Ecofeminismo Rural
Ecofeminismo Rural
Ecofeminismo Rural
Autora: Estefana Garca Fors Coordinacin: Gustavo Duch Guillot Revista Soberana Alimentaria, Biodiversidad y Culturas Fotografas: Mundubat, Carmen Caballero, EHNE bizkaia 1 Edicin: Octubre 2012
ndice
7 Presentacin 8 Qu es ecofeminismo? 25 Una mirada desde las mujeres rurales 25 Cmo vivimos? 29 Qu aportamos? 33 Por qu la lucha por la Soberana Alimentaria es ecofeminista? 37 Presente y futuro: las mujeres campesinas como protagonistas del cambio
Ecofeminismos Rurales
Mujeres por la Soberana Alimentaria
Presentacin
No conocemos nada de ecofeminismo pero hemos decidido leer sobre este tema1.
Este material es el resultado de un proceso de debate sobre Soberana Alimentaria y ecofeminismos con las mujeres que integran la Confederacin de Mujeres del Mundo Rural (CERES), cuya finalidad es aportar soluciones y nuevas miradas a los problemas del medio rural y, especficamente, a los que afectan a las mujeres, limitando su desarrollo personal, profesional, familiar y social. El objetivo de este proceso ha sido iniciar un dilogo entre mujeres campesinas sobre cmo estn contribuyendo, desde sus vivencias, experiencias y sabidura, al avance de los ecofeminismos y cmo la Soberana Alimentaria puede nutrirse de esta corriente feminista para erigirse en una propuesta emancipadora de transformacin social, basada en la igualdad pero tambin en la universalizacin de las virtudes y actitudes tradicionalmente consideradas femeninas. La actual crisis econmica, social, ecolgica, alimentaria, de los cuidados, consecuencia de un modelo que no tiene en cuenta la sostenibilidad de la vida humana y natural, tiene un gran potencial: el de descubrir que es necesario un cambio. Y este cambio pasa por asumir propuestas como la Soberana Alimentaria y el ecofeminismo para que otro mundo sea posible.
1 Todas las frases en color violeta y cursiva son de las mujeres de CERES que han participado en el debate de ecofeminismos rurales.
Qu es Ecofeminismo?
Si ser ecofeministas significa amar la tierra, luchar por nuestros derechos como productoras, mujeres y amantes de nuestros pueblos y entornos naturales, luchar por ser visibles y que se reconozca nuestro trabajo (como agricultoras, cuidadoras de la salud, transformadoras), estar en contra de los transgnicos, de las nucleares, querer vender nuestros productos directamente y que las cooperativas nos permitan acceder a los puestos organizativos al igual que las organizaciones agrarias a las que pertenecemos, en ese caso,
somos ecofeministas.
Los vnculos entre feminismo y ecologismo son conocidos desde la dcada de los 60 del siglo pasado, a travs de movimientos sociales que ponan en cuestin no slo las relaciones de poder entre varones y mujeres, sino que tambin el consumismo de la sociedad industrializada, las guerras, las armas nucleares y el potencial destructivo de un modelo de desarrollo que vea a la naturaleza como un recurso ilimitado que poda ser utilizado al servicio de la acumulacin del capital.
Qu es Feminismo?
El feminismo se sigue desconociendo por completo, tanto por hombres como por mujeres. Cuando dices que eres feminista, no saben qu pensar. Y an explicando que el feminismo trata de que se nos reconozcan nuestros derechos que como personas nos niegan por ser mujeres, y que no se trata de maltratar a los hombres, quedan dudas. Se ha hablado muy poco del feminismo y lo poco ha sido para tergiversar sus valores y confundir, sobre todo, a las propias mujeres.
El feminismo ha sido silenciado y ridiculizado. Todava se confunde feminismo con hembrismo. Y se sigue escuchando a mujeres diciendo: Yo no soy feminista ni machista, como si ser feminista fuera lo contrario a ser machista. Sin embargo, el feminismo es un movimiento social y una teora poltica que reivindica la igualdad y el respeto mutuo entre sexos y que, adems, implica toda una redefinicin de la realidad, en el sentido de que el acceso al feminismo supone la adquisicin de unas gafas (violetas) que muestran a menudo una realidad claramente distinta de la que percibe la mayor parte de la gente.
