Campo, María Belén - 1°B Historia

I.S.F.D. N°82
Texto n°3

En el siguiente informe, voy a hacer una síntesis y contar las ideas más importantes
del texto: Feminismo Latinoamericano: Imperativo ético para la emancipación, de
Alba Carosio, quien es Profesora Titular en la Cátedra Filosofía y Ética Gerencial y
Cátedra de Pensamiento Feminista Contemporáneo en la Universidad Central de
Venezuela, directora de la Revista Venezolana de Estudios de la Mujer, investigadora
por el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) y el Centro
Internacional Miranda (CIM). También fue directora del Centro de Estudios de la Mujer
de la Universidad Central de Venezuela y es Co coordinadora del GT CLACSO
Feminismos, resistencias y Emancipación.

Capitalismo es la palabra con la que la autora comienza el texto, y nos dice que este
en su “fase globalizada” quiere del planeta un lugar exclusivo para el dinero, la
mercancía y los servicios, así de esta manera, se regula la vida humana.

El texto continúa enfocándose en América Latina y el golpe que sufrió en los años ´90
con gobiernos neoliberales, los cuales promovían el consumo para algunos pocos en
la población.

La autora va a definir al mercado como “… no sólo la institución social que asigna

eficientemente los recursos, sino como el regulador de decisiones sociales, como guía
de políticas y, todavía más, como valorador de seres humanos y distribuidor de
felicidades”

La autora plantea que, “las sociedades latinoamericanas fueron arropadas por una
globalización capitalista que aparecía como única alternativa posible. Los neoliberales
crearon una enorme red internacional de fundaciones, institutos, centros de
investigación, publicaciones, con académicos y escritores que conformaban un tejido
de relaciones públicas, para desarrollar y promover sin cansancio sus ideas y
doctrinas. Y lograron hacer que el neoliberalismo pareciera la condición natural y
normal de la humanidad, y el consumo su expresión más acabada”

El neoliberalismo en Latinoamérica significó el desmantelamiento del Estado y la

desregulación del sector privado. Se produjeron una serie de cambios, como: Grandes
brechas con las zonas de pobreza extrema, aparición de los centros comerciales y
privatización de espacios públicos

El consumo, la gran utopía del capitalismo tardío, fue también la manera de ocultar las
realidades dramáticas de la miseria generada por el sistema. Mientras las industrias
culturales de entretenimiento presentan el modelo de vida centrado en el consumo
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como el único válido y posible, fue multiplicándose e invisibilizándose la masa de

pobres descartables para el circuito económico de privilegio.

La Globalización capitalista neoliberal:

1. Se puso énfasis en la productividad, la eficiencia, la recompensa financiera y el

disfrute consumista, acentuó el individualismo y la competencia, y profundizó la
aceptación de la desigualdad social y de la codicia
2. Las compras pasaron de ser una actividad funcional, tarea femenina como
parte de sus labores domésticas, a una forma de entretenimiento y distracción.
Toda la industria de la comunicación refuerza esta identidad de las mujeres
como consumidoras. Y aunque ocasionalmente se apela a la consumidora
racional, la mujer como consumidora es considerada emocional e impulsiva,
dominada por deseos inarticulados.
3. El foco estuvo puesto en las mujeres de clase media y alta, las cuales estaban
en el medio de las estrategias de consumo y mercado. Hace que ellas quieran
gastar gran cantidad de dinero en su imagen
4. La asociación entre consumo y femineidad convierte a las mujeres en
consumidoras de sí mismas: las mujeres son objeto de consumo para su propia
compra de belleza, de indumentaria, de tecnificación y modificación de su
cuerpo, de corrección de la obra de la naturaleza; se sustituye el cuerpo
recibido por el cuerpo construido, el cuerpo vivido es ahora el cuerpo
mercancía actualizado.
5. La globalización capitalista neoliberal, por un lado, empobrece más a las
mujeres que a los hombres y, por otro, necesita urgente la integración de las
mujeres a la producción, para que se vuelvan consumidoras

El discurso de la supermujer: mezcla de modelo, profesional y ama de casa, se ve la

imagen de la mujer glamorosa, con el mensaje de que comprar es sexualmente
deseable. Es en base a estos imaginarios que se impulsa el consumo. El sexo pasó de
ser una parte negada de las mujeres a ser un eje fundamental en la vida, que incluye
la obsesión por la belleza, las dietas, la clase, en orden de ser deseadas sexualmente.

En la posmodernidad de consumo, los medios de comunicación, con películas,

publicidad o televisión relacionan la felicidad con la imagen del cuerpo,
asociando hermosura, bienestar y salud, y apalancando en esta articulación los
deseos de compra.
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El cuerpo se convierte en el referente más importante de la propia identidad que

homogeneiza valores a falta de otros de diferente naturaleza. Se asocia con felicidad,
éxito, estatus social y autoestima, y la relación de autoestima con imagen corporal es
motivo y fuente de angustia. El deseo de alcanzar el modelo ideal y la imposibilidad de
lograrlo provocan un conflicto entre lo ideal y lo real, que es más fuerte en las mujeres
que en los hombres.

