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Capítulo 2
Maduración
psicomotriz
del niño normal
de 0 a 3 años
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Sociedad Argentina de Pediatría • Secretaría de Educación Continua
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Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
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PRONAP 2007 • Módulo No 2
PRONAP ´07
Dra. Liliana Czornyj
Pediatra. Neuróloga infantil. Médica principal del Servicio de Neurología del Hospital Nacional de
Pediatría “Prof. Dr. J. P. Garrahan”. Buenos Aires, Argentina. Ex-Presidente de la Sociedad Argentina
de Neurología Infantil (SANI)
Objetivos
Describir los principales eventos madurativos del niño de 0 a 3 años.
Identificar los ejes directrices de la maduración neurológica.
Explicar los reflejos arcaicos, su función y momento de extinción.
Reconocer las principales características y metas madurativas para cada uno de
los trimestres del primer año de vida.
Evaluar los logros más importantes del segundo y tercer año de vida del niño.
Manejar pautas de alarma relacionadas con el desarrollo del niño.
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Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
Esquema de contenidos
MADURACIÓN
NORMAL
s
s
s
s
PRIMER AÑO SEGUNDO TERCER AÑO CUARTO
DE VIDA AÑO DE VIDA DE VIDA AÑO DE VIDA
13m a 24 m 2 a 3 años 3 a 4 años
s
Primer trimestre.
Reflejos arcaicos
Segundo trimestre
Tercer trimestre
Cuarto trimestre
s
Evaluación de:
Motricidad fina
Motricidad gruesa
Lenguaje
Esfera psicosocial
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PRONAP 2007 • Módulo No 2
Introducción
El término maduración se utiliza con frecuencia. Se suele decir: “esta fruta ya está madu-
ra”; “el escritor maduró su idea” o “este joven es un inmaduro”. El diccionario define
maduración como el “desarrollo progresivo hasta alcanzar el estado óptimo (fru-
to, grano o semilla), acabado (de una obra) o adulto (animales)”.
El ser humano, dentro de este progresivo, largo y complejo proceso de alcanzar el estado
adulto, sufre profundas modificaciones que abarcan todos los sistemas de su organismo y
así podríamos hablar de maduración endocrinológica, ósea, inmunológica, psicomotriz,
psico-social o emocional, etc. Si nos referimos específicamente a la maduración psicomotriz,
podemos afirmar que se basa en una programación innata que obedece a cambios que
son biológicos pero que están modificados en forma constante por el entorno o hábitat.
De esta forma, los factores determinantes de la evolución neurológica del niño son tanto
genéticos como ambientales y estos últimos podrían sintetizarse en dos: la estimula-
ción y la nutrición.
Los dos primeros marcan el sentido de la mielinización del tracto córtico-espinal, piramidal
o motor que es el que determina el movimiento voluntario de todos los vertebrados. Este
proceso se inicia con el nacimiento y se completa durante el primer año de vida. Son
necesarios 3 meses para mielinizar el nivel cervical de la médula (hecho que le permitirá al
bebé adquirir el sostén cefálico) y otros tres meses para completar la mielinización dorso-
lumbar y lograr la sedestación independiente, cumpliendo con la ley de maduración céfa-
lo-caudal. Durante el tercer trimestre se mielinizarán progresivamente (de proximal a
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Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
distal), los plexos braquial y lumbosacro, permitiendo que el pequeño pueda gatear y
bipedestar. Al año, la mielinización del haz piramidal se habrá completado, alcanzando
las terminaciones nerviosas de los dedos de manos y pies, hecho que le permitirá al bebé
usar la pinza digital superior (oponiendo las yemas de los dedos pulgar e índice) y en los
miembros inferiores, junto con la pérdida del reflejo de prensión plantar, comenzar la
deambulación voluntaria e independiente.
Con respecto al tercer eje directriz, el recién nacido se encuentra regido por reflejos arcai-
cos de origen subcortical, la mayoría de los cuales desaparecerán al terminar el primer
trimestre de vida y el resto se desvanecerán progresivamente durante el transcurso del
primer año. El resultado de esta modificación es el pasaje del movimiento involuntario a
voluntario. En este momento, el niño logra completar el cuarto eje directriz, con el domi-
nio cortical de sus movimientos, totalmente imbricados con sus deseos en desarrollo.
Las áreas involucradas en el desarrollo psicomotriz del niño son: la motricidad gruesa, la
motricidad fina, el lenguaje y la esfera psico-social. Abarcando estas 4 áreas describire-
mos, a continuación, cada una de las etapas madurativas.
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PRONAP 2007 • Módulo No 2
Maduración normal
del primer año de vida
Durante este período, el niño pasa muchas horas del día durmiendo, diecinueve en total.
Ese largo y placentero sueño sólo se ve interrumpido por su necesidad más vital: comer.
Otras veces lo despiertan algunas molestias provocadas por el calor, frío o dolor y el displacer
de estar mojado o sucio. Así entra, rápidamente al estado de vigilia, anunciada la mayoría
de las veces por el llanto. En los breves ratos en que está despierto conoce al mundo, que
para esa época está reducido a su boca y la teta de mamá. Esta unión se realiza gracias a
la puesta en marcha de un complejo conjunto de reflejos orales cuya sinergia permite la
difícil pero vital tarea de la alimentación: el reflejo de los 4 puntos cardinales o de
búsqueda y el reflejo de succión-deglución.
Por otra parte, en decúbito dorsal y en vigilia, los movimientos del lactante son escasos
y desordenados durante todo el primer trimestre. Obedecen a cambios tónicos asimétricos
de los músculos del cuello y a los impulsos flexores y aductores que el niño va perdiendo
progresivamente a lo largo del primer año. Una reacción refleja lo obliga a estar todo el
tiempo con la cabeza hacia uno u otro lado, tanto en decúbito dorsal como ventral, man-
teniéndola en la línea media sólo durante el breve lapso que transcurre en el paso de la
misma de uno a otro lado. La extensión de los músculos del hemicuerpo hacia donde está
su cara predomina casi permanentemente. Toda esta postura descripta configura el refle-
jo tónico cervical asimétrico también conocido como “postura de esgrimista”, caracte-
rizada por la ubicación de los miembros superiores en esa típica posición. Así, quedará
definida la “mano mandibular” como la del miembro superior que se encuentra extendi-
do delante de la cara del bebé y la “mano nucal”, la del otro miembro superior, que estará
flexionado detrás de la cabeza.
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Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
Mientras tanto, las manos están siempre cerca de los hombros y cerradas, muchas veces
incluyendo el pulgar entre los dedos, pero no en forma constante ni enérgica. Están cerra-
das en forma refleja y si están abiertas vuelven a cerrarse instantáneamente cuando cual-
quier objeto roza las palmas. Se trata del reflejo de prensión palmar. Su intensidad es
máxima en el recién nacido, lo que le permite quedar sostenido firmemente de los pulga-
res que le ofrece el examinador, soportando así todo el peso de su cuerpo. Se extingue
progresivamente hasta desaparecer al finalizar el trimestre.
Por otra parte, teniendo al bebé en decúbito dorsal, se puede aprovechar el reflejo
de prensión palmar para incorporar al pequeño, como si se intentara sentarlo. En
esta maniobra se puede observar que sólo el tronco acompaña el movimiento, mien-
tras que la cabeza cae péndula hacia atrás, con hiperextensión del cuello. Es el “head
lag” de la literatura inglesa. Recién hacia la finalización del tercer mes la cabeza co-
menzará a acompañar este movimiento, cuando aumente el tono de los músculos
flexores del cuello.
