnos y sentirnos cmodas con sus sensaciones y de darnos permiso para
abandonarnos.
Afecto, cario, aprecio por una misma que te predispone a buscar tu bienestar,
tu placer, tiene que ver con mirar hacia dentro, "aunque te toques por fuera".
Eleccin por la libertad de detenernos o cambiar de acuerdo con nuestras seales internas, en vez de alcanzar expectativas o alcanzar determinadas metas.
Intimidad porque entronca con la calidad del tiempo dedicado a una misma. Nos
ofrece la oportunidad de abandonar nuestros diversos papeles, responsabilidades y
condicionamientos externos, para intimar con nosotras mismas.
Por supuesto que el acto masturbatorio no es la panacea, ni el antdoto contra el
machismo, ni contra la represin sexual, pero ideolgicamente ayuda, parafraseando a Marcela Lagarde (aunque descontextualizando),"a las mujeres nos hace falta
una educacin amorosa que suponga amarnos a nosotras mismas, necesitamos
poner nuestro yo en el centro de nuestra propia vida" y estas son cuestiones que
tienen que ver con el autoerotismo, con el respeto absoluto a tu mismidad.

Tercer impacto- La pornografa


Aunque me arriesgo mucho, dada mi falta de una articulacin terica sobre
el tema, y a sabiendas de que el discurso sobre la pornografa ha trado de
cabeza y ha generado escisiones, pareciera que por momentos irreconciliables,
entre los movimientos feministas, me gustara incluir aqu este apartado porque

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considero que el debate sobre la pornografa es en buena parte un debate sobre


la masturbacin.
Como espectadora de retazos de algunas pelculas porno hechas por y para
ellos me he sentido, en ocasiones, perturbada por la infelicidad que me transmitan
los personajes, como si la gente que vea slo deseara estar en cualquier otro sitio.
Y entenda perfectamente los planteamientos de las asociaciones feministas antipornografa, compartiendo argumentos como que "la pornografa constituye, nada
ms y nada menos, que propaganda sexista", o que "la pornografa es la teora, la
violacin la prctica."
Tambin observaba como conservadores religiosos aceptaban estos argumentos no tanto porque los contenidos del porno atentaran contra la dignidad de las
mujeres, sino ms bien por su estrechsima relacin con la masturbacin.
Con el paso del tiempo y con la escucha de contradicciones entre las mujeres
con las que hemos trabajado y las mas propias, -repugnancia versus excitacin,
sentimientos de culpabilidad versus orgasmo, ideario feminista versus discurso vejatorio- entend y empatic con los sectores feministas que prevean que, dado lo
desalentador de la iconografa tradicional, la nica salida para que el porno rompiera sus estrechos mrgenes estriba en que las mujeres entraran y empujaran los lmites para agrandar su territorio. Y as creo que, desde que las mujeres estn produciendo narraciones erticas y pornogrficas visuales y literarias diferentes, amn de
que me resulten ms o menos excitantes, ms o menos aburridas, ya no considero
que las imgenes sexuales son amenazadoras, me gustan o no me gustan, me
ponen o no me ponen. No podemos volver la cara e ignorar ese grupo tan nutrido
de mujeres que demandan, se divierten y se disponen a jugar con los productos erticos (reuniones tapersex) y con el porno que estn en el mercado. Si analizamos
una pelcula porno realizada por mujer y para las mujeres, por ejemplo algunos de
los relatos de Erika Lust includo en sus "Cinco historias para ellas":

Qu vi, qu no vi?
- Vi una historia, un argumento. Es la primera vez que he seguido un relato
porno de principio a fin. Con esto no quiero decir que me gustara, quiero decir que
me entretuvo.
- El cuerpo del porno convencional, como deca el siglo pasado Vicent Marqus,
es un cuerpo desarticulado, inconexo, fragmentario, "lo que pone cachondo", y utilizo aqu el masculino a conciencia, es siempre un rgano aislado o combinado con
otro rgano. Pues bien, percib que esa fragmentacin de los cuerpos tan propias
de ese gnero, sobre todo de la presentacin explcita de rganos y sus movimientos rtmicos, aburridos y montonos, no desaparecen del todo. Pero forman parte de
la puesta en escena, no es la escena.
- No vi en el relato porno tanta obsesin por los tamaos de penes, vaginas
y pechos. Ni tampoco por las cantidades, de polvos, de orgasmos, de lquidos

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que fluyen, de torrentes espermticos que se desparraman , aunque ah


estaban.
- Se enmarca dentro de una historia en la que podemos presuponer los afectos
que dieron lugar al vnculo entre los protagonistas, pero no hay ninguna mencin al
respecto.
- Me excit poco, pero me re mucho. No haba ningn tipo de violencia y siempre tuve claro que si no me gustaba tena la libertad de apagar el DVD.
- En otros relatos de esta misma directora, las imgenes lsbicas estaban protagonizadas por e ideada para mujeres, son ellas mismas las que desean, se excitan y resuelven por y para s mismas; es interesante bajarnos del arquetipo porno
heterosexual para hombres donde aparecen escenas sexuales entre mujeres que
calientan al varn y que rpidamente degenera en un tro, introduciendo al caballero en escena para acabar el trabajo como slo un hombre sabe hacerlo.
Sospechamos que si l no aparece en escena, ellas se quedaran en stand-bay.
Pienso que la pornografa reciente est evolucionando en sus argumentos,
haciendo mucho ms complicada la semntica "atltica" de sus pelculas. Sea su
objetivo la masturbacin o la excitacin (abrimos el campo a las relaciones sexuales compartidas) tiene de bueno que valida la variabilidad del deseo, y puede contribuir a erradicar el papel pasivo tradicional de la mujer; crea confusin emocional
(lo apuntbamos antes), estimula la introspeccin y presenta un mundo en el que
no existe el ncleo familiar, el sexo est mgicamente separado de la reproduccin,
el matrimonio y la pareja heterosexual; todas estaremos de acuerdo que estos han
sido mandatos opresivos para las mujeres. Tambin ha aportado un montn de imgenes genitales explcitas de las que las mujeres hemos carecido durante mucho
tiempo: vulvas peludas, vulvas rasuradas, vaginas, estimulaciones de cltoris,
retransmisiones orgsmicas en directo
En definitiva, como plantea Leonore Tiefer "si la sexualidad femenina ha estado
tanto tiempo reprimida, suprimida y oprimida, lo que requerimos son ms y no
menos oportunidades transgresoras" y el porno puede ser una de tantas.
Como veis no he hecho ninguna reflexin especfica sobre lo hetero ni lo homo
ni lo bi ni trans, mucho menos sobre lo queer, pero espero que estas cuestiones las
hayis hecho un poco vuestras y nos permita, desde la diversidad y la pluralidad,
seguir repensando las sexualidades, construyendo un mundo ms justo, ms igualitario y en el que an hacen falta muchos relatos y reflexiones de vivencias sexuales para transformar pasito a pasito todos los mandatos de gnero en relacin al
sexo, la sexualidad y la ertica.
De cualquier forma e independientemente de cmo cada cual transite por su
existencia y evale y maneje "los impactos sexuales", sera estupendo poder exclamar, emulando al poeta: "Nosotras, las de entonces, ya no somos las mismas,
somos y estamos mejor".

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Espero me disculpen aquellas lectoras que no estuvieran presentes en el forum


y no puedan entender el sentido de la frase elegida para terminar la ponencia. Hace
referencia a una experiencia personal relatada en un momento de la misma y que
por eso, por ser ntima y personal, slo la quiero compartir con las ms de cien personas que estuvimos presentes aquel trece de febrero. Muchas gracias.

BIBLIOGRAFA
ARANCIBIA CLAVEL, Gloria. Placer y Sexo en la Mujer. Biblioteca Nueva, Madrid, 2002.
BONILLA BEJARANO, N.(1995) Identidad. Serie Documentos Especiales Cuadernos de
Sexualidad. Ministerio Educacin Nacional de Colombia.
ETXEBARRIA, L (2005) "Ya no sufro por amor" Ediciones Martnez Roca.
FERNNDEZ LOLA, Infante, Ana, Barreda, Maite, Padrn, M del Mar y Doblas, Jos Juan (2006).
Educasex Mlaga. Jvenes, sexualidad y gnero. Estudio cualitativo sobre la sexualidad de las personas jvenes del mbito rural. Mlaga: rea de Juventud, Deportes y Formacin - Centro de
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INFANTE GARCIA, Ana; Pars ngel, ngela; Fernndez Herrera, Lola y Padrn Morales, M del
Mar (2009). Y t qu sabes de "eso"? Manual de educacin sexual para jvenes. Mlaga: rea de
Juventud y Deportes - Centro de Ediciones de la Diputacin de Mlaga. Depsito Legal: MA-2.61209 http://www.institutodesexologia.org/jovenes.html
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del Estado Espaol.
LAGARDE, Marcela. Claves feministas para la autoestima de las mujeres. Madrid: Horas y Horas,
2000.
LAGARDE, Marcela. Para mis socias de la vida: claves feministas para el podero y la autonoma
de las mujeres, los liderazgos entraables y las negociaciones en el amor. Madrid, Horas y horas,
2005.
PADRN MORALES, , M del Mar; Fernndez Herrera, Lola; Infante Garca, Ana y Pars ngel,
ngela (2009). Libro Blanco sobre Educacin Sexual. Mlaga: rea de Juventud y Deportes Centro de Ediciones de la Diputacin de Mlaga. Depsito Legal: MA-2.757-09 http://www.institutodesexologia.org/jovenes.html
RUBIN, G (1989) "Reflexionando sobre el sexo: notas para una teora radical de la sexualidad".
En Vance, Carol, Placer y peligro. Madrid, Editorial Talasa.
TIEFER, L (1995) "El sexo no es un acto natural" y otros ensayo Talasa Ediciones.
TISDALE, S. (1994) "Dime guarradas" El sexo: una reflexin alternativa. Grijalbo Mondadori
VARELA, N. (2008) "Feminismo para principiantes. Barcelona: Ediciones B

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MODELOS DE PAREJA:
CONSECUENCIAS EN LA SALUD MENTAL DE LAS MUJERES
Roco Carmona Horta.
Psicloga

1. INTRODUCCIN:
Voy a hablar de los modelos de pareja y las consecuencias en la salud mental de
las mujeres. Y lo voy a hacer desde mi experiencia como psicloga feminista. Para
ello, primero definiremos los modelos de pareja, y luego, algunas posibles consecuencias que estos modelos puedan tener. Y por ltimo, har una breve propuesta
de cmo deberan ser unas relaciones de pareja saludables.
2. MODELOS DE PAREJA:
Siguiendo el criterio de Fina Sanz, Existen 3 modelos de pareja. El modelo de
fusin, el de inclusin y el de interdependencia.
Al hablar de los modelos de pareja, hablo de relaciones heterosexuales, pues son
la mayora, pero estos tres modelos tambin se pueden extrapolar a relaciones
homosexuales.
Para entendernos mejor, vamos a ver los modelos como si de entes estancos se
trataran, aunque en la realidad se encuentran tantas variantes como parejas
existen.
Para comprender estos modelos, debemos hablar de dos conceptos; el de separacin y de fusin. Estos conceptos estn interrelacionados y son complementarios,
y definen el tipo de vnculo existente entre dos personas.
Al hablar de fusin, nos referimos al estado de unin absoluta de dos personas. Es
un estado donde no sabes muy bien dnde empieza la una para terminar la otra. En
este estado, no existe identidad propia, no existe el Yo, slo el nosotros. Este estado es el que se da en el estado prenatal. El beb no es consciente de que es un ser
aparte de su madre. Los dos son uno. Sin embargo, desde el momento que nace
comienza a encontrar y buscar espacios de separacin, de identificacin y diferenciacin de las dos partes.
Tanto la fusin como la unin son estados positivos y necesarios. Lo importante es
saberlos combinar. En la fusin, encuentro apoyo, compaa, proteccin, mientras
que en la separacin me encuentro a m misma, como persona independiente, con
propia identidad. En este estado es donde puedo pensar sobre mis necesidades y
deseos, y por tanto, en el momento en que puedo responsabilizarme de m misma.

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A lo largo de la relacin vamos evolucionando de un estado a otro. Esto implica un


proceso en continuo cambio. Sin embargo, si lo examinamos bajo la perspectiva de
gnero, observamos que en la educacin diferencial entre varones y mujeres,
somos educadas y educados hacia un estado incompatible. Es decir, mientras a los
nios les fomentan sentirse realizados a travs de sus propias consecuciones, a ser
hroes solitarios capaces de resolver cualquier conflicto, a las nias nos ensean a
ser bellas princesas dedicadas a ofrecer bienestar y afecto a quienes nos rodean.
Esto, traducido al da de hoy, implica hombres independientes, que construyen su
identidad en base a sus propios logros, y mujeres que aprenden a valorarse a travs del reconocimiento externo. Con la peligrosa consecuencia de llegar a volvernos adictas a la aprobacin con tal de conseguir un poco de bienestar emocional. Y
cuando unimos a un hombre con una mujer en la relacin la queja ms habitual
de l ser: "Hay que ver qu pesada eres", y la de ella ser, "es que si me quisieras, te daras cuenta de lo que yo necesito"
Una vez entendido estos dos procesos podemos comprender la distincin de los
tres modelos de pareja:

El primero es el MODELO FUSIONAL UTPICO:

Este modelo se da en la primera etapa de la relacin de pareja, en la etapa del enamoramiento. Tambin es el modelo adolescente. Aunque no slo se da en la adolescencia.
En esta fase no se tienen ms ojos que para la pajera. Este modelo sigue el mito de
la media naranja y lo refuerzan los cuentos tradicionales de prncipes y princesas
nos lo recuerdan en todos sus finales: "se casaron, comieron perdices y fueron felices"

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- Los 2 son 1.Cada persona es una media naranja, y unidas, forman una entera.
Es decir, las personas no estamos completas por nosotras mismas, y necesitamos encontrar aquella otra mitad, que se adapte completamente a m, para as
poder formar un todo.
- Este modelo, respeta la lgica matemtica de + = 1
- Todo lo dems pasa a un segundo plano, las amistades, el trabajo, los estudios,
la familia, el dinero, la participacin poltica.
- Desean compartir todos los espacios y el tiempo al 100%, esperando armona
completa, sin roces.
- Esto implica poca libertad personal, pero no se vive como tal, sino que no que
no se desea.
Este modelo, es el imperante en los medios socializadores. Es el que a todas nos
ensean que deberamos desear alcanzar: bajo este modelo, "debido a que el amor
todo lo puede" consideramos que tendramos la felicidad absoluta. Pues por fin
estaramos "completas". Sin embargo, por qu a pesar de desearlo tanto, no existe en la realidad?
Como antes dije, bajo este modelo de relacin de pareja nos aniquilamos a nosotras mismas. Bajo la motivante mscara de unin y fortaleza, nos encontramos otra
realidad muy distinta, donde:
- Somos seres para otr@s, no para nosotras
- Nos relacionamos a base de cuidar
- Se nos impone un modelo imposible de alcanzar que nos impide saber lo que
nosotras queremos
- No fomenta la asertividad
- Potencia la dependencia, esperando que sea el otro quien nos complete y
cubra nuestras necesidades.
- Se convierte en un pacto tcito de afecto a cambio de proteccin.
- Vivimos esperando la aprobacin del resto, por lo que se incrementan los miedos, la ansiedad, sntomas depresivos, culpa constante por no ser capaces de
conseguir "el xito"
Como deca, este modelo est abocado al fracaso. El motivo principal es por que
una de las dos partes, se va a acabar dando cuenta de que por ms que se intente
adaptar a la relacin, hay muchas necesidades que sta no cubre, as que la persona fusionada ir salindose del espacio comn para buscar el suyo propio, de modo
que deje de intentar compartir el 100 % y de dejar de adaptarse a ser una sola mitad,
para ser un "uno mismo"
Como ya dije anteriormente, los hombres se sienten ms cmodos en la separacin,
por tanto, es probable que sean ellos quienes comiencen a buscar su propio espacio. Mientras que las mujeres, en el intento desesperado de mantener la fusin,
seguirn anulndose a s mismas, y adaptndose al espacio que ellos les marquen.

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El siguiente modelo, es el MODELO DE INCLUSIN:

Este es el modelo tradicional de pareja, dira que es el mayoritario, aunque no el ms


deseado. Ms bien es el modelo que surge cuando el fusional no ha funcionado.
Este modelo tiene mucho sentido si lo examinamos bajo la perspectiva de gnero.
Aqu se reproducen los roles estereotipados de mujeres y hombres a la perfeccin.
Representa a los hombres cmo tienden hacia la separacin y a las mujeres hacia
la unin.
En este modelo representa:
- La relacin de pareja tradicional. Una relacin asimtrica
- Fomenta en la mujer el que asuma su pertenencia al espacio del varn, que
est incluida en su mundo.
- No se valora la posibilidad del espacio personal (EP) propio al margen de la
pareja.
- Hay una pseudo seguridad afectiva a la vez que hay una reduccin de libertad.
- Dificultad para saber quin soy, qu quiero, qu deseo hacer, qu me gusta.
Pues la persona incluida tiende a definirse en relacin a la pareja a la que
pertenece.
- Produce quejas, dolor y una actitud hostil hacia el varn ms o menos manifiesta (no me saca, no me comprano se da cuenta).
- El modelo entra en crisis cuando uno de los miembros ya no acepta esa
estructura relacional, cuando se reivindica un cierto espacio personal no
compartido.
Un ejemplo claro de relacin de inclusin es aquel en el que la chica, al inicio de la
relacin, va dejando de salir con sus amigas, para salir con los amigos de l y as
con cada uno de los espacios personales de ella. Este es un modelo muy radical,
que la verdad tiende a cambiar un poco en su forma, aunque en esencia sigue siendo igual: En la asociacin de mujeres para la salud, decidimos llamarlo: relacin de
inclusin con espacio personal, y se refiere a la relacin que tienen aquellas mujeres que salen del espacio de sus parejas, pero siempre y cuando est muy bien justificado o no quede otro remedio. Aqu nos encontramos a la mayora de las mujeres que tienen un trabajo, que hacen actividades de ocio como ir al gimnasio, que-

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dar con amigas S hacen sus actividades, pero preferiblemente cuando no obstaculiza los planes de la pareja. Es decir, se antepone la pareja a cualquier cosa. O
como he dicho antes, por que el rol de mujer se vea activado: y hay que cuidar a
alguien. Por ejemplo, Este es el caso de una mujer que enfoca su tiempo libre el fin
de semana a la familia, y un da, una amiga la llama dicindole que necesita su
ayuda. En este caso, la mujer, acudira a ayudar a su amiga, por que esto est en
el rol de cuidados o quedara todas las tardes para salir a caminar con la amiga,
pero no justificado como ocio, sino como salud. Ahora, si la amiga la llamara para ir
a jugar al tenis entonces, no lo hara.
Dentro de este modelo hay muchas mujeres que no se ven reflejadas aunque s lo
estn, por que tienen/hacen actividades. Sin embargo, s estaran aqu dentro todas
aquellas mujeres que a pesar de haber ido ganando independencia en el terreno
laboral, de ocio, intelectual siguen manteniendo una dependencia afectiva de
sus parejas.
Como os dije antes, estos modelos no representan formas estancas y podemos
encontrarnos infinidad de variantes que pueden ir desde parejas que asumen perfectamente su rol y no les genera ningn malestar, pasando por relaciones abusivas
debido a que se asientan en la desigualdad y el desequilibrio, llegando a encontrarnos aqu todas aquellas relaciones de violencia en la pareja.
Por ltimo, est el modelo alternativo, el ms saludable:
MODELO DE INTERDEPENDENCIA:

Este modelo rompe con la lgica matemtica. No defiende el modo + = 1 , sino


la idea de que 1+1= 3
- Ambas partes de la pareja tienen su espacio personal.
- Existe un espacio compartido.
- Defiende un modelo de igualdad entre los miembros de su pareja.
- Respetar el derecho de la otra persona a tener su EP implica saberse separar. Y tambin saberse fusionar.
- Y respetar el derecho al Espacio Personal implica conocerse, cuidarse,
mimarse, enfrentarse a los propios miedos

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Este modelo es el ms difcil, pues no nos ensean a estar con nosotras mismas,
sino a ser para las y los dems. Adems, las mujeres, cuando nos sentimos solas,
nos sentimos desoladas. Por eso nos cuesta tanto la separacin. No lo aprovechamos como un momento de encuentro con una misma, sino que luchamos desesperadamente por que no ocurra. Sin embargo, cuando nos ofrecemos la oportunidad
de encontrarnos con nosotras mismas, es el momento en que comenzamos a comprendernos y por tanto a respetarnos. Bajo estas circunstancias, nos vemos preparadas para entablar relaciones de igualdad. Donde no tengo miedo a comunicarme
y me ofrezco la oportunidad de hablar de mis necesidades, de escuchar las de mi
pareja y ms adelante, de proponer alternativas propicias para ambas partes.

3. CONECUENCIAS EN LA SALUD MENTAL DE LAS MUJERES:


Antes de venirme a vivir a Mlaga, yo trabaja en la Asociacin de Mujeres para la
Salud, de Madrid. Esta asociacin se fund hace 21 aos, por un grupo de mujeres
que vean que los problemas de salud de las mujeres no tenan un origen en causas fsicas, sino que el origen estaba en las causas sociales. Que el malestar devena del tipo de vidas, expectativas, actitudes, rolesEstaban aterradas al ver que la
nica forma que se tena de tratar estos sntomas, a los cuales se les llamaba "el
mal sin nombre" desde la medicina tradicional, era a travs de frmacos. Los cuales, a veces, acallaban los sntomas, otras veces los sntomas se desplazaban, pero
en ningn caso las mujeres "mejoraban". El motivo era simple. No haba una buena
diagnosis. Desde entonces en la Asociacin y teniendo como base la teora feminista, hemos trabajado para identificar estos factores predisponentes y los sntomas
que se desencadenan.
A estos sntomas los denominamos trastornos psicosociales por razn de gnero. Bajo este nombre, se trat de despatologizar el malestar de las mujeres con el
origen en una sociedad patriarcal que ofrece una educacin con razn de gnero
que predispone a las mujeres a ser ms vulnerables y nos expone a mayores situaciones de riesgo. Si relacionamos esto con los modelos de pareja que hemos visto
antes, comprendemos que las mujeres en la pareja:
- Han sido enseadas para que el amor sea el centro de sus vidas.
- Por tanto, sienten que tienen que darlo y compartirlo todo.
- Que son importantes en la medida en que son queridas y valoradas.
Y esto fomenta el desarrollo de un proyecto de vida centrado en las y los dems,
promoviendo que ellas dejen de ser las protagonistas de sus propias vidas.
A la larga, no estar centradas en primera persona, sino en lo ajeno, produce muchos
y fuertes efectos a nivel psquico, fsico y por razn de gnero, algunos pueden ser:

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EFECTOS:
- Psquicos: Apata, tristeza, falta de inters, culpa, ansiedad
- Fsicos: problemas de sueo, de alimentacin, disfunciones sexuales, dolores
diversos y/o generalizados como son los dolores musculares, las migraas y las
fibromialgias.
- Sntomas de gnero: malestar difuso o irritabilidad crnica, descontento permanente de las relaciones de pareja, retroceso o paralizacin del desarrollo personal, desmoralizacin, inseguridad y actitud defensiva, o de queja constante,
deterioro de la autoestima.
Y si hablamos de relaciones de violencia: estaramos hablando de lo que denominamos sndrome de gnero de violencia de pareja.
4. ALTERNATIVA:
Como podemos desprender de lo hablado hasta ahora, llegamos a la conclusin
que debemos aprender a crecer tanto en la fusin como en la separacin. Y en el
caso concreto de las mujeres, especialmente en espacios de alejamiento del otro.
Es importante comprender que soledad no es sinnimo de desolacin, sino que es
la oportunidad de encontrarse con sigo misma. Tambin hay que crecer en la independencia, pero ms an, en la autonoma. Y as podremos estar preparadas para
desarrollar modelos de interdependencia reales. Que fomenten las relaciones de
igualdad, de respeto y compromiso.
Existen muy pocos modelos reales de interdependencia, y estos van contra todo
agente socializador que nos rodea: canciones, pelculas, cuentos pero es importante luchar para que la realidad no se convierta en ideal, sino que el ideal sea nuestra realidad.
DINMICA DE TALLER "LA SEXUALIDAD Y LOS MODELOS DE PAREJA":
1. A modo de recordatorio de los modelos de pareja y relacionndolos con la
sexualidad compartida, hicimos una lluvia de ideas de lo ms probable que podra
ocurrir a nivel sexual bajo cada modelo. Para ello se imaginaban una relacin de
fusin, otra de inclusin y otra de interdependencia y en voz alta comentaban qu
pensaban que era ms probable que le ocurriera a una mujer en sus relaciones de
pareja.
Pensad que sois la mujer, e incluir:
- Qu piensa: expectativas de la relacin sexual. Para qu tiene una relacin
sexual, qu espera ella que ocurra en la relacin sexual compartida, qu piensa
de la masturbacin
- Qu hace: Busca su placer, lo ofrece o ambos. Si se masturba o no
- Qu siente: Consecuencias que todo lo anterior puede tener en sus emociones,
(tanto si s se masturba, como si no lo hace). Si hay comunicacin, y en caso de
haberla, de qu tipo. Qu siente: culpa, miedo, vergenza, frustracin, rabia,
alegra

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2. Se divide el grupo en 6 subgrupos de 6 y la consigna es que se imaginen que


son un grupo de publicistas a quienes les encargan una campaa publicitaria
que promueva relaciones de pareja saludables.
Para ello: Debis elegir a qu grupo de edad va dirigido. El medio de comunicacin
que vais a utilizar: valla publicitaria, anuncio en televisin, radio, sketch, corto
Pensad, que aunque en la teora sepamos cual es el modelo saludable, en la prctica, nuestro corazn nos lleva por otros derroteros: ej: se que es bueno que te salgas con tus amistades a solas. Pero vaya, que a m esto me molesta. se que es
bueno que te masturbes a solas. Pero vaya, que a m esto me molesta. O sea, que
es importante incidir en las emociones, en los deseos profundos, en las necesidades que se cubren al buscar el modelo de fusin o de inclusin.
TALLER DE SEXUALIDAD
Existen tres tipos de modelos de pareja:
a) MODELO DE LA MEDIA NARANJA: Se trata de la fase de enamoramiento, la
suele tener dos tipos de salida, uno sera la ruptura de la pareja, y otro un cambio de modelo de pareja. En esta fase la mujer suele estar anulada porque piensa que todo lo dems deja de ser importante. La sexualidad en este tipo de
modelo de pareja es completamente dependiente y muy sentimental. Solo da, ni
si quiera piensa en la posibilidad de recibir.
b) MODELO DE INCLUSIN: En esta fase la mujer va encontrando su identidad
dentro de la pareja, aunque se mantiene la idea de "amor romntico". La mujer
an contina introducir a su pareja en su crculo. En el caso del hombre, l si
tiene un mayor espacio, pero lo mujer sigue dependiendo de l. Este suele ser
el modelo habitual de pareja. Hay que intentar ir saliendo del crculo del hombre,
pero la mujer sigue necesitando el reconocimiento de la pareja. Es una fase en
la que la mujer puede llegar a sentirse frustrada. Referente a la sexualidad en
este tipo de pareja, la mujer suele tener un sentimiento de culpa, sabe dar pero
no pide recibir, aunque lo piense.
c) MODELO ALTERNATIVO: La mujer y su pareja se sienten completos y adems tienen un espacio compartido. sta es la pareja ideal, aunque en realidad
es un modelo difcil, ya que hay que ser muy reafirmante y luchar constantemente por este modelo. La sexualidad en este modelo es totalmente compartida,
ambos toman iniciativas, se fomenta la comunicacin, es un modelo mucho ms
igualitario en comparacin con los dos anteriores. La mujer se siente libre, independiente, segura, etc.