El ecofeminismo - en sus varias concepciones - parte de una idea bsica, que es la existencia de vnculos entre la dominacin de la naturaleza y la opresin de las mujeres. En el actual sistema capitalista patriarcal, tanto el trabajo de los cuidados (realizado principalmente por las mujeres) como los frutos de la naturaleza son apropiados sin el debido reconocimiento de su importancia, quedando invisibilizados, a pesar de que son indispensables para la supervivencia humana.
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Qu es el trabajo de cuidados?
Es un trabajo realizado principalmente por mujeres, cuyo objetivo es la satisfaccin de las necesidades, implicando una fuerte componente afectiva y relacional, que se caracteriza por la realizacin de mltiples tareas al mismo tiempo y por la polivalencia de los conocimientos necesarios. Adems, es un trabajo gratuito e invisible. Aunque el trabajo de cuidados incluye el llamado trabajo domstico (limpiar la casa, comprar y hacer la comida, cuidar a las criaturas) va ms all del mbito del hogar y se extiende a la ayuda a los negocios familiares o a los trabajos comunitarios (voluntariado, activismo, participacin en redes sociales), entre otros.
Adems de buscar una explicacin terica sobre el origen de la crisis ambiental y sobre la similitud de los mecanismos de opresin existentes, el ecofeminismo se dedica a evidenciar los impactos que la destruccin de la naturaleza provoca sobre las mujeres. La interrelacin entre la divisin sexual del trabajo, la restriccin de las libertades individuales de las mujeres, su poca participacin en los procesos polticos, la distribucin desigual del poder y del acceso a los medios de produccin son igualmente temas tratados por las distintas corrientes del ecofeminismo.
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El ecofeminismo no es una corriente homognea de pensamiento; muchas veces, ha recibido crticas tanto desde el feminismo como desde el ecologismo. Sin embargo, sus aportaciones han sido muy novedosas, y pueden ayudar a establecer nuevas bases para articulaciones positivas entre el feminismo y otras luchas sociales emancipadoras, como la lucha por la soberana alimentaria.
El ecofeminismo puede ayudar a las personas a reconocerse en una conciencia ms avanzada y construir la Soberana Alimentaria.
Se denuncia el androcentrismo de la ciencia y de la historia, visibilizando las contribuciones de las mujeres para el desarrollo de las sociedades.
Qu es el androcentrismo?
Significa que el hombre est en el centro de todo y que por tanto, representa a toda la humanidad. Es una manera de ver el mundo que parte de la idea de que la visin masculina es universal, por lo que se generaliza a toda la sociedad, hombres y mujeres, ocultando otras realidades como la de las mujeres.
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Se constata que la exclusin de las mujeres del conocimiento formal y de los espacios de legitimacin del orden social se ha dado paralelamente al desprecio a conocimientos holistcos, que vean a la humanidad como parte del medio natural, en igualdad de condiciones con otros seres.
Se denuncia que esta postura reduccionista de la ciencia y de la tecnologa ha tenido como consecuencia su uso irresponsable, poniendo en riesgo no slo la salud humana, sino tambin su propia supervivencia en el planeta.
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Por qu la actual agricultura est basada en el uso irresponsable de la ciencia y de las tecnologas?
Lo que comemos (alimentos cada vez ms enlatados, congelados y envasados) se sigue produciendo conjuntamente por la naturaleza y las personas que trabajan la tierra y cuidan los animales. Sin embargo, la forma en que se cultiva ha cambiado, pasando de una agricultura y ganadera campesina basada en una economa natural donde la energa utilizada era de origen animal o humano, el estircol el principal abono y las semillas eran producidas y seleccionadas por el propio campesinado a una agricultura industrial basada en la mecanizacin de las tareas agrcolas y el uso de semillas comerciales y agroqumicos como fertilizantes, herbicidas y fitosanitarios contra plagas y enfermedades. Es una agricultura que prescinde de la mano de obra, concentrndola en manos masculinas, quienes conducen los grandes vehculos agrarios, que adems pasan a ser clientes de un nmero reducido de poderosas empresas multinacionales, de las que dependen. Una agricultura que oculta fuertes dependencias y costes para la naturaleza, as como para la salud humana. Slo la agricultura industrial es la responsable de entre el 11 y el 15 % de las emisiones globales de gases con efecto invernadero pero si tenemos en cuenta el sistema agroalimentario en su conjunto (desde la produccin de alimentos hasta que llegan a nuestros hogares) es responsable de cerca de la mitad de todas las emisiones de gases con efecto de invernadero (teniendo en cuenta los cambios en el uso del suelo y la deforestacin, el transporte, procesamiento, envasado y venta de los alimentos y los residuos orgnicos).