En otro orden de cosas, dado el predominio reflejo de su postura asimétrica, el niño pasa
el tiempo que está despierto observando la mano cerrada (reflejo de prensión palmar)
que tiene frente a sus ojos, mientras que la otra se encuentra aislada, siempre detrás de su
cabeza. Esta situación seguramente lo obliga a elaborar la idea equivocada de que tiene
una sola mano. Más aún, probablemente sienta que él es sólo un conjunto de sensaciones
(unas placenteras y otras no), una boca, una teta (la materna) y una mano, a la que por
cierto conoce muy bien, ha utilizado para ello todo el material del que dispone: sus labios,
su boca, su lengua y su posibilidad refleja de tocarla y succionarla. Es la respuesta a un
reflejo arcaico, el reflejo de búsqueda o de los 4 puntos cardinales, que consiste en
la apertura bucal cada vez que la mano roza los labios. La boca es, así, un elemento funda-
mental en la maduración del niño. Por ella entra no sólo el alimento, y el conocimiento de
su cuerpo, sino también el mundo. Seguramente no sea una casualidad su extensa repre-
sentación cortical cerebral, sensitiva y motora, desproporcionada con respecto a las otras
partes del cuerpo. Este fenómeno sólo se puede comparar con lo que sucede con la mano
y en particular con la representación del pulgar.
Hacia la finalización del primer trimestre, con la pérdida progresiva del reflejo de prensión
palmar, la mano se abrirá y se presentará ante los ojos del pequeño, majestuosamente
grande y movediza: al fin se habrán liberado los deditos del bebé, que serán a partir de
ahora inquietos y curiosos.
El lactante del primer trimestre realiza muy pocos movimientos activos con sus ojos: lentos
desplazamientos hacia la luz suave o brusca oclusión de los párpados cuando es intensa. A
partir del mes se instala la fijación ocular. De aquí en más, durante la vigilia, tratará de
observar todo lo que lo rodea, bastante poco gracias a la posición de decúbito dorsal en la
que generalmente se encuentra: el blanco cielorraso, la lámpara colgante y los barrotes
de la cuna cuando abusa de su postura asimétrica. Otra parte de su breve tiempo de
vigilia lo pasa mirando a su mano mandibular.
En el primer trimestre, la visión del lactante es muy pobre. La agudeza visual es de 1/20
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PRONAP 2007 • Módulo No 2
durante los primeros días de vida y de 1/10 a los tres meses, suficiente para visualizar
caras. Durante los primeros días de vida sólo percibe el blanco y el negro. Al tercer día
de vida, ya puede distinguir el rostro de su madre, basado en su contorno y la línea del
pelo, pero no en los rasgos faciales. A los dos meses comienza una discriminación más
sofisticada de los mismos. Este hecho implica una reorganización en los sistemas de
procesamiento de la información visual, probablemente basada inicialmente en estruc-
turas subcorticales, y luego en la corteza fusiforme, como lo señalan estudios de neuro-
imágenes funcionales. Entre el segundo y tercer mes de vida, el lactante comienza a
tener alguna percepción del color.
Mientras va madurando el aparato visual, pasa algo similar con el lenguaje. A partir del
segundo mes, aparece su primera expresión que es el “ajó” o sus equivalentes: “ajjjj” o
“jjjjjj”. Todos tienen el mismo valor semiológico y marcan una etapa fundamental en el
inicio de la comunicación verbal.
También para esa fecha, el pequeño pierde la llamada “sonrisa del ángel” que emite
involuntariamente cuando está durmiendo, y que en el RN se produce aproximadamente
cada 10 minutos. Se trata de una sonrisa “endógena” dado que pudo ser observada en RN
anencefálicos, cuyas autopsias demostraron la indemnidad del tronco cerebral, incluyen-
do los núcleos motores de los nervios facial y trigémino, hecho que señala el origen
subcortical de este reflejo. El control cortical de este “simpático gesto”, permitirá al niño
a partir de ese momento, sonreír voluntariamente como respuesta a la aproximación del
rostro humano.
Entre los dos y tres meses de edad, el lactante recién podrá comenzar a reconocer un evento
experimentado en el pasado inmediato. Este hecho puede demostrarse con el “Visual Paired
Comparison Test” (VPCT). La prueba consiste en mostrarle al bebé, por unos instantes, un
objeto atractivo (esfera roja) y luego retirarlo de su vista por unos 10-15 segundos. Final-
mente, se le vuelve a mostrar el mismo objeto y otro más en forma simultánea. El niño se
quedará atento y atraído sólo por el objeto desconocido. Esta conducta marca el inicio del
desarrollo de la llamada “memoria de trabajo”. La prueba ha sido reproducida exitosamente
en monos, en los que la ablación experimental del hipocampo provocó la pérdida de esta
respuesta. Llamativamente, la densidad sináptica en la capa molecular del gyrus dentado
del hipocampo tiene niveles semejantes al adulto en el momento del nacimiento, y el pri-
mer trimestre de la vida es el período de mayor crecimiento de esta estructura cerebral que
está directamente relacionada con la memoria.
Al finalizar el tercer mes adquirirá su primer gran hito motor: el sostén cefálico y comen-
zará a ver al mundo en posición vertical.
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Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
Reflejos arcaicos
Los reflejos arcaicos son reacciones automáticas desencadenadas por estímulos que im-
presionan diversos receptores. Tienden a favorecer la adecuación del individuo al ambien-
te. Enraizados en la filogenia, provienen de un pasado biológico remoto, y acompañan al
ser humano durante los primeros meses de vida.
A medida que avanza la maduración del sistema nervioso, los estímulos van provocando
respuestas menos reflejas y comienza a vislumbrarse el sello del componente cortical.
Muchos de los reflejos arcaicos se obtienen por estímulos aplicados sobre zonas cutáneas
(reflejos superficiales), otros responden a cambios del tono muscular (reflejos
posturales). En la Tabla 1 se enumeran los reflejos arcaicos de relevante utilidad
semiológica por la facilidad de su obtención y el momento en que se extinguen, hecho
que facilita al profesional determinar la edad madurativa del niño examinado y, por lo
tanto, también la existencia o no de un retraso madurativo.
4) Reflejo de los 4 puntos cardinales o de búsqueda: Junto con los reflejos de suc-
ción y deglución forma parte de los llamados reflejos orales, que constituyen una comple-
ja sinergia que persigue como fin común, posibilitar el acto alimentario. Es un reflejo
superficial y consiste en la orientación selectiva de los labios y la cabeza hacia el sitio
donde se aplica una suave estimulación con la yema del dedo sobre algún punto de los
labios, produciendo la inmediata apertura bucal y la movilización del los labios del bebé
hacia la zona del estímulo con la postura acanalada de la lengua para iniciar la succión. El
dedo del examinador estará actuando como si se tratara del pezón, la tetina o el chupete.
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Dado que el hambre facilita la obtención de respuestas positivas, el niño no debe estar
saciado en el momento de la prueba. Se extingue entre el 5˚ y el 7˚ mes de vida.
- Tabla 1 -
Principales reflejos arcaicos y edades de extinción
Mano/boca 4 meses
Reptación 3 meses
Landau 2 años
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Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
6) Reflejo de ojos de muñeca japonesa: Durante el primer mes, en vigilia, los ojos
del lactante ocupan el centro de las aberturas palpebrales. Si estando acostado en
decúbito dorsal el examinador rota su cabeza hacia un lado, los globos oculares no
acompañan dicho movimiento y parecen desplazarse en sentido inverso, quedando en
el ángulo del lado en el que se inició el movimiento, recuperando su posición central
luego de unos instantes. Este reflejo obedece a mecanismos propioceptivos de proba-
ble origen laberíntico. Se atenúa rápidamente a partir del décimo día para ser reem-
plazado definitivamente al mes de vida por la fijación ocular. Este momento define la
culminación de la etapa motriz en el desarrollo de la visión para dar lugar a la etapa
sensorial de la misma.
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Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
so. Al retirar la mano que sostiene la cabeza, la misma caerá hacia atrás iniciando simul-
táneamente los dos reflejos.
El reflejo de Moro se produce por la existencia simultánea de dos procesos: la excitación
de los canales semicirculares (al desplazar repentinamente la cabeza) y el estímulo
propioceptivo del cuello (cuando la cabeza modifica su posición con respecto al eje del
tronco, al dirigirse súbitamente hacia atrás, con el aumento del tono de los músculos
extensores del cuello). El reflejo de los brazos en cruz existe en el feto y en el prematuro
a partir del sexto mes. Es muy útil semiológicamente pues pone en evidencia precozmente
las asimetrías corporales secundarias a paresias, ya sean de origen cerebral (encefalopatías)
o periféricas (parálisis braquiales obstétricas).