Trabajo informal femenino; En los noventa, creció la participación femenina en el

trabajo mientras crecía el trabajo informal. La incorporación de las mujeres al trabajo
fue más rápida y fácil en el sector informal, sin derechos laborales, sin contrato de
trabajo y en condiciones precarias, mientras seguía con las tareas domésticas. (Sólo
las mujeres de clases privilegiadas podían contratar ayudantes de las clases más
pobres.)

Otra problemática era las Madres solas jefas de hogar, con una gran debilidad
económica; el embarazo a temprana edad, la feminización de los flujos migratorios
hacia los países centrales de la economía y su inserción en los circuitos alternativos
(industria matrimonial y del sexo, servicios domésticos y de cuidados, trabajo informal).

En el orden mercantil del capitalismo neoliberal individualista se considera a la

maternidad como un impedimento, y convierte a las mujeres en mano de obra barata y
precaria. Las mujeres de América Latina se incorporaron al trabajo durante el
siglo XX, pero el ingreso laboral de las mujeres en la región es el 70% del
masculino

El mercado mundial de trabajo muestra una creciente diferenciación entre una capa de
trabajadores mayoritariamente varones altamente cualificados con ingresos altos y una
“periferia” creciente excesivamente representada por mujeres e inmigrantes con
empleos no permanentes, bajo condiciones laborales precarias y con ingresos bajos e
inestables. Se muestra claramente cómo el trabajo de las mujeres, en especial el de
las mujeres pobres, se inserta en las “cadenas globales de cuidado”, que implican la
migración y transnacionalización del trabajo doméstico.

La feminización de la pobreza ha dado lugar a la “feminización de la

sobrevivencia”. La necesidad de simplemente sobrevivir hizo surgir el modelo de
trabajadoras flexibles, con capacidad de adaptación a horarios y a distintas tareas,
sustituibles por otra que acepte las condiciones de sobreexplotación. Los dos sistemas
como lo son, patriarcado y capitalismo neoliberal, pactaron nuevos y más amplios
espacios de trabajo para las mujeres. Migración laboral, tráfico y prostitución son, cada
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vez más, salidas forzadas en el mundo entero para la supervivencia de miles de

mujeres.

La autora observa que en las migraciones de indocumentados hay cada vez más
mujeres. Sobre las espaldas de estas mujeres vulnerables, se generan arquitecturas
no sólo para la sobrevivencia de sus hogares sino para la sobrevivencia de los
gobiernos. El trabajo subvaluado de mujeres migrantes de poca educación constituye
hoy la infraestructura concreta para el sector profesional estratégico de gestión de los
países centrales.

Son la calidad de vida y el uso del tiempo las realidades que delimitan desigualdades
entre las mujeres: “concretas y brutales desigualdades que el neoliberalismo fue
profundizando y construyendo entre nosotras, a lo que la crisis capitalista significa
para las mujeres que no tienen pan, ni trabajo, ni salud, ni educación, ni derechos, a
los sinuosos caminos en la conquista de mínimos avances legales, a los procesos a
través de los cuales los derechos, la mayor parte de las veces, lo son para pocas, y en
esa medida no son sino privilegios”

Marcela Lagarde (1999) postula que son tres las características identitarias de las
mujeres latinoamericanas de comienzos del siglo XXI: el sincretismo, la diversidad y la
transición:

 El sincretismo de género en condiciones neoliberales ha producido una

pauperización relativa y absoluta de las mujeres. Las ideologías neoliberales
descalifican la queja y la victimización de las mujeres y exigen éxito y disfrute
en el empeño. Muchas se sienten fallidas por no ser perfectas o no soportar la
carga.
 La diversidad se relaciona con la complejidad de la condición de género.
Resulta de la conjugación de estereotipos de ser mujer que cada una integra,
repele, desarrolla y modifica a lo largo de su biografía. En la lucha contra el
patriarcado, las modernas disidentes, las feministas, inauguraron un nuevo
horizonte cultural en América Latina; es una lucha por hacer que la modernidad
cumpla sus principios éticos en lo que respecta a las mujeres.

El feminismo latinoamericano contemporáneo, que se formó a partir de los setenta y

se fue desarrollando en los ochenta, es un movimiento de descontento con lo
“cotidiano” y respecto al “así son las cosas”, que saca a la luz la dominación y las
relaciones de poder en lo personal y privado, en las que se funda la dominación social.
El movimiento se fue conformando como un movimiento de oposición a la opresión
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patriarcal, que es también fundamento de la opresión social capitalista. El feminismo

como utopía y movimiento emancipador plantea unos cuantos desafíos a las ideas de
transformación, los valores que promueven y la visión de justicia y humanismo en la
que se basan.