Se denuncia la similitud entre el no reconocimiento de las actividades reproductivas de las mujeres y la explotacin irresponsable de los llamados recursos naturales.
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Cules son los vnculos entre la dominacin del actual sistema agroalimentario mundial sobre la naturaleza y la opresin de las mujeres campesinas?
El modo de produccin de alimentos que se est potenciando desde las polticas agrarias es totalmente agresivo e insostenible. No tiene en cuenta ni el derecho que todas y todos tenemos a una alimentacin en cantidad suficiente, nutritiva, sana y segura, ni los impactos tremendamente negativos que los modos de produccin ocasionan a nivel social y medioambiental. Slo interesan los resultados econmicos de las cada vez ms grandes corporaciones transnacionales agroqumicas y de la gran distribucin.
La organizacin y el reparto de poder del sistema agroalimentario mundial ha cambiado drsticamente a lo largo de la historia. Actualmente est controlado por un grupo de transnacionales de los sectores de insumos agrarios (pesticidas, herbicidas, fertilizantes qumicos, semillas comerciales, maquinaria) y de distribucin comercial (grandes superficies como los supermercados e hipermercados), habindose despojado de poder al sector agrario, esto es, quienes producen los alimentos.
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El objetivo del actual sistema agroalimentario mundial ya no es la satisfaccin de las necesidades alimentarias de la poblacin sino la expansin, control y acumulacin de capital por parte de las grandes corporaciones que gobiernan el negocio alimentario. Es un sistema agroalimentario que separa la alimentacin del cuidado de la naturaleza y de las personas y que, para atender a sus objetivos de explotacin capitalista, se desconecta de sus responsabilidades en relacin a las condiciones de reproduccin de la sociedad y de la vida. Las mujeres no han decidido este sistema pero el sistema se sustenta en su trabajo gratuito e invisible, as como en la apropiacin de los llamados recursos naturales. La agricultura industrializada y mercantilizada est basada en relaciones de poder jerrquicas, donde la naturaleza es tratada como algo infinito, y por tanto, explotada y subordinada a los seres humanos. No se tiene en cuenta que este modelo funciona esencialmente mediante la conversin de petrleo en comida, produciendo en el proceso cantidades enormes de gases con efecto invernadero y degradacin ambiental (a travs del uso de inmensas cantidades de fertilizantes qumicos, la maquinaria pesada, la expansin de la industria de la carne, la destruccin de sabanas y bosques o el procesamiento, envase, congelacin y transporte de los alimentos). De igual modo, podemos reconocer similitudes entre el modo de explotacin de la naturaleza y cmo este mismo sistema explota a las mujeres, relegadas al mbito privado, haciendo trabajos de cuidados, gratuitos e invisibles, de muy diversa ndole (labores domsticas, atencin de personas mayores, cuidado de criaturas, ayuda familiar en las labores agrcolas, cuidado emocional), para los hombres y para sostener sus actividades pblicas y econmicas. Adems este trabajo es considerado como infinito, igual que los llamados recursos naturales. Ellas son el colchn del sistema econmico y frente a los cambios motivados por la lgica de acumulacin, ellas reajustan los trabajos de cuidados para seguir garantizando la satisfaccin de las necesidades y en definitiva, el mantenimiento de la vida.