El reflejo de Moro existe en el recién nacido y se mantiene hasta el tercer mes. Luego,
comienza a atenuarse paulatinamente hasta desaparecer por completo entre el cuarto y
el sexto mes. Su desaparición temprana no tiene ninguna connotación. Por el contrario,
tanto su intensidad exagerada como su prolongación más allá del sexto mes son siempre
patológicas. El reflejo de Moro inferior persiste unas semanas más que el superior, mar-
cando una vez más el sentido céfalo-caudal de la maduración.
11) Reflejo mano-boca o de Babkin: Se obtiene estimulando con los pulgares las pal-
mas de las manos del lactante. Como respuesta, el niño lleva su cabeza hacia la línea
media y abre su boca. La respuesta es más notable cuando el bebé tiene hambre. Está
presente en el RN y se va atenuando en forma progresiva hasta desaparecer en el cuarto
mes de vida, momento en el que se define la coordinación sensorio-motriz entre las ma-
nos, la vista y la boca.
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RN y comienza a atenuarse a partir del segundo mes, en el que desaparece su fase extensora.
La respuesta de la triple flexión desaparece al finalizar el segundo trimestre.
16) Reflejo de reptación: Se obtiene en decúbito ventral, apoyando las palmas del ob-
servador sobre las plantas de ambos pies del niño, imprimiéndole un ligero impulso en
dirección cefálica. Como respuesta, el bebé se impulsa hacia adelante, con un movimiento
de triple flexión de los miembros inferiores, con apoyo en ambas rodillas, arrastrando el
tórax y el abdomen. Desaparece a los 3 meses, un poco después que el reflejo de marcha.
Tiene un fuerte valor clínico pues su persistencia después del tercer mes, acompañada de
tono muscular aumentado e hiperreflexia, es patológica.
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Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
En síntesis, podemos decir que las características y metas más importantes del primer tri-
mestre son:
Características:
Sueño prolongado-vigilia muy breve.
Actividad fundamental: la mamada.
Postura asimétrica.
Elevado tono muscular.
Intensos impulsos flexores y aductores.
Conducta regida por reflejos arcaicos.
Movimientos escasos y aparentemente desordenados.
Llanto ante cualquier “necesidad interna” o estímulo nocioceptivo externo.
Opistótonos fisiológico.
Angulo poplíteo= 90˚.
Metas:
Fijación ocular.
Sonrisa social.
Lenguaje inicial: ajó.
Pérdida de la mayoría de los reflejos arcaicos.
Adquisición de una postura simétrica.
Pérdida de la prensión refleja e inicio de la prensión voluntaria.
Sostén cefálico.
Adquisición del ritmo circadiano.
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dolo por las manos, la cabeza ya no cae hacia atrás sino que acompaña suavemente el
movimiento. Muestra gran interés por el rostro humano y en una real reciprocidad, inicia
la sonrisa social. El hipertono muscular que lo dominó durante los meses anteriores dismi-
nuye considerablemente. El ángulo poplíteo de 90˚ que inicia el trimestre se irá amplian-
do hacia el final del mismo hasta alcanzar los 120˚. Esto le permitirá, en decúbito dorsal,
ver pasar a sus rodillas e intentará alcanzarlas con sus manos.
Al comenzar el segundo trimestre, siempre en decúbito dorsal, el niño lleva ambas manos
a la línea media, las junta, las toca entre sí, las vuelve a separar y las vuelve a unir. Las lleva
juntas a la boca y las tiene allí mucho tiempo. Las succiona una y otra vez, en un incesante
proceso de reconocimiento. Durante el segundo trimestre tiene más tiempo para apren-
der pues tiene más horas de vigilia que en el trimestre anterior. El haber perdido la prensión
refleja y el reflejo TCA le permiten largos recorridos de sus manos por el tórax primero,
luego por el abdomen, los genitales y también las rodillas. Aprovecha para ello los mo-
mentos en que está desnudo, en decúbito dorsal, esperando que lo cambien o lo bañen. Y
así amplía significativamente la “idea” de su esquema corporal.
Mientras está sentado en el baby-sit, cuando tiene algún colgante sujeto a la sillita ya
no lo mira solamente, también lo toca y cada vez que quiere lo toma. Este proceso
comenzó un mes atrás, al acercarle un sonajero o un juguete de goma. Al principio,
coexistían la prensión refleja y la voluntaria, pero ninguna de las dos cumplía con el
objetivo de tomarlo. El niño miraba al objeto. Luego comenzaba a agitar vivamente sus
brazos, sin dejar de mirarlo. Entonces comenzaba a babear, sin sacar la vista del punto
de su objeto de interés, todo acompañado por una aceleración del ritmo de los latidos
de su corazón. Y allí terminaba todo, sin haber conseguido tomar el objeto. Sin embar-
go, viendo la escena nadie dudaría que el primer paso de la prensión voluntaria ya
estaba dado: la idea, el pensamiento: “quiero agarrarlo”. De ahí a obtenerlo sólo debe-
rá perder definitivamente la prensión refleja y practicar, a voluntad, unos días más,
mejorando progresivamente la técnica.
Por otra parte, la pérdida de la marcha automática hace que el bebé del segundo
trimestre pase alrededor del 5˚ mes, por un período conocido como “astasia-abasia”.
Durante el mismo, si el examinador toma al niño por el tórax (a la altura de las axilas)
con ambas manos, e intenta apoyar las plantas de sus pies sobre la camilla, el bebé,
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Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
lejos de hacerlo, retira los miembros en triple flexión, manteniendo ambos pies como
recogidos en el aire. Este fenómeno se mantendrá por aproximadamente dos meses.
Desaparecerá con el apoyo voluntario para el inicio de la marcha definitiva. Sin em-
bargo, si alguien entrena al niño a partir del momento en que pierde la marcha auto-
mática, tomándolo de la manera arriba descripta e imprimiéndole al tronco un movi-
miento vertical hacia arriba y hacia abajo en forma alternante, el bebé contestará con
un rebote repetido de ambos pies al contactar con el plano de apoyo. Esta ejercitación
lo hará entrar así, sin transición alguna, a la etapa del “saltarín” sin pasar previamen-
te por la de astasia-abasia.
Durante este trimestre el niño aumentará el tono de sus músculos paravertebrales, lenta
pero progresivamente hasta pasar de tener una fuerte curvatura lumbar durante el cuar-
to mes a la rectificación del tronco hacia el fin del trimestre. Este es el motivo por el cual
requiere el apoyo de las dos manos para su sedestación inicial (trípode bimanual) y más
tarde, sólo de una de las manos (trípode monomanual). Recién al finalizar el trimestre
conseguirá sentarse sin apoyo. Algunos niños lo logran en este período y otros deberán
esperar a la iniciación del siguiente. En el momento que lo consigan, sea en uno o en otro
trimestre, tendrán la posibilidad de tener libres sus manos en la posición sedente. Así,
estarán en condiciones de investigar con ambas manos al objeto tomado, pasándolo de
una a otra cuantas veces sean necesarias. Como contrapartida, estas manos no jugarán
ningún rol en la maniobra del reflejo del paracaidista. Si el examinador toma al pequeño
por el tórax, a la altura de las axilas (boca abajo) y acerca su cara al plano horizontal de la
camilla, el niño no responderá al estímulo de ninguna manera. Deberá transcurrir un mes
más para poder defender su cabeza con las manos. Mientras esto no ocurra no estará
preparado para su primer traslado independiente: el gateo.
Entre el cuarto y el sexto mes, es muy agradable escuchar al bebé en sus nuevas mani-
festaciones del lenguaje: los gorjeos, los sonidos guturales y las carcajadas que apare-
cerán rápidamente ante los agradables estímulos táctiles que mamá sabrá ofrecer. El
bebé podrá entablar con ella el primer “diálogo verbal”, especialmente cara a cara.