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PRCTICA
Inventar momentos en los que se puedan dar algunos de los tres tipos de modelos
de pareja y luego resolverlos para intentar llegar al modelo alternativo.
1 - Conversacin con dos amigas mientras escuchan una cancin de Luis
Fonsi.
Amiga 1) Me ha dejado
Amiga 2) Ta, ahora qu vas hacer?
Amiga 1) Yo crea que l era de otra manera, que lo dara todo por m.
Amiga 2) Lo siento por ti.
(Se escucha el sonido de un portazo y seguidamente ruido de calle)
Amiga 1) Hola Lorena, Qu tal?
Amiga 2) Me ha dejado, yo crea que l era de otra manera, que lo dara todo por
m.
Amiga 1) Pues ahora eres t la que puede darlo todo por ti.
2 - Imaginar 3 parejas de naranjas. Cada una de ellas sigue un tipo de modelo de pareja.
La primera pareja registran el tpico modelo de la media naranja.
La postura sexual que realizan es la del misionero y la frase que podra decir la
mujer sera la siguiente: "Te quiero mucho, t eres mi amor.
La segunda pareja tienen el modelo de inclusin. La postura sexual que realizan es
la del perrito y la frase que podra decir la chica sera "Estrjame que no me duele".
La tercera pareja tienen el modelo alternativo y la postura sexual que utilizan es la
del "69". La frase de ella podra ser "sabes lo que me gusta, sino te lo digo yo".
3- Imaginar que hay una pocin mgica en Internet.
De esta pocin van apareciendo muchas imgenes de forma muy rpida en las que
se pueden ver momentos sexuales entre personas. Tambin aparecen palabras
como "deseo", "placer", "ilusin", "amor"... Despus de menos de un minuto aparece una imagen negra y seguidamente la siguiente frase "Quin te lo aporta?"

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AMORES, CUIDADOS, EMPLEOS Y PENSIONES


Forum de Poltica Feminista y Asociacin Feminista Leonesa Flora Tristn.
Notas del Taller en Len, junio 2010
entro de las medidas de reduccin del dficit pblico, el gobierno ha anunciado en 2010 la elevacin de 65 a 67 aos de la edad de jubilacin, congelado las pensiones en 2011 y lanzado la posibilidad de elevar el periodo de
cotizacin sobre el que se calcula la cuanta de la pensin de los 15 aos actuales
(su establecimiento en 1985 motiv la primera huelga general de la democracia) a
25 o 20. Ambas medidas se han lanzado sin cumplir el artculo 19 de la Ley de
Igualdad, que exige acompaar toda ley, reglamento o plan del gobierno de un
Informe de Impacto de Gnero.
La Seguridad Social supone el 34,52 % del gasto del Estado. La pensin media
de los hombres es de 940,66 euros al mes y la de las mujeres un 38,6% ms baja:
577,26 euros al mes. El carcter esencialmente contributivo de nuestro sistema de
Seguridad Social, con pensiones no contributivas nfimas (339,70 /mes, el 83% de
ellas de mujeres), hace que la inferioridad de las mujeres en cuanto a tasa de actividad, bajos salarios y cotizaciones, vidas laborales interrumpidas por el cuidado de
la infancia y mayores dependientes, regmenes especiales como el de Empleadas
de Hogar e instituciones como la pensin de viudedad, nos lleven a que una de cada
cuatro jubiladas espaolas viva por debajo del umbral de la pobreza.
Entre las pensiones contributivas son las de viudedad las ms bajas y tambin
las ms feminizadas (93,2% de mujeres), como muestra de un modelo social que
no ve a las mujeres como sujetos de derechos econmicos individuales, sino como
cargas, supuestamente pasivas, del "varn sustentador".
Aumentar en dos aos la edad de jubilacin reportara a la Seguridad Social
como mucho 45.000 cotizantes. Aplicar la Ley de Dependencia como lo que dice
ser, un sistema de servicios profesionales, aumentara el empleo y las cotizaciones
a la Seguridad Social diez veces ms, unos 500.000 empleos, y contribuira a evitar que cientos de miles de mujeres abandonen el empleo para cuidar a las personas dependientes en su familia.
El modelo social de hombre sustentador - mujer cuidadora conduce a que el 52%
de los 4,4 millones de mujeres pensionistas en Espaa lo sean no por derecho propio, sino por derechos derivados del marido o el padre, principalmente, el 48,3% por
viudedad.

La pensin de viudedad derecho o accidente histrico?


La proteccin social en Espaa se inici con la Ley de Accidentes de Trabajo de
1900 cubriendo el fallecimiento, seguida en 1919 por la proteccin por riesgos
comunes (enfermedad comn y accidente no laboral) a la vez que se estableci el
primer seguro social obligatorio denominado retiro obrero al que sigui en la 2 rep-

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blica la proteccin por maternidad. Como seala Mara Pazos en Pensiones e igualdad de gnero, incluida en Feminismo ante la crisis, publicacin del Taller de
Poltica Feminista que antecede a este, la Seguridad Social es un sistema creado
sobre el modelo de hombre trabajador-mujer dependiente econmicamente de l,
que a duras penas se transforma -empujado por el feminismo y la incorporacin de
las mujeres al empleo42 sin que los hombres se incorporen al cuidado de la infancia y personas dependientes- en la direccin del modelo de hombres y mujeres en
igualdad en el empleo y los cuidados.
La pensin de viudedad es parte de esa concepcin de la mujer econmicamente dependiente. En plena guerra civil, a la vez que el Fuero del Trabajo franquista
se propona "liberar a la mujer casada de la fbrica y el taller", la Ley de 18 de julio
de 1938 cre el Rgimen Obligatorio de Subsidios Familiares, estableciendo una
prestacin por fallecimiento del asegurado a las viudas y hurfanos en situacin de
necesidad, que en la Ley 193/1963 de Seguridad Social se generaliz un subsidio
temporal, o la pensin vitalicia del 45% de la base de cotizacin si la viuda hubiera
cumplido 40 aos, se encontrara incapacitada para el trabajo, o tuviera a su cargo
hijos habidos con el causante con derecho a pensin de orfandad, mientras el
viudo, solo tena derecho a pensin si estaba incapacitado para el trabajo y haba
sido sostenido por la esposa. La ley 24/1972 suprimi el subsidio temporal de viudedad y estableci la presuncin de la situacin de necesidad de la viuda.
La primera consecuencia de la Constitucin democrtica de 1978 fueron las
Sentencias 103/1983 y 104/1983 del Tribunal Constitucional igualando los derechos de mujeres y hombres ante la pensin de viudedad, que ha conducido a que
en 2009 el 6,8% de los 2,2 millones de pensionistas por viudedad sean hombres y
el 93,2% mujeres y la anulacin del requisito de conducta deshonesta o inmoral de
la viuda. La reivindicacin de las asociaciones de viudas ha logrado elevar la pensin del 45% de la base de cotizacin al 52% o el 70% si tiene cargas familiares, y
lograr su compatibilidad con un nuevo matrimonio para mayores e incapacitados
cuya pensin sea su principal fuente de ingresos. En 1995 el Pacto de Toledo de
los agentes sociales y todos los grupos polticos con representacin parlamentaria,
plasmado en la Ley 24/1997, propici la sostenibilidad futura del sistema financiando va aportaciones del estado, no por cotizaciones, de las pensiones no contributivas y los complementos de mnimos, dos figuras especialmente feminizadas.
La "normalizacin" del divorcio ha creado una nueva situacin en numerosas
pensionistas por viudedad, para la que se ha establecido que, si hay concurrencia
de beneficiarios/as, la cuanta ser proporcional al tiempo vivido, garantizndose
en todo caso, el 40% a favor del cnyuge superviviente o conviviente (con requisitos) en el momento del fallecimiento, mientras la Ley 26/2009 ha establecido, para
las nuevas pensionistas por viudedad, haber tenido antes derecho a una pensin
42

De las mujeres "econmicamente activas" en 1930 el 66% eran solteras, 19,4% casadas y 14,3% viudas; en
1980 las solteras representaban el 46,3%, frente al 53,7% de casadas o viudas; en 2009 las activas estaban
solteras en un 34,5%, casadas el 55,6%, viudas el 2,1% y divorciadas el 7,7%.

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compensatoria por el divorcio o ser vctimas de violencia de genero en el momento


de la Separacin o Divorcio.
Desde el punto de vista de la equidad, en particular la equidad de gnero, y de
la eficiencia del sistema de Seguridad Social, debemos hacer algunas reflexiones y
constataciones acerca de la pensin de viudedad, basada en el modelo franquista
de la mujer casada econmicamente dependiente del marido y cuyas reformas
siguen sin responder a la realidad actual y acumulan rasgos contrarios a los principios de equidad y eficiencia por los que se rige el sistema.
Equidad de gnero y eficiencia de la pensin de viudedad
La pensin de viudedad atenta directamente contra el principio de equidad: no es
una proteccin ante la carencia de rentas propias (como s lo son las dems prestaciones por desempleo, incapacidad temporal, invalidez y jubilacin). Se da la paradoja de que las cotizaciones de una persona soltera no le sirvan para su propia pensin (por no alcanzar el mnimo de 500 das cotizados en los ltimos 5 aos para
tener derecho a pensin de jubilacin contributiva) pero puedan servir para que su
pareja se beneficie de una pensin de viudedad acumulable a otros ingresos. Por
ello no es propiamente una pensin contributiva, ya que no se cotiza por este concepto, aunque se calcule en funcin de las cotizaciones de otra persona, el cnyuge, en este caso difunto. Tampoco responde al principio de solidaridad, como recurso de atencin atenderse a sus familiares dependientes que quedan desprotegidos,
pero ya no es vlida para la generalidad de las viudas, y an menos de los viudos
No es eficiente, porque ya en 1983 haba muchas mujeres ocupadas que no
necesitaban la pensin de viudedad ms que muchos hombres, y considerarlas a
todas dependientes era obsoleto, y mucho ms conceder a todos los hombres esa
misma pensin, generando un gasto pblico injustificado e intil para asegurar una
renta a personas que carecan de ella.
Tampoco es eficiente para la igualdad de gnero, pues, en el escenario de divisin sexual del trabajo en el que nos encontramos, empuja a muchas mujeres casadas a dedicarse en exclusiva a los cuidados de su familia y su hogar o a trabajar en
la economa sumergida, con el consiguiente efecto negativo sobre la Hacienda
Pblica, sobre la economa nacional y sobre la vida de las mujeres, que se ven
impulsadas a supeditar su vida y su proyecto profesional a los de su marido.
La pretendidamente universal pensin de viudedad, como pensin vitalicia sustitutiva de las rentas de trabajo, convive con innumerables incentivos sociales, econmicos y educacionales para que las mujeres casadas y/o en situacin de potenciales cuidadoras abandonen el empleo, aun temporalmente o a tiempo parcial.
Algunos de estos incentivos tienen incluso procedencia institucional, bien dentro del
propio sistema de pensiones, contradiciendo el principio de individualizacin de

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derechos, bien en diversas polticas pblicas de empleo, permisos laborales etc,


aparentemente neutrales o proteccionistas de la mujer, que potencian la divisin
sexual del trabajo y la dependencia econmica de las mujeres. La especial dedicacin de las mujeres a las tareas de cuidados no profesionalizados (por tratarse del
cuidado de los propios hijos, pareja, ascendientes u hogar) es un elemento fundamental a la hora de definir la estrategia econmica de las familias, en trminos de
ahorro y coste-beneficio. Esto implica que las mujeres nos vemos, por un lado,
impulsadas a alejarnos del empleo para dedicarnos al trabajo domstico y de cuidados y, por otro lado, penalizadas con la consiguiente disminucin de pensiones o la
exclusin de los beneficios de la parte contributiva del sistema.
En la nueva configuracin social, las personas carentes de rentas ya no son las
viudas en general, sino las personas mayores que carecen de cotizaciones y pensiones propias, sean viudas o no, a cuya subsistencia responde la institucin de la
pensin no contributiva, si bien es susceptible de mejora. La pensin de viudedad
no es solidaria, pues ignora el nivel de rentas que sus beneficiarios/as tengan, tanto
en el momento del reconocimiento de la pensin como posteriormente: es independiente de si estn o no en situacin de necesidad econmica, que solamente hace
falta para el acceso a las prestaciones de naturaleza asistencial o para las pensiones del 70% de la base reguladora a viudas con cargas familiares.
Impacto en la igualdad de gnero en la proteccin social de las medidas del
gobierno ante la crisis 2009-2010.
Segn el Pacto de Toledo, la sostenibilidad del sistema de pensiones se basa en su
carcter contributivo, lo que conlleva que las pensiones no contributivas y los complementos por mnimos se financien con impuestos, no mediante el resto de las cotizaciones ingresadas por la Seguridad Social. La lgica es la siguiente: si las lagunas en la cotizacin no estuvieran penalizadas, o si la cuanta de las cotizaciones
no modificara esencialmente la pensin, muchas personas no cotizaran durante
algunos periodos o lo haran por una cantidad menor que sus salarios reales, potenciando as la economa sumergida, y cargando injustamente sus prestaciones a
otras personas contribuyentes. Desde el punto de vista de la equidad, este diseo
intenta compensar a quien tuvo una conducta deseable para el sistema -contribuir
ininterrumpidamente durante toda la vida adulta hasta la edad de jubilacin- sin
dejar por ello desprotegidos a las personas cuya trayectoria se desvi de ese
patrn. En un escenario de recursos escasos, distribuye estos recursos estableciendo un equilibrio entre el esfuerzo laboral realizado y los niveles mnimos de subsistencia, que tienen carcter redistributivo.
Son contradictorios con este modelo, y por tanto son penalizados en el sistema
de pensiones, algunos comportamientos femeninos inducidos por los roles tradicionales y tambin, lo que es ms grave, por algunas leyes y polticas pblicas que
fomentan:

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1) El empleo a tiempo parcial femenino, continuamente en expansin, disminuye el salario y, consecuentemente, la pensin de jubilacin contributiva de dichas
mujeres.
2) El aumento del nmero mnimo de aos cotizados necesario para acceder a
la pensin contributiva de jubilacin expulsa del sistema a ms mujeres que hombres, en trminos porcentuales.
3) La ampliacin del periodo de cotizaciones sobre el que se calcula la pensin
(y por tanto el periodo en el que los huecos de cotizacin estn penalizados con el
mnimo legal aplicable), hace que las pensiones de las mujeres tiendan a disminuir.
El trabajo a tiempo parcial y las excedencias son una mala "poltica de conciliacin? porque menoscaban la vida profesional y los derechos econmicos y de proteccin social de las mujeres, como tambin la conversin de la paga a la cuidadora familiar, que el artculo 18 de la Ley de Dependencia dice que ser "excepcional",
en la prestacin mayoritaria (49,4%), porque cuidar 10 horas al da es incompatible
con el empleo, la salud y la vida personal. La verdadera conciliacin de vida laboral
y familiar requiere la reduccin general de jornada, los permisos iguales para mujeres y hombres y los servicios profesionales y pblicos de atencin a la infancia y las
personas mayores dependientes.
Ms an, estas medidas no solamente perjudican a las mujeres que las "eligen?
sino al conjunto de las mujeres, al alimentar cifras de baja productividad femenina
que actan, por el fenmeno de "discriminacin estadstica? sobre las aspirantes a
tener una vida profesional intensa.
La comprobacin de los efectos perniciosos que tienen las sucesivas reformas
sobre las pensiones de las mujeres ha hecho que se alcen voces en contra del principio de contributividad, difcil de mantener en la prctica, pues acarreara una situacin de insostenibilidad del sistema y la no asuncin por parte de los hombres del
50% del trabajo domstico, lo que produce muchas desigualdades, ineficiencias y
problemas sociales.
Conclusiones
El modelo de pareja hombre sustentador-mujer cuidadora es incompatible con la
igualdad en el empleo y en el cuidado de las personas. Es un despilfarro de la educacin y las capacidades de las mujeres y genera nuestra dependencia econmica
y aislamiento social. En confluencia con otros mecanismos ideolgicos y econmicos de asignacin de roles sexuales, el sistema de pensiones empuja a muchas
mujeres a la precariedad laboral, la economa sumergida y la dependencia econmica durante toda la vida.
Los factores que conducen a la situacin de desigualdad de hombres y mujeres
en el sistema de pensiones derivan de las desigualdades de vida laboral, retribu-

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cin, regmenes especiales, como el de Empleadas de Hogar y fiscalidad (tributacin conjunta del IRPF) imposibles de remontar sin un paralelo reparto familiar y
social de las tareas de cuidado de la infancia y personas dependientes.
La pensin media de las mujeres es un 38,6% ms baja que la de los hombres.
Nuestras pensiones medias por jubilacin contributiva (592 /mes), por viudedad
563 /mes) y las no contributivas (340 /mes) estn por debajo del umbral de la
pobreza. Por tanto, el sistema de pensiones no cumple, para la mitad femenina de
la poblacin, el principio de equidad y tampoco el de eficiencia, ya que empuja a
muchas mujeres (especialmente las de salarios bajos y con huecos de cotizacin
que no les permiten sumar los 15 aos, ni menos los 20 o 25 que el gobierno anuncia) a permanecer en la economa sumergida o en el hogar, infrautilizando sus capacidades y limitando su igualdad y su autonoma econmica actual y futura.
La solucin para salir de este crculo vicioso es valorar y repartir el trabajo
domstico no remunerado, en especial el de cuidado de la infancia y personas
dependientes. Valorar los bienes y servicios producidos por l permitir considerar
la realidad en su conjunto y revisar las polticas pblicas que hoy colocan, explcita
o tcitamente, a las mujeres en una situacin de desventaja en el mercado de trabajo, en el sistema de pensiones y en la economa en general.
Sin embargo, es importante advertir contra posibles vas que, con la apariencia
de compensar las desigualdades, contribuyen a su permanencia. Dentro del feminismo, una postura reivindica que se elimine la contributividad, es decir, que las
pensiones no dependan de las cotizaciones. Esta postura es comprensible, visto
que el trabajo domstico no solamente no reporta beneficios a las mujeres sino que
les penaliza, pero no es viable ni razonable si pretendemos que todas las personas contribuyan en la medida de sus posibilidades y sean retribuidas, directa e indirectamente, segn sus necesidades. El problema no es que los principios de equidad y eficiencia no sean vlidos, sino que no se aplican coherentemente. La pensin de viudedad, las "paguitas? a cuidadoras, los reconocimientos de periodos
cotizados por excedencias o por partos son versiones del salario al ama de casa
que han fracasado, pues no han compensado a estas mujeres y se han vuelto contra ellas. Como seala Diane Sainsbury, nunca estas migajas podrn llegar a igualar los derechos generados por la insercin en el empleo de calidad. La nica solucin, pues, es la eliminacin de la divisin del trabajo, orientando todas las polticas al modelo de sociedad de personas sustentadoras/cuidadoras en igualdad
(Sainsbury, 1999).
El ingrediente ms necesario para este cambio estructural es el cambio en el
comportamiento masculino que carga a las mujeres con el peso de la atencin a la
infancia y a la dependencia, lo que se da a travs de dos vas:
1) retirada femenina del empleo (aunque sea temporalmente y/o a tiempo parcial), lo que redunda en precariedad para las mujeres, con o sin cargas familiares;

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2) trabajo precario y sin los mnimos derechos sociales de las mujeres inmigrantes.
An as, este modelo lleva a un callejn sin salida debido a la crisis demogrfica: una sociedad cada vez ms envejecida, con menos nios/as, menos personas
en edad de trabajar y cuidar; y ms personas mayores que necesitan cuidados y
recursos.
Los ejes de actuacin para el cambio de modelo son:
1) Polticas para que los hombres asuman su 50% del trabajo domstico y de
cuidados, y particularmente los permisos de maternidad y paternidad iguales e
intransferibles, junto con polticas educativas igualitarias.
2) Universalizacin de la educacin infantil de calidad desde los 0 aos y del sistema pblico y profesional de atencin a la dependencia.
3) Jornadas de trabajo menos absorbentes, con horarios ms cortos para todas
las personas a tiempo completo.
4) Eliminar todos los desincentivos a la inclusin de las mujeres en el empleo de
calidad que se encuentran en todo el sistema de impuestos y prestaciones; en particular los incentivos al tiempo parcial, las excedencias y prestaciones para el cuidado incompatibles con el empleo, la declaracin conjunta del IRPF y, como hemos
visto, la pensin de viudedad.
5) Igualdad en la proteccin social; con especial atencin a la inclusin de las
Empleadas de Hogar en el Rgimen General de la Seguridad Social y a la equiparacin de la Pensin No Contributiva con el mnimo general de las pensiones. La
adaptacin del sistema de Seguridad Social a la sociedad actual exigira, junto con
otras reformas en pro de la igualdad de gnero, la eliminacin la pensin de viudedad, como ya ha hecho Suecia, aplicando medidas transitorias para que las viudas
actuales sin otro tipo de rentas y las personas mayores que ya han sido vctimas
de los incentivos adversos no empeoraran an ms su situacin. En primer lugar
se debera hacer la pensin de viudedad incompatible con otro tipo de rentas. En
segundo lugar, eliminar el derecho para los nuevos matrimonios y para las personas por debajo de una cierta edad. Por otro lado, la Pensin No Contributiva debera aumentarse hasta un nivel digno, que podra ser el mnimo actual de las pensiones de viudedad y de jubilacin, a la vez que ese mnimo general se hace
incompatible con todo tipo de rentas personales (que no es el caso de los mnimos
actuales).
Toda esta reforma hara que el umbral de vida digno fuera el mismo para
todas las personas mayores sin ingresos. Al no incentivar la dependencia econmica de las mujeres, sino nuestra vida profesional con cotizaciones normales y
la creacin de servicios profesionales de cuidados a la infancia y la dependencia, el sistema de Seguridad Social ganara en equidad y eficiencia y el sector
pblico dispondra de ms recursos para combatir la pobreza, como PNC dignas,
rentas de insercin y medidas transitorias mujeres ya jubiladas no se vean per-

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judicadas por el cambio de modelo. No obstante, la transicin a un modelo ms


inclusivo es fundamental para avanzar y as, por fin, dejar de confundir ceguera
con neutralidad.

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LAS MUJERES TENEMOS MOTIVOS PARA PARTICIPAR EN LA HUELGA


GENERAL DEL 29 S 2010

as confederaciones sindicales de la Unin General de Trabajadores y de


Comisiones Obreras ante la reforma laboral y los recortes al gasto social aprobados por el Gobierno, llamamos a trabajadoras y trabajadores, a las distintas
organizaciones, asociaciones, movimiento de mujeres y al conjunto de la sociedad
civil, a secundar y apoyar la Huelga General convocada para el prximo 29 de
Septiembre como expresin del ms contundente de rechazo a unas medidas que
suponen la supresin de derechos sociales y laborales.
Unas medidas que implican cambios profundamente negativos e injustos para la
clase trabajadora y que perjudicar doblemente a las mujeres: los recortes en el
gasto social incrementarn el trabajo reproductivo y la reforma laboral ahondar en
la precariedad en el empleo, de la que ya son vctimas.
Las mujeres, mayora ciudadana, vern incrementado el trabajo de atencin y
cuidado a menores y personas dependientes, el denominado trabajo reproductivo
(no retribuido), con dobles y triples jornadas, ya que se recortarn, an ms, los servicios que conforman el dbil modelo de nuestro Estado de Bienestar (sanidad, educacin, servicios sociales y dependencia).
La poblacin activa femenina con 8.090.800 mujeres ocupadas, junto a las
2.058.300 paradas, es decir el 66,4% del total de mujeres en edad de trabajar 15.277.800 segn la EPA I T 2010- van a ver cmo empeora su ya mala situacin
laboral puesto que la reforma laboral opera en el modelo de contratacin facilitando
el empleo a tiempo parcial, abarata el despido, reduce las bonificaciones y los costes laborales, privatiza el sistema de intermediacin y facilita a las empresas el descuelgue de los convenios colectivos. Todo ello supondr para las mujeres: un descenso en las tasas de actividad laboral, mayores ndices de temporalidad en el
empleo, mayores tasas de desempleo, mayor contratacin a tiempo parcial, incremento de la brecha salarial y una menor proteccin social, as como, un incremento de la presencia femenina en sectores especialmente precarios, como las empleadas de hogar, por las cuales no se ha hecho nada durante la etapa de bonanza
econmica.
Los recortes econmicos al gasto social, a la Ley de Dependencia, y a las medidas laborales y imponen mayores sacrificios a las mujeres: por la disminucin de
sus prestaciones y salarios (ya inferiores a los de los varones), por tener las pensiones ms bajas y por ser, mayoritariamente, las cuidadoras de las personas dependientes, lo que contribuir a acrecentar las desigualdades por razn de sexo en el
mercado laboral.
Desde el inicio de los primeros efectos de la crisis, CCOO y UGT han manifestado reiteradamente que la proteccin social es lo ms importante, especialmente
hacia las personas ms vulnerables entre quienes se encuentran las mujeres.
Tambin defienden que es necesario el cambio de modelo productivo y para ello,

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hay que adoptar medidas que reanimen la actividad econmica y promuevan el


cambio del patrn de crecimiento.
Estas medidas -imprescindibles para la ciudadana- requieren una importante
inversin pblica, pero el Gobierno no slo no ha atendido las demandas sindicales y sociales, sino que ha aceptado las presiones del mercado y ha optado por el
recorte de 15.000 millones de para la reduccin del dficit fiscal. Pero adems, lo
ha hecho reduciendo slo gastos y exigiendo un sacrificio mayor a quienes nada
han tenido que ver con el origen de la crisis (personas jubiladas, empleadas y
empleados pblicos, trabajadoras y trabajadores).
Hay muchas razones por las que trabajadoras y trabajadores debemos secundar la Huelga General del 29S: porque supone el recorte derechos a trabajadoras
y trabajadores, impone sacrificios a las personas ms vulnerables, promueve el
despido sin causa ni control judicial que favorecer el aumento de la precariedad,
la temporalidad y el abaratamiento del despido, porque no servir para crear
empleo, porque debilita la negociacin colectiva y refuerza el poder empresarial y
porque pone en riesgo los avances en materia de planes y medidas de igualdad
que la normativa, del propio gobierno socialista, vena propiciando. Es en base a
esta normativa que reclamamos al Gobierno realice el informe de impacto de gnero del RD de la reforma laboral, en cumplimiento del art. 19 de la Ley de igualdad.
UGT y CCOO reclamamos el mantenimiento de la inversin pblica y la proteccin social para lograr crecimiento econmico, empleo de calidad y cohesin
social, con polticas fiscales eficientes y combatiendo la especulacin y el fraude.
El reto est en lograr salir de la crisis desarrollando un modelo social, ms democrtico, ms justo, ms eficiente, ms igualitario, ms inclusivo y sostenible que
genere calidad de vida y de empleo. Llamamos a la participacin de trabajadoras y
trabajadores y de la sociedad civil en su conjunto, en la HUELGA GENERAL del
29S para manifestar nuestro rechazo a las polticas de recortes sociales y supresin de derechos decretadas por el Gobierno
Secretara de Igualdad de UGT
Secretara de la Mujer de CCOO
Consejo de Mujeres del Municipio de Madrid
Mujeres por la Paz
Frum de Poltica Feminista
AMECOOP (Asociacin de Mujeres de Cooperativas)
FADEMUR (Federacin de Asociaciones de Mujeres Rurales)
Mujeres de IU-CM
Mujeres de la revista Transversales
Centro 8 de marzo
Centro de Estudios de la Mujer
ACSURAS
Confederacin de Mujeres del Mundo Rural, CERES
Mujeres Vecinales

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

COMUNICADO MUJERES ANTE EL CONGRESO:


ENTRADA EN VIGOR Y DESARROLLODE LA LEY 2/2010 DE ABORTO
Los reales decretos que regulan la aplicacin de la ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupcin voluntaria del embarazo levantan toda una carrera de obstculos a las mujeres, dificultando y entorpeciendo su decisin.
Ante la aprobacin por el Consejo de Ministros de los Reales Decretos
831/2010, de 25 de junio, de garanta de la calidad asistencial de la prestacin a la
interrupcin voluntaria del embarazo, y 825/2010, de 25 de junio, de desarrollo parcial de la Ley Orgnica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de
la interrupcin voluntaria del embarazo, la Plataforma de Mujeres ante el Congreso
(PMAC) manifiesta:
1. Que solicitada una reunin por parte de la PMAC el 29 de abril con las ministras
de Igualdad y de Sanidad y Poltica Social con el objetivo de trabajar conjuntamente
en el desarrollo reglamentario de la L.O. 2/2010, se nos convoca, junto con diversas
asociaciones feministas, en el Ministerio de Igualdad el 29 de junio, 4 das despus de
la publicacin de los Reales Decretos y 6 das antes de la entrada en vigor de la LO
2/2010 como trmite informativo. Una vez ms, se ningunea a las asociaciones defensoras de los derechos de las mujeres obviando su participacin y aportaciones en el
desarrollo de esta Ley. Por el contrario, nos encontramos con que el resultado de los
RD responde a los intereses de los sectores ms conservadores que se muestran
contrarios a los derechos de las mujeres. El procedimiento aprobado levanta toda una
carrera de obstculos a las mujeres, dificultando y entorpeciendo su decisin.
2. Respecto al art. 4 y 5 del RD. 325/2010 de informacin previa al consentimiento de los supuestos de IVE previstos en el art.14 de la Ley: es inslito que la documentacin preparada por el Ministerio de Igualdad para entregar a las mujeres que
han decidido interrumpir su embarazo sea una informacin sobre "polticas de
apoyo a la mujer embarazada y a la maternidad".
- En primer lugar, no se informa sobre los derechos a la IVE previstos en la propia Ley, ni se incluye informacin sobre mtodos anticonceptivos y de prevencin de
ITS, a pesar de recogerlo el art.17 de la Ley.
- En segundo lugar, la lectura de la informacin del sobre es coercitiva, desorienta y perturba a las mujeres. En vez de servir como apoyo para el desarrollo de su
decisin, pareciera un acto de chantaje emocional para continuar con su embarazo.
- En tercer lugar, es incoherente con las polticas de corresponsabilidad propuestas por el Ministerio de Igualdad, al responsabilizar de nuevo a las mujeres en lo
concerniente a la reproduccin, polticas que por otra parte no son efectivas ya que
la tasa de natalidad sigue disminuyendo.
3. Respecto al art.8 del RD.825/2010: Si bien estbamos ya en desacuerdo con
el 4 requisito del art.13 de requisitos comunes de la Ley por obligar a las jvenas
de 16 y 17 aos a informar de su decisin de IVE a sus representantes legales, el
desarrollo del RD empeora considerablemente la situacin de las jvenas.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

- La presuncin de "conflicto grave" queda en manos de las y los profesionales,


bajo unos criterios desconocidos sin acatar la decisin de la joven.
- Por otra parte, no se regula el tiempo mximo del que dispone el/la profesional
para emitir su diagnstico de conflicto, pudiendo rebasar el plazo estipulado por la
Ley de 14 semanas, dejando a las jvenas en un situacin de desamparo respecto
a sus derechos sexuales.
- En caso de que se detecte una situacin de malos tratos hacia la joven, entendemos que las y los profesionales debern cumplir el artculo 262 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, denunciando inmediatamente el delito de malos tratos, lo
cual deja a la joven en una situacin de indefensin, determinada por la LO 2/2010.
- En el caso de las jvenas tuteladas por las CCAA, se puede dar la paradoja
de que las directrices de algunas CCAA sean totalmente contrarias a la IVE e impidan esta prctica poniendo trabas a la decisin de la joven tal y como viene sucediendo.
Todo ello nos hace temer que se agrave la situacin de violencia hacia las mujeres ms jvenes y pueda haber un aumento de los abortos clandestinos.
4. Respecto al Captulo I del RD 825/2010 del Comit clnico del artculo 15.c),
de la Ley:
- En primer lugar, el plazo mximo estipulado que tiene el Comit para emitir su
dictamen, 10 das o ms "si se acredita que las pruebas requieren un plazo mayor",
es excesivo, sobre todo teniendo en cuenta que sta ya cuenta con un primer diagnstico prenatal previo, realizado por un/a especialista.
- En segundo lugar, al no regularse la objecin de conciencia de las y los profesionales en la Ley y en los RD, no se garantiza que las y los miembros del comit
clnico, as como sus suplentes, no puedan acogerse a ella. Esto supondra una vulneracin de los derechos de las mujeres en las situaciones ms difciles de IVE en
semanas avanzadas de gestacin.
- En tercer lugar no se regula qu pasara si el Comit Clnico no llega a un
acuerdo en el diagnstico. Al componerse este de 3 profesionales nos preocupa que
pasar en caso de disenso, ya que no est contemplado ni en la Ley ni en los RD.
5. Respecto al Ttulo I de la salud sexual y reproductiva: Nos parece inslito que
entrada en vigor la ley no se hayan articulado las medidas necesarias para su efectivo cumplimiento en los dos RD de 25 de junio.
Las conclusiones que sacamos desde la PMAC, teniendo en cuenta y recogiendo el malestar general de la mayor parte del movimiento feminista en relacin a la LO 2/2010 y los Reales Decretos que hasta el momento la desarrollan,
van dirigidas por un lado a afirmar que la nueva Ley nos pone ante una situacin
tanto individual como colectiva de las mujeres catica y desconcertante, sumada
a las trabas administrativas a las que se enfrentarn los servicios de salud y las
clnicas. Por otro lado, estamos valorando qu tipo de acciones ejercitar para
expresar nuestro desacuerdo y exigir que se garanticen los derechos sexuales y
reproductivos de las mujeres, especialmente el derecho a decidir sobre el propio
cuerpo.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Por ltimo, nos gustara recordar de nuevo las reivindicaciones que hemos venido haciendo a lo largo del proceso de tramitacin de la Ley, todas ellas desodas:
1) Que el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos se regule exclusivamente en
una ley especfica y deje de estar tipificado como delito regulado dentro del Cdigo
Penal, siempre y cuando no se realice contra la voluntad de la mujer o por imprudencia.
2) Que se garantice la prctica de la IVE en la red sanitaria pblica y que se
regule la objecin de conciencia del personal sanitario.
3) Que no se restringa el derecho a la IVE por razones de salud de la mujer gestante en ningn momento del embarazo.
4) Que los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres jvenes en materia de IVE, tengan la misma regulacin que para el resto de las mujeres.
5) Que se garantice una interlocucin fluida, sistemtica y en igualdad de condiciones entre los partidos polticos y las organizaciones feministas.
AMPLIA
Asamblea Feminista
Comisin para la Investigacin de Malos Tratos a Mujeres
Federacin de Mujeres Jvenes
Forum de Poltica Feminista
Lilas
Nosotras No Nos Resignamos
http://mujeresantecongreso.blogspot.com
Las asociaciones que firmaron el Manifiesto Feminista ante la Nueva Regulacin
del Aborto que se present en el Congreso de los Diputados el da 11 de marzo de
2009 fueron:
Abogadas para la Igualdad (Asturias)
Acci Positiva
ACSURAS
AMPLIA-Asociacin Profesional de Agentes de Igualdad
Asamblea de Mujeres de lava
Asamblea de Mujeres de Bizkaia
Asamblea de Mujeres de Cantabria
Asamblea de Mujeres de Ermua
Asamblea de Mujeres de Palencia
Asamblea de Mujeres de Salamanca
Asamblea Feminista de Madrid
Asociacin de Ayuda a Vctimas de Agresiones Sexuales y Violencia
Domstica. ADAVAS, Len
Asociacin de Madres Solas (AMASOL)
Asociacin de Mujeres Clara Campoamor, Len
Asociacin de Mujeres de Orihuela Clara Campoamor
Asociacin de Mujeres La Rondilla, Valladolid
Asociacin de Mujeres La Rueda, Burgos

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Asociacin de Mujeres Mayores Progresista (MUMAPRO)


Asociacin de Mujeres Nuevas Ideas
Asociacin de Mujeres por la salud "Nielda" (Asturias)
Asociacion de Mujeres separadas y divorciadas de Orense
Asociacin Feminista Leonesa "Flora Tristn
Asociacin por la Igualdad de Gnero 8 de Marzo (Plasencia)
Assemblea de dones d'Elx
Associaci de Dones Periodistes de Catalunya
Asociacin GENERA (Red de mujeres feministas por la equidad de gnero en
el desarrollo)
Asociacin Profesional de Agentes de Igualdad del Pais Vasco
Aurora, Collectiu Dones PV
Ca la Dona (Barcelona)
Campanya pel dret a l'avortament lliure i gratuit
Casa de la Dona de Valncia
Catlicas por el derecho a decidir
Collectiu Feminista Victoria Sau
Colectivo autnomo de trabajadoras y trabajadores - rea de Igualdad
Colectivo de mujeres de Accin en Red
Colectivo de Mujeres Ribera del Torio
Colectivo Feminista Revolucionario
Colectivo Violeta de Vigo
Comisin para la Investigacin de Malos Tratos a Mujeres
Coordinadora estatal de organizaciones feministas
Creacin Positiva
Dona i pres (Barcelona)
Dones de negre Castell
Dones de Xirivella en Acci
ENJAMBRA Contra la Explotacin Sexual -Afesip Espaa
Espais per a la Igualtat
FEAS
Federacin de Mujeres Jvenes
Federacin de Mujeres Progresistas de Castilla y Len
Forum de Poltica Feminista
Forum Feminista Mara de Maeztu
Grupo de Hombres de Ermua por la igualdad
Grupo de Mujeres de Av. Zarzaquemada
Grupo de Mujeres de Comillas
Grupo de salud Federica Montseny
Grupo Feminista de Izquierda Anticapitalista
Hetaira
Ladyfest Madrid
Las Tejedoras

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Lilas
Marcha Mundial das Mulleres na Galiza
Marxa Mundial de Dones de Catalunya
Marxa Mundial de Dones de Valncia
Mujer Palabra
Mujeres de Negro de Madrid
Mujeres en marcha (Almera)
Mujeres de Izquierda Unida Comunidad de Madrid
Mujeres en Rojo
Mujeres ocupando la igualdad.- Asc. de Mujeres de Vallecas
Mujeres por la Paz
Mujeres por la salud y la paz de Valencia
Nosotras No Nos Resignamos
Organizacin de Mujeres de la Confederacin Intersindical y STEsIntersindical
Organizacin de Mujeres de STERM-Intersindical (Regin de Murcia)
Partido Feminista
Plataforma 8 de marzo de Sevilla
Plataforma Catalana de Suport al Lobby Europeu de Dones
Plataforma de Apoyo al Lobby de Mujeres de Castilla y Len (ALEMCYL)
Plataforma estatal de organizaciones de mujeres por la abolicin de la prostitucin
Red de Ciudadanas Europeas
Secretara de Igualdad de la Comisin Ejecutiva Municipal del PSOE de
Granada
Secretaria de la Mujer CGT Madrid-Castilla La Mancha
Tertulia Feminista Les Comadres (Asturias)
Trasversales
Unidad Cvica por la Repblica
Vindicacin Feminista
Xarxa de Dones per la Salut (Catalunya)

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FEMINISMO, ASOCIACIONES DE MUJERES,


JVENES Y CAMBIO SOCIAL
FEMINISMO ASOCIACIONES DE MUJERES Y CAMBIO SOCIAL, HOY
Pepi Rivilla
Agrupacin de Crdoba del Forum de Poltica Feminista

esde el movimiento de mujeres se vienen realizando innumerables esfuerzos


encaminados a repensar el concepto de democracia y las estrategias para su
consolidacin, pues consideramos que este sistema "abre oportunidades de
representacin, participacin y poder". Por tanto, constituye un terreno propicio en
cuanto al logro de la ciudadana para las mujeres. Sin embargo, reconocemos que
la pobreza y la inequidad se presentan como los principales obstculos. En este
contexto, consideramos urgente la necesidad de replantear las relaciones entre
Estado y sociedad civil ampliando el abanico de interlocutores comprometidos con
la superacin de tales obstculos.
En el mismo sentido, proponemos superar las limitaciones a las actuales formas
de representacin buscando formas ms directas de democracia, lo que viene a
denominarse "democracia emancipadora."
En sntesis, consideramos que para lograr una democracia real es necesario
generar una cultura participativa en trminos de cantidad y calidad a travs del fortalecimiento de la sociedad civil, de la generacin de espacios de interlocucin con
el Estado, de la existencia de reglas claras del juego democrtico y de la ampliacin
de las materias sobre las que se puede decidir y de los/as sujetos/as que deben
hacerlo.
Impulsar la participacin de las Asociaciones de Mujeres en el cambio social, ya
que stas constituyen la representacin ms legtima de la ciudadana de las mujeres, es nuestro principal objetivo. Pretendemos poner de manifiesto la contribucin
poltica de las mujeres al desarrollo democrtico y a la justicia social a partir de su
participacin en el movimiento de mujeres y en la representacin institucional desde
el feminismo de Estado. Asimismo, visibilizar la relacin ambivalente que existe
entre el movimiento social y los rganos gubernamentales encargados de la igualdad de gnero; ms concretamente:
Pretendemos que se configure la participacin de las mujeres en los espacios
polticos, consultivos y decisorios, as como en los diferentes espacios sociales, a
travs de las Asociaciones que nos representan.
Queremos contribuir a trabajar en red los objetivos que estatutariamente establecimos y defendemos:
- Recopilar, difundir y poner en comn estudios sobre asociacionismo de mujeres desde la perspectiva de la participacin o ciudadana activa.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

- Visibilizar las contribuciones de las organizaciones feministas y de mujeres por


la igualdad a la construccin democrtica, promocionar su reconocimiento y debatir sobre sus potencialidades y debilidades como instrumento de incidencia social y
poltica en favor de la igualdad.
- Reflexionar sobre la naturaleza de las organizaciones y la mejora de sus procesos de funcionamiento, en especial en relacin con su interlocucin con las instituciones pblicas
- Tomar acuerdos y posicionamientos comunes con vistas a la creacin y funcionamiento de los Consejos de las Mujeres en sus distintos niveles de concrecin
(Estatal, Autonmico, Local)
Las transformaciones sociales, apoyadas por nuevos modelos de gobierno, han
supuesto una gran visibilidad de la accin de la mujer en todos los sectores, dando
un verdadero vuelco a las estructuras socio-polticas patriarcales.
La participacin de la mujer en la vida pblica es el cambio cultural ms profundo de la sociedad de finales del siglo XX y que ha supuesto costes personales
excesivos a la generacin de mujeres de los aos cuarenta a los sesenta del siglo
pasado. Ellas fueron pioneras y trabajaron con el convencimiento de querer cambiar la poltica y la asuncin de responsabilidades en la sociedad, tanto en la vida
pblica como en la privada.
Las reglas de juego eran malas, pero era peor dejar que otros decidieran sobre
sus vidas y sobre la micropoltica, -aquella que afecta a la vida cotidiana de mujeres y hombres- y que hasta ese momento era una esfera reservada a las mujeres,
que la mentalidad cultural patriarcal haba definido como vida privada. Y si bien
existe un movimiento de mujeres que es ms amplio que el movimiento feminista ,
no se puede olvidar que las conquistas de las mujeres han estado asociadas a la
movilizacin feminista43. Si hoy muchas mujeres no feministas o antifeministas tienen derechos polticos y pueden realizar otras actividades en el mundo pblico, es
porque otras mujeres, las feministas, lucharon por ello.
La orientacin ideolgica y el diseo de la poltica es esencial; asimismo la
experiencia prctica es necesaria. Gran parte de las feministas de la segunda ola,
no han rechazado las instituciones estatales "per se", sino que han visionado una
democracia participativa a la que se le pudiera infundir valores feministas, por lo
que el objetivo no ha sido desmantelar el Estado, sino transformarlo para promover
y expresar una justicia de gnero (Fraser, 2009:105). Entre otras frmulas, haciendo que lo personal y lo social sean objeto de poltica pblica, tal y como durante
aos ha mostrado la accin colectiva de las mujeres.
El desarrollo del feminismo institucional es, sin duda, un fortalecimiento democrtico, adems de una ventana abierta a la incorporacin de las demandas del
movimiento feminista y la posibilidad de dedicar recursos pblicos para el fomento
de la igualdad de entre mujeres y hombres, corrigiendo y compensando parcialmente el sesgo de gnero existente en las polticas pblicas. La posibilidad de lle43

De la generalidad de las organizaciones en todas las CCAA el 34% de las asociadas se autodefinen como
feministas (Murillo,2003:104) y tan slo el 10% de la organizaciones tienen como finalidad principal 'la reivindicacin y la reflexin sobre el feminismo' (Murillo, 2003:110).

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

var a cabo una poltica feminista se encuentra por primera vez tambin en el seno
de las instituciones
El feminismo est actualmente visible bsicamente en los mbitos acadmicos,
en la investigacin y en el enunciado de los cambios sociales, pero ms escasamente en la opinin pblica. Como movimiento social, aparentemente est poco
activo. No podemos decir que no haya mujeres trabajando por el feminismo, reivindicando la igualdad real y efectiva, luchando por ella, pero no se facilita su presencia pblica, con el argumento de que no interesa, que carece de sentido al existir
ya un marco legal que en teora, as lo garantiza. Ciertos sectores de la sociedad a
los que no les interesa la igualdad, han intentado aislarlo, ocultarlo. Por eso, han
dejado que sea una cosa de mujeres y para mujeres, como algo que no merece
mucho la pena compartir.
En las sociedades ms avanzadas de nuestro tiempo, en general, los movimientos feministas, son fuerzas vivas y muy activas que difcilmente van a poder ser
paradas por muchas estrategias que se invente para contrarrestarlas. El proceso es
tan imparable, que la opinin pblica en su mayora, ha asumido que se trata de
uno de los principales motores actuales del cambio social. Los cambios logrados
para alcanzar la igualdad formal y las acciones positivas para avanzar en la igualdad real han sido instrumentos de utilidad en esta lucha.
Conviene recordar aqu que un movimiento social no es un partido poltico o una
organizacin que mantiene su existencia independientemente del grado de participacin, movilizacin o acceso a los medios de comunicacin. Esta diversidad es la
que ha caracterizado a los movimientos feministas antes y ahora. En este sentido
nos proponemos:
- Analizar cmo representa los problemas de gnero el movimiento feminista al
plantearlos frente al Estado.
- Buscar estrategias para conseguir que las reivindicaciones feministas no sean
tamizadas por el aparato burocrtico.
- Afrontar una transformacin ideolgica y organizativa feminista del Estado y
cuestionar si es posible semejante transformacin.
- Combinar el trabajo del movimiento de mujeres hacia las administraciones
pblicas sin olvidar poner el mismo acento en el cambio respecto al mercado y la
familia.
Opinamos que los espacios de encuentro entre asociaciones de mujeres diversas es condicin necesaria, aunque no suficiente, para constituir alianzas y pactos
por la igualdad. La existencia de los consejos de participacin, de igualdad o de las
mujeres son una frmula que debe terminar de perfeccionarse, sobre todo teniendo en cuenta qu asociaciones y qu mujeres estn participando: es necesario que
44

Una nueva concepcin del liderazgo, en la que la creatividad y la sensibilidad necesariamente estn presentes, al igual que la comunicacin; en un sistema de organizacin menos jerrquico, ms horizontal, en el que la
multilateralidad y la divergencia de perspectivas, pensamientos y sentimientos merecen total respeto. Se trata
de Humanizar las Relaciones: las personales, las profesionales, las comerciales, las polticas, las familiares;
cmo? creando espacios para la opinin, la crtica, que propicien el encuentro en un ambiente "amigable".
Carmen Castro 2003. www.singenerodedudas.com

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

participen las mujeres con mayor diversidad, en funcin de la clase social, la edad,
la etnia o el origen, la orientacin sexual o posibles discapacidades,
Es as mismo pertinente cuestionar el estilo de los liderazgos femeninos en las
organizaciones de mujeres para la igualdad44.
El trabajo lo enfocaremos como un espacio de encuentro donde el conocimiento se construye a partir del intercambio, la reflexin y el anlisis tanto individual
como grupal. Lejos del papel centralizado de control del conocimiento, debemos
situarnos como mediadoras y facilitar la colectivizacin del saber, de forma que
todas aprendamos de la experiencia y de la sabidura de las dems, as como de
las aportaciones tericas y prcticas de mujeres que participan en mbitos tericos
y prcticos, en los espacios acadmicos, polticos y sociales.
Partiremos de este modo, de una metodologa activa en la que se fomenta la
participacin de cada una de las mujeres asistentes al taller, adoptando los principios bsicos del Aprendizaje Dialgico; esta metodologa que se viene aplicando en
las Comunidades de Aprendizaje educativas, en la actualidad comienza a utilizarse tambin en la formacin feminista y se basa en:
Dilogo igualitario: basado en la contribucin realizada por todas las mujeres,
donde la importancia reside en los argumentos y no en el estatus
Inteligencia cultural: todas las mujeres tenemos una inteligencia cultural adquirida a lo largo de nuestra experiencia de vida y que expresamos a travs de las
interacciones
Transformacin: Las mujeres podemos interactuar con el medio para transformarlo. La concepcin transformadora de la prctica social reconoce que las mujeres somos sujetos de cambio y no objetos a cambiar.
Dimensin instrumental: El dilogo incluye el aprendizaje de los contenidos
que nos son tiles para nuestra prctica poltica como la comunicacin, el liderazgo, las redes o la planificacin.
Creacin de sentido: La participacin definiendo los objetivos del taller de
acuerdo con nuestras necesidades y expectativas. La utilidad de los contenidos y
las herramientas prcticas para llevar a la prctica nuestra propuesta ideolgica y
poltica, dota de sentido nuestro aprendizaje.
Solidaridad: Entendida desde la sororidad45, es el eje que gua los grupos de
formacin dialgica feminista donde todas aprendemos de todas, empoderndonos
al dotarnos de una autoridad que nos permitir confrontarnos con los obstculos y
las barreras de nuestra participacin poltica.
Igualdad de las diferencias: Hace referencia al derecho a la diversidad en
todos los aspectos de nuestra vida, militancia feminista o poltica.
Por tanto, en este modelo de Formacin Dialgico, los grupos se convierten en
verdaderos laboratorios de produccin ideolgica, terica y experimental.
Utilizando esta metodologa participativa, existen variables que no podemos controlar pero, sobre todo, partimos del hecho de que no vamos a imponer ningn punto
de vista, por mucho que est avalado por la teora. En definitiva, el desarrollo del
Taller se realizar a partir de la construccin intelectual y vivencial de cada una de
las mujeres que integramos el grupo.
45

Sororidad, def.: Amistad entre mujeres diferentes y pares, cmplices que se proponen trabajar, crear, convencer, que se
encuentran y se reconocen en el feminismo para vivir la vida con un sentido profundamente libertario. Marcela Lagarde

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

INCIDENCIA POLTICA Y SOCIAL DEL FEMINISMO: ORGANIZACIONES, INDICADORES, COMUNICACIN


Begoa San Jos.
Secretaria del Frum de Poltica Feminista y Presidenta de la COMPI (Coordinadora de
Organizaciones de Mujeres para la Participacin y la Igualdad)

1.- Movimiento feminista y cambio social


Los movimientos sociales nos llamamos as porque movemos, impulsamos mediante el activismo ms o menos organizado y sistemtico, cambios sociales en una
direccin coherente con nuestro anlisis crtico colectivo de la realidad. Esas tres
fases -anlisis crtico, esfuerzo transformador de una minora organizada e impacto
de sus reivindicaciones o propuestas en el conjunto de la sociedad- se retroalimentan desde hace dos siglos en el movimiento feminista, el movimiento de avance
hacia la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres, la ideologa y el activismo social que han permitido a millones de mujeres acceder al voto, a la educacin, a la retribucin por nuestro trabajo, al control de nuestra fecundidad, a la participacin en la toma de decisiones que nos conciernen, al disfrute de nuestra
sexualidad, al empoderamiento frente a la humillacin y la violencia, a la posibilidad,
en fin, de desarrollar autnomamente nuestra personalidad en el marco social del
tiempo y el pas de nuestras vidas.
Como sealan Celia Amors y el seminario permanente feminismo e ilustracin,
el feminismo como anlisis critico entronca en su genealoga con el racionalismo
(para desmontar el mito de la inferioridad "natural" de las mujeres) y los movimientos igualitaristas de los siglos XIX y XX, en particular el socialismo y el abolicionismo de la esclavitud, e interacta con otros como el ecologismo y el pacifismo. La
teora feminista goza de buena salud, se elabora constante y extensamente, y permea bastante a las activistas, sin perjuicio de la diversidad, e incluso de las contradicciones entre algunas de sus corrientes o propuestas, o de que algunas elaboraciones sean ms narcisistas o de autoconsumo de ciertos espacios acadmicos y
otras con mayor vocacin de transformacin de la sociedad. Otro asunto es la disociacin ideolgica, a la que luego me referir, que la sociedad hace entre feminismo, peyorativamente percibido por mucha gente, y construccin de la igualdad entre
mujeres y hombres, ampliamente aceptada en Espaa.
2.- Movimiento feminista/movimiento de mujeres
Fruto en parte de esa dualidad, el Forum sopesamos peridicamente la dimensin organizativa de los trminos movimiento feminista - movimiento de mujeres: lo
hicimos en el XI Taller, en Matallana (Valladolid) en el ao 2000, en que acordamos
una propuesta de 10 puntos a las Jornadas Feministas de Crdoba en diciembre de
ese ao, a los que luego me referir, y tambin el 2005, tal como reflejamos en
nuestro libro Hacia la creacin del Consejo estatal de las Mujeres.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Con rigor no hay un "movimiento de mujeres", porque la mitad femenina de la


humanidad por el mero hecho de serlo no se mueve en la misma direccin, quien
s lo hace es el "movimiento feminista", pero usamos el binomio movimiento feminista - movimiento de mujeres por reconocimiento de las asociaciones de mujeres
que no se autorreconocen como feministas, pese a su activismo a favor de la igualdad. Los estudios de Virginia Maquieira46 y del Colectivo IO47 hace diez aos sealaban que slo entre el 20 y el 8% de las asociaciones de mujeres de Madrid se
autoconsideraban feministas. Y ahora? El estudio realizado por la Asociacin de
Mujeres Politlogas para el Consejo Municipal de la Mujer de Granada en 2006200748 sobre 62 asociaciones eleva al 68,4% las que se consideran "de inspiracin
feminista" y al 100% las que consideran que el feminismo no es un movimiento que
reivindique la supremaca de las mujeres, sino la igualdad entre los sexos. Sin
embargo, el estudio realizado por el Consejo Provincial de Granada49en el resto de
los municipios de la provincia cifra en el 5,4% las asociaciones de mujeres que se
posicionan como "con conciencia feminista", mientras y el 11,9% persiguen cierto
grado de transformacin en las relaciones de gnero y el 82,7% de las asociaciones se identifica con la bsqueda del bienestar de las mujeres a travs de actividades socioculturales. Posiblemente esta gran horquilla entre el 68 y el 5% no responde slo a que asumir pblicamente el nombre de asociacin feminista en el medio
rural sea ms difcil que en el urbano, sino a la forma en que se pregunta, pues
luego un tercio de las asociaciones de la provincia de Granada dicen que sus actividades son reivindicativas y dos tercios que culturales, pero son dos tercios las
que asumen un enfoque crtico de la desigualdad de gnero. No slo quienes
hacen encuestas, sino los poderes mediticos, connotan el calificativo feminista
con factores de elitismo, agresividad, abuso de las subvenciones, clientelismo, sectarismo, etc que no podemos pasar por alto.
La proporcin de dos tercios de activistas sociales de estos estudios es similar
a la que asigna a las ONGs "de accin social" respecto al conjunto de asociaciones
y fundaciones el estudio del Ministerio de Trabajo50, considerando que la voluntad
de incidencia social se mide no slo por lo que declaran los estatutos o documentos de una asociacin o fundacin, sino, por ejemplo, por el tiempo y recursos
humanos y materiales que dedican a su coordinacin con otras ongs con objetivos
similares. De ah resulta el dato de que slo unas 3.300 de las ms de 5.000 asociaciones de mujeres existentes en Espaa estn consecuentemente interesadas
en trabajar coordinadamente por la igualdad entre mujeres y hombres.