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Por ejemplo, en el estado espaol, menos del 9% de las fincas agrarias son dirigidas por mujeres y son de dimensiones bastante ms pequeas que las dirigidas por los hombres. Del 82% de las mujeres que trabaja en fincas agrarias dirigidas por hombres, el 59% no cotizan a la Seguridad Social por el desempeo de una actividad econmica. Al trabajo de las mujeres en las labores agrcolas, sin ninguna remuneracin econmica ni visibilidad social, profesional y poltica, se aade el trabajo domstico y de cuidados, realizado mayoritariamente por las mujeres. En cambio y de forma significativa, la mayora de mujeres que son titulares de fincas agrarias en el estado espaol optan por una agricultura ecolgica, en vez de convencional. Desde este enfoque agroecolgico, la economa de los cuidados se establece como eje central sobre el que se articulan el resto de economas. Estas mujeres optan por una economa centrada en la sostenibilidad de la vida y son protagonistas de un cambio de modelo basado en la satisfaccin de las necesidades.
Se muestra que, para cambiar esta situacin desde una perspectiva feminista, es necesario un cambio de actitud de la humanidad, a travs de una mirada afectiva del mundo, de modo que los seres humanos entiendan el imperativo tico de cuidar al resto del mundo.
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Siempre me he sentido como absorbida por la tierra, el aire, lo agradable y lo menos agradable: que se agriete la piel con el fro del invierno, el viento helado mientras ests tratando de coger unos puerros o zanahorias en invierno. Pero hasta lo ms duro lo integras como parte de ti, porque va pasando el tiempo y te vas convirtiendo en lo que eres, en lo que evolucionas y las huellas que el tiempo va dejando en ti. Tengo muchas arrugas que no disimulo con ningn maquillaje, que forman parte de todo el recorrido que he ido haciendo en el campo y en el pueblo. Cada principio de temporada planifico qu plantas voy a cultivar ese ao para ir renovando semillas, y te puedo asegurar que el abrir un tarro con unas semillas que introduje hace, quizs, cuatro o cinco aos, supone tratar de despertar una vida que sabes que est latente en cada una de ellas. Es emocionante y me sigue pareciendo increble que de ah crezca una planta mil veces mayor que ella. Esa renovacin de la vida, continua y silenciosa, firme y fiel a s misma, me recuerda mucho a la forma en que las mujeres trabajamos la tierra.
Desde la universalizacin de esa mirada afectiva del mundo, de la conexin con las emociones, podemos definir el trabajo como una prctica de creacin y recreacin de la vida y de las relaciones humanas, desarrollndose desde la colaboracin y cooperacin con la naturaleza y el resto de seres. Podemos aplicar un enfoque agroecolgico, que recupere la funcin principal de la agricultura de alimentar a las personas, cuyo objetivo sea la satisfaccin de las necesidades, donde los roles de mujeres y hombres se intercambien y desaparezcan, y desde donde construir una alternativa integral al actual sistema agroalimentario mundial: la Soberana Alimentaria.
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No es fcil que, en casa, cuando hay nios y personas mayores, podamos delegar siempre en nuestros compaeros u otros, pero algunas veces podemos confiar en nuestras vecinas y amigas para que nos ayuden moralmente y en algunas ocasiones tambin prcticamente. Sabemos y somos conscientes de que seguimos siendo hacedoras de todo.
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A parte de que la gran mayora de mujeres campesinas no son titulares de las fincas agrarias en las que desarrollan su trabajo agrcola, se constata la invisibilidad y sobrecarga del trabajo de las mujeres, principalmente por las siguientes causas: A) El trabajo agrcola realizado por las mujeres es igual que el realizado por los hombres, sin embargo, las mujeres siguen cargando, normalmente sin ayuda de nadie, con el trabajo de cuidados no remunerado. B) Una desigual distribucin de las cargas de trabajo entre hombres y mujeres, recayendo en stas ltimas el trabajo no remunerado; cobrando especial inters la atencin a las personas mayores, por falta de servicios sociales, por un demografa cada vez ms envejecida y porque la obligacin moral y los esfuerzos que requiere este tipo de cuidado es incluso mayor que el que se plantea en el caso de las criaturas. C) La precariedad y temporalidad de la actividad econmica de las mujeres, muchas veces, de manera informal, sin que se considere trabajo ni siquiera por las propias mujeres. D) La pluriactividad de las mujeres, que asumen los trabajos de cuidado, adems del trabajo en la finca agraria familiar y en ocasiones, son asalariadas en otro sector de actividad, lo que posibilita la continuidad de la empresa agraria familiar.