Las vocalizaciones de estos meses, los sonidos guturales que emite, junto con el ajó
son los sonidos más profundos, internos y laríngeos que pronunciará. A medida que
transcurra el tercer trimestre esos mismos sonidos se harán más ascendentes, pasarán
por la faringe, la boca y la lengua con el ta-ta, da-da, para terminar en los labios con
el ma-ma, pa-pa del próximo trimestre, respetando la secuencia madurativa directriz
de proximal a distal.
El reflejo de Moro comenzará a atenuarse a partir del cuarto mes, para desaparecer pau-
latinamente hacia la finalización del sexto mes. El trimestre finalizará con la atenuación
de los reflejos orales primero y de defensa plantares después. También irá borrándose la
astasia-abasia. Todos desaparecerán lentamente y por completo al iniciarse el próximo
trimestre. Si esta secuencia de eventos persiste y está acompañada de signos piramidales:
hipertonía, hiperreflexia patelar, aumento del área reflexógena o policinesia, el conjunto
de estos datos estarán señalando inequívocamente que el lactante tiene alguna patolo-
gía del sistema nervioso central, que sin demoras se deberá estudiar.
En síntesis podemos decir que las características y metas más importantes del segundo
trimestre son:
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PRONAP 2007 • Módulo No 2
Características
Postura simétrica.
Pocos reflejos arcaicos.
Sostén cefálico definitivo.
Prensión voluntaria.
Gran interés por el rostro humano.
Vocalizaciones y gorjeos.
Carcajadas.
Descubrimiento de nuevas partes del cuerpo (miembros superiores, tronco, abdomen,
rodillas y genitales).
Trípode bimanual.
Astasia-abasia.
Metas
Balconeo.
Pérdida de los automatismos orales.
Adquisición de la succión-deglución voluntaria.
Pérdida de reflejos de defensa plantares.
Trípode monomanual.
“Rolar”.
Esbozo de la sedestación sin apoyo.
Pasaje de un objeto de una a otra mano.
A esta edad ya puede tomar objetos más pequeños, pronando cada vez más su mano
hasta utilizar definitivamente su borde radial, usando especialmente el dedo índice y el
pulgar. Ubicará a ambos dedos en el mismo plano y los moverá como si se tratara de una
llave francesa, abriéndola y cerrándola hasta aprisionar el colorido e interesante juguete.
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De esta manera, habrá logrado la pinza digital inferior y nos estará señalando, sin saber-
lo, el adecuado desarrollo de su inteligencia.
Durante el primer año de vida no existe mejor indicador de este hito que el manejo
de la mano.
También en decúbito ventral, a partir de esta fecha comenzará a adoptar una nueva
posición: la de oso o postura en cuatro patas, que lo iniciará en el próximo progreso
motor: el gateo. Mientras tanto, progresa su lenguaje: ta-ta; da-da-da-; ma-ma-ma-ma;
pa-pa-pa-pa; el niño ha iniciado el silabeo, primero con consonantes linguales y luego
con las labiales.
En decúbito dorsal, desnudo, puede investigar su cuerpo. Su tono muscular ha disminuido
más y el ángulo poplíteo llega a los 150˚ al finalizar el trimestre. Esto le permite alcanzar
sus piernas y sus pies con las manos, recorrerlos incansablemente hasta incorporarlos a su
esquema corporal.
A los siete meses aparece el único reflejo que, a diferencia de los demás, se instala para
quedarse toda la vida: el paracaidismo. Se trata de una compleja sinergia que intenta
preservar la cabeza de posibles golpes, al iniciar la deambulación más primitiva: el gateo.
El examinador lo podrá poner en evidencia al tomar al niño por el tórax, con ambas ma-
nos, con el bebé boca abajo y acercándole la cabeza al plano de la camilla. El niño inme-
diatamente extenderá sus brazos tratando de impedir que su cabeza contacte con ella. La
maniobra, como todas, deberá ser suave y delicada y no provocar temor con el consi-
guiente llanto del pequeño.
Durante este trimestre se produce una gran proliferación sináptica y una “poda” axonal,
como lo demostrara Huttenlocker en cerebros humanos. Esto genera un incremento
metabólico cortical detectado por tomografía por emisión de positrones (TEP). Además,
el hipocampo alcanza el tamaño del adulto. La memoria de trabajo a esta edad, puede
ser estudiada mediante la prueba del “Error A no B” de Piaget. La misma consiste en la
presentación al lactante de dos tazas, colocando en la taza “A” un objeto. Luego de
unos segundos se le permite al lactante alcanzar las tazas con sus manos. El niño llevará
su mano a la taza que contiene el objeto escondido dentro y se repite la operación por
segunda vez. En una tercera oportunidad, el objeto es colocado en la taza B a la vista
del lactante. Pero, a pesar de haberlo visto, el niño se equivoca, y sigue buscando el
objeto en la taza A. Este “Error A no B”, evidencia una conducta mediada por la memo-
ria y no por la respuesta a la observación directa del hecho.
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PRONAP 2007 • Módulo No 2
térgicas, con las interneuronas inhibitoras gabaérgicas, son una clave en la formación
de la memoria. Esta unidad excitatoria-inhibitoria, es a su vez regulada por la dopamina
(sobre las dendritas de las neuronas piramidales excitatorias de la corteza prefrontal)
y la serotonina (sobre las dendritas de las interneuronas inhibitorias).
El nivel de expresión de los receptores dopaminérgicos tipo D1, parece regular se-
lectivamente la memoria de trabajo, y ejercer un rol clave en el control de las funciones
ejecutivas.
En síntesis, podemos decir que las características y metas más importantes del tercer tri-
mestre son:
Características
Pérdida de la “astasia-abasia”.
Etapa del “saltarín”.
Adquisición de la sedestación sin trípode.
Pasaje de objetos de mano.
Alimento a la boca.
Descubre los genitales en la posición sedente.
Visualiza sus pies.
Se interesa por los objetos grandes.
Inicia la “reptación” voluntaria.
Disminución del tono muscular: ángulo poplíteo= 150˚.
“Angustia del octavo mes”.
Metas
“Reacción del paracaídas”.
“Postura de oso”.
Pinza digital inferior.
Silabeo.
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Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
y la red cortical que completan su mielinización alrededor del 10˚ mes de vida, mo-
mento en que la presencia de extraños o la separación de “mamá” conmueven pro-
fundamente al niño.
Por otra parte, el tono muscular irá disminuyendo hasta que el ángulo poplíteo alcan-
ce los 180˚. Estando en decúbito dorsal y desnudo podrá llevar los pies a la boca y
chuparlos durante largos ratos. Completará así su esquema corporal usando la boca
como lo hiciera meses atrás para conocer sus manos, y sus deditos inquietos rozarán el
abdomen, tocarán los genitales y buscarán reiteradamente las rodillas. Una vez bien
conocidas todas las partes de su cuerpo, éste dejará de ser el centro de su atención y
comenzará a ser mucho más atractivo el mundo circundante. Ahora, lo podrá investi-
gar con facilidad, dado que adquirió el rolar definitivo, aprendió a pasar de decúbito
dorsal a la posición de sentado y desde esta posición también aprendió a inclinar su
tronco hacia adelante, extendiendo su brazo y su manito, hasta alcanzar el juguete
lejano e inició el gateo. No todos los niños lo hacen de la misma manera, la gran
mayoría prefiere el “gateo convencional” en cuatro patas. Otro grupo “repta”, arras-
trando el abdomen y apoyando los antebrazos a modo de soldado en combate. Existe
otro que se dedicará a conocer el mundo sentado, arrastrando la cola, impulsándola
hacia delante, es el “gateo de cola o de nalgas”. Habrá todavía un último grupo que
no gateará nunca, por una de estas dos circunstancias: porque nunca querrá o porque
mamá nunca lo dejará. Por lo tanto, la falta de gateo no puede tomarse en cuen-
ta como parámetro de retraso madurativo. De hecho, muchos niños normales
nunca han gateado.
El bebé logra la bipedestación con apoyo al cumplir los 10 meses, y poco después, intenta-
rá deambular apoyándose en los barrotes de la cuna, en la baranda del corralito o en los
muebles más bajos. Para alcanzar la marcha independiente, deberá cumplir con varias
etapas en cada una de las cuales invertirá aproximadamente 15 días: sostenido de las
axilas primero; llevado de las dos manos después; llevado de una sola mano y finalmente
aferrado a un dedo de su circunstancial acompañante.