46

Asociaciones de mujeres en la Comunidad Autnoma de Madrid, en Las mujeres de Madrid como agentes de
cambio social, Instituto de Estudios de la Mujer, Universidad Autnoma de Madrid, 1995.
El asociacionismo femenino en la Comunidad de Madrid. Consejo de la Mujer, 1996.
48
Estudio del Tejido Asociativo de las Mujeres en Granada. Concejala de Igualdad de Oportunidades,
Ayuntamiento de Granada, 2010.
49
Estudio de S.P. Snchez Muros sobre 229 asociaciones de 133 municipios, el 80% de los existentes, excluyendo a la capital. Diputacin provincial de Granada, Delegacin de Igualdad, 2010.
50
Vctor Prez-Daz y Joaqun P. Lpez Novo: "El Tercer Sector Social en Espaa: Madrid, Ministerio de Trabajo
y Asuntos Sociales, 2003.
47

88

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

3.- Los indicadores de impacto social de la teora y prctica feministas un lenguaje?


Centrndonos en las organizaciones o entidades que son agentes activas de
promocin de la igualdad de gnero en la sociedad, cabe distinguir entre:
- los poderes instituidos, en particular los rganos generales o especficos de los
poderes pblicos (los poderes fcticos econmicos, financieros, mediticos o religiosos, no tienen ni de hecho ni en su ideario voluntad ni trabajo de promocin de
la igualdad de gnero), cuya actividad se clasifica tradicionalmente en tres tipos: de
polica, de fomento o de servicio pblico.
- las organizaciones feministas no gubernamentales, que teniendo mucho menos
poder e influencia social, tenemos, en cambio, ms voluntad de producir el avance
social hacia la igualdad. Nuestra incidencia en la sociedad puede ser directa, a travs de nuestras actividades de sensibilizacin, denuncia, apoyo o movilizacin, o
indirecta, convirtiendo las necesidades sociales en demandas a los poderes pblicos y las demandas en derechos y hechos: mujeres que votan, estudian, deciden,
tienen autonoma econmica, afectiva, etc.
En ltima instancia, el xito o fracaso en la defensa de la igualdad de las mujeres, tanto de las ONGs feministas como de los poderes pblicos, se ha de medir por
su impacto en la sociedad: con la igualdad legal y las declaraciones no basta, hay
que medir la igualdad real de derechos y oportunidades de mujeres y hombres en
aspectos relevantes, porque "obras son amores y no buenas razones". Por eso es
universalmente reconocida la necesidad de cuantificacin, la exigencia de estadsticas e indicadores, tanto para definir las necesidades sociales de partida como para
evaluar el cumplimiento de objetivos.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

El movimiento obrero luch y lucha por estadsticas pblicas fiables y extensas en


el tiempo y el espacio para medir el empleo y el paro, como la EPA, los salarios, la
proteccin social etc. El PNUD, programa de Naciones Unidas para el desarrollo,
ha hecho una aportacin muy importante al aplicar a nivel mundial el ndice de desarrollo humano (IDH) compuesto por tres parmetros: la esperanza de vida, la tasa
de alfabetizacin y educacin y el PIB per cpita, y el ndice de Potenciacin de
Gnero, compuesto por la proporcin de mujeres en escaos parlamentarios, altos
puestos directivos y profesionales y el porcentaje de ingresos percibidos por mujeres y hombres. La Plataforma de Accin de la IV Conferencia Mundial de la Mujer
Beijing 1995 alude decenas de veces a la necesidad de estadsticas y dedica el
Objetivo estratgico H.3 a Preparar y difundir datos e informacin destinados a la
planificacin y la evaluacin del avance hacia la igualdad.
La Ley espaola de igualdad de 2007 en sus artculos 19 y 20 refuerza el
Informe de Impacto de Gnero previo a las leyes establecido en 2003 y considera
la adecuacin de estadsticas y estudios imprescindible para hacer efectivas sus
disposiciones. Sin embargo, todas las medidas gubernamentales frente a la crisis
econmica han prescindido del IIG. El Forum y otras organizaciones de la
Plataforma Impacto de Gnero Ya http://impactodegeneroya.blogia.com/ presionamos para que las leyes de Presupuestos cumplan ese precepto, y lo conseguimos
precariamente en los Presupuestos de 2009 y 2010, aunque la Audiencia Nacional
ha desestimado nuestro contencioso-administrativo P.O. 278/2008 en la sentencia
de de 28.04.2010. Y denunciamos su incumplimiento en las medidas anticrisis de
los dos ltimos aos, respecto a las que el gobierno, sobreentendiendo que los
442.000 empleos temporales creados en 2009 con 8.000 millones de del FEIL
eran en construccin, y por tanto masculinos, slo ha contestado (ver Boletn del
Congreso de Diputados de 12.05.10) que de 28.000 proyectos presentados en
2010 por 8.000 ayuntamientos con cargo al Fondo Estatal para el Empleo Local de
2010 (5.000 millones de ), slo tienen impacto de gnero positivo 745 el 2,6%!.
En la Unin Europea hay una cultura poltica y administrativa de dar cifras, un
poco catica en cuanto a los indicadores de igualdad de mujeres y hombres51, pero
tiene inters el Informe de la Presidencia sueca sobre Beijing+15, con 33 pginas
de estadsticas que van ms all de las Tasas femeninas y masculinas de actividad,
ocupacin y paro, y afortunadamente ms all del estril Instituto Europeo de
Igualdad de Gnero, evaluando la cobertura de los servicios de atencin a la infancia y las personas dependiente, por ejemplo, y dedicando el punto 2.5 a la participacin de las asociaciones a travs del Lobby Europeo de Mujeres.
Funcionan las estadsticas e indicadores de igualdad de gnero como un lenguaje de interlocucin en el tringulo de doble direccin organizaciones feministasgobiernos-sociedad? Pues poco. El gobierno no proporciona al Parlamento, mximo representante de la sociedad, los informes de impacto de gnero de las leyes,
51

Ver Participacin de las asociaciones de mujeres en las polticas de igualdad hoy XVI Taller de Poltica
Feminista, 2006 www.forumpoliticafeminista.org

90

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

reglamentos y planes, que son bsicamente estadsticas de situacin de partida y


de concrecin de objetivos. Tampoco presenta a las asociaciones de mujeres informes cuantificados de situacin general y de aplicacin del Plan de Igualdad: esta
ser una de las tareas del Consejo de Participacin de las Mujeres si lo logramos.
Pese a esas insuficiencias, debemos conocer las estadsticas desagregadas por
sexos que existen, seleccionar las ms tiles para el seguimiento de nuestras reivindicaciones y difundir socialmente -por internet, medios de comunicacin accesibles, etc- unas pocas que permitan visibilizar, crear conciencia, sensibilizar y movilizar a la opinin pblica contra la desigualdad.
4.- Los Consejos de mujeres, como cauces de coordinacin de las asociaciones, interlocucin con los poderes pblicos e impulso del avance social
hacia la igualdad
El variado tejido asociativo feminista/de mujeres por la igualdad52es el que forma
los Consejos de Mujeres, locales, provinciales y autonmicos, a los que el Frum
dedicamos muchas de nuestras energas para unir fuerzas y hacernos or, tanto por
los poderes pblicos, para que mejoren sus polticas, como por la sociedad, para
hacerle llegar nuestras propuestas, siendo conscientes de que el poder, todo poder,
pero desde luego el poder poltico local, autonmico o estatal con el que pretendemos interlocucin, por definicin influye ms de lo que es influido, en general, en los
Consejos de participacin, y en los Consejos de Mujeres en particular, ya que, por
ser mujeres, se nos presume ms susceptibles de tutela que de interlocucin 53.
Actualizando la situacin de los Consejos de mbito autonmico recogida en
2005 en "Hacia la creacin del consejo estatal de mujeres"54, tras los encuentros
estatales de Consejos de la Mujer celebrados en Burgos 2000, Santander 2001,
Gijn 2002 y Madrid 2004 al que sigui el de Mlaga en 2006, vemos:
1.- Andaluca
En noviembre de 2007 se aprob la Ley 12/2007 para la Promocin de la
Igualdad de Gnero en Andaluca, cuyo artculo 62 ordena crear el Consejo
Andaluz de Participacin de las Mujeres. Hay un borrador de composicin, funciones y otro de proceso de eleccin de vocales de las asociaciones.
2.- Aragn
Sigue sin haber Consejo autonmico de la Mujer. Hay un Consejo Rector del
Instituto Aragons de la Mujer creado por la Ley 2/1993, con 12 miembros del
Gobierno autonmico, una representante de cada partido parlamentario, y "3 personas de reconocido prestigio designadas por el Gobierno previa consulta a las
asociaciones de mujeres".
52

EMAKUNDE, 2009 Gua de asociaciones de mujeres de la CAE, la Gua de asociaciones de mujeres de


Catalua censa 1.174 entidades. http://www.gencat.cat/icdones/guia.htm; Instituto Navarro de Igualdad,
Recursos en materia de igualdad.
53
Ciudadana activa, asociacionismo de mujeres, Soledad Murillo y Roco Rodrguez. Editado por los Consejos
de la Mujer de Cantabria, Comunidad de Madrid y Gijn, los Institutos de la Mujer de Asturias, Extremadura y
Baleares, D. G. de la Mujer de Castilla La Mancha y Ayt de Burgos, 2003.
54
http://www.forumpoliticafeminista.org/fotos/7cMPQ7sUVZDHAGkKxwX.pdf

91

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

3.- Asturias
El Consejo Asturiano de la Mujer, constituido el 4 de abril de 2001 como rgano
de participacin y consulta del Instituto Asturiano de la Mujer creado en 1999. Est
presidido por la Consejera de la Presidencia y la Directora del Instituto Asturiano de
la Mujer y lo integran representantes de las Secretaras de la Mujer de partidos polticos, sindicatos, algunos Consejos locales y 23 asociaciones de mujeres.
4.- Canarias
Sigue la Comisin para la igualdad del Instituto Canario de Igualdad, presidida
por su Directora e integrada por 18 vocales: 5 de la Administracin autonmica; 3
sindicales, 3 empresariales y 7 a propuesta de las entidades que trabajan en programas de igualdad y promocin de las mujeres. Hay movimiento.
5.- Cantabria
El Consejo de la Mujer de Cantabria se cre por la Ley autonmica 3/1997 y se
constituy en 1998. Ha subido de 28 a 39 asociaciones de mujeres, reunidas en
Asamblea que elige a la Presidenta y en Comisin Permanente y Grupos de
Trabajo. www.consejomujercantabria.com
6.- Castilla La Mancha
En 2010 ha suprimido, como medida de ahorro, su Instituto de la Mujer. El
Consejo Regional de la Mujer de Castilla La Mancha se cre por Decreto 35/90 y
tiene 34 vocales entre Administracin Autonmica, Ayuntamientos, partidos, sindicatos, organizaciones de empresarias, de Vecinos, Universidad, Consejo de la
Juventud, Madres y Padres de alumnas/os, Consejo Escolar y 13 Asociaciones de
Mujeres.
7.- Castilla y Len
El art. 25 de su Ley 1/2003 de Igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres ha consolidado el Consejo Regional de la Mujer creado en 1996, con presidenta y vicepresidenta 1 designadas por el gobierno y Vicepresidenta 2 elegida por 28
vocalas: 6 de la Administracin autonmica y local, 4 de sindicatos y organizaciones empresariales, 3 de organizaciones agrarias y 14 de asociaciones de mujeres.
8.- Catalua
El Consell Nacional de Dones de Catalunya, adscrito y presidido por el Institut
Catal de les Dones, creado por Decreto de C. Presidencia 460/04 y constituido en
2005 ha pasado de tener 204 a ms de 300 asociaciones, constituyendo la red ms
extensa de participacin de asociaciones de mujeres de todo el estado, e intensificando sus asambleas territoriales, comisiones de trabajo y permanente e incidencia.
9.- Comunidad Valenciana
Sigue vigente, aunque sin seales de actividad, el Consejo Valenciano de la
Mujer de la Orden de 25.07.1997, presidido por la Consejera de Bienestar Social y
la Directora General de la Mujer, con 8 vocales de municipios, sindicatos y organizaciones empresariales, 2 de asociaciones de mujeres rurales, 4 de amas de casa,
2 de federaciones de mujeres y hasta 6 asociaciones designadas por el gobierno.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

10.- Extremadura
No hay Consejo de la Mujer.
11.- Galicia
Tras las elecciones de 2009, la Secretaria de Igualdad de la Xunta http://igualdade.xunta.es/ de la Consejera de Presidencia, no parece estar aplicando el Decreto
181/2008 que regula el Consejo Gallego de Participacin de las Mujeres en el
Empleo de su Ley 2/2007 de trabajo en igualdad
12.- Islas Baleares
El Consell de Participaci de la Dona de les Illes Balears adscrito al Institut
Balear de la Dona se constituy el 27 de junio de 2008, con 28 asociaciones, del
que Nina Parron, elegida por ellas, que explica en su ponencia su actuacin.
13.- Madrid
El Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid creado por la Ley 3/93 ha
subido de 88 a 143 asociaciones, ms por maniobras electorales de asociaciones
afines al gobierno autonmico que por un aumento de actividad. Presidido en sus
dos ltimos mandatos por ese sector, lucha por subsistir como plataforma plural y
activa, estabilizarse en lo econmico y administrativo y recuperar un Plan autonmico de igualdad y las subvenciones a asociaciones. www.consejomujer.es
14.- Murcia
La extincin por Decreto 17/2010del Presidente del Instituto de la Mujer de la
Regin de Murcia, creado en 2002 no servir precisamente para activar el Consejo
Asesor Regional de la Mujer creado por Orden de 11.02.05 de la Consejera de
Presidencia (BORM 17.02.05), con y representantes gubernamentales y 13 no
gubernamentales designadas por el Gobierno.
15.- Navarra
El Consejo Navarro de la Mujer regulado por el Decreto Foral 351/96 de acuerdo con la Orden Foral 54/2007, lo forman 3 representantes del Instituto Navarro de
Igualdad, 2 de sindicatos y 6 de las 178 asociaciones, estructuradas por 3 merindades y 3 reas (rural, asistencial y empleo). Es activo.
16.- Pas Vasco
Para cumplir el artculo 25.5 de la Ley vasca 4/2005 de Igualdad,
Emakunde/Instituto Vasco de la Mujer public en 2007 el borrador de Anteproyecto
de Ley de creacin del Consejo Vasco de Mujeres para la Igualdad y las respuestas
a las sugerencias de 23 asociaciones o coordinadoras de mujeres, previendo una
composicin 100% no gubernamental incluyendo a las asociaciones de mujeres,
secciones de mujeres de asociaciones de carcter social y consejos locales y forales de mujeres. Con el cambio de gobierno en 2009 se ha paralizado, regresando a
la Comisin Consultiva creada en 1998. www.emakunde.es
17.- La Rioja
Sigue el Consejo sectorial de la Mujer de La Rioja de la Orden de 08.04.97 adscrito al Consejo de Bienestar Social, con 1 vocal no gubernamental por cada comarca y 4 gubernamentales.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

18.- Ceuta y Melilla


Ambas ciudades autnomas tienen Consejo Sectorial de la Mujer.
En resumen, con relacin a hace 5 aos, podemos destacar el avance de
Catalua, Andaluca, Baleares y Navarra, la frustracin de las expectativas abiertas
en Galicia, el retraso de ms de 5 aos en la puesta en marcha del Consejo Vasco
que antes de las elecciones de 2009 pareca consensuado, las dificultades para salir
de la crisis en Madrid y una serie de consejos de escasa actividad. Los Consejos
autonmicos que dinamizaron los Encuentros estatales de 2001 a 2006 han cesado en ese empeo, y tampoco han intentado, en general, formar parte del Consejo
estatal en constitucin. Y creo que esas dinmicas han influido e influyen en la situacin del movimiento feminista y de las mujeres de sus territorios y en la dinamizacin o no de las polticas de igualdad de la ONU (CEDAW, Beijing+15), la Unin
Europea, el estado central, las comunidades autnomas y las entidades locales.
Respecto a los Consejos Locales, es destacable la creacin de varios consejos
provinciales55, en especial en Andaluca y Pas Vasco, especialmente cuando cooperan con los municipales y autonmicos. Las publicaciones de la FEMP56 se orientan ms a cmo crearlos que a coordinar, difundir e impulsar su mantenimiento,
objetivos perceptibles en las publicaciones del Instituto Andaluz de la Mujer, la
Diputacin de Granada, el Ayuntamiento de Granada, de Eva Martnez y Sonia Ruiz
en IEPS57 etc. Como dice el punto 14 de las Observaciones finales del CEDAW a
Espaa en 2009, una de sus principales recomendaciones con vistas aplicar homogneamente la Convencin es que el Estado garantice la coordinacin efectiva de
los mecanismos y estructuras de igualdad en todo el territorio, que facilite en su prximo informe un resumen de todas las leyes y planes de igualdad, incluyendo los
autonmicos y que especifique si son coherentes o compatibles con la Ley Orgnica
3/2007.

55

De las 43 provincias que no son a la vez C. Autnomas tienen Consejos provinciales de Mujeres 5 de las 8
andaluzas (Crdoba, Mlaga, Granada, Almera y Huelva), 3 de las 9 de Castilla y Len (Valladolid, Len y
vila), ms o menos 2 de las 3 diputaciones forales vascas (Vizcaya y Guipzcoa).
56
FEMP 2009 Gua para la constitucin de Consejos Locales de Mujeres
57
Institut de Ciencies Politiques i Socials, Barcelona, n 26, 2009 Poltiques de gnere i participacin ciutadana
al mn local, Mara de la Fuente y Mara freixanet (coords.) ver Sombra aqu y sombra all: relaciones y avatares entre el movimiento de mujeres y las instituciones, de Sonia Ruiz, y Participando o legitimando? Balance
y reflexiones desde los Consejos Locales de Igualdad en Euskadi, de Eva Martnez.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

EN ANDALUCA HAY 89 CONSEJOS LOCALES DE MUJERES

El 16,75% de los 770 ayuntamientos de Andaluca cuenta con Consejo Local de


la Mujer. Supone un incremento del 7,8% respecto a los datos de 2009.

17% DE AYUNTAMIENTOS DE ANDALUCA TIENEN CONSEJO LOCAL DE LA


MUJER

La promocin de la participacin de las asociaciones de mujeres por los gobiernos es desigual, pero quieren las asociaciones de mujeres participar polticamente? Esta misma pregunta se lanzaba contra el voto femenino en Espaa hace 80
aos, y Clara Campoamor contestaba que la democracia slo se desea y se aprende ejercitndola. Es decir, es a quienes tienen el poder a quienes cabe preguntar,
cuando crean los consejos de la mujer (y bien sabemos lo que algunos se resisten
a crearlos) y los activan como espacio de consulta e interlocucin a las asociaciones de mujeres, sabiendo que eso les supone trabajar ms y recibir ms crticas.
Casi 2 de cada 3 asociaciones se integran en los Consejos de Mujeres, cuando existen, y su actividad podra graduarse en 3 niveles:

95

Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

1. Obtener subvencin para hacer una merienda, una excursin y una charla,
y apoyar los actos institucionales del 8 de marzo y el 25 Noviembre
2. Dictaminar, proponer, denunciar, hacer cumplir, informar sobre la elaboracin y seguimiento de Planes de Igualdad y contra Violencia de Gnero.
3. Intervenir en las polticas especficas de igualdad y tambin en las generales de empleo, educacin, salud, urbanismo, medio ambiente, servicios a infancia y
dependientes, en Presupuestos participativos con perspectiva de gnero.
Progresan regularmente las asociaciones y consejos de mujeres del nivel 1 al
3? Como seala Eva Martnez en el artculo citado, no siempre. Hay Consejos que
se estancan durante dcadas en el nivel primario, que puede ser cmodo para
ambas partes, como diciendo "t haz lo tuyo y djame a m que haga lo mo": es
decir, la poltica para los polticos y para las asociaciones la mesa camilla, tranquilas. Tambin hay retrocesos. Hay tutelas que mantienen a las asociaciones en una
perpetua minora de edad, cooptaciones y frmulas que priman la competicin sobre
la cooperacin entre asociaciones, que prefabrican desde arriba la estructura territorial, sectorial e ideolgica del asociacionismo de mujeres, en vez de reconocer el
trabajo, la unidad de accin y los pactos desde abajo, y contradicciones entre el
reconocimiento de la ciudadana activa -que se basa en autonoma y la crtica constructiva- y la prevalencia del asistencialismo como principal funcin social de las
asociaciones de mujeres y la subvencin como principal relacin con los poderes
pblicos. Y, aunque el poder por definicin influye ms de lo que es influido, y por
tanto tiene ms responsabilidad en el fracaso de los cauces de democracia participativa, tambin nosotras, las asociaciones de mujeres, tenemos que estar a la altura en cuanto a base social, aumentar nuestra representatividad cooperando unas
con otras, evaluar la incidencia social de nuestras reivindicaciones y actuaciones.
5.- Por qu la sociedad simpatiza ms con las reivindicaciones que con
las organizaciones feministas?
El barmetro 2831 del CIS en marzo de 2010 muestra algunas opiniones pblicas interesantes: el 53,8% de la poblacin califica las desigualdades que actualmente existen entre hombres y mujeres en nuestro pas como bastante o muy grandes, aunque el 78,5% cree que son menores que hace diez aos. El 94,9% est
bastante o muy a favor de la plena igualdad entre hombres y mujeres en los salarios (76,6%), las posibilidades de compaginar la vida laboral y familiar (73.5%), el
acceso a puestos de responsabilidad en las empresas (65.7%), las perspectivas de
promocin profesional (60,2%) y las oportunidades para encontrar y conservar un
empleo (53,6%). Las medidas a favor de la igualdad con mucho o bastante de
acuerdo son:

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Medida pro-igualdad sobre la que se pregunta

% muy o
bastante de
acuerdo

Flexibilizar los horarios de trabajo de hombres y mujeres con cargas familiares, para facilitar la conciliacin de la vida personal y laboral

95,1

Sancionar a las empresas que pagan menos a mujeres que a hombres por
realizar el mismo trabajo

91,9

La existencia de un permiso de paternidad remunerado para el padre por el


nacimiento de un/a hijo/a

88,7

Facilitar crditos a mujeres empresarias y emprendedoras

87,6

Contratar mujeres en profesiones en las que hay pocas

78,7

Garantizar por ley la presencia equilibrada de mujeres y hombres en los altos


cargos pblicos

65,6

Garantizar por ley un nmero equilibrado de hombres y de mujeres en las listas electorales de los partidos

63,7

Promover por ley la presencia de mujeres en los puestos de direccin de


empresas

62,7

En las mismas condiciones de formacin y experiencia, contratar a una mujer


y no a un hombre

28,5

Nosotras, que hemos trabajado para sacar adelante esas medidas frente a resistencias muy fuertes, podemos estar orgullosas de su respaldo social actual, como
tambin de que el 69,8% opine que los gobiernos deben adoptar medidas para que
las empresas faciliten la conciliacin de la vida laboral y familiar, frente al 17,2% que
cree que no; o que el 71,9% considere ideal la familia en la que los dos miembros
de la pareja tienen un trabajo remunerado con parecida dedicacin y ambos se
reparten las tareas del hogar y el cuidado de los/as hijos/as. Sin embargo, esa
buena calificacin de las medidas e ideales de igualdad no se corresponde con la
simpata hacia sus defensoras, las organizaciones feministas, que obtenemos un
aprobado pelado (5,06) de simpata social, aunque muy por encima de las organizaciones con ms poder, como los partidos, organizaciones religiosas y sindicatos.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Organizaciones

simpata
Ninguna
(0-1) (2-3)

(4-6)

Mucha Media
(7-8) (9-10)

Pro derechos humanos

2.2

1.8

23.2

33.7

33.0

7,48

De proteccin de los animales

3.0

3.5

30.4

31.0

27.7

7,03

Ecologistas

5.9

5.5

35.8

28.7

17.1

6,28

Pacifistas

9.2

7.8

37.5

22.2

13.3

5,67

Asociaciones de apoyo a inmigrantes

11.7

8.5

42.4

20.6

8.8

5,23

FEMINISTAS

12.3

11.0

40.0

18.2

9.0

5,06

Organizaciones de gays y lesbianas

18.6

9.9

35.6

16.4

8.9

4,68

Grupos antiglobalizacin

12.9

9.9

32.2

12.1

4.9

4,57

Sindicatos

21.4

14.2

38.9

12.8

5.2

4,11

Organizaciones religiosas

24.7

13.7

36.6

13.2

6.2

4,04

Partidos polticos

32.7

23.0

34.1

5.0

0.9

2,87

Movimiento okupa

43.0

14.9

20.5

6.0

2.6

2,45

Creo que no hay contradiccin entre nuestro trabajo de incidencia poltica e interlocucin sobre los poderes pblicos -que tiene como fin una sociedad de igualdad
real entre mujeres y hombres- y el de incidencia social directa. Tenemos que repartir nuestros esfuerzos para cuidar la interaccin directa con el conjunto de mujeres
y tambin de hombres, y por directa me refiero tanto a "salir a la calle", como a usar
mejor internet y los medios de comunicacin y mejorar nuestra comunicacin con
nuestra propia voz, como movimiento feminista autnomo, necesario para analizar
crticamente el impacto sobre la situacin de las mujeres de la crisis econmica, de
la desvirtuacin de la Ley de Dependencia, la reforma laboral, el ataque neoliberal
al estado del bienestar, las polticas de ajuste que estn eliminado ya organismos
de igualdad en Castilla La Mancha, Murcia y Madrid, la reaccin antifeminista que,
cada vez ms empoderada mediticamente, puede crear opiniones regresivas, y
convertir estos nuevos o viejos problemas en demandas, propuestas y conquistas.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

FEMINISMO, ASOCIACIONES DE MUJERES, JVENES Y


CAMBIO SOCIAL
Natalia Enguix,
Presidenta de la Asociacin de Mujeres Politlogas. Granada

gradezco al Forum de Poltica Feminista que haya pensado en nosotras para


compartir algunas reflexiones sobre el tema que vamos a abordar en esta
mesa, empezando con unas pequeas pinceladas sobre cul ha sido la evolucin del feminismo, principalmente como movimiento social, y cuales han sido los
debates y cambios y debates que se han producido a lo largo de su historia.