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Lo cierto es que las mujeres, sin la corresponsabilidad de los hombres, sin servicios pblicos suficientes, con una organizacin social estructurada entorno a las necesidades de los mercados en vez de los seres humanos, siguen cubriendo las necesidades del grupo domstico, a menudo de forma simultnea a su participacin en el mercado. Sin duda, se trata de una realidad terriblemente injusta para las mujeres, que adems ha desembocado en una crisis de los cuidados, puesto que resulta insuficiente para resolver las necesidades sociales del trabajo de cuidados.
La invisibilidad de la perspectiva de gnero en el medio rural es una forma de violencia, que lleva a la exclusin de las mujeres del poder de tomar decisiones.
Por tanto, la situacin de las mujeres en el mbito rural no es igual a la de los hombres. Esto es debido a lo que el feminismo ha llamado el patriarcado.
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Qu es el patriarcado?
Es un sistema de dominacin sexual de los hombres sobre las mujeres que es, adems, el sistema bsico de dominacin sobre el que se levantan el resto de las dominaciones, como las de clase, etnia, edad, campo-ciudad o raza, entre otras. Es una forma de organizacin poltica, econmica, cultural, religiosa y social basada en la autoridad de los hombres sobre las mujeres en todos los mbitos, y que se reproduce a s mismo generacin tras generacin, con sus particularidades temporales y de lugar.
El patriarcado ejerce una gran presin en las zonas rurales. A las mujeres rurales se nos convierte en las responsables del llamado idilio rural, que se basa en el patriarcado como orden dominante.
Algunas investigaciones recientes, han llamado la atencin sobre la relacin entre las representaciones relativas a los mandatos de gnero y la propia imagen de la ruralidad. En este sentido, el denominado idilio rural se basa en que la comunidad rural sera idealmente el espacio de la solidaridad autntica que representa la vida hogarea y el papel incondicionalmente cuidador y nutricio de las mujeres. Este modelo tradicional de mujer constituye un elemento de integracin e identidad de lo rural, de forma que las mujeres que no se adecuan a este modelo sienten la reprobacin moral, y en el caso de ser nuevas residentes, pueden encontrar serias dificultades para integrarse. Lo cierto es que esta retrica del altruismo de las mujeres en el hogar (lo hacen por amor) sigue sirviendo para maquillar las relaciones de poder, lo rutinario de muchas tareas y las dimensiones de obligatoriedad y coaccin, que envuelven el trabajo de cuidados.
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Qu aportamos?
La alimentacin est mayoritariamente en manos de las mujeres, aunque al igual que ocurre en muchas otras cosas, la decisin en el mbito privado (decidir qu comemos) s es nuestra, pero no en el mbito pblico (participar como colectivo en las decisiones polticas que determinan los alimentos que llegan al mercado).
Podemos afirmar que las mujeres han acumulado conocimientos y experiencias en reas estratgicas para la promocin de la Soberana Alimentaria, mientras que su importancia como sujetos polticos no es valorada ni reconocida. El nmero de mujeres que participan en procesos de decisin y que estn en posicin de liderazgo en las organizaciones pblicas y de la sociedad civil ligadas al tema, sigue siendo desproporcionado a su importancia estratgica. El necesario reconocimiento de los conocimientos y de las experiencias de las mujeres debe acompaarse de una transformacin de la economa y del trabajo que permita romper con la dicotoma pblico - privado y que ponga la atencin en la sostenibilidad de la vida; de la necesaria promocin de la participacin social y poltica de las mujeres; y de una universalizacin de las virtudes y actitudes que se han considerado tradicionalmente femeninas, como el cuidado, el afecto y las emociones.
Las mujeres aportamos sabidura, amor y cuidado a nuestra tierra. Las mujeres sabemos que el tiempo del que disponemos al da no es exclusivo para el trabajo fuera de casa, sino que hay que sacar un tiempo (al que la mayora de los hombres no dan importancia) dedicado a la familia y a la casa.