Entre los 10 y los 12 meses practica el “tomar-soltar” en forma voluntaria, que final-
mente se convertirá en automático. Es éste un importante progreso motor e intelec-
tual. Tiene connotaciones psicológicas y sociales. Soltar no significa dar, pero es la
etapa previa. El niño suelta porque ya puede hacerlo y porque quiere hacerlo. Y así,
sentado en la silla alta, descubre un fenómeno fascinante: no sólo se le caen algunas
cosas, ahora puede tirar objetos a voluntad. De aquí en más, los arrojará desde lo alto,
los mirará caer, escuchará el ruido que producen. Pero lo más divertido será descubrir
que vuelven, tantas veces como sea necesario. Siempre habrá algún familiar dispuesto
a recogerlos. Es una hermosa manera de comprender la idea de profundidad. Pero es,
también, sencillamente divertido. Esta etapa se la conoce como “etapa del tirador” y
marca muy bien la aproximación del año de edad. Es alrededor de ese tiempo cuando
se concreta, además, el aprendizaje de las “gracias”, verdaderos juegos de imitación
(reproducción de patrones motores novedosos): “chau”, “qué linda manito”, “besi-
tos”, “aplaudir”, etc.
82
PRONAP 2007 • Módulo No 2
Con respecto al lenguaje, alrededor de los 10 meses termina su expresión refleja propia-
mente dicha y, por condicionamiento, comienza el lenguaje simbólico, con la pronuncia-
ción con sentido de las primeras sílabas labiales: ma ma má, pa pa pá, ba ba bá. Llamativa-
mente han sido siempre las mismas, a la misma edad y en todas partes del mundo. La
unión de dos sílabas iguales y su práctica sostenida, le permitirán identificar para siempre
las primeras palabras-frase: mamá y papá. Para esta edad, el lenguaje comprensivo del
niño es, sin lugar a dudas, mucho más importante que el expresivo.
Desde el inicio del último trimestre, el niño va enriqueciendo sus actividades manuales.
Ejercita la prensión bimanual y simétrica a un nivel superior: golpetea ambas manos, gol-
pea los juguetes contra la mesa, golpea entre sí los juguetes que sostiene en cada mano,
es el llamado “juego de aposición”.
Mientras tanto, las funciones de la mano se perfeccionan día a día. De la pinza digital
inferior del trimestre anterior pasará a otro tipo de pinza, donde comienza a advertirse la
oposición del pulgar. Al principio es imperfecta porque utiliza el borde lateral de las dos
falanges distales del índice flexionado y no la yema del dedo. Sin embargo, es una etapa
más avanzada que la pinza digital inferior y le permite tomar objetos más pequeños que
en el trimestre anterior. Mientras tanto, el índice madura y se prepara para su función
fundamental en la pinza digital superior: oponer su yema con la del pulgar. Por ahora, se
encarga de dirigirse hacia el pequeño objeto deseado y “señalar” o “indicar” antes de
tomarlo. Toca, hurga, explora. Alrededor de los once meses, el niño ya utiliza la pinza
digital superior. Ha logrado el hito más importante de la evolución animal: la oposición
del pulgar, enfrentado al pulpejo del dedo índice. Entre las yemas de esos dos dedos
podrá, de aquí en más, tomar incansablemente las miguitas de la mesa y todos los objetos
pequeños que se le ocurran, tanto los deseables como los indeseables, que tendrá que
aprender a discriminar.
El interés del niño por la alimentación ha aumentado considerablemente. Esto tiene que
ver con su apreciación de que puede participar en forma activa y muy divertida con el acto
de comer. Puede meter la mano en el plato, tocar y desmenuzar la comida, puede llevar el
puré a la boca, tirarlo y ver dónde cae o cómo cae. También aprenderá que puede inter-
ceptar el camino de la cuchara a su boca o que puede tomar la cuchara y golpearla contra
el plato. Finalmente, logrará llevar la comida a la boca y comer. Algunos niños hábiles
manuales, muy estimulados y con mamás que comprenden la importancia del “juego de
la comida” logran hacerlo en forma independiente al cumplir el año. También, es en este
trimestre que el niño aprende a decir no con la cabeza cuando no quiere comer más. Este
gesto es solidario con el cierre hermético de los labios, los que se mantienen inmutables
ante cualquier súplica.
En síntesis, podemos decir que las características y metas más importantes del cuarto tri-
mestre son:
Características
Disminuye el tono muscular: ángulo poplíteo hasta 180˚.
Bipedestación.
Deambulación, pasando por diferentes etapas:
1˚) tomado de objetos,
2˚) llevado de las axilas,
3˚) llevado de ambas manos,
4˚) llevado de una mano,
5˚) llevado de un dedo,
6˚) marcha independiente.
83
Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
Lenguaje: palabra-frase.
Etapa de “tirador”.
“Gracias” sociales: ¡chau!, ¡qué linda manito!, tirar besos, aplaudir, “caritas”.
Amplio interés por lo que sucede alrededor.
“Dar o entregar” cuando se lo piden.
Metas
Gateo.
Bipedestación con y sin apoyo.
Deambulación.
Primeros bisílabos.
Pinza digital superior.
Alimentación independiente con cuchara (rudimentos).
Conocer el mundo.
Modificar su entorno.
En resumen, casi sin darnos cuenta, el niño ha llegado a la finalización del período más
rico del desarrollo psicomotor humano. Seguramente nunca más aprenderá tanto el hom-
bre en doce meses como en su primer año de vida. Ha pasado de ser totalmente depen-
diente y reflejo a poder desplazarse solo y modificar con su voluntad y sus manos el mun-
do que lo rodea. Ha conseguido alimentarse solo, lo que le permitirá en forma progresiva,
separarse de mamá. Ha comenzado a comprender un lenguaje gestual y otro simbólico. Y,
también, ha aprendido el gesto más sublime que todo hombre debe tener para los demás,
la esencia de la vida: el dar.
Para completar nuestro panorama global de las profundas modificaciones madurativas que
sufre el niño durante su primer año de vida, no podríamos finalizar este apartado sin hacer
mención a ingeniosos métodos de investigación clínica que han hecho posible develar algu-
nas de sus capacidades más interesantes. Se trata de métodos que emplean diferentes técni-
cas tales como las de: “habituación-deshabituación”, “preferencia por el estímulo nuevo”,
“chupeteo de gran amplitud”, “monitoreo de movimientos oculares”, etc. El aporte de
nuevas tecnologías ha permitido complementar algunos de estos procedimientos, como las
imágenes funcionales: tomografía por emisión de positrones (TEP), resonancia magnética
nuclear funcional (RMNf), topografía óptica, el mapeo de potenciales evocados auditivos
de tronco, la magneto encefalografía, etc., y han servido para una mejor y más acabada
comprensión de las capacidades neurocognitivas del lactante, como la visión-percepción, el
lenguaje, la atención-conexión, la memoria y los precursores de las funciones ejecutivas.
Con respecto a la visión-percepción, hoy se sabe que en los primeros 6 meses de la vida
se incrementan tanto el campo como la agudeza visuales, aumenta la sensibilidad a los
contrastes cromáticos y a los cambios de orientación de un objeto, como así también la
captación de la velocidad y dirección del movimiento. Actualmente sabemos que antes de
los 6 meses los niños son más competentes de lo que creíamos y son capaces de discriminar
con precisión los límites entre objetos y el espacio tridimensional. Ya se ha demostrado
cómo niños entre 2 y 5 meses de edad adquieren la capacidad de anticipar cambios en una
presentación móvil.
84
PRONAP 2007 • Módulo No 2
Con respecto a la memoria, a los 2 meses un niño puede aprender a reconocer una se-
cuencia de luces en movimiento, lo suficiente como para anticipar el paso siguiente. Entre
los 7 y 10 meses puede recordar la ubicación de un objeto escondido después de un corto
lapso de tiempo; lactantes de 9 meses pueden reproducir una acción novedosa después de
24 horas y cuando cumplen el año pueden hacerlo luego de un mes.