Si analizamos la historia del movimiento feminista, comprobamos que las luchas


de las mujeres han sido luchas colectivas ejercidas por grupos organizados que han
exigido los derechos que les pertenecan a las mujeres, en definitiva derechos
humanos. Estas reivindicaciones colectivas nunca se han apoyado en la violencia,
sino en el anlisis, argumentaciones y razonamientos dirigidos a alcanzar un nuevo
contrato social.
El feminismo tiene diferentes significados, nos podemos aproximar al feminismo
como conocimiento cientfico, como movimiento poltico, econmico, cultural, pero
el que ms nos interesa relatar en esta ponencia es su significado como movimiento social. Siguiendo a Giovanna Mrola, el feminismo es un movimiento social y no
una ideologa, ya que es un movimiento de rebelin porque el mismo es un intento
colectivo de efectuar cambios en la sociedad y de crear un orden social totalmente
nuevo. Yo dira que el feminismo no es slo una ideologa sino tambin un movimiento social. Un movimiento social no es la expresin de una concepcin del
mundo, es la peticin de un cambio, es la manifestacin de un conflicto y por tanto
se encuentra asociado a conductas de innovacin social y cultural.
Igual que otros movimientos, el feminismo ha generado pensamiento y
accin, teora y prctica. Propugna un cambio en las relaciones sociales que conduzca a la liberacin de las mujeres, y tambin del varn, a travs de eliminar las
jerarquas y las desigualdades. El feminismo se diferencia de los Estudios de la
Mujer por su perspectiva estratgica. Adems de analizar y diagnosticar sobre la
poblacin femenina, busca explcitamente los caminos para transformar esa
situacin. Aunque no es homogneo podemos decir que es un movimiento poltico integral contra el sexismo en todos los terrenos, que expresa la lucha de las
mujeres contra cualquier tipo de discriminacin. Durante los 3 siglos de vida del
movimiento feminista han sido muchos los cambios sufridos y los debates abiertos en su seno.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Antes de centrarnos en los debates actuales, es importante sealar principalmente los cambios ocurridos en los aos 80 porque sus efectos todava inciden en
la lucha feminista en Espaa. El feminismo espaol es diferente al resto de pases
de Europa del Norte porque en nuestro pas el contexto poltico, durante la gestacin de la 2 ola, era tambin diferente. Esto hizo que debates como el de la igualdad y el de la diferencia se resolvieran de forma diferente y surgieran otras cuestiones como la autonoma o no del movimiento.
En el feminismo de los 70 y 80 se opuso la igualdad a la diferencia. La diferencia se consider desde el discurso de la igualdad como una reivindicacin
ms reaccionaria y as se sell por un tiempo el debate, adems de mantener la
idea de igualdad y diferencia como conceptos excluyentes. En la actualidad y con
la perspectiva de 20 aos estamos entrando finalmente en un anlisis que arroja luz sobre estas cuestiones, hay mayor claridad sobre el proceso histrico del
feminismo y se puede comprender mejor cmo se dieron en nuestro pas uno y
otro discurso. Recientemente se ha vuelto a abrir este debate y se ha entendido
que el feminismo de la igualdad no pasa por la imitacin del modelo social masculino.
Tambin en esta poca en los pases occidentales y tambin en Espaa se produjo una fragmentacin del movimiento, surgieron asociaciones preocupadas en
diferentes reas y con diferentes formas de actuacin lo que hizo que algunos sectores interpretaran esto como una crisis del movimiento.
Paralelamente se produce la consolidacin del movimiento acadmico. Esto
hace que en la dcada de los 80 acontezca la produccin terica ms importante.
Paradjicamente, las acciones de los movimientos de base se ven reducidas.
Adems es en esta poca cuando se introducen algunas de las reivindicaciones en
la agenda pblica y se institucionalice parte del movimiento, esto se produce debido al sistema de subvenciones creado y al transvase de las lderes del movimiento
a los denominados organismos de igualdad.
A finales de los 80 y principalmente en los 90 empiezan a surgir las crticas ms
duras frente al etnocentrismo del feminismo occidental. El objeto del feminismo deja
de ser la mujer como un todo y empieza a central su atencin en la diversidad.
Surgen as diferentes corrientes como el feminismo postcolonial, el ecofeminismo,
el discafeminismo, el feminismo queer o el feminismo lesbiano.
Toda esta serie de debates y de corrientes de pensamiento se han materializado en diferentes tipos de asociaciones con diferentes formas de actuacin. A da de
hoy, todava hay asociaciones cuyo objetivo es influir en la poltica institucional y
otras que se mantienen fuera del sistema. Todo esto ha supuesto dificultades, pero

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

tambin fortalezas porque esta diversidad de corrientes y de posicionamiento ha


enriquecido las reflexiones y ha abierto nuevos campos de pensamiento.
Como resultados visibles el feminismo, principalmente, mediante las asociaciones de mujeres ha conseguido:
1. Ejercer influencia porque muchas de las reivindicaciones feministas, como
han sido, la creacin de centros de planificacin, casas de acogida, el recuento de
las vctimas de la violencia de gnero, la modificacin de las leyes o la aprobacin
de leyes nuevas, han sido asumidas por las instituciones pblicas, aunque este proceso no ha estado exento de crticas debido a la interpretacin de estas medidas en
muchos casos como estrategias partidistas. Se ha conseguido tambin influir en
otros agentes sociales como los partidos polticos, los sindicatos u otros movimientos sociales. Los partidos polticos han asumido como propias las cuotas, las medidas de accin positiva y la democracia paritaria. Los sindicatos han incorporado la
perspectiva de gnero en las negociaciones colectivas, la igualdad en las relaciones
laborales y en la retribucin salarial o la lucha contra el acoso sexual, etc.
2. El feminismo ha conseguido tambin tener poder legitimado, pues las asociaciones de mujeres han conseguido reconocimiento social y poltico mediante la creacin de organismos pblicos como el Instituto de la Mujer o el Ministerio de
Igualdad, que vienen a apoyar la labor realizada por las asociaciones.
3. El feminismo ha provocado cambio social, que es la aportacin ms importante. Las mujeres feministas de manera individual a travs de sus propias historias de
vida transgresoras y tambin a travs de los grupos o asociaciones feministas han
conseguido romper estereotipos y roles de gnero, visibilizar a las mujeres fuera de
los mbito tradicionalmente asignados para ellas y han propuesto nuevas formas
alternativas y alegres de vida.
En palabras de Teresa del Valle, a travs de los grupos de mujeres hemos podido debatir problemas, definir conocimientos, conseguir apoyos, crear complicidades, disear modelos, definir nuevas aspiraciones, etc. Todo ello necesario para eliminar los valores patriarcales imperantes.
A pesar de haber conseguido todos estos logros quedan retos pendientes que
conseguir y a la vez se han abierto otros nuevos a los que hacer frente, como qu
est ocurriendo con las jvenes y el relevo intergeneracional? Para darle respuesta
a esta pregunta hay que partir de la importancia de la participacin de las mujeres
para lograr la democracia sustantiva, una democracia real en el que el poder se distribuya de forma igualitaria y las mujeres logremos ser tenidas en cuenta en las polticas pblicas. Es bsico que, en este nuevo contrato social las mujeres no seamos
excluidas nuevamente, como ha sucedido a lo largo de la historia.
La participacin es un derecho de las mujeres, tradicionalmente consideradas de
segunda, no podemos dejar de disfrutar de esos derechos si de los que estamos
hablando es de democracia. Pero adems las mujeres han estado tradicionalmente

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

alejadas de la esfera pblica y ms en concreto de la esfera poltica, an hoy existen diferencias en cuanto a la cultura poltica de hombres y mujeres.
Las mujeres votan menos y sienten un menor inters por la poltica tradicional,
sin embargo, el asociacionismo de mujeres ha crecido en los ltimos aos de manera esperanzadora. Segn el Instituto Andaluz de la Mujer, el nmero de asociaciones de mujeres se ha ido incrementando notablemente desde las 152 existentes en
1989 hasta las ms de 1.400 que existen actualmente en la Comunidad Autnoma
Andaluza. Este fenmeno juega una baza importantsima para que las mujeres se
incluyan en los crculos polticos, adquieran esa cultura poltica necesaria para su
empoderamiento y para ser copartcipes del diseo de sus propias vidas.
A pesar de los esfuerzos realizados por fomentar el asociacionismo, a pesar de
los intentos de difundir sus ventajas entre la poblacin y por tanto atraerla, la juventud espaola no presenta unas tasas de asociacionismo muy altas, no recurre a este
canal con la frecuencia deseada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el resto
de poblacin tampoco lo hace, de hecho es respecto al asociacionismo donde las
diferencias por razn de edad se ven ms atenuadas, hay menos diferencia en la
tasa de asociacionismo en gente joven y gente mayor.
La tasa de asociacionismo de los hombres jvenes es, en la actualidad, superior a la de las mujeres, casi ocho puntos porcentuales de diferencia, sin embargo,
con una mirada a la evolucin del asociacionismo en los ltimos 20 aos podemos
ser ms optimistas. La tasa de asociacionismo de las mujeres se ha ido incrementando paulatinamente, mientras que la de los hombres se ha mantenido ms igual.
Segn datos del Informe de la Juventud en Espaa (INJUVE 2008), en relacin a
la diferencia entre mujeres y hombres jvenes, en funcin de los objetivos de la
asociaciones en las que se insertan, los hombres escogen mayoritariamente asociaciones ldicas y recreativas, mientras que las mujeres asociaciones que tengan
un efecto sobre el exterior, es decir, asociaciones que buscan transformar o cambiar el entorno.
Si nos centramos en las nuevas asociaciones de mujeres jvenes con una orientacin feminista, stas han adoptado nuevas formas de organizacin, priorizando la
necesidad de evitar estructuras tradicionales, con jerarquas claramente definidas y
roles rgidos, siempre conforme a una reglamentacin que la mayora de las veces
ha sido creada por un pequeo grupo, dejando fuera las aspiraciones y perspectivas de los nuevos miembros que a integran. Siendo conscientes de esta realidad,
desde la Asociacin Mujeres Politlogas planteamos la necesidad de analizar la
situacin del movimiento asociativo de mujeres del municipio de Granada, del que
nosotras formamos parte. Esto se materializ durante el ao 2007 y publicado en el
2008, con la realizacin del Estudio sobre el Tejido Asociativo de Mujeres en
Granada subvencionado por el Ayuntamiento de Granada a travs de la convocato-

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

ria de proyectos para asociaciones de mujeres. Los resultados de este estudio dejaron entrever la necesidad de fomentar el asociacionismo entre las mujeres jvenes
del municipio, dando a conocer la evolucin, visibilizando los resultados ms positivos de las Asociaciones de Mujeres, haciendo ver que constituyen grupos para participar en la toma de decisiones. Asimismo se recomend el establecimiento de cauces de comunicacin y colaboracin entre las asociaciones de mujeres y las asociaciones juveniles, dando a conocer entre stas ltimas la evolucin, logros e importancia del movimiento feminista.
Pensamos que estas conclusiones y recomendaciones del Estudio sobre el
Tejido Asociativo de Mujeres en Granada no se podan poner en marcha sin conocer tambin, de modo especfico, el fenmeno asociativo de las mujeres jvenes
de Granada, por lo que a la siguiente convocatoria de subvenciones presentamos
la realizacin de una investigacin sobre la participacin de las mujeres jvenes
de Granada en el movimiento asociativo, cuyos objetivos principales eran, por un
lado, conocer los factores que motivan el asociacionismo de mujeres jvenes y
por otro conocer su posicionamiento respecto al feminismo. Para ello, optamos
por tcnicas cualitativas de investigacin social, entrevista en profundidad y grupos de discusin, seleccionando a mujeres jvenes con ms de un ao de residencia en la ciudad y que pertenecieran al movimiento asociativo, excluyendo los
partidos polticos, fundaciones y sindicatos, e incluyendo a colectivos no registrados oficialmente.
Una vez realizada la investigacin, las conclusiones a las que se lleg fueron las
siguientes:
1. Las mujeres jvenes a pesar de no ser un grupo mayoritario, s que son un
grupo muy activo dentro de las asociaciones. Entienden la participacin como un
estilo de vida, lo que las hace mantener una postura activa dentro de sus organizaciones.
2. A su vez, reconocen que las nuevas tecnologas estn cambiando los mecanismos de participacin, cambiando las formas de conexin inter-asociativa e intr.asociativa, posibilitando en trabajo en red inclusive a nivel transnacional.
3. Las mujeres jvenes se asocian en funcin de sus intereses profesionales,
formativos y sociales. Resaltar que las mujeres eligen las asociaciones como mecanismo de colaboracin social, segn sus propias habilidades y mbitos de inters
profesional.
4. La principal razn para que la jvenes en Granada no escojan asociaciones
especficamente de mujeres, es que entienden que la defensa de los valores de
igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres no se circunscriben exclusivamente a las asociaciones de mujeres.
5. Por otra parte, el nivel de envejecimiento de las asociaciones de mujeres
podra observarse como obstculo para el acercamiento de las jvenes a este tipo
de asociaciones. Las personas en general, y en este caso las mujeres, tienen a
organizarse con personas de edades similares, por lo que para incrementar la pre-

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

sencia de las jvenes en las asociaciones feministas existentes en el tejido asociativo de Granada se requerir un esfuerzo adicional a nivel interno.
6. La visin de las feministas ms jvenes y las ms mayores no es la misma.
Las feministas jvenes apuestan por la inclusin de los hombres en las asociaciones feministas, como mecanismo ms eficaz y ms justo de participar y estn ms
cerca del feminismo de la tercera ola.
7. El llamado velo de la igualdad, que podra identificarse como otro de los obstculos en la participacin de las mujeres jvenes en el feminismo, no supone en
este caso un obstculo determinante, las mujeres jvenes entienden que se han
producido numerosos avances que han mejorado su situacin con respecto a las
generaciones anteriores, sin embargo, esto no hace que ignoren los retos pasados
y futuros que el feminismo tiene que afrontar.
8. Tambin, la difusin de las asociaciones feministas dentro del mbito formativo es esencial, ya que muchas jvenes estn centrando sus inquietudes feministas en la esfera acadmica.
9. Por ltimo, es fundamental reforzar la difusin de las asociaciones feministas, promover el acercamiento y el dilogo intergeneracional entre mujeres supone
un elemento indispensable para que se produzca el relevo en las asociaciones feministas.
Por tanto, podemos decir que el feminismo granadino, segn las conclusiones
del estudio, est presente en numerosas asociaciones, sin embargo presenta importantes grados de dispersin. Es decir, las mujeres jvenes no son apticas, simplemente estn cambiando sus formas de participar.
Favorecer los encuentros y el conocimiento entre asociaciones facilitara las
posibles colaboraciones futuras, el establecimiento de mnimos, el aprendizaje
mutuo y el intercambio entre las diferentes asociaciones.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

6. ASOCIACIONES DE MUJERES, INSTITUCIONES Y


CAMBIO SOCIAL
M Jos Moruno Lpez
Vicepresidenta del Forum de Poltica Feminista Estatal y Presidenta del Forum de Poltica Feminista
de Crdoba

as Asociaciones de Mujeres nacieron y crecieron desde sus propias inquietudes. Viven y dan frutos para la igualdad entre hombres y mujeres, antes de ser
amparadas bajo el manto de las instituciones, diputaciones, ayuntamientos,
institutos, ministerios

Afloraron a la participacin para la igualdad, desde la soledad de su ser mujeres,


interpretando su realidad y abriendo sus perspectivas mientras sufran la situacin
de inferioridad a la que siempre hemos estado relegadas. Cada Asociacin de
Mujeres, de Feministas, en su barrio, pueblo, ciudad, desde sus carencias, pero con
sus diversas sabiduras y voluntades, emprendi la accin y la reflexin sobre la
situacin comn de las mujeres, con el nimo de superarla. Pasaron su calvario
hacia la existencia pblica entre condenas, burlas, temores, expectaciones y por
ltimo, ante la aceptacin superficial, cuando no interesada, del sentido de su existencia: que sentido tiene el que se quieran asociar ellas y ellas? Y ahora ellos y
ellos sin mezclarse con ellas para defenderlas?
Las Mujeres organizadas, hemos logrado situar el agravio de la desigualdad
entre hombres y mujeres en los lugares visibles. Hemos apuntado los problemas,
desvelado sus causas, propuesto sus soluciones.
Fortalecindonos unas a otras en las Asociaciones, nos hemos puesto en el
camino que nos lleve hacia una sociedad ms humana por ms igualitaria. En este
caminar ha habido dos constantes, dos guas:
1.- La conviccin de que los colectivos de mujeres, las mujeres, constituyen un
elemento activo imprescindible en la construccin del Bien Comn de los pueblos.
2.- La defensa de la PARTICIPACIN en la toma de decisiones, de la ciudadana, sobre los asuntos que nos afectan, como clave de la Democracia, que no es
democracia si no se realiza como proceso abierto -por perfeccionable- de
Participacin.
Despus, las Asociaciones hemos sido bendecidas por el reconocimiento de las
Instituciones, de los poderes pblicos, que:
* posibilitan y animan la creacin de nuevas asociaciones.
* nos confeccionan programas de formacin especficos.
* nos facilitan ayudas, subvenciones.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

* crean organismos especficos de todo nivel.


* legislan al hilo de nuestras reivindicaciones
Est nuestra causa, nuestra razn de ser, entregada en manos que la conocen
en profundidad y que la ponen en vas de resolucin? Hemos puesto en esas "buenas manos" nuestras aspiraciones y podemos descansar tranquilas en la seguridad
de que sern llevadas a buen trmino tanto si participamos en su gestin como si
no?
Es por tanto el trabajo de las Asociaciones de Mujeres una tarea finita por cumplida y entregada?
Llevamos un tiempo en que nuestra preocupacin primordial asociativa consiste en asistir "descolocadas" al proceso de creacin de de los rganos de participacin de las mujeres, sin que la gran mayora de las asociaciones hayamos
percibido que estemos participando en el diseo de los que van a ser nuestros
enclaves para posibilitar la participacin. Las mujeres, que hemos ido construyendo el edificio de la igualdad entre hombres y mujeres, desde abajo hacia arriba, en una prctica superadora de la mera representatividad, asistimos desconcertadas y fuera de lugar, al diseo de nuestros rganos de representacin. No
hemos sido llamadas, no hemos podido compartir los criterios de seleccin para
las elegidas.
Muchas asociaciones hemos empleado tiempo y energas en buscar las vas
sealadas para el dialogo acerca de lo que podran ser canales de participacin,
cauces que permitieran recoger lo mas ampliamente posible, el saber, el hacer y el
futuro crecimiento. No hemos tenido la suerte de sentirnos "dentro", pero valoramos
lo que se ha hecho en esta direccin y tenemos esperanza en lo que se pueda
seguir haciendo conjuntamente asociaciones e instituciones.
Existe voluntad de no confrontar, sino de aportar, y existe el firme propsito de
protagonizar colectivamente, como hasta ahora, el camino hacia la Igualdad entre
hombres y mujeres. Pero hemos asistido al alumbramiento (preferentemente en los
paritorios de las diferentes corrientes polticas que gobiernan instituciones) de asociaciones, federaciones, fundaciones, departamentos y toda suerte de Consejos de
la Mujer: Municipales, Provinciales, Comarcales, Autonmicos, Estatal. Todo esto no
poda ser otra cosa que una preparacin hacia la planificacin de una mejor y
mayor participacin de las mujeres, recogiendo de abajo a arriba la mayor representacin posible de Asociaciones.
Se est constituyendo el Consejo Estatal de la Mujeres.
Cuantas Asociaciones han estado informadas, interesadas y finalmente seleccionadas para integrar este rgano de participacin Dnde han aterrizado las propuestas de los Consejos Locales, de plataformas?

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Donde se sitan en el proyecto de creacin del Consejo Andaluz los consejos


ya creados y los que se estn creando? Provinciales, comarcales
Como interpretamos ese otro proyecto andaluz del CENSO?
Todo tendr su explicacin, y al no captarla entramos en la duda:
- O se est confeccionando un traje a la medida de un modelo que no son los
intereses de las mujeres
- O algunas estamos entrado en el agotamiento de la vejez, con mucha experiencia, pero con la cabeza "ida" (que diran algunas/os recin llegadas/os a las
alturas desde el carisma otorgado por el cargo)
La tentacin es apuntarse a todo, pertenecer a un rosario de Consejos, a una
serie de programas, redactar proyectos y justificar subvenciones. Es lo que hacemos. Lo ms cmodo seria, atenuar para ir abandonando, el papel dinamizador y
reivindicativo que aqu y ahora seguimos realizando centenares de asociaciones
feministas, de mujeres, que en el citado Censo andaluz, pasamos a ser "entidades
colaboradoras" tendr el sentido de las entidades colaboradoras de alfabetizacin,
o el de el alma mter con sus adlteres? Algo habr que reflexionar.
Sabemos al menos LO QUE NO QUEREMOS HACER
- Confrontar con quienes tienen que asumir nuestros avances desde las instituciones y organismos.
- Dejar de protagonizar el papel dinamizador y reivindicativo desde nuestros
entornos asociativos de Mujeres.
- Dejar de seguir propiciando las alianzas entre mujeres para proseguir avanzando hacia la igualdad.
- Dejar de aspirar a crecer junto a todo aquello que nos acompae, ayudadas
pero no tuteladas.
- Dejar de aspirar a la mayora que hemos demostrado en edad saber y gobierno.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

ASOCIACIONES DE MUJERES, INTERLOCUCIN Y


CAMBIO SOCIAL EN VARIAS COMUNIDADES
AUTNOMAS
PAS VASCO
Gladys Giraldo.
Miembro del equipo de AZ,Procesos Participativos- socia de la Asamblea de Mujeres de lava,
Socia fundadora de la Red Zuzen por los derechos de las personas inmigrantes. Colaboradora ocasional del FFMM y del Instituto para el Desarrollo y la Cooperacin Internacional HEGOA.

Kaixo, Egunon!
Quiero agradecer esta oportunidad, en primer lugar a Miren Ortubay del Forum
Feminista Mara Maeztu. Ella es el primer eslabn de sta cadena que me trae
hasta aqu, hasta vosotras. Gracias a Begoa San Jos y a todas las mujeres del
Forum de Poltica feminista y en especial a las compaeras de Crdoba. He venido
sobre todo a aprender y espero poder compartir algunas reflexiones sobre experiencias personales y colectivas, muy diferente quiz de lo que esperabais.
En mi lugar tena que haber estado otra invitada, Eva Martnez de Plazandreok, del
Pas Vasco.
Yo no soy vasca de nacimiento aunque si de adopcin, ya que llevo viviendo en
Vitoria-Gasteiz ms de 20 aos. Este dato tiene su importancia porque de alguna
manera, demuestra la realidad cambiante, la diversidad y la presencia de personas
nacidas en otra parte pero que ya formamos parte de esta realidad que se construye. Me refiero a las personas migradas. Esto enlaza, por ejemplo, con uno de los
ejes de estos talleres, el de Ciudadana. Slo este tema dara para un taller de
varias jornadas... Est muy unido adems a la cuestin de la identidad. A nuestra
identidad, o identidades como mujeres y de cmo, una lucha por la igualdad entre
mujeres y hombres, tendra que tener en cuenta toda esta diversidad.
El Pas Vasco, Euskadi, como vosotras sabis, y algunas aqu conocis ms de
cerca, est atravesado por un conflicto que afecta toda la vida poltica, incluida la
participacin socio-poltica de las mujeres. En el Pas Vasco existe un movimiento
asociativo de mujeres vigoroso. Un vistazo a la pgina web del Instituto Vasco de la
Mujer, Emakunde, nos revela numerosas asociaciones de mujeres (las registradas).
Si bien es cierto que la mayora son de carcter cultural o asistencial, no son, o no
se denominan "feministas". Sin embargo, y de alguna manera son espacios de
encuentro de mujeres con sus propias necesidades y reivindicaciones. Son receptoras de subvenciones; algunas incluso, no podran existir sin ellas.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Por otra parte, estn las asociaciones auto-denominadas feministas, con diferentes propuestas, agendas, formas de organizacin, etc. Bilgune Feminista, de carcter nacional, Plazandreok, local, Las asambleas de mujeres, siendo la de Bizkaia
la ms fuerte hoy en da, son algunos ejemplos. Estas organizaciones, se coordinan
puntualmente, con otras mixtas (de mujeres feministas principalmente de sindicatos
y de ONGs ), dentro de plataformas como la coordinadoras del 25 N o del 8 M, o
coincidimos en convocatorias como las concentraciones de protesta por asesinatos
machistas, o la reciente campaa a favor del aborto y la libre eleccin de las mujeres. Se puede decir en general, que a pesar de la nutrida presencia de mujeres en
el ltimo Jardunaldi Feministak en el 2008 en Portugalete (Bizkaia), las organizaciones feministas estn un tanto debilitadas por el decreciente nmero de militantes, la falta de "regeneracin" y el preocupante relevo generacional. Por otra parte,
nuevos retos como la creciente presencia de mujeres de otras latitudes hace urgente y necesario un debate y propuestas feministas incluyentes de estas nuevas realidades. Un buen ejemplo en este sentido es la Asociacin de Trabajadoras del
Hogar de Bizkaia ATH-ELE que lleva ya unos aos de andadura. Este sector, ha
sido siempre muy precario, para las propias mujeres autctonas que son las que
desempean este trabajo, pero que al ser "remplazadas" por mujeres extranjeras
inmigradas, no slo no mejoran las condiciones laborales sino que empeoran. Aqu
me detengo aunque sea para subrayar que nos enfrentamos a retos de hondo calado que tienen que ver con la actual globalizacin de modelo liberal en alianza con
el Patriarcado. As por ejemplo, cuando nuestras evolucionadas constituciones y
democracias representativas recogen reivindicaciones feministas en forma de Ley
de Igualdad, Ley Integral contra la violencia de gnero o la Ley de dependencia,
todava, a mi parecer. Estn lejos de alcanzar los intereses o las necesidades de
muchas mujeres, especialmente las que se encuentran en situaciones de mayor
precariedad o vulnerabilidad (mujeres mayores, mujeres viudas, jvenes, mujeres
de las zonas rurales, mujeres inmigrantes...)
La conciliacin de vida personal, familiar y laboral que ha supuesto un avance
importantsimo puede no significar nada para una mujer viuda, o una mujer inmigrada. Esta ltima, ni siquiera para plantear ese derecho, se encuentra en igualdad de
condiciones con las mujeres nativas. Cmo conciliar sin una pareja, (familia monomarental), o con pareja que para el caso da igual, con responsabilidades, que
muchas veces incluye tambin a otros familiares como padre, madre o hermanos/as
(familia extensa), jugando con los husos horarios y desde un locutorio? Conciliar
vida personal, cuando no se tienen los derechos ms bsicos como trabajadora, o
incluso no existes si ests en situacin irregular, (recordemos que la mayora de las
mujeres migradas desempean trabajos precarios como el " servicio" domstico,
trabajadoras sexuales, cuidado de personas, etc. De hecho gracias a ellas se hace
posible la conciliacin de vida personal, familiar y laboral de muchos hombres y
mujeres con trabajos ms estables y mejor remunerados.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Por otra parte han surgido tambin asociaciones como Mujeres del Mundo,
Malen Etxea... por citar algunas. Feministas con una especial preocupacin por
las reivindicaciones especficas de las mujeres migradas. Pero otras experiencias,
con mujeres de pases como Burkina Faso, Mali, Senegal, Nigeria, Guinea
Ecuatorial, presentan retos ms complejos que nos ubican ante barreras que hay
que ir superando antes de llegar a un proceso participativo en trminos socio-polticos. Me refiero a la alfabetizacin, a la posibilidad de "salir" de casa (a muchas de
ellas los maridos no les permiten o slo cuando ellos deciden), o asistir a una reunin sin tener que preocuparse del cuidado de las criaturas. No son, como se cree
normalmente las "diferencias" culturales las que les impiden participar, son realidades concretas con soluciones posibles pero que no estn a su alcance. Es un crculo vicioso: no se pueden organizar para demandar sus derechos y no son tenidas en
cuenta porque no estn organizadas, no pueden interlocutar con las instituciones
porque tampoco saben cmo ( los trmites, plazos y procedimientos para recibir
subvenciones son especialmente complicados y terminan por ser "disuasorios" , y
no solo para las mujeres africanas tambin para muchas otras mujeres autctonas
de otras asociaciones). Existen barreras, pero tambin es cierto que an as, las
mujeres de Djelia Taama Musoo, (que as se llama la asociacin con la que he compartido e intercambiado experiencias desde hace ms de dos aos) por ejemplo,
consiguen mantener y ampliar sus redes de apoyo entre ellas y con otras organizaciones y personas en Vitoria-Gasteiz. Son muy visibles y vistosas "en la calle",
algunas de ellas son muy conocidas por su participacin en las actividades socioculturales de nuestra ciudad. Al comienzo no es fcil entender sus prioridades si
vienes de una cultura organizativa "occidental", pero el feminismo nos ha enseado a escuchar, tender puentes, facilitar y compartir oportunidades para que sean
las mujeres mismas, desde sus experiencias y a su ritmo, las protagonistas de su
propio proceso, con voz propia.
En el caso de las asociaciones de mujeres viudas del Pas Vasco, pertenecientes a la Federacin FEVI, desde AZ,Participacin les hemos acompaado en varios
procesos participativos, a travs de La Mesa que las rene cada mes, en los talleres de autoestima y empoderamiento y en su participacin en la elaboracin del V
Plan de Igualdad de Emakunde. Me han impresionado mujeres de setenta y hasta
de noventa aos, despus de hacer una reconstruccin personal y colectiva de sus
vidas, y reflexionando desde una perspectiva de gnero son capaces de dar nuevas
lecturas y encontrar algunas claves para entender situaciones pasadas y presentes.
Al final del proceso muchas de ellas se reconocen y declaran orgullosamente feministas,! No es solo una ancdota. Este ejercicio y aprendizaje poltico ha sido significativo en sus vidas y en la lucha por conseguir pensiones dignas entre otras
cosas. Han dejado de ser "vctimas", "madres resignadas" y orgullosas de "la virtud del sacrificio" realizado por sus descendientes, a ser sujetos de derechos.
Derechos que les han negado por ser mujeres!