Una mirada afectiva del mundo supone la universalizacin del cuidado como un derecho y una responsabilidad de toda la sociedad. Los ajustes privados en el seno de las parejas y las familias en aras a una mayor corresponsabilidad, no son efectivos si no van acompaados de una reorganizacin de los espacios pblicoprivados, que siguen respondiendo a un modelo de familia tradicional, en el que las mujeres asumen casi la totalidad del trabajo de cuidados.
El campo necesita de un trato ms femenino que el que se le est dando actualmente (menos extraer y ms cuidar a cambio de).
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El objetivo no es la generalizacin del actual modelo masculino a las mujeres: esto es, la total disponibilidad de los hombres para el trabajo remunerado. La cuestin clave es la redefinicin del papel del mercado, del estado y de los hogares, en la asuncin de los trabajos de cuidados, en poner en el centro de atencin de la organizacin social el mantenimiento de la vida en vez de los beneficios econmicos. El actual sistema capitalista patriarcal se mantiene a base de ocultar las dependencias y a los sujetos que se hacen cargo de ellas (principalmente las mujeres), as como la dependencia de los recursos naturales y energticos que nos sustentan. Pero lo cierto es que la vida es vulnerable y si no se cuida, no es viable.
en la representacin de la mujer en todos los estamentos y sitios en los que hay que estar: en el trabajo del campo pero tambin en el del sindicato, en los puestos polticos y los de gestin. Notamos la necesidad de reconocernos como
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Muchas mujeres rurales, organizadas entorno a CERES y a otras redes de apoyo mutuo, proyectos auto-gestionados o asociaciones, estn reivindicando cambios en el modelo agrario. Sus actividades son un acto de resistencia al modelo hegemnico impuesto por un sistema agroalimentario, depredador y explotador, que funciona bajo la lgica de la acumulacin de capital. Pese a todas las dificultades y obstculos a los que se enfrentan (de violencia, desigualdad y explotacin), estas mujeres ponen todos sus esfuerzos en defender la Soberana Alimentaria, basndose en el reconocimiento de que los alimentos se producen conjuntamente con la naturaleza, en la lgica del cuidado y en el objetivo primordial de alimentar a las personas. Como ecofeministas, plantean la necesidad de una nueva mirada del mundo que nos site, como
seres humanos, en el lugar que nos corresponde, como parte y no por encima de la naturaleza; y que ponga en primer plano lo verdaderamente importante: la satisfaccin de las necesidades que posibilite una vida que merezca la pena ser vivida para todos los seres humanos.
Somos unas privilegiadas, o al menos as nos sentimos, por formar parte de la vida de tanta gente a la que nutrimos. Tenemos una responsabilidad grandsima, de ah que luchemos por la soberana alimentaria.
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Las mujeres, creadoras histricas de conocimientos en agricultura y en alimentacin, que continan produciendo hasta el 80% de los alimentos en los pases ms pobres y que actualmente son las principales guardianas de la biodiversidad y de las semillas de cultivo, son las ms afectadas por las polticas neoliberales y sexistas.
2 Todas las frases en color azul y cursiva de este apartado corresponden a extractos de la Declaracin de las mujeres por la Soberana Alimentaria, Nyleni, 27 de febrero de 2007.
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Tanto desde la defensa de la Soberana Alimentaria como desde el ecofeminismo se reivindica el conocimiento histrico de las mujeres en la actividad agraria y alimentaria, no reconocido y permaneciendo invisible en el actual sistema agroalimentario mundial, as como en la gestin sostenible de la naturaleza, denunciando adems que son las ms perjudicadas por las actuales polticas neoliberales y sexistas.
Los monocultivos, entre ellos, los empleados para los agrocombustibles, as como la utilizacin masiva de productos qumicos y de organismos genticamente modificados tienen efectos negativos sobre el ambiente y sobre la salud humana, en especial, sobre la salud de la reproduccin.