Por último, debemos señalar la aparición de los precursores de las funciones ejecutivas
a lo largo del primer año de vida. Las mismas asientan en la corteza prefrontal que está
constituida por neuronas con capacidad de procesamiento multimodal. Su maduración
sigue un proceso más lento que el resto del cerebro y se completa recién al final de la
85
Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
Existe otra experiencia realizada en lactantes pequeños aún más impactante, referida por
Meltzoff y Borton: se les presentan dos superficies, una de textura rugosa y otra lisa.
Mientras, se les da (por separado) un chupete rugoso y otro liso. Cuando están con el
chupete rugoso tienden a mirar más tiempo a la superficie rugosa, mientras que con el
chupete liso dirigen su atención a la superficie de iguales características. Esta experiencia
sugiere la puesta en juego de una asociación intermodal entre una percepción visual y
una sensación cinestésica, tal vez precursora del procesamiento multimodal que sólo las
cortezas terciarias (de maduración mucho más tardía) son capaces de producir. De todos
modos, es probable que en estos ejemplos, los niños estén empleando estructuras neurales
más simples y de menor evolución ontogenética, que les resultan suficientes para el nivel
funcional de esta etapa, las que serán gradualmente reemplazadas por otras más
sofisticadas a medida que avanza su maduración y la complejidad de las tareas que las
requieren. Así, en la prueba de respuesta diferida y “A no B” el niño pequeño puede estar
empleando estructuras subcorticales como el núcleo dorso medial del tálamo que, sabe-
mos cumple funciones mnésicas de aprendizaje nuevo y que a lo largo de la maduración
activará sus conexiones con la corteza prefrontal. Los cambios en el funcionamiento y en
su rendimiento dependerán no sólo de la maduración de regiones específicas del cerebro
sino también de una mayor integración de circuitos neuronales incorporados a lo largo
del tiempo en creciente complejidad.
86
PRONAP 2007 • Módulo No 2
Con respecto a la motricidad fina, podrá tener un objeto en cada mano, tomar un lápiz
con el puño y hacer marcas verticales en un papel, colocar un objeto en una taza y tam-
bién intentar transvasar. Jugará al: ¿me das? y entregará como respuesta.
Hacia los 15 meses logra subir y bajar escaleras con ayuda ya no gateando sino bipedes-
tando. Su marcha se torna más estable y requiere menos base de sustentación. A esta
edad ya se cae menos. Esta ganancia de seguridad en la marcha le permite “investigar”
más el espacio que lo rodea, no teniendo que ocuparse tan directamente de cómo cami-
na. En los momentos de descanso de sus habilidades motoras gruesas se dedica a mejorar
la función de sus deditos: comienza a apilar, haciendo torres de 2 cubos, aumenta el nú-
mero de objetos que puede colocar en una taza, pasando progresivamente de 3 a 6 con
un poco de práctica. Puede descubrir objetos escondidos debajo de otro y manifestar
sorpresa. También es capaz de colocar miguitas de pan en un frasco, haciendo uso y abuso
de la pinza digital superior. A los 15 meses ya tiene incorporadas en su vocabulario unas
45 palabras-frase e inicia un juego que al niño y a sus papás les encanta: repetir todo.
Todavía la memoria de trabajo es frágil y lo que repita no pasará a la memoria a largo
plazo, sin embargo, con la repetición cotidiana lo irá logrando, con la consiguiente am-
pliación de su contenido lexical. Usa cada vez más gestos en forma espontánea y busca
concientemente a un buen interlocutor.
A los 18 meses afianzó bien su marcha, luego de 6 meses de larga práctica y está en
condiciones de caminar llevando un “objeto acompañante” de los de tipo “de arrastre”
con el que recorrerá la casa un poco fantaseando y otro poco investigando los objetos que
hay en ella y los de afuera de la misma que ahora se le permiten recorrer. A los 18 meses
sube y baja escaleras tomado del pasamano, siempre un pie primero y el otro después,
87
Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
colocando los dos en el mismo escalón. Comienza el juego con la pelota pues ahora, más
seguro en su bibedastación, puede levantar un pie del piso, imprimiéndole cierta direc-
ción y fuerza hacia el objeto de interés. También puede treparse a la cama, al sillón y a
una silla. Es capaz de sentarse en cualquiera de los predecesores del triciclo (con manubrio
y sin pedales) y desplazarse sin dificultad empujando con los pies.
Con sus manitos ya puede apilar torres de 3 cubos, usar muy bien la cuchara para alimen-
tarse, voltear las páginas de cartón de sus libros de cuentos y señalar una figura conocida
cuando se le pregunta ¿dónde está…? También puede garabatear tomando el lápiz con el
puño. Comienza a tomar solo del vaso, aunque todavía derrama y se ensucia bastante.
Inicia el aprendizaje del nombre de las partes de su cuerpo, señalando el correcto ante la
pregunta ¿dónde está…? Primero las señala en sí mismo y luego también aprenderá a
hacerlo en su interlocutor.
Aumenta el número de palabras-frase que puede decir espontáneamente e incorpora el
primer adverbio: “mío”, fundamental para la subsistencia. Es a esta edad en la que
utiliza una forma de expresión verbal que anticipará su lenguaje definitivo. Consiste en
la prosodia o entonación del discurso aún sin un contenido real de verdaderas palabras.
En realidad, utiliza “pseudo-palabras” o una emisión desordenada de sucesiones no
preestablecidas de vocales y consonantes. A este discurso rico en gestos y melodía se lo
denomina “jerga” y tiene la riqueza de anticipar el léxico y la sintaxis que vendrán. A
esta altura de los acontecimientos todos sabemos que el niño comprende mucho más de
lo que dice. No sólo palabras sino conceptos representados por la unión de varias de
ellas. Por ejemplo, si se le da una orden sencilla como “traé el vaso”, la cumple sin
dificultad. Inversamente, para pedir algo, ya no usa sólo su dedo índice sino que utiliza
diferentes palabras-frase que tiene claramente incorporadas. Avisa cuando sus pañales
están sucios. Cuando escucha música demuestra alegría y “baila”. Es a esta edad cuando
inicia los juegos imitativos.
Los 18 meses representan, sin lugar a dudas, el momento en el que comienza la “etapa
del berrinche”, que no es más ni menos que la marca del momento en que el niño
necesita conocer sus propios límites sociales: qué está permitido hacer, hasta cuánto
puede pedir, hasta dónde llega la paciencia de su “mundo social” cuya primer célula
esta representada por su propia familia, y en especial por mamá y papá. Esta etapa se
extenderá hasta los 2 años y mucho más si nadie le sabe poner un “NO” justo y preciso,
lo suficientemente enérgico como para que le quede bien gravado en la memoria su
claro significado.
88
PRONAP 2007 • Módulo No 2
- Tabla 2 -
Maduración del primer al segundo año de vida
21 Camina para atrás. Torres de 5-6 cubos. Une 2 palabras. Problemas para
meses Recoge cosas. Tapa, destapa, enrosca. Repite. conciliar el sueño.
Sube escaleras (2 pies Abre picaportes. Aprende unas Rituales para dormir.
en cada peldaño). 12 palabras/día. Temor a truenos,
Se trepa a la silla Atiende oscuridad y animales
de adultos. cuentos. grandes. Jala personas.
89
Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
ciones lexicales de los mismos objetos y hechos. Esto permite el adecuado “procesamiento
e integración” de la información intercambiada entre los dos hemisferios cerebrales, con
un resultado o rendimiento muy superior a la simple suma de propiedades de cada uno de
ellos. La integración de la información entre los dos hemisferios es la base neuronal para
la emergencia de las nuevas competencias cognitivas del segundo año de vida. Durante el
mismo ocurren importantes cambios estructurales, bioquímicos y fisiológicos en la corte-
za prefrontal, en las áreas corticales relacionadas al lenguaje, en el hipocampo, en los
ganglios basales y en el cerebelo. Las neuronas de la corteza están organizadas en 6 ca-
pas. Durante el segundo año de vida los axones de la capa III se elongan y atraviesan el
cuerpo calloso y las comisuras cerebrales para alcanzar la zona prefrontal contralateral.