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Hasta ahora he presentado algunas instantneas, y he detallado un poco de lo


que ms conozco de procesos participativos "desde abajo", desde dentro.
Otras cuestiones en el panorama de la lucha por la Igualdad de mujeres y hombres: una es la creciente participacin de organizaciones de Hombres por la Igualdad
en los diferentes mbitos hasta ahora y todava, con presencia mayoritaria de mujeres. Compaeros de lucha o la competencia? Sobre todo cuando de las instituciones se trata. Slo mencionar esto porque el debate sigue abierto, especialmente en
los Espacios o en los Consejos para la Igualdad donde nos reencontramos en la
arena poltica, supuestamente desde otros parmetros y persiguiendo los mismos
objetivos. Por otra parte estn las nuevas asociaciones "mixtas" feministas, de hombres y mujeres. Y hablando de mujeres y hombres... Otras asociaciones muy activas
en el Pas Vasco son Ehgam, Garaipen Medeak, Gehitu, y en Vitoria-Gasteiz las 7
menos veinte, quienes desde el Movimiento LGTB y la Teora queer plantean nuevos sujetos polticos (o relegados, como son las lesbianas) que superaran el binomio biolgico y de gnero hombre- mujer. Esto queda como lo dems temas expuestos, apuntalado, porque el tiempo de presentacin no da para ms, pero que luego
en los grupos de trabajo espero podamos abordarlos un poco ms.
Sigo, y para terminar, con el tema de los Consejos/ Espacios para promover la
Igualdad de mujeres y hombres desde las instituciones. Estas han abierto canales
para la participacin de las asociaciones de mujeres (y de hombres). De la Ley de
creacin del Concejo Vasco de las Mujeres para la Igualdad, solo se sabe que todava no ha llegado al parlamento. Est parado. Esto se debe posiblemente al cambio
poltico producido recientemente en Euskadi. Lo que si est en marcha es, como
mencion antes, el V Plan de Igualdad. Tanto en este como en el Espacio para la
igualdad del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, y el que est promoviendo la
Diputacin Foral de lava, he tenido la oportunidad de participar, desde la secretara tcnica, o dinamizado las reuniones, en lava, y en Gipuzkoa.
Tambin desde las asociaciones, y ms de cerca desde la Mesa de la FEVI,
cuando estaban reflexionando y trabajando sobre las propuestas (se pueden ver en
la WEB de Emakunde). Procesos todos ellos muy interesantes y de los cuales se
pueden hacer varios aprendizajes, desde las propias convocatorias, la metodologa,
los contenidos ... Hay que decir que la iniciativa la sigue llevando las instituciones,
no son las asociaciones las que impulsan y demandan estos espacios. Esta relacin
entre instituciones y asociaciones clientes, dejan por fuera un caudal muy rico de
otras iniciativas... y por qu no decirlo, de crtica o valoracin de dichos procesos y
resultados. Se corre el riesgo tambin, de cierta instrumentalizacin por parte de la
administracin...
Estamos hablando adems, de instituciones inscritas dentro de un modelo econmico, que apenas se cuestiona; en el que las prioridades son otras. Esto es

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

importante porque en muchos casos y ahora con ms razn, cualquier proyecto


social o poltico democrtico, depende del presupuesto disponible o mejor dicho, del
que se reserve para llevarlo a cabo. Quin, con qu criterios y dnde se toman
stas decisiones? Y lo ms importante: estamos ah las mujeres para incidir y conseguir cambios reales que nos afecten nuestras vidas diarias?
Para concluir, decir que en todos estos procesos participativos se echa en falta
una formacin bsica en feminismo. Como teora y prctica poltica. Nos encontramos con mujeres que han reflexionado y debatido, que han asistido a cursos de
empoderamiento etc, mujeres feministas con propuestas muy claras en el mismo
grupo de trabajo con hombres de asociaciones de vecinos o mujeres de asociaciones varias que manifiestan su desacuerdo con "las feministas", que afirman de
manera categrica que "el feminismo es igual a machismo". Es desalentador. Otra
cosa preocupante es lo difcil que resulta implicar al personal poltico de las administraciones, sobre todo a los hombres... la lucha por la igualdad de mujeres y hombres pareciera ser an una preocupacin principalmente de las mujeres. Por esta
razn estoy convencida que espacios como estos son muy necesarios para seguir
trabajando en la lnea y ejes que orientan el espritu de estos talleres. Eskerrik asko.
Muchas gracias.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

BALEARES
Nina Parrn,
Presidenta del Consejo de la Mujer de las Islas baleares

iempre es un momento especial encontrarme con otras feministas para debatir, reflexionar, intercambiar opiniones Pero a veces, unas Jornadas tienen
un significado personal, adems del colectivo. Este es el caso. Despus de
10 aos sin ver a Begoa San Jos, coincidimos en las jornadas sobre gnero y
desarrollo en Bilbao el 26-27 de mayo, y volvimos -espero que por muchos aos- a
enlazar nuestra trayectoria de activistas, en la que quiero contaros la experiencia de
interlocucin para el cambio social que vivimos, que no es una cualquiera, sino la
que creo fue la primera lucha global feminista utilizando las nuevas tecnologas. En
1996, Kabul cay bajo el poder de los talibanes, y miles de personas huan a
Pakistn, entre ellas, muchsimas mujeres, algunas de las cuales, desde el exilio en
Pakistn, Irn u otros lugares, a travs de internet, dieron la seal de alarma sobre
la situacin de extrema gravedad en que vivan las mujeres que no pudieron huir. El
SOS fue recogido por las australianas, quienes lanzaron el mensaje a EE UU y
Canad, y estas la lanzaron a Europa. En febrero de 1997, slo unos meses ms
tarde, ya estbamos las feministas de Madrid iniciando una campaa de denuncia y
presin poltica con el objetivo de que ningn estado democrtico reconociera al
gobierno talibn, cosa que estaban dispuestos a hacer, y si no lo hicieron fue por
esta campaa mundial, sostenida durante varios aos, con intervenciones destacadas, como la de Enma Bonino.

Bueno, pero yo he venido a contaros mi experiencia y visin del movimiento de


mujeres en Baleares. El problema es que despus de 29 aos de formar parte del
movimiento feminista, vengo con ms preguntas y dudas que respuestas y certidumbres. La primera es: qu es ser parte del movimiento feminista en 2010?.
Cuando era joven, los grupos y asociaciones feministas ocupbamos la calle con
una frecuencia agotadora, ramos radicales, auto afirmativas, reivindicativas era
un movimiento fresco. Tambin en Mallorca y en mucha menor medida, en las islas
menores. Haba feministas potentes que fundaban colectivos y grupos "caeros" y
que abrieron caminos a la consecucin de leyes que aliviaran la vida de millones de
mujeres.
Cuando en 2000 fui a vivir a Mallorca, el movimiento feminista estaba prcticamente deshecho. Funcionaba el Lobby de Dones, una asociacin llena de "mujeres
relevantes", mujeres potentes de todo el espectro poltico y social, con lo que -a
pesar de no haber ledo sus estatutos- creo que no se denominan feministas, calificativo que s asume, por ejemplo, la asociacin "Feministes i creients". Tambin
encontr a activistas que se haban salido del Lobby acusndolas de ser elitistas,

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

pero el hecho es que son un referente en todo lo relacionado con las mujeres, y de
esta asociacin han salido mujeres con poder dentro de la universidad, del movimiento ciudadano y de la poltica. A veces creo que les pasa como al Cid, que "gan
una batalla despus de muerto", porque aunque actualmente el Lobby de Dones
est bastante debilitado, los medios le siguen llamando. Incluso a m, que no soy del
Lobby, me llaman y me preguntan qu piensa el Lobby de Dones sobre cualquier
cosa que tenga que ver con mujeres.
Tambin se cre la universidad de verano de estudios de gnero, bajo la direccin de feministas socias del Lobby de Dones, que podra ser un referente pero no
aglutina a las feministas, queda para las estudiantes con el reclamo de los crditos.
Es "la academia", no permea hacia la calle, a la sociedad.
Y entonces, qu pasa con el movimiento feminista? No lo hay. Me pregunto si
el feminismo se ha institucionalizado, si se ha hecho polticamente correcto y se ha
quedado sin oxgeno. Hay adems pocas que se llaman especficamente feministas. Incluso ADIBS (Asociacin de dones de les illes Balears) hemos propuesto
cambiar nuestros estatutos para especificar que somos una asociacin feminista.
En el 2000 se estaba creando el Institut Balear de la Dona (IBD), con una de las
integrantes del Lobby de Dones como directora. En el 2001 entr a trabajar en esta
institucin. Ese 25 de Noviembre, la directora del IBD invit a todas las asociaciones de mujeres y a las reas de la mujer de ONGs, partidos y sindicatos para organizar entre todas los actos conmemorativos. Se juntaron todas, las progresistas, las
conservadoras, todos los partidos y sindicatos. Fue una buena idea, pues todas se
sorprendieron de la cantidad de mujeres que estaban alrededor de esta idea. Pero
dur poco, pues en los aos sucesivos, cada vez las conservadoras iban desapareciendo ms y ms, incluso cuando el Partido Popular gan las siguientes elecciones. Tal vez contribuy el hecho de que la nueva directora se enter de qu era el
Institut Balear de la Dona entrando en su web
En el poco tiempo que funcion esa primera etapa del IBD no hubo tiempo material de apoyar la consolidacin de un movimiento de mujeres y feminista. Luego no
hubo -ni an hoy lo hay- inters por ello. S estn muy organizados, y son fuertes
en estructura, los partidos y sindicatos, as que cada vez ms, ocuparon el espacio
en las coordinaciones espordicas, fundamentalmente, para la celebracin del 8 de
marzo y 25 de noviembre. Adems, el Poder en una ciudad pequea se siente cercano y a veces funciona el amiguismo, en plan "cmo vamos a montar un cristo a
esta que es amiga": no se planta cara a una amiga as como as Construir el IBD
fue una empresa apasionante pero fue y sigue siendo un organismo dbil a nivel de
estructura, con pocas personas en la plantilla, y con una gran movilidad o se les
acaba el contrato o las funcionarias se van a los dos aos cuando acumulan el tiempo necesario para el concurso de traslado. Nadie ha apostado por el IBD. Las

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

siguientes directoras han continuado esta dinmica, no han superado el trabajo realizado por la primera, y en mi opinin la mejor, directora.
Las asociaciones que existen son pocas e invisibilizadas por partidos y sindicatos que toman las reivindicaciones feministas como parte de la arena poltica donde
actuar. Para esto, impulsan asociaciones, que obviamente sirven como "correa de
trasmisin" a la sociedad de sus posturas, como se deca antiguamente En localidades de la isla hay algunas asociaciones, a las que apoyamos, pero con poco
peso a nivel general.
En 2005 empieza la lucha por el Consell de les Dones; el PP quera una ley de
la mujer, bochornosa por lo anticuada de planteamientos. No se consigui hasta el
cambio de un gobierno progresista. Pero la Administracin pblica quiere un Consell
de les Dones tutelado y maniatado, y los partidos y sindicatos queran la presidencia del Consell, o al menos luchar por estar en la Permanente. Fue un duro debate;
esgrimiendo cuestiones formales y jurdicas conseguimos que tanto la Presidencia
como la Permanente estuviera formada por asociaciones de mujeres; por cierto,
ADIBS que fue la asociacin que ms enmiendas y cuestionamiento hizo, result la
que ostenta la Presidencia-. Pero los partidos y sindicatos sentenciaron al Consell
en la prctica si no podan estar en la direccin, lo desautorizaban. Dicen que el
Consell es casi maquinaria de la administracin pblica y tiene las manos atadas
para liderar batallas polticas. Y cuando digo polticas me refiero a las del juego poltico, pues para eso lo quieren, sobre todo pesando en que si en las prximas elecciones pierde el pacto de progreso, el Consell servira como herramienta contra el
PP Pero un Consell de Dones o un movimiento feminista fuerte es mucho ms
que eso.
No todo son malas noticias ADIBS hemos unido fuerzas con el Lobby de
Dones, tratando de reforzar el Consell y lanzando reivindicaciones, unas autonmicas, otras a nivel estatal, como las autoinculpaciones en la ltima batalla por ahora
del aborto. Tambin con Dones i Lletras, formado por mujeres de la universidad,
para potenciar una lnea de formacin feminista. Se llamar "Dilogos feministas en
la luna" porque no queremos dar charlas sino que haya debate, explicitar y reivindicar el feminismo y porque lo haremos en una librera llamada Luna Y porque no
podemos usar el Casal de les dones que no es en realidad una casa para las asociaciones sino de la Administracin.
La pregunta que no me quiero hacer y que me niego a responder es se lucha
mejor con un gobierno del PP? Como cuando recin conquistada la Democracia
muchas personas que se sentan perdidas en ella decan que contra Franco se
luchaba mejor Yo quiero vivir en un estado democrtico gobernado por gobiernos
progresistas que no manipulen, sino que respeten escrupulosamente el tejido asociativo, la sociedad civil organizada. En Baleares, la administracin pblica no cons-

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

truye sociedad civil en la forma que debe, que es apoyando su visibilizacin y respetando su autonoma. Tampoco desde los partidos. Al revs, estamos tuteladas por
estos. Los partidos juegan a la lucha poltica y las asociaciones de mujeres estamos
dentro de esa lucha como un trofeo a conseguir o un sandwich que se quisieran
merendar, pagando las consecuencias de esas luchas partidistas, despojndonos
incluso de liderar la organizacin de nuestras fechas conmemorativas. En Malllorca
lo organiza una Plataforma Ciudadana por la Igualdad, formada por partidos sindicatos, juventudes de estos, y asociaciones de mujeres de su rbita, asociaciones
impulsadas para servir de lanzaderaSe cre con un fin, conseguir el Consell de
les Dones, una vez conseguido pero no controlado, mantienen esta Plataforma y
lideran los actos conmemorativos, excluyendo todos los grupos que nos negamos a
formar parte de dicha Plataforma. As de anticuados son sus planteamientos. Stalin
y puro.
Pero tambin tenemos que repensarnos: qu se construye ahora desde el feminismo, desde qu bases? Qu modelo de Consells de Dones queremos? Para
qu nos sirve? Cmo conseguir zafarnos del tutelaje administrativo?
Algunas cosas se hacen: Este otoo haremos un primer congreso de mujeres
baleares, para debatir cuestiones de la teora feminista, y el pasad diciembre, por
primera vez en la historia de las islas, hubo mujeres isleas en el congreso de
Granada. Y fueron becadas por los Consells de les dones, pues viajar desde las
islas es mucho ms caro que en la pennsula. Sobre todo, aquellas mujeres de las
islas menores.
Espero que en estas Jornadas, entre todas intercambiemos informacin y buenas prcticas, adems de dudas e incertidumbres estos espacios siempre han
sido importantes, pero al parecer, no slo no han perdido su razn de ser, sino que
los necesitamos cada vez ms. Gracias al Forum de Poltica Feminista por crear
este cauce.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

COMUNIDAD VALENCIANA
Alicia Gil Gmez,
Gerenta y coordinadora general de la Fundacin Isonoma de la Universitat Jaume I de Castelln.

unque voy a intentar ser breve, no puedo dejar de agradecer mi invitacin a


estas jornadas, ni de felicitar al Forum (a los diferentes Forums repartidos por
la geografa de este pas), por el importantsimo trabajo que estis realizando, cubriendo, con vuestra labor, uno de los vacos que, a mi juicio, existen en este
momento en la sociedad espaola, en general, y en el feminismo en particular: la
existencia de espacios de dilogo y debate. Enhorabuena, por tanto, a todas las
miembras de los distintos Forums y a las compaeras de Crdoba por el esfuerzo
realizado para estas estupendas jornadas hayan visto la luz. Adems, quiero agradecer, de manera especial, a Begoa San Jos, el papel vertebrador que est
jugando invitndonos a participar en vuestros encuentros y trasladando informacin
sobre vuestras actuaciones, a diferentes feministas procedentes de distintos mbitos, as como tambin quiero expresar mi agradecimiento al esfuerzo realizado por
otras amigas del Forum, Nina Infante entre ellas y, para no alargarme y cumplir el
compromiso de brevedad, hago extensivo mi agradecimiento a todas por permitirme
compartir algunas reflexiones:

Lo primera de ella, es romper una idea equivocada, que se ha venido manejando en estas jornadas, sobre la financiacin de las Fundaciones ya que no todas,
mejor dicho, ninguna Fundacin recibe financiacin por el hecho de serlo, a no ser
que nazcan en el seno de instituciones comprometidas con su financiacin desde el
momento de su creacin -estoy pensando en Fundaciones de Bancos, adscritas a
Partidos Polticos e incluso algunas que dependen directamente de las
Universidades, etc.- Como sabis, soy la coordinadora general y la gerenta de la
Fundacin Isonoma, que aun perteneciendo la mayora de las y los miembros de
su patronato a la Universidad Jaume I, carece de financiacin propia, no as, hay
que decirlo, otras Fundaciones adscritas a la misma Universidad, lo que implica que
la financiacin es un compromiso, o no, de quienes toman las decisiones con los
objetivos que persigue la organizacin financiada. Esto quiero que quede clarsimo.
Es decir que, las Fundaciones, tienen el mismo rgimen econmico que cualquier
otro tipo de organizacin sin nimo de lucro. La diferencia estriba en su estructura.
En el caso de Isonoma, nace como resultado de diferentes iniciativas comunitarias
de empleo, Now e Equal, que pusimos en marcha algunas mujeres feministas y que
desarrollamos en la Universidad Jaume I, lo que nos permiti tender un puente entre
la Universidad, la sociedad civil y, fundamentalmente, las mujeres.
Desarrollar este tipo de iniciativas, o cualquier otro proyecto adscrito a distintos
fondos, supona que, finalizado el proyecto, se acababan los recursos y por tanto la

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

actividad. Ello nos situaba de nuevo en el punto cero, ya que se desmembraban los
equipos y nos sumerga en la incertidumbre de si nos aprobaran, o no, el siguiente
proyecto para poder continuar el trabajo emprendido. A esta situacin, haba que
sumar la tendencia a la endogamia, propia de las Universidades, que dificultaba la
participacin as como la consolidacin de los logros en la sociedad civil y, en particular, en los diferentes colectivos mujeres beneficiarias de los proyectos, dificultndonos conseguir fondos para crear equipos estables que garantizaran el desarrollo
de los procesos abiertos. Dificultad, que no poda ser superada por el Seminario de
Investigacin Feminista (con el que, la Universidad Jaume I, cuenta desde el
momento de su creacin) cuyo trabajo, al ser estrictamente acadmico, no llega a
las mujeres no universitarias.
Por estas razones, y otras ms que no tengo tiempo de explicar, decidimos crear
la Fundacin Isonoma58 cuya diferencia con otras estructuras organizativas, sin
nimo de lucro, es que las Fundaciones tienen que tener un Patronato y se tiene
que inscribir en un rgano oficial de control (bien autonmico, bien estatal, dependiendo del mbito de actuacin de cada Fundacin), denominado Protectorado. El
Patronato tiene que tener un mnimo de tres patronos. La Fundacin Isonoma tiene
tres patronos, siendo el ms relevante la propia Universidad Jaume I, que cuenta
con cuatro vocalas, y las Secretaras de la mujer de los sindicatos mayoritarios
CCOO y UGT (cada uno con una vocala), a quienes incluimos para que la
Fundacin venciera esa fuerza endogmica y centrpeta, comn a todas las
Universidades, que les lleva a cerrarse sobre s mismas, de manera que la
Fundacin no se dejara vencer por tal dinmica impidiendo, as, que perdiera la funcin social, origen y objetivo de su existencia. El presidente de la Fundacin es el
rector (quien quiera que sea, y desde el mes de junio es Vicent Climent) y, en este
momento, las vocalas estn ocupadas por mujeres feministas: Asuncin Ventura,
que es profesora de Derecho Pblico y vicepresidenta de la Fundacin, Carmen
Olaria que es catedrtica de Prehistoria y ocupa la secretara y Mercedes Alcaiz
que es profesora de Sociologa y vocal, todas ellas y yo misma, pertenecemos al
Seminario de Investigacin Feminista, en cuya creacin, en 1989, cuando la
Universidad Jaume I no exista en Castelln donde slo haba un Colegio
Universitario dependiente de la Universidad de Valencia, tambin tuve el honor de
participar.
Cuando en 1995, nos aprobaron el primer proyecto NOW, adscrito a las
Iniciativas Comunitarias de Empleo del Fondo Social Europeo, hicimos dos cosas
que marcaron la trayectoria de lo que hoy es Isonoma: pusimos en marcha el primer postgrado universitario de agentes de igualdad (un mster de 510 horas) y creamos una red de municipios, para poder trabajar directamente con la poblacin. En
un principio contamos con doce y, a da de hoy, dinamizamos una red de ciento siete
municipios, desplegados por toda la geografa del Estado espaol.
58

Palabra transcrita del griego clsico, que significa igualdad de derechos e igualdad de trato.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Inicialmente Isonoma perteneca al Protectorado de la Comunidad Valenciana,


pero desde este ao tiene mbito estatal y pertenece al Protectorado de Ministerio
de Educacin. La Universidad, en tanto que ocupa la presidencia del Patronato, por
lo que ha venido gestionando (desde el primer proyecto NOW hasta la fecha) once
millones de euros, que hemos conseguido a travs del desarrollo de distintos proyectos en diferentes iniciativas y programas as como subvenciones y actividades
propias, nos aporta las infraestructuras, los espacios, el material inventariable, los
gastos generales y los servicios de la propia Universidad. Es decir, que podemos utilizar las salas, la infraestructura, la seguridad, la limpieza, todo Sin embargo, para
poder pagar las nminas, el IVA, las cargas sociales, el material fungible, as como
los gastos derivados de cada actividad (cursos, congresos, seminarios, jornadas,
GIAT, exposiciones, becas, etc.) tenemos que buscar vas de financiacin y recursos externos, como cualquier organizacin sin nimo de lucro.
Las lneas de trabajo son varias: las ms conocidas son la investigacin, los
eventos y la formacin. Sin embargo, el trabajo en la creacin y consolidacin de
redes nos parece importantsimo y, dentro de las redes, trabajamos con tres mbitos esenciales para el cumplimiento de los objetivos: polticas locales, personal tcnico y organizaciones de mujeres, priorizando la actividad en los municipios pequeos, porque las ciudades tienen servicios de igualdad pero los municipios de menos
de 10.000 5000 habitantes, dependiendo de las Comunidades Autnomas o
Diputaciones a las que pertenezcan, no suelen tener recursos de igualdad. Y nos
parece importante intervenir en estas entidades y territorios porque de los 8.500
municipios que hay en Espaa, 6.000 tienen una poblacin inferior a 5000 habitantes cuyas mujeres tienen que hacer frente, sin recursos, a problemas muy severos,
por lo que consideramos que es imprescindible intervenir, aunque slo sea para
trasladar informacin, en relacin a temas como: Derechos; Legislacin en materia
de Igualdad y Violencia de Gnero; Recursos; Estrategias; Empleo, etc.
En el campo internacional, trabajamos el rea de Derechos Humanos, fundamentalmente con redes de mujeres latinoamericanas y colaboramos con distintas
organizaciones que trabajan a nivel mundial.
Otra va que estamos abriendo es el trabajo en las organizaciones, pblicas y
privadas, para entrenarles en la aplicacin de los planes de Igualdad y en la realizacin de los diagnsticos de situacin, previo a la elaboracin del plan. En este
campo, se estn produciendo situaciones muy comprometidas para las mujeres, ya
que muchas organizaciones y empresas estn contratando a consultoras para que
les hagan planes de igualdad. Como sabemos, cada organizacin debe de realizar
su propio plan -con ayuda externa, experta en la materia, si es que lo necesitan.
Desde luego el diagnstico requiere una mirada externa-. Sin embargo, quienes se
estn dedicando a hacer planes de igualdad en las empresas son grandes consultoras, o personal no cualificado, que realiza directamente los planes y que, como no

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

puede ser de otro modo, la mayora son estandarizados, sirviendo ms como coartada a la propia empresa que como medio para alcanzar la igualdad efectiva de
mujeres y hombres Esta situacin no se est denunciando a pesar de que dentro de las grandes y medianas empresas se estn haciendo planes de igualdad que
son un autntico descabello. Desde la Fundacin Isonoma, hemos informado al
Ministerio de Igualdad a travs de la Direccin General de Empleo, instndoles a
que impongan algn tipo de lmite, o de control, a quienes elaboran y/o asesoran en
la elaboracin y puesta en prctica de los planes de igualdad sin tener formacin
experta en la materia.
Otra va, que estamos abriendo, es el desarrollo de la cultura y el acceso y la
implicacin de las jvenes en temas vinculados a la igualdad de oportunidades y de
trato, al empoderamiento y contra la violencia sexual y de gnero. En relacin con
la cultura, esta primavera de 2010, hemos organizado el primer congreso de mujeres escritoras para impulsar la Igualdad efectiva, de mujeres y hombres, como primer paso para la creacin de alianzas con distintos grupos de mujeres, y para facilitar espacios de dilogo y conocimiento conjunto dirigidos a realizar cambios sustantivos, es decir, aquellos encaminados a mejorar la vida de las personas.
En relacin con los cambios, permitidme que os explique, a modo de ejemplo, la
relacin que hemos establecido con las mujeres escritoras y la literatura. Relacin
que consideramos de gran inters porque, las mujeres escritoras feministas, son
quienes crean y difunden el imaginario colectivo, quienes pueden ayudar a transformarlo contando otras maneras de relacionarse, narrando historias marcadas por
diferentes valores y posicionamientos ante lo que es vivir desde un cuerpo de mujer.
Por ello, es fundamental trabajar con ellas para cambiar el imaginario de las relaciones entre mujeres y hombres, pues el simbolismo heredado de tales relaciones proviene de la literatura masculina... Resumiendo, la Fundacin Isonoma, es una entidad comprometida con los cambios sociales y culturales, desde una perspectiva
feminista, cuya pretensin es jugar un papel dinamizador con el fin de facilitar la creacin de sinergias entre diversos grupos y colectivos de mujeres.
En relacin con el estado de las mujeres en la Comunidad Valenciana, la situacin poltica es un problema que nos afecta muy directamente y es que no da igual
que est el PP o el PSOE en el gobierno. Los doce aos de gobierno del partido
popular han supuesto el desmantelamiento sistemtico de las organizaciones de
mujeres, el Consejo de la Mujer no funciona ya que apenas se rene, y cuando lo
hace convoca mayoritariamente a mujeres vinculadas al partido popular, y aunque
los Sindicatos tambin forman parte del Consejo, su voz carece de peso especfico En fin, que tenemos un panorama desolador, en una Comunidad Autnoma
donde se pusieron en marcha espacios como El Feminario, un referente para
muchas feministas, que pusieron en marcha, en Alicante, las hermanas Simn
(Nieves y Elena) junto con otras compaeras. Una Comunidad donde, a partir de los