Desde la Soberana Alimentaria se denuncia que el uso masivo de productos qumicos en la agricultura tiene efectos negativos sobre la naturaleza y la salud humana. Desde el ecofeminismo, se denuncia el mal desarrollo (en palabras de Vandana Shiva), que supone la implantacin de una agricultura para la exportacin, basada en la expansin de monocultivos y la utilizacin masiva de pesticidas y otros productos qumicos txicos, destruyendo la biodiversidad y provocando enfermedades y hambre en la poblacin campesina, as como su desaparicin. Los efectos negativos en la salud se acentan en el caso de las mujeres, debido al mayor porcentaje de tejido adiposo en el que se fijan las sustancias txicas. Adems, las mujeres se ven ms afectadas por la contaminacin que los varones debido a que los derivados del petrleo utilizados en la agricultura como pesticidas y herbicidas tienen una composicin qumica similar a los estrgenos.
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Al identificar nuestra lucha con la lucha por la igualdad entre los sexos, ya no queremos soportar la opresin de las sociedades tradicionales, ni de las sociedades modernas, ni del mercado. Nos aferramos a esta oportunidad de dejar detrs de nosotras todos los prejuicios sexistas y avanzar hacia una nueva visin del mundo, construida sobre los principios de respeto, de igualdad, de justicia, de solidaridad, de paz y de libertad.
Tanto desde la Soberana Alimentaria como desde el ecofeminismo se critica la opresin de las mujeres en las sociedades modernas y en las tradicionales. Se evita, por tanto, caer en la mitificacin de las sociedades tradicionales y se denuncian aquellas tradiciones y costumbres basadas en roles y estereotipos de gnero que discriminan a las mujeres, an y cuando puedan ser ecolgicamente sostenibles. Se aspira, por tanto, a construir un nuevo mundo basado en los principios de respeto, igualdad, justicia, solidaridad, paz y libertad.
La Soberana Alimentaria, por tanto, no ser posible sino se logra construir sobre bases de igualdad, eliminando cualquier discriminacin hacia las mujeres. Es una propuesta que no puede basarse ni el trabajo gratuito de las mujeres, ni el uso indiscriminado de los llamados recursos naturales y que por tanto, se opone a la instrumentalizacin de todo aquello que tenga que ver la alimentacin y la agricultura. Sin embargo, estas transformaciones no son automticas. Se puede transitar hacia un modelo de produccin ms sostenible dejando intactas las relaciones de poder asimtricas basadas en el patriarcado. Por eso es importante integrar la perspectiva feminista en la propuesta de Soberana Alimentaria, ir ms all del discurso, para mirarnos desde el corazn y ser conscientes que un cambio de modelo no puede seguir perpetuando desigualdades y sustentndose en el trabajo invisible y gratuito de la mitad de la poblacin. La Soberana Alimentaria debe integrar la tica del cuidado que supone darse cuenta que un modelo respetuoso con la naturaleza tambin engloba un modelo de convivencia y cuidado entre los seres humanos, que cuidar y ser cuidados es un derecho y una responsabilidad de toda la poblacin, hombres y mujeres, as como una obligacin del estado.
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Presente y futuro:
y no vamos a abandonar, tenemos razn, y cada vez ms personas se suman a esta nueva conciencia y apoyan la lucha hacia otro mundo posible.
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Son mujeres que han decidido, con sus prcticas agroecolgicas, convertirse en protagonistas de un cambio de modelo, que transforme el actual sistema agroalimentario mundial, capitalista y patriarcal, en una alternativa que acabe con el hambre y las desigualdades. Las posibilidades de que la agricultura ecolgica sea una autntica alternativa para el medio rural y la agricultura dependen, no slo de cuestiones tcnicas de manejo en finca, sino de la transformacin de la organizacin socioeconmica y poltica del sistema agroalimentario. En este sentido, las propuestas de Soberana Alimentaria y ecofeministas deberan ir de la mano para que esta transformacin no sea androcntrica ni patriarcal.
Productoras y consumidoras estamos enredndonos en grupos, asociaciones y microestructuras muy creativas y dinmicas. De esta manera sencilla, estamos dando respuesta y alternativas a uno de los grandes problemas de nuestro tiempo: la alimentacin como un derecho y el poder de decidir sobre la alimentacin con criterios de democracia participativa. Es el modelo que llamamos Soberana
El actual sistema de distribucin de alimentos, coloca a la agricultura en un lugar subordinado, con el nico objetivo de obtener beneficios. Por eso, los canales cortos de comercializacin permiten reequilibrar las relaciones de poder, beneficiando tanto al campesi-
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nado como a las consumidoras y consumidores. Adems de crear redes de proximidad, basadas en la cooperacin, la confianza y el afecto.