Las dendritas de dichas células se elongan y forman extensiones profundas hacia la capa
IV. Esta última establece sus uniones con los axones del núcleo dorsomedial del tálamo. Al
mismo tiempo, aumenta significativamente el número y la densidad de las espinas den-
dríticas y éstas adquirieren la forma adulta. La densidad sináptica alcanza el 150% de los
valores del adulto.
Las neuronas piramidales de la capa III comienzan a expresar acetilcolinesterasa y este
hecho es único en el humano y en los primates superiores. Esta enzima está involucrada
directamente en la síntesis del neurotrasmisor acetilcolina y los procesos colinérgicos es-
tán intrínsecamente relacionados con las funciones de aprendizaje y memoria. Por otra
parte, las interneuronas inhibitorias de la capa III muestran una importante extensión de
sus axones y arborizaciones dendríticas durante el segundo año de la vida y la enzima
glutámico ácido decarboxilasa, crítica para la síntesis de GABA, alcanza su pico de activi-
dad en las cortezas frontal y parietal alrededor de esa edad. Estas interneuronas están
intrínsecamente entrelazadas con las neuronas callosas y de asociación y tienen un efecto
modulador sobre la actividad neuronal. Esto permite una mayor eficiencia en la conver-
gencia e integración de la información de ambos hemisferios. Los requerimientos aumen-
tados de energía debidos a los cambios estructurales y bioquímicos del cerebro durante el
segundo año de vida, están reflejados en el aumento de la utilización de glucosa, como se
pudo determinar por tomografía de emisión de positrones (TEP), y el aumento del flujo
cerebral medido por tomografía computada por simple emisión de fotones (TCSEF).
También durante el segundo año hay una intensa diferenciación en las espinas dendríti-
cas de las neuronas piramidales de la región CA-3 del asta de Ammón. Esta estructura está
íntimamente relacionada con la memoria y el aprendizaje. Además, aumenta el volumen
del cerebelo, hecho confirmado por RMN, y la longitud y arborización de las dendritas del
núcleo dentado, estructuras involucradas en el desarrollo de la articulación de la palabra.
El cerebelo está relacionado con las funciones cognitivas, al igual que los ganglios basales.
En el núcleo caudado y en el putamen, los receptores de dopamina D-1 y D-2 alcanzan su
pico de densidad durante el segundo año de vida. Este hecho es relevante porque la
dopamina está involucrada en las funciones cognitivas, en la memoria de trabajo y en los
procesos atencionales e intencionales. También ya se ha demostrado el rol de los ganglios
basales en el desarrollo del lenguaje. El estudio se realizó en la familia KE con alteraciones
en el lenguaje (dispraxia verbal) por tres generaciones y en la mitad de sus miembros. El
estudio por TEP mostró hipometabolismo en el área motora del lóbulo frontal y la RMN
90
PRONAP 2007 • Módulo No 2
mostró que el núcleo caudado de los dos hemisferios era significativamente de menor
tamaño. En esta familia se pudo demostrar el origen genético de la alteración del lengua-
je. Se encontró un gen anormal (SPCH1) localizado en el cromosoma 7q31. Es esta la
primera evidencia de un gen involucrado en el proceso del lenguaje.
91
Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
Es capaz de voltear una por una las páginas gruesas de un cuento. Construye torres de 6
cubos. Intenta hacer trenes con 3 de ellos. Ensarta y encastra. Llena la taza con cubos.
Puede hacer un trazo vertical. Sostiene con seguridad un vaso con sus dos manos.
Recuerda lo que pasó ayer. Tiene bien incorporada la idea de su higiene corporal. El
baño, como lugar físico, le ofrecerá un atractivo muy especial: siempre tendrá agua que
le permitirá jugar irresistiblemente con ella. Es entonces cuando comenzará a lavar y
secar solo sus manos. Está en condiciones de imitar el trabajo doméstico. Pasa largos
ratos con mamá en la cocina y le encanta hurgar en los armarios del bajo-mesada y jugar
a encastrar, golpear y desplegar los utensilios que en ellos encuentra. Comienza esporá-
dicamente a usar su nombre. Juega a darle de comer a sus muñecos y a cocinar, iniciando
el juego simbólico.
Se encuentra en plena etapa de “juego paralelo”, es decir que le encanta estar cerca de
otro nenes, oyendo su bullicio, pero generalmente
atendiendo a su propio juego y con sus propios jugue-
Le fascinan los cuentos y tes, para sólo de tanto en tanto acercarse a los otros
los pide muy frecuentemente, niños, generalmente para molestarlos sacándoles algo
(muy especialmente si son los hermanos mayores) e ini-
ya puede voltear páginas ciando un forcejeo difícil de parar.
más finas y lo hace Intenta contar las historias con sus escasas palabras.
de a una por vez. Inicia el control anal y el vesical diurno. Alrededor
del cumpleaños número 3 los niños que aún no lo
92
PRONAP 2007 • Módulo No 2
han hecho, consiguen el control nocturno del esfínter vesical y abandonan definitiva-
mente los pañales.
- Tabla 3 -
Maduración del niño de 2 años
MOTRICIDAD MOTRICIDAD
EDAD LENGUAJE COMPRENSIÓN ESFÍNTERES VARIOS
GRUESA FINA
2 Sube y baja Torres 6-7 Usa unas 50 Hace trenes. Seco a la Baila.
años escaleras con cubos. Voltea palabras. Imita trazo noche si Recuerda qué
2 pies en páginas una Usa plurales. vertical. Juego orinó antes de pasó ayer.
cada por una. Pronombres. paralelo. Usa acostarse. Imita trabajo
peldaño. Tapa-destapa. Oraciones de ocasionalmente doméstico.
Camina Enrosca- 2 palabras. su nombre. Juega a darle
rápido. desenrosca. de comer a
Inicia carrera. Lava y seca los muñecos.
Salta del manos.
último Abre puertas.
escalón. Ensarta.
Inicia Encastra.
equilibrio Llena taza
en 1 pie. con cubos.
21/2 Camina en Torres 9 Usa: yo, mío, Apogeo del Va al baño Sentido del
años puntas de pie. cubos. Trenes. mí, tu. Se negativismo. solo (pero color.
Equilibrio en Usa lápiz aún llama por su Ayuda a pide Ayuda a
un pie. con el puño. nombre. guardar. ayuda para vestirse y
Comienza a Trazo vertical Conoce más Pide cuentos. limpiarse). desvestirse.
pedalear en y horizontal. de 200 Inicia Juego
triciclo. Copia círculo. palabras. narraciones paralelo.
Arma muy breves. Se separa de
oraciones de 3 mamá más
palabras. Usa fácilmente.
sustantivo y
verbo.
93
Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
Al iniciar la sala de 3 logra desprenderse de mamá, siendo éste un proceso más sencillo
para unos niños que para otros. Es una buena oportunidad para enfrentar esta experien-
cia pues es justo en este momento cuando el niño adquiere la maduración necesaria para
iniciar el juego compartido y disfrutar con sus compañeritos del jardín esta nueva expe-
riencia de vida. Durante ese año aprenderá grandes hitos de la motricidad fina: hacer
torres de muchos cubos, todos los que se pueda hasta que alguno se caiga; construir
paredes y puentes con tres cubos. Intentará abotonarse, hacer círculos espontáneamente,
poner adentro del círculo los componentes de la cara y finalmente agregarle los brazos y
las piernas mono-dimensionados para completar la imagen del “renacuajo” al finalizar la
salita de 3. Es el germen del futuro dibujo de la figura humana. También aprende a copiar
un cuadrado y una cruz si se la dibuja delante de sus ojos. Consigue plegar un papel en
vertical primero y luego en horizontal. Puede identificar formas al tacto. Trabaja con
plastilina, corcho y goma de pegar. Comienza a sellar y a pintar con crayones y acuarelas.
Toma los lápices adecuadamente entre el índice y el pulgar con apoyo en el dedo mayor.
