Ejecución de Un Proyecto
Ejecución de Un Proyecto
Ejecución de Un Proyecto
Se trata, por tanto, de la puesta en marcha de las actividades utilizando los recursos
previstos en la fase anterior con el fin de alcanzar los resultados y el objetivo
específico. También supone el contraste entre la actuación prevista y la capacidad
real de obtener las modificaciones deseadas.
Una vez que se cuenta con los recursos necesarios: - se readapta el proyecto en
función del dinero obtenido, - se firma un convenio de ejecución con la contraparte,
- se programan las actividades y la transferencia de recursos, - el representante en
el país realiza el seguimiento, - se elaboran los informes de seguimiento y finales.
Estos planes no sólo deben incluir qué cosas quieren hacerse y cómo; también
deben considerar las posibles restricciones, las consecuencias de las acciones y las
futuras revisiones que puedan ser necesarias.
El control del plan de acción tiene que realizarse tanto durante su desarrollo como
al final. Al realizar un control en medio del plan, el responsable tiene la oportunidad
de corregir las cuestiones que no están saliendo de acuerdo a lo esperado. En
cuanto al control tras su finalización, el objetivo es establecer un balance y confirmar
si los objetivos planeados han sido cumplidos.
Un ejecutivo o dirigente que se maneja sin un plan de acción perderá tiempo ya que
necesitará examinar cada paso para descubrir si marcha en la dirección correcta
Todo proyecto requiere de una etapa inicial de puesta en marcha que podemos
asociar a la fase de Organización, con los objetivos generales de:
Sin embargo y como paso previo, antes de llegar a este hito debemos haber
conformado nuestro equipo de proyecto. Pasaremos a ver en las siguientes
entradas la forma de integrar un equipo de trabajo eficiente o también llamado de
alto rendimiento.
En definitiva, las personas son casi siempre las claves del éxito y del fracaso.
Estas tres responsabilidades forman parte continua dentro de los pasos para el
desarrollo de un proyecto.
• Por otro, el del ajuste máximo entre la línea de decisiones, dirección y gestión, con
la de medios y recursos aplicados a la acción.
Una pieza clave para la correcta marcha del proyecto consiste en crear y poner en
marcha un mecanismo permanente de medición y evaluación interna tanto del
concreto funcionamiento del proyecto en su globalidad y en cada una de sus áreas
integradas. Esta auto-evaluación debe hacerse por aquellos que tienen el mayor
interés en que el proyecto salga adelante con el máximo de eficacia y rentabilidad
de recursos, es decir, los propios afectados y la ONG que lo implementa. Para ello
es fundamental que funcione bien un mecanismo de apreciación de todos las
aspectos y detalles del proyecto, pero muy especialmente:
- Claridad en cuanto a los principios sobre los que giran las decisiones organizativas
y de gestión del proyecto. (Aquí resultaría interesante realizar talleres y seminarios
para tratar estos temas).
• La coherencia de criterios.
• La valoración de resultados.
Bibliografía