Mujeres que desafan da a da los mandatos de una sociedad patriarcal que pretende excluirlas y someterlas a su rol de madres y esposas. Mujeres que apuestan por un modelo de sociedad en que las emociones, el afecto y el cuidado sean una tica de vida para hombres y mujeres. Mujeres que con sus prcticas y su manera de ver el mundo, distintas a las hegemnicas, forman parte de un proceso de resistencia crucial.
Muchas mujeres comprenden vitalmente el sentido de la agricultura campesina y apuestan por un mundo rural vivo. Y son ellas, con sus nuevas formas de liderazgos, con sus nuevas formas de hacer y ser, las que se convierten en creadoras de alternativas frente al modelo socioeconmico actual, aparentemente invencible.
Son mujeres que van a contra-corriente, convencidas de que el cambio no es slo posible sino que es necesario porque de ello depende la supervivencia de toda la humanidad en el planeta.
Cuando llegar el da que el ser hombre o mujer sea igual de formidable, sin ningn tipo de subordinacin o supremaca!
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Una de las formas de tratar de defender los derechos de las mujeres es a travs de CERES.
Las mujeres rurales y campesinas estn organizadas entorno a CERES para proponer cambios al sistema, proyectando ideas y utopas a ser construidas por medio de acciones polticas colectivas. No se colocan como vctimas del sistema, ni como salvadoras del planeta, sino como mujeres agricultoras que luchan para ejercer su derecho en cuanto a sujetos plenos de sus propias vidas, contribuyendo, a su manera, para la transformacin del mundo injusto en el que viven.
Es fundamental construir alianzas entre nosotras. Debemos JUNTAS introducir el debate sobre la Soberana Alimentaria como un derecho fundamental de los pueblos.
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Pero las mujeres rurales y campesinas no son las nicas protagonistas del cambio hacia la Soberana Alimentaria y una sociedad igualitaria. Numerosos hombres, inteligentes, valientes y sensibles luchan por esta gran transformacin, tan necesaria en estos tiempos de crisis civilizatoria. Lo hacen a travs de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y a travs de La Va Campesina (movimiento internacional de organizaciones de mujeres rurales, campesinos y campesinas, pequeas agricultoras y agricultores, trabajadoras y trabajadores del campo, pueblos indgenas, afrodescendientes y juventud rural), as como desde otras organizaciones y movimientos sociales.
Sin embargo, todava, a menudo, se siguen ignorando o minusvalorando las aportaciones de las mujeres. No se da suficiente valor a sus vivencias, perspectivas y conocimientos. Se olvida que sus prcticas pueden ser modelos universalizables y aportar soluciones creativas e innovadoras. Por ello, es imprescindible incluir las voces de las mujeres en los diferentes debates actuales. Voces diversas, movimientos de mujeres campesinas y rurales pero tambin urbanas.
Lo comn no slo es un lugar al que llegar sino tambin un lugar del que partir.
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Bibliografa
Declaracin de las mujeres por la Soberana Alimentaria, Nyleni, 27 de febrero de 2007. Disponible en: http://www.nyeleni.org/spip.php?article305&var_recherche=%20mujeres Prez Orozco, Amaia (2002): La economa desde el feminismo: trabajos y cuidados. Disponible en: http://www.ecologistasenaccion.org/article13104.html Prez Orozco, Amaia (2012): De vidas vivibles y produccin imposible. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215 Puleo, Alicia H. (2011): Ecofeminismo para otro mundo posible. Madrid, Ediciones Ctedra. Sampedro, Rosario (2003): Conciliacin de la vida familiar y laboral en el medio rural: gnero, trabajo invisible e idilio rural. Disponible en: http://www.unavarra.es/puresoc/pdfs/c_ponencias/Sampedro.pdf Shiva, Vandana (2003): Cosecha robada. El secuestro del suministro mundial de alimentos. Barcelona, Paids. Velasco, Anglica (2010): Justicia social y ambiental: mujeres por la soberana alimentaria en Investigaciones Feministas, pg. 161-176.
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