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

aos ochenta, se impulsaron numerosas organizaciones de las que hoy slo quedan algunas mujeres activistas, individuales testigos de la silenciosa desaparicin
del Instituto de la Mujer, afectadas por la retirada de recursos a las organizaciones
de mujeres con criterios avanzados de desarrollo, de progreso, de igualdad, de justicia social, de participacin ciudadana, de democracia Otro de los problemas que
padecemos las mujeres que trabajamos en el mbito de la igualdad, es la concentracin de los recursos ya que, los pocos que hay destinados a las organizaciones
de mujeres, se quedan en Valencia capital, reducindose sustancialmente para las
provincias "perifricas" de Alicante y Castelln, por este orden, que estn social, cultural y polticamente descapitalizadas y desprotegidas. En Castelln, para que os
hagis una idea, la Direccin General de la Mujer a fecha de hoy no tiene coordinacin. Del antiguo Instituto de la Mujer, solo queda un edificio con dos administrativas que esperan, como agua de mayo, que les llegue la jubilacin Son tan escasos los recursos, que las subvenciones que dan a las asociaciones de mujeres son
de 300 euros al ao
Y hablando de subvenciones, en relacin con el debate suscitado anteriormente, en torno a si es conveniente o no pedir subvenciones, quisiera hacer una reflexin a partir de nuestra experiencia. Y es que, dada la situacin creada por el partido popular en la Comunidad Valenciana, los primeros aos nos denegaron todas las
ayudas que solicitamos. Ello, unido a que los presupuestos eran prricos, decidimos
dejar de pedir subvenciones a la Direccin General de la Mujer, porque nos pareca
una tomadura de pelo tener que hacer tantsimo papeleo para recibir una negativa
o, en su defecto, unas cantidades tan ridculas. En un momento determinado, pblicamente pusimos de manifiesto que la Direccin General de la Mujer no nos aportaba ninguna ayuda a lo que, con razn, pblicamente respondieron que si no lo
hacan era porque no se les solicitaba. A partir de ese momento solicitamos todas
las subvenciones y ayudas que sacan De manera que si nos las deniegan,
habiendo cumplido todos los requisitos, podemos reclamar y, si no hacen caso, acudir a los medios de comunicacin y denunciarlo. Una subvencin solo obliga a la
realizacin de la actividad para la que ha sido concedida. Las subvenciones son fondos pblicos que pagamos las y los contribuyentes. Por ello, no se puede consentir
que los pocos dineros que hay vayan a parar exclusivamente a organizaciones de
mujeres no feministas, es mi opinin, aunque me gustara que lo abordsemos ms
en profundidad porque, en ocasiones, en base a unos principios que no se corresponden con la realidad, hacemos una dejacin de los recursos pblicos que, sin
embargo, necesitamos para poder desarrollar las actividades que tenemos comprometidas y que dan sentido a nuestra organizacin. Insisto en ello, porque nosotras
recibimos financiacin de distintas instituciones, y os aseguro que no somos complacientes con nadie, no tenemos que renunciar a principio alguno y, aunque tenemos los mismos problemas de fondo que tendramos sin recibir subvencin, contar
con recursos nos permite realizar actuaciones que, de otro modo, no podramos
poner en marcha.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Sobre los temas vertebradores del taller, me gustara sealar algunos inconvenientes y algunas ventajas, adems de plantear alternativas, no sin antes dejar claro
que la Fundacin Isonoma no es un observatorio, pero al trabajar con diferentes
grupos y colectivos dispone de mucha informacin.
El poder
En relacin con el poder, los problemas que nos hemos encontrado, en general,
es que si bien las feministas sabemos el modelo de poder que NO queremos, desde
el movimiento feminista no tenemos arbitrado un modelo de poder con el que, a partir de criterios mnimos de consenso, nos podamos identificar un nmero significativo de grupos y colectivos feministas. Si alguien tiene conocimiento de la existencia
de tal modelo de poder ruego que, urgentemente, lo d a conocer porque ahora ms
que nunca lo necesitamos.
Nos falta, por tanto, idear y poner en prctica modelos de poder propios, articulados a partir de nuestra experiencia y teniendo la teora crtica feminista como referencia.
Las dificultades que nos hemos encontrado, cuando tras articular algn modelo
lo hemos puesto a prueba, son las relaciones entre nosotras, que necesariamente
tenemos que mejorar. No s cmo lo vamos a hacer pero debemos hacerlo, incluyendo este punto entre los objetivos del movimiento feminista. Y es que, las mujeres, no hemos roto con el mandato patriarcal y seguimos relacionndonos afectadas
por las filias y las fobias, lo que supone un gran obstculo que impide que realicemos el gran pacto intra-gnero, que necesitamos para constituirnos como referente
poltico, y al decir poltico me refiero a pblico. Considero que la mayora somos
conscientes y conocedoras de esta situacin, de este problema, porque, quien ms
y quien menos, en algn momento lo hemos padecido. Sin embargo nos resistimos
a visibilizarlo, a hablar de ello, y as jams podremos resolverlo.
Pero no slo tenemos que hablar de las relaciones entre nosotras, de la autoridad que nos conferimos o que no nos reconocemos, sino que tambin deberamos
consensuar qu modelo de sociedad y de relaciones queremos construir para un
futuro, a medio y largo plazo, comenzando por cuestionar, pblicamente, los modelos familiares, que son una fuente de complicaciones y de limitaciones en la vida de
las mujeres. Tambin, sobre este tema, el feminismo debera tener articuladas alternativas para poder pensar en un mundo otro, porque ya hemos analizado el estado
de la cuestin de la sociedad androcntrica y patriarcal en la que vivimos, y sabemos que hay alternativas, porque conocemos experiencias singulares de las que
podemos aprender para hacerlas extensiva. Lo que nos hace falta, quizs, es perder el temor a quedarnos sin suelo debajo de los pies y asumir la responsabilidad
colectiva de participar en la transformacin social, imprescindible para que el mundo
tenga futuro y para que tengamos un lugar propio en el mundo del futuro.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

La economa
En relacin con la economa tenemos muchas ventajas, porque tenemos alternativas muy desarrolladas a travs de las economistas feministas, quienes han trabajado de manera muy rigurosa, planteando propuestas de gran calado, que tenemos que poner en relacin con los modelos de poder. Y es que si carecemos de un
modelo de poder, articulado desde la sostenibilidad econmica, no vamos a avanzar polticamente. Estoy hablando, obviamente, desde la subjetividad de nuestra
experiencia y desde nuestra posicin como feministas.
Disponemos de importantsimos recursos que son, a la vez, la cara y la cruz de
nuestras vidas ya que, como se deca ayer, y yo estoy de acuerdo, el asunto de los
cuidados es el tema que nos engancha y doblega. Sin embargo, "los cuidados" es
uno de los temas por los que tenemos una alternativa de vida, de futuro. Tal es as,
porque "los cuidados" no solo son fuente de empleo precario y/o sumergido, sino
empleo fuerte, porque es lo ms importante que hay en este mundo y no s si
somos conscientes de esta fortaleza, aunque no dejo de reconocer que, a la par,
son nuestra cruz Es decir, que tambin nos toca resolver determinados inconvenientes, en relacin con la economa, y vertebrar las soluciones en torno a la idea
de poder que tampoco acabamos de ver clara.
Informacin y Comunicacin:
Y para poder articular soluciones conjuntas a problemas comunes, precisamos
tener informacin, permanente, fluida y verdadera, de lo que hacemos cada una, de
nuestras experiencias. Pero nos faltan canales propios de informacin y la comunicacin, tanto de carcter interno, como para difundir el trabajo realizado a la opinin
pblica, ante la que nos mostramos demasiado pudorosas y timoratas. Bien es verdad que los encuentros de mujeres, que las actividades que realizamos, no son noticias de relevancia para los medios, pero, aun as, no debemos de dejar de intentarlo (aqu se aplicara la regla planteada para las subvenciones: hay que acribillar a
los Mass Media con nuestras actividades) Si estas jornadas fueran un encuentro de
tos (perdn, de varones), los medios de comunicacin ya habran recibido 800 mil
comunicados con fotos, se habran hecho ruedas de prensa, enviado convocatorias, difundido programas luego los medios vendran o no vendran, pero la informacin estara dada. Adems, se contara con un individuo que ira metiendo la
informacin en las redes sociales (Face Book, Twiter, etc.), grabaran el evento y lo
colgaran en You Tube,.. De este tipo de iniciativas tenemos que aprender y ponerlas en juego. Yo espero que las mujeres jvenes lo tengan incorporado y sean ms
activas que nosotras para visibilizar sus trabajos, sus propuestas, sus acciones.
Mujeres y ciudadana.
Es evidente que, aun cuando representamos el 52% de la poblacin, lo que nos
sita como la parte ciudadana con mayora, de las dos mitades -hombres y mujeres- que integramos la sociedad, nuestro mayor inconveniente es que no estamos

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

en la toma de decisiones (obviedad que ya se ha concretado en otras exposiciones


a travs del planteamiento de la situacin de los Consejos). Ante esto, la alternativa es clara: hay que ocupar los espacios de poder. Para ello, disponemos de un
recurso, la Ley Orgnica de Igualdad, 3/2007, que exige una representacin equilibrada (40%-60%) de hombres y mujeres en los espacios de toma de decisiones,
que hay que hacer cumplir.
Y nada ms, mi tiempo ha terminado y aqu lo dejo, no sin antes agradecer vuestra atencin.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

ASTURIAS
Carolina Garca Acebal.
Forum de Poltica Feminista de Asturias.

ara situarnos en el punto alcanzado hoy por las polticas pblicas y el movimiento feminista asturiano, creemos conveniente comenzar nuestra intervencin, dando unas mnimas pinceladas sobre la historia del movimiento asociativo de mujeres, en nuestra comunidad.

Podemos comenzar con tres datos, tres efemrides que celebramos este 2.010:
- 34 aos desde la primera Asociacin feminista de Asturias
- 21 aos de Consejo de Asociaciones de Mujeres de Gijn
- 11 aos de Instituto Asturiano de la Mujer. Consejo Asturiano de la Mujer.
Si algo caracteriza el pasado y futuro del movimiento organizado de mujeres es
sin duda el dinamismo, un crculo que nunca termina de completarse, pues rpidamente se plantea otro. Un camino plagado de esfuerzo y xitos, que nos obliga y
estimula para mirar siempre hacia el siguiente punto, quizs movidas por el miedo
a ver como todo puede desvanecerse, conocedoras de que tal peligro nos acecha
siempre, y que nos impide, en muchas ocasiones echar la vista atrs, hacer repaso, analizar los pasos dados, los resultados de stos, y casi sin darnos cuenta,
seguir caminando seguras de poder evitar tropiezos repetidos y recordando siempre cul es el fin ltimo que nos puso en el camino.
As pues, podramos comenzar esta, ms que resumida, introduccin histrica,
con la llegada en 1976 de la Asociacin Feminista Democrtica de Asturias, AFA,
que toma el nombre de Clara Campoamor, lo que ya define su compromiso, eligindose el 25 de noviembre de ese mismo ao, como fecha para su presentacin en
sociedad.
Una sociedad en la cual, en materia de polticas de igualdad, estaba todo por
hacer y en la que las "cuestiones de mujeres" eran siempre pospuestas ante otros
temas "ms importantes" por parte de las fuerzas progresistas; en el conjunto de la
sociedad el rechazo a esas cuestiones era simple y claro. Mostraba el camino que
habra de seguirse en aos posteriores: nicamente podramos atajar, reducir e
intentar erradicar la desigualdad existente entre varones y mujeres en nuestra sociedad, actuando y presionando, al unsono, desde diferentes espacios, tanto sociales,
como polticos.
Pese a que podramos elegir esta fecha, noviembre del 76, como punto de partida para el asociacionismo feminista en Asturias, injusto sera olvidar, que previo a

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

este nacimiento, diferentes grupos de mujeres, ya comenzaban desde el mbito universitario, y desde organizaciones polticas a trabajar en campaas y acciones. Tal
el es caso del MDM (Movimiento Democrtico de Mujeres) o de AUPEPM,
(Asociacin Universitaria para el Estudio de los Problemas de la Mujer), que nace a
finales de 1975 como la primera organizacin legal de mujeres en la Universidad de
Oviedo.
De esta manera y, con el escenario de la transicin poltica, de fondo, el movimiento feminista regional ir sumando adeptas, configurndose como espacio de
participacin para mujeres, que llegadas desde los ms variados mbitos, por fin
encuentran el lugar que buscaban. A la vez, iran reclamando el lugar que les corresponda y por el que tanto haban luchado en las diferentes organizaciones polticas.
Como es evidente, todo est por hacer y debatir, y la agenda urgente estaba
clara, abolicin del delito de adulterio, acceso a la anticoncepcin, legalizacin del
divorcio, patria potestad compartida, el derecho al aborto, etc. Durante unos aos el
movimiento feminista se centrar en los cambios legislativos, comprendiendo que
este era el nico camino que nos llevara al xito de la convivencia futura en igualdad, aunque quizs utpicamente convencidas de que nicamente con ellos lo conseguiramos.
Son aos muy intensos en la vida poltica y los cambios se suceden con rapidez,
la unidad de AFA pronto se fragmenta entre el debate de la doble militancia, la participacin de mujeres en las nuevas instituciones democrticas, en las entidades
que partidos y sindicatos crean para desarrollar los temas de la mujer y la percepcin que comienza a configurarse en el movimiento feminista espaol de que es
necesario especializarse en campos concretos de trabajo, as nace Mujeres por la
Salud Nielda o El colectivo de Escuela no Sexista.
Por tanto el movimiento feminista asturiano, al igual que ocurra en el resto del
pas, una vez va consiguiendo las modificaciones legislativas ms urgentes, se ir
diversificando, creando organizaciones y asociaciones que trabajarn desde espacios ms sectoriales, los diferentes aspectos discriminatorios que les afectaban de
una forma ms concreta, y que por supuesto exigan diferentes formas de estar, incidir o reivindicar.
Con el fin de ir instaurando los organismos que actuaran como escenarios
polticos para la organizacin poltica y social de las mujeres en Espaa, surge
el Instituto de la Mujer (1983), descentralizando los primeros recursos destinados
a ello. Uno de los primeros Centros de Informacin de los Derechos de la Mujer,
dependiente de este organismo, se crea en Gijn y en el marco de los debates
sobre su puesta en marcha o sus orientaciones, un grupo de mujeres que provienen de las diversas lneas de trabajo en que se ha fragmentado el movimiento

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

deciden crear un nuevo tipo de asociacin, ms abierta ideolgicamente, menos


exigente en lo organizativo y se funda en 1986, la Tertulia Feminista Les
Comadres, que servir de modelo a otros muchos grupos que surgirn en diferentes concejos de la regin (Colectivo de muyeres y Les cames sin facer y otros)
Con el empuje que llegaba desde organismos internacionales al gobierno central, y que iran irradiando hacia las CCAA, en 1987 se crea en Asturias el primer
organismo de igualdad, la Secretara de la Mujer, por aquel entonces dependiente
de la Consejera de Juventud del Gobierno del Principado de Asturias. Con ella, las
primeras polticas pblicas de mbito regional: I Plan para la Igualdad de
Oportunidades de las Mujeres de Asturias, 1989-1991, en cuya elaboracin y puesta en marcha juega un importante papel el movimiento asociativo de mujeres organizando sus vindicaciones por sectores o reas de actuacin.
El II Plan de Igualdad asturiano, llega en 1993 y centrar una gran parte del peso
del documento en el que sin duda ser unos de los temas centrales dentro de las
polticas publicas de igualdad y de las demandas sociales: el empleo. El tercer y ltimo plan de igualdad que se fragua bajo la Secretara de la Mujer del Principado de
Asturias, ahora dependiente de la Consejera de Cultura, ver la luz en 1996, y tendr como marco de referencia la Conferencia de Pekn, convertido en modelo de
referencia del feminismo institucional, instaurando en nuestra regin el concepto de
poltica integral. As mismo, la propia experiencia de las participantes en su elaboracin en cada uno de sus mbitos, forzarn el ir centrando objetivos ms especficos de intervencin en estos documentos.
A esta etapa corresponde el desarrollo del asociacionismo de mujeres en barrios
urbanos y zonas rurales. El apoyo a las Vocalas de la Mujer en las Asociaciones de
Vecinos produce la incorporacin de un nuevo modelo de militante al movimiento de
mujeres, la mayora de las cuales se reclama feminista.
Y en este escenario se crea el Instituto Asturiano de la Mujer, adscrito a la
Consejera de Presidencia, desde donde le resultar ms sencillo aplicar sus polticas de forma transversal. Desde l, surge el IV Plan de Accin Positiva para las
mujeres del Principado de Asturias, 2001-2005 y en l vemos el reflejo de dnde
estaban situadas las principales reivindicaciones del movimiento organizado de
mujeres en Asturias: conseguir la equidad en el mercado laboral y la corresponsabilizacin de de mujeres y varones los cuidados y trabajos domsticos. As mismo
podemos destacar dentro de las principales lneas de intervencin poltica en nuestra regin: la participacin de las mujeres en la toma de decisiones o la lucha contra la violencia de gnero, que tendr su propio programa posterior, incluyendo los
cambios legislativos en esta materia.
Ligados a esta temtica se desarrollan en Asturias las ramas de organizaciones
de mbito estatal.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Nace en abril de 2001, el Consejo Asturiano de la Mujer con el objetivo de ser


un rgano de participacin, consulta y asesoramiento del Instituto Asturiano de la
Mujer. Actuar como interlocutor entre las diferentes asociaciones y entidades que
conforman el movimiento organizado de mujeres de Asturias (asociaciones de mujeres y entidades que trabajan especficamente en actividades dirigidas a la promocin de la mujer y la igualdad de oportunidades, as como las representantes de los
diferentes partidos polticos y los sindicatos). Adems del Consejo Asturiano de la
Mujer, pionero en la regin fue el consejo de Gijn y ms tarde se crearon otros de
mbito local o comarcal, que permiten un trabajo ms coordinado.
Simultneamente se van recuperando las viejas frmulas de las Plataformas
para articular a las asociaciones al margen de las estructuras oficiales, el tema del
aborto ha sido recurrente a lo largo de estos aos, pero tambin la organizacin de
los 8 de marzo o la respuesta a diferentes problemas planteados en la regin.
El movimiento de mujeres comienza a utilizar las nuevas tecnologas tanto desde
el mbito institucional con el Portal del Consejo Asturiano de la Mujer, como de las
propias asociaciones que van creando sus propias web, al mismo tiempo aparece
un nuevo tipo de asociaciones las que se organizan de forma virtual, sin olvidar los
blogs en los ltimos aos.
Fruto de la colaboracin entre el feminismo institucional -presencia de tres mujeres vinculadas a ste en los tres niveles de la administracin, estatal, autonmico y
local- y de la participacin activa del movimiento asociativos se puso en marcha el
Plan integral contra la violencia de gnero cuyo fruto estrella ha sido La Casa Malva.
En este momento las lneas de trabajo desde la administracin se centran en el
problema del empleo, tradicionalmente ms acusado para las mujeres de nuestra
regin con la puesta en marcha de un proyecto especfico para fomentar la capacidad emprendedora de las mujeres asturianas, la segunda es el esfuerzo en hacer
llegar a las mujeres rurales, en una regin muy desvertebrada, caracterizada por
una concentracin de la poblacin en la zona central y una fuerte dispersin geogrfica para el resto. El envejecimiento de la poblacin con la alta proporcin de
mujeres mayores es otro problema fundamental sin que esto haga olvidar la necesidad de fomentar la coeducacin, la educacin en igualdad, la formacin afectivosexual y la participacin de los y las ms jvenes.
Por su parte el movimiento de mujeres ha vuelto a articularse en torno al tema
del aborto, aunque aprobada la ley se paralizar de nuevo y aunque las 34 entidades que participan en el consejo asturiano de la mujer han trabajado conjuntamente con polticas y tcnicas en el debate y preparacin de la Ley asturiana para la
igualdad entre mujeres y hombres y la erradicacin de la violencia de gnero, su
misma aprobacin (adems de la crisis) parece exigir la apertura de una nueva

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

etapa, que afectar tanto a las organizaciones que participan en los consejos como
aquellas que se mantienen alejadas de las instituciones.
De nuevo reaparece el debate de la independencia del movimiento esta vez ligada a la colaboracin con las instituciones. Mucho hemos hablado del impacto que la
poltica de subvenciones ha tenido en el movimiento feminista favoreciendo el
aumento de las asociaciones pero tambin su fragmentacin. Ciertamente todo
movimiento social se mueve entre estas dos tensiones y as avanza la historia. No
cabe la decisin de cual es la ms correcta pues, quienes creemos en el anlisis
dialctico, sabemos que ambas son absolutamente necesarias, la opcin por una u
otra se debe a diversas coyunturas en las que las opciones personales no estn
fuera de lugar.
En el Forum de Asturias consideramos que la colaboracin con el feminismo institucional es necesaria si pretendemos que nuestras propuestas se hagan realidad,
ciertamente somos conscientes de los riesgos, ser absorbidas por la dinmica de la
Administracin y perder autonoma e independencia, pero tambin de sus posibilidades, influir en la configuracin de la agenda poltica, participar en la configuracin
de los programas o propuestas que se llevan a cabo entre otras.
En cualquier caso creemos que es tiempo de una reflexin sobre el momento
presente. Hemos alcanzado un marco normativo que puede considerarse definitivo
y definitorio para mucho tiempo. Las leyes de igualdad, y contra la violencia de
gnero establecen un nuevo escenario.
Por otra parte la primera crisis global est poniendo en cuestin avances sociales, formas de administracin entre otras muchas cosas, el feminismo se va a
encontrar con nuevas amenazas (o las viejas revestidas de nuevos colores) y nuevos retos a superar. Los cambios sociales con la llegada masiva de mujeres inmigrantes, los cambios demogrficos y otros configuran una nueva realidad que no
podemos abordar con las respuestas de antao.
Habr que superar como en otras ocasiones la desconfianza mutua entre quienes trabajan en las instituciones, partidos y sindicatos siempre condicionadas por
las prioridades que establecen los grupos a quin pertenecen, muy susceptibles a
las crticas, pues tienen siempre en el horizonte la competicin electoral, obsesionadas, en fin, por controlar la situacin y quienes trabajan en asociaciones obsesionadas a su vez por el miedo a ser controladas o utilizadas, desconfiadas de cualquier
institucin en la que sin duda se proyecta el patriarcado, reticentes a los apoyos,
proclives en exceso al papel de vctimas y orgullosas de su vanguardismo.
En estos aos la superacin de estas actitudes y la fluidez de las relaciones
entre el continuum que forma el movimiento de las mujeres ha dependido, en exce-

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

so, de las relaciones informales, de las caractersticas personales de quienes ocupan unos u otros puestos. El futuro nos va a exigir mejorar esa situacin puesto que
nos queda la importante tarea de no retroceder sobre lo conseguido tanto en las instituciones como en el debate ideolgico en el seno de la sociedad.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

ANDALUCA
M Vicenta Prez Ferrando,
Vicepresidenta del Consejo de la Mujer del Ayuntamiento de Crdoba.

1.- La participacin como uno de los ejes de la democracia


Quiero empezar agradeciendo al Forum de Poltica Feminista la invitacin a participar en este .XX Taller de Mujeres, Poder y ciudadana.
Las reflexiones que voy a compartir con vosotras, parten de lecturas de feministas como Marcela Lagarde, Alejandra Massolo, Elena Simn, Lola Ramos...y otras,
en las que me apoyo; as como en los saberes experienciales de tantas y tantas
mujeres con las que he compartido encuentros, debates...
Me gusta tambin empezar recordando los logros que alcanzaron las mujeres
republicanas para poder reconocerlas y tomarlas como ejemplo, todava hoy, de
lo que se puede hacer a partir de la agrupacin, del asociacionismode la lucha
para conseguir nuestros derechos (nunca a lo largo de la historia a las mujeres
nos han regalado nada), destacando de estas conquistas lo que supuso el hito del
voto de la mujer, as como la gratuidad de la escuela, la coeducacin, la entrada
en el mundo laboral, las nuevas profesiones para las mujeres, la negociacin de
un salario justo, el matrimonio civil, el seguro de maternidad, el divorcio rpido y
de mutuo acuerdo, la tutela compartida de los hijos e hijas, la libertad de elegir, de
moverse y de viajar, la capacidad legal para administrar los propios bienes
(Ramos, 2006)
Todas estas conquistas sociales de las mujeres se vieron inmediatamente anuladas por la dictadura, perdiendo las mujeres sus derechos polticos y civiles. Las
mujeres han permanecido en estado de dependencia y de subordinacin al hombre,
perdiendo incluso su apellido como si de una propiedad se tratara, comparable a
una minora de "edad vitalicia" (Simn, 1999).
Y ha sido nuevamente con la democracia cuando las mujeres estamos recuperando aquellas conquistas sociales y polticas, esa realidad de de ser ciudadanas
activas.
Consideramos que la democracia es el sistema poltico que garantiza los derechos de la ciudadana y tiene como pilares bsicos la participacin, las libertades as
como el desarrollo de lo pblico.
La democracia no es algo dado, sino que hay que conquistarla da a da para
no quedarnos como meras espectadoras. Aunque en el desarrollo de la democracia se encuentran todava lastres importantes como puedan ser: las diferencias
sociales, econmicas, las diferencias salariales y culturales que deterioran y
oscurecen los avances sociales de la ciudadana, es el sistema poltico menos
malo!
En la "Carta Europea para la igualdad de mujeres y hombres en la vida local"
(mayo 2006) se dice que: "La igualdad de mujeres y hombres es un derecho fun-

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

damental para todas las personas y constituye un valor capital para la democracia. La sociedad democrtica no se puede permitir ignorar la capacidad, de los
conocimientos, la experiencia y la creatividad de las mujeres".
La ciudadana y la democracia representan conceptos complejos que han entrado ya en el imaginario comn. Las caractersticas de la democracia imperante en el
siglo XXI es todava una democracia liberal, representativa (que no participativa),
basada en el principio de la ciudadana activa. La recuperacin y profundizacin de
la democracia real y de la participacin ciudadana exige en la actualidad una repolitizacin de la cuestin social.
Por ello, la participacin poltica debe apostar por articular en el espacio de la
movilizacin social, las polticas de redistribucin socioeconmica y las polticas de
reconocimiento cultural as como de los derechos de las mujeres, como grupo social
que ha estado invisibilizado en el espacio pblico.
El instrumento principal de la ciudadana y de la democracia es la participacin.
Si aceptamos que ser ciudadanas activas, exige por nuestra parte: un compromiso
cvico (responsabilidad); una deliberacin colectiva (dilogo) y una accin organizada (opinin, propuesta), hemos de garantizar tambin, que nuestros derechos sean
respetados y cumplidos en la prctica. De este modo, la participacin se transforma
en pasar de ser meras habitantes a ser ciudadanas participativas y despus
ciudadanas comprometidas (Lagarde).
Partimos de que la participacin nunca es terica slo existe cuando se ejerce y
ha de tener un contenido y un sentido: se participa ante un problema compartido por
la ciudadana. As pues, lo que nos afecta colectivamente ha de hacerse de manera participada.
Participar, desde esta perspectiva, es reconocernos, tener voz y voto, disminuir
el poder personal por el colectivo, crear instancia nuevas de control y de participacin, tomar decisiones, no slo ser consultada. Por ello, podemos concluir que se
participa cuando se posibilita la duda, la curiosidad, la crtica, sugerencias, presencia viva, con voz
"Lo pblico" -atribuido histricamente a los varones- es el mbito normal de la
presencia masculina, mientras que an hoy da la mujer "pblica" o de la "vida pblica", es interpretada como una mujer sospechosa de llevar una "mala vida", de ser
prostituta o libertina o una irresponsable de sus obligaciones maternales y domsticas. Slo como heronas sacrificadas por grandes causas se las ha reconocido y
legitimado en la vida pblica (Massolo).
La participacin de las mujeres en los espacios pblicos, organizaciones, asociaciones locales, donde se hace la "poltica informal" o comunitaria y donde se construyen tejidos sociales solidarios de la vida cotidiana, ha sido y es, formidable y fundamental, aunque insuficientemente reconocida y valorada. A travs de estos espacios y formas de participacin informales y comunitarias, las mujeres hemos podido
aprender y demostrar, habilidades de gestoras sociales, para el mejoramiento de las
condiciones de vida, de la familia, del vecindario, del pueblo, del barrio, en definitiva, de la comunidad.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