Comienza a comparar tamaños, puede identificar figuras incompletas y logra clasificar de
acuerdo a consignas simples. Arma rompecabezas, primero de dos o tres piezas para rápi-
damente ensamblar hasta cinco al finalizar el tercer año. Además puede hacer laberintos
sencillos, mostrando su capacidad de anticipación. Logra aparear formas con exactitud
(cuadrado, triángulo y círculo). Aprende a usar el tenedor, y a servirse agua de una jarra.
Se viste y desviste con ayuda.
Durante este año afianza la noción del color, identificando por su nombre los tres colores
primarios. También, aprende a nombrar sucesivamente: 1, 2 y 3, números que coinciden
con los de sus 3 cumpleaños o con la costumbre de saltar: a la una, a las dos y a las… tres.
Puede repetir una serie de tres dígitos correctamente.
94
PRONAP 2007 • Módulo No 2
Tiene muy buena memoria y vuelve a casa repitiendo las canciones que canta en el jardín.
Utiliza unas mil palabras, les va dando un correcto sentido gramatical, semántico y luego
sintáctico, haciendo oraciones de cuatro palabras y luego más extensas, logrando al fina-
lizar el año hacer narraciones de mediana extensión ya sea repitiendo un cuento que ha
oído recién, o una experiencia que vivió en el jardín unas horas atrás o un video que hace
mucho no ve. Comienza a utilizar en ellas el tiempo pasado y a identificar bien el género
y el número de los sustantivos. Comprende bien el significado de los adverbios de lugar y
los usa correctamente. Su lenguaje cobra una total dominancia en la interrelación social.
- Tabla 4 -
Maduración del niño de tres años
MOTRICIDAD MOTRICIDAD
EDAD LENGUAJE COMPRENSIÓN ESFÍNTERES VARIOS
GRUESA FINA
95
Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
Ejercicio de
Integración y Cierre
3. Todos los siguientes reflejos arcaicos, excepto uno, son de evaluación importante en
la semiología de rutina. Señale la excepción.
a) Reflejo de Landau.
b) Reflejo de succión y de deglución.
c) Reflejo de prensión palmar.
d) Reflejo de Moro.
Edad Características
96
PRONAP 2007 • Módulo No 2
5. Identifique cuál de las siguientes es una meta en el desarrollo del niño del tercer
trimestre:
a) Trípode monomanual.
b) Pinza digital inferior.
c) Pérdida de reflejos de defensa plantares.
d) Pinza digital superior.
6. Identifique cuál de las siguientes es una meta en el desarrollo del niño del cuarto
trimestre:
a) Adquisición del ritmo circadiano.
b) Pasaje de un objeto de una a otra mano.
c) Primeros bisílabos.
d) “Postura de oso”.
V F
Los tres hitos más importantes del desarrollo durante el segundo año
1
de vida son el inicio del lenguaje, la comprensión de lo correcto y lo
incorrecto y la conciencia de sí mismo.
El hemisferio izquierdo procesa preferentemente las representaciones
2
2 de los objetos y los hechos basados en las percepciones.
El hemisferio derecho procesa las representaciones lexicales de
3
objetos y hechos.
97
Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
2. Ud. recibe por primera vez en su consultorio a Mariano de 2 años y medio, sin
antecedentes personales ni familiares relevantes. Su madre está muy preocupada
porque todavía no habla. Ella ha cambiado de pediatra porque el anterior le decía
que el niño era todavía muy pequeño y que había que esperar a que terminara de
madurar. Durante el examen físico:
98
PRONAP 2007 • Módulo No 2
a) Describa cómo piensa Ud. que sería el examen madurativo del lactante si la patolo-
gía lo hubiera llevado a una maduración de fines del primer trimestre.
…………………………………………………….......………………………....................………
…………………………………………………….......………………………....................………
b) ¿Cuál piensa Ud. que podría ser el hito de la maduración psicosocial adquirido
durante el primer trimestre que el bebé perdería muy rápidamente?
…………………………………………………….......………………………....................………
…………………………………………………….......………………………....................………
c) Si ahora le decimos que al mes de tratamiento con vigabatrin (es decir a los 8 meses
de edad del niño) recuperó parte de las pautas madurativas perdidas, pero no to-
das, y funciona como un bebé de aproximadamente 5 meses, describa las caracte-
rísticas madurativas de su examen.
…………………………………………………….......………………………....................………
…………………………………………………….......………………………....................………
d) ¿Cuál debería ser el examen madurativo acorde a su edad cronológica?
…………………………………………………….......………………………....................………
…………………………………………………….......………………………....................………
99
Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
Conclusiones
El desarrollo del Sistema Nervioso Central (SNC) del hombre es un proceso complejo que
tiene su origen en edades bien tempranas de su gestación y que puede estar influenciado
tanto por factores genéticos como ambientales (estimulación y nutrición, fundamental-
mente). Sin lugar a dudas, el desarrollo del cerebro humano surge de una compleja y
permanente interacción entre ambos. La complejidad de su neocorteza aún no se conoce
con exactitud, sin embargo, es muy probable que tenga su origen en animales primitivos
y esté repitiendo y perfeccionando su pasado filogenético. Especialmente las últimas dos
etapas del neurodesarrollo (organización neuronal y mielinización) se producen en una
gran variabilidad de momentos evolutivos según las distintas especies. En algunas tienen
lugar en el período prenatal (conejos, cobayos), en otras son particularmente posnatales
(ratas, canguros). En el hombre, la sinaptogénesis, la selección sináptica, la muerte celular
selectiva y la mielinización, aunque se inician en etapas prenatales, continúan ocurriendo
posnatalmente por muchos años. Esta permanencia en el tiempo explica, en parte, las
particularidades vinculadas con los grandes procesos del desarrollo humano: sensorio-
motor cognitivo, lingüístico, etc., así como la notable versatilidad, plasticidad y adapta-
ción del ser humano desde etapas tan tempranas como las que hemos desarrollado a lo
largo de este capítulo.
Lecturas recomendadas
- Coriat L. Maduración psicomotriz en el primer año del niño. Buenos Aires: Ed. Hemisur 1974.
- Gesell A. El niño de 1 a 4 años. Buenos Aires: Paidós Educador 1984.
- Illingworth RS. The development of the infant and young child: normal and abnormal. Edinburgh:
Churchill Livingstone 1987.
- Koupernick C. Desarrollo psicomotor de la primera infancia. Barcelona: Luis Miracle, Vol. 1, ed.
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11705.
100
PRONAP 2007 • Módulo No 2
Clave de respuestas
2. d. Entre el segundo y tercer mes de vida comienza a tener alguna percepción de color.
5. b)
6. c)
101
Maduración psicomotriz del niño normal de 0 a 3 años
2. Mariano
a) Todas, sin excepción.
b) El niño deambula con regular estabilidad, investiga el espacio que lo rodea, puede
subir y bajar escaleras bipedestando pero con ayuda. Se trepa a la cama y a los
sillones. Logra apilar, colocar miguitas de pan en un frasco, hacer torres de 2 cubos,
coloca 3-6 objetos en una taza. Descubre objetos escondidos debajo de otro. Su
vocabulario incluye: mamá-papá y unas 20 palabras-frase más, logra repetir. Usa
gestos en forma espontánea. Come solo con cuchara.
c) Falta de contacto visual, conductas bizarras, estereotipias, falta de repetición de
gestos, escaso interés por lo que ocurre a su alrededor, falta de reacción frente a
extraños, ausencia de demanda por la presencia de mamá o papá.
d) Reflejo cócleo-palpebral.
3. Manuel
a) Sostén cefálico incompleto, sonrisa social pobre, prensión voluntaria esbozada, pér-
dida de la sedestación, del rolar, del balconeo y del silabeo.
b) Sonrisa social.
c) Buen seguimiento visual, sonrisa social presente, sostén cefálico completo, balconeo,
rolar presente, sedestación con trípode bimanual, vocalizaciones, grasping.
d) Sedestación estable, pasaje de objetos de mano, pinza digital inferior, paracaidismo
presente, silabeo, postura de oso.
102