El feminismo de los ´70

 Desde su mirada, la construcción de la identidad se producía a través de la

concienciación que fue una técnica fundamental alrededor de la cual se
construyeron los feminismos contemporáneos.
 Cuestiona la vida cotidiana y surgen organizaciones de mujeres que combaten
su subordinación, algunas definiéndose como grupos feministas y otras al
interior de partidos políticos y sindicatos.
 fueron acercándose en una visión subversiva de la dominación en lo cotidiano,
como base de la dominación sociopolítica, y buscando el cambio social.
 promovieron “la transformación de largo aliento, y un compromiso por unir las
luchas por la transformación de las subordinaciones de las mujeres con las
transformaciones de la sociedad y la política”
 Las feministas latinoamericanas lucharon por la recuperación de la democracia
y por su ampliación hacia el espacio privado. El feminismo latinoamericano no
se redujo a la pretensión de reparar una injusticia, sino que apuntó a una
reconsideración de la convivencia y la sociedad.

El feminismo de los ´80

 se van produciendo sucesivos reagrupamientos y cambios de visión; los

pequeños grupos de reflexión-acción se van transformando en organizaciones
académicas, se logra la penetración en instituciones gubernamentales y
algunas nuevas legalidades que contemplan demandas básicas
(democratización de la familia, protección laboral, etc.)
 Muchas ONG de mujeres se transformaron en una mano de obra económica y
flexible para llevar a cabo proyectos focales de asistencialismo
 El enfoque del empoderamiento surge a finales de los ochenta como respuesta
a las insuficiencias de los anteriores y puede resumirse en aumentar el reparto
y el acceso de las mujeres al poder, con especial énfasis en la mejora de su
posición social y aumento de la autoestima como persona. Mediante el mismo
se pretende fomentar una mayor autonomía física (sexual/fertilidad),
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económica (acceso y control de los medios de producción), política

(autodeterminación y participación en el poder) y sociocultural (identidad propia
y autorrespeto) de las mujeres

El feminismo de los ´90

 se enfrentaron a un movimiento “en transición” hacia nuevas formas de

existencia, que comenzaron a expresarse en diferentes espacios y con
distintas dinámicas: desde la sociedad civil, desde la interacción con los
Estados, desde su participación en otros espacios políticos o movimientos,
desde la academia, desde el llamado “sector cultural”
 Se elabora el concepto de “perspectiva o enfoque de género”, como carga
histórico-cultural, que tuvo la utilidad de visibilizar y hacer comprensible la
menor valoración de los roles femeninos en nuestras sociedades. La
perspectiva de género se aplica a las políticas públicas; se utiliza para analizar
las relaciones sociales.
 A partir de los noventa, se fueron manifestando dos vertientes en los
movimientos de mujeres: un feminismo profesional, de expertas, a la sombra
de convenios internacionales; y un “feminismo popular” (feministas socialistas,
mujeres cristianas y ex militantes de partidos de izquierda) que privilegió el
trabajo con las bases del movimiento amplio de mujeres

El feminismo latinoamericano de hoy está recuperando su verdadera emancipación

social. La participación de las feministas en las movilizaciones mundiales contra cada
una de las cumbres de gobiernos imperialistas, organizaciones multilaterales y otras
reuniones donde se definen, en gran medida, los destinos de la humanidad es un
hecho novedoso de los años recientes. Las feministas latinoamericanas están
reconociendo la diversidad de mujeres pobres, indígenas y negras, en las que la
colonialidad marcó una sumisión y discriminación más feroz.

La autora para finalizar plantea que

las mujeres fueron víctimas y luchadoras en esta sociedad, que no puede renovarse si
n saldar la deuda histórica de género.
La teoría feminista latinoamericana nos impulsa a crear un poder sin dominación y una
convivencia basada en la solidaridad y el cuidado humano para la vida. Cambiar nuest
ros objetivos sociales transforma nuestra visión del mundo: la lógica del beneficio se s
ubordina a la ética del cuidado. La sociedad debe organizarse según las necesidades
del cuidado, no las exigencias de la producción capitalista. Los horarios laborales debe
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n ajustarse a las necesidades domésticas. Los tiempos comerciales deben flexibilizars

e para adaptarse a las necesidades humanas, priorizando la sostenibilidad de la vida h
umana. El cuidado, las relaciones afectivas y personales, y los sentimientos son funda
mentales en la actividad humana, enriqueciendo las teorías y prácticas emancipatorias
. América Latina busca reducir la pobreza y construir una convivencia más humana. La
s mujeres hemos sido víctimas y luchadoras por una sociedad renovada que valore los
saberes femeninos ocultos. La teoría feminista latinoamericana nos impulsa a construir
un poder sin dominación y una convivencia basada en la solidaridad y el cuidado huma
no. El feminismo busca transformar las estructuras de dominación, luchando por la aut
onomía y la igualdad real de todas las personas en armonía con su entorno. Así, el fe
minismo latinoamericano se une a los movimientos sociales en una lucha emancipatori
a.