La participacin femenina se concentra principalmente, en asuntos y tareas


vinculadas a las necesidades bsicas cotidianas de la familia y de la comunidad,
proyectando a los espacios pblicos sus roles domsticos que "normalizan" la presencia de las mujeres en la vida pblica siempre y cuando se mantengan dentro
de los lmites territoriales y los comportamientos socialmente aceptables
(Massolo).
As mismo, la percepcin que se tiene socialmente de la participacin de las
mujeres, se restringe nicamente en funcin de su papel de intermediarias de fines
de bienestar para otros, y de la eficacia que garantizan en la implementacin de
polticas y programas gubernamentales y no gubernamentales, predominando una
concepcin instrumental de la participacin femenina asociada a problemas sociales. En cambio, no se tiende a valorar la participacin de las mujeres como sujetos
sociales portadoras de sus propias reivindicaciones y de sus propias experiencias
(los saberes experienciales y los saberes "no rentables"), ni a considerarlas como
ciudadanas de plenos derechos.
Llegado este momento, es importante destacar algunas pautas para posibilitar
que la participacin de las mujeres en la sociedad sea activa para ello tenemos un
instrumento metodolgico que ayuda a esta consecucin:
la investigacin participativa se trata de un colectivo, en nuestro caso las
mujeres, organizado en torno a problemas concretos de la comunidad, se organice
en vistas a resolver el problema, intentando mejorar sus vidas en el recorrido del
proceso, y creando una capacidad organizativa externa entre los grupos involucrados. En este sentido, la investigacin se convierte en un intento de obtencin de
poder para quienes no lo tienen.
La participacin as, no es neutral, es ideolgica; no es objetiva, sino subjetiva;
es comprometida y, sin duda, dada a engaos y contradicciones, como cualquier
otra actividad humana. El poder de decisin y accin, recae en el propio colectivo
de mujeres. La educacin ser el factor principal de la garanta de la participacin
democrtica y ha de ser continua para que haya avance en las conquistas de los
espacios pblicos por parte de las mujeres.
Desde esta perspectiva podemos decir que hay participacin:
-Si las personas aparecen simultneamente como productoras y utilizadoras del
proceso, es decir, si las personas controlan el proceso de la accin y si los resultados representan ventajas a favor de los grupos.
-Si la concienciacin despierta a las personas para el hecho de que puedan
emprender acciones para mejorar sus vidas, la participacin es el paso operativo
que concreta ese crecimiento educativo.
Slo hay una forma de aprender a participar, que es participando, y este hecho
sencillo hace que la participacin sea, de hecho, un proceso complejo a veces, lento
y afortunadamente casi imposible de controlar en su totalidad.
El compromiso cvico, la deliberacin colectiva y la accin organizada sobre los
temas que afectan a las mujeres, va a ir conformando una ciudadana activa que ir
posibilitando la creacin de redes de asociaciones, decididas a incidir en la vida

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

social, con garanta de igualdad y respeto a la diferencia. As mismo, hemos de ejercer un control social de la funcin pblica para exigir legtimamente el cumplimiento de los compromisos adquiridos por parte de las personas que ejercen el poder
social, institucional y poltico.
2. El empoderamiento
Las mujeres tenemos que hacernos presentes como grupo para que a nuestros
discursos, exigencias y acciones se les confiera poder. Este poder que se nos confiere desarrolla la capacidad para incidir en lo pblico.
Dicho esto, tenemos que hablar de un elemento importante y de un reto fundamental a alcanzar ya: EL EMPODERAMIENTO., que es la clave de la participacin
de las mujeres en la esfera pblica, lo cual implica un proceso que toma diversos
caminos y tiempos segn la diversidad de las mujeres, los contextos y las condiciones. Entendemos por empoderamiento, la accin por la cual el sujeto mujer, se convierte en agente activo como resultado de accionar y que vara de acuerdo a cada
situacin concreta.
El rasgo ms sobresaliente del trmino es contener la palabra poder. El poder
sobre, es el ms comn, es la habilidad de la persona para hacer que otras acten
en contra de sus deseos, es un tipo de controlar, es el que los hombres utilizan habitualmente.
El poder desde una perspectiva de gnero en cambio, es poder para, con y
desde dentro. El empoderamiento as, conduce a lograr autonoma individual, a estimular la resistencia, la organizacin colectiva y la protesta mediante movilizacin.
El empoderamiento, permite a las mujeres ganar poder y control sobre sus propias vidas, implica la toma de conciencia, la autoconfianza, la ampliacin de opciones, el mayor acceso a recursos y acciones para transformar las estructuras y las
instituciones que refuerzan y perpetan la discriminacin de gnero y las desigualdades (Massolo).
En la "Carta Europea para la igualdad de mujeres y hombres" (2006) se dice que
las autoridades locales y las regionales, son las esferas de gobierno ms prximas
a la poblacin representando los niveles de intervencin ms adecuados para combatir la persistencia y la reproduccin de las desigualdades y sirven para promover
una sociedad verdaderamente igualitaria.
En nuestras sociedades, persiste todava la conviccin de que las mujeres representan un servicio pblico gratuito, disponible todo el tiempo, para todo problema de
emergencia social (las mismas mujeres contribuimos a mantener dicha conviccin,
debido a los roles de gnero, madre, ama de casa, esposa, abuela) y a la divisin
sexual del trabajo, que recarga sobre las mujeres, las responsabilidades de las labores
domsticas, responsabilidades que se suponen transferibles a los asuntos pblicos.
3.- El Consejo Municipal de las Mujeres
Los ayuntamientos son instituciones de gobierno y administracin de territorios
y poblaciones que suponen atributos de mayor proximidad, conocimiento de las
necesidades y potencialidades locales, atencin directa a los asuntos cotidianos de
las colectividades, ciudades y pueblos.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Sus funciones tienen mucho que ver con las necesidades cotidianas de las mujeres (agua potable, zonas verdes, vivienda, escuela, transporte, recogida de basura...).
La disponibilidad y localizacin de los servicios y equipamientos pblicos tiene
impacto diferencial segn el gnero: ni les falta por igual a mujeres y hombres, ni los
utilizan por igual mujeres y hombres.
El compromiso cvico, la deliberacin colectiva y la accin organizada sobre los
temas que afectan a las mujeres, van a ir conformando una ciudadana activa que
ir posibilitando la creacin de redes de asociaciones.
Para que podamos participar en lo que se decide, podamos tener capacidad de
proponer qu se hace, podamos representar nuestros intereses y sobre todo, para
que podamos lograr la igualdad entre hombres y mujeres se crea el Consejo
Municipal de la Mujer de Crdoba en 2000 (este ao estamos celebrando el dcimo
aniversario de su creacin).
La creacin del CMM es un ejemplo de participacin democrtica de las mujeres en el inicio del proceso de accin poltica en el espacio pblico, para logar la
igualdad real entre hombres y mujeres; es el rgano de representacin de los
colectivos y asociaciones de mujeres en la poltica municipal; supone por tanto,
la voz y opinin de las mujeres en los distintos mbitos de la vida de la ciudad.
La finalidad que tiene el CMM, es elaborar estudios, informes y medidas para su
traslado al ayuntamiento -as como a otros organismos-, para hacer efectivo el principio de igualdad de la mujer en todos los mbitos de la vida poltica, econmica y
social del municipio de Crdoba.
Est compuesto por asociaciones de mujeres de Crdoba; secretaras de la
mujer de los sindicatos; reas de mujer de ONGS; ctedra Leonor de Guzmn de la
Universidad de Crdoba; mujeres representantes de otros consejos locales y representantes de los partidos polticos en la corporacin local.
Su estructura est formada por la Asamblea General, en donde participan las
representantes de las distintas asociaciones y colectivos de mujeres de Crdoba y
se renen cada dos meses y por la Comisin Permanente que est formada por la
presidenta, vicepresidenta y vocales. Tal vez lo ms interesante de esta estructura
es que las asociaciones y colectivos de las mujeres que forman parte del CMM eligen en asamblea a sus representantes para formar parte de la Comisin
Permanente.
Algunas de las funciones posibles del CMM son:
- Identificacin de asuntos de gnero de inters colectivo.
- Traslado de esos asuntos o puntos a la agenda pblica.
- Intermediacin/concertacin para la elaboracin, deliberacin y aplicacin de
las polticas municipales.
- Desarrollar y promover nuevos liderazgos en las organizaciones de las mujeres.
- Promover, contribuir, participar o liderar procesos de dilogo y de negociacin
de intereses, en situaciones que requieran el establecimiento de consensos y
pactos.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

4.- El Plan Transversal de Gnero


Dentro de las funciones que ha ido desarrollando el CMM a lo largo de estos
aos, y tal vez el ms importante de ellos, ha sido la elaboracin del Plan
Transversal de Gnero que fue aprobado por el gobierno municipal de Crdoba en
marzo de 2005.
Se trata de un instrumento que vertebra el cuerpo de todas las acciones que se
van a llevar a cabo desde la institucin local para conseguir que las oportunidades
entre hombres y mujeres sean igualitarias. Esta igualdad entre hombres y mujeres
es, adems de un derecho humano, una necesidad irrenunciable, si queremos
avanzar en la construccin de una sociedad ms justa y ms cohesionada (Aguilar,
2006).
Aunque las polticas de igualdad se elaboran y ponen en marcha en nuestro pas
por un lado, por las exigencias de los colectivos de mujeres y por otro, por las polticas desarrolladas en los mbitos, europeo, estatal, autonmico y local, es tal vez
este ltimo mbito donde la participacin democrtica se ejerce de forma ms activa.
Son casi sesenta las asociaciones de mujeres que conforman el CMM. Estas
asociaciones eligen a dos representantes que formarn parte de la asamblea del
CMM y de esta asamblea se elegirn a seis representantes para que formen parte
de la Comisin Permanente.
El Plan Transversal de Gnero podemos decir que es un producto colectivo.
Nace de la rica experiencia de diferentes sectores municipales fundamentalmente
del rea de Igualdad y del CMM. As mismo, recoge iniciativas de las diferentes
organizaciones y grupos de mujeres que en diversas reas han trabajado por la
vigencia de los derechos de las mujeres y una mayor equidad entre los gneros. El
Plan se inspira tambin en la 4 Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en
Beijing, y es coherente con las lneas de actuacin de la Estrategia Marco
Comunitaria para la Igualdad de Gnero (2001-2005), el IV Plan para la Igualdad de
Mujeres y Hombres (2001-2006) y en el mbito autonmico, en el II Plan de
Igualdad de Oportunidades. El objetivo fundamental del Plan es introducir el principio de igualdad de oportunidades como eje esencial de actuacin en los planes, programas y proyectos municipales.
En asambleas de distrito, las mujeres han ido aportando las necesidades y problemticas ms sentidas por ellas, resultando ochenta y cinco las medidas ms solicitadas. Estas medidas se han organizado en nueve ejes: administracin municipal;
formacin y empleo; empoderamiento y participacin sociopoltica de las mujeres;
educacin; cultura, solidaridad y deporte; transporte, urbanismo y barreras arquitectnicas; conciliacin de responsabilidades familiares, personales y profesionales;
integracin social de mujeres en situacin de especial vulnerabilidad y violencia de
gnero.
El proceso de participacin de las mujeres ha continuado haciendo una priorizacin de las ochenta y cinco medidas, resultando que las ms urgentes son aquellas
relacionadas con: la educacin; la formacin y el empleo y la violencia de gnero.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Estas medidas se presentaron en los presupuestos participativos de la ciudad de


Crdoba, habiendo sido presupuestadas en 2006, quince medidas que haban sido
seleccionadas previamente por la asamblea de mujeres.
Como hay que garantizar el control de estas acciones, se crea la Comisin de
Seguimiento para velar y dar informacin del proceso de realizacin de los compromisos adquiridos por el gobierno municipal.
Al mismo tiempo, se han creado grupos de trabajo en torno a los tres mbitos
ms solicitados por las mujeres, dando un paso ms cualitativo en el proceso participativo. Estos grupos de trabajo estn formados por mujeres pertenecientes a distintos colectivos y grupos, distribuidos por toda la ciudad, por lo que se est poniendo la base de la creacin de redes y crculos solidarios. As, podemos decir que en
la medida en que se establezca dilogo entre la institucin pblica y las asociaciones de mujeres se ir avanzando en la construccin de la democracia vital como
proyecto para la sociedad civil y poltica (Simn, 1999).
4.- Referencias bibliogrficas
- Aguilar, Rosa. (2006). Introduccin al Plan Transversal de Gnero.
Ayuntamiento de Crdoba.
- Fragoso, Antonio. (2001). Ciudadana y democracia: una praxis transformadora en el mundo actual. Policopiado.
- Massolo, Alejandra (2007) participacin de las mujeres en los asuntos pblicos
municipales: Un desafo de la poltica local. (Policopiado).
- Ramos, M Dolores. (2006). Miradas de mujer. 75 Aniversario del voto femenino en Espaa. Fundacin El Monte. Sevilla.
- Simn, Elena (1999). Democracia vital. Mujeres y hombres hacia la plena ciudadana. Narcea. Madrid.

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

CANARIAS: una visin desde Tenerife


Ana Hernndez Rodrguez, Presidenta y Maru del Ro Garca, ponente. Asociacin para
el Desarrollo Integral de las Mujeres "Mercedes Machado" miembro del Forum Poltica Feminista

n la actualidad, las Entidades Unitarias que agrupan Asociaciones diversas en


Tenerife, son, entre otras, la Plataforma 8 de Marzo y el Foro contra la
Violencia de Gnero. Tambin existen otras redes comarcales desarrolladas
desde un programa de iniciativa institucional, del Cabildo de Tenerife. En Gran
Canaria hay, tambin, trabajos institucionales para desarrollar la accin en red de
las Asociaciones de Mujeres. Como incipiente foco de una red a nivel de Canarias,
desde 1996 se han celebrado varias Jornadas de Reflexin y debate del Movimiento
Feminista, existiendo hoy la lista de correo "Encuentro Feminista Canario", con
Asociaciones de todas las islas, gestionada por la AMMM, al igual que la lista de la
Plataforma 8-M y el Foro Contra la VG de Tenerife.

1) La Plataforma 8 de Marzo naci en los 90 como una forma de aglutinar a las


diferentes Asociaciones de Mujeres de Tenerife para:
- Facilitar el encuentro y la reflexin del Movimiento Asociativo de Mujeres en los
meses previos al 8 de Marzo, de forma que se pudiera hacer un balance de los
logros y las reivindicaciones pendientes.
- Organizar juntas los actos conmemorativos del 8 de Marzo.
- Acordar un mensaje poltico y reivindicativo unitario en torno a esas fechas, ya
que es un momento en el que la opinin pblica est especialmente abierta al mensaje reivindicativo de las mujeres.
Todo ello, en la conciencia de que, independientemente de las acciones que
pueda desarrollar cada Asociacin en su mbito, la fuerza del movimiento de mujeres se multiplica cuando actuamos juntas.
1.1. Antecedentes
En los aos 90, en realidad, se retoma algo que ya vena funcionando, pero
adaptado a las nuevas necesidades. Es en esta dcada cuando se da nombre a las
formas de coordinacin y cooperacin interasociativa que ya existan, cuando se
habla de Plataforma 8 de Marzo, y comienza una fase en la que se intenta recoger
la nueva amplitud del asociacionismo de mujeres.
En ese ambiente, unas cuantas asociaciones y secretaras de la mujer de los sindicatos nos proponemos que los actos conmemorativos del 8 de Marzo sigan significando ese momento de reflexin conjunta, de cristalizacin de un mensaje poltico, de presencia pblica. Los mensajes de esos aos abarcan temas como la
corresponsabilidad de los hombres en el trabajo pblico y domstico ("la mitad del
trabajo, la mitad del empleo"), el derecho al empleo en igualdad, la violencia de
gnero, la exigencia de polticas de igualdad, la participacin de las mujeres en el

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

poder poltico... Apoyndonos durante algunos aos, en el tejido institucional (ICM,


Concejalas), se consiguen algunos encuentros numerosos de mujeres, que combinan aspectos ldicos y culturales con manifestaciones reivindicativas en la calle.
Los temas de friccin en los 90 fueron:
1) Esa mezcla de movimientos e instituciones no satisfizo
2) Otra fuente de fricciones fue la gran heterogeneidad del movimiento asociativo y su reflejo en los actos conmemorativos. Hubo aos en los que se valor si era
conveniente organizar unos actos de contenido especficamente reivindicativo y
feminista o si caba una combinacin entre stos y la expresin abierta de lo que las
asociaciones de mujeres hacan, fuera esto lo que fuera.
Entrando en los 2000, el tema de la mezcla institucin-asociaciones se va resolviendo: el ICM y los ayuntamientos colaboradores, como, por ejemplo, el de La
Laguna, aceptan apoyar los actos econmicamente sin necesidad de figurar como
colaboradores en las convocatorias y las Asociaciones pueden organizar con plena
autonoma organizativa y poltica los actos y fijar sus contenidos, disponiendo de los
recursos materiales para hacerlos. Ha habido un cambio interesante: las instituciones van reconociendo que el movimiento asociativo de mujeres es un bien pblico
en s mismo independientemente de las relaciones que se puedan establecer entre
las administraciones y las asociaciones. Ello no es bice para que siga en pie la
reflexin sobre la autonoma del movimiento, como veremos ms adelante.
En cuanto a qu tipo de asociaciones y qu tipo de representacin de stas, se
va evolucionando hacia un tipo de presencia ms centrada en la reivindicacin feminista. Ello va acompaado de una participacin de asociaciones y localidades algo
ms reducida en la organizacin de los actos y en la participacin: hay menos presencia de diferentes localidades y barrios de la isla en los actos unitarios. Estos tienen una representacin ms centrada en el rea Metropolitana, y con organizaciones de mbito insular o autonmico.
Desde 2007, la Plataforma 8 de Marzo va progresando en niveles de continuidad, aunque quiz perdiendo en grado de participacin de Entidades. Una vieja
aspiracin, que es actuar fuera de Marzo de cada ao, se va concretando.
Desde estos aos hemos trabajado en ir fijando una agenda poltica del
Movimiento. Aunque no hemos dejado los orgenes, haciendo un resumen de temas
y actos centrados en torno al 8M, hemos conseguido salir con mensajes reivindicativos permanentemente.
Desde la Plataforma 8M y su entorno, se han realizado acciones reivindicativas
que hemos lanzado a todo el movimiento asociativo de Canarias. Tuvimos, de
hecho, un Encuentro Feminista Insular y un Encuentro Feminista Canario en 2007,
en los que generamos reflexin sobre el propio movimiento, sobre las Polticas de
Igualdad y sobre las prioridades en una Agenda Poltica, con un aceptable xito de

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

participacin. Como hecho destacado, celebramos una reunin con el Presidente


del Gobierno Canario, al que presentamos un manifiesto firmado por 26 asociaciones y Secretaras de la mujer de Sindicatos de todas las islas. Propusimos un
refuerzo presupuestario y orgnico del ICM (cuyo presupuesto aument a raz de la
intervencin), as como un impulso a su empoderamiento en la Administracin
Canaria (aqu no hubo tanto xito).
En 2008, repetimos Encuentros a nivel Insular y Canario, fijando una plataforma
de reivindicaciones en materia de Polticas de Igualdad que hicimos pblica y que
transmitimos a diversos organismos del Gobierno Canario.
- Nos movilizamos ante la suspensin del SAIM (Servicio De Apoyo Integral A
Las Mujeres), gestionado por una fundacin Canaria, surgida de un patronato
dependiente de UGT, por delegacin del ICM.
- Adems, hicimos campaa activa en pro del cambio en la regulacin del aborto, liderada por el Colectivo Harimaguada.
- Tuvimos una participacin destacada en la elaboracin de aportaciones a la
Ley Canaria de Igualdad, en un encuentro insular y posteriormente de todas las
islas para poner en comn nuestro trabajo. Nuestras aportaciones se integraron en
el documento unificado del ICM a los grupos parlamentarios.
En 2009, hicimos una intervencin ante los Grupos Parlamentarios relacionada
con la inclusin de aspectos que considerbamos negativos para las mujeres en las
enmiendas parlamentarias (procedentes de padres separados, grupos antieleccin...), y para reforzar nuestras propuestas, que considerbamos insuficientemente atendidas. Aunque el resultado no nos satisfizo, nuestra intervencin mejor los
textos.
Una campaa de prensa y de escritos reivindicativos a las Instituciones (con 26
firmas asociativas de toda Canarias) en defensa de los Presupuestos Pblicos para
la Igualdad de Gnero, demasiado afectados por la crisis. Dimos origen a escritos
dirigidos a las presidencias del Gobierno Canario, de algunos Cabildos Insulares y
a algunas alcaldas. Sabemos que tuvimos eco: la prevista reduccin de presupuestos del ICM por la crisis pas del 20% previsto antes de la campaa al 12% tras sta.
A eso no es ajena la presencia de 26 medios de comunicacin en la rueda de prensa convocada para presentarla.
Una campaa de apoyo a las libertades y derechos sexuales y reproductivos de
las mujeres, entre otros a la libre decisin sobre la maternidad o el aborto.
De forma que, poco a poco nos vamos especializando en la accin unitaria ante
la Opinin Pblica y ante las Instituciones. Buscamos la accin poltica global, que
difcilmente puede ser abordada desde el mbito especfico de una sola Asociacin.
Y vamos avanzando en reflexin sobre las estrategias a seguir: en las Jornadas 8
de Marzo de 2010, analizando nuestro papel en la tramitacin de la Ley Canaria de
Igualdad, concluimos que debemos acompaar nuestras gestiones con

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Instituciones de una mayor y ms incisiva presencia en la prensa y en la calle, al


comprobar que los grupos antifeministas fueron muy agresivos y nosotras demasiado comedidas en relacin al enorme esfuerzo de elaboracin y propuestas desarrollado (ms de 20 horas de Jornadas, 14 horas de participacin en los rganos del
Instituto Canario de la Mujer...). Necesitamos mayor respuesta en la prensa. A
veces: no programamos bien la cuestin de la prensa, o simplemente, la prensa responde escasamente. Y/o cuando nos llaman las televisiones con urgencia, no
somos capaces de cubrir la demanda con agilidad.
1.2. Funcionamiento.
Nuestro impacto es limitado, como limitada es nuestra capacidad de convocatoria. Tenemos muchas Asociaciones anotadas en los Grupos de Correo que hemos
creado por decisin colectiva, en los Encuentros celebrados. La participacin activa
es variable, hay dos o tres asociaciones que estn siempre, y muchas que vienen a
veces, segn el tema a tratar, las posibilidades de tiempo o el acuerdo con los temas
tratados.
No estamos registradas, no hay estatutos y nuestro funcionamiento es flexible y
regulado por criterios democrticos no escritos, y, en cierto sentido, marcados por
la experiencia.
Se est porque se ha querido participar en alguna actividad, se participa en las
decisiones viniendo a las asambleas convocadas para ello, y se trabaja por consenso, no es nada frecuente hacer una votacin.
Nos mantienen unidas permanentemente el correo electrnico y los sms. La frecuencia de las reuniones, fuera de perodos especiales, es aproximadamente
bimensual. Las jornadas y encuentros ms amplios dependen, hasta ahora, de los
momentos y de lograr financiacin.
Estamos creando una WEB, aunque con mucha lentitud, gracias al destacado
compromiso del colectivo LGTB de Tenerife "Algaraba".
2) El Foro contra la Violencia de Gnero
2.1. Origen. Como en el resto del Estado Espaol, en Tenerife hay un antes y un
despus de la muerte de Ana Orantes. A finales de los 90 el tema antes oculto de la
violencia contra las mujeres pasa a la agenda poltica y en los medios de comunicacin abandona las pginas de sucesos para ser un tema socio-poltico, aunque
no tratado adecuadamente. Se produce una presencia en la calle cada vez ms frecuente como forma de protesta frente al hecho y como va para reivindicar cambios
legislativos y polticos que la erradiquen.
A raz de la muerte por violencia sexista de una trabajadora del ICFEM, (Instituto
Canario de Formacin y Empleo, hoy SCE) surge la idea de crear una plataforma
permanente de reflexin, denuncia, reivindicacin y propuestas: nace el Foro contra
la Violencia de Gnero, que agrupa a organizaciones feministas, secretaras de la

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Mujer de los sindicatos, organismos pblicos, fuerzas polticas, ONGs... toda entidad que sinceramente quisiera plantear su apuesta por la erradicacin de este fenmeno. Esta iniciativa cuaja en el ao 2000, y desde ese momento ha trabajado
como red que da respuesta frente a la violencia de gnero.
Destaca, en su trayectoria pblica, su capacidad de respuesta inmediata frente
a hechos concretos, ya que cada noticia de muerte de una mujer vctima de violencia de gnero en Canarias supone una convocatoria automtica de concentracin
de repulsa al da siguiente, en varias islas (la primera fue Tenerife), con la publicacin de un manifiesto que denuncia el hecho y reivindica soluciones.
Destacan, tambin, sus pronunciamientos pblicos ante los acontecimientos
polticos relacionados con la Violencia contra las Mujeres, como, por ejemplo, la
reaccin ante la tramitacin de la Ley Estatal o la presencia ante el Parlamento
Canario para valorar el estado de implementacin del Programa Canario para la
Prevencin y Erradicacin de la Violencia contra las Mujeres.
En 2009 y 2010, ha habido intervenciones en defensa de los Servicios de
Proteccin a Mujeres Vctimas de Violencia en Tenerife, seriamente daados por la
quiebra de una fundacin canaria, patronato creado dependiente de UGT que los
gestionaba por delegacin del Cabildo, y por las limitaciones presupuestarias institucionales.
Al igual que la Plataforma 8 de Marzo, la conmemoracin de una fecha sirve para
concentrar la reivindicacin y denuncia de la Violencia contra las Mujeres y las
bases patriarcales que la sustentan. Los actos conmemorativos del 25 de
Noviembre, Da Internacional contra la Violencia Hacia las Mujeres han sido convocados por el Foro en los aos del 2000 haciendo hincapi cada ao en algunos de
los aspectos que se relacionan con aqulla.
2.2. Cmo Funciona
Al igual que la Plataforma, carece de Estatutos, registro y normas escritas. Las
reglas son no escritas y los acuerdos por consenso de los grupos asistentes. La
estructura es simple: Una portavoz, una Permanente y una Asamblea de Grupos
participantes.
As y todo, tiene un gran prestigio, siendo consultada por las Instituciones en
numerosas ocasiones. Como muestra de este prestigio, ha recibido:
- El Premio 8 de Marzo del Gobierno Canario, en 2009
- El Premio del Cabildo Insular de Tenerife.
Su impacto en la prensa es mayor que el de la Plataforma, pues cada vez que
se produce una muerte, muchos medios llaman a la portavoz y asisten a las concentraciones organizadas por el foro.
Hemos sensibilizado a las Instituciones:
Desde hace 7 aos el Gobierno Canario hace concentraciones de repulsa a los
feminicidios ocurridos en Canarias, y desde hace 3 aos, los Ayuntamientos y

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Mujeres, sexo, poder, economia y ciudadania. XX Taller Forum de Poltica Feminista

Cabildos convocan manifestaciones o concentraciones ciudadanas de repulsa a los


que suceden en sus territorios.
Desde antes de la Ley Estatal contra la VG, ya exista en la Comunidad Canaria:
la Ley Canaria 16/2003/8 de abril; desde el 2002 existe el Programa Canario de
Prevencin y Erradicacin de la Violencia contra las Mujeres, y una red de intervencin en todas las islas. Algunos de los servicios canarios (el DEMA de Tenerife, en
Urgencias 112) ha sido valorado como modelo por el Estado. Aunque falta muchsimo en materia de prevencin y de servicios (ahora en crisis financiera), no existiran sin nuestra presin.
Se ha logrado que la Consejera de Educacin mantenga programas de prevencin de la VG, retirando alguno de contenido inadecuado a instancias del Foro
(escrito de firmas).

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